Está en la página 1de 2

Paz, justicia e Instituciones Solidas en Crónica de una Muerte Anunciada

En el libro de Gabriel García Márquez (1927 – 2014), Crónica de una muerte anunciada se puede
observar la falta de paz, justicia e instituciones sólidas en diversas ocasiones. Las cuestiones
globales permiten contextualizar las obras con problemáticas de interés global. Tiene importancia
a gran escala, pero no debe formularse en términos que sean demasiado amplios. Esta es una
cuestión global porque cuenta con las siguientes características importancia a gran escala, es
internacionalidad e influencia en contextos locales cotidianos. Algunos de los siguientes ejemplos
que voy a mencionar son cuestiones globales puesto que cumple con estas propiedades.

Una la falta de paz es evidente puesto que para resolver sus problemas tuvieron que matar a
Santiago Nasar; «Santiago Nasar necesitaba apenas unos segundos para entrar cuando se cerró la
puerta. Alcanzó a golpear varias veces con los puños, y en seguida se volvió para enfrentarse a
manos limpias con sus enemigos. «Me asusté cuando lo vi de frente ---me dijo Pablo Vicario-,
porque me pareció como dos veces más grande de lo que era». Santiago Nasar levantó la mano
para parar el primer golpe de Pedro Vicario, que lo atacó por el flanco derecho con el cuchillo
recto». (Garcia Marquez, 1981, p 133).

En este otro fragmento también hay falta de paz puesto que la madre de Angela Vicario golpea a
su hija porque su esposo, Bayardo San Román, la había devuelto por no tener honor, esto sucede
en algunas familias del mundo en donde los padres golpean a sus hijos por cometer errores; «Sólo
Pura Vicario supo lo que hizo en las dos horas siguientes, y se fue a la muerte con su secreto.
«Lo único que recuerdo es que me sostenía por el pelo con una mano y me golpeaba con la otra
con tanta rabia que pensé que me iba a matar», me contó Ángela Vicario. Pero hasta eso lo
hizo con tanto sigilo, que su marido y sus hijas mayores, dormidos en los otros cuartos, no se
enteraron de nada hasta el amanecer cuando ya estaba consumado el desastre».

Se cometen injusticias a lo largo del relato como la que se cometido cuando solo encerraron por
tres años y podrían haber salido antes o no haber estado ni un solo día si hubieran tenido con que
pagar la fianza a los gemelos vicario a pesar del atroz asesinato cometido por estos hermanos este
hecho también involucra la falta de instituciones sólidas que les den un juicio correcto y de
acuerdo al crimen cometido «Más aún: en la reconstrucción de los hechos fingieron un
encarnizamiento mucho más inclemente que el de la realidad, hasta el extremo de que fue
necesario reparar con fondos públicos la puerta principal de la casa de Plácida Linero, que
quedó desportillada a punta de cuchillo. En el panóptico de Riohacha, donde estuvieron tres
años en espera del juicio porque no tenían con que pagar la fianza para la libertad condicional,
los reclusos más antiguos los recordaban por su buen carácter y su espíritu social, pero nunca
advirtieron en ellos ningún indicio de arrepentimiento. Sin embargo, la realidad parecía ser que
los hermanos Vicario no hicieron nada de lo que convenía para matar a Santiago Nasar de
inmediato y sin espectáculo público, sino que hicieron mucho más de lo que era imaginable para
que alguien les impidiera matarlo, y no lo consiguieron». (Garcia Marquez, 1981, p 60).

Ademas se puede evidenciar otra cuestión global la cual es Salud y bienestar la cual se puede
observar « Los estragos de los cuchillos fueron apenas un principio de la autopsia inclemente
que el padre Carmen Amador se vio obligado a hacer por ausencia del doctor Dionisio Iguarán.
«Fue como si hubiéramos vuelto a matarlo después de muerto -me dijo el antiguo párroco en
su retiro de Calafell-. Pero era una orden del alcalde, y las órdenes de aquel bárbaro, por
estúpidas que fueran, había que cumplirlas.» No era del todo justo. En la confusión de aquel
lunes absurdo, el coronel Aponte había sostenido una conversación telegráfica urgente con el
gobernador de la provincia, y éste lo autorizó para que hiciera las diligencias preliminares
mientras mandaban un juez instructor. El alcalde había sido antes oficial de tropa sin ninguna
experiencia en asuntos de justicia, y era demasiado fatuo para preguntarle a alguien que lo supiera
por dónde tenía que empezar. Lo primero que lo inquietó fue la autopsia. Cristo Bedoya, que era
estudiante de medicina, logró la dispensa por su amistad íntima con Santiago Nasar. El alcalde
pensó que el cuerpo podía mantenerse refrigerado hasta que regresara el doctor Dionisio
Iguarán, pero no encontró nevera de tamaño humano, y la única apropiada en el mercado
estaba fuera de servicio. El cuerpo había sido expuesto a la contemplación pública. en el centro
de la sala, tendido sobre un angosto catre de hierro mientras le fabricaban un ataúd de rico.
Habían llevado los ventiladores de los dormitorios, y algunos de las casas vecinas, pero había
tanta gente ansiosa de verlo ». (Garcia Marquez, 1981, p 86).

También podría gustarte