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Historia de la opinión pública

Periodismo
Universidad Complutense de Madrid (UCM)
22 pag.

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Historia de la Opinión Pública

Lección 1: Los fenómenos de opinión y su evolución terminológica


La antigüedad y la Edad Media
El fenómeno de opinión concebido como voz y juicio moral que pertenece a la gente. Es un fenómeno
inherente a la condición del humano como individuo en sociedad, a la que se le empieza a otorgar
importancia académica desde finales del siglo XVIII. Es entonces cuando se le asignan términos a este.
El diálogo académico sobre la Opinión Pública no termina de arrancar hasta el siglo XIX. A pesar de ello,
gobernadores y otros líderes de estado, han advertido, a lo largo de la historia, la importancia de tener en
cuenta el peso de la opinión en la sociedad.
En el mundo clásico griego, Las primeras referencias que podemos encontrar sobre los fenómenos de
opinión las aporta Herodoto (siglo V a.C.), e incluso él mismo se pregunta “qué opinión mereceré a juicio
de las gentes”. Heródoto (s.V a.C.) era consciente de que las manifestaciones de la opinión y los juicios
de la gente tienen un peso considerable en la sociedad. Es por ello por lo que su preocupación reside en
multiplicar “los ojos y los oídos del rey” es decir, encargó los primeros “espías” que le proporcionasen
información valiosa a través de la infiltración en los estratos inferiores. Así podía ejercer cierto control
sobre los posibles rumores, revueltas, conspiraciones, etc.
Platón (s. IV AC) en su dualismo epistemológico, coloca la opinión entre el nivel de la ignorancia y el del
conocimiento o el saber. Se pregunta qué valor real tiene la opinión, en medida en que se aleja de lo que
es conocimiento puro.
Aristóteles (s. IV a.C.) escribe La Política, en la que también menciona el papel de la opinión del pueblo
y su papel de “juez” en la política. Considera que la opinión es o debe ser uno de los principales pilares
en los que fundamenta el poder.
Demóstenes (s. IV a.C.) incluye en su discurso judicial Sobre la Corona los Discursos privados y los
Discursos públicos. Con ellos pretende establecer las diferencias entre dos esferas de la vida humana que
se rigen por parámetros y criterios distintos. Defiende que un personaje público no debe rendir cuentas
ante su vida privada si ejerce su labor con diligencia. Es decir, que la reputación privada no debe influir
sobre la imagen u opinión pública.
Esta perspectiva vuelve a florecer en la Europa del Siglo de Oro, cuando temas como la reputación, el
honor o la fama estaban a la orden del día. Otra muestra de la presencia de la opinión y los fenómenos
que genera en las sociedades griegas la encontramos en su mitología. Un ejemplo es Momo, el dios
griego de los escritores y poetas, que encarnaba la burla y la crítica (fenómenos vinculados con la
expresión de la opinión en sociedad).
El teatro griego también introdujo el fenómeno de la opinión en los coros. Cuando interviene el coro está
interviniendo la voz de la ciudad, distinta a la figura del escenario (el personaje principal). Este modelo
también se seguiría en la época latina.
En el mundo latino y recordándonos a los griegos, Tácito también nos habla del interés de los
gobernantes en las opinión para controlarla. Séneca habla de la vox populi como la más insegura de las
normas (llamando normas a criterios de actuación). Confiar en esa voz del pueblo es peligroso puesto que
según Séneca cambia con facilidad.
También se desarrolla el aspecto del espionaje, incluso se llega a crear toda una red de captación de
infiltrados. Julio César será quién, además de considerar el peso de la opinión de la gente, piense por
primera vez en crear un determinado clima de opinión. En la Guerra de las Galias y en las guerras civiles
romanas recurrió a las primeras estrategias de propaganda para favorecer su lucha.
En la Edad Media el lema era Vox populi vox Dei. Esta expresión reivindica la importancia de la voz del
pueblo frente a los emperadores, que deben escucharles y tener en cuenta su opinión a la hora de
gobernar. En esta época se empiezan a adoptar máximas como el Código de Justiniano, que sostiene que
“lo que a todos atañe por todos debe ser aprobado”.

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Además de la literatura política, la artística y la poesía adoptan líneas exclamativas y formas de protesta
con objetivo de denuncia. Los juglares, propagandistas de la época, eran los que precedían las cruzadas
medievales, que actuaban como creadores de opinión, motores de ese fenómeno. A pesar de que, como
hemos visto, el concepto de ‘opinión’ siempre ha estado muy presente en nuestra sociedad, éste ha sufrido
una evolución terminológica importante a lo largo de la historia.
La evolución del término cambia de un país a otro:
En Francia se habla de l’esprit publique tanto como de opinion publique, dado a la tendencia de la época
de hablar de ‘ciencias del espíritu’ al referirse a todo lo que no pertenece al campo de las ciencias
naturales o exactas.
A finales del siglo XVIII nace en España el término “opinión pública. La política y la aparición de la
prensa hacen que estos términos se empiecen a utilizar. Cuando el fenómeno tiene ya un término se
intenta conceptualizar y entender qué papel le atribuimos en la sociedad. Esta dimensión conceptual se
produce en el siglo XIX. La opinión pública no ha existido siempre, puesto que el calificativo “público”
no nace hasta el siglo XVIII, momento en el que se dan las condiciones para que esta opinión pueda tener
publicidad, hacerse pública. Lo que sí han existido siempre son los fenómenos de opinión
Fenómenos de opinión – SIEMPRE
Término – Siglo XVIII
Concepto – Siglo XIX
En Estados Unidos es muy característica la primera enmienda que se impuso a la Constitución: la de la
protección de la libertad de prensa como derecho garantizado. En el siglo XX la principal problemática
gira en torno a la controversia generada por la opinión pública y sus influencias: la cuestión del “Cuarto
Poder” y la manipulación. Se generan estudios que parten desde el análisis de las perspectivas y las
fuentes que generan las opiniones, pasando por un estudio conceptual hasta el estudio empírico. Tratan
sobre todo de averiguar qué efectos tienen los medios en las opiniones que se generan entre el público
(Teorías como Agenda Setting o Espiral del Silencio). Se llega a la conclusión generalizada de que la
opinión pública es consecuencia del contenido mediático y susceptible de caer en la manipulación.
La Opinión Pública estudiada como fenómeno social, ha evolucionado a lo largo de las últimas décadas a
través de diversos estadios conceptuales:
El concepto clásico, propio del siglo XIX; tiene una connotación jurídico-política, dado al contexto
revolucionario y el auge de las democracias que se da en ese momento. A partir del siglo XX y sobre todo
hasta los años 30 se adopta una perspectiva más sociológica. Más adelante, con la intervención de los
sondeos y las encuestas, se adopta un concepto más matemático.
Desde finales del s. XX irrumpe en esta perspectiva los medios de comunicación masiva, por lo que
vuelve a ser necesario un cambio de paradigma.
La Opinión “Reina del Mundo”
Esta expresión se remonta al s. XV en el que una famosa obra italiana se refiere a la opinión como “reina
del mundo”. Luego es adoptada por autores como Pascal (s. XVII), en una Europa en la que se valora la
opinión como algo muy presente y relevante. Sin embargo surgen también contradicciones, por el
desprestigio que tiene una opinión vulgar que procede de las masas inferiores, “el pueblo ignorante”. Se
considera positivo y necesario que esa opinión sea manipulable a través de la propaganda, que es capaz
de amoldar la opinión a los intereses de los gobernadores. Maquiavelo dijo sobre la importancia de las
apariencias “Todos ven lo que pareces, pero pocos palpan lo que eres. Y esos poco no se atreverán a
enfrentarse a la opinión de la mayoría.”

Lección 2: El nacimiento de la Opinión Pública. La experiencia inglesa (s. XVIII)


En el siglo XVIII en Inglaterra, se dan una serie de fenómenos que van a dar pie al surgimiento de la
experiencia de la opinión pública. A partir de ahí, esta experiencia se irá propagando por la Europa
continental y en Estados Unidos. Hay una serie de elementos y sucesos claves cuya interrelación da lugar

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al fenómeno de la opinión pública. De hecho, las primeras interpretaciones que se hicieron, ya lo
colocaban en un contexto.
La información parlamentaria. Etapas y evolución.
Los componentes políticos sobre los que se basa este fenómeno son el parlamento y las elecciones. Ellos
dan lugar a la aparición de ámbitos públicos que se van a convertir en el locus de la opinión, centrada en
la información parlamentaria que se publica en la prensa. El rol de la prensa es clave, dado que “traduce”
los acontecimientos que se dan en el parlamento al “lenguaje” que se emplea en los lugares públicos de
discusión (los bares, los clubes, las tabernas…), generando, en muchas ocasiones, unos contenidos
polémicos o cuanto menos relevantes para la vida pública.
La información parlamentaria básicamente va a ser la mediadora entre la Cámara y los votantes. La
cámara es la pieza política distintiva para los ingleses. En un principio era muy celosa de su “secreto
parlamentario” y pretendía asegurar las discusiones políticas frente a las influencias externas. Por ello los
periodistas no contaban con un acceso legítimo a la cámara, por lo que en ocasiones se infiltraban
camuflados o mediante sobornos, o pagaban a un político por la información.
Esto creó la problemática de la corrupción y manipulación informativa: las “Gacetas Oficiales” permitían
el acceso a periodistas, sin embargo fomentaban el monopolio informativo. La prensa centra sus
informaciones en dos aspectos: las votaciones y la discusión. El político comienza a comprender la
necesidad de establecer una relación favorecedora con la prensa, teniendo en cuenta la influencia que es
capaz de ejercer sobre los votantes. Así, se empieza a reflexionar en los beneficios que puede
proporcionar la prensa a la clase política, por el alcance que tiene y su capacidad de generar determinados
estados de opinión.
Esto hace que se trate de evitar la censura o el “buscarse enemigos” en la prensa. Sin embargo otras veces
se ha visto un peligro inminente por parte de la prensa hacia la política, por lo que se aplicaban
restricciones a las libertades de expresión/publicación.
Las etapas que atraviesa la información parlamentaria en el s. XVIII son:
1. 1702-1771: La prensa se limita a publicar los resultados de las votaciones que se hacen en
la Cámara.
2. 1712-1716: Se comienza a incluir en las informaciones detalles sobre el debate, pero sólo
procedente de las discusiones del pleno.
3. Años 30: se enriquece la narración sobre lo que ocurre dentro de la Cámara y de los
métodos que se emplean en ella. En un principio se basa en anotaciones clandestinas, ya que no
estaba permitido tomar registro de los acontecimientos dentro de la Cámara, en su mayoría
filtraciones proporcionadas por periodistas camuflados o políticos que quieren promocionar su
discurso.
En esta etapa comienza el proceso de mediatización de los acontecimientos políticos,
adaptándolos al lenguaje periodístico (que se ajusta al de los principales lectores). Esto implica
salvar algunos obstáculos o inferencias, como el ruido en la cámara, la posición desfavorecida de
los periodistas o los intereses ocultos de los políticos, que cambian su comportamiento si son
conscientes de la presencia de periodistas.

De todas formas, la información tiene un carácter más comercial que social por aquella época. La
información no se concibe como un derecho o un servicio, sino como una labor que ha de ser
pagada. La noticia se concibe simplemente como un producto a vender. Otra característica de la
información en esta época es la limitada frecuencia de publicación, que no seguía parámetros
regulares. Se podían dar noticias cada cierto tiempo indefinido, desde semanales hasta
trimestrales.
4. Años 40: Las “Asambleas imaginarias”. En este periodo, el recurso a las narraciones
ficticias comienza a cobrar cierta relevancia y protagonismo en el ámbito periodístico. Se trata de
trasladar a personas y lugares reales a un plano simbólico imaginario, a través del cual se hace
llegar la información al público mediante anécdotas y lecturas amenas. Una de las figuras más

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recurrentes en este aspecto es la del Dr. Johnson, quien creó el “Senado de Lilliput”. En alguna
ocasión, Johnson escribió discursos a parlamentarios, fenómeno que nació en esta época. El
periodismo comienza a jugar un rol cada vez más activo en las discusiones políticas. El discurso
político es cada vez más mediatizado, creando informaciones que pueden generar conflictos y de
las cuales se llama a testificar al autor para aclarar las polémicas que han podido surgir de esa
mediatización (interferencias, ruidos, aplausos…). Del simple “comerciante de noticias”, el
periodista comienza a tener noción de su oficio, queriendo alejarse de la prensa de partido. Sin
embargo este oficio encuentra otros obstáculos, además del periodismo político, como las “plumas
a sueldo”, propagandistas en toda regla de los partidos políticos.
5. A partir del año 1771, comienza una nueva etapa informativa en la que se cuenta con más
detalle lo que sucede en el Parlamento. A través de la “Galería de los Extraños” se permite la
entrada a determinados visitantes a las sesiones (visitantes cercanos y, más adelante, periodistas),
aunque los parlamentarios podían pedir que se desalojase, para mayor privacidad. Pese a todo, la
presencia más regular de periodistas en la cámara van a proporcionar mayor inmediatez a las
publicaciones. En 1803 se reconoce la última fila como “Tribuna de la Prensa” (también en
España o Francia). El término “tribuna” se asoció rápidamente al periodismo, como actor
observador y juez de las injusticias cometidas. Más tarde, con la taquigrafía, apareció la figura del
“reporter”, que tomaba nota literal de los discursos para su posterior tratamiento. En 1828 se
discute sobre la ley de emancipación de los católicos, un tema muy controvertido que traería
fuertes discusiones. Es en este momento cuando se establece un sitio fijo para los periodistas. En
1831 hay otra gran controversia, que se refiere a la reforma electoral, reclamada desde hacía más
de 50 años. Las grandes concentraciones impulsaron que se les reservase un sitio concreto a los
periodistas. En 1834 se produce el incendio del parlamento, y en la reconstrucción ya se introduce
una galería exclusiva para los periodistas, aunque hubo defectos auditivos. Ya en 1852 con una
reforma ya había pupitres para apuntar, se comenzarían a dar pases y se empezaría a admitir a
periodistas locales, que poco a poco comenzarían a disfrutar de mayores privilegios (salón de
fumadores, etc.…).
Elecciones: rituales políticos y expresión de las opiniones
Las elecciones inglesas a inicios del siglo XVIII eran trienales, más tarde se celebraban cada 7
años. Las campañas se caracterizaban, por el afán de conquista de votos por parte de los candidatos.
Sin embargo había algunas características muy diferentes respecto a las campañas electorales a las
que estamos acostumbrados hoy. En primer lugar, la duración. El proceso de votaciones en sí solía
durar varias semanas y transcurría de forma paralela a las campañas de propaganda.

Inicialmente, las campañas se sostenían en la información parlamentaria, en un flujo


unidireccional que emanaba desde el interior de los partidos hacia la opinión de la mayoría. Los
políticos eran conscientes de que esa información tenía que estar bien organizada, para que les
permitiera localizar, crear, desarrollar y presionar la opinión. Una de las técnicas informativas que
nace en esta época es la caricatura política, con la que se pretende hacer llegar un mensaje a los
votantes de una forma algo más alternativa.

En periodos de estabilidad los partidos de la oposición buscaban la quiebra de ese equilibrio para
lograr la alternancia. Para ello era importante encontrar apoyo extraparlamentario. A la información
parlamentaria, que como hemos visto es muy poco interactiva, pronto le surge un rival que va a
permitir un mayor diálogo: las campañas electorales.
Esas campañas incluían la celebración de determinados rituales como invitar a los votantes a
grandes comidas o cenas, mítines y encuentros con los ciudadanos, desfiles espectaculares, conciertos
y otros shows de entretenimiento que pretendían ganarse la simpatía de los votantes (también de los
no votantes, que aunque no tuvieran derecho a voto, ejercían influencia sobre la opinión pública).
También era muy frecuente recurrir a la simbología mediante banderas, himnos, insignias… Estos
rituales son reflejo de la presencia del fenómeno de la opinión pública en las cuestiones políticas. Los
nuevos ámbitos públicos: coffee-houses, pubs, clubes, sociedades.

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Las campañas y todos los procesos que las incumben inician la politización de la cultura popular,
generando una atmósfera envolvente en la que los ciudadanos participan de este clima político. Es un
hecho que no deja indiferente a casi nadie (incluso los no votantes) ya que se traslada cada vez más a
los lugares públicos: las plazas, los mercados, las tabernas, los cafés… Estos lugares se convierten en
los focos de creación del movimiento de la burguesía (MOB). Otra peculiaridad de estos lugares era la
“Universidad del Penique” (lo que cuesta un café): el público de las tabernas debatían y exponían sus
posturas frente a los demás, otros podían formarse una opinión acerca de las discusiones que se
creaban en torno a la temática ofrecida por la prensa, etc. En las grandes ciudades hubo incluso una
introducción de la mujer en la vida política, que empieza a cobrar relevancia con la apertura de los
salones de tertulia (una mujer invitaba a su casa a una ronda de tertulianos, bebían té y eran felices…
).
Es en este mismo ámbito en el que comienza y concluye todo el proceso electoral, que atraviesa
diversas etapas:
• Circunscripción: es el ritual de entrada del candidato, que señala el inicio de la campaña. Consiste
en la realización de un paseo triunfal, un ritual de aclamación en la calle, propia de los siglos XVII y
XVIII.
• Canvassing: es el inicio de la petición de voto para ser nominado candidato. Se celebra un gran
acontecimiento popular. Es el momento en el que los votantes ven más de cerca a sus representantes
e incluso pueden interactuar con ellos. Era muy frecuente celebrar grandes comidas para mantener la
lealtad de los votantes.
• Nominación: proclama al candidato de cada partido de cara a las elecciones generales, a partir de
los acontecimientos celebrados en el canvassing.
• Campaña electoral: propiamente dicha. Es el periodo en el que el candidato ya establecido pide de
nuevo el voto, frente a los partidos de la oposición. Este proceso podía llegar a durar semanas (la
campaña más larga fue en 1784 que duró 57 días).
• Recuento de resultados: declaración oficial de la victoria de un candidato que se abre con un
discurso público de agradecimiento. Luego se procede al ensillamiento, como procesión de
reconocimiento del ganador.
En todo este proceso no queda a un lado la componente dramática o espectacularizadora, que pretende
envolver a la opinión pública. Favorecía también la participación de las personas sin derecho a voto, que
acudían a las celebraciones políticas por puro entretenimiento. Así aportaban un clima de expectación
importante para las campañas. En la prensa también se hacen eco de las “noticias de campaña” que
informaban sobre las próximas reuniones, novedades acerca de los candidatos, etc. Otra forma de reflejar
la política en la prensa era a través de las crónicas de campaña o la caricatura política. Todo esto
contribuye a que los políticos comiencen a tener la noción de comercialización política: aplican las
primeras técnicas de merchandising en el ámbito político.

Prensa, gobierno y oposición. La corrupción periodística.


El lenguaje periodístico se adapta al de su principal lector, que como hemos venido diciendo se encuentra
en lugares públicos como las tabernas, clubes o cafés, que fomentaban la tertulia. Por un lado, como
hemos visto, los políticos aprovechan esta difusión de la prensa para llegar a sus votantes. Por otro eran
conscientes también de la amenaza que podía suponer, sobre todo en vista de algunos rumores o
calumnias que se extendían por estos ámbitos a través de la prensa. Por ello hubo intentos de censura y de
ilegalización de las reuniones públicas, aunque no cuajaron.
En el aspecto empresarial, empieza a tener un gran alcance el periódico de la tarde, que renta por la
disminución de costes (por los turnos de impresión que de día cuestan menos y la facilitación de
contenidos pre-elaborados por los periódicos mañaneros).
En temas de corrupción también destacan algunos aspectos:

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• Ambientación: los “PUFFS” eran pequeños textos que se intercalaban entre los relatos
periodísticos. Eran de carácter autopromocional, deliberadamente ocultado. Un recurso muy
frecuente, que se dio más tarde en EEUU, era el uso de la negrita. En otras palabras, consiste en que
un beneficiario pague para que se incluya en las noticias y artículos un mensaje subliminal.
• Técnicas de chantaje como el correo negro.
• Editorial: se crea también en este contexto, como espacio exclusivo a la expresión de la postura
editorial sobre un tema en concreto. Por su carácter subjetivo, se prestaba muchas veces a la
manipulación e incluso fomentaba la “compra” de los periódicos.
• Grub Street: periodismo callejero sin control de redacción cuya táctica consistía en desatar
escándalos públicos, por lo que era perseguido por la ley.
• Publicidad: los gobiernos eligen determinados periódicos según su afinidad política para publicar
anuncios gubernamentales. Esto muchas veces se convertía en una aportación financiera crucial para
los periódicos, sobre todo en sus primeras décadas de vida, haciéndolos depender de ella.
• Reparto de ejemplares: los gobiernos repartían prensa de forma gratuita para mantener la fidelidad
editorial (y de paso hacerse promoción).
• Información oficial: los boletines oficiales se coordinaban con los organismos de propaganda para
crear mensajes favorecedores.

Lección 3: El régimen de opinión. Inglaterra en el siglo XIX.


La publicidad de lo público como garantía frente al desgobierno
La publicidad de lo político es lo que hoy día llamaríamos transparencia. En La paz perpetua, Kant
afirma que la publicidad es garantía formal de justicia, y que el secreto siempre es sospechoso. Por su
parte, Jeremy Bentham dice que la opinión pública funciona como sanción moral, un control ejercido
por la sociedad. La garantía de que la política funciona bien es el concepto de la publicidad (el ser
público) de lo político. Pero para eso también hace falta libertad de prensa, para poder expresar las ideas
sin censura.
Así pues, la información fidedigna y la publicidad de los hechos políticos (ejercida por la prensa), son la
garantía frente al desgobierno. En este contexto nace la retórica de la opinión pública como sancionadora
de los actos moralmente cuestionables en el ámbito político, que atraviesa todo el siglo XIX hasta la
entrada del XX. Bentham, en sus primeras obras, va encajando las piezas de la publicidad de lo político,
la libertad de prensa, la sanción moral… Y elabora también un concepto muy de la época, el concepto de
tribunal de la opinión pública. Es la idea del ojo público, lo que la gente piensa. La sanción moral por
tanto no se ejerce en un lugar físico como una cárcel, sino en una dimensión abstracta: la pérdida de
prestigio en la comunidad. Asegurar esa publicidad era lo que buscaban todos los nuevos políticos, que
buscaban a la prensa como aliada.
Parlamentarismo clásico y opinión pública (1832-1867)
Rule of Law: es una expresión que hace entender que lo que gobierna es la ley. En 1832 se hace una
reforma electoral, para aumentar el censo casi un 30%. La siguiente sería en 1867, que vuelve a ampliar
el número de personas que votan. En 1872 se establece el voto secreto. Al tener menos control sobre el
votante hay que establecer una estrategia de alcance o convencimiento de ese votante. El principal
problema de los partidos a finales del siglo XIX era organizarse.
Otras características del entorno social son:
• El aumento de la población urbana

• La alfabetización
• La representación virtual (se dejan de asignar delegados por distritos). La representación virtual es
el falseamiento de un diputado que representa a 7 y otro que representa a 80.000 y es elegido por ser

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“sobrino de” y al que nadie conoce. A finales del siglo XIX, el 30% de los diputados eran “hijos de”
otro diputado, y otro importante porcentaje eran “yernos de”, etc.…
• La abolición de la esclavitud en 1882
• Mayor importancia de la política exterior y las relaciones internacionales.
En el periodo de 1832-1867 hay una primera parte en el que el partido Tory pierde siempre las elecciones,
en favor del partido Whig, formado por una coalición de liberales radicales y pequeños partidos de
ciudades como Londres. Hasta la reforma de 1867, Tory se alía también en coalición y al fin logra ganar
las elecciones.
El mito de El Cuarto Estado
La prensa comienza a asumir un rol político-social en cuanto comienza a destapar los escándalos del
parlamento, a cuestionar el trabajo de los políticos y a avalar la independencia respecto a los partidos.
Esto la convierte en mediadora entre las clases trabajadoras y las clases medias, que, sobre todo con el
aumento del censo, acarrea una nueva adaptación del discurso periodístico.
La identificación partidista de la mayoría de periódicos en la primera mitad del siglo XIX restaba
lectores, y se encontraron con una fuerte competencia, los que empezarían a llamarse “periódicos
independientes” a partir de mediados del siglo XIX. Los periódicos independientes necesitaban bastantes
ingresos, que los sacaban de la venta del propio ejemplar y de la publicidad. Estos periódicos irían
consolidándose a medida que la situación económica les hace más fuertes.
Cuando se habla del cuarto estado o cuarto poder para referirse a la prensa, debemos hablar de la línea
épica, o bien recurrir a una reflexión más crítica. Los tres estados de ese momento eran: el rey, la cámara
de los lores y la cámara de los comunes. La prensa es, así, un poder totalmente distinto a los otros,
además, la relación entre la prensa y los otros tres poderes tampoco está muy establecida. Los tres
poderes sí están interrelacionados entre ellos y hay unas líneas de relación establecidas por las leyes. El
poder de los periódicos reside en la recreación de la idea de que ellos representan a la opinión pública. En
España, esta idea de cuarto estado entra muy despacio.
• La idea del cuarto estado desde la perspectiva épica responde a la de un periodismo que se vuelve
independiente y, así, vigilante del poder. La historia épica habla de la prensa como garantía de
libertad, la prensa como elemento fundamental de la sociedad, la prensa capaz de denunciar y
vigilar al gobierno. Destacan dos ideas en esta prensa: independencia y, más tarde, objetividad.
Otra idea que ayuda a la concepción del cuarto estado es la prensa como la representación de la
opinión pública, es decir, la representación de la ciudadanía y sus intereses. Esos mismos
ciudadanos desamparados que no se consideraban representados por ninguno de los otros tres
poderes.

• Dentro de una reflexión crítica: consiste en la legitimización y la colocación de la prensa en el


sistema político. La prensa no tiene reconocimiento dentro del sistema político hasta la llegada del
cuarto estado, pues era una profesión infravalorada. En política, la opinión pública queda
representada en el parlamento justo después de unas elecciones y poco antes de ellas. En esos años
de diferencia la opinión pública puede haber cambiado de muchas formas. Por su parte, los
periódicos salen a diario, y recoge la opinión pública como un termómetro día a día.

Esto conlleva a que la gente empieza a ver en la prensa una alternativa a la representación parlamentaria:
ve en ella la expresión de las preocupaciones cotidianas.

Lección 4: República y opinión pública. Los Estados Unidos


En EEUU el concepto de opinión pública va sobre todo ligado al marco de privilegios y clientelismo
político en el que floreció la prensa de partido. La literatura política de oposición y su papel en la
Revolución. El fenómeno de opinión pública remite a la literatura política que conforma los orígenes de
la Revolución y la realidad política que arranca con la década de 1790. El pamphlet es el vehículo
principal de difusión de las ideas y crítica de la corrupción política, la problemática del poder o el

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concepto de constitución. Después de la Revolución se convirtió en el instrumento político más visible e
importante. Otro tipo de literatura política sería el ensayo.
El derecho a la libertad de expresión no se recogió en la Constitución de 1787. Pero sí hubo
contribuciones y referencias a la opinión pública en los debates constitucionales, sobre todo
proporcionadas por Hamilton y Madison. Madison afirma siguiendo a Hume que “el gobierno descansa
en la opinión”. También habla de la influencia que ejerce la mayoría sobre el comportamiento individual.
El fin de la “política clásica”, prensa y opinión pública.
Con el fenómeno de la opinión pública el sistema político se viene abajo y se transforma en un sistema
donde se aplica un nuevo modelo con nuevos instrumentos entre los que destaca la prensa.
El “fin de la política clásica” descrito por Gordon Wood supondrá un cambio de significado del
vocabulario político. La república de los Estados Unidos inicia una nueva forma de gobernar,
diferenciada a la política monárquica clásica. En ese contexto de hacer política de otra manera situamos
la importancia de la prensa y la opinión pública. Usando la prensa como instrumento político se produce
un fuerte desarrollo de esta.
La Constitución fue concebida sin contemplar la inclusión de un Bill of Rights que restringiese el poder
del gobierno. La discusión que se genera en este entorno va a dar lugar a la primera enmienda, que
defenderá la libertad de prensa y la convierte en el único negocio protegido por la ley. En la primera
mitad del siglo XVIII el número de periódicos que circulan aumenta exponencialmente. Éstos a su vez,
desarrollan unas claras lealtades partidistas e ideológicas. El público lector se comienza a identificar con
la opinión pública a través de los periódicos. La prensa se identifica pues con opinión y alcanza con ello
una muy relevante dimensión social. Jefferson, en una amenaza contra la clase política, denuncia los
abusos de la prensa, calificándola de “institución en perjuicio de la libertad y la ciencia”.
Las Sedition Acts de 1798 fueron otro punto crucial en el desarrollo del concepto de opinión pública. Su
debate desarticuló los fundamentos del mundo de la Ilustración sobre la Verdad y la Falsedad desde el
punto de vista racional estricto y la existencia de las verdades universales frente a la diversidad de puntos
de vista y opiniones. Lo que es la información puramente parlamentaria, tiene su punto de arranque en el
Artículo V de la Constitución. Este artículo sin embargo es muy poco explícito en cuanto a cuestiones de
tiempos, periodicidad, transparencia y criterios de publicación. En 1789 se autorizó a Jefferson a
seleccionar tres periódicos por cada estado para la publicación del conjunto de las tareas legislativas. Se
trata de una actividad de clientelismo, pagado por la administración, que estuvo vigente hasta la guerra
civil y desapareció con la creación del Government Printing Office.
La primera enmienda confiere a la prensa cierto estatus y privilegios, como la reducción del franqueo de
los periódicos y la liberación de impuestos sobre el correo postal (el intercambio de periódicos entre
editores quedaba directamente exento de pagos), que la convirtió en el contenido principal de este
servicio. La política de nombramientos de carteros y jefes de correos formaba parte del clientelismo
periodístico-político, al entrar en la corrupción de la información privilegiada (filtraciones, etc.).
Con las presidencias de Jefferson y Madison el sistema del clientelismo permitió el control de la prensa y
con ello una mayoría de periódicos apoyando la causa republicana. Los periodistas entendían su trabajo
como el de agentes encargados de configurar y movilizar la opinión pública, más que de representarla.
James Madison: propuesta de un nuevo concepto.
Frente al concepto economicista que presenta Hamilton (OP como fuerza básica para combatir la deuda
nacional y asentar económicamente la República), el concepto de Madison es más político: La opinión
pública como expresión del autogobierno republicano. Madison fue el primero en ver el importante papel
de la prensa en la formación y expresión de la opinión pública. Una vinculación que está organizada en
tres fases diferentes:
1. Nacimiento de la constitución -> La opinión pública como forma de control o limitación al poder
bastante pasiva y difuminada.
2. Líder del partido Republicano-Demócrata -> OP entendida como soberana y ejerciendo una
participación constante de control. Se interesa también por la diferencias entre la opinión pública de
las ciudades y la del conjunto de la república. De ahí su interés por la circulación de ideas y
periódicos. Concepto de opinión participativa y unión entre el pueblo y representantes.

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3. Defensa de la libertad de prensa (vs. Sedition Acts) -> Defiende una mayor transparencia en las
tareas del gobierno y organizar la opinión como fuerza de oposición
La opinión pública en los visitantes europeos a Estados Unidos (1831-1939)
Desde las primeras décadas del siglo XIX hay continuos viajeros, académicos y literatos, curiosos de
conocer cómo funciona la política y la prensa en esta nueva república. Encuentran una vida periodística
con otra dinámica interna distinta a la que ellos conocen, con enormes dimensiones. Tocqueville define el
contraste entre la prensa francesa y Estados Unidos. En EEUU, el periodismo es mucho más
personalizado: se persigue al personaje en su vida privada, algo nunca visto en Europa. En Francia, el
periodismo es mucho más intelectual, es periodismo literario. De los viajeros ingleses destaca Dickens,
que escribe Notas sobre América, afirmando que el nivel del contenido de los periódicos americanos es
más bajo que el de los periódicos de Londres. Otro académico y político inglés que viajó a América,
Bryce dedica 13 capítulos de un libro a la opinión pública. Todos los viajeros se quedan también
impresionados de la arquitectura. El Capitolio, la Casa Blanca, son de estilo clásico, para dar una idea de
república.

Lección 5: El espacio público en la Europa continental.


Hay dos concepciones del ámbito público, que nacen de la tradición inglesa por un lado, y de la francesa
por otro: La ESFERA PÚBLICA (término introducido por Habermas) y el ESPACIO PÚBLICO. El
concepto inglés de ‘esfera’ tiene una connotación más cerrada e inclusiva de ámbitos específicos. Esto se
debe a que en Inglaterra la opinión pública se entendía como objeto práctico. La idea francesa tiene un
carácter más lineal y elástica, que gira en torno al espacio ilustrado y la discusión racional que depende
sobre todo de la burguesía.
La formación del espacio público en Francia
El espacio ilustrado se caracteriza por las ideas propias del s. XVIII, en el que se pone “de moda” la
lectura. La producción literaria aumenta considerablemente en esta época, así como las formas de hacer
llegar al público las obras (nacen las “bibliotecas ambulantes”). Esto lleva a un cambio en el modelo de
lectura, que pasa de ser intensivo (varias lecturas a un mismo libro) a ser extensivo (mayor cantidad de
libros, dedicando menos tiempo a cada uno). Los nuevos intereses giran sobre todo en torno a los
contenidos, los cuales movilizan a la gente a opinar sobre el ambiente y los hechos que la rodea.
Otro factor que va a influir sobre la formación de este público es la literatura religiosa, sobre todo a
partir de la división protestante: toda una polémica que se refleja en distintos ámbitos (libros, panfletos,
creación de nuevos públicos al traducir la Biblia, etc.). Entre los autores de la época destaca Rousseau,
que en su Discurso sobre las ciencias y las artes habla de ‘opinión publique’.
Jacques Necker habla de la opinión corroborativa (él mismo accedió al ministerio, bajo el reinado de
Luís XVI, gracias al respaldo de una opinión pública favorable) y promueve la transparencia a través de
su Cuento Azul (1781) a través del cual publica las cuentas del estado. Por otro lado comienza a cuajar el
papel de la mujer en la vida pública. Esto se da sobre todo a través de los salones parisinos, como el
Suzanne Curchod (la mujer del ministro Jacques Necker), que dirigía uno de los más célebres salones del
Antiguo Régimen.
La Revolución francesa y el concepto de opinión pública.
El concepto de opinión francés, frente al inglés, es más abstracto. Conlleva la idea de sanción moral,
capaz de ejercer ciertas influencias en el ámbito político. La Revolución va a marcar un antes y un
después en la concepción de la opinión pública. En 1765 el concepto pertenecía aún a una categoría
filosófica, en la que destaca la idea platónica de colocar la opinión entre conocimiento e ignorancia. En
1782 (post Revolución) se le asigna una categoría más científica, centrada en una perspectiva político-
financiera. Se considera que las opiniones generadas por el estado económico actúan sobre la exigencia
de transparencia y el respaldo político del poder.
La extensión del público político del continente
El cambio de modelo del que hemos venido hablando, crea un público lector que deriva en un público
político, ya que tiene un peso propio por la opinión que se genera en él. Este público busca sobre todo la

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politización dentro de las cortes de unas estructuras que lo reflejen y con las que se sienta identificado. La
extensión y politización del público se va producir sobre todo a través de las memorias judiciales
(sentencias e informes, literatura jurídica en denuncia de las injusticias, el debate entre OP y autoridades),
que llevan a un cambio del modelo político. De todas formas, el público político no se termina de
consolidar en Europa como lo hace en USA tras la Revolución.

Lección 6: La opinión pública en España


El distinto grado de institucionalización y consolidación que alcanzó la opinión pública generó las
diferentes experiencias entre países que hoy reconocemos.
En España, en el siglo XIX, muchos son los autores que se ocupan de la opinión pública y la libertad de
prensa. A finales del siglo XIX, la opinión pública comienza a compararse con experiencias en Europa
(Francia, Gran Bretaña) y en los últimos 20 años se aprecia una experiencia en la opinión pública que se
quiere superar, ya que esa experiencia es el falseamiento de la opinión pública. Esa nueva experiencia no
se consigue políticamente, la restauración canovista no acaba con las corruptelas. Los intelectuales de
finales del XIX emprenden un esfuerzo modernizador hablando de esa nueva opinión pública. La opinión
pública tiene un ojo puesto en el eje anglo-americano (sobre todo ‘anglo’) y el otro en Alemania.
En 1890 se escribe la primera tesis sobre OP en la Universidad Central (UCM), la segunda en 1910. En
1898 se crea la primera cátedra de Sociología en la misma universidad, y se empieza a hablar de OP. El
autor español más destacable que habla de OP es Adolfo González Posada.
La experiencia de las Cortes de Cádiz. El espejo inglés y francés. (1ª mitad s. XIX)
“Espejos”:
El poder moral y político atribuido a la opinión pública se fijó y desarrolló en las construcciones jurídico-
políticas que emprendieron los liberalismos europeos. En Inglaterra, Mackinnon, se dedicó al origen y
evolución de la opinión pública en su país. Por otro lado cabe nombrar a Hunt, por su contribución a la
historia de los periódicos y la libertad de prensa en The Fourth Estate. Entre los que viajaron a EEUU
para comparar la opinión pública europea con la transatlántica encontramos a J. Bryce, que hace un
análisis de la República Norteamericana. Su conclusión reside en que Inglaterra está “a la cabeza” en los
análisis históricos de la opinión pública, y que los contenidos periodísticos estadounidenses son de un
nivel más bajo. El suelo clásico de la opinión pública en Inglaterra es la conexión con la libertad de
prensa, la autoridad o la potestad censoria que reside en las opiniones del pueblo, y la publicidad de la
información parlamentaria.
En Francia el concepto de opinión está presente en tiempos de Luís XVI, pero va a ser sobre todo el
espíritu revolucionario y posrevolucionario el que le otorgue un nuevo papel y significado. Es también
donde vamos a notar una evolución terminológica más compleja: esprit public -bien public-cripublic-la
voix du public … hasta llegar finalmente a opinión publique, que será el término que entre en España.
Durante los debates de las Cortes de Cádiz, España, la opinión pública y la libertad de imprenta
cobraron un protagonismo hasta entonces desconocido, convirtiéndose en una de las principales enseñas
del movimiento liberal. El constitucionalismo gaditano, sin embargo, ha sido definido como un
constitucionalismo del siglo XVIII, lo que explica los que conceptos de opinión pública y libertad de
imprenta cuenten todavía con connotaciones propias del movimiento ilustrado.
El papel de la opinión pública queda marcado por el dogma de la soberanía nacional. El Parlamento cobra
importancia para formar y transmitir la opinión pública: suministra información sobre cuestiones políticas
y recibe las respuestas de los ciudadanos extrayendo la opinión pública que le conducirá a expresar la
voluntad general mediante la ley. Las Cortes instauraron la publicidad de los debates parlamentarios,
aunque se celebraban con frecuencia Sesiones Secretas. Encontramos pues, dos tipos de sujetos en este
proceso: el sujeto activo, formado por los ciudadanos y el debate social; y el sujeto pasivo, formado por
las Cortes y el Ejecutivo.
En cuanto al sujeto activo, no existía unanimidad a la hora de determinar si todos los individuos eran
capaces de participar en el debate público. Había dos puntos de vista:

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• Los liberales moderados, de ideología ilustrada, consideraban que sólo podían ser partícipes del
debate público aquéllos que contasen con una instrucción adecuada.
• Los liberales más radicales entendían que todos los ciudadanos podían concurrir a la formación de
la opinión pública, aunque identificaban ésta exclusivamente con la ideología revolucionaria
patriótica.
La prensa permitía a los individuos tomar parte de la formación de la opinión pública. Aunque no se
hablaba de la libertad de imprenta como derecho político, sí podía tener una dimensión política, por lo
que se empleaba el término ‘libertad política de imprenta’.
La contradicción entre la defensa retórica y la desconfianza política en la opinión pública.
Los principales destinatarios de la opinión pública eran los órganos del Estado, pero la distinta posición
que éstos ocupaban determinaba el influjo que iba a tener sobre ellos. Las Cortes tenían una vinculación
más laxa con la opinión pública, la cual se limitaba a orientar sus decisiones. Por tal motivo la opinión
pública desplegaba, respecto de la Cortes, su dimensión positiva: de guía y orientación.
El Ejecutivo, por otro lado, se veía constreñido por una opinión pública que actuaba como instancia
crítica. Un desvío en su cometido le podría suponer no sólo una exigencia de responsabilidad penal, sino
también la reconvención social, expresada a través de la opinión pública. Así pues, ésta actuaba como
exigencia de una responsabilidad difusa o “moral”, ligada a la desconfianza que genera la actividad
política en los ciudadanos.
El concepto de opinión pública se comienza a usar permanentemente con las Cortes de Cádiz, se
convierte en un elemento esencial de la retórica. Invoca un poder moral de crítica al Ejecutivo y guía de
las decisiones del Parlamento. En el Parlamento, el diario de sesiones, lleno de estas invocaciones, se
convierte en un recurso retórico que hace de la opinión pública su principal aliada. Sin dar una definición
precisa, los políticos usan este concepto para dar respaldo a su discurso. Sin embargo, surge una paradoja
debido a que a la par se genera una sensación de desconfianza. La libertad de expresión aún no cuenta
con suficiente respaldo legal. Además los ciudadanos son conscientes de la intención manipuladora de la
opinión pública por parte de los políticos.

Lección 7: La opinión pública como preocupación académica. Del concepto jurídico-


político al concepto sociológico.
El punto de vista clásico de la opinión pública gira en torno al punto de vista jurídico-político del siglo
XIX.
A principios del s. XX habrá un gran esfuerzo por la explicación comunicacional, sobre todo al irrumpir
los medios de comunicación de masas. De esto se van a encargar la política, la sociología, la psicología y
las ciencias de la comunicación. En el cambio de siglo aparece una preocupación: la opinión pública
como campo de estudio. Ya no se trata sólo de cuestiones políticas, sino también de un problema que se
ha sistematizado, con influencias desde todo tipo de ámbitos. Esta preocupación académica se intensifica
sobre todo en países como EEUU y Alemania.
Esta tradición está centrada sobre todo en el modelo democrático-liberal y la libertad de expresión.
Contrasta con la tradición que llamamos ‘continental’, de carácter más intelectual y crítico-teórico, propio
de la escuela de Frankfurt. La opinión pública es considerada como una problemática para el Estado, una
amenaza del equilibrio y vulnerable a las influencias mediáticas.
*Mirar artículo “Narraciones Históricas” de Rospir en La Reina del Mundo.
Estados Unidos: ciencia política y sociología
En las escuelas de Columbia y Chicago, sociólogos renombrados como Lazarsfeld, Merton, entro otros,
van a dedicar su atención al desarrollo conceptual de la opinión pública y su aplicación en los medios de
comunicación, las influencias que ejerce el poder a través de éstos y los efectos reales. A pesar de los
orígenes europeos, la mayoría de estos autores van a separar la concepción de opinión pública de las
líneas de estudio de las escuelas alemanas y los autores ingleses.

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La noción norteamericana de “minimal – effects” tacha de simplicistas y conspiracionales las ideas de
autores alemanes como Bücher sobre la influencia de la prensa y la opinión pública. La creencia
generalizada en Alemania, según Oberschall, de que “todo está pensado en anticipo; en cada esquina,
cada pequeño aviso, los informes periodísticos están mezclados con juicios de valor, opiniones y
sentimientos”, es tachada de exagerada y lleva a la separación de las vías de estudio germano-americanas
e incluso a su eventual rivalidad.
En qué medida ciertos grupos pueden ser más o menos susceptibles a los varios modos de comunicación
es lo que para autores como Oberschall va a suponer el centro de reflexión. A las divergencias de puntos
de vista, Merton añade la “lucha por el descubrimiento no anticipado” es decir, la competición entre
científicos en ser los primeros en realizar hallazgos o formular teorías.
Otra de las posibles causas que llevaron a la distorsión puede ser, según afirma Kurt Lang (American
Communication Research), la simple escasez de material dada sobre todo por la interrupción del flujo
informativo por la guerra. Las interpretaciones estadounidenses llevan por lo tanto a una idea de la
opinión pública más versátil y manipulable pero que no deja de ser crucial para el ejercicio de las
cuestiones políticas.
Alemania: la opinión pública como problema
En Alemania la preocupación académica por la opinión pública se desarrolló sobre todo entre 1875 y
1933. La prensa y la opinión pública eran consideradas como instituciones problemáticas en el seno del
Estado. Esta localización obligaba a estudiarlas en el contexto de la economía, la filosofía, el derecho, la
cultura, la sociología y el pensamiento político. El centro de la explicación gira en torno a la garantía de
la libertad de prensa y sus relaciones con la sociedad.
Ya en 1857 autores como Knies escribían sobre los efectos de la evolución técnica de la comunicación
sobre la sociedad. El ferrocarril y el telégrafo se convierten en grandes difusores de la información,
haciéndola cada vez más alcanzable a las masas. Autores como Knies, Bücher, Schäffle o Loebl,
despiertan el interés por los orígenes y funciones de la prensa, sus propósitos e incluso sobre la necesidad
de un análisis sistemático o de aplicar reformas. Los conceptos de Agenda Pública y de unificación o
unanimidad de ideas y opiniones comienzan a ser objetos de discusión en la primera mitad del siglo XX,
como los que definió Tocqueville en 1900, quién concebía la prensa como vehículo único de expresión
de opiniones.
Esto nos lleva a la Kritik der Öffentlichen Meinung (1922) de Ferdinand Tönnies, quien sostiene que
Opinión Pública no es igual a la opinión reflejada en la prensa. Dos conceptos clave en su discurso van a
ser los de Gemeinschafty Gesellschaft, con los que pretende diferenciar dos esferas públicas, una
comunitaria y otra asociada, que influyen sobre la percepción y la expresión de las opiniones individuales
y generalizadas.
En definitiva, hallamos en los estudios alemanes una preocupación profunda acerca del dominio de la
prensa y de la opinión pública, considerada “todopoderosa”, sobre el individuo y la sociedad. Uno de los
autores más destacado es Jürgen Habermas, que habla de la transformación estructural del espacio
público y de las categorías de la sociedad burguesa. Otros sociólogos más recientes como Schäffle,
analizan la opinión pública, el público, la prensa y la esfera pública desde el punto de vista de la teoría
orgánica: la sociedad se estructura como un organismo, compuesto por órganos donde la esfera pública
compone el sistema nervioso.
España: la incorporación al ámbito académico e intelectual
A partir del siglo XX aumentan los estudios ingleses y con ello una adaptación cada vez mayor del
modelo anglosajón. También se empieza a reflexionar sobre la corrupción periodística, el falseamiento de
noticias, los peligros de la prensa… Sobre todo al comparar con la cultura periodística americana, de la
que destacan las dimensiones y los contenidos sensacionalistas, que todavía difieren mucho de la temática
política protagonista en Europa. Entre los autores destaca A.G. Posada, que desarrolla el tema de la
opinión pública en su libro Curso de derecho político desde distintos puntos de vista del derecho. Surge el
debate de abordar la OP desde el punto de vista de la Sociología en un momento en el que
simultáneamente cobran relevancia los conceptos ‘multitud’, ‘consumo de masas’,’prejuicios’… que
desde la mirada del derecho no se pueden abordar.

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Otro autor que se ocupa del tema es Ortega y Gasset. Sus artículos hablan del punto de vista de la
prensa, de la precariedad de las fuentes y del periodismo como causa del retraso en España. En
Democracia morbosa habla de la relación entre políticos, periodistas y profesores, como causa de la
decadencia. En El revés del almanaque insiste en que los periódicos están llenos de temas irrelevantes
como el fútbol y señala que con ello se pierden contenidos mucho más elitistas. Todo ello augura una
nueva visión del mundo, en el que cabe preguntarse si la prensa puede seguir siendo la protagonista como
lo estaba siendo hasta esos momentos.
Análisis de otras obras de Ortega y Gasset:
La rebelión de las masas capítulo 15 “Quién manda en el mundo”
• La opinión pública como “ley de la gravedad” de la historia política. Cómo surge y cómo va
alcanzando relevancia en el mundo.
El hombre y la gente
• Adopta un punto de vista sociológico y observador de la sociedad. Hace referencia a los institutos
anglosajones que consideran OP la suma de las opiniones.
Otro autor, Ayala, escribe el primer ensayo sobre OP, en el que describe la crisis de las masas y de los
partidos de los regímenes liberales del siglo XIX. Hace dos visiones de los cambios que se están dando:
• Política: crisis de opinión
• Sociología: crisis de la estructura social
También publica un tratado de sociología que incluye un epígrafe sobre OP y medios de comunicación de
masas.
A partir de los años 30-40 se empiezan a crear institutos, que ocasionalmente apartan el tema de la OP en
favor de la publicidad. Por otro lado vemos la OP reflejada en memorias, diarios… como los Diarios de
Azaña en los que se hacen comentarios sobre lo que se publica en los periódicos, llenos de desprecio por
parte de Azaña hacia los periodistas y su forma de trabajar.

Lección 8: El estudio moderno de la opinión pública


Siglo XX EEUU. Grandes avances con respecto a Europa, que está sufriendo las consecuencias de las
guerras mundiales. El desarrollo urbano e industrial en Norteamérica ofrece un contexto nuevo para
nuevos enfoques en los estudios de economía, sociología y también de opinión pública. Empiezan a
cobrar mucha importancia los estudios de opiniones a través de encuestas, sondeos y se convierten en una
de las principales herramientas del gobierno para conoces las preocupaciones de los ciudadanos. El
presidente Roosevelt asimila muy rápido esta herramienta y la aplica para conocer las opiniones sobre
todo en acontecimientos como el bombardeo de Pearl Harbor. Esto convierte a los sondeos en un gran
competidor de la prensa como representante de la voz pública y supone la ruptura del monopolio en este
aspecto.
Democracia y opinión pública. W Lippmann y J. Dewey
La nueva herramienta de análisis de la opinión pública que suponen las encuestas va a suponer un gran
cambio en el modo de hacer política. No sólo las encuestas, sino también los nuevos medios de
comunicación de masas (primero el cine y la radio, y más tarde la TV) van a suponer cambios en la
política sobre todo en cuanto a las técnicas de propaganda.
• 1914-1918 es el primer periodo en el que la población se somete a un verdadero clima de
propaganda, de dimensiones hasta entonces desconocidas. Se trata de crear un entorno social concreto
y controlar los pensamientos de la sociedad, conjugando todos los recursos y técnicas disponibles
(prensa, cine, radio, fotografía…) en una misma dirección.
La gran problemática surge a partir del hecho de que las democracias usan las mismas técnicas de
propaganda que los totalitarismos, por lo que el término propaganda adquiere una connotación
peyorativa, sobre todo en el mundo anglosajón (en realidad también tiene que ver con su vinculación con

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la iglesia católica). Por eso, en EEUU y UK se usan términos como “comunicación social persuasiva”
“Public Diplomacy” “Public Information”, etc. De todas formas, el periodismo y la comunicación masiva
en general aumenta cada vez más su capacidad para movilizar a las masas y comienzan a estudiarse como
lo conocemos hoy en día. Por ello, las primeras décadas del siglo XX van a ser decisivas en el desarrollo
del estudio de la OP.
El estudio moderno de la opinión pública deja a un lado las valoraciones morales propias de los siglos
XVIII-XIX y trata de explicar el funcionamiento de la comunicación como influencia en la sociedad. Se
centra en la capacidad de crear un determinado clima de opinión a partir de los medios, las opiniones
compartidas que no nacen de los individuos en sociedad. Tiene como objetivo final alcanzar un estatus
científico de las investigaciones de OP, a través de la búsqueda de un método empírico. Esto se refleja en
revistas como Public Opinion que recogen diversos estudios estadísticos que se llevan a cabo a lo largo
del siglo.
• 1918-1939: En el segundo período se empiezan a hacer los primeros estudios académicos y
científicos, tesis doctorales, etcétera, sobre el tema de la opinión pública y el poder de la
comunicación. Es en este contexto en el que se empiezan a hacer estos primeros estudios modernos
sobre el anterior período. Este trabajo académico no hace una reflexión de sanción, sino una
explicación del funcionamiento de estos sistemas de propaganda.
En este momento la gente se empieza a dar cuenta de la capacidad para manufacturar, prefabricar, la
opinión pública. Uno de los primeros en estudiar esto es Walter Lippmann (1889-1974), inventor de la
columna periodística como género de análisis y comentario, género que él mismo practica. Asimismo, la
idea del “estereotipo” la define Lippmann en su concepto actual como simplificación de la realidad hecha
por los medios para hacer su comprensión más cómoda para el público. También habla del ciudadano
omnicompetente (ciudadano que sabe, opina y entiende de todo), que asegura que no existe.
El seudo-entorno lo define Lippmann como una realidad de segunda mano, ya que la realidad que el
público ve en los medios es una realidad seleccionada por unos periodistas. Este seudo-entorno
construido para el público es clave, ya que la información que aparezca ahí es lo que va a crear una
opinión en el ciudadano. El concepto de noticia y sus valores van cambiando según los períodos de
tiempo, ahora predominan puntos como la espectacularidad, que hace muchos años no era algo que
debiese primar. Otra idea metafórica es la idea de la linterna para explicar el funcionamiento de los
periódicos. Lippmann dice que estos son como una linterna, ya que cuando entramos en una habitación
totalmente a oscuras y encendemos una linterna se proyecta un haz de luz sobre la pared, pero no se ve el
resto de la habitación. Los periódicos proyectan su luz sobre una realidad, pero del resto no se ve nada.
Lippmann se convierte, así, en el precursor de la idea de la agenda setting.
También propone otra metáfora, que los ciudadanos somos como los espectadores de una obra de teatro
que llegamos cuando la función está empezada y se van antes de que acabe, sin saber quién es la heroína
y quien es el villano. Walter Lippmann da datos del New York Times, que en 91 ocasiones dio una noticia
sobre el gobierno soviético sin estar confirmada la noticia con titulares como “el colapso es inminente”.
Obras más conocidas de Lippmann:
• Libertad de prensa (1920) sobre las relaciones entre el ejecutivo y la OP a través de la prensa.
• La Opinión Pública (1922) y su continuación El público fantasma (1925) de visión mucho más
pesimista en cuanto a la participación real de los ciudadanos en una democracia.
John Dewey analiza las aportaciones de Lippmann, sobre todo las cuestiones planteadas en El público
fantasma dándole un enfoque más optimista afirmando que es necesaria la recuperación del público para
la democracia. Promueve la educación y la comunicación como vías para conseguirlo.
La suma de las opiniones, F.H. Allport
En primer lugar, Allport distingue entre Opinión Pública y Opinión Publicada. Este autor corta con todo
el estudio de la OP que había hasta entonces, apartándose de lo publicado en los medios para centrarse
plenamente en las encuestas. Plantea el problema metodológico: el estudio científico de la OP con un
enfoque individualista en lugar de estudiar los grupos. Para él, hablar de ‘grupos’ es una falacia (“la
falacia de grupo”) ya que los grupos no existen; existen los individuos. Por eso, OP es suma de opiniones.

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Éstas forman la curva de distribución, base del estudio actual de la opinión pública y de la impresión de
universalidad.
Allport también subraya la necesidad de establecer un vocabulario definido para hacer el estudio
científico de la OP. Define la OP como la suma de las opiniones. El reto metodológico reside en cómo
hacer esa suma, de dónde extraer esas opiniones individuales. También considera importante llevar a cabo
una “purificación” de las ciencias sociales, que todavía estaban llenas de retórica.
• 1924: La Psicología Social -> “Hacia una ciencia de la Opinión Pública” (artículo de Allport en
Public Opinion). Triunfa la concepción empírica individualista, en la que lo que importa es la
discusión teórica a partir de las estadísticas y otras mediciones. Habla de que lo que se había logrado
hasta el momento en el estudio de la OP no eran más que callejones sin salida, ya que cada opinión
cuenta por igual. Promueve el impulso metodológico de la OP como ciencia.
El nacimiento de los sondeos electorales
Nos situamos en el periodo 1936-1944, las 3 primeras elecciones en las que los sondeos anuncian al
ganador. Desde antes ya se venía ensayando mediante encuestas sobre temas más banales para averiguar
los mejores métodos de elaborar la muestra, formular las preguntas de los cuestionarios, etc.
Contexto socioeconómico: USA, crisis del ’29 FE 00 Roosevelt (1932) se propone la recuperación. Para ello
necesita datos: sobre el paro, estudio de mercado, opiniones etc. Impulsa la investigación socio-científica
y desarrolla una política del intervencionismo para la que es necesaria contar con el apoyo de OP. Esto lo
logra a través de la Propaganda, que también requiere ser institucionalizada (Public Information Office).
De los sondeos se encargan también empresas especializadas (Gallup, Roper, Crossley).
La revista más importante en los años 30 en Norteamérica es Literary Digest (nace en 1890 y cierra en
1938), con tiradas de un millón de ejemplares, modelo imitado por revistas como el Time. Esta revista
practicaba el straw vote (o votos de paja), que venía haciéndose en EEUU desde el siglo XIX y hasta el
año 1935. La revista enviaba una carta a las casas en las que ofrecía un descuento en la renovación de la
suscripción a cambio de que el suscriptor rellenase una papeleta en la que se escribía la intención de voto.
Como los suscriptores no eran suficientes, el Digest tenía un banco de datos con los abonados telefónicos
(todos los que tenían teléfono en el momento). Otro banco de datos era el de los propietarios de
automóviles. Esto lo hacían otras revistas y periódicos de la época. También hacían este tipo de sondeos
por correo para averiguar la opinión sobre temas como la Ley Seca. El Digest podía llegar a enviar 20
millones de cartas. Aunque no era un método científico, la fuerza del titular se respaldaba con las grandes
cifras. También se fomentaban las “carreras de caballos”, una estructura electoral propagandística que
presentan las elecciones como una carrera, marcando la distancia (de votos) entre los candidatos.
Como consecuencia de los resultados que predican los sondeos, los periódicos ya no hablan sólo del
presente, sino que también anticipan el futuro. Por otro lado, la publicación de estas estadísticas también
puede influir sobre el comportamiento de los “indecisos”.
Las encuestas se aplican también en otros campos y dan a conocer las opiniones de la gente sobre una
gran variedad de temas como la guerra, el divorcio, etc. FE 00 surgen nuevos tipos de noticias. Esto lleva a la
suscripción de los periódicos a los sondeos, que compran cada vez más datos de opinión a empresas como
Gallup, para publicarlos y comentarlos. Pero también se dan cuenta de la competencia que les suponen
los sondeos, sobre todo en temas de política, por lo que el New York Times fue el primero en pedir la
prohibición de los sondeos.
Se distinguen dos tipos de votos: el voto popular y el voto por estados. El estudio del voto popular
muestra la tendencia de la población hacia una tendencia u otra. Roper hace este estudio y sólo se
equivoca en un punto, demostrando que ganaría una tendencia. Así, el voto popular es la gran corriente de
opinión pública. Mientras tanto, Gallup o Crossley harían un estudio del voto por Estados, prediciendo así
el candidato que se convertiría en presidente, haciendo encuestas Estado por Estado, ya que cambia
mucho el resultado final, puesto que si un partido gana California, el partido opuesto no obtiene ningún
delegado, así que hay una serie de Estados clave que permiten predecir el candidato final.
Cuando Roosevelt llega a la Casa Blanca se produce un cambio muy importante: Roosevelt inaugura toda
una etapa o proceso de nueva comunicación política que llega hasta hoy: las ruedas de prensa, el off the
record, las charlas, las fotos en los viajes, las cartas contestadas y firmadas por el presidente, etc. Se dio

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cuenta de la importancia de los medios de comunicación para ganar las elecciones. Más adelante, durante
el mandato de Roosevelt, nacerían de la mano de un magnate amigo del presidente los sondeos
confidenciales, una información privilegiada y ventajosa que la oposición no tenía. Más adelante se
utilizarían fondos reservados para pagar estos sondeos, algo que después se descubre por la oposición y
que acaba con estos sondeos confidenciales. También hay un momento en el que esto ocurre en Europa
(en España sucede con el CIS, organismo dependiente del gobierno).
En Europa la entrada de los sondeos y la corriente periodística que conllevan no se produce hasta los
años 50. En un primer momento se ven con cierta desconfianza o recelo por los efectos que pueden tener
sobre los votantes (el efecto de adhesión o los prejuicios), sospecha que se mantiene hasta la actualidad.
Por ello, en estados como el español, existen prohibiciones de publicar sondeos en los días antes de las
elecciones, la jornada de reflexión, etc.
El “fiasco del 48”
Cuando termina la guerra y llegan las elecciones del 48, Roper hace un sondeo en agosto de ese año que
dice que Truman pierde por 13 puntos. Además, toma la decisión de no hacer más sondeos, ya que veía
muy claro que Truman perdería. Gallup y Crossley también confirman esa supuesta pérdida de Truman y
también deciden no hacer más sondeos. Truman siempre arrastraba la imagen del hombre gris, idea que
pesa mucho en periódicos y revistas. En la campaña del 48 hay una serie de cambios muy importantes
en la vida política y periodística: a Truman se le ofrecen las técnicas más modernas de relaciones
públicas, como las típicas fotos con grandes escritores, literatos, etcétera, y aun así Truman lo rechaza, ya
que no lo veía creíble, pues él era gran fan del póker pero no de la lectura de poesía. Sin embargo,
Truman sí accede (así como el otro candidato) a hacer un publi-reportaje para cine. Truman fue el último
candidato que haría el recorrido en tren por Estados Unidos para hacer campaña. De estos viajes viene la
expresión que hacía referencia a los indecisos que se “subían al vagón de cola”. Cuando el pueblo era
pequeño, Truman daba un pequeño meeting desde el propio vagón a la gente que estuviese esperándole.
De ser más un lugar más grande con teléfono o emisora de radio, bajaba del tren y daba un meeting en la
plaza del pueblo.
Los periodistas, tras 16 años de demócratas en la Casa Blanca y con los resultados de las encuestas, se
cobijaron en los sondeos, que parecían confirmar que Truman perdería. Dieron por hecho que el que
dijese una cosa dos meses antes no cambiase de opinión a la fecha de las elecciones. Desestimaron,
además, los últimos días de campaña electoral, que son precisamente “la recta final”. Al desestimar la
campaña, dieron por hecho que a Truman no le serviría de mucho. Tras estas elecciones se descubre la
necesidad de las encuestas post-electorales, en el que se estudia el comportamiento de los indecisos,
muchos de los cuales toman su decisión muy poco tiempo antes del día de voto. Esto demostró que hay
que hacer encuestas hasta el final, ya que la última decisión de voto se toma al final. Por eso es en estos
últimos días cuando se dan los grandes anuncios, como las bajadas de impuestos, subida de pensiones,
etc…

Lección 9: Política y sondeos


Locus: lugar en el que se encuentra a la OP.
• S. XIX: Prensa. Restringe la OP al público lector (no todo el pueblo)
• S. XX: el lugar que ocupa la prensa se desplaza hacia los sondeos.
Democracia y sondeos, la discusión permanente
El locus de la opinión pública se basa en las encuestas y sondeos que proporciona la prensa. En política,
ya no interesa tanto lo que dicen los periodistas sino lo que dicen los sondeos. Por eso, hay que saber
diferenciar entre la opinión pública y la opinión publicada. Los sondeos son, así, el nuevo termómetro, la
nueva medición de la opinión pública. A partir de los años 50 surge la discusión acerca de hasta qué punto
hay que atender a esas encuestas. Se solía recriminar a los gobiernos que recurrían con exceso a los
sondeos de hacer “marketing político”. Esta crítica provenía sobre todo por parte de la prensa.
Esto es lo que lleva a muchos países a crear centros de investigación de opinión pública dependientes del
Gobierno, como en España el CIS (antes, el Instituto Español de la Opinión Pública - 1963). En Francia,

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Inglaterra, Alemania o España crearon estos organismos oficiales. En un principio, las encuestas no eran
públicas; más tarde se entendió que se debían conocer públicamente los resultados. Del 63 al 76-77 se
hacen encuestas a muestras representativas de la población. Lógicamente, hasta el 77, con las primeras
elecciones, no se hicieron las primeras encuestas pre-electorales, aunque ya había una base bastante
sólida de encuestas. .
La convivencia de las críticas
Hay dos literaturas en OP:
• Literatura académica: se centra en la profundización metodológico-teórica.
• Literatura profesional: lleva a cabo la autocrítica, las limitaciones, necesidad de cambios, etc.
Desde el momento del inicio de los sondeos hubo críticos y defensores, por lo que hablamos de
convivencia. Convivencia que no ha impedido el actual triunfo de los sondeos. En esta convivencia con
las críticas cabe destacar la literatura académica (metodológico-teórica) y una literatura profesional (de
los profesionales de los propios sondeos, que desde un primer momento tuvieron una posición auto-
crítica).
Encuestas electorales y encuestas de opinión. Las encuestas electorales se rigen en función del principio
de un hombre - un voto. Si hablamos de cuestiones de opinión, debemos saber que no todas las opiniones
tienen la misma influencia social. Los votos se pueden sumar y comprobar con los resultados reales. La
literatura académica de los sondeos identifica OP con sondeos (reduccionismo empírico). Trata de
averiguar cómo se ha llegado a ese punto. La crítica a ese reduccionismo se basa en la excesiva
simplificación de la realidad limitada a lo que dicen las estadísticas. Sin embargo quedan generalmente
aceptadas porque se nutren de resultados de los sondeos que reflejan comportamientos reales y no una
mera opinión.
Fuera de la dimensión electoral, las opiniones adquieren un peso cualitativo, que no se puede medir
mediante un método empírico-individualista. Los estudios se centras alrededor de la pregunta ¿cómo se
forman las opiniones en la sociedad? Hay diversas instituciones, grupos de interés y de presión que
confluyen con otros factores sociales (como los medios de comunicación) en la formación de esa opinión.
El método que se suele aplicar es la anatomía por grupos homogeneizados (se suelen juntar los individuos
por grupos según diferentes criterios como edad, sexo, estatus social, etc.) para obtener una visión más
generalizada.
*Artículo de A. Almazán en La Reina del Mundo; “Viejas y nuevas formas de estudiar la opinión
pública”
Mirada histórica: La OP se ha manifestado siempre como una acción crítica que trata de poner límites al
ejercicio del poder. Pero el poder político también ha establecido límites a la expresión de la OP,
estableciendo su ámbito preferentemente al parlamento o la prensa.
La ampliación del sufragio supone formas más sofisticadas de control, recurriendo a procedimientos
como las encuestas de opinión, que cobran especial relevancia en las aglomeraciones urbanas. La
velocidad de la circulación de las personas y por consiguiente de las opiniones sufren fuertes
transformaciones en el cambio del s. XIX al XX. Las opiniones fluyen más rápidamente pero son menos
estables.
Desde finales del s. XIX los argumentos psicológicos respaldan la idea de la irracionalidad de las
multitudes, que parece certificar la incapacidad de las masas de participar en los asuntos públicos. A partir
del s. XX la lógica de la técnica de las encuestas se gesta en el contexto técnico, científico y político.
Paralelamente, el desarrollo del concepto de opinión adquiere dos perspectivas: una ascendente de
reivindicación (control del poder por parte de la sociedad) y otra descendiente de investigación (control
de la sociedad por parte del poder).
La verdadera deriva de la OP se produce con la adopción de los principios de la nueva psicología
experimental, con un desplazamiento metodológico hacia el individualismo y la investigación social a
través de las encuestas. Cuando los regímenes comenzaron a necesitar instrumentos más sofisticados para
medir la opinión y controlarla surgen los Congresos Internacionales de Estadística, que abrieron la

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posibilidad de realizar interrogatorios administrados de forma atomizada y estadísticamente
representativa. El objetivo último era el control social.
Bernays planteaba abiertamente la necesidad de manipular la opinión de las masas, como una
herramienta necesaria de las democracias. Se abrían con ello las puertas para el uso de la psicología
aplicada a la organización de la vida social, comunicación política y propaganda.
La financiación pública y privada para la investigación en este campo se prolonga hasta los años 60. El
modelo de producción de la imagen de la opinión pública se adecua al consumo de masas, basándose en
una comunicación vertical desde un grupo muy reducido de emisores (sobre todo TV) hacia un grupo
muy amplio de receptores. Esta comunicación vertical fomenta una posición pasiva respecto a la
formación y difusión de la opinión pública. Al igual que las encuestas, cuyo concepto operativo se basa
en la respuesta cerrada. Esto lleva a la identificación de OP con el sondeo de opinión.
Nuevas formas de la OP: actualmente, el uso de Internet ha supuesto un cambio radical en la percepción
y formación de la OP. Las nuevas herramientas ofrecen formas de expresión de mayor acceso y alcance,
en detrimento del oligopolio anterior (prensa, encuestas). Un contrapoder informal que compensa la
erosión de la confianza con la organización de la desconfianza.
Se ha producido un desplazamiento del locus hacia la dimensión 2.0. Se multiplica el número de emisores
y receptores, el alcance de cada mensaje. Por eso, la OP no puede ser ya la opinión de un número limitado
de líderes ni el resultado técnico de auscultación o encuesta, sino que necesita cambiar de paradigma. El
nuevo contexto comunicacional exige prestar especial atención a los contenidos. La censura es
técnicamente muy difícil, cada vez más protestas se organizan a través de la web (#15M,
#OccupyWallStreet, etc.). La nueva investigación de mercados emplea cookies de rastreo, a través de la
prensa digital han surgido nuevos segmentos para la publicidad, las cibercampañas políticas son un
hecho.

Lección 11: Los sondeos electorales en la actualidad.


Uso político y periodístico de los sondeos
Tendencias metodológicas y nuevos tipos de sondeos

La regulación de los sondeos. Perspectiva comparada.


La experiencia en España.
Para aquellas primeras elecciones del 77, se elaboró un decreto-ley que estableció normas
electorales para las elecciones que iban a tener lugar el 15 de junio. Supuso la primera
normativa creada sobre elecciones, y ya en aquel decreto se estableció la prohibición de publicar
encuestas durante los 5 días anteriores al día de votación –en aquella época estaba muy reciente
también la publicación que se había hecho en Francia sobre la prohibición de publicar sondeos
durante la campaña-.Y con ese decreto ley del 77 se convocaron varias elecciones, después ya con
la Constitución se aprueban otras cosas.
Después, se creó la Ley Orgánica Electoral del año 85, que hacía referencia y hablaba sobre las
elecciones generales, autonómicas, municipales, europeas… peculiaridades de tipos de
comportamientos que hay que regular. En esa ley orgánica se volvió a establecer la prohibición de
publicar encuestas 5 días antes de las elecciones. Y también se introdujo todo el tema de la publicidad de
los partidos y los medios de comunicación, la financiación de los partidos, el gasto de éstos en las
campañas electorales, etc.
Pero en el 2010, se empezó a discutir una proposición que modificaba esa ley orgánica de mayo
del 85 y se creó, dentro de la comisión constitucional del congreso, un grupo que revisó esa ley y aportó
cambios, mejoras y modificaciones. Es decir, que lo que tenemos ahora es lo que se publicó, con todos
esos cambios, el 29 de enero de 2011, en el Boletín Oficial. La ley orgánica que regula las elecciones en
España es de enero de 2011, y se puede meter la pata si uno se va a la del 85 (es antigua, hay que tener en
cuenta que cubre casi 25 años).

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Estas modificaciones que se aprueban en el 2011, mantienen esa prohibición de la publicación de
encuestas. En lo que se refiere a esta prohibición, nos encontramos con países que si que tienen esta
prohibición, otros de forma más liviana y en cambio, otros que nunca han contado con ella como por
ejemplo es el caso de Reino Unido o EEUU.
Aquellos países que si cuentan con esta prohibición, es por ejemplo, (como caso extremo) Italia,
la cual acota esa prohibición de evitar la publicación de encuestas a los 15 días previos a las elecciones.
Otros países como Francia, mantenían la tradición de esa prohibición 1 semana antes desde hace 70
años, para dar tranquilidad a los partidos. En cambio, países como Alemania han abolido esta
prohibición, ya que los ciudadanos tienen derecho a disfrutar de esa información, sobre todo el día
previo a la votación ya que pueden estar indecisos y el saber que hacen los demás, puede resultar de
ayuda. En el caso español, la petición de que se quite esta prohibición data de hace unos 20
años aproximadamente o más. El ciudadano tiene derecho a recibir además de todo ese clima de
campaña del que es difícil alejarse, esa información de los días previos que es una pieza
fundamental para forjarse una imagen más definida a la par de forjarse una decisión más
asentada.
La prohibición supuestamente se encuentra influida por unos efectos, los cuales no están
plenamente demostrados; la aparición de un sondeo puede llevarte a una idea u otra. Evitas los
elementos que puedan perturbar o liar al ciudadano. Un pueblo tan maduro como el nuestro,
cuenta con una jornada de reflexión mientras que otros con una larga trayectoria democrática no.
¿Por qué esa jornada y esa prohibición entonces? Los países de nuestro entorno como Reino Unido
con una democracia interrumpida a lo largo de casi 200 años, no tienen estas peculiaridades.
Este tipo de prohibición marca un estilo periodístico y de campaña que es un tipo de información que
se demanda. El ciudadano se aburre de recibir siempre el mismo tipo de información y quiere conocer
quién gana “esa carrera de caballos”. Por lo tanto, los medios lo que hacen es proyectar esa
información a los indecisos mediante estimaciones/especulaciones sobre que va a pasar ese domingo
de elecciones. Esto es lo que comúnmente se denomina en el argot “la cocina de los sondeos”; Tenemos
que tener en cuenta lo que harán ese porcentaje de entre 40/30% de indecisos. Por ello, tengo que
titular para ver quién gana. Ese porcentaje se proyecta a ese día, en ese traslado se pueden cubrir
muchos riesgos; “ya que los indecisos no saben que van a votar, yo se lo digo”.
Las encuestas que se publican ahora en los medios han borrado ese porcentaje de indecisos y por eso
tenemos la falsa impresión de que todos sabemos lo que votaremos. Esa situación de entrevista es
falsa; referido este concepto de entrevistas al contexto de preguntar a quien votarías en un
supuesto de elecciones 6 meses antes de que llegue la fecha oficial. Todos estos procesos están
dentro de la prohibición de la cual hablamos, es también un punto de competencia entre los medios que
quieren estar y formar parte de la “1º división”. Hacer encuestas supone un gran desembolso
económico ya que son bastante caras, para poder rebajar ese precio, se hacen de forma más limitadas.
El art. 69 de la ley electoral se encarga de regular que en esos 5 días previos a la realización de las
elecciones, los diversos medios no puedan publicar encuestas. Esto no evita que durante el resto del año
puedan publicarlas. La ley electoral incluye unos requisitos para la convocatoria de elecciones, sondeos.
El resto del año no dice nada. Además esta ley electoral pide el número de personas que se han
sondeado (por ejemplo; 1200-3000), que días únicamente y el día de la convocatoria de las
elecciones. En encuestas fuera del periodo electoral, no será necesaria esta información.
En el artículo 69 está compuesto por los siguientes puntos:
Entre el día de la convocatoria y el de la celebración de cualquier tipo de elecciones se aplica el siguiente
régimen de publicación de encuestas electorales:
1. Los realizadores de todo sondeo o encuesta deben, bajo su responsabilidad, acompañarla de las
siguientes especificaciones, que asimismo deben incluir toda publicación de las mismas:
a) Denominación y domicilio del organismo o entidad, pública o privada o de la persona física que
haya realizado el sondeo, así como de la que haya encargado su realización.

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b) Características técnicas del sondeo, que incluyan necesariamente los siguientes extremos:
sistema de muestreo, tamaño de la muestra, margen de error de la misma, nivel de representatividad,
procedimiento de selección de los encuestados y fecha de realización del trabajo de campo.
c) Texto íntegro de las cuestiones planteadas y número de personas que no han contestado a cada
una de ellas.
2. La Junta Electoral Central vela porque los datos e informaciones de los sondeos publicados no
contengan falsificaciones, ocultaciones o modificaciones deliberadas, así como por el correcto
cumplimiento de las especificaciones a que se refiere el párrafo anterior y por el respeto a la prohibición
establecida en el apartado 7 de este artículo.
3. La Junta Electoral Central puede recabar de quien haya realizado un sondeo o encuesta publicado la
información técnica complementaria que juzgue oportuno al objeto de efectuar las comprobaciones que
estime necesarias. Esta información no puede extenderse al contenido de los datos sobre las cuestiones
que, conforme a la legislación vigente, sean de uso propio de la empresa o su cliente.
4. Los medios informativos que hayan publicado o difundido un sondeo, violando las disposiciones de la
presente Ley, están obligados a publicar y difundir en el plazo de tres días las rectificaciones requeridas
por la Junta Electoral Central, anunciando su procedencia y el motivo de la rectificación, y
programándose o publicándose en los mismos espacios o páginas que la información rectificada.
5. Si el sondeo o encuesta que se pretende modificar se hubiera difundido en una publicación cuya
periodicidad no permite divulgar la rectificación en los tres días siguientes a su recepción, el director del
medio de comunicación deberá hacerla publicar a su costa indicando esta circunstancia, dentro del plazo
indicado, en otro medio de la misma zona y de similar difusión.
6. Las resoluciones de la Junta Electoral Central sobre materia de encuestas y sondeos son notificadas a
los interesados y publicadas. Pueden ser objeto de recurso ante la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, en la forma prevista en su Ley Reguladora y sin que sea preceptivo el recurso previo de
reposición.
7. Durante los cinco días anteriores al de la votación queda prohibida la publicación y difusión o
reproducción de sondeos electorales por cualquier medio de comunicación.
8. En el supuesto de que algún organismo dependiente de las Administraciones Públicas realice en
período electoral encuestas sobre intención de voto, los resultados de las mismas, cuando así lo soliciten,
deben ser puestos en conocimiento de las entidades políticas concurrentes a las elecciones en el ámbito
territorial de la encuesta en el plazo de cuarenta y ocho horas desde la solicitud.

Aparece que debemos reflejar el número de personas que no han contestado a las preguntas, esto siempre
queda oscurecido. A veces las preguntas van enfocadas a tener un buen titular o “chicha” en el posible
artículo o editorial. Por muy completa que sea la ley, no todo se cumple siempre. También este artículo
contempla la posibilidad de rectificación. Normalmente los medios intentan realizarlo de la manera más
profesional y eficiente para que su prestigio no se vea afectado y avanzar lo máximo posible el resultado
de la votación. Este hecho traería de la mano además del consecuente prestigio y posicionarse como
medio de referencia, anunciantes, publicidad….
Las encuestas electorales en el punto 7 de este articulo 69 que se publica en el 2011 va más atrás
curiosamente que en la ley del 85; “Durante los cinco días anteriores al de la votación queda prohibida la
publicación y difusión o reproducción de sondeos electorales por cualquier medio de comunicación”.
Como vemos, en la del 85 se habla de “difusión y publicación” y en el 2011, se introduce el término
“reproducción”; idea de cerrar más el hueco.
Más sobre la prohibición de la ley del 2011: En España, se prohíbe la publicidad electoral en las
televisiones privadas. Este hecho afecta a la campaña, ya que se podría subir la factura económica, de ahí
que el legislador lo prohíba. La ley obliga a hacer la publicidad en radio y en prensa; la prensa

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necesita ayudas y subvenciones, por tanto es como “anillo al dedo”. El problema que supone es debido a
la pérdida de libertad en cuanto a decidir donde anunciarte. Subvenciones especiales: De todo esto, la ley
no contempla a los medios digitales pese a ser reciente (2011), Por lo tanto, los medios digitales no
ven ni un duro de estas subvenciones. Al hilo de esto, países como Dinamarca, país muy avanzado;
los países tenían que reunir un número de firmas que debería ser igual al número de votos del último
partido que entro en el Parlamento. Así, tenias derecho a subvenciones o a 10 minutos gratis en TV. Hay
luego, otro tema más fuerte y controvertido, que es el que obliga a la TV privada a dar información
sobre actos de campaña de los partidos en tiempo proporcional. Lo que introduce esta ley (del 83 para las
TV privadas), por ello mina la independencia y autonomía profesional. Por ello, las televisiones privadas
aceptan la ley pero crean otro bloque en lo que hablan de lo que ellos quieren; en las piezas del telediario
cumplo ese tiempo que me obliga la ley.
En la TV pública todos tienen su “minuto de gloria”. Se pensaba que la TV no tenía que tener ese
hándicap, ya que en radio no es así. El legislador es el encargado de regular los tiempos y presencias en
los diversos medios. La calidad de lo que se dice, por la rutina y repetición pierde eficacia el mensaje. En
cambio, si solo se contara con un minuto, el mensaje seria más certero y más aprovechado. También, esta
ley introdujo temas como los que trata el art. 75; “ejercicio del voto por las personas que viven
en el extranjero”. Algo muy peculiar, que en algunas autonomías llegan a incluso a decidir el ganador
este voto inmigrante. Además, encarece mucho las campañas electorales.
Artículo 53 de la ley electoral. Convocatoria de elecciones hasta el día de su celebración. Hay
un periodo donde la ley nos dice que no se puede realizar algunos tipos de actos; inauguraciones
o cualquier tipo de pseudo-acontecimiento que produzca o provoque salir en los medios.
Articulo 54. Celebración de actos de publicidad de campaña electoral que se rigen por la ley reguladora
del derecho de reunión.

Articulo 60. No plantea publicidad en las TV privadas.


Articulo 66.2. Importante. Obliga a las TV privadas a respetar el principio de proporcionalidad y
neutralidad informativa. Deberán respetar el modelo; no hacer lo que quieran aunque eso suponga no
tener capacidad profesional. Ellos lo podrán hacer mediante el telediario aunque a parte puedan mostrar
su punto de vista a través de entrevistas o debates.
Articulo 69. Debemos estudiárnoslo. Es la manera de apuntalar y publicitar encuestas. Es una medida
científica.
Articulo 75. Personas que viven en el extranjero. Voto inmigrante.
Articulo 129. Establece los limites de la aportación para los partidos; no más de 10.000€. La ley fija un
tope de gastos de campaña y debe ser calculado conforme a euros constantes, es decir, según el paso del
tiempo.
Articulo 144. Delitos en materia de propaganda electoral una vez finalizado el plazo de la
campaña electoral; jornada de reflexión y día de las elecciones.

Articulo 146. Habla del castigo, prisiones… a quienes con violencia presionen en los colegios electorales
y entorpezcan el voto secreto. Por ejemplo, sobre todo en el País Vasco. La obligatoriedad de
pasar por la cabina sigue manteniéndose en la cultura democrática. Fue un gran logro la consecución del
voto secreto que se dio en el S.XVIII > ámbito privacidad donde tú decides y eliges. Al hilo de esto, el
preámbulo de esta ley otorga a los españoles el derecho de que, ya por fin, podemos nosotros mismos
introducir el sobre de nuestro voto en la urna. Tú, no otra persona por ti. Es un cambio que también se
reclamaba en el ámbito democrático del país. (Ritual)

La ley, establece por ejemplo en el artículo 169.3; Firma el 1% inscrito censo electoral de la
circunscripción, es decir, del censo electoral.

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Articulo 175. Referido a las subvenciones electorales. Por cada diputado/senador se dota de una cantidad
de 21.167,64€. Un total de 0,81€ por cada voto conseguido, o de 0,32€ en el caso de los votos para elegir
senadores.
Debemos destacar la importancia del “mailing” ya que nos ofrece la posibilidad de ir con tu voto
preparado y debidamente cerrado. De esta manera, no confundes el papel. Otros países en estas
cuestiones son aun mas “exagerados”. Por ejemplo los italianos necesitan o disponen de dos días para
votar, el domingo y el lunes. En el Reino Unido incluso, los colegios electorales cierran a las 11 de las
noche.
Articulo 179. Municipales. Hasta 100 habitantes; 3 concejales. De 101 a 250; 5. Subvenciones
Municipales.
Articulo 227. Subvenciones y gastos electorales referidos al Parlamento Europeo; 32.508,74€ constantes
por cada voto. Un total de 1,08€. Limite de gasto por campaña será de 0,19€ que se pueden multiplicar.
En Junio se producen las elecciones al Parlamento Europeo; distintos países aplican tradiciones y
aplicaciones distintas, al igual que sus legislaciones.
En la tecnología actual hablamos de; globalización, individualización, mediatización (poder capaz
de promover un cambio aunque es una idea muy extendida en la sociedad pero que no siempre tiene
autentico efecto)
La ley mantiene una visión muy clásica acerca de todo esto, así que sigue manteniendo
determinados controles y dándole importancia al tema de las subvenciones. Poco a poco la ley va
contemplando modificaciones relacionadas con la manera en el que se concibe las elecciones hoy.

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