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Hambre cero
Desarrollo sustentable
Semestre 2 , Grupo B
12 de octubre de 2023
Introducción
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron creados y adoptados por las Naciones
Unidas como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015.
Este proceso de creación y adopción se llevó a cabo a lo largo de varios años y comprendió
una serie de etapas clave:
● Antecedentes: Los ODS son la evolución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM), que se establecieron en el año 2000 y tenían un horizonte temporal hasta
2015. Los ODM se centraron en la erradicación de la pobreza extrema y otros
problemas de desarrollo, pero su enfoque fue más limitado en comparación con los
ODS.
● Río+20: La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible,
conocida como Río+20, se celebró en Río de Janeiro, Brasil, en 2012. En esta
conferencia, se acordó la necesidad de desarrollar una nueva agenda global para el
desarrollo sostenible que fuera más ambiciosa y abarcara una gama más amplia de
desafíos, incluyendo cuestiones ambientales, económicas y sociales.
● Grupo de Trabajo Abierto (GTA): Después de Río+20, se estableció un Grupo de
Trabajo Abierto (GTA) de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo
Sostenible. El GTA tuvo la tarea de diseñar y proponer los ODS, así como de
consultar a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y otros actores para
desarrollar una agenda global que fuera inclusiva y representativa.
● Proceso de negociación: A lo largo de varios años, se llevaron a cabo intensas
negociaciones entre los Estados miembros de las Naciones Unidas para acordar los
ODS y sus metas. Esto implicó discusiones sobre los objetivos específicos, los
indicadores de seguimiento y los medios de implementación.
● Adopción de la Agenda 2030: Finalmente, el 25 de septiembre de 2015, los líderes
mundiales se reunieron en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible y adoptaron oficialmente la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible,
que incluye los 17 ODS y sus 169 metas.
1. Cultura Organizativa: La cultura empresarial define los valores y las normas que
guían el comportamiento de los empleados y la toma de decisiones dentro de una
empresa. Una cultura fuerte y ética puede fomentar comportamientos responsables.
2. Gestión Ética: Las decisiones éticas forman la base del comportamiento empresarial
responsable. Las empresas deben asegurarse de operar de manera justa,
transparente y legal, evitando prácticas corruptas o antiéticas.
Beneficios de la RSE:
2. Lealtad del Cliente: Los consumidores están más inclinados a apoyar empresas que
demuestran un compromiso genuino con el bienestar social y ambiental.
Es importante que exista unión entre los individuos de una sociedad, así se pueden crear
normas y reglas que ayudan a regular la contaminación y solucionar los problemas sociales
que existen, teniendo la certeza de que todos las respetaran y formarán parte de ellas.
Además la convivencia sana y pacífica es uno de los objetivos internos de los ODS, así que
teniendo sociedades armónicas y responsables no solo se estarían cumpliendo las metas
marcadas sino que también se mejoraría la calidad de vida de todos.
Conclusión
En conclusión, el análisis del comportamiento y la responsabilidad social del
entorno, ya sea a nivel global, empresarial o municipal, es esencial para fomentar un
entorno más sostenible, ético y equitativo. Al evaluar y comprender cómo las
personas, las organizaciones y las comunidades interactúan con su entorno y la
sociedad en general, se pueden tomar medidas para abordar desafíos clave y
promover un desarrollo más positivo.
Este análisis implica la consideración de aspectos como el impacto ambiental, la
ética, la inclusión, la participación comunitaria, la igualdad de oportunidades y la
calidad de los servicios públicos. También implica la medición del impacto de las
iniciativas de responsabilidad social y la rendición de cuentas.
La responsabilidad social del entorno no es solo una responsabilidad de las
empresas, sino de todos los individuos, organizaciones y gobiernos. A través de la
colaboración y la adopción de prácticas responsables, podemos abordar desafíos
globales y locales, como la crisis climática, la desigualdad social y la degradación
ambiental.
En última instancia, el análisis y la promoción de la responsabilidad social del
entorno son cruciales para crear un mundo más justo, sostenible y próspero para las
generaciones presentes y futuras.