Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Como en el resto de Europa, en España, los orígenes del cartel como medio publicitario
estuvieron ligados a la incorporación de importantes avances tecnológicos y al desarrollo
de las ciudades. Esas innovaciones en el campo tecnológico se refieren a la fabricación del
papel, las tintas, y a los sistemas de impresión. En los primeros momentos se utilizan
grabados xilográficos, y después, la litografía y la cromolitografía como las técnicas
fundamentales. Desde el punto de vista técnico, el mayor avance es la litografía, un
procedimiento rápido, relativamente sencillo, asequible, y el más idóneo para el desarrollo
de la publicidad.
El verdadero responsable de hacer del cartel un medio de comunicación
de masas fue Jules Cheret, en Francia, que fue además el primero en
darle una dimensión internacional, y a él debemos algunos carteles
españoles, como uno de 1887, en los que por primera vez empieza a
utilizarse la imagen en color para la publicidad. Publicita un vino de
una forma muy especial; protagonizado por una mujer, una cherette; se
utiliza la belleza femenina como reclamo publicitario; una mujer
sensual, con generoso escote, amplia sonrisa y mirada atractiva. Cheret
tiene el mérito de incorporar valores castizos de nuestra cultura para
identificar a una de sus cherettes; pelo recogido, flores y elementos de
indumentaria tradicional de la cultura española. Es fiel a su estilo pictórico, con
gradaciones cromáticas, en una composición vertical, y con un acertado uso de la
tipografía, en rojo y en negro, con letras dibujadas con maestría sobre la piedra litográfica.
Cheret también fue el pionero del cartel comercial, el medio más frecuente. En España, se
da la particularidad que, de forma paralela, junto a los carteles comerciales, ocupan un lugar
muy especial los carteles taurinos. Desde el punto de vista histórico, el surgimiento es
incluso anterior; otra cosa es su discutible calidad en cuanto al diseño.
En el contexto taurino, el anuncio de un festejo se venía haciendo desde muy antiguo por
dos procedimientos; el primero, era la vía oral, los pregoneros, unos individuos muy
habituales en la cultura del momento, que en la plaza principal pregonaban la convocatoria
de una corrida. El segundo procedimiento era el bando
municipal; un anuncio impreso que se colocaba en la plaza
pública y del que no tenemos certeza de cuál es el más
antiguo. Parece que el más antiguo es un anuncio de Madrid
de 1737.
Son carteles exclusivamente tipográficos, con una estética
muy simple, y que en este caso anuncia dos corridas de toros
benéficas: “Habiendo de celebrarse dos corridas de
toros…”.
Tiene puntos en común con los bandos ofciales de la época; primero, que sólo sea
tipográfico; lo segundo, que sea en blanco y negro; y tercero, que hay muchos similares,
es decir, no eran excepcionales. En estos carteles, además de anunciar el evento, también
se recogen las normas que hay que tener en cuenta en la plaza y después del evento.
1
Respecto al contenido, hay otros aspectos interesantes; los participantes, las
características del festejo, y es muy llamativo que, de forma explícita, aparezcan algunas
advertencias; como la prohibición de arrojar al ruedo cáscaras de naranjas, animales
muertos, etc. Es decir, se especificaban las normas a tener en cuenta en el festejo.
Desde el punto de vista plástico, son carteles muy simples.
En el siglo XIX se introduce una novedad; la costumbre de lidiar sólo por la tarde.
A eso se le llamaba “Media corrida de toros”. Una corrida entera, que era la tradición en
el siglo XVIII, duraba una jornada completa. La costumbre de media corrida reduce el
número de toros; en 1852 se estableció que el número de toros por corrida eran 8, y en
1868, serían 6. Pero la fórmula del rey o la reina sigue encabezando los carteles, que
terminará de usarse en 1840 con un cartel de Madrid que se encabeza con “En favor a la
constitución de 1837…”, un cartel que defiende la constitución por encima de la
monarquía.
2
De 1880 es un cartel titulado “Toros en el puerto”, en el Puerto de
Santa María, Cádiz, y es un buen ejemplo de lo que ocurre a finales del
siglo XIX. Cambia el formato a vertical y aparece una ilustración. Son
composiciones sencillas, y en las orlas que enmarcan el cartel es
donde apreciamos esa influencia de los estilos predominantes en la
época; temas vegetales o arquitectónicos. La información sigue
siendo abundante, y la ilustración ilustra el noble ejercicio del
torero, en este caso, a caballo, “la suerte del torero”.
3
Lo más interesante es dar cabida a una gran variedad de repertorio iconográfico con el
tema taurino, facilitado por la fiesta de los sanfermines.
Aparecen en la circunferencia de arriba los toros llegando a la plaza, siendo dirigidos por
los jinetes, y en la siguiente ilustración aparecen los jóvenes lanceando a los toros en la
calle.
Unceta es pionero del cartel taurino en España, con un estilo poco definido. Él estudió
Bellas Artes, primero en Zaragoza y luego en Madrid, y se convirtió en un interesante
pintor muy reclamado para los retratos, muy dentro del romanticismo de la época, y se
puede decir que además de pintor e ilustrador, también practicó otras interesantes artes; es
el responsable del telón del teatro Principal de Zaragoza de 1877.
4
Está basado en una serie de tópicos recurrentes; la visión del hombre enfrentándose a la
muerte, los toros libres en el campo, el paisaje romántico; la escena en la que aparece
la mujer andaluza, maja, con abanico, y junto a ella, el mozo que, guitarra en mano,
parece que le susurra una coplilla al oído, es decir, el cortejo romántico; y la escena del
torero matando al toro en la plaza. Es un repertorio iconográfico muy amplio y que era
del gusto de esos viajeros románticos del momento.
El modelo impuesto por esa imprenta va a ser el más habitual del cartel
taurino en el resto de siglo XIX y a lo largo del siglo XX, del cual ha sido
muy difícil de salir de esa estructura y modelo de cartel vertical y
alargado, ocupando dos tercios la imagen, y un tercio la información
escrita, y así continuará hasta bien entrado el siglo XX. Destaca un cartel
de 1933, y su autor es Roberto Domingo, y se titula
“Toros en Valencia”.
Las únicas novedades iconográficas que se permiten es
la ubicación de la escena, en este caso, los toros en el
campo, pero mayoritariamente, el tema más habitual es
el toro en la plaza. De esta forma, los únicos carteles de
este tipo que han pasado a la historia son por su valor
emocional, como es el caso de uno de 1947 de la Plaza de toros de
Linares, donde falleció el famoso torero “Manolete”. A estos tipos de
carteles se les denomina goyescos porque recuerdan a los grabados
taurinos de Goya.
A pesar de todo ese esquema que perdura en el siglo XX en el cartel taurino, se pueden
señalar algunas excepciones que están relacionadas con las aportaciones de algunos
artistas que colaboran para festivales benéficos. Esa intervención ha demostrado que es
un género en el que se puede innovar y salirse de esa rígida estructura. En algunos
eventos especiales se han convocado concursos en los que han participado numerosos
artistas representando otras alternativas de cartel, y es digno de mencionar el
protagonismo de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, una institución
tradicionalista, que se distingue en el panorama nacional por su carácter innovador y su
apuesta por la vanguardia en los carteles anunciadores.
5
Para corridas benéficas, se ha contratado ocasionalmente a artistas de
vanguardia como es el caso del cartel titulado “La gran corrida de la
asociación de la prensa” de 1935, que es obra de Josep Renau, uno
de los mejores artistas, ilustradores y diseñadores de la vanguardia
española. En él podemos descubrir un estilo impecable en el que la
primera novedad en el punto de vista técnico es que se nos muestra
como un maestro del aerógrafo, coincidiendo así con algunas
tendencias vanguardistas de la Europa del momento. Ejerce sobre él
una gran influencia del constructivismo ruso, que lo podemos ver en el
punto de vista del toro y la disposición de la tipografía en oblicuo.
También tiene cierta apariencia surrealista; hay ausencia de referencia al tiempo, no se
sabe si es de noche o de día. Es digno de destacar el protagonismo del toro en el cartel;
esa silueta que Josep Renau reutilizará en más obras.
Además de estos grandes hitos, ha habido algunos momentos en los que se ha convocado
un concurso al que acuden algunos de los más importantes diseñadores del momento, y
uno de los mejores ejemplos de ellos fue la corrida de toros en la Plaza de las ventas en
el año 2002 en Madrid, en la Feria de San Isidro. Para ese concurso, participaron algunos
de los grandes protagonistas del diseño gráfico español. Uno de ellos fue Roberto
Turégano, nacido en Cuenca. Trabaja como diseñador gráfico desde los años 70 y desde
los años 80 fue uno de los más solicitados para colaborar con la administración pública,
para el diseño de identidades para el ministerio de cultura y con imágenes relacionadas
con el mundo de la cultura.
6
A él se deben algunos logotipos o imágenes de esos años, como
la “M” de Madrid cuando fue designada capital cultural de
Europa en 1992, coincidiendo con la Exposición Universal de
Sevilla. Turégano utilizó esa “M” que dibujó Alberto Durero para
su alfabeto, y la insertó en una circunferencia. También se debe a
él la identidad de la Pasarela Cibeles y, además de diseño gráfico,
ha sido creador de piezas emblemáticas de diseño industrial, como el diseño de
esa característica botella de vidrio de una serie especial que editó para Solán de
Cabras en 2006. Además, él también es diseñador de la iluminación navideña en Madrid.
En 2002, para la Feria de San Isidro diseñó un cartel racionalista y casi
minimalista, con un estilo sintético, muy arquitectónico, y que utiliza sólo
una imagen; ese torso taurino de vista de pájaro y que parece una
medialuna y que resalta sobre el fondo rojo del cartel, un juego
cromático muy habitual, y que da pie a reinterpretar los colores de la
bandera española. La tipografía es de palo seco, centrada, simétrica,
subraya ese equilibrio y carácter racional del cartel. Turégano es
actualmente el presidente de la asociación de diseño de Madrid.
7
Otro de los diseñadores más interesantes que participaron en este
evento fue Martín Álvarez Comesaña, nacido en Vigo en 1971, y
formado en Barcelona. Ha trabajado como ilustrador y diseñador
gráfico, y para esta convocatoria presentó un cartel muy sugerente,
uno de los carteles que ponían de manifiesto su afán crítico, y que
presentaba al protagonista de la fiesta, el toro, extrayéndolo de su
contexto festivo taurino y convirtiéndolo en una pieza de carnicería.
Cambia el punto de vista desde el que se sitúa el autor y el
espectáculo, todo ello con la sencillez y maestría de colores
contrastados, el negro y el rojo sangre sobre un limpio fondo blanco. Destaca su
habilidad para transformar una frase hecha que forma parte de la fórmula que se
reproduce en los carteles taurinos; “Con el superior permiso de la autoridad y si el
tiempo lo permite”, jugando con la proporción de las palabras, transformando así el
mensaje: “La autoridad lo permite”, por lo que critica a la autoridad por permitir que se
convierta al toro en una pieza de carnicería. Es un ejemplo de cómo en el propio género del
cartel taurino vemos aparecer algunos carteles que se pueden considerar antitaurinos.
8
Por otra parte, América Sánchez, diseñador sudamericano, presentó uno de
los carteles más sintéticos y evocadores y que solo representaba el asta
de un toro sobre ese fondo rojo.
9
En 2010, se abrió una puerta a una renovación de las técnicas. Luis
Bordillo presentó un collage realizado a partir de una visión de una
corrida televisada y protagonizada por el torero apodado “El Cid”, y
que él tradujo en una versión muy vanguardista e incorporando las
nuevas tecnologías, como si hubiera capturado los fotogramas
televisivos. Es muy característica la tipografía en la parte inferior, en el
faldón.
El cartel de 2016 también es muy interesante, y fue obra de un arquitecto; Juan Navarro
Baldeweg, que en 2014 recibió el Premio Nacional de Arquitectura.
Representaba a los tres protagonistas de la fiesta; el toro, el torero y
el público, con un característico estilo de pincelada muy fluida y que
él mismo decía que era un homenaje a la historia de la pintura porque
ponía de manifiesto su admiración por Goya, por Matisse, en la
pincelada, y por la influencia de Picasso, por esas tonalidades grises
y sobrias que recuerdan a “El Guernica”. En la tipografía se
introduce el color y hace una diferenciación entre el rojo y el verde,
recreando esa sensación que hay en la plaza de Sol y sombra.
10
En el año 2020, se suspendieron las celebraciones de corridas de toros
en Maestranza, pero el concurso se siguió celebrando, y el cartel
ganador fue obra de Albert Oehlen, un pintor alemán que podríamos
calificar dentro del expresionismo abstracto brutalista.
Era la primera vez que realizaba un cartel de toros, y para ello, hizo uso
de una técnica que es muy posmoderna; la reutilización de una pieza
anterior, en concreto, digitalizó un dibujo suyo que había hecho 20 años
atrás con ocasión de una visita que realizó a España y que le había
atraído hacia nuestra cultura y al mundo taurino. Es un buen ejemplo de
esa incorporación de las nuevas tecnologías a un género tradicional, y el
compaginó ese grafismo con esa amplia mancha de color que representa el pitón del toro
en naranja y que hace referencia, a su vez, al color del alvero en la plaza.
11
El contenido cultural y artístico de estas revistas es consecuencia por
quien las dirige; célebres escritores o afamados pintores, como el gran
pintor Federico Madrazo, que fue director de revistas como “El Artista” o
“El Museo Universal”. Y otra característica que define a todas las
ediciones es la escasa presencia de publicidad en sus páginas. Esto se
debe a que los editores consideraban que la publicidad ensuciaba las
revistas, y esto es consecuencia del escaso desarrollo de la industria
publicitaria en España. La revista estaba focalizada a un tipo de público
completo y según fuera el contenido de la misma.
12
Pero sin lugar a dudas, entre las revistas ilustradas de nuestro país, la
más célebre ha sido “Blanco y negro”, fundada en 1891, de edición
semanal, y su responsable y fundador fue un industrial sevillano; Don
Torcuato Luca de Tena. Todos los números del primer año
reprodujeron la misma portada cambiando la fecha del calendario, y
en blanco y negro, de ahí el nombre de la revista. La revista ha sido la
mejor escuela de dibujantes e ilustradores españoles. El primer
número salió a la calle el 10 de mayo de 1891, inaugurándose así la
época de oro del reportaje gráfico en España.
Ha tenido varias épocas; la primera abarca hasta la Guerra Civil, y
por ella pasaron algunos de los mejores dibujantes e ilustradores
del país, y algunos de ellos eran incluso de los mejores pintores, y representaban todo tipo
de tendencias; desde los más academicistas, de los más vinculados con las vanguardias,
los más arriesgados, los más defensores de un concepto de diseño gráfico, etc.
Los primeros números salían sin publicidad, pues se consideraba que esta ensuciaba las
páginas, y los más críticos dijeron que como mucho, aparecen anuncios de los productos
del propio director, Luca de Tena, como el célebre “Agua de Azahar”.
Desde el principio fue un rotundo éxito; la primera tirada fue de 20.000 ejemplares y
enseguida se agotó, y en 1899, en la calle Serrano en Madrid, ya dispuso de un local
propio, y en muy poco tiempo, se amplió y se contrató a uno de los arquitectos más
famosos del momento; Aníbal González, para hacer la ampliación del edificio de la calle
Serrano que llegará hasta la manzana posterior.
13
En 1894 aparece otra interesante revista titulada “Nuevo mundo”. Su fundador fue José
del Perojo, y es una de las primeras revistas ilustradas que emplea
las fotografías, sustituyendo a la ilustración para la portada. “Nuevo
Mundo” alcanzó una cifra récord de ejemplares en su tirada: más de
250.000 ejemplares de tirada. Es el prototipo de revista que incorpora
las nuevas tecnologías y se puede considerar una revista de
reportaje. En su interior, se compaginan artículos de muy diversa
índole, noticias, sucesos, sociedad, y es muy interesante la
contraportada, que contiene pasatiempos y anuncios que también
será una tendencia habitual en la revista ilustradas.
14
Ya más cerca en el tiempo, en la época de la transición democrática, la
revista ilustrada más interesante del panorama fue “Interviú”, fundada por
Antonio Asensio Pizarro en 1976, y dio lugar a uno de los grupos
periodísticos más importantes del país; el Grupo Z.
Era una revista de contenido político, de actualidad, de investigación,
pero popularmente conocida porque incluía en su ediciones un reportaje
fotográfico de mujeres en topless, semidesnudas, y no sólo era un
reclamo, sino que también era una celebración de esa recién estrenada
libertad de prensa que la democracia había traído a nuestro país.
Interviú fue en 1977 la primera revista española que publicó una entrevista
con el presidente del gobierno Adolfo Suárez, y la portada más famosa es
de 1976, protagonizada por la entonces famosísima cantante Marisol, y se trataba de una
fotografía de César Lucas. Dejó de editarse hace dos años y ha marcado toda la época de
la transición española.
En el origen del surgimiento de este nuevo medio de comunicación de masas hay una
necesidad que se vincula al surgimiento de una nueva clase social; la burguesía, y que
debemos situar en torno a mediados del siglo XVII. Esa clase social establecía una
necesidad de estar informado, y a partir de ahí, sobre todo en las relaciones que establece
con el poder, van a empezar a surgir los primeros medios de comunicación de masas.
En las primeras décadas del siglo XVII se inicia la publicación de unas hojas sueltas
denominadas “hojas volanderas”, y eran periódicas, es decir, de publicación con intervalo
de tiempo exactos, y estaban redactadas e impresas por la misma persona. Surgieron de
forma paralela en las ciudades de Estrasburgo, Francia, y Colonia, Alemania.
Las primeras ediciones de este modesto periódico tenían el formato que hoy denominamos
“In quarto”, es decir, aproximadamente 24 x 30 cm, que era el formato habitual de los
libros, y en general, su aspecto difería muy poco. Esa hoja volandera cumplía las funciones
de los primeros periódicos. Era habitual que tuviera un gran titular en la cabecera, y el
texto, a una o dos columnas.
En nuestro país, la introducción de este medio de masas es
posterior; nos remontamos al siglo XVIII, y su aparición está en torno
al reinado de Carlos III. Es ahí cuando encontramos las primeras
hojas volanderas, y habitualmente, reciben el nombre de “gazetas''.
También surgieron de forma simultánea en varias ciudades, y de ahí
viene el nombre de algunos ejemplos; como “Gazeta de Madrid”.
Responde al formato de hoja volandera, y la de Madrid se fundó en
1697. Al principio tuvo una edición quinquenal, después pasó a
publicarse semanalmente, y ya a lo largo del siglo XIX se publicó
diariamente. Su publicación se mantuvo con ese nombre hasta la Guerra Civil Española.
Los aspectos más llamativos era que utilizaba una cuidadísima tipografía, el texto a una
sola columna, y la cabecera contenía una tipografía en mayúsculas y una llamativa orla
en la que el elemento principal es ese blasón que lo vincula con el rey.
Los reyes se dieron cuenta que era muy importante disponer de un medio de comunicación
en el que se pudieran publicar ordenanzas y que sirviera a sus propios intereses, es decir,
mantener el orden y control.
15
Las gazetas eran una fuente de información oficial, pero no las leía todo el público; pero
una vez pasado ese primer paso, el boca a boca sirve para que las noticias se expandan
para toda la población. Tras la Guerra Civil pasó a llamarse “Boletín oficial del Estado”.
16
La mayoría de productos con pseudo-farmaceúticos, como la Inyección Salvat, cuyas
propiedades se especifican con todo detalle y en tres párrafos distintos, perfectamente
separados y utilizando una tipografía diferente para subrayar algunas de sus cualidades
principales. Entre esos aspectos está el nombre, las enfermedades que trata, y que se
trata de las vías urinarias. La segunda cualidad es el estilo, definido por un tono
hiperbólico que exagera hasta el extremo las propiedades y beneficios que nos genera el
producto en cuestión; palabrería de charlatán. Un buen ejemplo de ello es la portada de la
primera edición del diario político, de avisos y noticias de La Vanguardia.
Desde el siglo XIX hasta la primeras décadas del siglo XX, más del 80% de estos diarios
ocupaban su portada con esquelas de difuntos, como es el caso de la portada de “La
Vanguardia” de 1916. Eso nos habla de la otra gran fuente de financiación del periódico.
Fue tan popular que la gente de la calle comúnmente lo conocía como “El diario de las
esquelas”.
En la prensa escrita española, uno de los estereotipos más comunes
procede del contexto cultural norteamericano de la primera mitad de ese
siglo; lo que comúnmente llamamos el Oeste americano, y se trata de
la figura del “charlatán de feria”. En ese mundo, eran profesionales
que iban de poblado a poblado voceando para vender y predicando
las cualidades milagrosas que tenían las pociones curativas. Un
buen ejemplo de ello es un anuncio publicado en la prensa española y
cuyo titular dice “Los niños piden a gritos la emulsión de Scott…”. Es un anuncio
tipográfico en el que el estilo de charlatán era lo que servía para promocionar cualquier
tipo de producto pseudo-farmacéutico, en este caso, aceite de hígado de bacalao, y se
promueven fórmulas descabelladas e inútiles en cuanto a los fines terapeúticos. Y si el
nombre del producto era en inglés, mucho mejor.
17
Es obvio que entre los primeros en apostar por la publicidad y la
ilustración destaca también el diario “ABC”, también fundado por
Luca de Tena en Madrid en 1905, y es curioso que en su primera
portada, del 1 de junio de 1905, todo el espacio estuviera
ocupado por anuncios publicitarios. Es curioso también que
siendo la primera publicación de Luca de Tena 14 años después
de que saliera a la calle “Blanco y negro”, terminase siendo esta
última el suplemento dominical del diario “ABC”.
La publicidad del diario en 1905 nos presenta un repertorio de
productos pseudo-milagrosos que financian la edición del
periódico. Luca de Tena era simplemente un industrial sevillano
que muy joven emigró a Madrid y cuya primera aventura
empresarial fue la revista “Blanco y negro”, y 14 años después saca su mayor éxito
empresarial: el “ABC”.
La publicidad se basaba en anuncios de compra-venta, avisos de pérdidas y
sustracciones, sin imágenes, con palabras destacadas del resto del texto, y Madrid y
Barcelona son las protagonistas en el sector.
En Barcelona, hay un hecho determinante que influirá desde el punto de vista económico
de las publicaciones en la ciudad condal, y es que los primeros anuncios que se insertan
en la prensa escrita barcelonesa coinciden con la construcción del ensanche de
Barcelona, en torno a 1860. En ese momento, algunas empresas y comercios que
estaban en el centro de la ciudad aprovecharon para dar el salto a esa área de
expansión, y es el caso de uno de los primeros anuncios exclusivamente tipográficos
publicados en el “Diario de Barcelona” en esa misma época y en el que se anuncian unos
almacenes de confección; “El águila”. Se trataba de una importante empresa
barcelonesa fundada 10 años antes y que estaba a punto de inaugurar en Madrid una
sucursal de estos almacenes que se instalarán en una calle premonitoria; una estrecha
calle llamada “Preciados”, justo donde, con el paso de los años, se establecerán unos
grandes almacenes que llevan el nombre de “Galerías Preciados”. La introducción de
anuncios en la prensa está vinculado al desarrollo económico de las empresas.
18
Otro de los productos estrellas de la época y de origen catalán era
“Cerebrino Mandri”, un producto creado por este médico y farmacéutico
de Figueras que desde el primer momento era consciente de la publicidad
para vender su producto. En 1903 encargó la imagen de ese peculiar
personaje que con ese gesto y actitud severa parece querer
traducir la eficacia del analgésico. El personaje tuvo tanto
éxito que dio lugar a una inmensa serie de anuncios con
distintas variantes y en las que siempre hacía el mismo
gesto; indica hacia abajo el nombre de la marca, como podemos ver en el
anuncio “80 años y sin achaques”.
19
Mestre es pionero en la publicidad española de este recurso.
Productos de cosmética, joyas con propiedades milagrosas,
jabones, lejías, alimentos, etc, son la base de los primeros
anuncios en prensa de la publicidad en España. Algunos de
estos productos tan conocidos y que tienen una trayectoria tan
larga son, por ejemplo, “Zotal”, un desinfectante para uso
doméstico y personal. “Cura enfermedades de la piel como el
herpes, la caspa, la sarna, y destruye cualquier tipo de plagas…”. El packaging y los
anuncios en prensa son los dos elementos que utiliza la publicidad en el siglo XIX como
referencia para el consumidor, y esta marca tenía en Sevilla el concesionario exclusivo
que lo distribuía por toda España.
20