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Capitulo 5

En el último capítulo se vuelve a retratar el comienzo de la historia: los momentos


previos al asesinato de Santiago Nasar, cómo nadie logra impedir su muerte, aun
cuando las intenciones de los gemelos Vicario son de público conocimiento. Unas
dos semanas después del crimen aparece el juez enviado por el gobernador y,
ante la cantidad de gente que se acerca a declarar, se ve obligado a pedir
refuerzos. Santiago Nasar es apreciado por casi todos en el pueblo (a excepción
de Polo Carrillo, dueño de la planta eléctrica, quien lo considera cínico y dice que
puede darse el lujo de ser así porque tiene dinero). Años más tarde en el pueblo
se sigue hablando de la muerte de Santiago: ".. ninguno de nosotros podía seguir
viviendo sin saber con exactitud cuál era el sitio y la misión que le había asignado
la fatalidad" , dice el narrador con respecto a esto.
Momentos antes del crimen, Indalecio Pardo, un hombre con el que Santiago
Nasar tiene buenos vínculos, pasa por la tienda de Clotilde Armenta. Los
hermanos Vicario le dicen que apenas se vaya el Obispo, matarán a Santiago. Al
principio, Indalecio no les cree, pero luego Clotilde lo convence de que los gemelos
Vicario están hablando en serio. En este punto, el narrador especula que los
hermanos Vicario le cuentan sus planes a Indalecio Pardo, tal vez, porque piensan
que es la persona indicada para impedir el crimen sin que ellos queden en
vergüenza. Así y todo, cuando Indalecio se cruza con Santiago Nasar, que está
volviendo del puerto con su amigo Cristo Bedoya, no se anima a prevenirlo.
Por su parte, Cristo Bedoya despide a Santiago en la esquina de la plaza.
Inmediatamente después, Yamil Shaium, un amigo árabe del padre de Santiago, le
hace una seña a Cristo para que se acerque y le cuenta sobre el plan de los
hermanos Vicario. Cristo sale rápidamente en busca de Santiago, pero no tiene
éxito: cuando llega a casa de los Nasar, Santiago no está allí. Cristo Bedoya les
advierte a Victoria Guzmán y a Divina Flor sobre los planes de los Vicario; ellas ya
lo saben, pero decidieron no prevenir a Santiago. Cuando Bedoya se topa con la
madre de Santiago, no tiene el valor de contarle y se va de la casa de los Nasar
a continuar con la búsqueda de su amigo. En la tienda de Clotilde Armenta se
encuentra con los hermanos Vicario, y ellos le piden que le diga a Santiago Nasar
que lo están esperando para matarlo. Clotilde alienta a Cristo Bedoya a que se
apure y prevenga a su amigo, ya que sólo él puede prevenir la tragedia.
Mientras sigue buscando a Santiago, Cristo Bedoya se encuentra con el
coronel Aponte y le advierte que los gemelos tienen nuevos cuchillos y siguen
firmes en su idea.
El coronel Aponte le asegura que se ocupará de ellos enseguida, pero entra al
Club Social para confirmar una cita de dominó para esa noche. Bedoya piensa
que Santiago puede estar desayunando con la hermana del narrador y se
dirige allí.
En el camino, se topa con Próspera Arango, quien le pide por favor que revise
a su padre. Cristo Bedoya tarda cuatro minutos en establecer el estado del
enfermo y tres minutos más en ayudar a Próspera a llevarlo al cuarto, pero
esa pequeña demora no le permite llegar a tiempo a advertirle a Santiago
sobre el plan de los hermanos Vicario.
Santiago, por su parte, va a la casa de su novia, Flora Miguel. Ella lo recibe
enojada, le entrega un cofre con cartas y le dice que ojalá lo maten. Santiago
Nasar está perplejo. Flora Miguel se va a su habitación. El padre de Flora,
Nahir Miguel, le cuenta a Santiago que los hermanos Vicario están buscándolo
para matarlo. Santiago adopta una actitud tanto de miedo como de turbación.
Nahir Miguel le ofrece quedarse en la casa o salir con un rifle. Santiago Nasar,
absorto, confiesa no entender "un carajo" y se va. La gente del pueblo reunida
en la plaza se da cuenta de que Santiago Nasar ya sabe que lo van a matar y
trata de ayudarlo gritándole cosas, indicándole por dónde le conviene ir o
dónde puede esconderse. Pero Santiago Nasar está tan absorto que continúa
caminando en dirección a su casa.
Santiago logra llegar a su casa, pero su madre, que acaba de enterarse de
que los hermanos Vicario están buscando a su hijo para matarlo porque
Victoria Guzmán acaba confesándoselo, cerró la puerta principal con llave
pensando que su hijo estaba adentro. Es ahí que los hermanos lo interceptan y
lo acuchillan repetidas veces. Santiago Nasar se muestra altivo frente a la
inevitabilidad de su muerte. Los hermanos Vicario descargan toda su energía
en sus cuchillazos y no pueden entender cómo Santiago sigue de pie. Los
hermanos Vicario logran escapar en dirección a la plaza, perseguidos por Yamil.
Santiago, malherido, bordea la casa y logra entrar por la puerta trasera. Se
derrumba en la cocina y muere.
En este último capítulo hay un repaso de los hechos que derivan en la muerte de
Santiago Nasar. Al mismo tiempo, el pueblo trata de explicarse cómo pudieron
darse tantas circunstancias juntas como para que todo acabara así. Esta
necesidad que tienen los habitantes del pueblo de revisar los detalles de cómo se
llega a la muerte de Santiago también se relaciona con la intención de expiar esa
culpa colectiva que se cierne sobre ellos.
Esto se puede ver claramente en el caso de Cristo Bedoya, amigo de Santiago
Nasar y que estuvo con él hasta poco antes de su muerte. Cuando Bedoya se
entera de los planes de los hermanos Vicario, busca a Santiago Nasar para
advertirle, pero no l ega a tiempo, en parte porque en el camino pierde unos
minutos atendiendo a un enfermo. Esta distracción es una de las tantas
circunstancias que contribuyen a que el asesinato de Santiago se pueda
concretar, y será lo que atormente a Cristo Bedoya durante años. Al mismo
tiempo, si pensamos que el crimen de Santiago solo fue posible debido a una gran
complicidad colectiva, esa demora de Bedoya, más allá de que no fuera
intencional, es su cuota de responsabilidad en la muerte de su amigo.
El caso de Indalecio Pardo es diferente: él sí intercepta a Santiago a tiempo, pero
no le salen las palabras cuando lo tiene enfrente. Este acto de cobardía por
parte de Indalecio es su cuota de responsabilidad en la muerte de Santiago, y
también le produce culpa años más tarde. Por otro lado, tenemos al padre de la
novia de Santiago, Nahir Miguel, quien le cuenta a Santiago sobre los planes de los
hermanos Vicario y le ofrece ayuda, pero ni siquiera así logra torcer el destino
del joven Nasar.
Entonces, podemos decir que hay personajes que se abstienen de hacer algo
para impedir la muerte de Santiago, ya sea intencionalmente o por negligencia;
hay otros que intentan intervenir, pero no lo logran; y hay uno en particular,
Nahir Miguel, que le advierte y le ofrece ayuda, pero tampoco logra evitar que
Santiago muera. Se consolida así la idea de que el destino es siempre ineludible,
más allá de la gran cantidad de oportunidades que haya para evitarlo, y que el de
Santiago Nasar era morir ese día. Sin embargo, la gran mayoría de los
personajes que son consultados por el narrador sobre el día del asesinato de
Santiago, recuerdan su participación en los hechos con pudor, y dejan entrever
que se sienten culpables, incluso muchos años después del crimen. Dicho de otra
forma: ni siquiera la justificación del inevitable destino fatal que aguardaba por
Santiago los libra de la culpa de que podrían haber hecho algo más por evitarlo.
Al mismo tiempo, en estas últimas páginas, se describe la escena de la muerte
de Santiago Nasar como nunca antes en la novela. El nivel de detalle sobre el
momento del asesinato de Santiago no solo refleja la convicción del narrador de
investigar a fondo el hecho y esclarecer algunas cuestiones del caso que habían
quedado difusas, sino que también constituye un ejemplo de la estrategia
narrativa utilizada por García Márquez en esta novela..
Personajes que hacen acto de presencia o mención en el capítulo 4
Personajes
1. Cristo Bedoya: buen amigo de Santiago que l egó a ser cirujano notable.
2. Hortensia Baute: vecina
· “cuya única participación fue haber visto ensangrentados dos cuchillos que todavía no lo
estaban, se sintió tan afectada por la alucinación que cayó en una crisis de penitencia, y un
día no pudo soportarla más y se echó desnuda a las calles”.
3. Aura Villeros: “la comadrona que había ayudado a nacer a tres generaciones sufrió un
espasmo de la vejiga cuando conoció la noticia, y hasta el día de su muerte necesitó una sonda
para orinar”.
4. Don Rogelio de la Flor: “el buen marido de Clotilde Armenta, que era un prodigio de vitalidad
a los 86 años, se levantó por última vez para ver cómo desguazaban a Santiago Nasar contra
la puerta errada de su propia casa, y no sobrevivió a la conmoción”.
5. Instructor del sumario
6. Juez (nombre del juez no apareció en ninguno, pero es evidente que era un hombre
abrasado por la fiebre de la literatura).
7. Nietzsche: autor de moda entre los magistrados de su tiempo
8. Meme Loaiza
9. Pablo Carrillo: “el dueño de la planta eléctrica pensaba que su serenidad no era inocencia
sino cinismo”.
10. Fausta López: mujer de Pablo. “como todos los turcos”
11. Indalecio Pardo: testigo. “acababa de pasar por la tienda de Clotilde Armenta, y los gemelos
le habían dicho que tan pronto como se fuera el obispo matarían a Santiago Nasar”
12. Monja: hermana de narrador
13. Escolástica Cisneros: observadora del pueblo
14. Sara Noriega: dueña de la tienda de zapaos
· Dijo que Santiago estaba pálido
· Santiago le dijo: “con este guayabo” = “hangover”
15. Celeste Dangond: invitó a Santiago a tomarse un café… “para ganar tiempo”
16. Yamil Shaium: salió de su tienda de géneros y espero a Santiago para prevenirlo.
· Árabe
· Socio de Ibrahim Nasar (padre de Santiago)
· Consejero hereditario de la familia
17. Próspero Arango: la cachaca
18. Luisa Santiago
19. Nahir Miguel: padre de Flora Miguel
· Varón sabio de la comunidad
· barba colorada
· “era inmenso y parsimonioso”
· “fulgor de su autoridad”
20. Flora Miguel: “novia de Santiago Nasar, se fugó por despecho con un
teniente de fronteras que la prostituyó entre los caucheros de Vichada”.
· “gozaba de una cierta condición floral, pero carecía de gracia y de juicio y
había servido de madrina de bodas a toda su generación, de modo que el
convenio fue para ella una solución providencial” (109).
21. Poncho Lanao: vecino de 20 pasos de la puerta de Santiago. Tenía 5 hijos
y oyeron la gritería. Nunca pudo olvidar el olor.
22. Argénida Lanao: hija mayor, “contó que Santiago Nasar caminaba con la
prestancia de siempre”
23. Wenefrida Méarquez: tía de GGM. Estaba en el patio de su casa y vio a
Santiago caminar débilmente

• Está escrito o enfocado en el pasado en pasado y empieza a hablar


en presente

El título que yo le pondría a este Capítulo seria:

AL FINAL YA NO QUEDA
NADA

EL “HUBIERA” NO EXISTE

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