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¿La miel puede ser dañina para la salud al igual que el azúcar?
Respondido inicialmente: ¿La miel puede ser dañina para la salud al igual que la azúcar?
Señor Pérez :
Como un Mikel López Iturriaga clase B y de Quora-Es , estas preguntas las recibo como
el agua de mayo cuando las veo en el inicio, porque con la invasión de foodies y de
gente que le cree a esos vendedores de humo que se conocen como influencers [1] [2] y
que son la enésima demostración de que el Emperador va desnudo [3] , la gente se traga
unos cuentos mas truchos que un billete de 24 euros con la cara de Torrente.[4][5][6]
Como para esto decididamente una imagen vale mas que mil palabras, pues tomemos
imagen:
La nutrición es posiblemente una de las áreas más confusas y cambiantes que puedes
encontrar en Internet; lo mismo leemos un supuesto estudio alabando las propiedades
nutritivas de cualquier producto, que encontramos un vídeo donde juran y perjuran que
el mismo alimento produce cáncer.
Quizá lo hayas escuchado ya, pero no está de más repetirlo: el azúcar es uno de los
principales responsables de los problemas de salud en el siglo
XXI. Simplemente tomamos demasiada y es una tarea casi épica eliminarla de
nuestra dieta puesto que la industria alimenticia la utiliza en infinidad de productos.
Ahora bien, cómo dice el señor Revenga, los sustitutos del azúcar que se venden en
televisión como alternativas más sanas (dejando de lado los edulcorantes
artificiales, que eso es otra historia) no son tan geniales como nos quieren hacer
creer. Independientemente de sus propiedades nutricionales no deberíamos
engañarnos cambiando el azúcar refinada por miel, por poner un ejemplo, y
después pretender tomar la misma cantidad diaria sin consecuencias.
En serio, te recomiendo que leas su artículo ¿Existen alternativas sanas al azúcar?, que
no tiene desperdicio. Saludos y… salud.[7]
Y como en mi casa que a mis amigos no les falte de ná, y a mi me gusta mucho leer
a Juan Revenga en El Comidista , pues aquí va:
Miras y contrastas las etiquetas de todos aquellos otros productos elaborados que
pones en tu cesta de la compra, evitando todos los que lleven impresa la palabra
'azúcar'. Por eso te llevas a casa esas galletas súper saludables con jarabe de maíz, o
ese magnífico turrón con fructosa, o aquellas tortitas con jarabe de malta o con miel o
con melaza o con dextrosa. O con todas esas cosas juntas, mientras sea 'sin azúcar
añadido'.
Bien, pues permíteme que sea sinceramente crudo: vives engañado y hay muchas
probabilidades de que estés haciendo las cosas peor que mal. Mark Twain hizo un
resumen perfecto para esta ocasión: “No es lo que sabes lo que te mete en líos. Es
lo que crees saber con certeza y que sencillamente no es así”.[8] Déjame que te
explique.
Probablemente tus intenciones sean las mejores del mundo: no añadir demasiado
azúcar a tu dieta. Eso está muy bien: recordemos que actualmente se ha estimado que
el consumo por habitante y año de azúcares está cercano a los 70 kg, mientras hace
tres siglos rondaba los 3. Sin embargo hoy descubriremos que los jarabes, siropes,
mieles y demás sustancias de nombre complaciente con las que crees sustituir el
azúcar son, en realidad, una estrategia de los productores para ocultar el principal
ingrediente: precisamente aquel del que pretendes huir.
La miel
Winnye the Pooh no está muy contento con este post. WIKIMEDIA
Siropes y jarabes
Lo mismo que en el caso anterior: se trata en todos los casos de soluciones (en el
término químico del concepto) que, con distinto origen, contienen cantidades de
azúcar más que notables. Es tan sencillo como recurrir al diccionario y buscar las
definiciones de jarabe y sirope. Estos se obtienen de los jugos de diversas plantas,
frutos u órganos vegetales; para posteriormente evaporar la mayor parte del agua y
concentrar los azúcares presentes en esas plantas. ¿Cuánto azúcar hay en los
variados jarabes y siropes? Pues mucho, tanto como para referirse a estos
productos como “azúcar líquido”, expresión por la que se les conoce
coloquialmente. Por ejemplo, en el sirope de arce puede haber cerca de un 70% de
azúcares en peso; en el jarabe de maíz alto en fructosa el 76%; en el sirope de
agave hasta un 85%... y así suma y sigue, con independencia del origen.
Observa como cambiaría el cuento en esta etiqueta si se cambiaran las palabras 'sirope
de trigo' (ecológico) y 'azúcar de caña' (también ecológico) por 'azúcar', aquello que se
quiere evitar pero que al mismo tiempo es lo que en realidad encierran estos molones
ingredientes. El resultado, en la info nutricional (el texto de más abajo): 42,7% de
hidratos de carbono, apuesto que en su inmensa mayoría azúcares (que no detallan,
los picaruelos).
Te podrán sonar más o menos bien y te los pueden haber vendido como la
quintaesencia de lo saludable (aquí tienes un ejemplo de magufismo editorial a través
de la promoción de los azucarantes) pero siempre son más de lo mismo, azúcar, en
un altísimo porcentaje, cuyas originales características se ciñen más a sus
propiedades organolépticas o sensoriales que a las nutricionales.
En resumen
El uso del azúcar camuflado, el de los azucarantes, es una práctica en alza dentro de la
industria alimentaria. El azúcar goza hoy en día y cada vez más de una mala, y
justificada, imagen en parte debido a su contundente ubicuidad que incrementa el
riesgo de no pocos trastornos metabólicos.
Sin embargo, al final el uso de estos eufemismos azucarantes entre los ingredientes no
soluciona nada: al contrario, dificulta al consumidor el realizar elecciones acertadas en
consonancia con sus intereses (evitar el azúcar). Muy en especial cuando dichos
azucarantes, además de evitar la palabra maldita, envuelven su imagen de una
imagen especialmente complaciente y benefactora.
Es decir, la fructosa era “buena” porque tenía un índice glucémico menor. Sin embargo,
y a pesar de que buena parta de la industria sigue enrocada en este mensaje, hoy
tenemos bastante claro que sustituir los azúcares habituales por fructosa o
alimentos que la contienen en gran medida, es como saltar de la sartén para caer
en las brasas.
Y es que por muy baja que sea una dieta en grasa que al mismo tiempo sea alta en
azúcares refinados (en especial en fructosa) en realidad estaremos ante una dieta alta
en grasa cuando se presta atención a lo que nuestro hígado tiene que hacer con
la fructosa.[9]
Resumamos: ¿La miel puede ser dañina para la salud al igual que el azúcar? SI. la miel
no es más que una sustancia 82% azúcar , agua y pequeñísimas trazas de nutrientes,
así que reemplazar el azúcar blanco por miel y pensar que la miel es muchisimo
mas saludable es engañarse uno mismo.
Notas al pie
[1] Desconfía de los 'influencers' de salud; solo uno de cada nueve da buenos consejos
[2] La traición de la emperatriz de los veganos
[3] El traje nuevo del emperador - Wikipedia, la enciclopedia libre
[4] Respuesta de Vicky Moreno a ¿La miel puede ser dañina para la salud al igual que
el azúcar?
[5] Episodio #1643 Dulce miel que cura
[6] Ortorexia - Wikipedia, la enciclopedia libre
[7] Eufemismo azucarado
[8] Efecto Dunning-Kruger - Wikipedia, la enciclopedia libre
[9] ¿Existen las alternativas sanas al azúcar?
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