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EL DESARROLLO DE LA AUTONOMÍA

COMO NÚCLEO DEL SISTEMA


EDUCATIVO FINLANDÉS
de la década del 2000, Finlandia sobresale y destaca como uno de los países con mejores
resultados educativos a nivel mundial. Los resultados en pruebas como PISA y TIMSS son
evidencia de lo anterior.

Cuando vemos sistemas educativos como el finlandés, cabe preguntarse ¿y dónde está la clave?
¿Cuál será el “secreto” de este sistema cuyos resultados sobresalen a la media de los países de
la OCDE? Lamentablemente, no existe una respuesta única… o tal vez, no existe respuesta
alguna.

Para quienes trabajan desde las políticas públicas, es probable que la respuesta la encuentren en
el presupuesto destinado a educación, la autonomía municipal y la flexibilidad curricular que
tienen. Aquellos que representan al cuerpo docente, podrían focalizarse en las altas
remuneraciones que los profesores tienen, y el valor social que tiene la docencia.

Para Finlandia, el núcleo de su sistema educativo está en el desarrollo de la autonomía,


¿de quién? De todos los actores del sistema; autonomía de los niños como promotores de su
proceso de aprendizaje, autonomía de los docentes, que en la sala de clases saben lo que tienen
que hacer y cómo hacerlo, autonomía de los Directores que pueden liderar sus equipos, y
autonomía de los Municipios para promover un currículo acorde a sus necesidades.

Para profundizar en esto, es interesante hacer un especial acercamiento y ver cómo se entiende
y observa la autonomía de los niños en la sala de clases. Deci y Ryan (1987 citado en Stefanou,
2004) definen autonomía como la “acción que es elegida”, ampliando la definición a todo
aquel ámbito en que los niños y adultos pueden optar por una opción frente a diversas
alternativas presentadas por un tercero. Trasladando esto a una sala de clase, se observa la
autonomía en un estudiante cuando éste elige o decide hacer frente a las solicitudes o
alternativas provistas por su profesor.

Sin embargo, Stefanou y sus colaboradores (2004) señalan que se pueden observar tres tipos de
autonomía en el contexto escolar; a) autonomía organizacional, que contempla las decisiones
que los alumnos pueden tomar en función del ambiente físico en que trabajan, b) autonomía
procedimental, observada en aquellos casos en que los niños pueden elegir la manera de
presentar sus ideas, y c) autonomía cognitiva, que dice relación con la manera en que los
profesores fomentan en sus estudiantes la justificación o argumentación de sus respuestas,
abriendo la alternativa a que ellos busquen el procedimiento mental para llegar a la solución a
un problema presentado, a hacer visible el pensamiento de los niños e invitándolos a evaluar (o
autoevaluar) sus propios procesos y resultados. En el desarrollo de la autonomía cognitiva, es
clave el rol mediador y el andamiaje focalizado que realiza el profesor, fomentando el trabajo
metacognitivo en los estudiantes, el cual debe estar acompañado de un adecuado feedback.

En Finlandia, la responsabilidad de los aprendizajes está puesto en los estudiantes, con un


énfasis en el auto direccionamiento y autorregulación. Esto implica que el docente debe
promover estas habilidades, mediante el desarrollo de metodologías que desarrollen niveles
superiores de pensamiento, y lo que ellos mismos llaman “aprender a aprender”. Es acá donde
los niños finlandeses se diferencian del resto; en la capacidad que tienen para empoderarse en
su rol de estudiantes activos, ávidos por buscar respuestas a los desafíos que se les plantean,
con confianza en sus propias capacidades, y con un fuerte desarrollo del trabajo colaborativo con
los compañeros.
Desde la formación inicial docente, este es nuestro principal desafío; formar profesores que sean
promotores activos del proceso de desarrollo/aprendizaje de los niños, contemplando que el
desarrollo de la autonomía contempla involucrar a los niños en su propio proceso, conocer cuáles
son sus capacidades y desde ahí desafiarlos intelectualmente. Esto implica tener profesores
innovadores, pero también autónomos, que puedan tomar riesgos e inviten a los niños a ir más
allá de sus capacidades, buscando e intencionando un aprendizaje profundo en cada uno de
ellos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
STEFANOU, C. R., PERENCEVICH, K. C., DICINTIO, M., & TURNER, J. C. (2004). SUPPORTING
AUTONOMY IN THE CLASSROOM: WAYS TEACHERS ENCOURAGE STUDENT DECISION MAKING
AND OWNERSHIP. EDUCATIONAL PSYCHOLOGIST, 39(2), 97-110.

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Enseñar hábitos de autonomía

¿Por qué es importante?

 El desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación


de un niño. Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo
aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno
socio cultural.

 Un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua, con
poca iniciativa, de alguna manera sobre protegido.

 Los niños con pocos hábitos de autonomía, generalmente presentan problemas


de aprendizaje y de relación con los demás. De ahí la importancia de su
desarrollo: normalmente cuando progresan en este aspecto, también lo hacen en
su aprendizaje y relación con los demás

¿Qué hábitos enseñar?

Como norma general todo aquello que el niño pueda hacer solo, siempre que no entrañe
peligro, debe hacerlo él mismo. También es válido como criterio enseñar aquellos
hábitos que tienen adquiridos la mayoría de niños de una edad.
Como guía, pueden servir los siguientes hábitos que están expuestos de menos a más en
distintas áreas:

 Higiene: Todo lo referido a la higiene y autocuidado personal: por ejemplo:


control de esfínteres, lavarse las manos sólo, cepillado de dientes, el baño,
lavarse la cabeza, peinarse, usar los productos de higiene?

 Vestido: Todo lo que se refiere al uso de las prendas y su cuidado: ponerse


distintas prendas (pantalones, calcetines, abrigos, zapatos, cremalleras,
botones?), guardarlas en el lugar adecuado, elegir la propia indumentaria.

 Comida: Relacionado con la conducta alimentaria: Comer solo, uso de los


distintos instrumentos, respetar unas normas básicas de educación en la mesa,
prepararse una merienda?

 Vida en sociedad y en el hogar: Son hábitos referentes a la relación con los


demás, el uso de algunos servicios comunitarios y la conducta en el hogar: van
desde saludar a la gente conocida, escuchar, pedir por favor y dar las gracias;
respetar turnos en juegos, pedir prestado, conocer los lugares para cruzar la
calle, evitar peligros (enchufes, productos tóxicos), ordenar sus pertenencias,
usar el teléfono, comprar, usar el transporte público o disfrutar de servicios de
ocio (ir al cine).

¿Cómo se enseña?
La mayoría de los niños funcionan muy bien con rutinas, luego lo ideal será conseguir
que esos hábitos se conviertan en rutinarios. Con una práctica adecuada, los hábitos se
adquieren de 20 a 30 días.

1º Decidir qué levamos a exigir y preparar lo necesario

 Lo primero es decidir lo que razonadamente le vamos a exigir, evitando


pensamientos como: "prefiero hacerlo yo, lo hago antes y mejor". Comenzar
cuanto antes.
 Que le exijamos algo adecuado a su edad.
 Hacedlo siempre y en todo lugar: todos los días.
 Todos a una: no vale: "con papá tengo que hacerlo, pero con mamá no".
 Preparad lo necesario: si le vamos a exigir guardar sus juguetes, hay que
prepararle un lugar adecuado.

2º Explicarle qué tiene que hacer como

 Hay que explicarle muy clarito y con pocas palabras qué es lo que queremos que
haga, dándole seguridad: "Desde hoy vas a ser un chico mayor y te vas a lavar la
cabeza tú solito, sé que lo vas a hacer muy bien".
 Enseñadle realizándolo vosotros primero.
 Pensad en voz alta mientras lo hacéis: "Primero me mojo bien la cabeza, después
me echo un poco de champú en la mano?"
 Aseg aos de que comprende las instrucciones: pedidle que os la repita.
 3ur

º Practicar

 Ponedlo a practicar. Al principio hay que ofrecedle muchas ocasiones de


práctica.
 Recordadle los pasos de lo que tiene que hacer: "Primero mojarte la cabeza,
después el champú?"
 Elogiadle los primeros avances.
 Poco a poco disminuir la ayuda.
 Las prisas no son buenas: preparad el tiempo necesario, al menos al principio.

4º Supervisar

 Hay que revisar cómo va realizando lo que se le encomienda. Si un niño está


aprendiendo a peinarse tenemos que revisar que ha quedado bien.
 Elogiar y valorar su realización. Si no está del todo bien, decidle en qué puede
mejorar.

Y si no quiere

 Valorar si no quiere porque no está a su alcance o por comodidad.


 Por lo general si se lo ofrecemos como un privilegio ("Ya eres mayor?") lo
aceptará mejor que si lo hacemos como un mandato sin más.
 Si no lo hace por comodidad, decidle que ya es mayor, que debe hacerlo por sí
sólo e ignorar las quejas.
 Si todavía se sigue negando podéis adoptar varias medidas: sufrir las
consecuencias (por ejemplo si no quiere prepararse la merienda), retirarle algún
privilegio (algún juguete o actividad) o utilizar la sobrecorrección: practicar y
practicar la conducta adecuada.

FUENTE: JUNTA DE EXTREMADURA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN CIENCIA Y


TECNOLOGÍA
Dirección Provincial de Badajoz
Equipos de Atención Temprana
Grupo de trabajo EATs, Curso 2003/04
C.P.R. Mérida

Area del autocuidado: Incluye todas las habilidades de adaptación relacionadas con la
autonomía personal en el aseo, comida, higiene y aspecto físico. Desde muy pequeños
debemos facilitar que los niños se vistan, elijan ropa, coman solos y tengan interés por ir
bien arreglados, peinados y aseados. Aunque al principio no sepan hacerlo muy bien (les
pondremos un babero bien grande para que coman a gusto y nosotros tranquilos con las
manchas, les dejaremos los coleteros para que elijan el que más les guste y que pegue con
su ropita...), poco a poco, irán avanzando en destreza y habilidad.

Área de la autodirección: Habilidades relacionadas con la autorregulación del


propio comportamiento, comprendiendo las elecciones personales, seguimiento de horarios,
finalización de tareas, resolución autónoma de tareas, búsqueda de ayudas cuando lo
necesiten, etc. Es decir, debemos organizarnos los adultos bien para luego, con el ejemplo,
hacer entender a los niños lo importante que es dicha planificación. Todos respetamos los
horarios de comida, sueño y juego. Si toca recoger los juguetes, se colocan todos, aunque al
principio necesiten de nuestro acompañamiento. En el caso de que no quieran, ellos eligen
aunque de antemano se les ha indicado que no van a poder pasar a otra actividad hasta que
no lo hagan. Esto se dice una vez, con tono tranquilo y tajante.
Área de la comunicación: Comprende las capacidades para comprender y transmitir
información a través de los comportamientos y destrezas comunicativas elementales.
Debemos poner de continuo a nuestros hijos en situación de comunicar lo que quieren, no
adelantándonos a expresar o darles lo que necesiten. El habla se aprende por imitación, por
ello, debemos hablar mucho y verbalizar todas nuestras actuaciones ya que facilitan la
comprensión por parte del niño. Cuando ya saben hablar un poco, muy interesante es que se
inicien en actividades de teatro, que les ayudará en la vocalización, memoria, expresión y
destrezas comunicativas en general.
Área de las habilidades académicas funcionales: Referidas a los aprendizajesescolares
instrumentales y aplicados a la vida (lectura, escritura, cálculo, conocimiento de naturales y
sociales) tan necesario para un posterior funcionamiento autónomo (poder comprar, leer las
estaciones del metro, saber de las relaciones personales, del funcionamiento de nuestra
sociedad...)
Área de las habilidades sociales: Comprende intercambios sociales interpersonales (inicio,
mantenimiento y finalización de interacciones), identificar el contexto social en el que
participa, reconocer sentimientos, controlar los impulsos, ayudar y cooperar con otros... Los
niños deben aprender a perder el miedo y saber entablar conversaciones para participar en
juegos con niños que no conocen en el patio o en el colegio. Deben saber que si tratan a
todo el mundo con respeto, serán respetados y que así se consiguen las cosas. También
deben aprender a comportarse dentro de la sociedad (esperar turnos de palabra, cuando los
mayores hablan los niños se callan y no molestan...), aprender empatía entendiendo a los
demás en sus problemas y peticiones, y aprender a no imponer mis deseos por encima de
todo, etc.
Área del ocio y del tiempo libre: Desarrollar intereses variados de ocio y satisfacción en el
hogar, en la comunidad y la participación adecuada en juegos y situaciones sociales de
ocio... No sólo debemos presentar las más variadas ofertas de ocio que podamos a nuestros
hijos (en todos los campos: deporte, arte, cultura, diversión con los amigos) sino que
debemos procurar que sean gratificantes e interesantes para ellos, controlando nosotros
cada uno de los pasos que dan. Cuando llegan a la adolescencia pueden venir verdaderos
problemas, si esta etapa no se lleva a cabo adecuadamente.
Área de la salud y seguridad personal: Son aquellas habilidades relacionadas con el
mantenimiento de la salud (hábitos, chequeos médicos, prevención de accidentes, primeros
auxilios...) y las relaciones con la propia defensa frente a comportamientos de agresión
hacia uno mismo (saber afrontar situaciones de agresión tanto física como psíquica, por
ejemplo, en el colegio. Deben saber decir NO cuando no queremos algo que nos perjudica
(evitando las drogas en un futuro), con seguridad y convencimiento en lo que hacemos.
Área del trabajo: Habilidades relacionadas con el desempeño de un trabajo y todo lo que
conlleva: cumplimiento de horario, finalización de una tarea, aceptación de críticas, manejo
de dinero, recursos... Esto ya se aprende desde la escuela, haciéndoles responsables de
llegar siempre a tiempo, no acostarse si no están realizados todos los trabajos del colegio, el
gusto por lo bien hecho, saber aprender de errores, ejercer la crítica constructiva, etc.
Área de la utilización de la comunidad: Referente al buen uso de los recursos de la
comunidad, transportes, centros de compras, áreas recreativas, servicios médicos... Todo
eso nos lleva a enseñar a usar los diferentes recursos, saber dónde dirigirse cuando se
necesita algo, cómo nos relacionamos con las diferentes personas que nos atienden (saludar
al llegar, pedir las cosas por favor, saber agradecer, despedirnos correctamente, tratar con
respeto, no chillar, saber comportarnos, en general) y saber ejercer nuestros derechos y
obligaciones como parte de la comunidad.
Área de la vida en el hogar: Habilidades que nos permiten la autonomía en la casa:
preparación de comidas, planificación de compras, cuidado de ropa, etc. Desde muy
pequeños podemos enseñarles a hacer comidas (aprenderemos los peligros de la cocina:
fuego, cuchillos, etc., y lo divertido de la misma), a hacer la cama, a doblar, colocar la ropa
en la lavadora, a dejar recogida la habitación, dónde apuntar las cosas que nos van faltando,
etc.

REVISAR : Autonomía , chile crece conmigo


www.crececontigo.gob.cl/wp-content/.../11/201504061709320.Autonomiaweb.pdf
1.

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