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TEMA 2

AUTOESTIMA

¿Qué es la autoestima y el desarrollo personal?

La autoestima es la capacidad que tiene una persona para valorarse, amarse y


aceptarse a sí mismo. El desarrollo de la autoestima se da en la infancia intermedia,
donde el individuo compara su "yo real" con un "yo ideal" y con las personas de
alrededor.

El desarrollo personal son las acciones y cambios que implantamos en nuestra vida
para tener nuevos comportamientos y actitudes mejores y más positivos que los que
disponía anteriormente.

¿Qué síntomas presenta?

Mantener una buena autoestima permite que seamos más felices y tener más confianza
en uno mismo. Esto permitirá que ayudemos a que nuestro entorno a que se sienta del
mismo modo.

Los indicios que indicarán que nuestra autoestima no está en su mejor nivel son: falta
de seguridad en uno mismo, no expresar la opinión por temor a ser rechazado, pensar
que las opiniones no tienen el mismo valor que las del resto, sentir que no somos
merecedores de las situaciones positivas, falta de esfuerzo al pensar que no se va a
poder conseguir lo que uno desea, necesitar la aprobación del resto a menudo, no
sentirse feliz, desmotivación con rapidez, sentir nerviosismo durante el día, sentirse
culpable, poco atractivo o sin iniciativa.

La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos. Es importante


cultivarla y cuidarla, porque influye en nuestra felicidad y bienestar
Las causas de una mala autoestima puede ser estancamiento en el tipo de vida que
llevamos, sufrir algún tipo de trastorno emocional como depresión, ansiedad, algún tipo
de fobia, problemas del sueño que alteren el ritmo de vida habitual.

¿Se puede prevenir?

Para mantener una buena autoestima debemos evitar sobre todo los pensamientos
negativos y en el momento en que nos surgen reconvertirlos en positivos. Otra de las
acciones es ser realista con nuestras virtudes y defectos, sin autoexigirnos ser al cien por
cien perfectos, pero siendo autocríticos y aprender de aquello que no hacemos bien.

Ante una mala situación debemos afrontarla y aceptarla. Ponerse metas realistas
ayudará a nuestro bienestar y si fracasamos, debemos estar preparados, sin culparnos
por los errores. No debemos compararnos con nadie, si envidiamos e idealizamos la
vida del resto, provocará un sentimiento de fracaso.

¿En qué consiste el tratamiento?

Un tratamiento psicológico para aumentar la autoestima se basa en realizar una serie


de ejercicios como los comentados anteriormente. Todo este entrenamiento lleva a las
personas a sentirse positivas y reconocer su propio valor.

Mejorar la autoestima tiene repercusiones en nuestra vida personal, ya sea con nosotros
mismos, en las relaciones sociales o en la profesional. Por todo esto, el estudio de la
autoestima y la creación de patrones de conducta para mejorarla es fundamental en
psicología. Acciones como ir a un psicólogo, meditación o leer ciertos manuales o libros
de autoayuda pueden facilitar ser más activos en la creación de ideas positivas.
TEMA 3
COMUNICACIÓN

La comunicación es un proceso que consiste en la transmisión e intercambio de


mensajes entre un emisor y un receptor.

En este proceso, además del emisor y receptor, participan diferentes elementos:

 el código, que es el lenguaje empleado,


 el canal de comunicación, que es el medio usado,
 el contexto, que son las circunstancias donde se desarrolla la comunicación,
 el ruido o perturbaciones en la recepción del mensaje original, y
 la retroalimentación o feedback, que supone la respuesta hacia el primer
mensaje.

El proceso comunicativo es esencial para la vida en sociedad: permite que los seres
humanos se expresen y compartan información entre sí, establezcan relaciones, lleguen
a acuerdos y sean capaces de organizarse.

La comunicación, además, puede llevarse a cabo de diferentes maneras: verbal,


utilizando un lenguaje o idioma, o no verbal, valiéndose de gestos, lenguaje corporal o
signos no lingüísticos.

La palabra comunicación deriva del latín communicatĭo que significa compartir,


participar en algo o poner en común.

Por eso, el término comunicación también se utiliza en el sentido de conexión entre dos
puntos. Por ejemplo, el medio de transporte que realiza la comunicación entre dos
ciudades o los medios técnicos de comunicación (las telecomunicaciones).

Tipos de comunicación

La comunicación se puede dividir en dos grandes tipos:

Comunicación verbal

La comunicación verbal es una forma de comunicación exclusiva de los seres humanos


y, por ello, es la más importante. Tiene dos subcategorías:

 Comunicación oral: es el intercambio de mensajes a través del habla.


 Comunicación escrita: en este caso, el proceso comunicacional ocurre a través
del lenguaje escrito.

Comunicación no verbal

Se expresa a través del lenguaje corporal, la proximidad, signos no lingüísticos y


sonidos sin palabras.

Ver también:
 Comunicación verbal
 Comunicación no verbal.

Características principales de la comunicación

 Requiere de un emisor y un receptor: para que el mensaje pueda ser enviado


se requiere de la intervención de un emisor, del mismo modo que el receptor es
esencial para que el mensaje pueda ser recibido e interpretado.
 Es un proceso dinámico: los roles de emisor y receptor se pueden intercambiar
en el proceso comunicacional. De esta forma, una vez que el receptor envía su
retroalimentación o feedback, se convierte en emisor.
 Es indispensable para la interacción de los individuos: la comunicación sirve
para reafirmar al individuo al permitirle expresarse y transmitir un mensaje.
 Favorece la organización social: influye en la interacción de los grupos
sociales que comparten un código común y les permite establecer acuerdos y
organizarse.
 Es imposible que no se lleve a cabo: la comunicación es un proceso que ocurre
de forma continua y en diferentes niveles. Esto se describe en los cinco axiomas
de la comunicación establecidos por el psicólogo Paul Wazlawick. El primer
axioma estipula que es imposible no comunicarse.

Vea también:

 Axiomas de la comunicación.
 36 tipos de comunicación.

Elementos de la comunicación

Los elementos que componen el proceso de la comunicación son:

 Emisor: es quien transmite el mensaje


 Receptor: es el que recibe el mensaje.
 Código: es el conjunto de signos que serán utilizados para crear el mensaje
(palabras, gestos, símbolos).
 Mensaje: es la información o conjunto de datos que se transmiten.
 Canal de comunicación: es el medio físico que se utilizará para enviar el
mensaje, como carta, teléfono, televisión, internet, el propio aire, etc.
 Ruido: son todas las distorsiones que pueden influir en la recepción del mensaje
original, y pueden ser tanto del emisor, como del canal o del receptor.
 Retroalimentación o feedback: en una primera instancia, es la respuesta del
receptor hacia el mensaje recibido. Si posteriormente el emisor responde a lo
enviado por el receptor, también se considera retroalimentación.
 Contexto: son las circunstancias en las que se desarrolla el proceso de
comunicación. Tienen influencia directa en la interpretación del mensaje
(espacio físico, marco de referencia cultural del emisor y el receptor, contexto
social, etc.

Los 5 pasos en el proceso de comunicación


Para que la comunicación ocurra, son necesarios algunos pasos básicos que caracterizan
a este proceso:

1. La intención de comunicar: se requiere de uno o varios emisores que quieran


enviar a un mensaje.
2. La codificación del mensaje: el emisor prepara el mensaje según el tipo de
comunicación que vaya a emplear (verbal, no verbal, escrita o visual).
3. La transmisión del mensaje: implica la utilización de medios o canales
adecuados al código empleado en el mensaje (un correo electrónico o un
mensaje instantáneo para enviar un mensaje escrito, una llamada o charla para
una comunicación verbal, etc.)
4. La recepción del mensaje: para que el mensaje pueda ser recibido, el receptor
debe conocer el código en el cual le fue enviada la información. Por ejemplo, si
se le envía una carta a una persona que no sabe leer, el proceso de comunicación
no tendrá lugar.
5. La interpretación del mensaje: aquí entra en juego el contexto del receptor, ya
que dependiendo de factores biológicos, psicológicos, emocionales o
socioculturales, el mensaje puede ser interpretado de múltiples formas que no
necesariamente tienen que coincidir con la intención que tenía el emisor al
momento de comunicar.

Funciones de la comunicación

Dentro del proceso de comunicación se distinguen cinco funciones básicas:

Función informativa

El mensaje transmite una información objetiva y sustentada con datos verificables. Las
noticias televisivas y de la prensa escrita tienen esta función.

Función persuasiva

Se trata de convencer al receptor del mensaje o de modificar su conducta con un fin


específico. La propaganda política y la publicidad responden a esta función
comunicacional.

Función formativa

La intención es transmitir mensajes que generen conocimiento novedoso en el receptor,


y que este los incorpore a su sistema de creencias. Los procesos de comunicaciones en
entornos educativos, como la escuela, sirven para eso.

Función de entretenimiento

Se trata de la creación de mensajes pensados para el disfrute del receptor. La música, las
películas y las series generalmente cumplen esta función.

Comunicación asertiva
La comunicación asertiva es aquella en la que el emisor logra expresar un mensaje de
forma simple, oportuna y clara, considerando las necesidades del receptor o interlocutor.

Se trata de una habilidad social importante asociada a la inteligencia emocional y a la


comunicación no verbal-

Medios de comunicación social

Los medios de comunicación social son sistemas de transmisión de mensajes a un públi

co amplio, disperso y heterogéneo. Con esta designación se definen esencialmente los


llamados medios de comunicación de masas en las áreas de la prensa periódica, la radio,
la televisión, el cine e internet.

Vea también:

 Medios de comunicación
 Mensaje
 Comunicación organizacional
 Qué es el emisor
TEMA 4
RELACIONES SOCIALES

¿Qué son las relaciones sociales?

Comúnmente, se entiende por relaciones sociales al conjunto de las interacciones que


ocurren entre dos o más personas, o dos o más grupos de personas, de acuerdo a una
serie de protocolos o lineamientos mutuamente aceptados, o sea, de acuerdo a normas
específicas.

Estas relaciones son estudiadas por la sociología y constituyen para ella el grado
máximo de complejidad del comportamiento social. Son la base de otros conceptos
como a organización social, la estructura social o los movimientos sociales.

Los seres humanos somos criaturas gregarias, o sea, tendemos a vivir entre sus pares.
Así, formamos comunidades que requieren de un conjunto de interacciones
normadas para convivir en relativa paz. Por ende, las relaciones sociales forman parte
de quienes somos y su estudio revelará mucho de cómo nos pensamos a nosotros
mismos y a los demás.

En ese sentido, resultan de interés tanto los tipos de vínculo (la amistad, el amor, la
rivalidad, etc.), y el tipo de normas con las que distinguimos las relaciones legítimas o
apreciadas, de las prohibidas, inaceptables o incorrectas. La socialización es el modo en
que dichos elementos van modificando y fraguando la conducta de los seres humanos.

Características de las relaciones sociales

Las relaciones sociales pueden ser:

 Materiales. Involucran algún tipo de intercambio de objetos. Estas son


relaciones concretas que incluyen aquellas que poseen vínculo con lo
económico, lo material.
 Ideológicas. Involucran la adhesión o la transmisión de algún tipo de patrones
de pensamiento. Son relaciones abstractas que se vinculan a lo moral, espiritual,
político, etc.

Por otro lado, las relaciones sociales suelen sustentarse en protocolos y normas.
Dichas normas están determinadas histórica y culturalmente, pero también en base a las
necesidades del colectivo.

De hecho, la cortesía y las formas del trato cotidiano son una evidencia de que incluso
los contactos breves y superficiales con quienes habitan a nuestro alrededor, requieren
de una cierta manera de hacer las cosas que debemos aprender, para no desentonar en la
sociedad.

Tipos de relaciones sociales


La
s relaciones laborales suelen regirse por normas jerárquicas, y diferentes a las afectivas.

Las relaciones sociales pueden clasificarse de distinta manera, dependiendo de si


nuestro enfoque al respecto es psicológico, sociológico o de otra naturaleza. Por
ejemplo, podemos distinguir entre relaciones sociales según el tipo de vínculo
establecido, de la siguiente manera:

 Relaciones afectivas. Aquellas que tenemos con las personas escogidas para
conformar nuestro entorno íntimo: amigos, parejas y compañeros, gente con la
que desarrollamos conexiones emocionales profundas.
 Relaciones laborales. Aquellas que debemos emprender en nuestro entorno de
trabajo, sea el que sea, y que suelen regirse por normas jerárquicas, formales y
diferentes a las íntimas. En general son nexos menos profundos
emocionalmente, pero muy importantes en la cotidianidad.
 Relaciones familiares. Otro tipo de relaciones íntimas y de mucha intensidad,
pero que no podemos realmente elegir, ya que vienen dadas de antemano, son
las de nuestra familia, al menos el núcleo cercano de padre-madre-hermanos. De
hecho, estas relaciones son psicológicamente vitales para los individuos, tanto en
un sentido positivo como negativo.
 Relaciones circunstanciales. Aquellas relaciones superficiales, efímeras y
locales que tendremos con desconocidos a lo largo del día, muchas de las cuales
podrían pasar a ser de otro tipo, o no. Suelen tener poco vínculo emocional y ser
olvidadas rápidamente.

Importancia de las relaciones sociales

Tal y como decíamos al principio, las relaciones sociales son la base de la sociedad
humana como un todo. Están determinadas por la interacción social de los seres
humanos, sobre todo a medida que se transmite a generaciones venideras.

Nuestras relaciones sociales son los modos legítimos de vincularnos entre nosotros,
lo cual es importantísimo si consideramos que la humanidad, a estas alturas, se ve
obligada cada día más a aceptar a quienes piensan distinto, a quienes viven distinto y
presentan, justamente, otro tipo de relaciones sociales.
¿Hasta qué punto es legítimo tolerar las formas de vincularse del otro? ¿Hasta qué punto
debemos sacrificar las propias y aprender las de los demás? Este es un debate que se
encuentra en el corazón de la civilización humana a inicios de un siglo XXI globalizado.

Ejemplos de relaciones sociales

Los ejemplos de relaciones sociales están a la orden del día. Las establecemos con
nuestros amigos, familiares, las personas con las que trabajamos o estudiamos, los
rivales de nuestro equipo de fútbol, los compradores que atendemos en nuestra tienda, el
jefe que nos supervisa o las personas con las que tenemos una cita romántica.

En su conjunto, la totalidad de nuestras relaciones sociales son un aspecto fundamental


de nuestra existencia.

Relaciones sociales de producción

El término “relaciones sociales de producción” debe comprenderse en un ámbito


distinto al de lo que hemos conversado hasta acá. Es un término proveniente de la
escuela marxista de pensamiento, fundada en el siglo XX por los teóricos europeos
Carlos Marx y Federico Engels.

Su planteamiento involucraba una lectura histórica de la sociedad, fijándose en qué


clases sociales habían detentado el poder en cada etapa. Además, estudiaba cómo habían
logrado su poderío a través del control de los mecanismos de la producción de bienes de
consumo.

Por ende, en este contexto las relaciones sociales de producción son el tipo de vínculos
establecidos entre los seres humanos a partir de su rol dentro del proceso de producción
económica. Dichas relaciones están determinadas por el control de los medios de
producción.

Estas relaciones son legalmente válidas y validadas. Determinan el manejo de los


activos producidos socialmente (como los inmuebles, los vehículos o las máquinas
empleadas para producir), y permite la repartición de los beneficios de acuerdo a
quienes ocupan la posición dominante.
TEMA 5
GENERO

Te explicamos qué es el género en sus diversas acepciones, relacionado a lo femenino o


masculino y también a lo literario.

Los géneros son formas de agrupar individuos según propiedades comunes.

¿Qué es el género?

Por la palabra género hoy en día se pueden entender muchas cosas distintas.
Etimológicamente, proviene del latín genus, que se traduce “estirpe” o “linaje”.

En el diccionario de la Real Academia Española hay muy diversos significados, que van
desde tipos de textiles, taxones biológicos hasta categorías artísticas. Tienen en común
referirse a un “conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes” o una
“clase o tipo al que pertenecen las cosas”.

Es decir que los géneros son categorías en que organizamos mentalmente la realidad
de las cosas y los seres, de acuerdo a cierto tipo de propiedades comunes. Así también
nos pensamos a nosotros mismos, y en especial nuestros roles sociales, a partir
tradicionalmente de la dicotomía masculino/femenino.

En todo caso, pensar en géneros es parte de los procesos usuales de nuestra mente. Se
halla también reflejado en el idioma, ya que las palabras tienen uno o más géneros
gramaticales, dependiendo de la lengua a la que pertenezcan, lo cual se suele señalar
mediante declinaciones o mediante el uso de artículos.

Así, por ejemplo, en inglés existe un único género realmente, denotado con el artículo
“the” sin importar si hablamos del hombre (the man) o de la mujer (the woman). En
español, en cambio, los géneros son dos, como expresan los artículos el y la, con un
género neutro de uso muy específico (lo). Mientras que en alemán, los géneros
convencionales son tres: masculino (der), femenino (die) y neutro (das).
Género masculino y género femenino

El género es una construcción cultural que cambia con el tiempo y la sociedad.

En la mayoría de las culturas se asignan ciertos roles sociales a hombres o a mujeres


según mandatos tradicionales. Estos roles de género se basan en la separación y
distinción de los sexos biológicos, dando origen así a dos géneros posibles: el masculino
y el femenino.

Estos géneros, sin embargo, nada tienen que ver con lo biológico, que reside en el
cuerpo, los genes y la capacidad reproductiva, sino que constituye una suerte de
abstracción. Es decir, es una categoría social y cultural, que le asigna determinados
roles, valores y sentidos a la masculinidad y otros a la feminidad.

Por ende, se asocia lo masculino con lo activo, con lo evidente, la fuerza, la razón, el
dominio y la violencia; y lo femenino con lo pasivo, con lo oculto, la manipulación, la
intuición, la sumisión y la seducción. Incluso cuando es más que evidente que todas
estas cosas están en distinta proporción en hombres y mujeres.

Aun así, muchas veces se le exige a un hombre ser “más masculino” o incluso
“ahombrarse”, o a una mujer ser “más femenina” o “feminizarse”, como si hubiese una
única forma correcta de ser hombres y mujeres.

En todo caso, los sectores más conservadores de la sociedad verán con malos ojos que
dicha separación de los roles de cada género no se cumpla, mientras que los sectores
progresistas señalan que, dado que se trata de una identificación cultural, perfectamente
podría ser de otra manera.

Identidad de género
El género no siempre coincide con el sexo biológico.

El sexo y el género no son lo mismo. El sexo está expresado en nuestro genoma, y se


manifiesta en genitales con que nacimos, o sea, es nuestro perfil biológico. Dado que
la diferencia de los sexos biológicos es la base de la reproducción de la especie, sólo
admite el sexo masculino (dotado de pene, productor de espermatozoides) y el sexo
femenino (dotado de vagina, productor de óvulos).

En cambio, el género está determinado por nuestra sociedad y nuestra cultura,


dado que es una construcción social. Asocia determinadas características con cada sexo,
esto es, que intenta delimitar socioculturalmente qué es lo masculino y qué es lo
femenino.

Por esta razón, los géneros han cambiado con el tiempo (lo que se entiende como
masculino hoy en día no siempre fue igual, por ejemplo), mientras que los sexos
permanecen iguales.

Cada persona tiene una orientación sexual (o sea, un sexo o varios que lo atraen
eróticamente) y además una identidad de género, que no es más que la relación que se
establece entre su sexo biológico y su género asumido. Es decir, se trata de una
percepción subjetiva e individual que un sujeto tiene sobre su género, ya sea que
coincida o no con su sexo biológico.

Así, es posible que una persona nazca con sexo masculino, pero se identifique
subjetivamente con el sexo contrario, o dicho más ramplonamente, que se sienta una
mujer aunque tenga genitales masculinos, o viceversa. De ser así, existen diversas
posibilidades de identidad de género, tales como:

 Hombres cis. O sea, hombres cuyo sexo y género masculino coinciden y son el
mismo.
 Mujeres cis. De igual manera, mujeres cuyo sexo y género femenino coinciden.
 Hombres trans. Un hombre nacido con sexo femenino, pero con género
masculino.
 Mujeres trans. Similarmente, mujeres nacidas con sexo masculino, pero con
género femenino.
Visto así, existirían dos formas de identidad de género: los cis, cuyos sexo y género
coinciden, y los trans, cuyos sexo y género no coinciden. Estos últimos pueden tomar
algún tipo de decisiones de cambio de sexo, que pueden ir desde sólo asumir la
vestimenta, la apariencia y el rol social que sienten que les corresponde, hasta someterse
a intervenciones quirúrgicas.

Esta perspectiva ha suscitado mucha polémica a inicios del siglo XXI, cuando diversos
colectivos sexodiversos, esto es, de las comunidades LGBT (Lesbianas, Gays,
Bisexuales y Transexuales) han abogado muy fuertemente por la desestigmatización de
su identidad de género y su forma de practicar la sexualidad. Su objetivo es que se las
acepte en su forma de normalidad.

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