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Ventura-Juncá del T.

, Patricio

Mons. Elio Sgreccia, Don Elio, una personalidad


inolvidable

Vida y Ética. Año 9, Nº 2, Diciembre 2008

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Ventura-Juncá del T., Patricio. “Mons. Elio Sgreccia, Don Elio, una personalidad inolvidable”[en línea]. Vida y Ética.
9.2 (2008). Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/mons-elio-sgreccia-don-elio.pdf
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DOCTORADO HONORIS CAUSA


A S.E.R. MONS. ELIO SGRECCIA

MONS. ELIO Dr. Patricio Ventura-Juncá T.


· Profesor Titular de Pediatría y Bioética
SGRECCIA, (Pontificia Universidad Católica de Chile)

DON ELIO,
UNA
PERSONALIDAD
INOLVIDABLE

INSTITUTO DE BIOÉTICA / UCA - VIDA Y ÉTICA AÑO 9 Nº 2 DICIEMBRE 2008 95


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A lo largo de la vida, uno tiene el pués de una larga carrera como director
recuerdo de algunas personas que nos del Departamento de Pediatría, asumía
causaron una gran impresión y de las que ahora la Dirección del Centro de Bioética
aprendimos algo importante, personas de la Universidad Católica de Chile. Venía
que, a veces, llegan a marcar nuestro con muchos interrogantes y necesidad de
camino en este mundo. Algunas nos han aprender a asumir lo mejor posible mi
impresionado por su inteligencia, otras nuevo cargo.
por su erudición, por su arte o por otras
condiciones humanas. Para mí, conocer a Nos encontramos en el “Hospital
monseñor Elio Sgreccia ha sido un hito Gemelli”, donde me invitó a almorzar y
importante en mi vida personal y acadé- ahí mismo le conté de nuestros proyec-
mica. Probablemente en este libro dedi- tos, especialmente del inicio de nuestro
cado a sus ochenta años hay otros auto- Magíster en Bioética, al cual lo invitába-
res que van a resaltar su brillante carrera mos a participar como profesor.
académica en la Universidad del Sacro Inmediatamente aceptó. Vino mi sorpre-
Cuore, su participación decisiva en el sa después, cuando me preguntó:
desarrollo de la Pontificia Academia para “¿Podría decir unas palabras de introduc-
la Vida, su incansable trabajo por promo- ción a los alumnos de un curso de
ver la cultura de la vida en diversos paí- Bioética que está comenzando?”.
ses del mundo, la fundación de la Sorprendido, le consulté: “¿Cuándo sería
Federación Internacional de Bioética eso?”. “Bueno… en media hora” -respon-
Personalista (FIBIP), y muchas otras ini- dió-. No podía decir que no, a pesar de
ciativas llenas de creatividad, constancia que en esa época consideraba que no era
y dedicación en la línea de las palabras el más apropiado para hacerlo. Pero la
del Señor, que dijo: “He venido para que persona de Mons. Sgreccia me cautivó,
tengan vida y la tengan en abundancia” como también la confianza que depositó
(Jn 10, 10). en mí y la audacia de su pedido.
Confianza y audacia, otros dos rasgos de
Yo me referiré a la experiencia que su personalidad que con el tiempo vería
me ha significado conocer a Mons. comprobados en muchas ocasiones y que
Sgreccia y tener el privilegio de gozar de descubrí que nacían de su profunda fe en
su aprecio y amistad. Desde nuestro pri- la Providencia Divina y en las personas.
mer encuentro me llamaron poderosa-
mente la atención algunos rasgos de su En esa primera ocasión le pedí que me
personalidad. Primero, el tiempo y el contara algo de cómo se había formado el
acogimiento para recibir a un médico Instituto y el Centro de Bioética de la
que venía de un país lejano y que, des- Universidad del Sacro Cuore. De nuevo se

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dio el tiempo para hacerlo y me lo contó que irradia una alegría profunda matiza-
con una extraordinaria sencillez y modes- da con un gran sentido del humor.
tia, atributos que siempre he pensado son
características de los grandes hombres. A Tuve la oportunidad de hacer un
través de esa historia contada con senci- breve período sabático en Roma. Fue
llez pude ver su gran visión, capacidad y para mi esposa y para mí un tiempo que
creatividad para sacar adelante un pro- jamás olvidaremos. Todo fue muy senci-
yecto que tenía muchas dificultades de llo: departamento, oficina, facilidades de
diversa índole, desde la comprensión por trabajo. ¿Quién estaba detrás? Don Elio.
parte de las autoridades universitarias, del Mi esposa me comentó: “Él es también
Estado italiano y de las limitaciones de un padre que se preocupa por sus hijos”.
recursos. Posteriormente supe con más Después pude apreciar cómo se preocu-
detalle el tesón y la sabiduría con los que paba por la gente joven en formación, les
logró superar todos estos obstáculos. Pero buscaba becas, financiamiento y sobre
en esa oportunidad no me habló de eso. todo era el gran consejero para quienes
daban sus primeros pasos en Bioética o
Con el tiempo he podido comprobar querían perfeccionarse. Así también, a
que don Elio es un hombre de Dios en el través del contacto con don Elio, estre-
sentido cabal de la palabra, que de ahí chamos lazos con muchas otras personas
nace toda su fuerza y su inspiración. Un que habían sido formadas por él o influi-
hombre que ha dedicado su vida al servi- das grandemente en su desarrollo. Así se
cio de la Iglesia en forma leal, humilde y fue gestando uno de sus grandes anhe-
fuerte. Nunca le vi ni un asomo de bús- los: ir formando redes de comunicación
queda de honores o reconocimiento. entre todos los que adherimos a la Ética
personalista. En un mundo globalizado,
Hoy en día jugarse por la vida es una Mons. Sgreccia tuvo la visión de la nece-
tarea que entraña sinsabores e incom- sidad de estar interconectados, de apo-
prensiones. Dirigir una Academia con yarse en las ideas, en la formación y las
miembros tan diversos y prestigiosos no estrategias en el cuidado y promoción de
es fácil. Ahí pude apreciar otras cualida- la vida humana.
des de don Elio: su respeto por todas las
personas, su paciencia para escuchar a Durante este tiempo aprecié el grato
todos y su fortaleza para jugarse por la ambiente que existía en la Academia y
verdad con valentía y sin descalificar a las buenas relaciones entre todos los que
nadie. Lo he visto pasar muchos sinsabo- ahí trabajaban. Creo que este ambiente
res e incomprensiones, pero siempre en el era fruto, principalmente, de la persona-
fondo está el hombre que transmite paz, lidad de don Elio. Él era la autoridad en

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el sentido etimológico de la palabra, es Además, descubrí que entre tantas otras


decir, el que desarrolla y hace crecer algo. cosas, también viajaba una vez al mes,
Ejercía su autoridad de modo paternal y para participar en el comité de Bioética,
hacía que existiera un ambiente de con- a San Giovanni Rotondo, que se encon-
fianza, trabajo, amistad y respeto. Deja traba a nada menos que cinco horas
un ejemplo para quien lo suceda en el (yendo en auto). Y don Elio trabajaba y
cargo. Asimismo, en el paseo anual que trabajaba, y era reconocido por todo el
se hace con todos los que trabajan en la mundo. Algo había también entre él y el
Academia, nos llamó la atención la ver- padre Pío… estoy seguro de que lo está
satilidad de su personalidad. En el bus se ayudando en su último proyecto, que ya
transformaba en el guía que nos explica- está avanzado: la Fundación Ut Vitam
ba los distintos lugares que visitábamos. Habeant para la difusión de la verdad al
También pude comprobar cuán conocido servicio de la vida. Este proyecto, tal vez,
era en las distintas partes de Italia y con expresa muy bien todo el sentido y
cuánto respeto y cariño era saludado por riqueza de los ochenta años de monseñor
todos. Esto me lleva a lo que dije al ini- Sgreccia. Su amor por la verdad y la vida
cio: la persona de Mons. Sgreccia marca impregnadas de esa bondad que irradia
a quienes lo conocen; en él se integran lo su personalidad y que se expresa hasta en
humano y lo divino. detalles muy pequeños.

Muchas veces me pregunté a qué Sólo puedo terminar diciendo muy de


hora pudo escribir su Manual de Bioética corazón: ¡gracias don Elio! Y la mejor
y tantos otros libros y artículos. Siempre manera de agradecerle será cuidando y
tenía tiempo para recibir a quien lo bus- cultivando la herencia que nos ha dejado
caba, especialmente a los extranjeros. No al servicio de la verdad, de la vida y de los
era fácil compatibilizar todas estas cosas. más vulnerables.

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