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Conquista

española
Sesión 5
El objetivo de este bloque es
profundizar las complejidades
del grupo que se ha
generalizado como
conquistadores, además de los
mecanismos ibéricos
principales que fueron
implementados en El Caribe y
que se convirtieron en Objetivo del
fundamentos de la colonización
española en el resto de bloque
Hispanoamérica.
Complejidades
“Durante los años comprendidos entre 1480 y 1540
se dieron todas las circunstancias favorables para
que Europa rompiera sus estrechos límites
continentales y se abriera a otros mundos, dando
lugar con ello al más espectacular movimiento de
expansión colonial que la Humanidad haya
presenciado y cuyas consecuencias llegan a
nuestros días. En apenas cinco décadas, dos de los
nacientes estados modernos de la fachada atlántica,
España y Portugal, van a dilatar el horizonte
geográfico del Viejo Mundo hasta límites nunca
sospechados. Se completa la circunnavegación del
litoral africano hasta conocer la plena configuración
del continente. Se llega a la India navegando hacia
Oriente. Se descubre una nueva realidad geográfica
de inmensas proporciones territoriales: América. Y se
comprueba por primera vez en un periplo náutico que
surcó los tres grandes océanos de nuestro planeta, la
vieja teoría de la esfericidad de la Tierra” (Serrera,
2013, p. 25).
¿Características de América?
“De entre todos los rasgos que caracterizan la trayectoria histórica americana, debe
destacarse uno por encima del resto que condicionará siempre su desarrollo cultural
interno y sus contactos con el resto del mundo: el aislamiento continental. Puede
afirmarse que tras la retirada de la última gran glaciación, en el tránsito del Pleistoceno al
Holoceno, América como realidad continental quedó geográfica y culturalmente aislada.
Desde entonces, hasta el inicio de su ocupación por los pueblos europeos, en su suelo
se sucederán y fraguarán una serie de culturas autóctonas y originales en relación con el
resto del planeta. La incomunicación tal vez no fue absoluta y total. Algunas teorías que
se admiten en la actualidad sugieren la posibilidad de esporádicos contactos
transoceánicos con Asia, Europa e incluso África. Pero también es cierto que, una vez
puesto en marcha el proceso de desarrollo cultural autóctono de las distintas áreas del
continente, estas conexiones o no se mantuvieron o afectaron únicamente a zonas
geográficas muy concretas, con alcance demográfico, tecnológico, cultural y biológico
muy limitado. Sólo partiendo de este triple supuesto – aislamiento, originalidad y
autoctonía - se comprenden algunas comunes limitaciones estructurales que, en el plano
tecnológico y cultural, manifestaba el solar americano en vísperas del Descubrimiento en
comparación con otras etapas o estadios de civilización que desde hacía milenios ya
habían sido superados en Eurasia” (Serrera, 2013, pp. 26-27).
¿Rompimiento temporal?
“El contacto entre unas culturas líticas con el hombre de la Baja
Edad Media o del Renacimiento provocaría una de las más
espectaculares contracciones de la historia de la Humanidad.
Aquellos núcleos con los que los españoles entran en
comunicación, incluso los más avanzados, como son los casos
azteca, maya e Inca, eran civilizaciones que utilizaban un utillaje
lítico a pesar de los muchos logros culturales que alcanzaran en la
esfera artística y literaria o en sus sistemas de organización social,
económica y administrativa. El contacto, que se manifestó en
forma de violento choque cultural, supuso una profunda fractura
temporal en el curso histórico americano que llevó aparejada una
violenta aceleración en el flujo de intercambios, en apenas unas
décadas y una ruptura de la continuidad del proceso histórico
autóctono. Conforme el hombre europeo fue progresando
paulatinamente en sus conquistas - primero por el ámbito antillano
y más tarde en el escenario continental - estas civilizaciones
indígenas fueron también penetrando, como si se desplazaran a
través de un prolongado túnel temporal, en las coordenadas
culturales impuestas compulsivamente por el pueblo conquistador.
Las consecuencias de esta violenta contracción histórica todavía
siguen siendo objeto de estudio - y hoy más que nunca - por parte
de los investigadores del pasado americano” (Serrera, 2013, p.
27).
¿Por qué cayeron los imperios
prehispánicos?
“La pregunta ha sido con frecuencia planteada:
¿cómo pudo un puñado de hombres someter a
multitudes de indios y fracturar de tal manera
esos imperios? La superioridad militar y técnica
contribuyó sin ninguna duda al éxito de los
ibéricos. El apoyo a éstos, recibido de parte de
los grupos autóctonos opuestos a los imperios,
jugó también un papel determinante. No
siempre conscientes de ellos, los
conquistadores sacaron igualmente provecho de
las profecías que anunciaban el retorno de
héroes míticos como Quetazlcoatl o Viracocha,
lo cual permitió a Hernán Cortés y a Francisco
Pizarro penetrar más fácilmente hasta el
corazón mismo de los imperios autóctonos. En
el plano legal los conquistadores se valieron de
otra estrategia que así que consistió en la
fundación de ciudades, modestas en realidad,
pero cuyos cabildos o ayuntamientos de vecinos
legitimaron en las empresas de conquista ante
el monarca” (Mazín, 2007, p. 24).
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“La conquista de las islas de las Antillas
Conquistas de las tras los viajes de Cristóbal Colón es una
primera etapa de [la] historia [de la
conquista española]. Ella se extiende al
Antillas menos hasta el desembarco de Hernán
Cortés en las playas del actual golfo de
México en 1519. La conquista en las islas
transcurrió de manera simultánea a la
implantación de las principales formas de
vida urbana, de gobierno, de trabajo y de
utilización de los recursos naturales entre
1492 y 1518. Los europeos exploraron
todas las posibilidades de las islas en
orden al establecimiento de diversas
empresas comerciales tales como selvas
tropicales, especias, comercio de esclavos
y de oro. Pero las tradiciones de los
ibéricos favorecieron sobre todo la
población y el control completo de las
regiones densamente habitadas que
encontraron” (Mazín, 2007, pp. 21-22).

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“La idea básica de Colón, de forma acorde
con sus antecedentes genoveses y
Capitales comerciales
portugueses, era establecer fuertes y
factorías a cargo de empleados
y poblamiento
asalariados para comerciar con la
población local con cualquier producto de
interés para los europeos, y continuar la
exploración, a la búsqueda de socios
comerciales más importantes y prósperos.
El instinto de los españoles, por otra parte,
era el de concentrarse primeramente en la
instalación y completo dominio sobre la
densamente poblada zona que acababan
de descubrir. Como resultado de ello, en
1493 salía de España la mayor y más
completa expedición que hubiese partido
nunca de puerto europeo, equipada con
todo lo necesario para trasplantar la vida
europea: gente de todo oficio y condición,
semillas, plantas y animales” (Lockhart &
Schwartz, 1992, p. 66).
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La Española y “Durante algunos años los europeos se
concentraron casi por completo en La
Santo Domingo Española (que actualmente consta de
Haití y de la República Dominicana), que
era al parecer la más poblada de las
islas. La ciudad de Santo Domingo,
situada en la costa sudeste y fundada
entre 1496 y 1502, desempeñó durante
mucho tiempo el papel de capital y
principal centro de poder. Los taínos y
los arahuacos, habitantes autóctonos, no
presentaron una resistencia importante
más allá de rebeliones esporádicas. En
cambio la conquista militar y la esclavitud
fueron empleadas con fuerza en las islas
contra los caribes, conocidos por su
canibalismo y por su estado nómada”
(Mazín, 2007, p. 22).
“Santo Domingo conservó por espacio de
algunos años el aura de capital de las
Indias. A ello contribuyó un breve auge de
la extracción de perlas en las costas de Importancia de La
Venezuela, mientras que la exportación de
azúcar y pieles proporcionó a las islas una Española
nueva base económica, si bien limitada al
tiempo que la importación de esclavos
africanos dio paso a largo proceso de
recreación de una base demográfica. Pero
durante muchas décadas el Caribe siguió
siendo una base de operaciones, un lugar
importante para el abastecimiento y la
seguridad de las flotas que iban y venían
entre la metrópoli y las regiones centrales
de Hispanoamérica” (Lockhart &
Schwartz, 1992, p. 68).
Bulas y el Tratado “Fieles a una antigua tradición jurídica
inspirada en el derecho romano y que
hacía del soberano el principal
de Tordesillas responsable de la fe y la felicidad de
sus vasallos, los Reyes Católicos
emprendieron un proceso de
legitimación. Buscando evitar cualquier
reclamación de parte de Portugal,
obtuvieron del papa Alejandro VI, entre
1493 y 1508, una serie de bulas.
Derivadas del poder temporal del
soberano pontífice, esos documentos
sancionaron la plena soberanía de los
reyes en los nuevos territorios. Con
apoyo en una de esas bulas, la corona
negoció en seguida el Tratado de
Tordesillas (1494). Mediante este
último, Portugal y Castilla se repartieron
el dominio sobre África y Asia, así como
sobre el Nuevo Mundo” (Mazín, 2007,
p. 22).
“En España, las organizaciones comerciales
Migraciones y la
internacionales basadas en
empezaron a transferir algunos de sus
Sevilla
Casa de
negocios al Caribe y, en cuanto se corrió la
voz por el sur de España, las fuentes
sociales y regionales de migración
Contratación
comenzaron a ampliarse. (…) En 1503, la
corona creó formalmente en Sevilla la Casa
de Contratación. Aparentemente, y en la
última instancia, fue realizada según un
modelo genovés, concibiéndose para llevar
a cabo la explotación de las colonias
americanas en nombre de la corona; sin
embargo, pronto se convirtió en un punto de
control, registro y recaudación aduanera de
las flotas que iban y venían. Las funciones
administrativas de la corona fueron siendo
progresivamente desempeñadas por
consejeros de la corte, que en 1524 se
habían constituido en el Consejo de Indias,
como una planta similar a la de los demás
consejos reales” (Lockhart & Schwartz,
1992, p. 67, 68).
“En términos de orígenes regionales, había una abrumadora mayoría de pobladores del
sur de España (con exclusión del recién conquistado reino moro de Granada); esto es de
habitantes en las zonas más próximas a Sevilla, de donde partieron los barcos y se
diseminaron las noticias del Descubrimiento. Sigue siendo motivo de controversia hasta
qué punto pudieron los andaluces imponer su impronta en el breve lapso de tiempo
transcurrido antes de que se les uniera la plétora de expedicionarios del resto del reino de
Castilla. En cualquier caso, los andaluces dominaron la primera fase y después se les
unió un buen número de extremeños, movimiento que empezó con el nombramiento
como gobernador – y la llegada en 1502 – del cacereño Fray Nicolás de Ovando. En el
momento de la ocupación de tierra firme, podríamos afirmar existencia de una amplia
representación de inmigrantes procedentes de todas las regiones de Castilla” (Lockhart &
Schwartz, 1992, pp. 68-69).

Migració
n de
Castilla
Bernarnd
&
Gruzinsk,
2005, p.
112
¿Quiénes eran los conquistadores
españoles?
“La mayoría de los emigrantes que por oleadas sucesivas o lento goteo ocuparon
realmente territorio, provenían primero delas provincias sureñas y centrales de la
península y más tarde del norte. Esto significa que entre ellos había gran variedad de
lenguas y culturas, puesto que aún persisten a pesar de las nivelación característica de
este final de siglo: un andaluz es tan distinto de un vasco como un castellano de un
gallego. Además se cree que “el español” llegado a las Indias era dueño de la “cultura”
hispana del Siglo de Oro o de las Luces cuando, en realidad ésta fue siempre exclusiva de
las élites. De hecho, la absoluta mayoría de los peninsulares que llegaron en pos de
fortuna a tierras americanas eran analfabetos, o poco menos, participaban de culturas
populares que se empiezan apenas a conocer cabalmente. Y lo de ellas se va
descubriendo – los ritos agrarios y paganos apenas revestidos de un cristianismo
superficial, las prácticas que los cronistas religiosos no dudan en calificar de idolátricas,
cuando se realizan en regiones apartadas como Galicia, Asturias, Navarra y las Provincias
Vascongadas –, obliga de nuevo a revisar algunos de los prejuicios más arraigados en
cuanto se refiere a españoles y más ampliamente europeos de la edad clásica” (Alberro,
1998, pp. 252-253).
25/04/2023
Explotaciones,
encomiendas y esclavitud
“El acceso a las minas de la población autóctona revistió en las
islas una extrema importancia. La explotación de los primeros
yacimientos de oro financió una primera fase del asentamiento
español, aunque para el año 1515 se habían ya agotado.
Mediante la encomienda, institución que confiaba grupos de
indios a los conquistadores a cambio de protección y de
instrucción religiosa, los españoles dispusieron de la mano de
obra que les permitió explorar las minas. Sin embargo la
disminución de la población autóctona provocada por el trabajo
forzado y sobre todo por las enfermedades transmitidas por los
europeos dio lugar a un colapso demográfico.
Después de algunas expediciones por las islas vecinas en
busca de esclavos, se emprendió entre 1508 y 1511 la
exploración en gran escala con la conquista de Puerto Rico por
Juan Ponce de León y de Jamaica y Cuba por Diego
Velázquez. Paralelamente tuvieron lugar las primeras
incursiones a “Tierra Firme”, el litoral noroeste de América del
Sur, conducidas por Diego de Nicuesa y Alonso de Ojeda entre
1509 y 1513” (Mazín, 2007, pp. 22-23).
“Desde el comienzo, el
Emplazamientos de base establecimiento ibérico fue
efectuado por etapas, cada nuevo
emplazamiento era la base de la
empresa siguiente. Así, Puerto Rico
y Cuba se hicieron autónomos de
Santo Domingo; luego México lo
fue con respecto de Cuba y así
sucesivamente hasta los confines
de las Indias. El paso español al
continente tomó dos direcciones a
partir de La Española: una hacia
Panamá y más tarde el Perú; la
otra tocó Cuba y posteriormente las
costas del Golfo de México. A
veces una precedió a la otra: la
región del Istmo panameño fue
explorada desde un principio,
aunque fueron las exploraciones
procedentes de Cuba las primeras
en entrar en contacto con una de
las grandes civilizaciones
autóctonas. La conquista de los
mexicas o aztecas, en 1521,
precedió así a la de los incas por
una decena de años” (Mazín, 2007,
pp. 23-24).
25/04/2023
Patriarcalismo u honor ibérico
“(…) Existían ciertos principios organizativos que afectaban a toda la sociedad Ibérica en todos sus niveles. Uno de ellos era el
patriarcalismo, principio según el cual cualquier grupo, familia o agregado humano conformaba una jerarquía que iba desde los
más humildes o más jóvenes hasta una figura principal bajo cuya protección y dominio se colocaban y que era la fuente de todo
logro. La sociedad en un sentido real estaba constituida por amplias unidades construidas en torno a una familia o propiedad,
con un propietario que gobernaba de forma paternalista a la familia directa, a gran número de familiares, a empleados y
esclavos; se trataba de una unidad que encerraba muchos niveles sociales y que abarcaba tanto a núcleos urbanos como al
espacio rural. Si el patriarcalismo se expresaba de forma más completa en las grandes casas familiares, también podría
observarse ejemplos parciales del mismo fenómeno en las compañías mercantiles, en los talleres y en las organizaciones
eclesiásticas y burocráticas.
De acuerdo con la naturaleza del patriarcalismo, la familia Ibérica constituía una unidad omnicomprensiva, que se plasmaba en
varios niveles sociales al mismo tiempo. Los lazos con otras familias se subrayaba mediante pautas patronímicas, y el concepto
“primo” era tan válido como el de “hermano”. Una familia rica y poderosa tenía parientes más pobres y con menor alcurnia
nobiliaria que hasta cierto punto se cobijaban bajo su protección, para no hablar de huérfanos y esclavos, quienes adoptaban el
nombre de la familia. La práctica de hombres importantes que mantenían relaciones extramatrimoniales con mujeres de clase
inferior proporcionaron la base para la aceptación de este tipo de relaciones en el Nuevo Mundo. Los hijos ilegítimos de dichas
uniones (la legislación española reconocía diversos tipos de bastardos) conseguían normalmente algún tipo de reconocimiento
por parte del padre, pudiendo a menudo tomar su nombre u obtener alguna ayuda, y eran tratados al mismo tiempo como
sirvientes y como familiares. Así pues, los pueblos ibéricos tenían modelos de relaciones extramatrimoniales con mujeres
negras e indias, y el reconocimiento de sus hijos mulatos y mestizos no implicaba ningún concepto de plena igualdad.
Debemos añadir que, de forma congruente con su carácter multilineal e interactivo, la familia Ibérica practicaba la división de la
herencia más que el principio de estricta primogenitura. Sólo aquellos que amasan grandes fortunas establecían vínculos de
herencia obligatoria en favor del hijo mayor; otras familias concedían al primogénito la preferencia, pero, según las leyes y
costumbres, dejaban sumas importantes a todos sus hijos legítimos, incluidas las mujeres. La estrategia familiar Ibérica que
sería trasladada a América, supone un intento de consolidar y preservar la posición de la familia dejando a cada heredero una
buena base material en la vida, y ello mediante diversos expedientes: arreglando matrimonios lucrativos, destinando algún hijo
a la carrera eclesiástica u otras, las hijas a conventos, casando parientes próximos o, en fin, sacrificando los intereses de los
hijos ilegítimos por los de los legítimos” (Lockhart & Schwartz, 1992, p. 15).
Crónicas de indias

Relatos de época

25/04/2023
Características
“Es ampliamente conocido que el hecho del descubrimiento y la
conquista de América y los actos que la narran fueron eventos
simultáneos. José Miguel Oviedo sostiene que la literatura brotó
en América en ese mismo instante y el registro de tales eventos
es lo que hoy conocemos como “Crónica de Indias”. La crónica
sufrió una rápida e importantísima evolución digna de
mencionarse. De ser un documento originario, cuyos objetivos
centrales eran el de informar y relacionar a la Corona hallazgos,
expediciones específicas y en general las vicisitudes de los
conquistadores en las tierras descubiertas; pasa a ser un escrito
en el cual convergen ideas personales, mitos del medioevo, el
germen del pensamiento renacentista y las ideologías personales
de sus autores, que pretenden descripciones detalladas y
minuciosas de la geografía y el modo de vida de los indios
americanos y de las colonias. De esta forma, las crónicas se
convierten en documentos que abren la posibilidad para el
cuestionamiento mismo de la empresa de conquista, y de sus
métodos y sus auténticas finalidades” (Fernández, 2008, p. 215).
Estilos y género
• “Bajo el nombre de “crónicas” agrupamos no solo a
las obras que llevan ese título como tal, sino que
también nos referimos a las cartas, los diarios de
viaje, las cartas de relación, y las llamadas historias.
(…) De todas formas, sea cual fuere su formato
estilistico, las cronicas de suyo comparten una
problematica común: ser un género híbrido entre la
historia y la literatura”, (Hernández, 2008, p. 215).
• Comunica la información de las hazañas y los
aspectos maravillosos del Nuevo Mundo a los
lectores cultos de Europa.
• “De modo sistemático – y característico para todo el
corpus de las crónicas de las Indias – es la
representación la que delinea las acciones y límites
del poder imperial” (Añón, 2013, 68).
• “los esquemas de percepción y de apreciación
que conllevan las operaciones de clasificación y
jerarquización que construyen el mundo social”
Fuentes,
• Fuentes para la narrativa que implica traducciones
(lingüísticas, idiomáticas y comunicacionales): percepciones y
cartas, interrogatorios (autoridades, testigos, elite
nativa), probanzas, quipus, códices, relaciones,
procesos
memoriales, pinturas, textos nativos míticos (Popol
Vuh, Chilam Balam y Apu Ollantay).
• Las crónicas destacan la violencia, conflictos y
encuentros desde una óptica diversa, cuyas ideas
circularon en Europa, América y Asia. Trasmiten la
“valiosa información acerca del universo del otro”
(Añón, 2013, p. 71).
• El texto fundacional sobre América es una historia
de copia, traducción, interpolación y pérdida que se
repetirá en buena parte de los textos de la
conquista” (Añón, 2013, p. 67).
• Nunca se ha repetido en la historia un proceso de
mayor alteridad.
Crónicas • América: Naturaleza
esquiva.
de la • Informaciones previas a los
conquista gobernantes nativos de la
presencia hispana, quienes
son cada vez más
demandantes.
• Informaciones de los
exploradores y
conquistadores para
convencer al rey de las
licencias que luego traen
recompensas.
Clasificación
• Crónicas de la primera mitad del XVI.
Descripción del descubrimiento de América,
además de la conquista y exploración del
territorio.
• Cartas de Colón, Cortés y Alvar Núñez Cabeza de
Vaca.
• Crónicas evolucionadas (segunda mitad del
XVI). Versión oficial de la conquista.
• Las Casas, Motolinia, López de Gomara, Díaz del
Castillo y Sahagún.
• Crónicas maduras que incorporan la “visión de
los vencidos”. Revisión de la versión oficial.
Textos de estudio y reflexión. Cronistas indios
y mestizos.
Crónicas tempranas y
evolucionadas (siglo XVI)
• Colón. América como la tierra de la • Las Casas. Los indígenas son personas
abundancia o paraíso terrenal y el indio por lo que tendría que abolirse la
como buen salvaje (pacífico, desnudo, esclavitud y los trabajos forzados.
cobarde, incivilizado casi bestia) y el Humanizar la empresa.
caníbal.
• Díaz del Castillo. Enfatizar en la grandeza
• Cortés. Cartas informativas de corte de la conquista desde una narrativa épica
retórico. Publicadas en distintas idiomas y caballeresca. Sobresalen las
europeos. descripciones de las ciudades y las
• Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Con el poblaciones.
intento de llegar a Florida, sufre un • Lope de Aguirre. Tras la tormentosa
naufragio que narra su enfrentamiento búsqueda de El Dorado, se rebela contra
con los indígenas y la naturaleza. el rey, llegando a reclamar la distancia
Reconocimiento del poder americano al con el monarca.
no poder controlarlo al estar solo.
Madurez de la crónica
americana
• Garcilaso de la Vega. Textos con corte melancólico
por la búsqueda de su identidad. Idealiza el
Tahuantisuyo y presenta una visión providencialista.
Primera edad (barbarie). Autoría plural.
• Huamán Poma de Ayala.
• Fernando de Alva Ixtlilxochitl, Relación histórica de
la nación tulteca (1600-1608), Historia de la nación
Chichimeca (1610-1640)
• Fernando Alvarado Tezozómoc, Crónica mexicana
(1598)
• Diego Muñoz de Camargo, Historia de Tlaxcala
(1591), Chimalpain Cauthlehunitzin
Bibliografía
Alberró, S. (1998). La aculturación de los españoles en la America colonial. En: Bernand, C.
(comp.). Descubrimiento, conquista y colonización de América a quinientos años (pp. 249-
265). Fondo de Cultura Económica.
Añón, V. (2013). Imágenes de América: crónicas de la conquista. Todo es Historia, 557, 64-
78.
Bernard, C. & Gruzinski, S. (2005). Historia del Nuevo Mundo: del descubrimiento a la
conquista. La experiencia europea: 1492-1550. Fondo de Cultura Económica.
Hernández, O. (2008). Tiempos de indias: crónicas e imágenes del nuevo mundo y la
expresión literaria hispanoamericana. Sapiens. Revista Universitaria de Investigación, 9(1),
213-235.
Lockhart, J. & S. Schwartz (1992). América Latina en la edad moderna. Akal.
Mazín, Ó. (2007). Iberoamérica. Del descubrimiento a la independencia. El Colegio de
México.
Serrera, R. (2013). La América de los Habsburgo (1517-1700). Universidad de Sevilla.

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