La cultura como praxis
Zygmunt Bauman cultura como praxís se compone
En el lenguaje de las ciencias
sociales -aunque no únicamente
en él-, el término cullura parece
estar en todas partes y en ninguna.
Muchas veces se utiliza como un
concepto que refiere una zona
vaga, lejana y borrosa de la vida
social que no se puede explicar y
que tampoco sirve para explicar
nada; otras veces es una suerte de
comodín del que se echa mano
cuando se acaban las ideas, por
ejemplo, cuando no se puede dar
cuenta de algún comportamiento
político o económico se dice que
se debe a factores culturales (sin
que se aclaren o definan dichos
factores); algunos más han querido
ver en la cultura la llave maestra
de las relaciones humanas y
sostienen que en ella se oculta la
respuesta a cualquier misterio de
la vida social. La cultura ha sido
un enigma y una certeza en las
ciencias sociales.
En 1999 se publicó la segunda
edición de un libro de 1973 de
Zygmunt Bauman: La cultura
. que rectentemente
como praxiS, '
se
publicó en espailol. En él, Bauman
despliega un prolongado análisis
sobre los usos que se han hecho
del concepto cultura y expone su
propuesta sobre cómo concebirla
y estudiarla.
A tTA SriClm.óc;ICA 35, MAYC>-AGOSTO DEL 1002
Esta nueva edición de La
no de uno sino de dos libros. El
primero, conformado por los tres
capítulos que componían la
versión original y el segundo por
la introducción de casi cien
páginas que Bauman escribió ex
profeso para la edición de 1999.
Esta introducción, que por sf
misma podrfa constituir un
pequeño volumen, merece
atención especial, pues en ella
Bauman intenta por un lado
revalorar su postura sobre algunas
de las afirmaciones que sostuvo
décadas atrás y, por el otro lado,
retomar una serie de temas que
estaban presentes en la primera
edición pero que con el paso del
tiempo han perdido su impacto y
fi lo iniciales ante el público, mas
no han visto disminuida su
importancia.
Asf, Bauman pasa revista a
diversos asuntos relacionados con
la cultura. Entre otras cosas,
describe cultura como un término
ambivalente, en el cual se han
mezclado temas y perspectivas que
no se pueden encajar en una
narrativa sin contradicciones.
Dicha ambivalencia no le resulta
mala a Bauman; tampoco piensa
que sea producto de una falla
metodológica. Más bien, considera
"que refleja fielmente la ambi-
güedad de la condición histórica
que debía captar y narrar" (p. 21 ),
y es por eso que ha resultado ser
280
un término fructífero . Esa
ambigüedad es la ambi-valencia de
la modernidad entre creatividad y
regulación normativa.
En otros momentos de la
introducción Bauman evalúa los
problemas de considerar a la
cultura como un sistema. También
examina la relación entre cultura
e identidad, tomando en cuenta los
problemas del nacionalismo y
manifestando una postura critica
frente al comunitarismo. Al final
de la introducción. el autor se
inclina por describir la época
actual como una época de
pluralísmo cultural, de culturas en
movimiento donde la situación
humana no está marcada por la
ausencia de valores, sino por el
encuentro de una multitud de ellos.
El resto de la obra son los tres
capítulos que formaron la primera
edición, cada uno dedicado a: "La
cultura como concepto'', "La
cultura como estructura'' y "La
cultura como praxis''. En estos
capítulos. cada uno rico en ideas y
construidos sobre el conocimiento
de una amplia gama de corrientes
intelectuales que van de la
sociología clásica y el marxismo,
a la antropología anglosajona y el
estructuralismo francés. En ellos
Bauman diferencia los distintos
universos de significado en los
cuales se ha utilizado el término
cultura. Igualmente, juzga que el
estructuralismo es una postura a
partir de la cual se podrían salvar
varios obstáculos que se han
presentado en el estudio de la
cultura, pero Jo hace rechazando
el uso de un principio único para
explicar la variabilidad de la praxis
humana. Hay que sei'lalar que la
concepción de estructura que
utiliza Bauman tiene semejanzas
con la hoy popular teoría de la
estructuración de Anthony
Giddens (e. g.. ''La estructura
social existe a través del proceso
perpetuo de praxis social y ésta
particular clase de existencia
resulta posible gracias al hecho de
que una cantidad limitada de
patrones culturales modela la
praxis'' tp. 2431).
Se trata. en términos generales,
de un libro que sirve para dilucidar
una serie de vaguedades e
inconsistencias en las que
comúnmente se cae cuando se
habla de cultura. Pero también, es
una obra donde aparecen con
frecuencia argumentos de mucha
agudeza. en medio de una escritura
que envuelve al lector a pesar de
que transite por terrenos no
siempre tersos.
La publicación de esta obra
llama la atención no sólo por su
contenido. A principios del año
2000, en una resel\a a otro \ibro
de Bauman (Globalización.
Consecuencias humanas, Fondo
de Cultura Económica, 1999)
Oliver Kozlarek hacía notar la
ausencia de traducciones al
espaHol de los libros de este
sociólogo.• Sin embargo, en los
escasos dos años y medio que han
LA CVLTURA COMO PRAXIS
pasado desde entonces se han
vertido a nuestro idioma cinco de
sus títulos: Trabajo, consumismo
y nuevos pobres (Gedísa, 2000),
En busca de la política (Fondo de
Cultura Económica, 2001) La
posmodernidady sus descontentos
(Akal, 2001 ), La sociedad
individualizada (Cátedra, 200 1) y
el libro aquí comentado. En
promedio se ha traducido y
publicado un libro cada seis meses.
Se trata de una atención que pocos
científicos sociales logran atraer en
1Cf OliverKozlarek, "¿Giobali;r.aci6n
pos moderna?". en Hoja por Hoja.
Suplemento de libros, ocho de enero de
2000, número 32, pp. 16-17.
281
el medio editorial de nuestra
lengua y es un interés que. aunque
singular, resultará benéfico para la
realización de nuestros quehaceres
intelectuales.
HédorVera
Zygmunt Bauman, La cultura
como pFaxis, traducción de Albert
•
Roca Alvarez. Paidós, Colección
Paidós Studio 154, Barcelona,
2002. 374 pp.