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Edipo se muestra sorprendido y se pregunta por qué están allí, coronados con
ramas de suplicantes. Les ofrece su ayuda y comprensión, expresando su deseo
de atender sus necesidades.
En esta parte de la obra, Edipo reflexiona sobre la difícil situación que enfrenta
Tebas debido a la peste y la necesidad de buscar la ayuda de los dioses para
resolverla. Ha enviado a su cuñado Creonte al oráculo de Delfos para averiguar
cómo pueden proteger a la ciudad. Edipo está ansioso por la respuesta de
Creonte y se preocupa por su tardanza.
El Coro implora a los dioses, incluyendo a Zeus, Atenea, Artemis y Apolo, para
que los ayuden y los libren de la muerte y la desolación que los rodea. Piden a
los dioses que detengan la furia de Ares, el dios de la guerra, que actualmente
se manifiesta como la peste.
Luego, Edipo se dirige al Coro y les insta a revelar cualquier información sobre
el asesinato de Layo, el antiguo rey de Tebas. Promete recompensar a quien dé
información y le asegura que estará a salvo. Sin embargo, también advierte que
si alguien oculta información o ayuda al culpable, será castigado y expulsado de
la ciudad.
Edipo le pide a Tiresias que revele la causa de la plaga que azota a Tebas y
cómo pueden ponerle fin. Tiresias, en un tono pesimista, lamenta su don de
clarividencia y dice que preferiría no haber venido. Edipo insiste en que revele la
verdad, argumentando que es esencial para salvar a la ciudad y a él mismo de la
impureza causada por la muerte de Layo.
Sin embargo, Tiresias se niega a revelar lo que sabe y, en cambio, insinúa que
Edipo podría ser el culpable de la desgracia. Edipo se enfurece ante esta
acusación y acusa a Tiresias de traicionar a la ciudad y de ocultar información
importante. La escena aumenta la tensión y el misterio en la obra, ya que Edipo
busca desesperadamente respuestas mientras Tiresias se muestra reacio a
revelar la verdad.
En esta parte de la obra, Tiresias, el adivino ciego, y Edipo están inmersos en
una intensa discusión. Tiresias se muestra reacio a revelar la causa de la plaga
que azota a Tebas y acusa a Edipo de ser el responsable del crimen que ha
traído la desgracia a la ciudad. Edipo, enfurecido y herido en su orgullo,
responde acusando a Tiresias de estar implicado en un complot con Creonte, a
quien Edipo sospecha de querer tomar su trono.
Esta escena es parte del conflicto central de la obra, donde Edipo está tratando
de descubrir la verdad sobre su propio pasado y el asesinato de Layo, mientras
que Creonte se defiende de las acusaciones de Edipo. La tensión y el drama
aumentan a medida que avanza la trama.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, se desarrolla un diálogo entre
Edipo y Creonte. Edipo acusa a Creonte de conspirar para derrocarlo y afirma
que Creonte está buscando obtener el poder absoluto en la ciudad. Creonte,
por su parte, se defiende de estas acusaciones y argumenta que no tiene
intención de usurpar el trono ni conspirar contra Edipo.
Creonte explica que no tiene ningún deseo de ser rey y que prefiere el poder y
la influencia que ya tiene sin asumir la carga total de la realeza. Además, señala
que está dispuesto a someterse a un juicio en Delfos para demostrar su
inocencia en relación con el oráculo. También advierte a Edipo sobre la
importancia de no condenar a alguien sin pruebas sólidas.
Esta parte de la obra muestra cómo la trama se complica con las disputas y
tensiones entre los personajes, mientras Edipo sigue buscando la verdad sobre
su propio pasado y el asesinato de Layo.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, se intensifica la disputa entre
Edipo y Creonte. Creonte niega las acusaciones de Edipo de que está tramando
contra él y argumenta que no tiene motivos para hacerlo. Edipo, sin embargo,
sigue desconfiando de Creonte y está dispuesto a tomar medidas drásticas,
como el destierro o la ejecución.
Esta conversación entre Edipo y Yocasta arroja luz sobre la compleja relación
entre los personajes y la creciente tensión en la trama. La obra continúa
explorando el destino y la profecía, y la lucha de Edipo por descubrir la verdad
sobre su identidad y el misterio que rodea a Layo.
En esta parte de la obra "Edipo Rey" de Sófocles, Edipo se da cuenta de que las
palabras de Yocasta sobre la muerte de Layo y la ubicación de la encrucijada
coinciden con la información que había obtenido del adivino Tiresias. Esto lo
llena de temor y ansiedad, ya que sospecha que podría estar relacionado con la
profecía del oráculo que predijo que él mataría a su padre y se casaría con su
madre.
Edipo se muestra cada vez más preocupado y quiere hablar con el sirviente que
sobrevivió al ataque en la encrucijada para obtener más información sobre lo
que sucedió. Temiendo las implicaciones de sus acciones, Edipo se encuentra en
una situación de profundo desconcierto y ansiedad, sin saber a dónde lo llevará
su búsqueda de la verdad.
Edipo ahora teme que esta acción lo haya llevado a cumplir sin saberlo la
profecía del oráculo, y se da cuenta de que podría ser el asesino de su propio
padre. También comprende que, si esta verdad sale a la luz, enfrentará una serie
de calamidades, incluyendo un matrimonio con su madre y la muerte de su
padre adoptivo, Pólibo.
Yocasta intenta consolar a Edipo y le asegura que los oráculos no siempre son
confiables. Sin embargo, Edipo está profundamente angustiado y espera que un
pastor que estuvo presente en el lugar del asesinato pueda proporcionar más
información y ayudar a aclarar la verdad sobre su pasado.
El mensajero explica que Edipo fue dado a Pólibo y Mérope cuando era un bebé
por otro pastor de Corinto, que lo había encontrado en el monte. Esto significa
que Pólibo y Mérope no son sus padres biológicos, y, por lo tanto, el temor de
Edipo de cumplir la profecía de matar a su padre y casarse con su madre no se
aplica a ellos.
El coro alaba la región de Citerón, ya que Edipo podría ser nativo de allí, y
expresan su gratitud a los dioses por dirigirlos hacia la verdad. La búsqueda de
la identidad de Edipo está llegando a su conclusión, y la revelación de su
verdadero origen se acerca.
La entrada del anciano pastor, que parece ser el enlace entre Edipo y su pasado,
marca un momento crucial en la trama, y los personajes y el público están a
punto de descubrir la verdad sobre la vida de Edipo.
n esta escena, el anciano pastor que cuidó de Edipo cuando era un niño
finalmente reconoce a Edipo y confirma su verdadera identidad. El anciano
admite que recibió al bebé Edipo de otro pastor y que lo entregó al mensajero
corintio, quien luego llevó al niño a Corinto. Esto revela que Edipo no es hijo de
Pólibo y Mérope, como creía, sino que fue adoptado por ellos después de ser
encontrado en el monte Citerón.