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UNIDAD 4.

La posesión y la prescripción

Unidad 4. La Posesión y la Prescripción

Objetivo particular: Examinar los conceptos, naturaleza


jurídica y diferencias que hay entre la posesión y la
prescripción; las clases, elementos, tipos y características de
cada una. Asimismo, que aprenda las acciones que a cada
una le corresponden, en qué consisten, y cómo se ejecutan.
4.1. Posesión
4.1.1 Concepto de posesión y de los elementos que lo
integran
4.1.2 Teorías que explican la posesión
4.1.3 Función de la posesión
4.1.4 Diferencia entre posesión, apariencia jurídica y
tenencia
4.1.5 Objeto de la posesión
4.1.6 Diversas clases de posesión
4.1.7 Principios jurídicos
4.1.8 Naturaleza jurídica
4.1.9 Regulación jurídica de la posesión
4.1.10 Protección de la posesión
4.1.10.1 Acción plenaria de posesión
4.1.10.2 Interdictos posesorios
4.1.11 Consecuencias jurídicas
4.1.12 Pérdida de la posesión
4.2 Prescripción
4.2.1 Concepto
4.2.2 Clases
4.2.3 Diferencias entre prescripción extintiva y usucapión
4.2.4 Principios de la usucapión
4.2.5 Características de la usucapión
4.2.6 Elementos de la posesión apta para prescribir
4.2.7 Plazos para prescribir, su interrupción o suspensión
4.2.8 La buena y la mala fe en la prescripción adquisitiva

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

UNIDAD 4. LA POSESIÓN Y LA PRESCRIPCIÓN

4.1 Posesión

4.1.1 Concepto de posesión y de los elementos que lo integran

A. Concepto de posesión: La posesión es un jus ad rem por virtud del cual el


poseedor ejerce el derecho real que pretende adquirir por prescripción realizando
durante el tiempo previo a que se consume la usucapión, los actos que le
corresponderían como titular de dicho derecho real, gozando de la protección legal
de su derecho frente a todo aquel que no tenga un mejor derecho.

En los Códigos de 1870 y de 1884 la posesión se definió como “la tenencia


de una cosa o el goce de un derecho por nosotros mismos o por otro en nuestro
nombre”.

B. Elementos de la posesión: De acuerdo con las teorías normalmente


aceptadas, los elementos de la posesión son dos: el animus y el corpus. Sin
embargo, según la naturaleza jurídica de la posesión que se ha expuesto, se
considera que el animus y el corpus son lo siguiente:

Corpus: es el ejercicio del derecho real que se adquirirá por prescripción,


ejecutando los actos que le corresponderán como titular de ese derecho, mismos
que son apreciados por todos.

Animus: Es la razón por la que se ejercitan dichos actos, la cual puede ser
porque el que los ejecuta se considera con derecho a ello (por creer que es
propietario o usufructuario), o en virtud de que tiene la intención de adquirir por
prescripción el derecho que ejerce. De tal suerte, el animus es subjetivo y se
exterioriza a través del corpus.

Los anteriores elementos de la posesión, son tomamos de las teorías


objetiva y subjetiva de la posesión, obviamente con las modificaciones necesarias
para adaptarlos a su verdadera naturaleza jurídica.

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4.1.2 Teorías que explican la posesión

1) Subjetiva de Savigny. A la tesis de Savigny se le llama Teoría Subjetiva de


la Posesión, atendiendo a que su autor centra toda su elaboración en un
elemento subjetivo como es “la voluntad” del sujeto que la posee.
Esta tesis considera como elementos de la posesión al corpus (conjunto de
actos materiales que demuestran la existencia del poder físico que ejerce el
poseedor sobre la cosa para retenerla en forma exclusiva) y al animus (consiste
en ejercer los actos materiales de la detentación con la intención de conducirse
como propietario, a título de dueño). De tal suerte que A (animus) + C (corpus) = P
(posesión).

2) Objetiva de Jhering. Considera Ihering que la tesis de Savigny es falsa,


pues si bien es cierto que la voluntad del poseedor sí tiene intervención en
la materia posesoria, esa voluntad no tiene el carácter preponderante que
se le asigna en la tesis subjetiva. Animus y corpus son dos aspectos en una
misma relación: el animus, el propósito de servirse de las cosas para sus
necesidades y el corpus la exteriorización de ese mismo propósito por lo
que toda detentación es una posesión.
Considera Ihering que la voluntad existe como un elemento de la
posesión, pero que va implícita en el corpus.
Así, el que realiza actos de disfrute de una cosa, es porque tiene el corpus,
pero ese corpus supone ya, necesariamente la voluntad de poseer.
En todo caso la fórmula no es como propone Savigny de que A + C = P
(Ánimus mas Corpus igual a Posesión), sino que debe ser así C = P (Corpus
igual a Posesión), o bien en esta otra forma C (V) = P o sea, Corpus con la
Voluntad implícita, igual a Posesión.
Pero llegado a este momento, resultaría que todo Corpus es igual a
posesión, y eso no es siempre cierto, porque hay casos en que la Ley no quiere
que ese Corpus sea igual a Posesión.
Es precisamente este elemento Ley, el que la tesis subjetiva ignoró, y es sin
embargo básico y determinante para precisar si “C” es igual o no es igual a “P”.

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La verdad es que habrá posesión en todo caso en que se ejerza un poder


de hecho, y no haya una norma de derecho que prive a ese poder de hecho de la
calidad de posesión.
Por ello, la tesis de Von Ihering se puede resumir en esta fórmula C (A), o P
(H) – O.L. = P la cual significa Corpus, con el Ánimus implícito, o bien Poder
de Hecho, menos Obstáculo Legal, es igual a Posesión.

4.1.3 Función de la posesión


Los efectos jurídicos que fundamentan la existencia de la posesión son:

1. La posibilidad de usucapir;
2. Establecer a quién le corresponden los frutos, hacer los pagos de gastos y
responder por pérdida o menoscabo de la cosa poseída;
3. Otorgar medios de defensa en contra de aquellos que no tengan un mejor
derecho para poseer.

4.1.4 Diferencia entre posesión, apariencia jurídica y tenencia


A. Diferencia entre tenencia y posesión:

1. La tenencia se da sobre las cosas y la posesión se da respecto de


derechos reales susceptibles de usucapirse.
2. La tenencia es consecuencia de la titularidad de un derecho real, de uno de
crédito, de la posesión propiamente dicha o de una situación de
dependencia.
ART. 793. Cuando se demuestre que una persona tiene en su poder una cosa en
virtud de la situación de dependencia en que se encuentra respecto del propietario
de esa cosa, y que la retiene en provecho de éste, en cumplimiento de las órdenes
e instrucciones que de él ha recibido, no se le considera poseedor.

La posesión consiste en el ejercicio del derecho que pretende adquirirse por


prescripción.

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3. La tenencia no es fundamento para prescribir, la posesión es causa, razón y


fundamento de la prescripción positiva.
4. Los frutos le corresponden al poseedor, en virtud de serlo, y la tenencia no
es fundamento ni razón para adquirir frutos, esta posibilidad se deriva del
título que es fundamento para la detentación.

B. Diferencia entre apariencia jurídica y posesión


La apariencia jurídica es la apreciación que cada persona o todo un
conglomerado social tiene de las cualidades jurídicas que le atribuyen a una cosa
o a una persona, por la apreciación de su aspecto exterior, y que en realidad
puede o no tener la cosa o la persona, esa cualidad que se le considera, o con
que se le ve.
Una persona puede ver en una cosa o en una persona, una determinada
cualidad, y otra persona puede ver en la misma cosa o persona otra cualidad
diferente, lo que significa que la apariencia no está en la persona o en la cosa,
sino que está en cómo la ven las personas de su colectividad.

La diferencia básica entre apariencia juridica y posesión es esta:


1. La teoría de la apariencia jurídica se refiere al hecho que la sociedad tiene
de la tenencia material de la cosa en su exterior, esto es frente a la
colectividad en que el sujeto detentador se mueve; y
2. La teoría de la posesión contempla el hecho de esa tenencia de la cosa,
desde su interior, por el lado del poseedor de la cosa misma, para saber
qué provecho puede sacar de ella.
La apariencia opera del público a la cosa o persona, de fuera hacia estas, y
la posesión opera para aprovechar la cosa el detentador de ella.
Dicho de otra manera, la teoría de la apariencia surte efectos desde los
terceros hacia la cosa o persona, por la apreciación de su aspecto exterior, y así
opera en favor o en contra de una persona, dándole una presencia de titular de un
derecho frente al público, en tanto que la teoría de la posesión implica el

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aprovechamiento de la cosa directamente en beneficio del poseedor, hacía él,


para sí.

4.1.5 Objeto de la posesión


En el Código Civil se establece que solo pueden ser objeto de posesión las
cosas y derechos que sean susceptibles de apropiación:
Artículo 794. Sólo pueden ser objeto de posesión las cosas y derechos que sean
susceptibles de apropiación.
Dispone además en su artículo 790 que: “Es poseedor de una cosa el que
ejerce sobre ella un poder de hecho, salvo lo dispuesto en el artículo 793. Posee un
derecho el que goza de él”.
El señalado numeral 793, dispone que “Cuando se demuestre que una persona
tiene en su poder una cosa en virtud de la situación de dependencia en que se encuentra
respecto del propietario de esa cosa, y que la retiene en provecho de éste en
cumplimiento de las órdenes e instrucciones que de él ha recibido, no se le considera
poseedor”.
Señala asimismo dicho ordenamiento legal que la posesión puede
adquirirse por la misma persona que va a disfrutarla, por su representante legal,
por su mandatario y por un tercero sin mandato alguno; dispone, asimismo, que
solo la posesión que se adquiere y disfruta en concepto de dueño de la cosa
poseída puede producir la prescripción.

4.1.6 Diversas clases de posesión

De acuerdo con lo expuesto en el apartado relativo a la naturaleza jurídica de la


posesión no se considera que existan distintas clases de posesión ya que, como
se señaló anteriormente, sólo hay posesión de derechos reales que se puede y se
pretende usucapir, todas las demás situaciones son en realidad una simple
tenencia de la cosa.

No obstante, explicaremos las clases de posesión que menciona nuestro


Código Civil:

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ART. 791. Cuando en virtud de un acto jurídico el propietario entrega a otro


una cosa, concediéndole el derecho de retenerla temporalmente en su poder en
calidad de usufructuario, arrendatario, acreedor pignoraticio, depositario u otro
título análogo, los dos son poseedores de la cosa. El que la posee a título de
propietario tiene una posesión originaria, el otro, una posesión derivada.

A. Posesión originaria: es la del que posee a título de propietario. Sin


embargo, no aclara si es titular del derecho real de propiedad o se está en
posesión del mismo.
Si se es titular del derecho de propiedad en realidad no es que sea
poseedor del bien ya que, como se señaló anteriormente, no existe ninguna
consecuencia jurídica derivada de la posesión, sino que todo deriva de la
titularidad del derecho real de propiedad, por lo que la institución de la posesión no
le da ningún efecto.

B. Posesión derivada: Es la de aquel que ha celebrado un acto jurídico, en


virtud del cual el propietario le concedió el derecho de retener la cosa
temporalmente.
ART. 809. Los poseedores a que se refiere el artículo 791, se regirán por las
disposiciones que norman los actos jurídicos en virtud de los cuales son
poseedores, en todo lo relativo a frutos, pagos de gastos, y responsabilidad por
pérdida o menoscabo de la cosa poseída.

A la luz del artículo antes transcrito nos damos cuenta de que la llamada
posesión derivada no es en realidad posesión, ya que no tiene como finalidad
usucapir, y la regulación en cuanto a frutos, gastos y responsabilidad por pérdida o
deterioro serán las establecidas en las disposiciones jurídicas que regulan los
actos en virtud del cual son los bienes detentados.

4.1.7 Principios jurídicos


Se considera necesario destacar la importancia de los valores jurídícos que la
regulación de la posesión encierra. De ahí la relevancia de la protección

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constitucional y civil al poseedor, cualquiera que sea su causa generadora. Así,


quien está facultado para poseer como consecuencia de un derecho, al igual que
quien posee sin derecho, están protegidos por el ordenamiento jurídico que no
solo les permite hacer una explotación económica del bien objeto de la posesión,
sino que fundamentalmente les faculta a conservar ese bien, hasta en tanto otro
demuestre, frente a órganos jurisdiccionales previamente establecidos, tener un
mejor derecho para poseer.
Las tesis relativas, que fundan la protección posesoria en elementos
colaterales a la posesión, se refieren a valores jurídicos indiscutidos en un
estado de derecho y absolutamente aplicables a la posesión. Así tenemos:
1. El impedimento al poseedor con mejor derecho, frente al poseedor actual,
de hacer justicia por su propia mano;
2. El impedimento legal para privar de lo suyo a un semejante;
3. El interés de la comunidad al orden jurídico.
Son valores aceptados por cualquier institución y válidos y suficientes por tanto
para proteger al poseedor, incluyendo a aquel que posee como consecuencia de
un delito, indepedientemente de las consecuencias en el ámbito civil y en la
sanción que tal hecho pueda tener.
De igual forma, las tesis absolutas que fundan la protección posesoria en el
derecho mismo, en atención a su carácter de fuente y fundamento del derecho de
propiedad, contienen en sí mismas, valores atendibles para sostener la justicia y
la equidad de la norma constitucional que establece la base fundamental de
protección. El ladrón y el despojante, en tanto se les presume propietarios, están
facultados para usar, disfrutar y disponer del bien, hasta que quien alega tener
mejor derecho, lo demuestre así ante la autoridad competente. Tan importantes
son estos valores, que los ordenamientos civiles modernos, volvieron a las bases
del derecho romano y permiten que quien posee como consecuencia de un delito,
adquiera por la vía de la usucapión, si el propietario es inerte en el ejercicio de su
derecho. Sólo la inactividad del propietario y su desinterés por recuperar el bien o
darle valor económico, con causa de la protección posesoria frente a su
derecho. El propietario tiene en consecuencia expeditos sus derechos de

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persecución y preferencia y de sanción civil y penal. Además, la sola presentación


de la demanda, civil y penal, interrumpe el plazo de la usucapión, según quedará
precisado más adelante.

4.1.8 Naturaleza jurídica


La naturaleza jurídica de la posesión nos muestra dos tendencias:
a) La Escuela que considera a la Posesión como un Derecho, y
b) La Escuela que considera la Posesión como un poder de hecho.
considera
A. Escuela que la posesión como un derecho. Dalmacio Velez Sarsfield
sigue esta tendencia, que la Posesión es derecho sobre la cosa. Hay una relación
entre el sujeto y objeto. Una relación que nace desde el momento en que el
presunto poseedor puede realizar actos de disposición sobre la cosa o cualquier
acto calificado de posesorio. Cuando se asume una conducta que implique
actuación posesoria, o cuando se permita o se toleren actos de terceros sobre la
cosa fundado en un poder de hecho, es porque se tiene el derecho.
Messineo, también es partidario de esta tesis, y expresa: “La vieja disputa
sobre si la posesión es un hecho subjetivo, se resuelve observando que la misma
nace como relación de hecho; mas apenas nacida se convierte en relación de
derecho, en cuanto es súbitamente protectora de efectos jurídicos, toda vez que el
poseedor, como tal es admitido a continuar poseyendo y es tutelado aun cuando
no esté asistido de un título de adquisición”.
Es un derecho sobre la cosa. Es un derecho y no un poder de hecho,
porque de alguna manera el que tenga el derecho va a tener el hecho.
Si el hecho es la especie, el derecho es el género, y si el hecho es la
especie, mal puede ser la naturaleza jurídica del concepto posesorio un poder de
hecho, sino que tiene que ser un poder de derecho.

B. Teoría que considera la posesión como un hecho. Esta teoría dice


que la posesión no es un derecho, porque si fuera así, se confundiría con
la propiedad.

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Según esta escuela, la Posesión es una situación de hecho con efectos


jurídicos, sin consideración alguna a que exista o no el derecho. Por ejemplo ¿si el
propietario despoja a su inquilino de su vivienda? Aun siendo el titular, la ley saldrá
en defensa del inquilino, ya que el titulo acredita propiedad, no posesión. Pero el
inquilino, poseedor, no puede volver a entrar a su vivienda, sino, solo a través del
interdicto de recuperar la posesión que la ley le confiere. Esto es ordenamiento
jurídico, sin este, todo seria un caos.

4.1.9 Regulación jurídica de la posesión


La posesión se encuentra regulada en el Código Civil para la Ciudad de México,
en su libro segundo “De los bienes”, título tercero “De la posesión”, capítulo único
que comprende los artículos 790 al 829.

4.1.10 Protección de la posesión


4.1.10.1 Acción plenaria de posesión

El poseedor cuenta con acciones legales para recuperar la posesión en contra de


personas que no tienen un mejor derecho para poseer:

La posesión sobre inmuebles es mejor si está inscrita, de lo contrario, será


la que se funda en un título y no habiendo títulos o siendo iguales la más antigua.

Si se trata de muebles es mejor la posesión fundada en un título y a falta o


siendo iguales la más antigua.

La acción publiciana prevista en el artículo 9 del Código de


Procedimientos Civiles para el Distrito Federal:
ART. 9. Al adquirente con justo título y de buena fe le compete la acción para que,
aún cuando no haya prescrito, le restituya la cosa con sus frutos y accesiones, en
los términos del artículo 411, el poseedor de mala fe; o el que teniendo título de
igual calidad ha poseído por menos tiempo que el actor. No procede esta acción
en los casos en que ambas posesiones fuesen dudosas, o el demandado tuviere
su título registrado y el actor no, así como contra el legítimo dueño.

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4.1.10.2 Interdictos posesorios

El poseedor tiene las siguientes acciones e interdictos:

1) Interdicto de retener, que le corresponde a cualquier perturbado en la


posesión jurídica o derivada de un bien inmueble, y en general, a cualquier
titular de un derecho real o de crédito en virtud del cual tenga la tenencia
del bien.
ART. 16. Al perturbado en la posesión jurídica o derivada de un bien inmueble
compete el interdicto de retener la posesión contra el perturbador, el que mandó
tal perturbación, o contra el que, a sabiendas y directamente se aproveche de ella,
y contra el sucesor del despojante. El objeto de esta acción es poner término a la
perturbación, indemnizar al poseedor, y que el demandado afiance no volver a
perturbar y sea conminado con multa o arresto, para el caso de reincidencia.

La procedencia de esta acción requiere: que la perturbación consista en


actos preparatorios tendientes directamente a la usurpación violenta, o a impedir
el ejercicio del derecho; que se reclame dentro de un año y el poseedor no haya
obtenido la posesión de su contrario por fuerza, clandestinamente o a ruegos.

2) Interdicto de recuperar, el cual le corresponde a cualquier despojado en la


posesión:
ART. 17. El que es despojado de la posesión jurídica o derivada de un bien
inmueble, debe ser ante todo restituido y le compete la acción de recobrar contra
el despojador, contra el que ha mandado el despojo, contra el que a sabiendas y
directamente se aprovecha del despojo, y contra el sucesor del despojante. Tiene
por objeto reponer al despojado en la posesión, indemnizarlo de los daños y
perjuicios, obtener del demandado que afiance su abstención y, a la vez,
conminarlo con multa y arresto para el caso de reincidencia.

Dicho interdicto debe de ejercitarse en un plazo de un año siguiente a los


actos causantes del despojo:

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ART. 18. La acción de recuperar la posesión se deducirá dentro del año siguiente
a los actos violentos o vías de hecho causantes del despojo. No procede en favor
de aquel que, con relación al demandado, poseía clandestinamente, por la fuerza
o a ruego; pero sí contra el propietario despojante que transfirió el uso y
aprovechamiento de la cosa por medio de contrato.

ART. 804. Para que el poseedor tenga derecho al interdicto de recuperar la


posesión, se necesita que no haya pasado un año desde que se verificó el
despojo.

3) Asimismo, todo poseedor puede utilizar de los interdictos de obra nueva y


de obra peligrosa previstos en el artículo 19 del Código de Procedimientos
Civiles:
ART. 19. Al poseedor de predio o derecho real sobre él, compete la acción para
suspender la conclusión de una obra perjudicial a sus posesiones, su demolición o
modificación, en su caso, y la restitución de las cosas al estado anterior a la obra
nueva. Compete también al vecino del lugar cuando la obra nueva se construye en
bienes de uso común.

4.1.11 Consecuencias jurídicas

Los efectos importantes de la posesión son: 1) la presunción de propiedad


(artículo 798 del Código Civil); 2) las acciones posesorias, y c) la adquisición
de la propiedad:

1. Toda posesión hace presumir, salvo prueba en contrario, la propiedad,


la buena fe tiene una incidencia sensible en esta presunción, ya que, al
poseedor de buena fe, no sólo se le presume propietario sino también el
haber obtenido la posesión del dueño de la cosa o derecho poseído
(artículo 798 del Código Civil). En materia de bienes muebles (Tesis 268,
Jurisprudencia), la posesión de los mismos da al que la tiene la presunción
de ser propietario.

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

2. En cuanto a las acciones posesorias, la ley establece una serie de


mecanismos que protegen la posesión, y así el poseedor podrá obtener
esta protección al ejercitar las llamadas acciones posesorias, entre las que
se encuentran la plenaria de posesión y los interdictos para recuperar o
retener la posesión, la obra nueva y de obra peligrosa (artículo 16, 17, 18,
19 y 20 del Código de Procedimientos Civiles).

3. La adquisición de la propiedad. Este es el efecto creador de la posesión: El


hecho crea al derecho. Toda posesión (sea de buena o mala fe) tiene un
efecto creador; la adquisición de la propiedad se produce en condiciones
diversas. Además, como se analizó en la tercera unidad de nuestro curso,
el derecho de propiedad no es el único derecho real que puede ser
adquirido mediante la posesión, sino también los derechos reales de
usufructo y servidumbre.

4.1.12 Pérdida de la posesión

La posesión se pierde por las causas señaladas en el artículo 828 del Código Civil:

ART. 828. La posesión se pierde:

I. Por abandono;
II. Por cesión a título oneroso o gratuito;
III. Por la destrucción o pérdida de la cosa o por quedar ésta fuera del
comercio;
IV. Por resolución judicial;
V. Por despojo, si la posesión del despojador dura más de un año;
VI. Por reivindicación del propietario;
VII. Por expropiación por causa de utilidad pública.

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

4.2 Prescripción
4.2.1 Concepto

Por usucapión (prescripción) entendemos aquel modo de adquirir la propiedad por


el transcurso del tiempo, en virtud de la posesión de un bien mueble o inmueble de
manera pacífica, continua, pública y a título de propietario.

Art. 1135. Prescripción es un medio de adquirir bienes o de librarse de


obligaciones, mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones
establecidas por la ley.

4.2.2 Clases

Existen dos clases de prescripción: la positiva y la negativa:

Art. 1136. La adquisición de bienes en virtud de la posesión, se llama


prescripción positiva; la liberación de obligaciones, por no exigirse su
cumplimiento, se llama prescripción negativa.

4.2.3 Diferencias entre prescripción extintiva y usucapión

1. La usucapión es una forma de adquirir el derecho real de propiedad y los


demás derechos reales, a través de una posesión suficientemente
prolongada de una cosa física, y cumpliendo con los demás requisitos que
marca la ley. La prescripción en cambio, no sirve para adquirir derechos
reales, sólo sirve para que un deudor se oponga en forma válida a que se le
cobre en forma coactiva por el Estado, el crédito a su cargo.

2. En consecuencia, la usucapión hace perder un derecho real a aquél en


contra del cual se usucape; en cambio la prescripción no hace perder un
derecho real al acreedor, ni tampoco le hace perder su calidad de acreedor,
sino que sólo le hace perder el derecho de acción.

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

3. La usucapión precisa que el poseedor de la cosa realice actos positivos de


aprovechamiento de ella –corpus- y por otro lado implica una pasividad por
parte del propietario de la misma cosa (o titular del derecho real en
cuestión), por lo que se refiere al ejercicio de su derecho real. En cambio, la
prescripción no requiere actividad alguna del deudor, para que ella se
consume a su favor, sino que basta para que la misma se genere, el que la
persona del acreedor permanezca inactiva.

4. En la usucapión cuenta para el cómputo del plazo, el que la cosa se posea


de buena o mala intención, y así se verá en seguida, cómo para adquirir la
propiedad de bienes muebles, si es de buena fe, se requieren tres años y si
es de mala intención cinco; y cómo para usucapir inmuebles de mala
intención se precisan diez años, en tanto que para obtener la propiedad
siendo poseedor de buena fe, la ley exige solamente cinco años. En
cambio, en materia de prescripción, no afecta para nada el que el deudor
sea de buena fe o de mala intención. El plazo es el mismo en todos los
casos iguales, al margen de que haya buena o mala intención del deudor.

4.2.4 Principios de la usucapión

1.- Principio de seguridad jurídica. La adquisición de ciertos derechos por el


mero transcurso del tiempo, y la fundamentación para este modo de adquisición
de derechos es el principio de seguridad jurídica, es decir, la confianza que los
ciudadanos pueden tener en la observancia y respeto de las situaciones derivadas
de la aplicación de normas válidas y vigentes. Por lo que en torno a la usucapión,
se puede tener la certeza de que la prolongada dejación en el ejercicio de un
derecho, como puede ser el de propiedad, puede conllevar, en las circunstancias
que hemos analizado, la pérdida de un bien que siempre hemos considerado
como propio y a la inversa, por el mero transcurso del tiempo, podemos adquirir
bienes y derechos que, en origen, no nos pertenecían.

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

Nuestro ordenamiento busca la certeza de una situación jurídica para que


se puedan desplegar los diferentes derechos, deberes y obligaciones inherentes a
a misma. Por lo tanto, respecto al presente ejemplo en el que una persona esté
poseyendo un bien inmueble durante un plazo relativamente prolongado en
concepto de dueño no siéndolo, rompe con dicha certeza. Ahí es cuando actúa la
presente regulación de la usucapión en la que permite una vez trascurrido el plazo
legalmente establecido, se convierta en el legítimo propietario del derecho real. El
ordenamiento jurídico llevando a cabo una ponderación de intereses respecto a
los derechos del legítimo propietario y la necesidad de la certeza de las
situaciones jurídicas, es decir, que lo que se está aparentando concuerde con la
situación real, permite al poseedor hacerse del bien en perjuicio del legítimo
propietario. Todo lo expuesto, es debido a la necesidad de certeza y de seguridad
jurídica que precisa nuestro ordenamiento superponiéndolo a otros intereses

2.- Principio de equilibrio de intereses. Por medio de la usucapión se hace


especialmente manifiesto el equilibrio de intereses, ya que, aunque sea lógico que
el ordenamiento jurídico tenga como principal función el castigo a
comportamientos que perjudican al derecho ajeno, también debe proteger el
legítimo derecho de las personas y con mayor hincapié en el caso en el que se
trate de adquirientes de derechos en los que concurra la buena fe. Por medio de la
usucapión se establecen los lapsos que se han considerado necesarios para la
protección en primer lugar, del legítimo propietario y en último lugar, del poseedor
del bien derivado de la no intervención de un propietario negligente.

En la usucapión, por tanto, están en juego diversos intereses. Por un lado,


el del poseedor usucapiente, dirigido a la transformación de su situación posesoria
en la titularidad de un derecho; tal interés será más digno de tutela en la medida
en que el poseedor usucapiente actúe bajo una justificada convicción de ser él el
verdadero dueño (buena fe, justo título). De otro lado aparece el interés del titular
que pierde su derecho por la usucapión de otro sujeto. Su interés se dirige a la
conservación de su derecho; resulta menos protegible en la medida en que sea
mayor su pasividad frente a la situación posesoria del usucapiente. Cada

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

ordenamiento establece el punto de equilibrio entre los distintos intereses,


teniendo en cuenta diversos elementos.

4.2.5 Características de la usucación

Las características de la posesión apta para usucapir son:

a) De buena fe: entra en la posesión con título suficiente para poseer, o


cuando ignora los vicios del título que impiden poseer con derecho (arts.
806, 807 y 808). De mala fe: el que entra a la posesión sin título o el que
conoce los vicios de su título que le impiden poseer con derecho (art. 806).
b) Pacífica: es la adquirida sin violencia (art. 823).
c) Continua: es la que no ha sido interrumpida por alguno de los medios
indicados en el artículo 1168.
d) Pública: es la que está inscrita en el Registro Público de la Propiedad, así
como la que se disfruta de manera que pueda ser conocida por todos (art.
825).
e) En concepto de dueño: es la que tiene por objeto adquirir el derecho real
de propiedad (art. 826).

4.2.6 Elementos de la posesión apta para usucapir

Los requisitos para la prescripción son:

a) El objeto a prescribir debe estar en el comercio (Art. 1137)


b) El sujeto que pretenda prescribir deberá contar con la capacidad de
goce general para adquirir y con la legitimación correspondiente (Art.
1138 y 1798). Por lo que hace a la capacidad de ejercicio, las personas
morales, o los incapaces podrán prescribir por vía de sus legítimos
representantes (Art. 795).
c) La posesión es un requisito indispensable para la prescripción. Sin
embargo, la simple posesión no es suficiente, al efecto es indispensable
que ésta sea pública, pacífica, continua y a título de dueño (Art. 1151).

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

d) Transcurso pleno del plazo necesario para prescribir. La posesión debe


mantenerse con las condiciones indicadas durante el tiempo establecido
legalmente.

4.2.7 y 4.2.8 Plazos para prescribir, su interrupción o suspensión; la


buena y la mala fe en la prescripción adquisitiva

A. Plazos para prescribir (la buena y la mala fe en la prescripción


adquisitiva). Al efecto hay que distinguir si se trata de un bien mueble, inmueble
común o finca rústica, así como si es una posesión de buena o de mala fe:

Art. 1152. Los bienes inmuebles se prescriben:

I. En cinco años, cuando se poseen en concepto de propietario, con buena


fe, pacífica, continua y públicamente;
II. En cinco años, cuando los inmuebles hayan sido objeto de una inscripción
de posesión;
III. En diez años, cuando se poseen de mala fe, si la posesión es en concepto
de propietario, pacífica, continua y pública;
IV. Se aumentará en una tercera parte el tiempo señalado en las fracciones
I y III, si se demuestra, por quien tenga interés jurídico en ello, que el
poseedor de finca rústica no la ha cultivado durante la mayor parte del
tiempo que la ha poseído, o que por no haber hecho el poseedor de finca
urbana las reparaciones necesarias, ésta ha permanecido deshabitada la
mayor parte del tiempo que ha estado en poder de aquél.
Art. 1153. Los bienes muebles se prescriben en tres años cuando son
poseídos con buena fe, pacífica y continuamente. Faltando la buena fe, se
prescribirán en cinco años.

En los casos en que la posesión se encuentre viciada por violencia los


plazos aumentarán:

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

Art. 1154. Cuando la posesión se adquiere por medio de violencia, aunque


ésta cese y la posesión continúe pacíficamente, el plazo para la prescripción será
de diez años para los inmuebles y de cinco para los muebles, contados desde que
cese la violencia.

B. Cómputo, suspensión, interrupción del plazo para usucapir

a) Manera de contar el plazo para la prescripción:

Las reglas para contar el plazo de la prescripción son las siguientes:

1) El tiempo para la prescripción se cuenta por años y no de momento a


momento excepto en los casos en que así lo determine la ley expresamente
(Art. 1176).
2) Los meses se regularán con el número de días que les correspondan (ART.
1177).
3) Cuando la prescripción se cuente por días, se entenderán éstos de
veinticuatro horas naturales, contadas de las veinticuatro a las veinticuatro
(Art. 1178).
4) El día en que comienza la prescripción se cuenta siempre entero, aunque
no lo sea, pero aquél en que la prescripción termina debe ser completo (Art.
1179).
5) Cuando el último día sea feriado no se tendrá por completa la prescripción
sino hasta que se cumpla completamente el primero que se siga si fuere útil
(Art. 1180).

b) Interrupción y suspensión del plazo para la prescripción:

A. La prescripción se interrumpe si el poseedor es privado de la posesión por


más de un año, por demanda o cualquier género de interpelación judicial
notificada al poseedor.

Artículo 1168. La prescripción se interrumpe:

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

I. Si el poseedor es privado de la posesión de la cosa o del goce del derecho


por más de un año;

II. Por demanda u otro cualquiera género de interpelación judicial notificada al


poseedor o al deudor en su caso; Se considerará la prescripción como no
interrumpida por la interpelación judicial, si el actor desiste de ella, o fuese
desestimada su demanda;

III. Porque la persona a cuyo favor corre la prescripción reconozca


expresamente, de palabra o por escrito, o tácitamente por hechos
indudables, el derecho de la persona contra quien prescribe.

B. La prescripción se suspende en los siguientes casos:

Artículo 1165. La prescripción puede comenzar y correr contra cualquier persona,


salvo las siguientes restricciones:

Artículo 1166. La prescripción no puede comenzar ni correr contra los


incapacitados, sino cuando se haya discernido su tutela conforme a las leyes. Los
incapacitados tendrán derecho de exigir responsabilidad a sus tutores cuando por
culpa de éstos no se hubiere interrumpido la prescripción.

Artículo 1167. La prescripción no puede comenzar ni correr:

I. Entre ascendientes y descendientes, durante la patria potestad, respecto de


los bienes a que los segundos tengan derecho conforme a la ley;

II. Entre los consortes;

III. Entre los incapacitados y sus tutores o curadores, mientras dura la tutela;

IV. Entre copropietarios o coposeedores, respecto del bien común.

V. Contra los ausentes del Distrito Federal que se encuentren en servicio


público;

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UNIDAD 4. La posesión y la prescripción

VI. Contra los militares en servicio activo en tiempo de guerra, tanto fuera como
dentro del Distrito Federal.

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