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LA CALIDAD DEL TRABAJO. Miguel Ángel Altuna Isasmendi.

2011

ALTUNA ISASMENDI, MIGUEL A. (2011):

"La calidad del trabajo”,


en Bericat Alastuey, Eduardo y Camarero Rioja, Mercedes (Dirs.),

La Calidad Social en Andalucía, España y


Europa. Un sistema de Indicadores,

pp. 75-88, Editorial Biblioteca Nueva (Grupo Editorial Siglo XXI), Madrid.

I.S.B.N: 978-84-9940-283-3

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LA CALIDAD DEL TRABAJO. Miguel Ángel Altuna Isasmendi. 2011

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CALIDAD DEL TRABAJO

Introducción

Al hablar de calidad del trabajo siempre aparece su perspectiva plural y


se constata una interrelación entre calidad del trabajo y calidad general de vida.
A mayor calidad del trabajo, mayor calidad de vida y viceversa. Según los
ámbitos en los que se maneje la expresión, se le suele dar un mayor o menor
alcance. Desde una visión sectorial, que limita la expresión a aspectos
vinculados con la seguridad y salud en el puesto de trabajo, hasta una
integrada que incluye tanto aspectos particulares del puesto de trabajo como
otros generales del funcionamiento del mercado de trabajo en su conjunto.
También se puede concebir desde aspectos objetivos o bien desde la
percepción del trabajador.

En este apartado se analiza la calidad del trabajo en Andalucía, es decir,


la calidad del empleo existente y los factores o dimensiones que ponen de
manifiesto su calidad. Esta perspectiva más limitada no facilita sin embargo la
definición de lo que es calidad del trabajo. Por ello, es imprescindible disponer
de algunos elementos o dimensiones sobre los que poder construir una
definición de este concepto y en los que basar los análisis de la calidad del
trabajo andaluz.

La calidad del trabajo así entendida es una variable general de orden


superior al de la satisfacción con el trabajo. Superadas las teorías que,
partiendo de una jerarquía de necesidades, afirmaban que los trabajos serán
más o menos satisfactorios en relación a su capacidad de cubrir una mayor
cantidad de necesidades, las investigaciones posteriores separaron unos
factores de higiene de otros motivadores 1. En la actualidad, quedan ya lejos
los tiempos en que el ser humano tenía que trabajar únicamente para cubrir
sus necesidades básicas. Hoy el trabajo cumple un conjunto mucho más

1
PEIRÓ, J.M.(1992): Psicología de la organización, UNED, Madrid.

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amplio de funciones y su calidad, valoración y satisfacción presenta unas


dimensiones que integran en referencias personales las valoraciones sociales.

A pesar de las mejoras tecnológicas, en otras ocasiones como


consecuencia de ellas y de las exigencias de los procesos productivos en el
mercado, los factores ambientales y de desarrollo físico del trabajo siguen
condicionando fuertemente nuestra relación con la salud y el malestar
funcional, y por tanto incidiendo en la calidad del trabajo. Igualmente, los
factores motivadores implican un enriquecimiento de los puestos de trabajo, es
decir, que otorgan al trabajador responsabilidad, autonomía, control y como
consecuencia una mayor calidad a su trabajo. Finalmente, en la satisfacción
con el trabajo, en su calidad, la retribución confiere una unidad de medida y de
valoración personal y social.

El trabajo ocupa una posición central en la vida de las personas. Las


condiciones del trabajo, su estabilidad, el tiempo de trabajo, el tipo de trabajo,
su organización, su compensación económica, sus influencias y repercusiones
en la salud y seguridad, su compaginación con la vida familiar y social, las
posibilidades de promoción, tienen una gran influencia en el bienestar
individual. Tomando como base consideraciones teóricas y valoraciones
sociales, así como las relativas a los ámbitos en los que se estructuran las
informaciones recogidas por los organismos relacionados con la calidad del
trabajo, las dimensiones en que se ha descompuesto la calidad del trabajo son
las siguientes: Estabilidad, promoción y formación; Seguridad y Salud; Factores
físicos y sociales; Organización, cooperación y participación; Tiempo de trabajo
y vida social; Satisfacción y retribución.

Los indicadores adquieren una parte importante de su significación


cuando son comparados con los datos de los mismos indicadores en entornos
territoriales y administrativos diferentes y cuando contamos con series
temporales. En este momento establecemos el punto de partida del análisis de
la calidad del trabajo en Andalucía, situado de forma general y a tenor de la

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fecha de los datos analizados, en el año 20072. Algunos de los indicadores


manifiestan aspectos positivos relacionados con la calidad del trabajo, es decir,
cuanto más alto sean sus valores denotan una mayor calidad. Otros, por el
contrario, revelan aspectos que inciden negativamente en la calidad del trabajo.
Cuanto más bajo sean mayor calidad del trabajo mostrarán.

La calidad del trabajo y sus dimensiones

Dimensión Estabilidad, promoción y formación

Esta dimensión está relacionada directamente con la seguridad


temporal que proporciona un empleo. La incertidumbre o inestabilidad en
general y especialmente en el ámbito laboral puede producir desasosiego y
situaciones psicosociales negativas para el desarrollo vital de las personas. La
precariedad tiene efectos en la salud física y mental del trabajador 3 y propicia
una mayor accidentalidad4. En sentido contrario, se valora positivamente la
estabilidad porque permite a los trabajadores organizar de manera más
eficiente su vida más allá del corto plazo, despejando parte de las
incertidumbres que caracterizan la modernidad como un “tiempo líquido”5, y

2
Las fuentes principales de datos son para Andalucía y España: MTIN, ENCT
(Ministerio de Trabajo e Inmigración, Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo) /
Para Europa: EWCO. EWCS, (European Working Conditions Observatory, European
Working Condition Survey). Los datos europeos usados como referencia comparativa
del EWCS son del año 2005. En el pie de la tabla final se especifican otras fuentes y/o
localizaciones de los datos y la concreta de cada indicador.
3
OMS, Organización Mundial de la Salud, Comisión de determinantes sociales de la
salud (2008): Subsanar las desigualdades sociales en una generación. Alcanzar la
equidad sanitaria actuando sobre los determinantes sociales de la salud. Documento
en la red. El informe muestra que más de un 25% de los varones españoles que
trabajan sin contrato tiene problemas mentales, frente a un escaso 6% de los que
cuentan con puesto fijo.
4
Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions (2007): Fourth
European Working Condition Survey, Documento en la Red.
5
BAUMAN, ZYGMUNT (2007): Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre,
Edt. Tusquets, Barcelona.

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aspirar a ventajas como la promoción laboral a la que no aspiran los


trabajadores temporales.

Tanto en España como en Andalucía el porcentaje de asalariados con


contrato temporal es muy alto, triplicando en el caso andaluz el porcentaje de
los contratos temporales existentes en Europa. En temporalidad la situación de
España en el contexto europeo resulta peculiar, y la de Andalucía lo es aún
más. La mayor importancia relativa que tienen a escala regional ramas de
actividad con un fuerte carácter cíclico y estacional, el peso que tiene el trabajo
no cualificado y el arraigo de lo que puede ser denominado la “cultura de la
temporalidad”, contribuyen a explicar, entre otras razones de menor peso, el
diferencial que existe entre Andalucía, España y Europa en materia de
temporalidad contractual. La percepción personal de la posibilidad de perder el
trabajo en los próximos seis meses alcanza a algo menos de uno de cada cinco
andaluces, superando la situación de España (15%) y la europea (13,7%). Esta
percepción subjetiva sigue manifestando un alto volumen de incertidumbre
laboral en Andalucía, pero aquilata la gran diferencia manifestada en la
temporalidad.

La cara positiva de esta dimensión la presentan los dos siguientes


indicadores. La promoción laboral es la posibilidad de ascenso profesional que
ofrece un empleo. Está muy ligada al aumento de formación y capacidades del
trabajador, así como a su permanencia en la empresa y suele implicar un
incremento salarial y del valor del trabajador en la empresa. Tres de cada 10
trabajadores andaluces dicen tener buenas posibilidades de ascenso
profesional. La cifra de Andalucía está muy cercana a la europea. La formación
ha dejado de ser un punto de partida para convertirse en una constante del
desarrollo de la vida profesional. Los cambios tecnológicos y organizativos y el
peso del conocimiento en la nueva economía, la inscriben como faceta
importante de la calidad del empleo. En este ámbito, Andalucía supera
ligeramente la situación europea siendo aproximadamente uno de cada diez los
adultos que han participado en labores de formación continua. Andalucía
presenta, por tanto, unas posibilidades de promoción y formación muy parejas

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a las europeas, con un nivel de incertidumbre laboral mayor y con una más
abultada temporalidad a la que también se acerca España.

Dimensión Seguridad y salud

Un requisito básico para que un empleo pueda ser considerado de


calidad es que garantice unas condiciones laborales suficientemente seguras
que disminuyan el riesgo de accidente, así como de padecer enfermedades
físico-mentales inducidas por el desarrollo de la actividad laboral. En el ámbito
individual la incidencia de la salud en la calidad de vida personal y por tanto su
relación con la calidad del trabajo está fuera de toda duda. A menor incidencia
o repercusión negativa del trabajo en la salud y a menor incidencia de
enfermedades o dolencias, será mayor la calidad del trabajo y la calidad de
vida. En esta dimensión se presentan indicadores subjetivos que monitorizan la
incidencia del trabajo en la salud y las dolencias más habituales tanto en el
ámbito físico como en el mental, y se añade un claro indicador objetivo como
es la evolución de los accidentes graves de trabajo.

Algo menos de un cuarto de los trabajadores andaluces manifiestan que


de alguna manera su actividad laboral repercute de forma negativa en su salud.
Siendo una cifra importante, es sensiblemente menor a la que se produce en
Europa donde más de un tercio se manifiesta de igual modo. Es decir, según
perciben y manifiestan los propios trabajadores en Andalucía y en España, la
repercusión del trabajo en la salud parece ser menor, posibilitando por tanto
una mejor calidad del trabajo. Sin embargo, la consideración y el diagnóstico de
las patologías profesionales podrían explicar en parte esta diferencia. El
diferencial en el diagnóstico de patologías profesionales que se produce entre
diversas CCAA y en general con Europa arropa dicha interpretación. En
muchas CCAA se produce un infradiagnóstico de enfermedades laborales 6 que

6
Es el diagnóstico médico el que fija la frontera entre la enfermedad laboral y la
común, y ese diagnóstico además de repercutir en los salarios del trabajador parece
incidir en la percepción personal del trabajador. Según CEC-UGT, en el norte de
España se declara una enfermedad profesional por cada, como máximo, mil
trabajadores. En Madrid, Canarias o Andalucía esa declaración se produce por cada

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se pasan a considerar como enfermedades comunes. Esos diagnósticos, que


desasocian ciertas dolencias del ámbito laboral, parecen repercutir en una
menor percepción de la repercusión laboral en la salud.

Indicadores de Calidad Laboral de sentido negativo (cuanto más altos peor).


Ranking en relación a Europa, EU=100

Temporalidad contractual (% de asal.con C. Temporal)

Dolor de espalda (% de trab.)

Realizar tareas monótonas (% de trab.)

Incertidumbre laboral (% de trab.)

Necesidad de mover cargas pesadas (% de trab.)

Salud psico-física, estrés (% de trab.)

Ritmo alto de trabajo (% de trab.)

España
Realización de movimientos repetitivos (% de trab.)
Andalucía

Supervisión directa del jefe (% de trab.)

Posturas dolorosas o fatigantes (% de trab.)

Horas de trabajo semanales (promedio)

Dolencias internas, dolor de cabeza (% de trab.)

Recibir amenazas de violencia física (% de trab.)

Repercusión general del trabajo en la salud (% de trab.)

Atención sexual no deseada (% de trab.)

0,0 50,0 100,0 150,0 200,0 250,0 300,0 350,0

Analizando alguna de las dolencias más comunes con las que el trabajo
repercute en la salud se observa que entre los andaluces que dicen tener
repercusiones laborales en la salud, casi dos de cada tres son de tipo musculo-
esquelético (como dolor de espalda), en cifras semejantes a las de España,
mientras en Europa son sensiblemente menos habituales. A pesar de que el
trabajo parece tener una repercusión general en la salud menor en España y
Andalucía que en Europa, las dolencias musculares inciden en casi un 15% del

2.500 trabajadores o más.

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total de los trabajadores, mientras que en Europa no alcanzan al 9% de los


trabajadores. Las dolencias internas (dolor de cabeza) presentan cifras más
homogéneas y menores, incidiendo en el 5% del total de los trabajadores
europeos y en menos del 3% de los andaluces. Para uno de cada cuatro
andaluces (24,6%) la fuerza física está entre las tres primeras cualidades
importantes para su trabajo7 y ese predominio de la fuerza física, propio de
actividades laborales de menor cualificación y más abundantes en el sector
primario y en la construcción, son comparativamente preponderantes en la
estructura socioeconómica de Andalucía.

El informe 2008 de la Organización Mundial de la Salud (Comisión de


determinantes sociales de la salud) confirma que las condiciones laborales
tienen un efecto directo sobre nuestra salud. Según el citado informe de la
OMS, el estrés producido a consecuencia del trabajo está asociado con un
50% más de riesgo de sufrir enfermedades coronarias graves y manifiesta
además que los trabajos que exigen una mayor demanda bajo control son
factores agravantes del riesgo de sufrir problemas físicos y psíquicos entre los
que se encuentran la depresión y la ansiedad. En Andalucía casi un tercio
(30,5%) de los trabajadores dice tener estrés. La cifra es ligeramente superior a
la española y supera claramente a la europea 22,3%.

La siniestralidad laboral es un factor importante, y merece un tratamiento


específico, pero las repercusiones generales del trabajo en la salud, el malestar
y las dolencias son igualmente fundamentales y atañen a más trabajadores. La
siniestralidad laboral contemplada en la evolución de los accidentes graves de
trabajo ha evolucionado positivamente desde 1998, descendiendo en
Andalucía en un 10%. La evolución de la siniestralidad en España ha sido
ligeramente mejor con un descenso del 13%. En ambos casos, la menor
incidencia de los accidentes graves ha sido mucho menor que la producida en
el mismo periodo en Europa donde ha descendido un 22%. Cualquiera que sea
la noción de calidad del trabajo que se maneje, ha de incluir una referencia a la
seguridad laboral como un factor de incidencia fundamental en los estándares

7
FUNDACIÓN CENTRO DE ESTUDIOS ANDALUCES (2006): Clases sociales y
estructura social, documento en la red.

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de calidad del trabajo. En este ámbito, y teniendo en cuenta también otros


criterios, la situación de Andalucía resulta en general muy similar a la media
española, ya que la denominada tasa de accidentados y de enfermos laborales
es tan sólo algo más reducida a escala de Comunidad Autónoma que a escala
nacional. A las repercusiones personales de la siniestralidad laboral y de las
incidencias laborales sobre la salud habría que añadir sus importantes efectos
y costes sociales. El elevado absentismo debido a los accidentes laborales y a
las dolencias relacionadas con el trabajo y las enfermedades profesionales, así
como el alto número de incapacidades permanentes de origen profesional, es
la consecuencia más visible que pueden tener en el mercado laboral las malas
condiciones de salud y seguridad en el trabajo.

De cara al futuro, y teniendo en cuenta consideraciones tanto


demográficas como político-económicas, será necesario atraer y mantener a
más personas en el mercado de trabajo en el contexto de una mano de obra
más envejecida y, por consiguiente, más vulnerable. Ello exigirá fomentar más
aún la mejora de las condiciones de salud y seguridad en el trabajo.

Dimensión Factores físicos y sociales


Las condiciones físicas en que se desarrolla la actividad laboral inciden
en la calidad del trabajo. Las posiciones, los movimientos, las repeticiones
reiteradas, las cargas pesadas que hay que mover, pueden producir cansancio,
accidentes y tener repercusiones en la salud, en la confortabilidad del trabajo y,
por otra parte, en los rendimientos. Los avances tecnológicos y la mejora de los
instrumentos o herramientas de trabajo no implican que estos factores físicos
no sigan siendo parcialmente determinantes en la calidad de un puesto de
trabajo, incluidos todos los sectores desde el primario hasta los más
avanzados.

En Andalucía, tres de cada cuatro trabajadores manifiestan realizar


movimientos repetitivos en el desempeño de su función. Más de la mitad de los
trabajadores dicen padecer posturas laborales dolorosas y fatigantes, y pocos
menos, 47,9%, dicen que entre sus actividades laborales necesitan mover

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cargas pesadas. En todos esos indicadores supera Andalucía la situación


española y europea, destacando la distancia existente en la necesidad de
mover cargas pesadas. La preponderancia sectorial y el menor valor añadido
de cualificación parecen estar en la base de dicho diferencial.

Indicadores de Calidad Laboral de sentido positivo (cuanto más alto mejor).


Ranking en relación a Europa, EU=100

Accidentalidad. Descenso de accid. graves de


trabajo, % sobre 1998

Remuneración objetiva dineraria (Euros año)

Trabajo a tiempo parcial (% de trab.)

Percepción positiva de la remuneración (% de trab.)

Aplicación de iniciativas e ideas (% de trab.)


España
Andalucía
Buena conciliación con vida social y familiar (% de
trab.)

Satisfacción laboral (% de trab.satisfechos)

Posibilidades de promoción y ascenso (% de trab.)

Recibir colaboración y ayuda (% de trab.)

Formación continua (% de pobl. 25-64años)

0,0 20,0 40,0 60,0 80,0 100,0 120,0

Igualmente, en el ejercicio de la actividad laboral se pueden producir


relaciones personales tanto hacia el interior de las organizaciones como hacia
el exterior. Esas relaciones, “formales e informales”, pueden ser más o menos
cordiales y gratificantes y están tuteladas por normas laborales, civiles y
penales. Sin embargo, en ocasiones pueden ser conflictivas, violentas e
indeseadas. En estos factores sociales la situación andaluza sale mucho mejor

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parada comparativamente. El 4,5% de los trabajadores andaluces expresa


haber recibido amenazas de violencia física en el ejercicio de sus funciones, en
Europa son 6 de cada cien, y en España no alcanzan el 4%. El 0,6% de los
trabajadores andaluces dicen haber sido objeto de atención sexual no deseada,
en España el 0,7% y en Europa dichas incidencias son más del doble de
ambas situaciones, 1,8%.

La menor tasa de actividad femenina andaluza y española podría


explicar parte de la diferencia, e igualmente la percepción personal puede estar
matizada por los roles y estereotipos de los hombres y mujeres y por la
percepción societaria de lo que se considera amenazas y acoso sexual en un
contexto de mayor desempleo. Con todo ello, se manifiesta una percepción que
incide en una valoración comparativamente positiva de estos factores sociales
que repercuten claramente en una mayor calidad del trabajo. Su incidencia es
relativamente pequeña pero las amenazas de violencia física o el ejercicio real
de la misma y el acoso o la atención sexual no deseada pueden convertir en un
“infierno” el ejercicio de la actividad laboral.

Dimensión Organización, cooperación y participación


La organización del trabajo implica unos ajustes entre tareas y tiempos.
La exigencia de una velocidad excesiva puede producir cansancio, labores mal
realizadas, accidentes y enfermedades. Tres de cada cuatro andaluces
trabajan a un ritmo muy rápido y la cifra es parecida en España, siendo
igualmente mayoritaria dicha exigencia en Europa.

El control directo del ritmo por un superior, además de desasosiego y


estrés, puede ser negativo para el enriquecimiento de cada puesto de trabajo y
para la adquisición de responsabilidades, aspectos que inciden sobre la calidad
del trabajo8. El 40% de los trabajadores andaluces tiene un control directo del
ritmo por parte de un superior y en España la cifra es similar, en Europa son un
cinco por ciento menos.

8
SARRIES SANZ, L. (1993): Sociología de las relaciones industriales en la sociedad
postmoderna, Mira editores, Madrid.

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Tanto en España como en Andalucía seis de cada diez trabajadores


realizan tareas monótonas, en Europa son 4. Muchas facetas de la vida
presentan reiteraciones o monotonías, pero cuando la mayoría de las tareas a
desarrollar en un puesto de trabajo son monótonas, independientemente de si
están o no asociadas a procesos mecánicos, se produce un proceso de
alienación y de pérdida del sentido de la propia identidad 9, incluyendo tedio,
aburrimiento y cansancio, e incidiendo negativamente en la productividad y
satisfacción.

La cooperación entendida como posibilidad de recibir ayuda para el


ejercicio de las tareas y la posibilidad de aplicar las ideas e iniciativas propias
enriquecen un puesto de trabajo y posibilitan una mayor calidad del mismo. El
espíritu y la posibilidad de colaboración entre compañeros de trabajo es amplio,
siendo el 70% de los trabajadores andaluces los que dicen poder recibir ayuda
de colegas. Las cifras son ligeramente peores, es decir inferiores, en España y
Europa. La mitad de los trabajadores andaluces pueden aplicar ideas propias
en el trabajo. En España y Europa la cifra de los que pueden tener iniciativas
propias es superior, alcanzando el 58,4% en Europa.

Dimensión Tiempo de trabajo y vida social


A pesar de los incrementos de productividad la jornada laboral no se ha
reducido mucho desde hace más de 60 años10. El trabajo sigue siendo un
elemento central en nuestras vidas, pero no lo es todo. Una jornada laboral que
posibilite nuestra realización global en otras facetas de nuestra vida al disponer
de mayor cantidad de tiempo es algo claramente positivo para valorar un
puesto de trabajo. Igualmente se considera como de mayor calidad la
organización horaria del trabajo que posibilite una mejor conciliación entre la
vida profesional y la vida privada familiar o social.

En Andalucía se trabaja como promedio más horas semanales que en


España y en Europa. Veinte minutos semanales más que en España y hora y

9
MARCUSE, H.(1994): El hombre unidimensional. Estudios sobre la ideología de la sociedad industrial
avanzada, Edt. Ariel.
10
FINKEL, L. (1994): La organización social del trabajo, Edt. Pirámide, Madrid.

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media más que en Europa. La mayoría clara de los trabajadores manifiesta que
puede conciliar su vida laboral con su vida social y familiar. Setenta y dos de
cada cien trabajadores andaluces dicen que tienen una buena adaptación de
los horarios laborales con los compromisos laborales y sociales. En Europa son
ochenta de cada cien y en España setenta y siete. La posibilidad de trabajar a
tiempo parcial, con las implicaciones que puede tener para compaginar la
actividad laboral con otras actividades familiares y sociales, y siempre que sea
voluntaria y adscrita de forma igualitaria y sin estereotipar roles tradicionales,
es un hecho positivo. Tanto en Andalucía como en España dicha posibilidad se
da en menor medida que en Europa. En las primeras los contratados a tiempo
parcial son el 12% de los ocupados, alcanzando en Europa casi el 18.

Dimensión Satisfacción y retribución


Esta dimensión hace referencia a las características que debe presentar
un empleo determinado para que el trabajador lo considere satisfactorio y
compatible con sus perspectivas de desarrollo profesional, tanto desde un
punto de vista salarial, como de condiciones y estatus. Un objetivo esencial del
empleo es proporcionar unos salarios que garanticen unos niveles de bienestar
socialmente aceptables. La retribución figura habitualmente como uno de los
elementos más determinantes para la valoración de la calidad del trabajo 11.
Incardinado con otros aspectos y dimensiones y prescindiendo por tanto de un
carácter reduccionista, el salario o la remuneración toma el importante papel
que le corresponde.

Más del 80% de los trabajadores europeos se siente en general


satisfecho con las condiciones de trabajo, la cifra es muy parecida en España y
en Andalucía. La satisfacción es general y homogénea. La remuneración
objetiva contabilizada en Euros es sensiblemente menor en Andalucía que en
Europa. El salario medio bruto andaluz es aproximadamente el 65% del
europeo, el español alcanza el 73% del mismo. Estas remuneraciones brutas
dinerarias en euros no tienen en cuenta el diferencial de precios y el coste de la

11
IPSOS (2007): Barómetro europeo Accor 2007 sobre clima laboral Bienestar y
motivación en el trabajo. Documento en la Red.

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LA CALIDAD DEL TRABAJO. Miguel Ángel Altuna Isasmendi. 2011

vida en los diferentes países. En las comparaciones que tienen en cuenta la


paridad del poder adquisitivo referentes al PIB por habitante o por ocupado
(para poder así comparar directamente las cifras) la posición de Andalucía
viene representada por cifras superiores al 80% y las de España superan el
90% en PIB por ocupado o incluso mejoran la situación media europea en PIB
por habitante. La remuneración es por tanto en Andalucía comparativamente
menor a nivel dinerario y también, aunque en menor medida, en paridad de
poder adquisitivo. La especialización sectorial y el menor valor añadido en los
procesos productivos parece estar en la base de las diferencias, aunque
parece que igualmente se sustenta en un menor coste de la vida que tiende a
desdibujarse con el paso del tiempo y que hacen claramente más barato el
mercado salarial andaluz y en sentido contrario propician una menor
remuneración y por tanto una menor calidad del trabajo. El 43% de los
trabajadores europeos percibe de forma positiva su remuneración y la cifra es
similar en España. Dicho porcentaje, el de los que consideran que reciben un
buen sueldo por su trabajo, es seis puntos inferiores en Andalucía.

Conclusiones

Hace años la escasez de empleo o de puestos de trabajo era el


problema por excelencia, el problema contra el que era necesario dirigir todas
las energías. En la actualidad, hay que seguir prestando una atención
primordial a la creación de empleo, en especial cuando estamos asistiendo a
un incremento de los datos de desempleo como consecuencia de la crisis
económica nacional e internacional que comenzó a dejar sentir sus efectos en
el año 2008. Pero resulta también necesario atender a otras cuestiones que
cobran un mayor relieve y que están asociadas con la creación numérica de
empleo. Entre dichas cuestiones están las características de los empleos que
se crean.
La interrelación entre calidad y cantidad de empleo se ha visto
corroborada con simulaciones dinámicas que demuestran que, sin una mejora
de la calidad, la creación de empleo se mantiene por debajo de su potencial 12
Véase, por ejemplo, Comisión Europea (2002), New forms of work organisation, The
12

benefits and impact on performance, CE-V/6-02-001-EN-C, y Thomas K. Bauer (2003),

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LA CALIDAD DEL TRABAJO. Miguel Ángel Altuna Isasmendi. 2011

La calidad del empleo es también crucial para volver a atraer al mercado de


trabajo a los trabajadores de más edad y a las personas a cargo de personas
dependientes.

Diversos estudios cualitativos y cuantitativos han demostrado que las


nuevas formas de organización del trabajo, que incluyen nuevas estructuras
organizativas, métodos de trabajo más flexibles y menos jerárquicos, mayor
participación de los trabajadores y nuevos sistemas de compensación y
evaluación del rendimiento, tienden a aumentar la productividad y el empleo.
Por tanto, la relación entre calidad del empleo y productividad también es
positiva13. En particular, una mejora en la organización y las condiciones de
trabajo, así como un aumento de la calidad y la eficacia de las inversiones en
capital humano y en formación son esenciales para aumentar la productividad.
Además, los problemas de salud relacionados con el trabajo y los accidentes
laborales generan pérdidas de producción. El diálogo social y las relaciones
laborales pueden desempeñar un papel determinante en la mejora de la calidad
del empleo y de la productividad. Existe una relación estrecha entre la baja
calidad del empleo y la exclusión social y la pobreza. Por tanto, la calidad del
empleo es también crucial para la inclusión social y la cohesión regional. El
riesgo elevado de desempleo, exclusión social y pobreza van de la mano de
bajos niveles de estudios y de puestos de trabajo temporales, poco cualificados
y mal remunerados.

La pluralidad de los factores a tener en cuenta para analizar la calidad


del trabajo es evidente y queda reflejada en las seis dimensiones y veinticinco
indicadores contemplados. El peso de cada uno de ellos podría ser aquilatado
en relación a valoraciones sociales y objetivos concretos, pero es patente que
conforman un todo y que se interrelacionan. De los veinticinco indicadores
analizados, Andalucía obtiene un mejor dato en relación a la UE en seis de
ellos. España lo hace en ocho. El plano general de Andalucía y España es muy
similar en cuanto a carencias y aspectos positivos y las distancias con Europa

Flexible workplace practices and labour productivity, IZA Documento de trabajo nº 700,
Bonn.
13
En el punto 2.2. del informe de la Comisión Europea: Empleo en Europa 2000 puede
encontrarse un análisis de la relación entre productividad y calidad del empleo.

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LA CALIDAD DEL TRABAJO. Miguel Ángel Altuna Isasmendi. 2011

parecen de grado y con una fundamentación en la estructura socio-económica


peculiar de nuestra región y también de España.

Indicadores de calidad laboral de sentido positivo (cuanto más altos mejor calidad)
Dato de
Dato y ranking en relación a Europa. EU =100 Andalucía Andalucía España
D1.4. Formación continua (% de población 25-64años) 9,6 105,5 114,3
D4.4. Recibir colaboración y ayuda (% de trabajadores) 70,8 104,7 100,6
D1.3. Posibilidades de promoción y ascenso (% de
trabajadores) 29,4 94,8 112,9
D6.1. Satisfacción laboral (% de trabajadores
satisfechos) 77,7 94,4 96,5
D5.2. Buena conciliación con vida social y familiar (%
de trabajadores) 71,6 90,2 96,5
d.5. Aplicación de iniciativas e ideas (% de
trabajadores) 50,3 86,1 95,2
D6.3. Percepción positiva de la remuneración (% de
trabajadores) 37 85,6 98,6
D5.3. Trabajo a tiempo parcial (% de trabajadores) 12,8 72,3 70,1
D6.2. Remuneración objetiva dineraria (Euros año) 17.372,42 64,4 72,9
D2.5. Accidentalidad. descenso de accid. Graves de
trabajo % sobre 1998 10 45,5 59,1

Hechas algunas salvedades que podrían matizar ciertos aspectos de la


percepción subjetiva de los trabajadores, como las apuntadas sobre la
repercusión del trabajo en salud, es preciso matizar igualmente que todas las
percepciones subjetivas están inscritas en un marco socio-económico en el que
“tradicionalmente”, tanto en épocas de crecimiento alto como de decrecimiento,
es más difícil el acceso al mercado laboral y existe una cifra diferencial de paro
en el caso de España y muy especialmente de Andalucía. En esas
circunstancias nuestros puntos fuertes parecen estar en los factores sociales,
menor acoso sexual, menor existencia de amenazas de violencia; en los
referentes a algunos aspectos de la salud, menor influencia negativa del trabajo
en la salud, menor número de dolencias internas como el dolor de cabeza; en
la mayor participación en labores de formación continua y en la mayor

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LA CALIDAD DEL TRABAJO. Miguel Ángel Altuna Isasmendi. 2011

posibilidad de recibir colaboración o ayuda de colegas. En once de los


indicadores analizados nuestra situación es peor que la europea, pero las
distancias no son importantes. Trabajamos más horas, lo hacemos en mayor
medida con posturas dolorosas o fatigantes, con mayor necesidad de
movimientos repetitivos, con un ritmo más alto y con una supervisión del mismo
más directa. En la misma situación tenemos menores posibilidades de
promoción, de aplicación de iniciativas y de conciliación laboral y personal. La
satisfacción general con el trabajo y con la percepción de nuestra remuneración
es igualmente inferior, existiendo en menor medida trabajos a tiempo parcial
que voluntariamente deseados permitan una mejor conciliación.

Son ocho los indicadores en los cuales nuestras diferencias


comparativas con Europa son superiores. Tenemos un trabajo que en un mayor
número de casos nos hace mover cargas pesadas, implica tareas monótonas,
nos produce dolencias musculares, nos estresa, es temporal, nos crea
incertidumbre de futuro al pensar que en los seis meses siguientes lo podemos
perder, con menor remuneración monetaria y con mayor número de accidentes
graves de trabajo. En general, en España y Andalucía las preocupaciones por
la calidad del empleo se han centrado, sobre todo, en lo que afecta a la
temporalidad (contratación temporal), así como a la prevención de riesgos
laborales. Ello queda plenamente justificado por ser dos de los rasgos
diferenciales que más singularizan a nuestro mercado de trabajo respecto de lo
que constituye la media europea. La interpretación de dichas características, y
de otras igualmente importantes e interrelacionadas con ellas que nos
distancian de Europa y de España, tiene una parte sustancial de su
fundamentación en la mayor importancia relativa que tienen a escala regional
ramas de actividad con un fuerte carácter cíclico y estacional, en el mayor peso
que tiene el trabajo no cualificado y en el arraigo de lo que puede ser
denominado la “cultura de la temporalidad” y de las perspectivas empresariales
a corto plazo. Igualmente, y debido a dichas características y al menor tamaño
de las unidades productivas, la cultura organizativa parece imbuida de una
menor receptividad a los cambios, caracterizándose por su individualismo, por

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ser organizaciones jerárquicas y familiares, sin orientación estratégica del


negocio.
Indicadores de calidad laboral de sentido negativo (cuanto más altos peor calidad)
Dato de
Dato y ranking en relación a Europa. EU =100 Andalucía Andalucía España
D3.5. Atención sexual no deseada (% de trabajadores) 0,6 33,3 38,9
D2.1. Repercusión general del trabajo en la salud (%
de trabajadores ) 23,4 66,1 64,7
D3.4. Recibir amenazas de violencia física (% de
trabajadores) 4,5 75,0 63,3
D2.3. Dolencias internas, dolor de cabeza (% de
trabajadores) 12,3 79,4 55,5
D5.1. Horas de trabajo semanales (promedio de horas) 40,2 104,1 103,4
D3.1. Padecer posturas laborales dolorosas o
fatigantes (% de trabajadores) 51,3 112,7 96,9
D4.2. Supervisión directa del jefe (% de trabajadores) 40,8 114,3 117,9
D3.3. Realización de movimientos repetitivos (% de
trabajadores) 75,5 121,2 117,7
D4.1. Ritmo alto de trabajo (% de trabajadores) 76 127,5 124,5
D2.4. Salud psico-física, estrés (% de trabajadores con
estrés.) 30,5 136,8 126,5
D3.2. Necesidad de mover cargas pesadas (% de
trabajadores) 47,9 136,9 112,6
D1.2. Incertidumbre laboral (% de trab. que pueden
perder el trabajo) 19,1 139,4 109,5
D4.3. Realizar tareas monótonas (% de trabajadores) 64,5 150,3 150,6
D2.2. Dolencias músculo-esqueléticas, dolor de
espalda (% de trab. ) 62,9 254,7 235,6
D1.1. Temporalidad contractual (% de asalariados con
contrato temporal) 44,8 309,0 218,6

En Andalucía el porcentaje de ocupados en el sector agrícola es casi un


40% superior a la cifra europea, que es ya mayor que la española. De igual
modo, el porcentaje de ocupados en la construcción es casi un 90% superior al

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europeo, y en esto España nos sigue de cerca. La mayor presencia de sectores


productivos intensivos en mano de obra de escasa cualificación, con un escaso
valor añadido y con preeminencia de esfuerzos físicos, propicia una menor
calidad del trabajo. Igualmente, la menor presencia del sector industrial ha
privado a la sociedad andaluza del contacto con los procesos técnicos y
organizativos asociados a la evolución industrial y que han liderado durante
mucho tiempo los avances en las condiciones laborales y en la gestión y
organización empresarial y laboral. Lógicamente en Andalucía existen sectores
y empresas con una mayor calidad del trabajo equiparable al existente en esos
ámbitos en Europa.

La calidad del trabajo esta directamente asociada y de forma intensa


con la educación, a mayor nivel educativo mayor calidad del trabajo. En
Andalucía el porcentaje de ocupados sin estudios o con el nivel educativo
básico-obligatorio representa más de la mitad de la población ocupada,
doblando el porcentaje de Europa. No haber pasado por una fase de
industrialización ha dejado secuelas en Andalucía, ha privado a la sociedad
andaluza de aspectos muy importantes asociados a la modernización
(racionalidad, institucionalización científico-técnica, aplicación del conocimiento,
desarrollo tecnológico, eficacia y eficiencia, productividad, meritocracia, logro)
que son necesarios para la inserción en las sociedades modernas y en las más
avanzadas. Ese conjunto de valores socioculturales se debe potenciar de forma
societaria a través de los procesos educativos y culturales. Las condiciones
históricas estructurales condicionan y son largos los procesos para su
modificación. Las medidas puntuales y concretas que eviten la menor calidad
del trabajo en los aspectos que más nos diferencian deben articularse con los
tendentes a modificar los procesos estructurales que las condicionan. La menor
valoración intrínseca del trabajo, las menores exigencias que sobre el mismo
manifiestan los andaluces, su menor “posmodernidad laboral” 14 está
lógicamente condicionada por los menores niveles de renta de la región y por
los mayores índices de paro.

14
BERICAT, E. (2002): “Valores tradicionales, modernos y posmodernos en la
sociedad andaluza”, en La Sociedad andaluza 2000, IESA, Córdoba.

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Las sociedades actuales están evolucionando a todos los niveles de


forma extraordinaria. Algunos califican este tipo de sociedades avanzadas
como postindustriales o de servicios, otros ya las califican como de la
información y del conocimiento. La coexistencia y superposición, a nivel global
y en ámbitos territoriales específicos, de los diferentes tipos de sociedad, con
las implicaciones que ello conlleva, es patente y tiene su base en aspectos
estructurales socio-históricos. Pese a ello, la dirección principal de los procesos
así como las transformaciones más relevantes van en el sentido de consolidar
los caracteres propios de las sociedades de la información y del conocimiento.
La inserción en la sociedad y economía del conocimiento no es sólo sinónimo
de capacidad para sobrevivir competitivamente y mejorar en la escena global y
en el futuro, es también sinónimo de mayor cantidad de trabajo y de mayor
calidad de trabajo.

Valores de los indicadores de Calidad del Trabajo: Andalucía, España y


Europa. Estimación año 2007.

CALIDAD DEL TRABAJO (I9) Andalucía España Europa


D1. ESTABILIDAD, PROMOCIÓN Y FORMACIÓN

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d1.1. Temporalidad contractual (% de asalariados con


contrato temporal) 44,8 31,7 14,5
d1.2. Incertidumbre laboral (% de trabajadores que pueden
perder el trabajo) 19,1 15 13,7
d1.3. Posibilidades de promoción y ascenso (% de
trabajadores) 29,4 35 31
d1.4. Formación continua (% de población 25-64años) 9,6 10,4 9,1
D2. SALUD Y SEGURIDAD
d2.1. Repercusión general del trabajo en la salud (% de
trabajadores ) 23,4 22,9 35,4
d2.2. Dolencias músculo-esqueléticas, dolor de espalda (%
de trabajadores ) 62,9 58,2 24,7
d2.3. Dolencias internas, dolor de cabeza (% de
trabajadores) 12,3 8,6 15,5
d2.4. Salud psico-física, estrés (% de trabajadores con
estrés.) 30,5 28,2 22,3
d2.5. Accidentalidad. Evolución de accid. graves de trabajo
(1998=100) 90 87 78
D3. FACTORES FÍSICOS Y SOCIALES
d3.1. Padecer posturas laborales dolorosas o fatigantes (%
de trabajadores) 51,3 44,1 45,5
d3.2. Necesidad de mover cargas pesadas (% de
trabajadores) 47,9 39,4 35
d3.3. Realización de movimientos repetitivos (% de
trabajadores) 75,5 73,3 62,3
d3.4. Recibir amenazas de violencia física (% de
trabajadores) 4,5 3,8 6
d3.5. Atención sexual no deseada (% de trabajadores) 0,6 0,7 1,8

CALIDAD DEL TRABAJO (I9) Andalucía España Europa


D4. ORGANIZACIÓN, COOPERACIÓN Y

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PARTICIPACIÓN
d4.1. Ritmo alto de trabajo (% de trabajadores) 76 74,2 59,6
d4.2. Supervisión directa del jefe (% de trabajadores) 40,8 42,1 35,7
d4.3. Realizar tareas monótonas (% de trabajadores) 64,5 64,6 42,9
d4.4. Recibir colaboración y ayuda (% de trabajadores) 70,8 68 67,6
d4.5. Aplicación de iniciativas e ideas (% de trabajadores) 50,3 55,6 58,4
D5. TIEMPO DE TRABAJO Y VIDA SOCIAL
d5.1. Horas de trabajo semanales (promedio de horas) 40,2 39,9 38,6
d5.2. Buena conciliación con vida social y familiar (% de
trabajadores) 71,6 76,6 79,4
d5.3. Trabajo a tiempo parcial (% de trabajadores) 12,8 12,4 17,7
D6. SATISFACCIÓN Y RETRIBUCIÓN
d6.1. Satisfacción laboral (% de trabajadores satisfechos) 77,7 79,4 82,3
d6.2. Remuneración objetiva dineraria (Euros año) 17.372,42 19.680,88 26.992,40
d6.3. Percepción positiva de la remuneración (% de
trabajadores) 37 42,6 43,2

FUENTES Y/O LOCALIZACIÓN DE LOS DATOS

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-En los indicadores D1.1, D1.4, D2.5, D5.3, D6.2, para Andalucía y España:
INE, EPA (Encuesta de Población Activa) / Para Europa UE: EUROSTAT, LM,
LFS (Labour Market, Labour Force Survey)

-En los indicadores D4.3, D5.2, D6.1- para Andalucía y España: MTIN ECVT
(Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo) / Para Europa: EWCO. EWCS,
European Working Conditions Observatory, European Working Condition
Survey.

-En todos los demás indicadores para Andalucía y España: MTIN, ENCT
(Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo) / Para Europa: EWCO.
EWCS, (European Working Conditions Observatory, European Working
Condition Survey).

-Los datos procedentes del European Working Condition Survey analizados


son del año 2005.

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