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Mons Elio Sgreccia Don Elio
Mons Elio Sgreccia Don Elio
, Patricio
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La Biblioteca posee la autorización del autor para su divulgación en línea.
Ventura-Juncá del T., Patricio. “Mons. Elio Sgreccia, Don Elio, una personalidad inolvidable”[en línea]. Vida y Ética.
9.2 (2008). Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/mons-elio-sgreccia-don-elio.pdf
[Fecha de consulta:..........]
(Se recomienda indicar fecha de consulta al final de la cita. Ej: [Fecha de consulta: 19 de agosto de 2010]).
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DON ELIO,
UNA
PERSONALIDAD
INOLVIDABLE
VIDA Y ÉTICA
A lo largo de la vida, uno tiene el pués de una larga carrera como director
recuerdo de algunas personas que nos del Departamento de Pediatría, asumía
causaron una gran impresión y de las que ahora la Dirección del Centro de Bioética
aprendimos algo importante, personas de la Universidad Católica de Chile. Venía
que, a veces, llegan a marcar nuestro con muchos interrogantes y necesidad de
camino en este mundo. Algunas nos han aprender a asumir lo mejor posible mi
impresionado por su inteligencia, otras nuevo cargo.
por su erudición, por su arte o por otras
condiciones humanas. Para mí, conocer a Nos encontramos en el “Hospital
monseñor Elio Sgreccia ha sido un hito Gemelli”, donde me invitó a almorzar y
importante en mi vida personal y acadé- ahí mismo le conté de nuestros proyec-
mica. Probablemente en este libro dedi- tos, especialmente del inicio de nuestro
cado a sus ochenta años hay otros auto- Magíster en Bioética, al cual lo invitába-
res que van a resaltar su brillante carrera mos a participar como profesor.
académica en la Universidad del Sacro Inmediatamente aceptó. Vino mi sorpre-
Cuore, su participación decisiva en el sa después, cuando me preguntó:
desarrollo de la Pontificia Academia para “¿Podría decir unas palabras de introduc-
la Vida, su incansable trabajo por promo- ción a los alumnos de un curso de
ver la cultura de la vida en diversos paí- Bioética que está comenzando?”.
ses del mundo, la fundación de la Sorprendido, le consulté: “¿Cuándo sería
Federación Internacional de Bioética eso?”. “Bueno… en media hora” -respon-
Personalista (FIBIP), y muchas otras ini- dió-. No podía decir que no, a pesar de
ciativas llenas de creatividad, constancia que en esa época consideraba que no era
y dedicación en la línea de las palabras el más apropiado para hacerlo. Pero la
del Señor, que dijo: “He venido para que persona de Mons. Sgreccia me cautivó,
tengan vida y la tengan en abundancia” como también la confianza que depositó
(Jn 10, 10). en mí y la audacia de su pedido.
Confianza y audacia, otros dos rasgos de
Yo me referiré a la experiencia que su personalidad que con el tiempo vería
me ha significado conocer a Mons. comprobados en muchas ocasiones y que
Sgreccia y tener el privilegio de gozar de descubrí que nacían de su profunda fe en
su aprecio y amistad. Desde nuestro pri- la Providencia Divina y en las personas.
mer encuentro me llamaron poderosa-
mente la atención algunos rasgos de su En esa primera ocasión le pedí que me
personalidad. Primero, el tiempo y el contara algo de cómo se había formado el
acogimiento para recibir a un médico Instituto y el Centro de Bioética de la
que venía de un país lejano y que, des- Universidad del Sacro Cuore. De nuevo se
Mons. Elio Sgreccia, don Elio, una personalidad inolvidable / DOCTORADO HONORIS CAUSA
dio el tiempo para hacerlo y me lo contó que irradia una alegría profunda matiza-
con una extraordinaria sencillez y modes- da con un gran sentido del humor.
tia, atributos que siempre he pensado son
características de los grandes hombres. A Tuve la oportunidad de hacer un
través de esa historia contada con senci- breve período sabático en Roma. Fue
llez pude ver su gran visión, capacidad y para mi esposa y para mí un tiempo que
creatividad para sacar adelante un pro- jamás olvidaremos. Todo fue muy senci-
yecto que tenía muchas dificultades de llo: departamento, oficina, facilidades de
diversa índole, desde la comprensión por trabajo. ¿Quién estaba detrás? Don Elio.
parte de las autoridades universitarias, del Mi esposa me comentó: “Él es también
Estado italiano y de las limitaciones de un padre que se preocupa por sus hijos”.
recursos. Posteriormente supe con más Después pude apreciar cómo se preocu-
detalle el tesón y la sabiduría con los que paba por la gente joven en formación, les
logró superar todos estos obstáculos. Pero buscaba becas, financiamiento y sobre
en esa oportunidad no me habló de eso. todo era el gran consejero para quienes
daban sus primeros pasos en Bioética o
Con el tiempo he podido comprobar querían perfeccionarse. Así también, a
que don Elio es un hombre de Dios en el través del contacto con don Elio, estre-
sentido cabal de la palabra, que de ahí chamos lazos con muchas otras personas
nace toda su fuerza y su inspiración. Un que habían sido formadas por él o influi-
hombre que ha dedicado su vida al servi- das grandemente en su desarrollo. Así se
cio de la Iglesia en forma leal, humilde y fue gestando uno de sus grandes anhe-
fuerte. Nunca le vi ni un asomo de bús- los: ir formando redes de comunicación
queda de honores o reconocimiento. entre todos los que adherimos a la Ética
personalista. En un mundo globalizado,
Hoy en día jugarse por la vida es una Mons. Sgreccia tuvo la visión de la nece-
tarea que entraña sinsabores e incom- sidad de estar interconectados, de apo-
prensiones. Dirigir una Academia con yarse en las ideas, en la formación y las
miembros tan diversos y prestigiosos no estrategias en el cuidado y promoción de
es fácil. Ahí pude apreciar otras cualida- la vida humana.
des de don Elio: su respeto por todas las
personas, su paciencia para escuchar a Durante este tiempo aprecié el grato
todos y su fortaleza para jugarse por la ambiente que existía en la Academia y
verdad con valentía y sin descalificar a las buenas relaciones entre todos los que
nadie. Lo he visto pasar muchos sinsabo- ahí trabajaban. Creo que este ambiente
res e incomprensiones, pero siempre en el era fruto, principalmente, de la persona-
fondo está el hombre que transmite paz, lidad de don Elio. Él era la autoridad en
VIDA Y ÉTICA