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EL PODER DE LOS NAIPES Y EL JUEGO:

REPRESENTACIONES SOCIALES DE UN PACTO


SOCIAL
Eduardo J. Iraola

I-Pensar los Naipes en la frontera del Río de La Plata

El naipe es algo tan frágil que, si no es por circunstancias


extraordinarias, se puede considerar un objeto efímero.
Su hallazgo o conservación casi siempre se debe a que
fuera reutilizado adhiriéndose a un material más rígido
como las tapas de un libro o como relleno de
encuadernación. Los naipes antiguos eran coloreados por
el sistema de "trepas" (estarcido con pincel mediante la
utilización de cartulinas recortadas a modo de plantillas),
estaban hechos con tres hojas: una para el anverso con el
dibujo de la carta, otra para el reverso y una lámina
central más oscura, el alma o "mano gris", que le da
consistencia y opacidad 48.

Iwasaki Cauti, F. (2005); “La Polla de Cervantes.


48

Consideraciones sobre cómo remetería y que pajillas echaría”, en


Estudios Públicos, 100, Madrid.

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Memorias y olvidos

El origen de los naipes se remite al norte de África y se


supone su llegada a Europa con la instalación de los
moros en el sur de este continente. La vinculación de las
barajas con las artes adivinatorias le reportó el destino de
ser perseguidas, por este mismo origen es que se
componían de 13 naipes de cada palo que hacían
referencia a los 13 arcanos, por lo que, debido al número
en cuestión y a la referencia pagana se retiró una carta en
la baraja española, quedando compuesta por cuatro palos
de 12 naipes cada uno, siendo que la baraja inglesa
conservó los 13 naipes (Catálogo del Museo Fournier:
1998).
Los primeros testimonios de naipes europeos son de
principios del siglo XIV, cuando el Consell de Cent 49,
prohibió los juegos de cartas en 1310, en Barcelona
aparentemente vinculados a estas costumbres
adivinatorias norafricana, por esto mismo supuestamente
fueron modificados en su constitución. A lo largo del siglo
siguiente se extendieron por Europa con una enorme
celeridad, situación que conocemos debido a las
numerosas prohibiciones de este juego. Los ejemplares
más antiguos provienen de Italia (Imagen Nº 1), a donde
llegarían desde España directamente o a través del sur de

49El Consejo de Ciento (en catalán Consell de Cent) era la


institución de autogobierno municipal de la ciudad
de Barcelona entre los siglos XIII y XVIII. Recibe dicho nombre
porque lo formaba una asamblea de cien ciudadanos: los
llamados «jurados», que asesoraban y supervisaban a los
magistrados municipales, y los consejeros de Barcelona. El
número inicial de miembros quedó fijado en cien, aunque la cifra
de jurados de la asamblea fue aumentando a lo largo del tiempo.

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El Poder de los Naipes y el Juego

Francia. Luego se extendió hacia el norte de Francia y


Alemania, dando origen a las barajas de ambos países.
Los cuatro palos que identifican las barajas poseen
condiciones representativas de la realidad política y social
de la época, esto es, la espada representa a la nobleza
coronada en el rey, los bastos 50 ocupan el espacio de los
campesinos, las copas (cáliz) figuran a la Iglesia, mientras

Imagen Nº 1: Barajas de 1584, Vitoria (Italia)


Fuente: Museo de Fournier

que los oros a los comerciantes. Las figuras que se


representan concretamente son tres: la del Rey, el Caballo

50BASTOS. “…Uno de los quatro palos de que se compone la

barája de náipes Española, llamados assi por la figúra que está


pintada en ellos, que son unos palos ò bastónes. Lat. Pagella
lusoria, in qua species bacilli depicta est. PIC. JUSTIN. fol. 49. Los
pícaros no entran en la figúra del Rey de oros, ù de espádas; pero
entran en la de copas ò bastos”... Diccionario de Autoridades -
Tomo I (1726).

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Memorias y olvidos

y la Sota. El Rey representa en cada palo el poder


monárquico, claramente, una concepción incuestionable
del orden político en todas las clases sociales (nobles,
campesinos, clérigos y mercaderes).
El Caballo, representa los caballeros/guerreros que cada
clase social puede ofrecer a la guerra. Por lo que, cada
clase social poseía una representación de su propia elite
siendo así la Sota representa al sirviente de palacio. En
particular, el chambelán/sirviente de palacio fue
identificado en la baraja inglesa como “Jack”, un nombre
vulgar que lo asociaba a su condición de servidor, pero, el
uso de la letra “J” en los extremos del naipe vulgarizó la
Jota como identificador que devino en “Sota” en la baraja
hispánica.
Por otra parte, en la gran mayoría de los juegos de la
baraja española las cartas más importantes son Espadas
y Bastos, lo que nos permite suponer que representan el
Pacto de Sujeción entre el Rey y el Pueblo. Por ello en un
segundo orden aparecen las Copas/Cáliz y los Oros, que
en los mazos que no poseen comodines/jokker suelen
cumplir esta función. Esto nos permite considerar que
existe una representación social, enla que la cultura pone
el acento en la lealtad del Pacto Social de Sujeción entre el
Rey y su Pueblo; mientras que, la lealtad de los clérigos al
Papa los coloca en la situación de poder cambiar su
posición (comodín) siendo, la situación de los mercaderes
de modo muy similar. En una lámina preservada en una
colección de 1873 colocaban en el cuatro de Oros la

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El Poder de los Naipes y el Juego

estrella de David (Imagen Nº 2), por lo que asociaban a los

mercaderes con la colectividad judía.

Imagen Nº 2: Museo Español de Antigüedades

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Memorias y olvidos

Imagen N° 3: Barajas de cuero (siglo XV)


Fuente: Museo Arqueológico Nacional (España)

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El Poder de los Naipes y el Juego

En América los naipes aparecen con relativa inmediatez,


como es el caso de las barajas de cuero conservadas en el
Museo Arqueológico de España (Imagen Nº 3) y que se
considera de posible fabricación en piel de tambor por
conquistadores españoles en América (1492-1500) 51.
Lo tosco de sus dibujos y a la vez la nitidez de los mismos
permite evidenciar claramente el interés de elaborar las
barajas necesarias para el entretenimiento de los
aventureros hispánicos.
Aun siendo dificultoso identificar las figuras en estas
rústicas barajas podemos reconocer en el centro un rey de
Espadas (reconocible por su vestimenta amplia) en la
línea superior un 2 de Copas, el Rey, el Siete y el As de
Oros, sobre el lado izquierdo el 6 y un Rey de Copas y
sobre el lado derecho el Tres de Bastos, mientras que, por
encima se halla el As de espadas (decorado por los lados
debido a que representa del poder del rey). En la línea
inferior aparecen un 2 de Bastos, el Siete y la Sota de
espadas (vestido con menos grandilocuencia), junto a
ellas el As de Bastos.
De la misma manera, se conservan algunos ejemplares
muy especiales debido a la calidad de su confección como
a la finalidad política que poseen tempranamente los
naipes. En particular nos referimos a que éstos fueran
impresos con el escudo imperial, en el As de Oro con
águila bicéfala (Imagen N° 4); porque la misma representa

Hoy están desaparecidas del Museo Arqueológico Nacional de


51

España.

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Memorias y olvidos

la unidad de la dignidad del Sacro Imperio Romano


Germánico

Imagen 4: As de oro que representa al Imperio


Fuente: Museo Arqueológico Nacional –España-

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El Poder de los Naipes y el Juego

con la Monarquía Hispana y sus colonias. Analizando la


finalidad ideológica que pudieron aportar las barajas, es
interesante retomar que los Oros representan a los
comerciantes, y quizás, el As de dicho palo debía ser
marcado por la insignia real para evidenciar el control del
Rey y sobre el comportamiento de los mercaderes.
La importancia adjudicada por la Monarquía Europea ha
representarse en los naipes habla de la trascendencia que
podían cobrar estos simples cuadrados de cartulina. En
principio, el acceso del naipe a un amplio sector de la
población facilitaba la función de educación de un “orden
social”, de propaganda. Toda imagen cumple dos
funciones esenciales, por un lado, se presenta a sí misma
como tal y como portadora de sentido, mientras que , por
otro lado, representa a un alguien/algo, en particular, al
presentar la imagen del rey y la nobleza, así como al
orden social vigente representa la cristalización de esa
estructura social. Luego, como objeto de amplia difusión
el naipe es fuente de recursos para el erario de las
monarquías.
Por esto mismo es que Carlos V establece tempranamente
el estanco de naipes en tierras castellanas en 1543. El
monopolio de la venta de naipes en el reino de Castilla fue
concedido por un período de diez años a Rodrigo de
Dueñas, banquero de Medina del Campo, que adquiría las
barajas a un precio reglamentado y estaba autorizado a
venderlas por un precio superior a cambio de una
contribución establecida en 1.300.000 maravedís que,
según las crónicas, se emplearon en reforzar las fronteras

75
Memorias y olvidos

del norte de la Península, sufragando las fortificaciones de


San Sebastián y Fuenterrabía 52. Aunque los juegos de
envite y azar estuvieran prohibidos, son muchos los
pleitos seguidos ante la Real Cancillería de Valladolid por
deudas de juego 53.
Los grandes problemas fiscales de la corona española
empujaron a que la propuesta de instalar un estanco 54
fuera aceptada en las Cortes reunidas en Castilla (1632-
1636) 55 pero se impuso únicamente en los reinos en que
la Corona de Castilla tenía mayor capacidad de
imposición 56. Luego de la victoria de los Borbones en la
Guerra de Sucesión (1701-1713) se produjeron una serie
de cambios respecto a ello, primero, los productos
pasaron a ser monopolizados en todo el territorio español,
segundo, su administración quedó en manos directas de
la Real Hacienda al convertirse en Real Renta, tercero, fue
extendido a los dominios americanos.
Entre 1753 y 1755 el rey, por expresa proposición del
virrey del Perú Conde de Superunda, establece el estanco

52Espejo, C. y J. Paz (1995); Las antiguas ferias de Medina del


Campo, Madrid, CSIC.
53Espejo, C. y J. Paz (1995); Op. Cit.

54Se llama estanco al embargo o prohibición del curso y venta

libre de algunas cosas, o asiento que se hace para reservar


exclusivamente las ventas de mercancías o géneros, fijando los
precios a que se hayan de vender (del Diccionario RAE). Los
estancos españoles de tabacos son una de las instituciones más
antiguas como método de recaudación de impuestos.
55Origen, Progreso y Estado de las Rentas, 1707, Madrid, pp.

186-199.
56Elliot, J. (1965), La España Imperial, 1469-1716, Barcelona,

Ed. Vicens-Vives.

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El Poder de los Naipes y el Juego

en Lima. La Real Renta de Tabacos y Naipes poseía una


serie de administraciones generales subalternas que
debían controlar los estanquillos y tercenas menores
locales. Asimismo, se establecían lugares específicos de
siembra y procesamiento del producto mientras se
prohibía todo cultivo o comercio por fuera de ellos. De
manera similar se establecían fábricas para la producción
de barajas, hasta el presente poseemos noticia de dos
fábricas: una en Sevilla y otra en Málaga.
La Real Fábrica de Naipes de Macharaviaya (Málaga) 57
funcionó en el siglo XVIII con el objetivo de producir
únicamente para América por expresa intensión de José
de Gálvez. Los contratos de producción por 30 mil mazos
anuales de 1776, 1781, 1784 y 1798 muestran el interés
por esa empresa pero solapa los problemas de
distribución y de fábricas clandestinas. En 1799, luego de
una serie de cierres y reaperturas la fábrica cerró
definitivamente 58.

AGN, IX, 44-9-1.


57

Gámez Amian, A. (1988); “La Real Fábrica de Macharaviaya


58

(Málaga) para el consumo de América (1776-1815)”, en Moneda y


Crédito, ISSN 0026-959X, Grupo Santander, Santander, págs.
137-156.

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Memorias y olvidos

Imagen 5: Naipes de la Real Fábrica para España y para


las Indias 59

5948 muestras de naipes de la Real Fábrica de Macharaviaya, AGI


(1792), www.pares.com.es

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El Poder de los Naipes y el Juego

Imagen 5: Naipes de la Real Fábrica para las Indias

La imagen anterior deja en evidencia el hecho que los


mazos producidos en las Reales Fábricas tenían destinos
distintos, ello limita en América el acceso a las barajas en
sus diferentes modelos. El As, el Dos y el Cuatro de Oro
llevaban el nombre de la Real Fábrica para facilitar la
lucha contra los naipes ilegales. Aunque, como es sabido,
el comercio ilícito permitía el ingreso de la mercancía por
otros medios y por ello debemos considerar la posibilidad
que por la vía de Brasil llegasen algunas barajas. Así, es

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Memorias y olvidos

que los Oficiales de la Real Renta de Naipes en Buenos


Aires elevan numerosos informes que expresan:

“… con el oficio de VM en esta fecha se han


recibido en los almacenes desta Direccion
treinta docenas ocho barajas en lugar culias
treinta y una docenas qe expresa dho oficio
como aprehendidas por el regdo. Y habiéndolas
reconocido resulta que son Catalanas y en
regular Calidad, lo qe noticiacion en con
textatacion a dho oficio” 60.

Los naipes incautados son ilegales en tanto no pertenecen


a la Real Fábrica; sin embargo, en este caso, son
ingresados por los propios españoles. De la misma
manera se decomisan barajas de origen brasileño o inglés.
Por ello debemos considerar que algunas de las pulperías
poseyeran naipes ilícitos. Hasta 1778, no se estancaron
los naipes por lo que llegaban por la ruta peruana. En
1776, dentro del contexto de las reformas borbónicas y
como parte del nuevo pacto colonial se erige el Virreinato
del Río de la Plata 61. Por lo mismo, se instala, dos años

6018 de diciembre de 1811, AGN, Dirección General de Tabacos,

IX, leg. 50-1-1.


61Lynch, J. (1995); Las revoluciones hispanoamericanas 1808-

1826, Barcelona, Planeta. Halperín Donghi, T. (1985); Reforma y


disolución de los imperios ibéricos, Madrid, Alianza Ed. Morelli, F.
(2008); “La redefinición de las relaciones imperiales: en torno a la
relación reformas dieciochescas/independencia en América”,

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El Poder de los Naipes y el Juego

después, en Buenos Aires la Dirección General de la Real


Renta de Tabacos y Naipes y las correspondientes
administraciones generales subordinadas. Además, la
provisión de las barajas llegaría por barco de Sevilla, vía
México o por la ruta de Lima 62. De esto da nota el
expediente iniciado en 1792 por la llegada de 55 cajones
con 41.319 barajas, que siendo originarias de la
península fueron descargadas en Lima, pasaron por
Mendoza y llegaron a Buenos Aires 63.
La Dirección General tenía bajo su influencia inmediata
las administraciones generales de la villa de Luján y del
pago de San Pedro y en el extremo sur de la actual
Provincia de Buenos Aires se hallaba la Tercena Menor de
Costa de la Patagonia/Río Negro, mientras que en el
territorio de la actual República Oriental del Uruguay se
hallaban las administraciones de Colonia del Sacramento

en Nuevo Mundo Mundos Nuevos, disponible en línea


http://nuevomundo.revues.org. Pietschmann, H. (1994); "Los
principios rectores de la organización estatal en las Indias", en
Annino A, Castro Leiva, A, L. y Guerra, F-X. (dir.); De los
Imperios a las Naciones: Iberoamérica, Iber Caja, Zaragoza, T. 1,
pp. 75-103. Chiaramonte, J.C. (1994); “Modificaciones del pacto
imperial”, en Annino, A., Castro Leiva, L. y Guerra, F-X. (dir.);
Op. Cit., p. 107-128.
62Natter, L. (2005), “El negocio colonial de tabaco en el Imperio

Español”, disponible en línea www.savepdf.org [consultado


20/10/2010] Pablo Riaño San Marful “Redes sociales en torno al
estanco de juegos de azar el occidente de Cuba, 1740-1860”, en
Nuevos Mundos Mundos Nuevos, Debats, 4/9/2014.
63 AGN, División Colonia, Sección Gobierno, Dirección General de

Tabacos y Naipes, Sala IX, Leg. 46-6-5.

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Memorias y olvidos

y la de Uruguay/Montevideo. De manera más autónoma,


pero siempre bajo el control virreinal, aparecían las
Administraciones Generales ubicadas en las ciudades
más destacadas de cada espacio regional. Todas ellas
tenían un número más o menos considerable de
estanquillos y tercenas menores que vendían el producto
al menudeo. En algunos casos, para hacer frente a la
demanda del producto existían dependencias de estas
administraciones, como en el caso de Buenos Aires 64.
Los estanquillos, comúnmente llamados estancos, eran
los únicos lugares autorizados para vender estos bienes al
menudeo. Para obtener este derecho/privilegio había que
presentar una petición formal al administrador y este
basado en la integridad moral o el servicio prestado
durante el período anterior aprobaba la solicitud. Una vez
más, la institución facilitaría la mercancía a los
estanqueros o tercenistas y estos abonarían la deuda
luego de realizadas las ventas, reteniendo entre un 5% y
un 10%, recibiendo a posteriori un resarcimiento por las
mermas ocasionadas.
En 1778, se solicitó que se entregaran las barajas que se
poseyeran, las mismas fueron marcadas y vueltas a
vender 65. Por lo tanto, el proceso que intentó la
monopolización de los productos apuntó a reducir al
menor número posible los competidores mientras
extendían exitosamente el número de lugares autorizados.
Claramente, los estanquillos encontraron en éstas

Iraola, E. (2011), (2010ª) y (2010b).


64

Oficio 21, AGN, IX, 47-1-5.


65

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El Poder de los Naipes y el Juego

políticas un beneficio inmediato que los convertía en


expendedores cada vez más exclusivos. Si bien, no se
logró en toda su extensión el objetivo que se había
propuesto, consideramos mantuvo una presencia
mayoritaria en la plaza porteña. La infructuosa tarea de
estancar las mercancías produjo inquietudes en los
titulares de estanquillos y tercenas, porque exigían a la
dirección que incrementara la persecución de los fraudes
y venta ilegal 66.
Así la Renta se verá “… en la terrible dificultad de no poder
abastecer al Público ni contener el Contrabando” 67. A
inicios del siglo XIX vuelven a aparecer informes de los
Oficiales Reales de la Renta y de los mismos estanqueros
que denuncian el contrabando y los actos de fraude.
Éstos básicamente, comprenden tres vías de ingreso: por
el Riachuelo (desde barcos extranjeros), por la Banda
Oriental (desde Colonia o Brasil) y podemos incluir las
introducciones clandestinas al interior del virreinato 68.
Sin embargo, es la propia institución la que por una u
otra vía va mostrando el camino de la ilegalidad, porque
en 1806 por orden superior se expresa que se compraron
“(…) 2 cajones de barajas 1 completo c/720 y el otro
c/504 se compraron en Córdoba para el abasto de la

66AGN, IX, 44-8-5.


67Saguier, E., (2005), Genealogía de la Tragedia Argentina, (1600-
1900), disponible on-line www.er-saguier.org., pág. 590.
68E. Saguier analiza el caso del administrador de la Renta en el

Tucumán que ordenó plantaciones ilegales de las cuales le


correspondía el 50 % y que eran vendidas en Córdoba, Santa Fe
y Buenos Aires.

83
Memorias y olvidos

expedición son del cargo de SE” 69. El adquirir naipes o


cualquier otra mercancía estancada, en principio, supone
romper con el monopolio que posee la misma institución,
pero también, presume que existían bienes en circulación
que no habían sido decomisados y que son comprados por
la institución monopólica como si fueran lícitos.
En septiembre de 1812, en medio de una política
declaradamente liberal queda abolida la Real Renta de
Tabaco y Naipes 70 por ser considerado una rémora del
Antiguo Régimen. El simple hecho de no ser un producto
de primera necesidad permite que sea gravado con tasas
indiscriminadamente.
Luego de la desaparición de la Real Renta se autorizó la
fabricación de naipes a dos particulares. En noviembre de
1816 se permitió a un inmigrante chileno Juan Manuel
Gandarillas elaborar barajas, de las cuales presentamos
la xilografía de los ejemplares coloreados (Imagen N° 6). A
su vez, Felipe Cárdenas autorizó a J. M. Quercia y Possi a
iniciar sus tareas en este mismo sentido.

Oficio Nº 3056, 18 de septiembre de 1806, AGN, IX, 44-8-5.


69

Las Cortes de Cádiz, por decreto de 13-IX-1813 hizo


70

desaparecer las rentas estancadas, aunque en 1845 una nueva


reforma fiscal mantenía los estancos de tabaco, sal y pólvora.

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El Poder de los Naipes y el Juego

Imagen N° 6: Gandarillas, Xilografías coloreadas


(1815)

85
Memorias y olvidos

Evidentemente los naipes de Gandarillas están basados


en el modelo de la Real Fábrica de Macharaviaya, en
concreto, en los mismos lugares en los que aparecía el
sello de la fabricación vuelve a aparecer, pero con
referencias nacionales, esto es, el escudo aprobado por la
Asamblea del Año XIII en el As de Oros, en el Dos la
leyenda América del Sud y en el Cuatro dos ceibos
cruzados. Además de ello se agregan el sol ascendiente
entre los laureles, en el Cuatro de Copas y el sol de la
moneda nacional en el Cinco de Oros.
Por el contrario, las barajas impresas por Quercia y Possi
son decididamente revolucionarias (Imagen N° 7). El rey
de Copas y el de Espadas llevan corona de laureles en
clara alusión al republicanismo de inspiración francesa.
Además, el As de Oros lleva un escudo con el gorro frigio
(tradicionalmente se entregaba a los esclavos luego de
obtener su libertad), el sol en el centro (ícono que
Belgrano incorporara de los Incas) y un manto sobre el
fondo coronando la República (claramente, un dosel que
establece quién impera). El Cuatro de Copas tiene un ojo
en el centro quizá, haciendo alusión al cáliz que
representan estos palos y el ojo cómo referencia a Dios. El
Cuatro de Oro es coronado por la unión de la marina y la
medicina quizás como representación de la modernidad.
La vestimenta se encuentra modificada casi por completo
y los Palos cambian su vestimenta lo que adjudica
originalidad, pero también el aporte del artista.
Ahora, sí nos concentramos en las características de la
mercancía, básicamente se venden tres tipos de naipes,

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El Poder de los Naipes y el Juego

unos llamados Superfinos y otros mencionados como


Cascarela71, existe un tercer grupo que se dejó de vender
-en algún momento que aún no hemos podido datar-
llamados de Revesindo 72. En particular, algunos de los
expendedores de naipes no venden ambas calidades y solo
poseen las barajas Superfinas.
En general, el juego era común en la época, cabe suponer
que estaba muy extendido en los pagos, lugares y
ciudades coloniales; en la cultura española en general. El
primer acercamiento de la ley a los naipes fue para
regular el juego o para prohibirlo.

71Este es también el nombre de juego de cartas lo que nos dice

sobre los juegos posibles a jugar.


72En el material documental de la Real Renta de Tabacos y

Naipes se preserva en excelente caligrafía y en todas las


oportunidades que pudimos leerla la palabra “Revesindo” cuando
el juego se llama “revesino” y es a lo que asociamos el nombre de
este tipo de barajas.

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Memorias y olvidos

Imagen N° 7: Xilografía de Naipes de Quercia y


Rossi (1816) 73

En 1387 el rey Juan I de Castilla prohibía el juego de


naipes, mientras que los Reyes Católicos, en una
Pragmática daba en Toledo en 1480, normas que lo

AGN, X, 8-4-1.
73

88
El Poder de los Naipes y el Juego

regulan; refrendadas después por la reina Juana con


nuevas disposiciones en 1515 74.
Carlos V promulga leyes regulando los juegos, con este
fin, dicta unas ordenanzas, en Toledo en 1524,
estableciendo que juegos estaban permitidos y el límite
máximo de las apuestas admitidas. Ello supone el inicio
de la extensa y rica legislación generada, en particular, la
Recopilación de Leyes de Indias deja noticia de esto en: su
Título Segundo: “De los Juegos y Jugadores”;
puntualmente la Ley Primera impuesta por el rey Carlos
en 1529que, limita el valor por el cual se pueda apostar:

“Ordenamos y mandamos a nuestras


Audiencias, y justicias de las Indias, que con
mucho cuidado prohíban, y defiendan,
imponiendo graves penas, los grandes, y
excesivos juegos, que hay en aquellas
Provincias, y que ninguno juegue con dados,
aunque sea a las tablas, ni los tenga en su
poder; y que asimismo nadie juegue a los
naipes, ni a otro juego mas de diez pesos de
oro en un dia natural de veinte y cuatro horas,
con que no pase de esta cantidad el mayor
exceso, y esto atenta la calidad, y hacienda de
los jugadores; y con los demás se guarden las

Ortiz Real, J. (1992); “El estanco de la sal, el tabaco y los naipes


74

en la jurisdicción de Santillana (siglo XVII)”, en Actas del


Congreso Americanista, Madrid.

89
Memorias y olvidos

leyes de estos Reynos de Castilla; y si en


contravención de lo susodicho, jugaren mas
cantidad en el tiempo referido, procedan
contra sus personas, y bienes, executando las
penas en que incurrieran. Y declaramos que
las penurias impuestas a los jugadores por
leyes, y pragmáticas de estos Reynos de
Castilla, sean en las Indias al quatrotanto.” 75

Por lo anterior, se entiende que la corona no acaba por


prohibir los juegos ni las apuestas, sino que limita la tasa
de las apuestas. Al imponer estas medidas no hace otra
cosa que reglamentar un hábito que muchas veces llevará
a conflictos, discusiones, grescas y muertes.
Consecuentemente, la política de control del juego no
soluciona la problemática de fondo, sino que solamente la
normativiza. A diferencia de ello, la Ley II emitida en 1609
por Felipe III definitivamente prohíbe el funcionamiento
de casas de juego y que éstas no las “pueda ni tener ni
permitir los jueces”:

“Juntase a jugar en tablajes públicos mucha


gente ociosa de vida inquieta, y depravadas
costumbres, de que han resultado grandes
inconvenientes, y delitos atroces en ofensas a
Dios nuestro Señor, con juramentos,

Recopilación de las Leyes de los Reynos de las Indias, (1841);


75

Libro VII, Título II, Ley I, pág. 315.

90
El Poder de los Naipes y el Juego

blasfemias, muertes, y perdidas de hacienda,


que de semejantes distraimientos se siguen,
demás de los desasosiegos, e inquietudes, que
se han causado, perturbando la paz, y unión
de la Republica, por el interés de baratos, y
naipes; porque estas juntas, juegos, y
desordenes suelen ser en las cajas de los
Gobernadores, Corregidores, Alcaldes Mayores
y otras Justicias a cuyo cargo, y obligación
esta el castigo, y exemplo publico, en que
también se hallan notados los Eclesiaticos:
Mandamos a los Virreyes, Presidentes,
Audiencias, Gobernadores y Justicias, que
proveyendo del remedio conveniente, y
necesario, hagan castigar, y castiguen los
delitos cometidos en casas de juego, y tablajes
, conforme a su gravedad, y que cesen tales
juegos y juntas de gente valdía, y tan ilícitos,
y perjudiciales aprovechamiento, y costando
que los Governadores, Corregidores, Alcaldes
Mayores, y justicias lo tienen amparan o
permiten, procedan los superiores contra ellos,
haciendo justicia, con particular exemplo, y
demostración; y a los jueces eclesiásticos
encargamos, que usen de su jurisdicción, en
cuanto hubiere lugar de derecho, y mandan
los Sagrados Cánones.” 76

Recopilación, Op. Cit., Tit. 2°, Ley II, pp. 315.


76

91
Memorias y olvidos

En este caso, la ley expresa algo que no había sido


considerado como variable en la primera normativa, los
efectos sociales generados por él juego y a lo que se
encuentra asociado. Visiblemente, aparecen una serie de
adjetivaciones cargadas de moralidad; expresiones como
“gente ociosa” y “baldía”, que radica el juicio ético referido
a que se acercan al juego los sectores “menos sanos” de la
sociedad, los poseedores de unas supuestas “depravadas
costumbres” y justamente con ello se asocian sus
consecuencias “inconvenientes y delitos atroces”,
“blasfemias y muertes” o “pedidas de hacienda”. En este
sentido, el juego queda vinculado a la violencia y a efectos
no queridos socialmente.
Una vez más, los de abajo no son los únicos vinculados al
juego sino que los notables son eje de estas situaciones y
partícipes de ello por lo que la Ley III ordenada por Felipe
II en 1594, enuncia:

“Algunos Ministros togados (y sus mujeres)


debiendo dar mejor ejemplo en todas sus
acciones, corregir y castigar excesos, los
cometían, y los consentían, teniendo en sus
casas tablajes públicos, con todo género de
gentes, hombres y mujeres, donde de día, y de
noche se perdían, y aventuraban honras, y
haciendas. Y porque en materia de tanta
consideración conviene prevenir el remedio, y
cautelar el daño: Mandamos a los Virreyes, y
Presidentes de nuestras Reales Audiencias,

92
El Poder de los Naipes y el Juego

que si otros casos semejantes a estos


sucedieren, llamen al Acuerdo los Oidores,
Alcaldes, o Fiscales, y les digan de nuestra
parte quan mal nos parecen los excesos tan
dignos de reprensión, y la nota, y el
escándalo, que de ellos resultan; y aunque
convendría deliberar, y resolver sobre alguna
extraordinaria demostración, se suspende el
castigo hasta experimentar la enmienda,
advirtiéndoles, que con ninguna ocasión
permitan juego en sus casas, de qualquier
cantidad que sea, y ellos, ni sus mujeres no
vayan a jugar a otra ninguna y no siendo
bastante a Corregirlos, no avisen para
(cortado) proveamos lo conveniente; si los
Ministros de justicia fueren a su provision, los
suspenda de oficio.” 77

Nuevamente, Felipe III (1608) y Felipe IV (1621) en las


Leyes IV y V insisten sobre la cuestión acerca de que los
Oficiales Reales y referentes Militares se preocupan por
controlar y evitar estas situaciones, e implícitamente, por
los efectos que implican. Éstas medidas van en
consonancia con las que se expresan en las leyes XII y
XIII, en las que se refieren puntualmente a los inmediatos
vinculados y los detenidos:

Recopilación, Op. Cit., Libro VII, Título II, Ley III, pág. 315.
77

93
Memorias y olvidos

“Ordenamos que el alcalde y carceleros no


traten, ni contraten con los presos por ninguna
forma, directa o indirecta, ni coman ni jueguen
con ellos, pena de sesenta pesos, y de perder
lo que asi contrataren y jugaren, que
aplicamos por tercias partes a nuestra
cámara, denunciador y pobres de la cárcel.
Los alcaldes y carceleros no consientan ni
permitan que los presos jueguen en la cárcel
dineros, ni otras cosas si no fuere para comer,
y no vendan vino a los pobres, y en caso que
le venda porque así convenga, sea al precio
justo y común y no mas, y no lleven dineros de
carcelaje a los pobres pena de que pagasen
con el cuatro tanto para nuestra cámara.” 78

Los juegos eran comunes en la época por ello la


Recopilación de Leyes de Indias produjo legislación
específica 79 que limitaba su acción. Toda esta normativa,
no sólo muestra la intensión de controlar y evitar los
inconvenientes que se generan en las “tabladas de juego”,
sino que a la vez materializan los supuestos sobre ello. De
manera extensa, L. Johnson (2013) comenta los
problemas originados por el honor en las discusiones
vinculadas al juego, y aunque remite varios ejemplos de
las pulperías y tendejones, también incorpora situaciones

Recopilación, Op. Cit., Libro VII, Titulo VI, Ley XIII, pág. 327.
78

Recopilación, Op. Cit., Libro VII, Título II, Ley I-VII, pág. 315-
79

316.

94
El Poder de los Naipes y el Juego

similares en espacios concretamente laborales. Por ello es


fructuoso analizar lo sucedido en una fábrica de ladrillos:

“Como el dueño de la fabrica había salido de


Buenos Ares en un viaje de negocios, sus diez
empleados y un conocido de una chacra
cercana pasaron la mañana jugando a los
naipes. Durante este juego, el joven chacarero
comenzó a discutir con un hombre más grande
que él, Ramón, por una apuesta. Como estos
dos hombres seguían discutiendo, uno de los
trabajadores de la fábrica de ladrillos, José,
intervino llamando a Ramón “excremento de
Santiago del Estero” e “hijo de mala madre
que había sido arrojado de la carpa”. Ramón
respondió con la misma moneda, llamando a
José “hijo de mala madre”. A los insultos
siguieron los ladrillazos hasta que Ramón
desenfundó un cuchillo y apuñaló fatalmente a
José en el corazón.” 80

Los ataques verbales mutuos en una sociedad en la que la


escritura aún no ha sido extendida a la mayoría de ellos,
no sólo implica una agresión personal sino que penetra en
la lógica del honor y del buen nombre de aquel que es
ofendido. La legislación trataba de reglamentar y limitaré

Johnson, L. (2013); Los Talleres de la Revolución. La Buenos


80

Aires plebeya y el mundo del Atlántico, 1776-1810, Ed.


Prometeo, Bs. As., pág. 108.

95
Memorias y olvidos

estas prácticas a los fines de evitar los resultados


violentos que generaban. No obstante, como ella misma lo
deja en evidencia, eran los mismos responsables de
controlar su cumplimiento los que generaban las
situaciones de juego o propensas a la violencia. En
particular, en las pulperías y las esquinas se evidencia
que jugaban naipes, dados y taba.
Este conjunto de actividades lúdicas apuntan a fomentar
la picardía del jugador y deja en evidencia la legislación
como él hábito permeable para apostar. Por lo menos, la
importancia del Revesino debió ser considerable ya que en
la Península el número de libros de la época dedicados a
la forma de jugarlo eran números y algunos hasta
lograron una 6° Edición 81. El cronista inglés Alexander
Gillespie, cautivado en la reconquista de la ciudad de
Buenos Aires, explicaba en su paso por el pago de Areco,
que los peones:

“Cuando difieren de opinión, hablan ligero y


fuerte, con lo que corresponden sus gestos;
rasgos del carácter que heredan de sus
progenitores europeos. La persona neutral que
no los conozca, concluirá por estos síntomas,
que sus querellas posiblemente no terminarían
sin derramamiento de sangre, pero, a menos
que se susciten por pérdidas de juego, siempre

Razola, F. (1828); Reglas y Leyes que se han de observar en el


81

Revesino; Malilla y los cientos para jugar con perfección, Madrid,


6° Edición, pág. 51-79.

96
El Poder de los Naipes y el Juego

se mitigan en paz. En estas ocasiones pelean


con largos cuchillos que siempre llevan, y
ocurren accidentes (…) Las pulperías son
muchas y allí acude la multitud los domingos
para jaranear después de misa y luego jugar
hasta que uno u otro pierde todo, inclusive los
harapos que cubre su espalda.” 82

Las pulperías se hallan dispersas por la ciudad, campaña


y frontera, asimismo, comportan prácticas sociales muy
similares entre sí. No obstante, las rencillas que generan
los actos de violencia muchas veces se las asocia al
consumo de alcohol y en este caso no aparecen
necesariamente vinculadas. El juego en sí mismo, ya sea
la taba o los naipes, estrechamente emparentado a las
apuestas y podríamos suponer a la burla, suele terminar
en discusiones; no siendo necesario el consumo de
alcohol.
La petición presentada por el Capitán Don Bernardo
Miranda expresa, justamente, los ataques al honor y buen
nombre de algunas personas:

“Exmo sor virrey


El Capn Dn Bernardo Miranda ante Ve con su
m.or venera.on y rendim.to dize= que a causa de

Gillespie, A. (1994); Buenos Aires y el Interior. Observaciones


82

reunidas durante una larga residencia, 1806-1807, ed. AZ, Bs.


As., págs. 105-106.

97
Memorias y olvidos

los malhechores, que corren estas campañas


suceden muchas desgracias, unas, que se
insultan porque no les padesca el honor con
hacer fea la ofensa, desos que les es preciso
llegar al extremo de implorar la autorid.d de los
Jueces, como poco ha sucedió con unos
Varones de una niña honesta; esto nace de
que por lo basto de estas campañas, y la
ocupación de los Jueces, no concurren a dar la
pronta Just.a que ante ellos imploran las
partes ofendidas, por lo que le parece que en
estas circunstancias es necesario que Ve se
digne crear unas quadrillas volante, con
bastantes escolta de gente apercibida para
que esta corra los días festivos, haga pesquisa
de la gente osiosa, y sin aplicaz.n al trabajo, y
de quanto genero de gauderio se oculta en la
campaña con facultad de poder arrestarlo y
remitirlos a esta Rl Carcel y siendo reo
criminoso pueda proceder no solo contra el,
sino contra los que le protegiesen, y
encubrieren, notificándose antes por vando en
las capillas para que llegue a noticia de todos,
nadie pueda alegar ignorancia en caso de ser
comprehendidos en semejante prohiviz.on: De
esta suerte los ociosos viéndose sin abrigo se
aplicaran a la labranza, al cuidado y servicios
de las ext.as y los malhechores huirán por no
ser presos. Esto pende de un buen Gefe
inteligente eficaz, y que no le doblen respetos

98
El Poder de los Naipes y el Juego

ni intereses: que es quanto debe informar a VE


Bs Ays 20 de oct.re de 1784.
Bernardo Miranda” 83.

Los espacios de sociabilidad permitieron a los


trabajadores, peones y milicianos compartir sus vidas
cotidianas. Esto no se reducía a las pulperías
únicamente, sino a los lugares en los que trabajaba y se
vinculaban con los sujetos integrantes de la franja social
intermedia, los sargentos, los capitanes, los pulperos, los
capataces, entre otros.

“Si bien es seguro que cada oficio y actividad


artesanal brindaba los pilares centrales de la
identidad plebeya, la índole compleja e
integrada de la vivienda portea para esta
clase social sugiere la existencia de una
identidad más amplia de clase que se
reforzaba a través de las actividades
recreativas que tenían lugar en las pulperías o
en los lugares donde practicaban deportes o el
juego por dinero en los barrios” 84

De la misma manera que genera una identidad colectiva


desde los espacios apropiados socialmente, asimismo,
reproducen parte de la lógica impuesta por esta

20 de octubre de 1784, AGN, IX, 1-7-2.


83

Johnson, L. (2013); Op. Cit., pág. 97.


84

99
Memorias y olvidos

hegemonía subordinante del dominador. Tal es así, que


reproducen prácticas de la gente decente, ya sea
comprando un esclavo en la primera oportunidad de
bonanza económica o por medio de la cultura del honor,
que practican en discusiones y peleas que terminan con
heridos y muertos 85. La estructura que sostiene este
andamiaje es una cultura del honor, la probidad y la
costumbre 86.

II- A modo de conclusión


Los naipes como tales fueron un objeto de uso común
entre los diferentes sectores de la sociedad. Por el hecho
de estar difundidas socialmente las barajas, fueron una
mercancía capaz de generar recursos fiscales de mucha
importancia. En tanto se valore que estos naipes y sus
imágenes accedieron los trabajadores de la época y demás
sectores sociales, es una herramienta para analizar la
cristalización del orden social vigente.
Los naipes y la sociabilidad fueron tan importantes, que
llegan hasta nosotros casi intactos en su condición de
material simbólico; y como estudio de investigación
ameritan otros ejes de intervención analítica.
En las manos de nuestros estudiantes secundarios se
mantiene un juego, que detenta una estructura social.
Los naipes, en particular, como objeto y mercancía,

Johnson, L. (2013) Op. Cit., pág. 105.


85

Barral, M. (2009); “Prólogo”, en Fradkin, R. (comp.) La ley es


86

tela de araña. Ley, justicia y sociedad rural en Buenos Aires,


1780-1830, ed. Prometeo, Bs. As., pág. 14-15.

100
El Poder de los Naipes y el Juego

pueden ser utilizados como herramienta didáctica que


permita explicar la cristalización de un orden social y la
importancia de las representaciones sociales impresas en
ellos; y nos convoca como docentes investigadores a
representarnos en nuevos desafíos en investigación y
docencia.
De este modo, una historia de los objetos permite
trasvasar, transfundir el estudio fáctico del pasado, para
internarse en la historia de las cosas y de las relaciones
sociales, que en su torno lo que estructuran.
Finalmente, la potencialidad radica en comprender que el
poder intrínseco en la imagen es tan importante como el
poder político; en este caso, favorecido por el uso de estas
imágenes puestas en el juego de los naipes.

101
Memorias y olvidos

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