Tecnica Dialogo Partes Del Yo

Experto/a en
Terapia Transpersonal
Segundo Grado
TÉCNICA TERAPÉUTICA:
Diálogo con partes del Yo
www.escuelatranspersonal.com
EXPERTO/A EN TERAPIA TRANSPERSONAL: Técnica terapéutica: Diálogo con partes del Yo
TÉCNICA ¿De dónde proviene?

TERAPÉUTICA Esta técnica deriva del proceso Big Mind del maestro zen Dennis Genpo Merzel.
Diálogo con A su vez, esta técnica se inspira en el Diálogo de voces, de Hal y Sidra Stone. Tras
partes del Yo años de práctica meditativa, Genpo Merzel se percató de que el parloteo interno no
cesaba, e intuyó que este “ruido mental” necesitaba ser encauzado para posibilitar
una mayor comprensión y paz interna.
Tal y como se ha señalado en el tema de esta semana, cuando las voces o partes del
Yo son plenamente escuchadas, en lugar de ignorarlas, reprimirlas o identificarnos
con ellas, éstas pueden expresarse, y con ello se calman y permiten que la dimensión
transpersonal se haga presente.
Desde la Escuela de Desarrollo Transpersonal adaptamos esta técnica a la estructura

de la psique presentada en el tema La integración del Yo, y enfocándola en el trabajo
con dos partes o voces del Yo con función protectora: la parte controladora, la
parte crítica y, por último, en la dimensión esencial.
Recodemos que, para poder profundizar en aquellas facetas del Yo que soportan mayor carga de dolor, el
primer paso consiste en reconocer y “negociar” con las partes protectoras, siendo la controladora y la crítica
dos de ellas.
Si bien esta técnica se asemeja a la Silla Terapéutica, se trata de una variante distinta para trabajar en el
conocimiento e integración de las diversas facetas del Yo. En este caso, esta técnica no consiste en “poner
fuera” u objetivar a las partes con las que se va a trabajar, sino en evocarlas internamente para darles voz y
dialogar con ellas.
¿Para qué sirve la técnica?

Esta técnica sirve, por una parte, para hacer consciente la función de aquellas voces con las que tendemos
a estar en lucha, e ir hacia una expresión más sabia e integrada de nosotros mismos. Por otro lado, a través
de este proceso podemos ver con más distancia aquellas otras voces con las que tendemos a sentirnos más
identificados; la comprensión que brota, entonces, es que aquello que muchas veces identificamos como
“yo soy así” es tan solo un aspecto parcial de nosotros mismos que necesita ser guiado por una dimensión
más sabia. Al mismo tiempo, esta práctica permite entrar en contacto con nuestra naturaleza esencial, que
podemos nombrar como “amor incondicional”, “ser esencial” o “mente sin pensamiento”. Esta dimensión
esencial es la que puede reconocer todas las facetas o “voces” sin identificarse con ellas, alcanzando una
integración sanadora y una resolución profunda de los conflictos internos.
¿En qué momento del proceso terapéutico es útil?

Es especialmente útil cuando detectamos en el discurso del cliente escisiones y conflictos internos entre
partes que tienen anhelos e intereses contrapuestos. También es útil cuando nos percatamos de que el día
a día del cliente está guiado por actitudes extremas o rígidas.
Tomas de conciencia sanadoras:

¿Hay otro camino que no sea el de identificarme plenamente con las partes de mi Yo?
¿Cómo me siento al dar voz a aquellas partes que tiendo a rechazar o que suelen “secuestrarme”?
¿Cómo me siento al poder contemplar este juego de voces o partes internas?
¿Quién soy yo realmente?
Introducción
¿Cómo introducir la práctica?
“He notado que a veces expresas sentimientos y pensamientos que, en apariencia, son contradictorios y
parecen estar en conflicto. Los pensamientos y emociones perturbadoras o extremas son una manifestación
de una parte de nosotros, y cada una de ellas puede comprenderse mejor si reconocemos de qué parte se
trata.
Dentro de todos nosotros existen muchas facetas distintas de nuestra personalidadd que se originaron
en diferentes momentos de nuestra vida, y cada una tiene propósitos y motivaciones particulares. Todas
ellas se relacionan con tu verdadero yo, un Yo sabio y auténtico y, a su manera, tratan de aportar algo y ser
reconocidas plenamente. Cuanto más las rechazamos o nos identificamos con ellas, más fuerza cobran y
más presencia tienen en el cada día.
Dicho lo anterior, te invito a llevar a cabo una práctica por la que conocerás mejor a dos partes que, en
general, todas las personas reconocemos en nosotros: se trata de una parte controladora, otra que
podríamos nombrar como crítica y, por último, te guiaré para que puedas reconocerte también en eso
que es auténtico e íntegro en ti.
Te guiaré a lo largo de toda la práctica, invitándote, por momentos, a que “te pongas en la piel” de cada
una de estas partes y les de voz, expresándote por ellas en primera persona; cuando me refiera a ti, lo haré
diciendo tu nombre.
Instrucciones
A continuación, se reproduce un ejemplo de diálogo entre terapeuta, una parte del Yo y la persona. En
ocasiones, el terapeuta se dirige directamente a la parte, pidiéndole al cliente que se exprese poniéndole voz
y hablando “desde ella”; en otros momentos, el terapeuta se dirige al cliente, pidiéndole directamente a él
o ella que exprese lo que siente en relación a la parte en cuestión. El diálogo avanza hasta que el terapeuta
se asegura de que el cliente es capaz de mirar con curiosidad, comprensión e incluso con compasión a la
parte. No se debe pasar a dialogar con otra parte, hasta no cerciorarse de esto último.
T: terapeuta
C: cliente
X: nombre del o la clienta
T: Cierra los ojos y realiza tres respiraciones profundas. Te invito a mantener los ojos cerrados durante todo
el proceso, y a ir contestando en voz alta a las preguntas que te voy a ir formulando.
T: Ahora…, evoca y haz presente a tu voz controladora. Mantén en todo momento la conexión con
esta voz, y habla desde ella, a menos que me dirija a ti, entonces exprésate desde ti y no desde la parte…
T: ¿Cuál es tu función, voz controladora?
C: Controlar, tener todo bajo control.
T: ¿Qué sucedería si no estuviera todo bajo control?
C: Que todo sería mucho más libre y fluido.
T: ¿Eso es lo que piensas tú, o lo que piensa X (el nombre del cliente)?
C: No, es lo que piensa X…
T: ¿Y qué piensas tú, como Controlador/a?
C: Como controlador pienso que todo sería una locura, que X no llegaría nunca puntual ni sabría dónde
tiene las cosas, por ejemplo. También le costaría mucho esforzarse y hacer cosas que tiene que hacer; no
haría nada productivo.
T: ¿Cuándo apareciste en la vida de X, qué edad tienes?
C: Creo que sobre los 8 años comencé a hablar más alto. Antes eran sus padres los que tenían que controlar
y poner límites, luego ya nací yo.
T: ¿De qué manera intentas servir a X?
C: Quiero que enfoque su atención, que sepa priorizar y que no se deje llevar por impulsos que pueden ser
destructivos y hacerle daño a él/ella o a los demás.
T: ¿Te sientes reconocida por X?
C: No, ella cree que se sentiría mucho más libre si yo no existiera, me trata mal y quiere que desaparezca.
T: X, ¿puedes reconocer a la voz controladora y ver su importante función en tu vida?
C: Sí, ahora puedo verlo…
T: ¿Y cómo te sientes con respecto a esta parte de ti?
C: Con gratitud…
T: ¿Puedes transmitirle que ahora estás tú para hacerte cargo de vuestras responsabilidades?
C: Sí…
T: ¿Cómo se lo toma tu parte controladora?
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C: No se fía mucho todavía, pero parece que se relaja un poco.
T: Dile a la parte controladora: “Eres muy valiosa en mi vida… Te escucharé cuando me hables, pero no es
necesario que seas tan estricta con el control. Puedes relajarte y disfrutar más de tu labor…”
T: Parte controladora, ¿cómo te sienta escuchar esto por parte de X?
C: Bien…, por fin me siento reconocida y siento que puedo compartir un poco mi carga…
T: Ahora despídete de la parte controladora… Dale las gracias por su forma de servirte. Toma tres
respiraciones profundas.
T: Evoca ahora a tu parte crítica… haz presente a esta voz, y mantén en todo momento la conexión con
ella, y habla desde ella cuando yo me dirija a tu parte crítica… Cuando me dirija a ti, contestas tú…
T: ¿Cuál es tu función, voz crítica?
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C: Asegurarme de que X no comete errores
T: ¿Qué sucedería si no ejercieras tu labor de criticar lo que hace?
C: Que se equivocaría o no haría las cosas como debe, y entonces serían los demás quienes la criticarían o
incluso castigarían.
T: ¿Eso es lo que piensas?
C: Sí… En verdad, protejo a X de que no vuelva sentir humillación y reprimenda.
T: ¿Eso sucedió alguna vez en el pasado?
C: Sí, muchas veces, y X lo pasaba muy mal… le dolía, y yo no soporto su dolor.
T: ¿Cuándo ocurrió esto, qué edad tenías tú? – Todavía dirigiéndose directamente a la parte crítica
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C: Tendría sobre 5 años… Su padre y su madre criticaban todo lo que hacía, y además castigaban a X
constantemente…
T: Entonces, ¿cómo intentas servir a X?
C: Quiero que se esfuerce en tener una buena imagen y en hacer las cosas bien, que se anticipe a las críticas
de los demás… Por eso pongo a X en sobre aviso.
T: Debe de ser una ardua labor, ¿verdad? ¿Te sientes reconocida por X?
C: La verdad es que sí es una labor dura… Estoy todo el día pendiente. No me siento reconocida por X,
porque le gustaría que yo no existiera.
T: (Ahora dirigiéndose directamente al/la cliente/a) X, ¿puedes reconocer a la voz crítica y ver su importante
función en tu vida?
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C: Sí, ahora puedo verlo…
T: ¿Y cómo te sientes con respecto a esta parte de ti?
C: Ahora siento compasión hacia ella… ¡Qué labor tan dura ha llevado a cabo!
T: ¿Hay algo que quieras comunicarle?
C: Te respeto… Entiendo lo que tratas de hacer por mí…
T: X, ¿puedes transmitirle a la parte crítica que ahora tú puedes descargarla un poco? Encuentra la forma de
hacérselo saber… Díselo directamente
C: Parte crítica, ahora puedes confiar en mí… Y podemos compartir tu labor. Te valoro…
T: Crítica, ¿cómo te sienta escuchar esto que te dice X?
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C: Buf, me descarga… Siento que tengo un lugar.
T: Bien, X, despídete de esta parte… Toma ahora tres respiraciones profundas y exhala completamente…
T: Evoca ahora a tu Yo sabio… Hazlo presente, y mantén en todo momento la conexión con tu Yo sabio.
T: Yo sabio, observa a la parte controladora y a la crítica en silencio. Observa de forma neutral su juego, sus
motivaciones, su función… Puedes observarlas sin necesidad de llegar a ninguna conclusión. Las observas
desde cierta distancia y aprecias su función en silencio durante 5 minutos…
(Tocar un cuenco y dar 5 minutos de tiempo de meditación).
T: ¿Qué has observado en este tiempo, yo sabio?
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C: Comprendo que cada una tiene su motivación, y que desean lo mejor para X. Observo que ahora que
se sienten vistas y reconocidas, pueden trabajar todas en la misma dirección y, entonces, desaparece el
conflicto y la lucha interna. Siento mucha paz y alivio; siento mucho más espacio y amplitud… y me siento
bien en el silencio.
T: Da gracias a esta voz transpersonal… puedes recurrir a ella si observas a varias partes en conflicto.
Ahora toma tres respiraciones profundas, exhala y abre los ojos lentamente.
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¿Para qué sirve la técnica?

¿En qué momento del proceso terapéutico es útil?

Tomas de conciencia sanadoras:

¿Cómo me siento al poder contemplar este juego de voces o partes internas?

¿Quién soy yo realmente?

X: nombre del o la clienta

T: ¿Cuál es tu función, voz controladora?

C: Controlar, tener todo bajo control.

T: ¿Qué sucedería si no estuviera todo bajo control?

C: Que todo sería mucho más libre y fluido.

C: No, es lo que piensa X…

T: ¿Y qué piensas tú, como Controlador/a?

T: ¿Cuándo apareciste en la vida de X, qué edad tienes?

T: ¿De qué manera intentas servir a X?

T: ¿Te sientes reconocida por X?

T: X, ¿puedes reconocer a la voz controladora y ver su importante función en tu vida?

C: Sí, ahora puedo verlo…

T: ¿Y cómo te sientes con respecto a esta parte de ti?

T: ¿Cómo se lo toma tu parte controladora?

C: No se fía mucho todavía, pero parece que se relaja un poco.

T: Parte controladora, ¿cómo te sienta escuchar esto por parte de X?

T: ¿Cuál es tu función, voz crítica?

C: Asegurarme de que X no comete errores

T: ¿Qué sucedería si no ejercieras tu labor de criticar lo que hace?

T: ¿Eso es lo que piensas?

C: Sí… En verdad, protejo a X de que no vuelva sentir humillación y reprimenda.

T: ¿Eso sucedió alguna vez en el pasado?

C: Sí, muchas veces, y X lo pasaba muy mal… le dolía, y yo no soporto su dolor.

T: Entonces, ¿cómo intentas servir a X?

C: Sí, ahora puedo verlo…

T: ¿Y cómo te sientes con respecto a esta parte de ti?

T: ¿Hay algo que quieras comunicarle?

C: Te respeto… Entiendo lo que tratas de hacer por mí…

T: Crítica, ¿cómo te sienta escuchar esto que te dice X?

C: Buf, me descarga… Siento que tengo un lugar.

(Tocar un cuenco y dar 5 minutos de tiempo de meditación).

T: ¿Qué has observado en este tiempo, yo sabio?

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