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Presentado por:
Asignatura:
DERECHO CONCURSAL
Ciclo Académico:
Derecho – XII
Docente:
Chanchamayo – 2022
Perú
PROCEDIMIENTO
CONCURSAL
ORDINARIO
INSCRIPCIONES, PROCEDIMIENTO
CONCURSAL ORDINARIO,
DIFUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO Y
RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS
EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO
I. DEFINICIÓN:
El Procedimiento Concursal Ordinario, en virtud del artículo VII del Título Preliminar, se
inicia a instancia de parte; por lo que, tanto el deudor como cualquier acreedor pueden
requerir de la autoridad administrativa el inicio del procedimiento.
II. FINALIDAD:
Tiene por finalidad enfrentar o revertir (de ser ello posible) una crisis manifiesta; en
este sentido su carácter es reparador y no preventivo, es decir, un deudor al someterse a un
Procedimiento Concursal Ordinario se encuentra enfrentando una crisis económica presente
que trata de reparar y no de evitar su presencia.
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La Disolución y Liquidación.
La opción a seguir será decidida por los acreedores teniendo en consideración la viabilidad
económica o no del deudor en el mercado.
Es importante tener presente que nuestra actual Ley, a diferencia de la anterior Ley de
Reestructuración Patrimonial, establece que únicamente podrán acogerse a los
procedimientos concursales los deudores que desarrollen actividad empresarial, debido que
sus disposiciones se orientan a contenidos corporativos que reflejan decisiones de carácter
empresarial; por ende se aleja del tratamiento de la crisis que pueda afectar a personas o
entes cuyos patrimonios no se encuentren afectados a la mencionada actividad.
El Procedimiento Concursal Ordinario podrá ser iniciado por el propio deudor o por sus
acreedores, cumpliendo los requisitos establecidos en la Ley. (Conforme al Artículo 23 de
la LEY GENERAL DEL SISTEMA CONCURSAL)
Existen dos supuestos por los cuales el deudor puede solicitar el inicio del Procedimiento
Concursal Ordinario estos son:
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de liquidez; sino con el compromiso o afectación del patrimonio cuyas pérdidas
acumuladas, deducidas las reservas, superen el tercio del capital social pagado.
b) Que tenga pérdidas acumuladas, deducidas las reservas, cuyo importe sea
mayor al tercio del capital social pagado.
Por otro lado, con la finalidad de promover un ingreso oportuno de empresas viables en el
mercado, la ley exige a los deudores expresar en su solicitud de acceso al
concurso la petición de Reestructurar o Liquidar su patrimonio, teniendo en
cuenta el estado económico del negocio y su nivel de pérdida; esto con la
finalidad de evitar que los deudores y acreedores se creen falsas
expectativas en relación a las posibilidades de reflotar un patrimonio
totalmente quebrado, que terminará inevitablemente en una liquidación ordenada de su
patrimonio.
Si bien es el deudor quien en su solicitud expresa si lleva a cabo una Reestructuración o una
Disolución y Liquidación; ello en ningún sentido expropia el derecho que tienen los
acreedores a adoptar las decisiones que crean más
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convenientes, respecto del patrimonio en crisis, para asegurarse el recupero de sus
acreencias.
Que más del 50% de sus ingresos se deriven de una actividad económica,
Que las dos terceras partes de sus obligaciones se hayan originado en la actividad
empresarial. A este respecto es menester señalar que la norma cierra las puertas
del procedimiento concursal a las personas anteriormente mencionadas que no
realicen actividad empresarial.
Se observa que no basta la sola presentación de la solicitud del deudor; sino se exige que la
misma esté acompañada de un resumen ejecutivo fundamentando el inicio del
Procedimiento Concursal Ordinario, la viabilidad económica de sus
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actividades, de ser el caso, y los medios para solventar las obligaciones adeudadas; del
mismo modo deberá adjuntar la documentación que resulte aplicable.
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(Art. 25)
El Procedimiento Concursal Ordinario puede ser iniciado, también, por los acreedores;
esto como consecuencia de la pretensión del acreedor de declarar acogido
al concurso a un deudor que se co0|nsidera no encontrarse en la necesidad
de utilizar el sistema; sin embargo dicho deudor puede allanarse a la pretensión de su
acreedor de declararlo concursado.
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ejecución resulte infructuoso o se demuestre que las garantías no son suficientes.
Así el Dr. Carbonell señala que esta Por el contrario, el Dr. Huáscar Ezcurra es
disposición incentiva al acreedor el de la opinión que esta norma “brinda
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uso de otros medios alternativos para deudor una arma adicional para
acceder a la recuperación de sus protegerse del riesgo de ser llevado al
créditos, siendo en primer término el
procedimiento concursal un medio bastando, para ello, con reunir a su junta
para enfrentar crisis patrimoniales. de accionistas y acordar la Disolución y
De igual forma Jean Paul Calle Liquidación al amparo de la Ley General
Casusol explica que al incorporar una de Sociedades (...)”, evitando con ello que
norma de esta naturaleza no significa sus acreedores utilicen el camino más
proteger a los deudores, pues si sus adecuado para sus intereses –el cobro de
propios acreedores nodeciden
sus créditos-.
someterlo a cualquiera de los
procedimientos concursales que prevé
El ofrecimiento de pago,
la ley,
elLaEstado no puede
oposición ampararde
a la existencia al los
deudor
créditos,
quelo La
haga. Además, endealgunas
compensación ocasiones,
los créditos o
la Liquidación a travésade
El allanamiento la Ley General de
la solicitud.
Sociedades puede resultar más eficaz y
menos costosa que el uso del Sistema
Si el deudor:
Concursal, beneficiando de esta manera a
Paga la totalidad de los créditos - Se declara fundada la oposición
los acreedores.
presentada o - El acreedor acepta el ofrecimiento de pago.
4.1. EFECTOS:
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que una vez producida la publicación en el diario oficial El Peruano opera el marco
de protección patrimonial y suspensión de exigibilidad de obligaciones.
Convoca a los acreedores al concurso y los requiere a solicitar el reconocimiento de
sus créditos, para que de esta manera puedan participar con voz y voto en la reunión
de instalación de junta y en las demás reuniones que se desarrollen con
posterioridad.
Previene la tramitación paralela de procedimientos concursales de igual naturaleza
iniciados ante un mismo deudor, situación que será resuelta con la acumulación de
dichos procesos una vez difundido cualquiera de los procedimientos instaurados,
procediendo con la tramitación del procedimiento en el que se hizo la primera
publicación.
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Permite a los acreedores poder tener conocimiento si su deudor ha sido sometido a
un procedimiento concursal, indicándole los plazos para su apersonamiento al
proceso.
V. RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS:
La actual Ley concursal define al crédito como el derecho del acreedor a obtener una
prestación asumida por el deudor, como consecuencia de una relación jurídica obligatoria;
sin embargo para que dicho crédito pueda ser incluido en el procedimiento como parte de la
obligación del deudor, el acreedor deberá solicitar el reconocimiento del mencionado
crédito, sustentando con la debida documentación, su existencia, origen, legitimidad,
cuantía y titularidad.
La ley establece treinta días como plazo límite para que los acreedores se apersonen al
procedimiento, fecha que determinará la existencia o no de concurso; dependiendo de
cuántos acreedores se apersonen al procedimiento concursal, puesto que de no presentarse,
en el plazo determinado por ley, más de un acreedor la comisión declarará el fin del
procedimiento por inexistencia de concurso.
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haya definido o cuando se reconozca el crédito en vía de impugnación en sede judicial o
administrativa. Por el contrario si las solicitudes de reconocimiento de
créditos son presentadas con posterioridad al plazo señalado por ley, los
titulares de los créditos tardíos carecerán de derecho a voz y voto; no
obstante su crédito no se extingue, su pago queda subordinado al pago de
los créditos reconocidos.
Por otro lado, de la verificación del numeral 37.1 son los acreedores quienes se
encuentran legitimados para peticionar el reconocimiento de sus créditos
impagos, debiendo dividir de los mismos los conceptos de capital, intereses y gastos
liquidados a la fecha de presentación de la publicación del aviso de difusión del concurso e
indicar el orden de preferencia que a criterio del acreedor le corresponde en virtud a la
documentación y origen del crédito.
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vinculación terminará por influenciar al acreedor, a tal punto que asumirá como propios los
intereses del deudor o, en todo caso, perseguirá intereses comunes a éste último y, por
tanto, cualquier valoración sobre la viabilidad o no del negocio no se haría sobre criterios
objetivos.
Por último es importante hacer hincapié que sin un previo reconocimiento de créditos
resulta imposible el pago de las acreencias, ya sea en Reestructuración o liquidación del
patrimonio del deudor, los créditos no reconocidos tendrán que esperar el sobrante del pago
de los créditos reconocidos.
Los créditos laborales son definidos por Francisco Gómez, como toda acreencia fiduciaria
adeudada al trabajador a la fecha en que la empresa ingresa al sistema concursal, dimanante
de un real y comprobado contrato subordinado de trabajo, en condición legal de ser exigido
y reconocido por la autoridad concursal para ser honrado dentro del primer orden de pago,
tan luego se realiza o vende el patrimonio de la fallida.
El primer orden de preferencia otorgado a los créditos derivados de remuneraciones y
beneficios sociales adeudados a los trabajadores, así como de los importes impagos a los
sistemas previsionales a los que pueda estar acogido el trabajador se fundamenta en la
naturaleza alimentaria del crédito laboral y el
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marco en el cual se genera, caracterizado por la dependencia y subordinación del trabajador
frente a su empleador.
Otra razón que explica la preferencia de este crédito es la jerarquía constitucional que
ostentan las disposiciones que protegen el trabajo, las condiciones en la que ésta se realiza,
el salario, así como el pago de los adeudos sociales ; motivo por el cual la legislación
concursal ha tenido que subordinarse primeramente a la normativa laboral.
La estructura tutelar del Derecho del trabajo va más allá de las formalidades que se
exigen para el reconocimiento de los créditos distintos a los laborales, esto porque trata de
proteger a la parte más débil de la relación laboral la que muchas veces no puede acceder a
la documentación que sustenta la relación laboral con su empleador; por este motivo y en
virtud del principio de primacía de la realidad se da preferencia a los hechos por encima de
los documentos, que por lo general se encuentran en poder del empleador; es decir, la
realidad laboral prima sobre las formas o apariencias contractuales. Sin embargo la
Comisión podrá aplicar este principio, para efectos del Reconocimiento del Crédito de
origen laboral, sólo cuando el acreedor lo haya invocado en su correspondiente solicitud.
El Reconocimiento de los Créditos Laborales puede ser solicitado por el trabajador o por el
representante laboral elegido por los trabajadores, ex trabajadores y designado, de acuerdo a
esta elección, por el Ministerio de trabajo y Promoción del Empleo.
Este crédito se deriva de mandatos judiciales para la atención de una pensión de alimentos;
como es obvio, este tipo de créditos sólo es posible tratándose de personas naturales.
Nuestra actual legislación primigeniamente regulo un tope de una unidad impositiva
tributaria para realizar el cobro de los créditos alimentarios. Este tope fue establecido
con la finalidad de no desnaturalizar los procesos de alimentos y
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conseguir mayor participación en la masa concursal, evitando que el deudor pueda disponer
libremente de sus bienes asumiendo obligaciones en perjuicio de sus acreedores, más aún,
cuando estas obligaciones son simuladas en beneficio de su propia familia. Sin embargo
mediante Ley Nº 28709 se ha modificado el numeral
42.1 en el cual ya no se establece un tope para el pago de los créditos alimentarios; Cabe
precisar que también han sido incluidas los créditos de carácter tributario de ESSALUD,
pago de los aportes al Seguro Social de Salud incluyendo los intereses moras, costas y
recargos que estos generen, dejando en primer orden de preferencia aquellos otros créditos
que siendo administrados por esta misma entidad tienen carácter previsional.
CRÉDITOS GARANTIZADOS:
Estos créditos se encuentran constituidos con las garantías reales que nuestro ordenamiento
jurídico contempla, hipoteca, prenda, anticresis, warrant (titulo valor que representa
derechos y garantías reales) y derecho de retención; siempre y cuando dichas garantías se
hayan constituido o trabado, en caso se derive de una medida cautelar, con anterioridad a la
aplicación del acogimiento al concurso. Asimismo, con la finalidad de poder ser oponibles a
la masa concursal se requiere, además, que dichas garantías o gravámenes se encuentren
inscritos en los Registros Públicos, a nombre del titular de los créditos garantizados, antes
que el deudor sea sometido a concurso
Esta norma guarda concordancia con el principio de publicidad que prevé el artículo 2012
del Código Civil, por lo cual se presume sin admitirse prueba en contrario, que todas las
personas tienen conocimiento del contenido de las inscripciones realizadas en los Registros
Públicos.
Es menester señalar que los acreedores que cuenten con el tercer orden de prelación no
pierden dicho privilegio, en caso se paguen créditos de órdenes anteriores con el producto o
la realización de los bienes del deudor, respecto de los cuales recaen sus gravámenes,
dichos créditos se mantienen en el tercer orden de preferencia, pero sólo hasta el monto
de realización o adjudicación del bien que garantizaba los créditos.
Con esto la actual ley ha buscado corregir el defecto legal de la anterior Ley de
Reestructuración Patrimonial que perjudicaba a los acreedores que contaban con el tercer
orden de preferencia en el pago, quienes por su diligencia habían
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obtenido dicho privilegio, el mismo que podía perderse si el liquidador ya sea por ausencia
de bienes libres de gravamen, por la facilidad de liquidar los bienes o por ser estos de
mayor valor, transfería bienes gravados, para pagar créditos de primer y segundo
orden.
CRÉDITOS TRIBUTARIOS:
Se encuentran constituidos por aquellos créditos de origen tributario del Estado originados
de una relación de poder del mismo respecto de sus contribuyentes, ya sea originado en el
gobierno local, gobierno regional, o central (por concepto de tributos devengados, multas,
intereses, moras, costas y las recargas).
El quinto ý último orden se encuentra constituido por todos lo créditos impagos del deudor
no comprendidos en las órdenes precedentes, créditos quirografarios que no gozan de
garantía a su favor.
Este último orden se constituye, de alguna manera, en el receptor de aquellos créditos que
restan ser cancelados luego del pago de las órdenes privilegiadas. Del mismo modo
forman parte de este orden los créditos tributarios que conforme al literal b) del numeral
48.3 de la Ley, sean transferidos del cuarto al quinto orden, así como el saldo de los
créditos del tercer orden cuyo valor de realización del bien que garantizaba dicho crédito no
fue suficiente para el pago de la mencionada deuda.
CRÉDITOS QUIROGRAFARIOS:
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