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En esta escena delante del palacio de Edipo en Tebas, un grupo de ancianos y

jóvenes se encuentra sentado en las gradas del altar, sosteniendo ramas de


olivo y adoptando una actitud suplicante. El Sacerdote de Zeus se adelanta
hacia el palacio mientras Edipo, acompañado por dos ayudantes, observa en
silencio al grupo y luego les dirige la palabra.

Edipo se muestra sorprendido y se pregunta por qué están allí, coronados con
ramas de suplicantes. Les ofrece su ayuda y comprensión, expresando su deseo
de atender sus necesidades.

El Sacerdote de Zeus toma la palabra y revela que la ciudad de Tebas se


encuentra en una situación desastrosa. La ciudad está llena de incienso y cantos
de súplica debido a una epidemia que ha asolado la tierra, debilitando la
prosperidad y causando sufrimiento a la población. Los ciudadanos no se
acercan a Edipo como si fuera un dios, pero sí como el hombre más sabio y
poderoso en ese momento. Le piden que busque alguna ayuda divina o mortal
para resolver la crisis y enderezar la ciudad.

Edipo, conmovido por la situación de la ciudad y su pueblo, promete hacer todo


lo posible para ayudarlos. Reconoce que está sufriendo tanto como ellos y que
su dolor se extiende a la ciudad y a sí mismo. Asegura que ha llorado y luchado
mucho por encontrar una solución a la crisis y se muestra dispuesto a hacer
todo lo necesario para salvar a Tebas.

La escena establece el contexto de la tragedia y la desesperación que enfrenta


la ciudad, mientras Edipo se compromete a buscar una solución a los problemas
que aquejan a su pueblo.

En esta parte de la obra, Edipo reflexiona sobre la difícil situación que enfrenta
Tebas debido a la peste y la necesidad de buscar la ayuda de los dioses para
resolverla. Ha enviado a su cuñado Creonte al oráculo de Delfos para averiguar
cómo pueden proteger a la ciudad. Edipo está ansioso por la respuesta de
Creonte y se preocupa por su tardanza.

El Sacerdote de Zeus y Edipo comentan sobre la llegada de Creonte, esperando


que traiga buenas noticias. Finalmente, Creonte entra en escena y anuncia que
el oráculo de Apolo ha dado una respuesta clara: la peste que asola Tebas se
debe a una mancilla o mancha en la ciudad y que deben expulsarla o purgarla
para detener la calamidad.

Edipo se muestra interesado en saber cómo deben expiar esta mancilla y


descubrir la naturaleza de la desgracia. Creonte explica que deben exiliar al
culpable o liberar la ciudad de una antigua culpa mediante la venganza.
Además, revela que la mancilla está relacionada con el asesinato del antiguo rey
Layo, quien murió antes de que Edipo asumiera el trono. Edipo muestra su
interés en descubrir quién está detrás de esta desgracia y dónde se encuentra el
culpable, y Creonte le informa que Layo desapareció después de haber ido a
consultar al oráculo.

La escena establece el conflicto principal de la obra, que es la búsqueda de la


verdad sobre el asesinato de Layo y la expiación necesaria para salvar a la
ciudad de Tebas de la peste que la azota. Edipo está decidido a resolver este
misterio y poner fin a la maldición que afecta a su pueblo.
En esta parte de la obra, Creonte le informa a Edipo que la única persona que
sobrevivió al ataque en el que murió Layo, el antiguo rey de Tebas, fue un
mensajero. Este mensajero informó que Layo fue asesinado por un grupo de
ladrones, no por una sola mano, sino por muchas. Se cree que el asesinato
podría haber sido planeado desde dentro de la ciudad, ya que los ladrones
pudieron haber sido sobornados.

Sin embargo, después de la muerte de Layo, nadie se presentó como vengador,


ya que la ciudad estaba ocupada por un problema más urgente: la Esfinge, una
criatura enigmática que planteaba acertijos mortales a los habitantes de Tebas.
La atención de la ciudad se centró en resolver los enigmas de la Esfinge, lo que
impidió que investigaran el asesinato de Layo.

Edipo se compromete a descubrir al asesino de Layo y eliminar la mancha que


aflige a Tebas. Ve esto como una oportunidad para ayudar tanto a la ciudad
como a sí mismo, ya que el asesino de Layo podría querer vengarse de él
también.

Luego, Edipo insta al Coro a levantarse y recoger los ramos de suplicantes,


indicando que él tomará medidas para resolver la situación. Entran en el palacio,
y el Coro expresa su esperanza de que el oráculo de Apolo traiga la salvación a
Tebas y ponga fin a la epidemia que aflige a la ciudad.

El Coro también implora a los dioses, incluyendo a Atenea, Artemis y Apolo,


para que los ayuden y los salven de esta calamidad. Describen la grave situación
en la que se encuentra la ciudad, con enfermedades, mala cosecha y muertes, y
ruegan a los dioses que los protejan y los liberen de esta desgracia.
En esta parte de la obra, el Coro de ancianos tebanos expresa su angustia y
desesperación por la terrible situación en la que se encuentra Tebas. La
población está sufriendo innumerables dolores y muertes debido a la peste, y
los niños, abandonados, mueren sin piedad. Las mujeres, tanto las esposas
como las madres, lamentan sus desgracias en las gradas de los templos.

El Coro implora a los dioses, incluyendo a Zeus, Atenea, Artemis y Apolo, para
que los ayuden y los libren de la muerte y la desolación que los rodea. Piden a
los dioses que detengan la furia de Ares, el dios de la guerra, que actualmente
se manifiesta como la peste.

Luego, Edipo se dirige al Coro y les insta a revelar cualquier información sobre
el asesinato de Layo, el antiguo rey de Tebas. Promete recompensar a quien dé
información y le asegura que estará a salvo. Sin embargo, también advierte que
si alguien oculta información o ayuda al culpable, será castigado y expulsado de
la ciudad.

El Coro, representado por el Corifeo, responde que no pueden señalar al


culpable y que solo Apolo, a través del oráculo, puede revelar la verdad. Edipo
reconoce la validez de esta respuesta y enfatiza que no puede obligar a los
dioses a hacer lo que no quieran.

La escena muestra la determinación de Edipo de descubrir la verdad detrás de la


maldición que afecta a Tebas y su disposición a tomar medidas drásticas para
resolver el misterio del asesinato de Layo. La tensión y el misterio continúan en
la obra mientras Edipo busca respuestas y justicia.
En esta parte de la obra, el Coro sugiere que Tiresias, el adivino ciego, podría
tener conocimiento de la causa de las desgracias que afligen a Tebas. Edipo
muestra interés en escuchar lo que Tiresias sabe y comenta que ya ha enviado
mensajeros en busca de información.

Tiresias, un adivino con la capacidad de ver el futuro, entra en escena


acompañado por los mensajeros enviados por Edipo. El Coro elogia a Tiresias
por su habilidad en revelar la verdad y lo considera un defensor y salvador de la
ciudad.

Edipo le pide a Tiresias que revele la causa de la plaga que azota a Tebas y
cómo pueden ponerle fin. Tiresias, en un tono pesimista, lamenta su don de
clarividencia y dice que preferiría no haber venido. Edipo insiste en que revele la
verdad, argumentando que es esencial para salvar a la ciudad y a él mismo de la
impureza causada por la muerte de Layo.

Tiresias se muestra reacio y se dispone a retirarse, pero Edipo lo insta a


quedarse y compartir lo que sabe. Tiresias se muestra frustrado y sugiere que
las palabras de Edipo no son oportunas para él. Edipo le pide a Tiresias que
hable en nombre de la ciudad y de todos los suplicantes presentes.

Sin embargo, Tiresias se niega a revelar lo que sabe y, en cambio, insinúa que
Edipo podría ser el culpable de la desgracia. Edipo se enfurece ante esta
acusación y acusa a Tiresias de traicionar a la ciudad y de ocultar información
importante. La escena aumenta la tensión y el misterio en la obra, ya que Edipo
busca desesperadamente respuestas mientras Tiresias se muestra reacio a
revelar la verdad.
En esta parte de la obra, Tiresias, el adivino ciego, y Edipo están inmersos en
una intensa discusión. Tiresias se muestra reacio a revelar la causa de la plaga
que azota a Tebas y acusa a Edipo de ser el responsable del crimen que ha
traído la desgracia a la ciudad. Edipo, enfurecido y herido en su orgullo,
responde acusando a Tiresias de estar implicado en un complot con Creonte, a
quien Edipo sospecha de querer tomar su trono.

Tiresias insiste en que es Edipo quien está ciego y que no comprende la


magnitud de sus propios problemas. Él sugiere que Edipo no sabe quiénes son
sus padres y que está destinado a sufrir un destino terrible. Edipo,
desconcertado por las palabras enigmáticas de Tiresias, le pregunta quiénes son
sus padres, pero Tiresias responde de manera enigmática.

La escena está llena de tensión y confrontación, y ambos personajes


intercambian acusaciones y advertencias. Tiresias se mantiene firme en su
posición, mientras que Edipo está cada vez más frustrado y preocupado por las
acusaciones en su contra. Esta confrontación es crucial en el desarrollo de la
trama y aumenta el misterio en torno a la verdadera identidad y culpa de Edipo.
En esta parte de la obra, Tiresias ha pronunciado un enigmático pronóstico que
sugiere que el asesino de Layo, el anterior rey de Tebas, vive entre ellos y que es
una persona que no es quien parece ser. Tiresias también ha insinuado que esta
persona está destinada a sufrir un destino terrible y que pronto será revelada su
verdadera identidad. Su pronunciamiento ha dejado a los personajes y al coro
confundidos y preocupados.

Edipo se ha retirado a su palacio, mientras que el coro reflexiona sobre las


palabras de Tiresias y la profecía de la pitia de Delfos. Están ansiosos por
descubrir la verdad detrás de los enigmas que rodean a Edipo y su conexión con
la muerte de Layo.

En este punto, Creonte, el cuñado de Edipo y uno de los principales consejeros,


llega y se entera de las acusaciones de Edipo contra él. Creonte está
preocupado por la gravedad de las acusaciones y asegura a los ciudadanos que
no ha conspirado contra Edipo ni ha manipulado a Tiresias. Está dispuesto a
someterse a cualquier investigación para probar su inocencia y resolver la
situación.

La tensión en la obra sigue creciendo a medida que se profundiza el misterio y


se plantean nuevas preguntas sobre la identidad y la culpabilidad de Edipo en
relación con el asesinato de Layo y la plaga que aflige a la ciudad de Tebas.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, Edipo confronta a Creonte con
acusaciones de traición y conspiración. Edipo cree que Creonte está tratando de
tomar su lugar como rey y lo acusa de haber conspirado con el adivino Tiresias
para perjudicarlo.

El Corifeo, por su parte, se encuentra en la escena y actúa como observador y


narrador de los eventos que están ocurriendo. El Corifeo no toma partido en la
disputa entre Edipo y Creonte, pero está presente para comentar sobre la
situación y expresar las preocupaciones del pueblo.

En esta conversación, Creonte trata de explicar que su intención era buscar


respuestas del oráculo de Delfos para resolver los problemas en la ciudad y no
conspirar contra Edipo. Edipo, sin embargo, está convencido de que Creonte
está involucrado en una conspiración en su contra.

Esta escena es parte del conflicto central de la obra, donde Edipo está tratando
de descubrir la verdad sobre su propio pasado y el asesinato de Layo, mientras
que Creonte se defiende de las acusaciones de Edipo. La tensión y el drama
aumentan a medida que avanza la trama.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, se desarrolla un diálogo entre
Edipo y Creonte. Edipo acusa a Creonte de conspirar para derrocarlo y afirma
que Creonte está buscando obtener el poder absoluto en la ciudad. Creonte,
por su parte, se defiende de estas acusaciones y argumenta que no tiene
intención de usurpar el trono ni conspirar contra Edipo.

Creonte explica que no tiene ningún deseo de ser rey y que prefiere el poder y
la influencia que ya tiene sin asumir la carga total de la realeza. Además, señala
que está dispuesto a someterse a un juicio en Delfos para demostrar su
inocencia en relación con el oráculo. También advierte a Edipo sobre la
importancia de no condenar a alguien sin pruebas sólidas.

El Corifeo, el líder del coro, comenta sobre la sabiduría de la cautela y la


importancia de no apresurarse a juzgar sin evidencia.

La tensión entre Edipo y Creonte continúa en esta parte de la obra, y se revelan


diferencias de opinión y desconfianza entre los dos personajes. La trama se
desarrolla a medida que Edipo intenta descubrir la verdad sobre su propia
historia y el asesinato de Layo.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, se desarrolla un diálogo entre
Edipo, Creonte y Yocasta. Creonte y Edipo están enfrascados en una disputa
sobre la acusación de conspiración que Edipo ha lanzado contra Creonte.
Yocasta, la esposa de Edipo y hermana de Creonte, interviene para calmar la
situación y evitar que la disputa empeore.
Creonte niega las acusaciones de Edipo y afirma que no ha conspirado contra él
ni tiene la intención de hacerlo. Edipo, sin embargo, se mantiene firme en sus
acusaciones y argumenta que Creonte está tramando en su contra.

Yocasta insta a ambos a detener la discusión y resolver el conflicto de manera


pacífica, recordándoles que la ciudad ya está sufriendo y que no deben
empeorar la situación con disputas internas. Ella hace un llamado a la prudencia
y le pide a Edipo que considere la posibilidad de estar equivocado antes de
tomar decisiones drásticas.

El coro también se une a la súplica de Yocasta, instando a Edipo a escuchar y ser


prudente, y a no lanzar acusaciones sin pruebas sólidas. La tensión en la escena
es palpable, ya que las acusaciones y la desconfianza entre los personajes
principales aumentan.

Esta parte de la obra muestra cómo la trama se complica con las disputas y
tensiones entre los personajes, mientras Edipo sigue buscando la verdad sobre
su propio pasado y el asesinato de Layo.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, se intensifica la disputa entre
Edipo y Creonte. Creonte niega las acusaciones de Edipo de que está tramando
contra él y argumenta que no tiene motivos para hacerlo. Edipo, sin embargo,
sigue desconfiando de Creonte y está dispuesto a tomar medidas drásticas,
como el destierro o la ejecución.

Yocasta, la esposa de Edipo y hermana de Creonte, interviene para calmar la


situación. Ella insta a ambos a poner fin a la disputa y a resolver sus diferencias
de manera pacífica, recordándoles que la ciudad ya está sufriendo debido a la
plaga y que no deben empeorar la situación con conflictos internos.

El coro también se une a la súplica de Yocasta, pidiéndole a Edipo que sea


prudente y que no lance acusaciones infundadas contra su pariente,
especialmente basadas en rumores no confirmados. El coro muestra su
preocupación por la ciudad y teme que los problemas personales de los líderes
afecten aún más a los ciudadanos.

Esta parte de la obra refleja la tensión y la desconfianza entre los personajes


principales y la creciente preocupación por la situación de la ciudad. La
resolución de esta disputa tendrá un impacto significativo en el desarrollo de la
trama y en el destino de los personajes.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, Edipo y Yocasta discuten sobre
la acusación de Creonte de que Edipo es el asesino de Layo. Yocasta trata de
calmar a Edipo y le dice que no debe preocuparse por los oráculos y las
profecías, ya que no siempre se cumplen de manera literal. Ella le cuenta la
historia del oráculo que predijo la muerte de Layo a manos de su propio hijo, y
cómo esa profecía no se cumplió de la manera esperada, ya que Layo fue
asesinado por bandidos en lugar de por su hijo.

Yocasta intenta convencer a Edipo de que los oráculos no siempre son


confiables y que no debe temer su destino. Sin embargo, Edipo sigue
preocupado y decidido a descubrir la verdad sobre su propio origen y el
asesinato de Layo.

Esta conversación entre Edipo y Yocasta arroja luz sobre la compleja relación
entre los personajes y la creciente tensión en la trama. La obra continúa
explorando el destino y la profecía, y la lucha de Edipo por descubrir la verdad
sobre su identidad y el misterio que rodea a Layo.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, Edipo se da cuenta de que las
palabras de Yocasta sobre la muerte de Layo y la ubicación de la encrucijada
coinciden con la información que había obtenido del adivino Tiresias. Esto lo
llena de temor y ansiedad, ya que sospecha que podría estar relacionado con la
profecía del oráculo que predijo que él mataría a su padre y se casaría con su
madre.

Edipo se muestra cada vez más preocupado y quiere hablar con el sirviente que
sobrevivió al ataque en la encrucijada para obtener más información sobre lo
que sucedió. Temiendo las implicaciones de sus acciones, Edipo se encuentra en
una situación de profundo desconcierto y ansiedad, sin saber a dónde lo llevará
su búsqueda de la verdad.

Esta parte de la obra refleja el crecimiento de la tensión y la angustia en la


trama, ya que Edipo se acerca cada vez más a la revelación de su propio destino
trágico y al descubrimiento de la verdad sobre su identidad y su conexión con el
asesinato de Layo.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, Edipo revela a Yocasta la
historia de su vida antes de llegar a Tebas. Explica cómo había sido criado como
el hijo adoptivo del rey Pólibo y la reina Mérope de Corinto. Sin embargo,
durante un banquete, alguien insinuó que Edipo no era el verdadero hijo de sus
padres adoptivos, lo que lo llevó a buscar respuestas sobre su verdadera
identidad.

Edipo consultó al oráculo de Delfos en busca de respuestas y recibió una


profecía aterradora que predijo que mataría a su padre y se casaría con su
madre. Para evitar este destino, Edipo huyó de Corinto y llegó a una encrucijada
de caminos cerca de Tebas, donde mató a un hombre mayor y a su séquito en
un altercado, sin saber que uno de ellos era el rey Layo de Tebas.

Edipo ahora teme que esta acción lo haya llevado a cumplir sin saberlo la
profecía del oráculo, y se da cuenta de que podría ser el asesino de su propio
padre. También comprende que, si esta verdad sale a la luz, enfrentará una serie
de calamidades, incluyendo un matrimonio con su madre y la muerte de su
padre adoptivo, Pólibo.

Yocasta intenta consolar a Edipo y le asegura que los oráculos no siempre son
confiables. Sin embargo, Edipo está profundamente angustiado y espera que un
pastor que estuvo presente en el lugar del asesinato pueda proporcionar más
información y ayudar a aclarar la verdad sobre su pasado.

Esta parte de la obra refleja la creciente conciencia de Edipo sobre su destino


trágico y su creciente angustia a medida que se acerca a la verdad de su
identidad y su participación en los eventos pasados. La tragedia se desarrolla
aún más a medida que Edipo busca respuestas y Yocasta lucha por calmar sus
temores.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, el coro reflexiona sobre la
importancia de la pureza en las palabras y acciones, y cómo la insolencia y la
arrogancia pueden llevar a la destrucción. También expresan su deseo de que
los dioses protejan a la ciudad y castiguen a quienes actúan de manera impía.

Luego, Yocasta, la esposa de Edipo, entra en escena y anuncia su intención de


llevar ofrendas a los templos de los dioses para buscar la liberación y
purificación de Edipo, quien está angustiado por los eventos recientes.

En ese momento, un mensajero llega de Corinto y saluda a Yocasta. Le dice que


tiene buenas noticias para ella y su esposo, pero también le advierte que la
noticia podría ser dolorosa. La escena termina con Yocasta preguntando al
mensajero sobre la noticia que trae de Corinto, lo que crea suspense y
anticipación en la trama.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, el coro reflexiona sobre la
importancia de la pureza en las palabras y acciones, así como sobre la insolencia
y la arrogancia que pueden llevar a la destrucción. Expresan su deseo de que los
dioses protejan a la ciudad y castiguen a quienes actúan de manera impía.

Luego, Yocasta, la esposa de Edipo, entra en escena y anuncia su intención de


llevar ofrendas a los templos de los dioses en busca de liberación y purificación
para Edipo, quien está angustiado por los eventos recientes.

En ese momento, un mensajero llega de Corinto y saluda a Yocasta. Le dice que


tiene buenas noticias para ella y su esposo, pero también le advierte que la
noticia podría ser dolorosa. La escena termina con Yocasta preguntando al
mensajero sobre la noticia que trae de Corinto, lo que crea suspense y
anticipación en la trama.
n esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, el mensajero de Corinto
informa a Yocasta y Edipo sobre la muerte de Pólibo, el hombre que Edipo creía
que era su padre biológico. El mensajero explica que Pólibo murió debido a su
avanzada edad y no por causas sospechosas.

Edipo, al enterarse de la muerte de Pólibo, siente un alivio temporal, ya que cree


que ha evitado el cumplimiento del oráculo que predecía que mataría a su
propio padre. Sin embargo, Yocasta aprovecha la oportunidad para señalar que
los oráculos y los presagios no son confiables y que no debería temer casarse
con su madre, ya que muchas personas han tenido sueños incestuosos sin que
eso se convierta en realidad.

Esta escena refleja la creciente ansiedad de Edipo y su lucha contra su destino. A


pesar de la noticia de la muerte de Pólibo, la sombra de los oráculos y las
profecías continúa persiguiendo a Edipo, y la tragedia sigue desarrollándose en
la trama.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, el mensajero de Corinto revela
a Edipo la verdad sobre su origen. El mensajero le dice a Edipo que Pólibo y
Mérope no son sus verdaderos padres, lo que sorprende a Edipo y lo deja
ansioso por conocer la verdad.

El mensajero explica que Edipo fue dado a Pólibo y Mérope cuando era un bebé
por otro pastor de Corinto, que lo había encontrado en el monte. Esto significa
que Pólibo y Mérope no son sus padres biológicos, y, por lo tanto, el temor de
Edipo de cumplir la profecía de matar a su padre y casarse con su madre no se
aplica a ellos.

Esta revelación es un giro importante en la trama, ya que lleva a Edipo a


cuestionar su verdadera identidad y buscar respuestas sobre su origen. La
historia se complica aún más a medida que se desvelan más detalles sobre su
pasado y su conexión con el oráculo de Delfos.
En esta parte de la obra, el mensajero de Corinto le revela a Edipo que Pólibo y
Mérope no son sus padres biológicos. El mensajero explica que encontró a
Edipo cuando era un bebé en el monte Citerón, con los tobillos perforados y
quebrantado. En lugar de dar detalles sobre su origen, el mensajero se refiere a
otro pastor que le entregó a Edipo. Este otro pastor, según el mensajero, era
uno de los servidores de Layo, el antiguo rey de Tebas.

Edipo se da cuenta de que está más cerca de descubrir la verdad sobre su


origen y su conexión con las profecías de Delfos. Busca más información sobre
el pastor que lo entregó a los cuidados de Pólibo y Mérope y espera encontrar
respuestas en su testimonio. La revelación de que no es hijo de Pólibo y Mérope
tiene un gran impacto en Edipo y lo lleva a cuestionar aún más su identidad y
destino. La trama continúa desarrollándose a medida que se acercan a la verdad
sobre el pasado de Edipo.
En esta parte de la obra, Edipo está decidido a descubrir la verdad sobre su
origen a pesar de las advertencias de Yocasta. Cuando el anciano pastor
finalmente llega, Edipo cree que podría obtener respuestas de él, ya que este
hombre está relacionado con la historia de su infancia. A medida que el misterio
se aclara lentamente, los personajes y el coro comienzan a especular sobre
quién podría ser el verdadero padre de Edipo.

El coro alaba la región de Citerón, ya que Edipo podría ser nativo de allí, y
expresan su gratitud a los dioses por dirigirlos hacia la verdad. La búsqueda de
la identidad de Edipo está llegando a su conclusión, y la revelación de su
verdadero origen se acerca.

La entrada del anciano pastor, que parece ser el enlace entre Edipo y su pasado,
marca un momento crucial en la trama, y los personajes y el público están a
punto de descubrir la verdad sobre la vida de Edipo.
n esta escena, el anciano pastor que cuidó de Edipo cuando era un niño
finalmente reconoce a Edipo y confirma su verdadera identidad. El anciano
admite que recibió al bebé Edipo de otro pastor y que lo entregó al mensajero
corintio, quien luego llevó al niño a Corinto. Esto revela que Edipo no es hijo de
Pólibo y Mérope, como creía, sino que fue adoptado por ellos después de ser
encontrado en el monte Citerón.

El mensajero corintio también confirma que él mismo entregó a Edipo al


anciano pastor y lo llevó a Corinto. Esta revelación saca a la luz la verdad sobre
el origen de Edipo y su identidad como el hijo de Layo y Yocasta, lo que
desencadenará una serie de eventos trágicos en la obra.

La tensión y el suspense aumentan a medida que Edipo se acerca a descubrir la


verdad sobre su vida y las profecías que lo rodean. La revelación de su
verdadera identidad como el asesino de su propio padre y el esposo de su
madre será un punto crucial en la tragedia de "Edipo Rey".
En la obra "Edipo Rey" de Sófocles, Delfos es mencionada en el contexto de la
búsqueda de respuestas y consejos por parte del protagonista, Edipo. Aquí hay
un resumen de cómo se relaciona Delfos con la trama de la obra:

1. Antecedentes: Al comienzo de la obra, la ciudad de Tebas está plagada


por una terrible plaga que ha causado estragos en la población. El rey
Edipo se entera de que esta plaga es el resultado de una maldición divina
que ha caído sobre la ciudad debido a un crimen sin resolver. Para salvar
a Tebas de la plaga y descubrir la causa de la maldición, Edipo decide
enviar a su cuñado Creonte a Delfos para consultar al oráculo de Apolo.
2. Consulta al Oráculo: Creonte regresa de Delfos con una respuesta del
oráculo de Apolo en Delfos. El oráculo revela que la plaga en Tebas se
debe a la presencia de un asesino dentro de la ciudad que aún no ha
sido castigado. El oráculo también advierte que el asesino es un miembro
de la familia real de Tebas.
3. Investigación de Edipo: Alarmado por la respuesta del oráculo, Edipo
comienza su propia investigación para descubrir al asesino y liberar a
Tebas de la plaga. A medida que profundiza en la búsqueda de la verdad,
Edipo descubre información perturbadora que lo lleva a cuestionar su
propia identidad y su relación con los reyes de Corinto, quienes lo criaron
como su propio hijo.
4. Revelación de la Profecía: A medida que la trama avanza, Edipo
descubre la verdad sobre su origen y se da cuenta de que él es el asesino
al que busca y que la profecía del oráculo de Delfos se ha cumplido.
Edipo ha matado a su propio padre, el rey Layo, y se ha casado con su
madre, Yocasta, sin saberlo.

En "Edipo Rey", Delfos y el oráculo de Apolo desempeñan un papel crucial en la


configuración de la trama, ya que la búsqueda de respuestas y la revelación de
la profecía desencadenan una serie de eventos trágicos que conducen a la caída
del rey Edipo y su familia. La obra examina temas profundos como el destino, la
verdad y la ceguera moral, y la consulta al oráculo en Delfos es un elemento
central en el desarrollo de la historia.

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