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CONCURSO DE ACREEDORES

¿Qué es el concurso de acreedores?


El concurso es un fenómeno jurídico; pero es precedido de un fenómeno económico.
La ley 18.387 establece que el presupuesto objetivo del concurso es la insolvencia y luego enuncia
hechos que configuran presunciones absolutas o relativas de insolvencia, que son indiciarios de la
situación de quiebra económica.
Es un proceso de ejecución colectiva que se inicia mediante el dictado de la sentencia denominada
“declaración de concurso”.
“Proceso” es una secuencia de actos que se desenvuelven progresivamene con el objeto de resolver,
mediante un juicio de autoridad, el conflicto sometido a su decisión.
El adjetivo “concursal”, aplicado a “proceso”, distingue a éste de los procesos individuales. Los
procesos concursales son aquellos a los cuales “concurren”, en un único proceso, por una parte varios
acreedores y, por la otra, un deudor.
El concurso es, además, un estado o situación en que se encuentra el deudor, a partir de la sentencia de
declaración del concurso. El concursado se encuentra en una situación caracterizada por limitaciones a
su capacidad y por una serie de prohibiciones.
El concurso de acreedores abarca tanto las situaciones de quiebra como las de suspensión de pagos.

Importante: El principal objetivo siempre será que la empresa pueda continuar con su actividad.
Clases de concursos
En función de su finalidad principal, se distingue:
1) Procesos concursales de ejecución, que tienen por finalidad principal la liquidación de bienes
del patrimonio del deudor, a los efectos del pago a sus acreedores.
2) Celebración de acuerdos y convenios que tienen por finalidad principal reorganizar la empresa
del deudor y alcanzar un acuerdo entre deudor y sus acreedores que consiste en quitas y esperas o en
otras fórmulas. Con esos acuerdos se evita el concurso o se le pone fin.

PRESUPUESTOS DEL CONCURSO


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Los presupuestos del concurso son los elementos jurídicos que deben existir para que pueda ser resuelto
por el juez.
En nuestro Derecho se requieren dos presupuestos:
a) subjetivo: persona física o jurídica que realice actividad empresarial de forma profesional (como
medio de vida), económica (se procura obtener un lucro o un beneficio) y organizada (con capital y
personas a su cargo) con finalidad de producción o de intercambios de bienes o servicios.
Se excluyen del proceso concursal al Estado, los Entes Autónomos, los Servicios Descentralizados, los
Gobiernos Departamentales.

b) objetivo: insolvencia
Ley 18.387 establece que la declaración judicial de concurso procede cuando un deudor se encuentra en
estado de insolvencia, y establece que se considera en estado de insolvencia, al deudor que no puede
cumplir con sus obligaciones.
El concepto jurídico dado por el artículo sobre la insolvencia, no coincide con el económico.
En la economía, la insolvencia se configura cuando una persona tiene un pasivo superior al activo. Un
deudor puede ser solvente y estar con dificultades para cumplir con sus obligaciones porque padece de
iliquidez que afecta a sus posibilidades de pago inmediato.
Jurídicamente se encuentra “en quiebra” aquel que habiendo recibido una prestación o crédito, no tiene
a su vencimiento, un valor suficiente y realizable para poder cumplir con la contraprestación acordada.
Consiste en la insolvencia o iliquidez, que impide el pago de las obligaciones a sus respectivos
vencimientos.

- Insolvencia
Un patrimonio es insolvente cuando el monto de su pasivo supera la suma de los valores de su activo.
El insolvente no puede pagar su pasivo ni siquiera enajenando todos los bienes de su activo. El
insolvente se encuentra, por lo tanto, en situación de quiebra económica.

- Iliquidez
Cuando los bienes del activo disponible son, por lo menos, iguales al pasivo exigible a corto plazo, pero
no se tiene dinero en efectivo para afrontar las deudas.
Si el deudor no puede pagar, en efectivo, sus deudas de exigibilidad inmediata o a corto plazo, su
estado será de iliquidez. Aun teniendo un patrimonio solvente, una persona puede estar en estado
económico de quiebra por no poder pagar sus deudas. El deudor tiene obligación de pagar sus deudas
en dinero. El acreedor puede recibir del deudor algún bien en pago de su deuda, pero ello es una
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facultad del acreedor, nunca una obligación.

Presunciones de insolvencia establecidas en la Ley

A) Presunciones relativas de insolvencia (Admiten prueba en contrario)

1) Existe un pasivo superior al activo, determinados de acuerdo con normas contables adecuadas.-
concepto económico de insolvencia-
2) Existen dos o más embargos por demandas ejecutivas o por ejecuciones contra el deudor por un
monto superior a la mitad del valor de sus activos susceptibles de ejecución.
3) Hay una o más obligaciones del deudor, que hubieran vencido hace más de tres meses.
4) Cuando el deudor hubiera omitido el pago de sus obligaciones tributarias por más de un año.
5) Cuando exista cierre permanente de la sede de la administración o del establecimiento donde el
deudor desarrolla su actividad.
6) Cuando el Banco Central del Uruguay hubiera dispuesto la suspensión de una o más cuentas
corrientes del deudor o la clausura de las cuentas corrientes del deudor en el sistema bancario.-por
librar cheques sin fondos-
7) Cuando, en el caso de acuerdo privado de reorganización, el deudor omita presentarse en plazo al
Juzgado (artículo 220), no se inscriba el auto de admisión (artículo 223), se rechace, anule o
incumpla el acuerdo.
Estas presunciones son relativas, admitiendo en todos los casos prueba en contrario, en los términos
de la ley.

Tal como se ha señalado, las presunciones establecidas en el artículo 4, pueden no coincidir con un
estado de insolvencia. Siendo presunciones relativas, el deudor se podrá oponer, sosteniendo que no
corresponde concurso porque no se encuentra en estado de insolvencia.

B) Presunciones absolutas (No admiten prueba en contrario)


1) Cuando el deudor solicite su propio concurso.
2) Cuando el deudor hubiera sido declarado en concurso, quiebra o cualquier otra forma de ejecución
concursal por Juez competente del país donde el deudor tenga su domicilio principal.
3) Cuando el deudor hubiera realizado actos fraudulentos para la obtención de créditos o para
sustraer bienes a la persecución de los acreedores.
4) Cuando exista ocultación o ausencia del deudor o de los administradores, en su caso, sin dejar
representante con facultades y medios suficientes para cumplir con sus obligaciones.

De la lectura de la ley resulta que se crean presunciones de insolvencia, pero el auto declaratorio de
concurso puede ser recurrido. El deudor podrá recurrir el auto que lo declara en concurso, invocando su
solvencia y acreditándola. Lo mismo podrá hacer un acreedor o un tercero. Si la masa es solvente, no se
justifica la ejecución colectiva. Los acreedores pueden recuperar sus créditos con acciones individuales.

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¿Quiénes pueden solicitar el concurso de acreedores?
- Los proveedores,
- Los acreedores,
- El Juez, de oficio,
- El propio deudor.

DECLARACIÓN JUDICIAL DEL CONCURSO


La declaración judicial es necesaria para iniciar el proceso de concurso y que se configure la especial
situación del concursado. Para algunos autores es el tercer presupuesto del concurso.

Vías para la declaración del Concurso


1. Concurso a pedido del deudor: estamos frente a un concurso voluntario, el deudor debe poner en
conocimiento de sus acreedores su mala situación económica, para que puedan obtener un
tratamiento igualitario y para no agravar su situación.
El deudor está obligado a solicitar su concurso dentro del plazo de 30 días, contados desde que
tomó o debió tomar conocimiento de su estado de insolvencia. En el caso de las personas físicas
o jurídicas obligadas a llevar contabilidad, se presume absolutamente que dicho conocimiento
se produjo en la fecha en que se preparó o debió haber preparado estados contables.
Deben presentar: memoria explicativa con información sobre el deudor, inventario de bienes y
derechos, relación de acreedores y estados contables.
2. Concurso a pedido de otros legitimados : cualquier acreedor con crédito vencido o no,
codeudores, fiadores o avalistas. (Concurso necesario).
Se les exige que aporten los elementos de juicio que acrediten la existencia de una presunción
de insolvencia. Como la resolución que declara el concurso apareja un régimen de limitaciones
a la capacidad o legitimación del deudor se lo debe oír previamente. Aún antes de la declaración
judicial se puede solicitar el embargo preventivo de bienes y derechos del deudor.
3. Concurso de oficio: Se prevé considerando que el concurso tiene, además de un interés privado,
un interés público.

La sentencia que declara el concurso debe disponer la suspensión o limitación de la legitimación del
deudor para disponer y obligar a la masa del concurso, según corresponda.
Nombra un síndico o interventor, convoca a la Junta de Acreedores (a celebrarse en plazo máximo de

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180 días).
Debe disponer la inscripción de la sentencia en el Registro Nacional de Actos Personales, sección
Interdicciones y la publicación de un extracto en el Diario Oficial para conocimiento de acreedores y
quienes hayan contratado con el deudor -todo dentro de las 24 horas de dictada la sentencia-
En la sentencia de concurso el Juez podrá disponer medidas cautelares actuando de oficio o a instancia
de parte: intervención de las comunicaciones del deudor relacionadas con la actividad profesional,
prohibición del deudor de cambiar de domicilio y/o salir del país sin previa autorización judicial, etc.

ORGANOS DEL CONCURSO

Se clasifican en las siguientes categorías:


– Órganos de Jurisdicción: el Juez del concurso
– Órgano de administración y representación: el síndico o interventor
– Órganos deliberantes: la junta de acreedores.
– Hay otros órganos que cumplen funciones auxiliares

El Juez
El proceso de concurso se abre con la resolución dictada por el Juez.

Auxiliares del Juez


Unidad Asesora y Secretarios contadores: Profesionales universitarios y contadores designados al
Juzgado Letrado de Concurso, cuya función es brindar asesoramiento rápido al Juez para el examen de
la documentación que presente el deudor y para el control de las distintas etapas del proceso.

Las Juntas de Acreedores


El acreedor puede actuar en el concurso de forma individual y reunido en juntas de acreedores.
En las juntas se decidirán determinados asuntos de interés común: se considerará la propuesta de
convenio formulada por el deudor y el informe del síndico sobre la forma de liquidación de la masa
activa.
Los acuerdos de la Junta de Acreedores deberán ser homologados por el Juez del concurso.

Comisión de Acreedores
Dicha Comisión puede ser nombrada por la Junta de Acreedores, siendo facultativo hacerlo.
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Este órgano permite una mayor participación de los acreedores en el proceso concursal.
Estará formada por tres miembros titulares y tres suplentes.
Entre sus cometidos está el contralor sobre el cumplimiento de acuerdos celebrados entre deudor y
acreedores, participar en la etapa de liquidación definitiva de bienes así como en las etapas de
suspensión y conclusión del proceso.

Síndico o interventor
El síndico se designa en el concurso necesario y el interventor en el concurso voluntario.
Para el cargo se requiere ser profesional universitario con un mínimo de cinco años de ejercicio
profesional, teniendo prioridad los egresados de cursos de especialización para síndicos o interventores.
La Suprema Corte de Justicia llevará un Registro de Síndicos e Interventores concursales, con 30
titulares y 30 suplentes. Dicho registro se renovará cada cuatro años.
Para los concursos realizados en el interior del país o pequeños concursos, la designación podrá recaer
en profesionales universitarios no inscriptos en dicho registro.
El designado debe aceptar el cargo ya que su desempeño es una carga.

Funciones
En el concurso necesario el deudor es sustituido en la administración y disposición de sus bienes por el
síndico. Este deberá conservar los bienes y derechos que integran la masa activa, podrá proponer la
enajenación de bienes de fácil deterioro o de costosa conservación, realizar los actos necesarios para
entrar en posesión de los libros legales y los documentos relativos a la masa activa y a la actividad
profesional o empresarial del deudor, etc.
En el concurso voluntario, si el activo es suficiente para satisfacer el pasivo, no se suspende la
legitimación del deudor sino que se limita y se designa al interventor que coadministrará los bienes con
el deudor. Para algunas operaciones se requiere la aprobación del interventor.
También tienen como función la de formular informes que luego se han de considerar por la junta. Es
quien procede a la liquidación de bienes y al reparto de su producto entre los acreedores.
En sus funciones está obligado a una diligencia de un ordenado administrador así como a actuar con
lealtad.
Está sometido un severo régimen de responsabilidad, respondiendo por los daños y perjuicios causados
a la masa del concurso, por los actos y omisiones contrarios a la ley o por los realizados sin la debida
diligencia.
Tienen derecho a una retribución con cargo a la masa y pueden contratar auxiliares.
En todo caso debe actuar con asistencia letrada, salvo que sea abogado.
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Puede ser separado de su cargo con justa causa.

EFECTOS DE LA SENTENCIA QUE DECLARA EL CONCURSO

Efectos sobre la persona del concursado


a) Persona física: Antes de la ley 18.387, el Código Civil y el Código de Comercio establecían severas
consecuencias como ser: la incapacidad relativa, la clausura de sus actividades.
En la actualidad la Ley 18.387 establece:
– Concurso necesario: la suspensión o limitación de la legitimación del deudor para disponer y
obligar a la masa del concurso, y el síndico designado estará a cargo de la administración y
disposición de sus bienes. Se puede continuar la actividad civil o comercial del concursado pero
estará a cargo del síndico.
– Concurso voluntario: No se suspende la legitimación, pero se establecen limitaciones. Se
suspende la legitimación sólo en el caso de que el activo no sea suficiente para satisfacer el
pasivo. Ej. Se requerirá autorización para contraer, modificar o extinguir obligaciones, para
conferir poderes así como para cualquier acto jurídico relativo a la masa activa. No se limita la
legitimación de bienes no comprendidos en la masa activa, ej. Bienes inembargables.
Hay otras actividades que las continúa realizando pero sometido a contralor del interventor. Ej:
arrendamiento de local comercial.

Es decir, cuando se declara el concurso no se dispone la ocupación de los bienes del concursado ni su
incapacidad. No implica el cese o la clausura de la alctividad del deudor, salvo que el Juez disponga lo
contrario, lo que podrá hacer en cualquier momento del concurso, a solicitud del deudor, de los
acreedores, del síndico o interventor o de oficio.
La prioridad es la reorganización de la empresa no su ejecución. Sin perjuicio de ello la Ley establece
las limitaciones antes mencionadas.

Prohibiciones: El concursado, entre otros, no puede ser tutor ni curador, ser despachante de aduana,
celebrar contrato de sociedad.

b) Persona jurídica: Los efectos jurídicos sobre la sociedad comercial son varios. Pueden recaer sobre la
propia sociedad, los socios o sobre administradores o directores.
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La declaración de concurso afecta la capacidad o legitimación, puesto que se designa un síndico o
interventor.
La sentencia de liquidación de la masa activa es causal de disolución de la sociedad (Disuelve la
sociedad).

El concurso no se extiende a los socios solidariamente responsables ya que la Ley 16.060 sólo permite
accionar contra los socios cuando se ha agotado el patrimonio social. El administrador o los directores
de la sociedad, en principio, no se ven alcanzados por los efectos del concurso. No obstante, el
concurso de la sociedad activa responsabilidades civiles y penales de su administrador o directores.

c) Efectos comunes a las personas físicas y jurídicas: Se pueden decretar medidas cautelares anteriores
o posteriores a la declaración del concurso, tendientes a proteger la integridad del patrimonio del
deudor: embargo preventivo de bienes, intervención de las comunicacones del deudor (relacionadas con
los negocios del concursado), prohibición de cambiar de domicilio y salir del pais sin previa
autorizacion del Tribunal.
El concursado persona física o los representantes de la persona jurídica pueden ser sancionados
penalmente. La ley establece un nuevo delito: fraude concursal (artículo 248).

Efectos sobre los créditos contra el concursado


Art. 55: “Todos los acreedores del deudor, cualquiera sea su naturaleza, nacionalidad o
domicilio, quedarán comprendidos en la masa pasiva del concurso, siendo representados por
el síndico o el interventor y alcanzados por los efectos del concurso, sin más excepciones
que las establecidas en la presente ley.
Se otorgará un tratamiento igualitario a todos los acreedores pertenecientes a una misma
clase, sin perjuicio de las excepciones expresamente previstas en la Ley”
El concurso afecta a los acreedores con créditos anteriores a la fecha de su declaración
judicial.
El artículo 64 establece que desde la declaración del concurso, se suspenderá el
devengamiento de intereses, a excepción de los créditos prendarios e hipotecarios. Esto
permite fijar el pasivo a un momento

Contratos de trabajo

El artículo 59 de la Ley 18.387 confiere un tratamiento especial para los acreedores laborales quienes
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tienen varias opciones:

– verificar sus créditos dentro del proceso concursal,

– promover un juicio laboral,

– verificar parte de sus créditos en el proceso concursal y los restantes ante la jurisdicción laboral.
- Continuidad de las relaciones laborales: Puesto que la LC prioriza la continuidad de la actividad
empresarial, naturalmente, los contratos de trabajo no se rescinden por la declaración de concurso.

Aunque no cabe duda de que los contratos de trabajo podrían rescindirse por voluntad del síndico o del
deudor, autorizado por el interventor (art. 47 num 1| LC), en función de la necesidad de reorganizar la
empresa y tornarla viable. En todo caso, habría que determinar si el concurso podría considerarse como
una causal de justificación del despido, en tanto la situación de insolvencia no le fuera imputable al
empleador. La doctrina laboral uruguaya sostiene que el concurso es hipótesis de despido injusto. Sólo
habría despido justo en caso de mala conducta del trabajador. El punto es opinable.

Obligaciones laborales del adquirente de la empresa: El art. 171 de la LC prevé la «venta en bloque
de la empresa en funcionamiento», solución a la que, además, le confiere absoluta prioridad. Se
presentan, entonces, varios problemas especialmente relevantes relacionados con la situación de los
trabajadores del concursado.

Aquellos elementos que no son objetos de Derecho, sino relaciones jurídicas, como las autorizaciones y
los contratos, no son susceptibles de ser enajenados, por lo cual no pueden considerarse comprendidos
en una compraventa. Así, por ejemplo, en el caso en que se requieren licencias o concesiones públicas,
cuando la casa de comercio se enajena, el adquirente debe recabar una nueva autorización del Poder
Público, que podrá concedérsela o no, según las circunstancias y condiciones que las leyes y
reglamentación.

Continuidad de las relaciones laborales en caso de venta de la empresa. MILLER AROLA considera
que en la «venta en bloque de la empresa» están incluidas las relaciones laborales. En el mismo
sentido, RODRÍGUEZ MASCARDI considera que los contratos de trabajo, en principio, continúan con el
nuevo empresario quien, si no quiere mantener a los empleados de la concursada, debe pagar la
indemnización por despido correspondiente. ROSENBAUM RIMOLO y CASTELLO son de la misma
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opinión, sobre la base de los argumentos siguientes: que al valorizar económicamente a la empresa, los
contratos de trabajo constituyen un activo más de la misma, que se transfiere al comprador; que las
expresiones bloque y funcionamiento conducen a una interpretación amplia de los elementos
comprendidos en la enajenación, en la que consideran incluidas todas las relaciones contractuales; que
los principios de la LC tienden a la conservación de los puestos de trabajo; que no existe disposición
legal alguna que imponga la finalización de los contratos de trabajo.
Consecuentemente, según esta posición, las relaciones laborales vigentes al momento de la venta de la
empresa deben reputarse intangibles e inmodificadas. Esto implica el mantenimiento de la retribución,
antigüedad, categoría, horario y lugar de trabajo, así como los convenios colectivos celebrados por el
deudor concursado. No obstante, advierten que la ley no deja margen de duda en cuanto a que las
deudas laborales no se transfieren al adquirente de la empresa.

Otros autores, como Carlos López Rodríguez entienden que los contratos de trabajo celebrados con los
empleados y obreros no pueden considerarse comprendidos en una enajenación. En nuestro
Derecho, el adquirente no tiene derecho de exigir a los trabajadores contratados por el enajenante las
prestaciones de los servicios convenidos con éste; ni los trabajadores tienen derecho de exigir al
adquirente que respete los términos de los contratos de trabajo que los ligan al enajenante.

Los contratos sólo obligan a las partes que los celebraron. El adquirente de un establecimiento no
celebró contrato alguno con los trabajadores del deudor concursado. Para que el adquirente se viera
vinculado por un contrato que no celebró se requeriría una norma legal expresa en ese sentido, que la
LC no contiene. No alcanza, a nuestro entender, una invocación genérica a principios, para extender el
alcance subjetivo de los contratos.
Consideramos que, en el caso de que se produzca la continuidad de las relaciones laborales, los nuevos
contratos o las cesiones de contratos que se puedan celebrar para asegurar la continuidad de los
trabajadores en la empresa, podrán vincularse con la enajenación pero, estrictamente, constituyen
negocios independientes y de ninguna manera impuestos forzosamente por ninguna disposición
de la LC. En los supuestos de despido generados por la adquisición del establecimiento por terceros, el
adquirente del establecimiento cuya explotación haya continuado, no puede ser considerado sucesor del
concursado respecto de los contratos laborales existentes a la fecha de la transferencia.

Los importes adeudados a los dependientes por el concursado, sean de carácter salarial, indemnizatorio
o derivados de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales con causa u origen anterior a la
enajenación, deben ser objeto de pago en el concurso, quedando liberado el adquirente respecto de los
mismos. Los sueldos, jornales y demás retribuciones que se devenguen después de declarado el

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concurso, deben ser pagados con fondos provenientes de la masa activa como créditos contra ésta (art.
91, n° 4, LC), quedando el adquirente liberado, también, de su pago, pues no se encuentra establecida
en norma alguna la responsabilidad del adquirente por las deudas laborales del enajenante en caso de
concurso.

Consecuencias sobre los acreedores: Una vez declarado el concurso, los acreedores por créditos
anteriores a la fecha de dicha declaración, quedan impedidos de promover contra el deudor
procedimientos judiciales o arbitrales de ningún tipo, bajo pena de nulidad de las actuaciones que se
realicen. Las ejecuciones que se encuentren en trámite, así como los embargos que se hubieran trabado,
quedarán en suspenso desde el momento de la declaración.

VERIFICACIÓN DE CRÉDITOS
La masa pasiva del concurso, de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 55 de la LC, comprende a todos los
acreedores del deudor, cualquiera sea su naturaleza, nacionalidad o domicilio, anteriores a la
declaración del concurso, siempre que se hayan verificado sus créditos.
La verificación de los créditos es un procedimiento que tiene por finalidad corroborar la legitimidad del
crédito esgrimido por el acreedor y depurar la masa de acreedores.

Calificación
La exigencia de calificar los créditos es el reconocimiento de la imposibilidad de mantener un régimen
de completa igualdad. La calificación otorgada determinará el orden de prelación a seguir a la hora de
distribuir la masa activa del concurso.

La Ley establece las siguientes tres clases de créditos:


1) Privilegiados:
a) Privilegio especial (créditos garantizados con prenda e hipoteca). Su privilegio afecta
determinados bienes o derechos concretos. Logran resultar casi completamente ajenos al
proceso concursal.
b) Privilegio general (en orden: créditos laborales, del BPS, por tributos nacionales y municipales
y el 50% del acreedor quirografario que promovió la declaración del concurso hasta por el 10%
de la masa pasiva). Si bien no resultan indiferentes, tienen una situación privilegiada a la hora
de cobrar su crédito en el concurso. Su privilegio afecta a la totalidad del patrimonio del deudor.
2) Quirografarios: Son acreedores sin privilegio de ningún tipo. Estos acreedores son los que soportan
el proceso concursal. Cobrarán sus créditos después de satisfechos los acreedores con privilegio

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especial y general, y lo harán a prorrata de sus respectivos créditos si la masa activa no es suficiente.
Constituyen una categoría residual, que se integra por todos aquellos que no son ni privilegiados ni
subordinados.

3) Subordinados: Se ubican algunos créditos que, por su propia naturaleza (multas y sanciones) o por el
vínculo previo del acreedor con el deudor (personas especialmente relacionadas) deben ser postergados
en sus derechos respecto de los acreedores quirografarios, dando origen a la categoría de créditos
subordinados.

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