Está en la página 1de 3

UNIVERSIDAD ECCI

Habilidades comunicativas
Sebastián Felipe Acosta López, 98682
2 de may. de 21

Comunicar como esencia del hombre


“La verdadera comunicación no comienza hablando sino escuchando. La principal condición dle buen comunicador es
saber escuchar”
-Mario Kaplún

Desde los inicios de la historia del hombre, la comunicación ha sido un elemento


fundamental de análisis por su papel en la vida social, así como en la vida personal de la
especie humana, este elemento ha sido perfilado como de vital importancia por parte de los
investigadores para distinguir las etapas de desarrollo, así como para garantizar para la
especie misma su supervivencia y el desarrollo de todas sus habilidades y capacidades, las
cuales se hacen reales y potentes en comunidad. La vida en comunidad posibilita el
aumento de sus capacidades y el desarrollo de su intelecto.
Un primer paso obligado es sin duda esbozar una definición oportuna para el acto de
comunicar, Merleau-Ponty, el filósofo de Rochefort, aporta acerca de la comunicación una
idea, la cual es citada por Duarte:
“… el sentimiento de compartir es lo que define la comunicación, es construir con el otro
un entendimiento común sobre algo. Es el fenómeno perceptivo en el cual dos conciencias
comparten en la frontera. El entendimiento común no quiere decir concordancia total con
los enunciados envueltos en el intercambio. El entendimiento puede ser la conclusión de las
conciencias que discrepan de los enunciados una de otra.” (2003, p. 47)
En esa medida, el acto de comunicar implica y fortalece la interacción entre dos sujetos, los
cuales comparten e intercambian experiencias, emociones, ideas, sentimientos y realidades,
esta interacción le agrega sentido a la vida y al acto mismo de comunicar.
Ahora bien, tal comunicación se puede dar de manera verbal o no verbal, la comunicación
verbal está basada en signos y elementos lingüísticos específicos, claramente definidos y
predeterminados de manera arbitraria, los cuales componen los códigos lingüísticos y las
formas de lenguaje formal a las que todos los seres humanos ahora tienen acceso. En
palabras de Fajardo, sobre la comunicación verbal se puede acotar:
“Cada vez que hacemos uso de la lengua, en forma oral o escrita, llevamos a cabo acciones
de índole social cuya finalidad es dar a conocer algo. Por esta razón, una de las funciones
que se le atribuye a la lengua, quizás la más importante, es servir de vehículo para
comunicar algo a alguien, para compartir con ese alguien nuestros pensamientos acerca de
algo, es decir, comunicar algo del mundo que nos rodea a un interlocutor determinado, a
través de actos de habla producidos en una lengua particular y referidos a una porción de la
realidad, sobre la cual construimos la comunicación.” (2009, p. 124)
Ahora bien, la comunicación verbal no es la única forma posible de comunicación, existe
otra forma de comunicación que se reconoce como “no verbal”, esta puede entenderse
desde la postura de Cabana (Cabana, 2008, citado por Rodríguez y Hernández, 2010):
“es una forma de interacción silenciosa, espontánea, sincera y sin rodeos. Ilustra la verdad
de las palabras pronunciadas al ser todos nuestros gestos un reflejo instintivo de nuestras
reacciones que componen nuestra actitud mediante el envío de mensajes corporales
continuos.” (p. 6).
Con base en ello la comunicación no verbal desnuda el alma de quien comunica, muestra de
manera eficaz la verdadera intensión, así como la verdadera emoción que se esconde en el
espíritu de quien comunica, es imposible por lo tanto huir a ella, ocultarla o simplemente
ignorarla en una suerte de frialdad obtusa que pretende negar lo que se siente o que busca
ser ciego a lo que el otro trasmite de sus emociones en el acto comunicativo.
A partir de lo anterior puede entonces hacerse patente el valor e importancia de la

comunicación como acto y esta en sus dos posibilidades, tanto la comunicación verbal

como la comunicación no verbal representan la manera mas continua y eficiente de

compartir entre seres humanos, construir una visión, definir el mundo mismo desde lo

colectivo, desde la interacción de los sujetos y sus emociones. Pensar al hombre lejos de su

acto comunicativo, seria equipararle con un animal que no ha desarrollado la capacidad ni

la habilidad de interactuar con los otros miembros de su especie. Comunicar entonces se

convierte en una actividad que resignifica la condición humana, que la hace privilegiada y

que determina en cierta forma la condición misma de humanidad, es decir un elemento

constitutivo de la esencia de la especie y que le permite aprender y extraer de la experiencia

del otro los conocimientos necesarios para desarrollarse.


Referencias bibliográficas

- Rodríguez Escanciano, I. y Hernández Herrarte, M. (2010). Análisis de la comunicación


no verbal de José Luis Rodríguez Zapatero. Revista Latina de Comunicación Social. (65).
Universidad de La Laguna, p.p. 436 a 449. Recuperado el 2 de mayo de 2021 de
http://www.revistalatinacs.org/10/art3/911_Cervantes/33_Imelda. html, DOI:
10.4185/RLCS-65-2010-911-436-459.
- Duarte, E. (2003), “Por una epistemología de la comunicación”, en Lopes, M. I. V. (org.),
Epistemología de la comunicación, Sâo Paulo, Loyola, pp. 41-54.
- Fajardo U. (2009), “A propósito de la comunicación verbal” Forma y Función, vol. 22,
núm. 2, julio-diciembre, pp. 121-142 Universidad Nacional de Colombia Bogotá, Colombia

También podría gustarte