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EL FEUDALISMO EN LA EDAD MEDIA: CARACTERÍSTICAS Y

ANTECEDENTES

El cambio de un Imperio como fue el Romano, a la Edad Media, no sólo trajo un nuevo
sistema político o administrativo, sino que fue el surgimiento de un nuevo sistema de
organización basado en el vasallaje y en el servilismo. Era el nacimiento del Feudalismo,
en este artículo vamos a conocer todo lo referente al Sistema Feudal vivido durante la
Edad Media, un sistema que abarcó desde el siglo IX, hasta el siglo XV.

¿Qué es el Feudalismo?

El Feudalismo es un sistema por el cual se crea una obligación de obediencia y servicio


por parte de un hombre libre al que se le llama Vasallo, hacia otro hombre libre pero más
poderoso llamado Señor. Normalmente el vasallo debía cumplir obediencia y servicio en
cuestiones militares. A cambio el señor deberá proteger y mantener al vasallo, la mayoría
de las veces a través de una concesión de terrenos para su sustento, esta concesión se
llamaba Feudo.

El sistema Feudal que en principio era de carácter militar, terminó siendo un sistema en
el que era el señor quien impartía justicia, lideraba militarmente, llevaba la administración
de su feudo y cobraba tributos a los vasallos, que terminaron cultivando sus campos y
pagando a cambio de protección.

El término feudalismo viene de la palabra feudo, que era el nombre que se le daba a los
territorios que los reyes medievales entregaban a los nobles a cambio de sus servicios.
Cuando hablamos de feudalismo nos referimos al sistema político, social y económico
que surgió en Europa occidental a partir del siglo IX y que se consolidó plenamente entre
el siglo X y el siglo XIV. A partir del siglo XV, se abre un período de transición, donde
seguían vigentes muchos rasgos del sistema feudal al mismo tiempo que se iban
desarrollando las condiciones para el posterior surgimiento del sistema capitalista.
Veamos a continuación en qué consiste exactamente el sistema feudal.

Antecedentes del feudalismo

Para conocer más a fondo lo que fue y supuso el feudalismo en la Edad Media, deberíamos
remontarnos un poco en el tiempo, realmente hasta la caída del Imperio Romano. Un
imperio que cayó como consecuencia de su propio tamaño, ante la imposibilidad del
Emperador de poder controlar todas sus provincias, sumado a las constantes incursiones
bárbaras, provocó que el Imperio se viera obligado a contratar a caballeros y nobles para
defender las fronteras.

Con la caída del Imperio, en el siglo X, Europa se encontraba con un gran vacío de poder,
los reyes simplemente contaban con su carácter divino, pero carecían del poder
político. Los caballeros y aristócratas que durante el imperio romano había servido
militarmente al Emperador, ahora tenían un poder casi absoluto. El rey no gobernaba se
mantenía gracias a los pactos firmados con los grandes señores a cambio de protección,
y eran estos quienes realmente elegían que rey debía reinar o que dinastía.
Es en este momento cuando la iglesia católica, ya bien establecida en Europa y
conocedora de la fragilidad de los reyes y del enorme poder que los grandes señores
tenían, decidió otorgar el don que a éstos les faltaba pero que, si tenían los reyes, el don
divino. Después de distintos concilios, los prelados y señores se convierten en Jefes
Sociales, a partir de este momento los señores reciben «el poder de Dios». De esta forma,
a través de una serie de Juramentos que debían renovarse cada generación, la Iglesia
Católica contaba con su propio apoyo y ejército, a cambio de protección divina.

El Sistema Feudal

El feudalismo se basaba en un sistema de Vasallaje y Feudo, o lo que es lo mismo en una


relación jurídico-política por un lado y como una relación económica-social.

Los sistemas feudales partían de una relación inicial donde el rey otorgaba feudos a su
vasallo, en este caso nobles. Estos nobles a su vez también otorgaban feudos a otros
vasallos, convirtiéndose en señor.

Por otro lado tenemos que explicar que la concesión de feudos o territorios que el
monarca otorgaba a los nobles o vasallos que hubieran destacado en la guerra o en otra
forma de servicio era común y el modo de reconocer el valor de los caballeros o nobles
que acudían a la batalla. Esta donación no obedecía solamente a la generosidad de los
soberanos, sino que constituía una manera de asegurar la defensa y la unión del reino. Su
entrega se suscribía durante la realización de un acto de gran solemnidad que se dividía
en tres etapas: homenaje, juramento de fidelidad e investidura.

Los Vasallos

Se trataba de una especie de contrato por el que el señor proporcionaba protección y


manutención al vasallo a cambio de ayuda y consejo. La ayuda era siempre de carácter
militar, ayudando a su señor en las batallas, así como defender las propiedades y la de sus
vasallos. Los grandes señores eran poseedores de numerosos vasallos, con lo que contaba
con grandes fuerzas para defensa.

Este servicio militar que realizaban los vasallos era reclamado cuando el señor necesitaba
ayuda, los vasallos debían presentarse con armadura y montura, al servicio de su señor.
Cuando un señor caía prisionero, los vasallos debían pagar el rescate de su liberación,
también tenían que contribuir para la armadura del primogénito del señor cuando era
armado caballero, o para casar a la hija mayor o contribuir para pagar las incursiones en
Tierra Santa.

Realmente el vasallaje era una relación que se mantenía entre dos señores, eso sí de
distintas categorías, donde el señor de mayor categoría se convertía en señor y el de menos
categoría se convertía en vasallo.

Los Feudos

Los feudos podían ser derechos otorgados por un señor o bien podían ser tierras
cultivables, bosques, villas, fincas, pueblos o villas, etc. En la Edad Media los feudos
estaban delimitados por fortalezas o castillos. Verdaderos complejos compuestos por
talleres, caballerizas, hornos, molinos, patios, almacenes, etc.

Los feudos se concebían como unidad económica y de producción. En este caso el vasallo
recibía el nombre de siervos. Se trataba de un contrato, por el cual el señor ofrecía
protección al siervo a cambio de que este trabajase las tierras, fuese sumiso y obediente.
Por lo que tenemos dos tipos de vasallos: Los vasallos nobles, que a su vez eran señores
de los siervos y los siervos, que eran meros trabajadores de las tierras de su señor.

Uno de los rasgos que caracteriza al feudalismo es que la nobleza (la clase social
dominante) ejerce un monopolio exclusivo de la ley y la justicia. Esto quiere decir que
sólo los miembros de la nobleza podían imponer la ley y la justicia. En contrapartida, los
campesinos no podían acceder a estos privilegios.

El Homenaje y La Investidura

El homenaje era una ceremonia por la cual el vasallo, arrodillado ante su señor, juraba
fidelidad y promesa de prestar servicios militares y de corte a su señor, a cambio el señor
le concedía un feudo y protección.

La ceremonia del homenaje se fue haciendo cada vez más importante, destinándose los
lugares de carácter más solemne y noble de los castillos, en su torre. En la ceremonia
participaban tanto el señor como el vasallo, éste último arrodillado, con las manos unidas
y desarmado, espera que su señor le alce, dando con este gesto un reconocimiento de
apoyo mutuo seguido de un juramento de fidelidad. Este juramento era irrevocable y de
por vida. Es en este momento en el que el señor le otorga un feudo como agradecimiento
a su futura lealtad y fidelidad. Esos feudos solían ser grandes extensiones de terreno
cultivable.

El momento de la entrega del feudo es lo que se llama investidura y siempre precedía al


momento del Homenaje. Jurídicamente la entrega del feudo es en usufructo vitalicio, lo
que significa su derecho a utilizar los bienes del señor y disfrutar de los beneficios que
éstos den, siempre con la obligación de cuidarlos y preservarlos como si fueran suyos.
Este derecho en principio desaparecía con el fallecimiento del vasallo.
Este sistema se convirtió con el tiempo en una unión de familias entre el señor y los
vasallos con lo que los derechos sobre los feudos podían ser heredados siempre que éste
vuelva a renovar los votos que el anterior vasallo hubiera hecho con el señor.

Cuando un vasallo no cumplía con los jurados, se le consideraba felón o mal vasallo,
perdía la confianza del señor y podía ser despojado de su feudo.

La Encomienda

Si el homenaje era una ceremonia de vasallaje que se daba entre nobles, la «ceremonia»
por la que un siervo se ligaba a un señor feudal, se llamaba Encomienda. En raras
ocasiones se producía a través de ceremonia, normalmente se trataba de un documento.

El sistema de encomienda, consistía en un contrato por el cual el señor obligaba al siervo


a trabajar sus tierras, mientras que se le otorgaba un pequeño feudo familiar, que eran
pequeños terrenos para su subsistencia. Por medio de la encomienda, el señor se
comprometía a proteger al siervo, a mantener el orden y a distribuir justicia.

Esta relación pronto se tornó en una forma de recaudar impuestos, ya que al siervo se le
obligó a pagar impuestos por la utilización de sus tierras, además de las rentas feudales
que tenían que pagar al ser el señor juez y gobernante de las tierras en las que vivía el
siervo.

Cuando un señor se hacía cargo de un feudo, automáticamente también se convertía en el


señor de los siervos que allí residían ya que estos estaban obligados a trabajar sus tierras
y a no abandonarlas.

La Sociedad Feudal

En la edad media, la sociedad se estableció conforme a tres estamentos bien


diferenciados: Nobles, Clero y Campesinos.

Clases privilegiadas
 El Rey: El rey encabeza la pirámide de poder, es considerado el señor de todo y
de todos.
 Grandes Vasallos: Se engloba a condes, vizcondes, duques y marqueses, los altos
estamentos de la sociedad, era los señores de grandes feudos.
 Alto Clero: Formado por cardenales y obispos, con un gran poder económico y
político.
 Media Nobleza: Donde se englobaban los caballeros y nobleza cortesana
 Clero Medio: Abadesas y Abades, también era considerado clero medio a los
curas de las parroquias más importantes
 Baja Nobleza: Hidalgos (en España y Portugal), eran el escalafón más bajo de
noble, eran una especie de nobles pobres, que estaban exentos de pagar tributos a
cambio de su aportación militar en las batallas.
 Bajo Clero: Curas, monjas y frailes

Clases desfavorecidas

 Ricos: Comerciantes, pequeños propietarios, banqueros


 Modestos: Artesanos y labradores con tierras
 Pobres: Campesinos, Jornaleros y trabajadores para la ciudad.

El Castillo en el feudalismo

Si algo representa a la Edad Media, ese símbolo es el castillo. El castillo durante la Edad
Media, no se utilizaba solo como fortaleza militar, sino que también servía de vivienda
de los reyes y nobles. Se situaban en lugares estratégicos, en elevaciones, cerca de zonas
de agua para su abastecimiento y sobre todo en lugares donde poder organizar la defensa
tanto del castillo como de las villas que a menudo dependía de él.
Las funciones del castillo en periodos de paz, era el de la vigilancia de sus vasallos y la
administración de justicia. Los señores ante tanto tiempo de ocio destinaban su tiempo a
la diversión, sobre todo a la caza o a los torneos. Los castillos fundamentalmente están
compuestos por:

Las principales partes de un castillo feudal eran las siguientes:

Torreón: Torres grandes desde los que se defendían el castillo. En algunas torres se
almacenaba el grano.

Atalaya: Torre muy alta desde la que se podía divisar territorios lejanos y poder
prepararse ante las amenazas enemigas.
Adarve o camino de ronda: Pasillo estrecho en la parte superior de una muralla desde
donde la guardia del castillo realizaba la vigilancia. Los centinelas que patrullaban el
adarve podían divisar, desde allí, lo que sucedía a muchos kilómetros de distancia

Aspillera: Era una abertura larga y estrecha en una muralla o torre, para disparar por ella.

Foso: Zanja profunda o canal lleno de agua que rodeaba todo el castillo. Su función era
defensiva, al impedir que los ejércitos atacantes pudieran escalar por las murallas.
Puente levadizo: Se extendía sobre el foso de agua y podía levantarse o bajarse a
voluntad.

Empalizada: Vallado hecho de troncos que, a modo de protección, rodeaban el castillo.

Capilla: Era el lugar destinado para las oraciones y la devoción.


Muralla: Todo el recinto del castillo estaba cercado por una gran muralla, con una zona
de paso superior para poder recorrerla. La muralla disponía de torreones intercalados cada
cierto metro dentro de la muralla. Los torreones proporcionaban una visión del exterior
además de permitir distintos ángulos de tiro en caso de necesitar defensa.

En algunos castillos podemos encontrar en la muralla una especie de garita al aire o


volada, también con una función clara de defensa. También los castillos podían tener en
su exterior un foso que rodeaba todo el castillo y que podía ser salvado a través de puentes
levadizos, con el fin de evitar que los enemigos pudieran llegar a las mismas puertas.

Torre del Homenaje: Ya hemos hablado de ella, era el lugar destinado a la ceremonia
del Homenaje, pero además de este uso, se trataba de la zona más noble del castillo y
lugar de residencia del señor. La torre del homenaje estaba compartimentada en salas y
habitaciones e incluso en algunas torres se han encontrado almacenes. La torre del
Homenaje ocupa el lugar más resguardado del castillo, último lugar de defensa en caso
de ataque e invasión.
Torre Barbacana: Se trata de una fortificación que flanqueaba la puerta principal de
acceso. Podía estar porticada y era de uso obligado para acceder al interior del castillo.

Rastrillo: Era una enorme reja muy pesada con terminación en puntas de laza, se situaba
en la puerta de entrada en la torre barbacana y junto al puente levadizo.

Almenas: Su función era defensiva algunas poseían unos pequeños orificios o troneras,
para la utilización de armas de fuego, mientras que las saeteras, se utilizaban para arrojar
objetos, como piedras o flechas.
Patio de Armas: Se trata del patio central del castillo desde ahí se reparten las distintas
estancias, como la sala de recepción, la capilla, el lugar de acuartelamiento de la tropa,
lavanderías, graneros, caballerizas, etc. La entrada al castillo tras pasar la puerta principal,
llevaba directamente al patio de armas, desde donde se accedía al resto de las
dependencias.

La época dorada del feudalismo

El feudalismo acabó llegando a su madurez en el siglo XI y alcanzó todo su esplendor


durante los siglos XII y XIII. Su evolución comenzó en pleno corazón de Francia,
impulsado por los nobles que mandaban en las zonas bañadas por el río Loira, y
extendiéndose rápidamente hacia lugares más allá del río Rin, pasando por el denominado
Ducado de Normandía y alcanzando el Borgoña.

En sus años más dorados, las instituciones feudales se establecieron en zonas soberanistas
como Inglaterra, Italia, Sicilia y en el imperio Sacro. El Imperio bizantino también llegó
a adoptar el sistema feudal puntualmente tras la cuarta Cruzada (1202–1204), durante la
reconquista de la Tierra Santa.

En España, el feudalismo no dejó su huella hasta la mitad del siglo XII, llegando a
conquistar el país desde los reinos cristianos hispánicos hasta el califato de Córdoba.
Durante esta época, el poder de los reyes, del clero y de los nobles era prácticamente
absoluto.
Cesión de los Feudos

La cesión de los feudos a mano de los nobles llegaba sólo a los caballeros que rindiesen
homenaje, juramento y sumisión, ya sea de manera social, política y militar. En su forma
más clásica, el feudalismo occidental asumía que el Rey, príncipe, duque, marqués o
conde soberano era dueño de las tierras, no por títulos ni linaje, sino porque las tierras se
recibían “de nadie sino de Dios”.

El príncipe cedía los feudos a sus barones a cambio de unos simples términos, más
laboriosos que a los caballeros. Por ejemplo, si un monarca otorgaba un feudo de doce
señoríos a un noble a cambio de doce caballeros, el noble podía ceder a su vez doce de
los señoríos recibidos a otros tantos caballeros, con lo que podía cumplir la prestación
requerida por el rey. Un noble podía mantener todos sus feudos bajo su dominio personal
y, al mismo tiempo, mantener a sus caballeros en su señorío a costa de sufragar las
prestaciones debidas a su señor. Veamos a continuación los distintos tipos de feudas que
se podían encontrar durante la Edad Media.

Tipos de Feudos en la Edad Media

Como ya sabemos, el feudalismo prácticamente, tenía sus normas y tenía sus


delimitaciones para poder ser traspasado o trasladado o regalado, siempre que el acuerdo
sea mutuo y las tierras lo merezcan. Pero el feudo tiene diferentes características y por lo
tanto, diferentes clasificaciones. Todo depended e quien lo entregue o cómo se entregue.
El feudo no era sólo el dominio de un terreno bajo unas condiciones. Dependiendo de qué
condiciones hablamos, sería un tipo diferente de feudo. A continuación, os enumeramos
los diferentes feudos que había.

 Alodial: no era redimible


 De cámara: relacionado con el dinero, en donde representaba a Hacienda del
señor, inmueble o señorío.
 Franco: se concedía sin obsequio alguno y sin personal.
 Eclesiástico: terrenos que se entregaban por parte de la iglesia a uno de los
miembros de la iglesia, como un clérigo.
 Impropio: los feudos estaban llenos de características y normas. Si hablamos de
este tipo de feudo es porque le faltaba algunas de las características por cumplir.
 Laical: era entregado por príncipes o señores seglares. A veces, por parte de los
bienes propios de eclesiásticos. En este caso, no podría considerarse feudo
eclesiástico, porque no era la entrega de un feudo de la iglesia, sino uno propio
del sacerdote u obispo.
 Ligio: en donde el feudatario tenía que acabar como un subordinado de su señor,
de manera que no podía subordinarse a otro señor, aunque tuviese el mismo título
o rango.
 Propio: uno que cumplía las normas con rigurosidad.
 Recto: es el terreno que, aunque no se hubiese apalabrado, tenía que tener servicio
personal u obsequio para quien entregaba el feudo. En este caso, tenía que
asegurarse si era un feudo recto o un feudo franco, en el que no tendría que ofrecer
nada.
 Reversible: aquél terreno que podía ser revertido o devuelto, cada cierto tiempo,
si hiciese falta o necesario.
 De soldada: un tipo de terreno que fue más desarrollado en el Oriente Latino que
en Occidente, porque sus características impedían un terreno grande, sino un
menos nivel de urbanización. Consistía en ofrecer una renta de urbanización, por
los oficios o las tasas urbanas. Aquellas personas con más poder, podían elegir
entre recibir el terreno o los beneficios de un terreno que se trabaja. Salía bastante
sencillo, darle el encargo de los beneficios de un molino o un horno, volviéndose
frecuente.

El estado, tenía la costumbre de entregar la percepción de las tasas de los oficios, de


manera que se sacaban un beneficio importante, ya que se concedía una especie
de arriendo, en donde todos salían beneficiados.

Por supuesto, todos tienen cosas en común, pero dependiendo de las diferencias que
presentan, se les clasificaría en uno de estos tipos de feudos. Parece complicado y hasta
rebuscado para aquella época, pero necesitaban las características de alguno determinado,
para saber qué condiciones tenía y si podían ser alteradas.

Ahora que sabes los tipos de feudos que había, podrías hacerte una idea de cómo eran los
tratos en la Edad Media. Sin embargo, como todo en la vida, esta época también llegó a
su fin, un final propiciado por una serie de factores que pasamos a analizar.
El Fin del Feudalismo

El feudalismo vio llegar sus últimos días a raíz de numerosas razones, muchas de ellas
causadas por la disminución poblacional. Tal disminución fue provocada por el
agotamiento de los recursos que ayudaban al cultivo, las hambrunas, las malas
condiciones de alimentación e higiene (causando las pestes), así como las
constantes guerras. Además, el comercio comenzaba a romper sus límites y las cruzadas
daban como resultado la compra-venta de productos.

El absolutismo de los reyes comenzaba a ser patente en los tronos de Europa,


consolidándose así los gobiernos que defendían los privilegios de la nobleza (tal y como
se hacía en los siglos XV y XVI) frente a una burguesía que miraba con ansias el poder.
Eso marcó el paso medieval al mundo moderno. La presencia del puritanismo también
fue fundamental, ya que intervino en la vida política y consiguió desatar las revoluciones
de las clases bajas.

Después, el renacimiento llegó tímidamente a Europa como un hecho fundamentalmente


cultural, que aun así vivía emparejado al mundo político y social, donde la economía de
los mercados (capitalismo) se habría un hueco. El renacimiento surgió en Italia: Venecia,
Florencia, Milán, Estados Pontificios y Nápoles (principalmente), y se desarrolló durante
los s. XV y XVI.

En resumen: el feudalismo comenzó a disolverse a mediados del siglo XIV, no sólo en


aspectos económicos, sino también en sus raíces sociales y políticas. Así acabó una
historia que entrelazaba rasgos sombríos de servidumbre y el vasallaje, con las élites
nobles y monárquicas.

El capitalismo comenzaba su andadura en el mundo contemporáneo, un sistema


económico que tiene vertientes políticas y sociales, y donde el capital predomina sobre el
trabajo. Terminaba con el feudalismo una de las épocas más oscuras de la historia de la
Humanidad, l menos en lo que se refiere al mundo occidental. Aun así, algunos de los
preceptos del feudalismo siguieron dando sus últimos coletazos durante mucho tiempo.

ARQUITECTURA GOTICA

La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte
gótico, el estilo artístico comprendido entre el románico y el Renacimiento, que se
desarrolló en Europa Occidental (cristiandad latina)en la Baja Edad Media, desde finales
del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas
continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.
El vocablo «gótico» es el adjetivo correspondiente a godo y fue utilizado en este contexto
por primera vez por el tratadista italiano Giorgio Vasari (1511-1574), quien en su famosa
obra de biografías de pintores toscanos incluye varios capítulos sobre el arte en la Edad
Media. En sentido peyorativo usó este término para denominar la arquitectura anterior al
Renacimiento, propia de los bárbaros o godos, cuyos componentes le parecían confusos,
desordenados y poco dignos, por contraste a la perfección y racionalidad del arte clásico.
En su propia época, se solía denominar como opus francigenum (estilo francés), por
referencia al origen de la innovación. Paradójicamente, en la España del siglo XVI se
calificaba al gótico final (isabelino o plateresco) como la forma de construir a lo moderno,
mientras que la arquitectura clasicista que introducía el renacimiento italiano era vista
como una forma de construir a la antigua o a lo romano.
La arquitectura gótica puso especial énfasis en la ligereza estructural y la iluminación de
las naves del interior de los edificios. Surgió del románico, pero acabó oponiéndose a los
volúmenes masivos y a la escasa iluminación interior de sus iglesias. Se desarrolló
fundamentalmente en la arquitectura religiosa (monasterios e iglesias), teniendo su
mayor éxito en la construcción de grandes catedrales, secular tarea en que competían las
ciudades rivales; aunque también tuvieron importancia la arquitectura civil
(palacios, lonjas comerciales, ayuntamientos, universidades, hospitales y viviendas parti
culares de la nueva burguesía urbana) y la arquitectura militar (castillos y murallas
urbanas).
Los dos elementos estructurales básicos de la arquitectura gótica son el arco apuntado u
ojival y la bóveda de crucería, cuyos empujes, más verticales que el arco de medio punto,
permiten una mejor distribución de las cargas y una altura muy superior. Además, la parte
principal de estas son transmitidas desde las cubiertas directamente
a contrafuertes exteriores al cuerpo central del edificio mediante arbotantes. El resultado
deja a la mayor parte de los muros sin función sustentante (confiada a
esbeltos pilares y baquetones), quedando la mayor parte de aquellos libres para acoger
una extraordinaria superficie de vanos ocupados por amplias vidrieras y rosetones que
dejan paso a la luz.
La arquitectura gótica tuvo su origen en las regiones de Normandía e Isla de Francia,
desde donde se difundió primero a todo el reino de Francia y posteriormente (ya a
mediados del siglo XIII), sobre todo por la extensión del arte cisterciense y las rutas
jacobeas, por el Sacro Imperio Romano Germánico y los reinos cristianos del norte
de España (que durante ese periodo de la Reconquista se estaban imponiendo a los
musulmanes del sur). En Inglaterra penetró pronto el estilo francés, aunque adquirió un
fuerte carácter nacional. A Italia llegó tarde, no tuvo mucha aceptación, y su impacto fue
muy desigual en las distintas regiones, y muy pronto fue sustituido por el Renacimiento.
El medievalismo suscitado por el romanticismo y el nacionalismo del siglo XIX hizo
reelaborar como arquitectura historicista un neogótico que reproducía el arquitectónico
propio del estilo con formas más o menos genuinas, destacando la labor restauradora y
reconstructora del francés Eugene Viollet-le-Duc.
Cronología de la arquitectura gótica
Antecedentes
Los elementos esenciales que caracterizan el estilo gótico ya existían con anterioridad al
nacimiento de este estilo arquitectónico, toda vez que se hallan dispersos en edificios de
edades anteriores. El arco apuntado fue conocido por los egipcios, asirios, indios y persas
de la dinastía sasánida, aunque su uso no era muy corriente. La islámica también lo
conoció e hizo un uso amplio de él, su ejemplo conocido más antiguo se encuentra en
la Cúpula de la Roca, en Jerusalén, construido entre los años 687 y 691, otros ejemplos
de gran calidad y belleza de su uso son las mezquitas de Samarra en Irak y la mezquita
de Amr en Egipto, cuyas construcciones se realizaron a mediados del siglo IX.
La bóveda de crucería, fue empleada en construcciones árabes de Córdoba del siglo IX y
en algunas mozárabes del siglo X y aun virtualmente en las bóvedas romanas desde el
primer siglo del Imperio cuando entraban en ellas arcos diagonales embebidos en las
mismas. Los arbotantes se encuentran originariamente y de forma rudimentaria en las
bóvedas de cuarto de cañón cuando sirven de contrarresto. El principio y distinción de
elementos activos y pasivos que caracteriza la arquitectura ojival se extendió y aplicó por
los antiguos asirios.
Parece claro que pudo existir una transmisión de estos elementos a través de las visitas
realizadas por los cruzados a Jerusalén y a través del norte de África para llegar a España
y de ahí al resto de Europa. Fue sin embargo la nueva relación entre todos estos elementos
la que dio como resultado un nuevo tipo de edificio con unas proporciones diferentes,
mucho más esbelto que los edificios románicos y con mayor luminosidad, en el que los
muros pueden casi llegar a desaparecer.
Origen
Gótico inicial
Un error mantenido hasta muy avanzado el siglo XIX, fue suponer que la arquitectura
gótica había nacido en Alemania y era peculiar del genio germánico. Los alemanes,
fundándose principalmente en los textos renacentistas, abogaban por que el estilo gótico,
de las grandes catedrales, se había originado a las orillas del río Rin.
El estilo gótico nació como tal en el norte de Francia, a mediados del siglo XII. Se da la
fecha del 14 de julio de 1140, en que se inició la restauración del abad Suger al
deambulatorio de la basílica de Saint-Denis, como la fecha de nacimiento de este estilo,
sin embargo debe hablarse más bien de una evolución técnica de las formas de las escuelas
románicas regionales. Así, ya a finales del siglo XI, se había comenzado a construir
en Inglaterra la catedral de Durham, con bóveda de crucería y estructura gótica. En los
primeros momentos, durante el denominado estilo de transición, que se alargó hasta
finales del siglo XII, se siguió manteniendo cierta forma o fisonomía románica. Por
ejemplo, en el primer gótico se mantuvo una estructura de proporcionalidad clásica en las
fachadas, propia del románico, que se puede observar en la catedral de Notre Dame de
París, que más adelante se perdió en beneficio de efectos mucho más verticales. De forma
esquemática se dice que la arquitectura de este período fue una arquitectura románica con
bóvedas y arcos apuntados.
Plenitud
Gótico clásico
Al comenzar el siglo XIII, el estilo gótico, denominado en este periodo como «gótico
clásico», llega a su perfección en las regiones de Normandía y la Isla de Francia, territorio
de dominio real de los alrededores de París. Desde allí se extendió a todo el resto de
Francia. Se difundió durante el siglo XIII al Sacro Imperio Romano, Inglaterra, reinos
hispánicos y principados itálicos, llevado sobre todo por los monjes del Císter. Este estilo
llegó a alcanzar las islas de Rodas y Chipre e incluso Siria, transmitido por las cruzadas.
Gótico radiante
Gótico radiante
En los inicios del siglo XIV la arquitectura aumenta su esbeltez, tiende a la estilización,
iniciándose la independización de la pintura y escultura. El estilo evolucionó hacia una
mayor altura, la expansión de los vanos y el mayor apuntamiento de los arcos. Las
vidrieras pasaron a cubrir el espacio del muro, sirviendo la arquitectura únicamente de
soporte y marco, tiene su máxima expresión en la Sainte Chapelle de París.
Gótico tardío
Gótico tardío
A partir de la mitad del siglo XV, comienza el denominado gótico tardío, su fase más
adornada, con una creciente riqueza decorativa. Su variedad de lugar, tiempo y
circunstancia produjo una gama estilística amplia que escapa a la generalización. Su
vigencia es variable dependiendo de las zonas, mientras que en Italia, durante el siglo
XV el gótico es desplazado de forma temprana por la arquitectura renacentista, en otras
zonas, el estilo propio del gótico perduró hasta bien entrado el siglo XVI, y en Inglaterra,
en concreto, perduró una tradición gótica hasta su renovación a través del neogótico,
durante el siglo XIX.
Interpretaciones históricas sobre los orígenes y esencia del gótico
La interpretación del arte gótico ha sido causa de enfrentamientos doctrinales a lo largo
de los siglos XIX y XX, además de ser expuesta a grandes transformaciones pasando por
una gran variedad de modificación en su estructura.
Interpretación de la escuela alemana
Tiene como cabeza a Wilhelm Worringer. Se trata de una interpretación espiritualista,
para la que el gótico es la expresión del alma nórdica, en oposición al alma mediterránea
o clásica. Entre los antecesores de esta línea se encuentran autores del siglo XVIII que se
oponen a la predominancia del gusto francés. Es significativo, en este contexto, el
encuentro entre Johann Gottfried Herder y Johann Wolfgang von Goethe ante la catedral
de Estrasburgo en 1770, en que Herder le hará ver a Goethe la sublimidad de ese arte
alemán.
Esta línea de interpretación ha sido seguida por algunos historiadores del siglo XX,
como Max Dvorak, Wilhelm Pinder y Hans Seldmayr. La concepción germánica del arte
gótico presta atención a las ideas y no tanto a los medios técnicos para su realización. Las
formas solo interesan en relación con su significación mental.
Interpretación de la escuela francesa
Tiene como cabeza a Viollet-le-Duc. Esta línea ha sido seguida por relevantes
historiadores de la Escuela de Archiveros de París, Quicherat, Félix de Verneiuil y
después Lasteyrie y Enlart, que defienden la teoría funcional. Se ha caracterizado por
poner el acento en la técnica, en los procesos de construcción y sus condicionamientos
formales. Han determinado el origen territorial y técnico del estilo.
Interpretación de Panofsky
Erwin Panofsky en su obra Arquitectura gótica y pensamiento escolástico establece una
analogía entre la arquitectura gótica y el sistema de pensamiento escolástico. Según
Panofsky, la catedral gótica se trata de una summa de saberes, que constituye un conjunto
inteligible, que participa de una estructura mental común. Se basa en la idea de totalidad.
Entorno económico y social del gótico
La arquitectura gótica nació, durante la denominada Baja Edad Media, en un momento
de cambios económicos, sociales y políticos que supusieron el incremento de la actividad
económica y de la producción agrícola, esto conllevó un auge del comercio y una
potenciación del poder urbano, mientras que en lo político se fortaleció la autoridad de
las monarquías frente a la nobleza. En el entorno urbano destacaron dos nuevos grupos
que florecieron gracias al rápido desarrollo de las ciudades, los artesanos y mercaderes,
organizados en torno a los gremios y las logias. En el ámbito cultural, el protagonismo se
desplazó desde los monasterios hacia las escuelas catedralicias y urbanas.
De estas circunstancias surgieron nuevas formas constructivas, por un lado, la catedral
gótica, que representaba la expresión del esfuerzo común ciudadano. La iniciativa de las
catedrales solía corresponder a las autoridades políticas, religiosas o municipales. Para su
construcción se requerían amplios recursos, para algunas obras se obtenía el patrocinio
real, que agilizaban la construcción, merced a los recursos de los monarcas. La
financiación no solía quedar asegurada por la fortuna particular de los obispos y
canónigos, que cedían una parte de sus ingresos, sino que había que recurrir a otras vías
como colectas, aportaciones gremiales, reliquias, impuestos sobre ferias y mercados etc.
La disponibilidad de recursos marcaba el ritmo de las obras, y se encuentran pocos
ejemplos de grandes templos que fueron levantados de una sola vez. Durante el siglo XIV,
las obras se detuvieron casi totalmente por la grave depresión económica que se atravesó.
Por otro lado, el renacer urbano supuso también la aparición de nuevos tipos de edificios
no religiosos, comunitarios como los almacenes gremiales, tiendas y lonjas; públicos
como los ayuntamientos, hospitales, las nacientes universidades y puentes, y otros de
carácter privado como casas señoriales y palacios, que dejaron de ser monopolio de la
nobleza.
Edificios góticos
Arquitectura religiosa
La catedral es el edificio donde el gótico alcanza su expresión más plena, en la que se
refleja el esfuerzo y la aportación de toda una ciudad. A su construcción suelen colaborar
las cofradías y gremios que suelen tener su manifestación en las capillas laterales.

También destaca la arquitectura monasterial, entre la que se distingue:

-La arquitectura cisterciense, con monasterios situados en el campo, desconectados de la


vida civil, que desarrollan un estilo protagónico y que servirá para la propagación del
estilo gótico por toda Europa. Aunque tampoco todos los componentes de esta
arquitectura servirán de fundamento para el gótico.
-La orden cartuja.

-Dominicos y franciscanos.
Arquitectura civil
La arquitectura civil muestra la pujanza económica en la Baja Edad Media, el auge de las
actividades comerciales y artesanales, la apertura de nuevas rutas comerciales y el
próximo descubrimiento de América. En la arquitectura militar se desarrolla y
perfecciona la construcción de castillos y murallas; los puentes se fortifican con puertas
a los extremos y en medio. La arquitectura civil muestra la consolidación de formas
municipales frente al poder señorial o eclesiástico con la construcción de grandes
edificios destinados a servir de sede de sus instituciones y gobiernos municipales, entre
los que destacan los de las ciudades italianas de Florencia y Siena y también los de la
región de Flandes. En Cataluña sobresalen la Casa de Ciudad y el Palacio de la
Generalidad en Barcelona. También se desarrolló la construcción de lonjas comerciales,
palacios urbanos, universidades, hospitales y viviendas particulares para la nueva
burguesía urbana que desplazaba a la nobleza. Asimismo, destacó durante el siglo XV,
concretamente durante el último periodo del gótico, toda la arquitectura civil en Flandes.
A pesar de que la arquitectura sigue siendo esencialmente religiosa, la arquitectura civil
adquiere una importancia extraordinaria en el gótico, reflejando a la perfección la
dinámica social de la época. Así, podemos encontrar una gran diversidad tipológica
destinada a satisfacer las necesidades de la vida urbana.
El desarrollo de la arquitectura civil estuvo estrechamente ligado al renacer urbano que
se produce en Europa a partir del siglo XI, debido al desarrollo y la expansión económica.
Así pues, el desarrollo de estas ciudades se verá favorecido por una serie de privilegios
jurídicos: franquicias, fueros... y la ciudad acabará adquiriendo su propia personalidad
legal.
Normalmente solían situarse en lugares elevados y junto a los ríos por razones defensivas.
Son ciudades amuralladas en las que será frecuente el plano irregular. En el centro urbano
estarán los edificios más importantes, como la catedral o el ayuntamiento. Las viviendas
urbanas eran edificios de planta rectangular alrededor de un patio central desde el que se
accedía al primer piso, estructura que pasará al Renacimiento y Barroco.
-Palacios y residencias señoriales: Es aquí donde la nobleza y burguesía dejan
constancia de su riqueza y poder como grupo social cada vez más fuerte.

-Ayuntamientos: Centro del poder burgués. Se alzan en la plaza mayor, centro


neurálgico de la ciudad. Destaca la sala del concejo y el balcón. Estos edificios son muy
frecuentes en los Países Bajos.

-Mercados y lonjas: Tienen su origen en las loggias italianas, donde se llevaban a cabo
las transacciones comerciales. Encontramos magníficos ejemplos en España, como la
lonja de Valencia y la de Palma de Mallorca.

-Otros edificios: hospitales, torres del reloj;etc.


Elementos de la arquitectura gótica

Planta original de notre dame


La arquitectura gótica presenta innovaciones técnicas y constructivas notables, que
permitieron levantar estructuras esbeltas con medios y materiales sencillos. Las
principales aportaciones constructivas, al igual que en el románico, se centran en las
cubiertas.
Planta
La planta de las iglesias góticas responde a dos tipos principales:

-De tradición románica. En él se observan casi las mismas formas que en el estilo
románico y más comúnmente la de cruz latina, con girola o sin ella pero con los brazos
poco salientes y con los absidiolos o capillas absidiales frecuentemente poligonales. Las
iglesias abaciales, sobre todo, cistercienses, siguen este tipo con brazos muy salientes
como en la época románica. Y en las iglesias menores o populares se adopta como planta
más común la de cruz latina o la rectangular y con un solo ábside poligonal en la cabecera.

-De salón. La planta carece de crucero de brazos salientes (aunque no deja de ostentarse
más o menos la simbólica cruz de en medio), el templo de salón presenta una disposición
basilical y posee, como mínimo, tres naves de igual altura y, por consiguiente, un sistema
de iluminación lateral. Los espacios interiores son amplios y desahogados, abarcables con
una sola mirada y tremendamente unitarios, de ahí que parezcan o tengan el aspecto de
un gran salón.
En todo caso, la planta se divide en tramos rectangulares o cuadrados determinados por
las columnas y arcos transversales y sobre éstos, cargan las bóvedas de crucería. Desde
mediados del siglo XIII se hace común el abrir capillas en los lados de las iglesias, entre
los contrafuertes, para satisfacer la devoción de los gremios o cofradías y del pueblo en
general, ya que antes de esta época era raro admitirlas fuera de los ábsides.

La evolución de la planta en la arquitectura gótica

Catedral de Reims

- Evoluciona desde la cruz latina con deambulatorio del románico de peregrinación (XI-
XII).

Catedral de Santiago.
-En el protogótico (XII) se desarrolla este modelo, normalmente con el eje longitudinal
muy destacado y larga cabecera (Notre Dame de París).

Catedral de Sens

-En el gótico clásico (XII) las plantas tienen un transepto cada vez menos resaltado
mientras aumentan la cabecera, terminándose por unir.

Catedral de Burgos
Catedral de León

-Ya en el XIV y XV la tendencia es hacia la planta salón (espacio unitario) con ejemplos
de cinco naves y doble deambulatorio sin transepto visible en planta (aunque sí en alzado)
como Toledo (XIV).

Catedral de Toledo

En el gótico mediterráneo del XIV también se tiende a espacios más diáfanos (Jacobinos
de Toulousse), igual que el flamígero del XV (San Juan de Reyes).
Arco apuntado
El arco apuntado es uno de los elementos técnicos más característicos de la arquitectura
gótica, y vino a suceder al de medio punto, propio de la arquitectura románica. El arco
ojival es el resultado de la intersección de dos secciones de círculo, es más esbelto y ligero
por transmitir menores tensiones laterales, lo que permite elevar la altura de las
construcciones, pues gracias a su verticalidad las presiones laterales son menores que en
el arco de medio punto, permitiendo salvar mayores espacios. A lo largo del gótico el
arco apuntado mostró variantes como el trilobulado, el arco conopial utilizado durante el
denominado gótico flamígero o el arco Tudor, durante el denominado perpendicular
inglés.
Arcos en el gótico

Arco apuntado

Arco tudor

Arco conopial
Arco lobulado

Arco carpanel

Bóveda de crucería o nervada

La bóveda de crucería, conformada por arcos apuntados, a modo de esqueleto, es más


ligera que cualquier otro tipo de bóveda construida hasta esa fecha. La utilización de ese
tipo de arco formando un esqueleto tridimensional unitario refleja el alto conocimiento
técnico que alcanzaron los constructores de catedrales. Ahora los empujes y el peso de
las cubiertas es soportado por los pilares en los que descargan y no por los muros como
sucedía en el Románico, con lo que los muros pueden llegar en caso extremos con el de
la Sainte Chapeile de París casi a desaparecer, por la gran cantidad de vanos que se
pueden abrir que se cubren con vidrieras.9
En el transcurso del gótico, la bóveda de crucería fue adquiriendo una mayor complejidad
estructural y decorativa, desde la simple o cuatripartita hasta llegar a las bóvedas de
abanico. El primer periodo se distingue por la sencillez de los arcos cruceros o diagonales
que son simples y llevan pocas molduras, en este mismo periodo se usó también la
denominada bóveda sexpartita (dividida en seis témpanos) para los tramos de bóveda de
la nave central, cuando ésos se hacían cuadrados, correspondiendo cada uno de ellos con
dos de las naves laterales. En el segundo, se aumenta la crucería con arcos o nervios
secundarios y los llamados terceletes para sostener los témpanos de plementería ya que
las bóvedas se hacen más amplias. A la vez, se molduran todos los arcos, mayormente los
diagonales y éstos y demás nervios reciben más perfiles y se ligan con nervios
transversales. En el tercer periodo se añaden nuevos terceletes y nervios secundarios con
sus ligaduras aun sin necesidad alguna y se generaliza la bóveda llamada estrellada (por
la figura del conjunto) y los nervios y arcos se perfilan con más delicadeza. En el primer
periodo se usó con alguna frecuencia la bóveda sexpartita (dividida en seis témpanos)
para los tramos de bóveda de la nave central cuando ésos se hacían cuadrados y
correspondían cada uno de ellos con dos de las naves laterales.
Desde finales del siglo XV, se adornaban las claves de las crucerías en muchos edificios
con florones de madera o de metal, dorados o policromados conocidos con el nombre
de arandelas. Pero ya desde los principios del estilo se decoran dichas claves con variados
relieves.
Los ábsides góticos se cubren también con diferentes bóvedas de crucería, pero de tal
suerte que los arcos o nervios concurren todos a una clave central formando crucería
radiada y muy a menudo se da al cascarón una forma gallonada o dividida en
compartimentos de boveditas parciales más o menos salientes o profundas. Esta
disposición, al paso que refuerza y embellece el ábside, contribuye mucho a la sonoridad
de la iglesia sobre todo, para los cantos desde el presbiterio.
Bóveda de crucería
La bóveda de crucería, también llamada bóveda nervada, es un tipo
de bóveda característica de la arquitectura gótica que recibe este nombre porque está
conformada por el cruce, o intersección, de dos bóvedas de cañón apuntado. A diferencia
de la bóveda de arista, la de crucería se caracteriza por estar reforzada por dos o
más nervios diagonales que se cruzan en la clave, generalmente. La bóveda de crucería
se considera uno de los tres elementos distintivos de la arquitectura gótica, junto con
el arco apuntado y el arbotante.
La bóveda de crucería consta de dos elementos: los arcos que constituyen su armazón, o
esqueleto, y los paños o plementos que cubren los espacios intermedios entre los arcos.
Primero se levantan los arcos, creando una estructura esbelta, resistente y ligera, y
posteriormente se rellenan los paños intermedios conformando las bóvedas, quedando
enmarcadas transversalmente por los arcos perpiaños, también llamados arcos fajones, y
longitudinalmente por los arcos formeros, paralelos al eje de la nave que delimitan los
tramos de la bóveda.
Elementos de la bóveda
Las bóvedas se componen de diversas partes, cuya denominación tradicionalmente es:
 Apoyos: son las partes de los muros o pilares sobre los que descansa la bóveda.
 Puntos de arranque: son los de los arcos que componen la bóveda.
 Dovelas: son las piezas elementales que componen la bóveda.
 Clave: es la dovela central que cierra la bóveda.
 Salmeres: son las dovelas en las líneas de arranque de la bóveda.
 Nervios: son los arcos de dovelas independientes de los témpanos en las aristas.
 Luneto: es la abertura practicada en la bóveda de otra bóveda que penetra en ella.

Historia
Existen diferentes teorías acerca del origen de la bóveda de crucería. Se ha buscado sus
antecedentes en las cúpulas de arcos entrecruzados de algunos edificios del arte islámico,
así como en las bóvedas de ciertas iglesias de Georgia y Armenia.
Parece, sin embargo, que la bóveda de crucería gótica evolucionó a partir de la bóveda de
arista ya utilizada en el románico. Los antecedentes más directos de las bóvedas de
crucería del gótico se encuentran en construcciones tardorrománicas de dos regiones
alejadas entre sí: Lombardía, por una parte, y Normandía-Inglaterra por otra.
En Lombardía, se utilizó en al menos cinco templos: San Ambrosio de Milán, San Nazaro
de Milán, San Miguel de Pavía, San Sabino de Piacenza y Rivolta d'Adda. Las fechas no
son precisas, pero se cree que todas estas obras se realizaron entre 1100 y 1130.
En Inglaterra, uno de los primeros ejemplos de su uso se encuentra en la Catedral de
Durham aunque estas bóvedas de crucería no tienen arcos formeros, y los perpiaños
son arcos de medio punto. En Normandía su empleo se generalizó en la primera mitad del
siglo XII, aunque los sistemas de soporte seguían siendo los propios del románico.
La difusión de este tipo de bóveda se produjo sobre todo a partir de mediados del siglo
XII.
Aunque hay distintos tipos de bóvedas de crucería, la más utilizada en el periodo clásico
del gótico fue la cuatripartita, en edificios tan singulares como las Catedrales
de Chartres, Reims o Amiens.
Sistema constructivo

Catedral de asgorta
La necesidad de crear amplios espacios cubiertos motivó hallar un sistema constructivo
que, manteniendo, e incluso reduciendo el grosor de muros y contrafuertes, consiguiera
ampliar este volumen interior: es la arquitectura gótica, que permitió aligerar el peso de
las cubiertas mediante el equilibrio de las fuerzas verticales y horizontales para que se
contrarresten entre sí. El peso de la bóveda se transmitirá a los cimientos a través de los
pilares, interviniendo apenas los muros que solo servirán de cerramiento del espacio
arquitectónico.
El uso del arco ojival reduce los empujes laterales, pues es más vertical que el de medio
punto. Este arco genera un nuevo tipo de bóveda, la de ojiva o crucería, que ya se había
utilizado en la arquitectura normanda, configurada mediante el cruce de dos arcos
formeros, llamados nervios, que transmiten el peso de la bóveda y sus plementos a cuatro
pilares; Así, entre pilares, el muro apenas soporta peso y puede ser sustituido por
luminosos ventanales vidriados.
El edificio gótico se asemeja a un "esqueleto" recubierto de una piel "inmaterial", las
vidrieras, que permiten inundar el interior de luz. Los planteamientos de la arquitectura
románica, con sus gruesos y pesados muros, habían quedado obsoletos.
Con respecto a la bóveda de cañón, predominante en la arquitectura románica, la principal
ventaja de la de crucería es que transmite el peso solo a los pilares. Estos se refuerzan
con contrafuertes (ya utilizados en el románico), o con arbotantes, otro elemento
característico del gótico. Los muros ya no necesitan ser tan gruesos como en el románico,
y pueden ser fácilmente perforados con grandes vanos. De este modo se podía construir
grandes edificios con economía de materiales, a la vez que se alcanzaban grandes luces y
alturas.
Variantes
-Bóveda cuatripartita o de crucería simple
La bóveda cuatripartita, o bóveda de crucería simple, es el diseño más sencillo de bóveda
de crucería. Está formada por el cruce de dos arcos diagonales o cruceros, que dividen
la plementería en cuatro segmentos: de ahí el nombre de cuatripartita. Existen diferentes
tipos de bóveda de crucería simple. Una de las más utilizadas es la propuesta por Vicente
Lampérez,1 quien distingue entre las escuelas francesa, aquitana, normanda y angevina,
según la disposición de los arcos y de los plementos. La bóveda cuatripartita es la más
común en la arquitectura gótica clásica, y resulta la más adecuada para cubrir tramos
cuadrados o rectangulares.

-Bóveda sexpartita
La denominada bóveda sexpartita es similar al modelo anterior pero incrementándole un
tercer nervio transversal, con lo que la plementería queda dividida en seis partes.
Los principales ejemplos se encuentran en la Abbaye-aux-Hommes y la Abbaye-aux-
Dames de Caen, y en las catedrales de París, Bourges, Laon, Noyon, Senlis y Sens.
-Bóveda de ligadura o reticulada
En la bóveda de ligadura o bóveda reticulada o reticular (en inglés llamada lierne vault,
"bóveda de ligaduras"), los nervios forman una especie de retícula, y la bóveda carece de
arcos perpiaños, por lo que no está marcada la división en tramos. Un ejemplo se puede
encontrar en el Monasterio de Maulbronn (Alemania).

-Bóveda estrellada
En la última fase del gótico, denominada gótico tardío, los arcos de la bóveda se
multiplican hasta constituir una trama espacial, que sirve para cubrir espacios más
amplios, con un mayor número de nervios de refuerzos que se entrelazan entre sí para una
mejor transmisión de las cargas, que dan lugar a las denominadas bóvedas estrelladas, en
las que aparecen nervaduras de trazado curvo en forma de lazos y ondas, que cumplen
una doble misión por una parte la expresiva y artística y por otra parte constructiva,
constituyendo a la vez una manifestación manieriesta de la evolución de estilo y un
soporte constructivo eficaz. La más antigua bóveda estrellada es la del crucero de
la Catedral de Amiens. En España se utilizó, por ejemplo, en la Catedral de Toledo o en
la Catedral de Sevilla.
-Bóveda de abanico
La bóveda de abanico, también llamada bóveda palmeada, que tiene los nervios en forma
de abanico o palma, se utilizó en el gótico tardío, especialmente en Inglaterra (gótico
perpendicular, en el siglo XV).

 Abadía de Bath
 Catedral de Winchester
 La capilla del King’s College de Cambridge
 Catedral de Gloucester
 Catedral de Peterborough
 Henry VII Lady Chapel en la Abadía de Westminster

Contrafuertes y arbotantes
Un contrafuerte, palabra proveniente del Latín contrafortis, también llamado estribo, es
un engrosamiento puntual en el lienzo de un muro, normalmente hacia el exterior, usado
para transmitir las cargas transversales a la cimentación. Los contrafuertes, que permiten
al muro resistir empujes, se conocen desde tiempos antiguos y han sido profusamente
usados en todo tipo de construcciones, siendo elementos característicos del
arte románico y gótico.
Características
El origen de los contrafuertes se debe a la necesidad de soportar la componente horizontal
de la carga que origina una bóveda o a veces una cubierta a dos aguas. Estas estructuras
de cubierta, además de su carga vertical (su peso por gravedad), tienden a "abrirse", y
empujar transversalmente al muro que la sustenta. El peso del propio pináculo ayuda al
contrafuerte a aumentar la componente vertical de la carga, lo estabiliza. Se usó mucho
en la Edad Media.
La aparición del acero como elemento constructivo ha ido eliminando la necesidad de los
contrafuertes, ya que es más económico "coser" la cubierta con cables o barras de acero
para evitar que se abra.
Uso en la arquitectura
En la arquitectura románica, los contrafuertes adoptan la forma de pilastras, adosadas
exteriormente al muro, con ancho decreciente en altura.
En la arquitectura gótica, los contrafuertes (llamados técnicamente botareles o estribos de
forma única), se separan del muro y se conectan con él mediante arbotantes, con el fin de
favorecer la visión vertical del edificio.
Existen diversas disposiciones de contrafuertes, tal y como se muestra a continuación,
dependiendo de su posición relativa en los paramentos del edificio:
Disposiciones en planta de los contrafuertes

Contrafuertes angulados o escuadra

Contrafuerte esquinado
Diagonal o contrafuerte francés
Arbotantes

Un arco arbotante o simplemente arbotante (del francés arc-boutant, literalmente arco


que transmite),1 es un elemento estructural exterior con forma de medio arco que recoge
la presión en el arranque de la bóveda y la transmite a un contrafuerte, o estribo, adosado
al muro de una nave lateral. Es un elemento constructivo distintivo de la arquitectura
gótica, junto con el arco apuntado y la bóveda de crucería.
Como arco exterior de descarga suele estar en posición inclinada; es, por tanto, un arco
rampante o arco por tranquil, ya que tiene los arranques a distinta altura. El arbotante
forma parte de la estructura gótica, pero sólo se aprecia desde el exterior. La parte inferior
se apoya en un estribo, contrafuerte, o botarel; y la parte superior sirve de sostén,
generalmente, a una bóveda de crucería. Un pináculo corona el estribo, decorándolo,
siendo denominado aguja cuando es muy elevado. Y hace fuerza, entonces sujeta más la
estructura.
Historia
Se utilizó por primera vez en 1180 en la construcción de la nave central de Nuestra Señora
de París, para reforzar su bóveda de ojivas. Mediante este sistema se consiguió transmitir
las presiones desde el arranque de las bóvedas altas hasta los contrafuertes del exterior,
permitiendo abrir mayores vanos en los muros de la nave central. Con el arco apuntado,
gracias a su verticalidad, se consiguió elevar la altura del edificio.
Este sistema sustituyó a los estribos utilizados en el románico para contrarrestar los
empujes laterales de la bóveda. Al liberarse el muro de la función de contrafuerte, se
pudieron hacer más altos y esbeltos, propiciando la entrada de luz a través de los vitrales.
Más tarde y con el fin de evitar el desplazamiento de los contrafuertes por el empuje de
los arbotantes y, a su vez, contribuir al efecto ascendente de la arquitectura gótica, se les
coronó con un pináculo o pilar viejo terminado en forma apiramidada en su parte
superior. El arbotante también se utiliza para conducir al exterior el agua de lluvia de
las cubiertas, adornándose estos desagües habitualmente con figuras grotescas, las cuales
reciben el nombre de gárgolas.

Estructura de arbotantes y contrafuertes.


Para soportar el empuje del peso de las bóvedas, en vez de construir gruesos muros como
se realizaba en el románico, en el que los contrafuertes adoptaban la forma de pilares
adosados exteriormente al muro, con un ancho creciente en su base; los arquitectos
góticos idearon un sistema más eficiente: los contrafuertes con arbotantes. Los
contrafuertes se separan de la pared, recayendo el empuje sobre ellos por medio de un
arco de transmisión denominado arco arbotante. Todavía se puede alcanzar una mayor
resistencia colocando a continuación un segundo contrafuerte. Los arbotantes también
cumplen la misión de albergar los canales por donde descienden las aguas de los tejados
y evitar así que resbalen por las fachadas.
Por un lado, la disposición de estos machones transversales permitía hacer fachadas no
portantes, esbeltas, con enormes huecos. Por otra parte, al conectar los contrafuertes por
medio de arcos arbotantes a la estructura principal se ganaba brazo de palanca y se
liberaba espacio para situar naves laterales, paralelas a la nave principal.
Los botareles y demás contrafuertes se decoran, montando pináculos sobre ellos para que
tengan más peso y resistencia, logrando así con estos remates el doble fin constructivo y
estético.
El sistema de arbotantes y contrafuertes de las iglesias góticas constituye un elemento
característico que embellecen el exterior de los edificios, pero a la vez, ponen de
manifiesto la propia fragilidad estructural, ya que sujetan el edificio a modo de
apuntalamiento externo.
Alzado

Alzados de la catedral de laon (con estructura cuatripartita)


El sistema constructivo gótico, eficiente y ligero en su conjunto, permitió ganar altura
para los edificios. El alzado de los templos góticos presenta diversas alternativas que se
fueron sucediendo en el tiempo:

-Alzado cuatripartito: estructurado en cuatro niveles es utilizado en el gótico inicial, en


especial de la región de Normandía como en las catedrales de Laon y Noyon. Los cuatro
niveles que forman este modo son:

o 1.er piso: arcadas o arquerías


o 2º piso: tribuna
o 3º piso: triforio
o 4º piso: claristorio

-El alzado tripartito se estructura en tres niveles, se impone desde fines del siglo XII. En
este modelo se distinguen dos variantes, una primera que presenta el triforio ciego y una
segunda con el triforio calado. Los distintos niveles que forman el modo tripartito son:
o 1.er piso: arquería
o 2º piso: triforio
o 3º piso: claristorio o ventanales.

-El alzado bipartito: A partir de 1300 se empieza a utilizar un nuevo alzado con solo dos
plantas:

o 1.er piso: arquerías


o 2º piso: claristorio
Columnas

Los soportes o columnas del arte gótico consisten en el pilar compuesto el cual, durante
el periodo de transición, es el mismo soporte románico aunque dispuesto para el enjarje
de arcos cruceros. Pero en el estilo gótico perfecto se presenta cilíndrico el núcleo del
pilar, rodeado de semicolumnillas (pilastras) y apoyado sobre un zócalo poligonal o sobre
un basamento moldurado, a diferencia del estilo románico en que tal zócalo era uniforme
y cilíndrico.
Estos basamentos se hallan más divididos y moldurados conforme avanza más la madurez
del estilo gótico, distinguiéndose especialmente los de periodo flamígero por destacarse
de ellos pequeñas basas parciales de diferentes alturas correspondiendo éstas a las
columnillas que rodean el núcleo del pilar. Pero en el siglo XVI se vuelve con frecuencia
al uso del zócalo primitivo prismático o cilíndrico sin divisiones. Las columnillas
adosadas alrededor del núcleo se corresponden con los arcos y nervios de las bóvedas,
cada una con el suyo, según el principio seguido en el estilo románico de que debe
corresponder a cada pieza sostenida su propio sostén o soporte.
Estas columnillas van aumentando en número a medida que progresa el estilo. Al
principio, suelen ser cuatro o seis en los pilares aislados, de suerte que la sección
transversal u horizontal de éstos forme en la mayoría de los casos una especie de cruz de
núcleo prismático. Pero luego se van multiplicando de tal manera en las nuevas
construcciones, desde mediados del siglo XIII, apenas queda visible el núcleo central (que
en adelante suele ser redondo). Aparece ahora todo el soporte como un haz de cilindros,
los cuales en el siglo XV se reducen a simples junquillos o baquetones por haber
aumentado su número y no tener ya cabida si no es con esta forma; pues no solo se
adjudica una columnilla para cada arco y nervio de la bóveda sino que hasta las molduras
principales de éstos tienen su columnilla correspondiente en el soporte.
Capiteles

El capitel gótico va perdiendo su importancia según adelanta la época del estilo. Después
del periodo de transición en el que se sigue el capitel románico se presenta como un
tambor algo cónico abrazado con follaje cuyos motivos se toman de la flora del país
(aunque, a veces, sobre todo durante el siglo XIV admite figurillas e historias entre el
follaje siempre con más pulcritud que en el estilo románico) y se corona por un ábaco
circular o poligonal de varias molduras.
Posteriormente, el capitel se va haciendo más pequeño y delicado y por fin, llega hasta
suprimirse cuando en el siglo XV el haz de junquillos se ramifica directamente en los
nervios de la bóveda sin que medie solución de continuidad en muchos casos o se queda
en forma de simple anillo.
Cúpulas

Las cúpulas se forman de témpanos sostenidos por nervios radiantes que arrancando del
octógono formado por los arcos torales y por una especie de trompas muy artísticas
situadas en los ángulos determinados por ellos, se unen concurriendo a una clave superior
y céntrica.
El cimborrio se manifiesta al exterior en forma de prisma octógono o hexágono coronado
por una pirámide con más atrevimiento y elegancia que en el arte románico. Muchas
veces, en lugar de cúpula se alza una simple linterna prismática a modo de torre sobre el
crucero.
Ventanas y vidrieras

- Representación del espacio, una preocupación espacial y la búsqueda de la


perspectiva. Esto se consigue al mismo tiempo que se conquista la luz,
generando puntos de vista fuera de la obra y consiguiendo un carácter
escenográfico que supone un importante avance hacia la perspectiva clásica del
Renacimiento, si bien con muchos errores y deformaciones en el espacio.
El gótico lineal o franco-gótico es el estilo pictórico que se desarrolla desde los
inicios del siglo XIII hasta bien entrado el XIV. 4Francia dará, como en arquitectura y
escultura, las primeras pautas a seguir. Ejemplos casi exclusivamente de
miniaturas, desde los más arcaicos hasta modernos, como El libro de las muy ricas
horas del Duque de Berry. Este estilo se caracteriza por:
- Tener un fondo dorado, de influencia bizantina, un espacio simbólico.
- Las figuras tienden a ser planas,
- los colores vivos y aún tienen muchos convencionalismos románicos.
- Continúan utilizando la línea negra4para separar los espacios de colores.
- Predomina el naturalismo,
- los temas se tratan con sencillez.
2. La vidriera. Simbolismo, técnica y desarrollo histórico
El arte de la vidriera es una de las aportaciones más importantes del gótico lineal.
La arquitectura reduce sus muros, es más diáfana, y el carácter translúcido y
coloreado de las vidrieras convierte el interior de la catedral en un espacio
transcendente que evoca la divinidad. Para entender el papel que juega la vidriera entre
las artes góticas debemos recordar el carácter simbólico y trascendente que se otorga a la
luz en la tradición literaria cristiana; los teólogos distinguían entre luz
Espiritual (Dios) y luz natural (manifestación o expresión de Dios). LA LUZ DEL
INTERIOR GÓTICO, TRANSFORMADA POR EL FILTRO COLOREADO DE LA
VIDRIERA, SE CONVIERTE EN LUZ NO NATURAL, QUE SIMBOLIZA LA
LUZ ESPIRITUAL (IMAGEN4DE DIOS), Y QUETRASLADA EL ESPACIO
ARQUITECTÓNICO A UNA DIMENSIÓN TRASCENDENTE.
El maestro vidriero combina los vidrios de colores uniéndolos por los emplomados,
que dan elasticidad al conjunto. Partiendo de una paleta reducida, el vidriero
La reducción de la estructura sustentante al mínimo imprescindible permitió abrir grandes
huecos en los muros de las fachadas. Los artistas de la época pudieron dar rienda suelta a
su imaginación creando un arte desconocido hasta la fecha.
Las ventanas del periodo de transición suelen ser como las románicas de arco apuntado.
Pero luego se ostenta el verdadero ventanal gótico amplio y decorado en su parte superior
con hermosos calados de piedra, los cuales se forman de rosetones combinados, siempre
sostenidos por columnas o parteluces. En el siglo XIV se complica la tracería
multiplicándose los rosetones y adelantando ya el XV se combinan las líneas formando
curvas serpenteantes constituyendo el calado flamígero.
Una cosa parecida se observa en los grandes rosetones que se colocan en lo alto de las
fachadas: al principio, toman la forma radiante y sencilla aunque en iglesias suntuosas es
algo más complicada. Se multiplican los adornos de la rosa en el siglo XIV y en el XV
llega a ser la tracería un verdadero laberinto de curvas enlazadas. No faltan en todas las
épocas sin embargo ventanas menores de traza más sencilla y pequeños aljimeces.
Ventanas y rosetones suelen cerrarse con magníficas vidrieras polícromas e historiadas
donde a su modo se ejercita el arte pictórico monumental ya que apenas le dejan espacio
para su desarrollo los escasos lienzos de pared que median entre los referidos vanos en
las iglesias suntuosas.

-Ventanas y vidrieras:
Ventana de la catedral de San Vito, en Praga.

Rosetón en la basílica de St. Denis.

Rosetón de la catedral de Meaux.


Fachadas y puertas

Portada de arco trilobulado


Portada del Sarmental (1240). Catedral de Burgos
En las fachadas y en las puertas el arte gótico despliega toda su magnificencia y su
concepción teológica. La portada gótica admite la misma composición fundamental de
forma abocinada, que la románica pero se multiplican las arquivoltas y se añade una
mayor elevación de líneas con más riqueza y finura escultórica guardando siempre en
arcos y adornos la forma propia del nuevo estilo. Sobre la puerta se coloca en ocasiones
un gablete.
Las portadas más suntuosas llevan imágenes de apóstoles y de otros santos
bajo doseletes entre las columnillas (y a menudo, también otras menores entre
las arquivoltas) flanqueando el ingreso el cual puede estar dividido por un parteluz que
sirve de apoyo a una estatua de la Virgen María o del titular de la iglesia.
Las iglesias del Cister y otras menores que se modelan a imitación suya carecen de
imaginería en la portada, la cual se compone del grande arco abocinado y decorado con
simples baquetones y alguna ornamentación vegetal o geométrica. La finura en la
ejecución de la obra escultórica y la multiplicación progresiva de las columnillas y
molduras con el adelgazamiento de ellas, denuncian mejor que otras las señales de la
época de la construcción de las portadas. Pero las del último periodo desde mediados
del siglo XV se reconocen sobre todo por la multitud y pequeñez de los detalles por la
arquivolta conopial, cargada de frondas retorcidas y por otros ornamentos de la época.

Elementos secundarios
Entre los elementos secundarios de un edificio gótico son notables por lo característico
de su forma:

-Apoyos, a modo de repisa, ya sola ya con una media columna encima de ella, adosados
a cierta altura de los muros, sostienen los arcos y los nervios que parten como arrancando
del muro, según se observa sobre todo en la arquitectura cisterciense

-Repisas y doseletes para estatuas que en los siglos XII y XIII suelen llevar figuras de
castillitos, en el siglo XIV semejan boveditas de crucería con pequeños gabletes y en el
XV se adornan con calados flamígeros y arquitos conopiales o se terminan por una
elevada torrecilla y altos gabletes

-Antepechos para triforios y galerías que al principio constan de arcaditas ojivales y


después tienen la forma de pretil con calados propios de la época

-Pináculos, agujas, gárgolas, caireles, crestería, etc., cuya traza de estilo gótico es
inconfundible con la de otros.
Ornamentación

Detalles de la catedral de notre-dame


La ornamentación gótica se funda en la construcción y sirve para acentuar más los
elementos de ésta. Los motivos más comunes y propios, en el terreno escultórico, son en
los comienzos del estilo gótico, sobre todo, en el periodo de transición los adornos
geométricos heredados del estilo románico, molduras y calados geométricos que nacen
del propio arco. La utilización del arco conopial en el siglo XV permite una amplia
utilización de la curva y contra curva en la ornamentación.
La parte más novedosa en cuanto a la decoración viene de la flora y fauna local que se
interpreta en forma estilizada durante los siglos XII y primera mitad del XIII. La
naturaleza se interpreta con bastante realismo y en este último siglo se propende a las
formas retorcidas. El trébol, la hiedra retorcida, los brotes de vid, las hojas de roble o de
encina se encaraman por los arcos y las agujas de los edificios góticos, asociándose al
nuevo estilo. Posteriormente se abandonan para dar lugar a las frondas, cardinas (hojas
de cardo), grumos, trifolios, cuadrifolios, etc. En el arte clásico, solo dos o tres plantas, el
acanto, la hiedra y el laurel, habían tenido aceptación en el repertorio decorativo, pero el
gótico se vale de todas las especies del reino vegetal y reproduce también pájaros y hasta
seres fantásticos, monstruos que unas veces están derechos como guardianes en los altos
de balaustradas y otros agazapados condenados a servir de gárgolas para arrojar el agua
de las lluvias recogidas en los tejados.

Las molduras góticas se distinguen de las grecorromanas en que no ofrecen corte o


sección circular como éstas sino semielíptica, piriforme, cordiforme, etc. todo para que a
la vista aparezcan muy tenues y casi aéreos los arcos y demás miembros que se molduran.
La decoración pictórica de varios de los mencionados elementos debió ser en su tiempo
común, pero ha llegado escasa a nuestros días. Con frecuencia se pintaban las esculturas
de las portadas, sepulcros, capiteles, claves de bóvedas, nervios de éstas y más la
techumbre si se hacía de madera. Y aunque fueron poco abundantes los cuadros de figuras
en los muros, se suplieron en gran parte por las vidrieras policromadas. En muchos
edificios de España, participando más o menos en la arquitectura mudéjar se usó la
decoración de azulejos en frisos y zócalos.
La arquitectura gótica en Europa.
La difusión de la arquitectura gótica fue muy amplia, desde su nacimiento en Francia
alcanzó plenamente a Inglaterra, España, Italia y Alemania y con ella todo el Sacro
Imperio Romano. Uno de los grandes elementos que contribuyó a su difusión fue la
expansión de la orden de Cluny. Alcanzó puntos tan lejanos como los países nórdicos y
lugares del oriente mediterráneo como Rodas, Chipre y Siria donde arribaría de la mano
de los cruzados.
Gótico francés

Fachada occidental de la basílica de Saint-Denis (gótico primitivo)


Fachada occidental de la catedral de Amiens (gótico clásico)

La arquitectura gótica francesa o arte francés designa un estilo arquitectónico de la


segunda parte de la Edad Media que surgió en lo que hoy es Francia como evolución de
la arquitectura románica. El gótico apareció hacia 1130/1140 en las regiones de la Ile
deFrance y Haute-Picardie bajo el nombre de opus francigenum en latín, que significa
'obra franciliana', por Île-de-France y se difundió rápidamente: primero, al norte del río
Loira y luego al sur: después llegó a toda Europa occidental y siguió en uso hasta
mediados del siglo XVI, e incluso hasta el siglo XVII en algunos países. Su fuerte
identidad, tanto filosófica como arquitectónica, representa probablemente uno de los
mayores logros artísticos de la Edad Media.
Las técnicas y la estética góticas se perpetuaron en la arquitectura francesa más allá del
siglo XVI, en pleno período clásico, en algunos detalles y modos de reconstrucción. En
el siglo XIX también tuvo lugar una verdadera recuperación con la ola de
los historicismos, que llegó hasta principios del siglo XX, un estilo revival que fue
denominado neogótico y que en Francia apareció algo más tarde que en otros países
europeos.
El gótico francés se considera dividido en cuatro estilos, que no periodos, ya que a veces
se superpusieron cronológicamente:

-Temprano, primitivo, inicial o preclásico (1130-1180), caracterizado por la adopción del


arco apuntado y la transición desde el final de la arquitectura románica. Para elevar más
los muros, los constructores los dividieron en cuatro niveles: la arcada (arcos y pilares),
galería, triforio y clerestorio; y para estabilizar los altos muros, inventaron los arbotantes,
que alcanzaron la madurez solamente en el alto gótico durante el siglo XIII.
Las bóvedas serán bóvedas sexpartitas de seis nervios. Edificaciones notables del estilo
incluyen el extremo oriental de la iglesia de la abadía de Saint Denis (desde 1144,)
la catedral de Sens (desde 1140), la catedral de Laon, la fachada occidental de la catedral
de Chartres, Notre Dame de París, la catedral de Lyon y la catedral de Toul.

-Clásico o alto gótico (1180-1240), momento en el desaparecen los últimos vestigios del
estilo románico; canonizó las proporciones y formas del gótico temprano y las desarrolló
aún más para alcanzar la luz, con edificaciones más altas y majestuosas. Los muros de las
grandes iglesias pasaron de cuatro a sólo tres niveles: arcada, triforio y clerestorio. Las
coronaciones de los pilares se hicieron más pequeños para evitar detener el empuje
ascendente visual. Las ventanas del clerestorio cambiaron de ser una única ventana en
cada segmento, alojada en el muro, a dos ventanas unidas por un pequeño rosetón. Los
nervios de las bóvedas se redujeron a cuatro. Los arbotantes maduraron, y después de
que abrazaran el edificio en Notre-Dame de París y Chartres, se convirtieron en la forma
canónica de soportar altos muros, desempeñando tanto propósitos estructurales como
ornamentales. El cuerpo principal de la catedral de Chartres (1194-1260) que sirvió de
modelo para otras grandes catedrales de la época como la catedral de Soissons y la
de Reims, la catedral de Amiens y la catedral de Bourges son también representantes del
estilo.

-Radiante (rayonnant, 1240-1350), caracterizado por una mayor preocupación por las
superficies y la repetición de los motivos decorativos a diferentes escalas. Los edificios
tienden también a ganar en altura y verticalidad y se busca un efecto de ligereza y riqueza,
superando la austeridad y cierta pesadez de la etapa precedente. En el interior la luz lo
invade todo y se liberan los muros de su función sustentante para
disponer rosetones radiales (de ahí el nombre) y vanos cada vez más grandes, que se
decoran con vidrieras muy decoradas. Uno de los primeros edificios que sentaron las
bases del estilo fue la catedral de Beauvais, que pretendía una altura de las bóvedas tan
imponente (48 metros) que no fue igualada en ningún otro edificio gótico. La Sainte-
Chapelle, en París, concebida como una especie de relicario de cristal, constituye el
paradigma perfecto del estilo radiante.

-Y tardío o flamígero (flamboyant, desde 1350), con una ornamentación exuberante,


caracterizada por un gran virtuosismo en la estereotomía (corte de la piedra). La técnica
de la piedra armada del período radiante dio paso a la piedra tallada lo que explica que
los rosetones sean más pequeños, incluso aunque sean más aéreos al reposar sobre
estructuras más ligeras, como en la Sainte Chapelle de Vincennes. Las fachadas también
se tallan en varios planos. En el interior de los edificios, las bóvedas de crucería cada vez
son más compleja, convirtiéndose, en algunos edificios, en un elemento decorativo.
Aparte de estos estilos, hay otros góticos regionales como el gótico angevino por la
ciudad de Angers, con fachadas no tripartitas y bóvedas angevinas, de un perfil muy
abombado, destacando la catedral de Saint-Maurice de Angers y el antiguo hôpital Saint-
Jean, el gótico normando con la presencia sobre el transepto de una torre central, como
en las catedrales de Coutances, Notre-Dame de Rouen, Notre-Dame d'Evreux y el
llamado «gótico meridional» (a diferencia del gótico septentrional o gótico del Norte).
Este último estilo se caracteriza por una gran nave y no tiene ningún transepto. Los
ejemplos de esta arquitectura gótica podrían ser la catedral de Santa Cecilia de
Albi, Notre-Dame de Lamouguier en Narbona y la catedral de Nuestra Señora de Saint
Bertrand de Comminges.
 Los estilos góticos franceses.

Catedral de Notre-Dame de Chartres (clásico)


La Sainte-Chapelle, París(radiante)

Iglesia abacial de la Trinidad de Vendome (flamígero)

Catedral de Albi (meridional)


Gótico inglés
La arquitectura gótica inglesa sigue una evolución independiente del resto del continente.
A finales del siglo XII comienza a sustituir al estilo normando reinante (denominación
que recibe en este país el estilo románico) y se prolongará hasta más de un siglo después
de que en Florencia se introdujera el estilo renacentista a principios del siglo XVI. Los
historiadores del arte han dividido tradicionalmente el gótico inglés en tres periodos:

-Primer gótico inglés o gótico primitivo (Early English) constituye la primera fase, que
se inicia con el coro de la catedral de Canterbury, construida conforme al modelo francés.
En 1192 se empieza a construir la catedral de Lincoln, los trabajos se prolongarán durante
todo el siglo XIII. El más puro gótico inglés de esta época lo representa la catedral de
Salisbury que es ejecutada en una sola etapa (1200-1275). El estilo es más horizontal que
en Francia y se desarrolla un tipo de fachada, denominada de pantalla (screen), ya que la
fachada surge como una pantalla con una reducida puerta de acceso y con numerosas
arquerías ornamentadas con estatuas, que cubren toda la superficie, incluidas las torres,
las naves se alargan. La abadía de Westminster, comenzada en 1245, fue influenciada por
el estilo francés.

-Gótico curvilíneo o decorado (Decorated Style), abarca el periodo comprendido entre


finales del siglo XIII y la mitad del siglo XIV. Característico de este periodo son las
ventanas con tracería y también se construyen salas capitulares de forma poligonal.
-Gótico perpendicular (Perpendicular Style): se desarrolla a partir de la mitad del siglo
XIV y corresponde a la fase del gótico más tardío que se va a caracterizar por las bóvedas
de abanico, el uso de molduras verticales en los muros y tracerías y la generalización del
llamado arco Tudor. Las obras más representativas se encuentran en las universidades de
Oxford y Cambridge, donde destaca el King's College, Cambridge, que se comenzó a
construir en 1443; también son muy notables la iglesia de San Jorge en Windsor y la de
Enrique VII, en la abadía de Westminster. Hay también un gran desarrollo de la
arquitectura civil.

Gótico inglés

Catedral de Canterbury

Catedral de Salisbury

Abadía de Westminster(entrada norte)


Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor
España
La arquitectura gótica se introdujo en España a través de los monasterios de la Orden del
Císter y alcanzó una amplia difusión en todo el país. El estilo de transición desde el
Románico se plasma en las catedrales de Tarragona, Lérida y Ávila.
El siglo XIV supone el esplendor del gótico en la zona de la antigua Corona de Aragón,
especialmente en Cataluña, Valencia y Baleares; son construcciones de exteriores sobrios
y macizos, las iglesias presentan la denominada planta de salón, con naves laterales de la
misma altura que la central, y ausencia de contrafuertes, con escasa decoración
escultórica, caracterizado por la influencia de las iglesias del sur de Francia y la casi nula
aportación del arte mudéjar. Estos estilos se corresponden con el gótico valenciano,
el gótico catalán o el gótico balear, según su localización, por ciertas características
propias y originales. Sus mejores ejemplos son las catedrales de Barcelona, comenzada a
construir en 1298, Gerona, comenzada a construir en 1317, y la de Palma de Mallorca,
que dispone de tres naves sin girola y fue consagrada en 1346, y también numerosas
construcciones civiles.
Durante los siglos XV y XVI, mientras en Italia ya crecía con fuerza el Renacimiento, la
actividad constructiva del gótico fue abrumadora en España, surgiendo numerosos
edificios de grandes proporciones, caracterizados por la sencillez de la construcción y la
complicación ornamental. Se erigen las grandes catedrales
de Sevilla, Segovia y Salamanca.

Fachada de la catedral de Cuenca.


Vidrieras de la catedral de Palencia.

Fachada de la catedral de Burgos.

Fachada de la catedral de León.

Italia
El gótico llegó a Italia de forma tardía y arraigó poco, fueron los cistercienses los
introductores de la arquitectura gótica en Italia, monjes venidos de Francia fundaron en
la región del Lazio la abadía de Fosanova, primer monumento gótico italiano. En el siglo
XIII las órdenes mendicantes de dominicos y franciscanos se adhieren al estilo
cisterciense. Las iglesias mantuvieron grandes superficies de muros, en las que hicieron
sobresalir las pinturas al fresco y menos espacio para las vidrieras. El mejor edificio
gótico italiano de este siglo es la catedral de Siena, maravilla del mármol. A finales del
siglo XIII hay una gran actividad gótica en Italia y se inician la construcción de
los palacios comunales de Siena y el Palazzo Vecchio de Florencia, caracterizados por la
construcción de elevadas torres.
Durante el siglo XIV, la arquitectura gótica italiana sigue manteniendo unas
pecularidades propias, destaca la catedral de Orvieto, muy relacionada con la de Siena.
En Florencia destaca la iglesia de la Santa Cruz, levantada por la orden franciscana, y el
interior de la iglesia de Santa María Novella. También en esta ciudad comienza a
construirse la catedral de Santa María del Fiore, que se finalizaría ya en el nuevo estilo
renacentista.
En el siglo XV, los finales del gótico empiezan a confundirse con los inicios del
Renacimiento. En Venecia siguen construyéndose numerosos palacios, y en este siglo se
termina el Palacio Ducal, destacando también el palacio Contarini y Ca' d'Oro. La obra
magna del gótico italiano es la catedral de Milán, que destaca por el recargamiento de su
decoración y cuya construcción se prolongó hasta el siglo XIX.

Palacio Ducal de Venecia (Gótico veneciano)

Ca' d'Oro (Gótico veneciano)

Catedral de Milán
Alemania
Alemania recibe el gótico a través de la orden cisterciense, con retraso. El estilo que llega
desde Francia está ya bastante formado y convivirá durante algún tiempo con las formas
románicas alemanas, que resisten al nuevo estilo, así los primeros arcos de ojiva no se
construyen hasta los primeros años del siglo XIII. La influencia francesa va a ser muy
importante y los arquitectos franceses del siglo XIII viajaron por toda Europa central,
extendiendo también sus técnicas. La obra más perfecta de la arquitectura gótica alemana,
la catedral de Colonia, se comienza a construir en 1248, siendo proyectada probablemente
por un arquitecto de Francia que había tomado parte en la construcción de la catedral de
Amiens.
Durante el siglo XIV, las columnas se hacen extraordinariamente delgadas, los nervios
adquieren perfiles muy cortantes, las bóvedas se aplanan y se cubren con combinaciones
de nervios en forma de red. En el siglo XV, Alemania, al igual que sucede con Bélgica y
Holanda, es un país próspero que produce una arquitectura rica, de gran interés. En el
centro de Europa, el edificio principal es la catedral de San Esteban, en Viena, terminada
durante el siglo XV.

Catedral de Estrasburgo (Francia)

Puerta fortificada de la ciudad de Lübeck

Bélgica y Holanda
Por su situación geográfica, estos territorios reciben de forma temprana y directa la
influencia del arte gótico francés. Durante el siglo XV, el poderío económico se transmite
a la arquitectura que se levanta durante este periodo, llena de suntuosidad.
Predomina la arquitectura civil, en la que una burguesía acomodada, agrupada en gremios
de artes y oficios; se levantan casas corporativas y en las plazas de las ciudades se edifican
soberbios ayuntamientos como los de Lovaina, Brujas o Bruselas; y lonjas de
contratación, entre las que destaca la Lonja de Paños de Ypres, reconstruida tras la
primera guerra mundial. También abundan viviendas particulares, que se caracterizan por
el remate denominado de piñón, de forma escalonada y triangular de gran altura; los
tejados suelen ser altos y de gran pendiente.
Ejemplos de viviendas y barrios de la época que han llegado hasta nosotros en buen estado
de conservación son el Grasslei o Muelle de la hierba de Gante, la plaza central de Delft o
la Grand Place de Bruselas.

Ayuntamiento de Brujas

Grasslei o muelle de la hierba de Gante

Ayuntamiento de Lovaina

Ayuntamiento de Bruselas
Gótico báltico
El gótico báltico, a veces llamado gótico de ladrillos (en alemán: Backsteingotik) es un
estilo simplificado de arquitectura gótica y neogótica prevaleciente en Europa
septentrional, especialmente el norte de Alemania y las zonas aledañas al mar Báltico, o
sea, regiones que no poseen recursos naturales para hacer edificios de piedra.
BASÍLICA DE SAINT-DENIS

La basílica de Saint-Denis (en español, san Dionisio) es una iglesia, célebre por ser la
primera que se erigió en el estilo gótico, así como por ser el lugar de sepultura de la mayor
parte de los reyes de Francia. Está situada en Saint-Denis, cerca de París. Tiene el estatuto
de catedral (de la diócesis de Saint-Denis) desde 1966, aunque sigue funcionando
como abadía; además del de basílica, dado que oficialmente tiene el título de basílica
menor.
Historia
Ya desde el Bajo Imperio existía un cementerio en Saint-Denis. En el siglo IV se erigió
un mausoleo en el mismo lugar en el que se encuentra hoy el altar mayor. En el siglo
V, Santa Genoveva adquirió las tierras colindantes e hizo construir una iglesia, que fue
ampliada por dos veces durante la época merovingia, especialmente durante el reinado
de Dagoberto I. Hacia el año 630 fue enterrado en ella San Dionisio (primer obispo
de París) junto con dos de sus compañeros: el sacerdote Rusticus y el diácono Eleuthère.
Hacia 750 se empezó a construir un nuevo santuario por orden de Pipino el Breve.
Durante la época carolingia se construyó una iglesia en forma de basílica, con tres naves
y un transepto. La misma fue renovándose con el transcurso de los años hasta el siglo
XIV. Durante la primera mitad del siglo XII, el abad Suger, consejero de Luis VI el
Gordo y de Luis el Joven, hizo derribar el deambulatorio carolingio y erigir la primera
obra gótica. Las obras arquitectónicas fueron emprendidas entre 1140 y 1144.2 Con Suger
la abadía adquirió más importancia; en ella se guardaban las regalías y se convirtió en
una necrópolis real y dinástica.
Desde la muerte de Hugo Capeto, la basílica contiene las tumbas de los reyes de Francia,
excepto la de Felipe I que fue enterrado en el monasterio de Saint-Benoît-sur-Loire.
El primero de los reyes capetos, Hugo Capeto, fue abad laico de Saint-Denis, quien se
aprovechó del potencial de la abadía para reforzar su poder.
El 22 de agosto de 1291, una bula del papa Nicolás IV, firmada en Orvieto, ratificó la
bula de Celestino III que otorgaba a los religiosos de Saint-Denis el privilegio de no estar
sometidos a ninguna sanción canónica viniera de quien viniere (excepto las de sus
abades), sin que la misma tuviera una licencia especial del soberano pontífice.
Los reyes de Francia acudían a la abadía de Saint-Denis a orar y tomar la oriflama antes
de ir a la guerra o a las cruzadas.
Durante las guerras de religión, los protestantes y los católicos se enfrentaron en 1576 en
una violenta batalla, y en 1593 Enrique IVabjuró del protestantismo.
Arquitectura
Dagoberto I fue el primer rey que quiso ser enterrado en Saint-Denis. De hecho, y dada
su condición de necrópolis de los reyes de Francia, la basílica ha jugado un importante
papel en la historia del patrimonio de Francia.
En 1793 las sepulturas fueron profanadas, y los despojos se enterraron en
un túmulo. Napoleón Bonaparte ordenó las primeras restauraciones en 1805. Durante
la Revolución los reyes fueron enterrados en un osario situado en la cripta. En 1816 Luis
XVIII ordenó la reconstrucción de la necrópolis real. Los restos de los Borbones fueron
devueltos a la cripta.
La basílica de Saint-Denis es la primera de la lista de los Monumentos históricos de 1840.
Lista de los arquitectos que participaron en la restauración de la basílica:

 1819 – 1813: Jacques Célerier


 1813 – 1846: François Debret. Fue bajo la dirección de este arquitecto cuando se
detectaron las grietas que aparecieron en la torre norte obligando a demolerla. Se
pensó entonces que la escuela de Bellas artes no preparaba a arquitectos capaces de
intervenir en la restauración de los edificios antiguos. A partir de ahí surgió la idea
de la preparación específica para aquellos arquitectos que se dedicaran a la
restauración de los monumentos históricos construidos en esa época.
 1846 – 1879: Eugene Viollet-le-Duc. Se hizo cargo de la restauración del edificio
salvándolo, sin duda alguna, de la ruina. Acabó la restauración rectificando gran parte
de lo realizado por Debret y reorganizó las tumbas reales que todavía subsisten.
Órgano
Otra de las numerosas obras de arte que se encuentran en la basílica es el
primer órgano construido por Aristide Cavaillé-Coll. Este instrumento, construido
en 1840 por Aristide cuando sólo tenía 23 años, conlleva un número considerable de
innovaciones, convirtiéndolo en un prototipo único en el mundo, con el que se inicia la
era del órgano romántico (aunque sea considerado, asimismo, como el órgano clásico
francés). Dotado de la primera «maquina Barker», de sesenta y nueve juegos repartidos
en tres teclados y pedalero (más cuatro teclados manuales) se conserva, casi íntegramente,
en su estado original y es, sin duda alguna, uno de los más hermosos instrumentos de
Francia. Pierre Pincemaille, organista titulario, graba ocho CD en este instrumento, y
organiza numerosos conciertos entre 1989 y 1995, y entre 2014 y 2017.
Proyección e influencia
El historiador Georges Duby describió la basílica como un prototipo de la Teología de la
luz, definida por el abad Suger, que tomó como modelo las doctrinas de pseudo Dionisio
Areopagita. Esta teología fue utilizada para la construcción de las catedrales
de Europadurante los siglos XII y XIII, dando origen a la arquitectura religiosa gótica.
La basílica fue declarada catedral después de la creación de la diócesis de Saint-Denis-
en-France, en 1966.
A pesar de la reparación del presbiterio, el alcalde de Saint-Denis echó en falta que,
aprovechando las Jornadas del Patrimonio de 2006, no se presentaran proyectos para la
restauración de la fachada sur (14 millones de euros), de la piedra y los pórticos románicos
de la fachada oeste, así como de los vitrales que fueron reemplazados por unos de plástico.
Basílica y museo
La primera construcción era realmente de estilo románico. La abadía benedictina de
Saint-Denis era un edificio prestigioso y rico, gracias a la intervención de Suger, abad de
la misma de 1122 a 1151. Suger quería renovar la antigua iglesia carolingia para poner
de relieve las reliquias de San Dionisio, situándolas en un nuevo coro: para ello era
necesario una importante elevación de los ventanales que dejaban pasar la luz.
Suger decidió acabar la construcción de la iglesia principal de su abadía y se inspiró para
ello en el nuevo estilo (que ya se percibía) en la catedral de Saint-Étienne de Sens.
En 1140 hizo construir un nuevo edificio occidental, inspirándose en los modelos
normandos de la época romana, como la abadía de Saint-Étienne de Caen. En 1144, la
consagración del coro de la basílica representó el advenimiento de una nueva
arquitectura. Retomando el principio del deambulatorio a la capilla absidal y
duplicándola, decidió yuxtaponer las capillas, antes aisladas, separándolas por un
simple contrafuerte. Cada una de las capillas recibiría la luz a través de unos grandes
ventanales gemelos decorados con vidrieras. El abovedado adoptó la técnica de la cruz
de ojiva que permite repartir mejor la fuerza de las columnas.
Actualmente el monumento está abierto al público y está dividido en dos espacios:

-La nave y los laterales que sirven de iglesia en la que tienen lugar las ceremonias
religiosas.

-El transepto, el coro, el deambulatorio y la cripta albergan un museo en el que hallan


expuestas las tumbas de los reyes y reinas de Francia, así como las de muchos de sus
servidores. El museo permanece cerrado durante las ceremonias religiosas. Son
verdaderamente destacables los mausoleos de Luis XII, Ana de Bretaña, Francisco
I y Enrique II.
CATEDRAL DE NOTRE-DAME

Datos arquitectónicos

Tipo Planta crucíforme de 5 naves y doble


deambulatorio

Estilo(s) Arquitectura gótica

Superficie 5500 m² (4800 m² interior)

Nave principal

• 60 m (transepto 48 m) (longitud)
• (transepto 14 m) (anchura)

• 43 m (altura)

Torre(s) Dos (69 m, altura)

Aguja(s) 96 m (altura)

Campanario(s) 69 m (altura)
Longitud 128 m

Anchura 48 m

La catedral de Nuestra Señora (en francés, Cathédrale Notre-Dame) es una catedral de


culto católico, sede de la archidiócesis de París, la capital de Francia. Dedicada a
la Virgen María, madre de Jesucristo, se sitúa en la pequeña isla de la Cité, rodeada por
las aguas del río Sena. Es uno de los monumentos más populares de la capital francesa.
Se trata de uno de los edificios más señeros y antiguos de cuantos se construyeron
en estilo gótico. El uso innovador de la bóveda de crucería y del arbotante, los enormes y
coloridos rosetones y el naturalismo y la abundancia de decoración escultórica lo
diferencian de la arquitectura románica.
Su edificación comenzó en el año 1163 y, para 1260, ya estaba completada en su mayor
parte, aunque se terminó en el año 1345 y se modificó de manera frecuente a lo largo de
los siglos siguientes, debido a necesidades de renovación y también por la evolución del
gusto dominante. En 1786 la aguja central, dañada por las inclemencias del tiempo, hubo
de ser desmontada. Durante la década de 1790, tras la Revolución francesa, Notre Dame
fue desacralizada y sufrió el robo o dispersión de muchos de sus bienes así como la
profanación de parte de su imaginería religiosa, que quedó dañada o destruida. Tras ser
empleada como almacén, en 1802 se devolvió su uso a la Iglesia católica gracias
a Napoleón Bonaparte, quien se coronaría emperador en Notre Dame dos años después.
Con todo, el templo subsistió en modestas condiciones hasta que la publicación en 1831
de Nuestra Señora de París, novela escrita por Víctor Hugo y cuyo escenario principal era
Notre Dame, reavivó el interés popular por la vieja catedral parisina. El arquitecto Eugene
Viollet-le-Duc, defensor del naciente estilo neogótico, encabezó un proyecto de
restauración que comenzó en 1845 y se prolongó durante un cuarto de siglo; esta
intervención, demasiado audaz según algunos historiadores, no solo reparó ornamentos
dañados sino que también incorporó elementos enteramente nuevos, como una nueva
aguja de 96 metros de altura y las hoy célebres gárgolas, y demolió los edificios
circundantes. Ya en 1963 se procedió a limpiar de hollín la fachada, que así recuperó su
color original. Entre 1991 y 2000 se llevó a cabo una nueva campaña de limpieza y
restauración, pero el edificio seguía necesitando intervenciones en otras partes, como su
aguja central, y (tras dificultades para reunir financiación) las reparaciones se reactivaron
en 2019.
El 15 de abril de 2019 el edificio sufrió daños significativos a causa de un incendio; dos
tercios de la techumbre fueron destruidos, la aguja central de Viollet-le-Duc cayó y los
rosetones quedaron dañados. El fuego pudo deberse a un descuido durante las obras de
remozamiento que se estaban efectuando, pero esta suposición está sujeta a una
investigación ahora en curso.
Historia
Las catedrales góticas surgen íntimamente ligadas a la idea del esplendor y la
monumentalidad, a efecto claro de las necesidades y aspiraciones de la sociedad de la
época. La arquitectura gótica es un instrumento poderoso en el seno de una sociedad que
ve transformarse la vida urbana a un ritmo acelerado en el inicio del siglo XI. La ciudad
resurge con una extrema importancia en el campo político, en el campo económico
(espejo de las crecientes relaciones comerciales), ascendiendo, por su lado, la burguesía
adinerada y la influencia del clero urbano. El resultado de esto es una sustitución también
de las necesidades de construcción religiosa fuera de las ciudades, en las comunidades
monárquicas rurales, por el nuevo símbolo de la prosperidad urbana, la catedral gótica. Y
como respuesta a la búsqueda de una nueva dignidad creciente en el seno de Francia,
surge la catedral de Notre Dame de París.
Proceso de construcción

La catedral a finales del siglo xixsegún un grabado de Alfred-Alexandre Delauney

Vista desde el río Sena

Pese a la poca calidad constructiva del subsuelo, esta ubicación posee un largo historial
dedicado al culto religioso. Los celtas habían celebrado aquí sus ceremonias, donde, más
tarde, los romanos erigirían un templo al dios Júpiter. También en este lugar existió la
primera iglesia cristiana de París, la basílica de Saint-Etienne, proyectada por Childeberto
I alrededor del año 528. En sustitución de esta obra surgió una iglesia románica que
permanecerá hasta 1164, cuando comienza la construcción de la catedral actual.
Ya en 1160, y como resultado del ascenso centralizador de París, el obispo Maurice de
Sullyconsideró la existente iglesia (de San Esteban) poco digna de los nuevos valores. El
gótico inicial, con sus innovaciones técnicas que permitían formas hasta entonces
imposibles, es la respuesta a la demanda de un nuevo concepto de prestigio en el dominio
ciudadano. Durante el reinado de Luis VII, y bajo su apoyo, este proyecto fue bendecido
financieramente por todas las clases sociales. Así, y teniendo en cuenta la grandeza del
proyecto, el programa siguió velozmente y sin interrupciones que pudieran ocurrir por
falta de medios económicos (algo común, en la época, en construcciones de gran
envergadura).
La construcción se inicia en 1163 reflejando influjos de la abadía de Saint Denis,
subsistiendo aún dudas en cuanto a la identidad de quién habría «colocado» la primera
piedra, el obispo Sully o el papa Alejandro III. A lo largo del proceso (la construcción,
incluyendo modificaciones, duró hasta mediados del siglo XIV) fueron varios los
arquitectos que participaron en el proyecto, esclareciendo este factor las diferencias
estilísticas presentes en el edificio.
En 1182 el coro ya prestaba servicios religiosos y, durante la transición entre los siglos,
se concluyó la nave. Al inicio del siglo XIII arrancan las obras de la fachada oeste con sus
dos torres, extendiéndose a mediados del mismo siglo. Los brazos del transepto (de
orientación norte-sur) fueron edificados de 1250 a 1267 bajo supervisión de Jean de
Chelles y Pierre de Montreuil. Simultáneamente se levantan otras catedrales a su
alrededor en un estilo más avanzado dentro del gótico; la catedral de Chartres, la catedral
de Reims y la catedral de Amiens.
Modificaciones posteriores

Interior de la nave

Los arbotantes de la catedral, construidos a principios del siglo xiii, son una solución
estructural típica de la arquitectura gótica que deriva las presiones de las bóvedas hacia
los contrafuertes adosados al exterior de los muros.
La catedral fue alterada sustancialmente a finales del siglo XVII, durante el reinado de Luis
XIV, principalmente en la zona este, en la que fueron destruidos sepulcros y vidrieras
para ser sustituidos por elementos más al gusto del estilo artístico de la época, el Barroco.
Entre 1630 y 1707 el gremio de orfebres de París encargó un cuadro al año a artistas
como Laurent de La Hyre o Sébastien Bourdon. El cuadro resultante se presentaba en el
mes de mayo, razón por la cual esta serie de pinturas se conoce como «los mayos». Eran
76 pinturas de gran formato, que tras la Revolución de 1789 se dispersaron. Subsisten
actualmente algo más de 50, repartidas en su mayor parte por museos del país; en fechas
recientes, regresó al templo una docena de dichas obras.
En 1786 la aguja central original, en condiciones inestables por siglos de inclemencias
del tiempo, hubo de ser desmontada. Tras estallar la Revolución francesa, el edificio fue
desacralizado y pasó a ser propiedad del Estado, y en 1793 fueron destruidos más
elementos de la catedral y muchos de sus tesoros robados, acabando el espacio en sí por
servir de almacén para alimentos. En 1802 Napoleón Bonaparte formalizó la devolución
de Notre Dame a la Iglesia y la reanudación de su uso para el culto. Dos años después
Napoleón se coronó a sí mismo emperador en la catedral ante la presencia del papa Pío
VII. Tal como se ve en el famoso cuadro de Jacques-Louis David, el interior se decoró ex
profeso con cortinajes y alfombras a la moda del momento, enmascarando el aspecto
desangelado del templo en esos años.
Con el florecer de la época romántica y el éxito de Nuestra Señora de París, la novela
de Víctor Hugo, la catedral se apreció con otros ojos. Bajo esta nueva luz del pensamiento
se inicia un programa de restauración de la catedral en 1844, liderado por los
arquitectos Eugene Viollet-le-Duc y Jean-Baptiste-Antoine Lassus, que se duró veintitrés
años.

Rosetón sur de la Catedral de Notre Dame de París

Entre las modificaciones que se hicieron están: la inserción de gabletes en las ventanas,
la aguja central y el rosetón sur enteramente nuevos, el cambio de la piedra de los
arbotantes por piedra nueva, la reconstrucción de todas las capillas interiores y altares, la
colocación de estatuas en la Galería de los Reyes, parcialmente destruida durante
la Revolución Francesa (incluso hay algunas que son retrato de Viollet); se añadieron a
la catedral numerosas gárgolas que configuran una de sus imágenes más características.
Además, se despejaron los alrededores del solar para dar mayor protagonismo a Notre
Dame y hacerla visible desde más lejos, lo cual implicó derribar todos los edificios
cercanos y supuso la pérdida de la trama urbana medieval.

El 30 de enero de 1853, la catedral es escenario de otro acontecimiento histórico: la boda


de Napoleon III con Eugenia de Montijo. Pero en 1871, con la corta duración de
la Comuna de París, la catedral se vuelve nuevamente telón de fondo de las turbulencias
sociales, durante las cuales casi fue incendiada.
En 1965, como consecuencia de las excavaciones para construir un aparcamiento
subterráneo en la plaza de la catedral, se descubrieron catacumbas que revelaron
ruinas romanas, de la catedral merovingia del siglo VI y de habitaciones medievales. Ya
más próximo a la actualidad, en 1991 se inició otro proyecto de restauración y
mantenimiento de la catedral con una duración prevista de diez años; se dio por concluido
en 2000, pero el colosal edificio seguía requiriendo tareas de mantenimiento y en 2018,
tras un llamamiento público para la captación de dinero, se decidió intervenir en la aguja
central de Viollet-le-Duc, que se hallaba en condiciones inestables.
Incendio

Incendio de la cubierta y de la aguja del crucero (15 de abril de 2019).


La catedral sufrió un incendio que se inició en la tarde del 15 de abril de 2019 en el tejado
del edificio y ocasionó daños considerables. La aguja de la catedral y la techumbre se
desplomaron y tanto el espacio interior como muchos bienes muebles fueron gravemente
dañados.
Hitos

 1314 — Jacques de Molay fue quemado vivo en la hoguera frente a la catedral, aún
en construcción.
 1429 — Coronación de Enrique VI de Inglaterra durante la guerra de los Cien Años.
 1804 — Coronación, el 2 de diciembre, de Napoleón Bonaparte como emperador de
Francia y de su mujer Josefina de Beauharnaiscomo emperatriz, en presencia del
papa Pío VII. Debido a este evento, el papa elevó a Notre Dame a la categoría
de basílica menor.
 1900 — El organista y compositor francés Louis Vierne gana la plaza de organista
titular tras una dura competición contra los quinientos mejores organistas de su época.
 1909 — Beatificación de Juana de Arco.
 1937 — Fallece Louis Vierne durante la interpretación de su recital de órgano número
1750.
 1980 — El papa Juan Pablo II celebra una misa en la plaza Parvis.
 2017 — Intento de atentado por un soldado de la organización terrorista Estado
Islámico de Irak y el Levante con un martillo, rápidamente frustrado por la policía.
 2019 — Se produce un incendio en la catedral, que arrasa el techo y derrumba la aguja
situada sobre el crucero.

Descripción de la catedral
La coronación de Napoleón (1805-1807), cuadro de Jacques-Louis David. La obra retrata
el interior de Notre Dame durante la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador
de Francia el 2 de diciembre de 1804.

Existe aún en esta catedral una dualidad de influencias estilísticas: por un lado,
reminiscencias del románico normando, con su fuerte y compacta unidad, por otro lado,
el ya innovador aprovechamiento de las evoluciones arquitectónicas del gótico, que
confieren al edificio una ligereza y aparente facilidad en la construcción vertical y en el
soporte del peso de su estructura (siendo el esqueleto de soporte estructural visible sólo
desde el exterior).
La planta está marcada por la formación en cruz latina orientada a Occidente, de eje
longitudinal acentuado, y no perceptible desde el exterior. La cruz está «incrustada» en
el edificio, envuelta por un doble deambulatorio, que circula por el coro en la cabecera
(al este) y se prolonga paralelamente a la nave, dando lugar, así, a cuatro naves laterales.
La fachada occidental

Las tres puertas de la fachada oeste


Es la fachada principal y la de mayor monumentalidad. Se puede establecer una afinidad
en la composición y trazos generales con la fachada de Saint-Denis, una derivación de la
fachada del románico normando.
La fachada presenta un conjunto proporcional, reduciendo sus elementos a lo esencial,
aunque con gran riqueza de detalles. Se optó por una pared «plástica» que interconecta
todos sus elementos y pasa a integrar también la escultura en lugares predefinidos,
evitando que se disponga un tanto aleatoriamente como ocurría en el románico.
La fachada presenta tres niveles horizontales y está dividida en tres zonas verticales por
los contrafuertes ligeramente prominentes que unen en verticalidad los dos pisos
inferiores y refuerzan los picos de las dos torres. En la organización de la fachada, que
sigue un patrón jerárquico y geométrico, se pueden distinguir la torre norte, la torre sur,
la Galería de las quimeras, el rosetón occidental, la Galería de los reyes y las puertas de
acceso:
 Puerta del lado norte: Puerta de la Virgen.
 Puerta central: Puerta del Juicio Final.
 Puerta del lado sur: Puerta de Santa Ana.
Sobre las puertas de la fachada, se encuentra la Galería de los reyes, formada por 28
estatuas que representan a los reyes de Judea e Israel. Durante la Revolución francesa,
dichas estatuas fueron destruidas en su mayor parte debido a que se creía que
representaban a los reyes de Francia, por lo que las estatuas actuales son réplicas de las
originales, parte de las cuales pueden verse en el Museo Cluny.
Las torres tienen 69 metros de altura. La torre sur contiene la famosa campana Emmanuel.
Puede visitarse, pasando por la Galería de las quimeras.
Interior

Interior de la catedral hacia el altar mayor

El interior de la catedral destaca por su luminosidad, gracias a los amplios ventanales que
se abren en la cabecera, el claristorio, el triforio y las naves laterales. Gran originalidad y
audacia suponen los pilares cilíndricos que separan los espacios de las naves. En contra
de lo que se hizo después en la mayoría de los edificios góticos, se diseñaron a modo de
columnas gigantes, sin haces o columnillas adosadas. Las bóvedas y las tracerías de los
ventanales muestran diseños simples, como corresponde a la fase inicial del gótico en que
fueron proyectados. La decoración escultórica de capiteles, enjutas y demás espacios
también responde a la sencillez heredera de la tradición cisterciense, y predominan en
ellos los elementos vegetales.

En la cabecera, destaca la monumental Piedad, esculpida por Nicolas Coustou en el


siglo XVIII, y que preside la catedral desde el centro del ábside. Rodean a la estatua sendas
efigies del rey Luis XIII, obra de Guillaume Coustou, y Luis XIV, por Antoine Coysevox.
Ambos monarcas aparecen arrodillados en actitud de súplica, y les rodean ángeles
portando los Arma Christi.
La piedad de Nicolas Coustou en la Catedral de Notre Dame de París

El espacio del coro conserva parte de la sillería de madera que fue colocada en este
espacio en el siglo XVIII. Presenta una decoración típicamente barroca, con abundancia
de volutas y bajorrelieves tallados.
La mayor parte de las vidrieras fueron colocadas durante las sucesivas restauraciones que
se realizaron desde el siglo XIX.
El tesoro de la catedral guarda algunas reliquias relacionadas con la Pasión de Cristo:
la Corona de espinas, un fragmento de la Vera Cruz y uno de los clavos que sirvió para
la crucifixión. Estas preseas sacras fueron compradas por el rey Luis IX al emperador
de Constantinopla. El 19 de agosto de 1239, el rey en persona llevó las reliquias a Notre-
Dame mientras se construía un edificio adecuado para ellas, lo que sería la Sainte
Chapelle. Durante la Revolución Francesa, las reliquias fueron llevadas a la Biblioteca
Nacional. Tras el Concordato de 1801, se entregaron a la custodia del arzobispo de París,
que las depositó de nuevo en la catedral el 10 de agosto de 1806.
El órgano

El órgano de la catedral de Notre Dame


El órgano principal de la catedral es un destacado instrumento, obra de Aristide Cavaillé-
Coll en su mayor parte; posee una caja adornada con autómatas. La plaza de organista
titular de Notre Dame es uno de los más altos honores a los que puede aspirar un músico.
Entre los que la han ocupado destaca Louis Vierne, que fue organista entre los años 1900
y 1937.
Campanas de Notre-Dame

Nombre Masa Diámetro Nota

Emmanuel 13 271 kg 261 cm F♯2

Marie 6023 kg 206.5 cm G♯2

Gabriel 4162 kg 182.8 cm A♯2

Anne Geneviève 3477 kg 172.5 cm B2

Denis 2502 kg 153.6 cm C♯3

Marcel 1925 kg 139.3 cm D♯3

Étienne 1494 kg 126.7 cm E♯3

Benoît-Joseph 1309 kg 120.7 cm F♯3

Maurice 1011 kg 109.7 cm G♯3

Jean-Marie 782 kg 99.7 cm A♯3

Notre Dame en el arte y la cultura


Pintura
La catedral de Notre Dame figura representada en pinturas e ilustraciones de libros desde
la época gótica. Sus imágenes más tempranas son seguramente las miniaturas que
aparecen en Las muy ricas horas del Duque de Berry de los hermanos Limbourg y en
el Libro de Horas de Étienne Chevalier de Jean Fouquet.
Durante las etapas del Renacimiento y barroco la catedral gótica, opuesta al gusto
dominante, parece perder presencia en pinturas y grabados. Su interior sí aparece
representado en el colosal cuadro La coronación de Napoleón pintado por Jacques-Louis
David, dado que dicha ceremonia se celebró allí en 1804, pero la arquitectura gótica del
templo aparece enmascarada por la decoración diseñada ex profeso por Charles
Percier y Pierre Fontaine.
Notre Dame recupera presencia en la pintura avanzado el siglo XIX, gracias a Víctor
Hugo y al gusto neogótico que se impone en Europa. Aparece al fondo de La Libertad
guiando al pueblo (1830) de Delacroix, y ya en el siglo XX, en pinturas de Henri
Matisse, Henri Rousseau y Marc Chagall.
Literatura
Durante el Romanticismo, Victor Hugo, escribió, en 1831, la novela Nuestra Señora de
París. Los hechos que narra transcurren en la catedral durante la Edad Media y tienen
como protagonista a Quasimodo, que se enamora de una gitana de nombre Esmeralda.7
Quasimodo, que toca las campanas de la catedral y se encariña de ella, le sirvió al autor
para reivindicar la restauración del edificio.
El libro, en cuyo prólogo el autor ya denunciaba el olvido al que se había abocado el
edificio, consiguió llamar la atención de la ciudadanía parisina.Hugo se oponía
abiertamente al plan de restauración original, de tintes neoclásicos, dirigido por el
arquitecto Étienne-Hippolyte Godde, y abogaba, en cambio, por el diseño gótico
de Eugene Viollet-le-Duc.
Cine
La historia se llevó por primera vez a la gran pantalla con Esmeralda, la zíngara, película
en la que Charles Laughton interpreta al jorobado y Maureen O'Hara hace de Esmeralda.
A este primer filme le siguieron decenas, si bien Anthony Quinn y Gina
Lollobrigida protagonizaron el más famoso en 1956. Disney adaptó la obra en 1996 con
un filme de animación, El jorobado de Notre Dame. Recaudó más de trescientos millones
de dólares a lo largo de todo el mundo.
Bibliografía:

 Feudalismo de François-Lois Ganshof


 El futuro de un pasado de Alain Guerreau
 La transición del feudalismo al capitalismo de Rodney Hilton ISBN 84-7423-
017-9
 La Edad Media explicada a los jóvenes de Jacques Le Goff ISBN 978-943-1988-
4

https://blog.structuralia.com/elementos-estructurales-caracteristicos-de-la-
arquitectura-goticaBasílica de Saint-Denis

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