Está en la página 1de 21

Evaluación Psicométrica en Psicología Educacional

Evaluación de la Motivación Académica: Aportes de la Teoría Social

Cognitiva de la Carrera

Se requiere de un modelo teórico y pruebas específicas para determinar con precisión las causas
de la desmotivación.

La Teoría Social Cognitiva ha captado la atención de investigadores y profesionales de la educación


y la psicología, esto se debe a la re-conceptualización que esta teoría proporciona sobre los
procesos de aprendizaje y el papel otorgado al alumno en la construcción del conocimiento.

Desde la TSC se postula que los estudiantes no transitan sus carreras de manera “cerrada”, sino
que varían sustancialmente las maneras de atravesar una carrera académica. Plantea la existencia
de una interacción bidireccional donde las personas y las situaciones se determinan mutuamente.

Esta teoría favorece una concepción de la interacción basada en el Modelo de Reciprocidad


Triática.

La conducta, los factores personales y las influencias ambientales interactúan entre sí


bidireccionalmente. El comportamiento humano se concibe como dependiente de la interacción
entre los tres elementos mencionados.
Evaluación de la Autoeficacia

Influye en el comportamiento humano a través de múltiples vías, afectan la elección y el desarrollo


de nuevas actividades, determinan el esfuerzo y la persistencia para la realización de tareas, sobre
todo en situaciones adversas, intervienen en la conformación de los patrones de pensamientos en
la organización de los recursos para la realización exitosa de tareas, determinando así el
rendimiento de las personas.

Diversas investigaciones han tratado de identificar cuáles son las dimensiones más relevantes de
la autoeficacia en el contexto académico. Se proponen tres dimensiones principales:

1) Autoeficacia para el rendimiento: las creencias que poseen los estudiantes de lograr una
buena calificación
2) Autoeficacia para la autorregulación del estudio: las creencias de poder regular las propias
acciones y pensamientos necesarios para alcanzar las metas de aprendizaje que se
proponen
3) Autoeficacia social académica: refiere a la confianza que poseen los estudiantes para llevar
a cabo comportamientos sociales competentes en el contexto académico.

La autoeficacia para el rendimiento puede evaluarse a través de la Escala de Autoeficacia para el

Rendimiento (EAR), fue desarrollada por y adaptada por . Mide

las creencias que los estudiantes poseen acerca de su capacidad para aprobar y obtener buenas
calificaciones. El inventario presenta una estructura unidimensional y una consistencia interna
óptima (α=.94). A su vez, los estudios de relación test-criterio demostraron que la EAR predice de
manera satisfactoria el rendimiento académico (r=.42;p 0.00).

Para evaluar la autoeficacia para la autorregulación del aprendizaje se dispone de dos


instrumentos. Para estudiantes universitarios se cuenta con la escala SELF-A, presentó un valor
α= .81 y demostró utilidad predictiva para la variable rendimiento académico (r=.31; p 0.00). Para

estudiantes de escuelas secundarias existe el IDAPE, desarrollada por y .

Para evaluar la Autoeficacia Social Académica, puede utilizarse una de las subescalas de la Escala
de Autoeficacia Social para Universitarios (EAS-U), es un instrumento que evalúa las creencias que
los estudiantes poseen acerca de sus capacidades interpersonales para afrontar demandas
sociales propias del contexto académico.
Evaluación de las Expectativas de Resultados y el Progreso en Metas

Según , poseer expectativas positivas de resultados contribuye a que el estudiante

establezca metas académicas y efectúe los comportamientos necesarios para el logro de las
mismas, aumentando las probabilidades de que exista un progreso en las metas que se propone.
Los estudiantes que no anticipan consecuencias positivas no establecerán metas académicas y
presentarán un débil compromiso con las mismas, lo cual disminuye las posibilidades de progreso
académico.

Para evaluar las expectativas de resultados en el contexto académico desarrolló una escala

que miden las expectativas o consecuencias que perciben los estudiantes al momento de alcanzar
su título universitario.

Para la TSCC las metas son claves para desarrollar una capacidad auto-evaluativa. Funcionarían
como un estándar de referencia interno que utilizan personas para evaluar su experiencia
académica.

desarrolló una escala para evaluar el progreso en metas académicas, un instrumento breve

que evalúa el progreso que los estudiantes perciben en sus metas académicas.

Evaluación del Apoyo Percibido

El modelo de TSCC puede dividirse en dos niveles teóricos complementarios entre sí. El primero
involucra las variables cognitivo-personales (autoeficacia, expectativas de resultado y metas), que
permiten al individuo el ejercicio de su agenda personal. El segundo nivel considera un conjunto de
variables contextuales que interactúan con los factores personales y que también afectan el
comportamiento académico. Estas variables pueden ser objetivas (apoyo financiero, por ejemplo)
o subjetivas (apoyo social percibido, por ejemplo). Los estudiantes pueden perjudicarse o
beneficiarse de los eventos del entorno dependiendo de cómo procesan y perciben estos eventos.

El apoyo percibido refiere a si el estudiante considera que su entorno le provee los recursos
necesarios para afrontar las adversidades y alcanzar los logros personales u académicos. Para

evaluar este apoyo, desarrolló un instrumento que analiza en qué medida el contexto

próximo del estudiante apoya al mismo en la consecución de sus objetivos académicos (“mis
amigos me estimulan a que continúe con mis estudios”, por ejemplo). Los estudios psicométricos
informados por indican una consistencia interna satisfactoria (α=.84) y una estructura

unidimensional.

Evaluación de los Intereses Vocacionales

Han sido definidos como patrones de preferencias, indiferencias y aversiones respecto de


actividades relacionadas con carreras y ocupaciones.

El conocimiento de esta dimensión de la motivación permite predecir razonablemente la elección


de una carrera y el monto de satisfacción que una persona experimentará en el estudio de una
carrera o el desempeño de una ocupación.

En el contexto de la orientación vocacional, los inventarios de intereses son los instrumentos más
populares entre los profesionales de esta área de la psicología educacional. Estos instrumentos
deben utilizarse para ayudar a seleccionar metas vocacionales, confirmar elecciones previas,
descubrir campos de actividad educacional u ocupacional, descubrir ocupaciones que proporcionen
satisfacción e incrementar el autoconocimiento.

Evaluación de la Autorregulación del Aprendizaje

El aprendizaje autorregulado (AA) ha demostrado ser un concepto clave para explicar la iniciativa,

perseverancia y capacidad adaptativa del estudiante. Para el AA se encuentra

compuesto por tres fases:

1) Planificación
2) Ejecución
3) Monitoreo

Las cuales están íntimamente relacionadas y retroalimentadas cíclicamente, un déficit en alguna


de estas etapas puede afectar el proceso de autorregulación. Por ejemplo: un estudiante que posee
dificultades para planificar su estudio probablemente no logre una ejecución exitosa, la falta de
monitoreo puede llevar a que un alumno no vislumbre que su planificación es inadecuada.
La fase de planificación refiere a los procesos y fuentes de motivación que preceden a la actividad
de aprendizaje e influyen en la preparación y disposición de los estudiantes. En esta etapa son
cruciales dos componentes: a) el análisis de la tarea y b) las creencias auto-motivadoras.

La fase de ejecución involucra aspectos ligados al autocontrol del comportamiento, y al proceso de


estudio.

La fase de monitoreo es donde el estudiante evalúa su trabajo (control de estudio) y emite juicios
en base a sus propios criterios de trabajo. Fruto de dicha evaluación se generan una serie de
emociones que inciden sobre las expectativas del sujeto y su posterior desempeño.

Un último factor, es la búsqueda de ayuda, esta conducta es de suma importancia para la


autorregulación ya que permite al alumno enfrentar con mayor eficacia sus dificultades y aumentar
su aprendizaje autónomo a futuro.

Evaluación para la Identificación del Talento

El talento es el potencial individual para el logro excepcional en uno o más dominios. Los niños que
son capaces de tener un alto rendimiento son aquellos que han demostrado sus logros y/o
habilidades potenciales en cualquiera de las siguientes áreas:

1) Habilidad intelectual general


2) Aptitudes académicas específicas
3) Pensamiento creativo o productivo
4) Habilidad de liderazgo
5) Artes visuales e interpretativos
6) Habilidades psicomotoras

En su teoría del desarrollo del talento (DMGT) diferencia los conceptos de dotado y

talentoso. La dotación se define por la existencia de inteligencia general y aptitudes específicas por
encima del promedio.

Un individuo entre 10 sería ligeramente dotado, 1 entre 100 moderadamente dotado y 1 entre 1.000
altamente dotado, así sucesivamente hasta arribar a la excepcionalidad donde sería 1 entre
100.000.

Una serie de “catalizadores” co-ayudarían para la conversión del talento potencial en destrezas
altamente desarrolladas (talentos), tales como aprendizaje y práctica (formal o informal), factores
intrapersonales (motivación, temperamento), factores medioambientales (familia, vecindario,
escuela) y sucesos fortuitos (combinación particular de genes, entre otros).
postuló su Teoría de los Tres Anillos, existen tres factores que explican la dotación:

• Alta Capacidad Intelectual


• Implicación en la tarea
• Creatividad

Los estudiantes superdotados son aquellos que evidencian un rendimiento superior en casi todas
las asignaturas escolares y se destacan en varias aptitudes, y el término talentoso debe utilizarse
para aquellos estudiantes que muestran habilidades específicas en áreas concretas.

El proceso de identificación constituye el primer paso para abordar la atención educativa de los
alumnos con talento y pretende determinar su capacidad y ritmo de aprendizaje como indicadores
indispensables para poder ofrecer respuestas que tengan en cuenta sus necesidades especiales.

Una de las estrategias de identificación más validada es la utilizada en el SMPY (Study of


Mathematical Precocius Youth), un ambicioso proyecto cuyo objetivo inicial fue identificar y
suministrar recursos educativos adecuados a los jóvenes talentos matemáticos. En la actualidad,
se denomina Talent Search e incluye el diagnóstico de talento verbal y espacial, así como la
utilización de inventarios de intereses y valores como herramientas adicionales a los test de
aptitudes.

Tests de Inteligencia y Aptitudes

Existen pruebas que miden aptitud cognitiva general (g), tales como el test de Matrices Progresivas
de Raven, y/o aptitudes específicas, el Test de Habilidades Cognitivas (Cog-AT), las escalas
Wechsler de inteligencias para niños (WISC-IV) y el Test de Aptitudes Diferenciales (DAT-5).

Las escalas Wechsler de inteligencias para niños (WISC-IV) permiten una evaluación integral de
las capacidades cognitivas de los niños y adolescentes entre 6 y 17 años. Las propiedades
psicométricas del test en lo referente a la confiabilidad en sus diferentes dimensiones, estructura
interna y validad externa son excelentes. Es una medida excelente de inteligencia general, aptitud
verbal, memoria y aptitud espacial pero no mide otras aptitudes específicas relevantes (de
liderazgo, psicomotoras o musicales, por ejemplo) y no debe utilizarse como herramienta única de
identificación del talento-

Otro test de aptitudes muy utilizado es el Test de Aptitudes Diferenciales (DAT-5), fue diseñado
para medir las aptitudes de aprendizaje en ocho áreas;

1) Razonamiento Abstracto
2) Rapidez y Exactitud Perceptiva
3) Relaciones Espaciales
4) Ortografía
5) Razonamiento Mecánico
6) Uso del Lenguaje
7) Razonamiento Verbal
8) Razonamiento Numérico

Escalas de Calificación del Talento

La Gifted Rating Scale se utiliza para identificar estudiantes desde jardín de infantes a secundario
e incluye dos formas: escolar (GRS-S) y preescolar (GRS-P), así como seis subescalas:

1) Habilidad Intelectual
2) Habilidad Académica
3) Creatividad
4) Talento Artístico
5) Liderazgo
6) Motivación

Estas áreas de talento han sido seleccionadas en función del modelo Marland del talento, adoptado
por la mayoría de los estados de los EE.UU.

Las escalas de calificación pueden ser de utilidad, aunque en ocasiones el entorno escolar no
facilita el despliegue de los diferentes talentos de los estudiantes y los educadores tienden a evaluar
de modo muy general a sus estudiantes, sin poder discriminar adecuadamente entre talentos
académicos y no académicos. No resulta una tarea sencilla la observación detallada que exigen
estas escalas en las condiciones frecuentes de enseñanza en nuestro medio. Por este motivo,
deberían utilizarse como una herramienta secundaria de identificación del talento, interpretando sus
resultados como un complemento de la información suministrada por los otros instrumentos de
observación.

Autoinformes

Los autoinformes poseen limitaciones importantes: no permiten evaluar niños pequeños y los
examinados pueden subestimar o sobreestimar sus competencias y/o preferencias de manera
consciente o involuntaria. Nunca deben ser el único elemento de identificación, sino que deben
integrarse en una batería de medidas.
Chan desarrolló el Perfil de Inteligencias Múltiples del Estudiante (SMIP), un autoinforme que mide
habilidades autopercibidas e intereses relacionados con las inteligencias múltiples y se utiliza con
la finalidad de identificar niños y adolescentes talentosos en Hong Kong.

Evaluaciones de las Emociones Académicas

Cuestionarios de Ansiedad ante los exámenes

Permiten medir tanto las reacciones emocionales habituales (AE-rasgo) como las reacciones
emocionales momentáneas (AE-estado).

Brown, al crear el primer cuestionario de AE, construyó un cuestionario que medía indicadores
afectivos, cognitivos, fisiológicos y conductuales de ansiedad.

Múltiples emociones académicas

Entre los instrumentos que miden múltiples emociones se pueden mencionar al Cuestionario de
Emociones de Logro (AEQ), las Escalas de Emociones Epistémicas (EES) y el Cuestionario de
Emociones de Logro para Docentes (AEQ-Teachers).

Emociones de logro en estudiantes

Se definen como las emociones relacionadas con el aprendizaje y con los resultados de estas
actividades en típicas situaciones académicas. El AEQ es un instrumento que mide ocho emociones
de los estudiantes universitarios para cada una de las tres situaciones académicas de logro: asistir
a clase, estudiar y realizar exámenes. Evalúa cuatro emociones positivas (disfrute, esperanza,
orgullo y alivio) y cinco emociones negativas (enojo, ansiedad, desesperanza, vergüenza y
aburrimiento), contemplando la inclusión de los componentes afectivo, motivacional, cognitivo y
fisiológico de las emociones.

Emociones epistémicas en estudiantes

Son aquellas que se activan por las características cognitivas de las actividades relacionadas con
la generación de conocimiento. Los resultados empíricos apoyan la idea de que estas emociones
influyen considerablemente en la adquisición de conocimiento y el rendimiento.
Las Escalas de Emociones Empíricas (EES), son un instrumento que mide siete emociones
epistémicas durante el aprendizaje: sorpresa, curiosidad, disfrute, confusión, ansiedad, frustración
y aburrimiento. Se pueden evaluar las emociones epistémicas-estado durante episodios de
aprendizaje únicos o las emociones epistémicas-rasgo que ocurren habitualmente durante el
aprendizaje.

Emociones de logro en docentes

Miden la ansiedad que los mismos experimentan al preparar sus clases, manejar la enseñanza en
el aula e interactuar con colegas y supervisores. Por ejemplo, la Escala de Ansiedad Docente
evalúa la ansiedad por ser evaluado, ansiedad por preocupaciones relacionadas con los
estudiantes, ansiedad por el control de la clase y ansiedad por los requerimientos de la práctica
docente.

El Cuestionario de Emociones de Logro par Docentes (AEQ-Teachers) mide tres emociones


frecuentes y relevantes en el contexto de la enseñanza: disfrute (Disfruto de enseñar), enojo (Suelo
tener razones para estar enojado cuando enseño), ansiedad (Suelo sentirme tenso y nervioso
mientras enseño).

Evaluación de la Calidad Instruccional Docente

Es entendida como los comportamientos del docente que facilitan el aprendizaje y promueven un
óptimo desarrollo afectivo, motivacional, conductual y cognitivo de los estudiantes. La calidad
instruccional docente es uno de los principales factores modificables que influencian el desempeño
de los estudiantes.

La evaluación de la calidad instruccional docente permite evaluar la efectividad de programas de


entrenamiento docente, realizar devoluciones a los docentes sobre su trabajo y estudiar relaciones
de estos comportamientos con otras variables como las emociones y la motivación académica.

Comportamientos docentes de alta inferencia y baja inferencia

Son rasgos globales, como: “Explica con claridad” o “Tiene una buena relación con sus alumnos”.
Los comportamientos de baja inferencia reflejan comportamientos de enseñanza más específicos
y concretos, como “Da varios ejemplos de cada concepto”, “Nombra a cada estudiante por su
nombre”.
Instrumentos de evaluación de la calidad instruccional docente

Estas evaluaciones pueden servir a las instituciones encargadas de la preparación docente para
informarlos sobre las áreas de fortaleza y la debilidad en la preparación de sus futuros docentes y
así mejorar la calidad profesional

Inventario de comportamiento docente

Evalúa desde la perspectiva estudiantil los comportamientos claves de la enseñanza del docente
que estarían relacionados a la enseñanza efectiva y al aprendizaje de los estudiantes.

Evaluación Psicométrica en Psicología Clínica y de la Salud

La entrevista constituye la técnica central que organiza y dirige el proceso de evaluación, mientras
que los instrumentos psicométricos constituyen herramientas de las que el clínico dispone para
apoyar la información obtenida en la entrevista, identificar problemas, recoger información
adicional, facilitar el diagnóstico y contrastar hipótesis a partir de la convergencia o divergencia que
se observa entre los datos recabados por las pruebas y la entrevista.

Se concluyó que los psicólogos que solamente emplean entrevistas pierden informaciones valiosas
que entorpecen la comprensión de los problemas que aquejan a sus pacientes. La utilización de
diferentes métodos de evaluación facilita la adquisión de información variada y única, haciendo
imprescindible el uso de test psicométricos como medidas complementarias de evaluación.

El proceso de evaluación ha sido comparado con un embudo, el clínico comienza por un


acercamiento molar, donde se recaba información general sobre el amplio espectro de
funcionamiento del paciente, para ir avanzando hacia una visión molecular con el fin de comprender
los factores que generan y mantienen los problemas emocionales, psicológicos e interpersonales
de cada paciente. Se parte de un abordaje inicialmente nomotético y paulatinamente la evaluación
se va precisando hasta lograr una formulación idiográfica, es decir, que contemple las
características y circunstancias únicas de cada paciente.

El proceso de evaluación clínica involucra las siguientes


fases: a) exploración inicial, b) evaluación para el
diagnóstico y severidad del trastorno, c) análisis
funcional y formulación del caso y d) diseño del
tratamiento.
Pruebas para la Detección de Trastornos Mentales

Se usan para la detección de riesgo, brindando solo una evaluación preliminar que posteriormente
deberá profundizarse. La utilidad de las pruebas de screening es que son breves y altamente
sensibles. Reaccionan fácilmente ante mínimos indicadores de riesgo potencial. Se trata de
pruebas altamente sensibles que favorecen la detección de “falsos positivos”.

Uno de los instrumentos de screening más utilizados es el Patient Health Questionnaire (PHQ), se
compone de dos partes: la primera consta de un cuestionario autoadministrable para el paciente
que evalúa la existencia de trastornos emocionales comunes como los trastornos del estado de
ánimo, trastornos de ansiedad, alcoholismo, trastornos somatomorfos y de la conducta alimentaria;
la segunda, implica una guía de evaluación clínica que la debe aplicar el profesional.

Detección del trastorno depresivo mediante el PHQ-9

Para evaluar Trastornos Depresivos se emplea la subescala PHQ-9, la cual permite realizar el
diagnóstico provisional de depresión. Los 9 ítems del PHQ evalúan la presencia de los siguientes
síntomas en las dos semanas anteriores de la vida diaria de la persona: estado anímico deprimido,
anhedonia, problemas del sueño, sentimientos de cansancio, cambios en el apetito o peso,
sentimientos de culpa o de inutilidad, dificultad para concentrarse, sentimientos de lentitud o
preocupación e ideación suicida. Una respuesta positiva de 6 de los 9 reactivos correspondientes
a la subescala de depresión nos indica la presencia de un episodio depresivo.

Detección del Trastorno de Ansiedad Generalizada mediante el GAD-7

El GAD-7 ha demostrado un adecuado funcionamiento en términos de sensibilidad y especificidad


para el diagnóstico de TAG y para evaluar la sensibilidad de los síntomas. Una respuesta positiva
a 4 de los 7 reactivos correspondientes a la sub-escala es suficiente para detectar TAG.

Detección del trastorno de pánico (PHQ-PD)

Es destacable la brevedad y facilidad del uso de la subescala así como el hecho de que no causa
malestar emocional a los pacientes durante su uso. Esta escala se puede utilizar en pacientes con
enfermedades médicas que no presenten deterioro cognitivo como el cáncer.
Solo basta con una respuesta positiva de tres de los cinco reactivos correspondientes. De acuerdo
a lo planteado, el PHQ es una herramienta de gran utilidad en el ámbito clínico e investigativo para
detectar de manera rápida y eficaz los desórdenes emocionales de los pacientes.

Pruebas para el Diagnóstico y evaluación de la Severidad de

Trastornos Mentales

Evaluación de los Trastornos de Ansiedad

Los trastornos de ansiedad refieren a la presencia de un miedo o aprensión que no guarda


proporción con la situación, se caracterizan por un estado de ánimo negativo caracterizado por
síntomas corporales de tensión física y aprensión acerca del futuro, que afectan la calidad de vida
del paciente, sus relaciones sociales y su funcionamiento cotidiano. Dentro de los trastornos de
ansiedad más comunes se encuentran la fobia específica, la agorafobia, el trastorno de pánico, la
ansiedad social y el trastorno de ansiedad generalizada.

Evaluación de Fobia Específica

Las fobias específicas se distinguen por la naturaleza focalizada de la ansiedad, y porque esta
desaparece cuando ya no está presente el estímulo fóbico, puede darse en más de un objeto o
estímulo, especialmente si se encuentra dentro del mismo grupo fóbico.

Entre los inventarios más utilizados para evaluar fobias específicas se encuentra el Inventario de
Temores (FSS-III). Estudios de análisis factoriales agrupan a los reactivos en cuatro dimensiones:
1) temor a animales pequeños, 2) temor a la muerte, al dolor físico y a intervenciones quirúrgicas,
3) temores relacionados con la agresión, y 4) temores en situaciones interpersonales.

Otro inventario es el Cuestionario de Miedos (FQ), ofrece medidas de agorafobia, miedo a las
heridas y a las situaciones sociales.

Evaluación de la Agorafobia

El Inventario de Movilidad es un instrumento que evalúa la severidad de la evitación conductual.


Este instrumento permite obtener un puntaje que diferencia cuando la evitación se realiza de
manera aislada o bien en compañía de otra persona. Es un aspecto de relevancia dado que el
comportamiento del agorafóbico puede diferir notablemente en estas dos circunstancias.
El Inventario de Agorafobia evalúa diferentes respuestas de ansiedad cuando la persona está sola
o acompañada en diferentes situaciones estimulares.

Evaluación del Trastorno de Ansiedad Social o Fobia Social

Una de las medidas para evaluar la severidad de la ansiedad social es la Escala de Ansiedad y
Evitación Social (SAD), esta escala consta de 28 reactivos relacionados con situaciones sociales
diversas que indagan el malestar subjetivo que experimenta la persona en cada situación.

Otro instrumento es la Escala de Miedo a la Evaluación Negativa, incluye 30 ítems relacionados


con el temor a recibir críticas negativas por parte de los demás. Es un factor crucial de la ansiedad
social, dado que a diferencia de la fobia específica lo que se ve amenazado es la autoestima por la
evaluación negativa por parte de terceros. La reducción del temor a la evaluación negativa es el
mejor predictor de mejoría terapéutica.

El Inventario de Ansiedad y Fobia Social (SPAI) evalúa respuestas conductuales, fisiológicas y


cognitivas de ansiedad social. El objetivo de la misma es determinar si el malestar social
experimentado se debe a la percepción de sentirse encerrado o por temor a sufrir un ataque de
pánico.

Evaluación del Trastorno de Ansiedad Generalizada

Un instrumento de amplio uso es el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI). Diversos estudios


señalan que las personas con elevadas puntuaciones en la escalada de ansiedad-rasgo son más
vulnerables al estrés y responden más intensamente a una amplia variedad de situaciones
peligrosas y amenazantes. El STAI evalúa la ansiedad estado y la ansiedad rasgo mediante 20
reactivos para cada tipo de ansiedad.

El Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA), propone conceptualizar a la


ansiedad como una respuesta emocional compleja y que se genera a partir de la interacción de
factores individuales y situaciones específicas.

Existen cuatro rasgos o facetas de ansiedad (de evaluación, interpersonal, física y ambigua), la
intensidad de una respuesta de ansiedad dependerá de la congruencia entre la faceta y la situación
concreta. Es esperable que una persona con rasgos de ansiedad interpersonal, experimente una
mayor respuesta en situaciones sociales y no en situaciones que impliquen un riesgo físico. A partir
de esta formulación, ISRA examina cuatro factores de situaciones de ansiedad (de evaluación,
interpersonales, fóbicas y de la vida cotidiana).
Evaluación de los Trastornos del Estado de Ánimo

A lo largo de los años los trastornos del ánimo se han dividido y clasificado de diferentes maneras.
Si bien los síntomas fundamentales son el ánimo deprimido, el ánimo elevado o la mezcla de
ambos, existen una amplia variedad de sub-tipos y especificaciones. Se los puede diferenciar en
dos grandes agrupamientos: Trastorno Depresivo y Trastorno Bipolar

Evaluación del Trastorno Depresivo

En el Inventario de Depresión de Beck (BDI-II), agrupa los síntomas depresivos descriptos en el


DSM, en tres factores: Cognitivo, Afectivo y Somático. La sumatoria de los ítems permite obtener
un puntaje total que indica la severidad de la depresión.

Un aspecto que requiere especial atención en la evaluación de la depresión es la evaluación de la


conducta suicida, uno de los principales predictores del suicidio es la desesperanza. Hace
referencias a juicios cognitivos acerca del futuro, pensamientos o expectativas negativas acerca de
lo que va a acontecer. Es por ello que se desarrolló la Escala de Desesperanza de Beck (BHS),
donde se evalúan el alcance de las expectativas negativas referidas al futuro inmediato y a largo
plazo.

Evaluación del Trastorno Bipolar

El instrumento más utilizado para la evaluación de este cuadro es la Escala de Young para la
Evaluación de la Manía (YMRS), fue elaborado a partir de descripciones clínicas de los cuadros
maníacos, examinan la intensidad de la sintomatología maníaca. Teniendo en cuenta los
comentarios del entrevistado y la observación del clínico se evalúan los síntomas presentados en
la última semana. Solamente psicólogos clínicos debidamente entrenados pueden utilizar dicho
instrumento.

Evaluación de los Factores de Mantenimiento: Regulación

Emocional e Intolerancia a la Frustración

Es importante diferenciar los factores desencadenantes de los factores de mantenimiento. Aunque


los factores desencadenantes pueden resultar de interés para conceptualizar adecuadamente el
caso, son los factores de mantenimiento los que resultan cruciales al momento de aplicar
estrategias efectivas de tratamiento. Los factores desencadenantes no proveen información
suficiente para el tratamiento.

Dificultades en la Regulación Emocional

Se ha propuesto un marco conceptual que permite identificar los mecanismos adaptativos de


regulación emocional, que incluiría:

a) Conciencia emocional
b) Claridad emocional
c) Aceptación emocional
d) Control de impulsos
e) Capacidad de aplicar conductas dirigidas a metas cuando se experimenta una emoción
negativa
f) Habilidad de usar las estrategias de regulación emocional de manera flexible y apropiadas
a la situación que las demande, o a la respuesta emocional que se desea modular.

La dificultas o déficits en estas formas de regulación emocional está presente en diversas


psicopatologías y trastornos psiquiátricos.

Se ha propuesto un instrumento de medida DERS, permite cuantificar la dificultad en la regulación


emocional según los seis puntos definidos anteriormente como una regulación adaptativa.
Permitiría obtener información sobre dos factores más, la dificultad en la regulación emocional se
agruparía en estos, uno referido al Procesamiento Emocional, y otro a la Respuesta Emocional.

Otra forma de conceptualizar la RE es centrarse no tanto en la capacidad o no de regular


adecuadamente la emoción, sino en las estrategias específicas que la persona emplea para regular
su emoción. Una de estas formas son las estrategias cognitivas. Los procesos cognitivos poseen
un rol destacado, la atención e interpretación cognitiva que se lleva a cabo de los eventos
determinará el tipo de emoción experimentada y modulará la respuesta emocional.

Meta-experiencia emocional: Creencias de Intolerancia a la

Frustración

La terapia racional emocional conductual (TREC) se enfoca en disminuir estas creencias


irracionales que mantienen los altos niveles de IF, con el fin de lograr un decremento en las
emociones displacenteras y enfrentar la realidad de manera más adaptativa.
Una de las escalas autoadministradas para evaluar las creencias irracionales asociadas a la
intolerancia a la frustración es la Escala de Intolerancia a la Frustración (EIF), desde la TREC se
plantea la existencia de cuatro creencias que promueven la intolerancia a:

a) Las molestias
b) El esfuerzo
c) La injusticia
d) Las emociones incómodas

La escala fue construida para medir 4 factores:

1) Intolerancia a la incomodidad: refieren a la creencia de que la vida debería ser fácil, cómoda
y libre de problemas
2) Derechos: refleja creencias de que los deseos personales deben ser complidos y que las
otras personas deben complacer y no frustrar estos deseos
3) Intolerancia emocional: indica intolerancia a la angustia o malestar emocional
4) Logro: son afirmaciones sobre sentimientos de frustración relacionados con una tarea o un
rendimiento óptimo.

Estrategias de Afrontamiento

En el Cuestionario de Estrategias de Afrontamiento (COPE) se identificaron ocho estrategias de


afrontamiento:

1) Afrontamiento activo
2) Apoyo social emocional e instrumental
3) Negación y desconexión conductual
4) Consumo de alcohol y drogas
5) Religión
6) Humor
7) Aceptación y refrenar el afrontamiento
8) Centrarse en las emociones y desconexión mental

Podrían agruparse en dos categorías generales: Afrontamiento centrado en el problema vs


Afrontamiento centrado en la emoción. El afrontamiento centrado en el problema parece más
apropiado en casos de estrés controlable, mientras que el afrontamiento centrado en la emoción
parece más adecuado para el estrés que se percibe como no controlable. Algunas estrategias
centradas en la emoción pueden ser disfuncionales, tal es el caso del consumo de sustancias o
algunas formas de evasión emocional.
Evaluación del Bienestar subjetivo: delimitación conceptual e

instrumentos para su medición

Evaluación del Bienestar Subjetivo: Afecto y Satisfacción con la Vida

Diener propone un modelo con tres componentes diferentes: la satisfacción con la vida (LS); los
afectos positivos (PA) y los afectos negativos (NA). La medición de estos componentes se realiza
a través de dos instrumentos específicos de autoreporte. La medición con instrumentos específicos
responde a que los componentes que determinan el bienestar no conforman una única dimensión,
sino que corresponderían a variables distintas que en su interacción explican el bienestar o felicidad
que puede tener una persona.

Este juicio por si solo no determina el bienestar, sino que al mismo tiempo debe presentar la
persona un nivel adecuado de emociones positivas y negativas teniendo que ser las primeras de
mayor intensidad y frecuencia que las segundas. Las emociones conforman así el componente
afectivo del bienestar.

Respecto al componente afectivo, el instrumento que se utiliza es la Escala de Afectividad Positiva


y Negativa (PANAS).

Evaluación del Bienestar Psicológico

Se critica el modelo de bienestar subjetivo ya que deja de lado la significación de los actos humanos
en términos de orden y coherencia para la existencia personal.

Ryff plantea un modelo alternativo para el estudio del bienestar que contempla las variables del
desarrollo óptimo, el funcionamiento mental positivo y las teorías del ciclo vital. El nivel de bienestar
tendría importantes variaciones según la edad, la cultura y la sexualidad, contempla seis
dimensiones:

1) Una apreciación de sí mismo


2) La capacidad para manejar de forma efectiva el medio y la propia vida
3) La alta calidad de los vínculos personales
4) La creencia de que la vida tiene propósito y significado
5) El sentimiento de que cada uno va creciendo y desarrollándose a lo largo de la vida
6) El sentido de autodeterminación
Evaluación Psicométrica en Psicología Organizacional

El uso de Pruebas Psicométricas en la Psicología Organizacional

La persona no concurre por motivación propia, sino que, es enviado por una organización. Es
esperable que el examinado adopte una conducta poco genuina, intentando ser cordial, con
intenciones de agradar y brindar la mejor imagen de sí mismo a quien lo entrevista.

Algunas de las formas de resolver el falseamiento de respuestas son a través de test optativos.
Este formato obliga al examinado a elegir entre opciones de respuesta que tienen un nivel similar
de deseabilidad. Otra alternativa es el uso de instrumentos que contemplen escalas que analicen
la sinceridad de las respuestas. La Escala L del MMPI-II contienen ítems que permiten evaluar el
grado de franqueza al responder el inventario y proporciona información sobre la tendencia a cubrir
las fallas personales a fin de brindar una imagen más ajustada socialmente.

Otra particularidad refiere a la vinculación del psicólogo con la organización. El hecho de realizar
evaluaciones y pertenecer a la misma organización puede condicionar el cumplimiento de los
requerimientos que permiten una evaluación ética.

Un aspecto especialmente problemático es el caso de psicólogos que deben evaluar a sus propios
compañeros de trabajo, todos esos eventos pueden afectar su objetividad y generar sesgos en el
proceso de medición.

Evaluación del Bienestar en el Trabajo

Conceptos como Engagement o Autoeficacia han despertado un considerable interés ppr parte de
los psicólogos organizacionales. Junto a la tradicional evaluación del estrés laboral, en la actualidad
se complementan dichas mediciones con la consideración de factores salugénicos, como por
ejemplo el engagement-

Evaluación del Estrés Laboral y el Burnout

El burnout, conocido también como “síndrome de desgaste profesional” o “síndrome de quemarse


por el trabajo” fue definido como un síndrome caracterizado por agotamiento emocional, (a causa
de las demandas interpersonales que surgen en el trabajo con las personas), despersonalización
y baja realización personal, puede ocurrir en cualquier individuo que trabaja con personas de alguna
manera.
El concepto fue evolucionando y redefiniéndose de manera más amplia con un estado mental
negativo, relacionado con el trabajo, que ocurre en personas normales y que se caracteriza por
tener síntomas de agotamiento, cinismo e ineficacia profesional, se concibe como un fenómeno
relacionado con el trabajo en general.

El creciente interés en el estudio y la medición del burnout se ha visto reflejado en el desarrollo de


numerosos instrumentos, como el Burnout Measure (BM), el Oldenburg Burnout Inventory (OLBI),
el Copenhagen Burnout Inventory (CBI), el Cuestionario para la Evaluación del Síndrome de
Quemarse por el Trabajo (CESQT) y el Maslach Burnout Inventory (MBI).

Evaluación del Bienestar Laboral y Engagement

Engagement está definido como un estado mental positivo, de realización, relacionado con el
trabajo, que se caracteriza por vigor, dedicación y absorción.

Inicialmente, el engagement fue concebido como un constructo teórico opuesto al burnout, se


caracteriza por altos niveles de energía (vigor) y una fuerte identificación con el trabajo (dedicación).

El engagement y el burnout constituyen polos opuestos de un continuo, donde la presencia de uno


implica la ausencia de otro. Ambas experiencias podían ser medidas a través de las escalas del
MBI, en las que puntajes altos correspondía a “burnout”, mientras que el patrón de puntajes
opuestos indicaría “engagement”.

La evidencia científica acumulada a través de diferentes estudios parece indicar que el engagement
y el burnout constituyen constructos psicológicos independientes, más que opuestos, aunque no
totalmente independientes debido a las relaciones negativas entre uno y otro.

Tal vez la mejor manera de definir al engament es considerarlo como una experiencia “ni
completamente opuesta, ni completamente independiente”, esto llevó a la creación de cuestionarios
y escalas específicas para su evaluación. Algunos instrumentos son la Job and Organization
Engagement Scale, la Job Engagement Scale (JES), el Inventario para la Medición del Engagement
en el Trabajo (IMET) y el Utrech Work Engagement Scale (UWES).

Evaluación con fines de Selección

Los constructos psicológicos evaluados en este contexto son en algunos casos generales y típicos
de taxonomías tradicionales, y en otros, constituyen rasgos de interés propios de un campo laboral
determinado, es posible clasificar las variables en dos grandes grupos:
a) Habilidades: entre las que se encuentran la memoria, velocidad de ejecución, precisión,
capacidad de organización y planificación, atención, concentración, tipo de pensamiento,
habilidad verbal, nivel intelectual y tipo de pensamiento.
b) Variables de personalidad: se consideran la autonomía, capacidad de liderazgo, control de
impulsos, capacidad de adaptación, creatividad, motivación, relación con la autoridad,
tolerancia a la frustración, relaciones interpersonales, tolerancia al estrés y trabajo en equipo.

Evaluación del Liderazgo

El Cuestionario de Estilos de Liderazgo (CELID) evalúa los diferentes estilos de liderazgo


(transformacional, transaccional, laissez faire) y las dimensiones que lo componen, permitiendo
obtener una puntuación para cada una.

Los estudios basados en la teoría del liderazgo de rango completo han demostrado que la presencia
de líderes laissezz faire produce un impacto negativo en el clima, la autoeficacia y la satisfacción
laboral de los trabajadores. El liderazgo transformacional y el liderazgo transaccional han sido
relacionados por lo general con consecuencias positivas, ejerciendo una influencia favorable sobre
la autoeficacia, la motivación, el desempeño, el engagement y la satisfacción laboral de los
trabajadores. La evidencia proveniente de meta-análisis muestran un efecto cuantitativamente
mayor del liderazgo transformacional sobre el liderazgo transaccional, sugiriendo así que el
liderazgo transformacional constituye el estilo de mayor impacto en el desarrollo de los recursos
humanos y el bienestar psicológico de los empleados.

Evaluación de la Personalidad

Existen numerosas teorías y modelos que se han propuesto con el objetivo de describir la estructura
básica de la personalidad humana. Entre los modelos más relevantes se encuentran el modelo
psicobiológico de Eysenck, el Modelo de siete factores de Cloninger, el modelo de los cinco factores
o Cinco Grandes, y el modelo de los Cinco Factores Alternativos de Zuckerman, el modelo de los
Cinco Grandes representa la taxonomía más aceptada de los rasgos de personalidad y la más
utilizada en el contexto laboral.

Existen cinco dimensiones bipolares que conforman los rasgos básicos de la personalidad:

1) Extraversión (opuesto a la introversión)


2) Neuroticismo/inestabilidad emocional (opuesto a la estabilidad emocional)
3) Amabilidad (opuesto a la hostilidad
4) Responsabilidad (opuesto a la irresponsabilidad)
5) Apertura a la experiencia (opuesto a la falta de apertura a la experiencia)
Se han generado diferentes instrumentos sobre la base del modelo de los cinco grandes
factores: El Inventario de Personalidad (NEO-PI) y el Cuestionario de Personalidad IPIP-FFM.

Deseabilidad Social

La tendencia de los individuos a distorsionar las respuestas en los cuestionarios con el objetivo
de proyectar una imagen favorable de sí mismos, se conoce como deseabilidad social.

El control y la detección del sesgo de deseabilidad social continúa siendo un problema


importante. Se han desarrollado distintas estrategias, aunque dos de ellas han demostrado ser
efectivas:

a) Informar a los evaluados de que se examinarán sus respuestas en relación a la


deseabilidad social y que la existencia de distorsiones tendrá consecuencias negativas
b) Crear baremos específicos a partir de muestras de candidatos o de personas que
contestan a las medidas de personalidad en contextos que puedan suscitar deseabilidad
social.

También podría gustarte