El derecho concursal, también conocido como derecho de la insolvencia o derecho de quiebras, es una rama del derecho que se ocupa de regular las situaciones en las que una persona, ya sea natural o jurídica, enfrenta dificultades financieras significativas que la llevan a la insolvencia. La insolvencia se refiere a la incapacidad de una persona para cumplir con sus obligaciones financieras, es decir, no puede pagar sus deudas. El derecho concursal establece un marco legal para la reorganización o liquidación ordenada de los activos de una entidad insolvente con el objetivo de satisfacer, en la medida de lo posible, las deudas pendientes con sus acreedores. Este proceso busca equilibrar los intereses de los deudores y los acreedores, proporcionando una solución estructurada y justa en casos de crisis financiera. Las leyes y procedimientos concursales varían según los sistemas legales de cada país, pero generalmente incluyen mecanismos para la presentación de la solicitud de quiebra, la designación de un administrador o síndico, la evaluación de los activos y pasivos, la elaboración de un plan de reorganización (si es posible), y en última instancia, la liquidación de activos para satisfacer las deudas pendientes. El derecho concursal busca equilibrar la protección de los intereses de los deudores, permitiéndoles una segunda oportunidad o una salida ordenada de las dificultades financieras, con la necesidad de proteger los derechos de los acreedores y asegurar un tratamiento justo y eficiente de las deudas impagadas. ¿Qué es el concurso mercantil? El concurso mercantil es un procedimiento legal que se lleva a cabo cuando una empresa o comerciante se encuentra en una situación de insolvencia, es decir, no puede cumplir con sus obligaciones financieras. Este proceso tiene como objetivo principal lograr la conservación de la empresa, su reestructuración o, en su defecto, su liquidación ordenada, con el propósito de satisfacer las deudas pendientes con los acreedores. ¿Cuáles son sus etapas? Situación de insolvencia: Cuando una persona física o moral se encuentra en situación de insolvencia, puede solicitar el inicio del procedimiento concursal voluntario. Solicitud del concurso mercantil: El deudor o alguno de sus acreedores presenta una solicitud de concurso mercantil ante el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles (IFECOM). Esta solicitud debe contener información detallada sobre la situación financiera del deudor.
Admisión del concurso mercantil: Una vez presentada la solicitud, se procede a la
revisión y, si cumple con los requisitos legales, se admite el concurso mercantil. Se designa a un conciliador para llevar a cabo las negociaciones entre el deudor y sus acreedores. Etapa de conciliación: Durante esta fase, el conciliador busca alcanzar acuerdos entre el deudor y sus acreedores para lograr la viabilidad económica del deudor. Este período tiene una duración máxima de 185 días. Procedimiento de concurso mercantil: Si no se logran acuerdos en la etapa de conciliación, se procede al concurso mercantil. Esto puede tomar la forma de una reestructuración de deudas (convenio concursal) o la liquidación de la empresa. Aprobación del convenio concursal o liquidación: En caso de que se opte por la reestructuración, se presenta un convenio concursal que debe ser aprobado por la mayoría de los acreedores y el juez. En el caso de la liquidación, se lleva a cabo la venta de activos y la distribución de los recursos entre los acreedores. Conclusión del concurso mercantil: Una vez cumplidos los términos del convenio concursal o finalizado el proceso de liquidación, se concluye el concurso mercantil. En caso de reestructuración, la empresa continúa operando bajo los términos acordados.