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Traducido por: David Taype

1
Traducido por: David Taype

ENCUENTRO
CON EL LIBRO
DE ISAIAS
por
Bryan E. Beyer

2
Traducido por: David Taype

A mamá y papá,
con profunda gratitud por
tu inconmensurable aporte
en dar forma a mi vida
para seguir a Jesús.

Proverbios 6:20–22

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Traducido por: David Taype

Contenido
Dedicación
Prefacio
Para el estudiante
abreviaturas

1. ¿Quién fue Isaías y qué sabemos sobre él y su libro?


Esquema
Objetivos
Isaías el hombre
Los tiempos de Isaías
• Uzías (2 Reyes 15:1–7; 2 Crónicas 26:1–23)
• Jotam (2 Reyes 15:32–38; 2 Crónicas 27:1–9)
• Acaz (2 Reyes 16:1–20; 2 Crónicas 28:1–27)
• Ezequías (2 Reyes 18:1–20:21; 2 Crónicas 29:1–32:33)
• Manasés (2 Reyes 21:1–18; 2 Crónicas 33:1–20)
Autoría y Fecha del Libro
Salir con el ministerio de Isaías: ¿Describe Isaías 6 el llamado de
Isaías?
el mensaje de isaias
• Predicciones
• Predicción
• Centrarse en Judá
• Alcance mundial
• Los temas principales de Isaías
◦ Remanente
◦ La soberanía de Dios
◦ Sirviente
◦ El Santo de Israel
◦ Mesías
Preguntas de estudio

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Traducido por: David Taype

Términos clave

2. Palabras iniciales de Isaías al pueblo de Dios: Isaías 1:2–31


Esquema
Objetivos
Testigos de Dios contra el pueblo (1:2–3)
La descripción de Dios del pueblo (1:4–9)
• El pueblo (1:4–6)
• La tierra (1:7–9)
La acusación de Dios al pueblo (1:10–15)
• La Situación (1:10–14)
• El resultado (1:15)
La solución de Dios para el pueblo (1:16–20)
• Los mandamientos de Dios (1:16–17)
• Las promesas de Dios (1:18–20)
El lamento de Dios sobre el pueblo (1:21–26)
• La condición pecaminosa de Jerusalén (1:21–23)
• La próxima purga de Jerusalén (1:24–26)
La promesa de Dios a su pueblo (1:27–31)
• Bendición al arrepentido (1:27)
• Juicio a los transgresores (1:28–31)
Preguntas de estudio
Términos clave

3. El llamado de Dios a vivir a la luz del futuro: Isaías 2:1–5:30


Esquema
Objetivos
La bendición venidera (2:1–4)
• El Templo del Señor
• Pueblo de Dios
• La paz del Señor
Discursos de juicio (2:5–4:6)
• Llamado a reconocer los caminos de Dios (2:5–21)
• Juicio contra los Líderes (2:22–3:15)
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• Juicio contra las Mujeres (3:16–4:1)


• El Día de la Restauración de Dios (4:2–6)
◦ La Sucursal
◦ La limpieza y protección del Señor
Canción de la viña (5:1–7)
Seis ayes contra la nación (5:8–30)
• Terratenientes opresores (5:8–10)
• Perseguidores de la juerga borracha (5:11–17)
• Probadores de Dios (5:18–19)
• Los moralmente retorcidos (5:20)
• El auto exaltado (5:21)
• Los oportunistas inmorales (5:22–23)
• La Conclusión: Venganza (5:24–30)
Preguntas de estudio
Términos clave

4. El llamado de Isaías al ministerio profético: Isaías 6:1–13


Esquema
Objetivos
¿Isaías 6 describe el llamado de Isaías al ministerio profético?
La visión de Isaías (6:1–8)
• ¿Dónde ocurrió la visión de Isaías?
• Isaías ve la gloria del Señor (6:1–4)
• Isaías confiesa su pecado (6:5)
• Isaías recibe la limpieza de Dios (6:6–7)
• Isaías responde al llamado de Dios (6:8)
El primer mensaje profético de Isaías (6:9–13)
• La Comisión de Isaías (6:9)
• La profecía misma
• Isaías 6:9–10 en el Nuevo Testamento
Preguntas de estudio
Términos clave

5. Las Señales de Emanuel y Maher-Shalal-Hash-Baz: Isaías 7:1–8:22


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Traducido por: David Taype

Esquema
Objetivos
La Señal de Emmanuel (7:1–16)
• El marco histórico (7:1–9)
• La señal ofrecida, rechazada y dada (7:10–16)
◦ La señal ofrecida y rechazada (7:10–13)
◦ La señal del Señor: El nacimiento de Emanuel (7:14–16)
Interpretaciones
• El significado de ' almah
◦ Vista 1: Las palabras de Isaías encuentran su cumplimiento solo en
Jesús
◦ Punto de vista 2: Las profecías de Isaías 7 y 8 están vinculadas
◦ Vista 3: La mujer ya está embarazada
• Conclusión: Isaías 7:14 y el Nuevo Testamento
La inminente invasión asiria (7:17–8:22)
• La destrucción de la tierra (7:17–25)
• El nacimiento de Maher-Shalal-Hash-Baz (8:1–4)
• El juicio del pueblo (8:5–22)
Preguntas de estudio
Términos clave

6. El reino de Dios superará a todos los reinos terrenales: Isaías 9:1–


12:6
Esquema
Objetivos
Descripción de la Era Mesiánica (9:1–7)
• La restauración de la nación, especialmente del norte (9:1–5)
◦ El Camino del Mar
◦ Al otro lado del Jordán
◦ Galilea de los gentiles
• Los Medios de Restauración: El Nacimiento y el Gobierno del Mesías
(9:6–7)
◦ Maravilloso Consejero
◦ Dios Fuerte
◦ Padre Eterno
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Traducido por: David Taype

◦ Príncipe de la Paz
Juicio contra Israel (9:8–10:4)
• Juicio por otras naciones (9:8–12)
• Juicio contra los líderes de Israel (9:13–17)
• Juicio por Hambre y Desastres Naturales (9:18–21)
• Juicio contra toda la sociedad (10:1–4)
Juicio contra Asiria (10:5–34)
• El juicio de Dios sobre la arrogancia de Asiria (10:5–19)
•La victoria final de Israel sobre Asiria (10:20–34)
Descripción Adicional de la Era Mesiánica (11:1–16)
• El Mesías mismo (11:1–5)
• La paz que traerá el Mesías (11:6–10)
•El pueblo que Dios reunirá (11:11–16)
Canción de acción de gracias y alabanza (12:1–6)
Pensamientos finales de Isaías 1–12
Preguntas de estudio
Términos clave

7. Oráculos contra las Naciones: Isaías 13:1–23:18


Esquema
Objetivos
¿Por qué Oráculos contra Otras Naciones?
• Desafíos al Reino Mesiánico
◦ El desafío de los reinos terrenales
◦ El desafío de otros dioses
• Desafíos a la soberanía de Dios
Babilonia (13:1–14:23)
• ¿Por qué empezar con Babilonia?
• La destrucción de Babilonia (13:1–22)
◦ El trabajo de muchas naciones
◦ El Día del Señor
• La Canción Burla contra el Rey de Babilonia (14:1–23)
◦ Buenas nuevas para Judá (14:1–2)
◦ Detalles de la Burla (14:3–23)

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Traducido por: David Taype

◦ El objeto de la burla: ¿A quién se refiere la expresión “Rey de


Babilonia”?
Asiria (14:24–27)
Filistea (14:28–32)
Moab (15:1–16:14)
• Lamento por la condición de Moab (15:1–9)
• El juicio venidero de Moab (16:1–14)
◦ La súplica desesperada de ayuda de Moab (16:1–5)
◦ Lamento por Moab (16:6–14)
Damasco e Israel (17:1–14)
• Juicio contra Damasco (17:1–3)
• Juicio contra Israel (17:4–14)
Cus y Egipto (18:1–20:6)
• Cus (18:1–6)
• Egipto (19:1–25)
◦ Juicio contra Egipto y sus líderes (19:1–15)
◦ La sumisión y restauración de Egipto (19:16–25)
• Señal de Isaías contra Egipto y Cus (20:1–6)
Babilonia, Edom y Arabia (21:1–17)
• Babilonia (21:1–10)
• Edom (21:11–12)
• Arabia (21:13–17)
Jerusalén (22:1–25)
• Sitio de Jerusalén (22:1–14)
• Sebna y Eliaquim (22:15–25)
◦ Sebna: liderazgo para su propio beneficio
◦ Eliakim: Liderazgo para servir a los demás
Tiro (23:1–18)
• Llamado al Lamento (23:1–7)
• El juicio y el futuro de Tiro (23:8–18)
• El destino final de Tiro
Pensamientos finales de Isaías 13–23
Preguntas de estudio
Términos clave

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Traducido por: David Taype

8. El “Pequeño Apocalipsis”: Isaías 24:1–27:13


Esquema
Objetivos
La destrucción de la tierra (24:1–23)
• Aspectos generales de la destrucción (24:1–6)
◦ El Señor está a cargo (24:1)
◦ El Señor no tiene favoritos (24:2)
◦ El Señor juzga a fondo (24:3–6)
• Aspectos específicos de la destrucción (24:7–23)
◦ Tristeza y desesperación (24:7–13)
◦ Gloria a Dios (24:14–16a)
◦ Conmoción Universal (24:16b–23)
La victoria de Dios sobre sus enemigos (25:1–12)
• Alabanza a Dios (25:1–5)
◦ Dios ha demostrado su fidelidad (25:1–3)
◦ Dios ha protegido a su pueblo (25:4–5)
• Descripción de la restauración y las bendiciones de Dios (25:6–12)
◦ Dios establecerá compañerismo con su pueblo (25:6–7)
◦ Dios consolará a su pueblo (25:8–9)
◦ Dios eliminará a los enemigos de su pueblo (25:10–12)
Canción de liberación de Judá (26: 1–21)
• La alabanza de Judá (26:1–6)
◦ ¡El Señor nos libró!
◦ ¡El Señor merece nuestra confianza!
• La oración de Judá (26:7–21)
◦ Dos actitudes: los justos y los malvados (26:7–11)
◦ Los tratos pasados de Dios (26:12–18)
◦ La liberación y la ira de Dios (26:19–21)
La salvación venidera de Israel (27:1–13)
• La destrucción del mal (27:1)
• La posición de Israel como la viña de Dios (27:2–6)
• El Propósito detrás del Juicio de Dios (27:7–11)
• El Remanente que Regresa (27:12–13)
Pensamientos finales de Isaías 24–27
• Dios está en control

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• La soberanía de Dios incluye juicio y restauración


• Dios nos llama a la paz
• ¡Llegan grandes días!
Preguntas de estudio
Términos clave

9. Oráculos de aflicción: Isaías 28:1–33:24


Esquema
Objetivos
Ay de Efraín (28:1–8)
Juicio y restauración de Jerusalén (28:9–29:16)
• Juicio contra los líderes de Jerusalén (28:9–29)
◦ Las personas inmaduras no escuchan (28:9–13)
◦ El Señor Reconstruye Su Camino (28:14–22)
◦ La parábola del granjero (28:23–29)
• ¡Ay de Jerusalén! (29:1–16)
◦ El asedio de Dios a Jerusalén (29:1–8)
◦ El juicio espiritual de Dios (29:9–14)
◦ ¡Ay de los audaces (29:15–16)
Restauración de Israel (29:17–24)
¡Ay de las alianzas extranjeras (30:1–31:9)
• La inutilidad de apelar a Egipto (30:1–17)
◦ Las personas hacen sus propios planes (30:1–5)
◦ La gente silencia los planes de Dios (30:6–17)
• La restauración y liberación de Jerusalén por parte de Dios (30:18–33)
◦ El Señor enseñará a su pueblo (30:18–22)
◦ El Señor traerá gran bendición (30:23–26)
◦ El Señor desplegará “poder de guerrero” (30:27–33)
• El Ay y la Restauración Reexpresados (31:1–9)
◦ La gente confía en Egipto, no en Dios (31:1–3)
◦ La liberación del Señor debe conducir al arrepentimiento (31:4–9)
Esperanza mezclada con aflicción: una descripción del reino justo
(32:1–20)
• Características del Reino Justo (32:1–8)

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Traducido por: David Taype

◦ Liderazgo recto (32:1–2)


◦ Rejuvenecimiento social (32:3–8)
• Juicio, llanto y el derramamiento del Espíritu de Dios (32:9–20)
◦ Preludio del Reino: Juicio y Luto (32:9–14)
◦ El derramamiento del Espíritu de Dios (32:15–20)
¡Ay de Asiria! (33:1–24)
• Súplica por la destrucción de Asiria (33:1–9)
• La promesa de restauración del Señor (33:10–24)
Preguntas de estudio

10. Resumen escatológico: Isaías 34:1–35:10


Esquema
Objetivos
El Señor se vengará de las naciones (34:1–17)
• Un Llamado a las Naciones (34:1–4)
• Juicio contra Edom (34:5–15)
• Declaración resumida: ¡Puede contar con ello! (34:16–17)
Los redimidos ven la salvación de Dios (35:1–10)
• Dios mostrará su salvación en la naturaleza (35:1–2)
• Dios animará a los cansados (35:3–6a)
• Dios renovará la tierra (35:6b–10)
Pensamientos finales de Isaías 28–35
• Dios desea que su pueblo siga sus planes
• Dios odia la complacencia espiritual
• Dios desea la máxima lealtad de su pueblo
• Dios tiene días emocionantes por delante
Preguntas de estudio
Términos clave

11. Aspectos destacados del reinado de Ezequías: Isaías 36:1–39:8


Esquema
Objetivos
Preguntas históricas acerca de Isaías 36–39
• ¿Qué sabemos con certeza de Isaías 36–39?
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Traducido por: David Taype

• ¿Cuáles son las interpretaciones más probables de la evidencia?


◦ Interpretación 1: Parte del reinado de Ezequías fue una corregencia
◦ Interpretación 2: El “año catorce” de Ezequías fue en realidad su
vigésimo cuarto
◦ Interpretación 3: Ezequías gobernó más tarde de lo que otros
sugieren
• ¿Por qué se dan los eventos en este orden?
La amenaza de Senaquerib y la liberación de Dios (36:1–37:38)
• La amenaza de Senaquerib (36:1–22)
◦ El escenario (36:1–3)
◦ El discurso del comandante de campo (36:4–22)
• La liberación de Dios (37:1–38)
◦ Respuesta inicial de Ezequías (37:1–7)
◦ Segundo mensaje de Senaquerib a Ezequías (37:8–13)
◦ La oración de Ezequías (37:14–20)
◦ La profecía de Dios a través de Isaías (37:21–35)
◦ Dios cumple su palabra (37:36–38)
La enfermedad y la recuperación de Ezequías (38:1–22)
• Isaías anuncia la muerte inminente de Ezequías (38:1)
• Ezequías ora al Señor (38:2–3)
• Respuesta de Isaías a Ezequías (38:4–8)
• El “Salmo” de Ezequías (38:9–20)
◦ Ezequías describe su angustia (38:9–15)
◦ Ezequías reflexiona sobre las lecciones aprendidas (38:16–20)
• Notas sobre la recuperación de Ezequías (38:21–22)
Visita de Ezequías con una delegación babilónica (39:1–8)
• Mensajeros de Merodac-Baladan visitan a Ezequías (39:1–2)
◦ Iniciativa de Merodac-Baladan (39:1)
◦ La respuesta necia de Ezequías (39:2)
• Isaías habla con Ezequías (39:3–8)
Pensamientos finales de Isaías 36–39
Preguntas de estudio
Términos clave

12. Introducción a Isaías 40–66


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Traducido por: David Taype

Esquema
Objetivos
Cuestiones de autoría y fecha
• La vista de autoría múltiple: resumen y evidencia
◦ El lapso de tiempo del libro
◦ Los diferentes temas de 1–39 y 40–66
◦ El diferente vocabulario y estilo de 1–39 y 40–66
◦ La mención del rey Ciro por nombre
• La visión de autoría única: resumen y evidencia
◦ Lapso de tiempo del libro explicado por profecía predictiva
◦ Los diferentes temas de 1–39 y 40–66
◦ El diferente vocabulario y estilo de 1–39 y 40–66
◦ La mención del rey Ciro por nombre
◦ Isaías 36–39 y 2 Reyes 18–20
◦ Evidencia textual para autoría única
◦ Evidencia del Nuevo Testamento
◦ La misteriosa desaparición del Deutero-Isaías
• Resumen de autoría y fecha
Temas de Isaías 40–66
• El pueblo de Dios está en cautiverio a causa de sus pecados
• El cautiverio prueba que Dios es Dios, porque Él lo predijo
• Dios ahora redimirá a su pueblo, a través de Ciro y de otras maneras
Preguntas de estudio
Términos clave

13. ¡El pueblo de Dios regresa a casa! Isaías 40:1–31


Esquema
Objetivos
Dios guiará a su pueblo a casa (40:1–11)
• Consolad, consolad a mi pueblo (40:1–2)
• Dios mostrará su gloria (40:3–8)
◦ Él preparará el camino (40:3–5)
◦ Él animará a los desalentados (40:6–8)
• La venida de Dios será asombrosa (40:9–11)

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Traducido por: David Taype

Descripción de la sabiduría y el poder de Dios (40:12–31)


• Dios es un Creador sabio (40:12–17)
◦ Diez preguntas retóricas aclaran el punto (40:12–14)
◦ El poder de Dios empequeñece el poder de las naciones (40:15–17)
• Dios no tiene comparación (40:18–20)
• Dios es el Soberano (40:21–26)
• Dios es la fuente de fortaleza de Israel (40:27–31)
◦ Jacob se ha olvidado de la fuerza de Dios (40:27)
◦ El Dios Sabio Nunca Se Cansa (40:28–29)
◦ Israel debe esperar en el Señor (40:30–31)
Conclusión
Preguntas de estudio
Términos clave

14. Proclamación de liberación y restauración: Isaías 41:1–45:25


Esquema
Objetivos
La liberación venidera (41:1–29)
• Introducción de Ciro (41:1–7)
◦ Costas llamadas como testigos (41:1–4)
◦ Las costas tiemblan de miedo (41:5–7)
• Israel, el Siervo del Señor (41:8–20)
• El caso del Señor contra los dioses falsos (41:21–29)
◦ El desafío del Señor a los dioses falsos (41:21–24)
◦ La presentación del Señor de sus propias obras (41:25–27)
◦ La conclusión del Señor (41:28–29)
El papel del siervo del Señor (42:1–25)
• Descripción del Siervo (42:1–9)
◦ El Ministerio del Siervo (42:1–4)
◦ El Señor del Siervo (42:5–9)
◦ La identidad del sirviente
• Triunfo, Juicio y Acusación (42:10–25)
◦ Un himno de triunfo (42:10–13)
◦ Un Anuncio del Juicio de Dios (42:14–17)

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Traducido por: David Taype

◦ Una Acusación del Siervo de Dios (42:18–25)


Redención de Israel de Babilonia (43:1–45:25)
• La restauración de Israel a través del poder de Dios (43:1–13)
◦ La restauración de Israel (43:1–7)
◦ El poder de Dios (43:8–13)
• Bendición de Dios sobre Israel (43:14–44:8)
◦ Dios el Santo Redentor (43:14–21)
◦ Israel el transgresor (43:22–24)
◦ Dios el Juez (43:25–28)
◦ Dios el Misericordioso (44:1–8)
• La superioridad de Dios sobre los ídolos (44:9–23)
◦ La vanidad de la idolatría (44:9–20)
◦ Un recordatorio para Israel (44:21–23)
• La restauración de Israel a través de Ciro (44:24–45:25)
◦ El control soberano de Dios sobre Ciro (44:24–45:8)
◦ El control de Dios sobre todo (45:9–25)
Preguntas de estudio
Términos clave

15. La caída de Babilonia: Isaías 46:1–47:15


Esquema
Objetivos
Dios contra los ídolos de Babilonia (46:1–13)
• Los ídolos de Babilonia son humillados (46:1–2)
• La seguridad de Dios para Israel (46:3–4)
• La futilidad de todos los ídolos en cualquier lugar (46:5–7)
• La Unicidad de Dios (46:8–13)
Burla contra Babilonia (47:1–15)
• La vergüenza de Babilonia expuesta (47:1–4)
• Realeza de Babilonia depuesta (47:5–7)
• Revelación del duelo y el juicio de Babilonia (47:8–15)
Preguntas de estudio
Términos clave

16
Traducido por: David Taype

16. Liberación y exaltación de Israel: Isaías 48:1–52:12


Esquema
Objetivos
La terquedad de Israel frente a la gracia obstinada de Dios (48:1–22)
• La terquedad de Israel (48:1–5)
◦ La Elección de Israel (48:1a)
◦ El pecado de Israel (48:1b–2)
◦ La inexcusabilidad de Israel (48:3–5)
• La gracia aún más obstinada de Dios (48:6–22)
◦ La paciencia de Dios (48:6–11)
◦ La apertura de Dios (48:12–16)
◦ Instrucción de Dios (48:17–19)
◦ La redención de Dios (48:20–22)
El Siervo del Señor y el Regreso de Israel (49:1–26)
• El Siervo del Señor (49:1–7)
◦ La Llamada del Siervo (49:1–3)
◦ El Clamor del Siervo (49:4)
◦ La Confirmación del Siervo (49:5–7)
◦ La identidad del sirviente
• El regreso de Israel (49:8–26)
◦ La guía de Dios para su siervo (49:8–13)
◦ Las dudas de Sión (49:14–21)
◦ La vindicación de Dios (49:22–26)
Dios y Su Siervo (50:1–11)
• La reprensión de Dios a Israel (50:1–3)
• El Testimonio del Siervo (50:4–11)
• La Identidad del Siervo
Aliento a los justos (51:1–16)
• Mirar al pasado (51:1–3)
• Mirar hacia el futuro (51:4–6)
• Mirar al presente (51:7–8)
• La oración de Isaías (51:9–10)
• La respuesta de Dios (51:11–16)
Buenas Nuevas para Jerusalén (51:17–52:12)
• Jerusalén la Borracha (51:17–23)

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Traducido por: David Taype

• Jerusalén la Libre (52:1–6)


• Jerusalén el Regocijo (52:7–12)
Preguntas de estudio
Término clave

17. El Siervo Sufriente: Isaías 52:13–53:12


Esquema
Objetivos
La Introducción del Siervo (52:13–15)
• La Sabiduría del Siervo (52:13)
• El Estatus Exaltado del Siervo (52:13)
• La Aparición del Siervo (52:14)
◦ ¿“Aterrado de ti ” o “Aterrado de él ”?
◦ La desfiguración del sirviente
• El Siervo y las Naciones (52:15)
◦ El Siervo Rocía Naciones
◦ El Siervo Cierra la Boca de los Reyes
El rechazo del siervo (53:1–3)
• La lucha por creer en el Siervo (53:1)
• Los Comienzos Ordinarios del Siervo (53:2a)
• El Siervo No Tiene Apariencia Especial (53:2b)
• El Siervo Enfrenta Burla y Rechazo (53:3)
El sufrimiento del siervo (53:4–6)
• El Sufrimiento del Siervo es Sustitutivo
• El sufrimiento del siervo es de Dios
La muerte del siervo (53:7–9)
• El Siervo Va Silenciosamente al Matadero (53:7)
• El Siervo Muere por el Pueblo de Dios (53:8)
• El Siervo Muere Inocente (53:9)
El triunfo del siervo (53:10–12)
• Dios Hizo al Siervo una Ofrenda por la Culpa (53:10)
• El siervo verá a su descendencia (53:10–11)
• El Siervo Justificará a Muchos (53:11)
• El Siervo Recibe la Recompensa de Dios (53:12)

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Traducido por: David Taype

La identidad del sirviente


• Isaías
• Israel
• El Remanente de Israel
• Jesús el Mesías
◦ Evidencia del Nuevo Testamento
◦ Evidencia de los primeros escritos judíos y cristianos
Jesús y el liderazgo de servicio
Preguntas de estudio
Términos clave

18. Celebrando el regreso: Isaías 54:1–59:21


Esquema
Objetivos
El renacimiento de Jerusalén (54:1–17)
• El mandamiento de celebrar el renacimiento (54:1–3)
◦ Los estériles se vuelven fértiles (54:1)
◦ El pueblo se multiplica (54:2–3)
• El plan del Señor con respecto al renacimiento (54:4–10)
◦ El Señor ha redimido a su pueblo (54:4–6)
◦ La disciplina del Señor ahora está completa (54:7–8)
◦ El Señor guardará a su pueblo para siempre (54:9–10)
• El establecimiento del renacimiento (54:11–17)
◦ La Ciudad (54:11–12)
◦ El Pueblo (54:13–17)
Llamado a confiar en Dios (55:1–13)
• Compre verdaderas riquezas (55:1–2)
• Recuerda a David (55:3–5)
◦ Escucha y Vive (55:3a)
◦ Recibir las bendiciones del pacto de David (55:3b–5)
• ¡Rendíos a Dios! (55:6–13)
◦ Búscalo (55:6–7)
◦ Maravillarse de Su Palabra (55:8–11)
◦ Reclamar sus promesas (55:12–13)

19
Traducido por: David Taype

Los extranjeros se unen a la familia de Dios (56:1–8)


• Llamado a una vida recta (56:1–2)
• Llamado a Eunucos y Extranjeros (56:3–8)
◦ Palabra a los eunucos (56:3–5)
◦ Palabra a los extranjeros (56:6–8)
Los pecados de Israel respondidos con la sanidad y restauración de
Dios (56:9–57:21)
• Los pecados de Israel (56:9–57:13)
◦ Ceguera espiritual (56:9–12)
◦ Injusticia (57:1–2)
◦ Idolatría (57:3–13)
• Dios trae sanidad y restauración (57:14–21)
◦ La Carretera de Dios Construida (57:14)
◦ El juicio de Dios es temporal (57:15–17)
◦ Se acerca la restauración de Dios (57:18–19)
◦ Advertencia para los malvados (57:20–21)
Llamado a la verdadera justicia (58:1–14)
• Verdadero discipulado (58:1–2)
• Verdadero Ayuno (58:3–12)
• La verdadera observancia del sábado (58:13–14)
El pecado de Israel y la liberación de Dios (59:1–21)
• El pecado de Israel (59:1–15a)
◦ El Problema Básico (59:1–2)
◦ El Problema Específico (59:3–8)
◦ El resultado del pecado (59:9–15a)
• La liberación de Dios (59:15b–21)
◦ La Situación Triste (59:15b–16a)
◦ Preparación para la Liberación (59:16b–17)
◦ Liberación cumplida (59:18–21)
Preguntas de estudio
Términos clave

19. El Gran Final de la Restauración de Dios: Isaías 60:1–66:24


Esquema
Objetivos
20
Traducido por: David Taype

Sión glorificada (60:1–22)


• Las naciones ven la gloria de Dios (60:1–3)
• Crece la población, la riqueza y la relación de Jerusalén con otras
naciones (60:4–16)
◦ Población de Jerusalén (60:4)
◦ La riqueza de Jerusalén (60:5–9)
◦ Relación de Jerusalén con otras naciones (60:10–16)
• La bendición especial de Dios descansa sobre su pueblo (60:17–22)
◦ Buena administración (60:17–18)
◦ Luz Eterna (60:19–20)
◦ Gente bendecida (60:21–22)
La restauración adicional de Dios (61:1–11)
• El Ungido de Dios guiado por el Espíritu (61:1–3)
◦ La Fuente de Fortaleza del Ungido (61:1a)
◦ La tarea y el propósito final del Ungido (61:1b–3)
◦ La Identidad del Ungido
• Las ciudades reconstruidas de Israel (61:4–9)
◦ Ruinas reconstruidas (61:4)
◦ Extranjeros Empleados (61:5)
◦ Personas santificadas (61:6–7)
◦ Pacto realizado (61:8–9)
• El júbilo de Israel (61:10–11)
Matrimonio de Sión con Dios (62:1–12)
• El matrimonio mismo (62:1–5)
◦ La Determinación de Dios (62:1)
◦ Ornamentación de Sión (62:2–3)
◦ La celebración de la boda (62:4–5)
• La recompensa de los vigilantes (62:6–9)
◦ La fidelidad de los vigilantes (62:6–7)
◦ El Juramento del Señor (62:8–9)
• Los redimidos de Dios (62:10–12)
Juicio de las Naciones (63:1–6)
• El juez identificado: Dios el guerrero (63:1–3)
• La razón del juicio declarado (63:4–6)
Oración por la intervención de Dios (63:7–64:12)

21
Traducido por: David Taype

• La ternura y la compasión de Dios (63:7–14)


◦ La misericordia de Dios (63:7–9)
◦ La terquedad de Israel (63:10–14)
• La súplica de ayuda de Isaías (63:15–64:12)
◦ Súplica por la Restauración Nacional (63:15–19)
◦ Súplica por un juicio conmovedor (64:1–4)
◦ Confesión de dependencia de Dios (64:5–12)
Bendición para los siervos de Dios (65:1–25)
• Destino del Israel creyente e incrédulo (65:1–16)
◦ El juicio de los rebeldes (65:1–7)
◦ El contraste entre los siervos de Dios y los rebeldes (65:8–16)
• Cielos nuevos y tierra nueva (65:17–25)
◦ Jerusalén una bendición especial (65:17–19)
◦ Las personas especialmente bendecidas (65:20–24)
◦ Flashback a 11:6 (65:25)
La conclusión final (66:1–24)
• Juicio y restauración de Jerusalén (66:1–14a)
◦ El Señor Soberano se deleita en los humildes (66:1–2)
◦ El Señor anima a los fieles (66:3–6)
◦ El Señor hace que Jerusalén renazca (66:7–14a)
• Ira final y gloria de Dios (66:14b–24)
◦ Juicio contra todo pecado (66:14b–17)
◦ El envío de mensajeros (66:18–19)
◦ La Bendición de las Naciones (66:20–23)
◦ Advertencia final a los malvados (66:24)
Preguntas de estudio
Términos clave

20. Isaías y el Antiguo Testamento


Esquema
Objetivos
Uso de Isaías de material anterior del Antiguo Testamento
• Las referencias de Isaías a personas, lugares y eventos históricos
◦ Dios como Creador

22
Traducido por: David Taype

◦ Los días de Noé


◦ Los Patriarcas
◦ Sodoma y Gomorra
◦ El éxodo y las andanzas por el desierto
◦ El Valle de Gabaón
◦ La batalla de Madián
◦ david
• Referencias a la Torá
◦ Fiestas, Ofrendas y Sacrificios
◦ Líderes
◦ Justicia Social
◦ Santidad y Justicia
Uso de Isaías en material posterior del Antiguo Testamento
• Casos de Dependencia o Interdependencia
◦ Dependencia: Isaías 36–39 y 2 Reyes 18–20
◦ Interdependencia: Isaías 2:1–4 y Miqueas 4:1–4
• Otros usos de los motivos isaiánicos
◦ Santo de Israel
◦ Oráculos contra las Naciones
◦ La Rama Davídica
Preguntas de estudio
Términos clave

21. Isaías y el Nuevo Testamento


Esquema
Objetivos
Cumplimiento directo de las palabras de Isaías
• La Persona y la Obra de Jesús
◦ Jesús mismo
◦ La obra de Jesús a través de su pueblo
• El Reino Escatológico de Jesús
• Juan el Bautista
Cumplimiento Secundario/Aplicación de las Palabras de Isaías
• La Persona y la Obra de Jesús

23
Traducido por: David Taype

◦ Nacimiento de Jesús (Is 7:14; 8:8, 10; Mt 1:23)


◦ Resurrección de Jesús (Is 55,3; Hechos 13,34)
• La incredulidad de la gente
◦ La incredulidad de Israel
◦ Personas en General
• La salvación de Dios
• Vida de iglesia
◦ Isaías 28:11–12
◦ Isaías 52:11
Alusiones a las palabras de Isaías
• Isaías 8:12–13
• Isaías 22:13
• Isaías 40:6–8
• Isaías 61:6
Conclusión
Preguntas de estudio
Términos clave

22. Isaías y la Gran Comisión


Esquema
Objetivos
Preguntas fundamentales
• ¿En qué se diferencian el Mandato de la Creación y el Mandato de la
Gran Comisión?
◦ El mandato de creación
◦ El Mandato de la Gran Comisión
• ¿Cuál es la relación de Israel con la Gran Comisión?
◦ Un testigo centrípeto
◦ Un testigo centrífugo
Dios y las Naciones en Isaías
• Dios juzgará a las naciones
• Dios se mostrará único al juzgar a los dioses falsos
◦ Dios juzgará a los dioses falsos
◦ Dios se mostrará único
• Dios traerá a las naciones a sí mismo
24
Traducido por: David Taype

◦ Las naciones vendrán a él


◦ Dios alcanzará a las naciones
Las Implicaciones de la Gran Comisión del Libro de Isaías
• Dios es único entre todos los dioses
• Dios es soberano sobre todas las naciones y pueblos
• El corazón de Dios por las naciones es evidente
• Dios Alcanzará a las Naciones a través de Su Pueblo
◦ Su pueblo vivirá la verdad
◦ Su pueblo llevará el mensaje de Dios a otras personas
Conclusión
Preguntas de estudio
Términos clave

notas
Glosario
Seleccione Bibliografía

25
Traducido por: David Taype

Prefacio
Me encanta pescar; de hecho, estoy totalmente ¡enganchado! (Juego de
palabras intencionado). Tengo dos tíos cuyo entusiasmo por la pesca se
extendió a mi infancia, y ahora tengo un hijo que ha captado mi entusiasmo.
Aprender a pescar es un proceso. En el nivel inicial, la atención suele
centrarse simplemente en adquirir el gusto por el pescado. O tal vez los
novatos aprendan la mecánica de enrollar un pez después de que los
pescadores más experimentados preparen la caña y el carrete, lancen la línea
y tal vez incluso enganchen el pez.
En el nivel intermedio, la responsabilidad comienza a cambiar. Aquellos que
han dominado los conceptos básicos ahora trabajan en la mecánica de cebar el
anzuelo o elegir un señuelo, lanzarlo y colocar el anzuelo cuando un pez
golpea. Sin embargo, al igual que en el nivel inicial, todavía se basan a menudo
en los conocimientos de los pescadores más experimentados.
En el nivel avanzado, la responsabilidad ha cambiado aún más. Aquellos que
pescan tienen una buena idea de dónde están los peces y aplican su
conocimiento para seleccionar el aparejo correcto para maximizar sus
posibilidades de capturar peces.
Los paralelos entre la pesca y el estudio de la Biblia se vuelven claros
cuando nos detenemos a considerar los diversos niveles de habilidad
requeridos. El nivel inicial de pesca corresponde al curso de encuesta bíblica,
en el que el instructor brinda información para que los alumnos la digieran. El
objetivo es cubrir una cantidad básica de contenido e inculcar en los
estudiantes un entusiasmo por estudiar la Biblia.
El nivel intermedio de pesca corresponde a cursos de hermenéutica y
exégesis. Aquí los estudiantes aprenden acerca de las herramientas de estudio
de la Biblia y cómo usarlas de manera efectiva. No obstante, continúan
apoyándose en la guía de su instructor.
El nivel avanzado de pesca es paralelo a la universidad de división superior
y los cursos de posgrado. En tales cursos, el instructor “libera a los
estudiantes” para que apliquen las herramientas que han adquirido para
hacer sus propios proyectos bíblicos y de investigación. A través de tal trabajo,
los estudiantes desarrollan sus habilidades y aprenden a hacer una
investigación bíblica independiente.

26
Traducido por: David Taype

Este libro fue escrito para estudiantes serios de la Biblia. Supone la


finalización de cursos de estudios bíblicos, así como un conocimiento práctico
de los principios de la hermenéutica y la exégesis. Espero que los estudiantes
universitarios avanzados y los estudiantes graduados lo encuentren
desafiante y útil.
Deberá aplicar las herramientas y habilidades que ha aprendido en el
camino a medida que busca el significado en el libro de Isaías. Espero que
experimentes la alegría que viene con descubrir la verdad por ti mismo y
luchar con sus implicaciones para tu vida.
A medida que este proyecto va a la imprenta, me doy cuenta de que tengo
que agradecer a muchos por sus contribuciones. Agradezco a mis colegas de
Baker Publishing Group por su ayuda a lo largo del camino y por el trabajo
colegiado y el aliento del ex editor Jim Weaver y el editor actual Brian Bolger.
¡Gracias caballero!
También tuve el privilegio de tener a Eugene H. Merrill, Profesor
Distinguido de Antiguo Testamento en el Seminario Teológico de Dallas, como
mi editor. Soy bendecido y el libro es más rico debido a su interacción con el
manuscrito. También he apreciado el aliento del Dr. Merrill en el camino
cuando la tarea parecía interminable.
La Universidad Internacional de Columbia me concedió una licencia de
estudios durante el otoño de 2003 para que pudiera dedicar más atención al
proyecto. Estoy agradecida de servir en una institución donde el enfoque es
“preparar cristianos del mundo para que conozcan a Cristo y lo den a
conocer”. Estoy especialmente agradecido por la ayuda y el aliento del ex
rector de CIU Ralph E. Enlow Jr.
También quiero agradecer a los muchos estudiantes de CIU que han tomado
mi curso de Isaías. He ganado mucho con su entusiasmo, y sus agudas
preguntas e ideas me han ayudado a enfocar mis pensamientos. Muchos
también me han asegurado que han orado regularmente para que termine
este trabajo y su apoyo ha significado mucho.
Muchas gracias a Amanda Thomas por su cuidadoso trabajo al ayudarme a
preparar el manuscrito. Estoy agradecido por su ojo para los detalles y por sus
sugerencias, pero sobre todo por su pasión por ver avanzar la obra del Señor.
También deseo agradecer a mi asistente de investigación de posgrado,
Jason Conrad, por su oportuna ayuda cuando llegué a la "recta final" del
manuscrito. Sue Mitchell también colaboró en la preparación de la copia final
del manuscrito.

27
Traducido por: David Taype

Mi esposa, Yvonne, me ha apoyado fielmente en este proyecto y me ha


apoyado con su amor, su ánimo y sus oraciones. Nuestra vida juntos sigue
siendo una maravillosa celebración.
Finalmente, tengo una gran deuda de gratitud con mis padres, Ronald e
Irene Beyer, quienes fueron un modelo de matrimonio cristiano para mí
durante más de cuarenta y siete años hasta el fallecimiento inesperado de mi
madre el 27 de agosto de 2000. En la primavera de 1998, incluso tuve ¡la
alegría de tener a mamá y papá en mi curso de Isaías! Estoy profundamente
agradecido por su contribución a mi vida, y es con mucho amor y aprecio que
les dedico este libro.
Papá, gracias por amar fielmente a mamá hasta el final. Gracias por pasar
tanto tiempo conmigo mientras crecía y por animarme a seguir al Señor
dondequiera que me dirigiera. Estoy agradecido por nuestra continua relación
profunda.
Mamá, mis primeros recuerdos son de ti contándome acerca de Jesús. Al
hacerlo, ayudaste a sentar las bases de mi vida. Me amabas entonces, y sé que
todavía me amas.

28
Traducido por: David Taype

Para el estudiante

Encontrar el libro de Isaías de manera sistemática por primera vez es una


experiencia emocionante. También puede ser abrumador porque hay mucho
que aprender. Debe aprender no solo el contenido del libro, sino también
información importante sobre el mundo en el que vivió el escritor del libro.
El propósito de este libro de texto es hacer que ese encuentro sea menos
desalentador. Para lograr esto, se han incorporado varias ayudas de
aprendizaje en el texto. Debe familiarizarse con estas ayudas leyendo el
siguiente material introductorio.

Barras laterales
Las barras laterales aíslan temas contemporáneos de interés y muestran
cómo el libro de Isaías habla de estos temas éticos y teológicos apremiantes.

Reseñas de los capítulos


Al comienzo de cada capítulo hay un breve resumen del contenido del
capítulo. Sugerencia de estudio : antes de leer el capítulo, tómese unos minutos
para leer el esquema. Piense en ello como un mapa de carreteras y recuerde
que es más fácil llegar a su destino si sabe hacia dónde se dirige.

Objetivos del capítulo


Al comienzo de cada capítulo aparece una breve lista de objetivos. Estos
presentan las tareas que debería poder realizar después de leer el capítulo.
Sugerencias de estudio : Lea atentamente los objetivos antes de comenzar a
leer el texto. Mientras lee el texto, tenga en cuenta estos objetivos y tome
notas que le ayuden a recordar lo que ha leído. Después de leer el capítulo,
regrese a los objetivos y vea si puede realizar las tareas.

Términos clave y glosario


Los términos clave se han identificado a lo largo del texto mediante el uso
de negritas . Esto le alertará sobre palabras o frases importantes con las que
29
Traducido por: David Taype

quizás no esté familiarizado. Las definiciones de estas palabras se pueden


encontrar al final del libro en un glosario alfabético. Sugerencia de estudio :
cuando encuentre un término clave en el texto, deténgase y lea la definición
antes de continuar con el capítulo.

Preguntas de estudio
Se proporcionan algunas preguntas de discusión al final de cada capítulo, y
se pueden usar para repasar para los exámenes. Sugerencia de estudio :
escriba respuestas adecuadas a las preguntas de estudio en preparación para
las pruebas.

Otras lecturas
Al final del libro se presenta una bibliografía útil para lecturas
complementarias. Sugerencia de estudio : use esta lista para explorar áreas de
especial interés.

Ayudas visuales
En este libro de texto se ha incluido una gran cantidad de ilustraciones.
Cada ilustración ha sido cuidadosamente seleccionada y tiene la intención de
hacer que el texto no solo sea más agradable estéticamente sino también más
fácil de dominar.
¡Que tu encuentro con el libro de Isaías sea una emocionante aventura!

30
Traducido por: David Taype

1. ¿Quién fue Isaías y qué


sabemos acerca de él y su
libro?

Esquema
• Isaías el Hombre
• Los tiempos de Isaías
Uzías (2 Reyes 15:1–7; 2 Crónicas 26:1–23)
Jotam (2 Reyes 15:32–38; 2 Crónicas 27:1–9)
Acaz (2 Reyes 16:1–20; 2 Crónicas 28:1–27)
Ezequías (2 Reyes 18:1–20:21; 2 Crónicas 29:1–32:33)
Manasés (2 Reyes 21:1–18; 2 Crónicas 33:1–20)
• Autoría y Fecha del Libro
• Salir con el ministerio de Isaías: ¿Describe Isaías 6 el llamado de
Isaías?
• Mensaje de Isaías
predicación
Prediciendo
Centrarse en Judá
Alcance mundial
Los temas principales de Isaías

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Haga una lista de los hechos básicos con respecto a la vida personal
de Isaías.

31
Traducido por: David Taype

2. Resuma el escenario histórico en el que ministró Isaías.


3. Describir las principales características y temas del mensaje de
Isaías.

Era el año 740 a. Uzías (también conocido como Azarías), el gran rey de Judá,
había muerto después de un reinado de cincuenta y dos años. Uzías se
convirtió en rey a los dieciséis años tras el asesinato de su padre Amasías.
Había realizado muchas grandes obras en nombre de su pueblo, derrotando
enemigos, solidificando las fronteras de Judá y mejorando la defensa de
Jerusalén.
Uzías también había comenzado bien espiritualmente. Sin embargo, al final
de su reinado, se enorgulleció y trató de quemar incienso en el templo, una
tarea reservada para los sacerdotes, y Dios lo hirió de lepra por su pecado. El
hijo de Uzías, Jotham, sirvió como corregente del reino de Judá durante los
últimos once años de la vida de Uzías. Ahora bien, Uzías había muerto; ¿Qué
pasaría con Judá?
La muerte de un rey y la ascensión de un nuevo rey era a menudo un
momento peligroso para un reino. Los enemigos podrían elegir ese momento
para atacar el reino, lo que obligaría al nuevo monarca a demostrar su poder
de inmediato. Las nuevas políticas pueden afectar al gobierno, los impuestos,
la economía y la vida en general. Los ciudadanos a menudo se sentían
incómodos al preguntarse cómo podría cambiar la vida bajo un nuevo
liderazgo.
Sin embargo, este tiempo de incertidumbre para el pueblo de Dios no fue un
tiempo de incertidumbre para Dios. El soberano Señor de la historia sabía
exactamente lo que estaba haciendo. Estaba preparando un mensajero, un
profeta, para llevar su mensaje a un pueblo que necesitaba escucharlo
desesperadamente. Isaías fue ese profeta.

Isaías el hombre
¿Quién fue exactamente el profeta Isaías y qué sabemos de él? Su nombre
significa “Yahvé salva” y está relacionado con los nombres Josué y Oseas (ver
recuadro 1.1). La Biblia no revela prácticamente nada acerca de la familia de
origen de Isaías. Isaías 1:1 dice que era hijo de Amoz, pero no sabemos nada
acerca de Amoz, ¡excepto, por supuesto, que era el padre de Isaías! Otras
referencias bíblicas a Amoz—doce más en total [1] —no brindan información
adicional.
32
Traducido por: David Taype

Las fuentes rabínicas sugieren que Isaías pudo haber venido de un linaje
real. [2] Pudo haber sido primo del rey Uzías (o Azarías), quien gobernó como
rey de Judá desde el 792 al 740 a. [3] Algunos eruditos han sugerido que tal
relación podría explicar por qué Isaías aparentemente tenía acceso regular a
los reyes de Judá (Is 7:3–17; 37:6–7, 21–35). Por otro lado, otros profetas,
como Natán, también disfrutaron de acceso a la corte (2 Sm 7, 2-17; 12, 1-15;
1 Re 1, 22-27). Los reyes podrían haber tenido muchas razones para consultar
a los profetas con regularidad.
El libro de Isaías revela que Isaías tuvo al menos dos hijos. Uno era Shear-
Jashub, cuyo nombre significa “un remanente regresará”. Shear-Jashub
aparece en Isaías 7:3, acompañando a su padre a una importante reunión con
Acaz, el rey de Judá, quien estaba tratando de determinar cómo lidiar con una
amenaza inminente de una coalición israelita-siria (7:1-2). Sin duda, Isaías
trajo a su hijo a la reunión como una lección viviente para animar al vacilante
rey a cobrar ánimo.
El segundo hijo de Isaías fue Maher-Shalal-Hash-Baz, cuyo nombre significa
“rápido es el botín, veloz la presa”. Su nacimiento y nombramiento proféticos
aparecen en Isaías 8:1–4 como una señal de la liberación de Judá de la
coalición israelita-siria antes mencionada. Isaías declaró eso antes de que el
niño aprendiera a gritar: “¡Mami! ¡Papá!" la amenaza de la coalición habría
desaparecido.
El texto no menciona el nombre de la esposa de Isaías. De hecho, Isaías
puede haber tenido dos esposas si las profecías de Emanuel y Maher-Shalal-
Hash-Baz tienen una relación entre sí. Si uno considera que los nombres
Emmanuel (7:14) y Maher-Shalal-Hash-Baz (8:1–4) se refieren al mismo niño,
que la palabra hebrea ' almah en 7:14 significa “virgen”, y que la “profetisa” de
8:3 es la esposa de Isaías, entonces Shear-Jashub (7:3), quien estuvo presente
en el encuentro de Isaías con Acaz, debe haber tenido una madre diferente.
(En el capítulo 5 se presenta una discusión más detallada de estos temas).

Barra lateral 1.1


Nombres personales teofóricos en la Biblia

Antiguo Los nombres del Cercano Oriente a menudo incluían un nombre


divino en ellos. Los padres tendían a dar a sus hijos nombres que honraban a
una deidad que adoraban. En las sociedades politeístas, los nombres
personales teofóricos (dioses) a menudo brindan información sobre qué
deidades son más populares entre la población en general.

33
Traducido por: David Taype

En el Antiguo Testamento, dos nombres divinos son, con mucho, los más
comunes. Uno es el nombre Yahweh, el otro es ' el , traducido como “Dios”.
El nombre divino Yahvé suele aparecer en forma abreviada -yahu al final de
un nombre o Yeho- al principio de un nombre. Cada nombre contiene el
nombre del Señor más un descriptor que destaca una de sus cualidades.
Considere los siguientes ejemplos:

Forma Inglesa forma hebrea Sentido

Isaías yisha 'yahu Jehová salva


Jeremías yirmeyahu Jehová es exaltado
Hananías hananyahu Jehová es misericordioso
Ezequías yehizqiyahu Jehová es mi fuerza
Joacaz Yeho'ahaz Yahvé se ha apoderado
Joaquim Yehoyaqim Jehová establecerá
Josafat josafat Jehová ha juzgado
Uzías 'uzziyahu Yahweh es mi fuerza
Zacarías zekaryahu Jehová recuerda
Sedequías tsidqiyahu Jehová es mi justicia

La palabra hebrea ' el , que significa “dios” o “Dios”, también aparece


comúnmente en los nombres personales. Al igual que los nombres que
contienen el nombre Yahweh, los que contienen ' el también incluyen un
descriptor que destaca una cualidad o acción divina. Nuevamente, considere
los siguientes ejemplos:

Forma forma Sentido


Inglesa hebrea

Daniel Daniel Dios ha juzgado (o tal vez "Dios es mi juez")


Eleazar 'eli'azar Mi Dios ha ayudado
elias eliyahu Mi Dios es Yahweh (nótese la combinación de
Yahweh y ' el )
Elimelec elimelec mi dios es rey
Elcana 'elqanah Dios ha adquirido
Ezequiel yehizqi'el Dios es mi fuerza

34
Traducido por: David Taype

Emanuel immanuel Dios esta con nosotros


ismael yishma'el Dios ha escuchado
Joel Yo'el Yahweh es Dios ("Jo" es probablemente una forma
abreviada de "yeho-"; consulte el cuadro anterior)
nataniel netani'el Dios ha dado

La tradición rabínica sugiere que Isaías murió como mártir durante el


reinado del rey Manasés, hijo de Ezequías. [4] Según la tradición, Isaías fue
colocado entre dos tablas y aserrado en dos. Quizás el escritor del libro de
Hebreos conocía esta tradición y estaba aludiendo al profeta en su lista de
héroes de la fe (Heb 11:37).
Como otros profetas, Isaías poseía un corazón devoto a Dios y un fuerte
sentido de vocación. Su dramático encuentro con el Señor, el Rey Celestial
(6:1–8), sentó las bases para su ministerio profético. Los mensajes
apasionados de Isaías revelaron su propio celo por Dios cuando el profeta-
mensajero pronunció las palabras que Dios le había dado.
Isaías también poseía gran coraje y convicción. No es conocido, como lo es
el profeta Ezequiel, por sus muchas acciones proféticas simbólicas, pero se
quitó la ropa durante tres años como señal del juicio inminente contra Egipto
(20:1–6). Isaías también interactuó con los reyes Acaz y Ezequías, y sus
palabras sugieren un aire confiado que proviene de un claro sentido del
llamado (7:4–16; 37:6–7, 21–35). Isaías conocía a su Dios y sabía lo que su
Dios lo había llamado a hacer.

35
Traducido por: David Taype

El mundo de Isaías (Cortesía de Tim Dowley Associates Ltd.)

Barra lateral 1.2


Cronología de los Reyes Hebreos

La cronología de los reyes hebreos ha desafiado a muchos estudiantes de la


Biblia. Los libros de 1 y 2 Reyes cambian alternativamente entre los reinos del
norte y del sur, y muchos reyes de Israel y Judá tienen nombres similares o
idénticos. Además, cuando los estudiantes intentan establecer una cronología
para estos reyes, les resulta difícil alinear los años en los que reinaron los
reyes. ¿Hay una solución a las muchas discrepancias aparentes en los
números?

36
Traducido por: David Taype

A principios de la década de 1940, Edwin R. Thiele escribió su tesis doctoral


sobre el problema de la cronología de los reyes de Israel y Judá. ¿Cómo
podrían caber todos? Thiele abordó su tarea asumiendo que los números
tenían sentido para los escritores bíblicos. Mientras investigaba, comenzó a
hacer descubrimientos que ayudaron a resolver los problemas cronológicos
que aparecen en Reyes y Crónicas.
Primero, Thiele notó que los reinos del norte y del sur usaban la expresión
“primer año” de diferentes maneras. A veces, los cronólogos antiguos
llamaban al período entre el ascenso al trono de un rey y su coronación su
primer año, ya fuera dos días u once meses. En otras ocasiones, la expresión
“primer año” podría designar lo que consideraríamos el primer año. Así, un
“año corto” podría confundir la cronología.
En segundo lugar, Thiele sugirió que en Israel la coronación del rey ocurría
en primavera, mientras que en Judá la ceremonia ocurría en otoño. Los
estudiosos podrían dar cuenta de variaciones de un año o menos de esta
manera.
Tercero, Thiele encontró casos significativos de reinados superpuestos o
corregencias (ver también recuadro 1.3). Uzías y Jotam, por ejemplo,
coincidieron durante once años debido a la lepra de Uzías al final de su
reinado (2 Crónicas 26:16–21). Por lo tanto, aunque la Biblia afirma
correctamente que Jotham reinó dieciséis años, solo reinó cinco.
Thiele descubrió que al aplicar los principios que sugirió, prácticamente
todas las dificultades cronológicas en las listas de los reyes de Israel y Judá
podrían resolverse.
Las conclusiones de Thiele, presentadas en su Chronology of the Hebrew
Kings y Mysterious Numbers of the Hebrew Kings , siguen siendo fundamentales
para resolver los problemas de la cronología real en Kings and Chronicles, y
los eruditos continúan construyendo sobre sus obras.

Los tiempos de Isaías


Isaías 1:1 menciona cuatro reyes de Judea cuyos reinados coincidieron con
el ministerio profético de Isaías: Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías. El siguiente es
un breve resumen de los reyes que reinaron durante el ministerio de Isaías,
incluido Manasés, a quien no se menciona en Isaías 1:1. (Consulte también las
barras laterales 1.2 y 1.3 sobre la cronología y la herencia de los reyes de
Israel y Judá).

37
Traducido por: David Taype

Uzías (2 Reyes 15:1–7; 2 Crónicas 26:1–23)


Los escritores de Reyes y Crónicas evaluaron a los reyes de Judá
alternativamente como buenos o malos, en contraste con el reino del norte de
Israel, cuyos reyes eran malos. Uzías, también conocido como Azarías, fue en
general un buen rey.
Uzías asumió el trono de Judá a la edad de dieciséis años y reinó cincuenta y
dos años, algunos como corregente con su padre Amasías. Disfrutó de
victorias militares sobre los filisteos en las regiones de Gat y Asdod y también
recibió tributo de los amonitas del este. El rey fortificó Jerusalén, mejorando
su seguridad, y contaba con un fuerte ejército de soldados bien entrenados.
También cultivó la tierra para sacar el máximo provecho de sus propiedades
agrícolas y pastoriles.
A pesar de su éxito y poder, Uzías no terminó bien su reinado. Al principio
de su reinado, Uzías había seguido al Señor fielmente (2 Crónicas 26:5). Pero
al final de su reinado, el rey se enorgulleció y trató de usurpar los deberes de
los sacerdotes y quemar incienso al Señor en el templo. Dios hirió a Uzías con
lepra, y el rey permaneció leproso hasta el día de su muerte. Jotham, el
príncipe heredero, reinó once de sus dieciséis años como corregente con su
padre leproso. [5]

Barra lateral 1.3


¿Seguir los pasos de su padre? La herencia de los reyes de Judá

Diecinueve reyes gobernaron Judá desde la división del reino hasta su caída
ante Nabucodonosor en 587 a. La siguiente lista presenta reyes, sus reinados,
su evaluación y algunas observaciones generales. La cronología se basa en los
Números misteriosos de los reyes hebreos de Thiele .

REY REINADO EVALUACIÓN


*

Roboam 930–913 Demonio


Abiam 913–910 Demonio
Como un 910–869 Bueno
Josafat 872–848 Bueno
Joram 848–841 Demonio
Ocozías 841 Demonio

38
Traducido por: David Taype

Atalía 841–835 Mal (gobernó como reina entre Ocozías y


Joás/Joás)
Joás/Joás 835–796 Bueno
Amasías 796–767 Bueno
Azarías/Uzías 792–740 Bueno
jotam 750–732 Bueno
Acaz 735–715 Demonio
Ezequías 729–686 Bueno
Manasés 696–642 Demonio
Amón 642–640 Demonio
Josías 640–609 Bueno
Joacaz 609 Demonio
Joaquín 608–598 Demonio
Joaquín 598–597 Demonio
Sedequías 597–587 Demonio

* Todas las fechas son antes de Cristo.

Observaciones

1. Ocho reyes recibieron una evaluación de "bueno", mientras que once


reyes y una reina, Atalía, recibieron una evaluación de "mal".
2. Prevaleció un período generalmente estable bajo un buen liderazgo
espiritual desde Asa hasta Jotam, excepto por unos quince años que
abarcaron los reinados de Joram, Ocozías y Atalía. La Biblia registra
que algunos de los buenos reyes de Judá tuvieron serias luchas
durante este tiempo, pero prevalecieron mientras buscaban al
Señor.
3. Después de Ezequías, seis de los últimos siete reyes de Judá fueron
malvados. Las reformas espirituales de Josías fueron insuficientes
para sacar a la nación de su espiral espiritual descendente.
4. No existe un patrón perceptible con respecto a la espiritualidad de
los reyes. Cada rey tenía que decidir por sí mismo si seguir al Señor.
El legado de los reyes de Judá es tanto alentador como aleccionador. El
Señor puede tomar a personas que no tienen una herencia piadosa (p. ej.,
Ezequías, Josías) y usarlas grandemente para su servicio al entregarle sus

39
Traducido por: David Taype

vidas. Al mismo tiempo, tener una herencia piadosa (p. ej., Acaz, Manasés) no
garantiza una vida de fidelidad o llena de la bendición de Dios. Uno debe elegir
personalmente si quiere seguir al Señor.

El valle de Hinnom, donde Acaz y Manasés llevaron a cabo muchas de sus


prácticas idólatras. (Cortesía de Jim Yancey)

Jotam (2 Reyes 15:32–38; 2 Crónicas 27:1–9)


Jotham fue un buen rey en general, reinó durante once de sus dieciséis años
en una co-regencia con su padre, Uzías. Espiritualmente, siguió al Señor como
lo había hecho su padre, aunque la gente en general no siguió su ejemplo.
También sometió a los amonitas, recibió tributo de ellos y fortaleció la región
montañosa de Judá al establecer fortificaciones y torres de vigilancia.
Mientras tanto, en Asiria Tiglat-Pileser III se había convertido en rey y
estaba contemplando la expansión hacia el oeste. El rey de Israel, Pekah, y el
rey de Siria, Rezin, formaron una coalición contra Asiria y comenzaron a
presionar a Judá para que se uniera a la coalición o enfrentara una invasión. El
hijo y sucesor de Jotham, Acaz, tendría que enfrentar toda la medida de esta
presión.

40
Traducido por: David Taype

Acaz (2 Reyes 16:1–20; 2 Crónicas 28:1–27)


Los escritores bíblicos retratan a Acaz como un rey malvado e idólatra. Acaz
promovió el culto a Baal junto con el culto al Señor y también reinstituyó y
practicó la abominable costumbre del sacrificio de niños en el valle de Hinnom
en el extremo sur de Jerusalén. En respuesta, el Señor trajo juicio contra Acaz
a través de los sirios y los israelitas, quienes en ocasiones separadas asaltaron
Judá e infligieron muchas bajas. Solo la intervención misericordiosa de Dios a
través del profeta Oded impidió que el juicio de Judá fuera aún peor. Las
incursiones de edomitas y filisteos también plagaron el reinado de Acaz.
Acaz también se enfrentó a una coalición sirio-israelita que se preparaba
para la guerra contra Tiglat-Pileser III, rey de Asiria. Siria e Israel querían el
apoyo de Judá contra Asiria para asegurarse de que no quedarían atrapados
entre Judá y Asiria si ambos reinos decidían atacarlos a la vez. El rey de Judá
se enfrentó a una decisión crucial: ¿debería unirse a la coalición o cumplir la
promesa de Dios de proteger el linaje de David (2 Sm. 7:12–16)?
Isaías se reunió con Acaz y lo instó a cumplir la promesa de Dios (Is 7:1–9),
pero el rey se negó. En cambio, Acaz pidió ayuda a Tiglat-Pileser III, lo que le
dio a Asiria aún más incentivo para avanzar hacia el oeste. Tiglat-Pileser
respondió derrotando a Damasco, anexando Israel e imponiendo el estatus de
vasallo a Judá.

Ezequías (2 Reyes 18:1–20:21; 2 Crónicas 29:1–32:33)


Ezequías siguió a su padre espiritualmente descarriado, Acaz, al trono de
Judá, pero a diferencia de su padre, decidió seguir al Señor. Tomó medidas
para erradicar la idolatría de la tierra y promovió el yahvismo hasta un punto
que Judá no había presenciado durante mucho tiempo. Ezequías ordenó la
limpieza del templo en Jerusalén y consagró al pueblo para servir a Dios.
También supervisó el restablecimiento de las ofrendas regulares para proveer
a los sacerdotes y levitas.
Durante el reinado de Ezequías, el reino del norte de Israel cayó ante el
imperio asirio (ver recuadro 1.4). Ezequías se acercó a los israelitas que
permanecían en la tierra y los invitó a Jerusalén para celebrar la Pascua.
Vinieron muchos y se produjo un tiempo de sanación espiritual.
Ezequías se rebeló contra Senaquerib, rey de Asiria, luego se dio cuenta de
su error, capituló rápidamente y ofreció condiciones de paz. Pero cuando
Senaquerib se negó y exigió la rendición y el exilio de Jerusalén, Ezequías se
volvió nuevamente al Señor en busca de liberación. El Señor respondió,
golpeando al ejército asirio con una plaga y liberando a su pueblo
nuevamente. Ante la opresión extranjera, Ezequías tuvo la fe y el valor para
41
Traducido por: David Taype

hacer lo que su padre, Acaz, se había negado a hacer: confiar en el Señor y en


sus promesas.

Barra lateral 1.4


La captura de Samaria

Segundo de Reyes 17: 1–6 registra la caída de Samaria ante el ejército asirio
en 722 a. C. y atribuye la conquista a Salmanasar, rey de Asiria. En los anales
reales asirios, Sargón II, que sucedió a su padre, Salmanasar, en el trono por
esta época, se atribuyó el mérito de la victoria. Probablemente Sargón terminó
lo que comenzó Salmanasar, o tal vez Sargón se atribuyó las victorias que ganó
como general antes de convertirse en rey. La siguiente es una descripción en
palabras de Sargón:

Sitié y conquisté Samaria, me llevé como botín a 27.290 habitantes de ella.


Formé de entre ellos un contingente de 50 carros e hice que los
(habitantes) restantes asumieran sus posiciones (sociales). Instalé sobre
ellos a un oficial mío y les impuse el tributo del rey anterior. . . . Conquisté
y saqueé las ciudades de Shinuhtu y Samaria, y todo Israel [literalmente
“tierra de Omri”].

Adaptado de Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament (en
adelante ANET ), ed. JB Pritchard. 3ra ed. (Princeton: Prensa de la Universidad
de Princeton, 1969), 284–85 .

Manasés (2 Reyes 21:1–18; 2 Crónicas 33:1–20)


Ezequías había reparado gran parte del daño espiritual de su padre, Acaz.
Sin embargo, el hijo de Ezequías, Manasés, volvió a invertir la tendencia y
envió a Judá a una espiral descendente de la que no se recuperaría.
Manasés restableció el culto a Baal en todo Judá y ordenó la construcción de
altares idólatras en los terrenos del templo. También promovió y practicó la
adivinación y la hechicería y restableció el sacrificio de niños en el valle de
Hinnom. Y como se dijo anteriormente, Manasés también pudo haber matado
a Isaías. De hecho, el pueblo de Dios pagó un alto precio espiritual durante el
reinado de Manasés.
La maldad de Manasés continuó a lo largo de su reinado de cincuenta y
cinco años, excepto por un breve período cuando buscó al Señor después de

42
Traducido por: David Taype

que los asirios lo capturaron. El Señor restauró a Manasés a su trono, pero


Manasés no pudo deshacer el daño espiritual que había causado a Judá.

Autoría y Fecha del Libro


¿Quién escribió el libro de Isaías y cuándo? Los eruditos evangélicos han
atribuido tradicionalmente la autoría de todo el libro a Isaías de Jerusalén, el
profeta del siglo VIII. Algunos han sugerido que el libro vino directamente de
su mano o de un escriba que Isaías empleó para preparar el manuscrito. Otros
han conjeturado que tal vez poco después de la muerte de Isaías, sus
discípulos recopilaron sus escritos y dichos y los establecieron en el libro que
ahora llamamos el libro de Isaías.
Sin embargo, desde finales del siglo XIX, muchos estudiosos han
cuestionado la visión tradicional. Han sugerido parte del material de los
capítulos 1 al 39 y todo el material de los capítulos 40 al 66 no se originó con
Isaías. Naturalmente, las preguntas sobre la autoría afectan las preguntas
sobre la fecha de composición. Dado que el corazón de la cuestión se centra en
el cambio dramático en la perspectiva del libro que comienza con el capítulo
40, reservaremos la discusión de este tema para más adelante en el texto.

Salir con el ministerio de Isaías: ¿Describe Isaías 6 el llamado de Isaías?


La mayoría de los intérpretes entienden que Isaías 6:1–8 describe el
llamado de Isaías. Señalan la naturaleza grandiosa de la visión que
experimentó Isaías, así como la confesión del profeta de su total inmundicia
en la presencia de la santidad de Dios. Luego, luego de ser purificado por el
serafín, Isaías rápidamente respondió a la invitación de Yahweh de llevar su
mensaje a su pueblo. Tal experiencia fue más probablemente la iniciación de
Isaías en el ministerio profético que una visión de confirmación después de
años de servicio profético.
Si, de hecho, Isaías 6 describe el llamado de Isaías, entonces el texto
también fecha el comienzo del ministerio de Isaías. Isaías 6:1 sitúa la visión de
Isaías en el año en que murió el rey Uzías. El texto no aclara si Isaías recibió su
visión antes o después de la muerte de Uzías, por lo que una aproximación de
740 a 739 a. C. cubre adecuadamente cualquiera de las dos posibilidades.
Asumiendo que la muerte de Isaías ocurrió a principios del reinado de
Manasés, 740–690 a. C. parece ser el rango probable para su ministerio
profético.

43
Traducido por: David Taype

el mensaje de isaias
Los sesenta y seis capítulos de Isaías cubren una amplia gama de temas y
contienen una variedad de características proféticas. Isaías pronunció
palabras que tenían una aplicación principal para su propia generación (
predicción ), pero también predijo un gran día que Dios traería ( predicción
). Su mensaje se enfocó en Judá pero fue global en su alcance. Además, Isaías
volvió a ciertos temas clave una y otra vez al proclamar el propósito
inmutable del Señor para su pueblo.

predicación
Isaías pronunció la mayoría de sus declaraciones proféticas ante todo para
su propia generación. Enfrentaron un juicio terrible a causa de su pecado, y él
trató de advertirles. Necesitaban arrepentirse y volverse a Dios con fe.
Los intérpretes de la Biblia a menudo se refieren a este tipo de profecía
como una narración. El profeta condenó la maldad de su época y advirtió a sus
oyentes de las terribles consecuencias que enfrentarían si persistían en su
maldad. Por supuesto, las palabras de Isaías aún se aplican hoy cuando nos
encontramos con situaciones paralelas a las de los días de Isaías.

Prediciendo
Isaías también habló del futuro distante y del gran reino que Dios estaba
preparando. Sus mensajes anunciaron la restauración del pueblo de Dios a su
tierra, la paz y la prosperidad, la victoria sobre sus enemigos y una relación de
pacto especial con el Señor a través de su siervo ungido.
Los intérpretes de la Biblia a menudo se refieren a este tipo de profecía
como predicción. Aunque la generación de Isaías no viviría para ver el
cumplimiento de estas palabras, el pueblo podía sentirse alentado por su
situación actual porque el profeta les aseguró que un día Dios establecería su
reino para siempre.

Centrarse en Judá
El ministerio de Isaías se centró principalmente en Judá. Isaías 1:1
comienza: “La visión acerca de Judá y Jerusalén que vio Isaías, hijo de Amoz”.
La acusación inicial del profeta (1:2–26) denunció la iniquidad que Dios vio
entre su pueblo, ¡incluso en Jerusalén! Muchas referencias tempranas en el
libro de Isaías destacan a Judá y Jerusalén como el centro de atención de Dios

44
Traducido por: David Taype

(2:1; 3:1, 8; 5:3). Isaías también habló de otras naciones, pero Judá recibió una
parte significativa de su atención profética.
Incluso hoy, aunque Dios odia el pecado dondequiera que lo encuentre,
quiere especialmente a su pueblo libre de él. Cuando el pueblo de Dios vive de
acuerdo con los mandamientos de Dios, lo honran y también se bendicen a sí
mismos.

Alcance mundial
Isaías pudo haber centrado muchas de sus declaraciones en Judá y
Jerusalén, pero su visión se extendió mucho más allá de las fronteras de Judá.
Dios estaba llamando a todos en todas partes para que lo sirvieran.
Isaías vio un día en que todas las naciones acudirían a Jerusalén para
aprender acerca de Dios y sus caminos (2:1–4). También profetizó las
advertencias de juicio de Dios a las naciones del mundo antiguo (caps. 13–23).
Dios no era menos soberano sobre ellos solo porque no lo reconocieron.
Isaías llamó a todas las naciones a volverse al Señor y ser salvas, porque un
día, toda rodilla se doblaría ante Dios (45:22–23). Prometió a los extranjeros
un lugar noble en el reino de Dios si demostraban ser fieles (56:6–7). De
hecho, Isaías dijo que Dios se preocupaba tanto por ellos que enviaría a sus
mensajeros para alcanzarlos (66:19). Las palabras de Isaías anticipan la Gran
Comisión proclamada por Jesús resucitado cuando envió a sus discípulos
para hacer más discípulos en todo el mundo (Mt 28, 18-20).

Los temas principales de Isaías


El libro de Isaías aborda muchos temas. No obstante, ciertos temas
aparecen repetidamente. Cinco de los temas más significativos son el
remanente, la soberanía de Dios, el siervo, el Santo de Israel y el Mesías. Un
programa de concordancia y/o software de computadora puede mejorar en
gran medida el estudio de estos temas por parte del estudiante.
Retazo o restos
Las dos palabras hebreas que a menudo se traducen como “ remanente ” (
she'ar y she'erit ) significan literalmente “resto”, “descanso” o “residuo”. El
concepto a veces aparece en contextos donde tiene este significado básico y se
refiere a varios objetos. Describe la escasez de árboles que quedan después
del juicio del Señor (Is 10,19), así como la madera que queda después de que
el artesano termina de tallar su ídolo (44,17). Denota el dinero que sobra
después de financiar la restauración del templo (2 Crónicas 24:14), la porción
de una ciudad bajo el control de un general (1 Crónicas 11:9), y un grupo de
personas que quedan después del juicio de Dios (Is 16:14). ; 17:3; Am 5:15).
45
Traducido por: David Taype

Sin embargo, en otros contextos, “remanente” denota un resto fiel, un grupo


que Dios ha elegido, personas que esperan que Dios haga su voluntad en ya
través de ellos (Is 37:4, 32). Vuelven al Señor y experimentan la plenitud de su
salvación cuando otros no (Is 10, 21-22; Mi 2, 12). El concepto de remanente
también se traslada al Nuevo Testamento (Romanos 9:27; 11:5). Dios todavía
está buscando un remanente fiel que lo siga sin importar el costo.
La soberanía de Dios
El concepto de la soberanía de Dios aparece regularmente a lo largo de
Isaías. De hecho, aquellos que leen la Biblia encuentran este concepto asumido
en cada página de la Escritura. Dios es el Señor soberano del universo, y como
Soberano, está obrando activamente en el mundo, guiando toda la historia de
acuerdo con su gran propósito.
El tema de la soberanía de Dios aparece en las palabras de Isaías “ Jehová ha
hablado” (1,2), proclamando al Señor como soberano de los cielos y de la
tierra. Cuando el gobernante habla, el asunto está resuelto.
Isaías 13–23 declara otra verdad asombrosa: la soberanía de Dios no
termina en las fronteras de Israel y Judá. Dios es Señor de todas las naciones,
lo reconozcan o no. Isaías captó claramente las implicaciones de esta verdad a
pesar de que enfocó su ministerio en Judá y Jerusalén. Mucha gente de muchas
naciones reconocerá algún día la soberanía de Dios, mientras que otros nunca
lo harán, pero Dios sigue siendo soberano (10:5–7; 37:24–26).
Servidor
El término “ siervo ” (heb. 'ebed ) aparece casi ochocientas veces en el
Antiguo Testamento y de esas apariciones, treinta y nueve aparecen en Isaías.
Los términos “siervo” y “esclavo” son sinónimos, aunque “siervo” tiene una
connotación más suave en nuestra sociedad. Los sirvientes son esclavos de su
amo. No tienen derechos y su deber consiste totalmente en hacer la voluntad
de su amo.
En Isaías, el término “siervo” ocasionalmente describe al pueblo de Dios
como un grupo (41:8; 54:17), pero generalmente denota individuos que
siguen completamente la voluntad de Dios y sirven fielmente a su pueblo
(22:20; 42:1; 52:13). ). Al hacerlo, cumplen completamente la voluntad de
Dios para sus vidas.
La palabra griega del Nuevo Testamento doulos tiene el mismo rango
semántico que 'ebed y usa el concepto de la misma manera. Ocurre 122 veces.
El apóstol Pablo se describió a sí mismo como un “siervo de Cristo” (Rom 1:1)
y exhortó a la iglesia de Roma a comprender todas las implicaciones de su
esclavitud a Dios (Rom 6:16–23). De hecho, argumentó que la esclavitud a

46
Traducido por: David Taype

Dios y su justicia otorga a las personas la mayor libertad que ofrece la vida: la
libertad de convertirnos en todo lo que Dios nos ha creado para ser.
El Santo de Israel
La expresión “ Santo de Israel ” aparece treinta y una veces en el Antiguo
Testamento, y veinticinco de esas referencias aparecen en Isaías. [6] Las
palabras de los serafines: “Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso. . .”
(Is 6,3), afectó profundamente el pensamiento y la teología de Isaías. Dios se
mantuvo completamente apartado de su creación, incluido su pueblo. Su
naturaleza santa chocó con el pecado de su pueblo. Sin embargo, los amaba,
deseaba tener comunión con ellos y los llamaba por medio de la ley de Moisés,
así como por medio de Isaías y otros profetas.
La expresión “Santo de Israel” ocurre tanto en contextos de juicio como de
redención. El Santo de Israel ha experimentado el rechazo de su pueblo, que
se ha resistido a sus propósitos soberanos (Is 1, 4; 5, 19, 24). También juzgará
a las naciones que se le oponen (37:23). Pero el Santo de Israel también se
erige como el Salvador de Israel (43:3) y Redentor (43:14), quien los libera del
exilio y establece su reino (ver recuadro 1.5).
Mesías
La palabra “ Mesías ” proviene del hebreo mashiach , que significa “ungido”.
Reyes, sacerdotes y profetas, todos experimentaron la unción de Dios, que
simbolizaba que Dios los apartaba para un servicio especial (Lv 4:3; 1 Sm
10:1; 2 Reyes 9:3).
El término mashiach y la forma verbal correspondiente mashach aparecen
solo dos veces en Isaías (45:1; 61:1 respectivamente). Uno de los usos más
interesantes aparece en 45:1, donde se designa así a Ciro, rey de Persia. No
sabemos hasta qué punto Ciro entendió su mandato del Señor (Esd 1:1), pero
la Biblia es clara en que Dios lo apartó para una obra especial: traer a su
pueblo de vuelta a su tierra.

Barra lateral 1.5


La Expresión “Santo de Israel” en Isaías

Una concordancia es una herramienta para el estudio de la Biblia. Los


estudiantes pueden buscar una palabra clave y encontrar en un solo lugar
todas las apariciones bíblicas de esa palabra. Las concordancias electrónicas
ahora disponibles brindan la oportunidad de buscar frases completas o
incluso construcciones gramaticales en los idiomas originales.

47
Traducido por: David Taype

La siguiente lista presenta todas las ocurrencias de la expresión “Santo de


Israel” en Isaías. Búsquelos en su Biblia y, mientras lo hace, observe los
contextos en los que Isaías usa la expresión. ¿“Santo de Israel” tiende a
enfatizar el juicio de Dios, su salvación, o ambos? ¿Por qué crees que Isaías usó
este término en lugar de “Santo de Judá”?
Usos de “Santo de Israel” en Isaías

1:4 30:11, 12, 15 47:4

5:19, 24 31:1 48:17

10:20 37:23 49:7

12:6 41:14, 16, 20 54:5

17:7 43:3, 14 55:5

29:19 45:11 60:9, 14

El Mesías es el instrumento elegido por Dios para realizar su reino. Aunque


la palabra no aparece regularmente en Isaías, el concepto de mesías se
encuentra debajo de la superficie de muchas declaraciones proféticas (9:6–7;
11:1–10; 32:1–4; 42:1–4; 52: 13–53:12). El instrumento elegido por Dios
trabaja fielmente para producir los reinos terrenal y celestial de Dios.
Aunque muchos profetas, sacerdotes y reyes llevaron el título de mashiach
en los tiempos del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento señala a Jesús, el
Hijo de Dios, como el Mesías supremo (Gr. Christos ). Como veremos, muchas
de las declaraciones proféticas de Isaías apuntan a este Jesús.

Preguntas de estudio
1. ¿Qué sabemos sobre el trasfondo de Isaías?

48
Traducido por: David Taype

2. Resuma las características básicas del mundo de Isaías, incluidos los


reyes cuyos reinados superpuso.
3. Describe la diferencia entre pronosticar y predecir.
4. Resalte brevemente los cinco temas principales de Isaías.

Términos clave
concordancia
corregencia
prediciendo
pronosticar
Gran Comisión
Santo de Israel
Reino
Mesías
retazo o restos
servidor
soberanía de Dios
teofórico

49
Traducido por: David Taype

2. Palabras iniciales de Isaías al


pueblo de Dios
Isaías 1:2–31

Esquema
• Testigos de Dios contra el pueblo (1:2–3)
• La descripción de Dios del pueblo (1:4–9)
El Pueblo (1:4–6)
La Tierra (1:7–9)
• La acusación de Dios al pueblo (1:10–15)
La Situación (1:10–14)
El resultado (1:15)
• La solución de Dios para el pueblo (1:16–20)
Los mandamientos de Dios (1:16–17)
Las promesas de Dios (1:18–20)
• El lamento de Dios sobre el pueblo (1:21–26)
La condición pecaminosa de Jerusalén (1:21–23)
La próxima purga de Jerusalén (1:24–26)
• La promesa de Dios a su pueblo (1:27–31)
Bendición al arrepentido (1:27)
Juicio a los transgresores (1:28–31)

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Explique la relación del capítulo 1 con el resto del mensaje de Isaías.


2. Describe detalles específicos del pecado de Judá.
3. Articule el remedio de Isaías para el problema del pecado de Judá.
50
Traducido por: David Taype

¿Alguna vez has notado cómo las noticias artículos en un periódico siguen un
formato estándar? Por lo general, todo lo que el lector realmente necesita
saber aparece en la primera oración. Quién, qué, cuándo, dónde, por qué y
cómo: si esas cosas son importantes, aparecen en la primera oración. Otros
elementos de la historia pueden ser importantes, pero esa primera línea
generalmente resume todo lo que sigue.
Isaías 1 funciona de manera similar para el libro de Isaías. El capítulo
establece una base sólida para el resto del mensaje de Isaías al incluir temas
importantes que el profeta desarrolla en los siguientes sesenta y cinco
capítulos.
Isaías 1: 1 no da una fecha para la entrega o composición del capítulo 1,
aunque los eruditos han propuesto varias sugerencias. [1] Quizás incluye las
primeras palabras que Isaías profetizó al pueblo de Dios. Quizás Dios se los
dio más tarde como un resumen de todo lo que había profetizado. De
cualquier manera, el capítulo prepara bien a los lectores para las palabras
proféticas que se avecinan.

Testigos de Dios contra el pueblo (1:2–3)


Sonando mucho como un fiscal, Dios llamó al cielo ya la tierra como testigos
contra su pueblo. ¿Por qué el cielo y la tierra? Porque habían visto todo lo que
había hecho Judá. ¿Y por qué el cielo y la tierra deberían escuchar? Porque el
Señor estaba hablando. El Dios soberano del universo ordenó la atención de
toda su creación.
Entonces Dios habló: “Yo crié hijos y los hice crecer” (1:2). Dios estaba
describiendo su tierno cuidado de la nación de Israel desde su nacimiento. Se
había preocupado por su pueblo en cada paso del camino: durante la vida de
Abraham, durante la esclavitud de su pueblo en Egipto y durante el
peregrinaje por el desierto. Los había traído triunfalmente a la tierra, una
tierra que les había prometido a sus antepasados siglos antes. Cuando la gente
le falló, continuó actuando con gracia hacia ellos. En respuesta a sus clamores
por un rey, les dio un rey. Pero no importaba lo que Dios hiciera por su
pueblo, poco parecía cambiar su actitud rebelde.
Dios ilustró la rebelión del pueblo comparándolos con animales comunes.
Los bueyes y los burros aprendieron el respeto y la dependencia de sus amos
humanos. Pero el pueblo de Israel, guiado a través de los siglos por la mano

51
Traducido por: David Taype

soberana de Dios, no parecía entender nada acerca de seguirlo. No obstante,


Dios continuó amándolos; Note cómo se refirió a ellos como “mi pueblo” (1:3).

La descripción de Dios del pueblo (1:4–9)


Dios, el fiscal entonces continuó construyendo su caso. Ahora que sus
testigos estaban en su lugar, comenzó a describir con más detalle el pecado de
su pueblo descarriado.

El Pueblo (1:4–6)
La palabra hebrea traducida “ah” al comienzo del versículo 4 también puede
traducirse “ay”. El Señor lamentó la condición pecaminosa en la que había
caído su pueblo.
¿Alguna vez ha tratado de correr o moverse rápidamente mientras lleva una
carga pesada? Cuando llevamos algo pesado, no podemos movernos tan
rápido como cuando no llevamos nada. El pueblo de Dios llevó la pesada carga
de su propio pecado. Isaías los describió como “cargados de culpa” (1:4). La
pecaminosidad de Israel era como una carga, que prohibía a la nación llegar a
ser todo lo que podía ser en el propósito de Dios. Incluso hoy en día, el pecado
impide que las personas alcancen el propósito más elevado de Dios.
El pecado de Israel había continuado durante muchas generaciones. La
palabra hebrea traducida como “cría” (1:4) significa literalmente “simiente” o
“descendencia”. Los antepasados de Israel se habían desviado de los caminos
de Dios, y sus hijos siguieron sus pasos. El problema del pecado se había
agravado a lo largo de las generaciones, y el pueblo de Dios estaba teniendo
dificultades para romper el ciclo. En las familias de hoy, el pecado también
puede tener su efecto a través de las líneas generacionales, pero el poder de
Dios permanece disponible para aquellos que lo buscan para romper el yugo
del pecado.
¿Por qué el pueblo se había sumergido tanto en su pecado? Porque le
habían dado la espalda al Señor. La expresión “Santo de Israel” (1:4) aparece
veinticinco veces en Isaías como designación del Señor. El carácter de Dios
mostró una santidad infinita, y llamó a su pueblo a defender su santo estándar
(ver recuadro 1.5).
Isaías luego describió la condición lamentable del pueblo de Dios, usando la
metáfora de un cuerpo humano. Describió el cuerpo como totalmente
enfermo, cubierto de heridas, contusiones y ronchas. Quizás las heridas eran
marcas de la amorosa disciplina de Dios. Dios había golpeado al pueblo para
llamar su atención, pero se habían negado a reconocer su disciplina (ver Am
52
Traducido por: David Taype

4:6–11). O tal vez Dios simplemente permitió que la nación experimentara las
tristes consecuencias de sus acciones pecaminosas. En efecto, las heridas
habían sido autoinfligidas e Israel solo empeoraría hasta que la nación
volviera a Dios.

La Tierra (1:7–9)
Isaías luego describió cómo el pecado de Israel había afectado la tierra. Dios
había permitido ya veces traído tristes consecuencias en un esfuerzo por
hacer que su pueblo volviera a él, tal como dijo que lo haría (Lv 26:14–29).
Pero la tierra yacía desolada, con campos devorados por el enemigo y el
hambre. Tal vez el pueblo vio sequía, incursiones nómadas que saquearon sus
cosechas y naciones extranjeras que los invadieron como casualidades de la
historia, pero Isaías los vio como instrumentos de juicio de Dios contra su
pueblo descarriado.
La expresión “ hija de Sión ” aparece a menudo en Isaías como metáfora
para describir a la población (10,32; 16,1; 37,22; 52,2; 62,11). Isaías usó tres
símiles para describir la situación desesperada de la hija de Sión. Primero, ella
era como un refugio en una viña y una choza en un campo de melones (1:8).
Tal cabaña proporcionaba un lugar protegido del sol y el viento. Un vigilante a
menudo podía quedarse allí y proteger el campo o la viña de los animales
salvajes. Pero estas estructuras no brindaban protección alguna contra un
ejército invasor. Ese no era su propósito.
Segundo, Isaías describió a la hija de Sion como “una ciudad sitiada” (1:8).
Un ejército invasor típicamente rodeaba la ciudad para cortar cualquier
esperanza de ayuda o escape. Una ciudad sitiada necesitaba tener acceso al
agua, porque los invasores seguramente intentarían cortarle el suministro de
agua. [2] Cuando el rey Ezequías se preparó para enfrentarse al ejército de
Senaquerib, ordenó que se cavara un túnel desde el manantial de Gihón cerca
del muro de Jerusalén hasta el estanque de Siloé más adentro del muro (2 Cr
32:30).
Pero en tercer lugar, tan aislado como estaba el pueblo, Isaías dijo que
habrían sido mucho peor sin la gracia de Dios. Su destino habría sido como el
de Sodoma y Gomorra , dos ciudades que Dios destruyó por su maldad
durante los días de Abraham (Gn 19:24-25).
A veces, cuando enfrentamos circunstancias difíciles, tenemos la tentación
de culpar a Dios o de pensar que ya no nos escucha. Sin embargo, el Señor
conoce todas nuestras circunstancias. Por lo general, cuando nos detenemos a
reflexionar, podemos pensar en muchas bendiciones que quedan en nuestra
vida.

53
Traducido por: David Taype

La acusación de Dios al pueblo (1:10–15)


El fiscal celestial ahora llevó su caso al siguiente paso. Había llamado a sus
testigos, el cielo y la tierra, a la sala del tribunal (1:2–3). Había descrito la
condición pecaminosa de su pueblo y las tristes consecuencias que sufrieron
tanto ellos como la tierra a causa de ello (1:4–9). En la siguiente sección, el
Señor presentaría una acusación contra su personas en las que desafió el valor
de sus respuestas a él. Tal vez pensaron que estaban apaciguando su ira o
incluso complaciéndolo, pero Isaías les aseguró que ese no era el caso.

Vista del Mar Muerto desde Masada. Los eruditos generalmente han
identificado el borde sur del Mar Muerto como el área anteriormente ocupada
por Sodoma y Gomorra. (Cortesía de Chris Miller)

La Situación (1:10–14)
Las palabras de Isaías debieron conmocionar al pueblo, porque los había
descrito como Sodoma y Gomorra. ¿Por qué el profeta los asociaría con esos
nombres? Tal vez alguien incluso lo desafió: “¡Isaías, esto es Jerusalén , no
Sodoma y Gomorra!” Isaías, sin duda, habría respondido que Dios estaba
teniendo dificultades para distinguir la diferencia entre las ciudades. El
profeta usó palabras fuertes contra su pueblo, pero lo hizo para llamar su
atención para que se volvieran a Dios. No tenía ningún deseo de condenarlos
54
Traducido por: David Taype

por su pecado solo para dejarlos en él. Los cristianos de hoy necesitan
recordar que Dios odia sus pecados, pero también los ama y quiere rescatarlos
del pecado.
La gente ciertamente ya estaba sorprendida de que Isaías se hubiera
referido a Jerusalén como Sodoma y Gomorra, pero ahora Isaías realmente
debe haberlos confundido. Sostuvo que Dios estaba harto de sus sacrificios y
no quería más de ellos. De hecho, los consideraba absolutamente inútiles. No
eran la bendición que él pretendía que fueran, sino que se habían convertido
en una carga.
El libro de Levítico describe en detalle todos los sacrificios y festivales que
Dios deseaba que su pueblo observara (Lv 1:1–7:38; 23:1–44; ver recuadro
2.1). ¿Había Dios cambiado ahora de opinión? No quería más holocaustos y no
se complacía en los sacrificios. De hecho, llamó a la aparición de Israel ante él
el “pisoteo” de sus atrios (1:12). Él consideró sus ofrendas sin sentido, como lo
hizo con todas sus asambleas. Además, Dios fue más allá: los aborreció (1:14).
¿Por qué?

El resultado (1:15)
El versículo 15 indica la razón del desagrado de Dios. El pueblo había
cometido un gran pecado unos contra otros. La referencia de Isaías a sus
manos ensangrentadas no se refiere a la sangre de los sacrificios sino a la
sangre de sus hermanos israelitas que ellos habían derramado. [3] La gente
vivía vidas llenas de pecado e injusticia y luego se volvía a Dios con sus
oraciones y sacrificios. Dios no quería nada de eso. Era como si ocultara sus
ojos y tapara sus oídos cada vez que lo llamaran.

Barra lateral 2.1


El lugar del sistema de sacrificios en la fe de Israel

Isaías 1:11–15 parece leerse al principio como una denuncia total del
sacrificio de Israel. sistema _ Entre las muchas ofrendas y festivales que
Dios prescribió, estas ofrendas, descritas en Levítico 1–7, jugaron un papel
clave.

1. Ofrenda quemada (Nv 1)


Esta era la típica ofrenda hebrea, dominante a lo largo de la historia del
Antiguo Testamento, y probablemente la forma más antigua de sacrificio de

55
Traducido por: David Taype

expiación. El término describe una “ofrenda de ascenso”, o una ofrenda que


sube a la deidad. El animal fue quemado completamente sobre el altar, su
humo subiendo hacia el cielo. Se requería un animal macho sin defecto. Se
utilizaron varios animales de acuerdo con los medios económicos del
adorador.

2. Ofrenda de grano (Nv 2)


Esta ofrenda puede haber sido originalmente un regalo, ya que el término a
menudo significa "regalo". En las regulaciones levíticas, la ofrenda de grano
tenía un sentido expiatorio y también estaba vinculada a las temporadas
agrícolas. Algunos eruditos creen que también pudo haber servido como una
ofrenda quemada menos costosa para aquellos que no podían pagar un
animal.

3. Ofrenda de Paz (Nv 3)


La ofrenda de paz era una ofrenda de celebración consumida tanto por el
sacerdote como por el adorador. Puede ofrecerse como acción de gracias
general, en cumplimiento de un voto, o libremente por el adorador sin ningún
motivo en particular.

4. Ofrenda por el pecado (Lv 4:1–5:13)


La ofrenda por el pecado era expiatoria por las ofensas contra Dios. Enfatizó el
acto de purificación y sirvió para limpiarse de la contaminación ceremonial, el
engaño, la apropiación indebida y la seducción. Los detalles del sacrificio
variaban según la clase del que lo ofrecía (sacerdote, congregación,
gobernante, individuo).

5. Ofrenda por la Culpa (Lv 5:14–6:7)


La ofrenda por la culpa era una subcategoría de la ofrenda por el pecado. Era
expiatorio pero dedicado a la restitución y reparación. A menudo se
relacionaba con la profanación de objetos sagrados y violaciones de carácter
social.

Isaías no estaba condenando el sistema de sacrificios per se en sus palabras a


Judá. Más bien, denunció la vacuidad de los sacrificios ofrecidos aparte del
arrepentimiento genuino marcado por la obediencia fiel a los mandamientos
de Dios. El ritual aparte de un cambio de actitud no valía nada.

56
Traducido por: David Taype

Adaptado de Bill T. Arnold y Bryan E. Beyer , Encountering the Old


Testament: A Christian Survey (Grand Rapids: Baker Academic, 1999), 120 .

Las fuertes palabras de Dios indican la importancia de una actitud


apropiada hacia él. El simple hecho de asistir a los servicios de adoración no lo
convierte a uno en cristiano. La Biblia afirma que la fe genuinamente cristiana
proviene de una relación personal con Jesucristo (Rom 3:21–22). Cuando los
creyentes dependen del poder del Espíritu Santo, pueden servir fielmente a
Dios, y él los hace más como Jesús (2 Cor 3:18; Ef 2:10).

Impresión artística de sacerdotes haciendo una ofrenda quemada en el altar.


Isaías denunció al pueblo por apartar sus sacrificios de actitudes de
arrepentimiento genuino. (Cortesía de Tim Dowley Associates Ltd.)

La solución de Dios para el pueblo (1:16–20)


Las palabras de Dios al pueblo tomaron ahora un giro interesante. Hasta
este punto, había funcionado como fiscal, llamando a sus testigos a la corte,
describiendo el estado pecaminoso básico de la gente y presentando
57
Traducido por: David Taype

acusaciones contra ellos por su maldad. Pero ahora Dios Todopoderoso se


convirtió en su abogado, su animador. Les dijo que no tenía que ser así. Dios,
de hecho, había provisto una solución para la gente si tan solo la escucharan y
la siguieran. Dios le dio al pueblo ciertos mandamientos a seguir y prometió
bendiciones si lo hacían.

Los mandamientos de Dios (1:16–17)


Los versículos 16–17 contienen nueve imperativos. Los primeros seis
enfatizan las decisiones básicas del corazón que la gente tendría que tomar.
Necesitaban elegir limpiarse de sus malos caminos. Hacer eso implicaba
lavarse, pero también implicaba salir de la inmundicia de su pecado. Una vez
que se hubieran lavado y limpiado de sus malas acciones, podrían ver
claramente para elegir entre el bien y el mal. Dios los animó a “buscar la
justicia” (1:17) cuando llegaron a ese punto. Los últimos tres imperativos en el
versículo 17 describen acciones específicas que la gente podría tomar para
cumplir con sus decisiones de rechazar el mal y elegir el bien. Las palabras
traducidas “animar al oprimido” también pueden traducirse “reprender al
opresor”. Si lo primero es correcto, Isaías estaba llamando a la gente a ponerse
al lado y apoyar a los que sentían la opresión. de la sociedad. Si lo segundo es
correcto, Isaías estaba llamando a sus oyentes a desafiar la maldad de su
época.
Los imperativos segundo y tercero se centran en los huérfanos y las viudas,
que a menudo se convirtieron en el foco de la opresión porque no tenían el
poder ni los medios para luchar contra un sistema corrupto (Ex 22:23–24; Dt
24:17). Incluso hoy en día, una señal del verdadero carácter de una persona es
la forma en que trata a las personas que no pueden pagarles o que no pueden
defenderse (ver recuadro 2.2).

Las promesas de Dios (1:18–20)


El Señor llamó a su pueblo al diálogo personal con él. Deberían entender la
maravillosa bendición que planeó traerles si solo escucharan. Él lavaría sus
pecados y ellos comerían de la generosidad de la tierra. Pero si se negaban y
continuaban resistiéndose, la espada se los comería. Las palabras “comer”
(1:19) y “devorado” (1:20) traducen la misma palabra hebrea y por lo tanto
constituyen un juego de palabras en hebreo. En Isaías 1:2, el Señor llamó a los
cielos ya la tierra a prestar atención porque el Soberano estaba hablando.
Ahora, ese mismo Soberano llamó a su pueblo a prestar atención a sus
promesas.

58
Traducido por: David Taype

El lamento de Dios sobre el pueblo (1:21–26)


lamento bíblico a menudo comienza con la palabra “cómo” (2 Sm 1:19; Lam
1:1). Lo que típicamente sigue entonces es una declaración de gran contraste
En 2 Samuel 1, los valientes guerreros han caído en la batalla. En
Lamentaciones 1, una ciudad anteriormente rica y populosa yace desolada y
desierta. Y aquí en Isaías, Isaías escribe sobre cómo Jerusalén ha
experimentado un colapso moral total.

Barra lateral 2.2


Los profetas y la justicia social

Isaías 1:21–26 denuncia la injusticia social. De hecho, para los profetas, una
relación adecuada con Dios exigía que el pueblo de Dios tratara a los demás
con justicia. ¿Qué tal hoy? ¿Son temas como alimentar a los pobres, brindar
refugio a las personas sin hogar, trabajar por los derechos civiles de todos y
luchar contra el aborto como parte del evangelio? ¿Deberían los cristianos
preocuparse por la justicia social ?
El mensaje del evangelio se centra en Jesucristo y su muerte, sepultura y
resurrección. Mediante el arrepentimiento y la fe, podemos recibir su oferta
de salvación. El Espíritu Santo entonces comienza a trabajar en nosotros para
hacernos más como Jesús (Rom 8:29).
La Biblia enseña que la justicia social debe ser un producto natural de
nuestra relación con Dios. Considere los siguientes ejemplos:

 La ley de Moisés insiste en el trato justo de los extranjeros, las


viudas y los huérfanos (Ex 22:21–24).
 Los profetas hablan de la preocupación de Dios por la justicia social
y exigen un trato justo y compasivo para las personas
desfavorecidas y/o aquellos que no tienen un abogado que hable por
ellos (Is 1:21–26; 58:6–7; Am 2:6–7). ).
 La iglesia primitiva envía ayuda contra el hambre a Jerusalén en más
de una ocasión (Hechos 11:27–30; 1 Corintios 16:1–3).
 Santiago, el hermano del Señor, anima a los cristianos a poner su fe
en acción y ayudar a los necesitados (Santiago 2:14–26).

59
Traducido por: David Taype

A medida que el Espíritu Santo hace que los cristianos se parezcan más a
Jesús, aprendemos a compartir las preocupaciones de Dios. Los cristianos de
hoy deben trabajar para lograr la justicia social en nuestra sociedad.

Adaptado de Bill T. Arnold y Bryan E. Beyer , Encountering the Old


Testament: A Christian Survey (Grand Rapids: Baker Academic, 1999), 446 .

La condición pecaminosa de Jerusalén (1:21–23)


Note los extremos morales que Isaías describió para su audiencia. La ciudad
una vez fiel se había vuelto como una ramera, una mujer fiel a nadie. La ciudad
que una vez estuvo llena de justicia ahora solo tenía lugar para asesinos.
Muy a menudo, la dirección de una sociedad está directamente relacionada
con sus líderes, y Jerusalén no fue una excepción. Sus gobernantes amaban los
sobornos y no juzgaban a los criminales sino que se asociaban con ellos. Isaías
había animado a su pueblo a defender a los indefensos, pero los gobernantes
los hicieron a un lado.

La próxima purga de Jerusalén (1:24–26)


Dios nuevamente se identificó en los términos más soberanos: él era “el
Señor, el SEÑOR Todopoderoso , el Fuerte de Israel” (1:24). Se vengaría de sus
enemigos y juzgaría el pecado dondequiera que lo encontrara. Quitaría sus
impurezas y restauraría a sus líderes como en días anteriores cuando la
ciudad experimentó un liderazgo fiel.
Isaiah usó una imagen de la metalurgia para recalcar su punto. Los
trabajadores del metal eliminaron las impurezas de un metal calentándolo
hasta que se fundió. Por lo general, las impurezas de menor peso saldrían a la
superficie y serían eliminadas por el trabajador del metal. Cuando el
trabajador metalúrgico podía mirar dentro del metal fundido y ver su imagen
reflejada, el metal era puro. ¡Qué cuadro de la obra de Dios en la vida de las
personas! Isaías había descrito la ciudad como caída del estado de fidelidad y
justicia (1:21). Pero Dios prometió un día en el que la ciudad volvería a
reclamar el nombre de “Ciudad de Justicia, Ciudad Fiel” (1:26). Dios quería
restaurar a su pueblo, así como quiere restaurar a la gente hoy.

60
Traducido por: David Taype

La promesa de Dios a su pueblo (1:27–31)


Antes de morir, Moisés pronunció ante Israel palabras de bendición y
palabras de maldición (Dt 28:1–68; 30:19–20). Si Israel demostraba su
fidelidad al obedecer los mandamientos de Dios, las bendiciones seguirían; si
la gente mostraba su falta de fe por medio de la desobediencia y la rebelión,
vendría el juicio. Dios les había presentado ambas opciones en Isaías 1:18–20.
En los últimos versículos del capítulo, lo hizo de nuevo.

Bendición al arrepentido (1:27)


Isaías profetizó la redención de Sion. La palabra “ redimir ” significa volver
a comprar o restaurar de un estado caído. Pero el plan de Dios incluía más que
simplemente volver a comprar a su pueblo. Quería restaurar su carácter moral
para que mostrara justicia y rectitud. Hoy el deseo de Dios no es solo redimir a
las personas sino también hacerlas de nuevo a su imagen (Col 3:10). Note
también cómo la oferta de redención de Dios estaba vinculada al
arrepentimiento. Dios no estaba prometiendo una redención general para
toda la nación, independientemente de cómo respondieran los individuos a su
gracia. Quería ver un arrepentimiento genuino, al cual respondería con gracia
y restauración.

Juicio a los transgresores (1:28–31)


Isaías también advirtió sobre el inminente desastre que se avecinaba para
los rebeldes y los pecadores. Serían quebrantados y perecerían.
Experimentarían una gran vergüenza por sus prácticas paganas cuando la luz
de la santidad de Dios brillara sobre ellos. El fuego de su juicio ardería para
siempre.
La fe cristiana, como el mensaje de Isaías 1, nos llama a adoptar una de dos
opciones. Podemos experimentar una relación personal con Dios por fe, junto
con todas las bendiciones que incluye esa relación. O podemos optar por
rechazar los caminos de Dios, ya sea intencionalmente o por negligencia, y
perder todo lo que tiene para ofrecer. Isaías advirtió a su pueblo, y la Biblia
nos advierte, que Dios no nos ha dejado otra opción.

Preguntas de estudio
1. ¿Cómo prepara Isaías 1 al lector para el resto del mensaje de Isaías?
2. ¿Por qué sugirió Isaías que Dios no estaba complacido con los
sacrificios del pueblo cuando la ley de Moisés los había ordenado?

61
Traducido por: David Taype

Términos clave
hija de sion
lamento
redimir
sistema de sacrificio
Justicia social
Sodoma y Gomorra

62
Traducido por: David Taype

3. El llamado de Dios a vivir a la


luz del futuro
Isaías 2:1–5:30

Esquema
• La bendición venidera (2:1–4)
el templo del señor
Pueblo de Dios
la paz del señor
• Discursos de juicio (2:5–4:6)
Llamado a reconocer los caminos de Dios (2:5–21)
Juicio contra los Líderes (2:22–3:15)
Juicio contra las Mujeres (3:16–4:1)
El día de la restauración de Dios (4:2–6)
La rama
La limpieza y protección del Señor
• Canción de la viña (5:1–7)
• Seis ayes contra la nación (5:8–30)
Terratenientes opresores (5:8–10)
Perseguidores de la juerga borracha (5:11–17)
Probadores de Dios (5:18–19)
El moralmente retorcido (5:20)
El auto exaltado (5:21)
Los oportunistas inmorales (5:22–23)
La Conclusión: Venganza (5:24–30)

63
Traducido por: David Taype

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Describe el papel de las naciones en el futuro día de bendición que


describió Isaías (2:1–4).
2. Explicar la importancia de que una sociedad tenga buenos líderes.
3. Articular los pecados particulares de los cuales los ciudadanos de
Judá eran culpables.

Los grandes líderes encuentran maneras de obtener sus seguidores para


realizar tareas que los seguidores nunca creyeron posibles. Los grandes
entrenadores hacen esto todo el tiempo. Muchos equipos han ganado partidos
contra equipos mejores porque el entrenador convenció a los jugadores de
que podían ganar. El entrenador puede haber descrito la gloria de la victoria,
la posible vergüenza de perder o una estrategia particular para desgastar al
oponente. Los miembros del equipo aún tenían que jugar el partido y lograr la
victoria, pero el entrenador ya había puesto en sus mentes la idea del éxito.
Los profetas también usaron varias estrategias a lo largo del Antiguo
Testamento mientras buscaban hacer que el pueblo de Dios volviera a él. A
veces exhortaban a su audiencia con grandes promesas de la bendición de
Dios; en otras ocasiones, les advirtieron del peligro de la desobediencia. A lo
largo de ellos describieron la respuesta deseada de Dios y su "plan de juego"
para la reconciliación con él.
En Isaías 2–5, el profeta Isaías utilizó todas estas estrategias. Comenzó
describiendo un día increíble de bendición que Dios haría realidad (2:1–4).
Luego describió la maldad de Judá y llamó al pueblo a reconocer los caminos
de Dios (2:5–21). Reprendió a los líderes por sus fallas morales y su
explotación de aquellos que no podían defenderse (2:22–3:15). Habló en
contra de las mujeres orgullosas que se vestían y actuaban de manera
provocativa y les dijo que Dios las humillaría (3:16–4:1). Describió un gran día
de restauración y salvación que Dios traería a su pueblo (4:2–6). Usó el
lenguaje simbólico de una viña para describir el cuidado de Dios por su pueblo
(5:1–7). Finalmente, describió el juicio de Dios contra seis categorías de
personas que se opusieron a sus caminos (5:8–30).

64
Traducido por: David Taype

La bendición venidera (2:1–4)


Isaías 2:1 introduce el capítulo tanto como Isaías 1:1 introduce el libro.
Mientras que 1:1 forma claramente una introducción a todo el libro, el pasaje
profético al que se refiere 2:1 no es tan claro. Tal vez la introducción solo
resalte 2:1–4, o tal vez cubra el texto hasta el capítulo 4 o alguna parte de
estos tres capítulos. [1]
La bendición venidera de “los últimos días” involucra tres aspectos: el
templo del Señor, el pueblo de Dios y la paz del Señor.

el templo del señor


Durante el ministerio de Isaías, el templo de Salomón adornaba el horizonte
de Jerusalén. El rey Salomón (970–931 a. C.) había ampliado la Ciudad de
David hacia el norte para incluir la era de Arauna el jebuseo (2 Sm 24:18–25)
y seleccionó ese lugar para construir el templo (2 Cr 3:1). Isaías enfatizó que
el templo de Dios provee una bendición especial en los últimos días.
La palabra hebrea traducida como “jefe” (NIV, NASB) es r'osh , que también
puede significar “cabeza” y abarca el mismo rango semántico que la palabra
española “cabeza”. R'osh puede describir una cabeza humana o denotar a
alguien que encabeza una delegación (Josué 24:1). Probablemente Isaías quiso
decir que Sión ocupará el primer lugar entre las montañas del mundo, aunque
la expresión paralela “se elevará por encima de las colinas” puede sugerir la
elevación especial de Sión entre las muchas colinas circundantes de Jerusalén.
Pueblos de muchas naciones reconocerán su prominencia como recipiente de
la bendición de Dios.

Pueblo de Dios
Isaías describió un día en el que el pueblo de Dios asumiría una nueva
dimensión. El verbo hebreo traducido como “corriente” ( nahar ) es paralelo al
sustantivo nahar , “río”, y proporciona una hermosa imagen verbal. A medida
que las naciones acuden a Jerusalén para adorar a Dios, las filas
aparentemente interminables de personas se asemejarán a poderosas
corrientes de agua. Dado que el agua tendría que correr cuesta arriba para
alcanzar la elevación de 2500 pies de Jerusalén, el lenguaje de Isaías parece
indicar una oleada especialmente poderosa de personas hacia la ciudad santa
de Dios.
La palabra hebrea traducida como “naciones” es goyim , que se traduce en la
Septuaginta como ethnē , la palabra griega comúnmente traducida como “
gentiles ” en el Nuevo Testamento. En contraste con los días de Isaías, cuando

65
Traducido por: David Taype

el propósito del pacto de Dios se enfocaba principalmente, aunque no


exclusivamente, en Israel, Isaías predijo un día en que personas de todos los
grupos étnicos recibirían el favor especial de Dios.
La idea radical de Isaías —que los gentiles se convertirían en parte del
pueblo de Dios— anticipó la declaración del apóstol Pablo de que Jesús
derribó los muros entre judíos y gentiles para que todos pudieran recibir la
reconciliación con el Padre (Efesios 2:14–16). Muchos en Judá probablemente
lucharon por creer el asombroso concepto que describió Isaías, al igual que
muchas personas luchan por creerlo hoy.
Los pueblos del mundo acudirían a Jerusalén con un solo propósito:
aprender los caminos de Dios para poder andar en ellos. A lo largo de
generaciones, la gente vino a Jerusalén una y otra vez para conquistarla, para
saquear su tesoro, para humillar a su gente. Pero en ese día, vendrían a
aprender. Vendrían a aprender de Dios. Y vendrían a aprender sus caminos
para poder vivir en obediencia fiel a él.
Isaías describió a Jerusalén como un importante punto focal de fe, el centro
desde el cual saldría la palabra de Dios. De hecho, después de que Jesús
resucitó de la tumba y antes de ascender al cielo, instruyó a sus discípulos
para que fueran sus testigos en todo el mundo, comenzando por Jerusalén
(Hechos 1:8). Pero, ¿vio Isaías algo más que el lanzamiento de la Gran
Comisión (Mt 28:18–20)? ¿Anticipó un día aún mayor?
Hoy, Jerusalén se erige como el centro de tres religiones: el cristianismo, el
judaísmo y el islam. La ciudad combina curiosamente lo antiguo y lo nuevo, la
tradición antigua y la tecnología moderna. La Ciudad Vieja de Jerusalén, con su
conocido muro de piedra del siglo XVI, calles estrechas y mercados, contrasta
fuertemente con los edificios modernos del oeste de Jerusalén y su aspecto del
siglo XXI. Las tensiones políticas, sociales y religiosas siguen existiendo en
todo el país. Las palabras de Isaías brindan esperanza para el futuro de
Jerusalén. Un día, y cada día está más cerca, el pueblo de Jerusalén volverá a
experimentar la unidad.

la paz del señor


El versículo 4 anunció la mano directa del Señor para gobernar a su pueblo
en el gran día que describió Isaías. A lo largo de su historia, Israel ha
experimentado muchos ejemplos de mal liderazgo. Pero esto ya no ocurriría;
más bien, el juicio de Yahweh prevalecería entre todas las naciones y pueblos.
Isaías también describió el resultado del liderazgo de Dios. Los
instrumentos de guerra se convertirían en útiles herramientas agrícolas. La
tierra de Israel se prestaba especialmente bien a dos tipos de medios de vida,

66
Traducido por: David Taype

pastoral y agrícola. La mayoría de los ciudadanos criaban rebaños y manadas


o cultivaban la tierra. La descripción del profeta de personas que convirtieron
sus espadas en rejas de arado y lanzas en podaderas les comunicó un día en
que la guerra cesaría y, por lo tanto, la gente ya no necesitaría armas militares.
Tales nociones debieron hablar poderosamente a un pueblo cuyos vecinos
por lo general les eran hostiles. No solo ya no experimentarían la guerra, sino
que tampoco tendrían que entrenarse para la guerra (literalmente “aprender
la guerra”) nunca más, porque la posibilidad de guerra terminaría bajo el
gobierno del Señor.
Algunos cristianos entienden que las palabras de Isaías significan que
Jesucristo regresará un día para poner fin a esta era presente y establecer un
reino terrenal. Creen que Jesús vendrá sobre las nubes, regresará
triunfalmente a Jerusalén, establecerá su administración y marcará el
comienzo de una paz duradera durante un período de mil años conocido como
el milenio . Otros creen que las palabras de Isaías se cumplirán en el reino
celestial de Cristo después de que Dios juzgue al mundo y traiga un cielo
nuevo y una tierra nueva. Ambos están de acuerdo en que bajo el reinado del
Rey de reyes, la paz tales como el mundo nunca ha conocido se inundarán. [2]
La palabra hebrea shalom , a menudo traducida como “paz”, describe una
totalidad que impregna la vida de un individuo o una sociedad. Cuando una
persona o sociedad experimenta la plenitud de todo lo que Dios tiene para su
creación, esa persona o sociedad experimenta el shalom de Dios . Isaías
describió tal día, aunque no usó la palabra shalom en este pasaje.
Las palabras de Isaías 2:1–4 también aparecen casi palabra por palabra en
Miqueas 4:1–4. Isaías y Miqueas eran contemporáneos, y Dios les dio el
privilegio de ver el mismo día glorioso. Curiosamente, las palabras de Isaías
también han llegado a la sociedad moderna. El edificio de las Naciones Unidas
en la ciudad de Nueva York tiene un grabado en piedra en el exterior que lleva
la descripción de Isaías de naciones que convierten sus espadas en rejas de
arado y sus lanzas en podaderas y dejan de aprender la guerra. Hoy, las
naciones trabajan arduamente para lograr la paz en la tierra, y muchas veces
sus esfuerzos producen buenos resultados. Sin embargo, en última instancia,
la paz duradera del tipo más profundo y completo se producirá solo cuando
Jesús regrese.

Discursos de juicio (2:5–4:6)


Los discursos de juicio de Isaías de 2:5–4:6 presentan cuatro aspectos: un
llamado a reconocer los caminos de Dios, un juicio de los líderes de Judá, un
67
Traducido por: David Taype

juicio contra las mujeres de Judá y una descripción del día de la restauración
de Dios (ver recuadro 3.1).

Barra lateral 3.1


El pecado en la vida del pueblo de Dios

La buena noticia del evangelio es que la salvación es el regalo gratuito de Dios


recibido por fe (Efesios 2:8–9). Los cristianos entienden que el sacrificio de
Cristo por ellos proporciona la base para el perdón (Romanos 3:24–25).
Convertirse en cristiano no incluye trabajar para convertirse en una mejor
persona; más bien, significa comenzar una relación personal con el Señor
viviente del universo.
Debido al énfasis del evangelio en la gracia de Dios, los cristianos pueden
pensar que sus pecados no son importantes. Después de todo, podrían
razonar, Cristo pagó su castigo y Dios los perdonó. ¿A Dios realmente le
importa cómo viven sus vidas?
La gente en los días del apóstol Pablo a veces razonaba de manera similar.
Si perdonar a un “pecador promedio” demostró la gracia de Dios para el
mundo, quizás perdonar a un pecador terriblemente malvado lo demostraría
aún más (Rom 3:8; 6:1).
Pablo insistió en que tal forma de pensar era ridícula (Romanos 6:2–11). La
vida eterna que proporcionó la muerte y resurrección de Jesús comenzó en el
momento en que uno se convirtió en su seguidor. Sin duda, en la segunda
venida de Jesús, los creyentes recibirán sus cuerpos resucitados y serán libres
del pecado de una vez por todas (1 Jn 3:2). Sin embargo, el poder del Espíritu
Santo dentro de los creyentes les da fuerza para experimentar una victoria
constante sobre la tentación. El pecado no tiene por qué y no debe controlar a
los cristianos (Rom 6:14). Más bien, Dios llama a sus hijos a vivir vidas
piadosas como evidencia para el mundo de su obra dentro de ellos (Mt 5:15–
16).
Al mismo tiempo, la gracia de Dios obra pacientemente en la vida de los
cristianos que luchan con el pecado. La certeza del perdón cuando los
creyentes confiesan su pecado (1 Jn 1, 9) proporciona una gran seguridad,
aunque nunca debe tomarse como una excusa para pecar y recibir el perdón
más tarde. Dios nos ha llamado a ser como Jesús, nuestro ejemplo perfecto (1
P 2,21–24).

68
Traducido por: David Taype

Llamado a reconocer los caminos de Dios (2:5–21)


Isaías llamó al pueblo a reconocer los caminos de Dios. Conocer a Dios fue el
primer paso implícito para volverse a él, y conocer sus caminos fue el segundo
paso. Andar en sus caminos fue el tercero paso, el resultado deseado.
Isaías describió los caminos del Señor como “la luz del SEÑOR ” (2:5). La luz
revela cosas. La luz puede revelar un camino. También puede revelar peligro.
Incluso puede revelar suciedad. En todos los casos, la luz aclara la situación
para que una persona pueda tomar las medidas adecuadas. El salmista
describió la palabra de Dios como lámpara a sus pies y lumbrera a su camino
(Sal 119:105). Aportó la claridad adecuada para que pudiera ver una
circunstancia o situación por lo que era y tomar las medidas adecuadas. El
camino de Dios siempre fue el mejor.
Isaías advirtió a su pueblo que se acercaba el día del Señor (2:6–21). La
expresión “ día del Señor ” aparece comúnmente en los profetas y en el
Nuevo Testamento. Incluye tres aspectos, aunque cada aspecto no aparece
cada vez que aparece la expresión: el juicio de los incrédulos, la purificación
del pueblo de Dios y la salvación del pueblo de Dios (ver recuadro 7.1).
Isaías condenó el abandono del Señor por parte de su pueblo. Habían
reemplazado la adoración adecuada de Dios con prácticas paganas. Habían
codiciado la ganancia financiera y habían llenado sus vidas con cosas
materiales que no podían ofrecerles ningún valor duradero. Incluso hoy en
día, muchas personas tratan en vano de encontrar satisfacción y realización
duraderas en la acumulación de riqueza y en diversas actividades espirituales
no cristianas (ver recuadro 3.2).
El profeta describió un día en que la humanidad, a pesar de su supuesta
gran estatura, temblaría de humildad y temor ante la majestad de Dios
mientras él mostraba su poder en el juicio. Los cedros del Líbano al norte, los
robles de Basán en Transjordania, las “montañas altísimas” y los “collados
altos” (2:13–14) serían humillados; cuánto más el pueblo de Dios. La gente
vería a Dios por lo que era en ese día.
Una nueva visión del poder de Dios traería cambios radicales. La idolatría
cesaría cuando la gente se diera cuenta de la vergüenza de su pecado y la
impotencia de sus ídolos. La gente buscaría en vano protección del despliegue
de poder de Dios. Se deshacían de sus ídolos de cualquier forma que pudieran,
enterrándolos en el suelo o arrojándolos a cuevas. Una gran demostración de
la majestad de Dios revelaría rápidamente la pequeñez de la humanidad.
¿Cómo podrían los simples mortales enfrentarse a un Dios así?

69
Traducido por: David Taype

Juicio contra los Líderes (2:22–3:15)


El versículo 22 sirve de puente entre la sección anterior y la siguiente. En
ambas secciones, la majestad y el poder de Dios revelan la pequeñez de la
humanidad. Isaías desafió al pueblo a poner su máxima confianza en el Señor.
Por supuesto, las Escrituras alientan a los creyentes a someterse a los
líderes y mostrarles el debido respeto (Rom 13:1–7; Heb 13:17). No obstante,
la lealtad final debe ser al Señor, no al liderazgo humano. Las personas a veces
experimentan una gran decepción cuando ponen más fe en los humanos que
en Dios.
Dios juró quitar todo liderazgo humano de Jerusalén y Judá (3:1–7).
Cortaría la comida, el agua y otros suministros. Eliminaría todo tipo de
liderazgo: militar, político, espiritual y social. El caos resultante conduciría a
una búsqueda desesperada de líderes, con el resultado de que personas no
calificadas serían presionadas para asumir roles de liderazgo. La sociedad
trataría desesperadamente de reemplazar a sus líderes caídos, pero no
encontraría a nadie adecuado.
Isaías culpó directamente donde estaba: en Jerusalén y Judá (3:8–15). Sus
líderes no se avergonzaban de sus pecados y recibirían una recompensa justa
por su maldad. Llevaron a la gente lejos del Señor y más al pecado. Aquellos en
el poder abusaron de los pobres, “moliendo los rostros de los pobres” (3:15)
en la tierra con medidas opresivas.

Juicio contra las Mujeres (3:16–4:1)


A continuación, Isaías destacó una tendencia pecaminosa entre las mujeres
de Sión. Se vestían y caminaban de tal manera que llamaban la atención de los
hombres. Practicaban “caminar con el cuello extendido, coquetear con los
ojos, tropezar con pasos delicados” (3:16) para llamar la atención de posibles
pretendientes. El lenguaje sugiere que acentuaron todo lo sensual de ellos
mismos.

Barra lateral 3.2


El significado real de la vida (2:6–8)

Isaías condenó el abandono del Señor por parte de su pueblo para buscar
otras fuentes potenciales de significado. Considere la lista de Isaías 2:6–8:

Verso Fuente potencial de significado

70
Traducido por: David Taype

6 Supersticiones (poner fe en la falsedad)


Adivinación (buscar discernir la voluntad de Dios o de dioses paganos
a través de medios falsos)
Alianza con naciones extranjeras (poner fe en otras naciones)

7 Plata y oro, tesoros (confiar en las cosas materiales para la seguridad)


Carros y caballos (confiar en la fuerza militar para la seguridad)

8 Idolatría (sustituir la adoración de otros dioses o cosas por la


adoración del único Dios verdadero)

Muchas personas en el siglo XXI buscan sentido a la vida en estos mismos


lugares:
Supersticiones : Algunas personas llevan una pata de conejo u otro objeto
“para la buena suerte”. Algunos incluso usan cruces de oro o plata como joyas
para protección o bendición.
Adivinación : algunas personas buscan orientación a través del futuro
incursionando en la astrología, los horóscopos y/o las prácticas ocultas.
Alianzas : Algunas personas ponen su confianza en las relaciones humanas.
Los líderes políticos pueden sentirse seguros porque han desarrollado una red
de aliados, pero esos aliados pueden o no resultar leales. A nivel personal, las
personas pueden buscar seguridad en su confianza en líderes particulares,
incluso líderes de la iglesia. Luego experimentan una gran desilusión cuando
esos líderes les fallan. Las personas que se casan simplemente por estatus o
dinero también suelen entrar en esta categoría.
Cosas materiales : La Biblia no condena las cosas materiales, ni condena a
los que tienen mucho. Al mismo tiempo, Jesús advirtió que tener muchas
riquezas podría dificultar una relación cercana con Dios (Mt 19:23-24).
Irónicamente, las cosas materiales no representan una amenaza para
encontrar el verdadero significado de la vida porque son innatamente malas.
Más bien, representan una amenaza porque brindan cierto nivel de
satisfacción, tal vez por un tiempo, pero nunca para siempre. Por lo tanto, las
personas pueden creer más fácilmente que pueden proporcionar una
satisfacción duradera.

71
Traducido por: David Taype

Fuerza militar : una nación puede creerse invencible y volverse orgullosa y


arrogante. La Biblia registra tal forma de pensar por parte de Asiria, Babilonia,
Egipto y muchos otros reinos más pequeños. Tal arrogancia puede llevar a
olvidar al Señor, la verdadera fuente de fortaleza. También puede conducir a
otros pecados de los que las personas son víctimas cuando comienzan a
pensar que son espiritualmente invencibles.
Idolatría : Las actitudes y comportamientos mencionados anteriormente
pueden tener un aspecto idolátrico, pero muchas personas hoy en día también
intentan encontrar sentido en otras religiones y sus dioses y/o su código de
conducta. Otros sugieren: “Lo que es cierto para ti puede no serlo para mí. Si
mi forma de pensar funciona para mí, entonces es verdad para mí”.
El libro de Eclesiastés explora varios caminos posibles hacia el significado
último de la vida. Al final, concluye:

Teme a Dios y guarda sus mandamientos,


porque este es todo el deber del hombre.
Porque Dios traerá toda obra a juicio,
incluyendo todo lo oculto,
si es bueno o malo. (Ecl 12:13b–14)

Los cristianos deben encontrar su máxima realización en el cumplimiento


del propósito de Dios para sus vidas (Filipenses 3:12–14).

Isaías no condenó a las mujeres por prostitución; más bien, los condenó por
comportarse incorrectamente. Se consumían en presentar cierta imagen ante
los hombres de su sociedad. La respuesta de Dios golpearía el corazón de su
problema. Se concentraron en su adorno y belleza externos, por lo que él se lo
quitaría todo. Perderían su piel suave, su cabello suelto, sus muchos adornos y
vestimentas. ¿Quién los querría entonces? Además, el Señor mataría en la
batalla a los hombres que deseaban atraer. Su obsesión por atraer a los
hombres empeoraría más que nunca al darse cuenta de los pocos hombres
que quedaban (4:1).
El Señor a menudo obra en sus hijos hoy de la misma manera. Él sabe lo que
valoramos más de lo que lo valoramos a él, y puede quitárnoslo para llevarnos
de vuelta a él.

72
Traducido por: David Taype

El día de la restauración de Dios (4:2–6)


La expresión “en aquel día” (4:2) no significa necesariamente un día en
particular que Isaías había descrito previamente. Más bien, denota el período
general de tiempo en el cual Dios cumpliría todas las palabras que había dicho
a través de Isaías. La palabra hebrea yom (día) a menudo denota más que un
período literal de veinticuatro horas y en lenguaje profético comúnmente
describe un período general de duración no especificada (Is 2:12, 20; 7:18;
11:10; 22:5 ).
La rama
El uso que hace Isaías del término “ vástago ” en 4:2 (heb. tsemach ) es su
primer uso de este tipo en el libro, aunque otros profetas desarrollarían el
concepto de rama más a fondo (Jeremías 23:5–6; 33:15–16; Zacarías 3:8; 6:9–
13; véase el recuadro 3.3). El Renuevo del Señor se refiere en última instancia
a Jesús, el Renuevo justo de David , quien ejecutará la justicia y la rectitud en
la tierra y traerá armonía entre el rey y el sacerdocio. Aquí, el profeta
simplemente alude al concepto de la rama, pero luego lo vuelve a mencionar
(11:1), aunque con una palabra hebrea diferente ( netser ). La rama será
exaltada a una posición de prominencia “en aquel día”. [3]
La limpieza y protección del Señor
Isaías dijo que la tierra y su gente experimentarían una vitalidad renovada.
El día del Señor limpiaría y purgaría el pecado entre el pueblo de Dios.
Quitaría el pecado de las mujeres mencionadas en 3:16–4:1 y limpiaría las
manchas de sangre de Jerusalén causadas por la opresión y la injusticia. El
fuego aparece comúnmente en las Escrituras como un instrumento de
limpieza y purificación (Mal 3:2–3; Mt 3:11–12; 1 Cor 3:13–15).
Luego, Isaías usó imágenes del pasado de Israel para resaltar el gran día que
Dios tenía reservado. La “nube de humo” y el “resplandor de llamas de fuego”
recordaban los días del viaje de Israel por el desierto, cuando el Señor los
guiaba con fuego y nubes (Ex 40, 36–38). El cuidado amoroso de Dios se
reveló mientras velaba por su pueblo, incluso cuando vagaban por el desierto
a causa de su pecado (Is 48:21). Isaías imaginó otro día en el que Dios cuidaría
y guiaría íntimamente a su pueblo nuevamente.
La palabra hebrea traducida como “refugio” en 4:6 ( sucá ) recordaba la
fiesta de sucot , la Fiesta de los Tabernáculos, cuando el pueblo de Israel
conmemoraba vivir en cabañas o refugios temporales en el desierto mientras
Dios los guiaba (Lv 23:33). –43). La Fiesta de los Tabernáculos ocurría en el
otoño, después del año nuevo ( rosh hashanah ) y el Día de la Expiación ( yom
kippur ) y recordaba al pueblo la fidelidad de Dios hacia ellos en el desierto. Si
73
Traducido por: David Taype

Dios se preocupó tanto por su pueblo como lo disciplinó en el desierto,


imagine cómo se preocuparía por ellos en el día de la restauración.

Barra lateral 3.3


El Renuevo (4:2)

Los profetas Isaías, Jeremías y Zacarías utilizan el motivo de la rama para


describir al futuro líder de Israel.
Isaías introduce el concepto en 4:2: “En aquel día el Renuevo de Jehová será
glorioso”. El contexto describe un día de restauración de la relación entre Dios
y su pueblo, pero no dice nada sobre la identidad de la rama.
Isaías 11:1 describe la rama como proveniente “del tronco de Isaí”, una
clara referencia al linaje de David (1 Sm 16:1, 11–13). Está facultado por el
Espíritu de Dios para traer una era de paz y justicia universales, un reino
sobre el cual él personalmente gobernará (Is 11:2–9). Él permanecerá como
un estandarte para su pueblo cuando el Señor recoja a los suyos de los
confines de la tierra (11:10–16).
Jeremías 23:5–6 y 33:15–16 son bastante similares al proclamar un
Renuevo justo de David a quien Dios levantará como rey y llamará “Jehová
nuestra justicia”. La paz y la seguridad prevalecerán durante sus días.
Jeremías 33:17–18 agrega el detalle de que tanto la realeza como el sacerdocio
contarán con un fuerte liderazgo en ese día.
Zacarías 3:8 describe el “vástago siervo” que Dios levantará en los próximos
días mientras realiza una gran obra entre su pueblo. Zacarías 6:12–15 culmina
el tema de la rama al describir la Rama como quien edificará el templo de
Dios, gobernará como sacerdote y traerá armonía entre la realeza y el
sacerdocio.
El Nuevo Testamento proclama el cumplimiento de este tema profético en
Cristo, proveniente del linaje de David (Mt 1:1), sirviendo como nuestro gran
sumo sacerdote (Heb 9:11-12), y gobernando como Rey de reyes y Señor de
señores ( Ap 19,16).
La palabra hebrea traducida como “rama” es típicamente tsemach , aunque
también aparece el sinónimo netser .

74
Traducido por: David Taype

Canción de la viña (5:1–7)


Isaías ahora introdujo un nuevo género profético, una canción. Isaías cantó
un cántico al Señor que se refería a la viña del Señor. El enfoque del profeta
sugiere que ahora estaba contando una parábola a través de la música.
La atención cuidadosa de Isaías a los detalles enfatizó la atención cuidadosa
de Dios a su viña. [4] El Señor labró la tierra y quitó sus piedras. Plantó una
vid allí y tomó medidas para asegurar su crecimiento. Construyó una torre de
vigilancia en la viña para dar cobijo al que la cuidaba y para permitirle vigilar
a los animales que pudieran asaltar los frutos tempranos. Anticipándose a la
cosecha, el Señor preparó un lagar para procesar las uvas. Pero después de
todo el tierno cuidado de Dios, la viña sólo produjo malos frutos.
El Señor no podría haber hecho nada más por su viña; el problema debe
residir en la calidad de la vid. Por lo tanto, Dios determinó que destruiría la
viña, derribando su muro, exponiéndola a los elementos y cortando la lluvia.
Isaías identificó la viña: Israel era la viña, y Judá su jardín delicioso. ¿Cómo
había cuidado Dios de ellos como cuidó de su viña? Él había preparado la
tierra para la venida de su pueblo y había expulsado pueblos delante de ellos.
Los había conducido a través del desierto por la columna de fuego y la
columna de nube. Les había proporcionado comida y agua para su viaje y
graciosamente perdonó su obstinada rebelión una y otra vez. Había hecho
tanto por ellos y, sin embargo, se habían vuelto rebeldes.

[Imagen no incluida por restricciones de derechos.]

Por lo tanto, dijo Dios, los expondría a juicio. El cántico de la viña de Isaías
amplía las palabras de Isaías en 1:8, donde el profeta dice que Dios había
dejado a su pueblo tan desprotegido como la choza de un centinela en una
viña.
Isaías empleó paronomasia , [5] un juego de palabras, en 5:7. Dios buscó
justicia (heb. mishpat ) en su pueblo, pero encontró derramamiento de sangre
(heb. mispach ); buscó justicia (heb. tsedeqah ), pero en cambio escuchó un
grito de angustia (heb. tse'aqah ). ¡ Dos pares de palabras hebreas que suenan
muy parecidas significan algo muy diferente!

75
Traducido por: David Taype

Seis ayes contra la nación (5:8–30)


Seis veces en Isaías 5:8–30, Isaías usó la exclamación introductoria “¡Ay!” Al
hacerlo, condenó el pecado de seis grupos de personas: terratenientes
opresivos, perseguidores de borracheras, probadores de Dios, moralmente
retorcidos, los que se exaltan a sí mismos y los oportunistas inmorales. Dios
había visto su pecado, y Dios se ocuparía de ellos.

Terratenientes opresores (5:8–10)


Isaías primero denunció a los terratenientes opresores que mostraban una
ambición equivocada. Añadieron casa a casa y campo a campo, hasta que sus
propiedades crecieron tanto que nadie vivía cerca de ellos. Disfrutaron tanto
del proceso de acumulación que no sabían cuándo detenerse.
El juicio de Dios contra estos terratenientes implicó reducir los
rendimientos efectivos de sus campos. Entonces tendrían que trabajar mucho
más duro que otros simplemente para obtener la misma cantidad de cultivos.
Las grandes casas quedarían desoladas cuando los propietarios quebraran y
abandonaran sus propiedades.
La ambición está mal cuando su objetivo es simplemente promover
nuestros propios intereses egoístas. Nuestro enfoque se convierte en nuestra
próxima meta en lugar de agradar al Señor. Al mismo tiempo, la Biblia nos
anima a aprovechar al máximo nuestra vida en el servicio del Señor (1 Cor 12,
31).

Perseguidores de la juerga borracha (5:11–17)


El segundo ay de Isaías se centró en aquellos que perseguían la borrachera.
Su alusión a las personas que “se levantan temprano en la mañana” y “se
trasnochan” seguir bebiendo y festejando enfatizaba la naturaleza absorbente
de sus actividades. Decoraron sus fiestas y banquetes con la mejor música y
vino que pudieron obtener, pero les importaba poco o nada la obra del Señor
entre ellos.
La obsesión de la gente por el vino creó prioridades equivocadas. Nublaba
su juicio para que no consideraran cómo podrían servir al Señor; después de
todo, estaban demasiado ocupados preparándose para la próxima fiesta. Por
lo tanto, dijo Isaías, “irían al destierro por falta de entendimiento” (5:13).
El día del juicio de Dios tomaría a los juerguistas borrachos totalmente por
sorpresa. Se habían preocupado por cosas que no tenían una importancia o un
valor duraderos. Comprenderían demasiado tarde la necedad de sus caminos.

76
Traducido por: David Taype

Probadores de Dios (5:18–19)


Isaías luego se enfocó en aquellos que pusieron a prueba al Señor. El profeta
los describió arrastrando su pecado y su maldad detrás de ellos, todo el
tiempo llamando sarcásticamente a Dios para que se muestre en su
experiencia diaria.
Aquellos que probaron a Dios asumieron que sabían exactamente cómo
actuaría Dios. En consecuencia, cínicamente le pidieron que “apresure su
obra” (5:19) para que ellos pudieran verla y conocerla. Buscaron que encajara
en su concepción de cómo actuaría en una situación dada.
El pecado de los probadores de Dios radica precisamente en su suposición
defectuosa sobre el carácter de Dios. No sabían con precisión cómo actuaría el
Señor en cada situación. Lo que percibieron como la lentitud de Dios para
actuar contra ellos fue, de hecho, su paciencia hacia ellos al darles tiempo para
arrepentirse (2 P 3, 9).
Isaías no describió el juicio de los probadores de Dios. Más bien, señaló su
maldad y dejó el asunto del juicio en las manos de Dios. Pero su categórico
"¡Ay!" contra ellos (5:18) claramente anticipó la acción de Dios contra ellos.

El moralmente retorcido (5:20)


Los moralmente torcidos de los días de Isaías hicieron sus propias reglas y
establecieron sus propios estándares de moralidad. Isaías los describió
sustituyendo el mal por el bien, la oscuridad por la luz y lo amargo por lo
dulce (ver recuadro 3.4).
El pecado del pueblo moralmente torcido fue más profundo que
simplemente cometer malas prácticas. Se habían convencido a sí mismos (y
probablemente trataron de convencer a otros) de que sus prácticas eran
realmente buenas. Eran culpables de tomar todo lo que era malo y llamarlo
bueno. Además, la alababan en sí mismos y en los demás (Rom 1,32). Su
pecado fue mucho mayor que el pecado de aquellos que pecaron por
ignorancia.

El auto exaltado (5:21)


Isaías también pronunció ay de los que se exaltan a sí mismos. La sabiduría
y la astucia no estaban mal en sí mismas, pero las palabras “ante sus propios
ojos” y “ante sus propios ojos” aclaran el asunto. Los que se exaltaban a sí
mismos tenían una alta opinión de sí mismos, una opinión que el Señor no
compartía. Puede que se hayan creído sabios, pero a los ojos de Dios, eran
necios.

77
Traducido por: David Taype

Los oportunistas inmorales (5:22–23)


El sexto ay de Isaías estaba dirigido contra los oportunistas inmorales. Al
principio, las palabras de Isaías suenan como si estuviera hablando contra los
juerguistas borrachos nuevamente con su referencia al vino y las bebidas
fuertes (5:22; cf. 5:11–12). Pero a la luz de las ofensas reales enumeradas,
probablemente deberíamos entender la bebida como parte de una reunión
general o atmósfera de fiesta en la que los oportunistas hicieron sus planes
malvados entre sí.
Los oportunistas inmorales absolvieron a los culpables y negaron justicia a
los inocentes. Su motivación no residía en lo que era correcto sino en lo que
era rentable. Vieron la oportunidad de una mala acción, sabían que tenían el
poder para salirse con la suya y tomaron su decisión sobre esa base. Por el
contrario, la ley de Dios proclamaba una justicia basada en la verdad, no en la
posición económica, política o social de uno (Ex 23:2, 6–8; Lv 19:15).

Barra lateral 3.4


Nuevos nombres para viejos pecados (5:20)

Isaías pronunció ay contra aquellos que sustituyeron el mal por el bien.


Muchos en nuestra sociedad han hecho lo mismo al sustituir prácticas que la
Biblia llama malas por nombres más atractivos. Considere los siguientes
ejemplos; las descripciones más precisas siguen entre paréntesis. ¿Puedes
pensar en otros términos similares?

Asunto (fornicación, adulterio, sexo ilícito)


Estilo de vida alternativo (convivencia, homosexualidad)
Aborto (asesinato de bebés por nacer)
Convertirse en hombre o convertirse en mujer (renunciar a la
virginidad)
Sexualmente activo (promiscuo, sexualmente inmoral)
Pro-elección (aceptación del aborto)
Entretenimiento para adultos (pornografía, clubes de striptease)
Videos para adultos (videos pornográficos)
Filosofía New Age (viejas mentiras de la filosofía oriental)

Muchos también han tratado de menospreciar a los cristianos mientras


justifican su propio comportamiento pecaminoso dando nombres menos
78
Traducido por: David Taype

atractivos a las prácticas que recomienda la Biblia. Nuevamente, la expresión


más precisa sigue entre paréntesis. ¿Puedes pensar en otros términos
similares?

Pollo (miedo; generalmente se usa para desafiar a alguien que no está


dispuesto a aceptar el pecado del grupo)
Anticuado (se adhiere a los estándares tradicionales de moralidad)
Mojigato (se adhiere a los estándares tradicionales de moralidad sexual)
Rígido, inflexible, intolerante, intolerante (apegado a las propias
convicciones, especialmente en cuestiones morales)

Adaptado de Bill T. Arnold y Bryan E. Beyer , Encountering the Old


Testament: A Christian Survey (Grand Rapids: Baker Academic, 1999), 357 .

La Conclusión: Venganza (5:24–30)


Isaías concluyó sus discursos de juicio con una poderosa descripción de la
venganza de Dios. La paja y la hierba seca no durarían mucho en medio de las
llamas, y aquellos que se opusieron a Dios no durarían mucho en contra de su
juicio.
El pecado de Judá comenzó con un rechazo de la palabra de Dios (5:24).
Cuando el pueblo decidió que ya no quería vivir de acuerdo con las normas de
justicia y rectitud de Dios, comenzaron a caer en toda clase de maldad. Las
palabras hebreas para "rechazado" y "despreciado" ( ma ' as y na'ats ,
respectivamente ) enfatizan una decisión consciente de apartarse de las
normas de Dios. Judá no se había dejado llevar por el pecado, sino que se
había apartado de Dios para correr hacia él.
El juicio de Dios traería devastación; Isaías describió cadáveres tirados en
las calles mientras las montañas temblaban. Sin embargo, esto no satisfizo la
furia de Dios. La expresión “A pesar de todo esto, su ira no ha cesado, su mano
aún está levantada” aparece nuevamente en 9:12, 17, 21 y 10:4 para denotar
la ira persistente de Dios incluso en medio de juicios terribles. Las palabras de
Isaías enfatizan la seriedad con la que Dios toma el pecado, ya sea que lo
encuentre entre los incrédulos o entre su pueblo (ver recuadro 3.1).
Dios reuniría un ejército de tierras lejanas para invadir a su pueblo (5:26–
29). Vendrían sin dudarlo, bien preparados para hacer el trabajo que Dios les
había llamado a hacer. Más tarde, Isaías describiría a Asiria como la vara de la

79
Traducido por: David Taype

ira de Dios contra su pueblo (10:5). No obstante, las naciones que no conocían
a Dios sirvieron a su gran propósito.
Cuando el ejército descendió sobre Judá, trajo oscuridad y penumbra a la
tierra. El día del juicio de Dios estaba cerca y nadie podía detenerlo.

Preguntas de estudio
1. Identifique y resuma al menos tres pasajes en Isaías 2:1–5:30 donde
el profeta denunció a los malos líderes. ¿Cómo impactaba
típicamente el mal liderazgo en la sociedad?
2. ¿Cómo se aplican las palabras de Isaías en 2:5–4:1 a la vida del siglo
XXI? Identifica los paralelos modernos.
3. ¿De qué manera el cántico de la viña de Isaías (5:1–7) es paralelo a
la parábola de Jesús del dueño de la viña (Mt 21:33–44)?

Términos clave
rama
ciudad de david
David
dia del señor
gentiles
milenio
paronomasia

80
Traducido por: David Taype

4. El llamado de Isaías al
ministerio profético
Isaías 6:1–13

Esquema
• ¿Describe Isaías 6 el llamado de Isaías al ministerio profético?
• La visión de Isaías (6:1–8)
¿Dónde ocurrió la visión de Isaías?
Isaías ve la gloria del Señor (6:1–4)
Isaías confiesa su pecado (6:5)
Isaías recibe la limpieza de Dios (6:6–7)
Isaías responde al llamado de Dios (6:8)
• El primer mensaje profético de Isaías (6:9–13)
La Comisión de Isaías (6:9)
La profecía misma
Isaías 6:9–10 en el Nuevo Testamento

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma los detalles básicos de la visión y el llamado de Isaías.


2. Analice el primer mensaje profético de Isaías (6:9–13) y su uso en el
Nuevo Testamento.

En 740 aC, el año en que murió el rey Uzías, el profeta Isaías experimentó un
encuentro impresionante con el Señor Dios. El Santo de Israel reveló su gloria,
e Isaías luchó para lidiar con las implicaciones. El esplendor y la majestad de
Dios estaban en marcado contraste con la impureza del profeta. La santidad
81
Traducido por: David Taype

de Dios reveló las profundidades de la iniquidad y el pecado de Isaías. ¿Cómo


podría estar ante un Dios así, y mucho menos servirle?
A lo largo de los siglos, la gente ha luchado con la pregunta de cómo un Dios
santo puede permitir que los pecadores entren en su presencia. Mucha gente
responde a la pregunta ya sea disminuyendo la santidad de Dios o
minimizando la pecaminosidad de la humanidad, pero la Biblia no lo hace. En
cambio, afirma que la santidad de Dios requiere que él juzgue el pecado
dondequiera que lo encuentre. Debe lidiar con el pecado, aun cuando ese
pecado esté en su propio pueblo. La respuesta que recibió Isaías cambió su
vida, así como cambia a todo aquel que se atreve a recibir el encargo de Dios.

¿Isaías 6 describe el llamado de Isaías al ministerio profético?


¿Relata Isaías 6 el “ llamado profético” de Isaías ? La mayoría de los
intérpretes creen que sí. [1] Argumentan que una experiencia tan poderosa
como la descrita por Isaías no podría haber ocurrido después de su llamado.
En segundo lugar, la naturaleza integral de la experiencia de Isaías, incluido el
temor y la confesión de pecado de Isaías, así como la limpieza de Dios de su
pecado, sugiere una experiencia inicial, no posterior. Tercero, la naturaleza
resumida general del mensaje que recibió Isaías sugiere a muchos que el
mensaje tipifica el enfoque de los mensajes posteriores de Isaías.
Otros eruditos han entendido Isaías 6 de manera diferente. Argumentan
que si Isaías 6 realmente describiera el llamado de Isaías, Isaías habría
colocado esto en el capítulo 1, justo al frente. En cuanto al argumento sobre la
profundidad de la respuesta de Isaías, sugieren que dado que Isaías todavía
era un pecador incluso después de su llamado inicial, no habría sido
sorprendente que respondiera como lo hizo cada vez que Dios se encontró con
él. Isaías 6:1–8, por lo tanto, representa más una comisión para una tarea que
un llamado general al ministerio profético. [2]
Mientras estudia Isaías 6, considere estos argumentos y decida por sí
mismo lo que piensa acerca de la visión y su relación con el llamado de Isaías.

La visión de Isaías (6:1–8)


Cinco de los dieciséis libros proféticos contienen relatos de visiones que
Dios dio a sus profetas. Isaías, Ezequiel, Daniel, Amós y Zacarías registraron
sus visiones como parte de los libros que llevan sus nombres. Abdías (1) y

82
Traducido por: David Taype

Nahum (1:1) también usaron el término “visión” para describir sus


encuentros con Dios, aunque sus libros no contienen visiones per se.
En cada visión profética, el Señor reveló algo acerca de sí mismo. A veces,
como aquí, revelaba algo sobre su carácter y majestuosidad. En otras
ocasiones, utilizó visiones para revelar una gran obra que iba a realizar (Dn
8,1–27; Zac 2,1–5). Aquellos que experimentaron estas visiones a menudo
participaron activamente en ellas, conversando con Dios u otro ser celestial
(Am 7:1–9; Zac 5:1–4).

¿Dónde ocurrió la visión de Isaías?


¿Tuvo Isaías su visión en el templo de Salomón? La palabra hebrea hekal
(6:1) puede significar "templo" o "palacio", y el contexto parecería indicar el
primer significado porque luego menciona el altar (6:6). De hecho, todas las

traducciones modernas traducen la palabra hekal en 6:1 como “templo”.

Una reconstrucción del templo de Salomón, el templo de la época de Isaías


(Cortesía de Tim Dowley Associates Ltd.)

83
Traducido por: David Taype

Por otro lado, los tronos típicamente no apareció en los templos sino en los
palacios. En la visión de Isaías, Yahweh el rey se sentó entronizado entre los
serafines que lo acompañaban. Si el escenario era el templo, ¿en qué parte del
templo estaba sentado? El lugar santísimo, o “santo de los santos”, parece
probable, pero entonces, ¿cómo lo habría visto Isaías? Solo el sumo sacerdote
se aventuraba detrás de la cortina, e incluso entonces, solo una vez al año (Lv
16:15-17). De hecho, el rey Uzías había vivido los últimos once años de su vida
aquejado de lepra porque entró al templo y trató de usurpar los deberes
sacerdotales (2 Cr 26:16–21). ¿Se habría aventurado Isaías en el templo con
una escena tan vívida tan fresca en su memoria?
Preguntas y problemas como estos han llevado a muchos intérpretes a
concluir que Isaías vio la sala del trono celestial de Dios, no el interior del
templo de Salomón. [3] Dios estaba rodeado por su corte celestial, y su
grandeza se manifestaba. Tal comprensión hace que la escena descrita por
Isaías —serafines volando alrededor del trono, la alabanza antifonal al Señor,
los umbrales temblando por sus voces y la casa llena de humo— sea aún más
inspiradora. Todo el cielo se estremeció ante el Rey celestial.
La visión de Isaías comprendía cuatro aspectos: Isaías vio la gloria del
Señor, Isaías confesó su impureza, Isaías recibió la limpieza de Dios e Isaías
respondió al llamado de Dios.

Isaías ve la gloria del Señor (6:1–4)


La visión de Isaías ocurrió en el año de la muerte del rey Uzías. Como tal, sin
duda proporcionó a Isaías y Judá una sensación de confianza en un momento
de incertidumbre. Independientemente de quién ocuparía el próximo trono de
Judá, Dios todavía se sentaba en el trono del cielo.
La declaración de Isaías: “Vi al Señor”, presenta el corazón de su visión.
Todo lo demás que siguió fue simplemente un comentario sobre esta
asombrosa verdad. La expresión “alto y sublime” puede referirse
gramaticalmente a Dios oa su trono, pero probablemente describe al Señor.
Más tarde, las mismas dos palabras hebreas describirían al siervo del Señor en
52:13.
La referencia de Isaías a la orla del manto del Señor resaltó aún más la
majestad del Señor. El tren llenó toda la habitación. Lo impresionante de la
cola apuntaba a la gran estatura de Aquel que la vestía.
La palabra “ seraph ” proviene de la palabra hebrea saraph , que significa
“quemar”. El término denota la apariencia brillante y ardiente de los seres
alados que asistían al Señor. Tal vez reflejaban el semblante deslumbrante de
Aquel a quien servían. Los cristianos están llamados a reflejar la imagen de

84
Traducido por: David Taype

Cristo hoy, aunque de manera diferente a como lo hicieron los serafines (2 Cor
3, 18).
La Biblia en ninguna otra parte menciona serafines de seis alas, aunque
otros escritores tuvieron visiones de seres celestiales deslumbrantes (Ez 1:4–
14; Dn 10:4–6; Apoc 4:6–11). Los serafines cubrieron sus rostros para evitar
contemplar toda la gloria de Dios. “Pies” puede ser un eufemismo para
genitales y referirse a la modestia de los serafines, aunque no todos los
eruditos están de acuerdo con esta interpretación. Cubrir todo el cuerpo era la
práctica general de la decencia en el antiguo Cercano Oriente, pero
especialmente en presencia de los monarcas, cubrir los pies e inclinar la
cabeza eran muestras de reverencia.
Los serafines unieron sus voces en declaración antifonal de la santidad de
Dios. El templo se estremeció con sus voces mientras clamaban: “Santo, santo,
santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.” La
triple repetición de la palabra “santo” enfatiza el grado superlativo en el que
Dios manifestó esta característica. Desplegó su gloria a lo largo de su creación;
los mejores de la tierra dieron testimonio de su grandeza. El libro de los
Salmos se hace eco regularmente del tema de la gloria de Dios que se revela
abundantemente en la creación (Sal 8:1; 19:1–6; 24:1–3).
El llamado de los serafines debe haber sido virtualmente ensordecedor
cuando resonó a través de la estructura. La designación común de Isaías del
Señor como el “Santo de Israel” ciertamente debe haber encontrado su origen
en la experiencia de la visión de Isaías. La presencia de humo se sumaba a la
inquietud de la visión de Isaías, pero también recordaba el humo del incienso
que llenaba el templo terrenal (Ex 30:34–38). Quizás el humo también fue
paralelo a la nube, que representa la presencia de Dios, que condujo a Israel a
través del desierto (Ex 40:36–38).

Isaías confiesa su pecado (6:5)


Isaías respondió a esta gran visión de la majestad de Dios como tantos otros
que experimentaron la presencia de Dios: con gran temor (Ex 3, 6; Ap 1, 17).
La expresión hebrea traducida "¡Ay de mí!" enfatiza el sentimiento de ruina
total de Isaías (ver recuadro 4.1).
La visión de la gloria de Dios tuvo así un doble resultado. Reveló las
profundidades de la majestad y el esplendor de Dios, pero también reveló las
profundidades de la inmundicia de Isaías. Sintió que no podía continuar.
Isaías confesó que él, hombre de labios inmundos, vivía entre un pueblo con
la misma falta (6:5). Los labios dan forma al habla, y el habla revela lo que hay
en el corazón y la mente de uno. El profeta se presentó como un pecador en

85
Traducido por: David Taype

medio de una nación pecadora; ni él ni el pueblo de Judá podían estar de pie


ante este Dios santo.
Isaías clamó: “¡Mis ojos han visto al Rey, el SEÑOR de los ejércitos!” (6:5
LBLA). Las personas que llegaban a la presencia del rey naturalmente se
vestían con las mejores ropas que tenían. Querrían causar la mejor impresión
posible. Pero Isaías sabía que no tenía nada con qué impresionar a su
Soberano celestial. El Rey de reyes lo conocía por lo que era, y también
conocía al pueblo de Judá por lo que eran. Su pecaminosidad contrastaba
marcadamente con su santidad, así como su condición humilde contrastaba
marcadamente con su majestad real.
El choque de la santidad de Dios con la impureza de Isaías lleva al lector a
un punto de fuerte tensión en la narración del llamado. ¿Cómo podría un Dios
santo establecer una relación con este futuro profeta? No podía hacerlo a
menos que tratara con el problema del pecado de Isaías. De hecho, es
precisamente este tema el que se encuentra en el corazón de la fe cristiana
hoy (Rom 3:21–26; véase el recuadro 4.2).

Isaías recibe la limpieza de Dios (6:6–7)


El mensajero del Señor, sin duda actuando bajo la dirección del Señor, tomó
acción inmediata frente a la desesperación de Isaías (6:6). Voló hacia Isaías
llevando un carbón que había tomado del altar. El templo terrenal tenía dos
altares: un altar para los holocaustos, que estaba fuera del templo en el atrio, y
un altar para el incienso, que estaba en el templo dentro del lugar santo. Si la
visión de Isaías ocurrió dentro del templo de Salomón, entonces
probablemente se trate del altar del incienso. Si la visión de Isaías ocurrió en
la sala del trono del cielo, como se ha sugerido, la naturaleza exacta del altar
no quedaría clara. Quizás el altar para las ofrendas quemadas estaba
destinado ya que era el lugar donde se quemaban los sacrificios.
En última instancia, un altar siempre fue un lugar de sacrificio, un lugar de
ofrenda. Dios usó una imagen que Isaías entendería para ministrarle y
satisfacer su necesidad espiritual.
El hebreo del versículo 7 comienza literalmente: “Y tocó mi boca”. ¿Tocó el
carbón real los labios de Isaías? ¿Tocó el serafín las tenazas o la mano que
sostenía las tenazas contra los labios de Isaías? El texto no se ocupa de tales
detalles, dejándonos sólo observar la solemnidad del momento. La forma
masculina hebrea zeh (esto) en el versículo 7 se refiere gramaticalmente a las
tenazas en lugar de al carbón (heb. ritspah , un sustantivo femenino), pero
probablemente no deberíamos darle demasiada importancia a esta distinción.

86
Traducido por: David Taype

El serafín luego describió el significado de su acto: “tu culpa es quitada y tu


pecado es expiado” (6:7). A través de un acto del mensajero de Dios, Dios
limpió a Isaías de su inmundicia. Note que el serafín no dijo nada sobre el
pecado de Judá sino que solo habló del de Isaías. El pueblo de Dios aún no se
había dado cuenta de su necesidad de limpieza divina. Solo con el final del
exilio babilónico Judá recibiría la restauración de Dios (40:2).

Barra lateral 4.1


Reacciones humanas a las teofanías en las Escrituras

El término “ teofanía ” describe una aparición de Dios a los seres humanos. En


tales apariciones, Dios o su mensajero típicamente toma forma humana
temporalmente para interactuar con la gente. Estos relatos enfatizan aún más
el deseo de Dios de alcanzar a las personas con conocimiento de él.
En cierto sentido, podríamos decir que la encarnación de Jesucristo fue la
última teofanía, aunque su encarnación fue una asunción permanente de la
humanidad. Los teólogos generalmente no usan el término para describir la
encarnación de Cristo.
La gente respondió a las teofanías de diferentes maneras. En muchos casos,
respondieron con miedo y asombro. A veces, temían a la muerte. Aún otros
sintieron su propio pecado en la presencia de un Dios santo. La siguiente tabla
relaciona cuántos respondieron.
Nombre Referencia Ocasión Respuesta

Agar Génesis 16:7– Le ordena a Agar Diálogos con ángel;


14 que regrese con expresa sorpresa de
Sara; promete su que ella vio a Dios y
gran posteridad. vivió.

Abrahán Génesis 18:1– Anunciar el Humildad,


33 nacimiento de hospitalidad; diálogo
Isaac; revelar el con Dios sobre
destino de Sodoma.
Sodoma.

Moisés Éxodo 3:1– Aparece a Moisés Teme, esconde su


87
Traducido por: David Taype

4:17 en la zarza rostro; trata de


ardiente; le convencer a Dios de
ordena sacar a que no es el hombre
Israel de Egipto. adecuado para el
trabajo.

Josué Josué 5:13–15 Anima a Joshua Se acerca con cautela;


mientras se se humilla después de
prepara para saber quién es; habla
luchar contra humildemente.
Jericó.

Gedeón Jueces 6:11– Alienta a Gedeón Responde con


24, 36–40 a luchar contra incredulidad; no puede
Madián. creer que Dios lo haya
elegido a él; teme a la
muerte después de ver
al ángel “cara a cara”;
pide a Dios que se
pruebe a sí mismo con
un vellón.

Los padres de Jueces 13:1–23 Anuncia el La mujer le dice a su


Sansón nacimiento de esposo Manoa;
Sansón y su Manoah ora, el ángel
próxima obra. aparece de nuevo;
Manoa teme a la
muerte después de ver
el poder del ángel,
pero su esposa lo
tranquiliza.

Isaías Isaías 6:1–8 La gloria de Dios Isaías confiesa su


mostrada en el inmundicia; se ofrece
templo. como voluntario para

88
Traducido por: David Taype

el servicio profético
después de que el
ángel lo limpia.

Nabucodonosor Daniel 3:24– Ve al ángel del Trata bien a Sadrac,


30 Señor Mesac y Abed-nego;
protegiendo a emite decreto de que
Sadrac, Mesac y nadie debe hablar
Abed-nego en un contra su Dios.
horno de fuego.

Daniel Daniel 8:15– Gabriel le Miedo y humildad;


27 informa a Daniel agotamiento y
el significado de enfermedad después
la visión que de la visión.
Daniel acaba de
ver.

Daniel Daniel 9:20– Gabriel le Respuesta no dada.


27 informa a Daniel
de setenta
períodos de siete
que Dios ha
decretado.

Daniel Daniel 10–12 El ser celestial le Los amigos de Daniel


informa a Daniel temen y corren; Daniel
de eventos pierde fuerzas, cae al
futuros antes e suelo como dormido;
incluyendo el fin fortalecido por el
de los tiempos. mensajero para estar
de pie, lo hace; Daniel
pregunta más al final
de la visión y se le dice
que la visión

89
Traducido por: David Taype

pertenecerá a una
generación futura.

Zacarías Zacarías 1–6 La obra de Dios Zacarías registra lo


(profeta) para el futuro de que ve y las
su pueblo conversaciones que
descrita en ocho tiene (sin indicación
visiones del estado emocional).
nocturnas.

Zacarías (padre Lucas 1:8–23 Gabriel aparece Miedo inicial, seguido


de Juan el para anunciar el de incredulidad (pide
Bautista) inminente una señal para saber la
nacimiento de un verdad del mensaje).
hijo (Juan el
Bautista) a
Zacarías y su
esposa, Isabel.

María Lucas 1:26–38 Gabriel aparece Miedo inicial; pregunta


para anunciar cómo hará Dios esta
que María dará a obra en ella; responde
luz al Mesías. con fe y entrega.

John Apocalipsis Cristo glorificado Cae como muerto.


1:9–20 aparece para
anunciar su
mensaje a las
siete iglesias de
Asia Menor.

John Apocalipsis Proporcione a Registra relatos de


4:1–22:17 Juan una mayor conversaciones, pero
(intermitente) comprensión del ningún indicio de
plan de Dios para estado emocional; al
90
Traducido por: David Taype

las edades (puede final (22:8–9), trata de


ser más parte de adorar al ángel pero es
una visión más reprendido.
amplia que las
teofanías
propiamente
dichas).

Barra lateral 4.2


La santidad de Dios y la pecaminosidad de la humanidad se
encuentran en el evangelio

El libro de Levítico llama al pueblo de Dios a la santidad. Un versículo clave es


Levítico 19:2—“Sed santos, porque santo soy yo, el Señor vuestro Dios”
(LBLA). Ser santo es estar totalmente separado del pecado. Así Dios es santo,
pero nosotros, como pueblo pecador, no lo somos.
El libro de 1 Juan enseña que Dios es amor (1 Jn 4,8). El amor de Dios por
nosotros es tan infinito como su santidad. Estas verdades presentan una
tensión en el ser de Dios: ¿Cómo puede un Dios santo permitir que los
pecadores entren en su presencia? Parecería que el amor de Dios lo
impulsaría a aceptarnos, mientras que su santidad lo impulsaría a
rechazarnos.
En Romanos 3:21–26, el apóstol Pablo proclama audazmente la solución: el
sacrificio de Cristo pagó el precio del pecado. El escribio:

Pero ahora se ha dado a conocer una justicia de Dios, aparte de la ley, de la


cual dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios viene a
través de la fe en Jesucristo a todos los que creen. No hay diferencia, por
cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y son
justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que fue en
Cristo Jesús. Dios lo presentó como un sacrificio de expiación, a través de
la fe en su sangre. Hizo esto para demostrar su justicia, porque en su
paciencia había dejado impunes los pecados cometidos con

91
Traducido por: David Taype

anterioridad—lo hizo para demostrar su justicia en el tiempo presente,


para ser justo y el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

El carácter santo de Dios se satisface con el sacrificio expiatorio de su Hijo;


Pablo dice que el terrible precio del pecado fue pagado en su totalidad por la
muerte de Cristo. Dios extiende así su amor infinito a la humanidad al enviar a
su Hijo para asegurar la salvación de todos los que depositan su fe en él.

Isaías responde al llamado de Dios (6:8)


Isaías saltó ante el sonido del llamado de Dios. Cuando Dios llamó a su corte,
“¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros? un Isaías limpio estaba listo
para responder. Había confesado su pecado y experimentado la limpieza de
Dios. Ahora podía servir al Señor. Tenga en cuenta que Isaías respondió a la
solicitud de Dios incluso antes de que Isaías supiera qué tarea Dios le daría.
La Biblia siempre pone la confesión y la limpieza antes que la adoración y el
servicio. Asimismo, debemos llegar a comprender nuestro profundo fracaso y
necesidad espiritual, y experimentar la gracia de la limpieza de Dios antes de
que podamos servirle con eficacia.
La ansiosa respuesta de Isaías preparó el escenario para su primer mensaje
profético. ¿Qué le daría Dios para decirle a Judá?

El primer mensaje profético de Isaías (6:9–13)

La Comisión de Isaías (6:9)


El profeta, indudablemente emocionado, recibió ahora su sencilla comisión
del cielo: “Ve y dile a este pueblo. . . .” El Señor luego puso ante Isaías un
mensaje simple de cinco versículos. Hasta cierto punto, esta profecía inicial
presentó el impulso básico general del mensaje de Isaías a Judá.

La profecía misma
La mayoría de los profetas del Antiguo Testamento se centraron
principalmente en su propia generación, aunque sus mensajes también eran
aplicables a las generaciones futuras. El primer mensaje de Isaías a Judá fue
mayormente negativo y se centró en la situación desesperada de la nación.
Las palabras iniciales de Isaías (6:9) deben haber sonado paradójicas o
incluso contradictorias a sus oyentes. ¿Por qué Dios les ordenaría seguir
buscando, pero nunca entender? ¿Por qué les pediría que siguieran viendo,
92
Traducido por: David Taype

pero nunca llegaran a saber? El profeta instruyó a su pueblo a continuar


escuchando atentamente la verdad de Dios, pero les aseguró que no llegaría a
sus corazones. ¿Fue esto una especie de "psicología inversa" destinada a
incitarlos al arrepentimiento?
Entonces, Dios le ordenó a Isaías que se asegurara de que Judá no
entendiera (6:10). El profeta había de endurecer el corazón de la nación,
endurecer sus oídos y manchar sus ojos. Como tal, la nación no sería receptiva
al mensaje de Dios. ¿Qué tipo de palabras eran esas? ¿El mensaje del profeta
realmente endurecería los corazones de las personas en lugar de abrirlos?
La instrucción del Señor contenía la idea de que el pueblo de Judá no estaba
listo para responder plenamente al mensaje de Dios. Cualquier
arrepentimiento en este punto resultaría superficial en el mejor de los casos y
daría la impresión de que el Señor solo requería una lealtad a medias. Aún no
estaba listo para sanarlos y restaurarlos, porque tenían profundas lecciones
espirituales que aprender. Una vez que aprendieran estas lecciones,
encontrarían sus brazos abiertos para ellos.
Isaías le preguntó al Señor hasta cuándo continuaría la situación de ceguera
espiritual (6:11). El Señor respondió que solo un tiempo de completa
devastación despertaría a la nación. Las ciudades y la tierra quedarían
desoladas; las casas quedarían deshabitadas. Los sobrevivientes
experimentarían el exilio (6:12), y las señales del juicio de Dios aparecerían a
cada paso.
No obstante, el mensaje inicial de Isaías contenía un núcleo de esperanza
(6:13). Quedaría una porción sagrada de Judá, y de ella Dios reconstruiría a su
pueblo. Las circunstancias terribles vendrían primero, pero después la
restauración de Dios.

Isaías 6:9–10 en el Nuevo Testamento


Los cuatro Evangelios (Mt 13:14–15; Mc 4:12; Lc 8:10; Jn 12:40) citan
Isaías 6:9–10 o una parte de él. Hechos 28:26–27 también cita los versículos.
Los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) usan los versículos de
manera similar y los aplican al mismo contexto histórico, mientras que en
Juan y Hechos los versículos abordan una situación diferente. Las citas en
Mateo y Hechos coinciden exactamente con la Septuaginta (ver recuadro 4.3).
Mateo 13:14–15 brinda el relato más claro y completo de los eventos que
rodearon la cita de Isaías 6:9–10 por parte de Jesús. Después de que Jesús
relató la parábola del sembrador a las multitudes a lo largo del Mar de Galilea,
sus discípulos le preguntaron en privado por qué les hablaba a las multitudes
en parábolas. Jesús explicó que los discípulos habían tenido el privilegio de

93
Traducido por: David Taype

conocer los misterios del reino, pero las multitudes no. En consecuencia, Jesús
les habló en parábolas.
El versículo 12 parece particularmente instructivo sobre el significado de
Jesús. Jesús prologó su cita de Isaías 6:9–10 diciendo: “Porque al que tiene,
más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene
le será quitado” (Mt 13:12 LBLA).
Jesús parece indicar que los discípulos disfrutaron de un privilegio especial
en virtud del llamado de Jesús en sus vidas que la población en general no
tuvo. Los discípulos podrían escuchar las palabras de Jesús explicadas una y
otra vez, mientras que otros no. Las parábolas de Jesús desafiaron a sus
oyentes a escuchar con atención, y aquellos con “oídos para oír”, es decir,
aquellos que buscaban genuinamente la verdad, la encontrarían y recibirían
más. Los otros cumplen las palabras de Isaías a través de su incredulidad o
desinterés.

Barra lateral 4.3


Isaías 6:9–10 en el Nuevo Testamento

Referencia Naturaleza de Contexto Solicitud


la cita histórico

Mateo Cita vv. 9–10 Siguiendo la El texto de Isaías se


13:14–15 (el textualmente; parábola del cumple en la
texto más sigue la sembrador; los incredulidad de la
claro y Septuaginta; discípulos multitud; a los
completo de coincide con preguntan por discípulos les ha sido
los Hechos 28 qué Jesús habla a dado conocer los
Sinópticos) exactamente. las multitudes en misterios del reino, a
parábolas. otros no. Por eso Jesús
habla en parábolas. El
versículo 12 parece
clave aquí: “al que
tiene, se le dará más”.

Marcos 4:12 Alusión general, Siguiendo la Jesús alude a las


no una cita parábola del palabras de Isaías pero
directa. sembrador; los no cita específicamente
94
Traducido por: David Taype

discípulos están el cumplimiento


preguntando profético. Dice que a
acerca de las los discípulos les ha
parábolas. sido dado conocer los
misterios del reino, y
“los de afuera”
escuchan parábolas.

Lucas 8:10 Alusión general, Siguiendo la Jesús alude a las


no una cita parábola del palabras de Isaías,
directa. sembrador; los pero no cita
discípulos específicamente el
preguntan sobre cumplimiento
la interpretación profético. Dice que a
de la parábola. los discípulos les ha
sido dado conocer los
misterios del reino, y
“los demás” escuchan
parábolas.

Juan 12:40 Solo el versículo Después de la Las palabras de Isaías


10, pero en entrada del se cumplieron en la
tercera persona Domingo de incredulidad de la
(sostenible al Ramos; Jesús población en general.
volver a señalar había realizado Juan añade (v. 41) que
el texto hebreo; muchas señales, Isaías dijo estas cosas
solo corazón y pero la población porque vio la gloria de
ojos, nada sobre en general no Jesús.
los oídos). creía en él.

Hechos Cita vv. 9–10 Pablo ha llegado a Pablo dice que su


28:26–27 textualmente; Roma, y una incredulidad es el
sigue la audiencia se ha cumplimiento de las
Septuaginta; reunido a una palabras de Isaías. Por
coincide hora señalada lo tanto, está llevando
exactamente con para escuchar su el mensaje a los

95
Traducido por: David Taype

Mateo 13. mensaje; muchos gentiles.


se niegan a creer.

Marcos 4:12 y Lucas 8:10 describen el mismo contexto histórico que Mateo
13:14–15 y son similares en el uso de las palabras de Isaías. Ambos dan sólo
un resumen general de las palabras de Jesús, así como una alusión general a
las palabras de Isaías. Sin embargo, el significado básico sigue siendo el
mismo: los discípulos tienen el privilegio de conocer los misterios del reino,
pero el resto escucha parábolas.
Juan 12:40 aplica las palabras de Isaías al ministerio de Jesús durante la
última semana de su ministerio terrenal. La entrada triunfal de Jesús ya había
ocurrido (12:12–19), y Jesús había anunciado su muerte (12:31–33). Juan
explica a sus lectores que aunque Jesús había realizado muchos milagros,
muchas personas no creían en él.
Juan cita dos textos de Isaías: 53:1 y 6:10. El uso de 53:1 parece coincidir
estrechamente con el significado previsto de Isaías, a saber, que la pregunta
funciona retóricamente, para resaltar el sorprendente rechazo general del
Siervo y su mensaje (53:2-3).
Cuando Juan citó Isaías 6:10, dio una interpretación diferente. En la
traducción de Juan, el Señor juega un papel más activo al cegar los ojos y
endurecer el corazón de aquellos que se niegan a creer. Curiosamente, la
traducción también puede ser respaldada por el texto hebreo si se alteran las
vocales, que no formaban parte de los manuscritos hebreos originales. Juan
sugiere que las palabras de Isaías se cumplieron en la incredulidad de la
población en general. Juan añade (Jn 12,41) que Isaías dijo estas cosas porque
vio la gloria venidera de Jesús.
Hechos 28:26–27 cita Isaías 6:9–10 textualmente. El texto sigue
cuidadosamente la Septuaginta y, por lo tanto, también coincide exactamente
con Mateo 13. Pablo había llegado a Roma y había entablado un diálogo con
algunos de los líderes judíos locales, quienes pidieron saber más sobre sus
ideas (Hechos 28:17–22). Fijaron un tiempo para discutir más sus ideas, y se
reunió un gran número (Hechos 28:23).
La presentación de Paul parece haber recibido solo una modesta respuesta
positiva, mientras que el resto de su audiencia se negó a creer. Pablo sostuvo
que así como sus antepasados habían cumplido las palabras de Isaías con su
incredulidad, sus oyentes incrédulos estaban cumpliendo las palabras de

96
Traducido por: David Taype

Isaías con su incredulidad. En consecuencia, Pablo afirmó, el evangelio ahora


iría a los gentiles (Hechos 28:28).
Las palabras de Pablo son particularmente instructivas porque sugieren un
cumplimiento múltiple de las palabras de Isaías. En los días de Isaías, muchos
rechazaron sus enseñanzas y sus palabras se cumplieron. Las palabras de
Isaías se cumplieron nuevamente alrededor del año 61 dC, cuando los líderes
judíos rechazaron el mensaje de Pablo. Y por supuesto, las palabras de Jesús
en los Evangelios sugieren que quienes lo escucharon también cumplieron las
palabras de Isaías.
El testimonio combinado del uso del Nuevo Testamento de Isaías 6:9-10,
entonces, sugiere dos verdades importantes. Primero, las parábolas de Jesús
tenían un doble propósito. Los que tuvieron “oídos para oír” y aplicaron su
enseñanza recibieron más luz. Los que rechazaron su mensaje no sacaron
provecho de lo poco que tenían.
Segundo, en cada generación a lo largo de los siglos, existen personas que
escuchan la verdad de Dios y la rechazan. Cuando lo hacen, cumplen
nuevamente las palabras de Isaías. Pero otros lo escuchan, lo aceptan y así
reciben más.

Preguntas de estudio
1. ¿Crees que Isaías 6:1–8 describe el llamado de Isaías al ministerio
profético? Da razones para apoyar tu respuesta.
2. Compare y contraste el uso de Isaías 6:9–10 en los evangelios
sinópticos, Juan y Hechos.

Términos clave
llamar
evangelios
serafín
Evangelios sinópticos
teofanía

97
Traducido por: David Taype

5. Las Señales de Emmanuel y


Maher-Shalal-Hash-Baz
Isaías 7:1–8:22

Esquema
• La Señal de Emanuel (7:1–16)
El marco histórico (7:1–9)
La señal ofrecida, rechazada y dada (7:10–16)
• Interpretaciones
El significado de ' almah
Conclusión: Isaías 7:14 y el Nuevo Testamento
• La inminente invasión asiria (7:17–8:22)
La destrucción de la tierra (7:17–25)
El nacimiento de Maher-Shalal-Hash-Baz (8:1–4)
El juicio del pueblo (8:5–22)

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma las personas y los eventos clave relacionados con la guerra


siro-efraimita, incluida la profecía de Emanuel de Isaías.
2. Discuta las diversas interpretaciones de Isaías 7:14 en relación con
el Nuevo Testamento.

98
Traducido por: David Taype

El contexto político de la guerra siro-efraimita

99
Traducido por: David Taype

La Señal de Emmanuel (7:1–16)


El pasaje de Emanuel se erige como uno de los pasajes más famosos del
libro de Isaías. Cualquiera que esté familiarizado con el relato del nacimiento
de Jesús del escritor de los Evangelios, Mateo, conoce la referencia de Mateo a
la profecía de Isaías. Mateo declaró que la predicción de Isaías de la venida de
un individuo llamado Emmanuel encontró su cumplimiento final en Jesús de
Nazaret.
Muchos reconocerían que la profecía de Emanuel proviene de Isaías, y
probablemente muchos también sabrían que el nombre significa “Dios está
con nosotros”. Sin embargo, la mayoría de la gente no conocería el contexto
histórico del que proceden las palabras de Isaías. Como veremos, las palabras
de Isaías reflejan un tiempo cuando el pueblo de Judá necesitaba
desesperadamente entender que Dios estaba con ellos.

El marco histórico (7:1–9)


El escenario histórico del pasaje de Emmanuel refleja un tiempo de crisis
nacional para Judá. Israel y Siria marcharon hacia el sur y amenazaron las
fronteras de Judá. ¿Qué haría el rey Acaz de Judá? Este conflicto inminente se
conoce como la guerra siro-efraimita .
La guerra siro-efraimita ocurrió en 735–734 a. [1] Las figuras clave
incluyeron a Tiglat-Pileser III , rey de Asiria; Rezín, rey de Siria; Peka, rey de
Israel; y Acaz, rey de Judá. 2 Reyes 16 y 2 Crónicas 28 presentan un panorama
más amplio al que solo alude Isaías 7 (ver recuadro 5.1).
En 745 aC, Tiglat-Pileser III ascendió al trono de Asiria. Reprimió las
revueltas que acompañaban cualquier cambio en el poder y comenzó a
restablecer Asiria como la fuerza dominante en el mundo antiguo. [2] El
imperio asirio también floreció durante los reinados de los reyes sucesivos
Salmanasar V (726–722 a. C.), Sargón II (721–705 a. C.), [3] Senaquerib (704–
681 a. C.; cf. Is 36–37), y Esarhadón (680–668 a. C.; cf. Esd 4:2), después de
cuyo reinado Asiria comenzó un período de declive del que no se recuperaría.
En Siria-Palestina, naciones más pequeñas como Siria e Israel observaron a
Asiria con nerviosismo. ¿Qué pasaría si Asiria avanzara hacia el oeste y los
incorporara a su imperio? La perspectiva de la pérdida de la independencia
provocó dos perpetuos enemigos—Israel y Siria—para unir fuerzas contra su
amenaza oriental. Los reyes Pekah y Rezin formaron una alianza con la
esperanza de repeler la expansión asiria.
Sin embargo, la alianza Siria-Israel tenía un defecto potencial. Judá estaba al
sur, bajo el control del rey Acaz. Si Acaz se unía a ellos, todo estaría bien. Pero

100
Traducido por: David Taype

si Acaz se unía a Asiria, Siria e Israel se encontrarían atrapados entre fuerzas


hostiles. No podían arriesgarse a que Acaz se pusiera del lado de Asiria, por lo
que avanzaron hacia Judá para “persuadir” a Acaz de unirse a su coalición.
Isaías 7:1 presenta al lector con el “titular”: Israel y Siria vinieron contra
Jerusalén, pero no prevalecieron. ¿Por que no? Para la respuesta, el lector
debe continuar.

Barra lateral 5.1


La guerra siro-efraimita: un resumen

Fecha 735–734 a. C.

Figuras Tiglat-Pileser
claves III, rey de
Asiria
Rezín, rey de
Siria

Peka, rey de
Israel

Acaz, rey de
Judá

Isaías, profeta
de Dios en
Judá

Tema Rise of Assyria obliga a los reinos más pequeños a


decidir entre unir fuerzas y luchar contra Asiria o
convertirse en estados vasallos; Israel y Siria
deciden unir fuerzas y luchar; Judá duda en unirse
a la coalición, por lo que Israel y Siria se mueven
para atacar a Judá.

101
Traducido por: David Taype

El papel de Alienta a Acaz a confiar en el Señor en lugar de


Isaías unirse a la coalición o unirse a Asiria.

La decisión Apela a Tiglat-Pileser III y se convierte en su


de Acaz vasallo.

Resultados Tiglat-Pileser III avanza hacia el oeste, conquista


Damasco (732 a. C.), mata a Rezín; anexa Israel;
Hoshea conspira contra Pekah y lo mata; Oseas se
convierte en vasallo de Asiria.

Isaías 7:2 relata la temerosa reacción de la corte real ante la noticia: “Siria
ha acampado en Efraín”. Judá tenía buenas razones para temer. Justo debajo
de Efraín se encontraba el territorio tribal de Benjamín, y si Israel y Siria
tomaban la meseta central de Benjamín, Judá perdería un importante acceso a
la carretera costera internacional hacia el oeste. Además, los enemigos de los
judíos estarían prácticamente a las puertas de Judá, a solo unas pocas millas
de Jerusalén.
En este contexto, entonces, Isaías fue por indicación de Dios al encuentro de
Acaz (7:3). Isaías llevó consigo a su hijo Shear-Jashub, cuyo nombre significa
“un remanente volverá”. La instrucción de Dios de traer al niño indica que el
Señor tenía la intención de traer a Acaz un mensaje optimista. Aunque el texto
da información específica sobre el lugar de la reunión—“en el acueducto del
Estanque Superior, en el camino al Campo del Lavadero”—los arqueólogos no
han identificado el lugar específico al que se refiere Isaías. [4] Una generación
más tarde, cuando Ezequías también enfrentó una amenaza asiria, su
delegación y la delegación asiria se reunirían en el mismo lugar (36:2).
El mensaje del profeta a Acaz fue claro y directo. Rezin y Pekah eran como
dos tizones que ardían sin llama, que no producían mucho calor y pronto se
apagarían. Dios había establecido sus lugares de soberanía; Rezin gobernó
Siria y Pekah gobernó Israel. No recibirían más.
El desafío de Isaías a Acaz y la casa real (7:9; las formas de los verbos
hebreos son la segunda persona del plural) contiene un juego de palabras
102
Traducido por: David Taype

significativo. La palabra hebrea 'aman , de la que se deriva la palabra "amén",


aparece dos veces en dos formas hebreas diferentes. Su significado básico es
“por confirmar”. Literalmente, Isaías le dijo a Acaz que si la casa real no creía
(es decir, no hacía que se confirmara en sus corazones) el mensaje que traía
Isaías, entonces la casa real no permanecería establecida (o confirmada) sobre
Judá.
¿Qué razón tendría Acaz para creerle a Isaías? Él podría haber creído
simplemente porque Isaías era un profeta, pero también tenía una razón aún
mayor: su propia herencia. Acaz, como todos los reyes de Judá, era
descendiente del rey David.

Barra lateral 5.2


Vivir por fe en circunstancias difíciles

La lucha de Acaz entre defender las palabras de Isaías y apelar a Asiria ilustra
uno de las áreas de tensión más significativas de la vida: las promesas de Dios
frente a las circunstancias terrenales. Al final, a Acaz le faltó la fe para confiar
en la promesa de Dios y, en cambio, apeló a Asiria para que lo rescatara.
Irónicamente, la Biblia registra cómo el predecesor de Acaz, Josafat, tuvo tanta
fe (2 Crónicas 20:1–30), al igual que Ezequías, el hijo de Acaz (2 Reyes 19:14–
19), cuando las fuerzas enemigas amenazaron.
A lo largo de los siglos, Dios ha llamado a la gente a creer en su promesa por
encima de las circunstancias terrenales. Considere estos otros ejemplos del
registro bíblico:
Referencia Situación la promesa de Circunstancia terrenal
Dios

Génesis 12, Abraham y Sara Dios hará de Abraham y Sara ya tienen


15, 17, 18 esperan un Abraham una setenta y cinco y sesenta y
descendiente. gran nación y cinco años,
le dará un hijo respectivamente, cuando
de Sara. Dios hace la promesa por
primera vez, luego deben
esperar veinticuatro años
más antes de que Sara
conciba.

103
Traducido por: David Taype

Números Israel se prepara Dios ha Las ciudades están bien


13–14 para entrar en la prometido la fortificadas, y los
tierra prometida. tierra a Israel y habitantes de la tierra son
se la dará. más grandes y más fuertes
que los israelitas.

Lucas 1 Dios envía al La esposa de Zechariah y Elizabeth no


ángel Gabriel a Zacarías, tienen hijos y ya pasaron
Zacarías en Isabel, la edad normal de tener
Jerusalén. concebirá en hijos.
su vejez y dará
a luz un hijo
(Juan el
Bautista).

Juan 20 Los discípulos de Jesús les dijo a Los muertos siguen


Jesús le están sus discípulos muertos, y Tomás sabe
diciendo a Tomás que sería que Jesús había muerto.
que han visto a crucificado
Jesús vivo de pero que
entre los muertos. resucitaría al
tercer día.

Abraham tuvo que esperar veinticinco años antes de que Dios cumpliera su
palabra para él. Sin embargo, a pesar de que a veces le costaba creer (Gn 17,
17-18), Abraham optó por confiar en la promesa de Dios (Rom 4, 18-21).
Moisés envió doce espías a Canaán (Nm 13:1–20). Todos ellos vieron el
mismo terreno accidentado, las mismas ciudades fortificadas, los mismos
pueblos gigantes. Josué y Caleb, sin embargo, confiaron en la promesa de Dios
y animaron a Israel a hacer lo mismo (Nm 14:6–9), pero sus súplicas cayeron
en oídos incrédulos. Dios envió a Israel a vagar por el desierto cuarenta años
hasta que muriera la generación incrédula (Nm 14:22–23, 33–34).
Cuando Gabriel le anunció al sacerdote Zacarías que Isabel, la esposa de
Zacarías, concebiría un hijo que sería el precursor del Mesías, Zacarías luchó
por creer y pidió una señal para estar seguro de que sucedería (Lc 1, 18).
Recibió una señal, pero la señal dio testimonio de la falta de fe de Zacarías.

104
Traducido por: David Taype

Tomás luchó por creer a sus condiscípulos cuando le aseguraron que habían
visto a Jesús vivo de entre los muertos. Después de todo, por mucho que
quisiera creer, Thomas sabía que los muertos permanecen muertos. Sin
embargo, Thomas no se negó a creer; más bien, determinó lo que necesitaría
como prueba de la resurrección de Jesús (Jn 20:25). Cuando Tomás vio a Jesús
y se convenció de que efectivamente era Jesús, no persistió en la incredulidad
sino que respondió en la fe (Jn 20,28).
Hoy en día, los cristianos a veces se preocupan por las cosas básicas de la
vida cuando Jesús ha prometido que tendrán estas cosas si buscan primero el
reino y la justicia de Dios (Mt 6:33). Piensan que Dios los ha olvidado cuando
ha prometido no dejarlos nunca (Heb 13:5). O pueden asumir que no tienen
un lugar útil en el servicio de Dios cuando Dios les ha asegurado que tienen
dones espirituales para ser usados para su gloria (1 Corintios 12:4–11). En
cada una de estas situaciones y en otras, Dios llama a sus hijos a confiar en sus
promesas por encima de sus circunstancias terrenales.

Segundo Samuel 7 registra la increíble promesa que Dios le había hecho a


David: “Cuando . . . te acuestas con tus padres, yo levantaré tu descendencia
después de ti. . . . El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré el trono de su
reino para siempre. . . . Cuando cometa iniquidad, lo corregiré. . . pero mi
misericordia no se apartará de él, . . . tu trono será firme para siempre” (2 Sm
7:12–16 LBLA).
La promesa de la protección continua y el cuidado soberano de Dios sobre
los descendientes de David afectó poderosamente la vida de David. Incluso
cuando David yacía moribundo, le recordó a Salomón que si Salomón y sus
descendientes eran fieles, nunca les faltaría un hombre en el trono de Israel (1
Reyes 2:3–4).
Acaz era descendiente de David y, como tal, heredero de esta promesa.
Isaías podría haber parafraseado su mensaje así: “Acaz, tus circunstancias
pueden parecer malas en este momento, pero hace 250 años, Dios abordó
problemas futuros como este en su promesa a tu antepasado David. Vuelve y
léelo, y verás. Si eliges tener valor y tomar por fe lo que Dios ya ha dicho en
lugar de preocuparte por lo que tus circunstancias sugieran que podría estar
sucediendo, Dios te preservará en tu trono” (ver recuadro 5.2).

La señal ofrecida, rechazada y dada (7:10–16)


Las palabras “habló otra vez” (7:10 NASB) sugieren un posible cambio de
lugar. Basado en la referencia de Isaías a la casa de David (7:13), la audiencia

105
Traducido por: David Taype

del profeta puede haber sido la de la corte real. Isaías ahora amplió su desafío
original a Acaz (7:9).
La señal ofrecida y rechazada (7:10–13)
El Señor a veces proporcionó a su pueblo señales y prodigios para
demostrar su poder y la verdad de lo que dijo (Ex 3, 1–4; 4, 1–9; Lc 1, 18–20;
2, 12). En 2 Reyes 20:8–10, Isaías le ofreció a Ezequías la oportunidad de
elegir una de dos opciones. Sin embargo, Isaías 7:10 registra el único lugar en
la Biblia donde un profeta le ofreció a un ser humano la oportunidad de
nombrar la señal. Dios en su gracia se acercó de una manera especial a un rey
de Judá que luchaba por creer que Judá experimentaría la liberación de Dios.
Sin embargo, Acaz se negó a nombrar una señal, tratando de esconderse
detrás de una falsa piedad (7:12). Por supuesto, no habría estado poniendo a
prueba al Señor de manera inapropiada, porque el Señor le había dado
autoridad para nombrar la señal. Acaz probablemente ya había decidido que
pediría ayuda a Asiria contra la coalición sirio-israelita (2 Reyes 16:7). No
quería arriesgar su reino por un Dios que no podía ver. En cambio, decidió
poner su confianza en una alianza con Asiria, una elección que finalmente
significaría la perdición del reino del norte.
Isaías desafió a toda la casa de David presente ese día (7:13). Note
particularmente el cambio en sus palabras de “su Dios” (7:11) a “mi Dios”
(7:13). El profeta estaba sugiriendo que por su incredulidad, la casa de David
se había mostrado inapropiada para una relación con el Dios viviente.
La señal del Señor: el nacimiento de Emanuel (7:14–16)
Isaías anunció que Dios seguía decidido a hacer creer al obstinado liderazgo
de Judá. Por lo tanto, él mismo les daría una señal ya sea que Acaz escogiera
una o no.
Una de las dificultades es que Isaías 7:14 puede traducirse de manera
diferente dependiendo de cómo se lea el hebreo. La primera pregunta es cómo
entendemos la palabra hebrea ' almah ' . ¿Significa “virgen” o “mujer joven”?
Segundo, ¿Cómo debemos traducir la palabra hebrea harah ? ¿Significa
“concebirá” o “está embarazada”? Tercero, ¿cómo debemos entender la
palabra hebrea yoledet ? ¿Significa "va a dar a luz" o "está a punto de dar a
luz"?
Los eruditos han estudiado estas versiones alternativas de las tres palabras
y han sugerido tres posibles traducciones: (1) “La virgen concebirá y dará a
luz un hijo” (muchas traducciones modernas); [5] (2) “La joven concebirá y
dará a luz un hijo” (algunas traducciones modernas); [6] y (3) “La joven está
embarazada y está a punto de dar a luz un hijo”. [7] Por supuesto, son posibles

106
Traducido por: David Taype

otras representaciones, dada la posible combinación de significados, pero


estas tres reflejan los puntos de vista principales. Consideraremos cada
posibilidad en la siguiente sección.
Un aspecto muy claro del pasaje se refiere al nombre del niño, Emanuel.
Immanu significa "con nosotros" y El significa "Dios", por lo que Immanuel
significa "Dios está con nosotros". ¿Habría parecido la situación como si Dios
estuviera con Judá? De nada; los sirios acamparon en Efraín. No obstante,
afirmó Isaías, Dios estaba con su pueblo. El nacimiento de Emanuel de alguna
manera serviría como una señal de la liberación de Judá.
Mateo 1:22 dice cuando Jesús nació, “Todo esto sucedió para que se
cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: 'La virgen [Gr.
parthenos ] concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel'”. ¿Cómo
debería afectar el Nuevo Testamento nuestra interpretación del Antiguo
Testamento? Dicho de otra manera, ¿cómo debería la comprensión de Mateo
de Isaías 7:14 influir en nuestra interpretación de lo que Isaías pretendía
originalmente?
El registro del Nuevo Testamento es bastante claro, tanto en Mateo 1 como
en Lucas 1, con respecto a la naturaleza del nacimiento de Jesús. María era
virgen en el momento en que concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo y
permaneció así hasta el nacimiento de Jesús. Para algunos intérpretes, esto
resuelve el problema. Concluyen que Isaías solo quiso hablar del nacimiento
virginal de Jesús el Mesías. Otros, sin embargo, ven el tema de manera
diferente.
La palabra griega pleroo se traduce comúnmente como “cumplir” en el
Nuevo Testamento. En algunos casos (p. ej., Mt 12:17–21 e Is 42:1–4), el verbo
indica el cumplimiento directo de una predicción que hizo Isaías. En otros
casos, sugiere más bien una especie de “cumplimiento”, es decir, un “llenado
completo” o cumplimiento secundario en algún sentido de una profecía del
Antiguo Testamento (por ejemplo, Mt 2:15 y Os 11:1). Por lo tanto,
comprender la gama completa de significados de pleroo es importante para
nuestra comprensión de las palabras de Isaías (ver recuadro 5.3).
Tales palabras y sus significados forman el corazón del tema en Isaías 7. No
hay duda en Mateo 1 y Lucas 1 de que María era virgen cuando el ángel
Gabriel vino a ella. Tampoco hay duda de que María permaneció virgen hasta
el momento del nacimiento de Jesús. Así que nuestra comprensión del
significado original de Isaías 7 no necesariamente afecta lo que creemos
acerca de la manera en que Jesús fue concebido y nació o su naturaleza sin
pecado.

107
Traducido por: David Taype

La pregunta, más bien, se refiere a Isaías 7. ¿Es solo una predicción, que
encuentra su cumplimiento setecientos años después cuando María concibe a
Jesús? ¿O las palabras de Isaías tienen un significado similar pero diferente en
su contexto original, un significado que luego se lleva a su cumplimiento final
(o “cumplimiento”) en la concepción y el nacimiento de Jesús? Y si es así, ¿qué
significaban en los días de Isaías cuando él las habló y Acaz y otros de la casa
de David las oyeron?

Interpretaciones
Esta sección examinará las interpretaciones básicas que los evangélicos han
dado a estas preguntas y permitirá a los estudiantes luchar con la evidencia y
sacar sus propias conclusiones. Una cuestión clave es el significado de la
palabra ' almah ' .

Barra lateral 5.3


Profecías “llenas, llenas”: el uso del Antiguo Testamento por parte de
los escritores del Nuevo Testamento

Los escritores del Nuevo Testamento vieron todo el Antiguo Testamento


apuntando a Jesucristo. La ley de Moisés, los profetas y los escritos dan
testimonio de su vida y de su obra (Lc 24,44).
Con respecto a Jesús y la profecía, los escritores del Nuevo Testamento
consideraron que la vida y la obra de Jesús hacían una de tres cosas. Primero,
Jesús cumplió directamente la palabra profética. Es decir, los profetas
predijeron ciertas cosas acerca de su vida que se cumplieron como dijeron
que sucedería. Considere algunos ejemplos famosos de Isaías:
Profecía del Antiguo Testamento Cumplimiento del Nuevo
Testamento

Isaías 11:1: Mesías de la raíz de Jesé, Mateo 1:1: Jesús el Mesías del linaje de
la línea de David. David.

Isaías 42:1–4: Siervo del Señor en Mateo 12:18–21: Jesús trae en silencio
silencio trae el reino de Dios. el reino de Dios.

108
Traducido por: David Taype

Isaías 52:13–53:12: Siervo del Señor Jesús sufre y muere en una cruz por el
sufre, muere por el pecado del pecado del mundo, pero se levanta
pueblo, finalmente triunfa. triunfante de la tumba.

Isaías 61:1–3: El Espíritu del Señor Lucas 4,16–21: Jesús anuncia el


unge al siervo de Dios para cumplimiento de estas palabras en
proclamar el reino venidero de Dios. Nazaret.

Segundo, Jesús cumplió secundariamente la palabra profética. Es decir,


algunas profecías tenían su aplicación inmediata en otra persona o evento
pero luego se cumplían en él. Isaías 7:14 puede ser un ejemplo. La señal de
Emmanuel pudo haber visto un cumplimiento en los días de Acaz, pero Jesús
fue el cumplimiento secundario y final de la profecía de "Dios está con
nosotros".
Tercero, Jesús cumplió por completo la palabra profética. Es decir, los
escritores del Nuevo Testamento vieron los eventos en la vida y obra de Jesús
como conceptos paralelos de los que habían hablado los profetas y, por lo
tanto, "llenándolos por completo" de significado.
Por ejemplo, Oseas 11:1 describe claramente el éxodo de Israel de Egipto y
es realmente una declaración de un hecho histórico, no una predicción. Pero
cuando José y María sacaron a Jesús de Egipto, el evangelista Mateo vio en él
Oseas 11:1 nuevamente (Mt 2:15). Dios estaba sacando a su hijo de Egipto
nuevamente, pero esta vez, no era su hijo primogénito Israel; era su único Hijo
Jesús.
Asimismo, la sugerencia de Mateo de que Jesús viviendo en Nazaret cumplió
la profecía (Mt 2,23: “Será llamado nazareno”) no hacía más que señalar la
asombrosa “coincidencia divina” de que el Retoño de David creciera en
Branchville (el significado literal de Nazaret; ver discusión en el capítulo 6).
¡Incluso donde Jesús vivió tenía sus raíces en las palabras de los profetas!
No sabemos hasta qué punto los escritores del Nuevo Testamento
distinguieron cuidadosamente entre palabras proféticas cumplidas
directamente , cumplidas secundariamente y llenas . Lo que parece obvio es
que mientras miraban a Jesús y al Antiguo Testamento, no tenían dudas de
que Jesús fue quien cumplió la promesa del Antiguo Testamento.

109
Traducido por: David Taype

El significado de ' almah


La palabra ' almah también aparece en Génesis 24:43, Éxodo 2:8, Cantar de
los Cantares 1:3 y 6:8, Salmo 68:25 y Proverbios 30:19. Génesis 24:16 dice
específicamente que Rebeca (la mujer descrita en Gn 24:43) era virgen (heb.
betulah ), lo que sugiere que ' almah pudo haber tenido un rango semántico
más amplio, al menos en el período patriarcal. Los otros usos no son
concluyentes y parecen referirse a mujeres jóvenes en general, sin una
referencia específica a si son vírgenes. Además, en los dos usos de la forma
masculina ' elem (1 Sm 17:56; 20:22), el término denota un niño o joven, pero
el tema de la virginidad es irrelevante para los contextos en los que aparecen.
Una pregunta clave en Isaías 7:14 en relación con la palabra ' almah es si la
palabra puede significar "virgen" o denotar a una mujer que es virgen.
Podemos responder afirmativamente a esta pregunta basándonos en la
evidencia existente. Pero , ¿la palabra debe significar “virgen”? La evidencia
parece incierta. El término ' almah puede denotar a una mujer virgen, pero los
usos sugieren que también puede denotar a una mujer joven,
independientemente de su condición sexual.
No obstante, aún debemos intentar comprender la relación de este texto
con el texto del Nuevo Testamento. ¿Las palabras de Isaías encuentran su
cumplimiento solo en el nacimiento de Jesús, o tienen otro significado
relacionado en su contexto original? Se han adelantado tres interpretaciones.
Vista 1: Las palabras de Isaías encuentran su cumplimiento solo en Jesús
Algunos eruditos han argumentado que Isaías 7:14 encuentra su
cumplimiento únicamente en el nacimiento virginal de Jesús. [8] En efecto,
cuando Isaías le dio su profecía a Acaz, estaba diciendo: “Acaz, tú no quieres
elegir una señal, así lo hará el Señor, y Él hará algo verdaderamente
asombroso. Una virgen va a concebir y dar a luz un hijo. Si eso no es
asombroso, Acaz, no sé qué lo es. Además, la virgen llamará a ese hijo
'Emanuel'. No crees que Dios está con nosotros, Acaz, pero lo está, y lo probará
a través de esta señal asombrosa”.
Los defensores de este punto de vista suelen citar pruebas de la
Septuaginta, la primera traducción griega del Antiguo Testamento. En la
traducción de la Septuaginta de Isaías 7:14, la palabra parthenos se usa para '
almah ' . Esta palabra claramente significa “virgen” y es el término que usa
Mateo. Quizás la Septuaginta proporciona un testimonio temprano del
significado que Isaías pretendía.
Por otro lado, algunos han argumentado que los escritores de la Septuaginta
no siempre usaron la palabra más precisa disponible en varios contextos. [9]

110
Traducido por: David Taype

Por lo tanto, en nuestro contexto, tal vez una palabra griega que significa
“mujer joven” hubiera sido más precisa para el contexto de Isaías.
La vista 1 sugiere que la señal es el nacimiento virginal de Jesús y que, de
hecho, en el momento del nacimiento de Jesús, los reyes de Siria e Israel se
habían ido, tal como lo había dicho Isaías (7:16). Pero algunos estudiosos han
señalado la posible debilidad de tal punto de vista. La debilidad radica en la
brecha de más de siete siglos entre la profecía de Isaías y su cumplimiento.
Si la opinión 1 es correcta, Isaías básicamente estaba diciendo: “Dios va a
hacer una gran obra entre nosotros, y esto será una señal para ti: ¡una virgen
dará a luz un hijo!” Sin embargo, si la profecía no se cumplió durante más de
setecientos años, ¿qué valor tuvo la señal para Acaz o los demás oyentes de
Isaías? La señal parece perder su impacto para Acaz y su generación. Tal vez
alguien pueda argumentar que, dado que Acaz se negó a creer, Dios retrasó el
cumplimiento de la profecía de Isaías hasta el primer siglo d.C. [10]
Punto de vista 2: Las profecías de Isaías 7 y 8 están vinculadas
Algunos eruditos han vinculado las profecías de los capítulos 7 y 8, los
nacimientos de Emmanuel y Maher-Shalal-Hash-Baz , citando similitudes en
los dos relatos. [11] En ambos capítulos, ocurre el nacimiento de un hijo, y
antes de que el hijo sea muy viejo, los reyes de Israel y Siria se habrán ido. Los
dos textos registran diferentes perspectivas sobre el mismo nacimiento; el
primero es un pronunciamiento a una casa real infiel, el segundo es un
anuncio de esperanza a un pueblo desesperado.
La señal de 7:14, entonces, no es la forma de nacimiento sino el
nombramiento del niño. En un momento en que toda esperanza parece
perdida, los nombres “Dios está con nosotros” (Emanuel) y “Rápido es el
botín, veloz la presa” (Maher-Shalal-Hash-Baz) se dan como una señal de que
Dios no ha abandonado a su pueblo. La traducción “virgen” se mantiene para
7:14 pero es casi incidental al pasaje, porque la mujer concibe de la manera
usual en 8:3.
Según este punto de vista, en 7:14 Isaías estaba hablando de su prometida,
quien pronto se convertiría en su esposa. Esto nos obliga a concluir que se
trataba de una segunda esposa, ya que Isaías ya tuvo un hijo (Sear-Jashub,
7:3). En cambio, si entendemos la palabra ' almah como “mujer joven”, esta
dificultad desaparece.
Quienes se oponen a este punto de vista suelen citar dos dificultades.
Primero, cuestionan si el nombramiento de un niño es lo suficientemente
inusual como para ser considerado una “señal”. En segundo lugar, el momento
de la derrota de los dos reyes es diferente en las dos profecías, porque los

111
Traducido por: David Taype

niños aprenden a decir los nombres de los padres (8:3) antes de aprender a
distinguir el bien del mal (7:16).
Quienes sostienen este punto de vista generalmente intentan minimizar las
diferencias entre las dos profecías. Quizás la expresión “rechaza el mal y
escoge el bien” (7:16 NVI) designa una edad bastante joven de dos a tres años,
no necesariamente la edad de bar mitzvah (trece para los niños, doce para las
niñas). Además, una señal bíblica no siempre es algo milagroso. A veces
designa algo insólito que es “elevado” a estatus de signo porque ha sido
anunciado de antemano (Ex 3,12; 1 Sm 2,34; Is 37,30). No obstante, los
oponentes de este punto de vista plantean preguntas válidas.
Vista 3: La mujer ya está embarazada
View 3 traduce Isaías 7:14 de la siguiente manera: “La joven está
embarazada y está a punto de dar a luz un hijo”. Como se indicó
anteriormente, esta traducción también es posiblemente una interpretación
correcta del texto hebreo. Según este punto de vista, la mujer ya está
embarazada y a punto de dar a luz. La identidad de la mujer no es importante;
quizás Isaías señaló a una mujer presente ese día. Este punto de vista no
encuentra un vínculo necesario con el nacimiento de Maher-Shalal-Hash-Baz
en 8:1–4; los dos nacimientos describen eventos diferentes, aunque con
aplicaciones relacionadas. [12]
En este entendimiento, las palabras de Isaías a Acaz tienen el siguiente
impacto: “¡Mira, Acaz! [Y quizás aquí el profeta señala a una mujer
embarazada cercana.] La mujer está embarazada ya punto de dar a luz, y va a
llamar a su hijo Emanuel. Tú, oh rey, miembro de la casa real de David, no
tienes la fe para creer que Dios puede librar a Judá, pero ella sí”.
Al igual que con el punto de vista 2, el signo no es la forma del nacimiento
sino el nombramiento del niño, elevado a la categoría de signo debido a su
extrema improbabilidad en tiempos tan peligrosos.
Quienes se oponen a este punto de vista generalmente lo cuestionan por
dos motivos. [13] Primero, ¿la palabra ' almah solo significa “mujer joven”, o
necesita traducirse “virgen” a la luz del vínculo con el nacimiento de Jesús? En
segundo lugar, ¿es el nombrar a un niño lo suficientemente inusual como para
llamarlo una señal?
En respuesta, los proponentes señalan la falta de claridad con respecto a la
palabra ' almah y los muchos lugares en las Escrituras donde una señal es algo
inusual, no necesariamente milagroso, en la línea de los argumentos para el
punto de vista 2.

112
Traducido por: David Taype

Conclusión: Isaías 7:14 y el Nuevo Testamento


Cada vez que el Nuevo Testamento dice que un pasaje del Antiguo
Testamento se cumple de alguna manera en el Nuevo Testamento, debemos
respetar esa afirmación. De hecho, los tres puntos de vista presentados aquí lo
hacen. Mateo 1 y Lucas 1 son claros sobre el nacimiento y la naturaleza de
Jesús y no contradicen a Isaías. Sin embargo, algunos evangélicos creen que en
su contexto original, Isaías 7:14 designa algo más que simplemente el
nacimiento de Jesús más de setecientos años después. Si es así, no obstante
entienden Mateo 1:22 como un cumplimiento secundario, de hecho como el
mayor cumplimiento, de Isaías 7:14, y la expresión más completa del concepto
de que Dios está con nosotros. Nuevamente, se alienta a los estudiantes a
luchar con los puntos de vista, estudiar la evidencia y sacar sus propias
conclusiones.

La inminente invasión asiria (7:17–8:22)


Siguiendo la profecía de Emanuel, el enfoque de Isaías rápidamente cambió
a lo que sucedería en Judá. En la siguiente sección, el mensaje de Isaías se
centró en tres elementos: la destrucción de la tierra (7:17–25), el nacimiento
de Maher-Shalal-Hash-Baz (8:1–4) y el juicio del pueblo (8:5–22).

La destrucción de la tierra (7:17–25)


Asiria, la misma nación que Acaz buscaba como aliada, se convertiría en el
mayor adversario de Judá (7:17). Isaías usó metáforas de la naturaleza para
resaltar la magnitud de la destrucción venidera (7:18–19). Enjambres de
moscas y abejas no serían bienvenidos en ninguna sociedad. La mención de
Isaías de Egipto y Asiria refleja bien la situación histórica. Mientras Egipto y
Asiria competían por el control de Siria y Palestina, las naciones más
pequeñas como Judá a menudo se encontraban atrapadas en medio de una
lucha mucho más grande.
El profeta también describió las condiciones opresivas por venir (7:20–25).
Afeitarse el cabello del cuerpo probablemente describe el grado humillante de
la opresión asiria (2 Sm 10:4-5; cf. Is 50:6). La cantidad de ganado se reduciría
significativamente a medida que las fuentes de alimento para los animales se
convirtieran en zarzas y espinas. Tales amenazas proféticas hablarían
poderosamente a una sociedad cuya economía se basa principalmente en la
agricultura y el pastoreo.

113
Traducido por: David Taype

El nacimiento de Maher-Shalal-Hash-Baz (8:1–4)


Isaías reunió testigos para su próximo anuncio (8:1–2). Los testigos solían
servir para confirmar la legalidad de las transacciones, y otros profetas
también se valieron de ellos (Jeremías 32:10–15). Los testigos comprobaron la
escritura de las palabras hebreas maher shalal hash baz —“veloz es el botín,
veloz la presa”— en una tablilla grande.
Debemos entender el comentario de Isaías de que “se acercó a la profetisa”
(8:3 LBLA) como un eufemismo de relaciones sexuales. La mujer dio a luz un
hijo, cuyo nombre se convirtió en Maher-Shalal-Hash-Baz de acuerdo con lo
escrito en la tablilla. El nombre significaba el poco tiempo que quedaba antes
de que Asiria sometiera a Israel y Siria, eliminando así la amenaza a Acaz
(7:2).
Como se indicó anteriormente en la discusión de 7:14, los comentaristas
generalmente asumen que “la profetisa” es una designación para la esposa de
Isaías, pero no están de acuerdo sobre la naturaleza del título. Algunos
sugieren que ella misma pudo haber ejercido el oficio profético, mientras que
otros sostienen que el nombre significa algo así como “Sra. Isaías.”
Isaías afirmó que antes de que el niño tuviera la edad suficiente para llamar
a sus padres, Asiria derrotaría a Israel y Siria (8:4). Sus palabras resultaron
ciertas: Tiglat-Pileser III conquistó Damasco en el 732 a. C. y mató a Rezín.
También anexó a Israel a su imperio y recibió tributo de Oseas , el último rey
de Israel, quien más tarde se rebeló contra el próximo rey de Asiria,
Salmanasar V (2 Reyes 16:9; 17:3–4). Fue el principio del fin para el reino del
norte.
La relación del pasaje de Maher-Shalal-Hash-Baz con el pasaje de Emanuel
se discutió anteriormente en este capítulo. La señal de Maher-Shalal-Hash-Baz
aparece como otra indicación más de la oferta de Dios para traer liberación,
una oferta que Acaz decidió ignorar en su deseo de asociarse con Asiria (2
Reyes 16:7–18).

El juicio del pueblo (8:5–22)


Isaías continuó denunciando el pecado del pueblo de poner su fe en otras
naciones en lugar de en el Señor (8:5–6). La expresión “aguas mansas de Siloé”
puede referirse a uno de los conductos que el pueblo había construido desde
el manantial de Gihón , el principal suministro de agua de Jerusalén. [14]
Otros han sugerido que es una referencia poética al tierno cuidado del Señor
(Jeremías 2:13). [15] Asumiendo que la profecía viene del tiempo de Acaz, no
puede referirse al estanque de Siloé, que los trabajadores de Ezequías
construyeron una generación más tarde (2 Crónicas 32:30).
114
Traducido por: David Taype

Estas aguas mansas estaban en marcado contraste con las "fuertes y


abundantes aguas del Éufrates", una referencia al imperio asirio (8:7-8 NASB).
La afirmación de Isaías de que Emanuel (7:14; 8:8) vería el día de Asiria el
dominio advirtió a Judá lo que sucedería si Acaz rechazaba el desafío de Isaías
(7:9).

Los signos del zodíaco en el piso de la sinagoga de Hammath Tiberíades en


Galilea, aunque posteriores a la época de Isaías, ilustran el sincretismo
predominante en Galilea. Isaías 8:19–20 instruyó al pueblo de Dios a consultar
la palabra de Dios, no las estrellas, como su verdadero fundamento para la
vida. (Cortesía de Todd Bolen/BiblePlaces.com)

El mensaje de Isaías se extendió a la gente de todas partes (8:9–18). Dios


estaba con Judá, a pesar de los planes que otros pudieran hacer. El Señor
llamó a su profeta a mantenerse firme frente a las personas que querían idear
sus propios planes y que temían lo que otras naciones pudieran hacerles
(8:11). Deben temer al Señor, porque él los protegerá y cuidará. El Señor
instruyó a Isaías que registrara la palabra profética como testimonio para
aquellos que se mantuvieran firmes en su fe (8:16–18). Un día verían que las
palabras de Isaías se hacían realidad.

115
Traducido por: David Taype

Algunos miraban a otras naciones para asistencia, mientras que otros


buscaban los caminos de los médiums y espiritistas (8:19). Isaías insistió en
que tal especulación resultaría inútil; el pueblo debe consultar al Dios vivo y
su palabra viva (8:19–20; véase el recuadro 5.4). Su juicio revelaría que
habían tomado la decisión equivocada.
De hecho, para los escritores bíblicos, la vida a menudo presentaba al
pueblo de Dios la opción de vivir por fe en las promesas de Dios o por fe en las
circunstancias de uno. Una generación más tarde, el hijo de Acaz se
enfrentaría a la misma elección cuando Asiria regresara a Judá (Is 36–37).

Barra lateral 5.4


Pluralismo religioso y la verdad de Dios (8:19–20)

Vivimos en un mundo donde muchas personas creen que todas las


afirmaciones religiosas tienen el mismo valor. La actitud predominante suele
ser “Todas las religiones tienen en mente el mismo objetivo básico; solo
encuentra algo que funcione para ti”. La gente reza a Dios, pero también
prueba técnicas de meditación orientales. Leen su Biblia, pero también leen su
horóscopo. Otros usan una cruz como joyería, no como testimonio de su fe,
sino más bien como un amuleto de buena suerte.
Isaías también enfrentó mucho pluralismo religioso en su época. La gente
trató de aprovechar el reino espiritual a través de muchos medios diferentes
para obtener dirección para la vida.
En Isaías 8:19–20, el profeta denunció a aquellos de su época que
consultaban a médiums y espiritistas en busca de conocimientos espirituales.
Necesitaban consultar a su Dios en lugar de seguir medios que solo resultarían
en su ruina. ¿Y cuál era el principal medio por el cual debían preguntarle? A
través de su palabra escrita.
La palabra hebrea traducida como “ley” (8:20) es torá , el término familiar
que se traduce con mayor precisión como “enseñanza” o “instrucción”. La
palabra “testimonio” ( te'udah ) está relacionada con una raíz hebrea que
significa “dar testimonio”. La Torá y la te'udah enfatizan así diferentes
aspectos de la palabra escrita de Dios. Es la enseñanza y la instrucción para la
vida lo que da testimonio del carácter justo y las demandas de Dios. Es
verdadero y digno de confianza porque Dios es su fuente. Las intuiciones
espirituales obtenidas por medios que la palabra escrita de Dios había
condenado siempre fueron sospechosas y revelaron una falta de
discernimiento espiritual en la mente de la gente.

116
Traducido por: David Taype

Más allá de la cultura actual, la Biblia afirma que se puede conocer la verdad
objetiva. Igual de importante, la Biblia afirma que la verdad contenida en sus
páginas puede cambiar vidas. El Salmo 119 describe cómo la palabra de Dios
nos ayuda a mantenernos puros (v. 9), nos ayuda a evitar el pecado (v. 11),
abre nuestros ojos a una mayor comprensión espiritual (v. 18), ilumina el
camino de nuestra vida (v. 105) y nos permite ver la justicia de Dios y la
rectitud de sus caminos cada vez más claramente (vv. 137–44). La verdad da
forma a nuestras actitudes, nuestros sentimientos y nuestro comportamiento,
y cuando elegimos abrazarla, proporciona una base sólida para la vida.
Jesús mismo dirigió a sus oyentes a la verdad, diciéndoles que los haría
libres (Jn 8,32). Los dirigió al testimonio del Antiguo Testamento sobre él (Jn
5, 39), pero él mismo también afirmó ser la plena encarnación de la verdad (Jn
14, 6). Por lo tanto, proporcionó el fundamento último de la vida para aquellos
que lo siguen.
Todas las afirmaciones religiosas pueden escucharse en una sociedad libre,
pero no todas son igualmente ciertas. Los seguidores de Jesús deben discernir
la verdad de Dios del error del mundo y vivir en consecuencia.

Preguntas de estudio
1. Describe los factores que llevaron a la guerra siro-efraimita. Incluya
personas y eventos clave. ¿Cuál fue el resultado final?
2. Resume las interpretaciones evangélicas de la profecía de Emanuel
de Isaías. Con base en su estudio personal del problema, ¿qué
interpretación cree que es más probable que sea la correcta?
Defiende tu respuesta.
3. Explique la diferencia entre varios tipos de cumplimiento profético
(cumplimiento directo, cumplimiento secundario, “cumplimiento”).

Términos clave
alma
Manantial de Gihón
Oseas

117
Traducido por: David Taype

Emanuel
Maher-Shalal-Hash-Baz
Guerra siro-efraimita
Tiglat-Pileser III

118
Traducido por: David Taype

6. El reino de Dios superará a


todos los reinos terrenales
Isaías 9:1–12:6

Esquema
• Descripción de la Era Mesiánica (9:1–7)
La restauración de la nación, especialmente del norte (9:1–5)
Los Medios de la Restauración: El Nacimiento y el Gobierno del Mesías
(9:6–7)
• Juicio contra Israel (9:8–10:4)
Juicio de otras naciones (9:8–12)
Juicio contra los líderes de Israel (9:13–17)
Juicio por Hambre y Desastres Naturales (9:18–21)
Juicio contra toda la sociedad (10:1–4)
• Juicio contra Asiria (10:5–34)
El juicio de Dios sobre la arrogancia de Asiria (10:5–19)
La victoria definitiva de Israel sobre Asiria (10:20–34)
• Descripción Adicional de la Era Mesiánica (11:1–16)
• Canto de acción de gracias y alabanza (12:1–6)
• Pensamientos finales de Isaías 1–12

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma los detalles clave de las profecías de Isaías sobre el reino


mesiánico que se encuentran en Isaías 9–12.
2. Explique el papel de Asiria como instrumento de juicio contra Israel
y Judá.

119
Traducido por: David Taype

Isaías 9–12 pasa una cantidad significativa de tiempo enfatizando la venida


del reino de Dios. Sin embargo, en medio de estos capítulos, el profeta anunció
el juicio venidero de Dios sobre Israel y Asiria. Israel se había burlado de Dios
y de sus caminos, despreciando su ley y pacto, y había respondido a los
esfuerzos redentores de Dios con más desdén y burla. Asiria había funcionado
como instrumento de Dios contra Israel, pero nunca había entendido esta
asombrosa verdad. Asiria estaba demasiado ocupada estableciendo su propia
grandeza.
Isaías anunció un día venidero increíble. Galilea experimentaría la luz de la
presencia especial de Dios, y la descendencia de David establecería el reino de
Dios. Mientras lo hacía, comenzaría una celebración como el mundo nunca
había conocido. El reino de Dios superaría a todos los reinos terrenales.

Descripción de la Era Mesiánica (9:1–7)


Cuando Isaías comenzó su discurso, anunció alivio y bendición para
aquellos que habían experimentado tristeza y angustia en el pasado (9:1).
Aquellos que habían soportado mucho tiempo sin el favor de Dios ahora lo
experimentarían de una manera que nunca hubieran imaginado.

La restauración de la nación, especialmente del norte (9:1–5)


Isaías contrastó los tiempos del cumplimiento profético venidero con la
realidad anterior y tal vez actual (9:1–2). En épocas anteriores, el territorio en
la dirección de Zabulón y Neftalí no recibió ningún favor especial de Dios. Sin
embargo, en los días venideros, Dios haría que el área fuera mucho más
importante. Las personas que caminaron en relativa oscuridad espiritual
verían una gran luz.
Es preferible traducir el hebreo de Isaías 9:1 (8:23 en el Texto Masorético
) como “hacia la tierra de Zabulón y hacia la tierra de Neftalí” en lugar de “la
tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí”. El primero proporciona una
descripción más general de la tierra que bordea las costas norte y oeste del
Mar de Galilea.
Isaías citó tres importantes referencias geográficas en 9:1: “el camino del
mar”, “al otro lado del Jordán” y “Galilea de los gentiles”.

120
Traducido por: David Taype

La región del Mar de Galilea, donde tuvo lugar la mayor parte del ministerio
público de Jesús (9:1–2; cortesía de Chris Miller)

121
Traducido por: David Taype

La esquina noroeste del Mar de Galilea mirando hacia el norte. Así, la


carretera internacional atravesaba el área donde Jesús llevó a cabo gran parte
de su ministerio público. (Cortesía de Todd Bolen/BiblePlaces.com)

El camino del mar


los Camino del mar , llamado Vía Maris en la Vulgata latina , designaba el
antiguo sistema de carreteras que iba desde el Levante hasta Egipto, siguiendo
en la medida de lo posible la costa mediterránea. En épocas posteriores
designó toda la red de caminos de Galilea. [1] El camino venía desde el norte
sobre Cesarea de Filipo, cortaba más allá de Cafarnaúm, alrededor de la costa
noroeste del mar de Galilea y a través del paso de Arbel, alrededor del monte
Tabor, y hacia el valle de Jezreel pasando Meguido.
El camino del mar proporcionaba paso a las caravanas y otros viajeros que
tenían que viajar a través de Galilea hacia el sur en su camino a Egipto o hacia
el norte a Anatolia, Siria o Mesopotamia. En consecuencia, muchas influencias
e ideas extranjeras fueron transportadas por este camino, un hecho que
explica, al menos en parte, la anterior tendencia del reino del norte de Israel a
caer en la idolatría.

122
Traducido por: David Taype

El otro lado del Jordán


Al este del río Jordán, por encima y por debajo del mar de Galilea, se
encuentra la Decápolis , una región bajo el control primero de los
gobernantes seléucidas y luego de los romanos. [2] A pesar de la composición
étnica no judía de esta área, Isaías dijo que ellos también recibirían el favor de
Dios.
Las personas que vivían en esta área siglos después de que Isaías vieron a
Jesús arrojar demonios de un hombre a una piara de cerdos, que se
precipitaron y se ahogaron en el lago (Lc 8:32–33).
Galilea de los gentiles
¿Dónde estaba el enfoque de la obra profética de Dios? La mayoría de los
profetas bíblicos ministraron en Judá al sur y en las regiones circundantes.
Profetas como Isaías y Miqueas se enfocaron en Judá, aunque sus mensajes
fueron más amplios. Oseas, Amós y Jonás profetizaron en el reino del norte, y
sabemos que Jonás procedía de Gat Hefer en el territorio de Zabulón (Josué
19:13; 2 Reyes 14:25). Sin embargo, no sabemos si Oseas y Amós penetraron
hasta el norte de Galilea con sus mensajes.
El intrincado sistema de carreteras de Galilea que unía el Levante con
Egipto significó una mayor interacción entre judíos y gentiles, junto con la
consiguiente afluencia de influencias extranjeras. Por lo tanto, la La expresión
Galilea de los gentiles reflejó con precisión las realidades étnicas y, hasta
cierto punto, espirituales de la región.
El pueblo de Dios del norte se encontró naturalmente más abierto a las
influencias extranjeras porque el sistema de carreteras requería que las
personas que deseaban viajar entre Egipto y el Levante pasaran por Galilea. La
accidentada topografía del terreno los obligó a hacerlo. Por el contrario, Judá
dejó fuera las principales rutas de carreteras, por lo que los viajeros
normalmente no pasaban por Judá a menos que tuvieran negocios allí.
La influencia griega y romana en Galilea en los días de Jesús provocó el
comentario sarcástico de los fariseos a Nicodemo (Jn 7:52). Con tanta
influencia pagana, ¿qué bien espiritual podría salir de esa región? No obstante,
Isaías anunció: “El pueblo que anda en tinieblas verá una gran luz” (9:2 LBLA).
El Evangelio de Mateo registra el asentamiento de Jesús en el pueblo de
pescadores de Capernaum, una comunidad internacional a lo largo de la orilla
norte del Mar de Galilea (Mt 4:13). Su presencia allí, acompañada de su
ministerio posterior en la región circundante, cumplió las palabras de Isaías
(Mt 4, 14-16). La gente de esa región vivía en el área donde Jesús llevó a cabo
la mayor parte de su ministerio público y realizó la mayoría de sus milagros

123
Traducido por: David Taype

registrados. El evangelista Juan también testificó de Jesús como la luz de Dios


(Jn 1,9; 8,12).
Isaías describió el gozo que llenaría al pueblo cuando Dios multiplicara su
nación (9:3–5). Él aliviaría sus cargas y quitaría su opresión. Pero la audiencia
de Isaías no podría haber imaginado la magnitud de la bendición de Dios que
traería el reino venidero, al igual que nosotros no podemos.

Los Medios de la Restauración: El Nacimiento y el Gobierno del


Mesías (9:6–7)
Isaías anunció el nacimiento de un niño. Note las palabras “a nosotros” que
ocurren dos veces en este versículo. El significado del niño se extendía más
allá de su familia inmediata al pueblo de Dios en general. El fue dado a la
nación como un regalo especial de Dios.
Surge entonces la magnitud del significado del niño: el gobierno descansará
sobre sus hombros. El reino del norte de Israel había experimentado una larga
lista de reyes que no lograron que Israel volviera al Señor. ¿Este rey resultaría
diferente? Los cuatro nombres que Isaías le dio al niño ciertamente indicaban
que lo sería.
maravilloso consejero
El primer nombre que Isaías anunció para el niño fue “Maravilloso
Consejero”. Los escribas masoréticos entendieron que estas dos palabras
representaban un nombre, aunque ambas palabras podían valerse por sí
mismas. La palabra hebrea pele ' (maravilloso) comúnmente denota una
cualidad asociada con el reino divino. Ocurre en Jueces 13:18, donde el ángel
del Señor se apareció a Manoa y su esposa y anunció el nacimiento de Sansón.
Manoa y su esposa le preguntaron su nombre, pero el ángel respondió: “¿Por
qué preguntas mi nombre, siendo que es pelé ?”. [3] El ángel aparentemente
asumió que esta pareja debería reconocer su origen celestial.
La palabra pele ' y formas derivadas como niphla'ot (maravillas) a menudo
designan los actos poderosos de Dios. Las referencias en los Salmos, por
ejemplo, a las maravillas de Dios (Sal 136:4) típicamente usan la palabra
niphla'ot . Las cosas asombrosas que Dios puede hacer, particularmente
aquellas cosas que están totalmente más allá de nuestra capacidad y
comprensión, comprenden su niphla'ot .
El niño que Isaías anunció poseería así una capacidad de consejería mucho
mayor que la de los hombres ordinarios. Su habilidad superaría a personas
como Ahitofel, consejero de David y Absalón, cuyo consejo era “como el de

124
Traducido por: David Taype

quien consulta a Dios” (2 Sm 16,23). Tomaría decisiones con la misma


sabiduría de Dios (1 Reyes 3:28).
Poderoso Dios
El segundo nombre que Isaías anunció para el niño fue “Dios Fuerte”. “Dios
Fuerte” es un nombre extraño para un niño, en que parece atribuir deidad al
niño. La traducción “Dios es un guerrero” es teóricamente posible pero
improbable en vista del paralelismo con los otros tres nombres. El nombre no
aparece en ninguna otra parte de las Escrituras.
Muchos nombres del Antiguo Testamento contienen el nombre del Señor en
la forma abreviada -yahu . El nombre de Isaías (heb. Yisha'yahu ) significa
“Yahweh ha salvado”. Jeremías significa “Jehová es exaltado”, Uzías significa
“Yahvé es mi fuerza”, y Hananías significa “Jehová es misericordioso”. Cada
nombre contiene el nombre del Señor más un descriptor que destaca una de
sus cualidades.
La palabra hebrea ' el , que significa “dios” o “Dios”, también aparece
comúnmente en los nombres personales. Elimelec significa “mi Dios es rey”,
Elías significa “Yahvé es mi Dios”, Eleazar significa “Dios ha ayudado” y Elcaná
significa “Dios ha adquirido”. Al igual que con los nombres que contienen -
yahu , los que contienen ' el consisten en la palabra "Dios" más un descriptor
que destaca una cualidad o acción divina (ver recuadro 1.1).
La designación de Isaías del segundo nombre del niño como “Dios Fuerte”
nuevamente vinculó al niño con el reino divino. La expresión “Dios Fuerte”
también aparece en 10:21, donde se refiere al Señor. David usó la palabra
hebrea traducida como "poderoso" ( gibbor ) para describir el poder del Señor
cuando salió a favor de su pueblo (Salmo 24:8). [4]
Padre Eterno
El tercer nombre que Isaías anunció para el niño fue “Padre Eterno” o
“Padre Eterno”. También podemos entender el hebreo como “Padre de la
eternidad” o “Padre de los siglos”. En las dos primeras versiones, el énfasis
está en la naturaleza eterna o sempiterna del Padre. En las versiones tercera y
cuarta, el término “Padre” indica su control sobre la eternidad y el tiempo
mismo.
Al igual que con los dos primeros nombres, el nombre parece atribuir una
cualidad eterna al niño. Este niño, nacido en el tiempo, de alguna manera
trascendió y supervisó el tiempo.

125
Traducido por: David Taype

Príncipe de la Paz
El cuarto nombre que Isaías anunció para el niño fue “Príncipe de Paz”.
Podríamos haber esperado el título de "Rey de la Paz" a la luz del tercer
nombre, porque la palabra "príncipe" enfatiza la filiación en lugar de la
paternidad. Así, el texto vincula estos dos conceptos en esta única persona.
Isaías 2:1–4 describe cómo el Mesías no solo unirá al pueblo de Dios, sino
que también traerá el shalom de Dios, la plenitud y plenitud de Dios, a la
sociedad. Shalom indica más que una mera ausencia de guerra y hostilidad;
sugiere una sociedad cuyos aspectos están en armonía con el propósito de
Dios. Shalom es la vida como debe ser.
Isaías nuevamente destacó en el versículo 7 la paz que traería este niño.
Vinculó su gobierno con el rey David, bajo el cual Israel logró su mayor
expansión territorial y paz en todas las fronteras. La justicia y la rectitud
prevalecerían como pilares de este reino duradero.
La última línea del versículo 7—“el celo de Jehová de los ejércitos hará esto”
—denota dos verdades importantes. Primero, este reino vendrá directamente
por obra de Dios. El esfuerzo humano por sí solo no lo traerá. Segundo, Dios
está deseoso de establecer este reino. Su celo lo logrará, y todos reconocerán
su obra especial.
Las palabras de Isaías acerca de este niño que reina para siempre desde el
trono de David presagian las palabras del ángel Gabriel a María siete siglos
después (Lc 1, 32-33). Jesús restablecería la gloria del trono de David y más.
De hecho, los intérpretes cristianos han identificado durante mucho tiempo
a Jesús como el centro de la profecía de Isaías. Jesús es el Admirable
Consejero, nuestra fuente de sabiduría celestial (1 Cor 1,30). Él es el Dios
Fuerte, que posee el poder divino (Col 1:16–17). Él es un Padre Eterno, que
gobierna para siempre como Señor del tiempo (Hebreos 1:10–11). Y él es el
Príncipe de la Paz, que gobierna como Hijo de Dios y trae paz duradera, no
solo en esta vida (Rom 5:1) sino en su reino venidero.

Juicio contra Israel (9:8–10:4)


Isaías 9:8–10:4 describe la ira que Dios sintió por el orgullo y la arrogancia
de Israel. Había tomado medidas drásticas contra la gente para llamar su
atención, pero en gran medida las habían ignorado. Una declaración clave en
esta sección es "A pesar de todo esto, su ira no se ha apartado, su mano
todavía está levantada" que ocurre cuatro veces (9:12, 17, 21; 10:4). El pueblo
había ignorado el juicio de Dios, así que lo llevó a otro nivel. El concepto es

126
Traducido por: David Taype

paralelo a Levítico 26:14–39 y Deuteronomio 28:15–68, donde Moisés


describió las terribles consecuencias progresivas que le sobrevendrían al
pueblo de Dios si no estuviera dispuesto a seguirlo.

Juicio de otras naciones (9:8–12)

El pueblo respondió a los juicios de Dios con orgullo confiado. Podían


reconstruir lo que Dios había derribado; de hecho, creían que podían
reconstruir aún mejor. En respuesta, Dios envió a los sirios desde el este ya los
filisteos desde el oeste para amenazar el territorio de Israel. Pero Israel no
pudo aprender su lección espiritual, por lo que el castigo de Dios continuó.

Juicio contra los líderes de Israel (9:13–17)


La negativa del pueblo a volverse al Señor lo llevó a cortar “la cabeza y la
cola” de la sociedad israelita (9:14). Los líderes proporcionaron cierta
estabilidad a la sociedad, aunque desviaron espiritualmente a la gente. Su falta
de disciplina espiritual se filtró hasta la gente común, que imitaba los caminos
impíos de los líderes. Pero aun así Israel no pudo aprender su lección
espiritual, por lo que el castigo de Dios continuó.

Juicio por Hambre y Desastres Naturales (9:18–21)


La maldad de Israel quemó la tierra como fuego (9:18), así que el Señor
respondió con el fuego del juicio. Cuando estos desastres sucedieron al pueblo
de Dios, no sabían qué hacer. Cayeron unos sobre otros, peleándose por lo
poco que quedaba. Incluso Manasés y Efraín, las dos medias tribus
estrechamente emparentadas y descendientes de José, se persiguieron. Pero
Israel aún no se volvió a Dios, por lo que el juicio continuó.

Juicio contra toda la sociedad (10:1–4)


Isaías anunció el descontento de Dios con los que vivían según los
principios del mal (10:1). La justicia no significaba nada para ellos, por lo que
los débiles e impotentes de la sociedad, a menudo los huérfanos y las viudas
(1:17), perdieron sus derechos. La respuesta final de Dios fue la devastación
que vendría “de lejos” (10:3). Todo lo que la gente podía hacer era prepararse
para su destino inevitable. ¿Y quién era la nación que traería este terrible
juicio? fue Asiria.

127
Traducido por: David Taype

Juicio contra Asiria (10:5–34)


Isaías había profetizado anteriormente sobre Asiria y su inminente
expansión hacia el oeste para amenazar a Israel (7:17; 8:7). [5] De hecho, la
amenaza inminente de Asiria había empujado al rey Rezín de Siria y al rey
Pekah de Israel a establecer una coalición contra Tiglat-Pileser III (745–727 a.
C.), el rey que restableció el imperio asirio.
Asiria ciertamente figuraría en el futuro de Israel, derrotando a Samaria en
el 722 aC y deportando al pueblo de Israel. Sin embargo, Asiria siguió siendo
meramente un instrumento en manos de un Dios soberano. Cuando Isaías
dirigió su atención a la descripción del reino asirio, se centró en dos aspectos:
el juicio de Dios sobre la arrogancia de Asiria y la victoria final de Israel sobre
Asiria.

El juicio de Dios sobre la arrogancia de Asiria (10:5–19)


Asiria se había establecido como el reino dominante en el mundo antiguo
cuando Isaías pronunció esta profecía. Irónicamente, el profeta usó un oráculo
de aflicción para describir a esta nación.
Isaías describió a Asiria como la vara (heb. shebet ) de la ira de Dios y
aquella en cuyas manos estaba la maza (heb. matteh ) de la ira de Dios (10:5).
Las varas y garrotes (o bastones) tenían una variedad de usos en la
antigüedad, pero aquí probablemente designen armas. Otra posibilidad, tal
vez sugerida por 10:24, es que designan instrumentos de capataz para ser
usados con esclavos. Las dos palabras comúnmente aparecen juntas en Isaías
en una variedad de contextos. [6]
El Señor tenía un alto propósito para Asiria: Asiria fue su instrumento de
juicio contra su pueblo. El gran imperio saquearía a Israel y Judá, dejando
poco de valor. ¡Qué irónico que Isaías describiera a su propio pueblo como
“impío” (10:6) cuando Asiria adoraba a cientos de deidades! Más de un siglo
después, el profeta Habacuc también luchó con el concepto de que Dios usaría
a otra nación pagana, Babilonia, para juzgar a su propio pueblo (Hb 1:13–17).
No obstante, Isaías anunció ayes contra Asiria. Los asirios no reconocieron
su papel en el plan soberano de Dios. Más bien, se exaltaron a sí mismos y se
jactaron de su aparente grandeza mientras causaban destrucción a todos los
que se encontraban en su camino.
Isaías parafraseó la actitud jactanciosa de Asiria (10:7–11). Asiria
consideraba a sus comandantes a la par de los reyes de las naciones más
pequeñas (10:8). Los versículos 9–11 tienen mucho en común con las palabras

128
Traducido por: David Taype

que el comandante de campo asirio proclamó burlonamente a la delegación de


Ezequías (36:18–20; 37:11–13).
El comandante de campo asirio a quien el rey Senaquerib enviaría más
tarde contra Ezequías (36:2) trató de debilitar la moral de Judea describiendo
las pasadas victorias de Asiria. Aquí Isaías se convirtió en el portavoz de
Asiria, eligiendo ciudades sirias y ciudades-estado que Asiria había
conquistado para crear una imagen similar en la mente de sus oyentes.
Isaías comenzó en el norte de Siria y se abrió camino hacia el sur. Calno (o
Calneh) había caído ante Asiria en el 738 a. C., y Carquemis, después de
resistir la expansión inicial de Asiria, cayó en el 717 a. Hamath cayó en el 720
a. C., el mismo año en que cayó Arpad, aunque Asiria también había
conquistado este último en el 738 a. C. Damasco cayó en el 732 a. C. (2 Reyes
16: 7-9), después de lo cual Tiglat-Pileser III también anexó gran parte de
Israel, dejando a Oseas como su vasallo sobre el resto de la nación alrededor
del 730 a. C. (2 Reyes 17: 3). [7] Al presentar las victorias asirias en orden
geográfico de norte a sur, Isaías pintó un cuadro de un imparable avance
asirio.
La mención de Samaria como un enemigo conquistado (10:11) puede estar
anticipando la victoria asiria de 722 aC. [8] Pero también es muy posible que
Samaria ya haya caído y que Judá sea el verdadero foco de la profecía de
Isaías. [9] En este entendimiento, el uso de Samaria por parte de Isaías en la
lista de enemigos vencidos de Asiria resultaría aún más aterrador para el
pueblo de Dios. Dios ya había juzgado al reino del norte, y no perdonaría a
Judá si la nación no se arrepentía.
Sin embargo, cuando el propósito de Dios para Asiria estuviera completo, él
se ocuparía del orgullo de Asiria (10:12). Asiria atribuyó sus logros a su
propia gran fuerza y sabiduría. Se vio a sí mismo como el poderoso
conquistador que había subyugado a los reyes del mundo y saqueado sus
tesoros (10:13–14). Pero las preguntas retóricas de Isaías (10:15) aclararon la
situación: Asiria era simplemente un instrumento en las manos del Dios
Todopoderoso.
Isaías profetizó que Dios castigaría completamente a los asirios (10:16–19).
Todo lo que habían acumulado desaparecería “en un solo día” (10:17). Tan
grande sería la devastación de los bosques de Asiria que un niño podría contar
los pocos árboles que quedan.

129
Traducido por: David Taype

La victoria definitiva de Israel sobre Asiria (10:20–34)


La caída de Asiria resultaría catastrófica para los asirios, pero el pueblo de
Dios se regocijaría. Isaías describió el día de la victoria que experimentarían
cuando el Señor saliera a pelear por ellos.
Isaías primero describió el remanente que regresaría a la tierra después de
que el Señor destruyera a sus enemigos (10:20–22). A través de su
subyugación a Asiria, llegarían a comprender el valor de su relación con el
Señor y volverían a confiar en él nuevamente. No obstante, primero
experimentarían severas consecuencias por su pecado. La gente que alguna
vez fue grande en número solo vería un remanente regresar para habitar la
tierra. Solo volverían a ser numerosos después de que supieran cuánto les
había costado su pecado.
A la luz de estas increíbles promesas de la derrota final de Asiria y la
victoria final de Dios, Isaías animó a su audiencia a no temer. La ira de Dios
pronto pasaría de los judíos a los asirios, y Judá se desharía del yugo de
opresión de Asiria (10:24–27).
Isaías describió un día en que todo parecería perdido para Judá cuando el
ejército asirio marchara por el territorio de Benjamín, conquistando sus
ciudades y acercándose cada vez más a Jerusalén (10:28–32). A medida que se
acercaban a la capital de Judá, la población se desesperaba cada vez más. Pero
en ese día, Dios pelearía por su pueblo, y la destrucción de Asiria sería
comparada con la tala del bosque. Las palabras de Isaías probablemente
predijeron la derrota de Asiria durante los días de Ezequías (caps. 36–37).

Descripción Adicional de la Era Mesiánica (11:1–16)


Isaías volvería a tratar el tema de la derrota de Asiria más adelante en su
libro. Ahora volvió a un tema que había comenzado a describir antes: un reino
maravilloso que Dios estaba preparando para el suyo. Compartió esta visión
con sus oyentes para alentarlos frente a lo que se les presentara. Podrían
encontrar la fuerza para vivir una vida fiel en el presente a la luz del glorioso
futuro que les esperaba.
Al describir esta maravillosa era venidera, Isaías nuevamente introdujo el
concepto del Mesías de Dios, su ungido. uno—quien jugaría un papel especial
en anunciar el reino venidero. Al describir la persona y el papel del Mesías,
Isaías se centró en tres aspectos: el Mesías mismo, la paz que traería el Mesías
y el pueblo que Dios reuniría.

130
Traducido por: David Taype

Vista del Belén moderno desde el este (Cortesía de Jim Yancey)

El Mesías mismo (11:1–5)


Isaías había descrito anteriormente una “simiente santa” que permanecería
como un “tocón” en la tierra después de que el juicio de Dios pasara (6:13).
Usando diferentes términos hebreos pero imágenes similares, Isaías describió
una nueva obra que el Señor comenzaría en la tierra.
Isaías 11:1 identifica la fuente de esta nueva obra: la línea de Isaí, habitante
de Belén, padre del rey David (1 Sm 16:1, 10–13). El término hebreo para
"rama" ( netser ) está relacionado con el nombre de la ciudad de Nazaret (heb.
natseret ), el lugar de la infancia de Jesús, y probablemente explica la
referencia críptica del escritor del Evangelio Mateo en Mateo 2:23 (ver
recuadro 6.1) .
La referencia al linaje de Jesé en oposición al linaje de David hace una
distinción importante. Isaías no estaba anunciando la venida del sucesor de
David; estaba anunciando la venida de otro David. [10] Otros pasajes
proféticos también apoyan este concepto (Jeremías 30:9; Ez 34:23–24; Os
3:5).
El Espíritu del Señor descendió sobre David desde que el profeta Samuel lo
ungió (1 Sm 16,13). Asimismo, el Espíritu descansaría ahora sobre este nuevo
David para capacitarlo para cumplir el propósito de Dios.
131
Traducido por: David Taype

Isaías describió las cualidades que traería la presencia del Espíritu:


sabiduría, entendimiento, consejo, poder, conocimiento y temor del Señor
(11:2). La sabiduría, el entendimiento, el conocimiento y el temor del Señor
aparecen en Proverbios 1:1–7 como cualidades fundamentales de la vida que
agrada al Señor. Quien mostrara estas cualidades sería capaz de aplicar el
consejo y el poder apropiadamente en cualquier situación dada. Israel y Judá
nunca habían visto un líder que personificara estas cualidades tan
completamente.

Barra lateral 6.1


Isaías 11:1, Mateo 2:23 y el Retoño

El escritor de los evangelios Mateo trató de mostrar a sus lectores judíos que
Jesús era el Mesías prometido, el ungido anunciado por los profetas para
anunciar el reino eterno de Dios. En consecuencia, a menudo leemos en Mateo
comentarios similares a “y así se cumplieron las palabras del profeta”. Mateo
frecuentemente vinculaba algo que Jesús dijo o hizo con la palabra profética.
Al describir a José y María sacando a Jesús de Egipto, Mateo escribe:
“Cuando [José] oyó que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre, tuvo
miedo de ir allá. Y siendo advertido por Dios en sueños, partió para las
regiones de Galilea, y vino y residió en una ciudad llamada Nazaret, para que
se cumpliese lo dicho por los profetas: 'Será llamado Nazareno'” (Mt 2:22–23).
Sin embargo, uno busca en vano la expresión “Será llamado nazareno” en
cualquier parte de los profetas. ¿Qué estaba en la mente de Mateo cuando hizo
una conexión entre el lugar de residencia de Jesús y el cumplimiento de la
profecía?
La respuesta probablemente radica en la similitud entre las palabras
hebreas para "rama" y "Nazaret". La palabra hebrea usada para “rama” en
Isaías 11:1 es netser , mientras que la palabra hebrea para “Nazaret” es
natseret . Por lo tanto, uno podría entender que "Nazaret" significa
"Branchville" o "Branchtown".
En efecto, Mateo está diciendo: “Mira cuán maravillosamente Dios cumple
su palabra. En el Antiguo Testamento, prometió que la rama de David, el
Mesías, vendría a gobernar. Y cuando lo hizo, solo mira dónde vivía esta rama:
¡en Branchville! ¡Incluso el lugar donde vive el Mesías cumple la palabra de
Dios a través de sus profetas!”
De acuerdo con este punto de vista, Mateo no está diciendo que el
asentamiento de Jesús en Nazaret sea algo que cumpla específicamente una

132
Traducido por: David Taype

predicción que hizo Isaías. Más bien, está llamando a sus lectores a
maravillarse con los detalles sutiles que Dios ha ordenado en su plan redentor.
Tales detalles les recordarían la dirección soberana de Dios de la historia
humana y enfatizarían la unicidad del Hijo de Dios, Jesús.

El concepto del temor del Señor aparece nuevamente en el versículo 3a,


quizás como un comentario sumativo. El temor y la reverencia por el Señor
del nuevo David dieron forma a todo lo que él era, y todo lo demás fluyó de esa
relación. Su sabiduría y discernimiento le permitieron ir más allá de lo que vio
y oyó hasta el meollo de un asunto y gobernar con verdadera justicia, rectitud
y fidelidad (11:3–5). Además, entendió que gobernar bien abarcaba tanto
alentar todo lo que era bueno como suprimir el mal en todas sus formas.

La paz que traerá el Mesías (11:6–10)


Una vez que Isaías terminó de describir a la persona del Mesías, pasó a
describir la transformación social que ocurriría bajo su liderazgo. La sociedad
experimentaría el verdadero shalom (aunque Isaías no usó la palabra aquí)
cuando todos los aspectos de la existencia entraron en perfecta armonía.
La armonía en la naturaleza resultaría cuando los animales que
previamente habían sido enemigos entre sí e incluso con los seres humanos se
unirían en paz. El concepto de niños pequeños, ya sea conduciendo animales
salvajes o jugando entre ellos (11:6, 8), enfatiza aún más la naturaleza pacífica
de la época. El conocimiento del Señor modelado por el Mesías impregnaría la
tierra y su gente (11:10).
Algunos eruditos han visto en tales imágenes el concepto de un regreso al
paraíso, aunque el libro de Génesis no desarrolla completamente las imágenes
que presenta Isaías. [11] (Ver también Is 65:25). De hecho, algunos han
sugerido que todo el flujo de la historia de la redención se remonta al Edén, al
paraíso perdido. Por supuesto, la descripción de la nueva Jerusalén en el libro
de Apocalipsis (Ap 21:1–22:5) describe una realidad mayor que el Jardín del
Edén. En lugar de regresar al Edén, Isaías señaló a su audiencia una nueva
obra que Dios estaba preparando especialmente para ellos, una obra más allá
de sus sueños más salvajes.
En ese día, la raíz de Jesé se convertiría en un punto de reunión, un
estandarte (heb. nes ) para todos los pueblos (11:10). Isaías vio un día en el
que el pueblo de Dios incluiría personas de todas las tierras, de todos los
orígenes étnicos, que lo buscarían (heb. darash ) en busca de consejo e

133
Traducido por: David Taype

instrucción. El profeta ya lo había visto (2:2–4), y volvería a este tema una y


otra vez (42:6; 45:22–23; 49:6; 66:18–23).

El pueblo que Dios reunirá (11:11–16)


La historia de Israel estuvo llena de batallas. Estas batallas fueron a veces
escaramuzas fronterizas, mientras que otras veces fueron conflictos
importantes con otras naciones. Uno de los resultados de estas batallas fue el
desplazamiento de los prisioneros de guerra israelitas a otras partes del
mundo antiguo.
Isaías profetizó el regreso del remanente que había sufrido el
desplazamiento (11:11–12). La referencia al Señor extendiendo su mano “por
segunda vez” probablemente vincula esta acción con su obra a favor de su
pueblo durante los días del éxodo. [12] Nuevamente tomaría medidas para
llevar a su pueblo a casa.
El lector, naturalmente, podría esperar ver tres naciones mencionadas
específicamente: Egipto, Asiria y Babilonia, y lo son. De hecho, en el momento
de la profecía de Isaías, los dos primeros ya habían ocupado un lugar
destacado en la historia de Israel, y el tercero lo haría pronto. Pero la reunión
de Dios de su pueblo resultaría mucho más completa. Su mano llegaría hasta
Cus en África, hasta Elam al este de Babilonia, hasta Hamat en Siria, e incluso
hasta las “islas del mar” visitadas por los fenicios marineros y traficantes de
esclavos (Am 1, 9).
Isaías también vio una reunificación del pueblo de Dios en su descripción de
Judá y Efraín (11:13). En la época de Isaías, el término “Efraín” designaba la
parte del reino del norte que permanecía bajo el dominio israelita, aunque
bajo el estatus de vasallo con Asiria (7:2, 5, 8–9, 17). Un pueblo reunido
sometería a sus enemigos vecinos.
Finalmente, la mano de Dios nuevamente intervendría de manera milagrosa
(11:15–16). Su secado del Nilo y la división del Éufrates evocaron recuerdos
del éxodo y el cruce del Jordán (Ex 14:21–22; Jos 3:15–17). Su creación de un
paso seguro para su pueblo disperso en Asiria allanaría el camino para su
regreso a casa.
Por lo tanto, Isaías 11 describe la persona del Mesías, la paz duradera que
traerá y la gran reunión de personas de Dios para llevarlos a casa. En ese día,
la gente tendrá muchas razones para regocijarse. Este hecho nos lleva a la
siguiente sección, un canto de acción de gracias y alabanza.

134
Traducido por: David Taype

Canción de acción de gracias y alabanza (12:1–6)


El cántico de acción de gracias y alabanza de Isaías 12 tocó todos los
aspectos de la sociedad israelita. Los versículos 1–2 se enfocan en la respuesta
individual a la obra redentora del Señor, y el sujeto (v. 1, “dirás”) es masculino
singular. En los versículos 3–5, los verbos están en plural, ya que toda la
comunidad se une para alabar a Dios y proclamar su bondad. Finalmente, los
verbos en el versículo 6 son femenino singular, quizás una referencia al
pueblo de Dios como su novia.
Los versículos 1–2 describen el gozo y la confianza que los pecadores
redimidos conocen debido a la gran obra de Dios a favor de ellos. Dios estaba
enojado, pero su ira ahora se apartó y consoló a los suyos. Debido a que Dios
es la fuente de salvación, su pueblo puede confiar y no temer.
El versículo 3 describe al pueblo gozoso sacando agua de los manantiales de
salvación. El agua de manantial proporcionaba el agua más fresca, a diferencia
de los pozos, que proporcionaban acceso a piscinas y cisternas subterráneas,
que simplemente recogían agua de lluvia. La provisión de Dios para su pueblo
continuó, y como ellos conocían su cuidado por ellos, incluso las tareas más
básicas se convirtieron en motivo de celebración.

Barra lateral 6.2


Fuentes de agua en tiempos bíblicos

Isaías 12:3 describe al pueblo de Dios gozosamente sacando agua de los pozos
de salvación. Claramente, el lenguaje de Isaías es metafórico. En el día de la
venida del reino de Dios, su pueblo beberá de su salvación, que será más
abundantemente refrescante que el agua para una persona sedienta.
El agua era un bien preciado en los tiempos bíblicos, tal como lo es hoy. Por
supuesto, las casas de las personas no tenían agua corriente como la mayoría
hoy en día. En consecuencia, la gente tenía que recolectarlo de una de tres
fuentes: un manantial, un pozo o una cisterna.
manantiales proporcionaron la mejor fuente de agua ya que el agua
burbujeaba y se renovaba continuamente. La Biblia a veces usa la expresión
“agua viva” para describir manantiales (Jeremías 2:13; Jn 7:38). El manantial
de Gihón era la principal fuente de agua de Jerusalén, lo que requería que el
rey de Judá lo protegiera a toda costa (2 Crónicas 32:30).
pozos producían agua de buena calidad de las piscinas subterráneas. Dado
que el agua era preciosa y la excavación de un pozo representaba una
135
Traducido por: David Taype

importante inversión de tiempo y energía, la propiedad del pozo a veces era


motivo de disputas y peleas (Gn 21:25–31; 26:18–22; Ex 2:16–17) . La
expresión “agua viva” también se usaba a veces en referencia al agua de pozo
(Gn 26,19); la expresión aparece en el texto hebreo, pero se traduce de
diversas formas.
Las cisternas recolectaban agua de lluvia para que la gente tuviera al menos
algo para beber durante las estaciones extremadamente secas. Las casas e
incluso las ciudades tenían canales que dirigían el agua de lluvia hacia estos
grandes embalses. Las primeras cisternas de piedra caliza perdían agua
debido a fugas, pero después de aproximadamente 1300 a. C., la gente
comenzó a enyesar las paredes, lo que resultó en una mejor conservación del
agua.
Los escritores bíblicos vieron el poder sustentador de vida del agua como
una ilustración de principios espirituales más profundos. Jeremías 2:13
describió a los dioses falsos que Judá adoraba como cisternas rotas, sin valor y
sin provecho. En contraste, el Señor era la “fuente de aguas vivas” (NASB) de
su pueblo si tan solo vinieran y bebieran de su bondad dadora de vida.
Mientras David tenía sed de agua en el desierto de Judea, afirmó que la
misericordia de Dios era mejor que la vida misma (Salmo 63:1–3). El Señor
invitó a los espiritualmente sedientos a venir a él y beber (Is 55, 1), y Jesús
también prometió que el que bebiera de él nunca más volvería a tener sed (Jn
4, 13-14).

136
Traducido por: David Taype

El poderoso manantial gigante de Dan constituye una de las principales


cabeceras del río Jordán. (Cortesía de Bryan E. Beyer)

El pueblo proclamó la grandeza de Dios, anunciándola incluso a los pueblos


de los que Dios los había rescatado (12:4-5). Lo exaltaron mientras lo
alababan por su ' alilot (lo que ha hecho). Este término hebreo en otra parte
denota las grandes obras de Dios a favor de su pueblo (Salmo 66:5; 77:11–12).
¿Cómo podía su pueblo guardar silencio sobre tales cosas?
El mandato en el versículo 6 está literalmente dirigido al “pueblo de Sión”.
El uso que hace Isaías de las formas femeninas hebreas alude a Sion como una
mujer exuberante, tal vez la novia del Santo de Israel, que celebra todo lo que
él es para ella. El Santo de Israel, el Dios todopoderoso, habita ahora
personalmente con su pueblo. ¡Gritarlo! ¡Que todos sepan!

Pensamientos finales de Isaías 1–12


Isaías 1–12 contiene muchas verdades que los lectores pueden querer
aplicar a sus propias vidas. De hecho, el texto nos dice mucho acerca de quién
es Dios, quiénes somos nosotros y lo que Dios espera de nosotros. Al concluir

137
Traducido por: David Taype

esta sección del libro, centremos nuestra atención en tres de estas


aplicaciones.
Primero, la disciplina de Dios debe conducir al arrepentimiento. Isaías 9:8–
10:4 describe la acción disciplinaria de Dios contra su pueblo. A veces tomó
medidas drásticas, pero lo hizo por amor, buscando su arrepentimiento. El
Señor todavía usa circunstancias difíciles para llevar a la gente al
arrepentimiento.
Segundo, la gente debe permanecer sensible a la dirección de Dios. Isaías
describe una superpotencia mundial, Asiria, a quien Dios usó como
instrumento de juicio contra su pueblo. Pero los asirios orgullosamente se
dedicaron a sus conquistas totalmente ignorantes de su papel en su propósito
soberano. Por el contrario, la raíz de Jesé se deleitaba en el temor del Señor, y
esa estrecha relación con Dios le permitió gobernar con eficacia. El Señor
continúa obrando a través de los corazones rendidos hoy.
Tercero, Dios está anunciando una era emocionante. Isaías 2 describe el
templo de Dios, el pueblo de Dios y la paz de Dios. Isaías 9 coloca al Mesías en
el trono de David y le otorga nombres maravillosos. Isaías 11 anuncia la
venida de la raíz de Jesé, otro David, y la era de paz y justicia que traerá.

Preguntas de estudio
1. Explicar la importancia estratégica de la ubicación de Galilea a lo
largo de las rutas de carreteras antiguas.
2. Haga una lista de los nombres del niño especial nacido (9:6–7) y
explique su significado.
3. Resuma el papel de Asiria como instrumento de juicio contra el
pueblo de Dios durante el ministerio de Isaías.
4. Haga un recuento de las características clave de la descripción de
Isaías de la era mesiánica establecida por la raíz de Isaí (11:1–16).

Términos clave
Decápolis
Galilea de los gentiles
Texto Masorético

138
Traducido por: David Taype

Vía Maris
Vulgata
camino del mar

139
Traducido por: David Taype

7. oráculos contra las naciones


Isaías 13:1–23:18

Esquema
• ¿Por qué Oráculos contra Otras Naciones?
Desafíos al Reino Mesiánico
Desafíos a la soberanía de Dios
• Babilonia (13:1–14:23)
¿Por qué empezar con Babilonia?
La destrucción de Babilonia (13:1–22)
La canción de burla contra el rey de Babilonia (14: 1–23)
• Asiria (14:24–27)
• Filistea (14:28–32)
• Moab (15:1–16:14)
Lamento por la condición de Moab (15:1–9)
Juicio venidero de Moab (16:1–14)
• Damasco e Israel (17:1–14)
Juicio contra Damasco (17:1–3)
Juicio contra Israel (17:4–14)
• Cus y Egipto (18:1–20:6)
Cus (18:1–6)
Egipto (19:1–25)
Señal de Isaías contra Egipto y Cus (20:1–6)
• Babilonia, Edom y Arabia (21:1–17)
Babilonia (21:1–10)
Edom (21:11–12)
Arabia (21:13–17)
• Jerusalén (22:1–25)
Sitio de Jerusalén (22:1–14)

140
Traducido por: David Taype

Sebna y Eliaquim (22:15–25)


• Tiro (23:1–18)
Llamado al Lamento (23:1–7)
El juicio y el futuro de Tiro (23:8–18)
El destino final de Tyre
• Pensamientos finales de Isaías 13–23

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resalte las implicaciones de la soberanía de Dios sobre todas las


naciones.
2. Identifique las principales naciones y reinos que Isaías señaló para
juicio en los capítulos 13–23.

¿Por qué Oráculos contra Otras Naciones?


Hasta este punto de Isaías, el profeta ha centrado su atención
principalmente en su propio pueblo. Aunque mencionó que todas las naciones
corrían hacia el monte Sion y se unían a la raíz de Isaí (2:1–4; 11:10) y discutió
sobre Asiria como la vara de la ira de Dios (10:5–34), la mayoría de sus
pronunciamientos se centraron en La obra de Dios en Israel y Judá.
¿Por qué Isaías tomaría ahora once capítulos consecutivos para hablar de la
obra de Dios en otras naciones de la tierra? Se destacan dos razones. Primero,
las naciones representaban un desafío al reino mesiánico. Cierto, Isaías había
anunciado esta era maravillosa, pero ¿se mantendrían al margen las naciones
terrestres y sus dioses y dejarían que sucediera? Segundo, las naciones
representaban un desafío a la soberanía de Dios. Las sociedades del antiguo
Cercano Oriente adoraban a miles de deidades; ¿Se atrevería Isaías a suponer
que Yahvé reinaba supremo sobre todos ellos?

Desafíos al Reino Mesiánico


Los dos capítulos anteriores de este libro describen Isaías 7–12 y las
asombrosas profecías que allí se encuentran. Emanuel nacería como señal de
liberación. El Mesías tomaría el gobierno sobre sí mismo, y llevaría nombres

141
Traducido por: David Taype

asombrosos: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.


Gobernaría con justicia y rectitud en el trono de David. La raíz de Jesé—otro
como el rey David—se levantaría y traería un reino de paz como el mundo
nunca había visto. Todas las naciones experimentarían lo mejor de lo que Dios
tenía para ofrecer al unirse a él.
El desafío de los reinos terrenales
Pero, ¿cómo pudo suceder todo esto? Después de todo, Asiria era el poder
dominante, y Babilonia y Egipto eran más fuertes que Israel o Judá. Muchos
vecinos de Israel y Judá, por pequeños que fueran, a menudo representaban
amenazas considerables. El concepto de un reino mesiánico debe haber
sonado genial, pero ¿qué pasa con todas estas naciones? Seguramente no
permitirían que sucediera, ¿verdad?
Isaías 13–23 respondió a este desafío al establecimiento de un reino
mesiánico por parte de Dios. Los oráculos de Isaías contra las naciones
anunciaron que Yahvé era soberano sobre las naciones, lo reconocieran o no.
Un día, todos se inclinarían ante él, y cuando lo hicieran, eso abriría la puerta
al reino mesiánico.
El desafío de otros dioses
¿Qué pasa con los dioses de las otras naciones? Los asirios adoraban al dios
Ashur, y sus gobernantes se jactaban de las grandes victorias que les había
ganado. [1] El principal dios de Babilonia era Bel, llamado Marduk en épocas
anteriores. Los sirios tenían a Adad, los moabitas a Quemos, los amonitas a
Milcom, los filisteos a Dagan, los fenicios a Baal. Y, por supuesto, estas
naciones también adoraban a muchas otras deidades. Cientos ya veces miles
de dioses y diosas formaron sus panteones.
Los oráculos de Isaías contra las naciones también responden al desafío de
las deidades rivales. Yahweh no solo reinó supremo sobre todos los
gobernantes terrenales; él reinó supremo sobre el universo. Sus actos de
juicio contra otras naciones demostrarían la impotencia de sus dioses.

Desafíos a la soberanía de Dios


Más allá de los desafíos al reino mesiánico yacen los desafíos a la soberanía
de Dios. Yahvé es un dios cuyo poder había reconocido Asiria durante los días
de Jonás (Jon 3, 4-9), y Babilonia reconocería su poder durante el ministerio
de Daniel (Dn 2, 46-47; 3, 28-29; 4: 1–2, 34–37). Pero, ¿Yahweh realmente
reinó supremo sobre el universo? ¿Podría realmente hacer lo que su profeta
proclamó?

142
Traducido por: David Taype

Los oráculos de Isaías contra las naciones hacer más que anunciar la
próxima restauración de Israel y Judá en el reino mesiánico. Más que eso,
proclaman la victoria final de Dios. El pueblo de Yahweh comparte la victoria,
pero la victoria le trae gloria a él primero y principal. Todo el mundo se
inclinará en lealtad, no al pueblo de Dios, sino a él. Isaías 13–23 enfoca
nuestra atención en la obra de Aquel que no compartirá su gloria con nadie
más.

Babilonia (13:1–14:23)

¿Por qué empezar con Babilonia?


Podríamos haber esperado que Isaías comenzara sus oráculos contra las
naciones con un juicio contra Asiria. Después de todo, Asiria fue el poder
dominante durante el ministerio de Isaías. O tal vez Isaías dejaría a Asiria para
el final como el clímax de los juicios de Dios. Isaías tampoco lo hizo. En
cambio, comenzó sus oráculos con un juicio contra Babilonia. [2]
¿Por qué Isaías comenzaría con Babilonia? En el momento de esta profecía,
Asiria bajo Tiglat-Pileser III (745–727 a. C.) estaba mostrando sus músculos y
comenzando su expansión hacia el oeste. Las naciones más pequeñas como
Siria, Israel y Judá se estaban poniendo nerviosas y tratando de decidir qué
hacer (7:1–9). Babilonia no era asunto de ellos.
Quizás Isaías comenzó con Babilonia porque entendió el lugar final de
Babilonia en la historia de Judá. Aunque Asiria amenazaría a Judá más de una
vez, Asiria nunca prevalecería. Pero Babilonia lo haría; los babilonios
invadirían Judá, derrotarían y destruirían a Jerusalén y llevarían a su pueblo al
exilio. En última instancia, Babilonia era el enemigo sobre el cual Judá primero
necesitaba escuchar palabras proféticas de juicio.

[Imagen no incluida por restricciones de derechos.]

La destrucción de Babilonia (13:1–22)


Isaías se centró en tres temas relacionados con la destrucción de Babilonia.
Primero, la destrucción de Babilonia vendría como obra de muchas naciones.
Las naciones formarían una coalición para derribar a Babilonia. Los que
habían sufrido bajo el dominio babilónico tendrían el gozo de participar en su
fin.
Segundo, la destrucción de Babilonia reveló el día del Señor. El Señor
juzgaría el mal dondequiera que lo encontrara, y había encontrado mucho en
143
Traducido por: David Taype

el reino de Babilonia. Las naciones participarían en la caída de Babilonia, pero


en última instancia, la caída de Babilonia se produjo a través de la obra del
Señor soberano.
Tercero, la destrucción de Babilonia estaría acompañada por una canción
de burla dirigida contra el gobernante de Babilonia. El orgullo de Babilonia
había llevado a sus gobernantes a pensar que gobernarían para siempre. El día
del juicio corregiría esa noción equivocada.
El trabajo de muchas naciones
Isaías describió los ejércitos que se reunirían contra Babilonia. La palabra
hebrea para “estandarte” ( nes ) que aparece en 11:10 aparece nuevamente en
13:2. La bandera de señales indicaba el punto de reunión de los que iban
contra Babilonia. Los mandatos en el versículo 2 están en forma plural, lo que
indica un llamado para que todos participen invitando a otros a unirse a la
batalla. Las naciones y los pueblos respondieron a la invitación divina de
unirse al día del juicio final de Babilonia.
Las naciones respondieron rápidamente (13:4–5). El sonido de su
estruendo llegó a una gran distancia mientras se concentraban para la batalla.
El uso que hace Isaías de los términos "tierras lejanas" y "confines de los
cielos" destaca nuevamente la interacción entre el Dios soberano y sus
instrumentos humanos. Las fuerzas en el reino espiritual dieron forma a los
eventos terrenales.
El día del Señor
La expresión “día del Señor” (Heb. yom YHWH ; ver recuadro 7.1) y sus
paralelos cercanos ocurren comúnmente en la literatura profética y también
en el Nuevo Testamento. El yom YHWH no describe un día de veinticuatro
horas, sino un período de tiempo en el que Dios obra sus propósitos de una
manera particular. manera distintiva en los cielos y en la tierra. El día del
Señor incluye tres elementos, aunque se enfatizan diferentes elementos en
varios usos: el juicio de Dios contra los incrédulos, la limpieza y purga del
pueblo de Dios y la salvación del pueblo de Dios.

Barra lateral 7.1


El Tema del Día del Señor en Isaías

La expresión “día del Señor” aparece dieciséis veces en el Antiguo Testamento,


aunque expresiones relacionadas (p. ej., “día del juicio final”, “día de la

144
Traducido por: David Taype

venganza”) también parecen indicar el mismo fenómeno. El día del Señor


denota un período de la historia que presenta uno o más de tres aspectos:

1. el juicio de Dios contra los incrédulos;


2. la limpieza y purga del pueblo de Dios; y
3. la salvación del pueblo de Dios.

La siguiente tabla resume los usos de estas expresiones en el libro de Isaías


(NASB):

Verso Expresión Significado (ver la


lista anterior)

2:12 "día del juicio final" 2


10:3 “día del castigo” 2
13:6 “Día del Señor ” 1 (Babilonia)
13:9 “día del SEÑOR ” 1 (Babilonia)
34:8 “día de venganza” 1 (Edom)
49:8 “día de salvación” 3
61:2 “día de venganza” (“venganza” aquí puede 1, 3
significar “equilibrar la balanza”)
63:4 “día de venganza” 1 (Edom, posiblemente
otros)

Como es evidente, los tres aspectos del motivo del día del Señor aparecen
en Isaías. Los escritores del Nuevo Testamento también hablaron del día del
Señor de esta manera, proclamando el cumplimiento final del día en la
segunda venida de Jesús (Filipenses 1:6; 2 Tesalonicenses 2:1–10).

En Isaías 13, el yom YHWH destaca especialmente el juicio de Dios contra


Babilonia. El énfasis en la inminencia del día es paralelo a otros pasajes
proféticos (Ez 30,3; Sof 1,7). La advertencia “vendrá como destrucción por
parte del Todopoderoso” ocurre en forma virtualmente idéntica en Joel 1:15.
Isaías usó la expresión para describir el juicio de Dios contra la incrédula

145
Traducido por: David Taype

Babilonia. Joel, escribiendo alrededor del año 500 aC, [3] lo utilizó para
describir una plaga de langostas que Dios estaba usando para llevar a su
pueblo al arrepentimiento.
El miedo se apoderaría del pueblo babilónico (13:7–8). El terror y la
angustia los envolverían, y no tendrían mejor oportunidad de escapar que la
que tiene una mujer de parto para escapar del parto. Solo pudieron
intercambiar miradas de impotencia a medida que avanzaba el juicio. Los
verbos hebreos agregan énfasis en que cada uno ocurre al final de su frase
respectiva y por lo tanto en su forma de pausa. [4] El lector o hablante haría
una pausa natural en cada verbo, agregando así un efecto dramático:

Debido a esto, todas las manos irán flojo ,


el corazón de cada hombre se derretirá .
El terror se apoderará de ellos ,
el dolor y la angustia se apoderarán ellos ;
como una mujer en parto ellos se retorcerá .
El uno al otro se mirarán (con asombro) ,
sus caras en llamas.
(mi traducción)

El juicio de Dios no sería arbitrario sino dirigido contra los pecadores


(13:9). El lenguaje apocalíptico describió a los cielos mismos participando en
el juicio, reteniendo su luz. La oscuridad espiritual se encontraría con la
oscuridad física y emocional. El mundo se estremeció bajo la ira de Dios, y él
puso fin al orgullo y la arrogancia de la humanidad (13:11–13).
El cambio al hebreo tebel que significa “mundo” (13:11) en lugar de los
habituales erets “tierra, tierra” sugiere un juicio más amplio de Dios. El Señor
se enfocó en Babilonia pero juzgaría a los pecadores dondequiera que los
encontrara. La desesperanza de la situación aparece en 13:14–16, donde los
babilonios se encuentran sin protección ni un líder y sufrirán las atrocidades
comunes en las guerras antiguas (Sal 137:9; Os 13:16; Zac 14:2).
Isaías identificó a los medos como un instrumento principal de juicio
(13:17–18). Los medos vivían en la región debajo del mar Caspio, al norte de
las montañas Zagros y Elam y al este de Asiria. Participarían en la coalición
con babilonios, escitas y otros que derrotaron a Nínive en el 612 a. C. y
terminaron con el imperio asirio. El rey Ciro de Persia sometió a los medos en

146
Traducido por: David Taype

el 550 a. C. y los incorporó al reino persa, aunque parece que se mantuvo una
influencia significativa de los medos (Dn 5:31; 9:1). [5]
Isaías comparó el derrocamiento final de Babilonia con el de Sodoma y
Gomorra: absoluto y final. La tierra no sería apta ni siquiera para pastores y
nómadas, sino solo para animales salvajes, un juicio que Isaías declaró en otra
parte para Edom (13:20–22; 34:13–15).
El juicio de Babilonia no vino inmediatamente con la caída del imperio
babilónico, pero vino. Ciro, que conquistó Babilonia en el 539 a. C., tomó la
ciudad sin luchar y permitió que continuara como capital de provincia. La
influencia de la ciudad continuó en los períodos persa y griego, pero para el
año 200 dC había caído en el olvido. Sus ruinas permanecieron prácticamente
intactas hasta el siglo XIX, cuando un nuevo interés por la arqueología condujo
a su descubrimiento.

La canción de burla contra el rey de Babilonia (14: 1–23)


Buenas noticias para Judá (14:1–2)
La caída de Babilonia fue una mala noticia para Babilonia, pero una buena
noticia para todos aquellos a los que había oprimido. Isaías describió la nueva
obra que el Señor haría entre su pueblo en ese día. Él los establecería de
nuevo en su tierra, y los extranjeros vendrían y vivirían con ellos en paz.
Aquellos que los habían oprimido se encontrarían sujetos a los israelitas.
Detalles de la Burla (14:3–23)
Isaías recitó la burla que Israel cantaría contra su antiguo opresor. La
palabra “vosotros” en 14:3–4 está en singular, describiendo un acto de la
nación como un todo.
El profeta dio crédito donde era debido: “ Jehová quebró la vara de los
impíos, el cetro de los señores” (14:5). Las dos palabras hebreas traducidas
como “vara” y “cetro” ( mate y shebet , respectivamente) son las mismas
palabras con las que Isaías describió la dominación asiria (10:5). El Señor
soberano instaló gobernantes y también tenía el poder de quitarlos.
La referencia de Isaías al júbilo de los árboles del Líbano (14:8) alude a las
constantes jactancias de los reyes asirios y babilónicos de que cortaron los
árboles del Líbano a medida que avanzaban hacia Siria. [6]
Isaías también describió al Seol (“el sepulcro”) agitándose para encontrarse
con el rey caído de Babilonia (14:9). Uno por uno, otros líderes caídos de
imperios pasados se levantarían para unirse a la burla, porque Babilonia
finalmente se había vuelto tan débil como ellos (14:10–11).

147
Traducido por: David Taype

El profeta destacó la extrema humillación del monarca depuesto (14:12–


17). El rey había sido —al menos a sus propios ojos— como la estrella de la
mañana, como quien exalta su trono entre las estrellas. Pero ahora fue
arrojado a las profundidades del Seol. Tan grande fue su humillación que los
que lo vieron preguntaron con asombro si realmente era el rey que había
reinado tan poderosamente en la tierra.
El rey de Babilonia no experimentaría un gran honor en su muerte, en
contraste con sus famosos predecesores (14:18–20). El Señor borraría todo
recuerdo de él y de sus descendientes y arrasaría su tierra (14:21–23).
El objeto de la burla: ¿A quién se refiere la expresión “Rey de
Babilonia”?
La identidad del “lucero de la mañana, hijo de la aurora” en Isaías 14:12–14
ha sido el foco de mucha discusión entre los cristianos. El lenguaje les parece a
muchos tan grandioso y las jactancias del gobernante tan arrogantes que
algunos han concluido que el texto en realidad tiene a Satanás a la vista o
quizás al Anticristo de los últimos días. [7] Argumentan que ningún
gobernante terrenal hablaría tan pomposamente. ¿Qué cuestiones
hermenéuticas deberían dar forma a nuestra interpretación? ¿Cómo
podríamos apoyar tal punto de vista?
Primero, debemos examinar el contexto para determinar si hay alguna
indicación sobre la identidad del gobernante. De hecho, descubrimos que el
versículo 4 identifica claramente al “rey de Babilonia” como el objeto de la
burla.
Segundo, debemos preguntarnos si el Nuevo Testamento alude a este
pasaje, porque a veces el Nuevo Testamento arroja más luz sobre un pasaje
del Antiguo Testamento (Jl 2:28–32; Hechos 2:16–21). Si el pasaje tiene un
cumplimiento secundario en Satanás, por ejemplo, podríamos esperar
encontrar alguna referencia aquí. Sin embargo, no existe tal paralelo. La
referencia más cercana es probablemente Lucas 10:18, donde Jesús describe
haber visto a Satanás caer del cielo como un rayo, pero esto está lejos de ser
una cita o alusión directa.
Sin embargo, el Nuevo Testamento habla de Babilonia en términos
escatológicos. El libro de Apocalipsis describe a Babilonia como la cabeza de
las abominaciones del mundo, como el reino que recibe su juicio final justo
antes de la segunda venida de Jesús (Ap 17:5; 18:1–3; 19:1–3). Quizás este
paralelo sea suficiente para que reconozcamos en Isaías 14:12-14 un
cumplimiento secundario. Sin embargo, Juan no cita a Isaías directamente.

148
Traducido por: David Taype

En tercer lugar, debemos preguntarnos si algo el resto del texto exige un


cumplimiento secundario. Aquí algunos argumentan que la actitud
jactanciosa, pomposa y arrogante del gobernante de Babilonia supera con
creces la capacidad de los reyes mortales. ¿Afirmaría realmente un
gobernante que “asciende por encima de las cimas de las nubes” y se hace
“como el Altísimo”? En otras palabras, ¿implica más dificultad tomar el texto al
pie de la letra, es decir, tomar la referencia en 14:4 al rey de Babilonia como
determinante, que sugerir un cumplimiento secundario?
Por otro lado, sabemos por sus propias inscripciones que los reyes asirios y
babilónicos a menudo se describían a sí mismos en términos grandilocuentes.
Las inscripciones asirias en particular usan un lenguaje bastante similar al que
Isaías atribuye a sus reyes (10:13–14; 37:24–25). [8]
En resumen, la evidencia parece sugerir que Isaías 14:12–14 encontró su
cumplimiento en el rey de Babilonia. El contexto sugiere que el rey de
Babilonia está a la vista, el Nuevo Testamento no contiene ninguna alusión
directa al pasaje, y los reyes del Cercano Oriente a veces se jactaban
extravagantemente de sus logros. Tal vez más evidencia arroje nueva luz
sobre el tema.

Asiria (14:24–27)
Curiosamente, después de dos capítulos de palabras proféticas contra
Babilonia, Isaías tomó solo cuatro versículos para pronunciar el juicio de
Asiria. [9] Tal vez lo hizo porque ya se había ocupado de Asiria (10:5–34) y lo
haría más tarde (36:1–37:38). De hecho, 14:25 puede aludir al juicio de
Senaquerib en los capítulos 36–37.
El Señor soberano (Heb. YHWH tseba'ot , “Yahweh de los ejércitos”) había
establecido su propósito, y nadie lo frustraría. Sus planes llegaban hasta los
confines de la tierra, y Asiria no se interpondría en su camino.

Filistea (14:28–32)
Los filisteos se regocijaron en el año en que murió Acaz y Ezequías comenzó
a reinar. [10] La transición de los reyes a menudo brindaba una oportunidad
conveniente para que los pueblos súbditos y/o vecinos se rebelaran o
atacaran. Si lo hiciera, obligaría al nuevo rey a probarse a sí mismo de
inmediato, a menudo mientras todavía estaba lidiando con problemas de
transición. Además, Ezequías tenía solo veinticinco años cuando comenzó su

149
Traducido por: David Taype

reinado (2 Reyes 18:2), aunque Acaz, a quien los filisteos aparentemente


temían, tenía solo veinte años cuando comenzó a reinar (2 Reyes 16:2).
El año fue 715 a. C. o 727 a. C., según la cronología que se asuma para el
reinado de Ezequías. [11] Isaías advirtió a los filisteos que les esperaban
problemas mayores. Los judíos habían intercambiado reyes terrenales, pero
su rey celestial permaneció en su trono.
Isaías advirtió de un enemigo mayor del norte, casi con certeza Asiria
(14:31). De hecho, los filisteos experimentaron la ira asiria varias veces.
Tiglat-Pileser III conquistó Gat en el 734 a. C., Sargón II conquistó Ascalón y
Gat en el 720 a. C. y luego regresó en el 711 a. C. para aplastar nuevamente a
Ascalón. La invasión de Judá por parte de Senaquerib en el 701 a. C. también
afectó a los filisteos, y sus principales ciudades sufrieron nuevamente la
derrota. [12]

Moab (15:1–16:14)
Moab se encontraba a lo largo de la costa oriental del Mar Muerto, al sur del
territorio de la tribu de Rubén. [13] Los moabitas descendían de Lot, sobrino
de Abraham (Gn 19,37). Saúl y David los sometieron (1 Sm 14:47; 2 Sm 8:2),
pero durante los días del reino dividido, Moab generalmente permaneció
independiente del control de Israel o Judea. Ocurrieron algunas batallas, como
mencionan tanto la Biblia (2 Reyes 3:4–27; 2 Crónicas 20:1–26) como la
estela de Mesa (ver recuadro 7.2).

Barra lateral 7.2


La estela de Mesa

A mediados del siglo IX a. C., Mesa, rey de Moab (2 Reyes 3:4–5), conmemoró
los logros de su reinado en una inscripción monumental que contenía
aproximadamente treinta y cinco líneas de texto. El texto fue escrito en el
idioma moabita (un dialecto cananeo estrechamente relacionado con el
hebreo) en un bloque de basalto de tres pies de alto y dos pies de ancho. [14]
Dice:

Yo soy Mesha, el hijo de Kemosh-yatti, el rey de Moab, el dibonita.


Mi padre fue rey sobre Moab durante treinta años,
y yo fui rey después de mi padre.

150
Traducido por: David Taype

E hice este lugar alto para Kemosh en Karchoh,


...
porque me ha librado de todos los reyes,
y me ha hecho menospreciar a todos mis enemigos.

Omri era el rey de Israel,


y oprimió a Moab por muchos días,
porque Quemos estaba enojado con su tierra.
Y su hijo le sucedió, y dijo, él también:
"¡Oprimiré a Moab!"
En mis días dijo [así],
pero lo miré a él y a su casa,
e Israel se ha arruinado, ¡sí, se ha arruinado para siempre!

Y Omri había tomado posesión de toda la tierra de Medeba,


y vivió allí en sus días y la mitad de los días de su hijo, cuarenta años, pero
Kemosh la restauró en mis días.

Adaptado de Contexto de las Escrituras (en adelante , COS ), ed. William W.


Hallo y K. Lawson Younger Jr., 3 vols. (Leiden: Brill, 1997–2002), 2:137 .

Isaías no dio fecha para su oráculo. Las alusiones a la búsqueda de la


protección de Judá (16:1–4a) sugieren una época de invasión asiria, cuando
un país podría naturalmente solicitar la ayuda de un vecino, pero la
identificación de una incursión asiria en particular sigue siendo imposible.

Lamento por la condición de Moab (15:1–9)


El luto de Moab se extendió por toda su tierra. La expresión “en una noche”
(15:1) enfatiza lo repentino de la destrucción de Moab. Ar estaba ubicado en
la frontera norte de Moab, pero se desconoce su ubicación exacta. Kir
probablemente designa a Kir Hareseth, la antigua capital de Moab, ubicada
diecisiete millas al sur del Arnón y once millas al este del Mar Muerto.
Dibón (15:2) también sirvió como capital de Moab, aunque Josué se la había
asignado a Rubén (Josué 13:9, 17). Nebo se sentó al suroeste de Hesbón; había
pertenecido a Rubén hasta que el rey Mesa la capturó para Moab alrededor
del año 850 a. La posición de Medeba a lo largo de King's Highway, una
importante carretera de norte a sur en Transjordania, la convirtió en una
ciudad estratégica. A lo largo de la historia a menudo cambió de manos, un

151
Traducido por: David Taype

hecho del que dan fe tanto la Biblia como la estela de Mesa (Nm 21:24, 26, 30;
Jos 13:9, 16).
Los versículos 4–9 llevaron a los oyentes de Isaías a través de varios lugares
de Moab; las ubicaciones exactas de algunos de estos sitios siguen siendo
desconocidas para los arqueólogos. Hesbón era la capital de Sehón, rey de los
amorreos, a quien Israel derrotó en tiempos de Moisés (Nm 21,26). Jahaz fue
el lugar de la victoria de los israelitas sobre Sehón (Nm 21:23–24). Podemos
suponer que la elección de Isaías de los lugares particulares que mencionó
representó para sus oyentes una imagen de todo Moab en llanto y lamento.

Juicio venidero de Moab (16:1–14)


En el capítulo 15, Isaías describió el llanto y el lamento que experimentaría
Moab en todo el país. En el capítulo 16, enfatizó dos elementos: la desesperada
súplica de ayuda de Moab y un lamento en nombre de Moab.
La súplica desesperada de ayuda de Moab (16:1–5)
A medida que Asiria se hizo más fuerte, muchas naciones más pequeñas en
Siria-Palestina vieron sus días de independencia como potencialmente
efímeros. A menudo buscaban alianzas con Egipto o con otras naciones
pequeñas para protegerse. La alianza de Israel y Siria (7:1–9) fue uno de esos
ejemplos.
Isaías describió la búsqueda de ayuda de Moab en Jerusalén (16:1–4a). Los
moabitas enviaron corderos (el hebreo literalmente dice "cordero") como
tributo, con la esperanza de que los judíos albergaran a los refugiados
moabitas, entre ellos un gran número de mujeres, que temían especialmente
los horrores de la conquista enemiga. No sabemos si la mayoría en realidad
envió el tributo o si Isaías lo describió como la única esperanza de Moab.
Isaías describió el resultado final del caos actual (16:4b-5). La opresión no
duraría para siempre, y el trono de David se restablecería graciosamente.
Aunque David había subyugado a Moab durante su reinado, Isaías claramente
pretendía que esta promesa fuera un consuelo para los moabitas, quizás
debido a la conexión de David con Moab a través de Rut, su bisabuela (Rut
4:17). Pero, ¿aceptaría Moab tal consuelo? ¿Tendría Moab el valor de decir al
ir a Sion que su única esperanza estaba allí?
Lamento por Moab (16:6–14)
Los moabitas no aceptaron la solución que les ofreció Isaías. Su orgullo y
arrogancia (16:6) les impidieron humillarse de esa manera. Sin embargo, su
confianza en sus propias habilidades y recursos fracasaría miserablemente.

152
Traducido por: David Taype

Una vez más, Isaías enumeró las ciudades de Moab que lamentaron la ruina
inminente de la nación (16:7–9). Nada quedaría de la agricultura, el ejército o
los gobernantes de Moab. Cuando el profeta vio la escena a través de su lente
profética, ofreció su propio dolor: “Mi corazón se lamenta por Moab” (16:11).
El tiempo de Moab estaba llegando a su fin. Isaías prometió que dentro de
tres años, el esplendor de Moab desaparecería (16:14). No podemos fechar
este juicio con precisión ya que los reyes asirios Tiglat-Pileser III, Sargón II,
Senaquerib y Esarhadón reclaman victorias sobre Moab. [15]

Damasco e Israel (17:1–14)


La vinculación de Damasco e Israel en Isaías 17 sugiere fuertemente la
época de la guerra siro-efraimita (735–734 a. C.; véase la discusión de Is 7:1–
9) como la fecha de la profecía. Isaías advirtió de un inminente día de ajuste
de cuentas para ambas naciones.

Juicio contra Damasco (17:1–3)


Isaías describió el juicio de Damasco; la gran ciudad se convertiría en un
montón de ruinas. Poco quedaría de su antiguo esplendor. [16]
La respuesta de Tiglat-Pileser III al regalo de Acaz (2 Reyes 16:7–8) fue
rápida. Capturó Damasco y mató a Rezín, su rey (2 Reyes 16:9). La ciudad se
convirtió en ruinas como dijo Isaías. Al igual que con muchos otros eventos de
la época de Isaías, existen relatos paralelos en las inscripciones reales asirias.
[17]

Juicio contra Israel (17:4–14)


Isaías usó imágenes agrícolas para describir la devastación de Israel (17:4–
6). Así como quedó poco en el Valle de Refaim al suroeste de Jerusalén
después de la cosecha, quedaría muy poco para recoger en Israel después de
la cosecha del juicio de Dios. La anexión de gran parte del territorio de Israel
por parte de Tiglat-Pileser III y la colocación de Oseas en el trono de Israel
[18] cumplieron las palabras de Isaías.
Los versículos 7–8 describen el regreso del remanente al Señor.
Abandonarían todas las trampas de la falsa fe religiosa y lo seguirían. ¿Pero su
lealtad llegaría demasiado tarde? El hecho de que Isaías siga estos versículos
con los versículos 10–14 sugiere fuertemente que sí. Habían puesto su
esperanza en las alianzas militares en lugar del Santo de Israel, y ahora
aprenderían la locura de haberlo hecho.

153
Traducido por: David Taype

La desolación venidera se describe en los versículos 9–11. Las ciudades


quedarán desiertas; las cosechas no darán nada. La enfermedad y el dolor
incurable se volverán comunes.
Isaías describió el alboroto de las naciones ante la amenaza asiria (14:12–
14). El avance de tal imperio naturalmente llevaría a las naciones a evaluar
sus posiciones actuales y desarrollar una estrategia para sobrevivir. ¿Deberían
rendirse a Asiria o tratar de unirse a otras naciones contra Asiria? Las
palabras de Isaías describieron la futilidad de poner la esperanza en cualquier
poder terrenal.

Cus y Egipto (18:1–20:6)


Sin duda, Isaías entremezcló sus palabras con respecto a Cus y Egipto
debido a la situación histórica en el momento de su profecía. El final del siglo
VIII a. C. fue un período de decadencia egipcia, cuando los líderes cusitas
pudieron asumir el control de Egipto.

Cus (18:1–6)
Cush a menudo se traduce como "Etiopía", pero tal traducción es un poco
engañosa. [19] La Etiopía moderna se encuentra más al sureste. El término
“Cush” designaba apropiadamente a Nubia, un área río arriba (al sur) de
Egipto más allá de la primera catarata del Nilo. Las excavaciones
arqueológicas allí han arrojado los restos de una civilización impresionante.
Egipto generalmente controlaba Cus durante los períodos de poder egipcio,
pero durante un período de declive egipcio a fines del siglo VIII a. C., los
líderes nubios pudieron establecer la supremacía. En el 715 a. C., tomaron el
control de Egipto y establecieron la Dinastía XXV. Reinaron hasta el 663 a. C.,
cuando los asirios invadieron Egipto y los derrotaron. Parece que Tirhakah, un
gobernante de esta dinastía, trató de ayudar a Ezequías durante los días de la
invasión de Senaquerib (37:9).
Isaías describió a Cus como “la tierra del zumbido de alas” (18:1), una
referencia a los enjambres de insectos voladores que residen en el área. Los
cusitas enviaron sus emisarios por el Nilo hacia el norte en sus naves de
papiro (18:2). Una vez que llegaron al Alto (Norte) Egipto, pudieron
desembarcar y acceder a una de las carreteras que conducían a Judá.
La referencia de Isaías al envío de mensajeros (18:2-3) denota la situación
política. Cuando los nubios se establecieron en Egipto, enviaron mensajeros a
Palestina, prometiendo ayuda en la lucha contra Asiria. Es de suponer que
habían llegado a Judá con su oferta de apoyo, e Isaías los envió a casa con un
154
Traducido por: David Taype

mensaje diferente. La verdadera seguridad no residiría en una alianza


internacional sino en la confianza en Yahvé.
Isaías pretendía su proclamación de la obra de Dios para todo el mundo
habitado (18:3, heb. tebel ; véase la discusión de 13:11). Los líderes terrenales
revoloteaban de un lado a otro con sus intentos de diplomacia, pero el
soberano Yahvé guiaba los acontecimientos de la historia. Juzgaría a las
naciones y las humillaría.

155
Traducido por: David Taype

Imágenes de Egipto, tanto antiguo como moderno (Cortesía de Jim Yancey y


Todd Bolen/BiblePlaces.com)

Sin embargo, algunos verían el tiempo del juicio como el tiempo de la


sumisión (18:7). Habían anticipado este día (18:3) y ahora traían un regalo de
homenaje.

Egipto (19:1–25)
Durante el tiempo de la profecía de Isaías contra Egipto, los egipcios
estaban pasando por un período de sumisión a sus gobernantes etíopes.
Llegaría un día en que estarían libres de ellos; sin embargo, no escaparían al
plan de Dios para ellos.
Juicio contra Egipto y sus líderes (19:1–15)
Primero, Isaías describió la confusión que el Señor traería contra los
egipcios (19:1–4). El profeta describió no solo el miedo y el pánico que
experimentaría el pueblo, sino que también usó un lenguaje antropomórfico
para enfatizar la impotencia de los dioses de Egipto mientras sus ídolos
temblaban (cf. 46:1 y Ex 12:12). El “maestro cruel” (19:4) puede ser Piankhi,
el gobernante etíope que fundó la Dinastía XXV. Egipto había demostrado ser
un amo cruel para Israel; el Señor ahora le daría la vuelta a Egipto. Egipto no
tendría adónde acudir excepto a sus ídolos impotentes (19:3).
En segundo lugar, Isaías describió el secado del Nilo, claramente desastroso
para una nación cuya vida misma dependía del río y su inundación anual
(19:4–10). Los efectos de esta catástrofe impregnaron gradualmente a toda la
156
Traducido por: David Taype

sociedad. Las plantas murieron, los campos se marchitaron, los pescadores se


desesperaron, los trabajadores que hilaban lino perdieron sus trabajos y la
economía se tambaleó.
En tercer lugar, Isaías describió la desesperanza y la confusión que
golpearían a los líderes de Egipto (19:11–15). ¿Qué podrían hacer? Su
sabiduría no pudo superar los efectos devastadores de la sequía. La escena
trae a la mente imágenes del período del éxodo, cuando los mejores esfuerzos
de los egipcios no pudieron detener los juicios de Dios contra ellos.
La sumisión y restauración de Egipto (19:16–25)
Isaías 19:16–25 se puede dividir en cinco secciones más breves, cada una de
las cuales comienza con la expresión “en aquel día” (19:16–17, 18, 19–22, 23,
24–25). Estas cinco secciones describen un futuro asombroso que Yahweh
estaba preparando para Egipto.
Primero (19:16-17), Egipto se desanimaría y se estremecería de miedo por
lo que le sucedió. La bendición de Dios a Judá se convertiría en una fuente de
temor para los egipcios.
Segundo (19:18), cinco de las ciudades de Egipto hablarían hebreo como su
idioma preferido. [20] No se da la identidad de las ciudades;
presumiblemente, Isaías pretendía cinco ciudades principales. No obstante, la
idea de que los egipcios nacionalistas hablaran algo más que su propio idioma
debe haber asombrado a los oyentes de Isaías. Isaías también dijo que los
egipcios jurarían lealtad al Señor. Continuó desarrollando este pensamiento
aún más sorprendente en los siguientes versos.
Tercero (19:19–22), la adoración de Yahvé se expandiría por su iniciativa.
La referencia de Isaías a un “altar para el SEÑOR en Egipto” no tenía la
intención de juzgar, como una violación de la prohibición de Dios de adorar
fuera de Jerusalén (Dt 12:1–7). Más bien, testificó de una obra redentora que
estaba realizando con un pueblo nuevo.
El lenguaje del versículo 20 recuerda a Israel clamando a causa de sus
opresores durante los días de la esclavitud egipcia. Pero en este día venidero,
Dios rescataría a Egipto de sus opresores. Se les revelaría como nunca antes, y
ellos llegarían a conocerlo y le traerían ofrendas (19:21–22). El juicio divino
resultaría redentor.
Cuarto (19:23), Asiria se uniría a Egipto para adorar al Señor. La ironía
residía en el hecho de la amarga animosidad que existía entre las dos
naciones. ¿Cómo podrían adorar juntos, y mucho menos adorar al único Dios
verdadero? Además, tanto Egipto como Asiria habían oprimido brutalmente al
pueblo de Dios durante el curso de la historia; ¿Encontrarían realmente la

157
Traducido por: David Taype

gracia y el favor de Dios? La referencia de Isaías a una “carretera de Egipto a


Asiria” insinúa una obra especial de Dios que produciría esto (cf. 11:16; 35:8;
40:3).
Quinto (19:24–25), Isaías describió un día en que Egipto, Asiria e Israel
adorarían al Señor juntos. Se produciría una bendición increíble cuando Dios
reconciliara a enemigos acérrimos entre sí y con él. Los términos “pueblo mío”
y “obra mía” se aplicaron a Israel en otros lugares, pero aquí Isaías los aplicó a
Egipto y Asiria, respectivamente. Isaías no podría haber escogido aliados más
extraños que estas tres naciones.
Tan asombrosas como fueron las palabras de Isaías, ellas anticiparon
poderosamente la proclamación del poder reconciliador del evangelio en el
Nuevo Testamento. El apóstol Pablo declaró que Jesucristo, a través de la
sangre de su cruz, derribó las barreras entre judíos y gentiles y reconcilió a los
dos grupos entre sí, para poder presentarlos como un solo grupo a su Padre
(Efesios 2:14–16). ).

Señal de Isaías contra Egipto y Cus (20:1–6)


Sargón II (721–705 a. C.), rey de Asiria, había venido contra la ciudad
filistea de Asdod y la capturó en el 711 a. C. La expresión “en aquel tiempo”
(20:2) probablemente designa más el período general que la fecha exacta. No
obstante, Isaías usó el evento como un trampolín para una poderosa lección
práctica para Judá.
Isaías obedeció el mandato de Dios de andar “desnudo y descalzo” (20:2).
Algunos eruditos creen que la expresión hebrea se refiere a la desnudez
completa de Isaías, mientras que otros creen que significa quitarse la ropa
exterior. El significado de la señal profética era imitar a aquellos a quienes
Asiria llevaría al exilio de Egipto y Cus (20:3–4).
La mención de Cus se relaciona con su control de Egipto durante este
tiempo (cf. discusión de 18:1–7). “Los que confiaron en Cus y se jactaron en
Egipto” (20:5) son probablemente los judíos que esperaban que estas
naciones los rescataran de Asiria.

Babilonia, Edom y Arabia (21:1–17)


El capítulo 21 contiene tres oráculos. El primero se dirige a Babilonia, una
nación que Isaías ya ha condenado (13:1–14:23) y que recibiría mucha más
atención más adelante (caps. 43, 46–48). El segundo oráculo se dirige a Edom,
una nación a la que más tarde regresarían las palabras proféticas de Isaías

158
Traducido por: David Taype

(34:5–6; 63:1). El tercer oráculo se refiere a Arabia, mencionada solo aquí en


Isaías, excepto como una designación étnica ("Árabe", 13:20).

Babilonia (21:1–10)
La expresión “Desierto junto al mar” (heb. midbar yam ) no aparece en
ningún otro lugar del Antiguo Testamento. Algunos eruditos lo han asociado
con el Negev ("tierra del sur", 21:1), mientras que otros ven en él una
referencia críptica a la región de la Baja Mesopotamia. [21] Las referencias a
Elam y Media (21:2) dejan claro que el juicio de Babilonia está a la vista. El
mismo Isaías retrocedió ante el espectáculo de la devastación de Babilonia
(21:3–4).
El centinela de Judá ocupaba su puesto con atención (21:6–8). De repente,
llegó un auriga con la noticia: ¡Babilonia había caído! (21:9). La repetición de
las palabras “caído” y “destrozado” enfatizaba la destrucción total de
Babilonia, una destrucción que consolaría a aquellos que actualmente sentían
el peso de la opresión nacional (21:10). Su opresión no duraría para siempre.

Edom (21:11–12)
Isaías 21:11 contiene una variante textual. El Texto Masorético dice "un
oráculo de Dumah", mientras que algunos otros manuscritos dicen "un
oráculo de Edom". La referencia a Seir (21:11) sugiere que Isaías se refería a
Edom aquí, al igual que quizás el hecho de que Dumah era hijo de Ismael (Gn
25:14). La palabra hebrea dumah significa silencio y puede ser un juego de
palabras intencional a la luz del silencio que sigue en el oráculo.
La respuesta del vigilante a su interrogador (21:12) parece algo críptica. La
pregunta supone expectación, pero la respuesta indica que la mañana y la
noche se suceden sin que suceda nada más. La profecía es paralela a otros
ejemplos de quietud que preceden a una obra de Dios (Zacarías 1:11;
Apocalipsis 8:1). El tiempo de Edom estaba llegando, pero aún no.

Arabia (21:13–17)
Arabia sufriría junto con muchos otros que sufrieron durante los días de la
expansión asiria. Los dedanitas eran una tribu árabe, mientras que Tema era
un oasis en una importante ruta de caravanas que pasaba por Arabia. Isaías
llamó a los dedanitas y a los ciudadanos de Tema para ayudar a los refugiados
que huían del ejército que se aproximaba (21:13–15), aunque su ayuda sería
en vano.
Kedar (21:16) designó una región ocupada por una tribu del mismo
nombre. Isaías predijo su destrucción dentro de un año. La mayoría de los

159
Traducido por: David Taype

eruditos consideran que estas palabras proféticas se cumplieron a fines del


siglo VIII a. Cedar pagó tributo a Tiglat-Pileser III en 738 a. C., y Sargón II,
Senaquerib y Asurbanipal también registraron victorias en esta región. [22]

Jerusalén (22:1–25)
Isaías anteriormente había insertado el reino del norte de Israel en sus
oráculos proféticos contra las naciones (17:4–14). Ahora insertó el reino del
sur de Judá y Jerusalén su capital. Tanto el reino del norte como el del sur
habían abandonado su relación con el Señor, y ambos verían el juicio de Dios
antes de ver la bendición.

Tumbas a lo largo del valle de Kidron. Quizás Sebna pretendía tener un


monumento duradero como este para su nombre. (Cortesía de Jim Yancey)

Sitio de Jerusalén (22:1–14)


La enigmática expresión “Valle de la Visión” (22:1) se aclara en 22:8–9. Se
pretende el asedio de Jerusalén. Isaías se burló de los que subían a los tejados
a llorar (22:1–2). ¿No se habían dado cuenta de que se acercaba el juicio?
El día del Señor (22:5) se enfocaría en su propio pueblo. El soberano Señor
de los Ejércitos estaba tan preocupado por limpiar y purgar a su propio
pueblo de su pecado como por juzgar el pecado de aquellos que se le oponían.

160
Traducido por: David Taype

Yahweh se ocuparía del pecado dondequiera que lo encontrara. Elam y Kir


(22:6) probablemente aparecen aquí como aliados de Asiria. Tal vez los juicios
descritos se refieran a la invasión de Senaquerib durante los días de Ezequías,
cuando solo la intervención divina perdonó a Jerusalén (36:1–37:38).
Los versículos 9–11 parecen describir la construcción del túnel de Ezequías
que llevaba agua desde el manantial de Guihón hasta el estanque de Siloé (2
Crónicas 32:3–4, 30). Ezequías ordenó que se construyera el túnel para
garantizar el suministro de agua a Jerusalén en caso de un ataque asirio.
La estrategia de Ezequías debe haber parecido sabia a sus súbditos, pero
Isaías compartió una perspectiva diferente. ¿No había escogido Dios a
Jerusalén con su vulnerable suministro de agua? ¿No lo protegería ahora como
siempre lo había hecho? El pueblo celebró su autosuficiencia (22:13), pero en
realidad se dirigía al desastre.

Sebna y Eliaquim (22:15–25)


Los profetas a menudo dirigían sus palabras a los líderes de la sociedad
porque los líderes generalmente marcan el rumbo de la nación. Los líderes
fieles trajeron renovación, mientras que los líderes malvados trajeron ruina.
Sebna y Eliaquim brindan dos ejemplos de las consecuencias del mal y buen
liderazgo, respectivamente.
Sebna: liderazgo para su propio beneficio
Sebna sirvió como oficial de palacio. El término “mayordomo” (heb. soken )
enfatiza que el papel de Sebna era supervisar fielmente lo que no le
pertenecía. Su título “encargado del palacio” (Heb. ' al habbayit , “sobre la
casa”) describe a alguien de alta autoridad (1 Reyes 4:6).
Sebna, sin embargo, estaba usando su cargo para su propio beneficio.
Esculpió una enorme tumba para sí mismo, probablemente en el valle de
Cedrón, para que después de su muerte, otros lo recordaran como un gran
hombre (22:16). Dios, sin embargo, lo vio de otra manera. Él destituiría a
Sebna y traería para él un final vergonzoso (22:17-19).
Eliakim: Liderazgo para servir a los demás
Isaías anunció que Dios levantaría a Eliaquim como reemplazo de Sebna
(22:20). Si Sebna y Eliaquim mencionados en 36:3 son los mismos dos
hombres, entonces la promoción de Eliaquim y la degradación de Sebna
habían ocurrido en el momento de la invasión de Senaquerib. La actitud de
siervo de Eliaquim le permitiría utilizar la autoridad de tal posición
apropiadamente. Sería un siervo de Dios y un padre para su pueblo. Dirigiría

161
Traducido por: David Taype

con autoridad compasiva y proporcionaría estabilidad “como una clavija en un


lugar firme” (22:23).
Lamentablemente, Eliaquim tampoco duraría (22:24–25). La gente se
volvería hacia él por más y más, y él no podría soportar tal carga. Las palabras
de Isaías son una advertencia: incluso los siervos de Dios tienen sus límites.
En última instancia, el pueblo necesitaba encontrar su seguridad en el Señor,
no en Eliaquim ni en ningún otro líder terrenal.

Tiro (23:1–18)
Tiro era una ciudad fenicia situada en la costa mediterránea. [23] Josué
originalmente lo asignó a la tribu de Aser (Josué 19:29), pero aparentemente
Aser nunca lo reclamó. Junto con Sidón, Tiro brindó un apoyo importante a la
economía fenicia como ciudad comercial y portuaria líder. La gente venía a
Tiro a comerciar por tierra y por mar.
Tiro se había convertido en una importante ciudad de riqueza, una ciudad
donde no solo se intercambiaban libremente bienes sino también ideas. No
obstante, el Señor de los ejércitos también era señor de Tiro, y su profeta
anunció la próxima destrucción de Tiro.

Llamado al Lamento (23:1–7)


Los oráculos proféticos de juicio normalmente llamaban a los objetos del
juicio (pueblos o tierras) a lamentarse y lamentarse. Además, a menudo
llamaban a otros a llorar. Los amigos y socios comerciales que también
estaban en riesgo de perder también necesitaban llorar y lamentarse.
Isaías les dijo a las naves de Tarsis (probablemente España) que se
lamentaran por la pérdida de Tiro (23:1). Los sidonios también debían unirse
al triste estribillo (23:2). El gran mercado de las naciones había quebrado
(23:3). Egipto y otros se unirían a los dolientes que se dieron cuenta de la
magnitud de la caída de Tiro: la ciudad había estado en el negocio desde la
antigüedad (23:4–7).

El juicio y el futuro de Tiro (23:8–18)


Los versículos 8–9 aclaran la situación. ¿Todo esto sucedió por casualidad?
¿Fue esta catástrofe simplemente la mala suerte de Tiro? De nada; más bien, el
Señor de los Ejércitos había cumplido nuevamente su propósito.
Isaías había llamado a Tarsis a llorar; ahora liberó a Tarsis para ganar aún
más económicamente (23:10–12). Dios había determinado la destrucción de
Tiro, y su caída tendría implicaciones tanto para Canaán como para todo el
162
Traducido por: David Taype

Región costera mediterránea. Sin embargo, Tarsis aún se lamentaba, a pesar


de sus ganancias potenciales (23:14). ¿Quién habría creído que Tiro caería
alguna vez?
Isaías dijo que Tiro sería olvidada por setenta años (23:15). Los eruditos
debaten el significado de esta referencia porque es difícil traducir 23:13 con
precisión. Algunos entienden a Asiria como el instrumento del juicio. En ese
caso, el período abarcaría desde el 701 al 630 a. C., desde la época de la
invasión de Siria por parte de Senaquerib hasta el período del declive asirio.
[24] Otros entienden a Babilonia como la conquistadora de Tiro y asocian los
setenta años con los setenta años de exilio que Jeremías predijo para Judá
(Jeremías 25:12). [25]
Después de setenta años, Tiro reanudaría sus formas de prostitución
(23:15–18). La imagen irónica es la de una anciana prostituta que ahora
intenta recuperar su antiguo sustento. Un segundo giro irónico es que, de
alguna manera, el salario de esta ramera termina sosteniendo no a Tiro y sus
amantes, sino a aquellos que moran en la presencia de Dios. El texto no aclara
si esto implica algún tipo de giro espiritual para Tiro.

El destino final de Tyre


Tanto Asiria como Babilonia pelearon y recibieron tributo de Tiro en varios
momentos. No obstante, la ciudad sobrevivió hasta los días de Alejandro
Magno (356–323 a. C.).
En la época de Alejandro, la mayor parte de la ciudad se encontraba en una
isla frente a la costa. El pueblo pensó que podía resistir a Alejandro, pero
subestimó groseramente su determinación. La ciudad cayó en el 332 a. C.,
cuando Alejandro la destruyó.

Pensamientos finales de Isaías 13–23


Los oráculos de Isaías contra las naciones anunciaron el hecho de que
Yahvé, Dios de Israel y de Judá, era de hecho Dios del mundo. Otras naciones
podrían o no reconocer su soberanía, pero eso no importaba. Él traería su
juicio en los tiempos que había señalado. Él controlaba el universo, un tema
que Isaías desarrollaría ahora en los capítulos 24–27.
Al mismo tiempo, los oráculos de Isaías demuestran el alcance de la gracia
de Dios. Describen a Dios extendiéndose redentoramente a muchos que lo
ignoraron o lo rechazaron. Al hacerlo, prepararon el escenario para la plenitud
de la revelación de Dios acerca de las naciones en el Nuevo Testamento.

163
Traducido por: David Taype

Preguntas de estudio
1. ¿Quiénes son las principales naciones que Isaías identificó como a
punto de recibir el juicio de Dios? ¿Qué errores habían cometido?
2. ¿Qué cuestiones hermenéuticas deberían dar forma a nuestra
interpretación de las profecías de Isaías contra las naciones?
3. ¿Qué evidencia del control soberano de Dios sobre las naciones ves
hoy?

Términos clave
Ciro
medos
estela de mesa

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Traducido por: David Taype

8. El “Pequeño Apocalipsis”
Isaías 24:1–27:13

Esquema
• La destrucción de la Tierra (24:1–23)
Aspectos generales de la destrucción (24:1–6)
Aspectos específicos de la destrucción (24:7–23)
• La victoria de Dios sobre sus enemigos (25:1–12)
Alabanza a Dios (25:1–5)
Descripción de la restauración y las bendiciones de Dios (25:6–12)
• Canción de liberación de Judá (26:1–21)
La alabanza de Judá (26:1–6)
La oración de Judá (26:7–21)
• La salvación venidera de Israel (27:1–13)
La destrucción del mal (27:1)
La posición de Israel como la viña de Dios (27:2–6)
El Propósito detrás del Juicio de Dios (27:7–11)
El remanente que regresa (27:12–13)
• Pensamientos finales de Isaías 24–27
Dios está en control
La soberanía de Dios incluye juicio y restauración
Dios nos llama a la paz
¡Vienen grandes días!

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Reconocer e identificar elementos de escritura apocalíptica en Isaías


24–27.
165
Traducido por: David Taype

2. Resuma la descripción de Isaías del juicio de Dios sobre la tierra.


3. Resalte los aspectos clave de la descripción de Isaías de la liberación
y salvación de Dios.

¿Alguna vez has leído el libro de Apocalipsis, el último libro del Nuevo
Testamento? Si es así, sabe que se lee como ningún otro libro de la Biblia.
Utiliza imágenes tales como visiones del cielo y la tierra, ángeles con copas de
ira, el sol oscureciéndose, estrellas cayendo del cielo y los cielos retrocediendo
como un pergamino para describir la intervención de Dios en la historia
humana antes del establecimiento de su reino eterno. Reino. Este tipo de
escritura—conocido como apocalíptico , basado en la palabra griega
apokalypsis , que significa “revelación” o “revelación”—era bastante común
durante el período temprano del cristianismo.
A medida que estudie Isaías 24–27, encontrará muchas imágenes que le
recordarán el libro de Apocalipsis. El libro de Apocalipsis también usó o
adaptó algunas de estas imágenes apocalípticas de Isaías. Por estas razones,
muchos eruditos han llamado a Isaías 24–27 “el pequeño apocalipsis”.
En Isaías 13–23, los oráculos del profeta contra las naciones proclamaron la
soberanía de Dios hasta los confines de la tierra. Él era el Señor de todas las
naciones, ya sea que se dieran cuenta o no. Por lo tanto, él era Señor de toda la
tierra. ¿Hasta dónde se extendía su soberanía?
Los capítulos 24–27 forman una conclusión apropiada para los capítulos
13–23. Dios no es solamente Señor de todas las naciones; él es Señor de todo
el universo. El gran día del Señor traerá la destrucción de la tierra y la victoria
sobre sus enemigos. Pero con ese día también vendrá la victoria final de Dios a
favor de su pueblo.

La destrucción de la tierra (24:1–23)


Isaías había descrito anteriormente el juicio final y la destrucción de
muchas naciones. Dios los derribaría y no volverían a levantarse. Ahora
describió cómo Dios se apoderó de la tierra y la sacudió violentamente. ¿Quién
podría resistir su juicio?

Aspectos generales de la destrucción (24:1–6)


“¡La tierra será destruida!” Esta fue la primera noticia que anunció Isaías. El
profeta articuló tres aspectos generales de la destrucción: el Señor está a
cargo, el Señor no tiene favoritos y el Señor juzga a fondo.
166
Traducido por: David Taype

El Señor está a cargo (24:1)


Isaías describió las acciones de Yahweh, el encargado de la destrucción. Las
palabras hebreas traducidas “arrasar” (heb. boqeq ) y “devastar” (heb. boleq )
son onomatopéyicas , es decir, suenan como el significado que describen. En
este caso, imitan sonidos de crujidos, como rocas que se rompen o árboles que
se rompen.
La palabra traducida “dispersar” (Heb. pone ) es la misma palabra usada en
Génesis 11:8 para describir a Dios dispersando al pueblo que buscaba
construir la torre de Babel. Esta vez, sin embargo, la dispersión sería de una
magnitud mucho mayor.
Yahvé, que era Señor de las naciones, también era Señor de la tierra y del
universo. En consecuencia, tomó toda la tierra y la sacudió al comenzar el día
del juicio.
El Señor no tiene favoritos (24:2)
Isaías aseguró a sus oyentes que el Señor no tendría favoritos; ¡el Juez del
universo no mostraría parcialidad! Describió todas las clases de la sociedad
que enfrentarían su ira. El oficio religioso no importaría; el estatus social no
importaría; el estatus económico no importaría.
Los lugares privilegiados o los rangos exaltados en la sociedad nada
importaban al Señor soberano. Él juzgaría el pecado dondequiera que lo
encontrara. Una relación de fe con el Señor era todo lo que importaba, pero
Isaías abordaría ese punto más adelante (24:14).
El Señor juzga a fondo (24:3–6)
Los verbos hebreos que Isaías usó en 24:3 enfatizaron la naturaleza
completa de la destrucción de la tierra. La cláusula “ Jehová ha dicho esta
palabra” aseguró a los oyentes del profeta la certeza absoluta del evento. El
rey soberano había hablado.
Isaías describió al mundo entero como languideciendo y marchitándose
(24:4). Lo hizo por el pecado de sus habitantes, que la contaminaron (24:5).
Habían transgredido las instrucciones de Dios y quebrantado el “pacto
sempiterno”. Algunos intérpretes creen que esta expresión se refiere al pacto
mosaico, pero esta interpretación parece poco probable. El pecado de todo el
mundo está a la vista y, por lo tanto, parece mucho más probable que Isaías
estuviera aludiendo al pacto de Dios con Noé y el requisito moral que lo
acompaña para todas las naciones (Gn 9:16). [1]
culpa en la Biblia es siempre una condición, nunca simplemente un
sentimiento. El pecado de la humanidad había contaminado la tierra desde el

167
Traducido por: David Taype

primer pecado (Gn 3,17), y ahora la humanidad pagaría el precio de su maldad


(Is 24,6).

Aspectos específicos de la destrucción (24:7–23)


Isaías ahora pasó de articular aspectos generales de la destrucción de la
tierra a resaltar aspectos específicos de su destrucción. ¿Qué condiciones
encontraría la gente cuando Dios trajera el juicio? Isaías proclamó tres.
Primero, mucha gente experimentaría tristeza y desesperación. Segundo, el
pueblo de Dios le daría gloria. Tercero, la tierra enfrentaría una agitación
universal.
Tristeza y desesperación (24:7–13)
Isaías describió un tiempo de tristeza y desesperación. Cuando la
agricultura fracasó, también lo hizo el espíritu de la gente. Las celebraciones
cesarían; los instrumentos musicales se callarían (24:7–9).
La palabra hebrea traducida como “arruinado” (24:10) es tohu , la palabra
usada en Génesis 1:2 para describir el estado de la tierra antes de que Dios
comenzara a formarla. Ninguna palabra podría describir mejor el vacío y el
caos que reinaba. La gente cerró sus puertas a los forasteros, mientras que la
puerta de la ciudad quedó destrozada (24:12), exponiendo así la ciudad al
ataque.
Isaías volvió a usar imágenes similares a las que había usado antes para
describir el juicio de Israel (24:13; cf. 17:5–6). Poco quedó en los campos
después de la cosecha, y poco quedaría después de la cosecha del juicio de
Dios.
Gloria a Dios (24:14–16a)
En este punto, la profecía de Isaías dio un giro inesperado. Todo lo que el
profeta había dicho hasta ahora en este oráculo describía las terribles
condiciones que rodeaban el juicio de Dios. Sin embargo, en el día de este
juicio vendrían celebración y alabanza. ¿Cómo podría ser esto?
Dar gloria a Dios fue posible precisamente porque el juicio de Dios probó su
fidelidad. Dios era misericordioso, pero también odiaba el pecado y había
prometido juzgarlo un día. Mientras lo hacía y todos los que se le oponían
sufrían bajo su mano, sus hijos vieron su fidelidad en sus hechos poderosos y
lo alabaron.
La proclamación de la majestad de Dios comenzó en el oeste y se extendió
hacia el este. Se trasladó a las islas del mar y finalmente a los confines de la
tierra. Dios tenía su pueblo fiel por todo el mundo, un hecho del que Isaías

168
Traducido por: David Taype

había testificado antes (2:3–4; 11:10–12). Ahora esas personas lo estaban


celebrando.
Conmoción Universal (24:16b–23)
La celebración del pueblo de Dios (24:14–16a) contrastaba marcadamente
con la agitación universal descrita por el profeta. La traición continuó, pero no
saldría adelante. Dios traería la maldad de las personas de vuelta sobre sus
propias cabezas. No había escapatoria posible (24:18).
La expresión “compuertas de los cielos” (24:18) habría recordado a los
oyentes de Isaías Génesis 7:11, donde una expresión similar describía el
comienzo del gran diluvio. De hecho, este juicio final resultaría igualmente
ineludible. El hebreo intensivo Los verbos de 24:19–20 [2] y las imágenes que
lo acompañan retratan vívidamente los últimos momentos de la tierra, cuando
después de recibir la medida total de la ira de Dios, se tambaleaba
brevemente, luego caía, para no volver a levantarse nunca más.
Las palabras finales de Isaías en el capítulo pintaron un cuadro amplio de
Dios reuniendo las fuerzas que se le oponían desde el cielo y la tierra (24:21–
22). Había llegado el momento de que tanto el reino espiritual como el
terrenal pagaran sus cuotas. La descripción de Isaías del oscurecimiento del
sol y la luna (24:23) presagia imágenes en el libro de Apocalipsis. El día del
juicio trae el oscurecimiento del sol y de la luna (Ap 6,12), pero el día de la
salvación hace innecesarios el sol y la luna ante la gloria deslumbrante de Dios
(Ap 21,23).

La victoria de Dios sobre sus enemigos (25:1–12)


Al comenzar el capítulo 25, el reino del Señor ha comenzado. La última
palabra de 24:23—“gloriosamente”—establece el tono para lo que sigue. A
medida que el pueblo de Dios vea su gloria, traerán su alabanza a él.

Alabanza a Dios (25:1–5)


Los versículos 1–5 comprenden una declaración personal de alabanza. El
hablante, que habla en primera persona del singular, debe ser la nación que
Dios ha redimido. El remanente habla con una sola voz y anuncia alabanzas al
Señor por dos razones: el Señor ha demostrado su fidelidad y el Señor ha
protegido a su pueblo.
Dios ha demostrado su fidelidad (25:1–3)
La alabanza viene porque Dios ha demostrado su fidelidad. Ha obrado
maravillas en perfecto acuerdo con su plan. Las palabras “fidelidad perfecta”
169
Traducido por: David Taype

traducen las palabras hebreas 'emunah' presagio . Ambas palabras provienen


de la misma raíz y están relacionadas con la palabra “amén”, que significa “así
es”. El pueblo de Dios ciertamente podía contar con él. La palabra hebrea pele
', que antes describía al Consejero “Maravilloso” de 9:6, ahora vuelve a
aparecer para describir la asombrosa obra de Dios (25:1).
Dios había obrado dos maravillas en particular por las cuales su pueblo lo
alababa. Primero, había devastado la tierra. Incluso en el juicio de la tierra, su
pueblo vio su fidelidad a sus promesas. Él había dicho que juzgaría el pecado,
y lo hizo.
En segundo lugar, el Señor volvió a la gente hacia él. Había dicho que
salvaría a su pueblo, y ahora lo había hecho. Los libró de sus enemigos de tal
manera que todos pudieron ver su poder. Mientras mostraba su poder,
algunos se volvieron hacia él. Personas de todas las naciones experimentaron
bendiciones cuando Dios cumplió su promesa a Abraham de bendecir a las
naciones a través de él (Gn 12:1–3).
Dios ha protegido a su pueblo (25:4–5)
Isaías describió a la gente alabando a Dios por su protección. Proporcionó
una defensa especial para los pobres y los necesitados, personas que la ley de
Moisés instruyó a los israelitas a recordar y tratar con justicia. Las referencias
a “tormenta” y “calor” (25:4) parecen designar más la tormenta y el calor de la
opresión de aquellos que se aprovechan de los débiles. Dios rescataría a los
suyos y silenciaría a los opresores.

Descripción de la restauración y las bendiciones de Dios (25:6–12)


El resto del capítulo 25 describe los detalles de la emocionante era que
Isaías dijo que el Señor introduciría. Este tiempo de restauración y
bendiciones de Dios incluye tres aspectos. Primero, Dios establecerá
compañerismo con su pueblo. Segundo, Dios consolará a su pueblo. Tercero,
Dios quitará a los enemigos de su pueblo.
Dios establecerá compañerismo con su pueblo (25:6–7)
Isaías describió la comunión íntima que el Señor establecería con su pueblo.
La referencia a Yahweh como “Jehová todopoderoso ” o “ Jehová de los
ejércitos” enfatiza el poder y la habilidad de Dios para que esto suceda. El
Señor prepararía un banquete para su pueblo como el mundo jamás había
visto. Muchos intérpretes relacionan la visión de Isaías con la visión del
apóstol Juan de la cena de las bodas del Cordero (Apoc. 19:6–9).
El Señor también quitaría los obstáculos a la comunión. Quitaría el sudario
o sábana que cubría a las naciones. El apóstol Pablo usó un lenguaje similar

170
Traducido por: David Taype

para describir la incapacidad de las personas para comprender verdadera y


completamente una relación con Dios durante esta vida (1 Cor 13:12; 2 Cor
3:14–16). La comunión con Dios en su esencia implica compartir, no solo de
comida, sino de todo lo que somos. El reino venidero de Dios presentará una
comunión íntima con Dios más allá de lo posible en esta vida (2 Corintios 5:1–
9).
Dios consolará a su pueblo (25:8–9)
A continuación, Isaías describió el consuelo que Dios traería a su pueblo.
Primero, se tragaría a la muerte para siempre. La muerte era algo que traía
tristeza y dolor y, por supuesto, la pérdida del compañerismo y la relación.
Pero Isaías prometió que la muerte misma moriría y no ejercería más poder
en el reino venidero de Dios.
En segundo lugar, el Señor consolaría a su pueblo enjugando las lágrimas de
tristeza de todos los rostros. No solo consolaría a los afligidos, sino que su
cuidado por ellos se extendería hasta secar sus lágrimas personalmente.
Tercero, el Señor quitaría el oprobio de su pueblo. El pueblo de Dios había
sufrido indignidad y vergüenza por varias razones a lo largo de la historia. El
establecimiento del reino de Dios demostraría de una vez por todas que
habían tenido razón todo el tiempo al seguir a su Dios, sin importar el costo.
Isaías repitió una seguridad que había usado en 24:3: “El Señor ha hablado”
(LBLA). Su pueblo podía contar con él para juzgar el pecado dondequiera que
lo encontrara, pero también podía contar con él para establecer su reino y
reinar con ellos en triunfo.
El consuelo de Dios trajo gran regocijo entre el pueblo. Habían confiado en
él, esperado en él, esperado en él, y ahora el rey del universo había cumplido
más allá de sus sueños más salvajes.
Dios eliminará a los enemigos de su pueblo (25:10–12)
El aspecto final de la restauración y bendición de Dios involucró la
remoción de los enemigos de su pueblo. Curiosamente, se destaca a Moab para
recibir una atención especial. Quizás en el momento en que Isaías profetizó,
los moabitas plantearon un problema particular al pueblo de Dios, una
hipótesis que puede explicar la larga profecía de Isaías contra ellos antes
(15:1–16:14).
Otra posibilidad es que el orgullo de Moab esté en la raíz del enfoque del
profeta. Moab había rechazado la oferta de la gracia (16:3–6) y ahora no
tendría parte en el nuevo reino que Dios estaba estableciendo. La naturaleza
repugnante del juicio de Moab resaltó la total humillación que enfrentaría la
nación.

171
Traducido por: David Taype

Canción de liberación de Judá (26: 1–21)


La alabanza que comenzó en 25:1–5 ahora se reanudó en Judá cuando el
pueblo se unió para cantar.

La alabanza de Judá (26:1–6)


La alabanza de Judá incluyó la proclamación de la liberación de Dios y la
afirmación de que Dios merecía su confianza. El establecimiento de su reino lo
había probado de una vez por todas.
¡El Señor nos libró!
Judá testificó de la liberación de Dios (26:1–2). Los judíos tenían una ciudad
fuerte porque Dios la había construido. Además, la había edificado con
materiales eternos, incluyendo muros hechos de salvación. Las imágenes que
usó Isaías representaban muros especialmente capaces de proteger a los fieles
y mantener alejados a todos los enemigos. El Señor había humillado a los que
se creían grandes; se habían vuelto tan bajos que los pobres y oprimidos
podían mantenerlos a raya (26:6).
¡El Señor merece nuestra confianza!
Los versículos 3–4 forman el corazón del canto de alabanza. La expresión
hebrea traducida como “paz perfecta” es shalom shalom . El idioma hebreo a
menudo enfatiza un concepto a través de la repetición (cf. 6:3, “santo, santo,
santo”). Shalom encarna el concepto de plenitud. Cada aspecto del ser de uno
está en perfecta armonía con la voluntad de Dios. Duplica esa plenitud, y uno
tiene la bendición que le llega a quien confía plenamente en el Señor. La marca
masorética entre los dos usos de la palabra sugiere que el lector del texto
hebreo se detenga un poco para resaltar el efecto.
El profeta describió al Señor como una roca eterna. La imagen retratada es
la de un enorme acantilado de roca inamovible. Yahweh proporcionaría a su
pueblo una base sólida para la vida.

La oración de Judá (26:7–21)


El texto ahora cambia de la alabanza a la petición mientras los fieles elevan
su oración al Señor. La oración de Judá contiene tres elementos: el contraste
entre los justos y los impíos, una descripción de los tratos pasados de Dios, y
la próxima liberación e ira de Dios.

172
Traducido por: David Taype

Dos actitudes: los justos y los malvados (26:7–11)


Los justos hablaron primero. Describieron el camino de su vida como
“llano” (26:7). ¿No incluyeron sus vidas generalmente tantas o más
dificultades que las vidas de los incrédulos? Por supuesto que sí; sin embargo,
saber que el Señor estaba con ellos en cada paso del camino les dio una
perspectiva diferente de la vida.
La palabra hebrea traducida “esperar” (26:8) connota una ansiosa
anticipación de lo que el Señor hará. Los justos confían en él por completo y
saben que los ayudará. Su gloria era su deseo sincero. Sus pensamientos de
Dios consumían la mañana y la tarde (26:9).
En contraste, los malvados desperdiciaron la gracia de Dios (26:10–11). No
compartían una comprensión adecuada de Dios, por lo que vivían de acuerdo
a sus propios caminos. El día del juicio de Dios los consumiría.
Los tratos pasados de Dios (26:12–18)
Isaías continuó hablando en nombre del remanente. El pueblo de Dios había
visto a muchos gobernantes ir y venir y había llegado a comprender a través
del proceso que solo en el Señor Dios tendrían verdadera paz, verdadero
shalom . Dios era su fuente; le debían su misma existencia a él. Los había
bendecido con todo lo que tenían. Los gobernantes terrenales habían ido y
venido, pero la mano del Señor permaneció.
El pueblo de Dios admitió su impotencia (26:17–18). Su condición era como
la de una mujer aparentemente embarazada que pasó por la angustia del
parto, solo para no tener nada que dar a luz. En contraste, Dios había traído
salvación a la tierra y levantado un pueblo para sí mismo.
La liberación y la ira de Dios (26:19–21)
Isaías anunció la liberación que Dios estaba planeando para su pueblo
(26:19). Sus muertos volverían a vivir. ¿Pero Isaías pretendía esto en sentido
figurado o literal? En otras palabras, ¿quiso decir que la nación viviría de
nuevo, o que personas individuales de épocas pasadas se levantarían a una
nueva vida? [3]
Lo más probable es que Isaías describiera una resurrección real de entre los
muertos. Cuatro razones respaldan este entendimiento: (1) La desesperanza
de 26:16–18 no se contrarresta adecuadamente con la promesa de la
restauración de la nación. Muchos antepasados temerosos de Dios habían
perecido bajo gobernantes malvados. (2) Una resurrección literal parece ser la
lectura más simple y clara del texto, especialmente a la luz de las referencias a
aquellos que "moran en el polvo" despertando y a la tierra dando a luz a sus
muertos. (3) Isaías ya había anunciado la destrucción de la muerte para
173
Traducido por: David Taype

siempre (25:8), por lo que la proclamación de la resurrección hace el corolario


perfecto, ya que la victoria de Dios abarca todos los tiempos. (4) El hecho de
que el Nuevo Testamento anuncie mucho más resonantemente el concepto de
la resurrección de los muertos no significa que no existiera o fuera
insignificante para la audiencia del Antiguo Testamento. [4] La promesa de la
resurrección le dio al pueblo de Dios una esperanza futura, no meramente
presente.
Dios estaba a punto de hacer temblar la tierra con su juicio, pero protegería
a su pueblo al hacerlo (26:20–21). No serían barridos con los malvados. La
invitación de Dios de entrar en sus habitaciones y cerrar las puertas puede
recordar a Dios cerrando la puerta a la familia de Noé para protegerlos (Gn
7:1, 16). [5] Algunos también han visto en las imágenes una referencia al
éxodo, cuando el pueblo de Dios cerró sus puertas para que pasara el ángel de
la muerte (Ex 12:22–23). [6] Dios protegería a los suyos mientras juzgaba la
tierra.

La salvación venidera de Israel (27:1–13)


Isaías había descrito la destrucción de la tierra (24:1–23), la victoria sobre
los enemigos de Dios (25:1–12) y el cántico de liberación de Judá (26:1–21).
¿Qué más podría decir?
En el capítulo 27, Isaías profundizó en la salvación venidera de Israel. Dios
destruiría el mal para siempre, volvería a cuidar íntimamente a su pueblo y los
traería a casa de una vez por todas.

La destrucción del mal (27:1)


Isaías anunció la destrucción de Leviatán , la serpiente que se desliza y se
enrosca, el gran monstruo marino. ¿A quién se refería con esta designación?
Leviatán aparece en otros cuatro versículos del Antiguo Testamento (Job
3:8; 41:1; Salmo 74:14; 104:26). Los versículos generalmente concuerdan en
asociar a Leviatán con el mar, como una de las criaturas que encajan en la
categoría de “monstruo marino” (heb. tanino , cf. Sal 74:13–14; ver recuadro
8.1).
El descubrimiento de las tablillas ugaríticas ha revelado historias del dios
Baal y sus batallas con Yam, el dios del mar, y su asociado Lotan, un nombre
que algunos eruditos han relacionado lingüísticamente con Leviatán. [7] Sin
duda, tales mitos proporcionaron un trasfondo cultural general contra el cual
los hebreos llegaron a comprender el concepto de Leviatán, pero es dudoso

174
Traducido por: David Taype

que Isaías o los otros escritores bíblicos intentaran aludir específicamente a la


deidad cananea.
Más probable es la idea de que Isaías aplicó el concepto de Leviatán a una
de las grandes fuerzas del mal que Dios sometería en los últimos días. La
conexión entre Leviatán y una serpiente y un dragón sugiere esto cuando
miramos la evidencia del Nuevo Testamento. En el libro de Apocalipsis, el
apóstol Juan vincula los conceptos de serpiente y dragón con Satanás, el
enemigo final (Ap 12, 9; 20, 2).

La posición de Israel como la viña de Dios (27:2–6)


Isaías empleó la imagen de la viña que había usado anteriormente (5:1–7),
pero con un nuevo giro. En el primer uso, la viña había resultado indigna y
estaba expuesta al juicio de Dios. Ahora Isaías describió la cuidadosa
protección y preservación de Dios de su viña, su pueblo, enfatizando la
comunión íntima que Dios quería tener con ellos. Haría las paces con todos los
que lo buscaran, y su pueblo crecería como nunca antes (ver recuadro 8.2).

El Propósito detrás del Juicio de Dios (27:7–11)


Isaías luego volvió a un tema que enfrenta su audiencia actual. ¿Por qué su
pueblo enfrentó continuamente el exilio y la guerra? ¿No eran diferentes a los
ojos de Dios de las otras naciones?
Las preguntas retóricas de Isaías (27:7) aclararon el asunto. El Señor nunca
había golpeado a su pueblo con la misma fuerza de juicio que había golpeado a
las naciones que los oprimían. El “exilio” (27:8) puede haber incluido a los
asirios y quizás exilios babilónicos posteriores, pero lo más probable es que
también se refiera a ocasiones menores: todas las veces que los enemigos de
Israel se llevaron cautivos.

Barra lateral 8.1


Referencias bíblicas a Leviatán

El término “Leviatán” aparece cinco veces en el Antiguo Testamento. El


siguiente cuadro ilustra lo que podemos aprender sobre el término a partir de
sus usos.

Referencia Significado/datos interpretativos

Trabajo 3:8 Job pide que se maldiga el día de su nacimiento, pero solo
175
Traducido por: David Taype

aquellos lo suficientemente valientes como para "despertar a


Leviatán" deberían intentarlo. Despertar a Leviatán suena como
una tarea formidable, pero no aparece más descripción de él.

Trabajo Dios le pregunta a Job si Job puede capturar y domesticar a


41:1 Leviatán. El resto de Job 41 (41:2–34) describe a Leviatán con
estas características: (1) tan fuerte que los hombres necesitan
lanzas y arpones para derrotarlo (41:7); (2) imparable por un
solo hombre (41:10); (3) poseer grandes dientes, escamas y
armadura (41:13–17); (4) tener ojos ardientes y una nariz y
boca que exudan fuego (41:18–21); (5) invencible contra las
armas humanas (41:26–29).

Salmo Una lista de los actos poderosos de Dios incluye la derrota de


74:14 Leviatán. Curiosamente, el pasaje se refiere a Dios aplastando
las cabezas de Leviatán , aunque no se indica el número de
cabezas.

Salmo Una lista de los actos poderosos de Dios incluye la creación de


104:26 Leviatán, a quien Dios creó para retozar en el mar.

Isaías 27:1 Leviatán se describe como una "serpiente que se desliza" y una
"serpiente que se enrosca", un "monstruo del mar". Su juicio
viene en el día del juicio final de Dios antes de la restauración
final de Israel.

En resumen, Leviatán aparece como un gran monstruo del mar, demasiado


grande y fuerte para que los seres humanos lo domen, pero un animal que
Dios creó para sus propósitos y que Dios finalmente destruirá. Leviatán, que
vive en el mar, representa el caos y la oposición al orden creado, pero cuando
Dios traiga su nuevo orden en los últimos días, Leviatán encontrará su fin.
Juan el apóstol bien pudo haber tenido en mente la referencia de Isaías a
Leviatán como una serpiente y un dragón (27:1) cuando describió a Satanás
como “el dragón, la serpiente antigua” (Apoc. 20:2). La destrucción de

176
Traducido por: David Taype

Leviatán afirma la seguridad de la Biblia de que Dios un día destruirá todo mal
para siempre.

El juicio de Dios tenía la intención de ser de naturaleza redentora (27:9). El


versículo contiene conceptos de redención que también aparecieron en 6:7,
donde Isaías experimentó la limpieza y expiación de Dios. [8] Así, el exilio
sirvió en cierta medida como pago por el pecado de la nación. Sin embargo, el
verdadero arrepentimiento estaría marcado por la destrucción y/o remoción
de los ídolos de Jacob, pero mientras tanto, tal arrepentimiento no había
llegado, así que las condiciones del juicio permanecieron (27:10–11).

El remanente que regresa (27:12–13)


La trilla era el proceso agrícola por el cual se separaba el grano de la paja.
La palabra hebrea traducida como "trillar" (27:12; heb. habat ) designaba un
proceso de batido más específico mediante el cual las cáscaras del grano se
separaban del grano mismo (Jue 6:11; Rut 2:17). Isaías probablemente usó
habat en lugar del término habitual para "trillar" (heb. dush ) para enfatizar el
cuidado extra tierno del Señor por su pueblo, una interpretación respaldada
por el hecho de que Dios recogería (heb. laqat , "espigar"; cf. 17:5; 24:13) su
pueblo “uno por uno”.

Barra lateral 8.2


Imágenes de la viña en Isaías 5 y 27

Isaías emplea la imagen de la viña en dos contextos: 5:1–7 y 27:2–6. En


primera instancia, el profeta enfatiza el tierno cuidado de Dios, el rendimiento
decepcionante de la viña y la posterior destrucción de la viña por parte de
Dios. En el segundo, Isaías describe el tierno cuidado y amor de Dios sobre la
viña que ha preparado tal como él la quiere. La siguiente tabla destaca las
similitudes y contrastes:
Isaías 5 Isaías 27

género Canción Canción


profético

dueño del Dios Dios

177
Traducido por: David Taype

viñedo

Ubicación Ladera fértil Sin nombre

cuidado del suelo labrado lo supervisa


propietario piedras lo riega
limpiadas continuamente
vides Lo guarda día y noche
escogidas
plantadas
Construyó una Protege de zarzas y
torre de espinas
vigilancia
Cortar un lagar

rendimiento Uvas malas Extremadamente


del viñedo fructífero (la fruta
llena el mundo)

la respuesta de Llama a Judá a juzgar El placer de Dios hacia


dios entre Dios y la viña. su viña es evidente.
Decide derribar la Dios llama a todos los
viña, exponerla a que quieran a hacer
zarzas y espinos, las paces con él.
retener su lluvia.

Isaías 5 describe la falta de respuesta de Israel y Judá al tierno cuidado de


Dios. En consecuencia, advirtió Isaías, Dios derribaría a la nación y la
expondría a los elementos, probablemente una referencia que denota el
ataque de otras naciones. El pueblo de Dios había respondido a su gracia con
el pecado y ahora pagaría el precio.
En contraste, Isaías 27 anuncia el gran día de la restauración. Dios aparece
como un orgulloso dueño de una viña, cuidando tiernamente su viña y

178
Traducido por: David Taype

proveyendo para todas sus necesidades. De esa manera, él proporcionará el


cuidado y el amor siempre presentes que su pueblo necesita, y a medida que
le respondan, sus vidas producirán el fruto abundante para el que fueron
diseñados.
Las dos profecías de la viña de Isaías ponen ante sus lectores una elección.
El canto de la viña del capítulo 5 enfatiza las tristes consecuencias de rechazar
la intervención de Dios en sus vidas. El canto de la viña del capítulo 27
describe la paz y la armonía que llegan a las vidas rendidas a su cuidado.

Las designaciones exteriores del Éufrates River y el Wadi de Egipto (el


último término no se refiere al Nilo sino a un wadi en la frontera noreste de
Egipto) no pretenden limitar el alcance de la reunión de Dios, sino más bien
denotar el alcance de su obra de gracia. No dejaría a nadie atrás.
El día de la salvación comenzaría con un gran sonido de trompeta que
reuniría al pueblo de Dios en Jerusalén (27:13). Es difícil determinar cuánto
de la escatología revelada más tarde, particularmente en lo que respecta a las
trompetas, se debe leer en las palabras de Isaías (Zacarías 9:14; Mt 24:31; 1
Cor 15:52; 1 Tes 4:16; Ap 11:15). ). Al mismo tiempo, en la medida en que
Isaías 24–27, al igual que estos otros pasajes, abordan conceptos similares
como el día del Señor, el juicio del Señor sobre los pecadores y la salvación
final y la reunión de su pueblo, parece justificable vincular las palabras de
Isaías con los de otros bíblicos voces que hablaban de la venida del reino
eterno de Dios.

Pensamientos finales de Isaías 24–27


Al llegar al final del “pequeño apocalipsis”, cuatro temas merecen una
mención especial, y su consideración brinda una buena revisión de la sección.

Dios está en control


Primero, Dios tiene el control. El tema de la soberanía de Dios se encuentra
a lo largo de las Escrituras, pero es especialmente fuerte en Isaías 24–27. De
principio a fin, el Señor de los ejércitos está a cargo del juicio y la salvación, la
agitación y el orden, la dispersión y la reunión.
Sin embargo, aunque Dios tiene el universo en sus manos, también cuida de
su pueblo uno por uno. El mensaje de Isaías es que Dios todopoderoso ama a
las personas y desea que lo conozcan y lo adoren.

179
Traducido por: David Taype

La soberanía de Dios incluye juicio y restauración


Segundo, la soberanía de Dios incluye tanto el juicio como la restauración.
Dios trae activamente el juicio que merecen los ciudadanos de la tierra, pero
también conoce el suyo propio y hace una clara distinción en el proceso. Él
juzgará el pecado, pero también eliminará las barreras a la comunión, se
tragará la muerte para siempre y consolará a los suyos.

Dios nos llama a la paz


Tercero, Dios nos llama a la paz, al shalom , a la plenitud. De hecho, la paz
con Dios es de lo que se trata la vida de fe (Rom 5:1). El testimonio de Isaías
de las naciones que vienen a adorar en Jerusalén presagia nuevamente la obra
de Jesús, quien abolió la hostilidad entre judíos y gentiles y los reconcilió entre
sí y con Dios (Efesios 2:14–16).

¡Vienen grandes días!


Cuarto, vienen grandes días. No importa lo que la gente haya enfrentado, no
importa lo que enfrenten, no importa lo que enfrenten, se avecinan grandes
días. La vida puede traer experiencias tan difíciles que se preguntan si podrán
resistir, pero Isaías anuncia que por la gracia de Dios, no solo es posible la
resistencia sino también la victoria.
Las palabras proféticas de Isaías recuerdan a aquellos que escuchan que un
día Dios compensará con creces cualquier cosa que suceda en esta vida. Está
llevando la cuenta y está preparando un reino propio. Mientras tanto, a
medida que sus hijos se rinden a él y confían en su obra en sus vidas, tienen
una íntima compañía con él mientras él los convierte en lo que él quiere que
sean. En el gran día que se avecina, la muerte será vencida de una vez por
todas, y la pena y el dolor desaparecerán. Y cada día está un día más cerca de
ese momento.

Preguntas de estudio
1. Identifique las imágenes de Isaías de Isaías 24–27 que Juan usó en el
libro de Apocalipsis. Consultar una concordancia si es necesario.
2. Analice la interacción de los motivos del juicio y la salvación en
Isaías 24–27.
3. ¿Qué conceptos del Nuevo Testamento encuentra anticipados en
Isaías 24–27?

180
Traducido por: David Taype

Términos clave
apocalíptico
culpa
Leviatán
onomatopéyico

181
Traducido por: David Taype

9. oráculos de aflicción
Isaías 28:1–33:24

Esquema
• ¡Ay de Efraín! (28:1–8)
• Juicio y Restauración de Jerusalén (28:9–29:16)
Juicio contra los líderes de Jerusalén (28:9–29)
¡Ay de Jerusalén! (29:1–16)
• Restauración de Israel (29:17–24)
• ¡Ay de las alianzas extranjeras (30:1–31:9)
La futilidad de apelar a Egipto (30:1–17)
La restauración y liberación de Dios de Jerusalén (30:18–33)
El Ay y la Restauración Reexpresados (31:1–9)
• Esperanza mezclada con aflicción: una descripción del reino justo
(32:1–20)
Características del Reino Justo (32:1–8)
Juicio, llanto y el derramamiento del Espíritu de Dios (32:9–20)
• ¡Ay de Asiria! (33:1–24)
Súplica por la destrucción de Asiria (33: 1–9)
La promesa de restauración del Señor (33:10–24)

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Describa los fracasos espirituales de los líderes y la población en


general de Judá (caps. 28–29).
2. Explique las razones detrás de la advertencia de Isaías contra las
alianzas extranjeras (caps. 30–31).
3. Resalte otros aspectos del futuro reino de Dios (32:1–20).

182
Traducido por: David Taype

Hasta aquí en el libro de Isaías, el profeta ya ha usado la palabra “ay” (heb. hoy
) doce veces. Cada vez que usó el término, introdujo un juicio que Dios traería
contra una o más naciones que habían oprimido a su pueblo y/o ignorado su
soberanía. ¡Ay de las naciones que se opusieron al Señor ya su pueblo!
En Isaías 28–33, la palabra “ay” aparece seis veces (28:1; 29:1, 15; 30:1;
31:1; 33:1). El último suceso introdujo un ay contra Asiria, la nación cuyo
imperio dominaba el antiguo Cercano Oriente en la época del ministerio
profético de Isaías. Esto no debería sorprendernos, ya que muchas de las
palabras proféticas de Isaías (p. ej., capítulos 13–23) se centraron en la obra
de Dios entre y contra las naciones que se le opusieron. Sin embargo, es
interesante que las primeras cuatro apariciones del término “ay” en Isaías 28–
33 introdujeron ayes contra el propio pueblo de Dios.
Uno de los pecados más significativos del pueblo fue alejarse del Señor para
confiar en alianzas terrenales con otras naciones, en particular con Egipto.
Isaías advirtió que sus planes fracasarían y que solo aquellos que confiaran en
el Señor encontrarían seguridad duradera.

Ay de Efraín (28:1–8)
Cuando Tiglat-Pileser III de Asiria atacó a Israel y Siria a pedido del rey Acaz
de Judá (2 Reyes 16:7–9), anexó gran parte del reino del norte de Israel,
dejando a Oseas para gobernar un territorio aproximadamente del tamaño del
territorio tribal de Efraín. La referencia de Isaías al reino del norte como
"Efraín" en lugar de "Israel" refleja esta realidad política. [1]
Isaías pronunció ay de un reino que se desvanecía rápidamente. Su gloria se
atenuó cuando sus gobernantes y falsos profetas se tambalearon por el vino y
las bebidas fuertes (28:1, 3, 7–8), que bebían para olvidar sus problemas o
para “estimular sus mentes” para ver visiones.
El profeta no mencionó específicamente a Asiria como su instrumento
“poderoso y fuerte” cuya fuerza se asemejaba a “una tormenta de granizo y un
viento devastador” (28:2), pero la alusión fue clara. Lo que Asiria comenzaría,
lo terminaría, todo por la dirección de Dios.
Una vez más, el Señor protegería a los que confiaran en él (28:5–6). Él
demostraría ser su fuente de fortaleza, así como la corona y la guirnalda que
usarían después de pasar triunfalmente el tiempo de la prueba.

183
Traducido por: David Taype

Juicio y restauración de Jerusalén (28:9–29:16)


Isaías ahora dirigió su atención hacia el sur. Los versículos 9–13 también
podrían aplicarse al reino del norte, pero el versículo 14 vincula claramente la
aplicación a Jerusalén.

Juicio contra los líderes de Jerusalén (28:9–29)


Los líderes de Jerusalén habían hecho caso omiso de Dios, su palabra y sus
profetas. Isaías comparó su entendimiento espiritual con el de los infantes y
les advirtió que el Señor reconstruiría a su pueblo a su manera. Un tiempo de
juicio precedería a un tiempo de restauración.
La gente inmadura no escucha (28:9–13)
Isaías hizo preguntas retóricas (28:9) que presentaban una situación
ridícula. ¿Quién fue capaz de entender el significado de la enseñanza de Dios?
¿Eran niños o aquellos cuyas madres los acababan de destetar? ¡Por supuesto
que no!
El nivel espiritual de comprensión había disminuido drásticamente entre el
pueblo de Dios. Muchos intérpretes creen que el versículo 10 puede ser una
canción de cuna para niños, [2] porque cuando se traduce al hebreo, dice lo
siguiente:

tsaν letáν tsaν letáν,


qaν leqáν qaν leqáν
ze'er sham ze'er sham

La profundidad de comprensión espiritual de la gente se había vuelto


lastimosamente superficial e inmadura.
Isaías declaró que la respuesta de Dios hacia ellos estaría al nivel de su
entendimiento (28:11, 13). Les hablaría con palabras ininteligibles que les
sonarían como la canción infantil del versículo 10. Las palabras ininteligibles
saldrían de los labios de los conquistadores asirios. ¡Imagínese el miedo de un
pueblo conquistado tratando de obedecer las órdenes asirias cuando no
entendían el idioma!
El Señor reconstruye su camino (28:14–22)
El Señor desafió el pensamiento prevaleciente de los gobernantes de
Jerusalén (28:14–15). La palabra hebrea traducida como “escarnecedores”
está relacionada con la palabra traducida como “escarnecedores” en el Salmo
1:1 y subraya el desprecio que los líderes mostraron por la verdad de Dios.

184
Traducido por: David Taype

Los gobernantes de Jerusalén pensaron que escaparían del juicio. Era como
si hubieran hecho un pacto con la muerte y la tumba. Eligieron confiar en
mentiras en lugar de confiar en el Señor. La palabra hebrea sheqer , traducida
como “falsedad”, aparece comúnmente en Jeremías para describir la falsa
sensación de seguridad de Judá cuando el pueblo confiaba en el templo y en su
tradición religiosa (Jeremías 7:4, 8; 13:25; 28:15).
Los judíos se creían seguros para siempre en su amada Jerusalén, la ciudad
de David, con el templo de Dios en medio de ellos. La historia demostraría lo
contrario en el día de la reconstrucción de Dios (28:17–19).
El Señor reconstruiría Jerusalén, pero la reconstruiría a su manera, según su
plan (28:16–17a). Usaría buenos instrumentos de edificación como la justicia
y la rectitud y proporcionaría un fundamento seguro a través de una “piedra
angular preciosa”. Aquellos que pusieran su confianza en él (lit. “creer”)
encontrarían su confianza bien puesta. Aquellos que persistieron en la
incredulidad encontrarían tristeza a cada paso (28:20, 22).
Las referencias de Isaías al monte Perazim y al valle de Gabaón (28:21)
recuerdan dos grandes obras divinas. El primero describía la obra de Dios
contra los filisteos a principios del reinado de David como rey de Israel (2 Sm
5:17–20). El segundo recordó el sol que se detuvo el día de la victoria de Josué
sobre la coalición de reyes del sur cuando Israel conquistó Canaán (Josué
10:12–14).
Al incluir estos dos eventos, el texto enfatiza la obra que Dios hará en el día
que Isaías describió. Irónicamente, el mismo poder divino que defendió a
Jerusalén y al pueblo de Dios ahora trabajaría contra su pueblo para traer
juicio.
Los apóstoles Pablo y Pedro (Rom 9,33; 1 P 2,6) aplicaron las palabras de
Isaías 28,16 a Jesucristo, la piedra angular de la iglesia (Efesios 2,19-20). Dios
algún día reconstruiría a su pueblo en un nivel completamente nuevo, más allá
de lo que los oyentes de Isaías hubieran entendido o incluso imaginado.
La parábola del granjero (28:23–29)
La parábola de Isaías del granjero concluye esta sección. Un agricultor tuvo
que aprender valiosas lecciones sobre diligencia y paciencia. No podía arar y
sembrar arbitrariamente, y necesitaba usar sus instrumentos agrícolas
adecuadamente de acuerdo con la temporada y la cosecha. Dios instruyó al
agricultor y, con el tiempo, el agricultor aprendió a plantar, cultivar y
cosechar. Asimismo, la gente también necesitaba aprender de Dios acerca de
las lecciones más importantes de la vida. Seguir sus propios planes nunca
funcionaría.

185
Traducido por: David Taype

¡Ay de Jerusalén! (29:1–16)


El ay de Isaías contra Jerusalén incluía tres elementos: el asedio de Dios a
Jerusalén, el juicio espiritual de Dios y el ay de Dios contra los valientes.
El asedio de Dios a Jerusalén (29:1–8)
Los comentaristas no están de acuerdo sobre el significado del término
“Ariel” (29:1). Algunos han sugerido "león de Dios", [3] mientras que otros
han sugerido que el término tal vez signifique "hogar del altar". [4] Aunque los
eruditos han argumentado ambos lados basándose en evidencia lingüística,
"hogar de altar" parece encajar mejor. Jerusalén, cuya identidad se insinúa en
29:1 y se identifica claramente en 29:8, es y se convierte en un lugar para
quemar, un hogar para ofrecer sacrificios. Además, un término
lingüísticamente similar en Ezequiel 43:15–16 significa claramente “hogar del
altar”. Finalmente, “león de Dios” no encaja tan bien con el significado de 29:2.
Las palabras de Isaías “añadid año tras año y prosiga vuestro ciclo de
fiestas” (29:1) tenían una intención sarcástica (cf. Amós 4:4–5). Los
ciudadanos de Jerusalén pueden haber pensado que su adoración en el templo
se estaba llevando a cabo de manera apropiada, pero en realidad solo estaban
siguiendo los movimientos: ritual por el ritual mismo.
El profeta describió el juicio venidero de Dios contra la ciudad (29:2–4), un
juicio que algunos eruditos han identificado con la invasión de Senaquerib. [5]
Isaías no hizo ninguna identificación específica, aunque el lenguaje de 29:7, en
comparación con 29:2-3, parece vincular la obra de juicio de Dios con el uso
de instrumentos humanos como otras naciones. El duelo y el lamento se
producirían cuando la gente se encontrara convertida en polvo.
Sin embargo, Isaías también describió la derrota de los enemigos de
Jerusalén (29:5–8). Tan pronto como el Señor había traído juicio, traería
liberación a su pueblo, convocando las fuerzas de la naturaleza contra los
atacantes de su pueblo. El tema de la aparición del Señor para pelear por su
pueblo cuando todo parece perdido también aparece en Zacarías 14:1–5.
El juicio espiritual de Dios (29:9–14)
La práctica superficial del sistema de sacrificios del pueblo (29:1) era
sintomática de un problema espiritual más profundo. El pueblo habló palabras
de alabanza a Dios, pero sus acciones traicionaron las verdaderas intenciones
de sus corazones (29:13). Además, su adoración se enfocaba meramente en
sus tradiciones, no en la verdad revelada de Dios y no en fomentar una
relación con él (ver recuadro 9.1).
En consecuencia, el Señor había derramado sobre su pueblo un estupor
espiritual (29:9–10). Este juicio resultó en el silencio de aquellos profetas y
186
Traducido por: David Taype

videntes que podrían haber aliviado la situación proclamando un mensaje


divino.
De hecho, Isaías comparó su propio mensaje con un rollo sellado (29:11–
12). Los ciudadanos analfabetos no podían leerlo de todos modos, y los
ciudadanos alfabetizados no podían leerlo debido a su sello. De cualquier
manera, el mensaje no fue leído ni aplicado a la vida de las personas. El texto
también puede brindar otro ejemplo de un profeta que registra su mensaje
para que lo use su audiencia original (Jer 36:2; Heb 2:2–3).
¡Ay de los audaces (29:15–16)
Isaías también advirtió a los audaces que hicieron sus propios planes
desafiando las intenciones de Dios. Estas personas pensaron que podían
ocultarle sus caminos, pero no pudieron. De hecho, malinterpretaron
totalmente su lugar en el universo.
Dios los había hecho: él era el alfarero, ellos eran el barro. Nunca podrían
igualar la sabiduría de Dios; él los había creado y los conocía mejor que ellos
mismos. No necesitaban hacer sus propios planes ni siquiera incluir a Dios en
sus planes. Más bien, necesitaban alinearse con el propósito de Dios para sus
vidas.

Restauración de Israel (29:17–24)


Isaías proclamó un día venidero que volvería el corazón de la gente al
Señor. Los sordos oirían, los ciegos verían y los humildes y necesitados
volverían al Santo de Israel (29:17–19). Él desarraigaría a los malhechores y
opresores.
A la luz de esto, Isaías tenía un mensaje especial para “la casa de Jacob”
(29:22–24). La liberación de Dios también les traería renovación espiritual.
Responderían a su obra con vidas de santidad y lo admirarían.

Barra lateral 9.1


Una aplicación moderna de Isaías 29:13

Isaías denunció a su pueblo por la superficialidad de su fe religiosa. Adoraban


de acuerdo con las tradiciones que habían memorizado, pero no tenían una
comprensión real de la palabra escrita de Dios. En consecuencia, mientras
honraban a Dios con sus labios, su corazón estaba lejos de él.
Los feligreses de hoy en día pueden caer en el mismo patrón de vida que
practicaba el pueblo de Isaías. Muchos asisten fielmente a los servicios de
187
Traducido por: David Taype

adoración e incluso a la escuela dominical, pero rara vez abren sus Biblias
durante la semana. El único conocimiento bíblico que tienen proviene de lo
que escuchan los domingos por la mañana. Hacen preguntas en la clase de la
escuela dominical que comienzan algo así como: “Bueno, ¿no dice en alguna
parte de la Biblia que . . . ?” pero no tienen idea de dónde encontrar la
respuesta.
Hoy en día, las personas tienen muchas traducciones de la Biblia entre las
que pueden elegir. Hay innumerables ayudas para el estudio de la Biblia
disponibles (concordancias, diccionarios, comentarios y otros recursos) para
ayudar a las personas a comprender el texto. Los programas de computadora
están disponibles para permitir el estudio de la Biblia a una profundidad que
las generaciones anteriores a menudo solo podían soñar con hacer. Sin
embargo, las investigaciones indican que los cristianos de hoy no conocen sus
Biblias mejor que otras generaciones.
En muchos casos, la falta de interés en el estudio de la Biblia puede indicar
un problema espiritual más profundo. Si los feligreses tienen una relación
superficial con Dios, naturalmente no apreciarán tanto su palabra. Además, si
no han abrazado realmente el concepto de que la Biblia es la palabra de Dios,
es posible que no la traten con el respeto que se merece ni se preocupen por
someterse a sus enseñanzas.
En última instancia, entonces, dentro del contexto de la fe cristiana, el amor
y el deseo de estudiar la palabra de Dios fluyen de una relación con él. A
medida que los creyentes se acerquen a él, naturalmente querrán pasar
tiempo en la Biblia para conocer mejor a Dios.

¡Ay de las alianzas extranjeras (30:1–31:9)


Durante los años 1200-750 a. C., surgieron muchos estados independientes
en el antiguo Cercano Oriente porque no existía ninguna potencia importante.
Asiria, Babilonia, Hatti y Egipto estaban experimentando tiempos de
decadencia. Naciones como Siria, Filistea, Amón, Edom, Moab, Fenicia, Israel y
Judá compitieron por el poder y la influencia en sus respectivos lugares.
Con el surgimiento de Asiria alrededor del 750 a. C., estos estados más
pequeños enfrentaron la posibilidad real de subyugación o exterminio.
Mientras consideraban qué hacer, muchos buscaron rescate a través de
alianzas con otras naciones (cf. 7:1–9).

188
Traducido por: David Taype

Isaías 30–31 se enfoca en el pecado de depender de alianzas con otras


naciones. Primero, el Señor quería que su pueblo lo mirara a él en lugar de a
las estrategias humanas. En segundo lugar, las alianzas con otras naciones
generalmente involucraban tratados que invocaban a los dioses de ambas
partes para juzgar a quien rompiera el tratado. [6] Por lo tanto, formar una
alianza habría requerido que los líderes de Israel y Judá reconocieran, al
menos formalmente, la existencia y el poder de los dioses de otra nación.

La futilidad de apelar a Egipto (30:1–17)


Isaías insistió en que apelar al poco confiable Egipto era inútil. El pueblo
había cometido dos graves errores: había hecho sus propios planes y había
silenciado los planes de Dios.
La gente hace sus propios planes (30:1–5)
Isaías anunció ay de Judá por su actitud, describiendo a los judíos como
“hijos obstinados” (30:1). Ellos llevaron sus propios planes en lugar de
consultar al Señor. La palabra traducida “mío” (30:1) significa literalmente “de
mí” y enfatiza que Dios no era la fuente de sus estrategias.
Las palabras traducidas como “formar una alianza” también pueden
significar “derramar una libación” y probablemente denotan la ofrenda hecha
en el momento de una alianza política. El pecado del pueblo había traído su
situación sobre ellos, pero ellos estaban “amontonando pecado sobre pecado”
(30:1) al mirar a Egipto en busca de rescate.
Judá ya había enviado delegados a Egipto (30:4), pero Isaías declaró inútil el
esfuerzo y la ruina de su resultado. Egipto tenía una historia de asistencia
prometedora que nunca llegó, un hecho que no pasaría desapercibido para los
asirios (36:6).
La gente silencia los planes de Dios (30:6–17)
Isaías enumeró varios animales que habitaban el Negev, la región desértica
del sur de Judá (30:6–7). Los animales observaron el paso de los enviados de
Judá, que llevaban los tesoros con los que esperaban comprar el apoyo y la
protección de Egipto. Pero Egipto, el objeto de su confianza, resultaría
totalmente indigno de confianza. La expresión “Rahab la que no hace nada”
describe a Egipto como en reposo, tranquilo, en lugar de proporcionar ayuda.
El Señor instruyó a Isaías que escribiera todo como testimonio perdurable
(30:8). Cuando se hiciera realidad, la gente sabría que él había dicho la verdad
de Dios. El pueblo no estaba dispuesto a escuchar a los profetas y videntes,
instruyéndolos en cambio a profetizar ilusiones agradables que los ayudarían

189
Traducido por: David Taype

a sentirse mejor (30:10). No querían ser confrontados con la verdad de su


pecado.
En consecuencia, se avecinaba una destrucción repentina (30:12–14). La
opresión y el engaño que la gente había practicado resultarían vacíos, y su
malvada casa se derrumbaría sobre ellos, trayendo una devastación total.
Isaías les dijo que la verdadera fuerza radica en el arrepentimiento y la
confianza en el Santo de Israel, pero nuevamente, el pueblo prefirió sus
propias ideas (30:15–16). Sin embargo, al final, estaban condenados al
fracaso, porque Dios se opuso a ellos.

Templo de Ramsés II. Egipto, a pesar de toda su gloria pasada, no tenía la


fuerza para contener ni a Asiria ni a Babilonia. (Cortesía de Todd
Bolen/BiblePlaces.com)

La restauración y liberación de Dios de Jerusalén (30:18–33)


Las palabras de Isaías (30:15–17) sonaron duras, y lo fueron. No obstante,
la gente no debe pensar que están más allá de la gracia de Dios o que Dios ya
no los ama. De hecho, el Señor estaba planeando un gran día de restauración.
La restauración y liberación de Jerusalén presentaría tres aspectos: el Señor

190
Traducido por: David Taype

enseñando a su pueblo, brindándoles una gran bendición y mostrando su


poder guerrero a las naciones.
El Señor enseñará a su pueblo (30:18–22)
Primero, Isaías describió a un Dios que anhelaba ser misericordioso con su
pueblo si tan solo le clamaran por ayuda (30:18–19). ¡Tenía la intención de
que las dificultades que estaban experimentando los hicieran volver a él! Sus
maestros les enseñarían, pero el Señor les enseñaría aún más y guiaría sus
mismos pasos (30:21). Se darían cuenta de la inutilidad de sus ídolos e
imágenes y los desecharían (30:22).
El Señor traerá gran bendición (30:23–26)
Segundo, Isaías describió a un Dios que traería gran bendición. La
naturaleza floreció con abundantes lluvias y arroyos, produciendo grandes
cosechas y una tierra fértil en la que pastaría el ganado. Qué contraste con el
desierto de Judea, donde los pastores tenían que buscar agua y vegetación. La
referencia al “día de la gran matanza, cuando caigan las torres” (30:25) es
probablemente una designación general para el juicio de sus enemigos. La
descripción de Isaías del intenso brillo del sol y la luna (30:26) parece
describir el futuro reino de Dios.
El Señor desplegará “poder de guerrero” (30:27–33)
Tercero, Isaías describió a un Dios que desplegaría su poder guerrero
contra las naciones. Sacudiría a las naciones como si las tuviera en un colador.
Sacudiría lo malo para juzgarlo mientras mostraba su furor ardiente (30:27–
28).
Asiria no escaparía de la ira de Dios (30:31). Mientras Dios mostraba su
furor, aquellos que lo amaban se regocijaban y celebraban su obra a favor de
ellos (30:29). Había preparado Tofet, el lugar de la matanza (cf. Jer 19, 6), y su
resplandor consumiría a los impíos.

El Ay y la Restauración Reexpresados (31:1–9)


En el capítulo 31, Isaías pronunció más ayes para las personas que
persistieron en ver a Egipto en lugar de a Dios como la respuesta a sus
problemas. Un día reconocerían la inutilidad de depositar su confianza en
cualquier otro lugar. Confiaron en Egipto cuando el hecho de la próxima
liberación de Dios debería haberlos llevado al arrepentimiento.
La gente confía en Egipto, no en Dios (31:1–3)
Isaías castigó al pueblo. Habían evaluado cuidadosamente la fuerza de
Egipto: el número de sus caballos, la calidad de sus jinetes y la fuerza de sus

191
Traducido por: David Taype

carros. Pero no quisieron mirar al que había creado todas las naciones. El
Señor ofreció más de lo que Egipto jamás podría proporcionar, y en un
momento, Él podría y los derribaría. Las palabras de Isaías fueron inequívocas
: ¡no es la voluntad de Dios librarte a través de la ayuda de Egipto!
La liberación del Señor debe conducir al arrepentimiento (31:4–9)
Isaías describió un día en que Dios descendería para pelear por los suyos
(31:4–5). Protegería a Jerusalén y a su pueblo mientras luchaba por ellos.
El profeta llamó al pueblo al arrepentimiento a la luz de la promesa de la
liberación de Dios (31:6–9). Israel se había rebelado contra su Dios, pero
llegaba el día en que rechazaría los ídolos que había fabricado con su oro y su
plata. Ningún individuo o nación derrocaría a Asiria; sería obra del Señor. De
hecho, después de la victoria del Señor durante los días de Ezequías (caps. 36–
37), Asiria comenzó un declive que finalmente conduciría a su ruina.

Esperanza mezclada con aflicción: una descripción del reino justo (32:1–20)

Características del Reino Justo (32:1–8)


Dos características del reino justo se destacan en la descripción de Isaías. El
primero es el liderazgo recto y el segundo es el rejuvenecimiento social.
Liderazgo recto (32:1–2)
Liderazgo recto! Los líderes de Judea les habían fallado a menudo a sus
súbditos, pero Isaías prometió un rey justo y gobernantes justos a su lado. Usó
cuatro símiles para describir la bendición de este liderazgo recto (32:2).
Aunque su intención positiva es obvia, aparecen más detalles sobre ellos en la
barra lateral 9.2:

como un refugio del viento


y un refugio de la tormenta,
como corrientes de agua en el desierto
y la sombra de una gran peña en una tierra sedienta .

Rejuvenecimiento social (32:3–8)


El rejuvenecimiento de la sociedad era la segunda característica importante
del reino que Dios estaba trayendo. Los aspectos negativos de la sociedad se
volvieron positivos cuando los ojos y los oídos de las personas se abrieron

192
Traducido por: David Taype

para ver y escuchar la verdad. Los que tomaban decisiones precipitadas


recibieron discernimiento, y los tartamudos hablaron con claridad.
En ese día, la gente vería al necio y al malvado por lo que realmente eran
(32:5–8). Habían practicado la impiedad y difundido la falsedad y el error. El
rejuvenecimiento social incluía no sólo la adición de aspectos positivos, sino
también el desarraigo de los negativos.

Juicio, llanto y el derramamiento del Espíritu de Dios (32:9–20)


Isaías 32:1–2 anunció el establecimiento de un liderazgo justo y recto. Era
una gran promesa, pero primero vendrían días de juicio y luto. Dios se
ocuparía del pecado dondequiera que lo encontrara. Una vez que lo hubiera
hecho, el derramamiento del Espíritu de Dios marcaría el comienzo de un gran
nuevo día.

Barra lateral 9.2


Imágenes de Liderazgo Recto en la Tierra de Judá

Isaías usó cuatro símiles para describir la bendición del liderazgo recto (32:2):

como un refugio del viento


y [como] un refugio contra la tormenta,
como corrientes de agua en el desierto
y [como] la sombra de una gran roca en una tierra sedienta.

Las imágenes que usó Isaías se vuelven más vívidas cuando uno considera
el paisaje de Judea. Las regiones vírgenes y desérticas de Judá reciben tan solo
seis pulgadas de lluvia al año. El viento sopla polvo a través del páramo. Los
pastores tienen que encontrar refugio en cuevas o grietas en las rocas. Las
corrientes de agua son una vista agradable, y aquellos que viajan por el área
deben saber dónde están, o morirán de deshidratación. Incluso la presencia de
una gran roca alivia un poco el calor a través de la sombra que proporciona.
La abundancia de agua era rara en el desierto y el desierto de Judea; así fue
el liderazgo recto en Judá. Pero Isaías prometió que un día, Dios brindaría
alivio a una tierra sedienta de buen liderazgo.

193
Traducido por: David Taype

El desierto de las condiciones desérticas de Judá normalmente proporciona


poca vegetación para sus habitantes. Isaías comparó el buen liderazgo con
corrientes de agua en tales regiones (32:2). (Cortesía de Todd Bolen/Bible
Places .com)

Preludio del Reino: Juicio y Duelo (32:9–14)


Isaías llamó a llorar a las complacientes mujeres de Judá. Se sentían
seguros, pero dentro de un año vendrían tiempos difíciles. Quizás la profecía
data justo antes de la invasión de Senaquerib durante el reinado de Ezequías,
cuando la guerra trajo condiciones difíciles.
De hecho, se avecinaban tiempos difíciles, y las mujeres llorarían la pérdida
de cosechas y cosechas (32:10–13), porque el crecimiento de la tierra fallaría
o sería tomado por un enemigo que avanzaba. Las ciudades desaparecerían y
todo parecería perdido.

194
Traducido por: David Taype

El derramamiento del Espíritu de Dios (32:15–20)


El Espíritu de Dios traería la restauración venidera en todos los niveles.
Primero, la tierra se volvería fértil (32:15). Incluso las áreas desérticas se
convertirían en campos fértiles. Segundo, los animales tendrían muchos
lugares para pastar en paz (32:20). Tercero, la justicia y la rectitud
prevalecerían en la tierra (32:16–17). Cuarto, el pueblo disfrutaría de
seguridad duradera (32:18).
La promesa de una seguridad duradera debe haber sonado particularmente
significativa para un pueblo que vive con el temor constante de ser atacado
por las naciones que los bordean. Y, por supuesto, la amenaza de Asiria
siempre se hizo presente. Cuando Dios estableciera a su pueblo en seguridad
con un liderazgo justo, entonces el verdadero significado de shalom sería
evidente. Isaías prometió que vendría cuando el Espíritu de Dios obrara la
voluntad divina.

¡Ay de Asiria! (33:1–24)


La palabra “ay” (heb. hoy ) introduce Isaías 33, ya que tiene otros pasajes de
ay en esta sección (28:1; 29:1, 15; 30:1; 31:1). Aunque Isaías no menciona
específicamente a Asiria, está claramente a la vista a la luz del contexto
histórico.
Los oyentes de Isaías fueron golpeados y oprimidos y también sintieron el
peso de su propio pecado. Toda la tierra se lamentó y sufrió la aflicción de la
dominación asiria. ¿Su pueblo realmente tenía alguna razón para la
esperanza? ¿Se levantaría realmente el Señor a su favor y los rescataría? El
mensaje de Isaías trajo gran seguridad a su audiencia; Dios no los había
olvidado y actuaría pronto.

Súplica por la destrucción de Asiria (33: 1–9)


La palabra “ay” (33:1) anunciaba la ruina de Asiria. Los asirios habían
destruido a otros pero habían escapado de la destrucción. Habían tratado
traidoramente a otros, pero otros no habían tenido el poder de corresponder.
Cuando Asiria terminara con su destrucción y traición, un tiempo
determinado por el Señor, no por Asiria, entonces Asiria recibiría su medida
de destrucción y traición. Los asirios no se habían dado cuenta de su papel en
el plan divino (10:5–7), pero lo harían en ese día.
Los versículos 2–4 comprenden una oración de liberación. Después del
anuncio inicial del versículo 1, el pueblo de Dios le imploró gracia. Solo él

195
Traducido por: David Taype

podía ser su fuerza, solo él podía rescatarlos de su angustia. Solo su poder


podía dispersar a las naciones y ponerlas en su lugar. Oraciones como esta
reflejaban una actitud que Dios había querido que su pueblo tuviera todo el
tiempo.
El Señor se mantuvo exaltado (33:5–6). Restauraría la justicia y la rectitud
en Sión y proporcionaría a su pueblo un fundamento seguro para la vida. Sólo
pidió que su pueblo le temiera.
Mientras tanto, la tierra languidecía mientras el pueblo esperaba la
intervención de Dios (33:7–9). Los hombres valientes no sabían qué hacer, las
delegaciones de paz habían fracasado, los viajes habían cesado y la maldad
abundaba. Incluso Sharon, Bashan y Carmel, tres regiones del norte conocidas
por su exuberante vegetación y agricultura, se marchitaron.

La promesa de restauración del Señor (33:10–24)


El Señor respondió rápidamente al lamento del pueblo (33:10–14). Estaba
listo para actuar; demostraría sus grandes obras. Consumiría a “los pueblos”
(33:12), una referencia a aquellos que se opusieron a él. Llamó a todos, cerca y
lejos, a considerar sus obras y reconocerlo (33:13) y prometió que el temor se
apoderaría de todos (33:14). ¿Quién podría estar de pie ante tal poder, ante el
fuego consumidor del juicio de Dios?
Isaías luego proporcionó una respuesta a estas preguntas (33:15–16).
Aquellos cuyas vidas reflejaran su buen carácter interior recibirían la
bendición de Dios. Vaciaron sus vidas de malas prácticas y ni siquiera
contemplaron el mal. Más bien, llenaron sus vidas con cualidades que honran
a Dios.
Isaías describió las características de Dios gran día de restauración (33:17–
20). El pueblo contemplaría el esplendor del rey y disfrutaría de una tierra
espaciosa. Ya no enfrentarían a sus arrogantes enemigos que los habían
oprimido y les habían hecho la vida difícil. Más bien, verían a Jerusalén como
un faro de paz, una ciudad inamovible de festivales y celebraciones.
Finalmente, el gran día de la restauración de Dios presentaría bendición
espiritual (33:21–24). Más importante que cualquier otra cosa, el Señor se
mantendría como su poderoso, su juez, su legislador, su rey, su salvador.
Experimentarían el verdadero significado de la salvación, y en ese día
comprenderían el verdadero significado de la vida. Dios en su amor y gracia
los había perdonado y establecido como su pueblo eterno.

196
Traducido por: David Taype

Preguntas de estudio
1. ¿Cuál fue el pecado de Judá en Isaías 28:9–13? ¿Qué pasos debería
haber tomado la gente para crecer en su fe?
2. Describe lo que Judá podría haber hecho para superar su estupor
espiritual (29:9–14).
3. ¿Por qué Isaías condenó constantemente hacer alianzas con otras
naciones (caps. 30–31)?
4. ¿Cuáles son las características principales del reino de Dios descritas
en Isaías 32?

197
Traducido por: David Taype

10. Resumen escatológico


Isaías 34:1–35:10

Esquema
• El Señor se vengará de las naciones (34:1–17)
Un llamado a las naciones (34:1–4)
Juicio contra Edom (34:5–15)
Resumen de la declaración: ¡Puede contar con ello! (34:16–17)
• Los redimidos ven la salvación de Dios (35:1–10)
Dios mostrará su salvación en la naturaleza (35:1–2)
Dios animará a los cansados (35:3–6a)
Dios renovará la tierra (35:6b–10)
• Pensamientos finales de Isaías 28–35
Dios desea que su pueblo siga sus planes
Dios odia la complacencia espiritual
Dios desea la máxima lealtad de su pueblo
Dios tiene días emocionantes por delante

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Describir las características del juicio final de Dios.


2. Resalte las características de la salvación venidera de Dios.
3. Resuma los temas principales de Isaías 28–35.

“Está bien, ¡vamos a terminar!” tal vez has Escuché esas palabras al final de
una conferencia, un ensayo o una práctica deportiva. Por lo general, en ese
momento, los líderes, ya sean profesores, directores o entrenadores, intentan

198
Traducido por: David Taype

reunir lo que se ha logrado ese día. Pueden reafirmar los puntos clave de una
conferencia o recordar a los atletas jugadas particulares que han practicado.
Isaías 13–23 presenta los oráculos del profeta contra las naciones. Dios era
soberano sobre estas naciones, se dieran cuenta o no. Isaías 24–27, el
“pequeño apocalipsis”, unió los oráculos al proclamar la soberanía de Dios
sobre todo el universo y el juicio final y la victoria que Él lograría en nombre
de sí mismo y de su pueblo.
Isaías 28–33 contiene varios ayes contra aquellos que hicieron sus propios
planes e ignoraron los planes y la dirección de Dios. Muchos en Judá confiaron
en Egipto en lugar de en su Dios. Otros, como Asiria, confiaban en sí mismos y
en su propio poder, así como quizás en sus propios ídolos sin valor. El profeta
aseguró a su pueblo que el Señor era su única esperanza real e incluso
describió el reino justo que Dios restablecería bajo la descendencia de David.
Isaías 34–35 funciona de manera muy similar a los capítulos 24–27 en el
sentido de que vinculan la sección anterior (capítulos 28–33). De hecho,
algunos estudiosos también han argumentado que los capítulos (junto con los
capítulos 36–39) forman un puente literario entre 1–33 y 40–66. [1] ¿Era
realmente el Señor la única esperanza de su pueblo? ¿Podían contar con él
para establecer su reino y rescatarlos?
Isaías aseguró a sus oyentes que la respuesta a ambas preguntas era un
rotundo sí. El Señor se vengaría de las naciones y los redimidos verían la
salvación de Dios.

El Señor se vengará de las naciones (34:1–17)


La descripción de Isaías de la venganza de Dios contra las naciones incluía
tres secciones. Primero, Isaías llamó a las naciones a prepararse para
experimentar la ira de Dios (34:1–4). En segundo lugar, el profeta anunció que
Edom experimentaría especialmente el juicio de Dios (34:5–15). Tercero,
Isaías aseguró a sus oyentes que Dios cumpliría todo lo que dijo (34:16–17).

199
Traducido por: David Taype

Bosra, la capital de la antigua Edom (Cortesía de Todd Bolen/BiblePlaces.com)

Un llamado a las naciones (34:1–4)


Isaías comenzó su oráculo con un llamado general a todos los pueblos y
naciones (34:1). Claramente, su audiencia principal era Judá. No obstante,
tales palabras enfatizan nuevamente el interés divino en las personas fuera de
las fronteras de Judá. Aquí la intención principal es advertirles del juicio, pero
otras partes de Isaías los llaman a la salvación (45:22–23).
La ira del Señor estaba a punto de descender sobre todas las naciones
(34:2). Las palabras “los destruirá totalmente” también podrían traducirse
“los ha destruido totalmente”. En la lectura anterior, las palabras de Isaías
funcionan como una predicción de lo que vendrá. En la última lectura, las
palabras del profeta representan un decreto divino de juicio. El verbo hebreo
usado [2] generalmente se refiere a la entrega de cosas o personas al Señor
para su destrucción. Sus ejércitos no serían rival para su furia.
Isaías describió un escenario en el que el Señor ganó la victoria absoluta
(34:3). El lenguaje espantoso enfatizaba la devastación total. No quedó nadie
ni siquiera para enterrar a los muertos.
La destrucción tuvo implicaciones universales (34:4). El lenguaje
apocalíptico de Isaías describe el cielo rodando y las estrellas cayendo del
cielo. El juicio de la Tierra encontró su paralelo entre los elementos
celestiales.
200
Traducido por: David Taype

Isaías había usado imágenes similares anteriormente en su libro (13:13), y


lo volvería a hacer (51:6). Los escritores bíblicos posteriores también usaron
imágenes paralelas para describir los eventos que precedieron a la venida del
reino de Dios (Ez 32:7–8; Mt 24:29; Ap 6:12–14). El gran día de Dios estaba en
camino.

Juicio contra Edom (34:5–15)


La aparición de Edom en medio de una declaración profética de juicio
universal parece algo extraña. La mayoría de los intérpretes entienden que
Edom , una “espina en el costado” histórica para Israel y Judá, representa a las
naciones en general. [3] Todos los que se opusieran al Señor sufrirían el
destino que Isaías ahora describe para Edom.
Edom había recibido solo un trato menor en los oráculos de Isaías contra las
naciones (caps. 13–23; cf. 21:11–12). Sin embargo, la gran espada de la ira de
Dios se había “emborrachado” en el reino celestial —expresión que indica un
juicio total— y ahora descendía sobre la tierra donde residían los
descendientes de Esaú (34,5; Gn 36,1). La palabra hebrea detrás de la
expresión “totalmente destruida” está relacionada con la palabra en 34:2; Dios
había determinado su destrucción total.
El motivo de “Dios como guerrero” continúa en 34:6–7. Su espada de juicio
cortó lo mejor de Edom mientras preparaba un sacrificio para sí mismo del
ganado de Edom. Bosra, que aparece de nuevo en 63:1, era la ciudad capital de
Edom. Algunos eruditos han sugerido que las referencias a bueyes y grandes
toros en 34:7 pueden referirse a los líderes de Edom. [4] Sin ellos, la sociedad
estaría confundida (cf. Ob 8-9). Toda la tierra yacería masacrada.
Venganza (34:8) sugiere no sólo el concepto de venganza sino también el
de hacer las cosas bien, de equilibrar la balanza de la justicia. Esto está
respaldado por las palabras “retribución” (heb. shillumim , que sugiere “hacer
completo”) y “causa” (heb. rib ). La última palabra lleva consistentemente una
connotación legal, denotando un caso judicial (1:23; 41:21; Jer 11:20; Os 4:1).
El juicio del Señor proporcionaría la máxima vindicación para aquellos que lo
siguieron.
Isaías detalló la destrucción completa de Edom (34:9–15). Se convertiría en
un páramo ardiente inadecuado para la habitación humana. El lenguaje de
estos versículos se parece mucho a las palabras de Isaías contra Babilonia
(13:19–22), lo que sugiere además que el juicio de Edom representa el juicio
sobre todas las naciones. [5]
La gran desolación de Edom estuvo acompañada por el crecimiento de
espinos y zarzas y por criaturas impuras que la habitaron (34:11, 13–15). La

201
Traducido por: David Taype

anidación y la puesta de huevos de estas criaturas sugirieron su presencia


establecida continua.
Dios edificaría su nueva ciudad con la justicia como cordel de medir y la
rectitud como plomada (28:17), pero él extendería sobre Edom “el cordel del
caos y la plomada de la desolación” (34:11). Las palabras hebreas traducidas
como “caos” y “desolación” son tohu y bohu , respectivamente, que aparecen
juntas en Génesis 1:2 para describir la condición de la tierra antes de que Dios
estableciera su orden. En efecto, Dios estaba “descreando” a Edom.

Resumen de la declaración: ¡Puede contar con ello! (34:16–17)


Los versículos 16–17 forman una declaración resumida que desafió a los
oyentes del profeta: “Buscad [o inquirid] en el libro de Jehová , y leed” (NASB).
¿Qué era este “libro del Señor”? La expresión probablemente se refería a las
profecías que ya había dicho Isaías. Anteriormente, el profeta había llamado a
sus oyentes a volver a la revelación escrita de Dios (8:19–20). Aquí
probablemente tenía la intención de invitar a cualquiera que deseara verificar
la exactitud de sus palabras registradas a medida que se cumplió la profecía.
Dios cumpliría su palabra al pie de la letra.
¿Por qué podía el pueblo de Dios contar con las palabras de Isaías? Porque
Dios había dado la orden. La perpetuidad descrita en el versículo 17 se hizo
eco del versículo 10 y colocó un signo de exclamación final en la profecía de
Isaías.

Los redimidos ven la salvación de Dios (35:1–10)


El tono de las palabras de Isaías cambió abruptamente en 35:1. Isaías 34
describió las malas noticias que esperaban a todos los que se opusieran al
plan divino para las naciones. Pero Isaías 35 anunció el gozo que los
redimidos verían y experimentarían cuando Dios trajera su salvación a su
pueblo. Esta redención presentaba tres elementos: Dios mostraría su
salvación en la naturaleza, alentaría a los cansados y renovaría la tierra.

Dios mostrará su salvación en la naturaleza (35:1–2)


Isaías anunció que el Señor mostraría su salvación en la naturaleza. Los
términos midbar (desierto) y arabah (desierto) no necesariamente connotan
una región desértica. Sin embargo, a menudo designan áreas del sur más
adecuadas para el pastoreo de animales que para la agricultura. Pero en el
venidero día de la salvación, el crecimiento brotaría en todas esas regiones.

202
Traducido por: David Taype

El Wadi Qilt al este de Jerusalén hacia Jericó. Isaías 35 predijo que la región
florecería un día como las regiones fértiles de Galilea. (Cortesía de Bryan E.
Beyer)

Isaías comparó el crecimiento del desierto y el desierto del sur con lo mejor
de Galilea y más allá. La posición norte de Galilea significaba que recibía más
lluvia y, por lo tanto, normalmente apoyaba una mayor parte de la agricultura
de la tierra. Hoy en día, las regiones del Monte Carmelo y la llanura de Sharon
siguen siendo bastante verdes, incluso durante el caluroso período de verano,
cuando cae poca o ninguna lluvia y las temperaturas suelen alcanzar los 90
grados Fahrenheit y más.
Si las áreas relativamente áridas de Judá se volvieran fértiles y exuberantes,
a muchos de los que luchaban por mantener su sustento les iría bastante bien
a medida que la economía pasara de ser predominantemente pastoril a
predominantemente agrícola. La mayoría de los ciudadanos de Judá habrían
dado la bienvenida al cumplimiento de la promesa de Isaías. Este
rejuvenecimiento agrícola mostró la gloria del Señor. Solo él podía hacer este
trabajo en una tierra cuyo clima se oponía a tal posibilidad.

203
Traducido por: David Taype

Dios animará a los cansados (35:3–6a)


Una serie de mandatos comienza el aliento de Isaías a los cansados. El
pueblo debía fortalecer sus manos, rodillas y corazones para prepararse para
la gran obra de Dios.
Pero, ¿por qué las manos débiles deben volverse fuertes? ¿Por qué las
rodillas temblorosas deberían volverse firmes? ¿Por qué la gente debería
decirle a los temerosos que sean fuertes y dejen de lado su miedo? Después de
todo, el pueblo había visto tanta opresión, tanta dominación, tanto
sufrimiento.
Isaías proporcionó la respuesta a todas estas preguntas en 35:4: debes ser
fuerte y no temer debido a la promesa de Dios de venir, traer venganza y
retribución, y salvar a los suyos. Vivir por la palabra de Dios traería
estabilidad y fortaleza; vivir de acuerdo con las circunstancias y los
sentimientos solo continuaría con la debilidad y el miedo. “Sed fuertes”, animó
Isaías a sus oyentes. “¡Dios te salvará!”
Isaías también anunció los milagros que acompañarían la salvación de Dios
(35:5–6). Los ojos ciegos verían; los oídos sordos oirían; las piernas cojas
saltaban de alegría; lenguas que nunca habían pronunciado una palabra
proclamarían la alabanza de Dios. La obra de Dios para su pueblo incluiría una
obra de sanidad en ellos.
Quizás muchos en los días de Jesús pensaron que el cumplimiento de las
palabras de Isaías estaba cerca al presenciar los milagros de Jesús (Mt 11:5).
El cumplimiento final de las palabras de Isaías, sin embargo, espera la venida
final del reino de Cristo.

Dios renovará la tierra (35:6b–10)


Después de describir la salvación de Dios de su pueblo, Isaías volvió al tema
que había comenzado en 35:1–2. El Señor renovaría la tierra de una manera
increíble. Los términos hebreos midbar y arabah vuelven a aparecer en 35:6
en el mismo orden que en 35:1, aunque la NVI invierte su traducción. El agua
sostenía la vida, y el agua abundante daría vida a las regiones antes secas y
desoladas de Judá.
Aún más significativo, Isaías anunció que la renovación de la tierra por
parte de Dios incluiría la renovación espiritual. Dios prepararía una carretera
para que su pueblo viajara, y su nombre sería “Camino de Santidad” (35:8). El
término “santidad” describía más a aquellos que recorrieron el camino que al
camino mismo.
Así como en español, la palabra “camino” puede tener un significado literal
o figurado, así la palabra hebrea para “camino” ( derek ) puede designar
204
Traducido por: David Taype

conceptos literales o figurativos. Aquellos que “caminan en ese camino” son


aquellos cuyas vidas muestran la santidad de Dios, y solo ellos pueden
recorrer ese camino (35:8). Además, la seguridad reina en la Carretera
Santidad; Dios protegerá a sus redimidos de todos los animales salvajes y
malhechores (35:9).
Tal, proclamó Isaías, será el futuro del pueblo de Dios. Las imágenes de
35:10 son asombrosas. Los redimidos del Señor volverán a Sion en medio de
la celebración, el canto y la alegría. Incluso en la Jerusalén moderna, a menudo
se ven personas cargando cargas sobre sus cabezas, pero en ese día, el gozo
adornará sus cabezas como coronas. La alegría y el gozo abrumarán al pueblo
de Dios, alejando la tristeza y la desesperación.

Pensamientos finales de Isaías 28–35


Al comienzo del capítulo, notamos que Isaías 34–35 concluye Isaías 28–33
de la misma manera que Isaías 24–27 concluye Isaías 13–23. Al concluir
nuestro estudio de Isaías 28–35, cuatro temas merecen una mención especial.
Primero, Dios desea que su pueblo siga sus planes. Segundo, Dios odia la
complacencia espiritual. Tercero, Dios desea la máxima lealtad de su pueblo.
Cuarto, Dios tiene días emocionantes por delante.

Dios desea que su pueblo siga sus planes


Dios desea que su pueblo siga sus planes. Isaías condenó los intentos de
alianza con Egipto porque Judá estaba tratando de hacer sus propios planes en
lugar de consultar al Señor. El futuro de la nación estaba en juego, y Judá
estaba ocupada haciendo sus propios planes en lugar de buscar al Señor a
través de su palabra y oración.
Dios le aseguró a su pueblo que les respondería si lo llamaban, pero no
llamaron. Tal vez incluso tenían la intención de incluir al Señor en sus planes,
pero el Señor no buscaba ser parte de estos planes. Más bien, quería incluirlos
en sus planes. Incluso hoy, los creyentes deben alinearse con el propósito de
Dios para sus vidas.

Dios odia la complacencia espiritual


Isaías advirtió a su pueblo que Dios odiaba la complacencia espiritual . Su
comprensión espiritual permaneció en un nivel de rima infantil (28:10).
Honraron al Señor con sus labios, pero su corazón estaba lejos; todo lo que
sabían de él consistía en tradiciones memorizadas (29:13). Isaías animó al
pueblo a crecer en su relación con el Señor.
205
Traducido por: David Taype

Dios odia la complacencia espiritual no menos hoy. Los creyentes deben


buscar crecer en su relación con él. En la medida en que le entreguen su vida y
confíen en la obra del Espíritu Santo en ellos, él los conformará a la imagen de
Jesús (Rm 8,29; 2 Cor 3,18).

Dios desea la máxima lealtad de su pueblo


Isaías exhortó a su pueblo: ¡Dios deseaba su máxima lealtad! Sabía quiénes
se oponían a él, y su día se acercaba. Ni una sola promesa que hizo acerca del
juicio fallaría; todo sucedería tal como él había dicho. En consecuencia,
deseaba su lealtad última y absoluta. Nada menos serviría.
Muchas cosas en la vida claman hoy por la atención de la gente: el dinero, el
poder, el estatus, incluso las relaciones humanas. Ninguno de estos
necesariamente puede ser malo en sí mismo, pero el Señor desea la máxima
lealtad de su pueblo. Los creyentes deben ver todo lo demás a través de la
lente de su relación con él.

Dios tiene días emocionantes por delante


Isaías le aseguró a su pueblo que Dios tenía días emocionantes por delante.
Barrería a los que se opusieran a él ya su pueblo. Podían contar con él para
juzgar a fondo y con absoluta justicia. Pero él también conocía a los suyos y no
los defraudaría ni los dejaría ir.
Isaías predijo un día en que la tierra volvería a producir cosechas
abundantes, en que la santidad reinaría en los corazones del pueblo de Dios y
en que la gloria de Dios se manifestaría de un extremo al otro del universo.
Jesús regresará y marcará el comienzo de una era más allá de los sueños más
salvajes de su pueblo. Isaías anunció esto en el siglo VIII a. C., pero a medida
que el reino se acerca, la Biblia llama a los creyentes a vivir a la luz de esa
realidad venidera (2 P 3:10–13).

Preguntas de estudio
1. ¿Cuáles fueron los aspectos clave del juicio de Edom?
2. ¿Por qué la bendición agrícola (particularmente de Judá) habría sido
tan importante para la audiencia de Isaías?
3. ¿Qué conexión hizo Isaías entre la bendición del reino y las
expectativas de los ciudadanos del reino?

206
Traducido por: David Taype

Términos clave
complacencia
Edom
redención
venganza

207
Traducido por: David Taype

11. aspectos destacados del


reinado de Ezequías
Isaías 36:1–39:8

Esquema
• Preguntas históricas acerca de Isaías 36–39
¿Qué sabemos con certeza de Isaías 36–39?
¿Cuáles son las interpretaciones más probables de la evidencia?
¿Por qué se dan los eventos en este orden?
• La amenaza de Senaquerib y la liberación de Dios (36:1–37:38)
La amenaza de Senaquerib (36:1–22)
La liberación de Dios (37:1–38)
• La enfermedad y la recuperación de Ezequías (38:1–22)
Isaías anuncia la muerte inminente de Ezequías (38:1)
Ezequías ora al Señor (38:2–3)
Respuesta de Isaías a Ezequías (38:4–8)
El “Salmo” de Ezequías (38:9–20)
Notas sobre la recuperación de Ezequías (38:21–22)
• La visita de Ezequías con una delegación babilónica (39:1–8)
Mensajeros de Merodac-Baladan visitan a Ezequías (39:1–2)
Isaías habla con Ezequías (39:3–8)
• Pensamientos finales de Isaías 36–39

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Explique cuestiones cronológicas clave relacionadas con los


acontecimientos históricos de Isaías 36–39.
208
Traducido por: David Taype

2. Resume el relato de la invasión y derrota de Senaquerib.


3. Discuta los detalles clave sobre la enfermedad, la recuperación y la
visita de Ezequías de la delegación de Babilonia.
4. Articule el papel de Isaías 36–39 dentro del libro de Isaías.

Después de estudiar los primeros treinta y cinco capítulos del libro de Isaías,
¿sientes que estás conociendo bien al profeta Isaías? Quizás lo haga porque ha
leído sobre el llamado de Isaías (cap. 6), su encuentro con Acaz (cap. 7) y, por
supuesto, sus muchas profecías. Estos capítulos han proporcionado mucha
información sobre la personalidad y el carácter de Isaías.
Isaías 36–39 proporciona información sobre la personalidad y el carácter
del rey Ezequías. Los capítulos describen tres eventos: la amenaza de
Senaquerib y la liberación de Dios (36–37), la enfermedad y recuperación de
Ezequías (38) y la visita de Ezequías al rey Merodac-Baladan (39). Si lee cada
una de estas historias cuidadosamente, obtendrá una mejor comprensión de
este gran rey de Judá.

Preguntas históricas acerca de Isaías 36–39


Excepto por la mención de su nombre en 1:1, Ezequías aparece por nombre
en el libro de Isaías solo en los capítulos 36–39, aunque probablemente fue el
objetivo de las palabras de Isaías en 22:8–11. Sin embargo, en estos cuatro
capítulos, Ezequías está en el centro de cada relato, y mucho de lo que hace
tiene relación directa con lo que el Señor está haciendo en Judá.
Al comenzar nuestro estudio de Isaías 36–39, surgen preguntas históricas.
¿Cuál es el orden cronológico de los acontecimientos de los capítulos 36–39?
¿Cuándo reinó exactamente el rey Ezequías ? ¿Cuándo invadió Senaquerib a
Judá? ¿Cuándo visitó la delegación de Babilonia a Ezequías? ¿Y por qué Isaías
arregló su material de la manera que lo hizo? Una vez que respondamos esas
preguntas, podemos proceder con nuestra interpretación de los eventos.

¿Qué sabemos con certeza de Isaías 36–39?


Para determinar el orden cronológico correcto de los eventos de Isaías 36–
39, debemos comenzar con las pistas que se encuentran en el texto bíblico y
en el material extrabíblico de esa época. Debemos determinar lo que sabemos
con certeza y luego pasar a varias hipótesis a medida que deducimos de las
fuentes lo que es posible.

209
Traducido por: David Taype

Los estudiosos de la Biblia han notado durante mucho tiempo que los
capítulos 36 y 37 siguen cronológicamente a los capítulos 38 y 39. [1] Isaías,
entonces, claramente tenía un propósito diferente al de presentar una
cronología de los eventos tal como ocurrieron. Pero, ¿cómo determinamos el
orden correcto? Los factores clave en la determinación incluyen lo siguiente:

 Senaquerib gobernó como rey de Asiria del 704 al 681 a. Parece


seguro que su sitio de Judá y el área circundante ocurrió en el 701 a.
C., según sus propias inscripciones reales.
 Merodac-Baladan gobernó como rey de Babilonia del 721 al 710 a. C.
y luego nuevamente brevemente en el 703 a. C. antes de ser
asesinado.
 Ezequías gobernó como rey de Judá del 727 al 698 a. C. o del 715 al
686 a. C. Las primeras fechas son sugeridas por un sincronismo con
el reinado de Oseas (2 Reyes 18:1), mientras que las últimas fechas
se derivan de un sincronismo entre 2 Reyes 18:13, Isaías 36:1 y las
propias inscripciones de Senaquerib. [2]
 Isaías 38:6 sugiere que la enfermedad de Ezequías precede a la
derrota de Senaquerib, pero también parece sugerir que la amenaza
de la invasión de Senaquerib es inminente.
 Isaías 39:1 muestra que los eventos del capítulo 39 siguen a los
eventos del capítulo 38.

Sobre la base de esta información, podemos establecer rápidamente el


orden básico de los acontecimientos. Primero, Ezequías se enfermó pero se
recuperó (38). Segundo, una delegación de Merodac-Baladan visitó a Ezequías
(39). Tercero, Senaquerib invadió Judá, pero Dios trajo liberación (36–37).
Pero, ¿cómo armonizamos estos hechos con la pregunta de cuándo reinó
Ezequías?

¿Cuáles son las interpretaciones más probables de la evidencia?


¿Cuáles son las interpretaciones más probables de la evidencia? Se han
sugerido tres. [3]
Interpretación 1: Parte del reinado de Ezequías fue una corregencia
La primera interpretación posible sugiere que quizás Ezequías comenzó a
gobernar con su padre Acaz como parte de una corregencia [4] en el 727 a. C.
y comenzó a gobernar solo en el 715 a. La expresión “el año catorce del
210
Traducido por: David Taype

reinado de Ezequías” (2 Reyes 18:13) se calculó a partir del 715 a. C., cuando
Ezequías asumió el control exclusivo del trono, y sería así el 701 a.
La ventaja de esta interpretación es que podemos armonizar todos los datos
sobre las fechas del reinado de Ezequías y la invasión de Judá por Senaquerib.
Las desventajas son que (1) requiere la suposición de una corregencia sin
evidencia específica, aunque sabemos que los reyes de Judá a menudo las
utilizaron, (2) requiere que 2 Reyes 18 tenga dos puntos de referencia
diferentes para el reinado de Ezequías en el espacio. de unos pocos versículos,
y (3) requiere la visita de la delegación babilónica en 713–712 a. C. (a
Ezequías se le dieron quince años de vida adicional, 38: 5), que muchos han
argumentado que encaja mejor alrededor del 703 a.
Interpretación 2: El “año catorce” de Ezequías fue en realidad su
vigésimo cuarto
La segunda interpretación posible consiste en agregar una letra (la letra
mem ) al texto hebreo de 2 Reyes 18:13 e Isaías 36:1. Si lo hace, cambiaría
"catorceavo" a "veinticuatro". Por lo tanto, el texto bíblico fecharía que la
campaña de Senaquerib contra Judá comenzó alrededor del 703 a. C., lo que
designaría el momento en que Ezequías se rebeló y escuchó las noticias de la
represalia asiria, no el momento real de la llegada de Senaquerib.
La ventaja de esta vista es que todos los datos pueden reconciliarse
nuevamente y no es necesario suponer una corregencia. La desventaja es que,
si bien la enmienda textual es pequeña, ninguna evidencia manuscrita sugiere
que el año veinticuatro de Ezequías se pretendía en 2 Reyes 18:13 o Isaías
36:1.
Interpretación 3: Ezequías gobernó más tarde de lo que otros sugieren
Una tercera interpretación posible sugiere fechar el reinado de Ezequías
entre el 715 y el 687 a. Esta interpretación utiliza la fecha fija de Senaquerib
del 701 a. C. como punto de referencia. Al igual que con la segunda
interpretación, no es necesaria la corregencia.
Las ventajas de este punto de vista son que (1) sincroniza 2 Reyes 18:13,
Isaías 36:1 y la propia inscripción de Senaquerib, y (2) sitúa la visita de la
delegación babilónica alrededor del 703 a. extensión de la vida. La desventaja
es que no tiene en cuenta la declaración clara de 2 Reyes 18:1, 9 de que el
reinado de Ezequías superpuso el reinado de Oseas. [5]
Las tres interpretaciones tienen sus puntos fuertes y débiles, y la cronología
exacta del reinado de Ezequías sigue siendo difícil de determinar. La
interpretación 2 parece más probable, aunque tal vez la aparición de más
evidencia histórica algún día resuelva el asunto.

211
Traducido por: David Taype

¿Por qué se dan los eventos en este orden?


¿Por qué, entonces, Isaías pone los eventos en el orden en que lo hace? La
respuesta debe ser que convenía a su mayor propósito. La primera parte del
libro (capítulos 1–33) se enfoca en los días de Isaías, cuando Asiria reinaba
como el poder dominante en el antiguo Cercano Oriente. La segunda parte del
libro (capítulos 40–66) mira hacia un tiempo en que Babilonia gobernó el
mundo, pero cuando su reinado estaba llegando a su fin.
Por lo tanto, Isaías 36–37, con su énfasis en la derrota de Asiria por parte
del Señor, concluye la “sección asiria” de Isaías, mientras que los eventos de
38–39—particularmente el anuncio de Isaías acerca de los descendientes de
Ezequías sirviendo en Babilonia—anticipan el exilio babilónico, así como la
noticia de la liberación de Babilonia que comienza en Isaías 40 e introduce la
“sección babilónica”. sección” del libro de Isaías.

Barra lateral 11.1


Corregencias en Israel y Judá

Como se menciona en las barras laterales 1.2 y 1.3, el trabajo pionero de


Edwin R. Thiele en la reconciliación de las cronologías de Israel y Judea ha
demostrado ser invaluable en el campo de los estudios del Antiguo
Testamento. Uno de los aspectos clave del enfoque de Thiele es reconocer la
existencia de corregencias en Israel y Judá. En tales casos, la duración dada del
reinado de un rey puede haberse superpuesto con la de su padre o hijo, y los
años de la corregencia se acreditaron al reinado de ambos reyes. En otras
situaciones, los reyes rivales pueden haber competido por el trono.
Thiele abogó por nueve ocurrencias de corregencias: tres en Israel y seis en
Judá. No todas estas co-regencias se mencionan específicamente en el registro
bíblico, pero Thiele creía que la evidencia las justificaba. Su enfoque tiene
mucho que elogiar, y las generaciones posteriores de erudición se han basado
en sus cimientos, aunque no todos aceptan todas sus conclusiones.

Corregencias y reinados rivales en Israel y Judá


Israel

Reyes Motivo de la corregencia


involucrados

212
Traducido por: David Taype

Omri y Tibni Israel dividido en dos, prevalece el lado de Omri (1 Reyes


16:21-22); Thiele argumenta que Kings entiende que los
doce años de Omri incluyen el tiempo de la guerra civil.

Joás y La amenaza de una guerra inminente requiere que Jehoás


Jeroboam II establezca a su hijo como corregente en caso de que Jehoás
muera en la batalla (2 Reyes 14:8–13; 2 Crónicas 25:18–23).

Menahem y Israel nuevamente se dividió en dos naciones (Oseas 5:5—la


Pekahiah referencia de Oseas a Israel y Efraín no solo aquí, sino en
otras partes del libro); Thiele también sugiere que Pekah se
superpuso tanto con Menahem como con Pekahiah,
convirtiéndose finalmente en el único gobernante de Israel.

Judá

Reyes Motivo de la corregencia


involucrados

Asa y Josafat Asa se enferma gravemente, lo que justifica el


nombramiento de Josafat como corregente (1 Reyes 15:23; 2
Crónicas 16:12).

Josafat y Joram La amenaza de guerra inminente requiere que Josafat


establezca a su hijo como corregente en caso de que Josafat
muera en la batalla (1 Reyes 22: 4, 32–33; 2 Reyes 8:16
menciona específicamente la corregencia).

Amasías y Amasías hecho prisionero en la batalla contra Israel (2


Azarías/Uzías Reyes 14:8–13, 21; 2 Crónicas 25:21–24).

213
Traducido por: David Taype

Azarías/Uzías y Azarías/Uzías enfermo de lepra y por lo tanto necesita ser


Jotam aislado de la gente común (2 Reyes 15:5 y 2 Crónicas 26:21
mencionan específicamente la corregencia).

Jotam y Acaz Amenaza de guerra con Israel y Siria mientras Acaz sopesa
sus opciones y corteja a Asiria para que lo proteja (2 Reyes
16:7; véase también Is 7 y la discusión de este libro sobre la
guerra siro-efraimita [735–732 a. C.]); un estudio cuidadoso
de 2 Reyes 15:32–16:9 muestra que mientras Jotham
todavía era rey, Acaz tenía el poder debido a su vínculo con
Asiria.

Ezequías y Ezequías se enferma (2 Reyes 20:1–6; 2 Crónicas 32:24) y


Manasés establece a su hijo de doce años (2 Reyes 21:1) como
corregente; suponiendo que lo hiciera tan pronto como
fuera posible una vez que Isaías anunció la extensión de la
vida de Ezequías por quince años, Manasés habría tenido
alrededor de veintisiete años cuando comenzó a reinar solo.

Para más detalles, véase Edwin R. Thiele, The Mysterious Numbers of the
Hebrew Kings , 3ª ed. (Grand Rapids: Zondervan, 1983), 61–65.

La amenaza de Senaquerib y la liberación de Dios (36:1–37:38)


El relato de la amenaza de Senaquerib y la liberación de Dios concluye la
“sección asiria” del libro de Isaías (ver discusión anterior). El texto registra
una victoria asombrosa y totalmente inesperada sobre el ejército de
Senaquerib cuando el Señor intervino a favor de Judá en respuesta a la oración
de Ezequías.

214
Traducido por: David Taype

El manantial de Gihón, la principal fuente de agua de Jerusalén y el punto de


inicio del Túnel de Ezequías (Cortesía de Todd Bolen/BiblePlaces.com)

La amenaza de Senaquerib (36:1–22)


Senaquerib ascendió al trono de Asiria en el 704 a. C. después de la muerte
de su padre Sargón II (721–705 a. C.). La ascensión de un nuevo rey a menudo
provocaba revueltas de los pueblos sometidos, particularmente en las áreas
periféricas donde sofocar la revuelta resultaría más lento y costoso para un
nuevo monarca.
El libro de 2 Reyes registra que la invasión de Judá por parte de Senaquerib
se produjo en respuesta a la rebelión de Ezequías (2 Reyes 18:7).
Probablemente algo antes de este tiempo, Ezequías comenzó los preparativos
para la represalia asiria al ordenar la construcción de un túnel para desviar el
agua del manantial de Gihón, el suministro de agua de Jerusalén, al estanque
de Siloé en el lado oeste de la ciudad (2 Cr 32:30; véase el recuadro 11.2). ).

215
Traducido por: David Taype

Quizás Ezequías contaba con el apoyo egipcio que nunca llegó (2 Reyes
18:21). El relato también menciona la capitulación inicial de Ezequías ante el
rey de Asiria (2 Reyes 18:14–16).
Ezequías envió una delegación a Laquis , una ciudad de Judea
estratégicamente ubicada bajo el asedio de Asiria aproximadamente treinta
millas al suroeste de Jerusalén. El asedio de Senaquerib a Laquis está bien
atestiguado en fuentes asirias (ver recuadro 11.2). El rey de Judá prometió
soportar cualquier requerimiento que Senaquerib pudiera imponer.
Senaquerib exigió el pago de trescientos talentos de plata y treinta talentos de
oro, una cantidad quizás exagerada en la propia inscripción de Senaquerib
(ver recuadro 11.3), y Ezequías inmediatamente comenzó a cumplir.
El relato de Isaías no menciona la revuelta de Ezequías. Los relatos de Reyes
e Isaías pueden reconciliarse fácilmente, sin embargo, si asumimos que
mientras Ezequías estaba en el proceso de reunir la plata y el oro que
Senaquerib había exigido, el rey de Asiria cambió de opinión y decidió que
quería más. Una delegación asiria llegó a Jerusalén exigiendo la rendición de
Ezequías, y este es el punto en el que comienza el relato de Isaías.

Barra lateral 11.2


La inscripción de Siloé

En preparación para el sitio asirio de Jerusalén, el rey Ezequías ordenó que se


excavara un túnel desde el manantial de Gihón para llevar sus aguas a la
ciudad de Jerusalén. Al hacerlo, esperaba asegurar el suministro de agua de la
ciudad. El túnel serpentea a través de aproximadamente ochocientos metros
de roca y termina en la Piscina de Siloé.
Excavaciones arqueológicas recientes en la región del túnel sugieren que tal
vez el manantial de Gihón ya estaba dentro de un muro exterior de Jerusalén
en el momento en que Ezequías ordenó excavar el túnel. Quizás el rey temía
que los asirios rompieran el muro exterior y descubrieran la fuente de agua. Si
este escenario es correcto, entonces Ezequías sin duda habría ordenado
ocultar el manantial, mientras que al mismo tiempo podría aprovechar su
agua que siempre fluye.
Hasta hace pocos años, la Piscina de Siloé estaba marcada por una
estructura de la época bizantina. Pero en junio de 2004, un equipo que estaba
ampliando una carretera cercana se topó sin darse cuenta con restos
arqueológicos. Estos restos resultaron ser el estanque original de Siloé que

216
Traducido por: David Taype

existió en los días de Jesús (Jn 9:7). El agua de un acueducto seguía goteando
en el área de la piscina.
En 1880, se descubrió una inscripción (ahora conocida como la inscripción
de Siloé) en el túnel cerca del estanque de Siloé. Describe cómo se cavó el
túnel.

Este es el registro de cómo se abrió una brecha en el túnel.


Mientras los excavadores empuñaban sus picos,
cada uno hacia su colaborador,
y habiendo aún tres codos para la brecha,
se escucho una voz
cada uno llamando a su colaborador;
porque había una cavidad en la roca que se extendía de sur a norte.

Así que el día de la infracción,


las excavadoras golpearon,
cada uno al encuentro de su colaborador,
pico contra pico.

Entonces el agua fluyó del manantial a la piscina,


una distancia de mil doscientos codos.
Cien codos era la altura de la roca sobre las cabezas de los excavadores.

Adaptado de COS 2:145–46 .

El escenario (36:1–3)
En respuesta a la revuelta de Ezequías, Senaquerib invadió Judá y sitió las
principales ciudades de Judá (ver recuadro 11.3). Senaquerib estaba
enfocando su atención personal en Laquis a lo largo de la costa de Judá cuando
envió una delegación a Jerusalén (2 Reyes 18:17). El principal vocero de esta
delegación fue el comandante de campo. [6]
La reunión ocurrió “en el acueducto del Estanque Superior, en el camino al
Campo del Lavadero” (36:2), el mismo lugar donde Isaías se había reunido con
el padre de Ezequías, Acaz, para discutir una situación militar amenazante
anterior (7:3). Acaz rechazó el consejo de Isaías y pidió ayuda a Asiria.
¿Mostraría más fe el hijo de Acaz o se repetiría la historia?

217
Traducido por: David Taype

Barra lateral 11.3


El asedio de Jerusalén por Senaquerib

Entre los muchos descubrimientos que han hecho los arqueólogos, algunos de
los más intrigantes son los anales reales asirios y babilónicos. En ellos, los
reyes se jactan de sus logros en formas que a menudo parecen algo infladas.
Entre los registros de Senaquerib, rey de Asiria (704–681 a. C.), se ha
descubierto una referencia a la batalla del rey con Ezequías de Judá, cuyo
extracto aparece a continuación. Nótese la admisión velada de Senaquerib de
que no conquistó Jerusalén.

En cuanto a Ezequías, el de Judea, cerqué cuarenta y seis de sus ciudades


fortificadas y amuralladas y ciudades menores circundantes, que eran
innumerables. Usando rampas compactadas y aplicando arietes, ataques
de infantería con minas, calzones y máquinas de asedio, los vencí. . . . Él
mismo, lo encerré dentro de Jerusalén, su ciudad real, como un pájaro en
una jaula. Lo rodeé con terraplenes e hice impensable que saliera por la
puerta de la ciudad. Sus ciudades que yo había saqueado las corté de su
tierra y se las di a Mitinti, rey de Asdod, Padi, rey de Ekron y Ṣilli-bel, rey
de Gaza.
Él, Ezequías, estaba abrumado por el esplendor impresionante de mi
señorío, y me envió después de mi partida a Nínive, mi ciudad real, sus
tropas de élite (y) sus mejores soldados, que había traído como refuerzos
para fortalecer Jerusalén, con 30 talentos de oro, 800 talentos de plata,
antimonio escogido, grandes bloques de cornalina, camas (incrustaciones)
de marfil, sillones (incrustaciones) de marfil, . . . innumerables atavíos y
utensilios de guerra, junto con sus hijas, las mujeres de su palacio, sus
cantores masculinos y femeninos. Él (también) envió a su mensajero para
entregar el tributo y rendir homenaje.

COS 2:303 .

La delegación de Judá estaba formada por Eliaquim, que era administrador


del palacio (lit. “sobre la casa”), Sebna el secretario (lit. “escriba”) y Joa el
registrador. Sebna y Eliaquim mencionados aquí son probablemente los
mismos que se mencionaron anteriormente en el libro de Isaías, lo que
muestra que la asunción de los deberes anteriores de Sebna por parte de
Eliaquim ya había ocurrido como lo predijo Isaías (22:15, 19–21).
218
Traducido por: David Taype

El discurso del comandante de campo (36:4–22)


El discurso del comandante de campo fue más una campaña de propaganda
que otra cosa. Si la intimidación traería la rendición de Judá, mucho mejor.
El comandante de campo desafió a los judíos mientras transmitía el mensaje
de su rey. ¿En qué estaba su confianza (36:4–7)? ¿Cómo esperaban prevalecer
contra la maquinaria de guerra asiria? ¿Confiarían en Egipto, cuya reputación
de proporcionar falsas garantías lo precedió? Además, ¿cómo podrían confiar
en su Dios cuando Ezequías lo había enojado al quitarle todos sus altares y
lugares altos? Los asirios conocían bien a los judíos. El comandante de campo
confiaba en que las reformas religiosas de Ezequías (2 Reyes 18:3–4) no
habían sido bien recibidas por la población en general.
El comandante de campo luego animó a rendirse (36:8–10). Después de
todo, se jactó, los judíos no podían esperar ganar con una demostración de
fuerza, incluso si Asiria les diera dos mil caballos. Finalmente, apeló a la
dirección divina: el mismo Yahvé lo había enviado.
Una vez más, los asirios conocían a su enemigo. Ya habían tomado el reino
del norte, un evento que el texto bíblico culparía al pecado persistente de
Israel (2 Reyes 17:7–18). Quizás el comandante de campo podría convencer a
los judíos de que ellos también estaban enfrentando el juicio de su propio
Dios.
La delegación de Judea le pidió al comandante de campo que hablara en
arameo en lugar de hebreo para mantener sus conversaciones. privado de
ciudadanos comunes que escuchan desde el muro de Jerusalén (36:11). Pero
una conversación privada era lo último que deseaba el comandante de campo;
su propósito era la intimidación. Respondió que su mensaje era para toda
Jerusalén, cuyos ciudadanos enfrentarían condiciones horribles y repugnantes
si sobrevenía la guerra (36:12).

219
Traducido por: David Taype

Entrada a la puerta de la antigua Lachish. Lachish luchó contra Senaquerib


(701 a. C.) y Nabucodonosor (588/7 a. C.), y finalmente perdió ante ambos.
(Cortesía de Todd Bolen/BiblePlaces.com)

Luego, el comandante de campo proclamó el ultimátum de Senaquerib en


voz alta en hebreo para que todos pudieran oírlo y entenderlo (36:13–20).
Instó al pueblo a no confiar en Ezequías, quien no podía librarlos. Les exhortó
a que tampoco confiaran en su Dios, porque ningún otro dios de otras
naciones los había librado. Note en particular su inquietante pregunta del
versículo 19: “¿Han rescatado a Samaria de mi mano?” Asiria ya había
conquistado otro reino que confiaba en Yahweh (al menos originalmente), y
Judá sería el próximo.
Eliaquim, Sebna y Joa regresaron a la ciudad e informaron a Ezequías las
palabras del comandante del campo (36:22). Su estado de abatimiento era
evidente por sus vestiduras rasgadas; la situación parecía desesperada.

220
Traducido por: David Taype

La liberación de Dios (37:1–38)


Respuesta inicial de Ezequías (37:1–7)
La respuesta inicial de Ezequías a su delegación difería mucho de la
respuesta que su padre, Acaz, había mostrado a Isaías (7:1–9; 2 Reyes 16:7–
10). Isaías le había asegurado a Acaz de la liberación de Dios, pero Acaz se
había negado a creer. En este punto, Ezequías no tenía seguridad de la
liberación de Dios, pero de todos modos fue al templo a buscar al Señor.
Ezequías también buscó el aliento de Isaías (37:2–4). ¡El rey comparó el día
con un día en el que las mujeres en trabajo de parto no podían encontrar la
fuerza para dar a luz a sus bebés! Su descripción gráfica enfatizó los estrechos
en los que se encontraban los judíos. Ezequías le pidió a Isaías que orara por la
intervención de Dios a favor de los que quedaban en la tierra.
Isaías envió una respuesta a Ezequías (37:6–7). El rey no debía temer,
porque Dios tenía la situación bajo control y conocía la blasfemia de
Senaquerib. Senaquerib volvería a su propia tierra, donde Dios lo talaría.
Ahora Ezequías tenía dos elementos para considerar: el poder demostrado
de Asiria como lo destacó el discurso del comandante de campo, y la promesa
de la liberación de Dios transmitida por el profeta Isaías. ¿Cuál elegiría? ¿ Cuál
elegirías?
Segundo mensaje de Senaquerib a Ezequías (37:8–13)
Mientras tanto, Senaquerib recibió un informe de que Tirhakah, el rey
etíope de Egipto, marchaba contra él (37:9). Mientras se preparaba para tratar
con Tirhakah, Senaquerib envió mensajeros a Ezequías con más amenazas,
para que el rey de Judá no se animara con las noticias de apoyo de Egipto.
Los mensajeros asirios reiteraron mucho de lo que había dicho el
comandante de campo e incluso llevaron sus amenazas a un nuevo nivel
(37:10–13). El comandante de campo había sugerido antes que el Señor Dios
estaba del lado de Asiria (36:7, 10); ahora los mensajeros instaron a los judíos
a no dejar que su Dios los engañe. Los mensajeros recitaron una letanía aún
más larga de naciones y dioses derrotados. ¿Cómo podrían los judíos esperar
que su Dios los salvara?
La oración de Ezequías (37:14–20)
La respuesta de Ezequías nuevamente reveló la profundidad de su fe y
carácter. Difundió el ultimátum escrito ante el Señor en el templo y oró
fervientemente (37:14–15). Le rogó a Dios que escuchara todos los insultos de
Senaquerib. Por supuesto, Senaquerib había derrotado a los dioses de otras
naciones: ¡no eran más que madera y piedra (37:18–19)! Ezequías le pidió a

221
Traducido por: David Taype

Dios que liberara a Judá para que toda la tierra pudiera ver el poder del Dios
de Judá. La oración del rey nuevamente indica la aguda distinción espiritual
entre él y su padre, Acaz.
La profecía de Dios a través de Isaías (37:21–35)
El profeta Isaías trajo la respuesta de Dios al rey de Judá. Dios tenía un
mensaje propio para Senaquerib. En su arrogancia, el rey de Asiria no había
desafiado a Judá tanto como había desafiado al Dios de Judá, el Santo de Israel
(37:23). La batalla había cambiado a un nivel completamente nuevo; El honor
de Yahweh estaba ahora en juego, y él intervendría a favor de su pueblo.
Isaías anunció que Dios había hecho del reino asirio lo que era (37:24–26).
El profeta simuló los alardes orgullosos que Senaquerib y otros gobernantes
asirios habían hecho antes que él, pero cada uno de ellos solo estaba
cumpliendo el plan de Dios para ellos. Él sabía cada uno de sus movimientos, y
había llegado el momento de su juicio. Daría la vuelta a Senaquerib y lo
llevaría de vuelta a Asiria (37:28–29).
¿Cómo sabría Judá que esto sucedería? Isaías prometió a su pueblo una
señal: al tercer año, la agricultura volvería a la normalidad (37:30–31). El celo
de Dios proporcionaría a su remanente una muestra de su gloria, y ellos
cosecharían el beneficio (37:32). Las amenazas de Asiria desaparecerían.
Dios estaba decidido a defender a Jerusalén por causa de David (37:35). No
había olvidado su promesa de que si los descendientes de David eran fieles,
nunca les faltaría un hombre en el trono (2 Sm 7, 11–16; 1 R 2, 4). Ezequías
había puesto su fe en el Señor cuando realmente contaba, y el Señor respondió
con una promesa de liberación.
Dios cumple su palabra (37:36–38)
Dios cumplió su promesa de liberación. El ángel del Señor derribó el
campamento asirio, y Senaquerib y lo que quedaba de su ejército se retiraron
a Asiria, sin recibir más de lo que Ezequías ya le había dado (2 Reyes 18:14–
16). Su inscripción real (ver recuadro 11.3) se jactaba de encerrar a Ezequías
“como un pájaro en una jaula”, ¡omitiendo convenientemente el hecho de que
no pudo capturar al pájaro enjaulado! Unos veinte años después, sus hijos lo
asesinaron y su hijo Esarhadón (680–668 a. C.) se convirtió en el próximo rey
de Asiria (37:38).

La enfermedad y la recuperación de Ezequías (38:1–22)


Suponiendo que nuestra interpretación con respecto a la cronología del
reinado de Ezequías sea correcta (ver la discusión anterior en este capítulo),
222
Traducido por: David Taype

Ezequías probablemente se enfermó alrededor del 713–712 a. Basado en el


hecho de que el rey recibió una extensión de vida de quince años (38:5), uno
puede contar hacia atrás desde el 698 aC para llegar al tiempo aproximado.

Isaías anuncia la muerte inminente de Ezequías (38:1)


Ezequías enfermó gravemente, y el mensaje que le trajo Isaías también fue
grave (38:1). Ezequías debía poner en orden su patrimonio para asegurar una
transición tranquila de la monarquía, porque su enfermedad acabaría con su
vida.

Ezequías ora al Señor (38:2–3)


Ezequías oró fervientemente a su Dios. Le pidió que recordara sus actos de
fidelidad y lealtad y lloró al pensar en el final de su vida. Ezequías no tenía
seguridad de que Dios siquiera respondería, ya que el anuncio del profeta no
había sugerido que sus palabras fueran condicionales.

Respuesta de Isaías a Ezequías (38:4–8)


Isaías trajo la respuesta de Dios a Ezequías. El Señor en verdad había
escuchado su oración, visto sus lágrimas y recordado a su padre David.
Agregaría quince años a la vida de Ezequías. El Señor también prometió la
liberación de Asiria, que había conquistado el reino del norte diez años antes.
Isaías incluso le ofreció a Ezequías una señal de que Dios cumpliría su
palabra. Haría que la sombra de la escalera, que normalmente se alargaría a
medida que se acercaba la noche, se acortara. Nuevamente, el contraste con
Acaz, el padre de Ezequías, es claro. Acaz se negó a pedir una señal (7:12),
pero Dios le dio a su rey fiel una señal antes de que el rey la pidiera.
La extensión de quince años de la vida de Ezequías le dio la oportunidad de
ejercer más fe cuando Senaquerib vino contra él poco más de diez años
después. Este gran milagro no hubiera ocurrido si Dios no le hubiera
perdonado la vida a Ezequías. Dios tenía grandes planes para el rey de Judá.
2 Reyes 21:1 registra que Manasés , el sucesor de Ezequías, tenía doce años
cuando comenzó a reinar. Esto significa una de dos cosas: (1) Manasés nació
durante la extensión de vida de quince años de su padre. Si este fuera el caso,
uno de los reyes más malvados de Judá no habría nacido, y otro de los
descendientes de Ezequías lo habría sucedido en su lugar. (2) El reinado de
Manasés comenzó como corregencia con su padre entre el 696 y el 686 a. [7]
En este caso, Manasés tendría poco más de veinte años cuando asumió el
control exclusivo del trono de Judá. Sin embargo, en la providencia y la gracia

223
Traducido por: David Taype

de Dios, Manasés, a pesar de su maldad, pasaría a formar parte del linaje de


Jesús (Mt 1,10).

El “Salmo” de Ezequías (38:9–20)


Ezequías escribió versos poéticos después de su recuperación e Isaías los
incluyó en su relato. Los versos se pueden dividir en dos secciones principales.
En la primera sección (38:9–15), Ezequías describió su angustia por el decreto
del Señor de que moriría. En la segunda sección (38:16–20), Ezequías
reflexionó sobre la gracia que Dios le había otorgado y las lecciones que había
aprendido a través de su angustia.
Ezequías describe su angustia (38:9–15)
Los versículos 10 y 11 comienzan con las palabras "Yo dije". En el verso
poético, estas palabras a menudo introducen pensamientos y sentimientos del
escritor que resultaron estar equivocados (49:4a; Sal 30:6; Ecl 2:1; 7:23).
Ezequías recordó los pensamientos dolorosos que tuvo en su mente antes del
indulto de Dios. Luchó con la brevedad de vida, pero al final se resignó
humildemente al propósito de Dios (38:12–15).
Ezequías reflexiona sobre las lecciones aprendidas (38:16–20)
Ezequías luego reflexionó sobre las lecciones que había aprendido a través
de su encuentro con el Señor a través de Isaías. El Señor lo había restaurado
(38:16), y de alguna manera Ezequías sabía que el juicio inicial y el indulto lo
beneficiarían durante sus próximos quince años (38:17). Tuvo una nueva
oportunidad de testificar de la fidelidad de Yahweh (38:19) y se comprometió
a una vida llena de adoración en el templo de Dios (38:20).

Notas sobre la recuperación de Ezequías (38:21–22)


Los detalles de los versículos 21–22 lógicamente pertenecen entre los
versículos 6 y 7 (cf. 2 Reyes 20:7–8), pero por alguna razón desconocida
aparecen aquí como detalles finales del relato. La enfermedad de Ezequías
involucró la inflamación de un gran forúnculo, y cuando Isaías le dijo al rey
que se recuperaría, el rey pidió una señal, la cual Isaías le aseguró que el Señor
le daría.

Visita de Ezequías con una delegación babilónica (39:1–8)


Un viejo proverbio dice: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”. En Isaías
39, este principio se repitió cuando Babilonia buscó una alianza con Judá
contra Asiria.
224
Traducido por: David Taype

Mensajeros de Merodac-Baladan visitan a Ezequías (39:1–2)


Iniciativa de Merodac-Baladan (39:1)
Algún tiempo después de que Ezequías se recuperara de su enfermedad,
una delegación babilónica llegó a Jerusalén con cartas y un regalo para el rey
de Judá. La delegación fue enviada por Merodac-Baladan II , rey de Babilonia.
[8]
Merodac-Baladan gobernó como rey de Babilonia del 721 al 710 a. C. y
nuevamente en el 703 a. C. A fines del siglo VIII a. C., Babilonia intentó afirmar
su independencia cuando percibió la debilidad de los asirios. Sargón II (721–
705 a. C.) pudo someter a Babilonia y Merodac-Baladan huyó al exilio en Elam.
Sin embargo, cuando Senaquerib llegó al poder, Merodac-Baladan regresó y se
restableció como rey de Babilonia en el 703 a. Las fuerzas asirias finalmente
hundieron la resistencia babilónica y Merodach-Baladan huyó a Elam, donde
murió posteriormente.
La delegación de Merodac-Baladan claramente parece haber visitado a
Ezequías con la esperanza de formar una alianza contra Asiria. Por supuesto,
la liberación final de Judá no residía en alianzas sino en confiar en el Señor
(30:1–2; 31:1).
La respuesta necia de Ezequías (39:2)
Ezequías "recibió con alegría a los enviados" (lit. "se regocijó por ellos"). Tal
vez su opinión de sí mismo dio un brinco o dos al pensar que Babylon
realmente lo había contactado para una audiencia. En consecuencia, Ezequías
puso su corazón en impresionar a sus invitados.
Ezequías se complació y les mostró todo lo que pudiera impresionarlos:
plata, oro, especias, aceite, armas y más. La última oración del versículo 2
sugiere que tal vez la “gira” de Ezequías incluyó incluso más que esto,
posiblemente mostrando a la delegación todo lo que desearía ver. La
delegación saldría con un conocimiento profundo de Judá y su casa real.

Isaías habla con Ezequías (39:3–8)


Probablemente Isaías ya había pronunciado algunas de sus palabras
proféticas contra las alianzas extranjeras (30:1–2; 31:1). El profeta confrontó
al rey, quien admitió que la delegación de Babilonia había visto prácticamente
todo lo que poseía (39:3–4).
Luego, Isaías compartió con el rey el mensaje del Señor (39:5–7). Algún día,
Babilonia se convertiría en la potencia mundial dominante, y cuando lo
hiciera, recordaría todas las "golosinas" en Judá. Los babilonios regresarían y

225
Traducido por: David Taype

algunos de los propios descendientes de Ezequías pagarían el precio del exilio


a Babilonia.
La respuesta de Isaías le pareció verdadera a Ezequías (39:8). En un
momento de orgullo, le había mostrado a un potencial conquistador sus
bienes y compartido muchos de sus secretos. Su respuesta podría
interpretarse como un comentario algo egoísta: “¡Al menos habrá paz en mi
día!”. Sin embargo, lo más probable es que Ezequías apreciara la gracia de
Dios. El orgulloso acto de locura del rey podría haberle costado su reino, pero
Dios retrasaría la conquista de Babilonia por más de un siglo.

Pensamientos finales de Isaías 36–39


Isaías 36–39 termina con una mirada hacia Babilonia. La derrota de
Senaquerib en los capítulos 36 y 37 proporcionó un anticipo de la ruina
venidera de Asiria. Los asirios solo ejercieron el poder que el Señor les dio, y
cuando Él determinó que estaban acabados, en verdad estaban acabados. El
gran poder de los días de Isaías estaba descendiendo para bien.
En ese día, otro poder—Babilonia—se levantaría a la supremacía. Bajo su
rey Nabucodonosor II (605–562 a. C.), los babilonios expandirían su imperio
y los judíos tendrían que enfrentar las mismas preguntas que habían
enfrentado durante el apogeo del imperio asirio. ¿Deberían luchar contra los
babilonios? ¿Deberían hacer las paces con ellos? ¿Deberían formar una alianza
contra Babilonia con Egipto y/u otras naciones? ¿O deberían confiar en el
Señor su Dios y servirle fielmente? Los libros de Reyes y Jeremías revelan que
Judá tomó las decisiones equivocadas, lo que eventualmente lo llevó a la ruina
y al exilio.
Isaías 39, con su relato de la delegación babilónica y el error garrafal de
Ezequías, prepara el escenario para lo que sigue en el libro de Isaías. Vendría
el exilio de Judá a Babilonia, pero también terminaría, y el pueblo de Dios
volvería a casa. Isaías 40–66 anuncia el día en que Judá regresará y Dios
bendecirá a su pueblo más allá de sus expectativas más salvajes.

Preguntas de estudio
1. Ponga los acontecimientos de Isaías 36–39 en el orden cronológico
correcto. ¿Qué preguntas quedan? ¿Qué solución crees que explica
mejor la evidencia? ¿Por qué?

226
Traducido por: David Taype

2. Resuma los temas clave que rodearon la invasión y derrota de


Senaquerib.
3. Explique el fracaso de Ezequías con la delegación de Babilonia
(39:1–8).
4. ¿Cuál es el papel que juega Isaías 36–39 dentro del libro de Isaías
como un todo?

Términos clave
Ezequías
Laquis
Manasés
Merodac-Baladan II
Nabucodonosor II
Senaquerib

227
Traducido por: David Taype

12. Introducción a Isaías 40–66

Esquema
• Problemas de autoría y fecha
La perspectiva de autoría múltiple: resumen y evidencia
El punto de vista de la autoría única: resumen y pruebas
Resumen de autoría y fecha
• Temas de Isaías 40–66
El pueblo de Dios está en cautiverio a causa de sus pecados
El cautiverio prueba que Dios es Dios, porque Él lo predijo
Dios ahora redimirá a su pueblo, por medio de Ciro y de otras maneras

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma los argumentos a favor del punto de vista de la autoría


múltiple del libro de Isaías.
2. Resuma los argumentos a favor de la opinión de un solo autor del
libro de Isaías.
3. Articule los tres temas principales de Isaías 40–66.

Isaías 40 comienza abruptamente, con su heraldo orden: “Consolad, consolad


a mi pueblo”, señalando el comienzo de algo nuevo y emocionante. ¡Judá
vuelve a casa! Dios redimirá a su pueblo y establecerá su reino. La alegría y la
celebración reemplazarán la desesperación y la tristeza.
De hecho, hemos dado un giro literario significativo al comenzar Isaías 40–
66. Atrás quedó la amenaza de Asiria; en cambio, la palabra profética lleva al
pueblo a casa desde Babilonia. Las promesas de juicio comprenden un
recuerdo aparentemente lejano a medida que brotan promesas de esperanza
y renovación. El enfoque cambia en gran medida hacia el futuro y las cosas

228
Traducido por: David Taype

emocionantes que el profeta espera que Dios haga después del exilio en
Babilonia.
En los últimos dos siglos, algunos eruditos que han notado estas y otras
diferencias entre Isaías 1–39 y 40–66 han sugerido que alguien además del
profeta Isaías escribió los capítulos 40–66. Otros eruditos han afirmado que, a
pesar de las dos secciones principales del libro, Isaías es responsable de los
sesenta y seis capítulos.
Este capítulo examinará los argumentos básicos para la autoría múltiple y la
autoría única del libro de Isaías. Luego concluiremos con un resumen de los
temas básicos en Isaías 40–66.

Cuestiones de autoría y fecha


Los temas de autoría y fecha están vinculados en la discusión de Isaías 40–
66. [1] En pocas palabras, si Isaías escribió los capítulos 40–66, entonces se
originaron a fines del siglo VIII o principios del VII a. Si no lo hizo, entonces la
puerta está abierta para sugerir una fecha en algún momento del siglo VI a. De
hecho, algunos eruditos han argumentado que partes de Isaías 40–66 se
escribieron incluso más tarde. [2]
Históricamente, el tema de la autoría fue una batalla entre los que tenían
una alta opinión de las Escrituras y los que no. Sin embargo, en los últimos
años, algunos evangélicos también han adoptado la opinión de que más de un
autor contribuyó a lo que ahora conocemos como el libro de Isaías. [3] Los
argumentos a favor de ambas posiciones aparecen a continuación.

La perspectiva de autoría múltiple: resumen y evidencia


Quienes defienden la autoría múltiple de Isaías generalmente están de
acuerdo en que Isaías 40–66 proviene de finales del siglo VI a. Las profecías
reflejan en gran medida el período inmediatamente posterior a la liberación
de los judíos del cautiverio y su regreso a casa para restablecerse en Judá.
Algunos apuntan a un tiempo futuro.
Los eruditos han usado durante mucho tiempo el nombre “ Deutero-Isaías
” (es decir, “Segundo Isaías”) para denotar al autor de Isaías 40–66. Creen que
vivió en los emocionantes días que siguieron al decreto de Ciro que permitió a
los judíos regresar a Judá. Vio la mano de Dios en los acontecimientos de su
día y proclamó aliento y salvación al pueblo de Dios.
Algunos eruditos han notado un nuevo cambio en el tono profético y el
énfasis en el establecimiento final del reino universal de Dios hacia el final del
libro de Isaías. Por esa razón, han sugerido que Deutero-Isaías escribió Isaías
229
Traducido por: David Taype

40–55, y un tercer autor, “ Trito-Isaías ”, fue responsable de los capítulos 56–


66.
Otra variación del punto de vista de autoría múltiple considera que los
nombres “Deutero-Isaías” y “Trito-Isaías” no designan individuos sino
escuelas de discípulos que continuaron en el espíritu de su predecesor del
siglo VIII a.C., Isaías de Jerusalén (ver barra lateral 12.1). No se limitaron a
registrar las palabras de Isaías, sino que "continuaron" o "expandieron" su
ministerio profético a través de sus propias palabras y escritos. En
consecuencia, estos escritos se unieron a las profecías de Isaías.
Los defensores del punto de vista de la autoría múltiple,
independientemente de sus convicciones particulares sobre la naturaleza de
Deutero-Isaías y/o Trito-Isaías, generalmente argumentan su posición en base
a cuatro factores. Estos factores incluyen el lapso de tiempo del libro,
diferentes temas materia, diferente vocabulario y estilo, y la mención de Ciro
por su nombre.

Barra lateral 12.1


Autoría de los problemas de Isaías

La siguiente tabla resume la esencia de la autoría del número de Isaías 40–66


en términos de divisiones de sección, autoría y fecha. Naturalmente, las
opiniones de los estudiosos individuales pueden variar ligeramente.
un Isaías Deutero-Isaías Trito-Isaías

Divisiones de Ninguno caps. 1–39 caps. caps. 1–39 caps. 40–


sección (unidad) 40–66 55 caps. 56–66

Autor(es) Isaías de caps. 1–39: Isaías caps. 1–39: Isaías de


Jerusalén (es de Jerusalén. Jerusalén.
decir, el caps. 40–66: caps. 40–55:
profeta Deutero-Isaías, Deutero-Isaías, un
Isaías); puede un profeta profeta anónimo,
haber sido anónimo, quizás quizás un
recopilado y/o un discípulo de discípulo de
editado por un Isaías, o quizás Isaías.
discípulo. un nombre caps. 56–66: Trito-

230
Traducido por: David Taype

moderno para Isaías, otro


una escuela de profeta anónimo,
discípulos. quizás un
discípulo de Isaías
o de Deutero-
Isaías, o quizás un
nombre moderno
para una escuela
de discípulos.

Fecha de Principios del Finales del siglo VI Finales del siglo VI a.


Composición siglo VII a.C. a. C., en el C., quizás
momento del principios del
ascenso al poder siglo V a. C.
de Persia.

Para una discusión completa de la evidencia en todos los lados, incluida la


discusión sobre la autoría, la estructura y el contenido, consulte John N.
Oswalt, The Book of Isaiah: Chapters 1–39 , New International
Commentary on the Old Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1986), 3–60; e
ídem., The Book of Isaiah: Chapters 40–66 , New International Commentary
on the Old Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), 3–16 .

El lapso de tiempo del libro


El marco histórico de Isaías 1–39 es principalmente el siglo VIII a. C.,
durante la época del ministerio profético de Isaías (740–690 a. C.). Sin
embargo, gran parte de Isaías 40–66, especialmente los capítulos 40–48, se
enfoca en el período posterior a la conquista de Babilonia por parte del rey
Ciro de Persia en 539 a. Así, el profeta comienza su ministerio alrededor del
740 a. C., pero el libro también describe eventos y condiciones que ocurrieron
doscientos años después. Desde una perspectiva puramente naturalista,
parece necesario un segundo autor.
Los diferentes temas de 1–39 y 40–66
Los defensores del punto de vista de la autoría múltiple también señalan la
presencia de diferencias significativas en los capítulos 1–39 y 40–66. De
231
Traducido por: David Taype

hecho, existen claras diferencias. En los capítulos 1–39, el enfoque está en


Asiria, el poder dominante en el antiguo Cercano Oriente, y el juicio que Dios
traerá sobre su pueblo y el mundo. Algunas profecías mesiánicas y otras
palabras de aliento están presentes, pero en general, el enfoque es Asiria y el
juicio.
Sin embargo, en los capítulos 40–66, el enfoque es el rescate y el regreso de
Babilonia. El tono es edificante y alentador, y el tema principal es la redención
y la salvación que Dios trae a su pueblo, que regresa a casa. Las marcadas
diferencias como estas en el tema sugieren varios autores.
El diferente vocabulario y estilo de 1–39 y 40–66
Los defensores del punto de vista de la autoría múltiple también notan las
diferencias significativas en el vocabulario y el estilo. de los capítulos 1–39 y
40–66. De hecho, un análisis del texto confirma que el vocabulario es bastante
diferente. Las palabras comunes de juicio (p. ej., “ay”, “juicio”, “desolación”)
aparecen con frecuencia en los capítulos 1–39, pero con poca frecuencia en los
capítulos 40–66. Por otro lado, palabras edificantes como “clamar en voz alta”,
“cantar de gozo” y “regocijarse” aparecen con frecuencia en los capítulos 40–
66, pero rara vez en los capítulos 1–39.
Los eruditos también han notado diferencias en el estilo de escritura entre
los capítulos 1–39 y 40–66. La primera parte del libro presenta una narrativa
histórica: el diálogo de Isaías con Acaz (7:4–17), Isaías andando desnudo y
descalzo (20:1–6), los diálogos de Isaías con Ezequías (37:1–7, 21–35 38:1–8,
21–22; 39:3–8), y la invasión de Senaquerib (caps. 36–37). Isaías 40–66, por
otro lado, consiste exclusivamente en profecía poética. Además, los eruditos
del hebreo bíblico han sugerido que la poesía de los capítulos 40 al 66
comprende algunas de las más bellas de todo el Antiguo Testamento y
contrasta con la “poesía menor” de los primeros treinta y nueve capítulos.
La mención del rey Ciro por nombre
Aquellos que sostienen el punto de vista de la autoría múltiple también
señalan la mención del libro del rey Ciro de Persia por su nombre. En el 539 a.
C., Ciro conquistó Babilonia. Isaías 41:2–4, 25 alude a un conquistador que
sirve como instrumento de Dios, pero Isaías 44:28 y 45:1 mencionan a Ciro
por su nombre. De hecho, Ciro es designado pastor y ungido de Dios. La
mención específica del nombre del rey sugiere que el profeta estaba
profetizando en un momento en que la identidad del conquistador de
Babilonia se había aclarado.

232
Traducido por: David Taype

El punto de vista de la autoría única: resumen y pruebas


A pesar de esta evidencia, muchos evangélicos continúan manteniendo el
punto de vista de la autoría única del libro. Algunos de sus argumentos tienen
como objetivo refutar los de los defensores del punto de vista de la autoría
múltiple, mientras que otros argumentos se sostienen por sí solos para apoyar
el punto de vista de la autoría única.
Lapso de tiempo del libro explicado por profecía predictiva
Los defensores del punto de vista de la autoría única han argumentado que
el lapso de tiempo que cubre el libro (más de doscientos años) puede
explicarse por el fenómeno de la profecía predictiva. Si Dios conoce el futuro y
puede comunicárselo a sus profetas, entonces Isaías bien pudo haber hablado
durante su vida de eventos como el regreso de Babilonia que no ocurriría por
algún tiempo. Solo en un sistema cerrado, es decir, uno que no permite ni la
existencia de Dios ni su capacidad para comunicarse con las personas, se
requieren absolutamente múltiples autores.
La profecía predictiva también resuelve cuestiones como la colocación del
juicio de Isaías 13–14 contra Babilonia primero en la sección “Oráculos contra
la nación” (caps. 13–23; véase la discusión anterior). Isaías colocó a Babilonia
en primer lugar en la lista porque sabía, sobre la base de la revelación divina,
que Babilonia, no Asiria, en última instancia representaría una amenaza
mayor para Judá. [4]
Los diferentes temas de 1–39 y 40–66
Los defensores de la autoría única admiten que el tema de los capítulos 1 a
39 y 40 a 66 es bastante diferente. Argumentan, sin embargo, que un autor es
capaz de escribir sobre diferentes temas. Por ejemplo, los estudiantes
universitarios de hoy son capaces de escribir trabajos de investigación sobre
un texto bíblico, pero también ensayos breves sobre la historia de la iglesia, la
civilización europea y más. También pueden comunicarse con amigos y
familiares sobre otros temas. Aquellos que mantienen la autoría única del
libro de Isaías simplemente quieren permitirle a Isaías la misma habilidad
para escribir sobre diferentes temas.
El diferente vocabulario y estilo de 1–39 y 40–66
Abogar por la autoría múltiple sobre la base de un vocabulario y un estilo
diferentes es víctima de las mismas críticas. como argumentar sobre la base
de diferentes temas. Una vez más, los trabajos finales de los estudiantes y las
respuestas de los ensayos a las preguntas de los exámenes a menudo usan un
vocabulario significativamente diferente y un estilo extraordinariamente

233
Traducido por: David Taype

diferente que los correos electrónicos a sus amigos en otros campus


universitarios. Los profesores escriben los materiales del curso, las actas de
las reuniones y la correspondencia personal, todo lo cual utiliza un
vocabulario y un estilo diferentes. La mayoría de nosotros normalmente
usamos muchos estilos diferentes de escritura dependiendo de nuestro
propósito y audiencia, y nuestro tema da forma a nuestro vocabulario.
Diferente vocabulario y estilo difícilmente pueden descartar una sola autoría.
La mención del rey Ciro por nombre
Los defensores de la autoría única admiten que la mención de una persona
por su nombre es muy inusual en la profecía, pero ofrecen dos posibles
explicaciones. Primero, en 1 Reyes 13:2, ocurre el mismo fenómeno. Un
hombre de Dios anónimo profetizó la venida del rey Josías y lo mencionó por
su nombre, por lo que tal evento no tiene precedentes.
En segundo lugar, algunos han sugerido que quizás un escriba agregó el
nombre de Ciro en 44:28 y 45:1 en el siglo VI a. C., cuando su identidad quedó
clara. Tal acción se conoce como glosa de escriba, y sabemos por evidencia
textual que a veces ocurrieron glosas durante el proceso de transmisión
textual. Sin embargo, no hay evidencia textual que apoye tal argumento para
44:28 o 45:1. Todos los manuscritos de Isaías tienen el nombre de Ciro en
ambos versículos.
Isaías 36–39 y 2 Reyes 18–20
La discusión anterior de Isaías 36–39 presentó evidencia de que los
capítulos 38–39 preceden cronológicamente a los capítulos 36–37. Sin
embargo, los capítulos 36 y 37 concluyen la sección asiria del libro con el
relato de la derrota de Senaquerib, mientras que los capítulos 38 y 39
introducen la sección babilónica del libro con el relato de Ezequías
entreteniendo a la delegación babilónica.
Sin embargo, tal reorganización literaria solo tiene sentido si el autor sabía
que se iba a adjuntar la sección babilónica de Isaías (caps. 40–66). Por lo
tanto, parece razonable que quien agregó los capítulos 40–66 también debe
ser responsable de cambiar el orden de los capítulos 36–37 y 38–39.
Curiosamente, 2 Reyes 18–20 presenta el material en el mismo orden que
Isaías 36–39, aunque 2 Reyes generalmente presenta el material en orden
cronológico. Esto sugiere que el escritor de 2 Reyes conocía Isaías 36–39 y
probablemente lo usó como una de sus fuentes al compilar los libros de Reyes.
Si los eruditos tienen razón al fechar la finalización de los libros de Reyes
alrededor del 560 a. C. o poco después, entonces el libro de Isaías debe haber
contenido los capítulos 40–66 antes de esa fecha. [5] Tal evidencia no requiere

234
Traducido por: David Taype

una fecha del siglo VIII a. C., pero parece negar la posibilidad de una fecha
posterior del siglo VI a. C.
Evidencia textual para autoría única
Los defensores de la autoría única también señalan la falta de evidencia de
que las dos secciones de Isaías alguna vez existieron por separado. Por
supuesto, no existen tantos manuscritos del Antiguo Testamento como los
manuscritos del Nuevo Testamento. No obstante, nunca se ha descubierto
ningún rollo de Isaías y ninguna evidencia textual ha sugerido que se
produzca una ruptura después del capítulo 39 y luego el capítulo 40 comienza
de nuevo. El famoso rollo de Isaías, descubierto en Qumrán y ahora ubicado en
el Museo de Israel, no muestra tal ruptura entre los capítulos 39 y 40.
Evidencia del Nuevo Testamento
Los defensores de la autoría única también señalan el uso del libro de Isaías
en el Nuevo Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento citan o aluden a
diferentes partes de Isaías, atribuyéndolo todo al profeta del siglo VIII a.C.
A veces, al citar a Isaías, el escritor del Nuevo Testamento inicia su cita con
una frase como “como dice en Isaías”. Tales instancias podrían entenderse
como “en lo que llamamos 'el libro de Isaías'”. En tales casos, el autor el
propósito puede no haber sido atribuir la autoría.

235
Traducido por: David Taype

Cueva 4 de Qumran, donde se descubrieron muchos de los Rollos del Mar


Muerto. El rollo de Isaías contiene el texto completo de Isaías, sin interrupción
entre los capítulos 39 y 40. (Cortesía de Chris Miller)

Sin embargo, en otros pasajes, los escritores del Nuevo Testamento hacen la
afirmación “Isaías profetizó”. En tales casos, el vínculo entre el autor y el libro
es más fuerte. La barra lateral 12.2 destaca los usos clave del material de
Isaías por parte de los escritores del Nuevo Testamento, particularmente en lo
que respecta a la cuestión de la autoría de Isaías.
La misteriosa desaparición del Deutero-Isaías
Los defensores de la autoría única conceden la belleza de la poesía hebrea
de Isaías 40–66. De hecho, se destaca entre todo el material profético.
Mientras que algunos creen que es extraño tener dos estilos de escritura tan
diferentes en el libro de Isaías, otros argumentan que parece aún más extraño
que un profeta-escritor tan talentoso desaparezca de las páginas de la historia,
su único legado es ser conocido como "Deuteronomio-Escritor". Isaías” y
adjunta a un profeta de menor habilidad para escribir.
Tal escritura superior parecería exigir un trabajo separado si viniera de un
autor diferente. Pero si los sesenta y seis capítulos provienen del profeta del
siglo VIII a. C., no existe ningún problema, y la unión del material sería
bastante esperable.

Resumen de autoría y fecha


Hasta cierto punto, la cuestión de la autoría única o múltiple depende, al
menos en parte, de si se permite la existencia de un Dios que conoce el futuro
y que puede comunicárselo a sus siervos los profetas. Si el profeta
simplemente dice lo que piensa, es muy poco probable que profetice
consistentemente material fáctico sobre el futuro. Por otro lado, si profetas
como Isaías recibieron revelación de un Dios que todo lo sabe, era muy
posible que hablaran con autoridad sobre asuntos futuros.
Aquellos eruditos que presumen (1) que no hay Dios, o (2) que si existe, no
se comunica con la gente de manera tan específica, naturalmente deben
suponer un segundo o tercer autor. Para los estudiosos que aceptan o
permiten la posibilidad de la existencia de Dios y su obra directa en las vidas
humanas, la cuestión de la autoría se centra principalmente en la mención de
Ciro y si Dios elige revelar su voluntad específicamente a las personas.
Una mirada detenida a toda la evidencia sugiere que el punto de vista de la
autoría única tiene mucho que recomendar. Dios reveló aspectos del regreso
de Babilonia a su profeta del siglo VIII a. C., quien los registró para su
236
Traducido por: David Taype

generación y las generaciones futuras. Un autor ciertamente puede escribir en


estilos diferentes y usar vocabulario diferente, y la evidencia textual, el
testimonio del Nuevo Testamento y otros factores parecen apoyar esta
posición.
Herbert Wolf, [6] mientras aboga por una autoría única, sugiere que los
términos “Primer Isaías” y “Segundo Isaías” podrían usarse de la misma
manera que nos referimos a “Primer Timoteo” y “Segundo Timoteo”. Es decir,
los dos son trabajos casi separados (como lo son 1 y 2 Tm), y la terminología
proporciona una distinción útil. La sugerencia de Wolf parece útil siempre que
quienes escuchen los términos tengan clara la intención del hablante.

Temas de Isaías 40–66


Isaías 40–66 se enfoca principalmente en tres temas. Los dos primeros
aparecen más comúnmente en los capítulos anteriores, mientras que el
tercero aparece en todo el texto. Los tres temas son los siguientes: (1) el
pueblo de Dios está en cautiverio a causa de sus pecados; (2) el cautiverio
prueba que Dios es Dios, porque lo predijo; (3) Dios ahora redimirá a su
pueblo, a través de Ciro y de otras maneras.

Barra lateral 12.2


Isaías y el Nuevo Testamento: “Lo dicho por medio del profeta Isaías”

El siguiente cuadro muestra una lista de citas de Isaías en el Nuevo


Testamento que parecen apoyar un punto de vista de autoría único por parte
de los escritores del Nuevo Testamento. Lo hacen porque mencionan
específicamente a Isaías diciendo las palabras que algunos eruditos atribuyen
a Deutero-Isaías o Trito-Isaías. Mateo, Lucas, Juan y Pablo citan material de
Isaías 40–66.

Referencia del Referencia Redacción clave/Apoyo


Nuevo de Isaías
Testamento

Mateo 3:3 40:3 (Describiendo a Juan el Bautista) “Este es


aquel de quien se habló por medio del
profeta Isaías.”

237
Traducido por: David Taype

Mateo 8:17 53:4 (Describiendo las obras de curación de


Jesús) “Esto fue para que se cumpliera lo
dicho por medio del profeta Isaías.”
Mateo 12:17–21 42:1–4 (Describiendo a Jesús sanando a la gente e
indicándoles que no lo dieran a conocer)
“Esto fue para que se cumpliera lo dicho
por el profeta Isaías” (Mt 12,17).
Lucas 3:4–6 40:3–5 (Describiendo a Juan el Bautista) “Como
está escrito en el libro de las palabras del
profeta Isaías” (Lc 3,3).
Juan 12:38 53:1 (Describiendo la incredulidad de muchos a
pesar de presenciar los milagros de Jesús)
“Esto fue para que se cumpliera la palabra
del profeta Isaías”.
Romanos 10:20– 65:1–2 “Y Isaías dice con denuedo” (sobre el
21 estado actual de incredulidad de Israel
como escribe Pablo).

Consulte la barra lateral 21.1 para obtener una lista más completa de las
citas de Isaías en el Nuevo Testamento.

El pueblo de Dios está en cautiverio a causa de sus pecados


El capítulo 40 comienza con el anuncio de que Dios está preparando el
camino para su gloria venidera y está guiando a su pueblo a casa. ¿Por qué es
esto necesario? Porque el pueblo de Dios está en cautiverio por sus pecados.
Han recibido del Señor castigo por su maldad (40:2). Ahora ha llegado el
momento de juzgar a otras naciones en su lugar (43:3–4). De hecho, Dios
estaba enojado con su pueblo y los abandonó por un tiempo (47:6; 54:7–8). El
cautiverio fue la triste consecuencia del pecado, y muchos profetas lo habían
predicho.

El cautiverio prueba que Dios es Dios, porque Él lo predijo


El cautiverio del pueblo de Dios no fue de ninguna manera la derrota de
Dios. Más bien, probó que él es Dios, porque lo predijo. Había hablado durante
muchas generaciones, comenzando con Moisés (Lv 26, 27–39; Dt 28, 49–63) y

238
Traducido por: David Taype

luego con los profetas (Am 2, 4–5; Mi 3, 12; Hb 1, 5–11) , de los terribles
juicios que traería si su pueblo se negara a seguir fielmente su pacto. El exilio
simplemente demostró el poder de Dios para cumplir los términos del pacto.
Otros dioses, sin embargo, no tenían motivos para jactarse. Isaías desafió a
los dioses extranjeros a predecir el futuro (o hacer cualquier cosa) como una
demostración de su poder, pero solo hubo silencio (41:21–29). Los ídolos no
tenían poder para hacer lo que Dios podía hacer, porque eran producto de
manos humanas (44:9–20). Incluso los dioses de la poderosa Babilonia serían
impotentes (46:1-2).

Dios ahora redimirá a su pueblo, por medio de Ciro y de otras


maneras
Isaías 40–66 anuncia que había llegado el momento de que Dios redimiera a
su pueblo. Los conduciría suavemente con sus brazos; él los llevaría; él los
sustentaría (40:10–11). Él los reuniría de las naciones y los traería de vuelta a
Judá. Dios llamó al rey Ciro como su instrumento, su pastor, su ungido, para
traer a su pueblo de regreso a su tierra y establecerlos nuevamente (41:2–4;
44:28; 45:1).
El libro de Esdras proporciona más detalles de esos primeros días en su
tierra y los desafíos externos e internos que enfrentó el pueblo de Dios.
Ciertamente esos fueron días emocionantes para quienes presenciaron el
restablecimiento de Jerusalén y su templo.
Sin embargo, Isaías 40–66 lleva el concepto de redención aún más lejos. El
profeta había hablado antes de un día de paz, un día de restauración que
traería bendición no solo al pueblo judío sino a todas las naciones (2:1–4;
11:1–16).
En Isaías 40–66, este concepto pasa al centro del escenario. El Dios de Isaías
llama a los confines de la tierra para que se vuelvan a él en busca de salvación
(45:22–23). Su siervo traerá justicia a las naciones (42:3–4), pero también
intercederá por sus pecados (53:4–6). Sus mensajeros proclamarán su gloria
entre todas las naciones antes de que llegue el fin, y Dios y su pueblo
permanecerán para siempre (66:19–23).
A medida que estudie Isaías 40–66, tenga en cuenta estos tres temas, ya que
aparecen una y otra vez.

Preguntas de estudio
1. ¿Cuáles son los principales argumentos que respaldan el punto de
vista de la autoría múltiple del libro de Isaías?
239
Traducido por: David Taype

2. ¿Cuáles son los principales argumentos que respaldan el punto de


vista de la autoría única del libro de Isaías?
3. ¿Cuáles son los tres temas principales de Isaías 40–66?

Términos clave
Deutero-Isaías
Trito-Isaías

240
Traducido por: David Taype

13. ¡El pueblo de Dios regresa a


casa!
Isaías 40:1–31

Esquema
• Dios guiará a su pueblo a casa (40:1–11)
Consolad, consolad a mi pueblo (40:1–2)
Dios mostrará su gloria (40:3–8)
La venida de Dios será asombrosa (40:9–11)
• Descripción de la sabiduría y el poder de Dios (40:12–31)
Dios es un Creador sabio (40:12–17)
Dios no tiene comparación (40:18–20)
Dios es el Soberano (40:21–26)
Dios es la fuente de fortaleza de Israel (40:27–31)
• Conclusión

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Identifique las dos secciones principales de Isaías 40.


2. Explique la relación de Isaías 40 con Isaías 41–66.
3. Discuta cómo Isaías afirma a Dios como la fuente de fortaleza de
Israel.

¿Alguna vez has deseado poder empezar de nuevo? Tal vez no te esforzaste
durante la primera parte de un curso universitario y ahora deseas haber
trabajado más duro y haber obtenido una calificación más alta. Tal vez una
relación comenzó de manera incorrecta y ahora tienes problemas para
241
Traducido por: David Taype

suavizar las cosas. Tal vez su equipo jugó mal en la primera parte del juego, y
ponerse al día más tarde fue inútil. Tal vez desees poder retractarte de las
palabras de enojo que le dijiste a alguien.
En Isaías 40, el profeta anunció que Dios le estaba dando a su pueblo la
oportunidad de comenzar de nuevo. Habían experimentado el dolor del exilio
y habían recibido las tristes consecuencias de su pecado, pero Dios en su
gracia les daría otra oportunidad, tal como lo hace hoy con las personas que
buscan su gracia.
Isaías 40 comprende una introducción al resto del libro de Isaías. El capítulo
se puede dividir en dos secciones principales: los versículos 1–11 y los
versículos 12–31. En la primera sección, Isaías anuncia la gran noticia: Dios
llevará a su pueblo a casa. En la segunda sección, Isaías proclama la soberanía
de Dios y su poder para llevar a su pueblo a casa, para cumplir lo que
prometió en los versículos 1–11.

Dios guiará a su pueblo a casa (40:1–11)


El hecho de que Dios trajera a su pueblo a casa incluía tres aspectos.
Primero, Dios consolaría a su pueblo. Segundo, les mostraría su gloria.
Tercero, los asombraría con su venida.

Consolad, consolad a mi pueblo (40:1–2)


Las palabras “consuelo, consuelo” comprenden un doble imperativo; la
repetición enfatiza la urgencia del mandato (cf. “santo, santo, santo”, 6:3; “paz
perfecta” [ shalom, shalom ], 26:3). Los imperativos están en plural, lo que
algunos eruditos han sugerido que indica que Dios está llamando a su corte
celestial. [1] Probablemente, sin embargo, el profeta simplemente está
anunciando el mandato a todos los que están en condiciones de consolar al
pueblo de Dios, tal vez profetas, sacerdotes y otros líderes. [2]
La expresión traducida “habla con ternura” (40:2) literalmente dice “habla
al corazón” y aparece en otros lugares para denotar palabras amables y
afectuosas (Rut 2:13; Os 2:14). El duro servicio de Jerusalén había terminado,
su pecado había sido expiado. “Doble” puede tener más el sentido de pago
completo y total que el de una retribución exactamente doble. [3] Había
llegado el momento de la redención de Dios.

Dios mostrará su gloria (40:3–8)


Dios mostraría su gloria preparando un camino para su pueblo. Algunos
lucharían por creer, pero Dios animaría sus corazones.
242
Traducido por: David Taype

Él preparará el camino (40:3–5)


Una voz anunció la noticia; el lenguaje recuerda la visión del templo de
Isaías (6:3–4). Debemos entender los mandamientos para preparar el camino
del Señor “en el desierto” y hacer una calzada recta “en el desierto” a la luz de
la topografía del desierto de Judea.
Escarpadas colinas y valles se extienden desde Jerusalén hasta Jericó y el
valle del Jordán. Jerusalén, a una altura de aproximadamente 2500 pies, se
encuentra a unos 3100 pies sobre el valle, que en realidad se encuentra por
debajo del nivel del mar. Por lo tanto, el viaje de Jericó a Jerusalén involucró
más de quince millas de caminata cuesta arriba.
En consecuencia, la nivelación de las colinas y los valles de la zona en una
llanura sería una bendición verdaderamente increíble. Pero aún más que eso,
Dios revelaría su gloria de tal manera que todos la verían. Podían contar con
ello, porque él había hablado (40:5; cf. 24:3; 25:8).
Generaciones más tarde, el ministerio de Juan Bautista cumplió las
palabras de Isaías (Mt 3,3; Mc 1,3; Lc 3,4–6; Jn 1,23). Juan predicó un bautismo
de arrepentimiento en el El desierto de Judea, la misma área que Isaías
describió, y mientras Juan llevaba a cabo su ministerio, preparó el camino
para la revelación final del reino de Dios en Jesús de Nazaret.

243
Traducido por: David Taype

El terreno accidentado de Wadi Qilt hace que las palabras de Isaías de 40:3–5
sean aún más asombrosas. (Cortesía de Bryan E. Beyer)

Él animará a los desalentados (40:6–8)


La escena ahora cambia del reino celestial al reino terrenal, de lo que Dios
hará a cómo responde la humanidad. Un oyente anónimo recibe el mandato de
Dios de “clamar”, pero responde con desánimo (40:6–7). ¿Cómo se puede
esperar que simples personas logren algo cuando son como la hierba en
comparación con la majestad de Dios? Incluso la idea de nivelar el desierto de
Judea sería agotador para muchos.
Quizás el peso del exilio también contribuyó a los sentimientos de
abatimiento. Setenta años fue mucho tiempo de espera, y fue tiempo suficiente
para desanimarse, incluso desesperarse. De hecho, durante el exilio, surgieron
falsos profetas que despertaron falsas esperanzas (Jeremías 28:1–4; 29:8–9).
Cuando llegara el cumplimiento de las palabras de Isaías, ¿cómo sabría la
gente que realmente era el momento de irse a casa? Y aun así, su débil fuerza
humana nunca podría lograr una tarea tan ardua.
Isaías nuevamente usó imágenes del desierto de Judea. Las colinas
muestran una hermosa riqueza verde en invierno cuando llegan las lluvias,
pero cuando los vientos del desierto del este llegan a principios de la
primavera, la vegetación muere y desaparece en cuestión de días. Tal era la
fuerza de la gente.
Sin embargo, el profeta aseguró a la gente que todo estaba bien (40:8).
Podían contar con la palabra de Dios. Él lo había dicho, y todo sucedería tal
como él lo dijo. Había guardado su palabra de juicio, y guardaría su palabra de
salvación.

La venida de Dios será asombrosa (40:9–11)


Luego, Isaías le pidió a Sion que tomara la iniciativa de anunciar las
emocionantes noticias a los pueblos y aldeas de Judá (40:9). Anteriormente, la
gente recibía informes de noticias que comenzaban en Jerusalén, la capital,
por lo que tenía sentido que sucediera lo mismo ahora.
Las palabras "¡No temas!" ocurrir comúnmente a lo largo de los próximos
capítulos a medida que el profeta los usó para animar a su pueblo. Podían
contar con su Dios. Podían contar con sus promesas. Isaías describió al Dios
soberano como viniendo en poder, listo para dispensar recompensas y
recompensas según corresponda (40:10). Muchos lucharon por creerlo, pero
Dios haría que sucediera.

244
Traducido por: David Taype

Isaías también describió al Señor como un pastor (40:11). Las imágenes de


llevar corderos y guiar suavemente a las ovejas lactantes resaltan el cuidado
amoroso y tierno que Dios extiende a los suyos. Un buen pastor conocía bien a
su rebaño y le daba a cada animal el cuidado que necesitaba. Así sería con el
pastor celestial de Judá.
Así, en los versículos 1–11, Isaías anunció consuelo al pueblo de Dios,
describió la gloria de Dios y proclamó tanto el asombroso poder de Dios como
su amoroso cuidado mientras los cuidaba con ternura. Pero, ¿podría Dios
realmente hacer todo eso? Algunas personas lucharon por creer porque
necesitaban una visión más amplia de Dios. Isaías ahora proporcionaría ese
punto de vista.

Descripción de la sabiduría y el poder de Dios (40:12–31)


En los versículos 12–31, Isaías proporcionó a su pueblo una visión más
amplia de Dios al describir su sabiduría y poder. Dios era el sabio creador, el
incomparable, el soberano y la fuente de la fortaleza de Israel. De hecho, Dios
fue lo suficientemente poderoso como para llevar a su pueblo a casa.

Dios es un Creador sabio (40:12–17)


Diez preguntas retóricas aclaran el punto (40:12–14)
Isaías remató su punto con diez preguntas retóricas relacionadas:

1. ¿Quién ha medido las aguas en el hueco de su mano?


2. ¿Quién marcó los cielos con el ancho de su mano?
3. ¿Quién ha tenido el polvo de la tierra en una canasta?
4. ¿Quién ha pesado los montes en la balanza y los collados en la
balanza?
5. ¿Quién ha entendido la mente del Señor?
6. ¿Quién instruyó al Señor como su consejero?
7. ¿A quién consultó el Señor para que lo iluminara?
8. ¿Quién le enseñó al Señor el camino correcto?
9. ¿Quién le enseñó al Señor el conocimiento?
10. ¿Quién le mostró al Señor el camino del entendimiento?

245
Traducido por: David Taype

Las preguntas de Isaías contrastaron la absoluta maravilla de Dios con la


incapacidad de la humanidad para contribuir con algo a la creación. La
respuesta a las primeras cuatro preguntas de Isaías fue “Dios”. La respuesta a
las últimas seis preguntas de Isaías fue “nadie”.
La inmensidad de Dios también afloró en las imágenes de Isaías. Sostuvo las
aguas de la tierra en sus palmas. Marcó los cielos con sus manos. Sabía cuánto
polvo contenía la tierra y el peso de las montañas y colinas. Y para toda esta
actividad creativa, no necesitaba absolutamente ninguna ayuda. Uno solo
necesita leer Génesis 1–2 para ver cómo Dios sabía exactamente lo que estaba
haciendo.
El poder de Dios empequeñece el poder de las naciones (40:15–17)
Por el contrario, proclamó Isaías, las naciones eran impotentes, como gotas
de agua en un balde, como polvo en la balanza divina (40:15). Los frondosos
bosques del Líbano no podían comenzar a proporcionar una ofrenda
suficiente para honrarlo (40:16). A las naciones que se creían exaltadas las
consideraba como nada (40:17). ¿Cómo podrían compararse con él?

Dios no tiene comparación (40:18–20)


Isaías desafió al pueblo a encontrar una imagen que se comparara con Dios
(40:18). ¿Recurrirían a sus ídolos? Los ídolos fueron hechos de cosas ¡Dios
había creado por personas que Dios había creado! ¿Cómo podrían tales
abominaciones compararse con la incomparable? Más tarde, Isaías desafiaría
a los dioses de las naciones a demostrar su poder, pero por supuesto, no
pudieron (41:21–29).

Dios es el Soberano (40:21–26)


Las cuatro preguntas retóricas de Isaías (40:21) exigían una respuesta
afirmativa. Solo estaba afirmando lo obvio: la verdad que sus oyentes
deberían haber sabido.
Dios desplegó su gloria por todos los cielos (40:22). En contraste, los
habitantes de la tierra parecían meros saltamontes. El Señor no se impresionó
con los príncipes y gobernantes, quienes tenían roles de liderazgo en la tierra
(40:23). Determinó los tiempos de su gobierno y los territorios sobre los
cuales gobernaron (40:24). No podían pararse frente a él.
El Señor soberano nuevamente desafió a la gente a encontrar a alguien igual
a él en cualquier forma (40:25). Dirigió sus ojos hacia el cielo a las estrellas
que algunos de ellos pueden haber adorado, que en realidad eran objetos de
su creación (40:26). Los había colocado allí, y tenía nombres para cada uno,
mientras que los seres humanos ni siquiera podían empezar a contarlos.
246
Traducido por: David Taype

Dios es la fuente de fortaleza de Israel (40:27–31)


Hasta este punto, Isaías había pintado un cuadro increíble de Dios. Dios
había creado todo lo que existía en el cielo y en la tierra. Sostenía todo con su
fuerza, y nadie en todo el universo podía rivalizar con él.
Jacob se ha olvidado de la fuerza de Dios (40:27)
El profeta ahora introdujo un argumento de mayor a menor. Si Dios hubiera
hecho todo esto, ¿cómo podría alguien pensar que no podría hacer algo tan
relativamente simple como traer a su pueblo de regreso a Judá? ¿Cómo podría
la gente realmente creer que Dios no vio su causa?
El Dios Sabio Nunca Se Cansa (40:28–29)
Isaías entonces comenzó el “gran final” de su discurso con dos preguntas
retóricas: “¿No sabes? ¿No has oído? (40:28). La respuesta obvia a ambas
preguntas fue "¡Por supuesto!" Israel ciertamente debería haber entendido las
verdades que Isaías estaba a punto de proclamar.
Isaías declaró que los caminos de Dios estaban mucho más allá de la
comprensión de la humanidad. Él había creado el universo; ¿Cómo se cansaría
de velar por su pueblo? Además, estuvo listo para fortalecer a su pueblo, para
renovar al cansado y al débil con fuerza y poder.
Israel debe esperar en el Señor (40:30–31)
Isaías contrastó a las personas normalmente fuertes y enérgicas de la
sociedad (jóvenes y hombres jóvenes) con aquellos que recibieron su fuerza
del Señor. Incluso los jóvenes y los jóvenes eventualmente se cansarían, pero
aquellos que pusieron su esperanza en el Señor encontrarían fuerzas para
todo lo que necesitaban (ver recuadro 13.1). Volarían como águilas. Corrían y
caminaban y no se cansaban.

Barra lateral 13.1


esperanza en la biblia

La gente hoy en día a menudo usa la palabra “ esperanza ” en un sentido muy


diferente al que tiene la Biblia. Usada como verbo, nuestra palabra moderna
“esperanza” connota una ilusión, un deseo de que algo salga como queremos,
como sugieren las siguientes oraciones:

“Espero que haga buen tiempo para poder ir a pescar hoy”.


“Espero que me invite a salir de nuevo”.

247
Traducido por: David Taype

“Espero entrar en la escuela que quiero”.


“Espero que haya un Dios, pero simplemente no lo sé”.

En contraste, la esperanza en la Biblia (tanto en forma de verbo como de


sustantivo) siempre denota una seguridad confiada y audaz en Dios de
cumplir su palabra. La esperanza bíblica no es una ilusión porque el
cumplimiento de las promesas de Dios está arraigado en su carácter justo. Dos
ideas relacionadas son los conceptos de confiar y esperar. Isaías 40:31
proporciona uno de esos ejemplos de esperanza bíblica, y otros ejemplos que
sugieren que el pueblo de Dios puede tener esperanza en todas las
circunstancias se enumeran a continuación:
Trabajo 13:15 “Aunque él me mate, en él esperaré” (Job, expresando su
esperanza ante el sufrimiento extremo).
Salmo 38:15 “Te espero , OH SEÑOR ; tú responderás, oh Señor Dios mío”
(David, confesando su pecado, pero confiando en el perdón
y la restauración de Dios).
Salmo 130:5, 7 “Espero en el SEÑOR , mi alma espera , y en su palabra
pongo mi esperanza . . . . Oh Israel, pon tu esperanza en el
SEÑOR , porque en el SEÑOR está el amor inagotable y con
él está la redención completa” (el salmista, pidiendo al
Señor misericordia y reconociendo que nadie puede
pararse por sus propios méritos ante la santidad de Dios,
pero también afirmando que la esperanza es real a la luz del
amor, el perdón y la salvación de Dios).
Isaías 25:9 “En aquel día dirán: 'Ciertamente este es nuestro Dios;
confiamos en él [NASB, “ esperamos en él”], y él nos salvó'”
(el pueblo de Dios alabándolo en el día de la salvación
final).
Lamentaciones “Sin embargo, esto me acuerdo y por eso tengo esperanza :
3:21–24 por el gran amor del Señor no hemos sido consumidos,
porque sus misericordias nunca decaen. Son nuevos cada
mañana; grande es tu fidelidad. Me digo a mí mismo: 'El
SEÑOR es mi porción; por tanto, en él esperaré '” (el escritor
de Lamentaciones, en la hora más oscura de Jerusalén
después de la destrucción de la ciudad por Nabucodonosor,
apelando a la compasión y fidelidad de Dios como fuente de
esperanza).

248
Traducido por: David Taype

El Nuevo Testamento enfatiza que el fundamento de la última esperanza de


los creyentes está en la segunda venida de Jesucristo (Ti 2:13; 1 Jn 3:3).
Debido a esto, los seguidores de Jesús también pueden mantenerse firmes
frente a las pruebas actuales, las cuales Dios usa para refinar su carácter y
fortalecer aún más la esperanza en sus corazones (Rom 5:2–5).

Conclusión
El capítulo 12 sugirió tres temas principales para Isaías 40–66: (1) el pueblo
de Dios está en cautiverio por sus pecados; (2) Este cautiverio prueba que
Dios es Dios, porque él lo predijo; (3) Dios ahora redimirá a su pueblo, a
través de Ciro y de otras maneras.
Las palabras de Isaías en el capítulo 40 forman la base para los capítulos
41–66. El pueblo de Dios está volviendo a casa. Dios preparará el camino. Él
pastoreará a su pueblo. Él tiene el poder de hacerlo también porque él creó y
sostiene el vasto universo.
Las palabras de Isaías brindan aliento a los creyentes de todas las
generaciones que enfrentan serios desafíos en la vida. A veces esos desafíos
parecen abrumadores, pero Isaías nos recuerda que Aquel a quien oramos es
Aquel que habló para que el universo existiera. Él dará a su pueblo la fuerza
para lograr todo lo que les proponga.

Preguntas de estudio
1. ¿Cómo prepara Isaías 40 al lector para el resto del mensaje de
Isaías?
2. Describa cómo encajan las dos secciones principales de Isaías 40.
3. ¿Cómo una comprensión de la geografía de Judá revela más
claramente el impacto de las palabras de Isaías en sus oyentes?
4. ¿Cómo puede la descripción de Isaías de la sabiduría y el poder de
Dios dar esperanza a los creyentes de hoy?

Términos clave
esperar
249
Traducido por: David Taype

Juan el Bautista

250
Traducido por: David Taype

14. Proclamación de Liberación y


Restauración
Isaías 41:1–45:25

Esquema
• La liberación venidera (41:1–29)
Introducción de Ciro (41:1–7)
Israel, el Siervo del Señor (41:8–20)
El caso del Señor contra los dioses falsos (41:21–29)
• El Papel del Siervo del Señor (42:1–25)
Descripción del Siervo (42:1–9)
Triunfo, juicio y acusación (42:10–25)
• Redención de Israel de Babilonia (43:1–45:25)
La restauración de Israel mediante el poder de Dios (43:1–13)
Bendición de Dios sobre Israel (43:14–44:8)
La superioridad de Dios sobre los ídolos (44:9–23)
La restauración de Israel a través de Ciro (44:24–45:25)

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Identifique pasajes que señalen a Ciro como el instrumento de


redención de Dios.
2. Discuta los detalles del primer pasaje del siervo.
3. Apoye el concepto de la soberanía de Dios en la restauración de su
pueblo con textos y temas clave de Isaías 41–45.

251
Traducido por: David Taype

Isaías 40 anunció las buenas noticias: ¡el pueblo de Dios regresaba a casa!
Isaías anunció el regreso a casa en términos grandiosos. ¡Preparad un camino
en el desierto! ¡Nivel las colinas y los valles! Dios guiaría y pastorearía a su
pueblo mientras los traía a su tierra nuevamente.
Además, Isaías describió el asombroso poder de Dios para llevar a su
pueblo a casa. Él había creado el universo y lo sustentaba todo con su poder.
En consecuencia, podría lograr algo relativamente pequeño pero tan
increíblemente significativo como traer a su gente de regreso a su tierra.
El pueblo de Dios estaba en cautiverio por sus pecados. El cautiverio había
probado que él era Dios, porque él lo había predicho. Ahora, sin embargo,
planeó redimirlos a través de Ciro y de otras maneras. A medida que se
desarrollen los capítulos 41–45, veremos estos temas enfatizados
repetidamente.

La liberación venidera (41:1–29)


La liberación que Isaías describió en el capítulo 41 contenía tres aspectos
principales. Primero, el profeta presentó a Ciro, el instrumento de Dios para
rescatar a su pueblo. En segundo lugar, Isaías describió a Israel, el siervo del
Señor, e introdujo un concepto que desarrollaría más adelante en el libro.
Tercero, Isaías procesó el caso del Señor contra los dioses falsos. Solo el Señor
había predicho el cautiverio, y solo él tenía el poder de guiar la historia como
él quería.

Introducción de Ciro (41:1–7)


Isaías no presentó a Ciro por su nombre hasta el 44:28. Sin embargo, las
alusiones en los siguientes versículos describen claramente al líder de Persia
que conquistó Babilonia en el 539 a.
Costas llamadas como testigos (41:1–4)
Isaías llamó a las costas ya los pueblos a permanecer en silencio ante Dios
(41:1). Probablemente “costas” y “pueblos” sean mejores traducciones que
“islas” y “naciones” para las palabras hebreas que aparecen aquí. “Coaslands”
aparece nuevamente en 41:5, donde es paralelo a la frase “los confines de la
tierra”. El profeta también invitó a los pueblos a “renovar sus fuerzas”, un
paralelo directo al lenguaje de 40:31 que describe la bendición de los que
esperan en el Señor. Otros pueblos también podrían encontrar tal bendición si
lo buscaran.

252
Traducido por: David Taype

Isaías llamó a las costas ya los pueblos a dar testimonio de la obra de Dios.
La traducción de la NVI “reunámonos en el lugar del juicio” también podría
traducirse “reunámonos para el juicio” (NASB). La última interpretación
probablemente encaja mejor en el contexto. Isaías estaba invitando a personas
que habían visto la obra de Dios a testificar de esa obra.
El versículo 2a hizo una pregunta: “¿Quién incitó al oriente, llamándolo con
justicia a su servicio?” El versículo 4b respondió a la pregunta: “Yo, el SEÑOR ,
con los primeros y con los últimos, yo soy” (ver recuadro 14.1). Entre la
pregunta y la respuesta vino una descripción del fuerte instrumento de Dios.
Sometió naciones y reyes mientras conquistaba nuevos territorios. Ciro encaja
claramente en la descripción de Isaías.
El punto del texto es claro. ¿Qué dios tenía el poder de levantar a tal líder
mundial y bendecirlo de tal manera? ¡Solo el Señor Dios, la deidad de la
aparentemente insignificante Judá! Dios había usado a Asiria y Babilonia como
sus instrumentos de juicio, y ahora usaría a Ciro como su instrumento de
bendición.
Las tierras costeras tiemblan de miedo (41: 5–7)
Como se indicó anteriormente, las referencias paralelas a la fuerza
renovadora en 40:31 y 41:1 extendieron sutilmente la invitación de salvación
hasta los confines de la tierra. Sin embargo, como muchas personas fueron
testigos de la obra de Dios, el temor se apoderó de ellos y respondieron
buscando su propia liberación a través de los ídolos que habían adorado
durante generaciones. El artesano se asoció con el orfebre para preparar un
ídolo que se mantuviera firme sin tambalearse. Isaías contrastó
consistentemente la inutilidad de los ídolos con el poder omniabarcante de
Dios (40:19–20; 41:21–29; 44:9–20; 46:5–7).

Barra lateral 14.1


Yo Soy El, el Primero y el Ultimo

Las expresiones “Yo soy él” y “Yo soy el primero y el último” aparecen varias
veces en Isaías 40–48. Ellos complementa bien el énfasis triple de Isaías 40–
66: (1) el pueblo de Dios está en cautiverio por sus pecados; (2) el cautiverio
prueba que Dios es Dios, porque él lo predijo; (3) ¡ahora Dios redimirá a su
pueblo a través de Ciro y de otras maneras! El Señor es “él”, el único con poder
para cumplir sus promesas. Él es también “el primero y el último”, el principio
y el fin de todo. Tiene la historia en sus manos; él es su fuente y su destino

253
Traducido por: David Taype

final. Las expresiones también aparecen en el libro de Apocalipsis, donde


describen al Señor Dios ya su resucitado, Jesucristo.
Los usos de las expresiones son estrechamente paralelos, como ilustra la
siguiente tabla:
“Yo soy él” (se notan las expresiones relacionadas)

Verso Énfasis
Isaías 41:4 *Dios ha levantado a Ciro para liberar a su pueblo.
Isaías 43:10 Dios quiere que su pueblo entienda que solo él es Dios.
Isaías 43:11 Dios proclama que es el único salvador (“Yo, yo soy el Señor”).
Isaías 43:12 Dios lo ha revelado todo, lo ha salvado todo, lo ha anunciado a
todos (“Yo soy Dios”).
Isaías 43:13 Dios siempre ha sido “él”—“desde la antigüedad” él es Dios.
Isaías 46:4 Dios es el creador, sustentador y salvador de Israel.
Isaías 48:12 Dios ha llamado a Israel; enfatiza su singularidad al describir
* cómo creó el cielo y la tierra y predijo su propósito con
respecto a Babilonia.

“Yo soy el primero y el último” (se notan expresiones relacionadas)

Verso Énfasis
Isaías 41:4 * Dios levantó a Ciro para liberar a su pueblo (“Yo , el SEÑOR ,
con los primeros y con los últimos”; literalmente, “Yo, el Señor,
soy el primero y con los últimos”).
Isaías 43:10 Dios dice: “Antes de mí no fue formado ningún dios, ni lo será
después de mí”, y llama a su pueblo a dar testimonio de este
hecho.
Isaías 44:6 Dios es único como Rey y Redentor de Israel, el Todopoderoso;
desafía a otros dioses a recordar sus obras del pasado oa
predecir sus obras futuras.
Isaías 48:12 Dios enfatiza su singularidad como el que llamó a su pueblo;
* creó el cielo y la tierra y predijo su propósito con respecto a
Babilonia.
Apocalipsis “Yo soy el Alfa y la Omega. . . el que es, y el que era, y el que ha
1:8 de venir”; el uso de alfa, la primera letra griega, y omega, la
última letra griega, es paralelo al concepto “primero y último”,

254
Traducido por: David Taype

al igual que la segunda parte de la descripción; El contexto


describe a Cristo liberando a los creyentes de sus pecados para
servir a Dios Padre.
Apocalipsis Cristo resucitado usa la expresión para tranquilizar al temeroso
1:17 Juan, que acaba de ver su gloriosa aparición; el versículo 18
describe cómo Cristo tiene las llaves de la muerte y del Hades
(orientado al futuro).
Apocalipsis La expresión se usa en la introducción a la carta a la iglesia de
2:8 Esmirna y está relacionada con la muerte y resurrección de
Jesús, lo que sugiere que el impacto de la muerte y resurrección
de Jesús abarca toda la historia.
Apocalipsis Tres expresiones paralelas, "el Alfa y la Omega", "el Primero y el
22:13 Último" y "el Principio y el Fin", resumen la descripción que
hace Juan de la conclusión dramática de la historia con la
segunda venida de Jesús, el juicio final y el comienzo de la
historia. del reino eterno de Dios.

* Estos versículos contienen tanto la expresión “Yo soy él” como “Yo soy
el primero y el último”.

Tanto Isaías como Juan proclaman la soberanía del Señor. Dios tiene en sus
manos el pasado, el presente y el futuro, y toda la historia apunta hacia él.

La respuesta del pueblo no tenía sentido a la luz de la proclamación del


poder de Dios por parte de Isaías. El exilio probó que Dios era Dios porque lo
había predicho. Ahora estaba trayendo a su gente a casa, usando a Cyrus como
su instrumento. ¡Qué trabajo tan impresionante! ¿Y cuál fue la respuesta de
muchos? Construyeron ídolos. Irónicamente, los seres humanos crearon los
ídolos que adoraban, haciéndolos con materiales que el Señor había creado.

Israel, el Siervo del Señor (41:8–20)


A partir de 41:8, Isaías introdujo un concepto al que volvería con frecuencia
en los capítulos 40–66. Ese concepto era servidumbre. (Consulte la barra
lateral 14.2.)
La palabra “siervo” aparece cuarenta veces en el libro de Isaías. Solo nueve
aparecen en los capítulos 1–39, mientras que treinta y uno aparecen en los
capítulos 40–66. Frecuentemente el término designa a la nación de Israel. En
255
Traducido por: David Taype

otros casos, denota a un individuo. El concepto de siervo será discutido más


adelante en el capítulo 17 de este libro.
En 41:8, la identidad del siervo es clara. Tenga en cuenta el paralelismo
para el énfasis:

Pero tú, oh Israel , mi siervo ,


Jacob , a quien yo he escogido ,
descendientes de Abraham , mi
amigo,

Las palabras en negrita designan a Israel como el siervo y también


recuerdan a los oyentes de Isaías la rica herencia de la nación. El nombre de
Jacob fue cambiado a Israel como resultado de su lucha por la bendición de
Dios (Gn 32:24–28), y Abraham confió fielmente en la promesa de Dios de
hacerlo padre de muchas naciones (Gn 12:1–3). Las palabras en cursiva son
palabras de relación, enfatizando la relación especial de Israel con Dios.
Dios había llamado a Israel desde los confines de la tierra (41:9). El exilio
había separado geográficamente a muchos de su pueblo, pero el tiempo de su
restauración estaba cerca. En consecuencia, no debían temer (41:10, 13). El
Señor los fortalecería y los sustentaría. Sus enemigos sentirían vergüenza
cuando la intervención de Dios terminara con su oposición (41:11–12).
La etiqueta de "gusano" (41:14) para Jacob ha parecido extraña para
algunos. Probablemente tenía la intención de designar el estado relativamente
débil e impotente en el que la nación se encontraba apartada de la obra
restauradora de Dios. El Santo de Israel—un término común en Isaías—
aparece ahora como el que los redimirá de su cautiverio y exilio. De hecho,
Isaías dijo que Dios incluso usaría a Israel como su trilla de juicio (41:15–16).
Israel se regocijaría en él.
Las imágenes de 41:17–20 habrían hablado poderosamente a aquellos que
habían pasado un tiempo en el desierto de Judea. (Vea también la discusión de
40:3–5 en el capítulo anterior.) Los ríos y manantiales no fluyen en las alturas
áridas ni en los valles, y los estanques de agua y manantiales, y mucho menos
varios tipos de árboles, definitivamente no son un vista común. Tal
rejuvenecimiento de esta tierra sólo podía encontrar su explicación en la obra
creadora de Dios.

256
Traducido por: David Taype

El caso del Señor contra los dioses falsos (41:21–29)


Uno de los temas principales de Isaías 40–66 es “este cautiverio prueba que
Dios es Dios, porque él lo predijo”. Isaías 41:21–29 proclama fuertemente ese
tema.
El desafío del Señor a los dioses falsos (41:21–24)
La palabra hebrea traducida “caso” ( rib , 41:21) aparece a menudo en
contextos legales. En efecto, el Señor, el rey de Jacob, estaba llamando a los
dioses falsos a la corte.

Barra lateral 14.2


El Término “Siervo” en Isaías

verso(s) referente

14:2 Naciones (siervos de Israel en el día de la restauración)


20:3 Isaías
22:20 Eliaquim, oficial de la corte de Ezequías
24:2 Siervo en general (barrido en el juicio de Dios)
36:9 Funcionarios de Senaquerib, rey de Asiria
36:11 Funcionarios de Judea (respondiendo al representante de
Senaquerib)
37:5 Oficiales de Ezequías
37:24 Oficiales de Senaquerib
37:35 David
41:8 Israel
41:9 Israel
42:1 Jesús (Mt 12, 18–21)
42:19 Israel
(2)
43:10 Israel
44:1 Israel
44:2 Israel
44:21 Israel
(2)
44:26 profetas
45:4 Israel

257
Traducido por: David Taype

48:20 Israel
49:3 Israel
49:5 Israel (pero el sirviente tiene una misión en Israel)
49:6 Israel (Hechos 13:47, remanente de Israel)
49:7 Israel (o quizás mesiánico)
50:10 Isaías? ¿Jesús? (contexto poco claro; sin referencias NT)
52:13 Jesús (evidencia del NT)
53:11 Jesús (evidencia del NT)
54:17 Israel/pueblo de Dios en general (plural)
56:6 Extranjeros (la NVI dice "adorarlo", pero el hebreo dice
literalmente "ser sus sirvientes")
63:17 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)
65:8 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)
65:9 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)
65:13 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)
(3)
65:14 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)
65:15 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)
66:14 Israel o el pueblo de Dios en general (plural)

Mientras tratamos de determinar el referente previsto de cada uso del


término “siervo”, debemos aplicar los siguientes criterios:

1. Contexto: ¿Cuáles son las pistas en el versículo y los versículos que


rodean inmediatamente el término? (En algunos casos, por
supuesto, el versículo puede identificar claramente el referente).
2. Cita del Nuevo Testamento: ¿Cita el Nuevo Testamento el pasaje y
confirma un referente?
3. Cumplimiento directo o secundario: si el Nuevo Testamento cita el
pasaje y confirma un referente, ¿eso limita el significado de Isaías a
la identificación del Nuevo Testamento, o podría el contexto
histórico de Isaías proporcionar un referente diferente?

258
Traducido por: David Taype

El Señor desafió a los ídolos a demostrar su poder (41:22–23). ¿Podrían


predecir eventos futuros y luego llevarlos a cabo, para que todos pudieran
conocer su poder? ¿Podrían dar testimonio de cosas que habían hecho en el
pasado, presentar un “resumen” de sus obras soberanas? Un tono sarcástico
es claro en el versículo 23: “Haz algo, sea bueno o sea malo, para que seamos
consternados y llenos de temor”. La interpretación de la NASB, "Ciertamente,
haz el bien o el mal, para que podamos mirar ansiosamente a nuestro
alrededor y temer juntos", también transmite este sarcasmo.
El veredicto inicial se produjo (41:24). Los ídolos no eran nada (o quizás
literalmente “de la nada”) y no podían dar testimonio de ningún trabajo
significativo en el universo. Isaías pronunció una maldición sobre todos los
que eligieran ídolos en lugar del Señor.
La presentación del Señor de sus propias obras (41:25–27)
El Señor ahora presentó evidencia de su soberanía. Primero, describió a uno
que había levantado para derrocar a otros gobernantes (41:25). De hecho,
Ciro (aquí sin nombre) cumpliría las órdenes de Dios e incluso invocaría el
nombre de Dios (2 Cr 36:22–23; Ez 1:1–4).
Uno podría preguntarse cómo es que Ciro viene tanto “del norte” como “del
sol naciente” (41:25). La solución radica en reconocer tanto la ubicación de
Cyrus como su ruta de viaje. El reino persa se encontraba al este de Judá. Sin
embargo, cualquier gobernante mesopotámico que viajara a Judá seguiría el
río Éufrates hacia el noroeste y luego descendería hacia el sur hacia la región.
El Señor había anunciado este plan desde mucho tiempo atrás; nadie más se
había unido a él para hacerlo (41:26). Había planeado el juicio de Judá y había
anunciado la restauración de Judá (41:27).
La conclusión del Señor (41:28–29)
Mientras el Señor realizaba su obra con su pueblo, ninguna otra deidad en
el universo le había brindado consejo, y mucho menos una respuesta a
cualquiera de sus preguntas (41:28). En consecuencia, el veredicto final se
emitió (41:29) en un lenguaje similar al 41:24. Todos los ídolos eran falsos,
¡nada! [1] Sus obras equivalían a nada en absoluto. De hecho, Isaías incluso
comparó sus ídolos con “confusión” (heb. tohu ), término que describía el
estado del universo antes de la creación (Gn 1,2). [2]

El papel del siervo del Señor (42:1–25)


La mención anterior de Isaías del siervo del Señor (41:8) fue una referencia
a Israel. El sirviente que ahora describió era una persona.
259
Traducido por: David Taype

Descripción del Siervo (42:1–9)


La descripción de Isaías del siervo incluía dos aspectos principales. Primero,
describió el ministerio del siervo como el siervo lo llevó a cabo fielmente.
Segundo, describió al Señor del siervo, quien le daría poder para ese
ministerio.
El Ministerio del Siervo (42:1–4)
Isaías primero describió el ministerio del siervo como marcado por la
presencia de Dios (42:1). El Señor lo sostuvo y se deleitó en él (42:1). Además,
Dios pondría su Espíritu sobre su siervo, como lo había hecho con los profetas
y reyes del pasado (1 Sm 11:6; 16:13; 2 Cr 20:14). De hecho, la dirección de
Dios continúa marcando a los siervos de Dios a lo largo del libro de Isaías.
Segundo, el ministerio del siervo estuvo marcado por un sorprendente
contraste (42:3). El contraste radicaba entre la conducta apacible del sirviente
y sus importantes logros. No anunció su llegada con gran pompa y fue tan
amable que ni siquiera aplastaría una caña cascada ni apagaría la mecha
humeante de una lámpara de aceite. No obstante, traería justicia con perfecta
fidelidad. Es casi seguro que “justicia” aquí denota más que simplemente
reparar el crimen. Más bien, designa una sociedad que funciona según el
diseño de Dios. [3]
Tercero, el ministerio del siervo estuvo marcado por una determinación
implacable (42:4). Mantendría el rumbo hasta que hubiera establecido la
justicia en la tierra. Incluso las costas (ver también 41:1) pondrían su
esperanza en su instrucción—una referencia al alcance de su liderazgo.
El Señor del Siervo (42:5–9)
El Señor siguió hablando; la declaración “Así dice Dios el SEÑOR ” (42:5)
enfatizó aún más su apoyo a su siervo. El Señor había creado el universo y
dado vida a todas las personas; ciertamente fue capaz de guiar a su sirviente.
La justicia moldearía el ministerio del siervo, como lo haría la guía personal
del Señor (42:6). Las expresiones “pacto para el pueblo” y “luz para los
gentiles (o naciones)” son paralelas. El primero sugiere que el siervo mediaría
la relación especial del pacto de Dios con la suya propia. El segundo indica que
el siervo haría brillar la luz de la verdad de Dios sobre pueblos que aún no la
habían experimentado. Este último concepto apareció antes en Isaías (2:3;
11:10; 19:18–25), y el profeta continuaría desarrollando este tema más
adelante en su libro.
El pacto del pueblo y la luz a los gentiles que trajo el siervo incluían
bendiciones especiales (42:7). Los ojos ciegos verían, y los cautivos serían
liberados de la prisión.
260
Traducido por: David Taype

¿Quién había planeado el ministerio especial de su siervo? Fue el Señor


mismo (42:8–9). Su mismo nombre, Yahweh, enfatizaba su presencia con su
pueblo. [4] No compartiría su gloria con otro. Él y solo él habían proclamado
eventos que ahora habían sucedido, y también continuó anunciando cosas
nuevas que haría.
La identidad del sirviente
En contraste con el uso del término “siervo” en 41:8, donde el referente se
identificó claramente como Israel, el texto hebreo no menciona la identidad
del siervo en 42:1–9. Curiosamente, la Septuaginta (una traducción griega
temprana del Antiguo Testamento) traduce 42:1 de la siguiente manera:

He aquí, mi siervo Jacob, a quien yo sostendré;


Israel, mi elegido, en quien se complace mi alma.

Por interesante que sea esta variante, debemos rechazarla por dos motivos.
Primero, cuando se comparan diferentes lecturas textuales, normalmente se
da preferencia a la lectura más difícil, ya que es más probable que un escriba
intente simplificar un pasaje que hacerlo más oscuro. En segundo lugar,
normalmente se da preferencia a la lectura más corta, ya que es más probable
que un escriba agregue una nota aclaratoria en lugar de eliminar algo. De
hecho, los nombres “Jacob” e “Israel” pueden haber sido agregados al texto
griego posterior para enfatizar la interpretación nacionalista sobre y en
contra de una interpretación individual (y posiblemente mesiánica).
El Nuevo Testamento afirma que Jesús cumplió las palabras de Isaías
durante su ministerio terrenal. El Evangelio de Mateo registra cómo Jesús
realizó grandes obras de curación, pero advirtió a los que recibieron tales
bendiciones que no dieran a conocer ampliamente su curación (Mt 12: 15–
16). Mateo 12:17–21 declara que al actuar de esta manera, Jesús cumplió las
palabras de Isaías de 42:1–4. [5] Jesús en silencio, pero con una determinación
incesante, persiguió la voluntad de Dios y la cumplió en plenitud (Jn 17, 4). La
muerte de Jesús en una cruz satisfizo la demanda de Dios de justicia suprema,
pero el establecimiento final de justicia de Jesús en el reino de Dios ocurrirá
cuando regrese.

Triunfo, juicio y acusación (42:10–25)


El resto de Isaías 42 expresa temas de triunfo, juicio y acusación. Dios había
triunfado y merecía la alabanza de su pueblo (42:10–13). Sin embargo, a Dios

261
Traducido por: David Taype

le quedaba mucho juicio por administrar a aquellos que persisten en la


idolatría (42:14–17). Finalmente, Dios castigó a su siervo descarriado,
describiendo el pecado que lo había llevado al exilio (42:18–25).
Un himno de triunfo (42:10–13)
Las buenas noticias de 42:1–9 llevaron al mandato de Isaías de “cantar a
Jehová un cántico nuevo” (42:10) . La inclusión de la “los confines de la tierra”
así como “islas” (o “costas”) enfatiza de nuevo la intención de extensión del
reino de Dios y sugiere que aquí se pretende algo más que el regreso de Judá.
[6]
La convocatoria de Isaías alternaba entre las tierras lejanas y las más
cercanas. Aquellos que surcaron el mar y vivieron en las costas deben alabar a
Dios, al igual que los nómadas de Kedar en el desierto de Arabia y los que
vivieron en Sela, más tarde Petra (42:11). Dios saldría como un guerrero, y su
triunfo sobre sus enemigos era seguro, por lo que todos deberían darle gloria
(42:12–13).
Un anuncio del juicio de Dios (42:14–17)
Isaías comparó el repentino juicio de Dios sobre el mundo hasta el
comienzo del trabajo de parto de una mujer embarazada (42:14). Así como la
futura madre tiene un trabajo que hacer cuando llega el parto, el Señor
actuaría después de un período de espera.
Dios guiaría a los que confiaran en él y nunca los abandonaría (42:16). Pero
los que persistieran en la idolatría no experimentarían más que vergüenza y
devastación (42:15, 17). El que trajo arroyos en el desierto (41:18) podría
secar la tierra con la misma rapidez.
Una Acusación del Siervo de Dios (42:18–25)
Las palabras de Isaías contra el siervo de Dios (42:18–20) parecen
sorprendentes a la luz de la brillante descripción anterior del siervo (42:1–4).
¿Cómo podría el siervo en quien Dios se deleitaba (42:1) ahora ser descrito
como “ciego” y “sordo” a las cosas de Dios (42:19)? ¿Cómo podría el siervo ver
pero no prestar atención, tener oídos abiertos pero no oír nada (42:20)? Note
el cercano paralelo con el lenguaje de 6:9.
La respuesta radica en reconocer la naturaleza fluida del término “siervo”.
Isaías 41:8 designa a Israel como siervo de Dios, mientras que 42:1–9 retrata
al siervo de Dios como individuo. El pasaje actual sin duda tiene la intención
de la interpretación nacional como en 41:8.
Suponiendo que Isaías pretendiera que entendiéramos al siervo de 42:18–
20 como Israel, el flujo de los tres pasajes del siervo en Isaías 41–42 se vuelve

262
Traducido por: David Taype

claro. Es como si Dios estuviera diciendo, “Israel, eres mi siervo elegido. No


temas, porque yo estoy contigo. Sé que te sientes como un gusano, pero mi
poder te dará toda la fuerza que necesitas para cumplir mi voluntad (41:8–
14). Considera a mi siervo ideal que vendrá un día (42:1–9). Mi Espíritu lo
guiará y traerá justicia a toda la tierra. Aprende de él. Por el contrario, sigues
espiritualmente ciego y sordo (42:18–20). No estás viendo, escuchando o
aceptando completamente el plan que tengo para ti”.
Isaías confirmó la instrucción del Señor (Heb. torah , 42:21), la enseñanza a
la que el profeta había alentado anteriormente al pueblo de Dios a volverse en
lugar de a los ídolos y espíritus (8:19–20). Pero el pueblo de Dios en efecto se
había entregado a los saqueadores al persistir en su pecado (42:22).
Isaías planteó el tema crítico tan claramente como pudo (42:23–25). ¿Israel
se convirtió en saqueo por su propia voluntad o por una casualidad de la
historia? ¡Absolutamente no! Más bien, el Señor había traído juicio sobre su
pueblo por su pecado, pero ellos no se habían dado cuenta. Nadie se había
detenido a considerar que el Señor había traído su sufrimiento para volverlos
a él.

Redención de Israel de Babilonia (43:1–45:25)


Isaías 43–45 anuncia la redención de Israel de Babilonia. La restauración de
Israel vendría a través del poder de Dios, y él otorgaría a su pueblo una
bendición duradera. Su superioridad sobre los ídolos era obvia, y los
avergonzaría a ellos y a quienes los adoraban. Finalmente, restauraría a Israel
a través de Ciro, su pastor ungido. Pero en el análisis final, llamaría al mundo,
no solo a Israel, a reconciliarse con él.

La restauración de Israel mediante el poder de Dios (43:1–13)


Un mensaje de restauración parece bastante inesperado a la luz del fuerte
lenguaje de la sección anterior (42:18–25). No obstante, las palabras
introductorias “Pero ahora” vinculan el texto que sigue con los pasajes
anteriores y sugieren que el profeta está construyendo sobre su declaración
anterior, llegando al quid de su profecía. Isaías proclamó la determinación del
Señor de restaurar y reconstruir a su pueblo.
La restauración de Israel (43:1–7)
Isaías podía proclamar con confianza la capacidad de Dios para restaurar a
su pueblo, porque Dios los había creado y los había convertido en una nación

263
Traducido por: David Taype

(43:1). Una vez más, los animó a no temer, porque eran posesión de Dios, y él
los había redimido.
La presencia de Dios significaba que su pueblo podía contar con la
liberación en medio de las pruebas (43:2). Al utilizar los incendios y las
inundaciones como ejemplos extremos de las condiciones contra las cuales
prevalecería la preservación de Dios, Isaías pudo asegurar al pueblo que el
Señor también los preservaría a través de desafíos menores. Y por primera
vez en el libro de Isaías, el Señor se refirió a sí mismo como el Salvador de su
pueblo (43:3), título que volvería a aparecer (43:11; 45:15, 21; 49:26; 60:16). ;
63:8). La salvación de Dios incluyó la liberación física de Judá de Babilonia,
pero también una relación de fe personal con él.
El juicio del Señor sobre su pueblo había terminado y ahora juzgaría a otros
en su lugar (43:3–4). Reuniría a sus hijos e hijas de todas partes, y su regreso a
casa le traería gloria (43:5–7).
El poder de Dios (43:8–13)
La referencia de Isaías a “los que tienen ojos pero son ciegos” y los “que
tienen oídos pero son sordos” (43:8) es paralela a sus palabras de 42:18–19.
Dios convocó a su pueblo para dar testimonio a las naciones y pueblos que
también se congregaron a su mandato (43:9); y reiteró sus preguntas
anteriores (cf. 41:22-23, 26). ¡El dios que podía demostrar su habilidad para
guiar la historia era el único Dios verdadero!
El Señor ahora se dirigió a su pueblo espiritualmente ciego y sordo, quienes,
sin embargo, podían servir como sus testigos (43:10). Tenga en cuenta la
proximidad de la palabra "siervo", lo que puede sugerir que el papel del siervo
incluía servir como testigo. Siglos más tarde, Jesús diría a sus discípulos:
“Seréis mis testigos” (Hechos 1:8), porque ellos habían visto de primera mano
su obra salvadora.
Isaías proclamó la soberanía absoluta del Señor (43:11–13). No existía
ningún otro salvador, y él esperaba que su pueblo testificara de ese hecho. Lo
habían visto trabajar con su nación, para bendición y para juicio. Además,
ninguna otra deidad podía rescatar y salvar a los suyos como él lo había
hecho. Dichos versículos también pueden estar detrás de declaraciones
similares que encontramos en la iglesia primitiva con respecto a Jesús
(Hechos 4:12). Volvió a sonar un tema clave de Isaías 40–66: el cautiverio y el
rescate demostraron que él era Dios, porque lo había predicho.

264
Traducido por: David Taype

Bendición de Dios sobre Israel (43:14–44:8)


El anuncio de Isaías de la bendición venidera de Dios sobre Israel destacó
cuatro conceptos clave. Primero, Dios era el redentor de su pueblo, quien los
había rescatado de la esclavitud en Babilonia (43:14–21). En segundo lugar,
Israel había sido el transgresor, que había recibido su justa recompensa
(43:22–24). Tercero, el pecado de Israel había llevado a Dios a actuar como
juez (43:25–28). Cuarto, Dios se mantuvo siempre misericordioso,
extendiendo el perdón a Israel, su siervo (44:1–8).
Dios el Santo Redentor (43:14–21)
La redención de Dios de su pueblo también implicó juicio sobre Babilonia
(43:14). Los babilonios huirían a lo largo de los ríos Tigris y Éufrates en un
intento inútil de escapar. ¿Podría Dios realmente cumplir su promesa? ¡Por
supuesto! Él era Yahveh, el santo, rey de su pueblo que él había creado
(43:15).
Isaías le recordó a su pueblo la asombrosa obra de Dios durante el éxodo de
Egipto (43:16–17). Pero no debían detenerse en el pasado, porque su Señor
estaba a punto de realizar una nueva obra entre ellos (43:18–21). Su
“abriendo camino en el desierto” (43:19) recordó su provisión fiel para su
pueblo durante la peregrinación por el desierto. Los había cuidado con
ternura, y lo volvería a hacer.
Israel el transgresor (43:22–24)
Trágicamente, Israel no había llegado al punto de buscar el perdón de Dios.
No se produjo ningún grito sincero de arrepentimiento; ningún sacrificio
aparecía para implorar el favor de Dios. El pueblo había cansado al Señor con
sus pecados y ofensas. Dios estaba mucho más dispuesto a bendecirlos que
ellos a recibir esa bendición.
Dios el Juez (43:25–28)
Isaías nuevamente introdujo lenguaje legal para delinear el caso de Dios
contra su pueblo. El Señor había borrado sus pecados y transgresiones por su
propio bien . ¿El pueblo de Dios realmente pensó que era inocente ante él?
¡Absolutamente no! Más bien, Israel había sido pecador desde el principio.
En consecuencia, Isaías prometió el juicio de Dios por todo pecado (43:28).
Algunos intérpretes han leído los verbos hebreos en este versículo en tiempo
pasado, lo cual es posible, [7] aunque puede ser que Isaías esté enfatizando el
principio general del juicio continuo de Dios sobre el pecado dondequiera que
lo encuentre. [8]

265
Traducido por: David Taype

Dios el Siempre Misericordioso (44:1–8)


Isaías 44:1–8, como 43:1, comienza con las palabras “Pero ahora”, lo que
indica un vínculo con la sección anterior cuando el profeta emitió una nueva
proclamación. Todo lo que Isaías afirmó sobre el pueblo de Dios y su rebelión
en 43:22–28 era cierto, pero no obstante, Dios tenía grandes planes para los
suyos.
Una vez más, Isaías describió a Israel como el siervo escogido de Dios, que
no debe temer (44:1–2). El Señor traería bendición agrícola a través de la
provisión de agua abundante (cf. 41:18; 43:19), pero más importante aún,
derramaría su Espíritu sobre su pueblo, haciendo que su florecimiento
espiritual fuera paralelo a la bendición de la naturaleza (44:3). –4). El Espíritu
de Dios inculcaría en ellos una comprensión más profunda de la propiedad de
Dios de sus vidas (44:5). El apóstol Pablo escribiría más tarde que el Espíritu
de Dios marcaba a los creyentes como posesión de Dios mientras esperaban
su redención final (Efesios 1:13–14).
La combinación de Isaías de los nombres de Dios (“Jehová , Rey y Redentor
de Israel, Jehová Todopoderoso”, 44:6) enfatizó aún más el poder de Dios solo
para realizar estas grandes promesas. Él fue el “primero y el último”, el
principio de todo y el fin de todo (ver recuadro 14.1). El Señor desafió
audazmente a cualquier posible rival a hablar sobre el pasado o el futuro
(44:7). Sin embargo, el pueblo de Dios no debía temer—él, su roca, había
predicho todos los eventos hace mucho tiempo, y ellos fueron sus testigos
presenciales (44:8).

La superioridad de Dios sobre los ídolos (44:9–23)


A pesar del caso que Isaías había construido a favor de la absoluta
soberanía y propiedad de Dios sobre su pueblo, algunos persistieron en la
idolatría, como lo demuestra la siguiente declaración profética. Isaías usó
imágenes vívidas para ilustrar la futilidad de la idolatría (44:9–20) y recordó
al pueblo que el Señor debe ser el único centro de su adoración (44:21–23).
La vanidad de la idolatría (44:9–20)
Isaías comenzó con una denuncia general de la idolatría (44:9–11). Aquellos
que hicieron y adoraron ídolos revelaron su propia ignorancia y actuaron para
su propia vergüenza. Su trabajo y adoración no valían nada.
Luego, Isaías ilustró la futilidad de la idolatría con una descripción detallada
que incluía la creación del ídolo y terminaba con el adorador cayendo ante el
ídolo (44:12–20). La representación casi cómica trajo a casa la profundidad de
la ceguera espiritual del pueblo.

266
Traducido por: David Taype

El herrero y el carpintero trabajaron juntos en el proceso de elaboración de


los ídolos (44:12–14). El carpintero aseguró la madera del bosque, mientras
que el herrero revistió el objeto con metal. El trabajo era duro y se cansó;
¡hacer un “dios” no fue fácil! El fabricante de ídolos cocinaba su comida
usando parte de la madera como combustible, mientras se inclinaba ante la
parte que había convertido en un ídolo (44:15–17).

[Imagen no incluida por restricciones de derechos.]

Isaías denunció la increíble ceguera espiritual presente en la fabricación de


ídolos (44:18–20). Los fabricantes de ídolos pasaron por alto por completo la
verdad obvia: un árbol que sirvió como combustible para cocinar su comida
no podía tener poder espiritual sobre ellos, y adoraron una mentira que ellos
mismos habían creado (44:20).
Un recordatorio para Israel (44:21–23)
Isaías le recordó a Israel su relación especial con el Señor. Él había hecho a
Israel, e Israel era su siervo. Los había limpiado de sus pecados y los había
llamado al arrepentimiento, a volverse a él. La naturaleza, cuyos elementos los
fabricantes de ídolos habían tratado de convertir en dioses, ahora se unió en
alabanza al verdadero Dios.

La restauración de Israel a través de Ciro (44:24–45:25)


Los últimos versículos de Isaías 44 brindan otro argumento de mayor a
menor (cf. 40:12–26, 27–31). Isaías comenzó con una descripción de la
creación del universo por parte de Dios y pasó de allí a una descripción de la
redención de Dios de su pueblo a través de un rey en particular en un
momento particular de la historia.
Isaías 45 anuncia el uso especial que el Señor hizo de Ciro, rey de Persia,
como su instrumento para traer al pueblo de Dios a casa. Pero a medida que
avanza el capítulo, Isaías anuncia la invitación de Dios a todos a volverse a él y
ser salvos. El tercer tema de Isaías 40–66, “Ahora bien, Dios os redimirá por
medio de Ciro y aún por otros medios”, aparece claramente cuando Dios
proclama su llamado hasta los confines de la tierra.
El control soberano de Dios sobre Ciro (44:24–45:8)
Isaías comenzó con el panorama general (44:24). Dios había creado todas
las cosas en el cielo y en la tierra, y lo había hecho solo.
El profeta luego pasó al ámbito terrenal (44:25). La sabiduría de Dios
superó con creces la de los adivinos y los falsos profetas. Cumplió las palabras
267
Traducido por: David Taype

de sus siervos los profetas, quienes llevaron su mensaje a su pueblo (44:26).


Prometió reconstruir Jerusalén y Judá, y ahora lo haría. De hecho, cumplir esta
promesa fue una cosa pequeña en comparación con dividir las aguas durante
el éxodo (44:27). El Señor soberano haría un pastor de Ciro, un monarca
persa, y cumpliría su voluntad a través de él, incluso la reconstrucción de
Jerusalén (44:28).
Isaías anunció la palabra personal del Señor a Ciro (45:1–7). Llamó a Ciro
“su ungido”, usando la palabra hebrea mashiach , de donde proviene la palabra
“mesías”. Por lo general, en el Antiguo Testamento, el término designaba a
sacerdotes o reyes, aunque los profetas también eran ungidos (ver recuadro
14.3). La unción designaba la elección del Señor de alguien para un propósito
especial. La descripción de Ciro como “mesías” es la única vez en la Biblia que
se designa así a un gentil. Pero el Señor lo usaría —como había usado a Asiria
y Babilonia— para lograr sus propósitos, porque él era Señor no solo de su
pueblo sino del mundo entero.

Barra lateral 14.3


Usos del Término Mashíaj en el Antiguo Testamento

El siguiente cuadro da las referencias y los referentes para los usos del
término mashiach , "ungido", en el Antiguo Testamento. La mayoría de las
ocurrencias claramente denotan reyes, aunque algunas se refieren a
sacerdotes u otros. El Nuevo Testamento señala a Jesús como el mashiach (o
Mesías) supremo.
Usos de Mashíaj , “Ungido”

Sacerdotes Reyes Otro

Levítico 4:3, 1 Samuel 2:35 (sin nombre, Daniel 9:25, 26 (posiblemente


5, 16 resulta ser Saúl) el Mesías, Ciro o un
sacerdote)
Levítico 6:22 1 Samuel 12:3, 5 (Saúl) 2 Samuel 1:21 (escudo de
Saúl)
1 Samuel 16: 6 (sin nombre, 1 Crónicas 16:22 (líderes de
resulta ser David) Israel en el desierto)
268
Traducido por: David Taype

1 Samuel 24:6 (2), 10 (Saúl) Salmo 105:15 (Los líderes de


Israel en el desierto)
1 Samuel 26:9, 11, 16, 23
(Saúl)
2 Samuel 1:14, 16 (Saúl)
2 Samuel 19:21 (David)
2 Samuel 22:51 (David)
2 Samuel 23:1 (David)
Salmo 2:2 (Rey de Israel)
Salmo 18:50 (David)
Salmo 20:6 (David)
Salmo 28:8 (David, o el rey de
Israel en general)
Salmo 84:9 (Rey de Israel)
Salmo 89:38, 51 (rey de
Israel)
Salmo 132:10, 17 (David, rey
de Israel en general)
Isaías 45:1 (Ciro)
Lamentaciones 4:20 (rey de
Judá)
Daniel 9:25, 26 (posiblemente
el esías, Ciro o un
sacerdote)

Dios actuó por medio de Ciro durante tres razones. Primero, quería que Ciro
conociera su poder (45:2–3). El Señor lo había llamado por su nombre y
obraría a través de él, aunque Ciro no lo había reconocido (45:5). [9]
Segundo, Dios actuó a través de Ciro por causa de Israel su siervo (45:4).
Estaba actuando en la historia para redimir a su pueblo una vez más, y Ciro
fue su instrumento elegido.
Tercero, Dios actuó a través de Ciro para que todas las personas en todas
partes pudieran conocer al Señor como el único Dios verdadero, sin igual en

269
Traducido por: David Taype

todo el universo (45:6). Dios creó la luz y la oscuridad y trajo la paz y la


calamidad como él quiso (45:7). Llamó a los cielos para que lloviera justicia a
fin de que brotara la salvación, porque había llegado el tiempo de la liberación
(45:8).
El control de Dios sobre todo (45:9–25)
Isaías enfatizó tres cosas en esta sección final. Primero, pronunció ay contra
los desafiantes (45:9–13). El barro no cuestionó el trabajo del alfarero, y los
recién nacidos no respondieron a sus padres. ¿Cómo se atreve la gente a
cuestionar la obra del Señor soberano cuando la evidencia es tan clara? Había
creado la tierra y la controlaba y usaría a Ciro para liberar a su pueblo.
En segundo lugar, Isaías anunció la liberación del pueblo de Dios de los
extranjeros y los ídolos (45:14–17). Como había dicho antes (43:3), Egipto,
Cus y los sabeos caerían derrotados ante ellos. Los fabricantes de ídolos
experimentarían vergüenza, e Israel sería salvo para siempre.
Tercero, Isaías proclamó la unicidad de Dios (45:18–25). El Señor, el
Creador, había hablado abiertamente, nunca en secreto, y había logrado todo
lo que dijo que haría (45:18–19). Les recordó a los idólatras que sus dioses no
podían salvarlos. Solo él, el justo Salvador, tenía en sus manos el pasado, el
presente y el futuro (45:20–21).
Usando un lenguaje que la audiencia judía nacionalista de Isaías debe haber
encontrado bastante sorprendente, el profeta llamó a toda la tierra a volverse
a Yahweh y ser salvos (45:22). Toda rodilla se doblaría ante él, toda lengua
juraría lealtad, y solo en él encontrarían justicia y fuerza (45:23–24). “Toda la
descendencia de Israel” (45:25) puede incluso designar a todas las personas
que echaron su suerte con el Señor (Gálatas 3:29), [10] pero también puede
simplemente resaltar la bendición especial de Israel entre los redimidos.
La oferta universal de salvación de Isaías anticipa las instrucciones de Jesús
a sus discípulos para llegar a todas las naciones con el evangelio (Mt 28:18–
20; Hechos 1:8). Así como Isaías fue el instrumento humano del Señor para
anunciar su salvación, el Señor usa a los creyentes hoy para hacer avanzar su
reino llamando a otros a unirse a él.

Preguntas de estudio
1. Localice los pasajes que hablan de Ciro como instrumento de Dios.
2. Haz una lista de los detalles clave de Isaías 42:1–4 y compáralos con
Mateo 12. ¿Cómo entendió Mateo que Jesús estaba cumpliendo las
palabras de Isaías?

270
Traducido por: David Taype

3. Identificar textos que afirmen o demuestren la superioridad de Dios


sobre los ídolos.
4. ¿Cómo crees que la mayoría de los oyentes de Isaías en Judea
respondieron al llamado universal del profeta a la salvación (45:22–
23)? ¿Hasta qué punto los prejuicios étnicos obstaculizan la difusión
del evangelio hoy?

Términos clave
éxodo
evangelio
Septuaginta
Espíritu

271
Traducido por: David Taype

15. La caída de Babilonia


Isaías 46:1–47:15

Esquema
• Dios contra los ídolos de Babilonia (46:1–13)
Los ídolos de Babilonia son humillados (46:1–2)
La seguridad de Dios para Israel (46:3–4)
La futilidad de todos los ídolos en cualquier lugar (46:5–7)
La Unicidad de Dios (46:8–13)
• Burla contra Babilonia (47:1–15)
La vergüenza de Babilonia expuesta (47: 1–4)
Realeza de Babilonia depuesta (47: 5–7)
Revelación del duelo y el juicio de Babilonia (47:8–15)

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma la condenación de Isaías de los ídolos de Babilonia y todos


los demás ídolos (46:1–13).
2. Analice los aspectos principales de la burla de Isaías contra
Babilonia (47:1–15).

Cada vez que enseño Estudio del Antiguo Testamento, Sé que los estudiantes
harán ciertas preguntas. Siempre quieren discutir Génesis 1–2 y puntos de
vista de la creación. Siempre preguntan sobre el endurecimiento del corazón
del Faraón por parte del Señor en el libro del Éxodo. Siempre tienen preguntas
sobre las profecías mesiánicas. He ajustado la cantidad de tiempo de clase que
dedico a estos y otros temas para dar tiempo a tales preguntas, porque
anticipo que los estudiantes siempre plantearán estos problemas.

272
Traducido por: David Taype

Quizás Isaías 46–47 anticipa una pregunta que la audiencia de Isaías pudo
haber tenido. Isaías 40–45 contiene emocionantes proclamaciones del poder
de Dios y su rescate y salvación de su pueblo. Los traería a casa a través del
rey Ciro, y los planes de redención de Dios incluían incluso más que eso. Pero
los oyentes de Isaías pueden haber querido preguntar: “Isaías, si Persia nos
rescatará algún día, ¿qué pasa con Babilonia?”.
Isaías 46–47 aborda esta importante pregunta. En última instancia, Isaías le
asegura a su audiencia que Babilonia caerá. Caerá sobre Ciro, sí, pero más
significativamente, caerá porque Dios ha decretado que los días de Babilonia
han terminado.

Dios contra los ídolos de Babilonia (46:1–13)


¿Recuerda el segundo tema de Isaías 40–66? “El cautiverio prueba que Dios
es Dios, porque él lo predijo”. Anteriormente Dios había desafiado a los ídolos
y dioses falsos para probar su poder y los había mostrado impotentes. El
capítulo 46 anuncia las implicaciones lógicas de estas verdades para las falsas
deidades adoradas en el imperio babilónico.

Los ídolos de Babilonia son humillados (46:1–2)


fiesta del Año Nuevo Babilónico ( Akitu ) . [1] Este lujoso festival
normalmente duraba once días, y los ídolos de todas las principales deidades
del panteón babilónico eran llevados a Babilonia para participar en un gran
desfile (ver recuadro 15.1).
Sin embargo, el evento que Isaías describió distaba mucho de ser grandioso.
Su lenguaje burlón describió a los ídolos como encorvados, como
reverenciados, como completamente humillados (46:1). Incluso los animales
que tiraban de los carros en los que estaban los ídolos parecían sentir la carga
de su carga inútil (46:2). Los dioses no parecían gobernantes, sino botín de
guerra derrotado.
Isaías destacó solo dos de las principales deidades de Babilonia. Bel , o
Marduk , era el jefe del panteón. Nabu (Nebo) era el hijo de Bel, dios de la
escritura y la sabiduría, así como deidad patrona de los escribas. Pero estos
dioses supuestamente poderosos y sabios no pudieron detener a Ciro, y
mucho menos el propósito soberano del Señor.

La seguridad de Dios para Israel (46:3–4)


Isaías ahora se dirige al remanente del pueblo de Dios. Necesitaban
escuchar sus palabras, creerlas y vivir de acuerdo con ellas. El profeta declaró
273
Traducido por: David Taype

que Dios había creado la nación y la había sostenido hasta la madurez.


Prometió su presencia con sus hijos hasta en su vejez. Él los rescataría y los
traería a casa. Si pudo derrocar a Babilonia, podría rescatar a su pueblo.

La futilidad de todos los ídolos en cualquier lugar (46:5–7)


Las dos preguntas retóricas de Isaías (46:5) desafiaron al pueblo a
reflexionar sobre la grandeza de Dios. De ninguna manera el Señor era
comparable a los ídolos encorvados en los carros babilónicos.
Isaías le recordó a la gente la fuente de un ídolo: tenía que ser hecho por
humanos, entonces, ¿cómo podría tener poder sobre los humanos? El profeta
describió burlonamente el lamentable estado espiritual de aquellos que
gastaron su tiempo y dinero creando imágenes que no podían conmoverlas,
responderlas o salvarlas de la calamidad (46:6–7).

Barra lateral 15.1


festival Akitu (Año Nuevo) de Babilonia

El festival del año nuevo babilónico ocurría justo antes del equinoccio de
primavera, durante los primeros once días del mes de Nisannu. Sus
características básicas incluían lo siguiente:

• Se apartó tiempo para rituales de purificación y oraciones.


• Se recitó toda la Epopeya de la Creación ( Enuma Elish ), que destacaba el
lugar de Marduk como líder del panteón babilónico (algunos creen que la
epopeya fue retratada dramáticamente).
• El rey apareció y entró en el santuario interior después de que el sumo
sacerdote quitara todas las insignias reales del rey. Luego, el sacerdote
abofeteó al rey y le tiró de las orejas, lo que significa la humillación del rey
ante Marduk. En este momento, el rey confesaría su lealtad a Marduk
durante el año anterior y la juraría para el año siguiente. Después de que
el rey recibiera su insignia real nuevamente, el sumo sacerdote
abofetearía al rey nuevamente. Las lágrimas que aparecieron en el rostro
del rey mostraron su verdadero arrepentimiento y el placer de Marduk
por su humildad.
• Más tarde esa noche, el rey formalmente “tomó la mano de Marduk” en
una procesión a través de Babilonia, lo que significa aún más su lealtad,
sumisión y asociación con Marduk.

274
Traducido por: David Taype

Joan Oates , Babylon (Londres: Thames and Hudson, 1979), 175–76.

La Unicidad de Dios (46:8–13)


Isaías destacó la impaciencia del Señor con su pueblo rebelde con los tres
imperativos de 46:8. ¿Cuánto tiempo le tomaría a su pueblo comprender que
el Señor era supremo en el universo? Nadie más estuvo cerca de igualarlo.
Isaías anunció tres demostraciones de la supremacía de Dios sobre todos
los demás dioses (46:10–11). Primero, había anunciado el final desde el
principio y había predicho el futuro. Segundo, estableció sus propósitos
seguros e hizo lo que dijo que haría. Tercero, había llamado a Ciro, un “ave de
rapiña”, para cumplir su voluntad.

[Imagen no incluida por restricciones de derechos.]

Muchos judíos se negaron obstinadamente a creer que Dios los traería a


casa (46:12). Sus malas vidas contrastaron marcadamente con la justicia a la
que su Dios los llamó. Pero el Señor los animó a dejar su terquedad. Llevaría
su justicia a las mismas personas que se habían apartado de ella (46:13). No
tendrían que esperar mucho para ver su salvación.

Burla contra Babilonia (47:1–15)


Después de describir la humillación de las deidades de Babilonia y, por
tanto, aludir a la caída de Babilonia (46:1–2), Isaías enfocó su atención
profética en Babilonia nuevamente. Había anunciado el juicio de Babilonia de
manera general anteriormente en su libro (caps. 13–14). Ahora, después de
haber compartido más detalles del regreso del exilio en los capítulos 40–46,
apuntó a Babilonia con aún más palabras de juicio. De hecho, una
comparación con los capítulos 13–14 revela cuánto más personal parece el
juicio en el texto actual, con el Señor hablando directamente al enemigo que
pronto será conquistado. [2]

La vergüenza de Babilonia expuesta (47: 1–4)


Isaías comenzó la burla contra Babilonia con dos mandatos: siéntate en el
polvo y siéntate en la tierra sin trono (47:1). El primero apunta a la

275
Traducido por: David Taype

humillación y el luto de Babilonia; de hecho, una expresión similar describe


(1) al rey de Nínive durante los días de Jonás (Jon 3:6), y (2) a Job durante los
días de su aflicción (Job 2:8).
Isaías usó imágenes femeninas para describir la ciudad. La expresión
“Virgen Hija de Babilonia” (47:1) puede parecer sorprendente en vista de la
impureza espiritual de Babilonia (47:12–13). La referencia probablemente
denota que la ciudad aún no ha sido tocada por un invasor.
La expresión “Hija de los babilonios” literalmente dice “hija de los caldeos”.
Los caldeos fueron el grupo tribal que logró el dominio sobre Babilonia y, por
lo tanto, se les conoció como los babilonios. Los dos términos son básicamente
intercambiables cuando se habla de este período de la historia, aunque
“caldeos” conserva la designación étnica del pueblo.
Isaías usó el lenguaje del cautiverio para describir la suerte venidera de
Babilonia (47:2–3). El Señor sometería a los babilonios al trato vergonzoso
que habían infligido a otros. Moler harina en una piedra de molino era un
trabajo tedioso que generalmente se reservaba para los esclavos, y los
esclavos no necesitaban cubrirse con un velo o cubrir su belleza. “Desnudez” y
“vergüenza” pueden ser paralelos a las referencias de 47:2, o tal vez designar
los horrores que a veces se infligen a las mujeres cautivas (Jer 13:26–27; Ez
23:10; Na 3:5). [3]
Isaías proclamó la identidad del que avergonzaría a Babilonia (47:4). El
Señor Todopoderoso, el Santo de Israel, lograría esto. El juicio de Babilonia fue
el requisito previo necesario para la redención de su pueblo por parte del
Señor. Doxologías similares ocurren en otras partes de Isaías y especialmente
en Jeremías. [4]

Realeza de Babilonia depuesta (47: 5–7)


La oscuridad silenciosa (47:5) no era la habitación habitual de una “reina de
reinos”. Sin embargo, encajaría en Babilonia el día que Dios la depuso.
Isaías reveló la verdadera razón detrás del exilio de Judá (47:6). El exilio
vino no por el poder abrumador de Babilonia, sino por el pecado de Judá. Dios
había entregado a Judá en manos de Babilonia, pero Babilonia no había
mostrado misericordia. Babilonia fue un instrumento del juicio de Dios pero
se había excedido en sus prerrogativas por su arrogancia y orgullo (47:7).
La necia confianza de Babilonia, expresada en el pensamiento “¡Continuaré
para siempre, la reina eterna!” (47:7) estuvo acompañado de otros
pensamientos necios (47:8, 10). El Señor probaría que todos estaban
equivocados.

276
Traducido por: David Taype

Revelación del duelo y el juicio de Babilonia (47:8–15)


Años de supremacía babilónica habían establecido una sensación de falsa
seguridad en Babilonia (cf. Dn 4:29–30). De hecho, en el 539 a. C., la noche en
que los persas tomaron Babilonia, los funcionarios de Babilonia pueden haber
sido tomados totalmente por sorpresa (Dn 5). El “descansar en tu seguridad”
de la NVI (Is 47:8) transmite el matiz de complacencia y falsa confianza
aparente dentro de la capital del reino.
La arrogancia de Babilonia culminó en su jactancia: “Yo soy, y no hay otro
fuera de mí”, casi exactamente lo que el Señor había afirmado antes (45:22).
Babilonia parecía confiado en que no sufriría la viudez o el duelo; es decir,
nada desastroso le ocurriría jamás a la ciudad. Pero Isaías le aseguró a
Babilonia: “Estos dos te alcanzarán en un momento, en un mismo día” (47:9).
Comparó la devastación de Babilonia con la de una mujer cuyo esposo e hijos
murieron el mismo día.
Babilonia confiaba en muchas cosas para su seguridad (47:9–10). Sus
líderes religiosos extraviaron a la gente con actos de hechicería y adivinación.
[5] Sus sabios pensaron que su sabiduría y conocimiento triunfarían. Pero no
serían capaces de razonar o conjurar su salida del juicio que vendría pronto
(47:11).
Isaías advirtió a Babilonia que se preparara para lo inevitable (47:12–15).
Burlonamente invitó a la gente a persistir con sus hechizos y hechicerías,
como si esto los salvara. Aquellos que consultaron las estrellas no
encontrarían nada en los cielos que detuviera el juicio de Dios. No
encontrarían nada ni siquiera para salvarse a sí mismos, y mucho menos al
pueblo y al reino (47:14). Todo lo que podían hacer era esperar la destrucción.
El mensaje de Isaías a Babilonia trajo a la luz lo que todas las naciones de la
tierra necesitaban entender. Naciones gobernadas solo por la gracia de Dios, y
cuando hubieran cumplido su propósito, él las derribaría. Él juzgaría su
pecado y aquellos que erróneamente pensaron que su propia sabiduría o
fuerza habían alcanzado sus elevadas posiciones recibirían el debido castigo
por su arrogancia.
El universo tendría solo uno que quedaría para decir: "Yo soy, y no hay
nadie fuera de mí". El Señor de los Ejércitos era su nombre.

Preguntas de estudio
1. ¿Cómo muestran las palabras del profeta en 46:1–2 su familiaridad
con el festival babilónico Akitu ?

277
Traducido por: David Taype

2. Resuma la burla contra Babilonia en Isaías 47; ¿De qué pecados era
culpable la nación?

Términos clave
festival de akitu
Bel
caldeos
Enuma Elish
Marduk
Nabú

278
Traducido por: David Taype

16. Liberación y exaltación de


Israel
Isaías 48:1–52:12

Esquema
• La obstinación de Israel frente a la gracia obstinada de Dios (48:1–22)
La terquedad de Israel (48:1–5)
La gracia aún más obstinada de Dios (48:6–22)
• El Siervo del Señor y el Regreso de Israel (49:1–26)
El Siervo del Señor (49:1–7)
El regreso de Israel (49:8–26)
• Dios y Su Siervo (50:1–11)
La reprensión de Dios a Israel (50:1–3)
El testimonio del siervo (50:4–11)
La identidad del sirviente
• Estímulo a los justos (51:1–16)
Mirar al pasado (51:1–3)
Mirar hacia el futuro (51:4–6)
Mirar al presente (51:7–8)
La oración de Isaías (51:9–10)
La respuesta de Dios (51:11–16)
• Buenas Nuevas para Jerusalén (51:17–52:12)
Jerusalén la Borracha (51:17–23)
Jerusalén la Libre (52:1–6)
Jerusalén el Regocijo (52:7–12)

279
Traducido por: David Taype

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Describir las medidas persistentes de Dios para guiar y restaurar a


su pueblo (48:1–20).
2. Compare y contraste los aspectos clave de los dos pasajes del siervo
(49:1–7; 50:4–11).
3. Resalte los puntos principales del aliento de Isaías a los justos y las
buenas nuevas a Jerusalén (51:1–52:12).

Isaías 48–52 destaca más detalles de la liberación y exaltación de Israel. El


profeta de Judá continuó anunciando los emocionantes planes que Dios tenía
para su pueblo.
Algunos lucharon por creer las palabras que proclamó Isaías. Pero Isaías
animó a su pueblo, Dios no los había olvidado. Su gracia superaría su
terquedad. Su siervo ministraría entre ellos, y Dios los traería a casa. Isaías
proclamó buenas nuevas para Jerusalén, ciudad cuyo juicio estaba llegando a
su fin y cuyo día de libertad traería gran regocijo.

La terquedad de Israel frente a la gracia obstinada de Dios (48:1–22)


gracia aún más terca de Dios . Casi se podría decir que el Señor estaba
decidido a bendecir a su pueblo, quisieran o no esa bendición.

La terquedad de Israel (48:1–5)


Isaías se enfocó en tres aspectos de la terquedad de Israel. Le recordó al
pueblo su elección, detalló su pecado y proclamó su inexcusabilidad.
Elección de Israel (48:1a)
Isaías usó las expresiones “casa de Jacob”, “llamado por el nombre de Israel”
y “linaje de Judá” para enfatizar cómo Dios había escogido a su pueblo siglos
antes. Dios había establecido su alianza con Jacob y le había cambiado el
nombre por el de Israel (Gn 32, 35). El hijo de Jacob, Judá, se convirtió en el
progenitor de lo que se convertiría en el corazón del reino del sur. A la luz de
estas antiguas bendiciones, ¿por qué Judá seguiría siendo tan terco?

280
Traducido por: David Taype

El pecado de Israel (48:1b–2)


Isaías acusó a Israel de simplemente pasar por movimientos espirituales
que carecían de sustancia real. El pueblo hizo juramentos en el nombre de
Dios, y los habitantes de Jerusalén se enorgullecían de su exaltada ciudadanía.
Pero Dios era un Dios de verdad y justicia, dos virtudes de las que su pueblo
carecía gravemente.
Los hijos de Dios pueden haber jurado lealtad pública a él, pero sus
actitudes y acciones traicionaron sus corazones pecaminosos. Sus vidas
deberían haber reflejado las cualidades de su Padre celestial, tal como
deberían hacerlo hoy (1 P 1:15–16).
La inexcusabilidad de Israel (48:3–5)
Isaías declaró que Israel no tenía excusa. El Señor había advertido al pueblo
del juicio inminente una y otra vez a través de sus profetas, y luego había
actuado. Conoció sus corazones obstinados y anunció su juicio de antemano
para que no pudieran culpar a sus ídolos de su desgracia. De hecho, su
idolatría no les trajo más que problemas.
Dios también declaró estas cosas con anticipación para que el pueblo
tuviera un registro de ellas, porque conocía la dureza de sus corazones. Había
actuado de acuerdo con su carácter fiel, incluso en el juicio.

La gracia aún más obstinada de Dios (48:6–22)


A pesar de la terquedad de Israel, Isaías anunció la determinación de Dios
de bendecir a su pueblo. Al hacerlo, el profeta enfatizó cuatro aspectos de la
gracia de Dios: su paciencia, su apertura, su instrucción y su redención.
La paciencia de Dios (48:6–11)
Dios reunió al pueblo; ¿No admitirían la verdad de lo que había dicho
(48:6)? Pero luego Dios les aseguró que les revelaría cosas ocultas que no
habían conocido (48:7). Revelaría una nueva obra que estaba a punto de
realizar.
Luego, el Señor puso la situación en la perspectiva adecuada (48:8–9). Israel
había demostrado ser un rebelde desde el principio de su existencia. Sin
embargo, Dios había retenido su ira para su propia gloria y para mostrar
gracia hacia su pueblo. Por supuesto, el juicio finalmente llegó.
El exilio se había convertido en el tiempo del refinamiento de Israel (48:10–
11). Dios había usado la aflicción de su pueblo para probarlos y fortalecerlos
en sus caminos de fe. Los apóstoles Pablo y Santiago también reconocieron el
lado potencialmente bueno de las aflicciones y pruebas en la vida de los

281
Traducido por: David Taype

creyentes (Rom 5:2–4; Stg 1:2–4). En última instancia, todo sucedió para la
gloria de Dios. Él no compartiría su gloria con otro.
La apertura de Dios (48:12–16)
La declaración del Señor, “Yo soy; Yo soy el primero y yo soy el último”
(48:12), proporcionó una base sólida para lo que siguió. Dios fue el principio,
la fuente de todo lo que existió, y también fue la meta a la que apuntaba toda
la historia. Él había creado el universo, y éste respondía a su dirección (48:13).
Las generaciones vinieron y se fueron, pero Dios permaneció a través de todas
ellas (ver recuadro 14.1).
El Señor reiteró su desafío anterior (48:14). ¿Quién entre todos los ídolos
del mundo había predicho todo lo que había hecho? ¿Quién más podría
reclamar el crédito por todo esto? ¡Nadie! Ciro, el “aliado escogido” del Señor,
traería la derrota de Babilonia.
Isaías explicó que nadie debería haberse sorprendido por nada de lo que
Dios estaba haciendo (48:16). Dios no había hablado en secreto. Ahora el
Espíritu de Dios volvió a hablar a través de Isaías, confirmando todo lo que
había hecho y haría.
La instrucción de Dios (48:17–19)
Isaías enfatizó aún más la autoridad del Señor (48:17). El Señor era el
redentor de Israel, el Santo, el Dios del pacto de Israel. Este Dios santo y
redentor también fue el maestro de Israel. Él había trazado el camino que
deseaba ante ellos a través de su palabra.
El Señor lamentó el hecho de que su pueblo no lo había escuchado (48:18).
¡Qué paz y justicia habrían disfrutado si hubieran escuchado y obedecido! Su
descendencia habría sido innumerable. El pueblo de Dios necesitaba entender
que no podían obedecer selectivamente los mandamientos de Dios, sino que
debían seguirlos completamente.
La redención de Dios (48:20–22)
Note cómo en este capítulo el profeta ha ido y venido, discutiendo
alternativamente lo que Dios ha hecho y lo que Israel no ha hecho. Dios ha
predicho; Dios ha advertido; Dios ha actuado. Israel ha hecho oídos sordos;
Israel se ha negado a escuchar; Israel ha sido rebelde desde el primer día.
El gozoso anuncio de Isaías de la redención de Dios (48:20–21) recordó los
días del éxodo de Israel de Egipto, cuando el pueblo fue expulsado porque los
egipcios temían las plagas de Dios (Ex 12:31–33, 39). El profeta le recordó al
pueblo de Dios la bendición que sus antepasados habían experimentado
durante sus días en el desierto (48:21). Dios les proporcionó agua en el

282
Traducido por: David Taype

desierto y también proveyó para sus otras necesidades. Lo volvería a hacer


cuando los trajera a casa desde Babilonia.
La advertencia final del capítulo de que los impíos no tendrán paz (48:22)
contrasta fuertemente con el tono positivo del texto inmediatamente anterior.
En consecuencia, algunos eruditos han sugerido que es una glosa posterior,
aunque ninguna evidencia textual respalda esta afirmación.
Sin embargo, el versículo encaja bien si uno lo entiende como una
continuación de la imaginería del desierto que Isaías comenzó en el versículo
anterior. Durante los días de la peregrinación por el desierto, Dios mostró su
poder y cuidado por su pueblo de muchas maneras, pero muchos, sin
embargo, se negaron a depositar su fe en él. Aquellos que persistieron en su
rebelión finalmente perecieron. La advertencia de Isaías a los malvados
recordó a sus oyentes que la bendición de Dios estaba ligada a la fidelidad de
su pueblo.

El Siervo del Señor y el Regreso de Israel (49:1–26)


El tema del siervo del Señor comienza en Isaías 49. A continuación, Isaías
anuncia más detalles del regreso de Israel a la tierra. Dios los guiaría, vencería
sus dudas y vindicaría su propia causa.

El Siervo del Señor (49:1–7)


El término “siervo” aparece en el libro de Isaías cuarenta veces, treinta y
una de las cuales ocurren en Isaías 40–66. De estos últimos usos, la mayoría
vincula al siervo con Israel, aunque unos pocos designan a otros (44:26). Sin
embargo, una ocurrencia hasta el momento tuvo un cumplimiento mesiánico
(42:1–4; Mt 12:18–21). Isaías 49:1–7 se enfoca en el llamado de este siervo, el
grito de queja y la confirmación en una nueva tarea.
La Llamada del Siervo (49:1–3)
El siervo llamó a las islas y naciones lejanas para que fueran testigos de su
anuncio (49,1; cf. 41,1). Claramente, su anuncio tuvo implicaciones que se
extendieron mucho más allá de las fronteras de Israel.
Primero, el siervo describió que el llamado de Dios descansa sobre él desde
su nacimiento (lit. “desde el vientre”). [1] Dios lo había apartado desde el
principio de la vida. El siervo se unió así a otros en las Escrituras que se
mencionan específicamente como apartados para el propósito de Dios incluso
antes de que nacieran (Jer 1:4–5; Lc 1:13–17, 31–33; Gal 1:15). Por supuesto,
todos los creyentes tienen este estatus especial (Efesios 1:4-5).

283
Traducido por: David Taype

Segundo, el siervo recibió autoridad especial del Señor (49:2). Su


declaración “Hizo mi boca como una espada afilada” designa la autoridad de la
palabra del siervo. El apóstol Juan usó imágenes similares para describir la
autoridad de Jesucristo en su segunda venida (Apoc. 19:15).
Tercero, el siervo tenía un propósito especial. Una “flecha pulida” volaría
recta y fiel, libre de imperfecciones que pudieran hacer que girara durante el
vuelo. La expresión “me escondió en su aljaba” simboliza que el guerrero
guarda la flecha para el tiro correcto.
El versículo 3 parece establecer la identidad del siervo con las palabras: “Tú
eres mi siervo, Israel”. Sin embargo, otras cuestiones contribuyen a la
identificación final, como veremos más adelante.
El Clamor del Siervo (49:4)
El siervo del Señor describió su ministerio frustrante. Sentía que su trabajo
no tenía ningún propósito, tal vez porque había visto pocos resultados. La
expresión “en vano y por nada” traduce las palabras hebreas tohu y hebel .
Tohu aparece en Génesis 1:2 para describir la falta de forma de la tierra antes
de que Dios trajera un orden creado. También ocurre muchas veces en Isaías.
[2] Hebel es la palabra que aparece regularmente a través de Eclesiastés,
traducida “sin sentido” o “vanidad” (Ecl 1:2). [3]
A pesar de sus sentimientos de desesperanza, el siervo expresó su
esperanza de que el Señor le hiciera justicia. Estaba seguro de que Dios tomó
nota de su fidelidad y finalmente lo recompensaría.
La Confirmación del Siervo (49:5–7)
El Señor respondió a su siervo de una manera que probablemente lo
sorprendió. Originalmente había llamado al sirviente para “traer de vuelta a
Jacob” y “reunir a Israel” (49:5). Sin embargo, ahora expandiría el ministerio
del siervo por todo el mundo. El siervo de Dios se convertiría en “una luz para
los gentiles” y por lo tanto traería la salvación de Dios “hasta los confines de la
tierra” (49:6). El siervo pudo haber sido “despreciado y abominado” (49:7)
por muchos, pero ahora los gobernantes se inclinarían ante su mensaje al
reconocer la bendición de Dios sobre él.
Uno solo puede imaginar los pensamientos del sirviente mientras
reflexionaba sobre una tarea aún mayor. Sin embargo, había confesado el
conocimiento de la mano del Señor sobre él, por lo que sabía que podía contar
con el Señor para responsabilidades aún mayores, por más grandes que
pudieran haber surgido.

284
Traducido por: David Taype

La identidad del sirviente


Como se indicó anteriormente, las palabras de 49:3, “Mi siervo eres tú,
Israel”, no resuelven el problema de la identidad del siervo. ¿Cómo puede
Israel tener una misión para sí mismo (49:5–6)? Por esta razón, muchos
intérpretes han mirado más allá de la comprensión más simple del término
“Israel”.
Una opción es entender al siervo como el Mesías. [4] Ciertamente gran
parte del lenguaje del pasaje se ajusta a la descripción de Jesús en el Nuevo
Testamento. Primero, el claro paralelo entre la imagen de la espada de 49:2 y
Apocalipsis 19:15 se ha señalado anteriormente. En segundo lugar, el
desánimo del siervo puede ser paralelo al asombro de Jesús por la
incredulidad de la gente (Mc 6,6), así como a sus dolorosas luchas psicológicas
en el Huerto de Getsemaní y en la cruz (Mt 27,46; Lc 22,39–46; Heb. 5:7–10).
Tercero, la descripción del sirviente como “despreciado y aborrecido” (49:7)
es paralela a 53:3, así como las narraciones del Evangelio que resaltan el
rechazo de Jesús por parte de muchos. Cuarto, el concepto del siervo que lleva
el mensaje de salvación de Dios hasta los confines de la tierra encaja con el
concepto del sacrificio de Jesús, que cubre los pecados de todos los que ponen
su fe en él, así como su comisión a sus discípulos (Mt 28: 18–20; Hechos 1:8).
La evidencia bíblica también apoya la comprensión del siervo como el
remanente fiel de Israel. Durante el primer viaje misional del apóstol Pablo, él
y Bernabé testificaron de Jesús a su audiencia en Antioquía de Pisidia (Hechos
13:14–50). Se citaron a sí mismos como el cumplimiento de Isaías 49:6; Dios
los había comisionado como luz para los gentiles (Hechos 13:47). Por lo tanto,
este punto de vista sugiere que a los fieles dentro de Israel se les dio la
responsabilidad de despertar espiritualmente a su propia nación, pero Dios
también los envió a los confines de la tierra.
Una combinación de estos puntos de vista puede ser lo mejor. Tal vez
deberíamos entender que las palabras de Isaías se cumplieron en la obra de
Jesús y su iglesia, en la medida en que el libro de los Hechos sugiere que la
iglesia primitiva continuó el ministerio de Jesús.

El regreso de Israel (49:8–26)


Mientras Isaías continuaba describiendo el regreso de Israel a casa, enfatizó
tres puntos: la guía de Dios para su siervo, las dudas de Sión y la vindicación
de Dios.

285
Traducido por: David Taype

La guía de Dios para su siervo (49:8–13)


El papel del siervo incluía mediar el pacto de Dios con su pueblo (49:8; cf.
42:6). También desempeñaría un papel en la restauración y reasignación de la
tierra, así como en la proclamación de la liberación de los oprimidos (49:9).
Luego, Isaías usó imágenes de pastores para describir la bendición que
traería el día de la salvación (49:9–12). Las “ovejas” del Señor (su pueblo)
encontrarían amplios pastos y no sufrirían de hambre, sed o calor. Él los
guiaría y guiaría sus pasos. De hecho, los traería de todas partes.
Isaías llamó al cielo y a la tierra a regocijarse (49:13). El Señor consolaría a
su pueblo y demostraría gran compasión hacia ellos.
Las dudas de Sión (49:14–21)
Isaías anticipó las dudas de Sion (49:14). Setenta años de exilio habían
pasado factura. En consecuencia, muchas personas lucharon por creer que
Dios ya no se preocupaba por ellos. Se sintieron tan abandonados y olvidados
como el día que cayó Jerusalén (Lamentaciones 5:22).
Isaías trajo la respuesta de Dios (49:15). ¿Podría una madre lactante olvidar
a su bebé? ¿Podría dejar de tener compasión de su pequeño? ¡Por supuesto
que no! En primer lugar, sus pechos se hincharían de leche y sentiría la
necesidad de amamantar a su bebé para su propio alivio. Pero segundo y más
importante, el vínculo maternal que tenía con su hijo hacía que la idea de
abandonar al niño fuera impensable (ver recuadro 16.1).
Isaías luego aplicó esta ilustración de vida al cuidado de Dios por su pueblo,
llevándolo a un nuevo nivel. Todas las madres lactantes de Judá abandonarían
a sus pequeños antes de que el Señor se olvidara de su pueblo. En otras
palabras, no iba a suceder.

Barra lateral 16.1


Imágenes femeninas en Isaías 40–66

El libro de Isaías está lleno de imágenes femeninas. El profeta usa estas


imágenes para mejorar la comprensión de Dios por parte de su pueblo y su
relación con su pueblo. Considere el siguiente cuadro; es posible que desee
buscar los versículos para estudiar más a fondo el tema. [5]
Relaciones Actividades y Personas Femeninas,
Femeninas atributos femeninos Reales y Abstractas

Madre/hijo : 49:1–7, Embarazo : 44:2, 24; Naciones Humanizadas :

286
Traducido por: David Taype

14–15, 19–23; 54:1, 4; 46:3–4; 49:1, 5, 15 47:1–3, 6–9; 51:17–18;


60:4; 66:13 66:10–11

Hija/Padre : 43:6; Nacimiento : 7:14–15; Personas perversas/Líderes :


49:22; 50:1; 52:2; 60:4, 37:3; 42:14; 66:7 3:16–4:1; 57:3
14; 62:11–12

Novia/Novio : 49:18; Enfermería : 40:11; Sara : 51:1–2


61:10; 62:4–5 49:15, 22–23; 60:16;
66:11–12

Por supuesto, el anuncio del nacimiento de Emanuel (7:14–15) brinda una


de las imágenes más poderosas de Isaías.
Los usos de Isaías de estas imágenes resultan complementarios a su mayor
propósito, particularmente en los capítulos 40–66. La gran compasión
espiritual que Dios derrama sobre su pueblo enfatiza el cuidado íntimo que
Dios les da, así como su dependencia vital de él.
Las palabras de Isaías también nos hablan hoy. A través del uso de
imágenes femeninas por parte del profeta, los creyentes reconocen que la
paternidad de Dios no excluye todas las cualidades maternales. La imagen de
padre e hija, así como la imagen de marido y mujer, habla de los diferentes
aspectos de la relación familiar que Dios tiene con ellos. Finalmente, la
referencia de Isaías a Sara nos recuerda que nuestra herencia está arraigada
en ambos géneros. Las palabras del profeta alientan a los lectores de hoy a
buscar una comprensión más completa y equilibrada de Dios y de sí mismos.

Además, afirmó Isaías, el Señor había inscrito a su pueblo en sus palmas y


constantemente miraba las murallas de su ciudad (49:16). ¿Cómo podría
olvidarlos? ¡Qué seguridad! El pueblo de Dios encontró difícil la vida en la
“sala de espera” de Dios, pero él actuaría pronto.
Isaías se dirigió a la nación en 49:17–21, desafiándola a mirar a su
alrededor y ver el amanecer del día de la salvación. Sus hijos regresarían de
todas partes y se convertirían en sus ornamentos. Sus enemigos estarían lejos,
y la nación se asombraría del número de hijos (es decir, ciudadanos) que tenía
a pesar de sus días de exilio y aflicción.

287
Traducido por: David Taype

La vindicación de Dios (49:22–26)


El Señor mismo orquestaría el día de salvación de Israel (49:22). Levantaría
el estandarte para señalar la procesión a casa. Isaías continuó dirigiéndose a la
nación mientras anunciaba el día en que la realeza extranjera se inclinaría
ante Israel. Las imágenes recuerdan 2:1–4, donde el profeta describió a las
naciones que acudían a Jerusalén para aprender los caminos de Dios en los
últimos días.
Dios derrotaría a los opresores de Israel así como salvó a los suyos (49:25–
26). En ese día, todo el mundo sabría quién reinaba como Dios: ¡el Salvador, el
Redentor, el Fuerte de Jacob!

Dios y Su Siervo (50:1–11)


En Isaías 42, el profeta había contrastado al siervo ideal de Dios (42:1–9)
con su siervo descarriado actual. (42:18–20). Ahora, Isaías comenzó con una
reprensión al pueblo de Dios por sus pecados. Luego presentó al siervo de
Dios, quien describió su ministerio con sus propias palabras.

La reprensión de Dios a Israel (50:1–3)


Isaías funcionó como portavoz de Dios cuando culpó directamente a Israel
por el cautiverio (50:1). Comparó el exilio con Dios escribiendo a Israel un
certificado de divorcio por la indecencia que había encontrado en ellos (Dt 24:
1-4). Los pecados del pueblo de Israel habían creado una separación espiritual
entre ellos y su Dios.
El Señor aclaró aún más la situación (50:2–3). Fue más que capaz de salvar
a su pueblo, pero cuando los llamó, nadie respondió ni escuchó. El exilio no
vino porque los babilonios u otras potencias extranjeras se volvieron
demasiado fuertes para Dios. Más bien, el terrible precio que pagó el pueblo
de Israel se debió únicamente a su pecado.

El testimonio del siervo (50:4–11)


Isaías presentó el testimonio del siervo en primera persona, permitiendo
que el siervo hablara por sí mismo. El discurso del sirviente enfatizó tres
áreas: la fuerza del sirviente, el sufrimiento del sirviente y el desafío del
sirviente.
Primero, el siervo describió su fuerza (50:4–5). Tenía la lengua y el oído de
un discípulo. Escuchó al Señor, su maestro, quien lo instruyó sobre qué decir
en cada situación. Siguió al Señor obedientemente.

288
Traducido por: David Taype

Segundo, el siervo describió su sufrimiento (50:6–7). Fue humillado por la


causa de Dios: golpeado, burlado, escupido. Sin embargo, se mantuvo firme en
esa causa (fijó su rostro como pedernal) porque sabía que el Señor lo
sustentaría y finalmente lo reivindicaría (ver recuadro 16.2).
Tercero, el siervo describió su desafío (50:8–9). Mientras reflexionaba
sobre la protección y la vindicación de Dios, se encontró capaz de mantenerse
firme. ¿Quién podría acusarlo, quién podría acusarlo, quién podría
condenarlo? ¡Nadie que importara! El Señor Dios estaba de su lado. Siglos más
tarde, el apóstol Pablo se basaría en el desafío del siervo al describir la
posición firme de aquellos que ponen su fe en Jesús (Rom 8:31–39,
especialmente 33–34).
Luego, Isaías concluyó el capítulo con una exhortación (50:10–11). ¿Quién
entre su audiencia temía al Señor y demostró ese temor al seguir la palabra
del siervo de Dios? Solo confiando en el Señor la gente encontraría liberación
y ayuda para cada necesidad. Debían caminar en la luz espiritual que Dios
proveyó, no en su propia luz. Seguir sus propios caminos solo conduciría a la
ruina.

La identidad del sirviente


El texto no identifica al siervo de Isaías 50. Algunos intérpretes han
sugerido que el profeta se refería a sí mismo. [6] Ciertamente esto es posible.
Aunque no tenemos evidencia específica del texto de Isaías de que sufrió de
esta manera, sabemos que los profetas a veces enfrentaron abusos por sus
mensajes (Jeremías 20:1–2; 38:4–6).
Las similitudes entre las palabras del siervo y la vida de Jesús sugieren una
conexión mesiánica. Curiosamente, el Nuevo Testamento no cita 50:4–9 como
cumplido en Jesús, pero tampoco cita el anuncio de Isaías 9:6–7. Un texto
todavía puede referirse a Jesús aunque el Nuevo Testamento no lo mencione.
El sufrimiento que Jesús experimentó en su juicio, junto con su firme
resolución de mantenerse firme en hacer la voluntad de su Padre, lo
convierten en un candidato probable para el siervo.
Isaías 50:10–11 también presenta un desafío para una vida de servicio.
Isaías desafió a sus oyentes a seguir al Señor tan fielmente como lo hizo el
siervo del Señor. El siervo encontró su realización en la búsqueda de la
realización de Dios, la gloria de Dios. Nada más importaba realmente.

289
Traducido por: David Taype

Barra lateral 16.2


Seguir a Dios cuando duele

Segunda de Corintios 5:15 dice: “Y por todos murió [Jesús], para que los que
viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. Los
seguidores de Jesús tienen así nuevas órdenes de marcha. Viven para servirle,
para encajar en su plan. Él no existe para encajar en la de ellos.
A veces, seguir a Jesús significa enfrentarse a circunstancias difíciles. Una
mujer pierde su trabajo por compartir su fe, el apoyo financiero de los
misioneros se agota y deben regresar a casa, o los vecinos de una pareja los
evitan por “ser demasiado justos”. En tales circunstancias, los creyentes deben
volver a la pregunta fundamental: "¿A qué me ha llamado Dios?"
A veces, el mundo de hoy ve a los seguidores de Jesús como desconectados
o incluso locos debido a las decisiones que toman al seguir lo que perciben
como la voluntad de Dios para sus vidas. Se le puede preguntar a un médico:
"¿Por qué, cuando trabajaste tan duro para pagarte la escuela de medicina,
trabajas en una cultura en la que el pago por la cirugía es unos cuantos
racimos de plátanos en lugar de varios miles de dólares?" Otros pueden
cuestionar por qué una pareja vendería un negocio lucrativo y usaría el dinero
para pagar la matrícula de capacitación para realizar un ministerio
relacionado con la iglesia. Simplemente no tiene sentido para aquellos sin
conciencia espiritual.
Para el siervo de Isaías 50, el llamado de Dios era el tema clave. Dios lo
llamó y Dios le dio la fuerza para responder a ese llamado. Recordó la
fidelidad de Dios en el pasado y, en consecuencia, confió en él en el presente.
Probablemente Dios dará a sus seguidores oportunidades de ministerio
más significativas a medida que se muestren fieles, pero a veces llama a sus
hijos a tareas que ni siquiera ellos entienden. En tales tiempos, deben recordar
el ejemplo del siervo y optar por confiar en Dios, lo que conducirá a resultados
que lo honrarán.

Aliento a los justos (51:1–16)


Isaías 51 comienza con un triple desafío: mirar al pasado, mirar al futuro y
mirar al presente. El Señor ha hecho grandes cosas en el pasado y hará
grandes cosas por su pueblo en el futuro, para que puedan confiar en él en el

290
Traducido por: David Taype

presente. Luego sigue la oración de Isaías, junto con la respuesta de Dios a esa
oración.

Mirar al pasado (51:1–3)


Isaías ahora se dirigió a aquellos en su audiencia que querían seguir al
Señor y su justicia. Podrían recibir aliento mirando al pasado.
Isaías los llevó de regreso a sus raíces. Les recordó cómo el Señor había
creado su nación a través de una pareja de ancianos—Abraham y Sara—que
no podían tener hijos. Sin embargo, Dios los bendijo y les dio a Isaac, de quien
salieron Jacob y sus hijos. La mano de Dios sobre la nación fue evidente desde
el principio; no los dejaría ahora.

Mirar hacia el futuro (51:4–6)


Isaías también desafió a sus oyentes a mirar hacia el futuro. Primero,
describió la justicia que vendría para todas las naciones (51:4–5). La ley de
Dios se convertiría en una norma para todos los pueblos, y buscarían en él
justicia. Y los gentiles en realidad se convertirían en parte del pueblo de Dios.
Palabras proféticas como estas enfatizan nuevamente que el deseo de Dios de
alcanzar a las naciones no es exclusivamente un concepto del Nuevo
Testamento.
Segundo, Isaías llamó a todos a reflexionar sobre el poder de Dios (51:6). El
Señor había creado el cielo y la tierra, pero ambos desaparecerían un día. Su
salvación y justicia, sin embargo, durarían para siempre, al igual que aquellos
que habían puesto su confianza en él.

Mirar al presente (51:7–8)


Isaías luego trajo a su audiencia de regreso al presente. Él desafió a aquellos
que tenían la ley de Dios en sus corazones a no temer el reproche y/o la
persecución que otros traían contra ellos. Los planes de sus enemigos
quedarían en nada, pero la salvación y la justicia de Dios perdurarían. La
vindicación de los propios de Dios ciertamente vendría.
La Biblia llama al pueblo de Dios a vivir el presente a la luz del pasado y del
futuro. La obra de Dios en el pasado permite que sus hijos confíen en él para el
presente. Su fidelidad en el pasado nos permite confiar en sus promesas para
el futuro. Obtenemos ánimo para vivir para él a la luz del maravilloso futuro
que Dios está planeando. Y, sin embargo, la Biblia siempre nos llama a vivir
fielmente en el presente, desafiándonos a considerar la diferencia que la obra
de Dios en el pasado y el futuro hará en nuestras vidas hoy (2 P 3:10–11; Ap
22:17).

291
Traducido por: David Taype

La oración de Isaías (51:9–10)


Isaías le pidió al Señor que confirmara las promesas de acción que
aparecieron anteriormente en el capítulo. El profeta le pidió que demostrara
el mismo poder que había mostrado en sus victorias pasadas.
La imaginería de “Rahab” y “ese monstruo” (51,10) recuerda a Egipto y
Faraón (cf. 30,7; Sal 87,4; Ez 29,3). Al derrotar a Egipto, el Señor también
demostró su poder sobre los dioses de Egipto (Ex 12:12).
Isaías también narra cómo el Señor partió las aguas para que su pueblo
pudiera cruzar (51:10). Isaías 51:11 tiene un estrecho paralelo con 35:10, con
su edificante anuncio de los redimidos que regresan a Sión con gozo. Dios
estaba, en efecto, preparando un “segundo éxodo”.

La respuesta de Dios (51:11–16)


Isaías proclamó la respuesta de Dios. El Señor trajo consuelo a su pueblo.
¿Por qué siguieron temiendo a los humanos que los perseguían, cuando su
consolador había hecho el universo (51:12–13)?
Isaías proclamó que el tiempo de la liberación estaba cerca (51:14–16). Los
prisioneros serían puestos en libertad; Dios tenía su propia mano, y el que
había creado el universo no se olvidaría de la suya.

Buenas Nuevas para Jerusalén (51:17–52:12)


Isaías 51:17–52:12 se enfoca en proclamar buenas nuevas para Jerusalén.
Esta buena noticia describe a Jerusalén de tres maneras: Jerusalén la
borracha, Jerusalén la libre y Jerusalén la alegría.

Jerusalén la Borracha (51:17–23)


Isaías llamó a Jerusalén a despertar, a despertarse de su estupor ebrio
(51:17). Su juicio fue completo: había vaciado por completo la copa de la ira
de Dios y estaba tambaleándose por los efectos.
El concepto del cáliz de la ira de Dios es común en los oráculos proféticos
(Jer 25,15, 17, 28; Ez 23,31, 32, 33; Hb 2,16) y vuelve a aparecer en 51,22.
Beber la copa de la ira de Dios es tomar la medida completa del juicio de Dios.
Las naciones que se opusieron al pueblo de Dios también lo bebieron según el
tiempo de Dios (Ob 16). Esta imagen de la copa de la ira de Dios
probablemente fue lo más importante en la mente de Jesús cuando oró en el
Huerto de Getsemaní (Mt 26:39, 42; ver recuadro 16.3).

292
Traducido por: David Taype

La impotencia de Jerusalén era obvia (51:18). Nadie podía ayudarla, porque


todos sus hijos habían bebido de la copa (51:19–20). Todos sintieron los
efectos del juicio de Dios.

Barra lateral 16.3


Jesús y la copa de la ira de Dios

La imagen de la copa que aparece en los escritos proféticos también aparece


en la vida de Jesús en el Nuevo Testamento. Durante su ministerio terrenal,
Jesús se refirió a la copa que debe beber (Mt 20,22). En el Huerto de
Getsemaní también pidió que le quitaran la copa que estaba a punto de beber
(Mt 26,39.42). Al final, por supuesto, aceptó la voluntad de su Padre y fue a la
cruz.
La copa de la que habló Jesús probablemente también era la copa de la ira
de Dios. Más que Jesús temía el dolor físico de la muerte por crucifixión,
probablemente temía la separación espiritual de Dios el Padre que ocurriría
cuando Jesús colgara en la cruz y tomara el pecado del mundo (2 Corintios
5:21).
El Nuevo Testamento afirma que la muerte de Jesús satisfizo la justa ira de
Dios contra el pecado. En consecuencia, Dios se mantiene fiel a su carácter con
respecto a su sentido infinito de la justicia al mismo tiempo que permite que
los pecadores entren en su presencia a través del sacrificio de Jesús. De hecho,
el concepto de la copa de la ira de Dios, cuando se aplica a la muerte de Jesús,
da testimonio adicional del asombroso amor de Dios a favor de los pecadores.

Al mismo tiempo, Isaías aseguró a sus oyentes que el rescate de Jerusalén


era seguro (51:21–23). Dios “sobriaría a Jerusalén” quitando de ella la copa de
su juicio. En cambio, le daría la copa a las naciones que se habían opuesto a
Jerusalén, y se enfrentarían a su juicio.

Jerusalén la Libre (52:1–6)


Isaías anunció el día feliz en que Jerusalén volvería a conocer la libertad
(52:1–2). La liberación de Jerusalén involucró dos aspectos: quitar la
evidencia de su esclavitud, como el polvo y las cadenas, y adornarse con ropas
espléndidas como corresponde a su realeza.
El Señor tenía derecho a intervenir y redimir a Jerusalén (52:3). Él había
elegido entregar a su pueblo en cautiverio por su pecado, no porque le debía
293
Traducido por: David Taype

algo a otro reino. Por lo tanto, era su prerrogativa tomar a su pueblo y


redimirlo para su propósito.
Muchas naciones habían oprimido, burlado y menospreciado al pueblo de
Dios (52:4–5). Egipto, Asiria y Babilonia lo habían hecho por turno. Pero en el
día de la liberación, el pueblo de Dios conocería y volvería a llamar su nombre
(52:6). Dios lo había predicho, y cumpliría su predicción.

Jerusalén el Regocijo (52:7–12)


El día de la libertad de Jerusalén se convirtió en un día de regocijo. Los pies
de los mensajeros eran hermosos porque esos pies traían la noticia de la
liberación de Dios (52:7). El anuncio de paz y salvación resonó desde las cimas
de las montañas.
Los centinelas de Jerusalén fueron los primeros en ver al corredor que se
acercaba con la noticia, y juntos gritaron de alegría (52:8). El texto no nos dice
quiénes eran los centinelas. Algunos intérpretes los han conectado con los
profetas, que en otros lugares son llamados centinelas (Ez 3:17; 33:2, 7),
aunque nada aquí requiere que lo sean. Los atalayas pueden simplemente
agregar a la imagen de un corredor que lleva el mensaje de la liberación de
Dios a una ciudad que desesperadamente necesitaba escucharlo. Condujeron
al pueblo a regocijarse mientras la gloria del Señor regresaba a Sion.
El Señor ciertamente había restaurado a Sión (52:9–10). Cuando llegó el
tiempo de la salvación, el Señor “se arremangó” (lit. “desnudó su brazo”) ante
las naciones y manifestó la salvación de su pueblo ante ellas. El texto no revela
por qué el Señor quería que todas las naciones lo vieran salvar a su pueblo,
pero probablemente mostró su gloria para que ellos también pudieran un día
compartir en ella (cf. 45:22-23).
Dios llamó a su pueblo a salir de Babilonia como un pueblo puro (52:11).
Como se habían purificado en días anteriores a las grandes obras de Dios (Ex
19:10–15; Jos 3:5), el pueblo ahora debía dejar atrás todas las impurezas de
Babilonia. Los mandatos de Isaías le recordaron al pueblo que no podían
buscar plenamente la santidad de Dios y al mismo tiempo aferrarse a sus
malos caminos. [7]
Finalmente, el pueblo de Dios no dejaría a Babilonia en pánico o frenesí
(52:12). El Señor los sacaría de manera ordenada, protegiéndolos por delante
y por detrás.
De hecho, las palabras de Isaías se cumplieron al pie de la letra. El decreto
de Ciro (Esdras 1:1–4) en 539/538 a. C. hizo que Sesbasar, Zorobabel y otros
líderes judíos reclamaran los vasos del templo y se dirigieran a Judá en una
procesión ordenada (Esdras 1:5–11).

294
Traducido por: David Taype

Las palabras de liberación de Isaías anunciaron un día feliz cuando Judá


regresaría del exilio. Luego fue más allá de estas imágenes para describir al
siervo de Dios, cuya obra traería una salvación con ramificaciones mucho más
allá de la liberación de Babilonia (52:13–53:12).

Preguntas de estudio
1. ¿Qué pasos dijo Isaías que tomó el Señor para vencer la terquedad
de Israel?
2. ¿Qué temas comunes aparecen en los dos pasajes del siervo (49:1–7
y 50:4–11)? ¿Qué diferencias?
3. Explique el aliento de Isaías a los seguidores de Dios apelando al
pasado y al futuro.
4. Resuma la descripción de Isaías de Jerusalén (51:17–52:12). ¿Por
qué crees que Jerusalén recibe tanta atención en Isaías?

Término clave
gracia

295
Traducido por: David Taype

17. El Siervo Sufriente


Isaías 52:13–53:12

Esquema
• La Introducción del Siervo (52:13–15)
La Sabiduría del Siervo (52:13)
El Estatus Exaltado del Siervo (52:13)
La Aparición del Siervo (52:14)
El Siervo y las Naciones (52:15)
• El rechazo del siervo (53:1–3)
La lucha por creer en el Siervo (53:1)
Los Comienzos Ordinarios del Siervo (53:2a)
El Siervo No Tiene Apariencia Especial (53:2b)
El Siervo Enfrenta Burla y Rechazo (53:3)
• El sufrimiento del siervo (53:4–6)
El sufrimiento del siervo es sustitutivo
El sufrimiento del siervo es de Dios
• La muerte del siervo (53:7–9)
El siervo va en silencio al matadero (53:7)
El Siervo Muere por el Pueblo de Dios (53:8)
El Siervo Muere Inocente (53:9)
• El triunfo del siervo (53:10–12)
Dios Hizo al Siervo una Ofrenda por la Culpa (53:10)
El siervo verá a su descendencia (53:10–11)
El Siervo Justificará a Muchos (53:11)
El Siervo Recibe la Recompensa de Dios (53:12)
• La Identidad del Siervo
Isaías
Israel

296
Traducido por: David Taype

El remanente de Israel
Jesús el Mesías
• Jesús y el liderazgo de servicio

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Nombre los cinco puntos principales del pasaje del siervo.


2. Resuma los problemas relacionados con la identidad del sirviente.
3. Explique la evidencia del Nuevo Testamento que señala a Jesús como
el siervo.

Probablemente ningún capítulo en todo el Antiguo Testamento la profecía ha


generado tanta discusión como Isaías 53. A lo largo de los siglos, los eruditos
la han estudiado en profundidad para extraer de ella la riqueza de su mensaje.
Y más allá de eso, queda la pregunta: ¿Cuál es la aplicación del mensaje
profético al siglo XXI, si es que hay alguna?
Mientras estudiamos este importante texto, primero intentaremos discernir
sus detalles pertinentes, detalles sobre los cuales los eruditos han expresado
un acuerdo bastante consistente. Luego examinaremos tres posibles
interpretaciones y daremos una razón para cada una.
La unidad profética que comúnmente llamamos “Isaías 53” en realidad
comienza en 52:13. El pasaje contiene quince versos y se divide
simétricamente en cinco secciones de tres versos. Estas cinco secciones
describen la introducción del sirviente, el rechazo del sirviente, el sufrimiento
del sirviente, la muerte del sirviente y el triunfo del sirviente.

La Introducción del Siervo (52:13–15)


El pasaje comienza algo abruptamente siguiendo la escena del regocijo de
Jerusalén (52:7–12). La palabra hebrea hinneh , traducida como “ver” o
“mirar”, indica el comienzo de una nueva sección.

297
Traducido por: David Taype

Una tumba del primer siglo con piedra plana para bloquear la entrada de la
tumba, el tipo de tumba en la que se colocó el cuerpo de Jesús (Cortesía de
Bryan E. Beyer)

En esta sección introductoria, Isaías describió la sabiduría del siervo, el


estatus exaltado, la apariencia y la relación con las naciones.

La Sabiduría del Siervo (52:13)


Isaías dijo que el siervo del Señor actuaría sabiamente. Algunas
traducciones dicen “Mi siervo prosperará”, lo cual puede ser engañoso si
entendemos la prosperidad como una ganancia financiera. Sin embargo, la
palabra hebrea sakal típicamente describe a alguien con perspicacia,
sabiduría, conocimiento o entendimiento avanzados (41:20, “entender”; Jer
23:5, “reinar sabiamente”; Dn 1:17, “entendimiento”).

El Estatus Exaltado del Siervo (52:13)


Isaías describió al siervo del Señor como “levantado y exaltado”. Las
palabras hebreas detrás de esta expresión ( rum y nasa ', respectivamente)
son las mismas dos palabras que Isaías usó para describir la majestad del
Señor en la visión del templo (6:1). Muchos intérpretes ven este paralelo en el
texto como intencional, lo que sugiere que el sirviente es más que un ser
humano ordinario. [1]

La Aparición del Siervo (52:14)


Nuestra discusión de 52:14 involucra dos asuntos. Primero, debemos
determinar quién es el objeto del verbo “horrorizado”. En segundo lugar, el
298
Traducido por: David Taype

versículo describe la desfiguración del sirviente, presumiblemente a manos de


otros.
¿“Aterrado de ti ” o “Aterrado de él ”?
Las traducciones al inglés de 52:14 difieren ligeramente en una forma
importante. La pregunta radica en si leer el versículo “muchos se espantaron
de él ” o “muchos se espantaron de ti ”. La diferencia en las traducciones se
debe a una variación en los manuscritos que involucran dos letras hebreas
que se ven bastante similares (ver recuadro 17.1).

Barra lateral 17.1


Ilustración de “a ti” y “a él” en Isaías 52:14

Los primeros manuscritos traducen la expresión hebrea de Isaías 52:14 como


“muchos se espantaron de ti ” o “muchos se espantaron de él ”. Los estudiantes
deben recordar que el hebreo se lee de derecha a izquierda, por lo que la
pregunta se refiere a la última letra (más a la izquierda) de cada palabra. Los
tres primeros son idénticos.

‫“ עליך‬en ti” (Texto Masorético [MT], Septuaginta [LXX])


‫“ עליו‬a él” (siríaco, targum)

Las dos letras en cuestión son ‫ ( ו‬vav ) y ‫ ( ך‬kaph final ). Uno puede ver cómo
en la escritura hebrea posterior, aunque existen distinciones, las letras
pueden confundirse si están escritas a mano. En períodos anteriores de la
escritura hebrea (poco después de Isaías), la distinción entre las dos letras era
aún menos pronunciada. Un escriba pudo haber pensado que "a él" era
correcto porque todas las demás referencias en el pasaje se referían a "él". Sin
embargo, la lectura más difícil tiene el apoyo de los dos mejores manuscritos
(Texto Masorético y Septuaginta) y bien puede ser correcta. Si es así, el texto
hebreo distingue claramente al siervo de Israel.

El Texto Masorético (el más confiable manuscrito hebreo) y la Septuaginta


(la traducción griega del Antiguo Testamento) concuerdan en la lectura “tú”.
El acuerdo de estos dos testigos es una fuerte evidencia a favor de entender
“tú” como la lectura correcta. Manuscritos posteriores tienen la lectura “él”.
[2]
La NASB adopta la lectura "tú" y agrega las palabras "mi pueblo" en cursiva,
indicando así que las palabras no están presentes en el texto original, para
299
Traducido por: David Taype

aclarar cuál cree que es el significado correcto. De hecho, entender "tú" como
la lectura adecuada lleva a suponer que Isaías está distinguiendo al siervo de
Israel.
El punto de Isaías sería que así como muchos se horrorizaron por la
apariencia desfigurada de Israel en el exilio, la apariencia del siervo también
se estropeó. Por otro lado, leer “él” en 52:14 no descarta distinguir al siervo de
Israel.
La desfiguración del sirviente
Independientemente de cómo entendamos la variante textual hebrea al
comienzo del versículo, está claro que muchos estaban horrorizados por la
apariencia desfigurada del sirviente. El texto no indica cómo llegó a ser
desfigurado y estropeado el sirviente, sólo que así fue.

El Siervo y las Naciones (52:15)


Ya en los primeros versículos de este pasaje del siervo, el texto aclara que el
ministerio del siervo afecta no sólo a Israel sino también a las naciones.
El Siervo Rocía Naciones
Isaías dijo que el siervo rociaría a muchas naciones. Algunos eruditos han
debatido el uso de la palabra hebrea nazah , aquí traducida como “rociar”, y
sugirieron, con base en la lectura de la Septuaginta, que la palabra debería
traducirse como “sobresalto” o “sorpresa”. Esta teoría, sin embargo, tiene
dificultades para reconciliar el hebreo con este significado. [3]
Si de hecho la idea de “rociar” es correcta, la connotación probablemente
sea sacerdotal, ya que la palabra se usa típicamente en un sentido cultual. [4]
El siervo de alguna manera intercede en nombre de las naciones como lo haría
un sacerdote. Exactamente como lo hace esto no se revela hasta más tarde.
El Siervo Cierra la Boca de los Reyes
Isaías dijo que los reyes de la tierra cerrarían la boca a causa del siervo. A
través del ministerio del siervo, estos gobernantes llegarían a comprender
verdades que nunca habían encontrado formalmente. Mientras observaban su
vida, su comprensión inesperada los llevaría al silencio. De hecho, el siervo
tendría un gran ministerio si pudiera silenciar a los líderes del mundo.

300
Traducido por: David Taype

El rechazo del siervo (53:1–3)


Después de la asombrosa declaración de 52:15 de que el siervo silenciaría a
los gobernantes de la tierra, uno esperaría un anuncio de la aceptación
universal del siervo. En cambio, Isaías ahora describió el rechazo del siervo.

La lucha por creer en el Siervo (53:1)


Isaías hizo dos preguntas retóricas: “¿Quién ha creído a nuestro mensaje?” y
“¿A quién se ha revelado el brazo del Señor?”
Las preguntas anticipan una recepción menos que ideal para el siervo de
Dios. Si alguien respondiera las preguntas a la luz de lo que sigue, las
respuestas serían algo así: (1) “Muy pocas personas” y (2) “El brazo del Señor
(es decir, su obra) se reveló ampliamente a través del siervo, pero pocos
creían que el Señor obraría de esa manera”.

Los Comienzos Ordinarios del Siervo (53:2a)


Muchos pueden haber rechazado al sirviente debido a sus comienzos
ordinarios. No esperaban que creciera entre ellos como todos los demás. Una
planta joven no aparece repentinamente en escena; más bien, se empuja
suavemente a través de la suciedad hacia la luz. Asimismo, la llegada del
sirviente fue sencilla.
Curiosamente, la palabra hebrea traducida como “raíz” ( shoresh ) puede
vincular sutilmente al siervo con otros textos de Isaías que usan esta imagen
para describir una obra divina especial (11:1, 10; 37:31). Los humildes
comienzos del siervo no limitarían sus asombrosos logros.

El Siervo No Tiene Apariencia Especial (53:2b)


Isaías describió otra razón por la que el siervo pudo haber enfrentado el
rechazo: nada era particularmente especial en su apariencia. Nada en su
estatura naturalmente atrajo la atención. La palabra hebrea traducida como
“belleza” o “forma” ( to'ar ) designaba las características físicas de una
persona. La palabra hebrea traducida “majestad” o “grandeza” ( hadar )
designaba más una cualidad de ser.
El sirviente se destacó de ninguna manera. En consecuencia, pocos
pensaron inicialmente en él de alguna importancia.

301
Traducido por: David Taype

El Siervo Enfrenta Burla y Rechazo (53:3)


Isaías dijo que a la gente le costaba creer en el siervo debido a sus orígenes
ordinarios y su falta de apariencia o comportamiento especiales. También
describió al siervo como despreciado y rechazado.
El siervo no siguió lo que la mayoría de la gente considera como el camino
al liderazgo. Más bien, 53:3 indica más un rechazo radical por parte de la
población en general. La vida del siervo estuvo marcada por la tristeza y el
dolor emocional, y conocía bien el sufrimiento y la pena.
El hecho de que Isaías compare al siervo con “aquel de quien los hombres
esconden sus rostros” enfatiza el ostracismo del siervo por parte de aquellos
entre quienes ministraba. De nuevo, resaltó que mucha gente no lo estimaba
como alguien especial.

El sufrimiento del siervo (53:4–6)


Isaías ya había descrito el rechazo del siervo con el dolor y la tristeza
emocional que lo acompañaban. En En esta siguiente sección, el dolor físico se
agregó al sufrimiento del sirviente. Y, sin embargo, había algo diferente en ese
sufrimiento. Primero, el sufrimiento del siervo fue sustitutivo; es decir, sufrió
por los demás, no por sí mismo. Segundo, el sufrimiento del siervo en realidad
vino de la mano de Dios.

Barra lateral 17.2


Isaías 53:4–6—El sufrimiento sustitutivo del siervo

La descripción de Isaías del siervo en 53:4–6 alterna entre la obra del siervo y
la bendición resultante para el pueblo de Dios. El siguiente cuadro destaca los
numerosos enlaces.
Verso La parte del sirviente La parte de la gente

53:4 tomó nuestras enfermedades


llevó nuestras penas

53:5 fue traspasado por nuestras transgresiones


fue aplastado por nuestras iniquidades
su castigo nos trajo paz

302
Traducido por: David Taype

sus heridas somos sanados

53:6 puesto sobre él la iniquidad de todos nosotros

Estos versículos, tal vez tanto como cualquier otro en la Biblia, resaltan el
sufrimiento sustitutivo (vicario) del siervo a favor de los demás.

El sufrimiento del siervo es sustitutivo


Isaías describió el sufrimiento del siervo como sustituto. El siervo no sufrió
por su propio pecado y maldad; más bien, tomó sobre sí mismo el pecado de
los demás. Al hacerlo, trajo paz y bienestar a sus vidas. Observe los contrastes
presentados en la barra lateral 17.2.
Isaías describió al pueblo de Dios como ovejas descarriadas (53:6).
Siguieron sus propias necesidades y caminos. Pero el siervo permaneció
concentrado en su tarea, asumiendo de buena gana lo que el Señor le dio.

El sufrimiento del siervo es de Dios


Isaías agregó un giro interesante a su descripción del siervo. El sufrimiento
del siervo en realidad vino de Dios. Muchos profetas experimentaron
sufrimiento y persecución porque proclamaron audazmente la verdad de Dios
a una audiencia rebelde (1 Reyes 19:1–2; 22:26–27; Jeremías 20:1–2). Pero
este sirviente era diferente. La misma mano divina que le permitió servir
también le trajo sufrimiento.
Dos veces en esta sección, Isaías enfatizó este concepto. Primero, el pueblo
mismo de alguna manera reconoció la mano de Dios en el sufrimiento del
siervo, aun cuando él tomó sobre sí las enfermedades y dolores del pueblo
(53:4). En segundo lugar, el Señor cargó la iniquidad de todo el pueblo sobre
su siervo, aun cuando ellos se extraviaron espiritualmente (53:6).
Este concepto de sufrimiento sustitutivo a manos de Dios por los pecados
de otros es exclusivo de Isaías en el corpus profético del Antiguo Testamento.
Los siervos de Dios a veces sufrían mientras ministraban, y la mano de Dios a
veces usaba el sufrimiento como su instrumento para moldear a las personas
a su imagen. Pero ningún otro siervo o profeta sufrió realmente por los
pecados del pueblo, tomando su castigo y permitiéndoles salir libres.

303
Traducido por: David Taype

La muerte del siervo (53:7–9)


El sufrimiento del sirviente lo llevó a la muerte. Fue silenciosamente al
matadero, muriendo por el pueblo de Dios, aunque él mismo permaneció
inocente de todo mal.

El siervo va en silencio al matadero (53:7)


Isaías describió al siervo como silencioso en medio de la opresión y la
aflicción. Por lo general, las personas que tienen razón al menos tienen algo
que decir para defenderse. Incluso los huérfanos y las viudas, que a menudo
no estaban en condiciones de defenderse porque no tenían la la influencia
social necesaria, al menos trataría de hacerlo (1:17, 23). Pero el sirviente
sufrió en silencio.
Isaías describió al siervo yendo “como cordero al matadero” y silencioso
“como oveja delante de sus trasquiladores”. Lo soportó todo sin protestar.

El Siervo Muere por el Pueblo de Dios (53:8)


Cuando el siervo fue llevado a juicio, todo parecía perdido. La pregunta
“¿Quién puede hablar de su descendencia?” es nuevamente retórico,
anticipando una respuesta de "nadie". El siervo no tuvo descendencia para
continuar su nombre o su ministerio.
La expresión “tierra de los vivos” es una expresión poética común que
designa la vida. [5] En consecuencia, ser cortado de la tierra de los vivos era
morir. Ezequías se había desesperado durante los días de su propia
enfermedad porque ya no vería al Señor en la tierra de los vivientes (38:11).
Isaías agregó una nota casi entre paréntesis recordando a su audiencia que
el pueblo realmente merecía la suerte del siervo. Sin embargo, él había muerto
por sus transgresiones.

El Siervo Muere Inocente (53:9)


La muerte del sirviente resaltó dos marcados contrastes. Primero, su
muerte y sepultura estaban relacionadas tanto con hombres malvados como
con un hombre rico. Algunos comentaristas han sugerido que el paralelismo
entre malvados y ricos significa una connotación negativa para estos últimos,
aunque nada en el texto sugiere esto. Misteriosamente, el sirviente estaba
asociado tanto con los malvados como con los ricos mientras moría.
Segundo, el siervo murió por un pueblo pecador, pero murió inocente. La
palabra hebrea traducida como “violencia” es hamas , palabra que lleva

304
Traducido por: David Taype

consigo la noción de violencia injusta (Ob 10; Hb 1:2, 3). [6] El siervo no
cometió violencia ni engaño, pero murió avergonzado.

El triunfo del siervo (53:10–12)


Después de tres secciones que describen el rechazo, el sufrimiento y la
muerte del sirviente, uno no espera una sección que denote el triunfo del
sirviente. De hecho, este sirviente tomó un camino muy diferente hacia la
victoria.
Isaías anunció cuatro aspectos relacionados con el triunfo del siervo.
Primero, Dios hizo al siervo una ofrenda por la culpa . Segundo, el sirviente
vería a sus descendientes. Tercero, el siervo justificaría a muchos. Cuarto, el
siervo recibiría la recompensa de Dios.

Dios Hizo al Siervo una Ofrenda por la Culpa (53:10)


Isaías explicó la razón última detrás de la muerte del sirviente: “Fue la
voluntad del SEÑOR aplastarlo ”. Una traducción un poco más literal (NASB)
dice: " Jehová se complació en aplastarlo". De cualquier manera, el profeta
atribuye la responsabilidad final al Señor por la muerte del siervo. ¿Por qué se
deleitaría el Señor en tal acto?
Isaías también describió la vida del siervo como una ofrenda por la culpa.
[7] La Biblia usa el término “culpa” en un sentido legal. El término denota una
condición en la que los pecadores se encuentran sin importar cómo se sientan
acerca de su pecado. El concepto de culpa aquí es idéntico a su uso en nuestro
sistema legal moderno. Declarar culpable a un acusado significa que el
acusado cometió el delito y por lo tanto debe restitución. El hecho asombroso
con respecto al siervo en 53:10 es que el dar su vida proveyó restitución para
otros, no para sí mismo.

El siervo verá a su descendencia (53:10–11)


Las palabras de Isaías en 53:8 sugirieron que la generación del siervo
terminaría con el siervo. No habría descendencia próxima. Pero ahora Isaías
anunció: “Verá descendencia, y prolongará sus días” (v. 10). De alguna
manera, el siervo que murió aún vería a sus descendientes.
Además, el beneplácito o voluntad del Señor “prosperará en su mano”
(53:10). El mismo Señor que quiso que el siervo fuera aplastado ahora quiere
que prospere.

305
Traducido por: David Taype

El Siervo Justificará a Muchos (53:11)


El lenguaje legal continuó mientras Isaías describía el triunfo del siervo. El
siervo había sido despreciado, rechazado, condenado y condenado a muerte.
Pero conocería la satisfacción después de su angustia.
El siervo fue descrito anteriormente como levantado, exaltado y muy
exaltado (52:13). Ahora Isaías lo describió como el justo del Señor. El siervo
había demostrado su propia justicia a través de su voluntad de seguir
completamente la voluntad de su Señor. Ahora vio el fruto de su trabajo.
La palabra hebrea traducida “ justificar ” y la palabra hebrea traducida
“justo” provienen de la misma raíz hebrea ( tsadaq ). Nuevamente, el sentido
es legal, porque el que fue justificado fue declarado no culpable. Sin embargo,
el siervo no se justificó a sí mismo, porque era inocente (53:9). Más bien,
justificó a muchos, cuyos pecados llevó (53:12). Debido a que él cargó con sus
pecados, fueron contados no culpables. ¿Habían sido culpables? Sí. Pero ya no
más.
Isaías describió así a un siervo despreciado, rechazado y condenado a
muerte. Pero al final, el siervo obtuvo la aprobación de Dios, que en última
instancia era todo lo que importaba. A través de su fiel ministerio, el siervo se
demostró justo. El veredicto divino fue “no culpable”.

El Siervo Recibe la Recompensa de Dios (53:12)


Isaías usó el lenguaje de la batalla para describir al siervo victorioso.
Recibiría una porción con los grandes y repartiría el botín con los fuertes.
Probablemente deberíamos entender el “yo” inicial de 53:12 como Dios
hablando, registrando así la aprobación divina. Y el siervo obtuvo su victoria
derramándose hasta la muerte.
Note la cuidadosa distinción en la descripción de Isaías. El siervo “fue
contado con los transgresores”. Aunque no fue un transgresor, echó su suerte
con ellos. Además, cargó con su pecado e intercedió por ellos. Tal fue su
camino hacia la victoria.

La identidad del sirviente


Como se indicó en la introducción de este capítulo, Isaías 52:13–53:12 se
erige como uno de los pasajes más analizados y debatidos de la Biblia. Pero
después de que todo el análisis y el debate concluyen, normalmente quedan
cuatro teorías con respecto a la identidad del sirviente. El consenso es que el
siervo es Isaías, Israel, un remanente de Israel, o Jesús el Mesías.

306
Traducido por: David Taype

Isaías
Algunos eruditos han sugerido que el siervo podría ser Isaías. [8] Según este
punto de vista, Isaías estaba presentando un relato autobiográfico velado de
su ministerio profético. No tenía una apariencia especial para que nadie
pensara nada de él, y finalmente la gente lo rechazó. Él sufrió por los pecados
del pueblo y finalmente murió, pero terminó victorioso porque Dios bendijo
su ministerio y le dio su recompensa eterna.
Esta interpretación, sin embargo, falla en muchos aspectos. Las Escrituras
no dan ninguna sugerencia en otra parte de que algún profeta haya sufrido
alguna vez por los pecados del pueblo. Es cierto que los profetas sufrieron
porque su postura intransigente hacia Dios y su mensaje iba en contra de los
pensamientos y prácticas prevalecientes de sus oyentes. Pero la Escritura no
da indicios de un sufrimiento sustitutivo por el cual Isaías o cualquier otro
profeta pagó un precio en nombre de la nación.
La tradición judía también guarda un extraño silencio sobre tal punto de
vista. Sugiere que Isaías fue martirizado durante el reinado de Manasés. al ser
colocado entre dos tablas y aserrado por la mitad, pero no alude a Isaías 53 en
su descripción. La muerte de Isaías no parece haber cumplido la profecía de
ninguna manera.

Israel
Un segundo punto de vista sugiere que Israel cumplió con la descripción de
Isaías del siervo sufriente. [9] Según esta interpretación, los reyes de la tierra
(52:15) se asombraron cuando se dieron cuenta del impacto que la nación de
Israel tenía en el mundo. Isaías 53:1–12 refleja en gran medida los
pensamientos de las naciones, que veían a Israel como un siervo sufriente de
su Dios.
Las naciones estaban atónitas; ¿Quién habría creído que Israel era algo
especial? Aquí había una nación bien familiarizada con el dolor y la tristeza.
Sin embargo, llevó el pecado del mundo sobre sí mismo. El sufrimiento de
Israel condujo a la sanidad y redención de las naciones. Todas las naciones se
habían descarriado espiritualmente, y el Señor cargó su iniquidad sobre Israel.
El sufrimiento silencioso de Israel a través de todo lo que soportó de naciones
como Egipto, Asiria y Babilonia trajo esperanza y reconciliación al mundo.
Esta interpretación también falla en varios puntos. Primero, 52:14 distingue
a Israel del siervo a menos que adoptemos la variante textual con menor
apoyo (ver recuadro 17.1).
En segundo lugar, no hay ninguna sugerencia en la Biblia de que Israel o
Judá hayan sufrido alguna vez por los pecados de otras naciones. Sufrieron a
307
Traducido por: David Taype

manos de otras naciones, pero no en su nombre. Tal sugerencia contradice


totalmente 2 Reyes 17 y el libro de Lamentaciones, que claramente culpan de
las conquistas asirias y babilónicas al pecado y la infidelidad de Israel y Judá.
Sería inconsistente que Isaías, que vivió durante la época de la caída de Israel
ante Asiria, sugiriera que el vecino del norte de Judá no tenía culpa, y mucho
menos que el sufrimiento de Israel fue realmente por los pecados de otros.
Tercero, la idea de la intercesión de Israel por las naciones (53:12) a su
alrededor es inconsistente con los oráculos de Isaías contra las naciones, así
como con la acusación general que los profetas les hacen. A menos que Isaías
53:12 solo lo mencione, el Antiguo Testamento guarda silencio sobre tal
concepto.

El remanente de Israel
Algunos intérpretes han sugerido que el siervo no es Israel sino el
remanente fiel de Israel. [10] Esto tiene muchos paralelos con la vista anterior
y también tiene muchos de los mismos inconvenientes.
De acuerdo con este punto de vista, durante el tiempo del crecimiento de
Israel como nación, el remanente seguía fielmente al Señor. A medida que la
nación comenzó a desviarse espiritualmente, el remanente se mantuvo firme
en silencio. Cuando Israel comenzó a sufrir por sus pecados, el remanente fue
el que más sufrió, ya que había permanecido fiel al Señor pero tenía que
soportar los juicios de Dios. Solo más tarde Israel reflexionó sobre este hecho
y se dio cuenta de lo que había hecho el remanente.
Este punto de vista puede ver 53:1–12 como el resto de Israel hablando en
lugar de las naciones hablando, como en el punto de vista anterior. ¿Quién
habría creído que tales cosas le ocurrirían al remanente fiel?
Como se dijo, el punto de vista del remanente lucha con la misma dificultad
que el punto de vista de Israel. Especialmente notable es el problema del
remanente que supuestamente sufre por los pecados de la nación. Una vez
más, los fieles sufrieron a causa de los pecados de los demás e incluso pueden
haber enfrentado persecución por parte de los suyos, pero no pagaron el
precio de los pecados de los demás. Más gente que simplemente el remanente
se exilió después de la conquista asiria. Isaías ciertamente habla de un
remanente futuro, pero nunca sugiere que el remanente sufriera en lugar de
sus conciudadanos.

Jesús el Mesías
La iglesia cristiana desde sus inicios ha creído que Jesús de Nazaret cumplió
las palabras de Isaías con respecto al siervo. La evidencia de este punto de

308
Traducido por: David Taype

vista proviene en gran parte del mismo Nuevo Testamento y es apoyada por
los primeros cristianos y escritos judíos.

Barra lateral 17.3


Citas de Isaías 52:13–53:12 en el Nuevo Testamento

Versículo(s) de Isaías Cita(s) del Nuevo Testamento

52:15 Romanos 15:21


53:1 Juan 12:38; Romanos 10:16
53:4 Mateo 8:17
53:7–8 Hechos 8:32–33 (Septuaginta)
53:9 1 Pedro 2:22
53:12 Lucas 22:37

El uso significativo de este pasaje por parte de muchos escritores del Nuevo
Testamento proporciona un testimonio temprano del vínculo que la iglesia
primitiva hizo entre las palabras de Isaías y la vida y el ministerio de Jesús.

Evidencia del Nuevo Testamento


El Nuevo Testamento cita el libro de Isaías más de sesenta veces. Siete de
estos provienen de Isaías 52:13–53:12 (ver recuadro 17.3).
Los siete usos vinculan al siervo de Isaías con Jesús. Pablo aplicó 52:15 al
concepto de naciones que vienen a la fe en Cristo (Rom 15:21) y también
aplicó 53:1 a los judíos incrédulos, como lo hizo Juan (Jn 12:38; Rom 10:16).
Mateo asoció las obras de sanidad de Jesús con 53:4 (Mt 8:17). Lucas registró
la lectura del oficial etíope de 53:7–8 y describió la explicación de Felipe de su
vínculo con Jesús (Hechos 8:32–35). Pedro usó 53:9 para testificar de la
impecabilidad de Jesús (1 P 2:22). Finalmente, Jesús citó 53,12 al dar
testimonio de sí mismo (Lc 22,37).
Otros detalles de la vida de Jesús también encajan punto por punto con la
descripción que hace Isaías del siervo (ver recuadro 17.4). Las palabras de
Isaías describen eventos desde el comienzo del ministerio de Jesús hasta su
culminación en la resurrección. Ciertamente esto es más que una coincidencia.

309
Traducido por: David Taype

Isaías 52:13–53:12 es el cuarto y último pasaje del siervo de Isaías 40–66


(42:1–9; 49:1–7; 50:4–11; 52:13–53:12). Ya hemos señalado el vínculo entre
Jesús y 42:1–9, así como posibles vínculos mesiánicos con 49:1–7 y 50:4–11.
Por lo tanto, parece justificable considerar la noción de otro cumplimiento
mesiánico en 52:13–53:12, a pesar de otras claras referencias Isaías a Israel
como siervo (41:8; 43:10; 44:2).
El Nuevo Testamento, el registro más histórico y mejor documentado de la
vida y el ministerio de Jesús, [11] debe tomarse en serio en sus afirmaciones
sobre el cumplimiento de las palabras de Isaías por parte de Jesús. Las
personas que observaron el ministerio de Jesús de primera mano vieron en él
una conexión innegable con el siervo sufriente. Las personas pueden optar por
aceptar o rechazar su testimonio, pero no pueden negar la unanimidad del
testimonio del Nuevo Testamento.
Evidencia de los primeros escritos judíos y cristianos
Un estudio de la literatura del período de la iglesia primitiva revela
evidencia sorprendente. Como era de esperar, los padres de la iglesia ven a
Jesús como el cumplimiento de Isaías 52:13–53:12. Sin embargo, la evidencia
temprana del judaísmo también sugiere que las palabras de Isaías describen al
Mesías.
El Targum de Isaías, uno de los primeros testimonios arameos del Antiguo
Testamento hebreo, agrega de manera interesante las palabras “El Mesías”
después de las palabras “mi siervo” en 52:13. Y el Targum no se presenta
como un testigo solitario. Las autoridades judías que debatieron con los
líderes de la iglesia primitiva no creían que el Mesías fuera Jesús, pero
coincidieron en que las palabras de Isaías describían al Mesías. [12]
El primer comentarista judío conocido que sugirió que Israel podría ser el
siervo sufriente fue Rashi , que vivió en el siglo XI d.C. Rashi encontró a sus
partidarios, pero los comentaristas judíos posteriores a Rashi a veces no
estaban de acuerdo con él, discutiendo el punto de vista mesiánico pero
distinguiendo al Mesías de Jesús como lo habían hecho los intérpretes judíos
anteriores.

Barra lateral 17.4


Jesús e Isaías 53

Isaías 52:13–53:12 (a menudo llamado simplemente “Isaías 53”) forma una de


las profecías más notables del Antiguo Testamento acerca de Jesucristo. El
siguiente cuadro resume las palabras de Isaías y cómo Jesús las cumplió:

310
Traducido por: David Taype

Verso La descripción del Realización en Jesús


sirviente

52:13 Levantado, levantado, Dios lo exaltó y lo exaltará


exaltado completamente en la segunda venida
(Filipenses 2:9–11)
52:14 Apariencia desfigurada Recibió azotes en su juicio (Mt 26:67)
52:15 Rociado muchas naciones La aspersión de su sangre trae el
perdón (1 P 1, 2)
53:3 Despreciado y rechazado Muchos lo rechazaron, especialmente
los líderes (Jn 11:47-50)
53:4– Sufrido por nuestro pecado; Murió por nuestros pecados según el
6 golpeado por dios plan de Dios (1 Cor 15, 3)
53:7 Silencio ante los opresores Silencioso ante los acusadores en su
juicio (Mc 14, 60–61)
53:8 Asesinado por el pecado de Murió por nuestro pecado (2 Corintios
su pueblo 5:14–15)
53:9 Asignó una tumba con los Crucificado entre dos ladrones,
malvados y los ricos, pero enterrado en la tumba de un miembro
no hizo nada malo. del consejo rico (Mc 15: 27–28, 43–46)
53:10 la voluntad del Señor de Dios lo preparó como ofrenda por el
aplastarlo; él verá a su pecado (Rom 5, 9; 2 Cor 5, 21)
descendencia
53:12 Recibe gran galardón Recibe gran recompensa porque
porque derramó su vida derramó su vida (Filipenses 2:9–11;
Hebreos 1:3–4)

Esta evidencia es importante porque a veces uno tiene la impresión de que


el judaísmo siempre ha sostenido que el siervo es Israel, mientras que la
iglesia ha creído que el siervo es Jesús. En realidad, tanto el judaísmo como el
cristianismo parecen haber estado unidos durante un milenio al creer que
52:13–53:12 describe al Mesías. La diferencia de opinión residía únicamente
en la cuestión de la identidad específica del Mesías.

311
Traducido por: David Taype

Jesús y el liderazgo de servicio


El Nuevo Testamento y la evidencia del período de la iglesia primitiva
argumentan con fuerza que el siervo de Isaías 52:13–53:12 es Jesús de
Nazaret. Con su vida y ministerio, Jesús cumplió al pie de la letra las palabras
de Isaías.
La vida de Jesús enseña mucho sobre el liderazgo de servicio. Jesús les dijo a
sus discípulos que había venido para servir a los demás (Mc 10,45). También
contrastó el liderazgo de su día con el liderazgo de servicio que esperaba de
sus discípulos (Mt 18:25-28). En su última comida con sus discípulos antes de
su muerte, les sirvió lavándoles los pies, dándoles así un ejemplo de humildad
(Jn 13, 1-17).
Jesús modeló el liderazgo de servicio al mostrarles a los discípulos que
llevaba una vida totalmente entregada a Dios, su Padre. A través de su
rendición total, obtuvo la victoria final.
El siervo es ante todo un esclavo. Los esclavos no tienen derechos;
encuentran su realización en hacer la voluntad de su amo. El Nuevo
Testamento afirma que los creyentes se han convertido en esclavos de Dios a
través de Jesucristo (Rom 6:22). Estos creyentes-esclavos encuentran su
cumplimiento en su cumplimiento, su gozo supremo al saber que su voluntad
se hace a través de ellos. De hecho, para los escritores del Nuevo Testamento,
convertirse en esclavo de Cristo trae la mayor libertad que uno puede
alcanzar. [13]

Preguntas de estudio
1. Haz una lista de las cinco secciones principales de Isaías 52:13–
53:12.
2. Resuma los detalles de la vida y el ministerio del siervo.
3. Analice los diversos argumentos relacionados con la identificación
del sirviente.
4. ¿Por qué los escritores del Nuevo Testamento ven a Jesús como el
siervo? Cita versículos clave en tus respuestas.

Términos clave
ofrenda por la culpa
312
Traducido por: David Taype

justificar
Rashi
Tárgum

313
Traducido por: David Taype

18. Celebrando el Regreso


Isaías 54:1–59:21

Esquema
• El renacimiento de Jerusalén (54:1–17)
El mandato de celebrar el renacimiento (54:1–3)
El plan del Señor con respecto al renacimiento (54:4–10)
El establecimiento del renacimiento (54:11–17)
• Llamado a confiar en Dios (55:1–13)
Compre verdaderas riquezas (55:1–2)
Recuerda a David (55:3–5)
¡Entréguense a Dios! (55:6–13)
• Los extranjeros se unen a la familia de Dios (56:1–8)
Llamado a una vida recta (56:1–2)
Llamado a Eunucos y Extranjeros (56:3–8)
• Los pecados de Israel respondidos con la sanidad y restauración de
Dios (56:9–57:21)
Los pecados de Israel (56:9–57:13)
Dios trae sanidad y restauración (57:14–21)
• Llamado a la Verdadera Justicia (58:1–14)
Verdadero discipulado (58:1–2)
El Verdadero Ayuno (58:3–12)
La verdadera observancia del sábado (58:13–14)
• El pecado de Israel y la liberación de Dios (59:1–21)
El pecado de Israel (59:1–15a)
La liberación de Dios (59:15b–21)

314
Traducido por: David Taype

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma la descripción de Isaías del renacimiento de Jerusalén


(54:1–17).
2. Analice el desafío de Isaías de confiar en Dios y sus promesas (55:1–
13).
3. Explicar cuestiones clave relacionadas con la vida en la comunidad
del pacto de Dios (56:1–8; 58:1–14).

Hace poco asistí a una conferencia sobre con el cambio en la iglesia local. Uno
de los oradores afirmó que la mayoría de las personas de la iglesia necesitan
escuchar una idea nueva de quince a veinte veces antes de comprenderla por
completo, y mucho menos decidir adoptarla. El cambio a menudo llega
lentamente, porque las personas se sienten cómodas con la forma en que son
las cosas o han decidido conformarse con la forma en que son las cosas.
Isaías ya ha proclamado las buenas nuevas del pueblo de Dios que regresa a
su tierra de varias maneras. Dios estaba redimiendo a su pueblo, a través de
Ciro y de otras maneras. En Isaías 54–59, continuó enfatizando este
importante tema mientras aseguraba a su pueblo acerca de la asombrosa obra
venidera de Dios.

El renacimiento de Jerusalén (54:1–17)


La idea de que Jerusalén pudiera renacer después de setenta años sonaba
extraña para muchos. Sin embargo, Isaías insistió en que sucedería. Ordenó al
pueblo que celebrara el renacimiento de Jerusalén, declaró el plan del Señor
para ella y anunció su establecimiento.

El mandato de celebrar el renacimiento (54:1–3)


El mandato de Isaías de celebrar el renacimiento de Jerusalén contiene dos
aspectos importantes. La gente y la tierra estériles se volverían fértiles, y la
gente se multiplicaría.
Los estériles se vuelven fértiles (54:1)
El mandato de Isaías de que la mujer estéril celebrara introdujo una tensión
inmediata en su profecía. La esterilidad no era algo que las mujeres

315
Traducido por: David Taype

celebraran. Pero Isaías pasó rápidamente a explicar que la mujer “desolada”


(es decir, estéril) ahora tendría muchos hijos.
La comparación de la mujer desolada con “la que tiene marido” puede
aclarar el uso que hace Isaías del término “estéril”. Podría haber estado
comparando a una mujer estéril casada con una mujer casada que ya había
tenido hijos. Pero lo más probable es que estuviera usando "desolada" para
describir a una mujer divorciada. Esta interpretación concuerda con su
imaginería en 54:6. Dios estaba llevándose a Israel, la novia que él había
abandonado al exilio, de regreso.
El apóstol Pablo citó Isaías 54:1 cuando comparó a los que buscaban
hacerse justos ante Dios guardando la ley de Moisés con los que ponían su fe
en Jesucristo (Gálatas 4:27). Y así como en los días de Pablo Dios estaba
obrando de una manera que la gente no esperaba, así Isaías anunció una
nueva obra que Dios realizaría entre su pueblo. No esperaban regresar del
exilio, pero lo harían, y cuando lo hicieran, Dios los bendeciría más allá de sus
sueños.
El pueblo se multiplica (54:2–3)
Isaías instruyó al pueblo a extender sus tiendas, a expandir su territorio.
Necesitaban hacer lugar para todas las personas que Dios traería a casa y
levantaría.
Hoy algunos países hablan de limitar el crecimiento de su población. China
ha tomado medidas intencionales para hacerlo. Pero esta no era la perspectiva
de Isaías. Cuanta más gente tuviera Israel, mejor.
Las palabras “Te extenderás a derecha e izquierda” probablemente habrían
recordado a los oyentes de Isaías la bendición de Dios a Jacob en Betel (Gn
28,14). El Señor le había prometido a Jacob que su descendencia se extendería
( parat , la misma palabra hebrea) hacia el oeste, el este, el norte y el sur.
Ahora, el regreso del pueblo de Dios a la tierra llevaría a desposeer a otras
naciones y repoblar ciudades desoladas. La raíz hebrea shamam , “desolada”,
se usa tanto para la mujer (54:1) como para las ciudades (54:3), hecho que
fortalece la identidad de la mujer estéril de 54:1.

El plan del Señor con respecto al renacimiento (54:4–10)


Isaías presentó tres aspectos del plan del Señor con respecto al
renacimiento de Jerusalén. Primero, el Señor había redimido a su pueblo.
Segundo, el Señor había disciplinado a su pueblo, pero ahora esa acción
disciplinaria estaba completa. Tercero, el Señor prometió guardar a su pueblo
para siempre.

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Traducido por: David Taype

El Señor ha redimido a su pueblo (54:4–6)


Isaías animó a sus oyentes a no temer la vergüenza y la desgracia (54:4).
Introdujo dos temas que luego comentaría unos versículos más adelante: la
vergüenza de la juventud de Israel y el oprobio de la viudez de Israel.
El Señor Todopoderoso, el Santo de Israel, era el esposo de Israel. El
concepto de redención aquí (verbo heb. ga'al ) denota volver a comprar o
recuperar. En este caso, el Señor estaba llamando a la novia descarriada que
había disciplinado durante un tiempo durante el exilio. Él se había casado con
ella durante su juventud, y ella había conocido el sentimiento de viudez
durante el tiempo del exilio, pero ahora había llegado la redención de Dios.
La disciplina del Señor ahora es completa (54:7–8)
¿Por qué ocurrió el exilio? Isaías afirmó que el Señor había tratado con su
pueblo a través de un “abandono disciplinario”, un abandono que conocieron
solo brevemente en comparación con el largo tiempo que los había conocido
(54:7). Ahora los restauraría con profunda compasión.
En una “oleada de ira” (54:8), el Señor había apartado su rostro de su
pueblo. Nuevamente, Isaías agrega, “por un momento”, en contraste con el
largo tiempo que había soportado el pecado de ellos. Pero ahora, los reuniría
con “bondad eterna”.
El rico término hebreo hesed se traduce aquí como “bondad”. Ocurre más de
cien veces en el Antiguo Testamento con una amplia gama de significados.
Aquí, es paralelo a la compasión, por lo que "amabilidad" o "ternura" encajan
bien. En otros lugares , hesed denota el pacto de amor de Dios: todo lo que les
llega a sus hijos porque son su pueblo.
El Señor guardará a su pueblo para siempre (54:9–10)
Isaías recurrió al libro de Génesis en busca de una ilustración que mostraría
la magnitud de la promesa redentora de Dios (54:9). Dios hizo un pacto con
Noé después de que el diluvio destruyó a toda la humanidad excepto a Noé y
su familia (Gn 9:8–17). Prometió poner su arcoíris en las nubes como
recordatorio de que no volvería a destruir la tierra. El Señor estaba
igualmente serio ahora acerca de su compromiso con su pueblo. No los
exiliaría de nuevo.
Isaías también añadió una promesa relacionada con la naturaleza. Las
montañas y las colinas se disolverían antes de que el “amor inagotable” de
Dios —de nuevo, usó el término hesed— jamás se apartara de su pueblo. La
expresión “pacto de paz” denota un pacto cuyo rasgo principal sería un shalom
duradero . El compasivo Señor de Israel lo lograría.

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Traducido por: David Taype

El establecimiento del renacimiento (54:11–17)


El establecimiento del renacimiento de Jerusalén implicaba naturalmente el
renacimiento de la ciudad misma, que sería reconstruida. Pero no sería
realmente una ciudad sin un pueblo que la habitara. En 54:11–17, Isaías se
enfocó en estos dos aspectos del renacimiento.
La Ciudad (54:11–12)
Isaías describió la ciudad como “afligida” y sacudida como un barco acosado
por tormentas (54:11). De hecho, Jerusalén había visto su parte de aflicción.
Pero ahora el Señor reconstruiría los cimientos y los muros de su amada
ciudad con piedras preciosas (54:12).
Tal descripción es similar a la descripción del apóstol Juan de la nueva
Jerusalén (Ap 21:18–21). Quizás Isaías vio las mismas imágenes que vio Juan
en Apocalipsis, aunque Juan agregó más detalles. Sin duda, Isaías estaba
describiendo de nuevo la próxima edad de oro de paz y justicia que él mismo
había descrito en muchas ocasiones (2:1–4; 11:1–10; 35:1–10).
Israel nunca añadió piedras preciosas a los cimientos y muros de Jerusalén;
hacerlo habría provocado un ataque enemigo. Sin embargo, si Isaías estaba
describiendo el día de la venida del reino de Dios, cuando los enemigos ya no
amenazarían más a su pueblo, Jerusalén podría exhibir cualquier tipo de
ornamentación que quisiera.
El Pueblo (54:13–17)
Isaías describió al pueblo que acompañaría el restablecimiento de Jerusalén
por parte del Señor. Primero, sus hijos serían los discípulos del Señor (54:13).
Un discípulo es aquel que aprende de su maestro. Estos discípulos seguirían
cuidadosamente las instrucciones de su Dios, un compromiso que les traería
una paz duradera.
Segundo, el Señor prometió que su pueblo estaría lejos de la opresión
(54:14–17). Ninguna arma los alcanzaría, y cualquier oposición sería
rápidamente derrotada. Las promesas de seguridad significaban mucho para
las personas que tenían muchos vecinos hostiles.
Isaías cerró este capítulo con una última palabra de aliento: “Esta es la
herencia de los siervos de Jehová” (54:17) . Como se discutió en el capítulo
anterior de este libro, un sirviente es un esclavo, alguien que encuentra su
propia realización al hacer la voluntad de su amo. Israel sirvió a un amo
amoroso que se preocupaba por sus mejores intereses, conocía a su pueblo
mejor que ellos mismos y los trataba como a sus propios hijos.

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Traducido por: David Taype

Llamado a confiar en Dios (55:1–13)


A la luz de las asombrosas promesas que Isaías había anunciado en el
capítulo anterior, ahora llama a su pueblo a depositar su absoluta confianza en
Dios. ¿Cómo podrían hacer otra cosa? Les mandó comprar verdaderas
riquezas, acordarse de David, su rey más grande, y entregarse totalmente a
Dios.

Compre verdaderas riquezas (55:1–2)


Como lo había hecho en 54:1, Isaías ahora introdujo tensión en su
declaración de apertura (55:1). Invitó a sus oyentes hambrientos y sedientos a
comprar todo lo que necesitaban, ¡sin costo alguno! Incluso apeló
especialmente a aquellos sin dinero. Todos eran bienvenidos a comprar
bienes. Pero, ¿cómo podría la gente comprar bienes si no tuviera dinero?
Isaías luego recalcó su punto (55:2): “¿Por qué gastar el dinero en lo que no
es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” Las prioridades de la gente
estaban completamente al revés. Gastaron su dinero en cosas que nunca
podrían brindarles la máxima satisfacción.
Por otro lado, la oferta de Dios de una relación salvadora con ellos era
gratuita, pero les proporcionaría una satisfacción duradera. ¿Por qué
tomarían su dinero duramente ganado y tratarían de comprar la felicidad,
cuando al final descubrirían que lo que realmente importaba en la vida era
gratis?
El Nuevo Testamento alude dos veces a las palabras de Isaías. Jesús llamó a
los espiritualmente sedientos a venir a él y beber (Jn 7:37-39). Las aguas vivas
que fluirían de ellos simbolizaban la venida del Espíritu Santo. El apóstol Juan
aludía a las palabras de Isaías cuando invitaba a todos sus lectores a acercarse
a Jesús, recibiendo así “el agua de la vida gratuitamente” (Ap 22,17).

Recuerda a David (55:3–5)


Isaías desafió a sus oyentes a recordar a David, su gran rey de la antigüedad.
Necesitaban escuchar al Señor y recibir su instrucción y así recibir las
bendiciones del pacto de Dios con David.
Escucha y Vive (55:3a)
Isaías desafió aún más a sus oyentes a escuchar y vivir (55:3). Debían venir
a Dios, inclinar a él sus oídos y escuchar.
A menudo existe una gran diferencia entre oír y escuchar. Oír puede
significar simplemente la detección de sonidos. Sin embargo, escuchar suele

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Traducido por: David Taype

implicar una actitud receptiva, una toma en serio de lo escuchado. Isaías llamó
a su audiencia a oír y escuchar, a escuchar y obedecer.
Reciba las bendiciones del pacto de David (55:3b–5)
El Señor prometió un pacto eterno a aquellos que escucharon y
respondieron a su oferta (55:3). Este no era un nuevo pacto sino las
bendiciones del pacto que ya había hecho con David (2 Sm 7:8–16). La
palabra hebrea hesed aparece nuevamente aquí como en 54:8, 10. Aquí denota
el amor fiel que Dios le prometió a David. Todos los fieles recibirían ese amor.
El pasaje ciertamente tiene tintes mesiánicos. El legado de liderazgo de
David era bien conocido durante la época de Isaías, y cuando apareciera el
nuevo David (cf. 11:1), las naciones volverían a tomar nota.
Los mandamientos del versículo 5 están en singular, mientras que los
mandamientos de los versículos 1–3 están en plural. [1] Esto puede sugerir
que las palabras del versículo 5 están destinadas al nuevo David, el Mesías. [2]
Las naciones se apresurarán a él, no para hacer la paz militar, como podrían
haberla hecho con David, sino más bien para hacer su paz espiritual. Verán el
esplendor con que el Señor dotará a su pueblo elegido.

¡Entréguense a Dios! (55:6–13)


Isaías llamó a su pueblo a entregarse completamente a Dios. Necesitaban
buscarlo, maravillarse de su palabra y reclamar sus promesas.
Búscalo (55:6–7)
Primero, Isaías llamó al pueblo de Dios a buscar al Señor e invocarlo
“mientras él está cerca” (55:6). El sentimiento es muy parecido a la
admonición de Pablo a la iglesia de Corinto: “En el tiempo de mi favor te
escuché, y en el día de la salvación te ayudé” (2 Corintios 6:2). [3] Algunas
personas en la audiencia de Isaías pueden haber tenido su propio calendario
para decidir seguir a Dios, pero para Isaías, el momento era ahora.
Segundo, Isaías llamó al pueblo de Dios a un arrepentimiento total (55:7).
Necesitaban volverse del pecado a Dios. No solo era necesario cambiar la
forma de ser de las personas, sino también sus pensamientos. El profeta llamó
a su pueblo a cambiar tanto externa como internamente, porque si el corazón
no cambiara, las obras justas no durarían.
La palabra hebrea traducida como “volverse” (55:7) significa literalmente
“arrepentirse” o “volver”. [4] Para los hebreos, el arrepentimiento significaba
volverse al Dios de sus antepasados, volverse a la alianza.

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Traducido por: David Taype

Tercero, Isaías aseguró al pueblo de Dios que el arrepentido podría contar


con el perdón de Dios. Quienes se volvieran hacia él lo encontrarían dispuesto
a conceder misericordia y perdón.
Maravillarse de Su Palabra (55:8–11)
Isaías ahora expresó las propias palabras del Señor. Los pensamientos y
caminos de Dios iban mucho más allá de los de su pueblo (55:8–9). Él ya les
había ordenado que abandonaran sus propios caminos y pensamientos (55:7).
Ahora, los desafió a considerar la diferencia infinita entre sus caminos y los de
ellos.
Isaías llamó a su audiencia a poner su confianza en un Dios cuyos caminos y
pensamientos superaron infinitamente los de ellos. Ciertamente podrían
temer a tal Dios, pero ¿cómo podrían confiar en él?
La respuesta estaba en el hecho de que Dios era amoroso y digno de
confianza. No actuó arbitrariamente, como solían hacer los falsos dioses de los
pueblos vecinos. Podían contar con la consistencia de su carácter, y por lo
tanto, no importaba si no podían captar el significado de todo lo que estaba
haciendo.
Isaías comparó la palabra de Dios con la lluvia y la nieve (55:10–11). La
lluvia y la nieve regaron la tierra y produjeron muchos resultados favorables,
cumpliendo todo para lo cual Dios las envió. Asimismo, la palabra de Dios, que
envió a su pueblo por medio de sus profetas, cumpliría su propósito.
Reclama Sus Promesas (55:12–13)
Isaías concluyó su descripción del día de la salvación con imágenes vívidas.
La paz y el gozo acompañarían al pueblo de Dios, y mientras salían, Dios los
guiaría (55:12).
Toda la naturaleza se regocijaría también. El día sería como si las montañas
y los cerros gritaran junto con la gente, y los árboles sumaran sus aplausos.
Claramente, Isaías estaba usando un lenguaje figurado para describir la
renovación de la naturaleza.
La obra de Dios será tan evidente que dará testimonio del nombre de Dios
(NVI “renombre” capta bien el sentido). El uso adicional de la palabra “señal”
(heb. ' ot ) enfatiza aún más el alcance milagroso de la renovación de la nación.
Las palabras de Isaías no pretendían representar el regreso del exilio. Más
bien, miraron hacia el día en que Dios anunciaría su reino eterno. Sólo en ese
día su obra sería tan evidente, tan deslumbrante, tan completa. La naturaleza
se regocijaría y también el pueblo de Dios.

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Traducido por: David Taype

Los extranjeros se unen a la familia de Dios (56:1–8)


El anuncio de Isaías de que los extranjeros se unirían a la familia de Dios
debe haber sorprendido y tal vez incluso enojado a muchos en el Israel
etnocéntrico. Una cosa era sugerir que las naciones algún día obtendrían
bendiciones de su relación con el pueblo de Dios, pero otra muy distinta era
afirmar que estarían ante Dios en pie de igualdad espiritual. Pero esta no era
la primera vez que Isaías proclamaba tal idea, y no sería la última.
Isaías primero llamó a su pueblo a una vida justa a la luz de su relación con
Dios. Luego aseguró a los extranjeros y eunucos que Dios no los había
olvidado y que, de hecho, los bendeciría más allá de sus esperanzas.

Llamado a una vida recta (56:1–2)


Isaías desafió a su pueblo a practicar la justicia y la rectitud (56:1).
Necesitaban vivir a la luz de la salvación venidera de Dios. Las palabras del
profeta son paralelas a los desafíos de Juan el Bautista y de Jesús para
prepararse para la llegada inminente del reino de Dios (Mt 3,2.17).
Isaías pronunció bendición sobre los que se guardaron del mal, pero
también destacó la observancia del sábado como una mención especial
(56:2). Lo volvería a hacer más tarde (56:4, 6; 58:13–14). ¿Por qué Isaías
destacaría la observancia del sábado?
Probablemente Isaías mencionó la observancia del sábado porque
claramente tipificaba un estilo de vida de pacto. Uno se abstuvo del mal pero
también fue cuidadoso en observar los otros mandamientos de Dios. Dejar de
trabajar un día de cada siete proporcionó un testimonio obvio para todos los
que estaban a su alrededor.

Llamado a Eunucos y Extranjeros (56:3–8)


Isaías ahora destacó dos grupos: eunucos y extranjeros. Aunque tenían
razones diferentes, ambos grupos creían que no disfrutarían de la bendición
duradera de Dios en la misma medida que otros lo harían.
Palabra a los eunucos (56:3–5)
Isaías les dijo a los eunucos que no se desanimaran. Dios recompensaría su
fidelidad. Isaías describió lo que Dios estaba buscando: observar el sábado,
escoger lo que Dios complacía, aferrarse a los detalles del pacto (56:4). Tales
seguidores fieles recibirían un nombre eterno que no desaparecería. Los
eunucos no producirían familias terrenales, pero disfrutarían de todas las
bendiciones de la familia celestial de Dios (ver recuadro 18.1).

322
Traducido por: David Taype

Palabra a los extranjeros (56:6–8)


Isaías describió a los fieles extranjeros (56:6). Sirvieron al Señor y amaron
su nombre. Evitaron profanar el sábado y mantuvieron su pacto.

Barra lateral 18.1


La soltería y el cristiano

Las palabras de aliento de Isaías a los eunucos (56:3–5) subrayan un principio


espiritual importante: la bendición y la aprobación de Dios superan cualquier
otra cosa en la vida. En los días de Isaías había hombres que por su
deformidad física no podían tener relaciones sexuales. A otros (p. ej., los
superintendentes del harén real) se les hizo eunucos específicamente para
evitar que tuvieran relaciones sexuales.
En una sociedad donde los descendientes preservaban el nombre de la
familia y aseguraban el futuro de uno, los eunucos bien pueden haber sentido
que no tenían nada significativo que anticipar mientras contemplaban su
futuro. Sin embargo, Isaías les aseguró que Dios les daría un nombre y un
lugar de honor en su futuro reino.
Jesús discutió el tema del celibato en Mateo 19:10–12. Acababa de
proclamar un alto estándar para el matrimonio y la fidelidad conyugal (Mt 19,
3-9), y el asombro de sus discípulos se reflejó en su comentario: “Si esta es la
situación entre marido y mujer, es mejor no casarse. (Mt 19,10). Jesús
respondió de la siguiente manera:

No todos pueden aceptar esta palabra, sino sólo aquellos a quienes les ha
sido dada. Porque unos son eunucos porque así nacieron; otros fueron
hechos así por los hombres; y otros han renunciado al matrimonio por
causa del reino de los cielos. El que puede aceptar esto debe aceptarlo. (Mt
19, 11–12)

Jesús no estaba diciendo que todos deberían elegir la soltería. Dijo que
algunos pueden optar por permanecer solteros para que su atención y energía
puedan dedicarse más completamente a buscar a Dios y su reino. De hecho, las
palabras de Jesús en el versículo 12 parecen recomendar tal elección.
El apóstol Pablo también abordó el tema del matrimonio y la soltería en 1
Corintios 7. Afirmó que la mayoría de las personas se casan, y que si así lo
deciden, no pecan (1 Corintios 7:36), pues cada uno tiene su propio don. del
Señor (1 Cor 7, 7). Sin embargo, Pablo advirtió a las personas casadas o con la
intención de casarse que el matrimonio presenta desafíos especiales y
323
Traducido por: David Taype

también divide la atención de uno entre el Señor y el cónyuge (1 Cor 7:28, 32–
34). También sugirió que la soltería brindaba la libertad de servir al Señor sin
reservas.
Al final, aunque Pablo encontró gran gozo en la soltería (1 Cor 7:7, 40), instó
a todos los creyentes a vivir contentos en cualquier estado en que Dios los
llamara (1 Cor 7:17, 24). Aunque vivimos en un mundo donde la mayoría de
las personas se casan, la Biblia describe la soltería como un estado con un
gran potencial para el reino.

La fidelidad era más importante que el linaje (ver recuadro 18.2). El Señor
los llevaría a su monte santo y los bendeciría con una presencia en los atrios
del templo (56:7). El Señor estaría muy complacido con los sacrificios que
ofrecieran. Dios deseaba que su casa fuera llamada casa de oración por todas
las naciones. Reuniría a otros además de los que ya había reunido (56:8).
Jesús hizo uso de las palabras de Isaías y Jeremías cuando expulsó a los
cambistas del área del templo (Mt 21:13; Mc 11:17; Jer 7:11). El Señor
deseaba que su templo fuera un lugar de oración, pero lo habían convertido en
una cueva de ladrones.

Los pecados de Israel respondidos con la sanidad y restauración de Dios


(56:9–57:21)
Isaías denunció los pecados de Israel. No obstante, Dios traería sanidad y
restauración. Aquellos que lo buscaban verían el día de la bendición.

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Traducido por: David Taype

Escalones que se acercan a la entrada sur del Monte del Templo (Cortesía de
Todd Bolen/BiblePlaces.com)

Los pecados de Israel (56:9–57:13)


Isaías dijo que su pueblo era culpable de ceguera espiritual, injusticia e
idolatría. Estas tres categorías de pecado a menudo van juntas. La ceguera
espiritual conduce a la injusticia porque la gente no se da cuenta de que la ley
moral de la humanidad está arraigada en la naturaleza justa de Dios. La
idolatría surge cuando las personas tratan de hacer a Dios a su propia imagen,
en lugar de darse cuenta de que están hechos a la imagen de Dios.
Ceguera espiritual (56:9–12)
Isaías denunció la ceguera espiritual de Israel. Dios había advertido en otra
parte que traería animales salvajes contra su pueblo. Isaías llamó ahora a las
bestias del campo y de los bosques para que vinieran a devorar al pueblo
(56:9).
El término “atalayas” (56:10) probablemente designaba a los profetas, pero
es posible que se refiriera a los líderes en general. Los que montaban guardia
eran como perros mudos, incapaces de hacer sonar la alarma y advertir a los

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Traducido por: David Taype

demás de la aproximación de un enemigo. Los perros a los que les encantaba


dormir no eran buenos perros guardianes.
Los perros y los pastores tenían una cosa en común: buscaban su propio
beneficio, no el bienestar de su rebaño (56:11). Estos últimos se entretuvieron
con bebidas fuertes y se aseguraron de que las circunstancias de la vida nunca
cambiarían para ellos (56:12). Tal actitud condujo a su agenda egoísta. Pronto
descubrirían que Dios, de hecho, estaba haciendo algo nuevo entre su pueblo.
Injusticia (57:1–2)
Isaías denunció la injusticia que reinaba en la sociedad. Las personas justas
no solo sufrieron e incluso murieron injustamente, sino que nadie pareció
darse cuenta (57:1). La apatía generalizada permitió que los opresores
obtuvieran el control total.
No obstante, Isaías insinuó la esperanza que aguardaba a los que morían
injustamente (57:2). Conocerían la paz de Dios y encontrarían descanso. Esto
difícilmente puede ser simplemente una referencia a la tumba, sino más bien
un recordatorio de una vida venidera en la que Dios corregirá todos los
errores.
Idolatría (57:3–13)
Isaías también denunció la idolatría del pueblo. Los describió como hijos de
hechicería, adulterio y prostitución, rebeldes y mentirosos (57:3–4). Ellos
continuaron el pecados de generaciones pasadas.

Barra lateral 18.2


Fidelidad sobre la línea de sangre

Gran parte de la historia del Antiguo Testamento se centra en la nación de


Israel. Dios llamó a Abraham de Ur y lo llevó a una tierra que Abraham no
conocía. Luego, Dios le dio un hijo después de probar la fe de Abraham
durante casi veinticinco años. De Abraham y Sara vino Isaac, y de Isaac y
Rebeca nacieron Esaú y Jacob. Dios cambió el nombre de Jacob a Israel, y al
hacerlo, Dios definió a su nación escogida.
No obstante, la Biblia da muchos ejemplos de no israelitas que encontraron
el favor de Dios. Jetro, el suegro de Moisés, sirvió al Señor como sacerdote de
Madián antes del llamado de Dios a Moisés (Ex 3:1). Rahab, la prostituta de
Jericó, se unió al pueblo de Dios y puso su fe en Dios, y Dios le perdonó la vida
(Josué 2:8–11; 6:22–25; Hebreos 11:31). Más tarde se convertiría en

326
Traducido por: David Taype

antepasada de Jesús (Mt 1,5). Asimismo Rut, la mujer moabita, afirmó su fe en


Dios y pasó a formar parte de la comunidad de Belén y otra antepasada de
Jesús (Mt 1,5). A través del testimonio de su esclava hebrea, Naamán el sirio
fue conducido a Eliseo, quien lo curó de su lepra (2 Reyes 5:1–14). Y el
capítulo final de Isaías confirma la proclamación de Dios de su gloria a todas
las naciones y su elección de sacerdotes de todas las naciones (Is 66:19–21).
El Nuevo Testamento también afirma la importancia de la fidelidad sobre el
linaje. Jesús afirmó la fe de los no israelitas durante su ministerio público (Mt
15,28; Lc 7,9; 17,17-19). Pablo escribió que el verdadero judaísmo era un
asunto del corazón (Rom 2:28–29; 9:6). Y el libro de Efesios anuncia como
punto central el hecho de que Jesús, con su muerte, derribó el muro de
hostilidad que existía entre judíos y gentiles para poder redimirlos en un solo
cuerpo, la iglesia (Efesios 2:14-16). ). Los redimidos de todas las edades, que
provienen de todas las etnias del mundo, comparten una salvación común en
Cristo (Ap 7, 9–10).

El profeta describió la maldad de los idólatras (57:5–10). Su lujuria ardió


por todas partes, y sacrificaron a sus hijos a dioses falsos. Construyeron
lugares de adoración en las colinas de todo el país e incluso trajeron ídolos y
otros símbolos paganos a sus hogares (57:7–8).
La imaginería sexual de 57:8 probablemente sugiere que los ritos de
fertilidad eran parte de la idolatría del pueblo. El pueblo había abandonado su
verdadero amor, el Señor Yahvé, para adorar ídolos (un tema dominante del
profeta Oseas). Isaías dijo que el pueblo se había desgastado con toda su
idolatría (57:10), pero no se arrepentiría.
El Señor preguntó por qué la gente no le temía (57:11). Prometió juicio
sobre ellos, y cuando llegara, los dejaría clamar a sus ídolos por liberación,
una liberación que no vendría (57:12). Una vez más, el Señor ofreció
esperanza a los que se unieron a él (57:13).

Dios trae sanidad y restauración (57:14–21)


La descripción de Isaías de Dios trayendo sanidad y restauración tenía
cuatro fases. Primero, el Señor construiría una carretera para llevar a su
pueblo a casa. En segundo lugar, aclararía la naturaleza y la intención de su
juicio. Tercero, proclamaría la restauración misma. Cuarto, advertiría a los
impíos que no tendrían paz aparte de él.

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Traducido por: David Taype

La Carretera de Dios Construida (57:14)


Isaías funcionó como capataz de construcción, dando órdenes para
construir la carretera de Dios. Cada obstáculo necesitaba ser despejado para
que su gente pudiera tener un lugar tranquilo al cual regresar. El lenguaje
recuerda otras imágenes de carreteras de Isaías (35:8; 40:3–4). Uno puede
apreciar mejor la magnitud de este logro cuando comprende la naturaleza
accidentada de la topografía de Israel.
El juicio de Dios es temporal (57:15–17)
Isaías describió el marcado contraste entre la naturaleza de Dios y la
expectativa de Dios para la humanidad (57:15). El Señor era alto y exaltado,
temible y santo, pero habitaba con los contritos y humildes de espíritu. Buscó
específicamente a aquellos que se humillaban y reconocían su necesidad de
Dios. Él les daría fuerza para vivir. como esperaba.
El juicio de Dios fue una respuesta al pecado persistente del pueblo. No
obstante, aseguró a su pueblo que su ira no permanecería (57:16–17).
Se acerca la restauración de Dios (57:18–19)
Isaías describió la restauración que Dios estaba trayendo. Él los sanaría,
guiaría y consolaría (57:18). Los que lloraban lo alababan y recibían su paz y
sanidad (57:19).
Advertencia para los malvados (57:20–21)
Isaías cerró el capítulo con una advertencia solemne para los impíos. Los
que persistieron en su maldad no tenían esperanza de participar en el gran día
de la restauración.
Isaías describió a los impíos como el mar inquieto, cuyas olas continuaron
agitando y arrojando lodo (57:20). No tenían un fundamento espiritual sobre
el cual apoyarse. Además, no recibirían la paz que Dios prometió a los que lo
seguían (57:21).
Isaías 40–66 contiene veintisiete capítulos. Al final de cada unidad de nueve
capítulos (48, 57, 66), el profeta anuncia una advertencia a los malhechores,
[5] aunque también lo hace en otros lugares. El profeta proclamó un gran día
de restauración para el pueblo de Dios, pero también les recordó que Dios
requiere que su pueblo responda a su gracia con arrepentimiento y fe. Gran
bendición le esperaba al pueblo de Dios, pero no a los que persistían en el mal.

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Traducido por: David Taype

Llamado a la verdadera justicia (58:1–14)


Isaías llamó a su pueblo a mostrar la verdadera justicia. Quería que sus
vidas reflejaran la imagen de su Dios.
En el capítulo 58, Isaías abordó tres aspectos de la verdadera justicia: el
verdadero discipulado, el verdadero ayuno y la verdadera observancia del
sábado.

Verdadero discipulado (58:1–2)


El verdadero discipulado siempre implica aprender y seguir. Un discípulo
aprende del maestro y sigue al maestro. Alguien que solo aprende pero no
aplica el aprendizaje para el cambio de vida no es un verdadero discípulo.
Isaías anunció el estado pecaminoso de Jacob. Las palabras clave fueron
“parecer ansioso” (58:2; NASB “deleite”), que aparecen dos veces. El pueblo
consultó a su Dios y quiso conocerlo y estar cerca de él. Pero los siguientes
versículos dejan en claro que ellos no estaban tan listos para seguirlo de
corazón.

El Verdadero Ayuno (58:3–12)


El pueblo se quejó porque Dios no estaba respetando su ayuno (58:3). Se
abstuvieron de comer y se humillaron (al menos así lo creían), pero Dios no
parecía impresionado.
Isaías explicó la razón por la cual Dios no honró el ayuno del pueblo (58:3–
4). No se produjo ningún cambio en el corazón. El pueblo siguió explotando a
sus trabajadores y discutiendo, sin duda intensificada su nerviosismo por el
hambre y la frustración por la falta de respuesta de Dios. Tal situación nunca
recibiría la bendición de Dios.
Isaías contrastó la situación actual del pueblo con el escenario que Dios
deseaba (58:5–7). La sinceridad y la humildad necesitaban acompañar su
ayuno. Pero la sinceridad y la humildad se evidenciaron mejor con acciones ,
no con palabras. El Señor quería verlos cesar la injusticia y la opresión,
compartir comida con los hambrientos y atender las necesidades de los demás
(ver recuadro 2.2).
El ayuno que produjo un cambio de corazón en el pueblo de Dios traería la
aprobación de Dios (58:8–12). La presencia del Señor los rodearía y Él
rápidamente contestaría sus oraciones. Su oscuridad espiritual daría paso a la
luz de los caminos de Dios, y el Señor refrescaría sus almas. Reconstruirían
ciudades antiguas que habían estado en ruinas durante mucho tiempo. la

329
Traducido por: David Taype

presencia de dios les traería la habilidad y la resolución para lograr todo lo


que les pusiera delante.

La verdadera observancia del sábado (58:13–14)


Isaías describió dos características vitales de la verdadera observancia del
sábado. Primero, la verdadera observancia del sábado significaba apartarse de
la rutina y el placer propios. Las personas no deben concentrarse en sus
propios cuidados y preocupaciones como lo harían los otros seis días de la
semana.
En segundo lugar, la verdadera observancia del sábado significaba
deleitarse en el día y honrar con él al Santo de Israel. Era un día en que el
pueblo de Dios podía dejar de pensar en sus preocupaciones cotidianas y
centrar su atención en él. Los había bendecido con la orden de descansar un
día de cada siete. Al hacerlo reconoció a Dios como Señor de todos los
tiempos. [6] El Señor prometió exaltar a los que se deleitaban en su sábado
porque se deleitaban en él.

El pecado de Israel y la liberación de Dios (59:1–21)


Mientras Isaías continuaba con sus pronunciamientos proféticos, volvió
nuevamente al tema del pecado de Israel. El pueblo de Dios se había desviado
gravemente de sus caminos; pocos, si alguno, defendieron la verdad, la justicia
y la rectitud.
No obstante, Isaías también anunció un día venidero en el que se realizaría
la liberación de Dios. El Señor pelearía por su pueblo, derrotando a sus
enemigos y trayendo a su Redentor a Sión.

El pecado de Israel (59:1–15a)


Isaías primero describió el problema del pecado de Israel en los términos
más básicos. Luego se centró en problemas específicos del pecado.
Finalmente, pintó un cuadro trágico del resultado del pecado en la nación,
tanto corporativa como individualmente.
El Problema Básico (59:1-2)
Isaías declaró que el problema básico del pueblo era que su pecado los
había separado de Dios. A lo largo de los años, Israel se había alejado más y
más. Dios todavía estaba allí, buscando una relación, pero Israel seguía a la
deriva. Dios tenía la fuerza para salvar y la voluntad de escuchar, pero a Israel
no le interesaba.

330
Traducido por: David Taype

El Problema Específico (59:3–8)


Isaías describió el pecado de su pueblo como algo que afectaba a todo el
cuerpo (59:3, 4, 6, 7). Sus manos y dedos estaban manchados con la culpa de
sangre inocente. Sus labios y lenguas hablaron mentiras y otras cosas malas,
nunca justicia o integridad. Ellos concibieron problemas y engendraron el mal.
Sus manos sostenían actos de violencia, mientras sus pies se precipitaban al
pecado. Mancharon sus mentes con malos pensamientos.
El pueblo puso su confianza en tohu (59:4; NVI “argumentos vanos”). Este
término describía el universo antes de que Dios lo creara (Gn 1:2) y también a
menudo designaba ídolos y/o la inutilidad de la adoración de ídolos. Por lo
tanto, sus vidas no tenían sustancia espiritual.
El resultado del pecado (59:9–15a)
El pueblo había llenado sus vidas de pecado. En consecuencia, la justicia y la
rectitud se alejaron de ellos (59:9). Estaban tan lejos de la luz espiritual que
andaban a tientas en la oscuridad espiritual, tropezando y gimiendo por una
justicia que nunca vendría (59:10–11).
Isaías confesó que los pecados del pueblo eran muchos (59:12–15a). Sus
palabras guardan una semejanza general con la confesión del profeta Daniel
(Dn 9, 1-19). Daniel confesó el pecado de la nación, incluyéndose a sí mismo
entre los transgresores, e Isaías hizo lo mismo aquí. La sociedad estaba tan
llena de pecado que no quedaba lugar para la justicia, la rectitud, la verdad y la
honestidad (59:14–15a).

Barra lateral 18.3


El Trasfondo Isaías de Efesios 6

En Efesios 6:11–18, el apóstol Pablo describe la armadura que los creyentes


deben ponerse para enfrentarse a Satanás y sus fuerzas malignas. Describe los
siguientes elementos:

• El cinturón de la verdad
• La coraza de justicia
• La prontitud del evangelio de la paz cubriendo los pies
• El escudo de la fe
• El yelmo de la salvación
• La espada del Espíritu (= la palabra de Dios)

331
Traducido por: David Taype

Pablo también menciona la oración bajo la guía del Espíritu Santo para cada
circunstancia.
Como escribió, Pablo aplicó muchas imágenes de Isaías:

Imagen Versículo de Efesios Verso de Isaías

cinturón de la verdad 6:14 11:5


Coraza de justicia 6:14 59:17
evangelio de la paz 6:15 52:7
Casco de salvación 6:17 59:17
Espada del Espíritu/palabra de Dios 6:17 49:2

Cada uno de los pasajes de Isaías se refiere a la obra de salvación de Dios.


Los capítulos 11 y 49 se enfocan específicamente en el Siervo del
Señor/Mesías, mientras que los capítulos 52 y 59 se enfocan en la venida del
reino de Dios en general.
Pablo hizo un punto poderoso cuando adaptó las palabras de Isaías a los
creyentes. La armadura que Dios usó para traer la salvación ahora puede ser
usada por los creyentes para resistir las fuerzas del mal a diario.

La liberación de Dios (59:15b–21)


Isaías anunció la próxima liberación de Dios. Terminó su descripción de la
triste situación de Israel y enfatizó la preparación de Dios para liberar a su
pueblo. Finalmente, describió la liberación lograda en todo su esplendor.
La Triste Situación (59:15b–16a)
El Señor vio la falta de justicia en la tierra. Sorprendentemente, nadie se
levantó para intervenir en nombre del pueblo de Dios. De manera similar, el
Señor le diría más tarde a la audiencia del profeta Ezequiel que había buscado
a un hombre que se parara en la brecha en nombre del pueblo de Dios, pero
que tampoco lo había encontrado en la generación de Ezequiel (Ez 22:30).
Preparación para la Liberación (59:16b–17)
Isaías describió ahora la intervención dramática del Señor. Se puso su
armadura para luchar, pero su armadura de batalla se veía bastante diferente
de la armadura ordinaria. La justicia, tan escasa en la sociedad, era la coraza
332
Traducido por: David Taype

del Señor, un yelmo de salvación se sentaba en su cabeza y un manto de celo lo


envolvía. Las imágenes de Isaías forman la base del pensamiento de Pablo
cuando animó a los creyentes a ponerse toda la armadura de Dios (Efesios
6:10–18; véase el recuadro 18.3).
Curiosamente, Isaías no mencionó el Señor que necesita cualquier arma
ofensiva. Al parecer, su fuerte brazo era todo lo que necesitaba. [7]
Liberación cumplida (59:18–21)
Isaías aseguró a sus oyentes que se lograría la liberación. Primero, la ira de
Dios sería derramada sobre sus enemigos (59:18). Su ira se extendería a las
islas (o costas), un término que Isaías había usado antes para indicar regiones
distantes (41:1, 5).
Segundo, las naciones temerían el nombre de Dios (59:19). Desde el este
hasta el oeste, lo reverenciarían y conocerían su gloria.
Tercero, un redentor vendría a Sion y salvaría a los arrepentidos de Jacob
(59:20). El Nuevo Testamento arroja luz sobre la identidad de este redentor.
El apóstol Pablo usó este versículo en su carta a los romanos cuando describió
el gran día en que todos los redimidos verían su salvación cuando Jesucristo
regresara para establecer su reino (Rom 11:26–27).
Cuarto, el Señor establecería un pacto eterno con su pueblo (59:21). Su
Espíritu reposaría sobre sus hijos para siempre, y ellos también verían su
Espíritu reposar sobre sus hijos y nietos. A lo largo de todas las generaciones,
el Señor estaría allí.
Las palabras de Isaías sobre el pacto eterno encajan con la descripción de
Jeremías del nuevo pacto que Dios establecería (Jeremías 31:31–34). Estas
palabras encuentran su cumplimiento final en Jesucristo, quien un día
cumplirá las palabras del profeta. De hecho, el Nuevo Testamento nos
proporciona un contexto más completo en el que podemos entender las ya
sorprendentes palabras de Isaías.

Preguntas de estudio
1. ¿Cuáles son los detalles clave en la descripción de Isaías del
renacimiento de Jerusalén (54:1–17)?
2. Analice el uso que hace Isaías de la paradoja en 55:1–2.
3. ¿De qué manera las palabras de Isaías apoyan la idea de que la
fidelidad a Dios es más importante que el linaje?
4. ¿Cómo pueden los cristianos de hoy honrar el principio del
sábado/día del Señor?
333
Traducido por: David Taype

Términos clave
pacto
discipulado
ayuno
hesed
Sábado

334
Traducido por: David Taype

19. El gran final de la


restauración de Dios
Isaías 60:1–66:24

Esquema
• Sión glorificado (60:1–22)
Las naciones ven la gloria de Dios (60:1–3)
Crecen la población, la riqueza y la relación de Jerusalén con otras
naciones (60:4–16)
La bendición especial de Dios descansa sobre su pueblo (60:17–22)
• La restauración adicional de Dios (61:1–11)
El Ungido de Dios guiado por el Espíritu (61:1–3)
Las ciudades reconstruidas de Israel (61:4–9)
El júbilo de Israel (61:10–11)
• Matrimonio de Sión con Dios (62:1–12)
El matrimonio mismo (62:1–5)
La recompensa de los vigilantes (62:6–9)
Los redimidos de Dios (62:10–12)
• Juicio de las Naciones (63:1–6)
El juez identificado: Dios el guerrero (63:1–3)
Se declara la razón del juicio (63:4–6)
• Oración por la intervención de Dios (63:7–64:12)
La ternura y la compasión de Dios (63:7–14)
La súplica de Isaías por ayuda (63:15–64:12)
• Bendición para los siervos de Dios (65:1–25)
Destino del Israel creyente e incrédulo (65:1–16)
Nuevos cielos y nueva tierra (65:17–25)
• La conclusión final (66:1–24)

335
Traducido por: David Taype

Juicio y restauración de Jerusalén (66:1–14a)


Ira final y gloria de Dios (66:14b–24)

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Resuma la descripción de Isaías de la restauración final de Dios de


su pueblo.
2. Proporcione detalles sobre el ungido de Dios guiado por el Espíritu
(61:1–3).

Mientras escribo este capítulo, la Navidad se acerca la temporada. Me


encantan especialmente las miradas de asombro y emoción en los rostros de
los niños en esta época del año. Los niños a menudo no pueden esperar para
abrir sus paquetes, y cuando reciben justo lo que querían, las expresiones en
sus rostros no tienen precio.
A medida que hemos estudiado el libro de Isaías, hemos visto imágenes que
habrían llenado a Isaías ya sus oyentes de asombro y emoción. Dios juzgaría a
sus enemigos y rescataría a su pueblo. Él establecería su reino para siempre.
Jerusalén se convertiría en un punto focal del propósito redentor de Dios. El
siervo de Dios, el Mesías, completaría triunfalmente su ministerio y recibiría
su recompensa eterna. Muchos pueden haberse preguntado si las buenas
nuevas que proclamó Isaías realmente podrían ser tan buenas.
Cuando el profeta concluyó su libro, proclamó muchos temas, algunos de los
cuales ya había anunciado. La exaltación de Sion y el matrimonio con Dios, el
ungido de Dios, la reconstrucción de Jerusalén, el juicio final de Dios sobre el
pecado, la gloria de Dios entre las naciones y la creación de Dios de nuevos
cielos y una nueva tierra, todo apareció cuando Isaías dirigió su drama
profético a un gran final.

Sión glorificada (60:1–22)


Isaías describió la glorificación de Sion incluyendo tres aspectos. Primero,
las naciones verían la gloria de Dios. En segundo lugar, la población y la
riqueza de Jerusalén crecerían a medida que cambiara su relación con las
naciones. Tercero, la bendición especial de Dios descansaría sobre su pueblo.

336
Traducido por: David Taype

Las naciones ven la gloria de Dios (60:1–3)


Isaías llamó al pueblo de Dios a levantarse y brillar con la luz que había
venido sobre ellos (60:1). ¿Y qué era esa luz? Era la gloria del Señor. Isaías
predijo un día cuando la oscuridad espiritual cubriera la tierra, las naciones
serían atraídas a la luz de Israel (60:2). Los reyes también se unirían a la
procesión (60:3).
Las imágenes son diferentes de las de 2:1–4, pero probablemente se
refieren al mismo evento. En el capítulo 2, las naciones acuden a Jerusalén
para conocer los caminos de Dios. Aquí los reyes y las naciones son atraídos a
la luz de la gloria de Dios.

Crecen la población, la riqueza y la relación de Jerusalén con otras


naciones (60:4–16)
Población de Jerusalén (60:4)
Isaías llamó a su pueblo a mirar a su alrededor; ¡verían a sus hijos e hijas
volver a casa! Aquí los términos "hijos" e "hijas" probablemente designan a los
israelitas, aunque Isaías ya ha descrito a las naciones que también comparten
la gloria de Dios.
La riqueza de Jerusalén (60:5–9)
Las naciones traerían sus riquezas a Israel desde la tierra y el mar (60:5–7).
La bendición resultante para la nación sería obvia, pero más importante aún,
estas naciones extranjeras también traerían alabanza al Señor, y sus ofrendas
se quemarían en el altar de Jerusalén.
El Señor había glorificado a su pueblo (60:8–9). Llegaron tesoros de todas
partes en honor del Santo de Israel. A la luz del contexto, “hijos” (60:9) en
realidad puede incluir extranjeros que pusieron su fe en el Señor. Dios
deseaba expandir su reino para llegar a todo el mundo.
Relación de Jerusalén con otras naciones (60:10–16)
La descripción de Isaías de la relación futura de las naciones con Jerusalén y
el pueblo de Dios incluía tanto la sumisión como la asociación. Las naciones
adorarían con los israelitas, pero los extranjeros reconstruirían los muros de
Jerusalén y los reyes traerían su generosidad (60:10–12). Las puertas de la
ciudad estarían abiertas continuamente, una referencia a la seguridad
duradera, pero también a las circunstancias que brindaron la oportunidad de
un flujo continuo de tesoros a Sión. El juicio esperaba a aquellos que no
sirvieron al pueblo de Dios (cf. Zac 14:16-19).

337
Traducido por: David Taype

Las naciones no solo adorarían con los israelitas sino que también
reconocerían la bendición especial de Dios sobre la nación (60:14–15). El
pueblo disfrutaría lo mejor que las naciones tenían para traer y se deleitaría
en Dios su Salvador y Redentor (60:16). Las imágenes de la madre lactante
insinúan el cuidado nutritivo y nutritivo que las naciones le ofrecerían a Israel.

La bendición especial de Dios descansa sobre su pueblo (60:17–22)


La bendición especial que Dios colocaría sobre su pueblo era triple. Incluiría
buena administración, luz eterna y gente bendecida.
Buena administración (60:17–18)
Isaías describió una mejora maravillosa en los materiales de construcción:
de bronce a oro, de hierro a plata, de madera a bronce y de piedra a hierro
(60:17). Además, la justicia y la paz gobernarían a Israel, eliminando la
violencia y la ruina.
Luz Eterna (60:19–20)
Las imágenes de Isaías ascendieron al nivel apocalíptico, describiendo una
nueva esfera de existencia. El sol y la luna ya no serían necesarios, porque la
gloria de Dios iluminaría a su pueblo para siempre. Probablemente Isaías vio
el mismo tiempo futuro que el apóstol Juan cuando habló de la nueva
Jerusalén (Ap 21:23). La vida como la experimentó el pueblo de Dios cesaría
cuando Dios los llevara a un nivel completamente nuevo.
Pueblo Bendecido (60:21–22)
Isaías prometió que el pueblo de Dios sería justo y “poseería la tierra para
siempre” (60:21). El profeta ya había anunciado esta promesa muchas veces,
pero tal promesa valía la pena repetirla, porque era difícil de imaginar
después de tantos años de miedo e inseguridad.
Isaías había descrito al Mesías como la rama de Dios que gobernaría las
naciones (11:1). Ahora usó la misma palabra hebrea ( netser , "disparar") para
describir a su pueblo escogido, a quien había preparado para este glorioso
propósito. Cuando llegara el momento perfecto, el Señor cumpliría su palabra
rápidamente.

La restauración adicional de Dios (61:1–11)


Isaías agregó otras dimensiones a su descripción de los próximos días
dorados de Israel. El ungido de Dios guiado por el Espíritu se levantaría y

338
Traducido por: David Taype

obraría el propósito de Dios. Las ciudades de Israel serían reconstruidas.


Isaías se regocijó al ver que el júbilo de Israel traía gloria al Dios de Israel.

El Ungido de Dios guiado por el Espíritu (61:1–3)


El texto usa la primera persona, dando la impresión de que habla el ungido
de Dios. Isaías describió la fuente de fortaleza de este individuo y su tarea y
propósito final.
La Fuente de Fortaleza del Ungido (61:1a)
La fuente de fortaleza del ungido era el Espíritu del Señor. Dios lo había
ungido, como había ungido a profetas, sacerdotes y reyes antes que él. El
Espíritu de Dios lo capacitó para hacer la voluntad de Dios (cf. 42:1).
La tarea y el propósito final del Ungido (61:1b–3)
La tarea del ungido tenía varias dimensiones. Primero, debía “predicar
buenas nuevas a los pobres”. (La palabra hebrea traducida como “pobre”
también puede significar “afligido”). Los pobres enfrentaron muchos desafíos
y, debido a su desventaja económica, sus vidas rara vez mejoraron. Sin
embargo, este mensajero fue enviado específicamente a los pobres y afligidos.
En segundo lugar, el ungido debía “vendar a los quebrantados de corazón”.
Es decir, debía llevar un ministerio de consuelo y aliento a los desalentados. y
abatido.

Barra lateral 19.1


¿Por qué los pobres están especialmente en el corazón de Dios?

Isaías habló a menudo del cuidado de Dios por los desfavorecidos de la


sociedad. Advirtió a los que oprimían a los pobres que Dios veía y vengaría
(1:23; 3:14–15; 5:23; 10:1–2). También habló del que vendría a proclamar
buenas nuevas a los pobres (61:1–3).
Jesús también se acercó a los desfavorecidos. Se compadeció de las
multitudes desanimadas (Mt 9,36) y animó a los cansados a acudir a él para
descansar (Mt 11,28-30). También prometió a los pobres de espíritu que el
cielo sería suyo (Mt 5,3).
¿Por qué los pobres son el foco especial de la preocupación de Dios? ¿Y qué
es lo que los prepara para responder a la oferta de salvación de Dios? Philip
Yancey, en su libro El Jesús que nunca conocí , analiza las ideas que adquirió de
Jesús, la compasión de Dios , de Monika Hellwig , y comparte las siguientes
“ventajas” que los pobres tienen sobre los demás:

339
Traducido por: David Taype

1. Los pobres saben que tienen una urgente necesidad de redención.


2. Los pobres conocen no sólo su dependencia de Dios y de los
poderosos, sino también su interdependencia entre ellos.
3. Los pobres descansan su seguridad no en las cosas sino en las
personas.
4. Los pobres no tienen un sentido exagerado de su propia importancia
ni una necesidad exagerada de privacidad.
5. Los pobres esperan poco de la competencia y mucho de la
cooperación.
6. Los pobres pueden distinguir entre necesidades y lujos.
7. Los pobres pueden esperar, porque han adquirido una especie de
paciencia obstinada nacida de la dependencia reconocida.
8. Los miedos de los pobres son más realistas y menos exagerados
porque ya saben que se puede sobrevivir a grandes sufrimientos y
necesidades.
9. Cuando a los pobres se les predica el evangelio, suena como una
buena noticia y no como una amenaza o un regaño.
10. Los pobres pueden responder a la llamada del evangelio con un
cierto abandono y una totalidad sin complicaciones porque tienen
muy poco que perder y están dispuestos a todo.

Las personas que tienen muchas cosas materiales pueden depositar más
confianza en ellas de lo que deberían y, al final, descubren que no brindan una
satisfacción duradera o un significado en la vida. Los pobres, por el contrario,
se saben necesitados y, en la medida en que se vuelven a Dios, encuentran el
sentido último de la vida.

Adaptado de Philip Yancey , El Jesús que nunca conocí (Grand Rapids:


Zondervan, 1995), 115 .

Tercero, el ungido debía proclamar libertad y liberación a los cautivos y


prisioneros. Aquellos que habían perdido sus derechos y estatus los
recuperarían.
Cuarto, el ungido debía proclamar “el año del favor del SEÑOR y el día de la
venganza del Dios nuestro” (61:2). El favor del Señor descansaría

340
Traducido por: David Taype

especialmente sobre aquellos que Isaías ya había mencionado: los


desfavorecidos de la sociedad (ver recuadro 19.1). “Venganza” aquí no
necesita denotar venganza; de hecho, puede referirse a Dios simplemente
restaurando un equilibrio adecuado en la sociedad al corregir las
desigualdades. [1]
El ministerio del ungido produciría resultados maravillosos (61:3). Las
cenizas de Sión se convertirían en belleza, su luto en alegría y su
desesperación en alabanza. La plantación de Dios de su retoño (60:21)
encontraría su máximo cumplimiento en el pueblo que Dios haría crecer a
través del ministerio de su ungido (61:3). De hecho, dar gloria a Dios era el
propósito final del ungido.
La identidad del ungido
La evidencia del Nuevo Testamento nuevamente señala a Jesús como el
cumplimiento de las palabras de Isaías. Lucas 4:16–30 describe la visita de
Jesús a su ciudad natal de Nazaret, una visita que provocó una reacción
acalorada hacia el profeta galileo.
Jesús entró en la sinagoga el sábado y se puso de pie para leer. Cuando le
entregó el rollo de Isaías, lo abrió y leyó lo que ahora conocemos como Isaías
61:1–2. Luego les dijo a los presentes que la Escritura que acababa de leer se
cumplió ese día en su presencia.
La gente apreciaba la enseñanza elocuente y llena de gracia de Jesús, pero
también querían verlo realizar milagros similares a los que había hecho en
Cafarnaúm. Jesús afirmó la dificultad de que un pueblo natal acepte a uno de
los suyos como profeta. Cuando citó relatos del Antiguo Testamento de Dios
visitando a personas extranjeras que estaban más listas para recibir el
mensaje de Dios que los israelitas, muchos se enfurecieron. Querían arrojar a
Jesús por el precipicio a las afueras de la ciudad, pero pasó entre la multitud y
regresó a Cafarnaúm.
La descripción de Isaías del ministerio del ungido describe bien a Jesús de
Nazaret. Jesús ministró regularmente a los pobres y se acercó a los
desfavorecidos de la sociedad (Lc 15:1–2, 7; 19:2–10). De hecho, a veces los
exaltó sobre las personas farisaicas de su época, quienes a menudo tenían
dificultades para reconocer su propio pecado (Lc 18:9–14).
Finalmente, el ministerio de Jesús lleva a una conclusión dramática el
propósito redentor de Dios. A través de la muerte y resurrección de Jesús, se
establece y proclama el año del favor de Dios.

341
Traducido por: David Taype

Las ciudades reconstruidas de Israel (61:4–9)


Isaías había descrito anteriormente el regreso glorioso de Israel cuando sus
hijos e hijas vinieron de todas partes. Ahora describió las ciudades
gloriosamente reconstruidas que ocuparían cuando regresaran a casa. Las
ruinas serían reconstruidas con ayuda extranjera, y en ese día, el pueblo sería
santificado cuando se cumpliera el pacto de Dios.
Ruinas Reconstruidas (61:4)
Isaías proclamó la reconstrucción de las ciudades en ruinas. Los términos
hebreos [2] enfatizan la devastación y desolación total y persistente que había
consumido la región durante tanto tiempo.
La aparente desesperanza de reconstruir las ciudades desoladas fue
paralela a las palabras posteriores de aparente desesperanza de Ezequiel
cuando describió al pueblo de Dios en su famoso pasaje de los huesos secos
(Ez 37:11). En ambos casos, todo parecía perdido, pero Dios sacaría esperanza
de la desesperanza y vida de la desolación.
Extranjeros Empleados (61:5)
Trabajar los campos, ya sea pastoral o agrícola, era un trabajo difícil y sin
glamour. Habitualmente el pastoreo de las ovejas era algo reservado a los más
jóvenes de la familia (1 Sm 16,11). Isaías asignó estas tareas a los extranjeros
en el día venidero. Los extranjeros servirían al pueblo de Israel, no los
oprimirían.
Gente santificada (61:6–7)
Isaías ahora incorporó imágenes levíticas. El pueblo de Dios sería
santificado, apartado para su servicio sacerdotal. Ellos intercederían en
nombre de las naciones. Las naciones servirían a los israelitas físicamente y
les proveerían materialmente, y los israelitas atenderían sus necesidades
espirituales.
La doble referencia de Isaías a una doble porción (61:7) enfatiza el lugar
especial de prominencia de Israel entre las naciones. Como el primogénito,
que normalmente recibía una doble porción de la herencia familiar (Dt 21,17),
así Israel gozaría de la bendición especial de Dios.
Pacto realizado (61:8–9)
El pacto que Dios había hecho con Abraham y confirmado una y otra vez a lo
largo de la historia de Israel ahora alcanzaría su cumplimiento final. El Dios
que amó la justicia y la fidelidad haría fructificar estas cualidades en la vida de
su pueblo. Generación tras generación de israelitas recibirían el
reconocimiento de las naciones de que fueron verdaderamente bendecidos.
342
Traducido por: David Taype

El júbilo de Israel (61:10–11)


Isaías ahora expresó su propio entusiasmo al anticipar el día que anunció.
Tal vez habló por la nación al proclamar su alegría.
Isaías comparó la celebración con la pompa y la circunstancia que
acompañaba a una boda. También comparó el día con un día de abundancia
agrícola, solo con justicia y alabanza brotando en lugar de producto.

Matrimonio de Sión con Dios (62:1–12)


Isaías ahora llevó a cabo la imagen de la novia y el novio que acababa de
presentar (61:10). El Señor se uniría a Israel, su novia, para siempre. Los
centinelas que habían anhelado el día finalmente lo verían, y los redimidos de
Dios verían su salvación final.

El matrimonio mismo (62:1–5)


La descripción de Isaías del matrimonio de Sion con Dios incluye tres
aspectos: la determinación de Dios de realizar el matrimonio, la hermosa
ornamentación de Sion y la celebración de la boda en sí.
La Determinación de Dios (62:1)
Isaías había descrito anteriormente la determinación de Dios de juzgar el
pecado y llevar a su pueblo a casa. Como una mujer en trabajo de parto con un
trabajo que hacer, él cumpliría su trabajo (42:14–17). Ahora Isaías
nuevamente afirmó la determinación de Dios de completar su obra redentora.
Por amor a su amada Jerusalén, no callaría hasta ver resplandecer su justicia y
salvación.
Ornamentación de Sion (62: 2–3)
Naciones y reyes verían la belleza de la novia de Dios. Su belleza no era
externa sino que residía en su justicia y gloria. Isaías desarrollaría el concepto
del nuevo nombre de Sión (62:2) unos versículos más adelante. Su Señor la
había convertido en una novia hermosa, como una joya de la corona en su
mano (62:3).
La celebración de la boda (62:4–5)
El juicio de Sion había sido tan completo que las naciones vecinas la
conocían como una desolada y desierta. Pero ahora recibiría nuevos nombres,
lo que significa su nueva relación con el Señor, su esposo. “Hephzibah”
significa “mi deleite está en ella” y “Beulah” significa “casado”.

343
Traducido por: David Taype

El versículo 5 puede decir "tus hijos se casarán contigo" o "tu hacedor (o


constructor) se casará contigo", dependiendo de cómo se entienda el hebreo.
[3] El paralelismo de la segunda mitad del versículo sugiere que el Señor está
a la vista, por lo que se puede preferir "hacedor".
Tan especial como sería el día de la boda de Sion para Sion, Isaías afirmó
que el día sería aún más especial para Dios. El profeta usó la ilustración de un
novio regocijándose al ver a su novia en la ceremonia de la boda. Así el Señor
se regocijaría sobre su pueblo.

La recompensa de los vigilantes (62:6–9)


El término “centinelas” probablemente designa a los profetas y “guerreros
de oración” de Israel, quienes por fin pueden celebrar la salvación por la que
han orado y anunciado.
La fidelidad de los vigilantes (62:6–7)
El Señor había apostado centinelas alrededor de los muros de Jerusalén. A
diferencia de los atalayas que hacían sonar la alarma solo si amenazaba un
peligro potencial, estos atalayas invocaban en voz alta al Señor día y noche. Le
pidieron que cumpliera sus promesas con respecto a Sion y siguieron
rogándole hasta que lo hizo. De manera similar, Jesús les dijo a sus discípulos
que el Señor honraba las oraciones persistentes de sus hijos (Lc 18:1–8).
El juramento del Señor (62:8–9)
El Señor anunció un juramento. Una vez que llegó el día de la redención y la
salvación, los extranjeros hostiles nunca más robarían el fruto del trabajo de
Sión. Aquellos que lo cultivaron y cosecharon lo comerían y glorificarían a
Dios en medio de una seguridad duradera.

Los redimidos de Dios (62:10–12)


En un lenguaje que recuerda a 40:3, Isaías llamó al pueblo a preparar el
camino para la salvación venidera de Dios. La expresión “estandarte de las
naciones” es paralela a una frase anterior sobre la raíz de Jesé (11:10).
El anuncio de salvación del Señor se extendería por todo el mundo (62:11).
Todos verían su cuidado por los suyos cuando los trajera a casa. También lo
verían como su Redentor y Salvador, y sus vidas reflejarían su santidad
(62:12). Luego, Isaías proclamó dos nombres más que Jerusalén tendría en ese
día: "buscada" (NASB) y "ciudad que ya no está desierta".

344
Traducido por: David Taype

Juicio de las Naciones (63:1–6)


Isaías complementó su reiterada seguridad a su pueblo de que Dios los
salvaría con reiteradas garantías de que Dios juzgaría a sus enemigos entre las
naciones. El Señor se pondría su indumentaria de guerrero y aplastaría a la
oposición.

El juez identificado: Dios el guerrero (63:1–3)


Isaías describió a Dios como un guerrero que venía de Bosra, la capital de
Edom, con manchas carmesí en sus vestiduras (63:1). Los edomitas,
descendientes de Esaú, a menudo mostraban hostilidad contra el pueblo de
Dios. [4] Quizás Isaías pronunció esta profecía durante una época de
hostilidad edomita y, por lo tanto, retrató al Señor como viniendo más
directamente de allí. Las manchas en las vestiduras del Señor provenían de la
sangre de las naciones cuando él las pisoteó en su furor (63:2–3).

Se declara la razón del juicio (63:4–6)


El Señor declaró la razón por la que había juzgado a las naciones. Su tiempo
señalado—“el día de la venganza” [5] (63:4)—había llegado, pero nadie vino a
unirse a él en la lucha contra las naciones. En consecuencia, el Señor volvió a
desnudar su brazo (cf. 62, 8) y derrotó él mismo a las naciones.

Oración por la intervención de Dios (63:7–64:12)


Isaías oró por la intervención de Dios. Describió la ternura y la compasión
de Dios hacia su pueblo en tiempos pasados a pesar de la terquedad de Israel
y suplicó nuevamente la ayuda de Dios. Sólo en la absoluta dependencia de él
encontrarían la salvación.

La ternura y la compasión de Dios (63:7–14)


En su descripción de la ternura y compasión de Dios, Isaías contrastó la
misericordia de Dios con la terquedad de Israel. El pueblo de Israel a menudo
respondía a la gracia de Dios con el pecado, pero él persistió en su deseo de
ganárselos.
La misericordia de Dios (63:7–9)
La palabra hebrea traducida como “bondades” es hesed (ver discusión de
54:8, 10 y 55:3). Aquí denota actos de pacto de amor que Dios extendió a su
pueblo. Isaías señaló algunos de los actos de hesed más significativos de Dios
para recordarle al pueblo su fidelidad y su dignidad.
345
Traducido por: David Taype

El Señor actuó en la historia para liberar a su pueblo de Egipto (63:8). El


“ángel de su presencia” denota al ángel que guió a los israelitas durante sus
días en el desierto después de que el Señor los libró de los egipcios (Ex 23:20–
23; 33:2). Dios los guió en cada paso de su viaje (63:9).
La terquedad de Israel (63:10–14)
Sin embargo, la terquedad de Israel se mostró cuando el pueblo de Dios le
dio la espalda (63:10). La disciplina de Dios, que llegó rápidamente, dirigió la
atención del pueblo a los días anteriores cuando Dios realizó grandes obras
entre ellos (63:11–13). Dios les dio descanso (63:14), aunque la historia de
Israel fue una de frecuentes regresiones al pecado, como lo testifica
claramente el libro de Jueces.

La súplica de Isaías por ayuda (63:15–64:12)


Isaías suplicó al Señor por ayuda. El profeta anhelaba la venida del reino de
Dios, no una regresión al pecado, que tantas veces había estropeado la historia
de Israel. Le pidió a Dios que restaurara la nación, suplicó una vez más por un
juicio estremecedor para mostrar al mundo la grandeza de Dios y confesó la
dependencia absoluta de la nación en Dios.
Súplica por la Restauración Nacional (63:15–19)
Isaías le pidió a Dios que mirara desde el cielo y viera a su pueblo. Eran un
grupo triste cuyos propios antepasados ni siquiera los habrían reconocido
(63:16). ¿Por qué Dios retuvo su compasión y ternura? Sin duda, Isaías
anhelaba la intervención de Dios aún más porque había visto una visión del
reino venidero de Dios.
Isaías se preguntó en voz alta por qué el Señor permitió que su pueblo se
desviara de la verdad y rogó por la intervención de Dios (63:17). Proyectó en
sí mismo el dolor que Judá experimentaría un día cuando el santuario quedara
en ruinas a manos de los invasores babilónicos (63:18). ¿Cuál fue el propósito
de esta dominación babilónica extendida?
Súplica por un juicio que estremecerá la tierra (64:1–4)
Isaías le rogó a Dios que trajera un juicio que hiciera temblar la tierra. Si el
Señor viniera con todo su poder, toda la tierra temblaría (64:1–2).
Ciertamente, pensó Isaías, las naciones temblarían de miedo si Dios se
mostrara así. La historia nunca había sido testigo de obras tan asombrosas
como las que Dios había traído en días pasados (64:4).

346
Traducido por: David Taype

Confesión de dependencia de Dios (64:5–12)


Isaías confesó la profunda necesidad del pueblo por el Señor. Dada la
condición fundamentalmente pecaminosa de los corazones humanos, ¿cómo
podrían esperar mantener una relación con un Dios totalmente santo y justo
(64:5)?
El pueblo estaba contaminado espiritualmente, y sus actos justos, débiles y
pequeños, no contaban para nada a los ojos de Dios (64:6). El término “trapos
de inmundicia” probablemente denota paños menstruales manchados, una
señal de impureza ritual, y proporcionó un poderoso contraste con la justicia
de Dios.
Isaías declaró que Dios era el alfarero y su pueblo el barro (64:8). Su única
fuente de valor y propósito yacía en él; por lo tanto, dependían absolutamente
de él para rescatarlos de su dilema espiritual (64:9). Jerusalén fue devastada y
el templo quemado; el pueblo no pudo más (64:11).
Isaías nuevamente reflexionó en voz alta cuánto tiempo permitiría el Señor
que continuara tal tragedia. Habiendo vislumbrado el juicio que ocurriría
antes de la restauración final, el profeta planteó las preguntas difíciles que
sabía que el pueblo de Dios del exilio babilónico estaría haciendo. El libro de
Lamentaciones también planteó tales preguntas mientras la nación luchaba
bajo el peso del juicio de Dios.

Bendición para los siervos de Dios (65:1–25)


La descripción adicional de Isaías de la bendición que vendría a los siervos
de Dios incluía elementos aún más dramáticos a medida que el profeta
avanzaba hacia la conclusión de su libro.
Primero, Isaías describió el destino final del Israel creyente e incrédulo
(65:1–16). Dios no iba a bendiga a su pueblo sin importar las circunstancias.
Estaba buscando a aquellos que estuvieran dispuestos a servirle de todo
corazón.
En segundo lugar, Isaías describió la creación de un cielo nuevo y una tierra
nueva (65:17–25). Jerusalén se convertiría en un lugar de bendición especial,
y la gente sería especialmente bendecida. Isaías también reintrodujo la
imaginería del reino anterior al mirar hacia el reino venidero de Dios.

Destino del Israel creyente e incrédulo (65:1–16)


La descripción de Isaías del destino del Israel creyente e incrédulo se divide
en dos secciones bastante uniformes. En el primero (65:1–7), el profeta

347
Traducido por: David Taype

describió el juicio de los rebeldes. En el segundo (65:8–16), contrasta a los


rebeldes con los siervos del Señor, que entrarían en su reino.
El juicio de los rebeldes (65:1–7)
El Señor ahora habló, usando a Isaías como su portavoz. Había llamado
abiertamente a su pueblo cuando no lo buscaban, y lo habían encontrado
(65:1). Sin embargo, el historial espiritual de los israelitas era de testarudez y
obstinación (65:2).
El Señor describió además a los rebeldes (65:3–5). Sacrificaron usando
sacrificios y lugares de adoración inapropiados, se sentaron entre las tumbas
esperando una palabra de los muertos, comieron carne de cerdo y, sin
embargo, se consideraron más santos que los demás.
La ira del Señor se encendió cuando describió el pecado de su pueblo (65:6–
7). Les advirtió que les pagaría en su totalidad por todos sus pecados.
El contraste entre los siervos de Dios y los rebeldes (65:8–16)
Isaías contrastó la suerte de los siervos de Dios con la suerte del pueblo
rebelde que acababa de describir. Dios conocía a los suyos, y los libraría del
juicio (65:8). Él actuaría en su nombre y los haría herederos de la tierra
(65:9).
La llanura de Sarón (65:10) fue un área históricamente fértil que
comenzaba cerca de Jope y se extendía hacia el norte hasta el Monte Carmelo.
Dios dijo que bendeciría la llanura de Sharon con pastos exuberantes, lo que
significa que haría que el área fuera aún más deseable de lo que ya era. El
Valle de Acor, ubicado en la llanura del Jordán cerca de Jericó, era un área
árida históricamente asociada con el apedreamiento de Acán (Josué 7:26). El
Señor lo tomaría y lo haría útil para su pueblo.
Sin embargo, a los rebeldes no les iría tan bien. No habían prestado atención
a la instrucción persistente del Señor y ahora pagarían el precio (65:12). Isaías
contrastó la increíble bendición de los siervos del Señor con el absoluto
rechazo y desolación de los rebeldes (65:13–15).
Oportunamente, la sección termina con dos referencias al “Dios de la
verdad” (65:16). La palabra hebrea traducida como “verdad” está relacionada
con nuestra palabra “Amén”. La raíz hebrea ' aman significa “ser confirmado o
establecido”. El pueblo de Dios podía contar con él para confirmar y establecer
todo lo que dijo que haría. El apóstol Pablo expresó un concepto similar
cuando afirmó: “Porque cuantas promesas haya hecho Dios, son 'Sí' en Cristo”
(2 Cor 1, 20).

348
Traducido por: David Taype

Nuevos cielos y nueva tierra (65:17–25)


Isaías 65:17 comienza con el anuncio de que el Señor creará nuevos cielos y
una nueva tierra. La expresión inmediatamente trae a la mente Apocalipsis
21:1 y la visión de Juan de la nueva Jerusalén descendiendo del cielo.
Las interpretaciones evangélicas de los detalles de este pasaje difieren,
aunque todos están de acuerdo en que anuncia la venida del reino de Dios a
través de Jesucristo. Isaías se movió libremente entre los detalles del reino
eterno y los detalles que parecen describir una existencia terrenal en la que el
cielo aún no se ha realizado (65:20). Para él, tales detalles son parte del gran
momento por venir.
Para muchos evangélicos, una comparación de este texto con Apocalipsis
20-22 sugiere que un entendimiento premilenial encaja mejor con los
detalles del pasaje. Según este punto de vista, Cristo reina en la tierra mil años
con sus santos antes del juicio final del mal y la entrada en el estado eterno
encarnado por la nueva Jerusalén.
Jerusalén una bendición especial (65:17–19)
Jerusalén se convertiría en un lugar de bendición especial en la era
venidera. Las cosas anteriores serían olvidadas (65:17; cf. 43:18) ante la
nueva obra que Dios estaba haciendo. La ciudad se convertiría en un lugar de
tanto regocijo que ya no se escucharía el llanto ni la tristeza (65:18–19). Los
aspectos tristes del pasado serían barridos por la abundancia de la bendición
de Dios.
La gente especialmente bendecida (65:20–24)
Isaías describió tres características especiales de la bendición del pueblo.
Primero, larga vida sería la regla en la era venidera (65:20). Alguien que
murió a la edad de cien años sería contado como uno que murió en la
juventud. La gente supondría que había ocurrido un pecado grave en la vida
de cualquiera que no llegara a esa edad (ver recuadro 19.2).
Segundo, el pueblo de Dios disfrutará del fruto de su trabajo (65:21–23).
Construirán casas y vivirán en ellas y mantendrán la propiedad de sus campos
y viñedos. Cada generación verá la bendición continua de Dios. Tales
promesas significarían mucho para las personas acostumbradas a las
incursiones en sus tierras.
Tercero, la bendición de Dios vendría incluso antes de que la gente la
pidiera. El Señor prometió: “Antes de que llamen, te responder; mientras
todavía estén hablando, yo oiré” (65:24). Tal respuesta del Señor vendría solo
de una relación profunda y permanente, una relación en la que su pueblo
estuviera totalmente alineado con su voluntad y propósito.
349
Traducido por: David Taype

Barra lateral 19.2


El pecado y perder la marca

La Biblia enseña que todas las personas en todas partes son pecadores. Esta
enseñanza no siempre es popular en el mundo de hoy, donde muchos creen
que las personas son básicamente buenas y que nuestro propio intelecto e
iniciativa finalmente traerán la solución a los problemas más importantes del
mundo. En el corazón del problema de la humanidad está el problema del
pecado, que ha corrompido todos los aspectos de nuestra naturaleza (Efesios
2:1-3).
El verbo hebreo hata ' significa literalmente "perder el blanco". Es decir, las
personas no alcanzan el estándar santo y justo que Dios ha establecido.
Echamos de menos la diana; de hecho, incluso las mejores personas no se
acercan a eso. Este concepto de pecado que implica errar el blanco se ilustra
en dos pasajes bíblicos donde la palabra hata ' se traduce en su sentido literal.
Primero, Jueces 20 describe la guerra intertribal entre Benjamín y las otras
tribus de Israel. El ejército de Benjamín incluía setecientos honderos de
piedra. Los honderos eran extremadamente precisos con sus armas, tanto que
“podían arrojar una piedra a un cabello y no fallar” (20:16). La palabra hebrea
traducida como “señorita” es hata '.
En segundo lugar, Isaías 65 describe el gran reino nuevo que Dios
introduciría. La vejez sería la norma; de hecho, Isaías dijo, “el que no llegue a
cien será tenido por anatema” (65:20 NASB). La palabra hebrea traducida “no
alcanza” es nuevamente hata '.
Estos dos pasajes ilustran el significado básico detrás del concepto de
pecado. Todas las personas han pecado y han perdido el blanco de la
expectativa de Dios (Rom 3:23). La Biblia afirma que solo a través de la fe en
Jesús y en su obra terminada alguien puede alcanzar el estándar justo que
Dios requiere.

Flashback a 11:6 (65:25)


Isaías 65:25 proporciona un "flashback" literario a 11:6. Isaías vinculó su
descripción de los cielos nuevos y la tierra nueva con su descripción anterior
del reino de Dios. El shalom de Dios sería tan completo que prevalecería
incluso entre los enemigos naturales del reino animal.

350
Traducido por: David Taype

La conclusión final (66:1–24)


Isaías 66 presenta la conclusión final del profeta, su final escatológico.
Fundamental para el pensamiento de Isaías es una visión lineal de la
historia , es decir, la historia va hacia alguna parte . Dios creó el mundo y su
pueblo. Él levanta naciones y las guía a sus fines predeterminados. Y en la
plenitud de los tiempos, traerá toda la historia a una gran conclusión al
inaugurar un mundo y un reino sin fin.
Isaías describió por primera vez el juicio y la restauración de Jerusalén
(66:1–14a), temas que había tratado antes pero a los que ahora regresaría por
última vez. En segundo lugar, describió la ira y la gloria finales de Dios. La
historia de Isaías era una historia sobre el pueblo de Dios, pero ante todo, era
una historia sobre Dios.

Juicio y restauración de Jerusalén (66:1–14a)


Tres temas aparecen en el anuncio final de Isaías sobre el juicio y la
restauración de Jerusalén. Primero, el Señor soberano se deleita en los
humildes (66:1–2). Segundo, el Señor animará a los fieles (66:3–6). Tercero, el
Señor hará que Jerusalén renazca (66:7–14a).
El Señor Soberano se deleita en los humildes (66:1–2)
Isaías describió al Señor como un soberano todopoderoso, que se sentó en
el cielo con la tierra como estrado de sus pies (66:1). ¿Qué podría ofrecerle la
gente que él no tuviera? ¿Qué cualidades de carácter ganarían su atención y
admiración?
Entonces el Señor declaró a quién estimaba, y su respuesta puede haber
sorprendido a muchos. El Señor estimó a los humildes y contritos de espíritu
(66:2). Aquellos que verdaderamente lo siguieron conocían su lugar en el
universo; Dios era Dios y ellos no. Temblaron ante su palabra, recibiéndola
como su instrucción de vida, pues se dieron cuenta de que él los conocía mejor
que ellos mismos.
El Señor anima a los fieles (66:3–6)
El Señor animó a los fieles que mantuvieron su fidelidad a través de
circunstancias difíciles. Muchos habían escogido sus propios caminos, pero
para el Señor sus obras y rituales eran una abominación (66:3–4).
En contraste, aquellos que temblaron ante la palabra del Señor verían su
vindicación (66:5). Habían sufrido burlas y burlas por parte de sus parientes,
pero se mantuvieron firmes, tal como Jesús animó a sus seguidores a hacer

351
Traducido por: David Taype

(Mt 5:11-12). El mundo pronto se derrumbaría sobre los enemigos de Dios


(66:6).
El Señor hace que Jerusalén renazca (66:7–14a)
El Señor usó la imagen del parto para ilustrar la gran obra que estaba a
punto de realizar (66:7–9). Describió a una mujer que dio a luz rápidamente y
prácticamente sin trabajo de parto ni dolor. ¿Podría ser realmente así?
Además, ¿podría realmente nacer un país en un día? Las preguntas retóricas
de Dios (66:9) aseguraron a su pueblo que estaba listo para actuar y actuar
rápidamente. La recuperación de la nación ocurriría tan dramáticamente que
la única explicación posible sería la toque de Dios todopoderoso.

Jerusalén como se ve hoy desde el Monte de los Olivos. Isaías describió la


exaltación de Jerusalén en los días del reino de Dios. (Cortesía de Heather
Stancik)

Isaías describió a Jerusalén como una madre lactante lista para amamantar
a sus hijos (66:10–11). La gente recibiría su consuelo, alimento y nutrición.
Una gran sensación de paz los inundaría mientras su madre los cargaba
(66:12–13). Isaías también describió al Señor consolando a su pueblo con
compasión maternal. Todos se regocijarían al darse cuenta de que el tiempo
que Dios había prometido finalmente había llegado.

352
Traducido por: David Taype

Ira final y gloria de Dios (66:14b–24)


Isaías concluyó su libro con un ciclo final de temas familiares. Primero,
anunció el juicio de Dios contra todo pecado. En segundo lugar, proclamó el
envío de mensajeros por todo el mundo para declarar su gloria. Tercero,
describió la bendición que vendría a todas las naciones. Cuarto, cerró su libro
con una última advertencia a los malvados.
Juicio contra todo pecado (66:14b–17)
La imagen de Isaías del Dios guerrero (cf. 63:1-6) reapareció y tomó nuevas
dimensiones. El Señor montó su carro en preparación para la batalla final con
aquellos que se le opusieron (66:15). La perspectiva escatológica del texto
es clara. El Señor juzgaría el pecado dondequiera que lo encontrara.
El envío de mensajeros (66:18–19)
Isaías ya había hablado muchas veces de la gloria de Dios entre las naciones
(p. ej., 2:1–4; 11:1–10; 45:22–23; 52:15). El profeta nuevamente anunció la
intención de Dios de reunir naciones y lenguas para ver su gloria (66:18).
Pero entonces Isaías agregó un aspecto nuevo, no mencionado
anteriormente. El Señor enviaría mensajeros a las naciones que declararían su
gloria (66:19). Tal declaración anticipa las palabras de Jesús cuando envió a
sus discípulos al mundo para llegar a las naciones (Mt 28:18-20).
Los eruditos difieren un poco en cuanto a la identificación de los lugares a
los que van los mensajeros. [6] La identificación se hace más difícil debido a
las diversas formas en que se puede traducir el hebreo. [7] La mayoría está de
acuerdo en que Tarsis es probablemente España, y que Javán probablemente
denota Grecia. Libia (heb. Put ) estaba situada en el norte de África, y los lidios
vivían en Asia Menor, como probablemente lo hicieran los habitantes de Tubal
(Ez 39,1). El término traducida como “islas” ya ha aparecido muchas veces en
Isaías para denotar los confines de la tierra. [8] Así, la proclamación de los
mensajeros de Dios no tendrá límites.
La bendición de las naciones (66:20–23)
Isaías declaró que la bendición resultante para las naciones sería
asombrosa. Todos los hermanos de Israel serían llevados a Jerusalén como
ofrenda al Señor. El contexto de la palabra “hermanos” sugiere que el término
se refiere a más que a los israelitas. Isaías puede estar describiendo nada
menos que el verdadero y completo Israel, compuesto por los fieles de todas
las edades. [9]
El Señor prometió que también elegiría de entre las naciones reunidas a los
hermanos para sus sacerdotes y levitas (66:21). Si la interpretación sugerida

353
Traducido por: David Taype

en el párrafo anterior es correcta, las palabras de Isaías anticipan la


instrucción de Pedro sobre el sacerdocio de todos los creyentes (1 P 2, 9-10).
El Señor también prometió que en la era venidera, el pueblo de Dios y sus
descendientes perdurarían para siempre (66:22). Todos, de todas partes,
vendrían a inclinarse ante el Señor (66:23), tal como él anunció anteriormente
que lo harían (45:23).
Advertencia final a los malvados (66:24)
Las palabras iniciales de Isaías a Judá plantearon al pueblo la opción de
creer o no creer, obedecer o no obedecer, seguir o no seguir (1:16–20, 27–31).
El profeta ahora describió la suerte gloriosa de aquellos que optaron por
creer, obedecer, seguir. Cerró su libro con una última advertencia a los
malvados. Quizá lo hizo porque pensó que la gente de su época se conmovía
más por las amenazas que por las promesas.
Isaías describió un fuego que no se apagaría sobre los impíos (66:24). Jesús
retomó las palabras cuando dijo: “Su gusano no morirá, ni su fuego se
apagará”, al describir el tormento del infierno (Mc 9, 48). Nuevamente, las
dimensiones escatológicas de las palabras de Isaías parecen obvias. El profeta
está describiendo no un pequeño juicio enmarcado en la historia, sino el juicio
final de Dios sobre aquellos que se oponen a él.
La imagen de Isaías de creyentes victoriosos viendo la destrucción de
aquellos que se opusieron a Dios no forma un final agradable para el libro de
Isaías. Y, sin embargo, las Escrituras aseguran a los creyentes que tal
perspectiva ayuda a apreciar la salvación que viene a través de una relación
de fe con el Señor. Las buenas noticias de la salvación de Dios son buenas
noticias precisamente porque las malas noticias son muy malas.
Y así, al llegar al final de Isaías, descubrimos que el profeta comienza y
termina con Yahvé, el Señor soberano de la historia. La visión que recibió
Isaías (1:1) vino de Dios, y al final de la profecía de Isaías, todas las naciones
reconocen la supremacía de Dios, ya sea de buena gana o de mala gana
(66:23–24). No solo la historia va a alguna parte, sino que, fundamentalmente,
la historia no se trata de la humanidad sino del Dios de la humanidad, el Dios
del universo. Las palabras del apóstol Pablo brindan un excelente resumen del
mensaje de Isaías:

“Porque de él, por él y para él son todas las cosas.

¡A él sea la gloria por siempre! Amén." (Romanos 11:36)


354
Traducido por: David Taype

Preguntas de estudio
1. Compara Isaías 61:1–3 y Lucas 4:16–30. ¿Cómo cumplió Jesús las
palabras de Isaías? ¿Por qué la población de Nazaret se enojó con él?
2. Compare y contraste Isaías 65–66 con Apocalipsis 20–22.
3. ¿De qué manera el matrimonio de Sión con Dios (62:1–12) es
paralelo a Cristo y la iglesia en el Nuevo Testamento?

Términos clave
ungido
escatológico
visión lineal de la historia
premilenial
shalom

355
Traducido por: David Taype

20. Isaías y el Antiguo


Testamento

Esquema
• Uso de material anterior del Antiguo Testamento por parte de Isaías
Referencias de Isaías a personas, lugares y eventos históricos
Referencias a la Torá
• Uso de Isaías en material posterior del Antiguo Testamento
Casos de Dependencia o Interdependencia
Otros usos de los motivos isaiánicos

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Identifique personas, lugares y eventos clave que Isaías cita de


material anterior del Antiguo Testamento.
2. Discuta el uso del libro de Isaías de la Torá.
3. Explique cómo se usaron el libro y/o sus motivos comunes en
material posterior del Antiguo Testamento.

El libro de Isaías ha tenido profundas impacto en el resto de la Biblia. De


hecho, la Biblia tendría un aspecto bastante diferente si no tuviera a Isaías.
Isaías destaca muchos temas clave de las Escrituras. Su uso de la expresión
“Santo de Israel” distingue al Señor como el Dios soberano del universo. El
énfasis de Isaías en las obligaciones del pacto de su pueblo los dirige de
regreso a su herencia espiritual. Su enfoque en las naciones revela la intención
de Dios tanto de juzgarlas como de traerles su salvación. Finalmente, la
proclamación del profeta sobre el Mesías y el reino mesiánico sienta una base
sólida para la proclamación de Jesús y su reino en el Nuevo Testamento.

356
Traducido por: David Taype

El libro de Isaías también forma un “puente” entre el Antiguo y el Nuevo


Testamento. El profeta se basó en la rica herencia proporcionada por los
escritores bíblicos que lo precedieron. A su vez, los escritores del Nuevo
Testamento hicieron uso frecuente del material de Isaías.
Este capítulo explorará la contribución del libro de Isaías al Antiguo
Testamento centrándose en dos áreas principales: el uso de Isaías del material
anterior del Antiguo Testamento y el uso de Isaías en el material posterior del
Antiguo Testamento.

Uso de Isaías de material anterior del Antiguo Testamento


El mensaje de Isaías se construyó sobre la base del material anterior del
Antiguo Testamento, aunque todo lo que ahora conocemos como el Antiguo
Testamento aún no estaba completo. El profeta llamó la atención del pueblo a
la revelación anterior de Dios, instándolos a prestar atención a sus demandas
por su propio bien. Hasta cierto punto, entonces, su mensaje fue un llamado a
abrazar lo viejo, no simplemente a buscar algo nuevo.
El uso de material anterior por parte de Isaías tomó dos formas: referencias
a personas, lugares y eventos históricos y referencias a la ley de Moisés. Sus
referencias a la ley de Moisés incluyeron conceptos importantes como
festivales, ofrendas y sacrificios, así como líderes, justicia social y santidad y
rectitud.

Referencias de Isaías a personas, lugares y eventos históricos


Isaías se refirió a muchas personas históricas, lugares y eventos para
recalcar sus puntos. Principalmente, describió las grandes obras anteriores de
Dios entre su pueblo para animarlos a poner su fe en él para el presente y el
futuro. Algunos de los ejemplos más destacados se destacan a continuación.
Dios como Creador
Génesis 1:1 afirmó la creación de Dios de todo lo que existía por encima y
en contra de la comprensión politeísta pagana del comienzo del mundo. El
énfasis de Isaías en este concepto le recordó a su pueblo la continua guía
soberana de Dios sobre sus vidas. El Señor había creado el cielo y la tierra
(42:5; 44:24) y conocía las estrellas por su nombre (40:26). Él y solo él lo
había logrado (45:18) y, en consecuencia, el pueblo de Dios podía contar con
él para rescatarlos del exilio y establecerlos de nuevo en la tierra (40:27–31).

357
Traducido por: David Taype

T Los días de Noé


Isaías hizo una comparación con “los días de Noé” (54:9) para asegurar a su
pueblo la bendición de Dios. Después del gran diluvio, Dios había prometido
que nunca más inundaría la tierra (Gn 8:21–22). Asimismo, Isaías prometió
que cuando llegara el día de la restauración final de Israel, el Señor nunca más
les quitaría su pacto de amor y bendición (54:9–10).
los patriarcas
Isaías dirigió la atención de sus oyentes a Abraham cuatro veces (29:22;
41:8; 51:2; 63:16). Al hacerlo, le recordó a su pueblo su preciosa herencia, así
como sus responsabilidades en el pacto. Su uso común del nombre Jacob como
designación de Israel también reforzó estos conceptos (p. ej., 2:5–6; 10:20–21;
40:27; 44:1–2; 60:16). la relacion de dios con Israel había comenzado hace
mucho tiempo y continuaría a través de los descendientes de Jacob.
Sodoma y Gomorra
La Biblia registra la destrucción de Dios de Sodoma y Gomorra debido a la
extrema maldad de las ciudades (Gn 18:20; 19:24–25). Isaías sorprendió a sus
oyentes al describir que el pecado de Jerusalén rivaliza con el de estas
ciudades (1:9–10; 3:9). Al hacerlo, dio a entender que el castigo que estas
ciudades recibieron también podría llegar a Jerusalén.
Isaías también indicó la profundidad de la ruina inminente de Babilonia al
comparar su destrucción con la destrucción de Sodoma y Gomorra (13:19).
Nadie volvería a habitar la ciudad.
El éxodo y las andanzas por el desierto
Los libros de Éxodo y Números registran cómo Dios guió a su pueblo fuera
de Egipto y a través del desierto hasta Canaán. Isaías recordó la derrota de
Egipto por parte de Dios y la separación de las aguas para su pueblo como una
demostración del poder y la presencia de Dios para su obra futura (10:24, 26;
51:10; 63:11–13). El profeta también utilizó la imagen de una columna de
fuego y una columna de nube (Ex 40:36–38) para describir el cuidado del
Señor por Sión en el reino mesiánico (4:5).
El valle de Gabaón
La ciudad de Gabaón dominaba el valle de Ajalón, donde el Señor hizo que el
sol se detuviera durante la batalla de Josué contra la coalición del sur de los
reyes cananeos (Josué 10:12–14). La alusión de Isaías a este milagro (28:21)
ayudó a su pueblo a comprender la magnitud de la obra futura de Dios a favor
de ellos.

358
Traducido por: David Taype

La batalla de Madián
El libro de Jueces registra cómo Gedeón de la tribu de Manasés derrotó a los
madianitas y trajo la paz a Israel (Jueces 6–7). La alusión de Isaías al “día de la
derrota de Madián” (9:4) y su mención de cómo el Señor “hirió a Madián”
(10:26) le recordó a su pueblo que el Señor tenía poder para derrotar a todo
opresor si confiaba en él. .
David
Isaías destacó el pacto de Dios con el rey David (2 Sm 7) y sus beneficios
para el pueblo de Dios en varios oráculos proféticos. La designación “casa de
David” para el linaje real de Judá aparece tres veces (7:2, 13; 22:22), y se
menciona que Ezequías tiene ascendencia davídica (38:5). Aparece también el
vínculo entre David y Jerusalén (22,9; 29,1), con el interés de Dios por la
ciudad ligado a su alianza con David (37,35).
El nombre de David también aparece en conexión con futuras promesas,
incluidas las del reino mesiánico (9:7; 16:5; 55:3). Por lo tanto, David se erige
como un canal para la bendición de Dios para su pueblo, pasado, presente y
futuro.

Referencias a la Torá
Isaías también tenía en alta estima la ley de Moisés y utilizó sus enseñanzas
como base para gran parte de su mensaje. Solo la palabra de Dios proporcionó
al pueblo la luz espiritual que necesitaba para vivir como Dios esperaba, como
lo enfatizan los siguientes versículos:

Cuando los hombres os dicen que consultéis a médiums y espiritistas, que


susurran y murmuran, ¿no debería un pueblo consultar a su Dios? ¿Por
qué consultar a los muertos en nombre de los vivos? ¡A la ley y al
testimonio! Si no hablaren conforme a esta palabra, no tendrán la luz del
alba. (8:19–20)

Fiestas, Ofrendas y Sacrificios


La fiesta de la luna nueva ocurre solo en los capítulos primero y último
(1:13–14; 66:23), y el sábado aparece muy cerca de las referencias a la luna
nueva (1:13; 66:23). En Isaías 1, el profeta describe estas fiestas como sin
valor ante Dios porque los que las celebran están viviendo malas vidas. En
Isaías 66, el sábado y las fiestas de la luna nueva marcan la bendición y el
orden del reino de Dios. Isaías también habló de la observancia adecuada del
sábado como algo que traía la bendición y el favor de Dios (56:2, 4, 6; 58:13).

359
Traducido por: David Taype

Las referencias a ofrendas y sacrificios ocurren comúnmente en Isaías. La


gente a veces provocaba a Dios ofreciendo sacrificios a otras deidades (40:20;
57:5–6; 65:3, 7) y trayendo ofrendas cuando sus corazones no estaban bien
(1:11, 13; 66:3). Sin embargo, Dios declaró que los aceptaría nuevamente en el
día de su bendición (56:7; 60:7), ¡incluso los sacrificios que otras naciones
ofrecían (19:21)! Estuvo listo para recibir las ofrendas de aquellos que las
trajeron con genuino arrepentimiento y humildad.
Sin embargo, la ofrenda más significativa fue la que ofreció el Señor mismo:
su siervo, cuya vida se convirtió en una ofrenda por la culpa del pueblo de
Dios (53:10). El siervo se resignó en silencio al propósito de Dios, aunque ese
propósito incluía morir por negligencia. Al final, sin embargo, el Señor exaltó
hasta lo sumo a su siervo, que se dio a sí mismo en rescate por muchos (53,12;
Mc 10,45).
Líderes
Los líderes marcan la pauta para las personas a las que lideran. Los buenos
líderes que seguían las enseñanzas de la Torá buscarían mantener el enfoque
de la gente en el Señor y los principios piadosos. Los malos líderes que buscan
solo su propio beneficio producirían una actitud de “lo que sea mejor para mí”
entre la población en general. Por supuesto, aquellos que adoraban ídolos
arrastrarían rápidamente a la gente común con ellos.
Isaías abordó el problema del mal liderazgo al principio de su libro (1:10).
Los gobernantes malvados buscaban su propio beneficio en lugar de servir a
aquellos a quienes dirigían (1:23). El Señor pondría fin al mal liderazgo en
Judá (3:14), y cuando lo hiciera, reinaría la confusión por un tiempo (3:6–7).
Aquellos que solo velaban por sus propios intereses huirían ante el peligro en
lugar de tratar de resistirlo (22:3).
Isaías le aseguró a su pueblo que el Señor también podía manejar a los
gobernantes del mundo. Derribaría al rey de Babilonia (14:5, 9) ya los líderes
de Egipto (19:13). Levantó naciones y las redujo a nada de acuerdo con su
gran propósito (40:23–24). Los “Oráculos contra las naciones” de Isaías (caps.
13–23) asumen el concepto de la soberanía de Dios sobre todas las naciones y
pueblos.
Isaías prometió, sin embargo, que así como el Señor podía y juzgaría al mal
liderazgo, algún día también levantaría un buen liderazgo. Líderes compasivos
y honestos como Eliaquim encontrarían su lugar en el plan de Dios (22:20–
23).
El reino venidero de Dios también presentaría un liderazgo justo bajo el
gobierno del Mesías. La justicia y la rectitud prevalecerían (32:1–2). Aquellos

360
Traducido por: David Taype

en autoridad se inclinarían ante el siervo del Señor (49:7). La armonía


regresaría a la naturaleza bajo la raíz del liderazgo de Isaí mientras él dirigía
por el poder del Espíritu de Dios (11:1–10).
Justicia social
Cuando un líder religioso le pidió a Jesús que articulara el mayor
mandamiento de todos, Jesús respondió:

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu
mente”. Este es el primer y mayor mandamiento. Y el segundo es
semejante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Toda la Ley y los Profetas
dependen de estos dos mandamientos. (Mt 22, 37–40)

En otras palabras, una relación adecuada con el Señor es primordial. La


capacidad de las personas para amar y servir a los demás fluye de su relación
con el Señor. De manera similar, los primeros cuatro de los Diez
Mandamientos se enfocan en nuestra relación con Dios, mientras que los
últimos seis se enfocan en nuestra relación con los demás.
Isaías mencionó la iniquidad de su pueblo en sus comentarios iniciales (1:2,
4). Una vez que el pueblo dio la espalda al Señor, el Santo de Israel, sus
relaciones con sus conciudadanos también degeneraron.
Para Isaías, como para otros profetas, la justicia social era el producto lógico
de una buena relación con el Señor. Aquellos quienes lo amaban y lo seguían
alinearían sus actitudes y comportamientos con sus enseñanzas. Aquellos que
no lo siguieran harían sus propias reglas para vivir.
Isaías denunció la falta de preocupación de la gente por los huérfanos y las
viudas, generalmente impotentes de la sociedad (1:17, 23). Una marca de la
integridad de la sociedad era cómo trataba a esos grupos. Las cuestiones del
bien y el mal no debían depender del estatus económico o social de cada uno.
Aquellos que robaron a los pobres e indefensos sus derechos y dignidad
responderían ante Yahvé (3:13–15).
Tomar una posición por la justicia social significaba vivir según las
definiciones de Dios del bien y el mal, no según las de otros (5:20), y defender
lo correcto sin importar su rentabilidad (5:23). La promulgación de estatutos
malvados privó a los necesitados de justicia y privó a los justos de lo que les
correspondía (10:1–2). Isaías llamó a su pueblo a demostrar su fe mediante un
trato justo y compasivo hacia todos (58:6–7). En la era mesiánica por venir, la
justicia social impregnaría la sociedad—otra indicación de que tales asuntos
son importantes para el corazón de Dios (11:4; 25:4; 60:18).

361
Traducido por: David Taype

Alimentar a los pobres, brindar refugio a las personas sin hogar, trabajar
por los derechos civiles y luchar contra el aborto técnicamente no son parte
del evangelio cristiano, pero deberían ser un producto natural de una relación
con Dios. El cuidado de las necesidades físicas y sociales de las personas es el
resultado de que los creyentes aprendan a compartir las preocupaciones de
Dios por las personas creadas a su imagen (ver recuadro 2.2).
Santidad y Justicia
El significado básico de la palabra “santo” es “apartado”. Dios fue
completamente separado de su creación, y el pueblo de Dios debía vivir vidas
separadas de las naciones que los rodeaban. Levítico 19:2b resumió bien el
asunto: “Sed santos porque yo, el SEÑOR vuestro Dios, soy santo”.
santidad de Dios comprendió un tema central en la visión del templo de
Isaías cuando el profeta escuchó a un serafín llamar a otro: “Santo, santo,
santo es el SEÑOR Todopoderoso” (6:3). La designación de Dios como “el
Santo de Israel” ocurre treinta y una veces en el Antiguo Testamento, y
veinticinco de ellas están en Isaías. [1]
Isaías afirmó la santidad de Dios con este nombre, pero también usó el
término “santo” en referencia a Dios en otros lugares (5:16; 8:13; 40:25;
43:15; 52:10; 57:15; 63:10–11). ). La santidad de Dios debía reflejarse en su
pueblo (4:3; 6:13; 29:23; 30:29) y en Jerusalén, su ciudad santa (11:9; 27:13;
48:2; 52:1; 57:13). La santidad sería especialmente una marca del pueblo de
Dios y de Jerusalén en la era mesiánica (4:3; 11:9; 35:8). A medida que la
gente celebraba el sábado con reverencia, lo apartaban como santo en
contraste con otros días (58:13). Los ángeles, los santos de Dios, también
marcharon para cumplir sus órdenes (13:3).
rectitud , una cualidad positiva de la bondad que conduce a una acción
buena y correcta, también ocupa un lugar destacado en el mensaje de Isaías.
Sobre todo, la justicia era un atributo divino.
De las aproximadamente sesenta apariciones de las palabras “justo”,
“justicia” y “justamente”, más de un tercio se refiere a Dios. Algunos describen
el carácter justo que lo impulsa a juzgar a su pueblo y las naciones (5:16;
10:22; 28:17). Otros usos denotan el deseo de Dios de traer justicia a su
pueblo (33:5; 42:6; 45:24; 51:5, 8; 56:1; 61:10).
La mayoría de las referencias a la justicia designan al pueblo de Dios, ya sea
como algunos eran entonces (3:10; 57:1), como el deseo de Dios para ellos
ahora (5:7; 26:7; 33:15; 46:12; 48:1, 18), o como el objetivo final para ellos en
la era mesiánica (26:2; 45:8, 25; 60:21; 61:3, 10). Habían caído de su estado de
justicia, pero él los restauraría (1:21, 26–27).

362
Traducido por: David Taype

Isaías claramente poseía un gran conocimiento de la ley de Moisés y el


material histórico del Antiguo Testamento que lo precedió. Él construyó su
mensaje profético sobre ese fundamento. Como veremos ahora, los escritores
posteriores del Antiguo Testamento también se basaron en el mensaje de
Isaías.

Uso de Isaías en material posterior del Antiguo Testamento


Algunas partes del material posterior del Antiguo Testamento parecen
estar relacionadas con el material de Isaías. En algunos casos, se puede
observar dependencia o interdependencia literaria. En otros casos, los
escritores simplemente parecen haber construido sobre un motivo Isaías.

Casos de Dependencia o Interdependencia


Dependencia literaria significa que un escritor tomó prestado o adaptó
material de una fuente anterior en una medida significativa. En tales casos,
una relación entre los dos textos es claramente observable, y un texto es
claramente primario.
La interdependencia literaria significa que dos textos están conectados
de alguna manera clara. Sin embargo, en tales casos, aunque se observa
claramente una relación entre los dos textos, la dirección de la influencia no
está clara.
Dependencia: Isaías 36–39 y 2 Reyes 18–20
Los eruditos han notado durante mucho tiempo que los eventos de Isaías
36–37 siguen históricamente a los eventos de Isaías 38–39. Por lo general,
esto se explica a la luz del propósito literario de Isaías. Isaías concluyó la
“sección asiria” de su libro (capítulos 1–35) con un relato de la derrota asiria
(capítulos 36–37), señalando la desaparición definitiva de Asiria. Luego
concluyó con un relato que sugería que los descendientes de Ezequías algún
día servirían en Babilonia. Así, Isaías 39 introduce la “sección babilónica” que
comienza con Isaías 40. [2]
Curiosamente, el libro de 2 Reyes, que generalmente asume un enfoque
cronológico al presentar su material, presenta los eventos en el mismo orden.
Aunque el texto no se copia palabra por palabra, la dependencia de Isaías es
obvia. Esta dependencia plantea un tema interesante.
El cambio de orden de estos eventos en Isaías solo tiene sentido si Isaías 40
sigue a Isaías 39. Por lo tanto, la sección que algunos designan como Deutero-
Isaías y suponen que fue escrita en algún momento después del decreto de

363
Traducido por: David Taype

Ciro en 539 a. C. debe haber sido adjuntada a Isaías 1–39. antes de la


adaptación de los capítulos 36–39 por el escritor de Reyes.
Sin embargo, la mayoría de los eruditos asignan una fecha de alrededor de
560 a 550 a. C. para la finalización del material en Reyes. Esto empujaría la
escritura de Isaías 40–66 antes de lo que pueden permitir los múltiples
defensores de la autoría. Si bien no prueba el punto de vista de un solo autor
de Isaías, esta evidencia crea problemas para el punto de vista de autoría
múltiple de Isaías. [3]
Interdependencia: Isaías 2:1–4 y Miqueas 4:1–4
Isaías 2:1–4 y Miqueas 4:1–4 tienen un parecido sorprendente entre sí. Los
dos textos son prácticamente idénticos, aunque existen diferencias de
redacción muy pequeñas.
Dado que los ministerios de Isaías y Miqueas se superpusieron en un grado
significativo, no se puede argumentar de manera concluyente a favor de la
prioridad de Isaianic o Mican. No obstante, los textos parecen claramente
relacionados. Algunos eruditos han sugerido, aunque no existe evidencia
sólida, que tanto Isaías como Miqueas adaptaron las palabras de un himno
conocido del siglo VIII a.C. [4]

Otros usos de los motivos isaiánicos


Los siguientes motivos tienen cierta semejanza con el material posterior del
Antiguo Testamento, y aquí no se sugiere una fuerte dependencia de Isaías. El
propósito de esta sección es simplemente notar que varios temas importantes
de Isaías encuentran un tratamiento adicional en libros posteriores del
Antiguo Testamento.
Santo de Israel
La expresión “Santo de Israel” aparece veinticinco veces en Isaías, siempre
como designación de Dios. Ocurre solo seis veces fuera de Isaías: 2 Reyes
19:22 (paralelo a Is 37:23); Salmos 71:22; 78:41; 89:18; Jeremías 50:29; 51:5.
El siguiente es un breve análisis:

2 Reyes 19:22 : El versículo es paralelo a Isaías 37:23 (parte de una porción


más grande de material tomado de Isaías por el escritor de Reyes,
discutido anteriormente); Senaquerib de Asiria, por su altiva arrogancia,
ha desafiado al Santo de Israel.

364
Traducido por: David Taype

Salmo 71:22 : La ocurrencia aquí es el único uso de la expresión en el libro 2


del salterio; aparece en una atribución de alabanza a Dios (71:22-24). El
salmo es anónimo.
Salmo 78:41 : El uso aparece en una sección en la que Asaf (ver el
encabezado del salmo) describe la rebelión de Israel en el desierto a pesar
de presenciar los muchos milagros de Dios. Si el encabezamiento del
salmo identifica al autor y si el Asaf mencionado era el músico principal
de David (1 Cr 25:1), el salmo es anterior a la época de Isaías.
Salmo 89:18 : El uso aparece en un himno que exalta la majestad de Dios. El
autor, Etán el ezraíta (ver el encabezado del salmo), afirma su lealtad y la
de Israel al Santo de Israel. Si Etán el ezraíta es el mismo hombre
mencionado en 1 Reyes 4:31, este salmo puede datar del mismo período
general que el Salmo 78.
Jeremías 50:29 : Jeremías usa la expresión en el contexto de un sitio contra
Babilonia. La arrogancia de Babilonia generalmente es paralela a la de
Senaquerib en Isaías 37:22–23.
Jeremías 51:5 : Jeremías afirma que a pesar de la culpa que soportan Israel y
Judá, ninguno ha sido desamparado por el Santo de Israel. El juicio del
Señor ahora viene a afectar a Babilonia.

Aparte del paralelo directo de Isaías 37:23 y 2 Reyes 19:22, nada en las
otras referencias sugiere un paralelo directo o dependencia de Isaías. Los
Salmos 78 y 89 bien pueden preceder a Isaías, y aunque los dos usos de la
expresión por parte de Jeremías encuentran contextos similares en Isaías, no
se puede establecer una conexión literaria clara.
Oráculos contra las Naciones
La sección “Oráculos contra las naciones” de Isaías (caps. 13–23) encuentra
sus paralelos más fuertes en Jeremías 46–51 y Ezequiel 25–32. Amós y
Sofonías también hablan en contra de otras naciones, pero en un sentido
mucho más limitado (Am 1:3–2:3; Sof 2:4–15).
Los oráculos de los profetas contra otras naciones proclaman la poderosa
verdad de que el Señor Dios es soberano sobre todas las naciones, no solo
sobre Israel y Judá. Tal concepto contrastaba fuertemente con los puntos de
vista politeístas de las naciones vecinas, quienes generalmente creían que la
soberanía divina estaba más localizada. Isaías, Jeremías y Ezequiel comparten
esta convicción, al igual que Amós, Sofonías y otros profetas como Abdías y
Nahum, quienes anunciaron el juicio de Dios sobre una nación extranjera en
particular.
365
Traducido por: David Taype

Sin embargo, además de compartir esta convicción común, los profetas no


parecen haber dependido unos de otros para sus oráculos contra las naciones.
Los profetas denuncian a las naciones en diferente orden y utilizan sus
propios enfoques únicos. Algunos motivos parecen comunes a todos ellos,
aunque es probable que estos motivos sean parte de un enfoque general que
los profetas adoptaron al pronunciar juicios sobre las naciones.
Sin embargo, un énfasis particular en Isaías es el deseo de Dios de llegar a
todas las naciones con la noticia de su salvación. Isaías vio un día en que todas
las naciones acudirían a Jerusalén (2:1–4), un día en que Dios reuniría a su
pueblo nuevamente (11:11–16). Pero también proclamó a un Dios cuyo
corazón deseaba que los confines de la tierra se volvieran a él para salvación
(45:22–23). Reconciliaría a Egipto y Asiria para que lo sirvieran junto a Israel
(19:18–25). Incluso planeó enviar a sus mensajeros para proclamar su gloria
entre las naciones (66:19).
Aunque elementos de este concepto aparecen en otros lugares de los
profetas (Jer 47,7; Jl 2,28–32; Sof 3,9–10) y en el libro de los Salmos (9,11;
18,49; 45,17; 96 :3, 7, 10), nadie lo desarrolló tan a fondo como lo hizo Isaías.
Este tema será el centro de nuestro último capítulo.
La rama davídica
El concepto de la rama aparece en Isaías solo dos veces. En la primera
aparición (4:2), la rama aparece como una parte gloriosa del reino venidero
de Dios. El Señor purga el mal de su pueblo y establece su presencia cercana e
íntima entre ellos como en los días de la peregrinación por el desierto (4:4–6).
En el segundo caso de Isaías (11:1), la rama es la raíz de Isaí, una clara
conexión davídica. El Espíritu de Dios faculta al vástago con sabiduría e
inteligencia, y él gobernará con justicia (11:2–4). La armonía resulta en la
naturaleza, y el Señor reunirá al remanente de su pueblo de todas partes
(11:6–16).
Jeremías construyó sobre el fundamento de Isaías con dos referencias a la
rama davídica que son estrechamente paralelas. En la primera referencia
(23:5–6), Jeremías describió que el Señor levantó una rama justa de David que
prosperaría como rey mientras su pueblo vivía en seguridad. Esta rama tenía
un nombre: “Jehová, justicia nuestra”.
En la segunda referencia (33:15–16), Jeremías expresó los mismos
sentimientos, pero también agregó una palabra sobre la continuidad del
servicio y el sacrificio levítico. Este vínculo entre la realeza y el sacerdocio
encuentra su máxima expresión en Zacarías.

366
Traducido por: David Taype

Los dos usos de Zacarías del término “vástago” se enfocan en Josué, el sumo
sacerdote. En el primero (3:8), el mensajero del Señor acababa de darle a
Josué ropa nueva, simbolizando la purificación del sacerdocio por parte de
Dios. Zacarías luego anunció la llegada de una rama para traer una nueva era
maravillosa. En la segunda referencia de Zacarías (6:12), Josué recibió una
corona y el profeta proclamó que la rama construiría el templo de Dios y
traería paz entre los oficios de rey y sacerdote (6:13).
El Nuevo Testamento no desarrolla directamente el motivo de la rama. Sin
embargo, sí aplica los conceptos vinculados a la sucursal a una sola persona.
Los escritores del Nuevo Testamento proclaman a Jesús como el hijo de David
(Mt 1:1; 21:9), nuestro gran sumo sacerdote (Heb 7:22–25) y la fuente de
nuestra justicia (Rom 3:21–22; 2 Cor 5,21). Estos tres conceptos encuentran
su convergencia en él.
El profeta Isaías construyó sobre el fundamento de Moisés y otros primeros
escritores bíblicos. Se basó en la Torá tanto para la enseñanza como para el
material ilustrativo. Dirigió a sus oyentes a su herencia espiritual y al Dios que
se la había dado. Isaías desafió a su pueblo a recordar las grandes obras de
Dios para ellos ya vivir con rectitud como debe hacerlo su pueblo del pacto.
Aquellos que siguieron a Isaías también se basaron en esta corriente de fe
religiosa. Una de las contribuciones más grandiosas de Isaías fue su visión
exaltada de Dios. Primero, el Señor era el Santo de Israel. Su santidad lo apartó
y llamó a la gente de todas partes a someterse a sus normas justas. A medida
que lo siguieran, se volverían más como él.
Segundo, Isaías también proclamó a Dios como Señor de todas las naciones,
ya sea que esas naciones lo supieran o no. Él los había hecho lo que eran, y los
juzgaría en su momento perfecto. Su soberanía no terminó en las fronteras de
Israel.
Tercero, Isaías describió a Dios como un Dios íntimamente involucrado en
la historia humana. Había labrado un pueblo para su nombre, y estaba
guiando la historia hacia el establecimiento de su reino, cuando todas las
naciones en todas partes reconocerían su majestad y dominio. Restauraría el
trono de David y establecería a Jerusalén como su pieza central. de adoración
de nuevo.
Como hemos visto en este capítulo, otros escritores del Antiguo Testamento
ampliaron las enseñanzas de Isaías. Pero el cumplimiento final de las palabras
de Isaías esperaba la venida del hijo particular de David del que hablaron
Isaías y otros. El Nuevo Testamento proclama a ese hijo de David como Jesús,
y ahora nos dirigimos al uso de Isaías en el Nuevo Testamento.

367
Traducido por: David Taype

Preguntas de estudio
1. ¿Cómo hace uso el libro de Isaías del material anterior del Antiguo
Testamento? Citar personas, lugares y eventos clave.
2. Proporcione ejemplos de la alusión del profeta a la Torá.
3. ¿Cómo fueron influenciados los escritores posteriores del Antiguo
Testamento por el libro de Isaías?

Términos clave
santidad
dependencia literaria
interdependencia literaria
justicia

368
Traducido por: David Taype

21. Isaías y el Nuevo Testamento

Esquema
• Cumplimiento Directo de las Palabras de Isaías
La persona y la obra de Jesús
El reino escatológico de Jesús
Juan el Bautista
• Cumplimiento Secundario/Aplicación de las Palabras de Isaías
La persona y la obra de Jesús
La incredulidad de la gente
la salvación de Dios
vida de la iglesia
• Alusiones a las palabras de Isaías
Isaías 8:12–13
Isaías 22:13
Isaías 40:6–8
Isaías 61:6
• Conclusión

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Cite pasajes clave del Nuevo Testamento que proclamen un


cumplimiento directo o secundario de las palabras de Isaías.
2. Discuta cómo las palabras de Isaías señalan la persona y las obras de
Jesús.

En el capítulo anterior se examinó cómo el libro de Isaías afectó


profundamente al Antiguo Testamento. Isaías a veces se hizo eco de temas de

369
Traducido por: David Taype

escritores anteriores al llamar a la gente a vivir fielmente bajo el pacto del


Señor. Isaías también presentó nuevos temas y énfasis. Los escritores
posteriores del Antiguo Testamento también tomaron el mensaje de Isaías y
se basaron en él según convenía a sus propios propósitos.
La contribución de Isaías al Nuevo Testamento también se hace evidente
cuando examinamos los datos. Aproximadamente uno de cada diecisiete
versículos contiene material que proviene directamente de Isaías. [1] Los
escritores del Nuevo Testamento claramente conocían bien el libro de Isaías.
El uso del material de Isaías por parte de los escritores del Nuevo
Testamento se divide en tres categorías. Primero, los escritores del Nuevo
Testamento señalan eventos en la vida de Jesús y en la vida de la iglesia como
un cumplimiento directo de las palabras de Isaías. En segundo lugar, los
escritores del Nuevo Testamento hacen una aplicación secundaria de las
palabras de Isaías a situaciones de la vida de Jesús o de la vida de la iglesia
primitiva. Tercero, los escritores del Nuevo Testamento usan las palabras de
Isaías porque sus palabras, aunque no están directamente relacionadas con el
punto que están expresando, no obstante se ajustan al sentido de lo que
quieren decir. Un estudio completo de cada versículo no es posible dentro del
alcance de este libro, pero he tratado de resaltar los aspectos más
significativos.
En algunos casos, los intérpretes no estarán de acuerdo sobre si un
cumplimiento es directo o secundario, o si el uso del Nuevo Testamento
representa un cumplimiento secundario o simplemente usa las palabras
porque encajan en el contexto del Nuevo Testamento. Considere algunos o
todos ellos por sí mismo y saque sus propias conclusiones hermenéuticas.

Cumplimiento directo de las palabras de Isaías


Los pasajes del Nuevo Testamento que declaran un cumplimiento directo
de las palabras de Isaías se dividen en dos categorías principales: los que se
refieren a la persona y obra de Jesús y los que se refieren a su reino
escatológico. Algunos pasajes combinan estos dos conceptos, mientras que
uno trata de Juan el Bautista.

La persona y la obra de Jesús


Las profecías de Isaías sobre la persona y la obra de Jesús a veces
encuentran su cumplimiento en el mismo Jesús. En otros momentos,
encuentran su realización en su cuerpo, la iglesia.

370
Traducido por: David Taype

Jesús mismo
El evangelista Mateo vio el cumplimiento de las palabras de Isaías en el
ministerio público de Jesús (Is 9,1-2; Mt 4,15-16). La luz a la que se refería
Isaías era la gloria y la luz espiritual de Jesús, cuyo ministerio se concentraba
en Galilea de los gentiles, especialmente en la región de la orilla norte del Mar
de Galilea.
Mateo también vio en Jesús el cumplimiento del primer cántico del siervo
de Isaías (Is 42,1–4; Mt 12,18–21). Mientras Jesús realizaba obras de sanidad
entre las multitudes, a menudo insistía en que aquellos a los que sanaba no se
lo contaran a nadie. El pasaje contrasta el enfoque aparentemente amable de
Jesús con su eficacia para cumplir el propósito de Dios.
Por supuesto, muchos testigos del Nuevo Testamento relacionaron el
cántico del cuarto siervo (Is 52:13–53:12) con Jesús. Juan consideró las
palabras de Isaías mientras se maravillaba de la incredulidad de muchos a
quienes Jesús hablaba (Is 53,1; Jn 12,38). Mateo vio cumplidas las palabras de
Isaías en las curaciones de Jesús (Is 53,4; Mt 8,17). Cuando el funcionario
etíope se preguntó sobre la identidad del siervo, Felipe comenzó a
proclamarle a Jesús, comenzando en ese mismo lugar en Isaías (Is 53:7–8;
Hechos 8:32–33). [2] Pedro recordó a sus lectores el sufrimiento de Cristo por
nuestra curación, a pesar de su inocencia (Is 53:5, 9; 1 Pt 2:22, 24). Habían
sido ovejas descarriadas que habían vuelto a Jesús, su pastor (Is 53,6; 1 P
2,25). Finalmente, el mismo Jesús afirma su vínculo con las palabras de Isaías
cuando se describe a sí mismo como “contado con los transgresores” (Is
53,12; Lc 22,37).

Barra lateral 21.1


Citas del Nuevo Testamento del Libro de Isaías

El siguiente cuadro demuestra el notable impacto que tuvo el mensaje de


Isaías en el Nuevo Testamento. escritores Mientras examina la información,
observe tanto la cantidad de citas como la gran cantidad de libros del Nuevo
Testamento en los que aparecen.
Isaías Referencia del Nuevo Testamento

1:9 Romanos 9:29


6:9 Lucas 8:10

371
Traducido por: David Taype

6:9–10 Mateo 13:14–15


Marcos 4:12
Hechos 28:26–27
6:10 Juan 12:40
7:14 Mateo 1:23
8:8, 10 (LXX) * Mateo 1:23
8:12–13 1 Pedro 3:14–15
8:14 Romanos 9:33
1 Pedro 2:8
8:17 (LXX) * Hebreos 2:13
8:18 Hebreos 2:13
9:1–2 Mateo 4:15–16
11:10 Romanos 15:12
22:13 1 Corintios 15:32
25:8 1 Corintios 15:54
26:20 Hebreos 10:37
28:11–12 1 Corintios 14:21
28:16 Romanos 9:33; 10:11
1 Pedro 2:6
29:10 Romanos 11:8
29:13 (LXX) * Mateo 15:8–9
Marcos 7:6–7
29:14 1 Corintios 1:19
40:3 Mateo 3:3
Marcos 1:3
Juan 1:23
40:6–8 1 Pedro 1:24–25
40:13 Romanos 11:34
1 Corintios 2:16
42:1–4 Mateo 12:18–21
43:20 1 Pedro 2:9
43:21 1 Pedro 2:9
44:28 Hechos 13:22
45:21 Marcos 12:32
45:23 Romanos 14:11
49:6 Hechos 13:47
49:8 2 Corintios 6:2
52:5 Romanos 2:24
372
Traducido por: David Taype

52:7 Romanos 10:15


52:11 2 Corintios 6:17
52:15 Romanos 15:21
53:1 Juan 12:38
Romanos 10:16
53:4 Mateo 8:17
53:7–8 (LXX) * Hechos 8:32–33
53:9 1 Pedro 2:22
53:12 Lucas 22:37
54:1 Gálatas 4:27
54:13 Juan 6:45
55:3 (LXX) * Hechos 13:34
56:7 Mateo 21:13
Marcos 11:17
Lucas 19:46
59:7–8 Romanos 3:15–17
59:20–21 Romanos 11:26–27
61:1–2 Lucas 4:18–19
61:6 1 Pedro 2:9
62:11 Mateo 21:5
64:4 1 Corintios 2:9
65:1 Romanos 10:20
65:2 Romanos 10:21
66:1–2 Hechos 7:49–50

* LXX = la Septuaginta

Adaptado de El Nuevo Testamento Griego, ed. Kurt Aland et al., 3ª ed.


(Londres: Sociedad Bíblica Unida, 1975), 899 .

Lucas vio en el ministerio de Jesús en Nazaret el cumplimiento de la


profecía del ministro guiado por el Espíritu de Isaías (Is 61:1–2; Lc 4:18–19).
Jesús leyó el pasaje en la sinagoga de Nazaret y proclamó la llegada del favor
del Señor ese día, para sorpresa y confusión de los que escuchaban.
Dios estaba edificando un pueblo para su nombre. Isaías anunció que el
Señor estaba poniendo los cimientos para esa obra en Sión, con una piedra
angular preciosa (Is 8:14; 28:16). Tanto Pedro como Pablo afirmaron que
373
Traducido por: David Taype

Jesús era la piedra angular de la gran casa del pueblo que Dios estaba
edificando (Rom 9,33; 10,11; Ef 2,20; 1 P 2,6, 8).
Jesús también aludió a las palabras de Isaías cuando predicaba a la multitud
(Is 54,13; Jn 6,45). El tiempo para que el Señor enseñara a sus hijos
directamente había llegado—en Jesús.
Finalmente, Mateo unió los conceptos de Isaías 62:11 y Zacarías 9:9 cuando
vio a Jesús cabalgando hacia Jerusalén el Domingo de Ramos (Mt 21:5). La
salvación de Israel había llegado.
La obra de Jesús a través de su pueblo
Las palabras de Isaías sobre la obra de Jesús a veces encontraron su
cumplimiento en la iglesia. Pablo proclamó a la multitud en Antioquía de
Pisidia que la iglesia cumplió su misión cuando siguió el mandato del Señor de
ser una luz para las naciones como lo había profetizado Isaías (Is 49, 6;
Hechos 13, 47).
Jesús dio a sus discípulos la gran comisión de proclamar el evangelio hasta
los confines de la tierra (Mt 28:18–20). Mientras lo hacían, argumentó Pablo,
muchos israelitas permanecieron en la incredulidad, pero los gentiles que no
buscaban a Dios de repente se encontraron recibiendo su oferta de salvación
(Is 65:1–2; Rom 10:20–21).
El claro paralelo entre Isaías 66:19–20 y Mateo 28:18–20 hace probable que
Pablo considerara que Isaías 65:1–2 comenzaba su cumplimiento directo en
su época. Sin embargo, las palabras de Isaías también pueden verse como una
acusación contra la falta de voluntad general de Israel para buscar al Señor a
lo largo de las generaciones. En este caso, los versículos encuentran un
cumplimiento secundario en la carta de Pablo a los Romanos.

El reino escatológico de Jesús


Los escritores del Nuevo Testamento también afirman que el anuncio de
Isaías del reino escatológico de Dios se cumple en Jesús. La raíz de Jesé, guiada
por el Espíritu de Dios, hará justicia a las naciones (Is 11, 1-5). La paz vendrá a
la tierra, ya medida que suceda, los gentiles llegarán a la fe en cumplimiento
de la promesa de Dios (Is 11,10). De hecho, el deseo del apóstol Pablo de ver a
los gentiles reconciliados con Dios lo impulsó a proclamar a Cristo en nuevos
lugares (Rom 15:12, 20–21).
El Nuevo Testamento confirma que esta era de paz y justicia comenzará con
la segunda venida de Cristo. Isaías describió la gran obra de Dios al traer un
redentor a Sion (Is 59:20). Este redentor afirmaría la alianza de Dios a través
del Espíritu de Dios, y su reino duraría para siempre (Is 59,21). Pablo citó

374
Traducido por: David Taype

estos versículos como descriptivos del gran día cuando Jesús regrese e Israel
finalmente reconocerá a su Mesías (Rom 11:26–27).
Isaías mencionó otros dos aspectos emocionantes del reino venidero de
Jesús. Primero, toda rodilla se doblaría ante el Señor (Is 45:23). Curiosamente,
Pablo aplicó a Cristo palabras que originalmente se aplicaban a Dios
(Filipenses 2:10–11). El mundo finalmente reconocería a su verdadero
Salvador y Soberano.
Segundo, el Señor pondría fin a la muerte y al sufrimiento. Isaías describió
un día en que el Señor prepararía un espléndido banquete para todos los
pueblos. Quitaría la barrera espiritual entre él y ellos, y se tragaría la muerte
para siempre (Is 25, 6-8).
La resurrección fue el último tema importante en la carta de Pablo que
conocemos como Primera a los Corintios (1 Corintios 15:12–58). Pablo
describió la certeza de la resurrección de Cristo y su impacto en todos los
creyentes: cuando él regrese, resucitarán como él (1 Corintios 15:20–22).
Pablo aseguró a sus lectores que en aquel día se cumplirían las palabras de
Isaías (1 Cor 15,54). La muerte, el último enemigo, sería destruida para
siempre (1 Cor 15,26).

Juan el Bautista
Isaías 40:3 forma parte del prólogo (40:1–11) en el oráculo inicial de Isaías
de aliento a un pueblo que luchaba por creer que el exilio babilónico
realmente podría terminar. El verso dice lo siguiente:

Una voz de uno llamando:


“En el desierto prepárate
el camino del SEÑOR ;
enderezar en el desierto
una calzada para nuestro Dios.”

Los escritores de los evangelios sinópticos Mateo, Marcos y Lucas citan este
pasaje como cumplido en el ministerio de Juan el Bautista (Mt 3:3; Mc 1:3; Lc
3:4–6). La cita de Lucas es la más completa. Juan predicó un bautismo de
arrepentimiento para preparar a las personas para el reino venidero de Dios.
Además, el Evangelio de Juan revela que Juan el Bautista se vio a sí mismo
como el cumplimiento de las palabras de Isaías (Jn 1,23). Sin embargo, Juan

375
Traducido por: David Taype

también reconoció claramente su papel como precursor, anunciando el


cumplimiento final del reino de Dios en Jesús (Jn 1:26–27, 29–31).

Cumplimiento Secundario/Aplicación de las Palabras de Isaías


Los pasajes del Nuevo Testamento que presentan un cumplimiento
secundario o una aplicación de las palabras de Isaías se dividen en cuatro
categorías: la persona y la obra de Jesús, la incredulidad de la gente, la
salvación de Dios y la vida de la iglesia.

La persona y la obra de Jesús


Tres pasajes de Isaías encuentran un cumplimiento secundario en la
persona y obra de Jesús en el Nuevo Testamento. Dos presagian el nacimiento
de Jesús, mientras que uno se aplica a su resurrección.
Nacimiento de Jesús (Is 7,14; 8,8, 10; Mt 1,23)
Mientras Israel y Siria intentaban convencer a Judá para que se uniera a su
coalición contra Asiria en 735–734 a. C., Isaías trató desesperadamente de
convencer a Acaz, el rey de Judá, de que confiara en el Señor en lugar del
poderío asirio (Is 7:3–15; 8: 1–4). Cuando Acaz se negó a pedirle al Señor una
señal, Isaías ofreció una en su lugar, vinculada al nacimiento de un hijo. Este
hijo se llamaría Emanuel (Dios está con nosotros), aunque las circunstancias
sugirieron que Dios estaba lejos de Judá.
Mateo vio un cumplimiento aún mayor de las palabras de Isaías en el
nacimiento de Jesús (Mt 1,23). [3] En Jesús, el Hijo de Dios, Dios
verdaderamente está ahora con nosotros en un grado que nunca antes estuvo.
Mateo proclamó que Dios en la carne ahora caminaba entre nosotros, un
hecho que el apóstol Juan también registraría más tarde (Jn 1:14). El
nacimiento virginal de Jesús también lo distingue del resto de la humanidad,
enfatizando su origen celestial y preservando su naturaleza sin pecado.
Resurrección de Jesús (Is 55,3; Hechos 13,34)
En Isaías 55, el profeta llamó a su pueblo a reconciliarse con Dios. Estaban
gastando su dinero en cosas que no traían cumplimiento duradero, cuando el
cumplimiento duradero que podían encontrar en su Dios era gratis.
En su primer viaje misionero, Pablo reveló la plena intención de las
palabras de Isaías a una multitud en Antioquía de Pisidia (Hechos 13:34). El
cumplimiento final de la concesión de Dios al pueblo de “mi amor fiel
prometido a David” (Is 55:3) vino a través de la resurrección de Jesús de entre
los muertos. De hecho, el Nuevo Testamento proclama que la resurrección de
376
Traducido por: David Taype

Jesús es la fuente de las bendiciones plenas de nuestra vida eterna (Rom 5:9–
10; 1 Cor 15:20–22).

La incredulidad de la gente
El Nuevo Testamento aplica las palabras de Isaías sobre la incredulidad de
la gente a dos categorías de personas. A veces se refiere a la incredulidad de
Israel, mientras que otras veces denota la incredulidad de la gente en general.
La incredulidad de Israel
La incredulidad de Israel tenía una larga historia (Dt 9:6–24) y tipifica la
lucha humana por creer en las promesas de Dios. Isaías describió cómo solo la
gracia de Dios preservó un remanente para Israel (Is 1:9), un hecho que Pablo
afirmó más tarde (Rom 9:29). Un espíritu de estupor prevaleció sobre la
nación desde los días de Isaías hasta los días de Pablo (Is 29:10; Rom 11:8).
Isaías y Jesús afirmaron que el pueblo de Israel honraba a Dios con los labios,
mientras que su corazón permanecía alejado de él (Is 29,13; Mt 15,8–9; Mc
7,6–7).
Los cuatro evangelistas citaron todo o parte de Isaías 6:9–10, que forma
parte del aspecto fundamental del llamado de Isaías (Mt 13:14–15; Mc 4:12;
Lc 8:10; Jn 12:40; Hechos 28:26–27). Israel continuó viendo y oyendo sin una
percepción y comprensión real incluso hasta el tiempo del ministerio de Jesús
y los apóstoles.
El nombre de Dios fue blasfemado en tiempos de Isaías (Is 52,5). Pablo, al
construir su caso a favor de toda la humanidad que yacía en las garras del
pecado, aplicó las palabras de Isaías a los judíos hipócritas de su época
(Romanos 2:24). Sus vidas pecaminosas hicieron una burla del nombre de
Dios entre los gentiles.
Jesús aplicó otro pasaje de Isaías (56:7) de manera similar. Los cambistas y
mercaderes del recinto del templo habían hecho del templo de Dios, que debía
ser casa de oración, cueva de ladrones (Mt 21,13; Mc 11,17; Lc 19,46). La
forma en que las personas trataban los terrenos del templo decía mucho sobre
las actitudes reales de sus corazones.
La incredulidad de Israel se erige como testimonio de la condición humana.
El registro bíblico afirma que todo el mundo yace en las garras del pecado y
tiene una profunda necesidad espiritual que solo Dios puede satisfacer
(Romanos 3:9).
Gente en general
El Nuevo Testamento aplica algunos versículos de Isaías a la incredulidad
de la gente en general. Pablo encontró útil la descripción de Isaías de Dios

377
Traducido por: David Taype

destruyendo la sabiduría de los sabios cuando se dirigió a la gente de la iglesia


de Corinto, que vivía en una sociedad que se enorgullecía de su conocimiento
y sabiduría (Is 29:14; 1 Cor 1:19). Y al describir la condición humana, Pablo
encontró en la lista de prácticas pecaminosas de Isaías un buen comentario (Is
59:7–8; Rom 3:15–17).

la salvación de Dios
Isaías anunció la salvación venidera de Dios a lo largo de su libro. Llamó a la
gente a abrazar la oferta del Señor de ser salvos (45:22) e indicó que su
salvación era segura (62:1–3). Los escritores del Nuevo Testamento aplicaron
varios temas de salvación a los contextos en los que se encontraban.
El Señor era un Dios digno de la confianza del pueblo (Is 8:17–18; Heb
2:13). Pablo usó la declaración de Isaías de Dios trayendo la salvación en el
tiempo apropiado, aplicándola a los Corintios cuando escribió, “Os digo, ahora
es el tiempo del favor de Dios, ahora es el día de salvación” (2 Cor 6:2). Había
llegado el momento de que la gente de todas partes abrazara la salvación que
Dios había preparado para ellos. Nadie podía siquiera imaginar todas las
bendiciones que Dios tenía reservadas para sus hijos (Is 64, 4; 1 Cor 2, 9).
Pablo y Pedro también aplicaron las palabras de Isaías sobre el estatus de
Israel como pueblo escogido al pueblo escogido de Dios, la iglesia. La iglesia,
como Israel, era una nación santa, un pueblo propiedad de Dios (Is 43, 20-21;
1 P 2, 9). [4]
Pablo también combinó el mandato de Isaías para que la mujer estéril se
regocijara y gritara en voz alta (Is 54:1) con la historia temprana de Israel de
los nacimientos de Ismael e Isaac (Gn 16:1–16; 21:1–7). Isaac era el hijo de la
promesa, el hijo de una mujer libre. Asimismo, los hijos de la iglesia son hijos
de la promesa de Dios, nacidos del Espíritu, no de la carne (Gálatas 4:21–31).
Las palabras de salvación de Isaías encuentran también su cumplimiento en
la proclamación del mensaje evangélico. Isaías anunció: “Cuán hermosos
sobre los montes son los pies de los que anuncian la buena noticia” (Is 52, 7).
Pablo aplicó estas palabras a la iglesia al enfatizar la urgencia de la
evangelización mundial (Rom 10, 9-15). El plan de Dios para alcanzar al
mundo involucró a los creyentes compartiendo su fe con los incrédulos; no
tenía otro plan.
El último pasaje del siervo de Isaías (52:13–53:12) describe cómo el
ministerio del siervo traería entendimiento a los reyes del mundo (52:15).
Pablo aplicó las palabras de Isaías a sí mismo cuando habló de su deseo
personal de proclamar el evangelio a los pueblos no alcanzados (Rom 15:21).
Él vio su llamado principalmente como llevar el evangelio donde nadie lo

378
Traducido por: David Taype

había escuchado antes. Muchos misioneros hoy reclaman un llamado similar


al de Pablo.

vida de la iglesia
Muchas de las enseñanzas de Isaías se aplican naturalmente a la iglesia
porque contienen instrucción moral basada en la revelación anterior de Dios.
Es imposible saber el alcance total de la contribución de Isaías a este respecto,
ya que otros escritores del Antiguo Testamento se hicieron eco de los mismos
temas. Sin embargo, se citaron específicamente dos pasajes y se aplicaron a la
vida de la iglesia: Isaías 28:11–12 y 52:11.
Isaías 28:11–12
Isaías 28:11–12 acusó al pueblo por su comprensión infantil de la verdad de
Dios. Dios les aseguró que les hablaría en juicio a través del lenguaje
ininteligible de un pueblo extranjero conquistador.
Cuando Pablo escribió a la iglesia de Corinto acerca de los dones
espirituales, puso el don de lenguas en perspectiva al aplicar las palabras de
Isaías. Así como Dios había hablado a su pueblo en lenguas extranjeras en el
juicio, también podía hablar en lenguas extranjeras como señal de su
presencia a los incrédulos en los días de Pablo (1 Corintios 14:21–25). No
obstante, instruyó a la iglesia a no aprovechar este don más de lo que Dios
había previsto (1 Corintios 14:18–19).
Isaías 52:11
Isaías llamó a la generación del exilio a huir de Babilonia. El tiempo de la
liberación había llegado. Al salir, no debían tocar nada impuro y debían
purificarse.
Cuando Pablo desafió a la gente de la iglesia de Corinto a separarse del
mundo para servir a Dios, citó las palabras de Isaías (2 Corintios 6:17). El Dios
de la historia llamó a su pueblo a un estilo de vida muy diferente al del mundo.
Los cristianos fueron más que simplemente perdonados. El Espíritu Santo
habitaba en ellos para ayudarlos a vivir como Jesús, y así todo su estilo de vida
era dar testimonio de su relación con Dios.

Alusiones a las palabras de Isaías


En algunos casos, los escritores del Nuevo Testamento adaptaron las
palabras de Isaías para sus propios propósitos. La conexión en estos sucesos
parece más remota; probablemente los escritores usaron las palabras de

379
Traducido por: David Taype

Isaías porque transmitían el sentido de lo que querían decir. Citar las


Escrituras se consideró valioso, incluso si se usó solo en un sentido ilustrativo.

Isaías 8:12–13
Isaías 8:12–13 desafió a los judíos a ver al Señor de los ejércitos como su
único refugio verdadero. No necesitaban temer a los poderes terrenales, sino
que necesitaban confiar solo en el Señor. Citando a Isaías, Pedro instruyó a sus
lectores a no temer ni perturbarse al enfrentar la persecución del mundo, sino
a apartar a Jesús como Señor en sus corazones (1 P 3:14–15).

Isaías 22:13
El contexto de Isaías 22:13 indica el juicio inminente de Dios sobre aquellos
que lo ignoraron a él y sus caminos en su vida diaria. Vivían la vida según el
lema: "¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!"
En 1 Corintios 15, Pablo expuso la doctrina de la resurrección corporal.
Insistió en la absoluta necesidad de la resurrección de Cristo. Si Cristo nunca
hubiera resucitado de entre los muertos, los cristianos estaban sin esperanza.
De hecho, Pablo sugirió que si ese fuera el caso, las palabras de los oponentes
de Isaías serían ciertas: “Comamos y bebamos, que mañana moriremos” (1 Cor
15:32). Por supuesto, Pablo pasó a validar la resurrección de Cristo y todas
sus consiguientes bendiciones sobre aquellos que depositan su fe en él (1
Corintios 15:20–28, 35–58).

Isaías 40:6–8
Isaías 40:6–8 representa la respuesta hipotética del profeta a un pueblo
desanimado. Setenta años de exilio era mucho tiempo; ¿Podría Dios realmente
traerlos a casa? Isaías insistió tanto en la validez de la promesa de Dios como
en su poder para hacerla realidad. La palabra de Dios permanecería para
siempre.
Pedro animó a sus lectores que su esperanza era imperecedera. Nunca se
desvanecería, porque se fundó en la promesa de Dios. Habían nacido de nuevo
a través de la palabra de Dios y, basándose en las palabras de Isaías, Pedro les
aseguró que la palabra de Dios permanecería para siempre (1 P 1:24–25).

Isaías 61:6
El último ejemplo de alusiones del Nuevo Testamento a las palabras de
Isaías se basa en Isaías 61:6. Allí el profeta anhelaba el día en que el pueblo de
Dios serviría como sus sacerdotes y ministros. Su servicio en su nombre
alcanzaría un nivel que nunca había alcanzado en toda su historia.

380
Traducido por: David Taype

Para Pedro, el amanecer de la iglesia de Cristo había traído ese día. Afirmó
que los cristianos a quienes escribía eran un sacerdocio real y una nación
santa. Pertenecían a Dios, y Él los había llamado con un propósito: “anunciar
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 P 2,
9). Para Isaías y para Pedro, el llamado de Dios vino a las personas no solo
para que pudieran gloriarse en su propia relación con él. Más bien, el llamado
de Dios significó alinearse con el propósito de Dios de alcanzar al mundo con
su salvación.

Conclusión
El impacto de Isaías en el Nuevo Testamento es obvio. Muchos escritores
registraron el cumplimiento directo de las palabras de Isaías a través de los
acontecimientos de sus días. Por lo general, estos eventos se centraron en la
persona y la obra de Jesucristo y su reino venidero.
El Nuevo Testamento también identifica muchos cumplimientos
secundarios y aplicaciones de las palabras de Isaías. Estos se enfocan en la
persona y obra de Jesús, la incredulidad de la gente, la salvación de Dios y la
vida en la iglesia de Cristo. Los grandiosos mensajes de Isaías sobre la vida del
pacto, la reprensión del pecado y el anuncio de la salvación de Dios
naturalmente resonaron más fuerte para los seguidores de Jesús, quienes
vieron que estos temas cobraban aún más significado cuando se aplicaban a la
vida de su Señor.
Finalmente, muchos escritores del Nuevo Testamento aludieron a las
palabras de Isaías simplemente porque las expresiones que usó se ajustaban a
sus propósitos para los puntos particulares que deseaban hacer. En general, el
contexto de Isaías se asemejaba más o menos a sus situaciones, y se sintieron
libres de vincular sus escritos con esta antigua voz profética. Al hacerlo,
reafirmaron nuevamente el impacto eterno de la palabra de Dios. a través de
las generaciones.
Como se indicó anteriormente en el capítulo, el impacto de Isaías en el
Nuevo Testamento se extiende mucho más allá de la suma de las citas que se
dan en este libro. Los escritores del Nuevo Testamento se vieron a sí mismos
como aquellos a quienes les había llegado el cumplimiento de los tiempos. En
consecuencia, sintieron una afinidad con las voces proféticas que en
generaciones pasadas habían encendido la esperanza de la venida del reino y
la salvación de Dios.
Lo que los profetas “vieron y recibieron . . . de lejos» (Hb 11,13), los
escritores del Nuevo Testamento proclamaron en toda su plenitud: la
381
Traducido por: David Taype

salvación de Dios ha venido al mundo por medio de Jesucristo, su Hijo. ¿Y


cómo llegará al mundo la noticia de esta salvación? Examinaremos ese tema
en el capítulo final.

Preguntas de estudio
1. ¿Cuáles son los vínculos más significativos entre el libro de Isaías y
el Nuevo Testamento? Dé varios ejemplos.
2. ¿Cómo entendieron los escritores del Nuevo Testamento la persona
y la obra de Jesús en relación con la profecía de Isaías? Discuta
pasajes clave que el Nuevo Testamento aplicó directa o
secundariamente a Jesús.
3. Dado todo el material profético acerca de Jesús en el libro de Isaías,
¿qué tan claramente crees que Isaías entendió el ministerio venidero
de Jesús? Defiende tu respuesta.

Términos clave
arrepentimiento
Resurrección
evangelización mundial

382
Traducido por: David Taype

22. Isaías y la Gran Comisión

Esquema
• Preguntas fundamentales
¿En qué se diferencian el Mandato de la Creación y el Mandato de la Gran
Comisión?
¿Cuál es la relación de Israel con la Gran Comisión?
• Dios y las Naciones en Isaías
Dios juzgará a las naciones
Dios se mostrará único al juzgar a los dioses falsos
Dios traerá a las naciones a sí mismo
• Las Implicaciones de la Gran Comisión del Libro de Isaías
Dios es único entre todos los dioses
Dios es soberano sobre todas las naciones y pueblos
El corazón de Dios por las naciones es evidente
Dios alcanzará a las naciones a través de su pueblo
• Conclusión

Objetivos
Después de leer este capítulo, debería ser capaz de

1. Definir y distinguir el mandato de creación y el mandato de la Gran


Comisión.
2. Discuta el testimonio centrípeto y centrífugo de Israel a las naciones.
3. Explique el plan de Dios para las naciones como se revela en Isaías.
4. Resuma las implicaciones de la Gran Comisión del libro de Isaías.

La evangelización mundial es un énfasis primordial del Nuevo Testamento.


Proclama que Dios ha actuado en la historia para redimir a las personas por
medio de su Hijo, Jesús, cuya muerte y resurrección aseguraron la salvación de
383
Traducido por: David Taype

todos los que pusieron su fe en él. El Nuevo Testamento da alta prioridad a


llegar a las personas con las noticias de la salvación de Dios a través de
Jesucristo.
Alcanzar a las naciones con el mensaje de salvación de Dios era claramente
una alta prioridad para Jesús. Los Evangelios y Hechos registran cuatro
ocasiones posteriores a la resurrección cuando Jesús encargó a sus discípulos
la tarea de evangelizar el mundo (Mt 28:18–20; Lc 24:46–49; Jn 20:21–23;
Hechos 1:7–8). La iglesia primitiva entendió claramente que Jesús dio la tarea
no solo a los doce apóstoles sino a todos los creyentes de todos los tiempos.
Todos deben tener una parte en esta gran causa.
El Dios de la Biblia es un Dios que envía. La palabra hebrea para “enviar” (
shalah ) aparece más de ochocientas veces en el Antiguo Testamento, y en más
de doscientas de esas apariciones, Dios aparece como sujeto. Muchos de ellos
describen a Dios enviando personas para hacer su trabajo. [1] Curiosamente,
el verbo griego apostello , del cual obtenemos nuestra palabra “apóstol”,
traduce la gran mayoría de estos usos de shalah en la Septuaginta. [2]
Después de abordar tres preguntas fundamentales, este capítulo analizará
el concepto de naciones y pueblos en el libro de Isaías. Luego proporcionará
una descripción general del tema de Dios y las naciones, seguido de algunos
pensamientos finales sobre las implicaciones de la Gran Comisión del libro de
Isaías.

Preguntas fundamentales
Dos preguntas fundamentales merecen ser exploradas. Primero, ¿en qué se
diferencian el mandato de creación y el mandato de la Gran Comisión?
Segundo, ¿cuál es la relación de Israel con la Gran Comisión?

¿En qué se diferencian el Mandato de la Creación y el Mandato de la


Gran Comisión?
La Biblia registra tanto un mandato de creación, es decir, un mandato a la
humanidad con respecto a sus deberes dentro del orden creado (Gn 1, 26-28;
9, 1-7), como un mandato de la Gran Comisión, que Jesús dio a sus discípulos
después de su muerte. resurrección (Mt 28:18–20; Lc 24:46–49; Jn 20:21–23;
Hechos 1:7–8). Consideraremos las características de cada uno para aclarar
diferencias importantes.

384
Traducido por: David Taype

El mandato de creación
El mandato de la creación aparece como la culminación del proceso
creativo de Dios en el libro de Génesis. El texto registra cómo Dios creó a la
humanidad a su imagen y luego pronunció el siguiente mandato en forma de
bendición:

Dios los bendijo y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y


sojuzgadla. Gobierna sobre los peces del mar y las aves del cielo y sobre
todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”. (Gén 1:28)

Después del gran diluvio, el texto registra la reafirmación de Dios del


mandato de la creación a Noé y su familia:

Entonces Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: “Sean fecundos y


multiplíquense y llenen la tierra. Caerá vuestro temor y pavor sobre todas
las bestias de la tierra y sobre todas las aves del cielo, sobre todo animal
que se mueve sobre la tierra, y sobre todos los peces del mar; son
entregados en tus manos. Todo lo que vive y se mueve será para vosotros
alimento. Así como les di las plantas verdes, ahora les doy todo. Pero no
debes comer carne que todavía tenga su sangre vital en ella. Y por tu
sangre seguramente exigiré una rendición de cuentas. Exigiré cuentas a
todos los animales. Y de cada hombre, también, exigiré cuentas por la vida
de su prójimo. Quien derrama la sangre del hombre, por el hombre su
sangre será derramada; porque a imagen de Dios ha hecho Dios al
hombre. En cuanto a vosotros, sed fructíferos y multiplicaos; multiplicaos
sobre la tierra y multiplicaos sobre ella.” (Gn 9, 1-7)

El mandato de creación tiene tres características básicas. Primero, ordena


una buena mayordomía de los recursos de la tierra. Dios ordenó a la
humanidad que poblara la tierra. A medida que las personas lo hicieran,
debían someter la tierra y tener dominio sobre toda la creación. Adán había
comenzado este dominio labrando la tierra en el jardín del Edén (Gn 2,15) y
dando nombre a los animales, demostrando así cierta autoridad sobre ellos
(Gn 2,19).
Al mismo tiempo, esta gran autoridad también vino con una gran
responsabilidad. Cuando las personas optaron por permanecer en un lugar en
lugar de obedecer el mandato de Dios de llenar la tierra, él confundió sus
idiomas, “forzándolos” así a cumplir su mandato (Gn 11:1–9).
Hoy Dios espera que las personas muestren una buena administración de
los recursos de la tierra. Reconocer que todo en la vida nos llega como un

385
Traducido por: David Taype

regalo debe alentar el uso bueno y cuidadoso y desalentar el uso descuidado y


derrochador.
Segundo, el mandato de la creación aplica los principios de Dios a las
relaciones humanas. Dado que las personas son creadas a la imagen de Dios,
tenemos la responsabilidad de tratarnos unos a otros con dignidad y respeto.
Tal como se dio originalmente, el mandato hablaba específicamente en contra
de quitarle la vida a otra persona. Sin embargo, el juicio de Dios al mundo por
su pecado (Gn 6-8) revela su preocupación por que la justicia y la rectitud
prevalezcan en la sociedad. A medida que las personas viven de acuerdo con
los principios morales que fluyen del propio carácter de Dios, experimentan la
vida como debe ser.
Tercero, el mandato de la creación se enfoca en la era presente. Dios ha
puesto a la humanidad en esta tierra para vivir la vida como él la planeó.
Mientras viven de acuerdo con sus leyes, la tierra sigue siendo el lugar pacífico
y bendito que él creó para que fuera. Sin embargo, cuando la gente abandona
los principios de Dios y los sustituye por los propios, la sociedad sufre.
Por lo tanto, el mandato de la creación exige una buena mayordomía de los
recursos de la tierra, aplica los principios de Dios a las relaciones humanas y
se enfoca en la época actual.
El mandato de la Gran Comisión
El Nuevo Testamento registra cuatro [3] ocasiones en que Jesús dio a sus
discípulos la Gran Comisión:

1. Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: “Toda potestad me es dada en


el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y
he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
(Mt 28:18–20 LBLA)
2. Entonces Él [Jesús] les abrió la mente para entender las Escrituras, y
les dijo: “Así está escrito, que el Cristo sufriría y resucitaría de entre
los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas. Y
he aquí, estoy enviando la promesa de Mi Padre sobre vosotros; pero
vosotros permaneceréis en la ciudad hasta que seáis revestidos de
poder desde lo alto. (Lc 24:45–49 LBLA)

386
Traducido por: David Taype

3. Entonces Jesús les dijo otra vez: “La paz sea con ustedes; como me
envió el Padre, así también yo os envío.” Y dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. Si perdonáis los pecados de
alguno, sus pecados le serán perdonados; si retuvieres los pecados
de alguno, le han sido retenidos.” (Juan 20:21–23 LBLA)
4. Él [Jesús] les dijo: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las
épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; pero recibirás
poder cuando el Espíritu Santo ha venido sobre ti; y seréis mis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de
la tierra. (Hechos 1:7–8 NVI)

El mandato de la Gran Comisión también tiene tres características


básicas, pero difieren marcadamente del mandato de creación.
Primero, el mandato de la Gran Comisión involucra una mayordomía
sagrada en asuntos pertenecientes al ámbito espiritual. Mientras que el
mandato de la creación alienta la buena administración de los recursos
terrenales, el mandato de la Gran Comisión alienta la buena administración de
los recursos celestiales. Lejos de administrar los tesoros de la tierra, que solo
duran para esta vida, el mandato de la Gran Comisión alienta a las personas a
acumular tesoros celestiales (Mt 6:19–21). Jesús también animó a sus
seguidores a invertir sus recursos terrenales en causas eternas (Lc 16, 9–11).

387
Traducido por: David Taype

(Cortesía de la Junta de Misiones Internacionales)

Segundo, el mandato de la Gran Comisión involucra establecer relaciones


eternas al alcanzar a las personas con la verdad eterna de Dios. Las relaciones
terrenales no se encuentran en el centro del mandato de la Gran Comisión,
pero las relaciones celestiales sí. En particular, el mandato de la Gran
Comisión llama a las personas a una relación personal con Dios por medio de
la fe en su Hijo, Jesucristo (Rom 3:21–31; Ef 2:8–9).
Tercero, el mandato de la Gran Comisión incluye un énfasis en la eternidad.
Esta vida terrenal se convierte simplemente en una herramienta para invertir
en lo que es verdaderamente duradero. Mientras que el mandato de la
creación involucra enseñar a las personas a vivir como Dios quiso que
vivieran en la tierra, el mandato de la Gran Comisión se enfoca en prepararlos
para la vida eterna, una vida abundante que comienza cuando depositan su fe
en Jesús (Jn 10:10;17). :3).
Por lo tanto, el mandato de la Gran Comisión se enfoca en el ámbito
espiritual, enfatiza el establecimiento de relaciones eternas y dirige a las
personas hacia la eternidad. Tanto el mandato de la creación como el mandato

388
Traducido por: David Taype

de la Gran Comisión provienen de Dios y forman partes importantes de su


plan para su creación. Y aunque el mandato de la creación es temporal, y dura
solo mientras dure el orden creado, proporciona el contexto en el que se lleva
a cabo el mandato de la Gran Comisión.

¿Cuál es la relación de Israel con la Gran Comisión?


La mayoría de los intérpretes están de acuerdo en que la Biblia enseña que
la nación de Israel tuvo un papel que desempeñar en el cumplimiento de la
Gran Comisión. [4] La mayoría también está de acuerdo en que el papel de
Israel difiere al menos un poco del de la iglesia. [5] El testimonio de Israel a las
naciones contenía aspectos tanto centrípetos como centrífugos .
Un testigo centrípeto
El testimonio de Israel a las naciones contenía un aspecto centrípeto; es
decir, era para atraer a la gente a la luz de Dios. Las personas que
presenciaron la sociedad israelita e interactuaron con los israelitas verían una
calidad de vida tan única y bendecida, lo querrían para ellos. Moisés anticipó
un testimonio tan centrípeto para Israel cuando les instruyó acerca de sus
días futuros viviendo en la tierra de Canaán:

Mirad, os he enseñado decretos y leyes como el SEÑOR mi Dios me ha


mandado, para que los sigáis en la tierra a la que entráis para tomar
posesión de ella. Obsérvalas cuidadosamente, porque esto mostrará tu
sabiduría y entendimiento a las naciones, las cuales oirán acerca de todos
estos decretos y dirán: “Ciertamente este es un pueblo sabio y entendido”.
¿Qué otra nación es tan grande como para tener sus dioses cerca de ellos
como el Señor nuestro Dios está cerca de nosotros cada vez que le
oramos? ¿Y qué otra nación es tan grande como para tener decretos y
leyes tan justos como este cuerpo de leyes que les presento hoy? (Dt 4:5–
8)

Las leyes que Dios le había dado a su pueblo tenían la intención de ser una
bendición, no una maldición o una carga. Sus estatutos revelaron su carácter,
y a medida que su pueblo viviera por ellos, revelarían su carácter unos a otros
y a las naciones que los rodeaban.
La posición de Israel como puente terrestre entre Asia, Europa y África
significaba que pueblos de todo el antiguo Cercano Oriente pasaban
regularmente por su territorio. [6] La nación fue el sitio de mucho comercio y
también estuvo expuesta a muchas influencias culturales extranjeras. Los
escritores bíblicos llamaron a la gente a vivir de tal manera que las personas

389
Traducido por: David Taype

de otras naciones notaran la diferencia en sus vidas y quisieran saber más


acerca de su Dios.
Un testigo centrífugo
El testimonio de Israel a las naciones también contenía un aspecto
centrífugo; es decir, Israel debía compartir su luz espiritual con otros.
El llamado inicial de Dios a Abram (luego Abraham) dejó en claro que el
propósito divino era bendecir tanto a la línea de Abram como a los pueblos del
mundo a través de él:

El SEÑOR le había dicho a Abram: “Deja tu tierra, tu pueblo y la casa de tu


padre, y vete a la tierra que te mostraré.
“Haré de ti una gran nación
y te bendeciré;
engrandeceré tu nombre,
y serás de bendición.
Bendeciré a los que te bendigan,
y al que os maldiga, yo lo maldeciré;
y todos los pueblos de la tierra
serán bendecidos a través de ti.” (Gn 12:1-3)

Fíjate especialmente en la última parte de la última oración: todos los


pueblos de la tierra serán bendecidos a través de ti . Es decir, Abram de alguna
manera se convertiría en un canal de bendición para el mundo.
El apóstol Pablo vio en Génesis 12:3 al Espíritu de Dios proclamando el
mensaje del evangelio a Abram (Gálatas 3:8). ¿Esperaba Dios el mismo tipo de
testimonio centrífugo de Israel que el que esperaba de la iglesia?
Las primeras porciones del Antiguo Testamento demuestran el deseo de
Dios de alcanzar a las personas fuera de los límites de Israel con su gracia. Por
ejemplo, Melquisedec, rey de Salem, sirvió como sacerdote del Señor,
llamándolo “Dios Altísimo” (Gn 14:18–20). Asimismo, Jetro, el suegro de
Moisés, sirvió como sacerdote de Madián (Ex 3:1) y alabó al Señor por haber
rescatado a Israel de Egipto (Ex 18:10–11).
Dios también demostró su gloria a las naciones a través de sus milagros en
Egipto durante la esclavitud de Israel allí. Muchos fuera de Israel se enteraron
de estas asombrosas obras y temblaron de miedo ante los informes (Josué
2:8–11; 1 Sm 4:8).

390
Traducido por: David Taype

Desafortunadamente, pocos parecen haber respondido al testimonio de


Dios acerca de sí mismo. Las Escrituras registran la fe de Rahab entre la gente
de Jericó (Josué 2:8–11). Ella había escuchado los mismos informes que otros
habían escuchado, pero optó por responder con fe. Del mismo modo, Rut, una
mujer moabita, optó por unirse al pueblo de Dios en lugar de regresar a la
cultura moabita después de la muerte de su esposo israelita (Rut 1:16–17).
Tanto Rahab como Rut experimentaron la abundante bendición de Dios; de
hecho, ¡ambos pasaron a formar parte de la estirpe de Jesucristo (Mt 1, 5)!
Cuando leemos sus historias, nos preguntamos cómo Dios podría haber
bendecido a otros si ellos también hubieran elegido responder.
Muchos salmos también llaman a otras naciones a unirse para alabar a Dios
(Sal 66:1, 8; 67:1–7; 96:1–13; 98:1–3). Había hecho grandes obras y mandado
que las naciones escucharan. Por supuesto, algunos de los testimonios de
Israel pueden haber ocurrido cuando los pueblos extranjeros viajaron por el
territorio de Israel y se encontraron con el testimonio del Dios de Israel. Sin
embargo, la audacia de estos salmos al instar a las naciones a escuchar sugiere
más que un testimonio centrípeto dentro de Israel.
Los libros proféticos también proclaman muchos ejemplos de una llamada
al testimonio centrífugo. El Señor envió a Jonás a Nínive con un mensaje que
terminó siendo de gracia (Jn 3,1-10). Jeremías ministró principalmente en
Judá, pero el Señor lo nombró “profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). Joel
predijo un día en que toda carne recibiría el Espíritu de Dios (Jl 2:28–32).
Sofonías proclamó un tiempo cuando todas las naciones servirían al Señor
juntas (Sof. 3:9).
Sin embargo, entre todos los libros proféticos, Isaías es el que más dice
acerca de Dios extendiéndose a los pueblos y naciones. De hecho, el libro de
Isaías contiene más de doscientos usos de los términos hebreos más comunes
para "naciones" y "pueblos". Como en otros libros bíblicos, estas palabras
enfatizan grupos de personas y/o grupos étnicos en lugar de tierra o
territorio.
Mientras estudiamos el concepto de las naciones en Isaías, investigaremos
la contribución de Isaías al mandato de la Gran Comisión. ¿Cuál es, de hecho, la
relación de Dios con las naciones en Isaías? ¿Es el testimonio de Israel en
Isaías centrípeto o centrífugo? ¿Y cuáles son las implicaciones de la Gran
Comisión del libro de Isaías?

391
Traducido por: David Taype

Dios y las Naciones en Isaías


Un examen de Dios y las naciones en Isaías revela tres principios básicos a
los que el profeta vuelve una y otra vez. Primero, Dios juzgará a las naciones.
Segundo, Dios se mostrará único al juzgar a los dioses falsos. Tercero, Dios
traerá a las naciones a sí mismo.

Dios juzgará a las naciones


Central a la teología de Isaías es el hecho de que Dios es soberano sobre
todas las naciones. Los oráculos proféticos de Isaías contra las naciones (caps.
13–23) declaran esto una y otra vez. Dios gobierna incluso naciones tan
grandes y poderosas como Babilonia (13:1–14:23), Asiria (14:24–27) y Egipto
(19:1–17), decretando su ruina según su calendario.
Al mismo tiempo, nos asegura Isaías, Dios también presta atención a
pueblos más pequeños como Moab (15:1–16:14), Damasco (17:1–3) y Tiro
(23:1–18).
Isaías enfatiza que el Señor es soberano sobre estos pueblos, lo reconozcan
o no. Asiria, por ejemplo, desconocía el papel que desempeñaba como
instrumento de juicio de Dios (10:5–11; 37:22–26). Babilonia también
necesitaba la perspectiva de Isaías sobre sus propias victorias (47:6–7). El
Señor abatiría la arrogancia y el orgullo de Babilonia (13:19; 14:11–15).
También reduciría la sabiduría de Egipto a locura (19:11–15).
El juicio de Dios vendría sobre toda la tierra. La tierra caería en el día de la
ira del Señor (24:1–13). Todo el universo temblaría ante su poder, y las bajas
serían enormes cuando el Señor mismo derrotó a las naciones en la batalla
(34:1–4; 63:1–6).
Isaías anunció audazmente que Dios era soberano sobre todas las naciones
y tenía el derecho de juzgarlas por su pecado. Lo haría cuando lo creyera
oportuno. Sin embargo, Isaías también anunció que el Dios soberano tenía
más que juicio que cumplir en sus tratos con las naciones.

Dios se mostrará único al juzgar a los dioses falsos


Isaías anunció el juicio de Dios no solo contra las naciones sino también
contra los dioses de las naciones. Al juzgarlos, los mostraría impotentes y
demostraría su propia singularidad.
Dios juzgará a los dioses falsos
Isaías dijo que Dios juzgaría a los dioses falsos en todas las sociedades. El
profeta también declaró que el juicio de Dios comenzaría con los ídolos que
adoraba su propio pueblo.

392
Traducido por: David Taype

El pueblo de Dios fue influenciado por las costumbres espirituales de todo


el antiguo Cercano Oriente, adoptando prácticas de superstición y
adivinación (2:6–8). Dios avergonzaría a los que confiaban en ellos (42:17), y
arrojarían sus ídolos (2:18, 20). Al mostrar su propia gloria, su pueblo sentiría
una gran vergüenza por los débiles ídolos en los que había confiado (1:29).
Isaías describió la intensa guerra espiritual que se desarrollaba entre su
pueblo (44:9–20). Los individuos plantaban árboles, los cultivaban hasta que
maduraban y luego los cortaban para usarlos como ídolos. El profundo
estupor espiritual que los había vencido les impedía ver su insensatez. Isaías
advirtió a los idólatras que en el día del juicio de Dios, sus ídolos no los
salvarían (57:13). Dios estaba cansado de ver a su pueblo provocarlo en su
cara (65:3; 66:3).
Isaías también anunció el juicio del Señor sobre los dioses de otras
naciones. Los ídolos de Egipto temblarían ante la majestuosa llegada de Dios
(19:1). En ese día, los egipcios se aferrarían desesperadamente a los mismos
ídolos que estaban impotentes para intervenir en su favor (19:3).
Isaías describió con burla burlona el desfile de deidades de Babilonia en el
día del juicio de Dios (46:1–2). Les daría vergüenza dar la cara. Los muchos
hechiceros, magos y astrólogos de Babilonia no podrían salvar a la nación
(47:8–15). El Señor apagaría las fuerzas espirituales a las que apelaban los
babilonios.
En resumen, Isaías afirmó el derecho y el poder de Dios para juzgar a los
dioses falsos, ya sea que los encontrara entre su propio pueblo o entre otros
pueblos. Los pretendientes espirituales o los aspirantes a rivales de su gloria
llegarían a su fin.
Dios se mostrará único
Relacionado con el concepto de Dios juzgando a dioses falsos está el
concepto de Dios mostrándose único. De hecho, los dos conceptos se
superponen en que el juicio de Dios sobre los demás revela su propia
supremacía. El libro de Isaías retrata a un Dios que no se parece a ningún otro,
que no tiene absolutamente ningún rival en el universo.
Isaías proclamó un Dios que era único en cuanto había revelado su palabra
a su pueblo. El profeta los llamó a vivir según su instrucción:

Cuando los hombres os dicen que consultéis a médiums y espiritistas, que


susurran y murmuran, ¿no debería un pueblo consultar a su Dios? ¿Por
qué consultar a los muertos en nombre de los vivos? ¡A la ley y al
testimonio! Si no hablaren conforme a esta palabra, no tendrán la luz del
alba. (8:19–20)
393
Traducido por: David Taype

Isaías también proclamó a un Dios que fue singularmente proactivo en la


historia humana. El Señor llamó a los ídolos a su sala de audiencias,
desafiándolos a declarar sus logros pasados, a predecir el futuro, a hacer
cualquier cosa que pudiera revelar su poder (41:21–23). Pero ninguna
respuesta vino de imágenes que en realidad eran menos que nada y ni
siquiera podían darle una respuesta al Señor (41:24, 28–29). El Señor, por
otro lado, había levantado a Ciro y estaba trayendo a su pueblo a casa, todo en
cumplimiento de sus promesas (41:25–27).
En varios lugares de Isaías 40–66, Isaías reiteró el desafío del Señor a sus
rivales. Dios había demostrado su unicidad absoluta, y ningún rival se acercó a
su poder:

Así dice el SEÑOR :


Rey y Redentor de Israel, el SEÑOR Todopoderoso:
soy el primero y soy el último;
aparte de mí no hay Dios. . . .
Ustedes son mis testigos. ¿Hay algún Dios además de mí?
No, no hay otra Roca; no conozco a uno (44:6–8)

Y no hay Dios aparte de mí,


un Dios justo y Salvador;
no hay nadie más que yo. (45:21)

¿Con quién me compararás o me considerarás igual?


¿A quién me haréis semejante para que podamos ser comparados?
(46:5)

¿Por qué Isaías llegó tan lejos para resaltar el marcado contraste entre el
poder de Dios y la impotencia de los ídolos? Porque el pueblo de Dios era
terco y se negaba a abrazar la verdad. Por lo tanto, dijo, Dios anunció sus
obras de antemano, para que su pueblo no pudiera dar crédito a los ídolos por
haberlas hecho (48:5). Habían visto toda su obra (43:10–13), y no cedería su
gloria a otro (48:11).

394
Traducido por: David Taype

(Cortesía de la Junta de Misiones Internacionales)

Dios traerá a las naciones a sí mismo


Este tercer tema parece algo sorprendente a la luz de los dos primeros. Dios
juzgará a las naciones. Se mostrará único al juzgar a los dioses falsos. Pero
Isaías también proclamó la gracia de Dios en toda su plenitud. Dios traería la
salvación a las naciones como las trajo a sí mismo.
Isaías describió dos características de la salvación de Dios entre las
naciones. Primero, las naciones vendrían a él. La gente acudiría a Israel para
aprender de él y llegar a conocerlo. Pero en segundo lugar, y aún más
sorprendente, Dios se acercaría a ellos .
Las naciones vendrán a él
Isaías pronunció muchos discursos proféticos en los que describió a las
naciones que venían al Señor. A medida que pueblos de todas partes
acudieran a Jerusalén para aprender más de sus caminos, vendría la
verdadera paz y la guerra terminaría para siempre (2:1–4).
La restauración de Jerusalén culminaría la gran obra de Dios, y muchas
naciones contribuirían a ese evento (66:10–13). Los obsequios vendrían de
todas partes (18:7) y los extranjeros ayudarían a reconstruir los muros de
Jerusalén y contribuirían a la economía de la tierra (60:10; 61:4–6). Las
bendiciones vendrían entonces a las naciones en forma de justicia y alabanza a
Dios (61:11).

395
Traducido por: David Taype

Isaías afirmó que Dios tenía mucho espacio para los no israelitas en su
reino. La fidelidad al Señor era mucho más importante que el linaje (56:3). El
Señor haría de su templo una casa de oración para todas las naciones, no solo
para Israel (56:7). De hecho, un día, Dios reconciliaría a Egipto y Asiria, dos
enemigos acérrimos, entre sí y con Israel, y las tres naciones adorarían al
Señor juntas (19:18–25).
Isaías también habló del papel significativo que jugarían las naciones en el
plan de Dios en el reino mesiánico. Serían los instrumentos de Dios para traer
a sus hijos a casa (49:22–23). Las naciones fluirían hacia la luz espiritual que
Dios proveyó, trayendo consigo a los hijos e hijas de Israel (60:1–9).
En el gran día venidero, el Señor quitaría la barrera a la comunión íntima
que yacía como una sábana sobre las naciones (25:7). La raíz de Jesé sería un
estandarte para todos los pueblos (11:10) cuando trajera la paz al mundo
(11:1–9). El siervo de Dios traería justicia y esperanza a las naciones (42:1–4).
Las naciones verían la justicia de Israel y Jerusalén se convertiría en objeto de
alabanza en toda la tierra (62:2, 6–7).
Dios alcanzará a las naciones
Isaías claramente previó un día cuando las naciones vendrían a Jerusalén ya
Dios. Pero aún más sorprendente, previó un día en que Dios alcanzaría a las
naciones. Vendrían a él, sin duda, pero él también iría a ellos.
Los dos aspectos de las naciones viniendo a Dios y Dios acercándose a ellas
ocurren en dos pasajes que describen el reino mesiánico. Isaías 2:3 contiene
ambos aspectos:

Muchos pueblos vendrán y dirán:


“Venid, subamos al monte del SEÑOR ,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos enseñará sus caminos,
para que andemos en sus sendas.”
La ley saldrá de Sión,
la palabra del SEÑOR desde Jerusalén.

La primera parte del versículo sugiere que las naciones son atraídas a
Jerusalén. La segunda parte describe a Jerusalén como un “centro espiritual”
desde donde sale la palabra de Dios. Jesús parece haber aludido a este
concepto cuando comisionó a sus discípulos para su misión después de su
resurrección (Lc 24:46–47).

396
Traducido por: David Taype

La raíz de la profecía de Isaías de Isaí (11:1–16) también contiene


elementos acerca de Dios llegando a las naciones. Su rectitud y justicia se
extienden hasta los confines de la tierra (11:4), al igual que el conocimiento
del Señor (11:9). El levantamiento de un estandarte indica que el Mesías le
indica al pueblo que se una a él (11:10, 12), y la construcción de un camino
desde Asiria (11:16) parece obra de Dios para atraer a la gente hacia él.
Isaías también describió el testimonio que el Señor brindó a través del
siervo sufriente Mesías. Isaías 52:15 describe lo que los reyes de la tierra de
alguna manera percibieron a través de la misión del siervo:

Los reyes cerrarán la boca a causa de él.


Porque lo que no se les dijo, verán,
y lo que no han oído, lo entenderán.

La luz espiritual y la perspicacia llegaron a los líderes de la tierra, quienes


no parecen haber estado buscando esta verdad cuando de repente se les
apareció de manera poderosa.
La invitación de Dios a las naciones alcanza su punto más alto en 45:22–23:

Vuélvete a mí y sé salvo,
todos los términos de la tierra;
porque yo soy Dios, y no hay otro.
Por mí mismo he jurado,
mi boca ha pronunciado con toda integridad
una palabra que no será revocada:
Ante mí se doblará toda rodilla;
por mí jurará toda lengua.

No se podía encontrar una invitación más clara a las naciones. El Dios de


Isaías llamó al mundo a volverse hacia él y vio el día en que toda rodilla se
doblaría ante él.
¿Y cómo alcanzaría Dios a las naciones? Los alcanzaría a través de su
pueblo. Isaías 49:6 describe la obra del siervo:

Es muy poca cosa para ti ser mi sirviente

397
Traducido por: David Taype

restaurar las tribus de Jacob


y traer de vuelta a los de Israel que he guardado.
También te pondré por luz de los gentiles,
para que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra.

Como vimos en nuestra discusión de este pasaje anteriormente (cap. 16),


hay razones para apoyar tanto una interpretación mesiánica como una
interpretación de "remanente". Pero en cualquier caso, el papel del Mesías
para llegar a los gentiles se cumpliría en gran medida a través de sus siervos,
sus discípulos (Hechos 13:47).
Finalmente, en su anuncio profético final, Isaías proclamó el envío de
mensajeros de Dios a tierras lejanas con la noticia de la gloria de Dios:

“Pondré entre ellos una señal, y enviaré algunos de los que sobrevivan a
las naciones: a Tarsis, a los libios y lidios (famosos como arqueros), a
Tubal y Grecia, y a las islas lejanas que no han oído de mi fama o visto mi
gloria. Ellos proclamarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos
vuestros hermanos, de todas las naciones, a mi monte santo en Jerusalén
como ofrenda al SEÑOR , en caballos, en carros y carretas, en mulos y
camellos, dice el SEÑOR . “Los traerán, como los israelitas traen sus
ofrendas de cereal, al templo del SEÑOR en vasos ceremonialmente
limpios. Y elegiré a algunos de ellos también para que sean sacerdotes y
levitas, dice el Señor. (66:19–21)

Estos versículos contienen tres elementos. Primero, Isaías describió un día


en que Dios enviaría a sus mensajeros a las naciones lejanas para declarar su
gloria. Segundo, estos mensajeros traerían a los hijos de Dios a casa. Tercero,
Dios seleccionaría sacerdotes y levitas de entre ellos.
El deseo de Dios de alcanzar a las naciones con su gloria es claro. Además, el
contexto sugiere “hermanos” (66:20) y denota más que israelitas. [7] El plan
de Dios incluye un nuevo sacerdocio creado de todas las naciones, no sólo de
la línea de Leví hasta Aarón (1 P 2, 9).
Por lo tanto, Isaías describe a un Dios que anunciará su gloria y buscará
activamente a las personas para abrazarla. Las naciones serán atraídas a su
luz, pero él también las alcanzará a través de sus mensajeros elegidos.

398
Traducido por: David Taype

Las Implicaciones de la Gran Comisión del Libro de Isaías


En los dos capítulos anteriores, hemos discutido la contribución de Isaías al
Antiguo Testamento y también hemos examinado su contribución al Nuevo
Testamento. Pero, ¿cuáles son las implicaciones de la Gran Comisión del libro
de Isaías? ¿De qué manera el mensaje de Isaías sienta las bases para el
mensaje más grande de todos?
Destacan especialmente cuatro temas. Primero, Dios es único entre todos
los dioses. Segundo, Dios es soberano sobre todas las naciones y pueblos.
Tercero, el corazón de Dios por las naciones es evidente. Cuarto, Dios
alcanzará a las naciones a través de su pueblo.

Dios es único entre todos los dioses


Isaías describe a un Dios que es único entre todos los dioses. Su Dios ha
creado todo lo que es. Su Dios ha hecho grandes maravillas entre su pueblo,
aunque muchos rehusaron creer en él a pesar de esos maravillas No obstante,
Dios demostró su singularidad incluso al predecir el exilio de su pueblo.
Ningún otro dios había sido capaz de hacer tales maravillas.

Barra lateral 22.1


Recursos de la Gran Comisión: Aprender más

La siguiente lista no es exhaustiva, pero brinda buenos recursos sobre los


grupos de personas del mundo y la medida en que el evangelio los ha
alcanzado.

Junta de Misiones Internacionales (www.imb.org): Una agencia de la


Convención Bautista del Sur. Su sitio web proporciona enlaces a una
amplia gama de información para estudiantes, misioneros, iglesias e
investigadores.
Joshua Project (www.joshuaproject.net): un sitio web diseñado para dar
definición a la tarea inconclusa de llegar al mundo.
Operation World (www.gmi.org/ow): El sitio web de OW existe
principalmente para brindar información a las personas que desean orar
por partes específicas del mundo. También está disponible una versión en
libro: Patrick Johnstone, Jason Mandryk y Robyn Johnstone, Operation
World: When We Pray God Works , 21st ed. (Recursos Gabriel, 2001).

399
Traducido por: David Taype

Grupos de personas (www.peoplegroups.info): Grupos de personas se


centra en los grupos de personas dentro de América del Norte y
proporciona información de censo actual para ciudades, estados y
provincias.
US Center for World Mission (www.uscwm.org): USCWM tiene como
objetivo movilizar trabajadores y recursos para los pueblos no
alcanzados. Su sitio web contiene enlaces a publicaciones, recursos y
materiales de capacitación para misioneros, pastores y miembros de la
iglesia.

El Dios de Isaías no compartiría su gloria con otro. De hecho, otros dioses


realmente no eran dioses en absoluto.

Dios es soberano sobre todas las naciones y pueblos


El Dios de Isaías reinaba como soberano sobre todas las naciones y pueblos.
Sostuvo a toda la tierra con su poder. Levantó naciones y las derribó como
quiso. Muchos ni siquiera se dieron cuenta de que eran sus instrumentos, pero
lo eran.
Isaías testificó que Dios había guiado a su pueblo a través de días de
bendición y juicio. Pero Dios también conocía los pensamientos y corazones
de otros pueblos. Actuaría en la historia en su nombre, tal como lo había
hecho antes entre el pueblo de Israel. Un día, todos se inclinarían ante su
majestad.

El corazón de Dios por las naciones es evidente


Isaías proclamó un Dios soberano cuyo corazón por las naciones era
evidente. Cierto, Dios juzgaría a los que se opusieran a él, y el día del Señor lo
encontraría juzgando el pecado dondequiera que lo encontrara. Pero el Dios
de Isaías también deseaba que las naciones se volvieran a él y fueran salvas.
Isaías vio un día en que los extranjeros reconstruirían Jerusalén. Se
convertirían en parte del pueblo de Dios, porque Dios valoraba la fidelidad a él
más que el linaje. Personas de todas las naciones le servirían mientras
eliminaba todas las barreras al compañerismo. Él haría más que aceptar su
adoración; en realidad les daría la bienvenida a la familia.
La pasión de Dios por ver a las naciones volverse a él resuena a través del
mensaje de Isaías. Era un concepto que a muchos israelitas les costó entender,
mientras que otros probablemente lo rechazaron debido a su pensamiento

400
Traducido por: David Taype

etnocéntrico. Pero el mensaje de Isaías era claro: Dios deseaba que las
naciones se volvieran a él.

Dios alcanzará a las naciones a través de su pueblo


Isaías declaró que Dios alcanzaría a las naciones a través de su pueblo. Lo
haría por dos medios, para lo cual anteriormente en este capítulo usamos los
términos centrípeta y centrífuga . Primero, el pueblo de Dios viviría la verdad.
Segundo, su pueblo llevaría el mensaje de Dios a otras personas.

(Cortesía de la Junta de Misiones Internacionales)

Su pueblo vivirá la verdad


Isaías llamó al pueblo de Dios a vivir la verdad de la palabra de Dios en su
vida diaria. El Señor los había colocado en el puente terrestre entre tres
continentes, y pueblos de todo el antiguo Cercano Oriente viajaban
regularmente a través de su territorio. Al hacerlo, ¿qué verían? Dios deseaba
que vieran un pueblo diferente al resto, un pueblo cuyas vidas reflejaran la
gloria del Dios al que servían. Mientras el pueblo de Dios viviera de esta
manera, otras personas querrían lo que tenían y se volverían al Dios de Israel.
Su pueblo llevará el mensaje de Dios a otras personas
Isaías también proclamó a un Dios que estaba tan deseoso de que otras
naciones vieran su gloria que enviaría a sus mensajeros a las naciones lejanas.
Declararían su gloria entre los pueblos y traerían luz al mundo

401
Traducido por: David Taype

espiritualmente necesitado. Estas naciones luego se unirían a la procesión a


casa, a casa de Dios y sus caminos.
Isaías vio una nueva era en la que el Señor tendría en su mesa del banquete
a personas de todas las naciones. De hecho, el Señor estaba decidido a
llevarlos a esa mesa. Había usado a los reyes de la tierra como sus
instrumentos de juicio, pero ahora usaría a la gente común como sus
instrumentos de salvación, para reconciliar al mundo consigo mismo.

Conclusión
El profeta Isaías continuó así los grandes temas de la Escritura. Se basó en
las vidas y los mensajes de hombres y mujeres de Dios anteriores, que
vivieron fielmente al ver en la vida un propósito mucho mayor que ellos
mismos (Hebreos 11:13–16). Al hacerlo, anticipó el testimonio completo y
final que traería el Nuevo Testamento.
De hecho, el Nuevo Testamento se hace eco de las palabras de Isaías. Dios es
único entre todos los dioses y su soberanía se extiende por todo el universo.
Su corazón por las naciones es evidente, y ha enviado a su único Hijo,
Jesucristo, para asegurar la salvación de todos los que depositan su fe en él. Él
llama a la gente en todas partes a volverse hacia él y desea enviar su mensaje
de salvación a todos los pueblos y naciones a través de aquellos que ya lo
conocen.
Como hemos visto, el concepto de una Gran Comisión no era un misterio
para Isaías. Asimismo, no debería ser ningún misterio. a los cristianos de hoy.
Una causa tan urgente para el corazón de Dios debe estar en el corazón de su
pueblo. Nuestra tarea es considerar cómo podemos invertir nuestras vidas de
la manera más estratégica posible para cumplir la Gran Comisión, que todas
las naciones en todas partes puedan dar gloria al Santo de Israel.

Preguntas de estudio
1. ¿Cómo difieren el mandato de creación y el mandato de la Gran
Comisión?
2. Compara y contrasta los conceptos “testigo centrípeto” y “testigo
centrífugo”.
3. Enumere los términos clave de Isaías que apuntan a que Dios
extiende su salvación a personas de otras naciones.

402
Traducido por: David Taype

4. ¿En qué medida crees que la Gran Comisión de Jesús (Mt 28, 18-20)
representó una nueva estrategia para llegar al mundo con el
mensaje de la salvación de Dios? Al formular su respuesta, considere
todo lo que ha leído en el libro de Isaías.

Términos clave
testigo centrífugo
testigo centrípeto
mandato de creación
Adivinación
Mandato de la Gran Comisión
administración

403
Traducido por: David Taype

Notas
Capítulo 1 ¿Quién fue Isaías y qué sabemos acerca de él y su libro?
[1] . Es 2:1; 13:1; 20:2; 37:2, 21; 38:1; 2 Reyes 19:2, 20; 20:1; 2 Crónicas
26:22; 32:20, 32.
[2] . Meguilá , 10:2; que Isaías era sobrino del rey Amasías, ver b. sota 10b.
[3] . Las fechas en este libro, a menos que se indique lo contrario, siguen la
cronología de Mysterious Numbers of the Hebrew Kings de Edwin R. Thiele ,
nueva rev. edición (Grand Rapids: Zondervan, 1983).
[4] . La Ascensión pseudoepígrafa de Isaías 5:1–16 da fe de esto; véase
también b. Yebamot 4:13; cf. Sanedrín f. 103b.
[5] . Thiele, Números misteriosos de los reyes hebreos , 64.
[6] . Las otras ocurrencias son 2 Reyes 19:22; Sal 71:22; 78:41; 89:18;
Jeremías 50:29; 51:5.

Capítulo 2 Palabras iniciales de Isaías al pueblo de Dios


[1] . Hans Wildberger, Isaiah 1–12: A Commentary (Minneapolis: Fortress,
1991), 3–4; HC Leupold, Exposición de Isaías (Grand Rapids: Baker Academic,
1976), 1:53; Otto Kaiser, Isaías 1–12: un comentario , trad. John Bowden, 2ª ed.
(Filadelfia: Westminster, 1983), 1–5; John DW Watts, Isaiah 1–33 , Word
Biblical Commentary 24 (Waco: Word Books, 1985), 3–8.
[2] . “El asedio de Jerusalén por Senaquerib”, trad. Mordechai Cogan, en COS
2:302–3; Arthur Ferrill, Los orígenes de la guerra: desde la edad de piedra
hasta Alejandro Magno (Londres: Thames and Hudson, 1986), 71–77.
[3] . Edward J. Young, Libro de Isaías (Grand Rapids: Eerdmans, 1972), 1:68–
70; Joseph A. Alexander, Comentario sobre las profecías de Isaías (Grand
Rapids: Zondervan, 1953), 88.

Capítulo 3 El llamado de Dios a vivir a la luz del futuro


[1] . Carl Friedrich Keil y Friedrich Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo
Testamento , trad. James Martin (Grand Rapids: Eerdmans, 1969), 7.110–12.
[2] . Millard Erickson, Una guía básica de escatología (Grand Rapids: Baker
Academic, 1998); Darrell L. Bock, ed., Three Views on the Millennium and
Beyond (Grand Rapids: Zondervan, 1999); Richard J. Mouw, Cuando los reyes
entren en marcha: Isaías y la Nueva Jerusalén , rev. edición (Grand Rapids:
Eerdmans, 2002).

404
Traducido por: David Taype

[3] . Alejandro, Comentario sobre las profecías de Isaías , 122–23; Leupold,


Exposición de Isaías , 1:102–4; Ardis Parlin, “¿Cuál es el significado de 'la rama
de Jehová'? Isaías 4:2” (tesis doctoral, Grace Theological Seminary, 1968).
[4] . John H. Walton, Victor H. Matthews y Mark W. Chavalas, The IVP Bible
Background Commentary: Old Testament (Downers Grove, IL: InterVarsity,
2000), 589–90; I. Howard Marshall et al., eds., New Bible Dictionary , 3ra ed.
(Downers Grove, IL: InterVarsity, 1996), 1224–25.
[5] . Walter Brueggemann, Isaías 1–39 (Louisville: Westminster/John Knox,
1998), 48–49; Elbert Russell, “Paronomasia and Kindred Phenomena in the
New Testament” (tesis doctoral, Universidad de Chicago, 1919).

Capítulo 4 El llamado de Isaías al ministerio profético


[1] . Véase la discusión en Brevard S. Childs, Isaiah: A Commentary
(Louisville: Westminster/John Knox, 2001), 51–54.
[2] . Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo Testamento , 7.1:189–92;
Brueggemann, Isaías 1–39 , 58–59.
[3] . Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo Testamento , 7.1:189–90;
Watts, Isaías 1–33 , 74.

Capítulo 5 Las Señales de Emmanuel y Maher-Shalal-Hash-Baz


[1] . Para conocer los antecedentes de los sirios/arameos y su papel en el
mundo antiguo, véase Wayne T. Pitard, “Aramaeans”, en Peoples of the Old
Testament World , ed. Alfred J. Hoerth, Gerald L. Mattingly y Edwin M.
Yamauchi (Grand Rapids: Baker Academic, 1994), 207–30.
[2] . Véanse los anales de Tiglat-Pileser III en “Tiglat-Pileser III”, trad. K.
Lawson Younger Jr., en COS , 2.117A–F:284–92.
[3] . Sargón II se jacta de conquistar Samaria, capital del reino del norte de
Israel, aparentemente terminando el trabajo que comenzó su padre
Salmanasar V; véase 2 Reyes 17:1–6 y los anales de Sargón II en “Sargon II,
The Annals”, trad. K. Lawson Younger Jr., en COS 2.118A:293.
[4] . Véanse los comentarios de Young, Libro de Isaías , 1:271; y Wildberger,
Isaías 1–12 , 295.
[5] . KJV, NKJV, NIV, NASB, TLB, NLT, YLT.
[6] . RSV, NRSV, TAB.
[7] . TEV y ver también John H. Walton, "Isa 7:14: What's in a Name?" Revista
de la Sociedad Teológica Evangélica 30 (1987): 289–306.
[8] . J. Alec Motyer, The Prophecy of Isaiah: An Introduction and Commentary
(Downers Grove, IL: InterVarsity, 1993), 84–86; Young, Libro de Isaías , 1:283–
91; Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo Testamento , 7.1:216–20.

405
Traducido por: David Taype

[9] . Gleason L. Archer, “A Reassessment of the Value of the Septuagint


Version of Isaiah for the Purpose of Textual Criticism,” (documento
presentado en las reuniones nacionales de la Evangelical Theological Society,
Dallas, 1983).
[10] . Véase George Adam Smith, Isaías , ed. W. Robertson Nicoll (Nueva
York: Armstrong and Son, 1903), 114–15.
[11] . Herbert M. Wolf, Interpreting Isaiah: The Suffering and Glory of the
Messiah (Grand Rapids: Zondervan, 1985), 91; Ronald Youngblood, El libro de
Isaías: un comentario introductorio , 2ª ed. (Grand Rapids: Baker Academic,
1993), 48.
[12] . Walton, “Isaías 7:14”, 295–97; George E. Wright, Libro de Isaías
(Richmond: John Knox, 1961), 40.
[13] . Motyer, Profecía de Isaías , 85.
[14] . 2 Crónicas 32:30 (NASB) se refiere a la "salida superior de las aguas de
Gihón", lo que implica la existencia de al menos una más.
[15] . Young, Libro de Isaías , 1:305; Wolf, Interpretando a Isaías , 94; John N.
Oswalt, The Book of Isaiah: Chapters 1–39 , New International Commentary on
the Old Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1986), 225.

Capítulo 6 El reino de Dios superará a todos los reinos terrenales


[1] . Bill T. Arnold y Bryan E. Beyer, Encuentro con el Antiguo Testamento
(Grand Rapids: Baker Academic, 1999), 42–43.
[2] . EM Blaiklock, “Decápolis”, en The Zondervan Pictoral Encyclopedia of the
Bible , ed. Merrill C. Tenney (Grand Rapids: Zondervan, 1975), 2:81–84.
[3] . El Texto Masorético en realidad tiene pel'i , una forma de pele '.
[4] . Tales usos de gibbor para describir el poder de Dios argumentan en
contra de distinguir entre los conceptos de "poderoso" y "todopoderoso"
como los testigos de Jehová tratan de hacer cuando explican Is 9:6.
[5] . Para consultar un artículo completo sobre los asirios, véase William C.
Gwaltney Jr., “Assyrians”, en Peoples of the Old Testament World , págs. 77–
106.
[6] . Is 9:4 (9:3 en el Texto Masorético); 10:5, 15, 24; 14:5; 28:27; 30:31–32.
[7] . El texto bíblico señala específicamente que Oseas paga tributo a
Salmanasar (727–722 a. C.). Esto muestra que Oseas permaneció leal a Asiria
después de la muerte de Tiglat-Pileser III.
[8] . Edgar W. Conrad, Reading Isaiah (Minneapolis: Fortress, 1991), 43; John
FA Sawyer, Isaiah (Filadelfia: Westminster, 1984), 1:112; Watts, Isaías 1–33 ,
150.

406
Traducido por: David Taype

[9] . J. Ridderbos, Isaías , trad. John Vriend, Bible Student's Commentary


(Grand Rapids: Zondervan, 1985), 113–15; Youngblood, Libro de Isaías , 53;
Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 1–39 , 264.
[10] . Motyer, Profecía de Isaías , 121.
[11] . Ridderbos, Isaías , 127; Harry Bultema, Comentario sobre Isaías , trad.
Cornelius Lambregtse (Grand Rapids: Kregel, 1981), 145–49.
[12] . Motyer, Profecía de Isaías , 125–26; Young, Libro de Isaías , 1:394–95.

Capítulo 7 Oráculos contra las Naciones


[1] . Véase, por ejemplo, los alardes de Tiglat-Pileser I (1114–1076 a. C.) en
Bill T. Arnold y Bryan E. Beyer, eds., Readings from the Ancient Near East:
Primary Sources for Textual Study (Grand Rapids: Baker Academic , 2002),
137–44.
[2] . Para consultar un artículo completo sobre los babilonios, véase Bill T.
Arnold, “Babylonians”, en Peoples of the Old Testament World , págs. 43–75.
[3] . El consenso académico reciente ubica a Joel alrededor del 500 a. Véase
Leslie C. Allen, The Books of Joel, Obadiah, Jonah and Micah , New International
Commentary on the Old Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1976), 19–25.
[4] . Sobre esta fuerza de la forma pausal hebrea, véase Wilhelm Gesenius,
Hebrew Grammar , ed. E. Kautzsch (Oxford: Clarendon, 1910), 96.
[5] . Para más información sobre los medos, véase Edwin M. Ya mauchi,
“Persians”, en Peoples of the Old Testament World , págs. 107–10.
[6] . “Salmanasar III (858–824): La lucha contra la coalición aramea”, trad. F.
Delitzsch y DD Luckenbill, en ANET , 278a; “Nabucodonosor II (605–562): La
expedición a Siria”, trad. Zehnpfund-Langdon, en ANET , 307; “Un himno que
celebra las campañas de Assurnasirpal II hacia Occidente”, trad. Víctor
Hurowitz, en COS 1:471; “El cilindro de Sippar de Nabonidus”, trad. Paul-Alain
Beaulieu, en COS 2:311–12.
[7] . Ridderbos, Isaías , 142; Sawyer, Isaías , 1:144–45; David L. McKenna, El
comentario del comunicador: Isaías (Dallas: Word, 1994), 1:178–81.
[8] . Véanse los alardes de Tiglat-Pileser I en Arnold y Beyer, Readings from
the Ancient Near East , 137b; y de Esarhaddon en “Esarhaddon (680–669):
The Fight for the Throne”, trad. R. Campbell Thompson, en ANET , 289a.
[9] . Para consultar un artículo completo sobre los asirios, véase Gwaltney,
“Assyrians”, en Peoples of the Old Testament World , págs. 77–106.
[10] . Para consultar un artículo completo sobre los filisteos, véase David M.
Howard, “Philistines”, en Peoples of the Old Testament World , págs. 231–50.

407
Traducido por: David Taype

[11] . Para una discusión de los temas relacionados con la cronología del
reinado de Ezequías, véase Thiele, Mysterious Numbers of the Hebrew Kings ,
134–38.
[12] . Motyer, Profecía de Isaías , 147; “Tiglat-Pileser III (744–727):
Campañas contra Siria y Palestina”, trad. DD Luckenbill, en ANET , 282–84;
“Sargón II (721–705): La caída de Samaria”, trad. DD Luckenbill, en ANET ,
284–87; “Senaquerib (704–681): El asedio de Jerusalén”, trad. DD Luckenbill,
en ANET , 287–88; “Tiglat-Pileser III”, trad. K. Lawson Younger Jr., en COS
2.117A–F:284–92; “Sargón II”, trad. K. Lawson Younger Jr., en COS 2.118A–
J:293–300; “Senaquerib”, trad. Mordechai Cogan, en COS 2.119A–E:300–305.
[13] . Para consultar un artículo completo sobre los moabitas, véase Gerald
L. Mattingly, “Moabitas”, en Peoples of the Old Testament World , págs. 317–33.
[14] . Adaptado de Arnold y Beyer, Encontrando el Antiguo Testamento , 232.
[15] . “Tiglat-Pileser III (744–727): Campañas contra Siria y Palestina”, trad.
DD Luckenbill, en ANET , 282; “Sargón II (721–705): La caída de Samaria”,
trad. DD Luckenbill, en ANET , 287; “Senaquerib (704–681): El asedio de
Jerusalén”, trad. DD Luckenbill, en ANET , 287; “Esarhaddon (680–669): La
lucha por el trono”, trad. R. Campbell Thompson, en ANET , 291; “Tiglat-
Pileser III”, trad. K. Lawson Younger Jr., en COS 2.117D:289; “El asedio de
Jerusalén por Senaquerib”, trad. Mordechai Cogan, en COS 2.119B:303.
[16] . Para un artículo completo sobre los sirios/arameos, véase Pitard,
“Aramaeans”, en Peoples of the Old Testament World , 207–30.
[17] . Arnold y Beyer, Lecturas del Antiguo Cercano Oriente , 145; “Tiglat-
Pileser III (744–727): Campañas contra Siria y Palestina”, trad. DD Luckenbill,
en ANET , 282–83; “Tiglat-Pileser III”, trad. K. Lawson Younger Jr., en COS
2.117A:285–86.
[18] . “Tiglat-Pileser III (744–727): Campañas contra Siria y Palestina”, trad.
DD Luckenbill, en ANET , 284; “Tiglat-Pileser III”, trad. K. Lawson Younger Jr.,
en COS 2.117B:288.
[19] . Para más información sobre Cus, véase HC Leupold, “Cush”, en
Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible 1:1047–48.
[20] . El uso del participio hebreo medabberot sugiere esto.
[21] . J. Alec Motyer, Isaiah: An Introduction and Commentary (Downers
Grove, IL: InterVarsity, 1999), 174, defiende lo primero, mientras que Childs,
Isaiah , 151–52, defiende lo segundo.
[22] . Motyer, Isaías , 177; “Tiglat-Pileser III”, trad. K. Lawson Younger Jr., en
COS 2.117A–B:286–87; “Sargón II”, trad. K. Lawson Younger Jr., en COS 2.118A,
D:293, 296; “Senaquerib”, trad. Mordechai Cogan, en COS 2.119:301;
“Asurbanipal (668–633)”, trad. DD Luckenbill, en ANET , 297–301.

408
Traducido por: David Taype

[23] . Véase William A. Ward, “Phoenicians”, en Peoples of the Old Testament


World , págs. 183–206.
[24] . Motyer, Isaías , 193.
[25] . Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo Testamento , 7:411–14.
Childs, Isaiah , 169, se pone del lado de la interpretación babilónica de 23:13,
aunque concluye esto en parte porque cree que Is 13–23 fue muy editado
durante el siglo VI a.

Capítulo 8 El “Pequeño Apocalipsis”


[1] . Childs, Isaías , 179.
[2] . Cuatro verbos hebreos están precedidos por su forma absoluta en
infinitivo, una estructura que fortalece la idea verbal.
[3] . Los eruditos que abogan por una resurrección literal de los muertos
incluyen a Leupold, Exposition of Isaiah , 412–14; Otto Kaiser, Isaías 13–39: un
comentario , trad. RA Wilson (Filadelfia: Westminster, 1974), 215–20; Oswalt,
Book of Isaiah: Chapters 1–39 , 485. Los eruditos que defienden una
interpretación figurativa incluyen a Hans Wildberger, Isaiah 13–27: A
Continental Commentary (Minneapolis: Fortress, 1997), 570; Alejandro,
Comentario sobre las profecías de Isaías , 430–32; Youngblood, Libro de Isaías ,
79.
[4] . Motyer, Isaías , 218–220.
[5] . Childs, Isaías , 192.
[6] . Motyer, Isaías , 220.
[7] . “Mitos ugaríticos: el mito de Balu”, trad. Dennis Pardee, en COS
1.86:241–74.
[8] . Nótese la presencia tanto en 6:7 como en 27:9 de las palabras hebreas '
avon (culpa), hatta't (pecado), sur (quitado) en 6:7, (remoción) en 27:9, y
kipper ( expiar).

Capítulo 9 Oráculos de aflicción


[1] . Ver Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 1–39 , 506.
[2] . Véase Watts, Isaías 1–33 , 363; Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 1–39 ,
512; Kaiser, Isaías 13–39 , 245.
[3] . Sawyer, Isaías , 1:238; Watts, Isaías 1–33 , 381.
[4] . Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo Testamento , 7.2:17;
Alejandro, Comentario sobre las Profecías de Isaías , 461.
[5] . Motyer, Isaías , 237.
[6] . Arnold y Beyer, Lecturas del Antiguo Cercano Oriente , 98, 100.

409
Traducido por: David Taype

Capítulo 10 Resumen escatológico


[1] . Childs, Isaiah , 255, argumenta esta interpretación, aunque Childs
postula innecesariamente múltiples fuentes.
[2] . heb. haram _ La forma sustantiva, herem , también aparece con un
significado similar; cf. “dedicado (al Señor)” y “cosas dedicadas” (Josué 6:17–
18).
[3] . Motyer, Isaías , 270; Childs, Isaías , 256; Youngblood, Libro de Isaías , 98;
Christopher R. Seitz, Isaías 1–39 (Louisville: Westminster/John Knox, 1993),
237.
[4] . Motyer, Isaías , 271; Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo
Testamento , 7.2:71–72.
[5] . Childs, Isaías , 257.

Capítulo 11 Puntos destacados del reinado de Ezequías


[1] . Motyer, Isaías , 220–221; Keil y Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo
Testamento , 7.2:82; Kaiser, Isaías 13–39 , 367.
[2] . Thiele, Mysterious Numbers of the Hebrew Kings , 174–76, argumenta
que los sincronismos entre Ezequías y Oseas son “tardíos y artificiales”
porque el editor final de Kings no entendió el principio de la datación dual.
[3] . Una discusión completa de los temas aparece en Oswalt, The Book of
Isaiah: Chapters 1–39 , 674–75.
[4] . Edwin R. Thiele analiza el fenómeno de la corregencia en Mysterious
Numbers of the Hebrew Kings , 61–65.
[5] . Thiele, Números misteriosos de los reyes hebreos , 174–75; ver también
61–65 sobre el fenómeno de la corregencia.
[6] . La expresión traducida como "comandante de campo" ( rab shakeh )
significa literalmente "copero", pero en ese momento había llegado a significar
un funcionario administrativo líder.
[7] . Thiele, Números misteriosos de los reyes hebreos , 176–77.
[8] . JA Brinkman, "Merodach Baladan II", en Estudios presentados a AL
Oppenheim , ed. Robert D. Biggs y John A. Brinkman (Chicago: Instituto
Oriental, 1964), 6–53.

Capítulo 12 Introducción a Isaías 40–66


[1] . Para una discusión completa de la autoría y la fecha, véase John Oswalt,
The Book of Isaiah: Chapters 40–66 (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), 3–6.
[2] . Para quienes apoyan un tercer Isaías posterior, véase PA Smith,
Rhetoric and Redaction in Trito-Isaiah: The Structure, Growth, and Authorship

410
Traducido por: David Taype

of Isaiah 56–66 (Nueva York: Brill, 1995); John DW Watts, Isaiah 34–66 , Word
Biblical Commentary 25 (Waco: Word Books, 1987), 368.
[3] . Watts, Isaías , 1–33, xix, xxiv, xxxii–xxxiv; John Goldingay, Profeta de
Dios, Siervo de Dios; A Study in Jeremiah and Isaiah 40–55 (Exeter: Paternoster,
1984), 11–12.
[4] . Algunos eruditos ven Is 13–14 como se escribió más tarde; véase
Wright, Libro de Isaías , 52–53; Sawyer, Isaías , 1:134.
[5] . John H. Walton, "Nuevas observaciones sobre la fecha de Isaías", Revista
de la Sociedad Teológica Evangélica 28 (1985): 129–32.
[6] . Wolf, Interpretando a Isaías , 36–37.

Capítulo 13 ¡El pueblo de Dios regresa a casa!


[1] . Motyer, Profecía de Isaías , 299.
[2] . Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 40–66 , 50.
[3] . Ibíd., 43n5.

Capítulo 14 Proclamación de liberación y restauración


[1] . El término hebreo puede significar "maldad" o "nada", dependiendo de
la lectura del texto.
[2] . La expresión en Gn 1:2 “sin forma y vacío” se traduce del hebreo tohu
ve-bohu .
[3] . Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 40–66 , 110.
[4] . El nombre Yahweh (Heb. YHWH ) viene del verbo “ser” y enfatiza la
presencia de Dios con su pueblo. Ver, por ejemplo, Ex 3:14, donde Dios dice
“YO SOY EL QUE SOY ” y donde aparece este verbo.
[5] . Note las palabras de Mateo (12:17): “Esto fue para que se cumpliera lo
dicho por medio del profeta Isaías”. Luego continúa con una cita de Isaías
42:1–4; ver barra lateral 12.2.
[6] . Oswalt, Libro de Isaías: capítulos 40–66 , 123–24.
[7] . La LXX apoya la enmienda del texto hebreo, y el cambio es posible sin
alterar nada del texto consonántico original. No obstante, el principio de
preservar la lectura más difícil sugiere que se debe mantener el tiempo futuro
(heb. imperfecto).
[8] . Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 40–66 , 162n68.
[9] . El decreto de Ciro (Esdras 1:2–4) no implica que Ciro fuera un
verdadero creyente. Los persas eran conocidos por acomodar a todos los
pueblos sometidos en la medida de lo posible.
[10] . Motyer, Profecía de Isaías , 367.

411
Traducido por: David Taype

Capítulo 15 La caída de Babilonia


[1] . Joan Oates, Babylon (Londres: Thames and Hudson, 1979), 175–76.
[2] . En Is 14:12–20, Isaías habla directamente al rey de Babilonia, mientras
que en 47:1–15, el Señor habla a través de Isaías a la nación.
[3] . Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 40–66 , 242.
[4] . Is 48:2; 51:15; 54:5; Jeremías 10:16; 31:35; 32:18; 33:2; 46:18; 48:15;
50:34; 51:19, 57.
[5] . Véase el programa del templo babilónico para el festival Akitu en Arnold
and Beyer, Readings from the Ancient Near East , 128–33.

Capítulo 16 Liberación y exaltación de Israel


[1] . Una interpretación más literal del texto hebreo dice: “El Señor me llamó
desde el vientre; desde (el tiempo que estuve en) las entrañas de mi madre
mencionó mi nombre”.
[2] . Es 24:10; 34:11; 40:17, 23; 41:29; 44:9; 45:18, 19; 49:4; 59:5.
[3] . Ecl 1:2, 14; 2:1, 11, 15, 17, 19, 21, 23, 26; 3:19; 4:4, 7, 8, 16; 5:7, 10; 6:2,
4, 9, 11, 12; 7:6, 15; 8:10, 14; 9:9; 11:8, 10; 12:8.
[4] . Motyer, Profecía de Isaías , 385–89; Oswalt, Libro de Isaías: capítulos 40–
66 , 290–93.
[5] . Agradezco a Aaron Burt por su útil trabajo preliminar (comunicación
personal, abril de 2004).
[6] . RN Whybray, Isaiah 40–66 (Grand Rapids: Eerdmans, 1981), 150.
Whybray sostiene la visión de autoría múltiple de Isaías y, en consecuencia,
cree que Deutero-Isaías fue el centro del pasaje del siervo en Isaías 50.
[7] . Véase Hebreos 12:1–3, que desafía a los cristianos a dejar de lado todo
pecado para seguir a Jesús por completo.

Capítulo 17 El Siervo Sufriente


[1] . Oswalt, Book of Isaiah: Chapters 40–66 , 378, señala que este
emparejamiento de palabras ocurre solo en Isaías, y los otros tres usos de la
expresión en Isaías (6:1; 33:10; 57:15) describen a Dios .
[2] . Los manuscritos siríacos posteriores, así como el Targum, un testimonio
arameo temprano del texto hebreo, dicen "él".
[3] . Se ha sugerido un cognado hebreo que proviene de una raíz árabe que
significa “salto”, pero la palabra aparecería solo aquí en el Antiguo
Testamento.
[4] . La palabra aparece veinticuatro veces en el Antiguo Testamento. Veinte
de estas ocurrencias están en Levítico o Números, y fuera de Isaías 52:15,
todas menos dos (2 Reyes 9:33; Is 63:3) son claramente de culto.
412
Traducido por: David Taype

[5] . Las referencias a la expresión “tierra de los vivientes” incluyen Jb 28:13;


Sal 27:13; 52:5; 116:9; 142:5; Is 38:11; Jeremías 11:19; Ez 26:20.
[6] . El término hamas tiene el significado de "violencia" hoy en día tanto en
hebreo como en árabe. Hamás es un grupo árabe militante que a menudo ha
respaldado el uso de la violencia (p. ej., atentados suicidas) para lograr sus
objetivos.
[7] . Véase Lv 5–6 y JC Moyer, “Guilt; Culpable”, en The International
Standard Bible Encyclopedia , ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids:
Eerdmans, 1994), 2:580–81.
[8] . Whybray, Isaías 40–66 , 171; John L. McKenzie, Second Isaiah , The
Anchor Bible 20 (Garden City, NY: Doubleday, 1968), xli.
[9] . Sawyer, Isaiah , 2:144, aunque también permite la interpretación
mesiánica; Wright, Libro de Isaías , 130.
[10] . GA Smith, Book of Isaiah , 252–77, y Hanson, Isaiah 40–66 , 166–69,
adoptan un desarrollo en Servant Songs en el que se habla primero de la
nación, luego de una porción más pequeña de la nación y, finalmente, de una
sola persona. Mesías.
[11] . Para una excelente defensa de la credibilidad del Nuevo Testamento,
véase FF Bruce, The New Testament Documents: Are They Reliable? 5ta rev.
edición (Grand Rapids: Eerdmans, 1960).
[12] . Adolf Neubauer y SR Driver, El quincuagésimo tercer capítulo de Isaías
según los intérpretes judíos (Nueva York: Ktav, 1969), 2: xxxix–lxv.
[13] . Para una excelente discusión sobre el liderazgo de servicio cristiano,
véase Don N. Howell, Servants of the Servant: A Biblical Theology of Leadership
(Eugene, OR: Wipf and Stock, 2003).

Capítulo 18 Celebrando el regreso


[1] . El idioma hebreo distingue entre formas singulares y plurales en los
comandos. Sin embargo, Isaías a veces usaba la forma singular para referirse a
la nación como un todo.
[2] . Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 40–66 , 439.
[3] . Curiosamente, Pablo también cita Is 49:8 en este versículo.
[4] . heb. Shub _ La forma verbal también aparece en el nombre del hijo de
Isaías, Shear-Jashub, que significa “un remanente volverá/se arrepentirá”.
[5] . Deseo agradecer a mi colega Steve Baa rendse por señalarme esto.
[6] . Matitiahu Tsevat, “El significado básico del sábado bíblico”, Zeitschrift
für die Alttestamentliche Wissenschaft 84 (1972): 447–59.
[7] . Oswalt, Book of Isaiah: Chapters 40–66 , 529, está de acuerdo con Keil y
Delitzsch, Commentary on the Old Testament , 7.2:404–5 en este punto.

413
Traducido por: David Taype

Capítulo 19 El gran final de la restauración de Dios


[1] . Claus Westermann, Isaiah 40–66 (Filadelfia: Westminster, 1969), 367.
La palabra hebrea es naqam .
[2] . Las raíces hebreas hrb y smm , que describen desolación y devastación,
aparecen dos veces.
[3] . El Texto Masorético dice literalmente “tus hijos”, pero una alteración de
las vocales podría hacer que la lectura sea “tu hacedor”.
[4] . Jeremías 49:7–22; Am 2:11–12; Ob 10-14.
[5] . Véase la discusión de 61:2.
[6] . Oswalt, Libro de Isaías: Capítulos 40–66 , 689; Motyer, Profecía de Isaías ,
542.
[7] . Cf. los términos en NVI y NASB, que son posibles versiones del hebreo,
aunque difieren notablemente.
[8] . Es 11:11; 20:6; 23:2, 6; 24:15; 40:15; 41:1, 5; 42:4, 10, 12, 15; 49:1;
51:5; 59:18; 60:9; 66:19.
[9] . Motyer, Profecía de Isaías , 542; para un punto de vista opuesto, véase
Oswalt, Book of Isaiah: Chapters 40–66 , 689–90.

Capítulo 20 Isaías y el Antiguo Testamento


[1] . Las otras seis referencias son 2 Reyes 19:22 (paralelo a Is 37:23); Sal
71:22; 78:41; 89:18; Jeremías 50:29; 51:5.
[2] . Ver discusión anterior (p. 142); Wolf, Interpretando a Isaías , 171.
[3] . Ver discusión anterior (págs. 142, 157); Walton, "Nuevas
observaciones", 129–32.
[4] . Motyer, Prophecy of Isaiah , 53, resume las posibilidades.

Capítulo 21 Isaías y el Nuevo Testamento


[1] . De los aproximadamente 1.300 versículos del Nuevo Testamento, unos
setenta y cinco tienen una cita directa o una alusión a la redacción de Isaías.
[2] . El texto de Hechos sigue la Septuaginta, aunque el Texto Masorético está
muy cerca.
[3] . En mi discusión de Is 7–8, argumento que Mt 1:23 declara un
cumplimiento secundario de Is 7:14. Algunos argumentan que Mt 1:23 declara
un cumplimiento directo.
[4] . La Septuaginta ofrece un paralelo aún más estrecho que el Texto
Masorético.

Capítulo 22 Isaías y la Gran Comisión

414
Traducido por: David Taype

[1] . Ferris L. “Chip” McDaniel, “La misión en el Antiguo Testamento”, en


Misión en el Nuevo Testamento: un enfoque evangélico , ed. William J. Larkin y
Joel F. Williams (Maryknoll: Orbis, 1998), 11, 16–19.
[2] . McDaniel, “Mission in the Old Testament,” 11–12, sugiere que los judíos
de la época de Jesús habrían relacionado la acción de Dios enviando con la
palabra del Antiguo Testamento.
[3] . Si las palabras de Jesús en Mc 16:15–16 son originales, entonces
aparecen cinco ejemplos de la Gran Comisión.
[4] . Ver Walter C. Kaiser, Mission in the Old Testament: Israel as a Light to the
Nations (Grand Rapids: Baker Academic, 2000), 87–92, para una buena
bibliografía sobre el tema.
[5] . Kaiser, Misión en el Antiguo Testamento , entiende que el llamado de
Israel y el de la iglesia son uno y el mismo y cree que Israel fracasó en gran
medida en lograr el llamado de Dios para evangelizar a las naciones. Kaiser,
sin embargo, tiene la opinión minoritaria.
[6] . Anson F. Rainey y R. Steven Notley, The Sacred Bridge: Carta's Atlas of
the Biblical World (Jerusalén: Carta, 2006), 30–42; Arnold y Beyer, Encuentro
con el Antiguo Testamento , 36; Yohanan Aharoni, La Tierra de la Biblia: Una
Geografía Histórica , trad. Anson F. Rainey, 2ª ed. (Londres: Burns and Oates,
1979), 3–6.
[7] . Véase la discusión anterior de este pasaje.

415
Traducido por: David Taype

Glosario
Akitu festival Una celebración babilónica en el mes de Nisannu (marzo-
abril) que marca el comienzo del Año Nuevo. Durante este festival se creía
que Bel, jefe del panteón babilónico, renovó el reinado de un gobernante
por otro año.
'almah Una palabra hebrea bastante poco común que aparece en Isaías 7:14
y se ha traducido como "virgen" o "mujer joven". La discusión del
significado del término en su contexto está significativamente
influenciada por la cita del versículo en el Nuevo Testamento (Mt 1:22-
23) como finalmente se cumplió en el nacimiento virginal de Jesús.
ungió Heb. mashiach (a veces traducido Mesías). La unción representaba
una separación visible de un individuo para el servicio de Dios. Un
sacerdote podría ungir a alguien con aceite, mientras que Dios
generalmente ungía a alguien con el Espíritu Santo. En la Biblia, los reyes,
sacerdotes y profetas fueron ungidos. Isaías aludió a Ciro, rey de Persia,
como el ungido de Dios (45:1). Véase también Ciro.
apocalíptico Un tipo de escritura con características similares al libro de
Apocalipsis—mucho simbolismo y lenguaje figurado que describe una
gran obra futura de Dios. La palabra proviene de la palabra griega
apokalypto , que significa “descubrir o revelar algo oculto”.
Bel Deidad principal del panteón babilónico. Su nombre aparece en
nombres bíblicos como Belsasar (“¡Oh Bel, protege al rey!”) y está
relacionado con el nombre del dios cananeo Baal. En épocas anteriores,
Bel era conocido como Marduk, una forma de la cual aparece en el
nombre Merodach-Baladan ("¡Marduk ha dado un hijo!").
rama Término profético que denota que el instrumento elegido por Dios
está relacionado con la línea familiar de David. En última instancia, el
motivo de la rama se cumple en Cristo (Is 4:2; 11:1; Jer 23:5–6; 33:15–16;
Zac 3:8; 6:12–13).
llamado Una tarea especial o vocación a la cual un individuo siente la
comisión sagrada de Dios (por ejemplo, el llamado de Isaías, 6:8). El
Nuevo Testamento usa el término en el sentido de un llamado general a la
salvación (Mt 22:14), un llamado interno específico acompañado por el

416
Traducido por: David Taype

toque del Espíritu (Rom 8:29-30), y al servicio de Dios (Gal 1:1; Efesios
4:1).
testimonio centrífugo El tipo de testimonio de la fe bíblica de uno que viene
a través de la proclamación verbal y los intentos de persuadir a otros. Se
trata de un esfuerzo intencional para hablar a otros (Hechos 1:8).
testigo centrípeto El tipo de testimonio de la fe bíblica de uno que viene a
través de otros que observan a los creyentes vivir su fe. En tales casos,
otros pueden ver las acciones de los creyentes y glorificar a Dios o
preguntarles acerca de su fe (Dt 4:6; Mt 5:16).
Caldeos Un grupo de personas del centro y sureste de Mesopotamia que
formaron la dinastía caldea en el siglo VIII a. Su rey más famoso fue
Nabucodonosor II (605–562 a. C.), quien conquistó Jerusalén y Judá en el
587 a. C. y llevó a su pueblo al exilio. Debido a la ubicación de los caldeos
en Babilonia, el término “babilonios” también se usa a menudo para
describirlos.
Ciudad de David El territorio de Jerusalén bajo el control de David durante
su reinado (1010–970 a. C.), principalmente la colina sureste que
ocuparon originalmente los jebuseos (2 Sm 5:6–10). Reyes posteriores
como Salomón y Ezequías ampliaron significativamente el tamaño de la
ciudad; Salomón añadió el área del monte del templo (1 Reyes 6),
mientras que Ezequías fortificó los muros de la ciudad (Is 22:10). El uso
del término en el Nuevo Testamento para referirse a Belén (Lc 2:4, 11) no
aparece en Isaías.
complacencia Un sentimiento excesivo de autosuficiencia o
autosatisfacción; en Isaías, este sentimiento hizo que las personas
olvidaran o descuidaran su relación con Dios (56:10–12).
concordancia Una herramienta de estudio de la Biblia que enumera las
palabras en orden alfabético e incluye todas las referencias de versículos
donde aparecen las palabras. El software de concordancia computarizado
puede buscar grupos de palabras o frases simultáneamente, creando así el
potencial para un estudio y comprensión aún más profundos de la Biblia.
co-regencia Una situación en la que dos reyes (típicamente padre e hijo)
gobiernan al mismo tiempo por varias razones de practicidad. Muchos
eruditos entienden que las corregencias son útiles para explicar la
cronología de los reyes de Israel y Judea.

417
Traducido por: David Taype

pacto Un acuerdo o promesa solemne en el que dos partes acuerdan


servirse o bendecirse mutuamente de alguna manera. El pacto de Dios
con Abraham (Gn 12:1-3) encuentra una expresión más completa tanto en
el pacto de Dios con Israel como con la iglesia.
creación El mandato de Dios a la humanidad de llenar la tierra y ejercer
dominio sobre su creación como mayordomos responsables (Gn 1:28–
30).
Ciro Rey que estableció el imperio persa. Ciro conquistó Media, Lidia y
Babilonia, esta última en el 539 a. En el primer año del reinado de Ciro,
emitió una proclamación que permitía a los judíos exiliados regresar a
Judá. para reconstruir Jerusalén y sus ciudades (Esd 1:1). Isaías 45:1 en
realidad habló de él como el “ungido” de Dios. Véase también ungido.
hija de Sión Forma poética de designar a las mujeres de Jerusalén (Is 3,16–
17) oa la ciudad y la población en general (Is 1,8; 37,22).
David El segundo rey de Israel (1010–970 a. C.), que estableció la
supremacía de Israel sobre sus vecinos. También recibió una promesa de
Dios acerca de su trono (2 Sm 7).
día del Señor Un período de tiempo (no un día literal) durante el cual la
Biblia espera que Dios juzgará el pecado de los incrédulos, limpiará a los
creyentes de sus pecados y salvará a los suyos. Diferentes pasajes
enfatizan diferentes aspectos del día; en última instancia, la expresión
designa el juicio final y la salvación que Dios trae al mundo.
Decápolis El término literalmente significa “diez ciudades” y designa un
grupo de diez ciudades griegas al este del Mar de Galilea que estaban
mayormente pobladas por gentiles. Jesús tuvo algún ministerio en esta
área (Mc 7:31), incluyendo echar demonios en una piara de cerdos (Mc
5:1–20).
Deutero-Isaías En relación con la perspectiva de autoría múltiple del libro
de Isaías, término utilizado por los eruditos para referirse a una persona
o escuela de discípulos responsable de la redacción de Isaías 40–66. Véase
también Trito-Isaías.
discipulado “Discípulo” significa literalmente “aprendiz”. El discipulado
designa el proceso de crecer en la relación de uno con el Señor o ayudar a
otro a hacer lo mismo.
adivinación La práctica de intentar conocer el futuro y/o discernir la
voluntad de Dios o de los dioses mediante prácticas mágicas o lectura de
418
Traducido por: David Taype

presagios. Tales prácticas estaban bien documentadas en el antiguo


Egipto y Mesopotamia e incluso en el antiguo Israel, aunque la Biblia las
condenaba (Is 8:19–20).
Edom La nación ubicada al sur-sureste del Mar Muerto. Los edomitas
descendían de Esaú, el hermano de Jacob (Gn 36:1), ya menudo peleaban
con Israel y Judá (Jeremías 49:7–22).
Enuma Elish La epopeya babilónica que describe cómo Marduk (también
llamado Bel) se convirtió en la deidad principal del panteón de los dioses.
Según la epopeya, Marduk derrotó a la malvada diosa Tiamat e hizo el
cielo y la tierra con su cuerpo. Luego, los dioses crearon a la humanidad
para que los sirviera y también, en agradecimiento a Marduk,
construyeron para él la ciudad de Babilonia.
escatológico, escatología De la palabra griega eschatos “último, final”. La
escatología denota el estudio de las últimas cosas, incluido el juicio final
de la humanidad, la salvación de los fieles y la creación de un cielo y una
tierra nuevos.
éxodo La huida de los hebreos de Egipto bajo el liderazgo de Moisés (Ex 12–
14), que culminó con el ahogamiento del ejército del faraón y el rescate de
Israel. El éxodo constituye el evento de salvación central del Antiguo
Testamento (Salmo 136:10-15) y demostró la relación de pacto de Dios
con Israel.
ayuno La abnegación intencional de la comida (ya veces de la bebida) por
un período de tiempo, con el propósito de enfocarse más completamente
en los asuntos espirituales y en la relación de uno con Dios. Isaías 58:3–12
enfatizó que Dios deseaba que el ayuno fuera acompañado de buscar el
rostro y los caminos de Dios, o no significaba nada.
predecir Una función del oficio profético en la que el profeta predijo
eventos futuros con el propósito de alentar la fidelidad presente a Dios.
prontuario Una función del oficio profético en la cual el profeta proclama la
verdad de Dios con aplicación primaria directamente a su propia
generación.
Galilea de los gentiles Galilea significa "círculo" o "región" y denota la parte
norte del territorio de Israel. Debido al cruce de las principales rutas de
carreteras en Galilea, el área se volvió mucho más internacional y, por lo
tanto, mucho más susceptible a la influencia gentil (generalmente
pagana). Véase también Gentiles.

419
Traducido por: David Taype

Gentiles Personas de ascendencia no judía. La palabra hebrea goyim


también se traduce como “naciones” y designa grupos de personas en
lugar de territorios, como sugiere el equivalente griego ethne (cf.
“étnico”).
Manantial de Gihón La principal fuente de agua de Jerusalén, ubicada en el
borde este-sureste de la ciudad a lo largo de la ladera inferior del valle de
Cedrón. El túnel del rey Ezequías desviaba el agua del manantial al
estanque de Siloé, más adentro de la ciudad (2 Crónicas 32:30).
evangelio El término literalmente significa “buenas nuevas” y es el término
bíblico usado para describir el plan de salvación de Dios realizado por
Jesús y anunciado por sus seguidores. Véase también Evangelios;
Evangelios sinópticos.
Evangelios Los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento: Mateo,
Marcos, Lucas y Juan. Véase también evangelio; Evangelios sinópticos.
gracia Teológicamente, el término denota el favor inmerecido que las
personas reciben de Dios, especialmente con respecto a la salvación. El
apóstol Pablo afirmó que la gracia es el fundamento de la salvación por
medio de la fe en Jesús (Efesios 2:8–9).
Gran Comisión, mandato de la Gran Comisión El mandato de Jesús a sus
seguidores de proclamar el evangelio de la salvación de Dios por medio
de Jesús hasta los confines de la tierra (Mt 28:18–20; Mc 16:15–16 [no en
muchos manuscritos antiguos]; Lc 24 :45–49; Jn 20:21–22; Hechos 1:8).
El mandato de la Gran Comisión se enfoca principalmente en el ámbito
espiritual y en la eternidad. Véase también mandato de creación.
culpa La responsabilidad que un individuo o grupo tiene por su pecado o
maldad. El pecado es una violación del carácter santo de Dios y trae culpa
al pecador. La culpa en la Biblia es siempre una condición, nunca un
sentimiento.
ofrenda por la culpa (Lv 5:14–6:7) parece estar estrechamente relacionada
con la ofrenda por el pecado (Lv 4:1–5:13) e hizo restitución por una
variedad de ofensas, incluyendo la profanación de objetos sagrados y
violaciones de una naturaleza social. Isaías 53:10 describe al siervo
(Jesús) como la máxima ofrenda por la culpa del pueblo de Dios.
hesed Palabra hebrea que se traduce de diversas formas como
“misericordia”, “amabilidad”, “fidelidad”, “gracia”, “favor”, “lealtad” y

420
Traducido por: David Taype

“pacto de amor”. Generalmente describe toda la bendición que viene a los


hijos de Dios por su relación con él.
Ezequías Buen rey de Judá a finales del siglo VIII aC que instituyó muchas
reformas espirituales. Ezequías se mantuvo firme en su fe contra
Senaquerib, rey de Asiria (Is 36–37), pero mostró poco juicio con la
delegación babilónica de Merodac-Baladan (Is 39). Véase también
Merodac-Baladan II.
santidad la separación de Dios de su creación y su separación para sí
mismo de ciertas cosas o personas de su creación. La santidad es algo que
Dios es y algo que Él llama a sus hijos a ser (Lv 19:2). El encuentro de
Isaías con Dios (6:1–8) moldeó profundamente su sentido de la santidad
de Dios y puede haber influido en su uso del nombre “Santo de Israel”
como título favorito del Señor. Véase también justicia.
Santo de Israel Designación común de Isaías para Yahvé, el Dios de Israel.
esperanza Seguridad confiada basada en la promesa de Dios. La esperanza
en la Biblia nunca es una ilusión; la palabra hebrea a veces también se
traduce como "mirar" o "esperar", pero siempre con anticipación
expectante.
Oseas El reino del norte del último rey de Israel. Oseas gobernó nueve años
como rey vasallo de Asiria, pero su rebelión condujo a la destrucción de
Samaria, la capital de Israel, y la posterior dispersión del pueblo por parte
de los asirios.
Emanuel Término hebreo que significa “Dios está con nosotros” (Is 7,14). El
anuncio del nacimiento de Emanuel originalmente debía servir como una
señal para Acaz, el rey infiel de Judá. Según el evangelista Mateo, la
profecía del nacimiento de Emanuel encontró su cumplimiento final en
Jesús (Mt 1:22-23).
Juan el Bautista También conocido como Juan el Bautista, Juan fue el
precursor del Mesías y anunció la venida de Jesús (Jn 1:26–27). Se
describió a sí mismo como el cumplimiento de las palabras de Isaías
(40,3; Jn 1,23).
justificar, justificación Declarar justo o contar como justo (no ser justo o
hacer justo). Justificación es un término legal que describe a un acusado
que recibe un veredicto de “no culpable” (Is 53:11). En el Nuevo
Testamento, la justificación es ese acto de Dios en el que perdona a los
pecadores creyentes de todos sus pecados y acredita en su cuenta la

421
Traducido por: David Taype

justicia de Jesús (Rom 3:21–28). Sin embargo, el apóstol Pablo argumentó


que la justificación por la fe precedió por mucho tiempo a los tiempos del
Nuevo Testamento usando a Abraham como su ejemplo supremo (Gn
15:6; Rom 4:1–5).
reino El gobierno dinámico o reinado de Dios. El Dios soberano de la
historia llama a las personas a entrar en el reino a través de la sumisión a
su voluntad, alineándose con su propósito.
Laquis Una ciudad importante de Judá que guardaba uno de los valles a la
carretera costera internacional. Laquis sufrió derrotas a manos tanto de
Asiria como de Babilonia cuando sus ciudadanos intentaron evitar que los
invasores llegaran a Jerusalén.
lamento Un género de poesía que a veces se usa en los oráculos proféticos.
En un lamento, el escritor generalmente se lamenta de una condición
triste que está experimentando el individuo o la comunidad. Luego
expresa su confianza en Dios para hacer frente a la situación. A menudo,
un lamento termina con una alabanza cuando el escritor reflexiona sobre
la verdad de que Dios está con él, incluso si las circunstancias no lo
sugieren.
Leviatán Una especie de criatura marina mencionada por Isaías como
receptora del juicio de Dios en el día del Señor (Is 27:1). Algunos han
tratado de vincular a Leviatán con Lotán, una deidad cananea. Si bien tal
vínculo puede proporcionar un contexto cultural general, la mayoría de
los eruditos creen que las imágenes de Isaías representan el juicio final de
Dios sobre Satanás a la luz de la similitud del lenguaje con Apocalipsis 12:
9; 20:2. Véase también día del Señor.
visión lineal de la historia La idea de que la historia tal como la conocemos
va a alguna parte; es decir, tiene un punto de partida (Gn 1,1) y un punto
de llegada (Ap 21,1). Las religiones orientales (por ejemplo, el budismo, el
hinduismo), por otro lado, tienen una visión cíclica de la historia que
permite un número infinito de ciclos.
dependencia literaria Término que describe a un escritor que toma
prestado o adapta material de una fuente anterior en cierta medida. En
tales casos, una relación entre los dos textos es claramente observable, y
un texto es claramente primario. Por ejemplo, 2 Reyes 18–20 depende de
Isaías 36–39.

422
Traducido por: David Taype

interdependencia literaria Término que describe una situación en la que


dos textos están conectados de alguna manera clara, pero la dirección de
la influencia no está clara. Un ejemplo sería Isaías 2:1–4 y Miqueas 4:1–4.
Maher-Shalal-Hash-Baz Nombre de un hijo de Isaías (8:1–4). El significado
de su nombre, “rápido es el botín, veloz la presa”, apunta a la inminente
derrota de Siria e Israel durante la guerra siro-efraimita (735–734 a. C.).
Véase también Guerra siro-efraimita.
Manasés Hijo de Ezequías y malvado rey de Judá. Manasés reinó 55 años, y
su maldad prolongada y extensa envió a Judá a una espiral espiritual
descendente de la que no pudo recuperarse (2 Reyes 21:1–18; Jeremías
15:4).
Marduk Véase Bel.
Texto Masorético Uno de los textos hebreos más antiguos y confiables del
Antiguo Testamento. Los eruditos creen que data del siglo I d. C., y los
escribas que supervisaron su preparación (los masoretas) preservaron
cuidadosamente la precisión del texto.
Medes Un reino ubicado al sur y suroeste del Mar Caspio, compuesto en un
principio por tribus nómadas que luego se agruparon. Los medos
encabezaron una fuerza de coalición contra el decadente imperio asirio y
derrotaron a Nínive, la capital de Asiria, en el 612 a. Incluso durante el
imperio persa, los medos jugaron un papel importante, como se refleja en
las referencias tanto a los medos como a los persas en el libro de Daniel
(Dn 5:28, 31; 8:20; 9:1).
Merodac-Baladan II Rey de Babilonia 721–710 y 703 a. Sus intentos de
afirmar la independencia de Babilonia de Asiria incluyeron el envío de
una delegación al rey Ezequías de Judá (Is 39: 1–8) para evaluar el posible
apoyo futuro. Véase también Ezequías.
Estela de Mesa Monumento preparado por orden del rey Mesa de Moab (2
Reyes 3:4–5) para conmemorar su victoria sobre Israel. En la estela,
Mesha se jacta de cómo se deshizo del yugo de opresión de Israel y afirma
que “Israel ha perecido para siempre”, ¡obviamente un poco exagerado! El
texto contiene treinta y cinco líneas de texto escrito en moabita, un
dialecto cananeo estrechamente relacionado con el hebreo.
Mesías “Ungido”. Del hebreo mashiach ; los profetas, los sacerdotes y los
reyes eran todos ungidos, pero los reyes y los sacerdotes solían
designarse con este título. Isaías usó el término para describir a Ciro, a

423
Traducido por: David Taype

quien Dios había ungido para llevar a su pueblo a casa (45:1). En última
instancia, el concepto de Mesías se cumple en Jesús; el equivalente griego
de mashiach es christos , de donde proviene el término “Cristo”.
milenio Un término usado por algunos evangélicos para describir un
período de mil años que comienza con la segunda venida de Jesús y
durante el cual Jesús reina en la tierra con sus santos (Apoc. 20:1–6).
Otros evangélicos entienden el milenio en sentido figurado, refiriéndose a
la era de la iglesia o al cielo. Véase también premilenialismo,
premilenialismo.
Nabu/Nebo Importante dios del panteón babilónico (Is 46,1). Nabu era hijo
de Bel/Marduk, dios de la sabiduría y deidad patrona de los escribas. El
nombre de Nabu sobrevive en el nombre de Nabucodonosor, que significa
"Oh Nabu, protege mi límite".
Nabucodonosor II Segundo rey de la dinastía caldea (605–562 a. C.) y
conquistador de Judá y Jerusalén (2 Reyes 24:1, 10–17; 25:1–22).
También se le menciona comúnmente en los libros de Jeremías (39, 52) y
Daniel (1–4).
onomatopeya, onomatopeya Una convención del lenguaje en la que el
sonido que describe una palabra imita la palabra misma (p. ej., "bang",
"fizz", "pop", "crunch", "squish", "snap").
paronomasia Un juego de palabras (p. ej., véase la discusión de Is 5:7).
premilenial, premilenialismo Visión de la escatología sostenida por
muchos evangélicos que afirma que la segunda venida de Jesús precederá
a su establecimiento de un reinado de mil años en la tierra (Apoc. 19:11–
20:6). Véase también escatológico, escatología; milenio.
Rashi Influyente comentarista judío medieval que vivió en el siglo XI a.
Rashi fue el primer erudito judío registrado en sugerir que el siervo
sufriente de Isaías 53 era Israel. Sus extensos tratados sobre las
Escrituras todavía son estudiados hoy por judíos y eruditos del período
medieval.
redimir, redención El pago de un precio para asegurar la liberación de
alguien o algo. Los animales o las propiedades dedicadas al Señor podrían
redimirse, por ejemplo, si el propietario pagaba un 20 por ciento
adicional sobre su valor establecido (Lv 27:11–15, 27, 31). Isaías describe
a Dios como el último redentor de su pueblo, quien los compró del exilio

424
Traducido por: David Taype

(43:1, 14; 44:6). Asimismo, el Nuevo Testamento aplica el lenguaje de la


redención a la obra de Cristo en la cruz (Ef 1:7; Col 1:14).
remanente Algo que sobra, un resto. Teológicamente, el término a menudo
se aplica a un grupo selecto que juega un papel significativo de fe en el
próximo paso de los propósitos de salvación de Dios (Is 10:20–21; 37:31–
32; Rom 11:5).
arrepentimiento Un alejamiento consciente y voluntario del pecado. La
palabra hebrea ( shub ) significa literalmente “volver”, es decir, volver a
las propias raíces espirituales. La palabra griega metanoeo indica
literalmente un cambio radical de mente.
resurrección El acto de volver a la vida desde la tumba. Isaías proclamó que
este fenómeno le sucedería al pueblo de Dios un día (26:19), un evento
garantizado por la resurrección de Jesús (1 Corintios 15:20–22).
rectitud Rectitud moral de corazón y acciones. En los profetas, la justicia a
menudo se relaciona con la justicia del pacto social; de hecho, la justicia y
la rectitud aparecen a menudo juntas como algo que Dios trae a su pueblo
(Is 9, 7; 33, 5). Al mismo tiempo, Dios se complace cuando su pueblo
busca la justicia (51:1, 7).
Sábado El séptimo día de la semana, bendito por Dios porque en ese día
cesó de su actividad creadora (Gn 2:2-3). Por lo tanto, Dios ordenó a su
pueblo que cesara de sus actividades habituales en sábado para honrar el
día anterior a él (Ex 20: 8–11). El libro de Isaías señala la observancia del
sábado como algo que agrada a Dios y demuestra la fidelidad de uno (Is
56:2, 4, 6; 58:13–14).
sistema de sacrificios El conjunto organizado y detallado de sacrificios
prescritos en el Pentateuco (especialmente Levítico) dado para ayudar a
las personas a adorar a Dios en sus términos. Se pueden traer sacrificios
cuando un adorador reconoce la necesidad de perdón, desea expresar
gratitud, quiere mostrar devoción o necesita cumplir un voto.
Senaquerib , rey asirio (704–681 a. C.) que se enfrentó a Ezequías en 701 a.
C. (Is 36–37). La intervención de Dios condujo al regreso de Senaquerib a
Asiria con las manos vacías.
Septuaginta (LXX) Una de las primeras traducciones griegas del Antiguo
Testamento (siglo III a. C.). El término proviene de la tradición de que
setenta y dos traductores (seis de cada una de las doce tribus de Israel)
trabajaron en la traducción. La Septuaginta brinda un testimonio

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Traducido por: David Taype

temprano y confiable del texto del Antiguo Testamento e incluye también


varios libros apócrifos, libros que fueron una parte importante de la
herencia de Israel pero que no estaban al nivel de las Escrituras.
serafín Criaturas angélicas de apariencia ígnea (Is 6,2). El término proviene
del verbo hebreo saraph , que significa “quemar”.
sirviente Un esclavo; alguien que es propiedad de otro. El término aparece
más de 800 veces en el Antiguo Testamento para referirse tanto a los
esclavos comunes como a los siervos del Señor como Moisés (Josué 1:2).
El uso que hace Isaías de la palabra siervo es fluido, y a veces se aplica a
Israel (41:8; 44:1), el remanente (49:6) o el Mesías (42:1–4; 52:13–
53:12). El sirviente existe para hacer la voluntad del amo;
paradójicamente, Pablo afirma que ser esclavo de Dios es el único camino
para ser verdaderamente libre (Rom 6,22).
shalom El término a menudo se traduce como “paz”, pero literalmente
describe la plenitud y plenitud de la vida, la vida como Dios quiso que
fuera en toda su plenitud.
justicia social Viviendo las implicaciones de nuestra fe en la sociedad.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento se preocupan de que los
creyentes muestren su fe mediante una vida piadosa y un trato justo hacia
los demás. La justicia social en sí misma no es el evangelio, pero se sigue
lógicamente de una relación correcta con Dios. Los creyentes deben ver a
los demás como Dios los ve y ver los problemas como Dios los ve, y tomar
las medidas apropiadas.
Sodoma y Gomorra Dos ciudades en la región del Mar Muerto que Dios
destruyó por su extrema maldad (Gn 19:24–25). La arrogancia y el
orgullo de Sodoma, junto con su falta de preocupación por los pobres y su
inmoralidad sexual, la convirtieron en un punto de comparación
apropiado para los escritores bíblicos que advirtieron a los fieles del
juicio de Dios sobre tal maldad (Ez 16:49–50; 2 Pt 2 :6).
soberanía de Dios La doctrina de que Dios gobierna y guía todas las cosas,
incluyendo la creación, la historia humana y la redención de acuerdo con
sus propósitos eternos. La soberanía de Dios a veces permite el mal, pero
finalmente lo juzgará y terminará, y también responsabiliza a las
personas por sus elecciones. La Biblia también afirma que debido a que
Dios es soberano, los creyentes pueden orar con confianza.

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Traducido por: David Taype

Espíritu El Espíritu de Dios es el Espíritu Santo, la tercera persona de la


Trinidad. Isaías usa la expresión “Espíritu del Señor” (11:2; 61:1) o
simplemente “Espíritu” (42:1; 48:16) para describir a la Persona divina
que capacita a los creyentes para llevar a cabo los propósitos de Dios.
mayordomía La mayordomía bíblica es nuestra responsabilidad de
administrar bien los recursos de la vida. Una comprensión adecuada de la
mayordomía reconoce que todo pertenece a Dios; por lo tanto, debemos
administrar y usar estos recursos para su gloria.
Evangelios sinópticos Un nombre que denota los tres primeros Evangelios:
Mateo, Marcos y Lucas. El término “sinóptico” significa “con un solo ojo”,
es decir, expresando la misma perspectiva general. El Evangelio de Juan
adopta un enfoque significativamente diferente al narrar eventos clave de
la vida de Jesús.
Guerra siro-efraimita Un evento que ocurrió entre 735 y 734 a. C. cuando
una coalición de fuerzas sirias e israelitas atacó a Judá para obligar a Judá
a unirse contra Asiria y su rey, Tiglat-Pileser III (Is 7:1–16). Isaías advirtió
al rey Acaz de Judá que confiara en Dios, pero Acaz eligió unir fuerzas con
Asiria, lo que llevó a la anexión de Israel por parte de Asiria (2 Reyes
16:7–9; 17:3). Véase también Tiglat-Pileser III.
Tárgum Antiguos escritos arameos que contienen (1) traducciones del
Antiguo Testamento al arameo y (2) comentarios sobre el texto del
Antiguo Testamento. Los escritos datan en gran parte de unos pocos
siglos antes y después del ministerio de Jesús y brindan información
sobre la interpretación judía temprana del texto.
teofanía De las palabras griegas theos “Dios” y phane “manifestación”, un
término que denota una aparición de Dios (p. ej., Is 6:1–8). Por lo general,
en tales apariciones, el Señor asumió temporalmente una forma humana
(Gn 18:1-2).
teofórico De las palabras griegas theos “Dios” y phero “llevar, llevar”, un
término que significa “portador de Dios” o “portador de dios”. Los
nombres personales teofóricos son nombres que contienen el nombre de
una deidad, por ejemplo, Isaías (heb. Yisha'yahu “Yahvé ha salvado”),
Jerobaal (“que Baal luche”) o Belsasar (“Oh Bel, guarda al rey” ).
Tiglat-Pileser III Rey asirio que reinó entre 745 y 727 a. C. y restableció a
los asirios como el poder dominante en el mundo antiguo. Véase también
Guerra siro-efraimita.

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Traducido por: David Taype

Trito-Isaías En relación con la visión de autoría múltiple del libro de Isaías,


un término utilizado por los eruditos para denotar a una persona o
escuela de discípulos responsable de la redacción de Isaías 56–66. Véase
también Deutero-Isaías.
venganza La restitución o castigo que puede seguir a las malas acciones o
injusticias contra una parte en particular. La venganza en Isaías puede
implicar el castigo de Dios (34:8), pero a menudo designa un equilibrio de
la balanza de la justicia, una corrección de desequilibrios injustos en la
sociedad (61:2).
Vía Maris Camino internacional —también llamado camino del mar— que
recorre la costa levantina (Is 9,1). En épocas posteriores, el término
designaba toda la red de caminos que iban desde Mesopotamia a través
de Siria-Palestina hasta Egipto.
Vulgata Traducción latina de la Biblia completada por Jerónimo alrededor
del año 400 dC La iglesia occidental usó la Vulgata como su Biblia
preferida durante más de mil años.
camino del mar Ver Vía Maris.
evangelización mundial El acto de esforzarse por cumplir la Gran Comisión
profetizada por Isaías (66:18–19) y ordenada por Jesús (Mt 28:18–20).
Véase también Gran Comisión.

428
Traducido por: David Taype

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Grand Rapids: Baker Academic, 1993. Reimpresión, Wipf and Stack, 2000.

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