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Buenos días, mi nombre es María Durruty (DNI 36.225.

759) y mis aportes sobre el


tema son los siguientes:

a. ¿Cómo repercute la teoría del título y el modo en el presente caso?

Personalmente, concordando con lo antes expuesto por mis compañeros,


considero que la teoría del título y el modo es fundamental para analizar el caso
planteado ya que están relacionados de manera directa, lo cual puede
evidenciarse en varias partes del relato de la Sra. María Luisa Carrer.

Por ejemplo, cuando la representada indica que su padre, el Sr. Juan Manuel
Carrer, le adquirió una casa habitación y una serie de galpones anexos a la Sra.
Josefina Colombo, mediante compraventa instrumentada en escritura pública.

De esta forma, la Sra. Colombo se obliga a transferir al Sr. Colombo un inmueble


mediante el pago de un precio. Pero hay que aclarar que esa transmisión no puede
realizarse de cualquier modo, sino que nuestro código indica que todos aquellos
casos que se trataren de transmisión, adquisición, o modificación de derechos
reales sobre inmuebles tiene que hacerse en formato de instrumento público (en
este caso la escritura traslativa de dominio).

Es decir que la escritura pública N° 329 que refiere el caso, autorizada por el
escribano Gonzalo Sánchez Alonso e inscripta en el Registro de la Propiedad
acredita la categoría de titular registral del derecho.

Si no existiera el título suficiente, no se podría considerar todavía nacido el


derecho real (en este caso, de dominio) ya que el mismo es necesario para
formalizarlo.

Pero además de este título, para adquirir un derecho real se necesita el modo. En
este sentido, coincido con mi compañera Bianca cuando indica que el modo en
dicha escritura se realizó al momento que el Sr. Carrer firmó la escritura, ya que de
esta manera quedó realizada la tradición posesoria.

B. ¿En qué momento se debería analizar la buena o mala fe de las distintas


relaciones de poder sobre las cosas?

La buena o mala fe debería analizarse en el momento que empiezan las relaciones


de poder, ya que de esta manera podemos verificar, por ejemplo, si se trata de una
posesión legítima o ilegítima.

De esta forma también podemos establecer cuáles son los derechos en relación
con el inmueble en cuestión. Esto es importante ya que no es lo mismo ser un
poseedor legítimo a ser un poseedor ilegítimo de mala fe, es decir, los efectos son
sumamente diferentes.

Por ello, siguiendo la normativa, hay que comprender que la buena fe es estar
persuadido de obrar conforme a derecho y que sólo quien alega la mala fe le
incumbe la carga de la prueba (salvo en casos indicados por la ley), mientras
tanto, la buena fe del poseedor se presume.

Dicho esto, en el caso planteado se puede suponer que la relación de poder del Sr.
Carrer que inicia en 1990 es una posesión legítima ya que ejercía un derecho real
que se constituyó según las exigencias de la normativa, y por lo tanto, se presume
la buena fe, mientras que el Sr. Monti actuó de mala fe cuando la duración
de contrato terminó y no restituyó el inmueble, sino que tomó la
posesión del mismo de manera unilateral, ya que manifiesta por
actos exteriores la intención de privar a la otra parte de la
posesión.

C. ¿Por qué es tan importante el acto adquisitivo de la relación de poder?

El acto adquisitivo es importante debido a que las relaciones de poder se tratan de


un poder material, es decir del contacto físico de la persona con la cosa. A partir de
ese momento es en donde la persona puede tener la utilidad y el provecho de la
cosa en base a un derecho real, por ejemplo, cuando el Sr. Carrer adquiere el
inmueble Colombo mediante la compraventa en el año 1990 o cuando le alquiló
esta propiedad a la empresa MONTI SRL.

Asimismo, coincido con mi compañero Facundo cuando indica que el acto


adquisitivo es esencial para determinar cómo las partes adquirieron y ejercen el
poder sobre el inmueble ya que de ello dependerá la resolución de la disputa.

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