Traducido del inglés al español - www.onlinedoctranslator.

com

Revista Europea de Ortodoncia36 (2014) 522–530 © El autor 2012. Publicado por Oxford University Press en nombre de la Sociedad Europea de Ortodoncia.
doi:10.1093/ejo/cjs079 Reservados todos los derechos. Para obtener permisos, envíe un correo electrónico a: journals.permissions@oup.com

Publicación en acceso anticipado 28 de noviembre de 2012

Estabilidad y recaída después del tratamiento de ortodoncia en casos de mordida

profunda: un estudio de seguimiento a largo plazo

JC Danz*, C. Greuter*, l. Sifakakis**, M. Fayed***, N. Pandis*y C. Katsaros*

* Departamento de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial, Universidad de Berna, Suiza, **Departamento de Ortodoncia,
Facultad de Odontología, Universidad de Atenas, Grecia y ***Departamento de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial,
Facultad de Medicina Bucodental, Universidad de El Cairo, Egipto.

Correspondencia a: Jan C. Danz, Klinik für Kieferorthopädie, Zahnmedizinische Kliniken der Universität Bern,
Freiburgstrasse 7, CH-3010 Berna, Suiza. Correo electrónico:jan.danz@zmk.unibe.ch.

RESUMENEl propósito de este estudio de seguimiento a largo plazo fue doble: en primer lugar, evaluar la prevalencia de la recaída después
del tratamiento de la maloclusión de mordida profunda y, en segundo lugar, identificar los factores de riesgo que predisponen a los
pacientes con maloclusión de mordida profunda a la recaída. Sesenta y un ex pacientes con sobremordida con más del 50% de
superposición de incisivos antes del tratamiento fueron retirados con éxito. Se recogieron datos clínicos, mediciones morfométricas en
yesos antes del tratamiento, después del tratamiento y en el seguimiento a largo plazo, así como mediciones cefalométricas antes y
después del tratamiento. La mediana del período de seguimiento fue de 11,9 años. Los pacientes fueron tratados mediante diversas
modalidades de tratamiento, y la mayoría de los pacientes recibieron al menos un retenedor fijo inferior y una placa de mordida superior
removible durante la retención. La recaída se definió como un aumento en la superposición de los incisivos desde menos del 50% después
del tratamiento hasta igual o más del 50% de superposición de los incisivos en el seguimiento a largo plazo. El diez por ciento de los
pacientes mostró una recaída hasta una superposición de incisivos igual o superior al 50%, y su cantidad de aumento de sobremordida fue

Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.

baja. Entre todos los casos con mordida profunda en el seguimiento, el contacto gingival y el pinzamiento palatino fueron más prevalentes
en los casos de incumplimiento parcialmente corregidos que en los casos de recaída. En esta muestra, la prevalencia y la cantidad de
recaídas fueron demasiado bajas para identificar factores de riesgo de recaída.

Introducción
La mordida profunda, por definición sobremordida aumentada, se mide
como la superposición vertical de los incisivos perpendiculares al plano
oclusal absolutamente en mm, relativamente en porcentaje de
superposición de los incisivos o cualitativamente describiendo el
contacto de los incisivos inferiores con el arco superior o el paladar. Más
comúnmente, la mordida profunda se puede dividir en origen
dentoalveolar (erupción excesiva de los dientes) y origen esquelético
(disminución de la altura de la cara inferior, ángulo bajo del plano
mandibular) (Nielsen, 1991).
La prevalencia de mordeduras profundas varía del 8,4 al 51,5%,
dependiendo de los valores umbral aplicados, el grupo étnico y el
sexo (tauscheet al., 2004;beneficioet al., 2007;luxet al., 2009;
Thilander y Myrberg, 1973). Se informó que la prevalencia del
contacto dental palatino no traumático y el pinzamiento palatino
varía del 5,9 al 15,9% (tauscheet al., 2004; luxet al., 2009).
Clasificación de ángulos (Ángulo, 1899) se ha asociado con patrones
verticales y/o cefalométricos. Se demostró maloclusión de clase II (
luxet al., 2009) se asocia significativamente con un aumento de la
sobremordida en comparación con la maloclusión de clase I. Clase
II División 2, con una prevalencia del 5,3%, una maloclusión menos
frecuente (Ingervallet al., 1978), puede estar asociado con una
mordida profunda (Brezniaket al., 2002). En la literatura se
describió una correlación del aumento de la sobremordida con los
incisivos retrusivos en las maloclusiones de clase I de Angle, así
como en las maloclusiones de clase II de Angle, división 2.Simons y
Joondeph, 1973).
Se recomienda el tratamiento de la maloclusión de mordida
profunda para reducir o prevenir el trauma tisular por el contacto
dental (Bjørnaaset al., 1994), facilitar posibles futuros trabajos
dentales reconstructivos y reducir el aumento del desgaste dental (
ricardoet al., 1992;tonteríaet al., 1993). La recurrencia de
maloclusión años después de finalizar el tratamiento puede llevar a
los pacientes a buscar un nuevo tratamiento o a cuestionar el
beneficio de su terapia inicial. Por tanto, la estabilidad a largo plazo
parece ser más importante que el resultado final en sí. La recaída
es un cambio dentoalveolar y esquelético después del tratamiento
de ortodoncia hacia la maloclusión inicial, y a menudo se encuentra
incluso en casos idealmente tratados.Crum y Andreasen, 1974).
Estos cambios se atribuyen a un restablecimiento fisiológico del
equilibrio de fuerzas (beneficioet al., 2007), remodelación
periodontal (Picton y Moss, 1973;Crum y Andreasen, 1974;
Ackerman y Beneficio, 1997), crecimiento o desarrollo normal/
anormal (Bergersen, 1988;Forsberget al., 1991;Iseri y Solow, 1996).
Algunos autores informaron la pérdida de aproximadamente un
tercio del resultado del tratamiento de ortodoncia durante 10 años
de seguimiento y la recaída constante de todas las características
de la maloclusión.Al-Yamiet al., 1999). Por lo tanto, la estabilidad del
resultado ortodóncico es uno de los mayores desafíos en
ortodoncia.
El aumento de la sobremordida después de finalizar el tratamiento se
considera una recaída en los casos de mordida profunda dental. Varios
autores han descrito las maloclusiones de mordida profunda como recaída
ESTABILIDAD Y RECAÍDA TRAS TRATAMIENTO ORTODÓNTICO DE CASOS DE MORDIDA PROFUNDA 523

propenso (Rönnerman y Larsson, 1981;Berg, 1983;binda et al., 1994). En recaída de mordida profunda para desarrollar hipótesis para un futuro
un estudio de Berg (Berg, 1983), la recaída redujo el efecto del ensayo clínico prospectivo.
tratamiento en un 18,8% en promedio en 26 pacientes con maloclusión
de mordida profunda después de 5 a 9 años sin retención. Se informó
una recaída de la mordida profunda 10 años después del tratamiento en Material y métodos
23 pacientes consecutivos hasta niveles casi previos al tratamiento,
La muestra del presente estudio retrospectivo estuvo compuesta
aunque en la mayoría de los pacientes se utilizaron placas de Hawley
por pacientes tratados en el Departamento de Ortodoncia y
como dispositivos de retención.Rönnerman y Larsson, 1981).Lapatkiet
Ortopedia Dentofacial de la Universidad de Berna, Suiza. En ese
al.(2004)investigaron una muestra con mordida profunda e incisivos
momento no se utilizaron protocolos estandarizados de
retroinclinados y encontraron un 20% de recaída vertical en una
tratamiento o retención, sino que se estableció un plan individual
mediana de 2 años después del tratamiento. Dos investigaciones
de tratamiento y retención para cada caso por parte de diferentes
informaron una recaída media inferior a 1 mm 7 u 8,2 años después del
estudiantes de posgrado y supervisores. Dos investigadores (D y B)
tratamiento (Canut y Arias, 1999;Schütz-Franssonet al., 2006;Al Buraikiet
seleccionaron los registros, que se almacenaron en el archivo
al., 2005). Se reportan varios hallazgos con respecto a la recaída de
durante los años 2000 a 2002. Los criterios de inclusión fueron una
mordida profunda a partir de estudios que investigan muestras con
sobremordida del 50 % o más, medida como la superposición de
otras maloclusiones. Se informó que la curva de Spee en una muestra
los incisivos en los modelos de estudio iniciales con lápiz y regla. (
de clase II División 1 recayó gradualmente a lo largo de los años o
Nanda, 1981).
décadas en 21 de 31 casos (bernsteinet al., 2007). De manera similar, se
De un total de 855 ex pacientes, dos investigadores contactaron a
encontró una correlación positiva entre los años sin retención y la
185 (22%) que cumplían con los criterios de inclusión a través del correo
recaída en la sobremordida en otra muestra de clase II División 2 (Canut
o búsqueda electrónica en la guía telefónica oficial por el nombre,
y Arias, 1999). En el 80% de los pacientes con tipo facial corto se registró
dirección o número de teléfono del propio paciente o de los padres ( A y
un aumento en la sobremordida posterior al tratamiento 2 años
B). Debido al largo período de seguimiento, se descubrió que los

Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.

después de finalizar el tratamiento a pesar del uso de retención
pacientes se habían mudado y se perdió el contacto con 98 ex pacientes,
removible durante 1 año.Zaheret al., 1994).
de los cuales dos habían muerto. Con el acuerdo del comité local
independiente de ética de la investigación de Berna, Suiza (KEK Nr.
Los factores que influyen en el desarrollo de la mordida
036/10, 27.04.2010), pudimos contactar personalmente a 87 pacientes.
profunda también pueden influir en el desarrollo de la recaída,
Sesenta y uno (70%) estuvieron dispuestos a participar, mientras que 26
como el crecimiento (Bjork, 1969;Simons y Joondeph, 1973; Driscoll-
(30%) se negaron a participar por diversos motivos. A cada uno de los
Gillilandet al., 2001;Bacettiet al., 2011), función (Lapatkiet al., 2007;
pacientes que dieron su consentimiento, se les realizó una limpieza
scioteet al., 2012), sobreerupción de los incisivos (Burstone, 1977;
dental, se examinaron sus aparatos de retención y tres investigadores
Loweet al., 1986) o hipodoncia (Dermautet al., 1986). Sólo existen
(B, A, D) tomaron nuevas impresiones para los modelos dentales. De los
unos pocos análisis sobre qué factores conducen a resultados más
61 participantes, 18 tuvieron que ser excluidos por las siguientes
estables o cuáles están asociados con la recaída.prestonet al. (2008)
razones: a 3 les faltaban modelos en T1 y/o T2, 7 tenían OB < 50% en T1,
no encontró una correlación significativa entre la gravedad de la
1 tuvo retratamiento durante el período de seguimiento, 7 tuvieron
maloclusión previa al tratamiento y la recaída y no encontró
tratamiento parcial (T2 y T3 OB > 50%). Estos siete pacientes que
capacidad para predecir la recaída según el ancho intercanino
interrumpieron el tratamiento fueron asignados al grupo de
mandibular, la sobremordida, el resalte, la irregularidad de los
tratamiento parcial. El proceso de asignación, así como los abandonos,
incisivos mandibulares y la longitud del arco. Independientemente
se describen en un diagrama de flujo enFigura 1.
de la modalidad de tratamiento, los autores encontraron una
prevalencia significativamente mayor de recaída en los pacientes
Los registros de los pacientes consistieron en tres conjuntos de
en quienes las dentaduras no estaban completamente niveladas al
modelos dentales: pretratamiento (T1), postratamiento (T2) y final del
final del tratamiento. Varios autores (Milletet al., 2006;prestonet al.,
seguimiento (T3). Se evaluaron todas las series completas de dos
2008) no mostraron diferencias en la recaída según el tipo de
cefalogramas laterales en T1 y T2.
tratamiento. Un estudio correlacionó la protrusión de los incisivos
mandibulares durante el tratamiento de ortodoncia con la recaída
Medidas de radiografías cefalométricas laterales.
de la sobremordida (Simons y Joondeph, 1973). No existe una
revisión sistemática sobre la retención de la mordida profunda o la Un investigador (C) evaluó las radiografías cefalométricas T1 y
estabilidad/recaída de la mordida profunda ni hoy en día es posible T2 de los pacientes utilizando un software cefalométrico
predecir el riesgo de recaída de un individuo después del (Viewbox 4, dHAL Software, Kifissia, Grecia). Las radiografías se
tratamiento de la mordida profunda. escanearon a 300ppi y se midieron los siguientes ángulos: SNA,
SNB, ANB, SN-GoGn, PP-MP, ángulo gonial, U1-PP, U1-APog, L1-
Por lo tanto, el objetivo principal de este estudio retrospectivo de MP, L1-APog y ángulo interincisal. Además, se calcularon las
seguimiento a largo plazo fue evaluar la prevalencia de la recaída de la siguientes proporciones: Altura de la cara inferior / Altura total
mordida profunda en una muestra de antiguos pacientes de ortodoncia. de la cara, Altura de la cara posterior / Altura de la cara anterior
El objetivo secundario fue identificar factores importantes en (S-Go/N-Me).
524
Figura 1 Diagrama de flujo de selección de pacientes según inclusión y
Criterio de exclusión. Los criterios de inclusión OB > 50% en T1 se aplicaron dos
veces. La primera vez con lápiz y regla en el archivo y una segunda vez con un pie de
rey digital deslizante. Finalmente, los casos de mordida profunda restantes fueron
asignados al grupo de recaída y al grupo estable.
Medidas en modelos dentales.
Un investigador (C) llevó a cabo las mediciones en modelos de
yeso T1-T3, utilizando un calibrador digital de punta fina
(calibrador electrónico ISO 9001 de 150 mm, Tesa Technology,
Renens, Suiza). Se realizaron las siguientes mediciones: ancho
intercanino maxilar y mandibular, ancho intermolar maxilar y
mandibular entre las fosas centrales, resalte de los incisivos,
superposición de los incisivos superiores (porcentaje de la
superposición del incisivo inferior por el incisivo superior,
medido perpendicular al plano oclusal).
Análisis estadístico
Se realizaron estadísticas descriptivas en T1, T2 y T3. Se
prefirieron las medianas a las medias debido a su mayor
solidez frente a valores atípicos con números de muestra
pequeños.
Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.
Figura 2El estudio se planificó con la intención de predecir la recaída mediante variables clínicas,
relacionadas con el yeso o cefalométricas en T1 o T2 mediante análisis de regresión logística. La
cantidad y el riesgo de recaída eran demasiado bajos para realizar estadísticas inferenciales.
El objetivo inicial fue dividir la muestra en un grupo con recaída y
sin recaída e identificar los factores de riesgo que predicen la
recaída de la mordida profunda utilizando un modelo de regresión
logística como se muestra enFigura 2. El valor umbral se definió al
inicio del estudio según los criterios de inclusión como 50% de
superposición de los incisivos superiores. La variable de resultado
"superposición de incisivos superiores en T3" se habría utilizado
para probar la hipótesis de que "no hay diferencias entre el grupo
con recaída y el grupo sin recaída". Dado el pequeño número de
pacientes en el grupo de recaída, no fue factible una comparación
de los grupos o un análisis de regresión logística. Por lo tanto, en
este artículo sólo se presenta un análisis descriptivo.
Error del método
Se utilizó el coeficiente de correlación intragrupo (ICC) para evaluar
el error del método y específicamente el acuerdo intraexaminador.
El ICC se calculó para todas las variables medidas en 20 modelos
dentales seleccionados al azar y 20 radiografías cefalométricas
seleccionadas al azar utilizando el paquete estadístico Stata 12.1
(Stat Corp, College Station, TX, EE. UU.).
Resultados
El ICC osciló tanto para los modelos dentales como para las mediciones
entre 0,94 y 0,99, lo que indica un error de medición muy bajo/excelente
concordancia intraevaluador.
ESTABILIDAD Y RECAÍDA TRAS TRATAMIENTO ORTODÓNTICO DE CASOS DE MORDIDA PROFUNDA
La mediana de edad fue 12,5 y 11,5 años en T1, 17,1 y
16,7 años en T2, y 29,2 y 26,9 años en T3 para el grupo con recaída y sin
recaída, respectivamente. La mediana de la duración del tratamiento
activo fue de 3,2 años en el grupo con recaída y de 3,6 años en el grupo
sin recaída, mientras que la mediana del período de seguimiento a largo
plazo fue de 13,4 años (rango de 10,7 años a 16,5 años) y 11,7 (rango de
9,5 a 16,4 años) , respectivamente. La mediana del período de
seguimiento a largo plazo de todos los casos fue de 11,9 años (rango de
9,5 años a 16,5 años). Los datos clínicos, el análisis del modelo y la
evaluación cefalométrica se resumen entabla 1.
Cuatro de 43 casos (10,3%) mostraron una recaída de la
superposición de los incisivos igual o mayor al 50,0% durante el
período de seguimiento a largo plazo. Un ejemplo de cada grupo se
muestra enFiguras 3y4. El grupo de recaída estuvo formado por
tres mujeres y un hombre, tres casos con extracciones o dientes
faltantes y un caso con todos los dientes presentes; ninguno de los
pacientes tenía un retenedor fijo superior en T3 y dos pacientes
tenían un retenedor fijo inferior en T3. El sesenta y cinco por ciento
de los pacientes tenían un aparato de retención removible después
del tratamiento activo durante un período medio de 1,4 años
(rango de 0,2 a 4,4 años); en el grupo de recaída, un paciente
recibió un aparato de retención removible. Los incisivos se
superponen en T3 en el grupo de recaída (norte=4) osciló entre 55,6
(4,8 mm) y 50,0% (3,9 mm) y en el grupo sin recaída (norte=39) de
48,5 (4,7 mm) a 0,0% (0,0 mm). Durante el período de seguimiento
a largo plazo, la superposición de los incisivos aumentó en el grupo
con recaída en un 6,7% (mediana, rango de 3,2% a 19,8%) y
disminuyó en promedio en el grupo sin recaída en -1,3% (mediana,
rango de 13,8 a - 26,3%). El cambio del resalte durante el período
de seguimiento a largo plazo fue para el grupo con recaída de −1,8
mm (mediana, rango de 0,3 a −2,8 mm) y para el grupo sin recaída
de 0,1 mm (mediana, rango de −1,4 mm a 2,0 milímetros).
El grupo de tratamiento parcial (norte=7) tuvieron una prevalencia
significativamente mayor de contacto gingival o pinzamiento palatino en
T3 en comparación con el grupo de tratamiento completo (recaída y no
recaída agrupados,norte=50, prueba exacta de Fisher PAG<0,01) como
se muestra enTabla 2. Se muestran dos ejemplos en Figuras 5y6.
Discusión
En el presente estudio se encontró que la prevalencia de recaída vertical
12 años después del tratamiento de ortodoncia de mordida profunda
moderada era baja. La recaída se definió como un aumento en la
superposición de los incisivos >50% durante el seguimiento. El 10% de
los pacientes mostró recaída con un aumento medio bajo del 6,7%,
mientras que el 90% mostró relaciones verticales normales en el
seguimiento a largo plazo.
Nuestros hallazgos están de acuerdo con los de otro estudio,
realizado en una muestra con criterios de inclusión, protocolos de
tratamiento y retención similares (Schütz-Fransson et al., 2006). En
los casos con mordida profunda dento-alveolar moderada y
tratamiento exitoso con retención posterior mediante retenedores
fijos y una placa superior temporal removible, el
525
la prevalencia y el grado de recaída de la mordida profunda fueron relativamente
pequeños y clínicamente insignificantes.
La baja prevalencia y cantidad de recaídas pueden atribuirse a la
edad mediana relativamente alta en T2 (17 años) de nuestra muestra (
Iseri y Solow, 1996). Si bien no está demostrado científicamente
mediante superposiciones longitudinales, es posible que haya más
crecimiento restante además de la rotación del crecimiento anterior (
Bjork y Skieller, 1983) y sin retención experimentarían una mayor
recaída. Un estudio reciente comparó los tipos faciales y encontró una
menor tendencia a la recaída en los pacientes con ángulo alto en
comparación con los pacientes con ángulo normal o bajo (Árbol
desmochado et al., 2012). La duración del tratamiento fue relativamente
larga, lo que indica que la mayor parte de la remodelación periodontal (
Crum y Andreasen, 1974;Kilicet al., 2011) ya había tenido lugar en el
momento de la separación y no se espera que hubiera contribuido
sustancialmente a la recaída.
Tratamiento con aparatos removibles (Hanset al., 1994),
aparatos fijos con o sin extracciones (parkeret al., 1995) y en casos
severos también se ha propuesto la cirugía maxilofacial para
corregir la mordida profunda. En esta muestra se utilizaron varias
modalidades y combinaciones de tratamiento, incluido un caso con
cirugía maxilofacial (Figura 7). Hay tres formas teóricas de tratar
Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.
con ortodoncia la maloclusión de mordida profunda mediante la
nivelación del arco/curva de Spee: (1) intrusión de los incisivos
inferiores y/o superiores (Burstone, 1977;Nanda, 1981;nget al.,
2005), (2) inclinación labial de los incisivos (pseudointrusión) (
Burstone, 1977), y (3) extrusión de los dientes posteriores
posiblemente asociada con una rotación de la mandíbula en el
sentido de las agujas del reloj, lo que aumentaría la altura de la
cara inferior (Nanda, 1981). Esta rotación teórica en el sentido de
las agujas del reloj no parece ocurrir en todos los casos (bernstein
et al., 2007). De la literatura existente no se pueden deducir
recomendaciones basadas en evidencia sobre la efectividad del
tratamiento de la maloclusión clase II División 2 en niños (Milletet al
., 2006). La estabilidad de la mordida profunda se logró mediante
diversas modalidades y combinaciones de tratamiento.
Tres sujetos del grupo de recaída mostraron espaciamiento en el frente
superior (dos diastemas centrales), y el cuarto tuvo un resalte aumentado
debido a una oclusión distal unilateral. A los cuatro sujetos con recaída les
faltaban retenedores fijos superiores en T3. Podría ser que el desarrollo de un
espaciamiento en la mandíbula superior o un resalte persistente con falta de
contacto con los incisivos dentales permitiera la profundización de la mordida
en estos casos de recaída. En este estudio no se investigó la influencia de la
presión del labio inferior y la altura de la línea del labio. Maloclusión
secundaria (williams et al., mil novecientos ochenta y dos;Artún y Urbye, 1988;
Lindheet al., 2003) debido a una migración patológica de los dientes
relacionada con una enfermedad periodontal o una pérdida pronunciada de
inserción es poco probable a la edad de esta muestra, pero puede volverse
más relevante más adelante en la vida.
Con respecto a los cuatro casos de recaída y el grupo de tratamiento
parcial, podemos especular que la ausencia de retenedores fijos, la
recaída de la forma del arco (pérdida de longitud del arco y apiñamiento
de los incisivos inferiores) (Stenviket al., 2011) o el desarrollo de un
espacio superior puede facilitar la profundización de la mordida. Sin
retención, otros cofactores como la gravedad inicial
526 JC DANZ ET AL.

tabla 1 Análisis descriptivo de mediciones clínicas, de modelos dentales y cefalométricas estratificadas por grupo estable y recaída.

Estable Recaída

Datos clinicos norte Mediana Rango norte Mediana Rango

Edad T1 (años) 39 11.5 9,0–40,8 4 12.5 10,2–14,0

Edad T2 (años) 39 16.7 13,2–45,1 4 17.1 15,4–21,2
Edad T3 (años) 39 26,9 23,3–56,4 4 29.2 26,4–30,3
Tratamiento activo (años) 39 3.6 0,9–7,9 4 3.2 1,6–4,0
Seguimiento a largo plazo (años) 39 11.7 9,5–16,4 4 13.4 10,7–16,5

norte % (de 39) norte % (de 4)

Dientes extraídos o faltantes 18 46 3 75

Placa superior removible 27 69 1 25
Retenedor fijo superior en T3 14 36 0 0
Retenedor fijo inferior en T3 31 79 2 50
Análisis de reparto norte Mediana Rango norte Mediana Rango

Resalte T1 (mm) 39 5.7 0,6–11,8 4 4.2 0,9–12,2

Resalte T2 (mm) 39 2.6 1,3–4,8 4 3.9 2,3–5,7
Resalte T3 (mm) 39 2.3 1,2–4,6 4 2.5 1,6–3,2
Resalte T2-T1 (mm) 39 − 2,8 − 9,7–1,0 4 − 1,7 − 7,0–4,8
Resalte T3-T2 (mm) 39 0.1 − 1,4–2,0 4 − 1,8 − 2,8–0,3
Superposición de incisivos T1 (%) 39 64.2 50,7–115,6 4 60.2 50,9–75,1
Superposición de incisivos T2 (%) 39 28.4 13,6–60,7 4 47.3 30,7–49,6
39 28.8 0,0–48,5 4 52,9 50,0–55,6

Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.

Superposición de incisivos T3 (%)

Superposición de incisivos T2-T1 (%) 39 − 33,7 − 89,6–3,2 4 − 20,0 − 30,2–−1,3

Superposición de incisivos T3-T2 (%) T1 39 − 1,3 − 26,3–13,8 4 6.7 3,2–19,8
mand. DAI (mm) 21 25,5 19,9–28,8 3 26,5 24,2–27,1
Mando T2. DAI (mm) T3 39 26,8 22,1–29,9 4 25.0 24,2–27,1
mando. DAI (mm) T1 39 26,5 21,3–29,1 4 24.4 23,6–27,6
máx. DAI (mm) T2 máx. dieciséis 32,6 29,4–39,3 1 30,7 30,7–30,7
DAI (mm) T3 máx. DAI 39 35.1 29,9–38,4 4 31.3 25,2–36
(mm) T2-T1 máx. DAI 39 34,8 29,8–38,4 4 31.0 24,5–35,7
(mm) mando T2-T1. DAI dieciséis 1.5 − 5,8–4,9 1 − 5,5 −5,5–−5,5
(mm) T3-T2 máx. DAI 21 0,6 − 2,7–4,8 3 − 1,7 − 2,4–0,5
(mm) T3-T2 mando. DAI 39 − 0,1 − 1,3–2,0 4 − 0,4 − 0,6–−0,2
(mm) 39 − 0,2 − 5,5–2,1 4 − 0,5 − 0,9–0,5

Análisis cefálico lateral norte Mediana Rango norte Mediana Rango

SCN T1 (°) 29 79,5 73,0–89,1 2 78,5 77,7–79,2

SCN T2 (°) 29 77,5 69,6–88,0 2 76,4 75,2–77,5
SCN T2-T1 (°) 29 − 1,4 − 4,9–1,7 2 − 2.1 − 2,5–−1,7
SNB T1 (°) 29 75,4 68,7–82,9 2 75,5 75,2–75,7
SNB T2 (°) 29 75,7 69,7–85,7 2 75.1 74,7–75,6
SNB T2-T1 (°) 29 0,7 − 3,2–3,9 2 − 0,3 − 0,5–−0,1
ANB T1 (°) 29 4.2 − 1,5–8,3 2 3.0 2,4–3,5
ANB T2 (°) 29 1.8 − 2,6–6,6 2 1.2 0,5–1,9
ANB T2-T1 (°) 29 − 1,8 − 6,5–0,8 2 − 1,8 − 1,9–−1,6
GoGn-SN T1 (°) 29 33,7 21,1–44,7 2 32,5 30,6–34,4
GoGn-SN T2 (°) 29 33.0 17,0–44,5 2 33.3 28,4–38,2
GoGn-SN T2-T1 (°) 29 − 1.1 − 4,1–4,9 2 0,8 − 2,2–3,8
MP T1 (°) 29 23.6 9,5–32,5 2 23.0 16,2–29,8
MP T2 (°) 29 22.4 11,0–34,3 2 22.9 14,2–31,5
MP T2-T1 (°) 29 − 1.1 − 4,8–6,7 2 − 0,2 − 2,0–1,7
LFH / TFH T1 (%) 29 54.0 50,1–59,3 2 54,7 54,4–55,0
LFH / TFH T2 (%) 29 55,6 52,9–60,6 2 55.2 54,2–56,2
LFH / TFH T2-T1 (%) 29 0,9 − 0,8–3,2 2 0,5 − 0,2–1,2
PFH / AFH T1 (%) 29 60.3 52,1–73,2 2 63,5 63,3–63,6
PFH / AFH T2 (%) 29 62,4 56,3–79,7 2 63,5 61,4–65,6
PFH / AFH T2-T1 (%) 29 1.7 − 5,8–6,9 2 0.1 − 1,9–2,0
U1-PP T1 (°) 29 106,9 79,1–127,2 2 98,9 95,5–102,2
U1-PP T2 (°) 29 109,9 100,5–127,7 2 108,6 103,0–114,1
U1-PP T2–T1 (°) 29 3.2 − 17,3–38,1 2 9.7 7,5–11,9
L1-MP T1 (°) 29 86,9 78,7–101,2 2 83.3 82,4–84,1
L1-MP T2 (°) 29 92,8 83,4–107,6 2 85.0 83,2–86,8
L1-MP T2-T1 (°) 29 5.7 − 8,7–13,7 2 1.8 0,8–2,7
Ángulo interincisal T1 (°) 29 136,7 109,1–182,3 2 147,9 144,9–150,8
(Continuado)
ESTABILIDAD Y RECAÍDA TRAS TRATAMIENTO ORTODÓNTICO DE CASOS DE MORDIDA PROFUNDA 527

tabla 1(Continuado)

Estable Recaída

Datos clinicos norte Mediana Rango norte Mediana Rango

Ángulo interincisal T2 (°) 29 130,6 102,7–144,1 2 136,5 136,3–136,7

Ángulo interincisal T2-T1 (°) 29 − 7.2 − 55,2–12,8 2 − 11.4 − 14,1–−8,6
Ángulo gonial T1 (°) 29 122,9 110,0–140,8 2 124,3 121,2–127,4
Ángulo gonial T2 (°) 29 119,6 109,0–134,8 2 123,9 120,0–127,7
Ángulo gonial T2-T1 (°) 29 − 1,8 − 10,9–12,8 2 − 0,5 − 1,2–0,3
L1-APog T2 (mm) 29 1.5 − 2,0–7,8 2 − 0,2 − 1,8–1,4
L1-APog T1 (mm) 29 − 0,6 − 9,1–2,7 2 − 1,9 − 2,9–−0,8
L1-APog T2-T1 (mm) 29 2.6 − 0,7–10,5 2 1.7 1.1–2.2
U1-APog T2 (mm) 29 4.4 1,9–10,2 2 2.8 2,0–3,5
U1-APog T1 (mm) 29 5.5 − 4,6–10,8 2 1.1 − 0,9–3,0
U1-APog T2-T1 (mm) 29 − 0,8 − 6,0–9,0 2 1.7 0,5–2,9

Las diferencias en los números (N) se deben a la falta de caninos permanentes o a la falta de cefalogramas laterales.

Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.

figura 3Caso estable a largo plazo. Clase de ángulo II División 2, clase esquelética II,
mordida profunda con pinzamiento palatino, hipodivergencia esquelética,
deficiencia de espacio moderada en la arcada inferior (columna izquierda).
Corrección con aparatología funcional y arnés, Goshgarian, técnica de arco
segmentado con aparato multibracket con arco base, placa de retención superior,
contacto de incisivos dentales (columna media). Seguimiento a largo plazo de 10
años (columna derecha).
Figura 4Caso de recaída con superposición de incisivos mayores en T3. Clase de ángulo II División 1,
clase esquelética II, mordida profunda con contacto de incisivos gingivales, hipodivergencia
esquelética, espaciamiento en el frente superior (columna izquierda). Tratamiento con placa
removible con meseta de mordida frontal y arnés. El paciente rechazó el tratamiento fijo a pesar de
un ligero aumento del resalte, del espaciado en la parte frontal superior y de la falta de contacto con
los incisivos. No se utilizaron retenedores fijos después del tratamiento (columna central). Diez años
más tarde, la recaída de la superposición de los incisivos es evidente, pero ahora parece estable con
contacto dental frontal y sin molestias.
528

Tabla 2Tipo de contacto de los incisivos inferiores en T3 en el grupo de

tratamiento completo (grupo con recaída y sin recaída agrupados) y el grupo
de incumplimiento parcial del tratamiento (casos excluidos debido a OB > 50
% en T2 y T3) en los que la sobremordida nunca se ha tratado con éxito.

Tratamiento completo Tratamiento Parcial

norte % norte %

pinzamiento palatino 0 0 1 14
Contacto de incisivos gingivales 0 0 4 57
Contacto de incisivos dentales 38 88 2 29
Sin contacto con los incisivos 5 12 0 0

Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.

Figura 6Niño de 12 años en T1 con tratamiento parcial (OB > 50% en T2). Clase de ángulo II
División 2, clase II esquelética, mordida profunda con contacto de incisivos gingivales,
hipodivergencia esquelética, mordida cruzada unilateral, apiñamiento frontal moderado en
ambas arcadas (columna izquierda). El tratamiento se inició corrigiendo la mordida cruzada
con arco palatino y elásticos en S. Al mismo tiempo, se colocó un casco de baja tracción para
corregir la relación de clase II, pero el éxito fue pobre debido a la falta de cumplimiento.
Posteriormente se utilizaron aparatos fijos, incluido el arco base, pero la corrección de la
relación de clase II no pudo lograrse ni con elásticos de clase II ni con mecánica fija de clase
II. El tratamiento activo tuvo que suspenderse debido a una mala higiene bucal sin una
corrección completa de la mordida profunda y sin establecer contacto con los incisivos en
T2. En T2, la mordida profunda se corrigió parcialmente. Como aparatos de retención se les
proporcionó una placa de mordida superior para uso diario y un aparato funcional para uso
nocturno. 13 años después, los incisivos están en contacto dentogingival y la mordida
profunda ha vuelto casi a los niveles previos al tratamiento (a largo plazo, columna
derecha).

Figura 5 Caso con tratamiento parcial (OB > 50% en T2). Clase de ángulo II
División 1, clase esquelética II, mordida profunda con contacto de incisivos gingivales,
normodivergencia esquelética, espaciamiento en el frente superior e inferior, falta de
espacio en la arcada inferior (columna izquierda). Tratamiento inicial con placa superior con
arnés de baja tracción y protector labial. Después de la erupción de todos los dientes
permanentes, el paciente se negó a continuar con un aparato multibracket (columna
central). Diez años después, hay inflamación en la papila incisiva debido a un pinzamiento
palatino (columna derecha).
de maloclusión, rotación de crecimiento mandibular (Simons y
Joondeph, 1973) e influencias funcionales en combinación
con otras maloclusiones (p. ej., presión del labio inferior y recaída sagital
bilateral o unilateral) y el resultado del tratamiento (p. ej., tipo de contacto de
los incisivos, ángulo interincisal, interdigitación estrecha) o una discrepancia
de Bolton grave puede ser clínicamente significativa.
Se ha demostrado que la recaída de la curva de Spee aumenta
significativamente en pacientes que no estaban completamente
nivelados después del tratamiento (prestonet al., 2008). Estos hallazgos
pueden ser similares a la comparación entre el grupo de tratamiento
parcial y el grupo de tratamiento completo en nuestro estudio. Parece
que los pacientes que tenían una mordida profunda parcialmente
corregida pero persistente, por ejemplo, debido al tratamiento sólo en
el maxilar superior con oclusión distal persistente, o pacientes que
ESTABILIDAD
Figura 7 Caso adulto con estabilidad a largo plazo. Ángulo clase II División 2,
clase esquelética II, mordida profunda con pinzamiento palatino, hipodivergencia
esquelética, apiñamiento frontal maxilar y mandibular. Descompensación con
técnica de arco segmentado con aparatología multibracket, arco base y brazos de
potencia palatinos, extracción de terceros molares, cirugía (osteotomía split sagital y
genioplastia), retención con retenedores fijos superiores e inferiores y placa de
retención (columna media). Excelente estabilidad 11 años después del tratamiento
(columna derecha).
Los pacientes que interrumpieron el tratamiento o tuvieron que
suspenderlo tienen una mayor prevalencia de contacto gingival o
pinzamiento palatino en T3. Por otro lado, podría ser difícil predecir la
recaída, porque en este estudio también se observó una reducción
espontánea de la mordida profunda. Se informó una disminución
promedio en la sobremordida de 4,5 a 3,9 mm en casos de clase II
División 1 no tratados con mordida profunda entre la adolescencia y la
edad adulta (Feldmanet al., 1999), pero esto debe interpretarse con
cautela, porque se excluyeron los casos de Clase II División 2, que
podrían correlacionarse con una mordida profunda esquelética. De
manera similar, Berg (Iceberget al., 2008) informaron una disminución
en 9 de 16 casos entre las edades de 8 y 65 años. Aunque la rotación de
crecimiento mandibular (Bjork, 1969) es difícil de evaluar sin implantes
estables, la tendencia a una menor recaída en los casos de ángulo alto (
Árbol desmochadoet al., 2012) podría indicar apertura espontánea de la
mordida por rotación hacia atrás durante el crecimiento. Parece que
una mayor variación
CASOS ITE 529
Con el tiempo se podría esperar una mayor aparición de sobremordida en los casos
parcialmente tratados que en los casos completamente corregidos. Por lo tanto, los
procedimientos de observación y retención para evitar la recaída de la mordida
profunda en casos parcialmente corregidos parecen ser importantes a menos que
se produzca un crecimiento mandibular con rotación hacia atrás.
No fue posible identificar factores de importancia en el desarrollo de
la recaída de mordida profunda debido a la baja prevalencia y la
pequeña cantidad de recaída. La tasa de estabilidad del 90% en sujetos
tratados con éxito por mordida profunda puede estar relacionada en
parte con el sesgo de selección durante la inclusión/exclusión inicial o
con la pérdida de información durante el seguimiento del 30% de los
pacientes. Por otro lado, una muestra más grande en este estudio
puede no cambiar sustancialmente el resultado porque la recaída fue
rara. De hecho, una definición de recaída un 6 % más alta en el
protocolo de configuración habría reducido el número en el grupo de
recaída a cero. El sesgo del observador no pudo evitarse por completo
en los momentos T2 y T3 debido al envejecimiento de los modelos
dentales.
Conclusiones
1. La prevalencia de recaída vertical en casos de mordida profunda moderada
Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.
después de una mediana de seguimiento posterior al tratamiento de 11,9
años fue baja (10,3%, grupo de recaídanorte=4).
2. La mediana de profundización de la superposición de los incisivos en el
grupo de recaída en el seguimiento a largo plazo (mediana de 13,4 años)
fue baja (6,7%, con un rango de 3,2 a 19,8%).
3. No fue posible identificar factores importantes para predecir la recaída de
la maloclusión de mordida profunda ya que la prevalencia y la cantidad
de recaídas eran demasiado bajas con respecto a la muestra, el tamaño
de la muestra, el resultado y los procedimientos de retención.
4. La mordida profunda en el seguimiento a largo plazo fue más
probable debido a una corrección parcial en T2 (OB > 50 % en T3, OB
> 50 % en T2,norte=7) que debido a una recaída (OB > 50% T3, OB <
50% en T2,norte=4).
5. Entre todos los casos con mordida profunda en T3, el contacto gingival y el
pinzamiento palatino fueron más prevalentes en los casos de
incumplimiento parcialmente corregidos que en los casos de recaída.
Referencias
Ackerman JL, Proffit W R. 1997 Limitaciones de los tejidos blandos en ortodoncia:
pautas de planificación del tratamiento. El ortodoncista angular 67: 327–336
Al-Buraiki H, Sadowsky C, Schneider B. 2005 La eficacia y la longevidad
Estabilidad a largo plazo de la corrección de la sobremordida con mecánica de intrusión
de incisivos. Revista Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 127: 47–55
Ángulo E. 1899 Clasificación de la maloclusión. Cosmos dental 41:
248–264
Artun J, Urbye K S. 1988 El efecto del tratamiento de ortodoncia en periodon-
soporte óseo tal en pacientes con pérdida avanzada del periodonto
marginal. Revista Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial
93: 143–148
Baccetti T, Franchi L, McNamara JA Jr. 2011 Crecimiento longitudinal
cambios en sujetos con mordida profunda. Revista Estadounidense de
Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 140: 202–209
Berg R. 1983 Estabilidad de la corrección de sobremordida profunda. Revista Europea de
Ortodoncia 5: 75–83
530
Berg RE, Stenvik A, Espeland L. 2008 Un estudio de seguimiento de 57 años de oclusión
sión. Parte 2: salud bucal y actitudes hacia los dientes entre personas con
sobremordida profunda a la edad de 8 años. Revista de Ortopedia Orofacial 69:
309–324
Bergersen E O. 1988 Un estudio longitudinal de sobremordida vertical anterior
de ocho a veinte años de edad. El ortodoncista angular 58: 237–
256
Bernstein RL, Preston CB, Lampasso J. 2007 Nivelando la curva de Spee
con técnica de arco continuo: un estudio cefalométrico a largo plazo.
Revista Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 131: 363–
371
Binda SK, Kuijpers-Jagtman AM, Maertens JK, van 't Hof M A. 1994
Una evaluación cefalométrica a largo plazo de maloclusiones de clase II
división 2 tratadas. Revista europea de ortodoncia 16: 301–308
Björk A. 1969 Predicción de la rotación del crecimiento mandibular. diario americano
de Ortodoncia 55: 585–599
Björk A, Skieller V. 1983 Crecimiento normal y anormal de la mandíbula.
Una síntesis de los estudios longitudinales de implantes cefalométricos durante un
período de 25 años. Revista Europea de Ortodoncia 5: 1–46
Bjørnaas T, Rygh P, Bøe O E. 1994 Reducción de la sobremordida y resalte severo
Altura del hueso alveolar en hombres de 19 años. Revista Estadounidense
de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 106: 139–145
Brezniak N, Arad A, Heller M, Dinbar A, Dinte A, Wasserstein A. 2002
Características cefalométricas patognomónicas de la maloclusión clase II
División 2 de Angle. El ortodoncista angular 72: 251–257
Burstone C R. 1977 Corrección de sobremordida profunda por intrusión. revista americana
final de ortodoncia 72: 1–22
Canut JA, Arias S. 1999 Una evaluación a largo plazo de la división de clase II tratada
2 maloclusiones: un análisis de un modelo de estudio retrospectivo. Revista
europea de ortodoncia 21: 377–386
Crum RE, Andreasen G F. 1974 El efecto de la cirugía de fibras gingivales en la
Retención de dientes rotados. Revista Estadounidense de Ortodoncia 65: 626–637
Dermaut LR, Goeffers KR, De Smit A A. 1986 Prevalencia de agentes dentales
esis se correlacionó con la relación mandibular y el apiñamiento dental. Revista
Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 90: 204–210
Driscoll-Gilliland J, Buschang PH, Behrents RG. 2001 Una evaluación de
crecimiento y estabilidad en sujetos tratados y no tratados. Revista
Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 120: 588–597
Feldmann I, Lundström F, Peck S. 1999 Cambios oclusales en la adolescencia.
Cencia hasta la edad adulta en pacientes no tratados con maloclusión de mordida
profunda clase II División 1. El ortodoncista angular 69: 33–38
Forsberg CM, Eliasson S, Westergren H. 1991 Altura de la cara y erupción dental.
ción en adultos: una investigación de seguimiento de 20 años. Revista europea de
ortodoncia 13: 249–254
Hans MG, Kishiyama C, Parker SH, Wolf GR, Noachtar R.
1994 Evaluación cefalométrica de dos estrategias de tratamiento para la corrección de la
sobremordida profunda. El ortodoncista angular 64: 265–74; discusión 275
Ingervall B, Mohlin B, Thilander B. 1978 Prevalencia y conciencia
de maloclusión en hombres suecos. Odontología comunitaria y
epidemiología bucal 6: 308–314
Iseri H, Solow B. 1996 Erupción continua de incisivos superiores y
primeros molares en niñas de 9 a 25 años, estudiados mediante el método de
implante. Revista europea de ortodoncia 18: 245–256
Kilic N, Oktay H, Ersoz M. 2011 Efectos de la magnitud de la fuerza en la recaída:
Un estudio experimental en conejos. Revista Estadounidense de
Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 140: 44–50
Lapatki BG, Klatt A, Schulte-Mönting J, Jonas I E. 2007 Dentofacial
Parámetros que explican la variabilidad en la retroinclinación de los incisivos
centrales superiores. Revista de Ortopedia Orofacial 68: 109-123
Lapatki BG, Klatt A, Schulte-Mönting J, Stein S, Jonas I E. 2004A retrospec-
Estudio cefalométrico positivo para la evaluación cuantitativa de los factores de recaída en el
tratamiento de la mordedura de cobertura. Revista de ortopedia orofacial 65: 475–488
Lindhe J, Lang NP, Karring T. 2003 Periodoncia clínica e implantes.
odontología. Blackwell Munksgaard, Copenhague
JC DANZ ET AL.
Lowe AA, Santamaria JD, Fleetham JA, Price C. 1986 Morfol-facial
logía y apnea obstructiva del sueño. Revista Estadounidense de Ortodoncia
y Ortopedia Dentofacial 90: 484–491
Lux CJ, Dücker B, Pritsch M, Komposch G, Niekusch U. 2009
Estado oclusal y prevalencia de rasgos de maloclusión oclusal entre
escolares de 9 años. Revista europea de ortodoncia 31: 294–299
Millett DT, Cunningham SJ, O'Brien KD, Benson P, Williams A, de Oliveira
C M. 2006 Tratamiento de ortodoncia para mordida profunda y dientes frontales superiores
retroinclinados en niños. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas 4: CD005972
Nanda R. 1981 El diagnóstico diferencial y el tratamiento del exceso de
morder. Clínicas dentales de América del Norte 25: 69–84
Ng J, Major PW, Heo G, Flores-Mir C. 2005 La verdadera intrusión del incisivo lograda durante
Tratamiento de ortodoncia: una revisión sistemática y un metanálisis. Revista
Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 128: 212–219
Nielsen I L. 1991 Maloclusiones verticales: etiología, desarrollo, diagnóstico.
sis y algunos aspectos del tratamiento. El ortodoncista angular 61: 247–260
Parker CD, Nanda RS, Currier G F. 1995 Cambios esqueléticos y dentales
asociado con el tratamiento de la maloclusión de mordida profunda. Revista
Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 107: 382–393
Picton DC, Moss J P. 1973 El papel desempeñado por el sistema de fibras transeptales.
en la deriva proximal experimental de los dientes de las mejillas de monos
(Macaca irus). Archivos de biología oral 18: 669–680
Pollard D, Akyalcin S, WiltshireWA, RodyW J Jr. 2012 Recaída de la ortodoncia
Mordidas profundas corregidas éticamente de acuerdo con el patrón de crecimiento.
Revista Estadounidense de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 141: 477–483
Preston CB, Maggard MB, Lampasso J, Chalabi O. 2008 A largo plazo
Eficacia de las técnicas de arco continuo y seccional para nivelar
Descargado por invitado el 21 de noviembre de 2014.
la curva de Spee. Revista Estadounidense de Ortodoncia y
Ortopedia Dentofacial 133: 550–555
Proffit WR, Fields HW, Sarver DM W. 2007 Ortodoncia contemporánea.
Mosby, San Luis
Ritchard A, Welsh AH, Donnelly C. 1992 La asociación entre oclusión
sión y desgaste. Revista australiana de ortodoncia 12: 138–142
Rönnerman A, Larsson E. 1981 Overjet, sobremordida, distancia intercanina y
Reabsorción radicular en pacientes tratados con ortodoncia. Un estudio de seguimiento
de diez años. Revista dental sueca 5: 21-27
Schütz-Fransson U, Bjerklin K, Lindsten R. 2006 Seguimiento a largo plazo
de pacientes de mordida profunda tratados con ortodoncia. Revista Europea de
Ortodoncia 28: 503–512
Sciote JJ, Horton MJ, Rowlerson AM, Ferri J, Close JM, Raoul G. 2012
Propiedades del tipo de fibra del músculo masetero humano, maloclusiones esqueléticas
y expresión del factor de crecimiento muscular. Revista de Cirugía Oral y Maxilofacial 70:
440–448
Silness J, Johannessen G, Røynstrand T. 1993 Relación longitudinal
entre la oclusión incisal y el desgaste de los dientes incisales. Acta Odontológica
Scandinavica 51: 15-21
Simons ME, Joondeph D R. 1973 Cambio en la sobremordida: un período de diez años pos-
estudio de tensión. Revista Estadounidense de Ortodoncia 64: 349–367
Stenvik A, Espeland L, Berg R E. 2011 Un seguimiento de 57 años de oclusal
cambios, salud bucal y actitudes hacia los dientes. Revista Estadounidense
de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial 139: S102–S108
Tausche E, Luck O, Harzer W. 2004 Prevalencia de maloclusiones en el
Dentición mixta temprana y necesidad de tratamiento de ortodoncia. Revista
europea de ortodoncia 26: 237–244
Thilander B, Myrberg N. 1973 La prevalencia de la maloclusión en sueco
Niños de escuela. Revista escandinava de investigación dental 81: 12–21
Williams S, Melsen B, Agerbaek N, Asboe V. 1982 El tratamiento de ortodoncia
tratamiento de maloclusión en pacientes con enfermedad periodontal previa.
Revista Británica de Ortodoncia 9: 178–184
AlYami EA, Kuijpers-Jagtman AM, van 't Hof MA. 1999 Estabilidad de la ortopedia
Resultado del tratamiento dental: seguimiento hasta 10 años después de la retención.
American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopaedics 115: 300–304
Zaher AR, Bishara SE, Jakobsen J R. 1994 Cambios postratamiento en diferentes
Diferentes tipos faciales. El ortodoncista angular 64: 425–436