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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD RÓMULO GALLEGOS


4TO AÑO SECCIÓN 20
DECANATO DE ODONTOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE CLINICA INTEGRAL DEL ADULTO

Lesión de furca y mantenimiento periodontal

Estudiante: Profesora:
Claudia Valeria Fajardo CI 20252991 Barbara Moreno

San Juan de los Morros, 2020


Lesión de furca y mantenimiento periodontal.
La furca dental es la zona anatómica que comprende al área de división de las raíces
de dientes multirradiculares; ya sean premolares o molares. Las patologías que afectan
esta zona son muy complejas y reciben el nombre de lesiones de furcación o lesiones
de la furca. Los defectos en furcaciones representan un gran reto para los terapistas
debido a sus características anatómicas y a su variabilidad en cuanto a la forma de
respuesta al tratamiento.

La enfermedad periodontal al no ser tratada a tiempo puede conducir a una pérdida de


inserción suficiente para afectar la bifurcación o trifurcación de los dientes
multirradiculares. Las lesiones de furca es un signo clínico que lleva al diagnóstico de
periodontitis avanzada y a un pronóstico desfavorable para el diente afectado. La lesión
de furcación responde a una etiología multifactorial. La furca puede estar involucrada
por una enfermedad periodontal, por una enfermedad pulpar o también por una
combinación de ambas.

Si bien en un primer momento ambas patologías se estudiaron por separado, la


casuística indica que la coexistencia en una misma pieza dentaria se da con bastante
frecuencia. A raíz de ello resulta imprescindible saber diferenciar cada proceso para
poder acceder a un diagnóstico de certeza que permita confeccionar el plan de
tratamiento adecuado.

Existen diferentes clasificaciones que se basan en la cantidad de tejido destruido en el


área furcal. Glickman (1953) clasifica las lesiones en: Grado I: lesión temprana, bolsa
supraósea, grado II pérdida de tejidos periodontales en uno o más aspectos de la
furcación, pero todavía se conserva una porción de periodonto y hueso intactos. Grado
III: lesión que afecta la totalidad del hueso radicular a manera de túnel. Las entradas
están cubiertas por encía y grado IV furcación expuesta, recesión gingival .

Ramfjord y Asch (1979) las clasifica en: Grado 1: lesión incipiente. La destrucción de
tejido no excede el tercio horizontal. Grado 2: lesión que excede el tercio horizontal
pero no llega al otro lado. Grado 3: lesión de lado a lado.

Las medidas para el diagnóstico se hacen a través del sondaje periodontal y es el


primer examen clínico que se realiza a las piezas multirradiculares; para analizar la
furca dentaria se recomienda realizarla con una sonda especialmente diseñada para el
ingreso a esta zona (sonda periodontal de Nabers) y para el análisis de las paredes
vestibulares y linguales la sonda periodontal convencional.

También nos podemos ayudar en el diagnóstico con la radiografía periapical aunque la


presencia de una imagen radiolúcida a nivel de la furca no siempre es el resultado de
una lesión de furca por enfermedad periodontal, también puede darse por traumatismo,
patología endodóntica o por comunicaciones interradiculares. El valor de la radiografía
es limitado, su uso debe correlacionarse con la evidencia clínica para evaluar el grado
de la lesión, la imagen radiolúcida que se forma cuando hay una lesión de furca se ha
denominado “triángulo de la furca "

A la hora de realizar un tratamiento periodontal quirúrgico tenemos que tener claros los
objetivos de éste, que son: conseguir un acceso para llevar a cabo un correcto raspado
y alisado radicular y establecer una morfología periodontal que permita una correcta
higiene por parte del paciente (control de la infección). Se deben considerar, factores
relacionados con el defecto óseo como la cantidad de tejido destruido, tanto en sentido
horizontal como vertical; cantidad de raíces, forma largo y divergencia de las mismas,
anatomía interradicular, número de furcaciones involucradas, valor protético del diente
afectado.

Dependiendo del grado de la lesión de la furca vamos a encontrar diversos tratamiento


desde lo más simple a lo más complejo. La tartrectomía y alisado radicular en la
entrada de la furcación de la lesión de grado I tiene como objetivo la resolución de la
lesión inflamatoria gingival, la curación restablecerá una anatomía gingival normal con
el tejido blando bien adaptado a las paredes de los tejidos duros de la entrada de la
furcación.

Plástica de la furcación es un tratamiento por resección que consiste en la eliminación


del defecto interradicular. Se elimina tejido dentario (odontoloplastia) a nivel de la
entrada de la furcación. Encontramos técnicas para lesiones de furca grado I y grado III
que son más preparaciones en túnel, el procedimiento consiste en la exposición
quirúrgica y el manejo de toda el área de la furcación del molar afectado.

El procedimiento de separación de raíces se usa con frecuencia, en casos de lesiones


de furcación profundas de molares de grados II y III y consiste en la sección del
complejo radicular y la conservación de todas las raíces. La radectomia consiste en la
sección y eliminación de una o dos raíces de un diente multiradicular.

Por otro lado la regeneración se refiere a la reproducción o reconstitución de una parte


perdida o dañada. La regeneración periodontal histológicamente se define como la
regeneración de los tejidos que soportan al diente, incluidos el hueso alveolar,
ligamento periodontal y cemento en una superficie radicular dañada por una
enfermedad de tipo periodontal. La técnica que impide la migración epitelial a lo largo
de la pared cementara de la bolsa se denomina regeneración tisular guiada.

Estos tratamientos presentan tasas de supervivencia y éxito a corto plazo (3-5años) y


largo plazo (10 años) bastante altas. Las complicaciones más frecuentes son las caries
radiculares, seguido de fracturas radiculares y problemas endodónticos. Sin embargo,
la clínica indica que cuando se realiza un diagnóstico preciso, se utiliza la modalidad de
tratamiento indicada y el paciente brinda su colaboración, se pueden mantener en boca
las piezas dentarias involucradas en buen estado de salud y a largo plazo, en muchos
más casos de los esperados.

Mantenimiento periodontal.

Los estudios clínicos a largo plazo han demostrado claramente que los cuidados
posterapéuticos por parte del profesional constituyen una parte integral del tratamiento
Se podría definir el mantenimiento periodontal como la suma de los procedimientos
realizados a determinados intervalos, encaminados a mantener la salud oral del
paciente, así como a la detección precoz y tratamiento de la enfermedad periodontal.
La Fase de mantenimiento va encaminada a prevenir la recurrencia de la enfermedad
periodontal y a instruir al paciente a una serie de medidas preventivas personales con
el fin de evitar dicha reinfección.

Los pacientes pueden prevenir o mantener la reinfección con una incidencia mínima,
simplemente diseñando una estrategia de mantenimiento nada más concluir la terapia,
y regulándola en el tiempo de forma estricta. Para establecer los intervalos de las citas
y las localizaciones a tratar, será fundamental la valoración de los factores de riesgo
asociados al paciente, al diente y a la localización.

El fin del mantenimiento debe ser asegurar un óptimo control de placa supragingival y
subgingival, motivando la buena higiene oral del paciente y reforzándola con terapia
mecánica asistida por el clínico. Independientemente de que hayamos decidido
restaurar los dientes perdidos con prótesis es fundamental que el paciente sea capaz
de mantener un buen control de la placa supragingival, para lo que es necesario llevar
acabo reevaluaciones periódicas en las que establezcamos un correcto protocolo de
intercepción ante una posible recurrencia, junto con un apoyo psicológico continuo. Los
patógenos periodontales son tan frecuentes alrededor de los implantes como de los
dientes del paciente.

En la mayoría de los estudios longitudinales, se obtuvieron resultados positivos a largo


plazo de la terapia periodontal cuando los pacientes eran mantenidos de forma regular
e intervalos de 3-6 meses, por lo que parece razonable que al finalizar el tratamiento
comencemos con intervalos de mantenimiento cada 3-4 meses y los vayamos justando
según el riesgo individual que presente cada paciente
En cada cita se debe realizar los siguientes procedimientos; revisión de historia clínica,
control de placa bacteriana e índice de higiene oral, reinstrucción de higiene oral,
realizar sondaje periodontal, toma de radiografías para control si fuese necesario y en
las zonas de sangrado al sondaje se deben realizar raspaje manual y alisado radicular
bajo anestesia local infiltrativa.

Los estudios muestran diferentes intervalos de mantenimiento dependiendo del


compromiso sistémico, psicológico y físico del paciente, y recomiendan una frecuencia
de tres a seis meses. El criterio y la responsabilidad del clínico son los que determinan
el período que cada paciente requiere para mantener los niveles de salud oral en
condiciones óptimas según sus características individuales. La periodicidad de los
chequeos radiográficos también debe estar basada en los conceptos expuestos
anteriormente

La fase de mantenimiento puede tener una duración aproximada entre 45-60 minutos.
Esta sesión siempre debe individualizarse, es decir, que cada paciente necesita una
cantidad de tiempo concreta según las características del caso y puede dividirse en tres
partes. La primera parte consta de nuevos registros gingivales (sondaje, recesiones,
índice de placa e higiene), dentarios (ausencias dentarias) e incluso restaurativos
(obturaciones y prótesis). En la segunda parte tenemos que comunicarnos muy bien
con el paciente y notificarle con evidencias a través del control de placa las zonas que
necesitan más atención y una mejor técnica de cepillado, además debemos de eliminar
a través de tartrectomía y raspado y Alison cualquier indicio de cálculo gingival o
supragingival, en la tercera parte vamos a programar la siguiente cita de mantenimiento
y de ser necesario se realiza algún tratamiento restaurativo.

Es importante tener en cuenta los casos de situaciones especiales que pueden ser
factores a modificar la salud del tejido periodontal; entre ellas tenemos pacientes
embarazadas o con trastornos hormonales que pueden provocar una hipersensibilidad
en la encía, pacientes con ortodoncia fija que van a presentar mayor predisposición a la
inflamación gingival y pacientes de la tercera edad ya que puede estar disminuidas las
defensas y van a tener menor flujo salival.

El tratamiento periodontal sin la fase de soporte o mantenimiento no tiene sentido. Si


los odontólogos conseguimos aplicar este concepto todos los días, e inculcarlo a
nuestros pacientes, la tasa de éxito de los tratamientos periodontales será muy alta, lo
que constituye un fin para todos.

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