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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA NACIONAL”

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS


POLITICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

INSCRIPCIONES, PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO,


DIFUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO Y RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS.

Presentado por:

 VILLALBA HUAYRE, Evelin Florcia


 GOMEZ RODENAS, Leysdhy Luz
 TORRES HUAMAN, Joselyn Soledad
 RODRIGUEZ PARAGUAY, Jose Luis
 MENDOZA VASQUEZ, Leopoldo Junior

Asignatura:

DERECHO CONCURSAL

Ciclo Académico:

Derecho – XII

Docente:

Mg. Fernando Jimmy Estrada Gimenez

Chanchamayo – 2022

Perú
PROCEDIMIENTO
CONCURSAL
ORDINARIO

INSCRIPCIONES, PROCEDIMIENTO
CONCURSAL ORDINARIO,
DIFUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO Y
RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS
EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO

I. DEFINICIÓN:

El Procedimiento Concursal Ordinario al igual que el Procedimiento Concursal Preventivo


es un mecanismo de naturaleza excepcional estructurado para enfrentar aquellas
situaciones en las que el patrimonio del deudor resulta insuficiente para cumplir con el pago
de sus obligaciones; para lo cual se diseña un ambiente idóneo en donde los principales
agentes del sistema concursal; acreedor y deudor, puedan acordar la reestructuración del
negocio o la liquidación de su patrimonio, privilegiando la acción organizada de los
acreedores y prohibiendo las acciones individuales de cobro.

El Procedimiento Concursal Ordinario, en virtud del artículo VII del Título Preliminar, se
inicia a instancia de parte; por lo que, tanto el deudor como cualquier acreedor pueden
requerir de la autoridad administrativa el inicio del procedimiento.

Artículo VII.- Inicio e impulso de los procedimientos concursales


Los procedimientos concursales se inician a instancia de parte interesada
ante la autoridad concursal.
El impulso de los procedimientos concursales es de parte. La intervención
de la autoridad concursal es subsidiaria.

II. FINALIDAD:

Tiene por finalidad enfrentar o revertir (de ser ello posible) una crisis manifiesta; en
este sentido su carácter es reparador y no preventivo, es decir, un deudor al someterse a un
Procedimiento Concursal Ordinario se encuentra enfrentando una crisis económica presente
que trata de reparar y no de evitar su presencia.

En otras palabras es un procedimiento correctivo que toma en cuenta la existencia de


una crisis empresarial, temporal o irreversible, que lesiona los intereses de los acreedores.

Dentro de este procedimiento pueden presentarse dos opciones:

 La Reestructuración del Patrimonio.

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 La Disolución y Liquidación.

La opción a seguir será decidida por los acreedores teniendo en consideración la viabilidad
económica o no del deudor en el mercado.

En consecuencia, si el valor del negocio en marcha (VNM) es mayor que el


valor del negocio en liquidación (VNL), se optará por la Reestructuración
(VNM > VNL = Reestructuración); de lo contrario si el valor de una
eventual liquidación de activos es mayor al valor en funcionamiento, se
decidirá por la Disolución y Liquidación del deudor (VNL > VNM =
Disolución y Liquidación).

Es importante tener presente que nuestra actual Ley, a diferencia de la anterior Ley de
Reestructuración Patrimonial, establece que únicamente podrán acogerse a los
procedimientos concursales los deudores que desarrollen actividad empresarial, debido que
sus disposiciones se orientan a contenidos corporativos que reflejan decisiones de carácter
empresarial; por ende se aleja del tratamiento de la crisis que pueda afectar a personas o
entes cuyos patrimonios no se encuentren afectados a la mencionada actividad.

III. POSTULACIÓN DEL PROCEDIMIENTO:

El Procedimiento Concursal Ordinario podrá ser iniciado por el propio deudor o por sus
acreedores, cumpliendo los requisitos establecidos en la Ley. (Conforme al Artículo 23 de
la LEY GENERAL DEL SISTEMA CONCURSAL)

3.1. INICIO DEL PROCEDIMIENTO A PEDIDO DEL DEUDOR: (Art. 24)

Existen dos supuestos por los cuales el deudor puede solicitar el inicio del Procedimiento
Concursal Ordinario estos son:

 LA CESACIÓN DE PAGOS: En lo que respecta a la cesación de pagos, el


deudor al solicitar el inicio del procedimiento es consiente que no cuenta con la
liquidez necesaria para enfrentar la crisis, por lo que exhibe y declara más de un
tercio de sus obligaciones vencidas e impagas por un período mayor a treinta
días calendario.
 LA INSUFICIENCIA PATRIMONIAL: Esto a diferencia de la insuficiencia
patrimonial, que nada tiene que ver con la existencia o no

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de liquidez; sino con el compromiso o afectación del patrimonio cuyas pérdidas
acumuladas, deducidas las reservas, superen el tercio del capital social pagado.

Supuestos contemplados en el artículo 24.1 de la Ley.

Artículo 24º.- Inicio del procedimiento a solicitud del deudor

24.1 Cualquier deudor podrá solicitar el inicio del Procedimiento Concursal


Ordinario siempre que acredite encontrarse en, cuando menos, alguno de los
siguientes casos:

a) Que más de un tercio del total de sus obligaciones se encuentren vencidas


e impagas por un período mayor a treinta (30) días calendario;

b) Que tenga pérdidas acumuladas, deducidas las reservas, cuyo importe sea
mayor al tercio del capital social pagado.

Con esta regulación, la actual Ley ha buscado flexibilizar el acceso al


procedimiento, evitando que los deudores decidan iniciar su reestructuración o
Liquidación cuando su situación económica sea tan extrema que resulte inviable cualquier
intento de recuperación, saneamiento o reflotamiento del patrimonio en crisis; esto a
diferencia de la anterior Ley, que exigía para el inicio del procedimiento la acreditación de
pérdidas mayores a las dos terceras partes del capital social pagado para declarar la
insolvencia del deudor.

Por otro lado, con la finalidad de promover un ingreso oportuno de empresas viables en el
mercado, la ley exige a los deudores expresar en su solicitud de acceso al
concurso la petición de Reestructurar o Liquidar su patrimonio, teniendo en
cuenta el estado económico del negocio y su nivel de pérdida; esto con la
finalidad de evitar que los deudores y acreedores se creen falsas
expectativas en relación a las posibilidades de reflotar un patrimonio
totalmente quebrado, que terminará inevitablemente en una liquidación ordenada de su
patrimonio.

Si bien es el deudor quien en su solicitud expresa si lleva a cabo una Reestructuración o una
Disolución y Liquidación; ello en ningún sentido expropia el derecho que tienen los
acreedores a adoptar las decisiones que crean más

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convenientes, respecto del patrimonio en crisis, para asegurarse el recupero de sus
acreencias.

Sin embargo, el deudor, para la presentación de la mencionada solicitud deberá ceñirse al


cumplimiento de ciertos parámetros para delimitar su petición. La norma señala que en caso
el deudor solicite la Reestructuración de su patrimonio, deberá presentar un informe
suscrito por su representante legal y por contador público colegiado en el cual se acredite
que sus pérdidas acumuladas, deducidas las reservas, no superan el total de su capital social
pagado. Adicionalmente a ello, debe presentar los lineamientos de acción que hagan posible
la viabilidad del negocio; para lo cual presentará una proyección preliminar de resultados y
un flujo de caja que comprendan un período mínimo de dos años. De no encontrarse en el
supuesto anteriormente mencionado el deudor sólo podrá solicitar la Disolución y
liquidación, la que será declarada con la resolución que admite a trámite el concurso.

Esta regulación claramente favorece e incentiva el ingreso al mercado de aquellas empresas


viables, premiando al deudor responsable que usa el sistema concursal en forma oportuna y
en salvaguardia de su patrimonio; de esta manera evitará ingresar al sistema concursal
cuando su situación económica sea crítica. Asimismo busca que el deudor sea realista de tal
forma que si sus pérdidas superan el total de su capital social pagado le cierra las puertas
para intentar una Reestructuración, dejándole como única opción la Disolución y
Liquidación.

Por otro lado, el legislador establece un procedimiento específico para el


acogimiento a concurso de las personas naturales, sociedades conyugales y
sucesiones indivisas, imponiéndoles el cumplimiento, de al menos, uno de
los dos requisitos señalados en la ley: (Art. 24.4)

 Que más del 50% de sus ingresos se deriven de una actividad económica,
 Que las dos terceras partes de sus obligaciones se hayan originado en la actividad
empresarial. A este respecto es menester señalar que la norma cierra las puertas
del procedimiento concursal a las personas anteriormente mencionadas que no
realicen actividad empresarial.

Se observa que no basta la sola presentación de la solicitud del deudor; sino se exige que la
misma esté acompañada de un resumen ejecutivo fundamentando el inicio del
Procedimiento Concursal Ordinario, la viabilidad económica de sus

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actividades, de ser el caso, y los medios para solventar las obligaciones adeudadas; del
mismo modo deberá adjuntar la documentación que resulte aplicable.

La exigencia en la presentación de la documentación pertinente tiene como finalidad


reducir la asimetría informativa, evitando que los acreedores concurran a los procesos
concursales con escasa o nula información sobre la situación societaria del deudor.

Lo descrito obedece a la impericia del deudor al momento de proporcionar


información relevante a sus acreedores, produciendo efectos contraproducentes,
como:

 Carencia de incentivo de los acreedores para


tomar una decisión, y
 Las decisiones que puedan tomar las juntas
de acreedores tienen mayores probabilidades
de devenir en ineficientes o ineficaces.

De este modo es fundamental que la información


presentada por el deudor sea idónea, refleje la realidad del negocio y permita a los
acreedores tomar una decisión eficiente.

3.2. INICIO DEL PROCEDIMIENTO A PEDIDO DE LOS ACREEDORES:

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(Art. 25)

El Procedimiento Concursal Ordinario puede ser iniciado, también, por los acreedores;
esto como consecuencia de la pretensión del acreedor de declarar acogido
al concurso a un deudor que se co0|nsidera no encontrarse en la necesidad
de utilizar el sistema; sin embargo dicho deudor puede allanarse a la pretensión de su
acreedor de declararlo concursado.

Para que los acreedores puedan solicitar el sometimiento a concurso de su deudor,


deberán acreditar que sus créditos exigibles se encuentran vencidos e
impagos por más de treinta días calendarios y que los mismos superen el
monto de cincuenta Unidades Impositivas Tributarias vigentes a la fecha de
presentación.

Artículo 26º.- Inicio del procedimiento a solicitud de acreedores

26.1 Uno o varios acreedores impagos cuyos créditos exigibles se


encuentren vencidos, no hayan sido pagados dentro de los treinta (30)
días siguientes a su vencimiento y que, en conjunto, superen el
equivalente a cincuenta (50) Unidades Impositivas Tributarias vigentes a la
fecha de presentación, podrán solicitar el inicio del Procedimiento
Concursal Ordinario de su deudor. El desistimiento de alguno de los
acreedores que presentó la solicitud, luego de emplazado el deudor, no
impedirá la continuación del procedimiento.

En el supuesto de desistimiento de alguno de los acreedores, por un posible pago, luego de


ser emplazado el deudor; la ley enfatiza que ello no impedirá la continuación del proceso.
Esto como consecuencia de evitar arreglos individuales entre el deudor y el acreedor
determinado, lo que originaría perjuicio a los demás acreedores solicitantes del concurso; de
igual forma evita utilizar los mecanismos concursales en desmedro del sistema y sus
agentes en el mercado.

Conviene señalar que no podrá solicitarse el inicio del procedimiento concursal


ordinario por obligaciones impagas que se encuentren garantizadas con
bienes del deudor o de terceros, salvo que el proceso de

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ejecución resulte infructuoso o se demuestre que las garantías no son suficientes.

Esta es una innovación introducida por nuestra actual legislación, la misma


que ha generado controversia, dividiendo posiciones:

Así algunos autores señalan que la intención del legislador ha sido


promover en los acreedores la utilización del beneficio que les otorga la
garantía ofrecida por el deudor en respaldo de su crédito, antes de iniciar
un procedimiento concursal, que en la práctica tiene el mismo objeto,
hacerse cobro de su deuda, evitando un proceso más costoso e
inadecuado en atención al problema que busca resolver.

No obstante otros autores son de la posición que en verdad lo que busca la


norma es beneficiar a los deudores; esto debido que, se desprotege al
acreedor que en su momento fue diligente y exigió la constitución de
garantías a favor de su crédito. Sin embargo dicha diligencia lo que en
verdad logro fue darle a su deudor la posibilidad de protegerse frente a
cualquier intento futuro de someterle a concurso; en consecuencia la
constitución de garantías a favor de los acreedores ya no lo protegen frente
a un incumplimiento, sino por el contrario lo desprotegen.

Compartimos la última posición y señalamos al respecto que debemos tener


presente que el sometimiento a un proceso concursal conlleva la suspensión
de la exigibilidad de las obligaciones del deudor y la suspensión de los
procesos destinados a ejecutar su patrimonio; por lo que no se podrá ejecutar las
garantías que recaigan sobre bienes muebles no susceptibles de registro, a diferencia de las
garantías pasibles de registro que si podrán ser ordenadas y trabadas; más no ser materia de
ejecución forzada..

Otro aspecto importante a ser analizado, es la no procedencia del


procedimiento Concursal ordinario en aquellos casos en el que el deudor se
encuentre tramitando su Disolución y Liquidación vía la Ley General de Sociedades. De
igual forma, hay divididas posiciones respecto a éste tema:

Así el Dr. Carbonell señala que esta Por el contrario, el Dr. Huáscar Ezcurra es
disposición incentiva al acreedor el de la opinión que esta norma “brinda
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uso de otros medios alternativos para deudor una arma adicional para
acceder a la recuperación de sus protegerse del riesgo de ser llevado al
créditos, siendo en primer término el
procedimiento concursal un medio bastando, para ello, con reunir a su junta
para enfrentar crisis patrimoniales. de accionistas y acordar la Disolución y
De igual forma Jean Paul Calle Liquidación al amparo de la Ley General
Casusol explica que al incorporar una de Sociedades (...)”, evitando con ello que
norma de esta naturaleza no significa sus acreedores utilicen el camino más
proteger a los deudores, pues si sus adecuado para sus intereses –el cobro de
propios acreedores nodeciden
sus créditos-.
someterlo a cualquiera de los
procedimientos concursales que prevé

3.3. MEDIOS DE DEFENSA DEL DEUDOR:

Estos medios de defensa le permiten al deudor apersonarse al Procedimiento optando


por:

 El ofrecimiento de pago,
la ley,
 elLaEstado no puede
oposición ampararde
a la existencia al los
deudor
créditos,
quelo La
haga. Además, endealgunas
compensación ocasiones,
los créditos o
la Liquidación a travésade
 El allanamiento la Ley General de
la solicitud.
Sociedades puede resultar más eficaz y
menos costosa que el uso del Sistema
Si el deudor:
Concursal, beneficiando de esta manera a
Paga la totalidad de los créditos - Se declara fundada la oposición
los acreedores.
presentada o - El acreedor acepta el ofrecimiento de pago.

 Se procederá a denegar la solicitud de inicio a concurso y se dará


por concluido el procedimiento.

Por el contrario, si el acreedor rechaza:

El ofrecimiento de pago - La oposición presentada por el deudor resulta


infundada o improcedente o - El deudor reconoce el monto de los créditos
materia del emplazamiento.

 Se declarará la situación de concurso del deudor.

Asimismo, siguiendo la lógica del artículo 24, se podrá declarar la Disolución y


Liquidación del deudor en la Resolución que declara la situación de concurso cuando,
en cualquiera de los mencionados supuestos, sus pérdidas acumuladas deducidas las
reservas superen todo su capital social pagado.
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IV. DIFUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO:

Con la finalidad de proteger a los acreedores y garantizar su participación en


el proceso, la Ley ha dispuesto la publicación del procedimiento en el diario Oficial el
Peruano, respetando los plazos y el contenido mínimo de cada uno de los avisos.

En dicha publicación se informará de:

 Aquellos deudores que en la semana precedente hayan quedado sometidos a los


procedimientos concursales.
 Así como se comunica a los acreedores de la fecha límite para la presentación de
sus solicitudes de reconocimiento de créditos y la puesta a disposición de la
información presentada por el deudor.

La publicación se realiza semanalmente, de manera centralizada; por lo que las entidades


que asuman competencia a nombre del INDECOPI y dentro del sistema, en provincias,
enviarán la información para los efectos de la publicación semanal.

4.1. EFECTOS:

 Determina la denominada “fecha de corte”, la misma que da inicio a un marco legal


especial para las obligaciones contraídas por el deudor sometido a concurso; puesto

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que una vez producida la publicación en el diario oficial El Peruano opera el marco
de protección patrimonial y suspensión de exigibilidad de obligaciones.
 Convoca a los acreedores al concurso y los requiere a solicitar el reconocimiento de
sus créditos, para que de esta manera puedan participar con voz y voto en la reunión
de instalación de junta y en las demás reuniones que se desarrollen con
posterioridad.
 Previene la tramitación paralela de procedimientos concursales de igual naturaleza
iniciados ante un mismo deudor, situación que será resuelta con la acumulación de
dichos procesos una vez difundido cualquiera de los procedimientos instaurados,
procediendo con la tramitación del procedimiento en el que se hizo la primera
publicación.

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 Permite a los acreedores poder tener conocimiento si su deudor ha sido sometido a
un procedimiento concursal, indicándole los plazos para su apersonamiento al
proceso.

V. RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS:
La actual Ley concursal define al crédito como el derecho del acreedor a obtener una
prestación asumida por el deudor, como consecuencia de una relación jurídica obligatoria;
sin embargo para que dicho crédito pueda ser incluido en el procedimiento como parte de la
obligación del deudor, el acreedor deberá solicitar el reconocimiento del mencionado
crédito, sustentando con la debida documentación, su existencia, origen, legitimidad,
cuantía y titularidad.

La presentación de la solicitud de reconocimiento de crédito es la respuesta


de los acreedores a la convocatoria a concurso; así como la manifestación de
querer participar en la toma de decisión del patrimonio en crisis.

5.1. ROL DEL RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS:

El reconocimiento de crédito juega un rol importante; puesto que se convierte en la


herramienta que faculta al acreedor a tener cualquier intervención futura en el concurso;
asimismo determina el porcentaje de participación de los acreedores en la sesión de
instalación de junta (dependiendo del monto del crédito).

5.2. PLAZO DE APERSONAMIENTO DE LOS ACREEDORES:

La ley establece treinta días como plazo límite para que los acreedores se apersonen al
procedimiento, fecha que determinará la existencia o no de concurso; dependiendo de
cuántos acreedores se apersonen al procedimiento concursal, puesto que de no presentarse,
en el plazo determinado por ley, más de un acreedor la comisión declarará el fin del
procedimiento por inexistencia de concurso.

Lo que la ley busca es incentivar en los acreedores el apersonamiento y correspondiente


presentación de solicitudes oportunamente, para que de esta manera puedan gozar de todos
sus derechos políticos y económicos (voz y voto) una vez reconocidos sus créditos. Sin
embargo si los créditos materia de reconocimiento son declarados contingentes o dichos
reconocimiento es denegado inicialmente, a pesar de haber sido presentados
oportunamente, los acreedores podrán participar en la junta con todos sus derechos
cuando la contingencia se

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haya definido o cuando se reconozca el crédito en vía de impugnación en sede judicial o
administrativa. Por el contrario si las solicitudes de reconocimiento de
créditos son presentadas con posterioridad al plazo señalado por ley, los
titulares de los créditos tardíos carecerán de derecho a voz y voto; no
obstante su crédito no se extingue, su pago queda subordinado al pago de
los créditos reconocidos.

Por otro lado, de la verificación del numeral 37.1 son los acreedores quienes se
encuentran legitimados para peticionar el reconocimiento de sus créditos
impagos, debiendo dividir de los mismos los conceptos de capital, intereses y gastos
liquidados a la fecha de presentación de la publicación del aviso de difusión del concurso e
indicar el orden de preferencia que a criterio del acreedor le corresponde en virtud a la
documentación y origen del crédito.

Importante: Pero no siempre son los acreedores quienes pueden solicitar el


reconocimiento de sus créditos; sino que también lo puede realizar la
comisión de oficio, ello sólo si el crédito a ser reconocido dio lugar a la declaración de
situación de concurso o en aplicación del apercibimiento del artículo 703 del Código
Procesal Civil. Creemos que el actuar de la Comisión se debe a que estos créditos ya han
sido evaluados en etapa preconcursal, en el primer caso por la autoridad concursal y en el
otro por el juez que hizo efectivo el apercibimiento.

34.2 Igual derecho corresponde al acreedor cuyo crédito dio lugar a la


declaración de situación de concurso o al apercibimiento en aplicación del
artículo 703° del Código Procesal Civil. En ambos casos los créditos
correspondientes serán reconocidos de oficio por la Comisión.

En cuanto al procedimiento de reconocimiento de créditos, se simplifica en establecer


plazos perentorios e improrrogables en cada etapa, motiva la conciliación entre deudor y
acreedor y permite la acumulación de solicitudes atendiendo a la naturaleza del crédito
invocado.

Es menester señalar que la ley establece como requisito general de la


solicitud de reconocimiento de créditos la presentación de la declaración
jurada sobre vinculación concursal, esto con la finalidad de restringir la
participación o derechos de los acreedores vinculados al deudor; puesto dicha

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vinculación terminará por influenciar al acreedor, a tal punto que asumirá como propios los
intereses del deudor o, en todo caso, perseguirá intereses comunes a éste último y, por
tanto, cualquier valoración sobre la viabilidad o no del negocio no se haría sobre criterios
objetivos.

Por último es importante hacer hincapié que sin un previo reconocimiento de créditos
resulta imposible el pago de las acreencias, ya sea en Reestructuración o liquidación del
patrimonio del deudor, los créditos no reconocidos tendrán que esperar el sobrante del pago
de los créditos reconocidos.

5.3. ORDEN DE PREFERENCIA:


Con la finalidad de evitar que ciertos créditos garantizados se ejecuten y comprometan
gravemente la viabilidad de cualquier acuerdo con los restantes acreedores, la Legislación
Concursal ha previsto “establecer privilegios respecto de un determinado crédito,
constituyendo éste una ruptura o una excepción a la regla del principio de igualdad de trato
de acreedores, que se produce cuando la ley concede a un acreedor la facultad de cobrar
con preferencia de los demás, a los que la doctrina denomina “acreedores ordinarios” sobre
el resultado del producto obtenido a través de la realización del activo que conforma la
masa o de propiedad del deudor”.
El orden de preferencia opera en el procedimiento de Disolución y Liquidación y tal como
lo señala la Ley en el numeral 42.1 el orden de preferencia en el pago de los créditos es el
siguiente:

 CRÉDITOS LABORALES Y PREVISIONALES:

Los créditos laborales son definidos por Francisco Gómez, como toda acreencia fiduciaria
adeudada al trabajador a la fecha en que la empresa ingresa al sistema concursal, dimanante
de un real y comprobado contrato subordinado de trabajo, en condición legal de ser exigido
y reconocido por la autoridad concursal para ser honrado dentro del primer orden de pago,
tan luego se realiza o vende el patrimonio de la fallida.
El primer orden de preferencia otorgado a los créditos derivados de remuneraciones y
beneficios sociales adeudados a los trabajadores, así como de los importes impagos a los
sistemas previsionales a los que pueda estar acogido el trabajador se fundamenta en la
naturaleza alimentaria del crédito laboral y el

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marco en el cual se genera, caracterizado por la dependencia y subordinación del trabajador
frente a su empleador.

Otra razón que explica la preferencia de este crédito es la jerarquía constitucional que
ostentan las disposiciones que protegen el trabajo, las condiciones en la que ésta se realiza,
el salario, así como el pago de los adeudos sociales ; motivo por el cual la legislación
concursal ha tenido que subordinarse primeramente a la normativa laboral.

La estructura tutelar del Derecho del trabajo va más allá de las formalidades que se
exigen para el reconocimiento de los créditos distintos a los laborales, esto porque trata de
proteger a la parte más débil de la relación laboral la que muchas veces no puede acceder a
la documentación que sustenta la relación laboral con su empleador; por este motivo y en
virtud del principio de primacía de la realidad se da preferencia a los hechos por encima de
los documentos, que por lo general se encuentran en poder del empleador; es decir, la
realidad laboral prima sobre las formas o apariencias contractuales. Sin embargo la
Comisión podrá aplicar este principio, para efectos del Reconocimiento del Crédito de
origen laboral, sólo cuando el acreedor lo haya invocado en su correspondiente solicitud.

El Reconocimiento de los Créditos Laborales puede ser solicitado por el trabajador o por el
representante laboral elegido por los trabajadores, ex trabajadores y designado, de acuerdo a
esta elección, por el Ministerio de trabajo y Promoción del Empleo.

En conclusión el trabajador tiene la carga de probar la existencia de la relación laboral;


mientras que el deudor debe probar el cumplimiento de sus obligaciones laborales.

 CRÉDITOS ALIMENTARIOS Y APORTES AL SEGURO SOCIAL DE


SALUD:

Este crédito se deriva de mandatos judiciales para la atención de una pensión de alimentos;
como es obvio, este tipo de créditos sólo es posible tratándose de personas naturales.
Nuestra actual legislación primigeniamente regulo un tope de una unidad impositiva
tributaria para realizar el cobro de los créditos alimentarios. Este tope fue establecido
con la finalidad de no desnaturalizar los procesos de alimentos y

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conseguir mayor participación en la masa concursal, evitando que el deudor pueda disponer
libremente de sus bienes asumiendo obligaciones en perjuicio de sus acreedores, más aún,
cuando estas obligaciones son simuladas en beneficio de su propia familia. Sin embargo
mediante Ley Nº 28709 se ha modificado el numeral
42.1 en el cual ya no se establece un tope para el pago de los créditos alimentarios; Cabe
precisar que también han sido incluidas los créditos de carácter tributario de ESSALUD,
pago de los aportes al Seguro Social de Salud incluyendo los intereses moras, costas y
recargos que estos generen, dejando en primer orden de preferencia aquellos otros créditos
que siendo administrados por esta misma entidad tienen carácter previsional.

 CRÉDITOS GARANTIZADOS:

Estos créditos se encuentran constituidos con las garantías reales que nuestro ordenamiento
jurídico contempla, hipoteca, prenda, anticresis, warrant (titulo valor que representa
derechos y garantías reales) y derecho de retención; siempre y cuando dichas garantías se
hayan constituido o trabado, en caso se derive de una medida cautelar, con anterioridad a la
aplicación del acogimiento al concurso. Asimismo, con la finalidad de poder ser oponibles a
la masa concursal se requiere, además, que dichas garantías o gravámenes se encuentren
inscritos en los Registros Públicos, a nombre del titular de los créditos garantizados, antes
que el deudor sea sometido a concurso
Esta norma guarda concordancia con el principio de publicidad que prevé el artículo 2012
del Código Civil, por lo cual se presume sin admitirse prueba en contrario, que todas las
personas tienen conocimiento del contenido de las inscripciones realizadas en los Registros
Públicos.

Es menester señalar que los acreedores que cuenten con el tercer orden de prelación no
pierden dicho privilegio, en caso se paguen créditos de órdenes anteriores con el producto o
la realización de los bienes del deudor, respecto de los cuales recaen sus gravámenes,
dichos créditos se mantienen en el tercer orden de preferencia, pero sólo hasta el monto
de realización o adjudicación del bien que garantizaba los créditos.

Con esto la actual ley ha buscado corregir el defecto legal de la anterior Ley de
Reestructuración Patrimonial que perjudicaba a los acreedores que contaban con el tercer
orden de preferencia en el pago, quienes por su diligencia habían

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obtenido dicho privilegio, el mismo que podía perderse si el liquidador ya sea por ausencia
de bienes libres de gravamen, por la facilidad de liquidar los bienes o por ser estos de
mayor valor, transfería bienes gravados, para pagar créditos de primer y segundo
orden.

 CRÉDITOS TRIBUTARIOS:

Se encuentran constituidos por aquellos créditos de origen tributario del Estado originados
de una relación de poder del mismo respecto de sus contribuyentes, ya sea originado en el
gobierno local, gobierno regional, o central (por concepto de tributos devengados, multas,
intereses, moras, costas y las recargas).
El quinto ý último orden se encuentra constituido por todos lo créditos impagos del deudor
no comprendidos en las órdenes precedentes, créditos quirografarios que no gozan de
garantía a su favor.

Este último orden se constituye, de alguna manera, en el receptor de aquellos créditos que
restan ser cancelados luego del pago de las órdenes privilegiadas. Del mismo modo
forman parte de este orden los créditos tributarios que conforme al literal b) del numeral
48.3 de la Ley, sean transferidos del cuarto al quinto orden, así como el saldo de los
créditos del tercer orden cuyo valor de realización del bien que garantizaba dicho crédito no
fue suficiente para el pago de la mencionada deuda.

 CRÉDITOS QUIROGRAFARIOS:

Conocidos en inglés como commercial loans, los préstamos quirografarios, también


denominados créditos quirografarios, son operaciones de crédito a corto o medio plazo en
las cuales la persona física o jurídica deudora se compromete a reembolsar el importe
prestado más los intereses acordados por ambas partes mediante su firma en un pagaré.
Carece, por tanto, de garantías específicas más allá de la obligación suscrita al pagaré.
Comúnmente se utilizan para cubrir necesidades puntuales y urgentes de liquidez en
actividades laborales y/o profesionales.

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