La Etnoeducación en Colombia Un Trecho Andado

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LA ETNOEDUCACIÓN EN COLOMBIA: UN TRECHO ANDADO

Y UN LARGO CAMINO POR RECORRER

Tulio Rojas Curieux*

INTRODUCCIÓN 169 de 1989 sobre Pueblos Indígenas y


Tribales de la OIT (aprobado en Colom-
En la historia universal son varios los bia mediante Ley 21 del 4 de marzo de
momentos y las voces que han procla- 1991), el cual constituye un hito impor-
mado la extinción de distintas socieda- tante en la última década en materia de
des. En nuestra América, en varias opor- reconocimiento de los pueblos indíge-
tunidades se habló de la desaparición
nas como dueños de sí mismos y sujetos
de los pueblos indígenas. Hoy, ad portas
activos en la definición de sus planes de
de empezar un milenio, de cambiar de
vida. No debemos olvidar que en 1993 la
siglo, los pueblos indígenas del conti-
nente americano no sólo no han desapa- Organización de las Naciones Unidas
recido, sino que continúan su lucha por declaró ese año como el "Año Interna-
ampliar el espacio de existencia y desa- cional de los Pueblos Indígenas" y que
rrollo en el mundo de hoy. Son pueblos se dio inicio, en 1994, a la Década Inter-
que no se han quedado anclados en el nacional de los Pueblos Indígenas"; en
pasado y que día tras día nos dan mues- este momento está en discusión la crea-
tra de su reconocimiento a nivel inter- ción del "Foro Permanente para los Pue-
nacional. blos Indígenas". De ser aprobada esta
propuesta, implicaría la creación de un
Se ha firmado una multiplicidad de organismo con representación perma-
declaraciones y convenios internaciona- nente de los propios pueblos indígenas
les para reconocer el derecho a la exis- y sería un interlocutor de alto nivel de
tencia de los pueblos indígenas. Es una los gobiernos y organizaciones interna-
clara demostración del papel que jue- cionales.
gan dichos pueblos, quienes con su pre-
sencia y con la defensa de sus derechos En América Latina ha existido la ten-
individuales y colectivos, están logran- dencia de ignorar la existencia de los
do que la comunidad internacional re- pueblos indígenas. Afortunadamente, y
conozca su existencia y derechos más por diversas circunstancias, la situación
allá de los Estados-nación. Vale la pena ha variado en la última década. Y gra-
recordar la trascendencia del Convenio cias a estos cambios, la "invisibilidad" de

* Investigador del Centro Colombiano de Estudios de Lenguas Aborígenes -CCELA- de la Universidad


de los Andes, Bogotá (Colombia). Investigador asociado del Centro de Estudios de Lenguas Indíge-
nas de América -Celia- del CNRS (Francia).
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los indígenas ha disminuido para el res- biano y la riqueza de nuestro patrimo-


to de la población. Hoy es claro que ellos nio lingüístico. Posteriormente se abor-
existen, así no se reconozcan íntegra- dará el papel de la escuela y las lenguas
mente sus derechos. Para muchos políti- en el proceso educativo, para finalizar
cos y analistas, los indígenas ya son ac- presentando algunas ideas sobre la edu-
tores del mundo de hoy. Por eso cada cación indígena y la educación nacional.
vez están más presentes en los análisis, Esperamos que este documento enri-
aunque siempre han estado activos en la quezca y dinamice la discusión. Si ello es
vida social. así, habremos cumplido uno de nuestros
propósitos.
En Colombia todas las fronteras han
separado los territorios de pueblos an-
cestrales que vieron constituir los Esta- LA POSICIÓN DEL ESTADO COLOMBIANO
dos-nación sin tenerlos en cuenta. Basta Si buscamos comprender la evolución
mencionar sólo unos pocos ejemplos: de la política educativa del Estado colom-
en la frontera con Panamá encontramos biano para los pueblos y comunidades
los kunas (tules) que viven en la provin- indígenas, es necesario remontarnos a
cia de San Blas (Panamá) y en el golfo de los tiempos en que la administración de
Urabá (Colombia); en la frontera con la educación era realizada por las misio-
Ecuador se encuentran los awas (cono- nes católicas o, en otros términos, a "la
cidos como kwaiquers), que viven en educación contratada" que nació de la
ambos lados de la frontera, al igual que aplicación del Concordato que el Estado
los cofanes y sionas; y se observan casos colombiano firmó con la Santa Sede (en
similares y quizá más graves (por el ta- 1888 y luego renovado en 1973). En ella
maño de las poblaciones) en las fronte- se prestó particular interés a la evange-
ras con Perú, Brasil y Venezuela. Ni si- lización y a una educación en función
quiera el archipiélago de San Andrés y de los preceptos de la Iglesia católica.
Providencia queda por fuera de esta rea- Esta política, y la de los internados esco-
lidad, pues los raizales de esta región tie- lares (iniciada en los primeros 25 años
nen una clara historia caribeña. del siglo XX) tenía como objetivo central
el ingreso de los indígenas al "mundo ci-
Esta realidad no puede ser descono- vilizado", tal como quedó estipulado en
cida por quienes se preocupen de estu- la Ley 89 de 1890, "Por la cual se deter-
diar el mundo de hoy. En este sentido, el mina la manera como deben ser gober-
presente artículo intenta explorar algu- nados los salvajes que vayan reducién-
nos puntos relativos a la educación en dose a la vida civilizada".
pueblos indígenas, la cual también ha
sido llamada etnoeducación. Sin entrar Es necesario aclarar que para la Cons-
en las distintas posiciones que existen titución de 1886 no existen en el territorio
sobre la denominación y alcances de la de la República de Colombia pueblos
educación en estas sociedades, se tratará con particularidades históricas y lin-
de dar una visión general de la proble- güísticas; es decir, para esta Constitu-
mática que allí existe. En primer lugar, se ción no existen los pueblos indígenas. Es
presentará la posición del Estado colom- por esta razón que, debido al "olvido"
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de los legisladores de 1886, surge la En 1976, cuando el Ministerio de


mencionada ley de 1890 en donde se Educación Nacional produce el Decreto
confiere poder a la autoridad eclesiásti- Ley 088 de 1976, se da una mirada a la
ca (católica) que en su artículo 1 decía: realidad escolar en algunas comunida-
"...En consecuencia el Gobierno, de acuer- des indígenas que más tarde se concreta
do con la autoridad eclesiástica, deter- en el Decreto 1142 de 1978. Este texto
minará la manera como esas incipientes oficial reconoce el derecho de los indí-
sociedades deban ser gobernadas" y genas a tener una educación de acuerdo
más adelante en el artículo 40 encontra- con sus particularidades, que consulte
mos que los indígenas son "...asimilados sus experiencias, sus procesos y que les
por la presente Ley a la condición de permita participar en su diseño, evalua-
menores de edad...". ción y escogencia de maestros apropia-
dos. Este decreto va a servir de apoyo a
La Constitución colombiana varió
las exigencias que los pueblos indígenas
radicalmente y en la nueva Carta Mag-
hacen al Estado colombiano y a la luz de
na, proclamada en 1991, se reconoce
sus planteamientos surgirán varios pro-
que Colombia es un país plurilingüe y
cesos educativos impulsados por las or-
multicultural y se consagran derechos
ganizaciones indígenas, o por el mismo
fundamentales relacionados con la di-
Ministerio de Educación.
versidad cultural y lingüística, la identi-
dad, la participación y la autonomía1. En la década de los ochenta el Minis-
En marzo 4 de 1991 se dicta la Ley 21 terio de Educación constituye el grupo
"por medio de la cual se aprueba el Con- de Etnoeducación (Resolución 3454 de
venio número 169 sobre pueblos indíge- 1984) que basa su trabajo en los plantea-
nas y tribales en países independientes mientos desarrollados por Guillermo
adoptado en la 76a. reunión de la Con- Bonfil Batalla sobre Etnodesarrollo y la
ferencia General de la OIT, Ginebra, 1989" Etnoeducación como corolario. Así ven
y allí se reconocen muchas de las aspira- la luz los "Lineamientos de Educación
ciones de los pueblos indígenas. Indígena" que en la introducción de la
IV edición (agosto/85) dice:
A nivel de las distintas dependencias
estatales también se ha visto la evolu- En el año de 1978, cuando se expidió el
decreto 1142, se sentaron por primera
ción de las diferentes disposiciones. Se vez las bases para definir los programas
hará referencia particularmente a las educativos que respetaran las diferentes
emanadas del Ministerio de Educación culturas indígenas y que permitieran su
Nacional, aunque también se evidencia real participación en el proceso educati-
en todas las que tienen relación con las vo. Sin embargo, este decreto no se apli-
comunidades y pueblos indígenas. có a los programas oficiales de educación

1 Respecto de los artículos de la Constitución colombiana que consagran estos derechos, puede verse
"La traducción de la Constitución de la República de Colombia a las lenguas indígenas", en Del olvido
surgimos para traer nuevas esperanzas. La jurisdicción especial indígena, Santafé de Bogotá, Dirección Ge-
neral de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior y Ministerio de Justicia y del Derecho, 1997.
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y los indígenas continúan sometidos a damental para que el país tome concien-
currículos diseñados a partir de las nece- cia de su diversidad lingüística y cultu-
sidades y los intereses de sociedades y ral y que ellos han avanzado en proce-
culturas totalmente diferentes a las su- sos de educación articulados al modelo
yas2. particular de su organización; participar
Este grupo de trabajo logra tal desa- en las tareas de etnoeducación es de he-
rrollo que en 1992 (Decreto 2127) se es- cho una tarea política para los indíge-
tablece como División de Etnoeducación nas.
del Ministerio de Educación Nacional. Ahora bien, en este momento es ne-
Parecía que esta vez los indígenas ten- cesario ir más allá de la proclamación de
drían un interlocutor válido y perma- principios y del reconocimiento de una
nente en las dependencias oficiales en- realidad multicultural. Hay que avanzar
cargadas de la educación. Esta División en la dilucidación de una política lin-
tuvo una efímera existencia, dado que güística, tarea que debe ser emprendida
en 1994, a raíz de la reestructuración del con tesón y cuya importancia apenas se-
Ministerio, fue nuevamente convertida ñalamos aquí. Como siempre, la modifi-
en un equipo de trabajo. cación favorable del marco legal consti-
En 1994 se dicta la Ley 115 conocida tuye ayuda, pero no es lo fundamental
como "Ley general de educación". En y acaso podríamos decir que ni siquiera
ella se establecen criterios para la educa- es decisiva.
ción ofrecida a los pueblos indígenas.
Esta Ley es reglamentada por el Decreto LAS LENGUAS ABORÍGENES: PATRIMONIO
804 de 1995. VIVO DE COLOMBIA

Como puede verse en este apretado Hasta hace unos diez años Colombia se
recorrido, se ha pasado no sólo del des- percibía a sí misma como un país esen-
conocimiento constitucional al recono- cialmente monolingüe y las comunida-
cimiento de los indígenas como sujetos des y pueblos indígenas -con sus espe-
de derecho, sino que el Estado ha pa- cificidades históricas y culturales- eran
sado a ser plenamente consciente de la poco visibles. Los estudios sobre el espa-
responsabilidad que le compete en cuan- ñol habían avanzado notablemente y su
to a educación indígena se refiere. Pero valoración social y cultural era conside-
si dejamos hasta allí nuestro análisis, de- rable. La existencia de las lenguas aborí-
jaríamos totalmente neutral el proceso. genes (indígenas y criollas) era una rea-
Es evidente que las luchas de los pue- lidad asumida por muy pocos sectores
blos indígenas han sido un motor fun- de la academia nacional. Hoy en día, esa

2 Dejaremos para otra oportunidad el análisis detallado de los textos oficiales (resoluciones, decretos
y otros) y la práctica cotidiana. Por el momento remitimos al lector interesado en este tema al artículo
de Juan Houghton "¿Adonde apunta la educación en los pueblos indígenas? Algunas hipótesis", en
Educación endógena frente a educación formal, colección Lenguas Aborígenes de Colombia, serie Memo-
rias, volumen 4, CCELA-Uniandes, 1998, pp. 51-67.
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percepción ha cambiado, y tanto los perfectamente conocido. Antes de la


problemas territoriales y políticos como llegada del europeo, lo que es hoy Co-
las especificidades culturales y lingüísti- lombia se encontraba en una posición
cas de las minorías étnicas tienen un es- privilegiada: era el sitio de cruce de im-
pacio importante en la representación portantes corrientes migratorias y de in-
social. En este campo, por la abundancia fluencias culturales y lingüísticas prove-
de su patrimonio, Colombia tiene una nientes del norte del oriente y del sur.
importancia excepcional.
Desde el punto de vista lingüístico,
Colombia entró en un proceso de se hablan hoy más de sesenta lenguas
reestructuración de sus instituciones amerindias distintas, con sus numero-
con el inicio de la década de los noventa, sos dialectos. Dichas lenguas pertene-
en particular con la reforma de su carta cen a más de diez familias lingüísticas
jurídica. En la nueva Carta Magna se en- diferentes, lo cual implica un grado ex-
cuentra el reconocimiento y protección cepcional de diversidad lingüística. Por
de la diversidad étnica y cultural (artícu- estar Colombia a la salida del istmo inte-
lo 7) y la oficialidad de las lenguas dife- ramericano, se han mantenido en su te-
rentes del castellano en algunos territo- rritorio idiomas de muy distinta proce-
rios (artículo 10). Es cierto que el texto dencia. Hoy en día se hablan lenguas
constitucional así lo consagra, pero ne- de las grandes familias suramericanas
cesitamos trabajar mucho más para que como son la arawak, la caribe, la que-
estos presupuestos sean realidad. Mu- chua y la tupí. También se hablan len-
chas dificultades se interponen para guas de la gran familia chibcha, de pro-
ello, las cuales involucran diversos fac- bable procedencia centroamericana. Un
tores que van desde el menosprecio fondo autóctono de siete familias con
abierto, como cuando alguien para agra- presencia exclusiva en la región (guahi-
viar al otro se refiere a él como "un in- bo, sáliba, makú, huitoto, bora, tucano,
dio", hasta la problemática que implica
chocó) más lenguas aisladas o de filia-
poder lograr que las lenguas indígenas
ción no comprobada (andoque, awa, co-
y criollas sean oficiales en sus propios
fán, guambiano, kaméntsá, páez, tini-
territorios.
gua, ticuna, yaruro, yagua), completan
Una extraordinaria diversidad cultu- una situación muy compleja. Se hablan
ral y lingüística, casi única en Latinoa- también dos lenguas criollas, una de
mérica, caracteriza a la población indí- base inglesa y otra de base española. Las
gena colombiana. Dentro del territorio lenguas extintas son numerosas y sobre
coexisten agricultores andinos con pas- gran parte de ellas no han quedado más
tores seminómadas y horticultores de huellas que las visibles en la toponimia;
selva tropical con cazadores. Todos ellos sobreviven grupos que conservan su
son herederos de complejas tradiciones patrón de identidad indígena, aunque
mitológicas, formas de organización so- hayan perdido su lengua vernácula (ya-
cial y política, así como sistemas de naconas, coconucos del Cauca, coyai-
adaptación cuyas raíces se hunden en el mas del Tolima, pastos de Nariño y
remoto pasado precolombino, aún im- otros). Más de medio millón de perso-
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ñas se comunican a diario en lenguas de de procesos, de actitudes, que abren


origen no europeo. El interés que hoy perspectivas fecundas sobre los procesos
en día se manifiesta en los medios cien- cognitivos de la mente humana, gene-
tíficos por el estudio y la descripción de ralmente opacados en nuestra civiliza-
las lenguas aborígenes de América es ción por nuestras tradiciones escolares.
muy marcado. El estrecho vínculo entre cognición y
percepción también contribuye a divi-
Las estructuras lingüísticas que se lo- sar aquí un campo de interés para la psi-
gran descubrir son muy variadas y re- cofísica. Está claro que el entendimiento
miten a grandes diferencias tipológicas. cabal de la lengua propicia también un
Para ejemplificar de alguna manera, en acercamiento al conocimiento tradicio-
Colombia se encuentran lenguas tona- nal y a los textos de la tradición oral de
les como en el Suroriente asiático, tales estas culturas (mitos, cantos, ritos) que
como chino, vietnamita, tailandés, o en permiten, en buena parte, allanar difi-
África central, donde están presentes las cultades y disminuir los errores de la et-
lenguas chádicas y bantúes, entre otros nografía de simple observación y tra-
(en Colombia entre otras tenemos el ba- ducción.
rasana, tatuyo, kubeo, yurutí); lenguas
de los cuatro tipos morfológicos clási- Se ve cómo las lenguas aborígenes
cos: flexionales como el griego o el latín de nuestro país constituyen una inva-
(el kogui, el arhuaco, etc.), aglutinantes luable riqueza y un patrimonio que no
como el turco o el húngaro (achagua, sólo debemos defender sino acrecentar.
andoque, páez, etc.), aislantes como las
lenguas malayo-polinesias (emberá del EL PAPEL DE LA ESCUELA
Chocó, criollo de San Andrés, etc.), poli- Y LA ETNOEDUCACIÓN
sintéticas como el esquimal (kaméntsá).
Para recurrir a otra tipología, relativa En las comunidades y pueblos indíge-
ésta a estructuras de transitividad, se nas la escuela ha tenido como función
dan en Colombia lenguas acusativas básica, y acaso durante mucho tiempo la
como el español o el inglés (la gran ma- única, garantizar la inserción de los jó-
yoría), lenguas ergativas como el vas- venes indígenas en la cultura de la socie-
cuence o las lenguas del Cáucaso (embe- dad dominante. Muchas veces se afirma
ra) y lenguas mixtas como algunas que se quiere que los indígenas conoz-
lenguas australianas o el maya (arsario, can las dos culturas: la propia y la "occi-
arhuaco, etc.). Por otra parte, las lenguas dental" (que brinda la escuela en todos
del Vaupés recurren a la armonía nasal, sus niveles, a saber: primaria, secun-
fenómeno original e importante en la daria y universitaria), y que se desem-
teoría fonética general. peñen con eficacia en ambas, aunque en
realidad, en no pocas oportunidades el
Las categorías semántico-gramatica- producto final es que el carácter multi-
les reveladas son también de un gran in- cultural de los estudiantes que han pa-
terés. El análisis gramatical revela arqui- sado por ella ha desaparecido totalmen-
tecturas conceptuales sobre el espacio, te. Esto ha permitido señalar la escuela
el tiempo, la clasificación de entidades, como una institución que promociona
La etnoeducación en Colombia • 51

la cultura occidental y por tanto acultu- La etnoeducación es una ideología, una


radora, impuesta por mandato oficial y política, un cuerpo de conceptualizacio-
que, en gran medida, a pesar de las nue- nes y tal vez más, pero en curso, no es un
vas disposiciones, se sigue imponiendo. manual; en ella intervienen o podrían in-
tervenir intelectuales, profesionales de
Es evidente que la escuela puede diversas disciplinas, el Estado y las Igle-
contribuir en procesos de reflexión so- sias -aunque no me gusta, pero ahí es-
bre el mundo indígena y el mundo no- tán-, y por supuesto los indígenas, o me-
indígena; pero al mismo tiempo puede jor, las comunidades, las cuales no
contribuir, como ninguna otra institu- siempre están presentes ni en estos deba-
tes ni en sus propios sitios como parte
ción, a menospreciar los pilares de las activa de sus potenciales cambios; en
sociedades indígenas. Es precisamente ocasiones intervienen sus líderes y rep-
ese espíritu de reflexión sobre "lo pro- resentantes, sus maestros, pero en oca-
pio" el que se ha buscado impulsar con siones desligados de la cotidianidad de
la etnoeducación; ella ha permitido re- sus grupos3.
pensar el sentir comunitario, revalorar
las lenguas y reflexionar sobre la auto- Podríamos afirmar que las diferentes
nomía. experiencias educativas de las socieda-
des indígenas se dan en dos niveles di-
Se puede afirmar que hay dos expe- ferentes: por un lado está la educación
riencias educativas bien diferentes: es- para la vida (donde tiene un papel im-
tán los procesos propios frente a la edu- portante el contenido "propio") y por
cación oficial escolarizada. Los primeros otro lado está la educación de la insti-
han sido desarrollados a partir de los co- tución escolar (donde tiene un papel
nocimientos ancestrales, alimentados preponderante la organización escolar
por la tradición oral y nutridos en el según los parámetros de la sociedad do-
tiempo con la historia acumulada por minante).
cada pueblo. La educación escolarizada,
al tomar los principios de la sociedad Afirma Marcos Yule (indígena páez):
no-indígena, propicia la desintegración "El trabajo educativo como proceso es
cultural al hacer que se asimilen conoci- lento, a largo plazo, los resultados no se
mientos y valores ajenos, en detrimento ven de la noche a la mañana y en este
de los propios. sentido se hace complejo. Es la estrate-
gia educativa que hemos venido desa-
Presentamos una cita que a nuestro rrollando"4, lo cual nos lleva a reflexio-
juicio resume la polémica que se ha pre- nar en la relación entre escuela y la vida
sentado sobre la etnoeducación: de la comunidad.

3 Miguel Meléndez "Del discurso ideológico al discurso lingüístico", en Educación endógena frente a
educación formal, colección Lenguas Aborígenes de Colombia, serie Memorias, volumen 4, CCELA-
Uniandes, 1998, pp. 279.

4 "La educación indígena en el Cauca" en Educación endógena frente a educación formal, colección Len-
guas Aborígenes de Colombia, serie Memorias, volumen 4, CCELA-Uniandes, 1998, pp. 100.
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La escuela es una realidad que no se últimamente con la comunidad y otro es


puede negar y eso ha sido claro para las el de la educación que se da a través de
sociedades indígenas. Por eso se han las asambleas como espacio propio en
preocupado por apropiarse de un espa- donde se vienen desarrollando reflexio-
cio que ya existe. Éste es un proceso si- nes sobre la lengua, la cosmovisión y la
tradición oral.
milar al de apropiación de los cabildos
(en épocas anteriores) o tal como se han No quiere decir esto que cuando plantee-
apropiado de las leyes nacionales para mos lo propio nos cerremos a lo externo;
luchar a su amparo. Por eso se ha abierto se necesita conocer otras culturas para
una amplia discusión sobre el papel de socializar nuestros conocimientos con la
la escuela. Hay indígenas que conside- cultura mayoritaria, que hasta ahora si-
gue siendo dominante. Entonces se pre-
ran que la escuela es dañina y que no
tende que la educación propia no sea ce-
existe ninguna posibilidad de apropia- rrada sino que dinamice los núcleos de
ción; son quienes han decidido no invo- los valores de nuestra cultura y que nos
lucrarse en este tipo de procesos. Otros preparemos para hacer una síntesis de
piensan que sí es posible la apropiación los cambios que se dan dentro de las co-
y por eso se han comprometido con pro- munidades, que ahora son fuertes, ava-
cesos educativos en el marco de la es- salladores y destructores en un 90%. A
cuela "oficial". Hay otros que dicen que esto es necesario hacerle frente5.
la escuela oficial no sirve a los indígenas
y que se debe crear otra escuela. Lo cier- Es bien evidente que, en este caso, no
to es que en el mundo de hoy las socie- se está poniendo en duda la existencia
dades indígenas no pueden evitar tener de la escuela sino su función, su estruc-
una posición frente a la escuela, puesto tura y su organización. Así es vista la es-
que ésta es una manera de establecer re- cuela como un posible espacio de me-
lación con la sociedad nacional y con el diación entre el mundo indígena y el
Estado colombiano. También es cierto, y mundo no indígena. Se presenta, enton-
tal vez no menos importante, el consta- ces, una clara oposición entre dos con-
tar que los indígenas continúan en la cepciones sobre la escuela: una, que
búsqueda de alternativas para sus jóve- propugna la integración de los indíge-
nes, sea en el marco de la institución es- nas con su consiguiente homogeneiza-
colar, sea por fuera de ella. ción, y otra que busca una educación en
y para la vida. Esta última es una escuela
Surgen varias preguntas: ¿Debe es- de afirmación del ser indígena.
tar la escuela en las comunidades indí-
genas? ¿Cómo debe ser su presencia? Es cierto que la educación escolar
Dejemos que sea Marcos Yule quien nos puede ser un elemento extraño para
presente ideas al respecto: muchas comunidades, pero no es me-
nos cierta la necesidad de adquirir cono-
Hay dos enfoques de educación: uno es cimientos más allá de los propios, más
el escolar que se ha venido relacionando allá de lo local, conocimientos que po-

5 Ibíd, p. 101.
La etnoeducación en Colombia • 53

dríamos llamar universales; pero esta ad- Algunas experiencias educativas han
quisición no debe hacerse en contra de pretendido asimilar a los ancianos y sa-
los conocimientos propios, los locales. bedores al papel de maestros escolares y
ello ha sido fuente de conflictos y sinsa-
Esto nos lleva a plantear una gran di- bores. El espacio escolar no es el de la
ficultad: la institución escolar está cen- transmisión de las tradiciones y conoci-
trada en el maestro y los contenidos ofi- mientos tradicionales y por esta razón
ciales (currículos). se ha fracasado cuando se pretende que
El rol de los maestros al interior de en el marco de la escuela se transmitan
las sociedades indígenas es peculiar. Por y recreen los conocimientos tradiciona-
un lado, deben responder a los requeri- les. ¿Cómo conciliar los conocimientos
mientos de la institución escolar oficial tradicionales con los conocimientos de
y, por el otro, deben satisfacer las exigen- la escuela? Es una pregunta para la que
cias de las comunidades. Allí se da un todavía no tenemos una sola respuesta.
claro enfrentamiento entre "lo propio" y Pero lo que ha quedado claro es que no
"lo oficial". Los maestros han sido for- se pueden confundir ni mezclar y es
mados (cuando lo han sido) en función algo que cualquier proyecto educativo
de la educación no indígena, la cual mu- debe tener presente.
chas veces no tiene en cuenta, ni valida,
la actividad de los pueblos indígenas en Es frecuente que los maestros indíge-
la creación y transmisión de conoci- nas deban desempeñar funciones que
mientos durante milenios. Es así como los colocan por fuera de las relaciones
los maestros se ven más articulados al sociales propias de la comunidad y por
sistema educativo nacional que a su encima de la gente del común, es decir,
propia comunidad. Es claro que no pen- asuman el papel que corresponde co-
samos que el maestro indígena sea un rrientemente a funcionarios oficiales.
problema; el dilema es el carácter que se En un buen número de oportunidades
le confiere al maestro y se espera que sea esto tiene como resultado una mayor
él quien aporte la solución a una reali- aculturación del maestro y una pérdida
dad que sin lugar a dudas va mucho de perspectiva en cuanto al fundamen-
más allá de su existencia como persona to de una educación propia. Nos dirán
y de su papel como maestro. Otro ele- que existen casos en donde esto no es
mento que se debe considerar en el aná- así, pero mientras las sociedades indíge-
lisis de los maestros cuya primera lengua nas no diseñen mecanismos que permi-
no es el castellano es su escasa compe- tan controlar el papel y la acción de los
tencia comunicativa en esta lengua y las maestros, siempre quedará la posibili-
posibilidades que el sistema educativo dad de que el maestro se coloque -obli-
les ofrece para mejorarla. Estos factores gado, o por voluntad propia- fuera de la
(educación formal desventajosa, forma- esfera de las autoridades indígenas.
ción no apropiada a realidades multi-
culturales, escasa competencia comuni- Nuevamente citemos a Miguel Me-
cativa) influyen poderosamente en la léndez, quien respecto del papel de los
calidad del trabajo en el aula de clase. maestros dice:
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La única posibilidad, a mi juicio, es que estructura al maestro como un intelec-


las comunidades y los maestros en parti- tual, por lo tanto su acción no sólo bene-
cular se apropien conscientemente de ficia a las comunidades, sino que a la vez
sus necesidades educativas mediante lo introduce en una relación bilateral en
elección de alternativas, y una de éstas, ói- donde al mismo tiempo que aporta, re-
gase bien, una de estas alternativas, es la et-
noeducación, pues en teoría caben mu-
cibe y esto conlleva un enriquecimiento
chas otras posibilidades6. conjunto.
Pasemos a una corta reflexión sobre
Se evidencia que la formación de los los currículos. Ellos son organizados en
maestros que trabajen en zonas indíge- función del pensamiento de la sociedad
nas debería tener unos componentes dominante y cuando se ha pretendido
particulares que les permitan, a indíge- hacerlo teniendo en cuenta el pensa-
nas y no-indígenas que se desempeñan miento indígena se ha llegado a un gran
como profesores en las escuelas de las cuello de botella: la dicotomía entre un
sociedades indígenas, tener mejores y pensamiento parcelado y un pensa-
más adecuadas herramientas para en- miento totalizante. Para Occidente, el
frentar el reto de una educación que conocimiento es segmentado, delimita-
verdaderamente consulte las realidades do por áreas y saberes; en esta perspec-
comunitarias y que al mismo tiempo tiva, la vida comunitaria, la cultura y los
inscriba a los alumnos en el mundo de conocimientos indígenas quedan redu-
hoy. Muchos maestros perciben su fun- cidos a una asignatura inscrita en el cu-
ción como importante para las comuni- rrículo y con ello se considera que se
dades y para el proceso educativo y en está haciendo un aporte a la educación
oportunidades se sienten impotentes de y para indígenas, cuando en realidad
para lograr un adecuado éxito en el tra- se les está quitando la vida y la fuerza a
bajo escolar. Por ello son conscientes de sus conocimientos. Ante esta realidad es
que su formación para enseñar eficaz- necesario identificar qué debe ser apro-
mente en contextos multiculturales piado y cómo debe hacerse la apropia-
debe ir en aumento. En ese sentido, se- ción.
ría deseable que los profesores contaran
con un conocimiento etnográfico que De una manera bastante general, se
les permita afrontrar los puntos de en- podría afirmar que el concepto de et-
cuentro y desencuentro entre las cultu- noeducación es mirado como "poten-
ras, de tal manera que puedan proponer cialmente aceptable" por los diversos
elementos para un programa educativo actores educativos, pero que en muchas
que dinamice las particularidades de circunstancias parecería lejos de ser una
sus alumnos y les permita asumir con realidad, dadas las dificultades de orden
éxito la difícil tarea de insertarse en el práctico que se encuentran para llevarlo
mundo de hoy. El ejercicio de enseñar a la realidad cotidiana. No son sólo difi-

6 "Del discurso ideológico al discurso lingüístico", en Educación endógena frente a educación formal, colec-
ción Lenguas Aborígenes de Colombia, serie Memorias, volumen 4, CCELA-Uniandes, 1998, pp. 279.
La etnoeducación en Colombia • 55

cultades administrativas; existen defi- Hablemos primero de ese grupo que


ciencias y vacíos en el mismo conoci- ha perdido la lengua vernácula. Éste es
miento de las bases pedagógicas que un factor que dificulta la consolidación
permitan avanzar en la creación de una de los procesos de educación propia, ya
escuela que respete y propicie la diver- que la pérdida de la lengua tiene impli-
sidad cultural. caciones en la desestructuración del
pensamiento propio. A pesar de ello (de
EL PAPEL DE LAS LENGUAS EN EL PROCESO haber perdido la lengua) se ha dado el
ETNOEDUCATIVO caso de pueblos que han trabajado en la
revitalización de su cultura a partir de
La diversidad lingüística de Colombia otros elementos de identidad y han ini-
nos confronta con una realidad comple- ciado procesos organizativos que han
ja, con implicaciones sociales, económi- llegado incluso a introducir cambios en
cas, culturales y educativas que hasta el el papel y pretensiones de la escuela. Po-
momento no se han encarado con sufi- demos citar como ejemplo los pastos
ciente claridad por muchos sectores de (Nariño), los yanaconas (Cauca) o los
la sociedad nacional. El Estado, a pesar zenúes (Córdoba). Otros grupos que
de haber promulgado el Decreto 1142 han perdido su lengua han pretendido
de 1978 relativo a la educación bilingüe recuperarla a partir de muestras del lé-
en las zonas indígenas, y de haber con- xico recogidas por misioneros o viajeros.
signado en el texto constitucional de Esta búsqueda surge, probablemente,
1991 normas relativas a ella, tiene difi- del valor otorgado a la lengua en los
cultades para volver operacionales estos procesos de cohesión y reafirmación po-
propósitos. lítica.
Para hablar de la población indígena En otros grupos la lengua se mantie-
colombiana y de sus lenguas es preciso ne viva pero es marginal debido a dife-
distinguir varias esferas, a saber: los ha- rentes factores, tales como el tamaño del
blantes de lenguas amerindias y actores grupo, las posibilidades de utilizar efec-
de los diversos procesos en sus comu- tivamente la lengua como vehículo de
nidades; un segundo grupo que se au- comunicación más allá de un pequeño
todesigna como indígena, mas no es grupo (familiar o microlocal); allí el pro-
hablante de lenguas amerindias; y un ceso de desestructuración cultural es in-
tercer grupo en proceso de autorreco- tenso y se incrementa debido la presen-
nocerse como indígenas que, aunque no cia centenaria de las misiones religiosas
hable lenguas aborígenes, empieza a re- y sus escuelas-internados "civilizado-
conocer su valor y el de pertenecer a res", aunado a las migraciones obligadas
una comunidad. Esto nos lleva a esta- por colonos y explotadores de recursos
blecer que ante un indígena podemos naturales. Hoy la agresión continúa y se
tener a un individuo con un bilingüis- incrementa debido a la invasión de los
mo activo, con un bilingüismo pasivo o narcotraficantes, a la presencia de fuer-
simplemente monolingüe en castellano. zas armadas (Estado, guerrillas, parami-
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litares), amén de la colonización campe- Es preciso decir que algunas veces en


sina. el camino de la etnoeducación se ha so-
brevalorado el papel de los estudios lin-
En los otros grupos la lengua se man- güísticos al haberse convertido las len-
tiene viva y es utilizada activamente guas en un factor importante (a veces
dentro de las comunidades. Sin embar- determinante) de identidad. A nuestro
go, es necesario aclarar que en este pun- juicio la etnoeducación no es sinónimo
to hay diferencias importantes en las de lingüística, ni de antropología, ni de
más de 60 lenguas supérstites; mientras etnodesarrollo, aunque pueda involu-
los wayuus y los paeces superan los crarlos. Muchos de los programas im-
100.000 hablantes activos, encontrarnos pulsados en etnoeducación conceden
más de 30 grupos que no llegan a los un excesivo peso a la lengua, a su estu-
5.000 hablantes, lo cual coloca a Colom- dio y por ende al papel del lingüista.
bia en una situación particular. En los
grupos más activos y más organizados Es claro que el lingüista será un ase-
se han dado procesos que buscan la am- sor en este proceso, pero no debe ni
pliación del radio de acción de la lengua puede ser el único. Se requiere además
y su uso en situaciones donde antes era el concurso de pedagogos, psicólogos,
utilizada la lengua de la sociedad domi- antropólogos y otros especialistas en
nante, el castellano. Éstos son los grupos función del trabajo específico que se de-
que han luchado por lograr que las len- sarrolle.
guas minoritarias pasen del papel de
lenguas sometidas a lenguas en igual- Dado el peso que en todo este proce-
dad de condiciones y son precisamente so se da a la escritura, es necesario decir
ellos quienes han impulsado con más algo al respecto. En nuestra sociedad
ahínco la revaloración y revitalización la escritura es una realidad innegable,
de las lenguas vernáculas. Se evidencia pero aún quedan en el mundo pueblos
la relación que existe entre el desarrollo ágrafos (cada vez menos, pero existen) y
de autonomía política y la implementa- otros que apenas recientemente han
ción de proyectos educativos más cohe- empezado a discutir sobre la posibilidad
rentes y apropiados. de utilizar una forma escrita para repre-
sentar su habla. Las implicaciones del
En las condiciones descritas es claro proceso de adquirir y utilizar la escritura
que la conciencia de proteger y valorar en una comunidad, no sólo en la educa-
las lenguas indígenas es una necesidad ción sino en la vida diaria, son muy im-
para el proceso educativo. También es portantes y su debate puede ser comple-
claro que no se puede aislar el enfrenta- jo, pero no nos detendremos allí en el
miento lingüístico de la relación existente momento. Es bien cierto que en la Co-
entre las sociedades indígenas y la socie- lombia de hoy es necesario aprender a
dad dominante; allí el papel del lingüis- leer y escribir en castellano; también es
ta deberá ser complementado por otros cierto que cada día las lenguas indíge-
investigadores, los funcionarios y, lo nas se ven impelidas al proceso de la es-
que es más importante, por las mismas critura. Éste puede ser un objetivo (polí-
comunidades involucradas. tico, cultural) válido, pero en sí mismo,
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no lleva implícita su viabilidad. Será ne- ¿Qué desean los padres de la escue-
cesario abordar muy cuidadosamente el la, en relación con la educación de sus
debate entre la oralidad y la escritura, hijos y sus culturas de origen? ¿Qué
entre los distintos tipos de oralidad y los pueden hacer las organizaciones indí-
diferentes tipos de escritura; en ningún genas, el Ministerio de Educación, las
caso podremos considerarlo agotado o universidades, las normales, la educa-
superado. Debemos acostumbrarnos ción contratada con la Iglesia, para aten-
cada vez más a las diferentes oralidades, der las culturas presentes en las escuelas
a las diferentes escrituras o, dicho de indígenas y no-indígenas? Incluso, ¿qué
otra manera, a las diferentes formas de puede y debe hacer la escuela, si quiere
evitar ocultamientos, hipocresías y una
la textualidad.
etnoeducación de carácter romántico,
simple, estática?
LA EDUCACIÓN INDÍGENA Y
LA EDUCACIÓN NACIONAL Se debe romper con la discontinui-
dad entre la cultura de los estudiantes y
Hasta el momento se piensa que la edu- la cultura escolar. La cultura de los estu-
cación intercultural es solamente para diantes está representada en diferentes
los indígenas o grupos minoritarios. estilos cognitivos, diversas lenguas,
Nosotros pensamos que esto no debe multiplicidad de motivaciones, interac-
ser así. Dado que la Constitución es clara ciones, y es muchas veces una clara
en reconocer el carácter multicultural muestra de la diversidad cultural co-
del país, la educación debería ser con- lombiana. La cultura escolar es eco de la
cordante con los postulados de la Carta sociedad mayoritaria y la discontinui-
Magna. Esto significa que la educación dad con la cultura de los estudiantes se
intercultural debe ser impartida a todos manifiesta en los contenidos, general-
los colombianos, pertenezcan o no a un mente ajenos a los conocimientos que
grupo minoritario. Ésa será una manera posee el estudiante y se deja el mundo
familiar y cultural por fuera de la escue-
de conocer y valorar la riqueza de las di-
la. Es necesario que el alumno tenga la
versas culturas y lenguas indígenas, y a oportunidad de poner en relación lo
la vez una efectiva manera de enrique- que conoce con lo que debe aprender
cer la escuela colombiana. para que pueda producir un aprendiza-
Éste sería un punto de partida ori- je realmente significativo.
ginal e innovador en la educación co- Es necesario desarrollar prácticas
lombiana, pues se buscaría formar ciu- educativas que sean compatibles con las
dadanos que comprendan la realidad culturas presentes en el aula de clases, lo
nacional a partir de su inserción en dife- que no significa que todos los aspectos
rentes culturas y de su interacción per- curriculares tengan que ser congruentes
manente con ellas, lo cual redundaría en con las prácticas culturales de los alum-
el manejo de diversos y valiosos conoci- nos. Se trata de que el conocimiento de
mientos, fortaleciendo una visión de estas culturas, de los modos de aprendi-
mundo más amplia y menos dogmática. zaje y los modos de socialización se uti-
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licen como una guía útil para seleccio- pero inaplicable por la magnitud de las
nar los programas educativos, para al- dificultades a las que se enfrenta. Hacer
canzar los objetivos académicos desea- realidad una escuela adecuada a los
dos y evitar los no deseados. pueblos indígenas y sus particularida-
des, que respete la diversidad cultural y
Habrá, entonces, que incorporar sis- que permita formar ciudadanos ligados
temáticamente la lengua a la actividad a sus raíces y vinculados al mundo, exi-
escolar y encontrar el espacio adecuado ge que tanto el Estado colombiano como
en el currículo. Esto no podrá realizarse las comunidades trabajen mancomuna-
desligado de la búsqueda pedagógica damente en la misma dirección.
en contextos multiculturales y multi-
lingües; tampoco se podrá llevar este El Estado deberá definir una política
proceso a buen término si no se logra la lingüística adecuada y lograr que sus
participación activa, comprometida y disposiciones sean funcionales; las co-
permanente de las comunidades, a tra- munidades deberán aportar lo mejor de
vés de los padres, ancianos, mayores y sí mismas para encontrar los derroteros
sabedores. que les permitan avanzar con la pru-
dencia y paciencia que exige la experi-
Los intentos de elaboración de currí- mentación.
culo mantienen (ya lo hemos señalado)
las áreas, las asignaturas, las horas de Responsabilidad mayor le compete
clases en el salón y el saber en comparti- al Estado, pues es de su incumbencia la
mentos (las más de las veces inconexos), reglamentación, la formulación de ejes
a nuestro juicio, los proyectos educati- curriculares, la definición de métodos,
vos y, por ende, los currículos, deberían los criterios de evaluación y el modelo
tener su base y fundamento en las pro- de enseñanza.
pias cosmogonías, axiologías y episte- Antes de terminar citemos a Jorge
mologías de las comunidades indíge- Orlando Meló, quien hablando de la es-
nas; es decir, que la etnoeducación será cuela en Colombia (no se refería especí-
diferente en cada uno de los pueblos in- ficamente a la escuela indígena) dice:
dígenas. Sólo así se podrá superar el ca-
rácter homogeneizante que se le ha con- La escuela que puede transformar nues-
ferido. Existirán algunas similitudes por tra cultura debe tener unos rasgos que ya
ejemplo en la relación con la sociedad enuncié antes: estar centrada en el domi-
mayoritaria, pero será necesario enten- nio del lenguaje, en la búsqueda activa
der que incluso en las formas de rela- del conocimiento por el estudiante, en el
ción con la sociedad nacional existen di- desarrollo de la capacidad de crear, de
ferencias entre los distintos grupos. decir cosas propias, de ser original. Esto
supone bibliotecas, laboratorios y equi-
pos para el arte. Y las bibliotecas no de-
El reto es grande: no se puede que- ben ser para aprender muchas cosas,
dar la educación indígena, sea concep- sino para desarrollar la capacidad de
tualizada como "etnoeducación", como comprender, confrontar, debatir y pen-
"educación propia", o como "educación sar. Para ello hay que aprender a leer
endógena" en una política tolerante, pero también a escribir, cosa que como lo
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sabe cualquiera que ha enseñado en una pueblos indígenas y afrocolombianos. Serie


universidad, sólo logran hacer unos po- Documentos de trabajo. Santafé de Bo-
cos estudiantes7. gota.
El examen que se ha realizado hasta , 1996. Yo'kwinsiro 10 años de etnoeduca
el momento ha sentado las bases para el ción. Serie Documentos especiales. San
trabajo futuro, que sin duda requerirá tafé de Bogotá.
una mayor capacidad para reformular , 1995. "Decreto 804 de 1995, Reglamen
las directrices, para corregir el derrotero tario del Título III, Capítulo 3 de la Ley
y una mayor voluntad para aplicar los 115: Educación para grupo étnicos".
resultados.
Sánchez, Enrique (compilador), 1996. Dere-
chos de los pueblos indígenas en las
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA Constituciones de América Latina. Dislo-
González, Jorge, 1998. Memorias del Primer que Editores, Santafé de Bogotá.
Congreso Universitario de Etnoeducación. Valeria, Marta, 1995. O debate sobre a educaqáo
Riohacha. indígena no Brasil (1975-1995) Ministerio
Legarreta, Josu, 1998. Derechos de los pueblos da Educacáo e do Desporte, Universida-
indígenas. Estudio y selección de textos, de de Sao Paulo.
Mugarik Gabe. Vitoria-Gasteiz: Servicio
Central de Publicaciones del Gobierno Zúñiga, Madeleine et al, 1987. Educación en
Vasco. poblaciones indígenas. Políticas y estrate-
Ministerio de Educación Nacional, 1996. La gias en América Latina. Unesco-Orealc,
Etnoeducación: realidad y esperanza de los Santiago de Chile.

7 "Palabra y cultura" en revista Número No. 19. Santafé de Bogotá, 1998,40-43.

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