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K (Kendra) Entrevistadora
T: (Tania) Entrevistada
K: Nombre no hay de que, gracias a usted por dedicarme un poquito de su tiempo ¿Cuál es
su nombre?
T: Mi nombre es Tania
T: Así sea
K: ¿Cuál es su profesión?
K: Ok, bueno ¿Usted podría hoy contarnos una anécdota de su pasado o algo que usted
quiera contarnos?
T: mira estuve pensando en una anécdota y bueno quisiera platicar una anécdota que no es
mía, es una anécdota que vivió mi mamá, pero a mí me dejó muy impresionada, siempre
desde que me la platicaba cuando íbamos con mis abuelitos a vacacionar o en alguna cena,
siempre salían las anécdotas que mis tíos y mi mamá vivían porque vivían en otra época, en
una época de muchísima inocencia y donde realmente los niños eran dueños de la calle y se
metían donde querían, realmente la inseguridad no eran los mismos tiempos que vivimos
T: Mi mamá tenía con sus hermanos tenían un grupo de amiguitos con los que salían pues a
convivir, a jugar lo que se pudiera, y en una ocasión fueron a jugar con una niña y su papá
era el vigilante de una maderería, la niña tenía una hermana más chiquita, la niña ha de
haber tenido a esa edad mi mamá y sus amiguitos como 10 años y tenía la niña que los
invitó tenía una hermanita de 6 años. A esa hermanita, bueno jugaban, se aventaban los
niños al aserrín como si fuera una alberca, eso también me impresionaba porque bueno
realmente decía mi mamá, nos íbamos hasta abajo y salíamos del aserrín, o sea realmente
actividades pero bueno en eso momento eso hacían, iban y se aventaban clavados,
agarraban de alberca el aserrín, jugaban con las herramientas y todo con lo que encontraban
en la maderería y en los lugares en donde iban y ellos andaban. Pero jugando con una
maquina uno de los niños, por supuesto fue accidental, le cortó dos de los deditos a la
hermanita más chiquita de la amiguita y bueno yo creo que no sé qué habrá sido, el chiste
es que la niña no sentía dolor, no se percataban de lo que había pasado, lo que más me
llamo y me dejo así como no sé cómo un sentimiento raro era que los niños lo primero que
pensaron en hacer fue pegarle los dedos, encontraron un bote de pegamento y le pusieron
pegamento a sus deditos, encontraron los deditos allí, todos llenos de aserrín y le pegaron
los deditos a la chiquilla y luego le envolvieron esos deditos con no sé, creo que alguien le
arrancó un pedazo de trapo de ahí de sus vestidos, de lo que llevaban y le envolvieron los
papá de las niñas y se percató de la niña, que pues yo creo que tenía los dedos chorreando
de sangre y le dijo oye que te pasó? Vio los deditos y pues se la llevaron de inmediato al
hospital, desafortunadamente pues la niña perdió los dos dedos pues por supuesto pero fue
una anécdota que platicaba y que realmente a mí me hacía sentir no sé, raro porque de
verdad que inocencia como para hacer ese tipo de cosas entre ellos, de los juegos que
tenían, luego como eran tiempos muy bonitos o con mucha inocencia y más de amistad y de
convivencia también era de peligro y de que no medían luego la inocencia era mucho más
que la que hoy tienen los niños, no? Bueno esa es la anécdota que yo quería platicarte
K: Pues muchas gracias por su tiempo, por esta anécdota tan traumática, se lo agradezco
mucho de verdad