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ASIGNATURA: Lengua y Literatura Curso: 2do Año

TEMA: La novela. Características principales y personajes.

¿A qué llamamos novela?


La novela es una narración que se caracteriza, principalmente, por su extensión; esto se debe
a que, a diferencia de lo que sucede con el cuento, no se limita a desarrollar un solo conflicto, sino
que presenta una serie de episodios en los que interviene un amplio número de personajes
principales y secundarios. La inclusión de diálogos y de extensas descripciones permite dar cuenta
de las relaciones entre estos personajes y la forma en la que interaccionan con el mundo en el que
se mueven.
Así, algunas de sus características principales son:

 Su considerable extensión. Por eso, no podemos leerlas de una sentada como con
los cuentos, sino que su lectura implica pausas. Julio Cortázar, reconocidísimo autor argentino,
ilustra esta diferencia con una metáfora referida al boxeo: “el cuento le gana al lector por
knock out, mientras que la novela le gana la pelea por puntos”.
 La división en capítulos o segmentos, en los que cada uno se relaciona con los
anteriores y posteriores. No siempre implican una progresión en la trama, sino que un
capítulo puede volver hacia atrás en el tiempo o adelantar eventos del futuro. Al primer
recurso lo llamamos analepsis o flashback; al segundo, prolepsis o flashforward.
 Presentan más de un conflicto. Generalmente, tienen un conflicto principal –el cual
se resuelve al final de la novela-, pero cada capítulo puede tener un conflicto propio.
 Participan muchos personajes, los cuales van y vienen a lo largo de la obra. Dada la
multiplicidad de personajes, la novela también puede cambiar de punto de vista entre capítulo
y capítulo.

Los personajes
Los sucesos que mueven la trama de la novela son producidos por las acciones que realizan o
sufren los distintos personajes que participan de la historia. Según el grado de importancia que
tengan en el argumento, estos pueden ser personajes principales, los cuales son imprescindibles
para el desarrollo de la trama, o secundarios, que colaboran en el desarrollo de la misma sin ser
protagonistas.
Entonces, según el tipo de acción que realizan, los personajes pueden clasificarse en:

 Protagonistas: son quienes enfrentan los conflictos e intentan resolverlos;


 Antagonistas: son aquellos que se oponen a los protagonistas y tratan que estos no
cumplan sus objetivos;

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 Ayudantes: son aquellos que le brindan asistencia al protagonista para que este
logre sus objetivos.

Al narrar historias tan extensas, la novela permite cierta movilidad en los personajes. Estos
van mutando, cambiando a medida que se van sucediendo los acontecimientos, y sus roles también
se van modificando. Esta complejidad psíquica de los participantes de la historia hace que la novela
sea un género tan interesante y complejo.

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ASIGNATURA: Lengua y Literatura Curso: 2do Año

TEMA: Estructura de la novela. El narrador y sus efectos


en el relato.

La estructura de la novela
La trama narrativa se caracteriza por presentar una serie de hechos que se organizan en torno
a un eje temporal: se dan unos luego de otros, y establecen entre sí relaciones de causa y
consecuencia. Así, toda narración está compuesta por, al menos, un episodio. En el caso de la
novela, se requiere de una serie de episodios para formar el argumento, los cuales suelen estar
señalados mediante la división en capítulos.
Cada capítulo tiene lugar en un determinado marco en que se produce un suceso. El marco
está conformado por el lugar y el tiempo en que se dan los hechos, y por los personajes que en
ellos participan. Para que haya un suceso, debe haber un hecho fuera de lo común –al que
llamamos conflicto- que se resolverá de forma favorable o desfavorable para los personajes
involucrados. Por supuesto, varios episodios pueden tener el mismo marco.
Ahora bien, la novela es un género muy versátil. Esto quiere decir que, si bien va a
preponderar la narración, en una misma novela pueden convivir diversos géneros discursivos tales
como: el diario personal, la carta, la noticia periodística, entre otros. Generalmente, estos cambios
de discurso se dan entre capítulos. Así, por ejemplo, un capítulo puede ser un fragmento de un
diario personal mientras que el siguiente puede ser estrictamente narrativo ¡Sí, justo como la
novela que estamos leyendo!

El narrador y sus efectos en el relato


El narrador es un elemento fundamental en la trama narrativa porque es la voz que presenta
los sucesos. También puede acompañarlos de una evaluación al incluir su reacción, sus opiniones o
su valoración. Esta evaluación estará determinada en gran medida por el grado de conocimiento
que el narrador tenga de los hechos y por la perspectiva desde la cual los observa. Por esta razón,
los escritores eligen el tipo de narrador con el que construyen el relato según el efecto que
desean lograr. Por ejemplo:

 Narrador interno (protagonista o testigo): al ser uno de los personajes, presenta un


alto grado de subjetividad y de acercamiento con los hechos, sobre todo en el caso del
narrador protagonista. La visión será parcial e interesada: solo conoce lo que vivió o le
contaron, y lo narra según la relevancia que él le asigna. El empleo de este tipo de narrador
permite dar a conocer su mundo interior, pero no el de los otros personajes.

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 Narrador externo (omnisciente o de conocimiento relativo): al posicionarse fuera
del relato, produce el efecto de distanciamiento y de mayor objetividad, al tiempo que asume
una mirada más abarcadora, ya que conoce la totalidad de los hechos. En el caso del narrador
omnisciente, también sabe todo lo que piensan y sienten los distintos personajes. Sin
embargo, puede elegir qué contar y qué hechos ocultarle al lector hasta el final, lo que
demuestra que no es del todo objetivo.

Ahora, dada la multiplicidad de personajes, la novela presenta la posibilidad de variar de uno


a otro personaje o, incluso, combinar distintos tipos de narradores. De esta forma, se obtienen en
un mismo relato diferentes perspectivas sobre los hechos. A esta capacidad de presentar diversas
voces en un mismo relato de la denomina polifonía.
Las diversas voces que constituyen una narración pueden aparecer de diferentes formas.
Estas son:

 Estilo directo: el personaje habla por sí mismo, sin la intervención del narrador.
Gráficamente se representa con la raya de diálogo o a través de las comillas. Ejemplo: Ella
sonrió y le respondió: “Entonces seremos vecinos nuevamente”.
 Estilo indirecto: la voz del personaje aparece subordinada a la del narrador, el cual se
encarga de reproducirla y de hacerla presente en el momento narrativo. Ejemplo: Ella sonrió y
le respondió que entonces serían vecinos nuevamente.
 Estilo indirecto libre: la voz del narrador y la del personaje se confunden por que el
primero toma la voz del segundo y la incluye en su discurso. No hay ninguna marca gráfica
que permita establecer una diferencia entre la voz del narrador y la del personaje. Ejemplo:
Ella sonrió; entonces serían vecinos nuevamente.

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ASIGNATURA: Lengua y Literatura Curso: 2do Año

TEMA: El tiempo de la narración. Relaciones temporales


en la novela.
Cuando contamos algo establecemos un relación temporal entre nosotros y esa historia. Por
ejemplo, cuando contamos una anécdota, narramos sucesos que ocurrieron en el pasado, pero
cuando contamos nuestros planes para el fin de semana armamos una narración con hechos que
pensamos que ocurrirán en el futuro. De la misma forma, un relator de fútbol narra acciones que
suceden al mismo tiempo que las enuncia.
Decimos, entonces, que cuando atendemos a una historia estamos sumergidos
simultáneamente en dos tiempos: uno referido a las acciones que la componen, y otro
correspondiente a su puesta en palabras. Fíjense que es esta misma idea la que sostiene la noción
de tiempo gramatical: cuándo sucede el evento (la acción) con respecto al momento de habla (su
puesta en palabras).
Ahora bien, el pretérito se ha establecido canónicamente como el tiempo de la narración.
Esto se debe a que el pretérito presenta una amplia variedad aspectual (recordemos: el aspecto es
aquella categoría que refleja la duración interna de un evento) lo que nos permite diferenciar, por
ejemplo, los tiempos perfectivos de los imperfectivos. Las distintas formas en las que podemos
conjugar el tiempo pretérito, entonces, nos permiten ordenar los hechos de la narración en una
línea temporal: aquellos que hacen avanzar la historia, aquellos que la detienen para introducir
descripciones, y aquellos que recuperan algún hecho que sucedió con anterioridad al presente de la
narración.
El pretérito perfecto simple, entonces, es utilizado para representar aquellas acciones que
son puntuales y concretas, por lo que hacen avanzar la historia. Por ejemplo:

El libro era un objeto maligno; luchó contra el impulso irreprimible de abrirlo en el final y lo dejó en el piso,
detrás de la puerta, donde lo había encontrado. Casi sin aliento cruzó el hall. Corrió como si lo persiguieran.
Alcanzó a subir al tren en el último vagón, cuando dejaban el oscuro andén atrás y salían a cielo abierto.
(En “El libro”, de Sylvia Iparraguirre)

En el fragmento, los verbos destacados relatan todo lo que hace el personaje a partir de que
se da cuenta de lo que contiene el libro y decide volver a dejarlo donde estaba. A partir de ellas, el
relato avanza en una sucesión de acciones que se vinculan en una relación de causa y consecuencia:
las primeras permiten que sucedan otras, y así hasta llegar al final del relato.
En cambio, las acciones en pretérito pluscuamperfecto se refieren a hechos que sucedieron
con anterioridad al presente de la narración, que es manifestado por el pretérito perfecto simple.
Por ejemplo:

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El libro era un objeto maligno; luchó contra el impulso irreprimible de abrirlo en el final y lo dejó en el piso,
detrás de la puerta, donde lo había encontrado. Casi sin aliento cruzó el hall. Corrió como si lo persiguieran.
Alcanzó a subir al tren en el último vagón, cuando dejaban el oscuro andén atrás y salían a cielo abierto.
(En “El libro”, de Sylvia Iparraguirre)

Así, el verbo destacado señala un evento anterior al momento en el que el personaje decide
devolver el libro; es decir, el personaje encuentra el libro antes de atravesar corriendo la estación.
A diferencia de los anteriores, el pretérito imperfecto se utiliza para realizar descripciones,
así como para expresar acciones durativas (que tienen cierto desarrollo en el tiempo) y reiterativas
(es decir, aquellas que se repiten en el tiempo). Por ejemplo:

El libro era un objeto maligno; luchó contra el impulso irreprimible de abrirlo en el final y lo dejó en el piso,
detrás de la puerta, donde lo había encontrado. Casi sin aliento cruzó el hall. Corrió como si lo persiguieran.
Alcanzó a subir al tren en el último vagón, cuando dejaban el oscuro andén atrás y salían a cielo abierto.
(En “El libro”, de Sylvia Iparraguirre)

En este ejemplo, el verbo “era” introduce información descriptiva sobre el libro; mientras que
los verbos “dejaban” y “salían”, si bien expresan una acción, estas ya no son puntuales sino que
denotan cierta duración en el tiempo.
Dentro de las descripciones que podemos formular a partir del pretérito imperfecto,
podemos destacar dos: aquellas que son estáticas, en donde se describe la apariencia de una
persona, la forma de un objeto, un espacio, etc. como si se tratara de una fotografía (por ejemplo:
“Era un libro pequeño y grueso, de tapas duras y hojas de papel de arroz, inexplicablemente
pesado”); y aquellas que son dinámicas, donde lo que se describe es cómo sucede una acción,
similar a una secuencia cinematográfica (por ejemplo: “Con gesto automático, se pasaba la mano de
dedos abiertos por el pelo”).
Por último, el condicional simple se utiliza para representar acciones que sucederán en un
futuro cercano con respecto al tiempo en el que sucede la acción. Por ejemplo: “Consultó el reloj.
Su tren partiría en diez minutos”.
Podemos sintetizar toda esta información en el siguiente esquema:

NARRACIÓN EN PASADO

Pretérito Perfecto
Pretérito Simple Acciones
Condicional Simple
Pluscuamperfecto puntuales. La historia
Acciones hacia el
Acciones del avanza.
futuro, posteriores
pasado, anteriores
Pretérito Imperfecto al tiempo del relato.
al tiempo del
Acciones durativas. La
relato.
historia se detiene.

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