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Por lo que en el interior del músculo tienen lugar una serie de procesos para
resintetizar el ATP descompuesto. El primer proceso que se pone en marcha cuando hay
necesidades de energía para volver a formar el ATP es la destrucción de la fosfocreatina
(que también es un compuesto de alta energía):
La velocidad de resíntesis del ATP en este tipo de metabolismo es muy alta (la
energía por unidad de tiempo que es capaz de formar es muy alta), pero la cantidad total
de energía que es capaz de formar es muy pequeña. El agotamiento de este sistema
viene dado por la disminución del sustrato energético, de forma que si los depósitos de
fosfocreatina se agotan, el proceso no puede continuar. Las reservas musculares de PrC
pueden ser utilizadas por completo (las de ATP, no), lo que representa una capacidad
suficiente para mantener el nivel de producción de ATP durante unos 20-30 segundos al
70% del consumo máximo de oxígeno. Sin embargo, para un ejercicio máximo de
sprint, esas reservas se agotan en menos de 10 segundos.
Esta vía anaerobia de resíntesis de ATP nos permite realizar eventos deportivos con
una potencia máxima y de corta duración por ejemplo carrera de 100 metros, salto de
longitud, salto de altura, lanzamiento del disco, la jabalina, el martillo, entre otros
eventos. Nos permite por tanto romper la inercia, es decir, pasar rápidamente del estado
de reposo al ejercicio, cambiar súbitamente el ritmo del ejercicio y acelerar para llegar a
la meta.
El ácido láctico se difunde fácilmente a través de las membranas celulares, según sea
el gradiente de concentración. A los músculos en actividad llega la sangre, lo cual
permite que el ácido láctico contacte el sistema tampón de bicarbonato de sodio
(NaHCO3) y ocurra entonces un desprendimiento de CO2.
Por último, hay que señalar la manera en que interactúan entre sí cada uno de estos
sistemas energéticos durante el esfuerzo muscular, y ello constituye un aspecto muy
importante a tener en cuenta, porque se puede modificar en dependencia a las
particularidades del esfuerzo realizado, o sea, que cada sistema está determinado por
propias condiciones en lo referente a las condiciones metabólicas de su ejecución, que
lo definen 2 factores:
De ahí que, para analizar el comportamiento de cada sistema energético hay que ante
todo establecer una correlación entre las variaciones de la velocidad del esfuerzo y las
variaciones de la duración del mismo (o sea, a medida que aumenta la intensidad de su
ejecución, disminuirá el tiempo de su ejecución y viceversa).
Para facilitar esto, se han definido 4 áreas diferentes que definen la interacción entre
los 3 sistemas energéticos, y ellas son:
Para finalizar, queremos puntualizar que para determinar la magnitud del gasto
energético como consecuencia de un esfuerzo físico, existen diversos métodos (tres
fundamentalmente), y ellos pueden estar basados en el cálculo de la variación de los
recursos energéticos (éste es muy engorroso y complejo) , siendo las más usuales la
determinación del consumo de O2, así como la producción de calor, de ellos por la
comodidad y factibilidad de su realización el más usual es la determinación del
consumo de O2 ( tanto durante el esfuerzo, así como en la recuperación), lo cual nos
permite tener un reflejo del gasto en condiciones del esfuerzo por vía aerobia y en
condiciones de recuperación (aplicando la deuda de O2), así como las fracciones
alactácida y lactácida ),y por otra parte , la determinación de lactato, nos permite
conocer la medida en que la vía glagolítica actúa en el esfuerzo.
Conclusiones
A modo de conclusión podemos decir que en las diferentes modalidades del atletismo
se produce un tipo de aportación energética por sistemas aeróbicos y anaeróbicos, de
forma que los dos procedimientos forman un continuum energético (funcionan a la vez),
y depende del tipo de esfuerzo de que se trate y de sus requerimientos energéticos, el
hecho de que predomine un sistema u otro. Para valorar las contribuciones relativas de
las fuentes de energía, aeróbicas y anaeróbicas, se utilizan los analizadores de gases (de
laboratorio o portátiles).
Auto carga: Se trata de aquellos ejercicios en que se emplea como resistencia el peso
del propio cuerpo o partes de él, como en los saltos, trepas, cuadrúpedas, ejercicios
de gimnasia general, etc.
Carga exterior: Serían aquellas situaciones en que existe una resistencia o sobrecarga
adicional al peso corporal, serían:
Las barras y discos, es el medio más usual, permiten cuantificar la carga muy
exactamente y modificarla. Lo difícil es cuantificar la velocidad de ejecución.
Aquí también incluimos aquellas máquinas que aportan múltiples
posibilidades de realizar la sobrecarga: de resistencia variable, neumáticas,
excéntricas, de freno eléctrico, biocinéticas, dirigidas por ordenador, etc.
Los ejercicios isométricos, basados en los ejercicios en que no hay movimiento por
intentar vencer resistencias insalvables desarrollando contracciones isométricas.
El electro estimulación, derivada de su utilización en rehabilitación y recuperación.
Se aplica una corriente eléctrica con electrodos al músculo que provoca su
estimulación pero sin movimiento.
A través del aumento del tamaño del músculo, por una hipertrofia muscular, lo que
se denomina un “entrenamiento de desarrollo muscular”.
Número de series: De 3 a 8.
Los sujetos que no realizan actividad física, que no entrenan, no son capaces de activar
de forma sincronizada un gran número de unidades motoras de su musculatura, esto se
puede lograr desarrollando un entrenamiento de coordinación intramuscular, que por el
empleo de cargas máximas y sub-máximas (75 - 100 %), se produce cuando
movilizamos las mismas.
Repeticiones: De 1 a 5 (5 al 75 %, 4 al 80 %, 3 al 85 %, 2 al 90 %, 1 al 95 -
100 %)
Número de series: 5 a 8.
Repeticiones: 6 a 10.
ENTRENAMIENTO COMBINADO.-
Repeticiones: De 6 a 10.
Es decir, si deseo que en las actividades de preparación que desarrollo domine la fuerza,
necesitaré de unas cargas determinadas, por encima del valor del 20 % del máximo que
se indica; y si, por el contrario, quiero desarrollar la resistencia deberé modificar esas
cargas para que no superen el 20 % de la fuerza máxima, y conllevarán, además, un
número importante de repeticiones.
Repeticiones: 10 y más.
Durante el Segundo y Tercer Ciclo de Educación Primaria (Entre los ocho y los
doce años):
El aumento de los valores de testosterona, más en los chicos que en las chicas, en estas
edades, mejoran las condiciones del organismo para el desarrollo de un programa de
desarrollo de la fuerza.