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El abuelo Martín

Claudia Piñeiro
Pasa a buscar a su hijo a las nueve en
punto, como cada sábado, así lo acordó con Marina
cuando se separaron. El niño se le abraza a las
piernas en cuanto su madre abre la puerta. Casi sin
más palabras que un saludo, ella le da su mochila.
Pedro le pide una campera. “No creo que haga
falta”, dice ella pero él insiste. No le aclara que
llevará a Julián fuera de la ciudad, a la casa del
abuelo Martín, donde la temperatura siempre es
unos grados menor. Para qué, ella empezaría con
sus recomendaciones: que los caballos pueden
patear al niño, que el estanque es peligroso, que no sentarse con un vaso de whisky frente a esa pared
vaya a treparse a ningún árbol. Las mismas y admirar el retrato. Una mujer morena, bonita,
recomendaciones que daba cuando estaban luciendo un vestido de encaje blanco que tal vez
casados y que hicieron que Pedro dejara de ir. haya sido el que usó el día de su casamiento.
Ahora se arrepiente, la muerte del abuelo Martín, Pasaban los años y el abuelo Martín parecía seguir
tres meses atrás, canceló cualquier reparación enamorado de ella, aferrado al recuerdo de su mujer
posible. muerta. O eso creía Pedro. Pero un día se lo
Es un día de sol y la ruta está vacía. Pedro comentó a su madre y ella puso mala cara: “De esa
pone uno de los cedés preferidos de Julián, pero mujer yo no hablo”. Entonces se dio cuenta de que
antes de salir de la ciudad el niño ya está dormido. casi nadie en la familia mencionaba a su abuela,
Siendo así, él prefiere el silencio y dedicarse a solo el abuelo Martín que cuando insinuaban algún
pensar en lo que tiene que hacer. Su madre le enojo decía: “Todos hablan, pero nadie sabe”.
encargó ocuparse de la venta de la casa. A él no le Muchos años después se enteró por una prima de
cayó bien el encargo, bastante tiene con sus cosas, que su abuela no estaba muerta, sino que se había
pero era el candidato natural para la tarea y no pudo ido con otro hombre. Nadie supo más de ella, si
negarse. No solo fue siempre el preferido de su formó otra familia en alguna parte del mundo, ni
abuelo, sino que además es arquitecto, qué mejor siquiera si seguía viva o no. Nadie la volvió a
que un arquitecto para poner a punto una casa que mencionar, excepto el abuelo. Para él, ella seguía
se quiere vender. En la familia todos dicen que inmaculada, en su vestido de encaje con el que la
Pedro es arquitecto por el abuelo Martín. Mientras veneró tantas tardes, frente a esa pared que Pedro
sus hermanos y primos andaban a caballo o se se dispone a tirar.
metían en el estanque, él lo acompañaba en las A poco de llegar, Julián ya se mueve en el
múltiples tareas que le demandaba la casa. El lugar como si fuera su casa. “¿Me querés ayudar?”,
abuelo tenía una empresa constructora y aunque no le dice Pedro cuando pasa junto a él con las
estudió arquitectura era como si lo hubiera hecho. herramientas. “No”, contesta el niño y se sube al
Incluso mejor, muchas tareas las realizaba con sus columpio que cuelga de un árbol. Él se ríe, le gusta
propias manos: levantar una pared, pintar un que Julián haga lo que tenga ganas. Entra a la casa,
ambiente, reparar los techos. Lejos de venderla y deja las herramientas junto a la pared y descuelga
por el cariño que le tiene, si no fuera tan desastroso el retrato. Lo deja a un costado, ya verá cómo
el estado de sus finanzas después del divorcio, deshacerse de él más tarde. Toma cincel y martillo
Pedro se quedaría con esa casa. y empieza a golpear. Se pregunta si Marina, a pesar
Pasa la tranquera y se alegra de que su de haberlo negado, lo habrá dejado, como su
madre se haya ocupado al menos de deshacerse de abuela, por otro. El cincel se clava con facilidad, la
los animales. A él le tocaría, además de las pared es hueca. No le sorprende, no debía sostener
reparaciones, contactar una inmobiliaria, fijar un nada, apenas un cuadro. Apoya el cincel y golpea
precio de venta, hacer limpiar la casa. Sin embargo, otra vez, los ladrillos casi se le desarman en la
Pedro tiene muy claro qué será lo primero: tirar la mano. Y una vez más. Hasta que el cincel se
pared que su abuelo levantó en medio del living, una engancha y queda atrapado. Pedro tira y la
pared sin sentido arquitectónico que divide el herramienta sale con un pedazo de encaje blanco,
ambiente en dos e interrumpe el paso. Levantada sucio, envejecido. Se queda sin aire. El estómago le
para tapar un dolor o fijarlo para siempre. Porque en da un vuelco. Rompe la pared con los puños hasta
medio de esa pared, frente al sillón preferido de su que parece el vestido de su abuela y su esqueleto
abuelo, colgaba el retrato de Carmiña Núñez, su sostenido por la tela que impidió que se convirtiera
abuela, a quien Pedro apenas conoció. Muchas en un manojo de huesos. Mira por la ventana, Julián
tardes cuando bajaba el sol, veía a su abuelo acaba de saltar del columpio y viene hacia la casa.
Claudia Piñeiro

Es escritora, guionista de televisión y dramaturga.


Nació en Burzaco, Provincia de Buenos Aires, en
1960.

Algunas de sus novelas, como Betibú, Tuya y Las


viudas de los jueves, fueron adaptadas al cine. En
2018 publicó Quién no, su primera recopilación de
cuentos.

1) Indiquen con V las afirmaciones verdaderas y con F las falsas. Justificar en caso de ser falsas.

a. El cuento habla de una traición.


b. Hernán tiene buenos recuerdos de su abuelo.
c. Todos hablas de la abuela de Hernán en la casa.
d. El abuelo escondió el vestido de novia en la pared como un recuerdo.

2) Señalá con una X la o las opciones correctas para completar la oración.

Hernán pensaba que…


О quizá su exesposa lo había dejado por otro.
О se hubiera quedado con la casa si no fuera por su situación económica.
О su abuelo había seguido enamorado después del abandono.
О la pared que dividía el living era solo para colgar el retrato de Carmiña.
3) ¿Por qué nadie hablaba de la abuela en la familia de Hernán?

4) Determinen en su carpeta el marco narrativo del cuento.

5) Establezcan las acciones principales o núcleos narrativos del relato.

6) Conversen entre ustedes y respondan:

a) ¿Lograste revelar el final del cuento antes de terminarlo? ¿Qué anticipaciones del
narrador te llevaron a pensar eso?
b) ¿Qué expresiones te generaron suspenso?

7) Elijan un párrafo del cuento y piensen qué cambios tendrían que hacer si el relato lo contara un
narrador testigo y qué personaje podría ser. Transcriban el fragmento en tu carpeta.

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