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Parábolas de la Vida

INTRODUCCIÓN

¿Por qué hablar en


parábolas?

Jesús hablaba en
parábolas entendidas
como una breve
comparación basada en
una experiencia cotidiana
de la vida, cuyo fin es
enseñar una verdad
espiritual. No son fábulas
ni alegorías porque se basan en un hecho o una
observación real o por lo menos verosímil.

Jesús utilizó parábolas frecuentemente para enseñar las


verdades más elevadas en una forma que estuviese al
alcance de todos. La parábola no diluye lo que es profundo
sino que acerca al corazón del mensaje por imágenes que
ayudan a comenzar a razonar y nos dan una intuición en la
que obra la gracia.

Jesús, después de enseñar al pueblo en parábolas,


continuaba enseñando a los discípulos en privado más
directamente y con más profundidad de lo que era posible
para el pueblo. Cuando los discípulos le preguntaron por
qué enseñaba con parábolas, Jesús les respondió:

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«Es que a ustedes se os ha dado el conocer los
misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero
a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no
ven, y oyendo no oyen ni entienden. En ellos se
cumple la profecía de Isaías: "Oír, oiréis, pero no
entenderéis, mirar, miraréis, pero no veréis." Mt.
10,11-14.

Usar de parábolas es proceder como el padre de


familia que "saca de su arca las cosas antiguas y las
nuevas".Mc. 2, 22-23

Dios nos sigue hablando a través de la gran parábola de la vida y


es en los signos de los tiempos donde podemos descubrir su
mensaje que nos pide una respuesta.

La presente recopilación no pretende agotar la propuesta de


narraciones sencillas, desde la vida, que pueden iluminar y
orientar nuestro quehacer educativo; busca simplemente
descubrir la mirada de Dios , que nos mira y ama, a través de este
compendio .

"Como baja la lluvia y la nieve de los cielos


y no vuelve allá sin haber empapado y fecundado la
tierra...Así será la palabra que salga de mi boca:
No volverá a mí sin haber hecho lo que yo quería,
y haber llevado a cabo su misión" (Is 55,10ss).

“Tu Palabra, Señor, es antorcha para mis pasos,


y luz para mi camino" (Sal 119,105).

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RELACIÓN DE
PARÁBOLAS
1. ¿Adónde voy? (metas, el proyecto de vida)
2. Aprender a pensar (capacidad de raciocinio)
3. Asamblea en la carpintería ( cualidades, valoración de los
demás)
4. Ayuda desinteresada (dar sin esperar)
5. Censura (Acoger la Palabra)
6. Compartir (generosidad)
7. ¿Con qué anteojos lo miras?(Perspectivas, juicios)
8. Construyendo una Catedral (ideales)
9. Contra viento y marea (tenacidad)
10. Contratiempo de un náufrago (no todo es como
pensamos)
11. Donando sangre (generosidad sin límites)
12. Dónde está la felicidad ( interioridad)
13. El abuelo (respeto a los demás)
14. El agricultor (solidaridad)
15. El alpinista (confianza en Dios)
16. El amor y el tiempo ( conocer los sentimientos)
17. El árbol de los problemas (comunicación)
18. El árbol generoso ( entrega)
19. El árbol muerto (Prudencia en las decisiones)
20. El arca de Noé (sabiduría de vida)
21. El barbero ( fe)
22. El barrendero (Pedagogía del paso a paso)
23. El bordado de Dios (Plan de Dios- confianza en Dios)
24. El chino y el caballo ( No hacer juicios apresurados)
25. El ciempiés (decisión)
26. El círculo del 99 (pobres de espíritu)
27. El corazón de la cebolla (conocimiento interior)
28. El día que Jesús guardó silencio ( amor de Cristo)
29. El diamante (No ser temerario)
30. El elefante (ataduras)
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31. El grano de oro (generosidad)
32. El hombre triste ( aceptación)
33. El huevo vacío ( resurrección)
34. El mejor regalo (fraternidad)
35. El mejor regalo de Navidad (encuentro con Jesús)
36. El pájaro moribundo (valor del sufrimiento)
37. El paquete de galletas (prejuicios)
38. El peor enemigo (pereza)
39. El portal de oro (desprendimiento)
40. El portero del botiquín ( oportunidades)
41. El reloj (valor del tiempo presente)
42. El río helado (confianza)
43. El roble (identidad)
44. El sabio y el rey (paciencia ante las adversidades)
45. El secretario personal de Dios (apariencias)
46. El sembrador de dátiles ( sembrar)
47. El silencio de Dios ( sacrificio)
48. El túnel (esperanza)
49. El vendedor de semillas (valores)
50. El visitante ( Presencia de Dios)
51. El zapatero (humildad, confianza)
52. Escogiendo mi Cruz ( libertad)
53. Estar al lado (amistad)
54. Historia de las dos ciudades (Vemos al resto como
somos)
55. Información, por favor (Compartir)
56. Jerry el optimista (optimismo, confianza en Dios)
57. La botella ( poca fe)
58. La caja dorada (amor)
59. La calumnia (el valor de las palabras)
60. La caña de bambú (valor de la entrega, vocación)
61. La carreta vacía (superficialidad)
62. La diferencia (valor de las pequeñas cosas)
63. La historia de un faro (metas)
64. La hoja que no quería agua (ayuda mutua)
65. La hormiguita y el lirio ( manifestar el amor)
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66. La joya (desprendimiento)
67. La maestra (los prejuicios)
68. La mariposa (la impaciencia)
69. La mirada de su padre ( confianza filial)
70. La muñeca y la rosa blanca (amor filial)
71. La oruga ( el ideal)
72. La parábola del águila (Identidad)
73. La providencia (esfuerzo personal)
74. La rosa y el sapo (ayuda mutua)
75. La semilla que no quería crecer (madurez, generosidad)
76. La silla ( sentido de Dios)
77. La silla de ruedas (optimismo)
78. La torre del rey ( autosuficiencia)
79. La trompeta (esperanza)
80. La vaquita ( los condicionamientos)
81. La vasija agrietada (autoestima)
82. Lápiz, goma y sacapuntas ( sentirse útil)
83. Las escondidas ( el amor)
84. Las piedrecitas azules ( nuestra misión )
85. Las ranas (perseverancia)
86. Lealtad a un hermano ( confianza, amistad)
87. Lo que vale un amigo ( amistad, lealtad)
88. Los amigos ( valoración de la amistad)
89. Los forasteros (perspectiva)
90. Los halcones ( identidad)
91. Nadie sabe para quién trabaja ( generosidad)
92. Nadie triunfa solo (gratitud, desprendimiento)
93. No juzgues antes de tiempo (prejuicio)
94. No olvides lo principal (valores)
95. No te des por vencido (perseverancia)
96. No todo es como parece ( prejuicios)
97. Nuestra pobreza (cuestión de perspectiva)
98. Oración del profeta (perseverancia)
99. Pagado con un vaso de leche ( ayuda desinteresada)
100. Parábola de los camellos (comunidad)
101. Parábola de los clavos (Consecuencia de nuestros
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actos)
102. Parábola del aprendiz brujo (filosofía de lo
inmediato)
103. Parábola del cuerpo ( necesidad del otro)
104. Parábola del tiempo ( lo más importante)
105. Parábola india (fe)
106. Parece que no está (fe)
107. Pensar en el vecino ( generosidad, comprensión)
108. Pensar en los demás (generosidad)
109. Por qué ir a la Iglesia (espiritualidad)
110. Rescatada (entrega)
111. Sin semillas (esfuerzo personal)
112. ¿Te puedo comprar un hora? (atención a los hijos)
113. Todos los días ( sentido de la presencia de Dios)
114. Tres árboles (misión)
115. Tres pipas ( no actuar precipitadamente)
116. Un donante muy especial (valor de la vida)
117. Una antigua leyenda ( gratitud hacia la madre)
118. Una historia especial ( expresar el amor)
119. Una niña hermosa (valor de la vida)
120. Una pierna deforme ( dignidad del ser humano)
121. Volar sobre el pantano ( superar las dificultades)
122. Zanahoria, huevo o café ( prueba)

1. ¿ A dónde voy?
Cuentan de Chesterton que era muy despistado. En una ocasión,
viajando en tren, el revisor le pidió el billete. Él empezó a
buscarlo por todos los bolsillos y no lo encontraba. Se iba
poniendo cada vez más nervioso. Entonces el revisor le dijo:
"Tranquilo, no se inquiete, que no le haré pagar otro billete". "No
es pagar lo que me inquieta –repuso Chesterton– lo que me
preocupa es que he olvidado a dónde voy".

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Reflexión:
¿Hacia dónde diriges tu
vida? ¿Eres de los que
caminan sin rumbo? ¿Crees
que tus metas dan sentido
pleno a tu vida?

Cita Bíblica:
“Yo soy el camino, la Verdad y la Vida” Jn. 14,6
“Por el camino del bueno me dirige, por amor de su Nombre.
aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal,
porque Tú estás conmigo...” Sal. 23

Oración
Miras mis afanes, Señor,
y te preguntas hacia dónde encamino mi vida.
Observas..., esperas..., confías...
y sobre todo me acompañas...
Que en medio de nuestras prisas
Seas Tú el sosiego,
Que en medio de nuestros viajes
no perdamos de vista a dónde vamos.

2.Aprender
a pensar
Sir Ernest Rutherford, presidente de la
Sociedad Real Británica y Premio Nobel
de Química en 1908, contaba la siguiente
anécdota. Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega.
Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta
que había dado en un problema de física, pese a que éste
afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente
acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de
alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y

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decía: Demuestre cómo es posible determinar la altura de un
edificio con la ayuda de un barómetro.

El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la azotea del


edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base
del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la
longitud del edificio.

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con


la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta
correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la
máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de
estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel
en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante
tuviera ese nivel.

Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis


minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta
vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar
sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el
estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba
marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al
problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé
por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le
quedaba escribió la siguiente respuesta: coge el barómetro y
lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de
caída con un cronometro. Después se aplica la fórmula altura =
0,5 por A por T2.

Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a


mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y
le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta.
Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el
barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la
longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de
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la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción,
obtendremos también la altura del edificio.

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contestó, éste es un


procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también
sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las
escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras,
vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de
marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del
barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la
altura.

Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es


un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a
una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos
que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad
es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la
gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al
pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos
valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica,
podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.

En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda


y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un
péndulo puedes calcular la altura midiendo su período de
precesión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras.
Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el
la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor
conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la
altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la
conversación, le dije si no conocía la respuesta convencional al
problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en
dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura
entre ambos lugares).

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Evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus
estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar. El
estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de
Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el
modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que
lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría
cuántica.

Reflexión:
¿Ejercito mi capacidad de reflexión, de raciocinio o soy de las
personas que no cuestionan las cosas, que no son capaces de
tener juicios de valor?

Cita Bíblica:
“Toda sabiduría viene del Señor y con él permanece para siempre.
¡Quién podrá contar los granos de arena a orilla de los mares, las
gotas de lluvia, los días ya transcurridos?... ¿Deseas la sabiduría?
Cumple los mandamientos y el señor te la concederá
generosamente. No cantes tus propias alabanzas; podrías caer y
atraerte la deshonra.” Sir. 1,1-2.26.30

Oración:
Espíritu Santo, fuente de luz
inspira mis pensamientos, mis juicios, mis criterios,
y que utilice los dones que Dios me ha dado
para el bien, para el desarrollo, para el bien común.
Susúrrame Tú lo conveniente, lo prudente, lo ingenioso
y que tenga la humildad luego de reconocer tu acción en mí..

3. Asamblea
en la carpintería

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Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña
asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus
diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le
notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado
ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera
expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas
para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la
expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y
siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de
acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que
siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida,
como si fuera el único perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.


Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la
tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la
carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la
deliberación.

Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:


"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero
el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos
hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos
y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos".

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el


tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar
asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de
calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar
juntos.

Reflexión:

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Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, pero
encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son
capaces de inspirar todos los éxitos humanos. ¿Qué es lo que
observas en los demás? ¿Eres de los que animan el trabajo en
equipo? ¿ Cuáles crees que serían las cualidades que te faltan
para ser un buen animador?
Cita Bíblica:
“Dios ha dispuesto los diversos miembros colocados cada uno en
el cuerpo como ha querido.” 1Cor.12,18
“Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor,
que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones,
que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos
criterios.” 1Cor.1,10

Oración:
Muchas veces, Señor,
he repetido aquel estribillo:
”Que en cada rostro , te vea”
y debo confesar que aún me resulta difícil.
Mira, Señor, nuestras reuniones,
nuestras asambleas, nuestros grupos...
Que descubra lo mejor de cada uno
y sea yo quien lo haga relucir...
que si es verdad que mi vecino tiene errores
también los tengo yo...
y que lo que a mí me falta
seguramente, por gracia tuya,
se los ha dado a otros.

4. Ayuda
desinteresada
Casi no la había visto. Era una señora anciana
con el coche parado en el camino. El día estaba
frío, lluvioso y gris. Alberto se pudo dar cuenta

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que la anciana necesitaba ayuda. Estacionó su coche delante
del de la anciana. Aún estaba tosiendo cuando se le acercó.
Aunque con una sonrisa nerviosa en el rostro, se dio cuenta de
que la anciana estaba preocupada. Nadie se había detenido
desde hacía más de una hora, cuando se detuvo en aquella
transitada carretera. Realmente, para la anciana, ese hombre
que se aproximaba no tenía muy buen aspecto, podría tratarse
de un delincuente. Se veía pobre y hambriento. Alberto pudo
percibir cómo se sentía. Su rostro reflejaba cierto temor. Así que
se adelantó a tomar la iniciativa en el diálogo: "Aquí vengo para
ayudarla, señora. Entre a su vehículo que estará protegida de la
lluvia. Mi nombre es Alberto".

Gracias a Dios sólo se trataba de un neumático pinchado, pero


para la anciana se trataba de una situación difícil. Alberto se
metió bajo el coche buscando un lugar donde poner el gato y en
la maniobra se lastimó varias veces los nudillos. Estaba
apretando las últimas tuercas, cuando la señora bajó la ventana y
comenzó a hablar con él.

Le contó de dónde venía; que tan sólo estaba de paso por allí, y
que no sabía cómo agradecerle. Alberto sonreía mientras cerraba
el coche guardando las herramientas. Le preguntó cuanto le
debía, pues cualquier suma sería correcta dadas las
circunstancias, pues pensaba las cosas terribles que le hubiese
pasado de no haber contado con la gentileza de Alberto. Él no
había pensado en dinero. Esto no se trataba de ningún trabajo
para él. Ayudar a alguien en necesidad era la mejor forma de
pagar por las veces que a él, a su vez, lo habían ayudado cuando
se encontraba en situaciones similares. Alberto estaba
acostumbrado a vivir así. Le dijo a la anciana que si quería
pagarle, la mejor forma de hacerlo sería que la próxima vez que
viera a alguien en necesidad, y estuviera a su alcance el poder
asistirla, lo hiciera de manera desinteresada, y que entonces...
- "tan solo piense en mí"-, agregó despidiéndose.

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Alberto esperó hasta que al auto se fuera. Había sido un día frió,
gris y depresivo, pero se sintió bien en terminarlo de esa forma,
estas eran las cosas que más satisfacción le traían. Entró en su
coche y se fue. Unos kilómetros más adelante la señora divisó
una pequeña cafetería. Pensó que sería muy bueno quitarse el
frió con una taza de café caliente antes de continuar el último
tramo de su viaje. Se trataba de un pequeño lugar un poco
desvencijado. Por fuera había dos bombas viejas de gasolina que
no se habían usado por años. Al entrar se fijó en la escena del
interior. La caja registradora se parecía a aquellas de cuerda que
había usado en su juventud. Una cortés camarera se le acercó y
le extendió una toalla de papel para que se secara el cabello,
mojado por la lluvia. Tenía un rostro agradable con una hermosa
sonrisa. Aquel tipo de sonrisa que no se borra aunque estuviera
muchas horas de pie.

La anciana notó que la camarera estaría de ocho meses de dulce


espera. Y sin embargo, esto no le hacía cambiar su simpática
actitud. Pensó en como gente que tiene tan poco pueda ser tan
generosa con los extraños. Entonces se acordó de Alberto...
Después de terminar su café caliente y su comida, le alcanzó a la
camarera el precio de la cuenta con un billete de cien dólares.
Cuando la muchacha regresó con el cambio constató que la
señora se había ido. Pretendió alcanzarla. Al correr hacia la
puerta vio en la mesa algo escrito en una servilleta de papel al
lado de 4 billetes de $100. Los ojos se le llenaron de lágrimas
cuando leyó la nota: "No me debes nada, yo estuve una vez
donde tú estás. Alguien me ayudó como hoy te estoy ayudando a
ti. Si quieres pagarme, esto es lo que puedes hacer: No dejes de
ayudar a otros como hoy lo hago contigo. Continúa dando tu
alegría y tu sonrisa y no permitas que esta cadena se rompa.

Aunque había mesas que limpiar y azucareras que llenar, aquél


día se le pasó volando. Esa noche, ya en su casa, mientras la
camarera entraba sigilosamente en su cama, para no despertar a
su agotado esposo que debía levantarse muy temprano, pensó
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en lo que la anciana había hecho con ella. ¿Cómo sabría ella las
necesidades que tenían con su esposo, los problemas
económicos que estaban pasando, máxime ahora con la llegada
del bebé. Era consciente de cuan preocupado estaba su esposo
por todo esto. Acercándose suavemente hacia él, para no
despertarlo, mientras lo besaba tiernamente, le susurró al oído:
"Todo va a salir bien, Alberto".

Reflexión:
Muchas veces enseñamos que hay que hacer el bien sin mirar a
quién... ¡Si de verdad lo aplicáramos las veinticuatro horas del
día! ¿Qué hago concretamente por los demás?

Cita Bíblica:
“Vengan benditos de mi padre, y tomen posesión del reino que ha
sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.
Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y
ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me
recibieron...” Mt 25,34
“Por eso, en vista de la comunión que existe entre tú y yo,
recíbelo como si fuera yo. Y si te ha perjudicado o te debe algo,
cárgalo a mi cuenta” Fil. 17-19

Oración:
Señor, de la mano extendida,
Socorro de nuestros apuros,
Danos la perseverancia en el bien,
la sonrisa pronta para quien la necesite,
el andar ligero al encuentro del necesitado
que no es otro que el que me topo cada día.

5. Censura
AQUÉL CURA COMENZÓ ASÍ SU
SERMÓN: ¡Ricos comiencen a llorar
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ya y gritar por las desgracias que se les avecinan!.

Aquel señor pensaba: "¡Y dale con los ricos! Es curioso; la Iglesia
siempre va por oleadas. Les da a los curas por un tema y ya no
salen de él en no sé cuántos meses. Ahora les ha dado por
meterse con nosotros y habrá que aguantarse. ¿Pero no se darán
cuenta de que somos los únicos que les quedamos? ¿De quién
viven sus colegios? ¿Quién encarga los funerales de primera?"

El cura seguía: Sus riquezas están ya podridas, sus vestidos se los


está comiendo la polilla. El oro y la plata se están llenando de
orín y el moho de esos metales está gritando contra ustedes y
devorará sus carnes como una llamarada.

Una jovencita pensaba: "¿Y a esto le llaman lenguaje realista?


Nada, que hasta los curas leen ahora esas novelas llenas de
palabrotas. Y mira que es de mal gusto: orín, polilla, moho... ¿No
podrían decir las cosas más finamente? Todavía en una cafetería
se comprenden los... "modismos", pero en una iglesia... Claro la
mayoría de los curas son gente de pueblo y en los Seminarios no
les desbastan ni un pelo y luego...".

El cura continuó: Están atesorando ira para los últimos días.


Sepan que el jornal justo que no le pagan a sus empleados...

El propietario del pueblo pensaba: "¡Qué fácil resulta generalizar


desde un púlpito! Sería mejor que bajasen a la realidad, a las
cifras y que se dejasen de vocear en sus sermones. Y si al menos
tuvieran una formación económica seria... Me gustaría
preguntarle ahora qué es la renta nacional y a qué ritmo
progresa o desciende la inflación. Veríamos entonces. Porque no
hay gente que sepa menos de dinero que los curas.

La voz seguía llegando desde el púlpito: ...el jornal que no le


pagan, robándoselo, grita contra ustedes y su clamor ha
penetrado ya en los oídos del Dios de los ejércitos.
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El intelectual pensaba: "Los curas se han metido a demagogos.
Antes les daba por el sexo, ahora cambiaron de disco. Y es una
pena. Lo de antes era por lo menos más divertido: medias,
escotes. ¡Y hablaban con tanta ingenuidad los pobres! Ahora:
venga cuestión social. Y, naturalmente, aquí de no hacer técnica
se hace demagogia. No hay más que verlo: palabras hinchadas,
sin una sola afirmación concreta. "La sangre de los obreros"...,
bueno, eso para dicho en un mitin no está mal, pero aquí... Una
pena, de veras, antes se divertía uno más durante los sermones."

Terca seguía la voz en el púlpito: Sí, con banquetes sobre la tierra


se están cebando a ustedes mismos para el día del matadero.

La señora estaba indignada: "¡Ya está bien!, ¿no? Vamos, nos


tratan como cerdos. ¿O no saben que los puercos son los de
abajo? Y cómo se van a poner los obreros cuando oigan estas
cosas. Pues no tenían poco hinchada ya la cabeza. A la hora de la
verdad de lo que se trata es de llamar la atención; saben que
hablando de estas cosas su sermón se comenta y a un curita
joven tiene que apetecerle que se hable de él. Pero me gustaría
que oyera a este tontito su señor obispo. Lo que debíamos hacer
era ir a protestar de estas cosas. Verían cómo cambiaban. No hay
derecho a que te traten así, encima de que somos los únicos que
venimos a las iglesias."

La voz del cura se detuvo unos momentos. Cambió de tono y


añadió: Son palabras tomadas de la epístola del Apóstol Santiago,
capítulo V, versículos uno al seis.

Y aquel señor pensó: "Anda, pero si era de la Escritura."


La jovencita pensó: "uy, si era de una epístola."
El propietario del pueblo se dijo: "Toma, si era del Evangelio."
El intelectual se admiró: "Pues nunca había oído yo eso."
La señora pensó asustada: "Ah, era de la Biblia."
Y los cinco a la vez, chapuzaron sus pensamientos en la nada...
(José Luis Martín Descalzo)
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Reflexión:
La Palabra predicada puede ser ignorada, criticada, aplicada a
otros o acogida con corazón generoso... Pero siempre será
incómoda porque siempre va contracorriente... ¿Eres de las
personas que miran a la Iglesia con prejuicios?...¿Escuchas la
palabra sólo si el predicador es el idóneo? ¿Qué te pide Jesús y su
iglesia?

Cita Bíblica:
“Tú en cambio, quédate con lo que has aprendido y de lo que
estás seguro, sabiendo de quiénes lo recibiste. Además , desde tu
niñez conoces las Sagradas Escrituras. Ellas te darán la sabiduría
que lleva a la salvación mediante la fe en cristo Jesús. Toda
escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, rebatir,
corregir y guiar en el bien.” 2Tim. 3,14-16

“Predica ala palabra, insiste a tiempo y a destiempo, rebatiendo,


amenazando o aconsejando, siempre con paciencia y dejando
una doctrina”. 2Tim. 4,2

Oración:
Es verdad, Señor, que tu Palabra da vida,
Pero a veces también nos da dolores de cabeza...
¡Cómo dejarnos penetrar por ella
como tierra sedienta que acoge la lluvia
y sobre todo, cómo dar el fruto que esperas
a pesar de las malezas y de las piedras del camino...
Mi vida quiere tu Palabra, tu semilla...
y quiere dar vida...

6.Compartir
En una ocasión, por la tarde, un
hombre vino a nuestra casa, para
contarnos el caso de una familia

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hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios
días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que
tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de
los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis
manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le
pregunté: qué había hecho con una de las dos raciones de arroz.
Me respondió: "Ellos también tienen hambre". Sabía que los
vecinos de la puerta de al lado, musulmanes, tenían hambre.

Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que


por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando
nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los
demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no
había comido desde hacía varios días, había tenido el valor de
amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir.
Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en
el mundo. Yo respondo: Cuando aprendamos a compartir".
Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos,
más podemos dar. Madre Teresa de Calcuta

Reflexión:
¿Cuán apegado estás a las cosas? ¿Te sientes más persona
cuando eres capaz de salir de ti mismo y dar de ti? ¿Eres de los
que sienten que nada necesitan de los demás o te descubres
carente, necesitado? ¿De qué?

Cita Bíblica:
“Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los
que estén de paso.” Rom. 12,13
“”Un samaritano también pasó por el camino y lo vio, pero éste
se compadeció de él.¿Cuál de estos tres fue el prójimo del hombre
que cayó en manos de los salteadores? El maestro de la ley
contestó: El que se mostró compasivo con él. Y Jesús le dijo: Vete
y haz tú lo mismo”. Lc. 10, 33.36b-37.
Pastoral Universitaria 19
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Oración:
Mira mis manos, Jesús,
Hoy no tengo nada que ofrecerte.
Me has dado mucho, más de lo que necesito
Y una vez más mis manos se han acostumbrado a recibir.
Que pueda, como María,
desprenderme de mis juicios, de mis proyectos,
de mis seguridades, de mis ideas brillantes.

7. ¿Con qué anteojos


lo miras?
Un día, un sabio se propuso
aprender y descubrir en la experiencia
de los hombres cuál era el más
profundo sentido de la vida.
Pensó que era importante tomar un camino al acaso y decidió ir
preguntando a cuantos encontrara, qué pensaban de la vida. Se
encontró, apenas iniciado su camino, con un violinista que
llevaba su violín bajo el brazo. Él respondió: "La vida es una
melodía que empieza en el vientre de mi madre, se prolonga en
el tiempo y en el mundo, pasa por fin por el vientre de la tierra y
se hace una sinfonía en la eternidad."

Un estibador que pasaba apresurado, cargando un enorme baúl


le contestó: "La vida es ese peso enorme que todos cargamos de
la cuna a la tumba.

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Detuvo el sabio a un deportista y también le preguntó ¿qué es la
vida? El muchacho le respondió: "La vida es ese correr sin fin,
hasta una meta que no conoces y que está fuera del mundo.

Un trapecista que pasaba en el desfile de un circo le contestó: "Es


saltar de la cuerda al trapecio, del trapecio a la cuerda, cada vez
más alto, hasta volar al trapecio de lo infinito". Y añadió: "Es
dejar que los hombres nos miren en lo alto mientras olvidan su
preocupación. El payaso le dijo: "Es hacer que los rostros sonrían
y aprendan a gozar la sonrisa del otro, hasta que encuentren la
sonrisa de Dios."

Un hombre que salía de una cantina le respondió: "¡La vida es la


vida y hay que gozarla!" Y se alejó tarareando una canción.

"La vida es una esperanza que comienza en el regazo de una


madre y termina en la eternidad", le dijo una joven madre que
llevaba en sus brazos al hijo recién nacido.

Un poeta le dijo: "Es el fuego del cielo ardiendo en una lámpara


de arcilla hasta que vuelve a Dios". Un anciano le contestó: "Es la
sonrisa de Dios en el rostro de cada hombre de cada hombre que
sabe dar su amor a los demás."

"El lapso de tiempo en que construyes tu panal y lo llenas de


amor, hasta que te marchas a buscar el néctar que no se acaba
jamás", le dijo un apicultor.

Un joven padre de familia le dijo: "Es el crisol por el que pasamos


con todo lo que somos, con todos los que amamos, hasta
encontrarnos unidos en el gozo de un amor que no tiene fin".

Siguieron las respuestas acumulándose en la mente y en el


corazón del sabio: Es la antesala del cielo; es un don de Dios que
pone en la existencia a un ser humano para mostrar a los
hombres y mujeres su amor; es el momento presente en que
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puedo darme a los demás, manifestarme a los demás y
mostrarles mi amor; es entrega en el amor cada momento
presente que nos desprende del pasado y pone el futuro en las
manos de Dios; es el instante presente que Dios me sostiene en
su mano; es un poco de Dios en la debilidad del hombre; es un sí
permanente a la invitación de Dios para darme a los demás en el
amor.

El sabio se detuvo frente a un templo y leyó en el pórtico una


inscripción: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", y entonces
pensó: "La vida, la verdadera vida es Dios"

Reflexión: ¿Qué es la vida para ti? ¿Cómo la vives y la haces vivir


a los demás?

Cita Bíblica:
“Yo he venido para darles vida y vida en abundancia” Jn. 10,10

Oración:

La vida es una oportunidad, aprovéchala,


La vida es belleza, admírala.
La vida es sabiduría, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, desvélalo.
La vida es promesa, cúmplela.

La vida es felicidad, merécela.


La vida es la vida, defiéndela.
La vida es un camino, recórrelo.
La vida es un regalo, agradécelo.
La vida es gratis, dala gratis.
(Madre Teresa de Calcuta)

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8. Construyendo
una catedral
Un hombre golpeaba fuertemente una roca,
con rostro duro, sudando. Alguien le preguntó:
- ¿Cuál es su trabajo? Y contestó con
pesadumbre: - ¿No lo ve? Picar piedra. Un
segundo hombre golpeaba fuertemente otra
roca, con rostro duro, sudando. Alguien le preguntó: - ¿Cuál es su
trabajo? Y contestó con pesadumbre: - ¿No lo ve? Tallar un
peldaño. Un tercer hombre golpeaba fuertemente una roca,
transpirado, con rostro alegre, distendido. Alguien le preguntó: -
¿Cuál es su trabajo?". Y contestó ilusionado: -Estoy construyendo
una catedral.

Reflexión:
Todo depende de la perspectiva desde la que se mire. Si miramos
siempre al suelo ¿ Cómo vamos a soñar en cosas grandes?

Cita bíblica:
“Ustedes también, como piedras vivas, entran en la edificación
del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo destinado
a ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de
Jesucristo. Tengan presente que está escrito: "Yo coloco en Sión
una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no
quedará defraudado".1Pe. 2, 4-9

Oración:
Señor, Tú buscas socios
con quien compartir tus proyectos,
no jornaleros que no se sientan partícipes de tu obra.
Nuestra Iglesia necesita apóstoles...
y también soñadores que crean
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que instaurar la civilización del Amor es posible...
Concédenos, mirar alto...

9. Contra
viento
y marea
Entre las situaciones más extremas que
se dan en China, se encuentran las
limitaciones en los nacimientos de los
niños. Rebasar el máximo permitido de
un hijo por familia es un grave delito, perseguido con toda
crueldad. Hace unos días, gracias a los medios de comunicación
chinos que comienzan a dar unas impagables y nunca
suficientemente reconocidas señales de independencia, han
trascendido las horribles vivencias de un matrimonio por salvar a
su hija de una muerte cruel. Cuando las autoridades chinas
descubrieron que Zhang Chunhong, de 31 años, no solamente
había eludido anteriormente el férreo control estatal con el
nacimiento de un segundo hijo, sino que tenía muy avanzado un
nuevo embarazo, se propusieron por todos los medios que su
nacimiento no tuviera lugar en ningún caso. Para lograrlo, le
inyectaron a la fuerza una solución salina que debió provocar el
aborto, pero la niña nació viva.

La doctora que participó en semejante salvajada ordenó que se


dejase a la intemperie a la recién nacida en el balcón, sobre la
nieve, pero una enfermera, a costa de graves riesgos y con la
connivencia de alguna de sus compañeras, eludió la orden,
asegurándole a la niña, en la más absoluta clandestinidad, un
mínimo de alimento. Las súplicas de la madre para que le
enseñaran a su hija fueron despreciadas, pero un periodista de la
televisión local tuvo la valentía de sacar a la luz pública la
situación, lo que supuso la aparición del bebé al que se le había
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negado la vida, aunque en condiciones lamentables, debido a la
precariedad en la que se había mantenido.

Cuando apareció ante las cámaras de televisión, pesaba


solamente un kilo y tenía algunas lesiones y pese a que el día de
su nacimiento había alcanzado los dos kilos y medio. Su padre la
enseña orgulloso y declara: “Sin los periodistas, mi hija habría
muerto”. (PUP, 3.X.01).

Reflexión:
Cuando el valor de la vida es para nosotros tan importante como
nuestra propia dignidad entonces los discursos salen sobrando...
¿ Apostamos por una cultura de vida o de muerte?

Cita bíblica:
“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y
el mal"... escoge la vida” Dt.30, 15.19
Oración:
Haznos tercos, Señor,
tenaces para defender lo justo, lo bueno,lo bello.
Danos perseverancia para no declinar, para no claudicar...
danos la paciencia para esperar tu hora
y esperanza para no creer que todo ya está perdido.

10. Contratiempo
de un
náufrago
El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una
diminuta y deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios
pidiéndole ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte
buscando ayuda, pero no parecía llegar. Cansado, finalmente

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optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de
los elementos y almacenar sus pocas pertenencias.

Un día, tras de merodear por la isla en busca de alimento,


regresó a casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas,
con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido...
lo había perdido todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia.
"Dios: como me pudiste hacer esto a mi!" se lamentó.

Temprano al día siguiente, sin embargo, fue despertado por el


sonido de un barco que se acercaba a la isla. Había venido a
rescatarlo. "Como supieron que estaba aquí?" preguntó el
cansado hombre a sus salvadores. "Vimos su señal de humo",
contestaron ellos.
Reflexión:
No todo es como parece. Dios tiene sus caminos . Lo que a
primera vista es una dificultad puede traernos una posibilidad de
mejora. ¿Tengo esta convicción?

Cita bíblica:
“Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo
mientras está cerca; que el malvado abandone su camino y el
criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a
nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los
pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos, dice
el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así
aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus
pensamientos.” Is. 55, 6-9

Oración:
Señor, cuando todo parece perdido
recuérdanos que nada es imposible para quien tiene fe.
Cuando la desconfianza nos agobie
Recuérdanos a María, madre de la confianza plena.
Y cuando aún así todo se torne oscuro
tómanos de tu mano,
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que Tú eres nuestra fuerza.

11.Donando
sangre
Hace unos años, cuando trabajaba como voluntario en un
hospital de Stanford, conocí a una niñita llamada Liz, que sufría
de una extraña enfermedad. Su única chance de recuperarse era
aparentemente una transfusión de sangre de su hermano de 5
años, que había sobrevivido milagrosamente a la misma
enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para
combatirla.

El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó


si estaba dispuesto a dar su sangre a su hermana. Lo vi dudar por
sólo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir: -Sí, yo
lo haré, si eso salva a Liz.

Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una


cama al lado de la de su hermana, y sonriente mientras nosotros
los asistíamos, viendo retornar el color a las mejillas de la niña.
Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció.
El niño miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: -
Doctor... ¿cuándo voy a empezar a morirme? El pequeño no
había comprendido bien al doctor; pensaba que le daría
toda su sangre a su hermana. Y aún así estaba dispuesto a
darla...
Reflexión:
Frente a estos ejemplos sólo nos queda pensar: Si así es el amor
humano cuánto mayor es el amor de Dios que nos entregó a su
Hijo para nuestra Salvación. Contemplar la Cruz de Cristo es la
mejor terapia contra la indiferencia. ¿Cada cuánto percibes en tu
vida esta realidad?
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Cita bíblica:
“Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de
Dios, pues lo somos!” 1 Jn 3, 1

“El entregó su vida por nosotros; y en esto hemos conocido el


amor; ahora también nosotros debemos dar la vida por los
hermanos.”1Jn. 3,16

Oración:
Padre, me pongo en tus manos.
Dame el amor por excelencia, el amor de la Cruz;
no de una cruz heroica que pudiera satisfacer mi orgullo;
sino de aquellas cruces humildes y vulgares,
que llevo con repugnancia.

Las que encuentro cada día en la contradicción,


en el olvido, en el fracaso,
en los falsos juicios y en la indiferencia;
en el rechazo y en el menosprecio de los demás;
sólo entonces sabrás que te amo, aunque no lo sepa yo.
Pero eso me basta. Amén.

12. Dónde está


la Felicidad
En cierta ocasión se reunieron todos los dioses
y decidieron crear al hombre y a la mujer;
planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de
ellos dijo: "Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y
semejanza ,van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e
inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los
diferencie de nosotros, de no ser así, estaríamos creando nuevos
dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?"

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Parábolas de la Vida
Después de mucho pensar uno de ellos dijo: "Ah!! ya sé!. Vamos
a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde
esconderla para que no la encuentren jamas".Propuso el
primero: "Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del
mundo"; a lo que inmediatamente respondió otro: "no, recuerda
que les dimos fuerza, alguna vez alguien subirá, y la encontrará; y
si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está".
Otro dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra". Y le
dijeron: "No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien
construirá una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la
descubrirán, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a
Nosotros ".

El último de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio


escuchando atentamente cada una de las propuestas de los
demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces
rompió el silencio y dijo: "Creo saber dónde ponerla para que
realmente nunca la encuentren"; todos voltearon asombrados y
preguntaron al unísono: "¿Dónde? ".

"La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados


buscándola fuera, que nunca la encontrarán". Todos estuvieron
de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la
vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo...

Reflexión:
¿Me percato de la presencia de Dios? ¿En qué lugar suelo buscar
a Dios?

Cita bíblica:
“Sal fuera y permanece en el monte esperando a Yavé, pues Yavé
va a pasar. Vino primero un huracán.... pero yavé no estaba en el
huracán. Después hubo un terremoto... pero yavé no estaba en
elterremoto.Después brilló un rayo, pero Yavé no estaba en el
rayo. Y después del rayo se sintió el murmullo de una brosa
suave...” 1 Re.19,11-12
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Parábolas de la Vida

Oración:
Busco tu rostro, Señor
y encuentro mi rostro llenándolo todo.
Grito y protesto y pregunto: ¿Dónde estás?
y no descubro que te he echado casi de casa...
Pero allá, en el fondo de mi ser,
hay una huella indeleble de tu presencia.
Una voz, un susurro, un rescoldo,
una presencia en espera de ser vista y acogida.
Estás más dentro de mí que yo mismo.

13. El abuelo
El abuelo se había hecho muy viejo. Sus
piernas flaqueaban, veía y oía cada vez menos,
babeaba y tenía serias dificultades para tragar.
En una ocasión -prosigue la escena de aquella
novela de Tolstoi- cuando su hijo y su nuera le servían la cena, al
abuelo se le cayó el plato y se hizo añicos en el suelo.

La nuera comenzó a quejarse de la torpeza de su suegro,


diciendo que lo rompía todo, y que a partir de aquel día le darían
de comer en una plato de plástico. El anciano suspiraba asustado,
sin atreverse a decir nada.

Un rato después, vieron al hijo pequeño manipulando en el


armario. Movido por la curiosidad, su padre le preguntó: "¿Qué
haces, hijo?" El chico, sin levantar la cabeza, repuso: "Estoy
preparando un plato para darles de comer a mamá y a ti cuando
sean viejos." El marido y su esposa se miraron y se sintieron tan
avergonzados que empezaron a llorar. Pidieron perdón al abuelo
y a su hijo, y las cosas cambiaron radicalmente a partir de aquel

Pastoral Universitaria 30
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Parábolas de la Vida
día. Su hijo pequeño les había dado una severa lección de
sensibilidad y de buen corazón.

Reflexión:
¿Te has percatado en alguna ocasión lo insensible e indiferente
que puede ser el corazón del ser humano sino lo suavizamos y
nutrimos con el amor de Dios?

Cita bíblica:
“Hijo mío, cuida de tu padre cuando llegue a viejo; mientras viva
no le causes tristeza. Si se debilita su espíritu, aguántalo; no lo
desprecies porque tú te sientes en la plenitud de tus fuerzas. El
bien que hayas hecho a tu padre no será olvidado...” Sir.3,1214

Oración:
Señor, que haga sentir a mis ancianitos
amados, que son útiles todavía y que no están solos.
que sientan mi cariño y comprensión...
Que entienda su paso vacilante y su mano temblorosa.
y que con una sonrisa en los labios les dedique mi tiempo.

14. El agricultor
En cierta ocasión, un reportero le preguntó a
un agricultor si podía divulgar el secreto de
su maíz, que ganaba el concurso al mejor
producto, año tras año. El agricultor confesó
que se debía a que compartía su semilla con
los vecinos.

- "¿Por qué comparte su mejor semilla de


maíz con sus vecinos, si usted también entra
al mismo concurso año tras año?" preguntó
el reportero.
- "Verá usted, señor," dijo el agricultor.

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Parábolas de la Vida
- "El viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembrío a otro.
Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la
polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del
mío. Si voy a sembrar buen maíz, debo ayudar a que mi vecino
también lo haga". Parece que este agricultor había comprendido
la diferencia entre competir y colaborar.

Reflexión:
La lección es clara : seremos mejores sólo si ayudamos a los
demás a mejorar. Viviremos felices si enseñamos a otros a serlo.
¿Estás convencido que no sólo lo malo debe contagiarse?
¿Contagias el bien?

Cita bíblica:
“Yo no era más que un canalito del río, un arroyo que se pierde en
un jardín. Pero pensé: Voy a regar mi jardín, voy a rociar mis
flores. ¡Y he aquí que mi arroyo se convirtió en un río, y mi río, en
un mar.!..Propáguense mis lecciones como palabras proféticas:
porque quiero dejarlas a las futuras generaciones. Vean: no he
trabajado sólo para mí, sino para todos los que buscan la
sabiduría.” Sir. 24, 30-34

Oración:
Señor, tú te ríes de nuestras competencias,
de nuestros proyectos ocultos,
de nuestras “serruchadas”...
Que si queremos triunfar no hundamos al contrincante...
Que si queremos felicidad no hagamos infelices a otros...
Que si queremos ser mejores
empecemos alegrándonos del bien del
otro...

15. El
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alpinista
Un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña,
inició su travesía después de años de preparación, pero quería la
gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.

Su afán por subir lo llevó a continuar cuando ya no se podía ver


absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y
las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la


cima, se resbaló y se desplomó por el aire. El alpinista solo podía
sentir la terrible sensación de la caída en medio de la total
oscuridad. En esos angustiantes momentos, le pasaron por su
mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. De
repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo
amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la
montaña.

En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó


más que gritar: ¡¡¡AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

- ¿QUE QUIERES MI HIJO?


- Sálvame Dios mío
- ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?
- Por supuesto Señor
- ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...
Aquel alpinista, aterrorizado, se aferró más aún a la cuerda.
Al siguiente día el equipo de rescate encontró al alpinista
muerto, colgado de la soga ... A TAN SOLO DOS METROS DEL
SUELO...

Reflexión:
¿Y tu? ¿Confías en Dios cuando te pide lo que parece contrario a
tus intereses?, ¿Cortarías la cuerda?
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Parábolas de la Vida

Cita Bíblica:
“¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse
del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar,
yo no te olvido. “Isaías 49, 15
“Señor, ¿Quién soy yo para que entres en mi casa? Di no más
una palabra y mi sirviente sanará.” Mt. 8,8

Oración:
Cuando vea oscuro mi camino
y no tenga apoyo en derredor;
cuando sientas incierto mi destino
Esperaré en ti, Señor.
Cuando soplen los fieros aquilones
Y ruja contra mí la tempestad,
Y me cerquen espesos nubarrones,
esperaré en tu Bondad.

16. El Amor
y el
Tiempo
Hubo un tiempo en el que en una
isla muy pequeña, confundida con el
paraíso, habitaban los sentimientos como habitamos hoy en la
tierra. En esta isla vivían en armonía el Amor, la tristeza, y todos
los otros sentimientos. Un día en uno de esos que la naturaleza
parece estar de malas, el amor se despertó aterrorizado
sintiendo que su isla estaba siendo inundada.

Pero se olvidó rápido del miedo y cuidó de que todos los


sentimientos se salvaran. Todos corrieron y tomaron sus barcos y
corrieron, y subieron a una montaña bien alta, donde podrían ver
la isla siendo inundada pero sin que corriesen peligro.
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Parábolas de la Vida
Sólo el amor no se apresuró, el amor nunca se apresura. Él quería
quedarse un poquito más en su isla, pero cuando se estaba casi
ahogando el amor se acordó de que no debía morir. Entonces
corrió en dirección a los barcos que partieron y gritó en busca de
auxilio.

La Riqueza, oyendo su grito, trató luego de responder que no


podría llevarlo ya que con el oro y con la plata que cargaba temía
que su barco se hundiera. Pasó entonces la Vanidad que también
dijo que no podría ayudarlo, una vez que el amor se hubiese
ensuciado ayudando a los otros, ella, la Vanidad, no soportaba la
suciedad.

Por detrás de la Vanidad venía la Tristeza que se sentía tan


profunda que no quería estar acompañada por nadie.
Paso también la Alegría, pero esta tan alegre estaba que no oyó
la suplica del amor. Sin esperanza el Amor se sentó sobre la
última piedra que todavía se veía sobre la superficie del agua y
comenzó a menguar. Su llanto fue tan triste que llamó la
atención de un anciano que pasaba con su barco. El viejito tomó
al Amor en sus brazos y lo llevó hacia la montaña más alta, junto
con los otros sentimientos.

Recuperándose, el amor le preguntó a la Sabiduría quién era el


viejito que lo ayudó... a lo que ésta respondió..... "El Tiempo".....
el Amor cuestionó: ..."¿Por qué solo el Tiempo pudo traerme
aquí?".... La Sabiduría entonces respondió: "Por que sólo el
Tiempo tiene la capacidad de ayudar al Amor a llegar a los
lugares más difíciles"...

Reflexión:
¿Has experimentado cómo sólo el amor verdadero es capaz de
perdurar a través del tiempo? ¿Qué sentimientos son los que
acaban dejándote más rápido? ¿Qué valor le das al tiempo en tus
relaciones?

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Parábolas de la Vida
Cita bíblica:
“Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo
el cielo. Hay tiempo de nacer, y tiempo para morir; tiempo para
plantar, y tiempo para arrancar lo plantado.
Un tiempo para dar muerte, y un tiempo para sanar; un tiempo
para destruír y un tiempo para construír. Un tiempo para llorar, y
otro para reír; un tiempo para los lamentos, y otro para las
danzas. Un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas; un
tiempo para abrazar, y otro para separarse.
Un tiempo para buscar, y otro para perder; un tiempo para
guardar, y otro para tirar fuera. Un tiempo para rasgar, y otro
para coser; un tiempo para callarse, y otro para hablar. Un
tiempo para amar, y otro para odiar; un tiempo para la guerra, y
otro para la paz.” Ec.,3, 1-8

Oración:
Señor, dame tu sabiduría
Para que siga tus caminos.
Dame, tu fortaleza para fortalecer a otros.
Dame tu consejo para ser palabra oportuna.
Dame tu alegría para contagiar tu gozo.
Dame tu pureza para descubrirte en mi hermano
y para transparentar tu rostro.
Pero sobre todo, dame tu bondad
para asemejarme más a Ti.

17. El árbol
de los
problemas
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una
vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.
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Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de
trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.
Mientras le llevaba a su casa, se sentó en silencio. Cuando
llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta de su casa, se detuvo


brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las
ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, el rostro de
aquel hombre se transformó, sonrió, abrazó a sus dos pequeños
hijos y le dio un beso a su esposa.

Luego me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del


árbol, sentí curiosidad y le pregunté por lo que lo había hecho un
rato antes.

"Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. "Sé que no puedo


evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los
problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos.
Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando
llego a casa. Luego, a la mañana siguiente, los recojo otra vez. Lo
bueno es -concluyó sonriendo- que cuando salgo por la mañana a
recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado
la noche anterior".

Reflexión:
¿Cuándo llegas a casa encuentras un árbol donde dejar tus
problemas? ¿Quiénes son los que sufren las consecuencias de tu
agobio, de tu cansancio, de tu día interminable de tensiones?
¿Crees que algo debería cambiar?

Cita bíblica:
“En Dios sólo descansa el alma mía de él viene mi salud; mi
salvación, mi roca sólo es él, mi fortaleza, no he de vacilar. En
Dios está mi gloria y salvación, la roca de mi fuerza.

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Parábolas de la Vida
En Dios me abrigo, siempre en él confíe la gente de mi pueblo;
ponga el corazón ante sus ojos, Dios es nuestro refugio.
Una vez Dios habló, dos veces yo lo oí; que de Dios es la fuerza,
tuya, oh Señor, la gracia. Tú pagas a los hombres de acuerdo con
sus obras.” Salmo 62.

Oración:
Resulta, Señor,
que muchas veces no somos buenos comunicadores.
Que olvidamos el valor de la escucha,
del diálogo libre de prejuicios.
Resulta, Señor,
que muchas veces cargamos a otros
nuestras tensiones y fracasos
y lo peor de todo es que no nos damos cuenta.

18. El árbol
generoso
Había una vez un árbol... Y el árbol amaba a
un niño... Y el muchacho venía todos los días
y cogía sus hojas. Y con ellas hacía coronas e
imaginaba ser el rey del bosque... Y trepaba por el tronco... Y se
colgaba de sus ramas... Y comía manzanas... Y jugaba al
escondite... Y cuando se cansaba se dormía a la sombra... Y el
muchacho amaba muchísimo al árbol... Y el árbol era feliz... Pero
el tiempo pasaba... Y el muchacho crecía... Y el árbol, con
frecuencia, estaba sólo...

Un día, el muchacho se acercó al árbol, y éste le dijo:


— Ven, muchacho, trepa por mi tronco y colúmpiate en mis
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ramas y come manzanas y juega a mi sombra y sé feliz...
— Soy demasiado grande para trepar y jugar —dijo el
muchacho—. Necesito dinero. ¿Puedes darme un poco de
dinero?
— Lo siento —dijo el árbol—, pero no tengo dinero. Sólo tengo
unas hojas y manzanas. Coge las manzanas, muchacho, y
véndelas en el mercado de la ciudad. Entonces tendrás dinero y
serás feliz...

En seguida el muchacho subió al árbol, cogió sus manzanas y se


las llevó. Y el árbol fue feliz... Y el muchacho se alejó. Se fue muy
lejos sin poder ver al árbol... Y el árbol estaba triste...
Y un buen día, el muchacho volvió... Y el árbol se estremeció de
alegría y dijo:

-Ven, muchacho, y trepa por mi tronco y colúmpiate en mis


ramas y... se feliz.
-Estoy demasiado atareado —dijo el muchacho— para trepar por
tu tronco. Necesito una casa para cobijarme. Necesito calor como
el comer. Quiero una esposa, quiero tener hijos y por eso
necesito una casa.
-Yo no tengo casa —dijo el árbol—. El bosque es mi casa. Pero tú
puedes cortar mis ramas y construir una casa. Entonces serás
feliz...

Y el muchacho cortó sus ramas... Las llevó para construir una


casa... Y el árbol era feliz... Y el muchacho se fue lejos y no pudo
ver al árbol por mucho tiempo...
Y cuando el muchacho regresó..., el árbol no podía ni hablar,
embargado por la emoción.
-Ven, muchacho —balbuceó—, ven a jugar.
-Soy demasiado viejo y asediado por la tristeza para jugar —dijo
el muchacho—. Necesito un barco que me lleve muy lejos de
aquí. ¿Me puedes dar un barco?
-Corta mi bronco y fabrica un barco —dijo el árbol—. Luego
podrás navegar hasta playas lejanas... y serás feliz...
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Parábolas de la Vida

Y el árbol era feliz..., aunque no enteramente... Le faltaba


compañía... Y después de mucho tiempo..., el muchacho regresó
de nuevo.
-Lo siento, muchacho —dijo el árbol— pero no me queda nada...
Mis manzanas desaparecieron.

-Mis dientes son demasiado débiles para comer manzanas —dijo


el muchacho-. -Mis ramas... han desaparecido —dijo el árbol—.
Ya no puedes columpiarte en ellas.

-Soy demasiado viejo para columpiarme en ellas—dijo el


muchacho—. —Mi tronco ha desaparecido —dijo el árbol—. Ya
no puedes trepar. — Estoy demasiado cansado para trepar —dijo
el muchacho—.

- Lo siento—sollozó el árbol—. Quisiera darte algo... Pero ya no


me queda nada. Sólo un tronco. Lo siento...
- Ahora necesito muy pocas cosas —dijo el muchacho—. Sólo un
lugar tranquilo para sentarme y descansar... Estoy demasiado
cansado...

-Bueno —dijo el árbol enderezándose todo lo que pudo con gran


esfuerzo—. -Bueno, siéntate. Un viejo tronco sólo sirve para
asiento y descanso... Ven, siéntate. Y el muchacho lo hizo... Y el
árbol era feliz, feliz, feliz.

Reflexión:
Muchas veces nos damos cuenta de los grandes sacrificios pero
no de aquellos que se realizan “de a pocos”, cada día. La
verdadera entrega no hace ruido, se forja en lo pequeño , como el
árbol que lo dio todo de sí para hacer feliz al niño. ¿Soy
indiferente a la entrega de otros?

Cita bíblica:
"De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en
tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El
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que ama su vida la destruye; y el que desprecia su vida en este
mundo, la conserva para la vida eterna. El que quiera servirme,
que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor."
Jn.12,24

Oración:
Te entrego. Señor, mi vida; hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad; hazla semejante a la tuya.
Toma mis manos; hazlas acogedoras.
Toma mi corazón; hazlo ardiente.
Toma mis pies; hazlos incansables.
Toma mis ojos; hazlos transparentes.

Toma mis horas grises; hazlas novedad.


Toma mi vida de cada día; hazla sencilla.
Toma mis cansancios; hazlos tuyos.
Toma mis veredas; hazlas tu camino
Toma mis mentiras; hazlas verdad.
Toma mis muertes; hazlas vida.

Toma mi pobreza; hazla tu riqueza.


Toma mi obediencia; hazla tu gozo
Toma mi nada; hazla lo que quieras
Toma mi familia; hazla tuya.
Toma mis amigos; son tuyos.

19. El árbol
muerto
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba
leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó.
Pero luego, en la primavera, vio desolado que al
tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos. Mi padre

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Parábolas de la Vida
dijo: "Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había
perdido todas las hojas en el invierno. Pero se ve que hacía tanto
frío que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al
viejo tronco ni una pizca de vida.

Pero ahora advierto que aún


alentaba la vida en aquel tronco". Y
volviéndose hacia mí, me aconsejó:
"Nunca olvides esta lección. Jamás
cortes un árbol en invierno. Jamás
tomes una decisión negativa en
tiempo adverso. Nunca tomes
importantes decisiones cuando estés
en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta
pasará. Recuerda que la primavera volverá.

Reflexión:
Nuestra vida está marcada por decisiones apresuradas en tiempo
adverso. ...Si no lo hubiera hecho... si hubiera escuchado ... si no
hubiera dicho esa palabra... si no me hubiese dejado llevar por las
apariencias... Es sabio quien espera a que pase la tormenta antes
de decidir.

Cita bíblica:
“Felices los pacientes porque recibirán la tierra en herencia”
Mt.5,5.
“El Viñador contestó:“Señor, déjala un año más y mientras tanto
cavaré alrededor y le echaré abono. Puede ser que así dé fruto, en
adelante y, si no, la cortas.” Lc.12,8

Oración:
Jesús, dame un buen paraguas
para los aguaceros
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que nublan mi mente, que ciegan mi criterio.
Dame la serenidad para darme cuenta
que estoy actuando por impulsos
y que puedo equivocarme.
Que siempre después de la tormenta
aparecerá el arcoiris.

20. El arca
de Noé
Todo lo que necesito saber... lo aprendí
del Arca de Noé.

Uno: No pierdas el barco.


Dos: Recuerda que todos estamos en el mismo barco.
Tres: Planifica previamente. No estaba lloviendo cuando Noé
construyó el arca.
Cuatro: Mantente en forma. Cuando tengas 60 años, alguien
puede pedirte que hagas algo realmente grande.
Cinco: No escuches las críticas; sólo continúa con el trabajo que
debe ser realizado.
Seis: Construye tu futuro en tierras altas.
Siete: Por razones de seguridad: viaja en pares!!
Ocho: La velocidad no es siempre una ventaja. Las babosas
estaban a bordo con los chitas.
Nueve: Cuando estés estresado, flota por un tiempo.
Diez: Recuerda, el arca fue construida por principiantes; el
Titanic por profesionales.
Once: No importa la tormenta, cuando estás con Dios, siempre
hay un arcoiris esperando.

Reflexión:
El sabio no es el que más sabe sino el que ha podido interiorizar lo
que le ha ocurrido en la vida sacando una enseñanza. Si sólo
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Parábolas de la Vida
vivimos no hacemos experiencia... ¿Hago el ejercicio de releer la
propia historia, objetivarla, asumirla y expresarla? Quizás sólo así
podremos dejarnos transformar por ella.

Cita bíblica:
“No se atormenten por su vida... miren que la vida es más que el
alimento y el cuerpo más que el vestido.¡No se atormenten! Estas
son cosas tras las cuales corren todas las naciones del mundo,
pero el Padre de ustedes sabe que ustedes las necesitan.”
Lc.12,22.24.29-30

Oración:
Señor, concédeme una alforja lo bastante fuerte
como para poder depositar en ella cuanto voy viviendo,
alegrías y penas, decepciones e ilusiones,
bondades y maldades;
porque gracias a todas esas experiencias
hoy soy quien soy
y sólo con ellas, podré llegar a Ti.

21. El barbero
Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello
y recortarse la barba, como es costumbre. En estos
casos entabló una amena conversación con la persona
que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron
muchos temas. De pronto, tocaron el tema de Dios.

El barbero dijo: -Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista,


como usted dice. -Pero, ¿por qué dice usted eso?- preguntó el
cliente. -Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse
cuenta de que Dios no existe. O... dígame, acaso si Dios existiera,
¿Habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios
existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad.
Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas

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cosas... El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso
responder para evitar una discusión.
El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio.
Recién abandonada la barbería, vio en la calle a un hombre con la
barba y el cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se
lo cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo
en la barbería y le dijo al barbero: -¿Sabe una cosa? Los barberos
no existen. -¿Cómo que no existen...? -preguntó el barbero- ...si
aquí estoy yo y soy barbero. -¡No! -dijo el cliente- No existen,
porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan
larga como la de este hombre que va por la calle. -Ah, los
barberos sí existen, lo que pasa es que esas personas no vienen
aquí. -¡Exacto! -dijo el cliente-

Ese es el punto. Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no


van hacia Él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria...

Reflexión:
Siempre cuestionamos a Dios sobre lo que nos toca a nosotros. Es
muy fácil desentendernos del problema echándole la culpa a otro,
y qué mejor si ese otro es Dios. Nuestra conciencia social no debe
ser adormecida... Necesitamos corazones solidarios... y no sólo
críticas.

Cita bíblica:
“Si tuvieran fe del tamaño de un granito de mostaza le dirían a
este cerro: Quítate de allí y ponte más allá y el cerro obedecería.
Nada sería imposible para ustedes.” Mt.17,20
“Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras ¿de
qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe? “ Stgo. 2,14

Oración:
Felices los que aman al hermano concreto.
Los que no se van en palabras
sino que muestran su amor verdadero
en obras de vida, de compañía y de entrega sincera.
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Felices los que enseñan,
los que intentan que todos aprendan
sin distinciones de color, piel o dinero.
Felices los que comparten sus bienes
Don-regalo del Buen Dios
para vivir como hermanos
y demostrarlo en la práctica.
Los que no guardan con egoísmo
sino que brindan y comparten.

22. El
barrendero
Momo tenía un amigo, Beppo Barrendero, que
vivía en una casita que él mismo se había
construido con ladrillos, latas de desecho, y cartones.
Cuando a Beppo Barrendero le preguntaban algo se limitaba a
sonreír amablemente, y no contestaba. Simplemente pensaba. Y,
cuando creía que una respuesta era innecesaria, se callaba. Pero,
cuando la creía necesaria, la pensaba mucho. A veces tardaba
dos horas en contestar, pero otras tardaba todo un día. Mientras
tanto, la otro persona había olvidado su propia pregunta, por lo
que la respuesta de Beppo le sorprendía casi siempre.

Cuando Beppo barría las calles, lo


hacía despacio, pero con
constancia. Mientras iba
barriendo, con la calle sucia ante
sí y limpia detrás de sí, se le iban
ocurriendo multitud de
pensamientos, que luego le
explicaba a su amiga Momo: "Ves, Momo, a veces tienes ante ti
una calle que te parece terriblemente larga que nunca podrás

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Parábolas de la Vida
terminar de barrer. Entonces te empiezas a dar prisa, cada vez
más prisa.

Cada vez que levantas la vista, ves que la calle sigue igual de
larga. Y te esfuerzas más aún, empiezas a tener miedo, al final te
has quedado sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así
no se debe hacer. Nunca se ha de pensar en toda la calle de una
vez, ¿entiendes? Hay que pensar en el paso siguiente, en la
inspiración siguiente, en la siguiente barrida.

Entonces es divertido: eso es importante, porque entonces se


hace bien la tarea. Y así ha de ser. De repente se da uno cuenta
de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da
cuenta de cómo ha sido, y no se queda sin aliento. Eso es
importante."

¿Acaso no es lo hermoso de la paciencia el que ella puede


concedernos tiempo para conocernos a su través oblicuamente a
nosotros mismos? Porque, nos pongamos como nos pongamos,
la paciencia con que no sepamos mirarnos a nosotros mismos
será la misma no-paciencia que nos impida mirar a la realidad
como ella debe ser mirada: con-paciencia, con-pasión, con-com-
pasión, com-padeciendo, com-padeciéndo-nos...

Reflexión:
Es bien cierto que la hierba crece de noche, imperceptible a los
ojos, pero aún así crece. Todo lo que necesitamos es tener
paciencia, la misma paciencia que nos tiene Dios para no
apresurar el crecimiento. La vida tomada de a sorbos, hecha paso
a paso ... gozando de ella ; descubriendo el cada paso la cercanía
de Dios...
Cita bíblica:
“Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar
toda clase de pruebas. Esta puesta a prueba de la fe desarrolla la
capacidad de soportar y la capacidad de soportar debe llegar a
ser perfecta, si queremos ser perfectos... Feliz el hombre que
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soporta pacientemente la prueba, porque después de probado,
recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo
aman.” Stgo. 1,2-4.12

Oración:
Señor, de mis prisas,
concédeme el andar presuroso cuando se trata de servir,
el andar pausado
cuando se trata de disfrutar el compartir fraterno;
el andar descalzo
cuando me permiten ingresar al corazón de otros.
Que pueda encontrar el término medio:
ni lento... ni rápido...

23. El bordado
de Dios
Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser
mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba
qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba
bordando. Siendo yo pequeño, observaba el
trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre
me quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella me sonreía,
miraba hacia abajo y gentilmente me decía: “Hijo, ve afuera a
jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré
sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba”.

Me preguntaba por qué ella usaba algunos hilos de colores


oscuros y porqué me parecían tan desordenados desde donde yo
estaba. Más tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: “Hijo,
ven y siéntate en mi regazo.” Yo lo hacía de inmediato y me
sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello
atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo solo veía
hilos enredados. Entonces mi mamá me decía: “Hijo mío, desde
abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de
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que había un plan arriba. Yo tenía un hermoso diseño. Ahora
míralo desde mi posición, qué bello. ”

Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho:


“Padre, ¿qué estás haciendo?". Él responde: “Estoy bordando tu
vida.” Entonces yo le replico: “Pero se ve tan confuso, es un
desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿porqué no son más
brillantes?” El Padre parecía decirme: “Mi niño, ocúpate de tu
trabajo confiando en Mi y un día te traeré al cielo y te pondré
sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces
entenderás...”

Reflexión:
Querer entender nuestra historia , nuestra vida, el bordado que
Dios ha hecho de nosotros nos pude llevar una vida. Procuremos
por lo menos acogerla cada vez... con renovada confianza... con
adhesión plena.

Cita bíblica:
“También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de
los que lo aman...” Rom.8,28
“Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin
embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su
lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba,
que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con
mayor razón los vestirá a ustedes.” Mt 6,26-30
Oración:
Padre, me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas las criaturas.
No deseo más, Padre.
Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor de que soy capaz.
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Parábolas de la Vida
Porque te amo y necesito darme a ti,
ponerme en tus manos,
sin limitación, sin medida,
con una confianza infinita,
porque tú eres mi Padre.
AMEN.
(Carlos Carreto- Oración de abandono)

24. El chino
y el
caballo
Un chino tenía un caballo. El caballo se le escapó. Los vecinos
fueron a darle el pésame. «¿Quién dice que sea una desgracia?»,
les contestó el chino.

En efecto, a la mañana siguiente el caballo vino trayendo una


yegua salvaje. Los vecinos le felicitaron. «¿Quién dice que sea
una fortuna?», respondió el chino. A los dos días su hijo
primogénito, montando la yegua, se cayó y quedó cojo. Los
vecinos expresaron su sentimiento de dolor. «¿Quién dice que
sea una desgracia?», volvió a preguntar el chino.
Al año siguiente hubo una guerra en el país. El primogénito, por
estar cojo, no tuvo que alistarse en el ejército... Y la vida siguió
con sus episodios... ¡Cuántas veces los juicios apresurados,
impacientes, impiden ver más alto y más lejos!

Reflexión:
Lo que a simple vista tiene vestigios de mal puede ser un bien y
viceversa. ¡Si tan sólo aprendiéramos a ver el lado positivo de las
cosas y no nos apresuráramos en emitir nuestros juicios! No
alegrarse ni entristecerse demasiado... ¿Quién sabe?

Cita bíblica:
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Parábolas de la Vida
“Esten siempre alegres en el Señor, se lo repito, estén alegres y
den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está
cerca. No se inquieten por nada, antes bien,en toda ocasión
presenten sus peticiones a Dios ...Por lo demás, fíjense en todo lo
que encuentren de verdadero, noble, justo y limpio; en todo lo
que es fraternal y hermoso, en todos los valores morales que
merecen alabanza.” Filp. 4,4-8

Oración:
Gracias, Señor,
porque Tú no juegas mi vida a una ruleta rusa...
Tienes tus caminos... tienes tus proyectos...
No soy resultado de la casualidad...
Me has pensado y me has amado...
Gracias, Señor.

25. El ciempiés
-Qué complicación (exclamó el Abad
viendo caminar a un ciempiés) y qué
maravilla: lo hace tan bien que parece
fácil.De pronto, le vino a la memoria una
historieta que había escuchado no sabía dónde:"El pequeño
ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó inquieto
a su madre:-Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares
o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de
delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué?

-Cuando quieras andar, hijo mío -le respondió la madre- deja de


cabilar y... anda".

Reflexión:
Hay cosas en la vida que no se harán solas. Suponen mi decisión y
un grado de riesgo... No puedo quedarme a contemplar toda la

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vida el hermoso camino que tengo delante mío... Debo ponerme
en marcha... Y al andar se hará camino...¿Lo crees?

Cita bíblica:
“He aquí la esclava del señor, hágase en mí según has dicho”
Lc.1,38
“Reaviva el don de Dios que recibiste por la imposición de manos.
Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de
fortaleza, de amor y de buen juicio.” 1Tim.1,6-7

Oración:
Señor,
tú sabes de mis buenas intenciones,
de mis sueños e ideales.
¡Pero sabes qué?
Estoy segura de que estarías más contento
si pongo “ manos a la obra”...
Concédeme la audacia
para seguirte haciendo camino...

26. El círculo
del ‘99
Había una vez un rey muy triste que tenía un
sirviente que era muy feliz. Todas las mañanas
llegaba a traer el desayuno y despertaba al
rey, cantando y tarareando alegres canciones
de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su
actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey
lo mandó a llamar.
-Paje- le dijo- ¿Cuál es el secreto?
-¿Qué secreto, Majestad?
-¿Cuál es el secreto de tu alegría?
-No hay ningún secreto, Alteza.

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-No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas
menores que una mentira.
-No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
-¿Por qué esta siempre alegre y feliz? Eh, ¿por qué?
-Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra
permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo
en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y
alimentados y además, su Alteza me premia de vez en cuando
con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Cómo no
estar feliz?
- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el
rey.Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que
complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...
- Vete, vete antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.

El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje


estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y
alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó,
llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de
la mañana.
-¿Por qué él, es feliz?
- Ah, Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del círculo.
- Fuera del círculo?
-Así es.
- Y eso es lo que lo hace feliz?
- No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
- Así es.
-¿Y como salió?
- Nunca entró
-¿Qué circulo es ese?
- El círculo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.

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Parábolas de la Vida
- La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los
hechos.
-¿Cómo?
- Haciendo entrar a tu paje en el circulo.
- Eso, obliguémoslo a entrar.
- No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
- Entonces habrá que engañarlo.
- No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él
entrará solito.
-¿Solito? Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
- Si se dará cuenta.
-¡Entonces no entrará!.
- No lo podrá evitar.
- ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará
entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y
no podrá salir?
- Tal cual Majestad; estás dispuesto a perder un excelente
sirviente para poder entender la estructura del círculo?
- Sí.
- Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada
una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una
menos.
- !99! ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
- Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche..
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se
escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la
casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se
encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le
pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por
ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie cómo lo
encontraste."

Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban, para ver lo que


sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al
escuchar sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el
pecho, miró hacia todos lados y cerró la puerta. El rey y el sabio
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se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había
tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado solo la vela. Se
había sentado y había vaciado el contenido en la mesa.

Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de


monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas
monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El paje las
tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la
vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de
monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10
monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro,
cinco... y mientras sumaba 10,20,30, 40, 50, 60... hasta que
formó la última pila: ¡¡9 monedas !!. Su mirada recorrió la mesa
primero, buscando una moneda más; luego en el piso y
finalmente en la bolsa. "No puede ser", pensó. Puso la última
pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.

- Me robaron -gritó- me robaron, malditos!! Una vez más buscó


en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos,
corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba.

Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita


resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro "sólo
99"."99 monedas. Es mucho dinero", pensó. Pero me falta una
moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba-
Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no


era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los
ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba
un horrible rictus. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y
mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía,
escondió la bolsa entre la leña.

Tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo


tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número
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cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto
a trabajar duro hasta conseguirla. Después, quizás no necesitara
trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar
de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con
cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si
trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía,
en once o doce años juntaría lo necesario.

Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su


esposa, en siete años Reuniría el dinero. Era demasiado tiempo!!!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas
las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto
menos comieran, más comida habría para vender...

Vender... Vender... Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa


de invierno, Para qué mas de un par de zapatos? Era un sacrificio,
pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.

El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el


círculo del 99....Durante los siguientes meses, el sirviente siguió
sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana,
el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas,
refunfuñando de pocas pulgas.
-¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo.
- Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
- Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su
bufón y su juglar también? No pasó mucho tiempo antes de que
el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que
estuviera siempre de mal humor.

Reflexión:
En una sociedad cada vez más consumista nuestro testimonio
cristiano es el compartir, el desprendimiento, la solidaridad.
¿Cuáles son tus riquezas?

Pastoral Universitaria 56
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Parábolas de la Vida
El corazón apegado nunca alcanza a ser feliz... Hay más alegría
en dar que en recibir...

Cita bíblica:
"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno
y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No
puedes servir a Dios y a las riquezas. Mt 6:24
“Los que quieren ser ricos caen en tentaciones y trampas; un
momtón de ambiciones locas y dañinas los hunden en la ruina
hasta perderlos. Debes saber que la raíz de todos los males es el
amor al dinero” 1Tim.6,9-10

Oración:
Si el que tiene siempre quiere más
dame un corazón siempre pobre,
que agradezca lo que que posee y sea feliz .
Que mis ojos no vean con mezquindad los bienes del otro,
que mi corazón no se encoja, Señor..
Hazlo grande, hazlo fuerte, hazlo generoso...

27. El corazón
de la
cebolla
"Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y
toda clase de plantas. Como todos los huertos, tenía frescura y
agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier
árbol a contemplar todo aquel verdor y escuchar el canto de los
pájaros.

Pero de pronto, un buen día, empezaron a nacer unas cebollas


especiales. Cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo,
naranja, morado, verde...
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Parábolas de la Vida

El caso es que los colores eran como los del arco iris,
deslumbradores, centelleantes, como el color de una mirada o el
color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo.

Después de grandes investigaciones sobre la causa de aquellos


misteriosos resplandores, resultó que cada cebolla tenía dentro,
en el mismo corazón (porque las cebollas tienen su propio
corazón), una piedra preciosa. Esta tenía un topacio, la otra un
aguamarina, aquélla un rubí, la de más allá una esmeralda... ¡Era
una verdadera maravilla!

Pero por alguna incomprensible razón se empezó a decir que


aquello era peligroso, intolerable, inadecuado, arriesgado y hasta
vergonzoso...

Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a


esconder su piedra preciosa e íntima con capas y más capas, cada
vez más oscuras y feas; para disimular como eran por dentro.
Hasta que empezaron a convertirse en una cebollas de lo más
común y corrientes, de lo más vulgar.

Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra


del huerto y que sabía tanto que entendía el lenguaje de las
cebollas, y empezó a preguntarles una por una:
¿Por qué no eres como eres por dentro?

Y ellas le iban respondiendo: Me obligaron a ser así... Me


pusieron capas... incluso yo me puse alguna para que no me
dijeran... Me daba pena ser diferente a las demás...
Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de
por qué se pusieron las primeras capas. Y al final el sabio se echó
a llorar.

Y cuando la gente lo vio llorando, pensó que llorar ante las


cebollas era propio de personas inteligentes, Por eso todo el
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Parábolas de la Vida
mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón. Y
así hasta el fin del mundo".

Reflexión:
¿Somos como las cebollas? ¿Guardamos un tesoro en nuestro
corazón? ¿Ocultamos nuestros dones por el temor de ser
diferentes?

Cita bíblica:
“Con todo, llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que
esta fuerza soberana se vea como obra de Dios y no nuestra” 2
Cor.4,7

Oración:
¿Dónde encontrarte Señor?
Te descubrirá quien busque en lo más íntimo de su persona;
quien mire a su interior buscando la Verdad.
Te descubrirá quien busque la huella del Creador en su vida;
quien viva abierto a la trascendencia.
Te poseerá quien no lo utilice;
quien busque a Dios no por lo que pueda conseguir de él,
sino por Dios mismo, que es el premio.
Te poseerá quien se deje poseer por el Señor;
quien se deje habitar por él.
Te encontrará quien se encuentre a sí mismo
Y se acepte como milagro tuyo.

28.El día
que Jesús
guardó silencio
Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño.
Sólo recuerdo que ya era tarde y estaba en mi sofá preferido con
un buen libro en la mano. El cansancio me fue venciendo y
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empecé a cabecear... En algún lugar entre la semiinconsciencia y
los sueños, me encontré en aquel inmenso salón, no tenía nada
en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que
tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros iban del suelo al techo
y parecían interminables en ambas direcciones. Tenían diferentes
rótulos. Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado:
"Muchachas que me han gustado". Lo abrí descuidadamente y
empecé a pasar las fichas. Tuve que detenerme por la impresión,
había reconocido el nombre de cada una de ellas: ¡se trataba de
las chicas que a mí me habían gustado! Sin que nadie me lo
dijera, empecé a sospechar dónde me encontraba.

Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo


catálogo de toda mi existencia. Estaban escritas las acciones de
cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles,
momentos que mi memoria había ya olvidado. Un sentimiento
de expectación y curiosidad, acompañado de intriga, empezó a
recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su
contenido. Algunos me trajeron alegría y momentos dulces;
otros, por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan
intensos que tuve que volverme para ver si alguien me
observaba.

El archivo "Amigos" estaba al lado de "Amigos que racioné" y


"Amigos que abandoné cuando más me necesitaban". Los títulos
iban de lo mundano a lo ridículo. "Libros que he leído", "Mentiras
que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que conté",
otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis
hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto",
"Murmuraciones cuando mamá me reprendía de niño", "Videos
que he visto"... No dejaba de sorprenderme de los títulos. En
algunos ficheros había muchas más tarjetas de las que esperaba
y otras veces menos de lo que yo pensaba. Estaba atónito del
volumen de información de mi vida que había acumulado. ¿Sería
posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas
millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad.
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Parábolas de la Vida
Cada una escrita con mi letra, cada una llevaba mi firma. Cuando
vi el archivo "Canciones que he escuchado" quedé atónito al
descubrir que tenía más de tres cuadras de profundidad y, ni aun
así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de la
música, sino por la gran cantidad de tiempo que demostraba
haber perdido.

Cuando llegué al archivo: "Pensamientos lujuriosos" un escalofrío


recorrió mi cuerpo. Solo abrí el cajón unos centímetros.. Me
avergonzaría conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me
conmoví por su contenido. Me sentí asqueado al constatar que
"ese" momento, escondido en la oscuridad, había quedado
registrado... No necesitaba ver más... Un instinto animal afloró en
mí. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe de ver
estas tarjetas jamás. Nadie debe entrar jamás a este salón...
¡Tengo que destruirlo! En un frenesí insano arranqué un cajón,
tenía que vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no
podía siquiera desglosar una sola del cajón. Me desesperé y trate
de tirar con más fuerza, sólo para descubrir que eran más duras
que el acero cuando intentaba arrancarlas.

Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar.


Apoyando mi cabeza al interminable archivo, testigo invencible
de mis miserias, y empecé a llorar. En eso, el título de un cajón
pareció aliviar en algo mi situación: "Personas a las que les he
compartido el Evangelio". La manija brillaba, al abrirlo encontré
menos de 10 tarjetas. Las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos.
Lloraba tan profundo que no podía respirar. Caí de rodillas al
suelo llorando amargamente de vergüenza. Un nuevo
pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este
salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre. Y
mientras me limpiaba las lágrimas, lo vi. ¡Oh no!, ¡por favor no!,
¡Él no!, ¡cualquiera menos Jesús!. Impotente vi como Jesús abría
los cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su
reacción. En ese momento no deseaba encontrarme con su
mirada. Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos.
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Parábolas de la Vida
¿Por qué tiene que leerlos todos? Con tristeza en sus ojos, buscó
mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos
al rostro y empecé a llorar de nuevo. Él se acercó, puso sus
manos en mis hombros. Pudo haber dicho muchas cosas. Pero Él
no dijo ni una sola palabra. Allí estaba junto a mí, en silencio. Era
el día en que Jesús guardó silencio... y lloró conmigo.

Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a


abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba Su nombre sobre
el mío. ¡No!, le grité corriendo hacia Él. Lo único que atiné a decir
fue sólo ¡no!, ¡no!, ¡no! cuando le arrebaté la ficha de su mano.
Su nombre no tenía por que estar en esas fichas. No eran sus
culpas, ¡eran las mías! Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo.
Su nombre cubrió el mío, escrito con su propia sangre. Tomó la
ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió
firmando las tarjetas. No entiendo cómo lo hizo tan rápido.

Al siguiente instante lo vi cerrar el último archivo y venir a mi


lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo: - Todo está
consumado, está terminado; yo he cargado con tu vergüenza y
culpa. En eso salimos juntos del Salón... Salón que aún
permanece abierto.... Porque todavía faltan más tarjetas que
escribir... Aún no sé si fue un sueño, una visión, o una realidad...
Pero, de lo que sí estoy convencido, es que la próxima vez que
Jesús vuelva a ese salón, encontrará más fichas de que alegrarse,
menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

Reflexión:
Jesús nos muestra cada día su amor y entrega. Somos nosotros
los que no terminamos de aceptarnos a nosotros mismos... somos
nosotros quienes no apostamos ni medio por nuestra vida...
somos nosotros quienes nos negamos su sacrificio redentor... Y
Jesús sigue guardando silencio y tomando nuestras vergüenzas
como suyas...

Cita bíblica:
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Parábolas de la Vida
“Cristo nos liberó para ser libres. Manténgase, pues, firmes y no
se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.” Gal.5,1
“Como hijos amadísimos de dios, esfuércense por imitarlo. Sigan
el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se
entregó por nosotros...” Ef.5,1

Oración:
Señor Crucificado,
No son los clavos... no son llagas...
Lo que te duele es mi indiferencia,
mis ficheros secretos, mi poca coherencia.
Y pese a tu dolor , y pese a mi pecado
Sigues muriendo por mí...
dándome cátedra de Amor.

29. El
diamante
Nació en Italia, pero se fue a los Estados Unidos de joven.
Aprendió malabarismo y se hizo famoso en el mundo entero.
Finalmente, decidió retirarse. Anhelaba regresar a su país,
comprar una casa en el campo y establecerse allí. Tomó todas sus
posesiones, sacó un billete en un barco hacia Italia e invirtió todo
el resto de su dinero en un solo diamante, y lo escondió en su
camarote.

Una vez en la travesía, le estaba enseñando a un niño cómo él


podía hacer malabarismo con muchas manzanas. Pronto se había
reunido una multitud a su alrededor. El orgullo del momento se
le subió a la cabeza. Corrió a su camarote y tomó el diamante,
que entonces era su única posesión. Le explicó a la multitud que
ese diamante representaba todos los ahorros de su vida, para así
generar mayor dramatismo. Enseguida comenzó a hacer
malabarismos con el diamante en la cubierta del barco. Estaba
arriesgando más y más. En cierto momento lanzó el diamante
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Parábolas de la Vida
muy alto en el aire y la muchedumbre se quedó sin aliento.
Sabiendo lo que el diamante significaba, todos le rogaron que no
lo hiciera otra vez. Impulsado por la excitación del momento,
lanzó el diamante mucho más alto. La multitud de nuevo perdió
el aliento y después respiró con alivio cuando recuperó el
diamante.

Teniendo una total confianza en sí mismo y en su habilidad, dijo a


la multitud que lo lanzaría en el aire una vez más. Que esta vez
subiría tanto que se perdería de vista por un momento. De nuevo
le rogaron que no lo hiciera. Pero con la confianza de todos sus
años de experiencia, lanzó el diamante tan alto que de hecho
desapareció por un momento de la vista de todos. Entonces el
diamante volvió a brillar al sol. En ese momento, el barco
cabeceó y el diamante cayó al mar y se perdió para siempre.

Reflexión:
¿Hacemos malabarismos con nuestra vida?
¿Eres temerario y te expones al peligro o eres prudente y
reconoces que no todo lo puedes?

Cita bíblica:
“Por tanto, amadísimos míos, qe siempre me han escuchado,
sigan procurando su salvación con temor y temblor; y si lo
hicieron cuando me tenían presente, háganlo más todavía
cuando estoy lejos.” Fil.2,12

Oración:
“Si conociéramos el don de Dios...”
Si entendiéramos el amor que Dios nos tiene
Y lo que vale nuestra vida, la gracia que Dios ha puesto en
nosotros no malagastaríamos el tiempo haciendo malabares...
Custodiaríamos nuestro diamante, Señor.

30. El
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Parábolas de la Vida

elefante
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y
lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la
atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía
despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después
de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el
elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que
aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el
suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera


apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la
cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal
capaz de arrancar un árbol de tajo con su propia fuerza, podría,
con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía
cinco o seis años, pregunté a algún maestro, a mi padre o a algún
tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el
elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice
entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo
encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta
coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la
estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros
que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había
sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El
elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca
parecida desde que era muy pequeño". Cerré los ojos y me
imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro
de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó
tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La
estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió
agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro y
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al que seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia,
el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este
elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que no
puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquélla
impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es
que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... Jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos


por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer"
simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca
podré", perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede
contar un ser humano: la fe.

Reflexión:
¿Cuáles son mis ataduras? ¿Qué fracasos han cortado tus alas y
te han hecho perder la fe en ti mismo?

Cita bíblica:
“Jesús le dijo: ¿Por qué dices si puedes? Todo es posible para el
que cree. Al instante el padre gritó: “Creo, pero ayuda mi poca
fe”. Mc. 9,23-24

Oración:
Señor,
no vengo a pedirte la fe
del que cree que no puede nada.
Dame la fe para creer en mis posibilidades de cambio,
para tener la certeza de que si Tú lo inspiras
pondrás los medios para que yo lo haga.

31. EL GRANO
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Parábolas de la Vida

DE ORO
Iba yo pidiendo, de puerta en puerta,
por el camino de la aldea, cuando tu
carro de Oro apareció a lo lejos, como
un sueño magnífico. Y yo me
preguntaba, maravillado, ¿quién sería
aquel Rey de reyes?

Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé que mis días


malos habían acabado. Y me quedé aguardando limosnas
espontáneas, tesoros derramados por el polvo.

La carroza se paró a mi lado. Me miraste y bajaste sonriendo.


Sentí que la felicidad de la vida me había llegado al fin. Y de
pronto Tú me tendiste tu diestra diciéndome: "¿Puedes darme
alguna cosa?"Ah, qué ocurrencia la de tu realeza, pedirle a un
mendigo! Yo estaba confuso y no sabía qué hacer.

Luego saqué despacio de mi saco un granito de trigo, y te lo di.


Pero qué sorpresa la mía cuando al vaciar por la tarde el saco en
el suelo, encontré un granito de oro en la miseria del montón.
"¡Qué amargamente lloré de no haber tenido corazón para darte
todo!
(Tagore)
Reflexión:
¿Por qué estamos siempre preocupados por lo poco que tenemos
y lo mucho que necesitamos? ¿Qué sucedería si diéramos de lo
que somos sin pensar en recibir nada a cambio?

Cita bíblica:
“Felices los que tienen espíritu de pobre porque de ellos es el
reino de los cielos.” Mt.5,3
“”No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se
preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.”
Mt.7,34

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Oración:

Señor, enséñame a ser generoso,


a dar sin calcular,
a devolver bien por mal,
a servir sin esperar recompensa,
a acercarme al que menos me agrada,
a hacer el bien al que nada puede retribuirme
a amar siempre gratuitamente,
a trabajar sin preocuparme del reposo.

Y, al no tener otra cosa que dar


a donarme en todo y cada vez más
a aquel que necesita de mí
esperando solo de tí
la recompensa.
O mejor: esperando que Tú mismo
seas mi recompensa.

32. El hombre
triste
Había una vez un muchacho que vivía en una
casa grande sobre una colina. Amaba a los
perros y a los caballos, los autos deportivos y
la música. Trepaba a los árboles e iba a nadar,
jugaba al fútbol y admiraba a las chicas
guapas. De no ser porque debía limpiar y
ordenar su habitación, su vida era agradable.

Un día el joven le dijo a Dios: "He estado pensando y ya sé que


quiero para mí cuando sea mayor". "¿Qué es lo que deseas?", le
pregunto Dios. "Quiero vivir en una mansión con un gran porche
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Parábolas de la Vida
y un jardín en la parte de atrás, y tener dos perros San Bernardo.
Deseo casarme con una mujer alta, muy hermosa y buena, que
tenga una larga cabellera negra y ojos azules, que toque la
guitarra y cante con voz alta y clara. Quiero tres hijos varones,
fuertes, para jugar con ellos al fútbol. Cuando crezcan, uno será
un gran científico, otro será político y el menor será un atleta
profesional. Quiero ser un aventurero que surque los vastos
océanos, que escale altas montañas y que rescate personas. Y
quiero conducir un Ferrari rojo, y nunca tener que limpiar y
ordenar mi casa." "Es un sueno agradable - dijo Dios-. Quiero que
seas feliz."

Un día, cuando jugaba al fútbol, el chico se lastimó una rodilla.


Después de eso ya no pudo escalar altas montañas, grandes, y
mucho menos surcar los vastos océanos. Así ni siquiera pudo
trepar árboles, por lo que estudió mercadotecnia y puso un
negocio de artículos médicos. Se casó con una muchacha que era
muy hermosa y buena, y que tenía una larga cabellera negra.
Pero era de corta estatura, no alta, y tenía ojos castaños, no
azules. No sabía tocar la guitarra, ni cantar. Pero preparaba
deliciosas comidas chinas, y pintaba magníficos cuadros de aves,
y cocinaba aves sazonadas con exóticas especias. A causa de su
negocio, el hombre vivía en la ciudad, en un apartamento situado
en lo alto de un elevado edificio, desde el que se dominaba el
océano azul y las luces de la urbe. No contaba espacio para dos
perros San Bernardo, pero era dueño de un gato esponjado.
Tenía tres hijas, todas muy hermosas. La más joven, que debía
usar silla de ruedas, era la mas agraciada. Las tres querían mucho
a su padre. No jugaban al fútbol con él, pero a veces iban al
parque y correteaban lanzando un disco de plástico... Excepto la
pequeña, que se sentaba bajo un árbol y rasgueaba su guitarra,
entonando canciones encantadoras e inolvidables.

Nuestro personaje ganaba suficiente dinero para vivir con


comodidad, pero no conducía un Ferrari rojo. En ocasiones tenía
que recoger cosas, incluso cosas que no eran suyas, y ponerlas en
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su lugar. Después de todo, tenía tres hijas. Y entonces el hombre
se despertó una mañana y recordó su viejo sueño. "Estoy muy
triste", le confió a su mejor amigo. "¿Por qué?", quiso saber éste.
"Porque una vez soñé que me casaría con una mujer alta, de
cabello negro y ojos azules, que sabría tocar la guitarra y cantar.
Mi esposa no toca ni canta, tiene los ojos castaños y no es muy
alta". "Tu esposa es muy guapa y muy buena -respondió su
amigo-, y pinta unos cuadros maravillosos y sabe cocinar muy
bien". Pero el hombre no le escuchaba. "Estoy muy triste", le
confesó a su esposa un día. "¿Por qué?", inquirió su mujer.
"Porque una vez soñé que viviría en una mansión con porche y
un jardín en la parte de atrás, y que tendría dos perros San
Bernardo. En lugar de eso, vivo en un apartamento en el piso 47".
"Nuestro apartamento es cómodo y podemos ver el océano
desde el sillón de la sala de estar -repuso ella-, y nos queremos, y
tenemos pinturas de aves y un gato esponjado..., por no
mencionar a nuestras tres hermosas hijas. Pero su marido no la
escuchaba. "Estoy muy triste", le dijo en otra ocasión a su
psicoterapeuta. "¿Por que razón?", preguntó el especialista.
"Porque una vez soñé que era un gran aventurero. En vez de ello,
son un empresario calvo, con la rodilla lesionada".

"Los artículos médicos que usted vende han salvado muchas


vidas", le hizo notar el médico. Pero el hombre no le escuchaba.
Así que el terapeuta le cobro 100 dólares y lo mandó a casa.
"Estoy muy triste", le dijo a su asesor. "¿Por qué?", indagó éste.
"Porque una vez soñé que conduciría un Ferrari rojo y que nunca
tendría que ordenar mis cosas. En vez de ello, utilizo el
transporte público, y a veces tengo que ocuparme de muchos
quehaceres". "Usted viste trajes de calidad, come en buenos
restaurantes y ha viajado por toda Europa", señaló el asesor.
Pero el hombre no le escuchaba. El asesor le cobró 100 dólares
de todos modos. Soñaba con un Ferrari rojo para sí mismo.
"Estoy muy triste", le dijo a su párroco. "¿Por qué?", le preguntó
el sacerdote. "Porque una vez soñé que tendría tres hijos
varones: un gran científico, un político y un atleta profesional.
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Parábolas de la Vida
Ahora tengo tres hijas y la menor ni siquiera puede caminar."
"Pero todas son hermosas e inteligentes -afirmó el párroco-, y te
quieren mucho, y han sabido aprovechar bien su talento: una es
enfermera, otra es pintora, y la más joven da clases de música a
los niños."

Pero el hombre no escuchaba. Se puso tan melancólico que


enfermó de gravedad. Yacía postrado en una blanca habitación
del hospital, rodeado de enfermeras con blancos uniformes.
Varios cables y mangueras conectaban su cuerpo a maquinas
parpadeantes que alguna vez él mismo le había vendido al
hospital. Estaba triste, muy triste. Su familia, sus amigos y su
párroco se reunían alrededor de su cama. Ellos también estaban
profundamente preocupados. Sólo su terapeuta y su asesor
seguían felices.

Y sucedió que una noche, cuando todos se habían ido a casa,


salvo las enfermeras, el hombre le dijo a Dios: "¿Recuerdas
cuando era joven y te hablé de las cosas que deseaba?". "Sí. Fue
un sueño maravilloso", asintió Dios. "¿Por qué no me otorgaste
todo eso?", preguntó el hombre. "Pude haberlo hecho -
respondió Dios-, pero quise sorprenderte con cosas que no
habías soñado. Supongo que has reparado en lo que te he
concedido: una esposa hermosa y buena, un buen negocio, un
lugar agradable para vivir, tres adorables hijas. Es uno de los
mejores paquetes que he preparado...". "Sí -le interrumpió el
hombre-, pero yo creí que me darías lo que realmente deseaba".

"Y yo pensé que tú me darías lo que yo quería", repuso Dios. "¿Y


qué es lo que tu deseabas?", quiso saber el hombre. Nunca se le
había ocurrido que Dios necesitara algo. "Quería que fueras feliz
con lo que te había dado", explicó Dios.

El hombre se quedó despierto toda la noche, pensando. Por fin


decidió soñar un sueño nuevo, un sueño que deseaba haber

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tenido años atrás. Decidió soñar que lo que más anhelaba era
precisamente lo que ya tenía.

Y el hombre se alivió y vivió feliz en el piso 47, disfrutando de las


hermosas voces de sus hijas, de los profundos ojos castaños de
su esposa y de sus bellísimas pinturas de aves. Y por las noches
contemplaba el océano y miraba con satisfacción las titilantes
luces de la ciudad, una a una.

Reflexión:
¿De dónde brotan nuestros incorformismos? ¿Nuestra felicidad
está supeditada a lograr determinadas metas, conseguir
determinadas cosas? ¿Eres capaz de valorar el tiempo presente
sin añorar demasiado lo pasado?

Cita bíblica:
“Felipe dijo: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Jesús le
respondió: Hace tanto tiempo que estoy con ustedes ¿y todavía
no me conoces , Felipe? Jn.14,8-9
“Busquen primero el reino de Dios y su justicia y se les darán
también esas cosas.” Mt.6,33

Oración:
No te voy a pedir lo que no tengo,
me parece, que no es así como lograré la felicidad.
Concédeme, Señor, dar gracias por lo que ya he recibido
que si me fijpo bien, ya es bastante.
Que pueda vivir el tiempó presente
y ser feliz en él.

33. El huevo
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vacío
Jeremy nació con un cuerpo deforme y una mente lenta. A la
edad de 12 años estaba todavía en segundo de primaria,
pareciendo ser incapaz de aprender. Su maestra, Doris Miller, a
menudo se exasperaba con él. Podía retorcerse en su asiento y
soltar gruñidos y otras veces hablaba de manera clara y precisa,
como si un rayo de luz penetrase en la oscuridad de su cerebro.
La mayor parte del tiempo, sin embargo, Jeremy simplemente
irritaba a su maestra.

Un día llamó a sus padres y les pidió que fueran a verla para una
tutoría. Cuando los Forrester entraron en la clase vacía, Doris les
dijo: "Lo que realmente necesita Jeremy es una escuela especial.
No es bueno para él estar con niños menores que no tienen
problemas de aprendizaje. Hay una diferencia de cinco años
entre su edad y la de los otros escolares."

La Sra. Forrester sacó un pañuelo de papel y lloró quedamente,


mientras su marido hablaba: "Srta. Miller, no hay escuelas de ese
tipo en las cercanías. Sería un terrible shock para Jeremy si
tuviésemos que sacarlo de esta escuela. Sabemos que realmente
le gusta estar aquí." Doris permaneció sentada un largo rato
después de que se hubiesen marchado, mirando fijamente la
nieve a través de la ventana. Su frialdad parecía filtrarse hasta su
alma.

Quería simpatizar con los Forrester. Después de todo, su único


hijo tenía una enfermedad terminal. Pero no era justo
mantenerlo en su clase. Ella tenía otros 18 niños a los que dar
clase y Jeremy era una distracción para ellos. Además, él nunca
aprendería a leer y escribir, así que ¿para qué perder más tiempo
intentándolo? Mientras ponderaba la situación, un sentimiento
de culpabilidad se apoderó de ella. "Aquí estoy, protestando,
cuando mis problemas no son nada comparados con esa pobre

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familia", pensó. "Por favor, Señor, ayúdame a ser más paciente
con Jeremy."

Desde ese día, intentó duramente ignorar los ruidos de Jeremy y


sus miradas vacías. Un día, Jeremy se dirigió hasta su mesa,
arrastrando tras de sí su pierna mala: "Te quiero, Srta. Miller",
exclamó lo bastante fuerte para que la clase entera lo escuchase.
Los otros estudiantes soltaron risitas ahogadas y Doris enrojeció.
Balbuceó: "¿Co-cómo? Eso es muy bonito Jeremy. Ahora vuelve a
tu sitio, por favor".

Llegó la primavera, y los niños hablaban animadamente de la


llegada de la Pascua. Doris les contó la historia de Jesús, y para
enfatizar la idea del nacimiento a una nueva vida, dio a cada uno
de los niños un gran huevo de plástico. "Ahora quiero que os lo
llevéis a casa y que lo traigáis de vuelta mañana con algo dentro
que signifique una nueva vida ¿Lo habéis entendido?". "Sí, Srta.
Miller", respondieron entusiásticamente los niños (todos excepto
Jeremy).

Él la escuchó dando muestras de estar comprendiendo lo que


decía. Sus ojos no dejaron de estar fijos en su cara. Incluso ni hizo
sus ruidos habituales. ¿Había entendido el chico lo que ella había
explicado sobre la muerte y resurrección de Jesús? ¿Había
entendido la tarea asignada? Tal vez debiera llamar a sus padres
y explicarles a ellos el proyecto.

Esa tarde, el fregadero de la cocina de Doris se atascó. Llamó a su


casero y esperó durante una hora a que viniera y lo desatascara.
Después tuvo que ir a la tienda a por la compra diaria, planchar
una blusa y preparar un examen de vocabulario para el día
siguiente. Olvidó por completo llamar a los padres de Jeremy.

A la mañana siguiente, 19 niños llegaron a la escuela, riendo y


hablando mientras dejaban sus huevos en la gran cesta de
mimbre sobre la mesa de la Srta. Miller. Tras acabar su lección de
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matemáticas, llegó el momento de abrir los huevos. En el primer
huevo, Doris encontró una flor. "Oh, sí. Una flor es ciertamente
un signo de nueva vida. Cuando las plantas asoman de la tierra,
sabemos que ha llegado la primavera". Una niña pequeña en la
primera fila agitó su brazo. "Ese es mi huevo, Srta. Miller", dijo.

El siguiente huevo contenía una mariposa de plástico, que


parecía muy real. Doris la mantuvo en alto: "Todos sabemos que
una oruga cambia y se transforma en una bonita mariposa. Sí,
también es nueva vida". La pequeña Judy sonrió orgullosa y dijo,
"Srta. Miller, ese es mío". En el siguiente, Doris encontró una
roca con musgo. Explicó que ese musgo también significaba vida.
Billy alzó la voz desde el fondo de la clase: "Mi papá me ayudó",
dijo sonriente.

Entonces Doris abrió el cuarto huevo. Sofocó un grito. El huevo


estaba vacío. Con toda seguridad debe ser de Jeremy, pensó, y
naturalmente, él no había entendido sus instrucciones. Si no
hubiese olvidado telefonear a sus padres...

Para no hacerle pasar un mal rato, con cuidado puso el huevo a


un lado y alcanzó otro. De pronto Jeremy dijo: "Srta. Miller, ¿no
va usted a hablar de mi huevo?". Doris replicó confusa: "Pero
Jeremy, tu huevo está vacío". Él la miró fijamente a los ojos y dijo
suavemente: "Sí, pero la tumba de Jesús también estaba vacía".
El tiempo se paró. Cuando pudo hablar de nuevo, Doris le
preguntó: "¿Sabes por qué estaba vacía la tumba?". "Oh, sí. A
Jesús lo mataron y lo pusieron dentro. Entonces su Padre lo elevó
hacia Él." La campana del recreo sonó.

Mientras los niños corrían animadamente hacia el patio del


colegio, Doris lloró. La frialdad de su interior de desvaneció por
completo. Tres meses más tarde, Jeremy murió. Aquellos que
fueron al cementerio a expresar sus condolencias, se
sorprendieron al ver 19 huevos sobre la tapa de su ataúd. Todos
ellos vacíos.
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Reflexión:
¿Mi adhesión a Cristo es sólo racional? ¿He tomado conciencia de
que lo esencial no se aprende conceptualmente sino que de lo
esencial se hace experiencia?

Cita bíblica:
“Martha dijo a Jesús: “Si hubieras estado aquí, mi hermano no
habría muerto. Pero aún así yo sé que puedes pedir a Dios
cualquier cosa y Dios te la concederá”....Le dijo Jesús: “Yo soy la
resurrección. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.El que
vive, el que cre en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?” Ella
contestó: “Sí, Señor, yo creo que tú eres el cristo, el hijo de Dios, el
que tenía que venir al mundo.” Jn.11,21-22.25-27

Oración:
Jesús: haz mi oración más esencial.
... que cada mañana te descubra en el misterio de mi vida.
...que te sonría cuando sonrío a los míos.
... que te salude esta mañana con más gusto.
...que no olvide compartir mi mesa contigo.
... que me ayudes en esa tarea que no logro concluir.
...que en la noche pueda recordar mis pequeños encuentros
contigo.

34. El mejor
regalo
A un amigo mío llamado David, su hermano le
dio un automóvil como regalo de Navidad. En
nochebuena, cuando David salió de su oficina,
un niño de la calle estaba caminando alrededor del brillante
coche
nuevo admirándolo.

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-¿Este es su coche señor?- preguntó. David afirmó con la cabeza.
- Mi hermano me lo dio en Navidad. El niño estaba asombrado. -
¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó
nada?, Vaya me gustaría... titubeó el niño. Desde luego, David
sabía lo que el niño iba a decir, que le gustaría tener un hermano
así, pero lo que el muchacho realmente dijo estremeció a David
de pies a cabeza. - Me gustaría - prosiguió el niño - poder ser un
hermano así.

David miró al niño con asombro, e impulsivamente añadió: -¿Te


gustaría dar una vuelta en mi auto? - Oh, si, eso me encantaría.
Después de un corto paseo, el niño volteó y con los ojos
chispeantes dijo: - Señor... ¿No le importaría que pasáramos
frente a mi casa?.

David sonrió. Creía saber lo que el muchacho quería. Quería


enseñar a sus vecinos que podía llegar a su casa en un gran
automóvil, pero de nuevo, David estaba equivocado. - ¿Se puede
detener donde están esos dos escalones? - pidió el niño. Subió
corriendo y en poco rato David oyó que regresaba, pero no venia
rápido. Llevaba consigo a su hermanito lisiado. Lo sentó en el
primer escalón, entonces le señaló hacia el coche.

- ¿Lo ves?, Allí está Juan, tal como te lo dije, allí arriba. Su
hermano se lo regaló de Navidad y a él no le costó ni un centavo,
y algún día yo te voy a regalar uno igualito..... entonces podrás
ver por ti mismo todas las cosas bonitas de los escaparates de
Navidad, de las que he estado tratando de contarte.

David, bajó del coche y subió al muchacho enfermo al asiento


delantero. El hermano mayor, con los ojos radiantes, se subió
atrás de él y los tres comenzaron un paseo navideño memorable.
Esa Nochebuena, David comprendió lo que Jesús quería decir
con: "Hay más dicha en dar..."

Reflexión:
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La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Cuáles son los motivos
profundos de mi alegría? ¿Siento que el corazón se me ensancha
cada vez que tengo oportunidad de servir? La lección es clara:
estamos en esta Tierra para hacer felices a los demás.

Cita bíblica:
“Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios,
sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la
humildad, la mansedumbre, la paciencia” Col.3,12

Oración:
Señor,
¿de qué me sirve la vida,
la amistad y la alegría,
si sigo igual que ayer?...
Señor, ¿de qué me sirve escucharte
si no estoy dispuesto a arrimar el hombro
para ser útil a los demás?
Señor, ¿de qué me sirve todo cuanto tengo
si soy egoísta y prefiero quedármelo todo
y no compartirlo con los demás?
Señor , hazme ser servicial, generoso,
comprometido
para que mi ser rebose de alegría
al sentirme útil a los demás.
Tú que arrimaste el hombro,
Porque tú lo hiciste,
enséñame a mí también a hacer lo mismo.

35. El mejor
regalo de
Navidad
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En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del
Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética
(basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron
invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de
bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100
niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados
en cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato.
Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.

Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para


que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia
tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron
a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue
a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un
pesebre.

Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del


orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos
estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar
cada palabra. Terminando la historia, le dimos a los niños tres
pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un
pesebre. A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado
cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído
conmigo pues no habían servilletas de colores en la cuidad.

Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y


colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños
pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de
dormir que había desechado una señora Americana al irse de
Rusia, fue usado para la frazada del bebé. Un bebé tipo muñeca
fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los
Estados Unidos.

Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres,


mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda.
Parecía ir todo bien hasta que llegue a una de las mesas donde
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estaba sentado el pequeño Misha. Lucía tener alrededor de 6
años y ya había terminado su proyecto.

Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver


no uno, pero dos bebés en el pesebre. Enseguida llame al
traductor para que le preguntara al chico porque habían dos
bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre
ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.

Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la


historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta
llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre.
Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la
historia diciendo, “ y cuando María colocó al bebé en el pesebre,
Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le
dije, "no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde
quedarme. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con El.
Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como
habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme
con Jesús, que pensé que podría darle de regalo. Pensé que si lo
pudiera mantenerle caliente, eso fuera un buen regalo.

Le pregunté a Jesús, “ Si te mantengo caliente, sería eso un buen


regalo?” Y Jesús me dijo, “Si me mantienes caliente, ese sería el
mejor regalo que me hayan dado". Así que me metí en el
pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría
quedar con El… para siempre.”

Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se


desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes.
Poniendo su mano sobre su cara bajo su cabeza hacia la mesa y
sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba.

El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo


abandonaría o lo abusará, alguien quien se mantendría con
el…PARA SIEMPRE.
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Parábolas de la Vida

Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que


uno tiene en su vida, si no, a quien uno tiene en su vida. No creo
que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús de
veras le invitó a estar junto a El PARA SIEMPRE. Jesús hace esa
invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón
de niño.

Reflexión:
Dios se manifestó en Belén y se sigue manifestando a cada
instante en nuestro hermano. Muchos niños Jesús siguen
muriendo de frío. No importa el color de su tez, la historia de su
pueblo... Ellos necesitan de ti y de mi.. ¿Cuántas veces miro hacia
el pesebre meditando estas verdades?

Cita bíblica:
“No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena
noticia, que será notivo de mucha alegría para todo el pueblo:
hoy en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador,
que es el Mesías y el Señor.”Miren cómo lo reconocerán: hallarán
a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un
pesebre.” Lc.2,11-12

“El ayuno que me agrada consiste en que rompas las cadenas de


la injusticia ...en que partas tu pan con el hambriento y recibas en
tu casa al pobre sin techo... Si repartes tu pan con el hambriento
y calmas al alma afligida, tu luz resplandecerá en las tinieblas".
Is. 58, 6-10.

Oración:
¡Es Navidad! Y quisiéramos que este día
no pasara jamás.
Enséñanos Señor, a perpetuar tu presencia
espiritual entre los hombres.

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Parábolas de la Vida
¡Es Navidad!
¡Que tu amor encendido en la tierra
queme nuestros corazones y nos amemos
como tú quieres!

Entonces estarás entre nosotros.


y cada día, si nos amamos,
puede ser Navidad.
(Chiara Lubich)

36. El pájaro
moribundo
"Hay una leyenda sobre un pájaro que cantó sólo una vez en su
vida, y lo hizo más dulcemente que cualquier otra criatura sobre
la faz de la tierra. Desde el momento en que abandonó el nido,
buscó lo que siempre le habían negado: un árbol espinoso. No
descansó hasta encontrarlo.

Entonces cantando entre las crueles ramas se clavó el mismo en


la espina más larga y afilada. Y al morir envovió su agonía en un
canto más bello que el de la alondra y el del ruiseñor. Un canto
sublime al precio de la existencia. Todo el mundo enmudeció
para escuchar mientras Dios esbozaba una sonrisa en el cielo,
pues lo mejor sólo se compra con grandes dolores... al menos así
lo dice la leyenda.

Reflexión:
Si bien es cierto que los seres humanos hemos nacido para ser
felices también lo es el que debemos saber afrontar el misterio
del dolor. ¿Doy sentido al sufrimiento que experimento? Más aún,
¿soy capaz de ofrecer mi dolor por otros?

Cita bíblica:
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“No es algo insólito lo que les sucede. Más bien, alégrense de
participar en los sufrimientos de Cristo, pues también se les
concederán las alegrías más grandes el día en que se nos
descubra su gloria.” 1Pe.4,12-13

Oración:
Jesús,
que viviste tu pasión con valentía,
con libertad, con entrega,
enséñame a asumir
mis pequeñas cruces de cada día.

37. El paquete
de galletas
Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que
el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una
hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista,
un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el
tiempo. Buscó un banco en él anden central y se sentó preparada
para la espera. Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a
su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora
observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra,
estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y
comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.

La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero


tampoco dejar pasar aquella situación o hacer como si nada
hubiera pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el
paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la
comió mirándolo fijamente a los ojos. Como respuesta, el joven
tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió.

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La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles
señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo
la mirada en el muchacho. El dialogo de miradas y sonrisas
continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada,
y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, la señora se
dio cuenta de que en el paquete sólo quedaba la última galleta.
"No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba
alternativamente al joven y al paquete de galletas.

Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con


mucha suavidad, la partió en dos y ofreció la mitad de la última
galleta a su compañera de banco. "¡Gracias!", dijo la mujer
tomando con rudeza aquella mitad. "De nada", contestó el joven
sonriendo suavemente mientras comía su mitad.

Entonces el tren anunció su partida... La señora se levantó furiosa


del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de
su asiento vio al muchacho todavía sentado en el anden y pensó:
"¡Qué insolente, qué mal educado, qué será de este mundo con
esta juventud!". Sin dejar de mirar con resentimiento al joven,
sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le
había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se
quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su
cartera, su paquete de galletas intacto.

Reflexión:
¿Qué fácil prejuzgamos! Y qué difícil se nos hace ser “bien
pensados”. Y sin embargo, cuánta falta nos hacen los
pensamientos positivos para poder construir... para poder ser
felices y hacer felices a los demás. ¿Por qué será para nosotros
tan difícil? ¿O es que como versa el dicho: “El ladrón cree que
todos son de su misma condición”?

Cita bíblica:
“Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con
confianza... En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera
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Parábolas de la Vida
el temor...Amemos, pues, ya que él nos amó primero. Si uno dice:
Yo amo a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso.” 1Jn.4,17-
20

Oración:
Señor Jesús,
Tú que siempre pensaste bien de los demás,
Tú que siempre esperaste lo mejor de todos
y por eso fuiste capaz de sacar lo mejor
de cuantos a ti llegaron,
concédeme la gracia de ser “bien pensado”,
de mirar con ojos positivos a mi hermano,
a darle un margen de posibilidad de hacer bien las cosas
y a creer que puede hacerlas.

38.El peor
enemigo
Hubo una vez en la historia del mundo un
día terrible en el que el odio, que es el rey
de los malos sentimientos, los defectos y las
malas virtudes, convocó a una reunión
urgente con todos ellos.

Todos los malos sentimientos del mundo y


los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta
reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito.

Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: "los he reunido


aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien.

Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que


estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin

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embargo todos se preguntaban entre sí quien sería tan difícil de
matar para que el Odio los necesitara a todos.

"Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron


malévolamente pues más de uno le tenía ganas.

El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: "Yo iré, y les
aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal
discordia y rabia que no lo soportará".

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte


del Mal Carácter quedaron tan decepcionados. Lo siento, lo
intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el
Amor la superaba y salía adelante.

Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que


haciendo alarde de su poder dijo: "En vista de que El Mal
Carácter fracasó, iré yo."

Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por


el poder. Eso nunca lo ignorará. Y empezó la ambición el ataque
hacia su víctima, quien efectivamente cayó herida pero después
de luchar por salir adelante renunció a todo deseo desbordado
de poder y triunfó de nuevo.

Furioso el Odio, por el fracaso de la Ambición envió a los Celos,


quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas
y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y
sospechas infundadas. Pero el Amor confundido lloró, y pensó,
que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre
ellos y los venció.

Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más


hirientes compañeros, envió a la frialdad, al egoísmo, a la
cantaleta, la indiferencia, la pobreza, la enfermedad y a muchos
otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía
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desfallecer, tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba. El Odio
convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás:
"Nada que hacer".

El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y


no lo logramos. De pronto de un rincón del salón se levantó un
sentimiento poco conocido, que vestía todo de gris y con un
sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su
aspecto era fúnebre como el de la muerte. "Yo mataré el Amor",
dijo con seguridad.

Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo


que ninguno había podido. El Odio dijo, ve y hazlo.

Tan solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a


llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después
de mucho esperar por fin EL AMOR HABIA MUERTO.

Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el


sentimiento del sombrero gris habló: "Ahí les entrego el Amor
totalmente muerto y destrozado y sin decir más se marchó".
Espera dijo el Odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por
completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir.
¿Quién eres?

El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:


SOY LA RUTINA.
(Carlos García)

Reflexión:
¿Cómo cultivamos nuestras relaciones? ¿Cómo atizamos la llama
de nuestro amor? ¿Cómo renovamos nuestra fe y nuestra
adhesión a Cristo para que nuestro cristianismo no muera?

Cita bíblica:

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“Te basta mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad. Con mucho gusto, pues, me preciaré de mis debilidades
, para que me cubra la fuerza de Cristo. Por lo cual, por amor a
Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias, porque cuando soy debil, entonces
soy fuerte.” (2 Cor. 12.9-10)

Oración:
Tú no eres Señor de la rutina
sino de la novedad.
Tú no eres un Dios que se repite
sino que te vas reinventando cada vez.
Tú no eres un Padre que amas a “todos”,
Tú amas a “cada uno”.
Renueva nuestro amor,
renueva nuestro asombro,
renueva nuestra alegría de servirte y de encontrarte.

39. El portal
de oro
En una ciudad nacieron dos hombres, el
mismo día, a la misma hora en el mismo
lugar. Sus vidas se desarrollaron y cada uno
vivió muchas experiencias diferentes. Al final
de sus vidas ambos murieron el mismo día, a
la misma hora, en el mismo lugar. De
acuerdo a la leyenda se dice que al morir tenemos que pasar por
un gran portal de oro puro, donde allí un guardián, nos hace
ciertas preguntas para permitirnos pasar. El primer hombre llegó
y el guardián le pregunta: Qué fue de tu vida? El responde:
"Conocí muchos lugares, tuve muchos amigos, hice negocios que
produjeron grandes riquezas, mi familia tuvo lo mejor y trabaje
duro". El guardián le pregunta: "¿Qué traes contigo?" Él

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responde: "Todo ha quedado allí, no traigo nada". Ante esto, el
guardián responde: "Lo siento, no puedes pasar debido a que no
traes nada contigo".

Al escuchar estas palabras el hombre, llorando y con gran pena


en su corazón, se sienta a un lado a sufrir el dolor de no poder
entrar. El segundo hombre llegó y el guardián le pregunta: "¿Qué
fue de tu vida?". Él responde: "Desde el momento en que nací,
fui un caminante, no tuve riquezas, sólo busqué el amor en los
corazones de todos los hombres, mi familia me abandonó y en
realidad nunca tuve nada." El guardián le pregunta:
"¿Encontraste lo que buscabas?". Él le responde: "Sí, ha sido mi
único alimento desde que lo encontré". El guardián responde:
"Muy bien, puedes pasar". Pero ante esta respuesta, el hombre
dice: "El Amor que he encontrado es tan grande que lo quiero
compartir con este hombre sentado al lado del portal, sufriendo
por su fortuna". Dice la leyenda que su amor era tan grande que
fue suficiente para que ambos pasaran por el portal. (Historia
Sufí)

Reflexión:
Muchas veces hemos escuchado las reflexiones sobre la
comunión de los santos, sin embargo, pocas veces tomamos
conciencia de ello. La humanidad, entrelazada en una gran
hermandad... donde no importa mi credo, mi condición, mi
opción política, donde todos me importan porque Dios a todos
ama. ¿Es así nuestro amor?

Cita bíblica:
“Con este ejemplo les he enseñado claramente que deben
trabajar duro para ayudar a los débiles. Recuerden las palabras
del Señor Jesús: Hay mayor felicidad en dar que en recibir.”
Hech.20,35

Oración:
Señor, esta noche se me hace difícil pedirte por todos,
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por los buenos es fácil pedir ¿Verdad?
Pero por los otros... ¿cuándo pido?
Hoy quiero ofrecer mis dificultades
por aquellos que no saben que Tú los amas,
por aquellos que ni siquiera saben
lo infelices que son al no tenerte..
por ellos quiero pedirte hoy.

40. El portero
del botiquín
No había en el pueblo peor oficio que el de portero del botiquín.
Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho,
nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra
actividad ni oficio. Un día se hizo cargo del botiquín un joven con
inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió
modernizar el negocio. Hizo cambios y después cito al personal
para darle nuevas instrucciones.

Al portero, le dijo: "A partir de hoy usted, además de estar en la


puerta, me va a preparar un informe semanal donde registrará la
cantidad de personas que entran día por día y anotará sus
comentarios y recomendaciones sobre el servicio". El hombre
tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero..... "Me
encantaría satisfacerlo, señor -balbuceó- pero yo... yo no sé leer
ni escribir". "¡Ah! ¡Cuánto lo siento!". "Pero, señor, usted no me
puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida". No le dejó
terminar: "Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por
usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga hasta
que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga suerte".

El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había


pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. ¿Qué
hacer? Recordó que en el botiquín, cuando se rompía una silla o
una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo
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sencillo y provisorio. Pensó que ésta podría ser una ocupación
transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que sólo
contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada. Usaría
parte del dinero para comprar una caja de herramientas
completa.

Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días


en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Qué
más da?, pensó, y emprendió la marcha. A su regreso, traía una
hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su
vecino llamó a la puerta de su casa. Vengo a preguntarle si no
tiene un martillo para prestarme. Mire, sí, lo acabo de comprar
pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo...
Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano. Está
bien. A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino
tocó la puerta. Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no
me lo vende? No, yo lo necesito para trabajar y además, la
ferretería esta a dos días de mula. Hagamos un trato -dijo el
vecino- Yo le pagaré los dos días de ida y los dos de vuelta, más el
precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?
Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días... Aceptó. Volvió
a montar su mula.

Al regreso, otro vecino le esperaba en la puerta de su casa. Hola,


vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo? Sí. Yo
necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus
cuatros días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo
de tiempo para el viaje. El ex-portero abrió su caja de
herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un
martillo y un cincel. Le pagó y se fue. "No dispongo de cuatro días
para compras", recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría
necesitar que él viajara a traer herramientas. En el siguiente viaje
arriesgó un poco más del dinero trayendo más herramientas que
las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de
viajes.

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La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron
evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de
herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Alquiló un local para almacenar las herramientas y algunas
semanas después, con una vidriera, el local se transformó en la
primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y
compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le
enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente. Con el tiempo, las
comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar
dos días de marcha. Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero,
podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por
qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron
los clavos y los tornillos....

Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años


aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un
millonario fabricante de herramientas. Un día decidió donar a su
pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir,
las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de
inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la
ciudad, le abrazó y le dijo: Es con gran orgullo y gratitud que le
pedimos que ponga su firma en la primera hoja del libro de
honor de la nueva escuela.. El honor sería enorme -dijo el
hombre-, pero yo no sé leer ni escribir. Soy analfabeto. ¿Usted?,
dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo. ¿Usted construyó un
imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me
pregunto..., ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y
escribir?

Yo se lo puedo contestar -respondió el hombre con calma-. Si yo


hubiera sabido leer y escribir... sería portero del botiquín! Las
adversidades encierran bendiciones. Las crisis están llenas de
oportunidades. Cambiar y adaptarse al cambio siempre será la
opción más segura.

Reflexión:
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Parábolas de la Vida
¿Qué haces ante los contratiempos? ¡Cuántas veces nos
quejamos de las adversidades! El primer obstáculo nos corta las
alas... Si fuéramos más perseverantes... más positivos... nos
daríamos cuenta que los obstáculos están para darnos cuenta de
que podemos saltar.

Cita bíblica:
“Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la
puerta. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se
abrirá la puerta del que llama.” Mt.7,7
“Por lo tanto, hermanos, manténgase firmes y guarden fielmente
las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta. Que los
anime el propio Cristo Jesús, nuestro Señor, y dios, nuestro Padre,
que nos ha amado dándonos en su misericordia un consuelo
eterno y una esperanza feliz. El les dará el consuelo interior y los
hará progresar en todo bien de palabra o de obra.” 2Tes. 2,15-17

Oración:
Gracias,Señor, por las piedras del camino.
Porque en la dificultad me doy cuenta que soy creativo,
paciente y fuerte.
Dame un sentido práctico
para poder afrontar cada día el reto de vivir.
Concédeme caminar...
aunque a mi paso tenga que retirar muchas piedras.

41. El reloj
Un relojito que acababa de ser terminado
por el relojero, fue puesto en una repisa
en la bodega, junto a dos relojes mayores
que estaban muy ocupado marcando los
segundos con su tictac.

- Bien - dijo uno de los relojes al recien llegado --. De modo que
Pastoral Universitaria 93
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Parábolas de la Vida
te hasiniciado con este trabajo. Lo siento por ti. Ahora estas
dando tu tictac con mucho entusiasmo, pero ya te cansaras
cuando hayas marcado treinta y tres millones de tictacs.
- ! Treinta y tres millones de tictacs­ -- dijo asustado el relojito
-Yo jamas podre hacer eso ­ E inmediatamente se detuvo
desesperado. - No seas necio -- le dijo el otro reloj en ese
momento.
¨Por que prestas oidos a tales palabras? La cosa no es asi. Lo
único que tienes que hacer, es dar un tictac en este momento.
Eso es facil, ¨verdad? Enseguida das otro, lo que es tan fácil como
el anterior, y así sucesivamente.

­ Ah ! Si eso es todo - gritó el relojito -, se hace fácilmente, así


que ! aquí voy ­ Y comenzó con nuevo entusiasmo a hacer un
tictac a la vez sin pensar en los meses, ni en los millones. Al final
de un año, había hecho 33,000,000 de vibraciones sin darse
cuenta de ello.

Reflexión:
Cuando se toman las cosas con calma y se vive bien el momento
presente ,sin apresuramientos, sin angustias, podemos
experimentar paz y alegría. Si nos preocupamos por todo lo que
nos resta hacer probablemente nunca lleguemos a estar
satisfechos de lo que hacemos. ¿Por qué me angustio?

Cita bíblica:
“No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios
que te esfuerzo. Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la
diestra de mi justicia" Isaías 41:10
“... Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros...?
Pero no, en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que
nos amó.” Rom. 8,31

Oración:
Señor de las pequeñas cosas,
concédemos vivir en tu presencia
Pastoral Universitaria 94
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Parábolas de la Vida
tratando de vivir en Amor,
ofreciendo con alegría lo poco o mucho que hacemos,
lo que alcancemos a realizar
y lo que escape a nuestras fuerzas
te lo confiamos a Ti.

42. El río helado


Un viajero muy cansado llegó a la orilla de un río.
No había un puente por el cual se pudiera cruzar.
Era invierno y la superficie del río se hallaba congelada.
Obscurecía y deseaba llegar pronto al pueblo que se encontraba
a poca distancia del río, mientras hubiera suficiente luz
para distinguir el camino.

Llegó a preguntarse si el hielo sería lo suficientemente fuerte


para soportar su peso. Como viajaba solo y no había nadie más
en los alrededores, una fractura y caída en el río helado
significaría la muerte; pero pasar la noche en ese hostil paraje
representaba también el peligro de morir por hipotermia.

Por fin, después de muchos titubeos y miedos, se arrodilló y


comenzó, muy cauteloso, a arrastrase por encima del hielo.
Pensaba que, al distribuir el peso de su cuerpo sobre una mayor
superficie, sería menos probable que el hielo se quebrara bajo su
peso.

Después de haber recorrido la mitad del trayecto en esta forma


lenta y dolorosa, de pronto escuchó el sonido de una canción
detrás de sí. De la noche salió un carruaje tirado por cuatro
caballos, lleno de carbón y conducido por un hombre que
cantaba con alegría mientras iba en su despreocupado camino.

Allí se encontraba nuestro cauteloso viajero arrastrándose con


manos y pies, mientras, a su lado, como un viento invernal, pasó

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el conductor con su carruaje, caballos y pesada carga ¡por el
mismo río!
Herb Smith

Reflexión:
¿Cuándo te encuentras con alguna dificultad también te
paralizas? ¿La mayor dificultad eran las aguas congeladas o la
voluntad indecisa? ¿Por qué crees que el segundo hombre
continuó despreocupado por el camino?

Cita bíblica:
“En ti, Señor, confío, que no quede decepcionado. En tu justicia,
tú querrás defenderme, inclina a mí tu oído y sálvame...Yo
siempre en ti esperaré y te alabaré como no se ha hecho nunca”
Sal 71
”Permanezcan firmes en un mismo espíritu y luchen con un solo
corazón por la fe del Evangelio. No se dejen intimidar por los
adversarios.” Filp. 2,27-28

Oración:
A través de las tinieblas que me rodean
condúceme Tú, siempre más adelante.
La noche es oscura y estoy lejos del hogar:
condúceme Tú, siempre más adelante.
Guía mis pasos: no puede ver ya lo que se dice ver allá abajo,
un solo paso cada vez es bastante para mí.
Yo no he sido siempre así, ni tampoco he rezado siempre
para que Tú me condujeras.
Deseaba escoger y ver mi camino, pero ahora,
condúceme Tú, siempre más adelante.

43. El roble
Había una vez, algún lugar que podría ser
cualquier lugar, y en un tiempo que
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podría ser cualquier tiempo, un hermoso
jardín, con manzanos, naranjos, perales y
bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol


profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía
quién era."

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, si


realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas.
"¿Ves que fácil es?"

No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves


que bellas son?" Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le
sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada
vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al


ver la desesperación del árbol, exclamó: No te preocupes, tu
problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres
sobre la tierra. Yo te daré la solución: "No dediques tu vida a ser
como los demás quieran que seas...Sé lo que Dios quiere que
seas, y para lograrlo, escúchalo." Y dicho esto, el búho
desapareció. ¿Lo que Dios quiere que sea...? Se preguntaba el
árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió...

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo
escuchar: "Tú jamás darás manzanas porque no eres un
manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal.
Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar
cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes
una misión "Cúmplela".

Y el árbol se sintió fuerte y seguro y se dispuso a ser todo aquello


para lo cual había sido creado.

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Parábolas de la Vida
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por
todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Reflexión:
¿Sabes quién eres y para qué estás puesto en este mundo? Saber
para lo que hemos sido creados es indispensable si queremos ser
felices. ¡Cuántos jóvenes se pierden en la masa y olvidan su
unicidad y peculiaridad! Habría más alegría si descubriésemos
nuestra dignidad y si viviéramos según nuestra condición: hijos de
Dios.

Cita bíblica:
“Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor.
Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la luz es la
bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al
Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al
contrario, pónganlas en evidencia.”. Ef. 5,8-11

Oración:
Me miro por dentro y me pregunto:
¿Para qué me creaste, Señor?
¿Qué planes tienes para mi?
Descubro mis limitaciones y también mis riquezas.
Toma mi vida, toma mis manos.
Hazme a tu imagen,
que te puedan ver al mirarme a mí.

44. El sabio
y el rey
Existió un Rey que tenía un sabio; un
hombre anciano de avanzada edad, pasos lentos y larga barba
blanca. El Rey para cualquier acción o decisión que tomara
siempre se refería primero a su sabio, en ningún momento
dudaba en consultarle siempre los problemas y las cosas que
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Parábolas de la Vida
sucedían en su reino, sintiéndose siempre seguro de que todo le
decía salía siempre bien.

Hasta que un día el sabio por su avanzada edad enfermó de


gravedad... en su lecho de muerte el Rey desesperado le decía: -
Sabio y viejo amigo, ¿Qué voy hacer sin ti cuando tú no estés?,
¿Quién me dará sus sabios consejos y me ayudará cuando tenga
problemas que no pueda resolver?... ¿Qué haré... qué haré?

El sabio al ver su desesperación le entregó un anillo que tenía un


compartimiento secreto, pero le dijo que sólo y únicamente
cuando tuviera un problema que fuera imposible resolverlo...
solo así lo abriera y allí encontraría la respuesta.
El sabio murió y pasaron muchos años; al Rey en varias
ocasiones se presentaron múltiples problemas.

En varias ocasiones estuvo a punto de romper el sello y abrir el


compartimiento de la sortija, sin embargo, no lo hizo,
posponiéndolo para un problema mayor que no pudiera ser
resuelto.

Siguió pasando el tiempo y un día al Rey se le presentó un


problema tan grande que no podía resolver. Pasaron los días
tratando de resolverlo, hasta que no pudo más. Se acordó de lo
que le dijo el sabio: ¡solo ábrelo cuando tengas un problema que
pienses que no tenga solución!

El Rey rompió el sello y abrió el compartimiento secreto.


Adentro había un papelito que decía: Esto también pasará.

Reflexión:
¿Qué haces cuando sientes que los problemas ya no tienen
solución? ¿Eres de los que fácilmente te das por vencido?

Cita bíblica:
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“Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su
fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que
puedan resistir las maniobras del diablo... Por eso, pónganse la
armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y
mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.” Ef.6,10-13

Oración:
Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino sólo cuestas que subir,
cuando tenga poco haber, pero mucho que pagar,
y precise sonreír aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor me agobie y no pueda ya sufrir,
permíteme, Señor, descansar ¡pero nunca desistir!

45. El secretario
personal
de Dios
Néstor llegó a las puertas del cielo. Golpeó y
esperó a que le abrieran, pero nadie contestó.
Entonces, un poco asombrado por no obtener
respuesta alguna, acercó su oído a la puerta para ver si
escuchaba algo y, al apoyarse, la empujó y ésta se abrió
fácilmente.

Entró en un gran espacio celestial y comenzó a mirar para todos


lados buscando a alguien. A lo lejos, vio aparecer, sobre una
nube, a un hombre. Gritó de tal forma para llamarle la atención,
que casi lo hizo caer.

-¡Señor, señor! ¿Me puede decir qué tengo que hacer? Acabo de
llegar, soy nuevo aquí en el cielo y resulta que no encuentro a
nadie. ¿Pasó algo? Yo me imaginaba que iba a estar lleno de
gente, y parece que todos se fueron.
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Parábolas de la Vida
-Lo que pasa es que hoy estamos todos muy ocupados, pero
quédese tranquilo, seguramente, en pocos minutos, aparecerá
el secretario personal de Dios y lo guiará hasta él, para que lo
conozca.
-¿Cómo voy a reconocerlo? -preguntó Néstor.
-Es muy fácil, es....
Pero el hombre ya se había alejado, y él no pudo escuchar el
final de la frase.

Néstor se quedó esperando. Estaba inquieto, pero se puso a


pensar que, en realidad, no tenía que resultarle difícil reconocer
al secretario personal de Dios. Él había pasado su vida rodeado
de gente importante, que tenía secretarios muy eficientes, y, por
lo tanto, conocía sus características y sabía cómo eran. Siendo
Dios alguien mucho más importante, su secretario también lo
sería.

Mientras esperaba, el lugar se fue llenando de gente que iba y


venía. Entre ellos, le pareció reconocer a una señora que había
trabajado en su oficina, en el área de mantenimiento, pero,
como no quería distraerse, miró para otro lado y se escondió
entre la gente.

Esperó.. ., esperó .... hasta que la sala quedó nuevamente


desierta. De pronto, la señora que Néstor había reconocido
volvió a aparecer:

-Por fin lo encuentro, desde hace varias horas estoy buscando.


¿Cómo está? ¿Se acuerda de mí?
Néstor no pudo mentir (recordemos que estaba en el cielo) y le
dijo que la había visto, pero que no se acercó a saludarla, porque
estaba preocupado esperando al secretario de Dios.
-A propósito, ¿usted sabe dónde puedo encontrarlo?
-preguntó.
La señora le contestó:
-Sí, soy yo.
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Parábolas de la Vida
-¡Gulp! Disculpe... Lo que pasa...

No se preocupe, Néstor. No es la primera vez que me pasa. Es


más, casi nunca me reconocen. Me ocurre tan a menudo y desde
hace tanto tiempo, que un día yo misma le dije a Dios que no
tengo la imagen habitual de las secretarias y le propuse que
eligiera a alguien más acorde con su categoría. Sin embargo, me
contestó que a él la imagen no le dice nada, porque sus ojos no
ven de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera.
(Cuentos rápidos para leer despacio )

Reflexión:
Mirar el corazón y no las apariencias: he ahí la enseñanza. No
dejarnos llevar por lo aparente, por lo que brilla, ser capaces de
mirar lo esencial , lo que muchas veces no se ve. Y tú, ¿te dejas
llevar por las apariencias?

Cita bíblica:

"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce


mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad" Sal.
139:23-24

“Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios tendiendo las


manos hacia un Dios extranjero, ¿no es cierto que Él "conoce los
secretos del corazón?" Salmo 44:21
"El señor conoce los planes de los hombres y sabe que sólo
viento son." Salmo 94:11

Oración:
Hoy te suplico, Señor
que me cures la ceguera del prejuicio
que me impide verte en mis hermanos,
que se engaña con lo que relumbra,
que cree ver y que me envuelve en la oscuridad.

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Parábolas de la Vida
¡Haz que vea, Señor, con el corazón!

46. El sembrador
de dátiles
En un oasis escondido entre los más lejanos
paisajes del desierto, se encontraba el viejo
Eliahú de rodillas, a un costado de algunas
palmeras datileras.

Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis


a abrevar sus camellos y vio a Eliahú transpirando, mientras
parecía cavar en la arena.

Qué tal anciano? La paz sea contigo.


-Contigo -contestó Eliahú sin dejar su tarea.
¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
Siembro -contestó el viejo.
Qué siembras aquí, Eliahú?
Dátiles -respondió Eliahú mientras señalaba a su alrededor el
palmar.
¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien
escucha la mayor estupidez comprensivamente-. El calor te ha
dañado el cerebro, querido amigo. ven, deja esa tarea y vamos a
la tienda a beber una copa de licor.

No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...


Dime, amigo: ¿cuantos años tienes?
No se... sesenta, setenta, ochenta, no sé.. lo he olvidado... pero
eso, que importa?
Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en
crecer y recién después de ser palmeras adultas están en
condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo
sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que

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Parábolas de la Vida
difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy
siembras. Deja eso y ven conmigo.

-Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que
tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que
otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y
aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena
terminar mi tarea.

Me has dado una gran lección, Eliahú, déjame que te pague con
una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste - y
diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de
cuero.

-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tu


me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara.
Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de
sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un
amigo.

-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran


lección que me das hoy y es quizás más importante que la
primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra
bolsa de monedas.

-Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano


mirando las dos bolsas de monedas-: sembré para no cosechar y
antes de terminar de sembrar ya coseché no solo una, sino dos
veces.

-Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas


tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para
pagarte...
(Jorge Bucay, Cuentos para pensar)
Reflexión:

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Parábolas de la Vida
¿Qué siembras tú cada día? ¿Eres responsable de lo que
siembras?

Cita bíblica:
“El que siembra la semilla buena es el hijo del Hombre. El campo
es el mundo. La buena semilla es la gente del reino. La maleza es
la gente del Maligno.” Mt.13,37-38

Oración:
Quiero ser sembrador de paz:
con mi alegría de vivir,
con mi ilusión de trabajar
con mis ansias de superación,
con mi canción que dé esperanza,
con mis palabras que animen a otros,
con mis manos dispuestas a compartir
lo mucho o poco que tengan;
con mis ojos que buscan el cielo limpio;
con mis pies dispuestos a caminar
con mi corazón encendido
y dispuesto a dejar para cada hombre
un sitio donde compartir alegrías y penas.

Estoy convencido de que si cada hombre


fuera un sembrador de paz,
el mundo sería muy distinto.
Por eso quiero empezar por mí
y no dejar el trabajo a los otros.
Quiero ofrecer mi mano al que quiera
para que al sentir su calor
me ayude a ser sembrador de paz.

47. El silencio
de Dios
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Una antigua leyenda noruega nos habla de un hombre llamado
Haakon, que cuidaba una ermita. A ella acudía la gente a orar con
mucha devoción. En esta ermita había una cruz muy antigua.
Muchos acudían ahí para pedirle a Cristo algún milagro. Un día el
ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Le impulsaba un
sentimiento generoso. Se arrodilló ante la cruz y dijo: "Señor,
quiero padecer por Ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero
reemplazarte en la Cruz." Y se quedó fijo con la mirada puesta en
la imagen, como esperando la respuesta.

El Señor abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto,


susurrantes y amonestadoras: "Hermano mío, accedo a tu deseo,
pero ha de ser con una condición." "¿Cuál Señor? -preguntó con
acento suplicante Haakon-. Es una condición difícil? ¡Estoy
dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!". "Escucha. Suceda lo
que suceda, y veas lo que veas, has de guardarte en silencio
siempre". Haakon contesto: "¡Te lo prometo, Señor!". Y se
efectuó el cambio.

Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado


con los clavos en la Cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon.
Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo
nada, pero un día, llegó un rico, después de haber orado, dejó allí
olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada
cuando un pobre, que vino dos horas después y se apropió de la
cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se
postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de
emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a entrar
el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el
muchacho se la había apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo
iracundo: "¡Dame la bolsa que me has robado!".

El joven sorprendido replicó: "¡No he robado ninguna bolsa!".


"No mientas, devuélvemela enseguida!". "¡Le repito que no he
cogido ninguna bolsa!". El rico arremetió furioso contra él. Sonó
entonces una voz fuerte: "¡Detente!". El rico miró hacia arriba y
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Parábolas de la Vida
vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer
en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa
acusación. Éste quedó anonadado y salió de la ermita. El joven
salió también porque teníia prisa para emprender su viaje.
Cuando la ermita quedó a solas, Cristo se dirigió al monje y le
dijo: "Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has
sabido guardar silencio". "¿Señor, como iba a permitir esa
injusticia?". Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó
ante la cruz. El Señor siguió hablando: "Tu no sabías que al rico le
convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la
virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía
necesidad de ese dinero. En cuanto al muchacho que iba a ser
golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que
para él resultaría fatal. Ahora, hace unos minutos acaba de
zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tu no sabías nada. Yo sí
sé. Por eso callo." Y el Señor nuevamente guardó silencio.

Muchas veces nos preguntamos por qué razón Dios no nos


contesta, por qué razón Dios se queda callado. Muchos de
nosotros quisiéramos que Él nos respondiera lo que deseamos
oír, pero Dios no es así. Dios nos responde aún con el silencio. Él
sabe lo que está haciendo.

Reflexión:
Cuando queremos ser como Dios entonces comienzan nuestros
razonamientos: si es justo..., si es conveniente..., por qué Dios lo
permite... tratamos de medir a Dios con nuestra cabeza y lo que
es más peligroso, con la medida de nuestro corazón. ¿ambién tú
quieres cuestionar su bondad, entender su perdón, interpretar el
mal y el sufrimiento? ¿Es que acaso queremos hacernos un dios a
nuestra medida?

Cita bíblica:
“Pedro miró atrás y vio que lo seguía el discípulo al que Jesús
amaba, el que en la cena se había inclinado sobre su pecho... Al
verlo, Pedro preguntó: ¿Y qué va a ser de éste? Jesús, le contestó:
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Parábolas de la Vida
Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta,¿a ti que te
importa? Tú, sígueme.” Jn.21,20-22

Oración:
Señor, presente siempre en mis días,
aunque yo te vea no dejes de mirarme,
aunque yo no te escuche no dejes de hablarme,
aunque yo no te sienta no dejes de acompañarme,
de sostenerme, de guiarme,
y cuando yo no te hable porque piense que no me escuchas
interpreta mi dolor..., mi desconcierto...
y no te apartes de mí.

48. EL TÚNEL
Un hombre estaba pasando por un momento
especialmente malo de su vida. Anímicamente
se sentía decaído y en los últimos tiempos,
todo le había salido pésimo. Por eso decidió
tomarse unos días de vacaciones y salir a
pasear con su familia, por el interior del país.

Una vez arreglados los detalles y ya en la ruta, su mente


recorrió, todos los sinsabores que la vida, le había deparado
durante los últimos meses. La esposa iba sentada en el asiento
del acompañante, y sólo rompía su silencio para retar al hijo que
saltaba en el asiento trasero. La tristeza de su marido, había
terminado por contagiársele.

El, mientras manejaba, empezó a recordar otros episodios más


lejanos en el tiempo: su casamiento por Iglesia, el bautismo de
su hijo, la educación cristiana que se propuso darle, las
reuniones en la parroquia, y otras cosas que él había ofrecido a
Dios. Esas imágenes aparecieron en su mente porque se
contradecían con lo terrible que era su vida en los últimos
tiempos.
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La muerte de sus padres, los problemas laborales y económicos,


la ruptura de amistades, la pérdida del segundo embarazo de su
esposa y los problemas familiares, entre otras cosas, lo sumieron
en una gran oscuridad que le hizo replantearse un montón de
cosas, entre ellas su relación con Dios.

Si Dios había estado con él tanto tiempo, ¿por qué lo había


abandonado? ¿Sería que nunca lo había acompañado? ¿Sería
que vivió engañado, con un Dios que lo había dejado librado a su
suerte? o ¿sería una ilusión y Dios era un invento que nunca en
realidad existió?

Mientras se desgarraba por dentro con sus razonamientos, el


hijito disfrutaba enormemente de los rayos del sol que entraban
por el vidrio trasero. Hacía sombras con sus pequeñas manos y
oía como su padre protestaba por la congestión de tránsito en la
ruta, en lugar de sonreír (como solía hacer antes) con sus juegos.

De repente, el niño abrió grande sus ojitos, pues entraron en un


túnel y como el tránsito estaba lento, tardaban en salir de él.
Pasaban los minutos, y para el niño eran siglos, pues extrañaba
la luz que le producía alegría. Su preocupación iba en aumento.
En su hermosa inocencia y candidez se preguntaba si alguna vez
volvería a ver el sol; y aunque no fuera tal, se sentía en la más
absoluta oscuridad. La tristeza y el miedo se fueron apoderando
de él, y hasta sentía ganas de "regañar" al sol por no estar allí.

Cuando estuvo a punto de largarse a llorar, un brillante rayo de


luz lo estremeció. El túnel había quedado atrás. La luminosidad
le parecía enormemente más fantástica que antes, pues el
tiempo de oscuridad le hacía disfrutar ahora, mucho más de la
luz. Y mirando hacia atrás, veía al enorme sol, que siempre había
estado brillando sobre el túnel.

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Parábolas de la Vida
Entonces, con gran alegría, dijo al papá: ¡Que tonto! Pensé que
el sol no estaba más. Y el padre, luego de unos segundos, volvió
a sonreír.
(En El Dios Escondido, José Manuel Balabanian,)

Reflexión:
¿En quién depositas tu confianza? ¿Tienes la convicción de la
presencia de Dios en tu vida? ¿En qué ocasiones tu fe tambalea?

Cita bíblica:
“Tengan confianza, yo he vencido al mundo” Jn.16,33b
“Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios, nuestro
Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra única esperanza...” 1Tim.1,1
“Al mismo tiempo nos sentimos seguros incluso en las
tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la
paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza,
la cual no quedará frustrada...” Rom.5,5

Oración:
A través del túnel
veo tu reflejo, Señor
y sé que vas conmigo.
En las adversidades
siento tu compañía
y camino seguro.
Camina a mi lado, Señor.

49. El vendedor
de semillas
Un joven soñó que entraba en un supermercado
recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió
que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador.
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Parábolas de la Vida
¿Qué vendes aquí? - le preguntó.

Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo.

Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado


se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear:

Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y


ausencia de todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo
se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las
injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos
humanos.

Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice: Amigo,


creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos;
solamente vendemos semillas.

Reflexión:
¿Me doy cuenta que no puedo cosechar lo que no he sembrado?
¿Cómo podemos mejorar el mundo si no dejamos que las
semillas que hay en nosotros germinen?

Cita bíblica:
“Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del señor. Miren
cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra,
que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías.
Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la
venida del Señor está cerca.” Stgo.4,7

Oración:
No sé cómo es mi tierra, Señor.
A veces me es difícil saberlo.
La he tomado mil veces en mis manos.
La he estrujado..,la he roto...,
Pero sé que aún no la conozco del todo.
Si fuera pedregosa, Señor, destruye mi dureza, rompe mi roca.
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Parábolas de la Vida
Así podré acoger tu Palabra fecunda.
Si fuera arcillosa, Señor, reblandece mi arcilla,
mézclala con tierra buena permeable,
que deje germinar tu amorosa simiente.
Si fuera superficial, Señor, a flor de nada
añade más tierra, de esa tierra profunda
hecha de fe, de amor y de evangelio,
donde tu puedas sembrar con garantía.
Si estuviera perdida, o sorda,
no dejes de pasar, Señor por ella,
Que es tierra al fin y al cabo...,tierra tuya.

Dios, sembrador de mi ser, sembrador de mi vida,


sembrador de mi fe. Ven a mi tierra con tu Promesa,
ven con tu bien-decir sobre mi tierra.
Entonces ya sabré qué tierra soy.
Entonces yo sabré que soy tu tierra

50. El
visitante
Ruth miró el sobre de nuevo. No llevaba sello,
ni matasellos, sólo su nombre y dirección.
Leyó la carta una vez más...
Querida Ruth. Voy a estar en tu barrio el sábado por la tarde y
me gustaría pasarme a verte. Te quiere siempre, Jesús
Sus manos temblaban mientras dejaba la carta sobre la mesa.
"¿Por qué querría el Señor visitarme a mí? No soy nadie especial.
No tengo nada que ofrecer". Con este pensamiento, Ruth
recordó los estantes vacíos de la cocina. "¡Oh, Dios Santo, no
tengo absolutamente nada que ofrecer. Tengo que ir corriendo a
la tienda para comprar algo para la cena". Cogió el monedero y
contó su contenido. Cinco dólares y cuarenta centavos. "Bueno,

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Parábolas de la Vida
al menos puedo comprar algo de pan y fiambre". Se puso la
chaqueta y se precipitó hacia la puerta.

Una hogaza de pan francés, media libra de pavo en lonchas, y un


cartón de leche... dejaron a Ruth con un total de doce centavos
para pasar hasta el lunes. A pesar de ello, se sentía bien mientras
volvía a casa, con sus escasas ofrendas envueltas bajo su brazo...
"Eh, señora. ¿Puede ayudarnos, señora?" Ruth había estado tan
absorta en sus planes sobre la cena que no había percibido las
dos figuras acurrucadas en el callejón.

Un hombre y una mujer, ambos vestidos con poco más que


harapos. "Mire, señora, yo no tengo trabajo, ¿sabe?, y mi mujer y
yo hemos estado viviendo aquí fuera en la calle, y, bien, ahora
tenemos frío y estamos hambrientos y, bueno, si pudiera
ayudarnos, señora, realmente lo apreciaríamos". Ruth miró a
ambos. Estaban sucios, olían mal y, francamente, estaba segura
de que hubieran podido trabajar en algo si realmente lo
necesitaran.

"Oiga, me gustaría ayudarles, pero yo misma soy también pobre.


Todo lo que tengo son unas pocas lonchas de fiambre y algo de
pan, y voy a tener un invitado importante a cenar esta noche y
planeaba servirle eso a Él". "Ya, bueno, OK, señora, lo entiendo.
Gracias de todas formas". El hombre pasó su brazo por los
hombros de la mujer y volviéndose se adentraron en el callejón.

Mientras los contemplaba irse, Ruth sintió una punzada familiar


en su corazón. "¡Oiga, espere!" La pareja se paró y se dio la
vuelta mientras ella corría por el callejón tras de ellos. "Mire,
¿por qué no toma esta comida. Ya encontraré algo más que
servir a mi invitado". Tendió la cesta de la comida al hombre.
"Gracias, señora. ¡Muchas gracias!". "¡Sí, gracias!" era la esposa
del hombre y Ruth pudo ahora ver que estaba tiritando. "¿Sabe?,
tengo otra chaqueta en casa. Vamos, ¿por qué no coge ésta?"
Ruth se desabrochó la chaqueta y la deslizó sobre los hombros de
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la mujer. Entonces, sonriendo, se giró y caminó de vuelta a la
calle... sin chaqueta y sin nada que servir a su invitado. "¡Gracias,
señora! ¡Muchas gracias!"

Ruth estaba helada cuando llegó a la puerta principal de su casa.


Y preocupada también. El Señor venía de visita y ella no tenía
nada que ofrecerle. Tanteó en su bolso buscando la llave.
Mientras lo hacía, descubrió otro sobre en su buzón. "Qué
extraño. El cartero no acostumbra a venir dos veces al día". Sacó
el sobre del buzón y lo abrió...
Querida Ruth.
Ha sido tan maravilloso verte de nuevo. Gracias por la estupenda
comida. Y gracias también por la preciosa chaqueta.
Te quiere siempre, Jesús
El aire todavía era frío pero, incluso sin chaqueta, Ruth ya no lo
notaba.

Reflexión:
¿Descubro a Dios en mis hermanos? ¿Qué estoy dispuesta a dar
de mí? ¿Crees que la solidaridad es un valor inherente al ser
humano? ¿Y por qué tantos indiferentes?

Cita bíblica:
“Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué
me persigues? Preguntó él: ¿Quién eres tú, Señor? Y él respondió:
Yo soy Jesús a quien tú persigues.” Hech.9,4-5
“En verdad, en verdad les digo:cuando hicieron esto con alguno
de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a
mí.” Mt,25,40

Oración:
Ayúdanos a cambiar, Señor, nuestra mirada mundana, egoísta ,
poco comprometida, temeroso, acomodada.
Ayúdanos a cambiar para mirar las cosas,
el mundo, la vida con tu mirada y desde tus ojos.

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Quítanos las anteojeras que vamos construyendo


a lo largo de los años, que nos aíslan del dolor
y del sufrimiento de los que caminan al lado.
Sacude nuestro corazón para aprender a ver
con los ojos llenos de evangelio y esperanza de reino.

51. El zapatero
Cuentan que un humilde zapatero tenía la
costumbre de hacer siempre sus oraciones
en la mañana, al mediodía y en la tarde. Se
servía de un libro de plegarias porque
no se sentía capaz de dirigirse al
Creador con sus pobres palabras. Un
día, se sintió muy mal porque, estando
de viaje, olvidó su libro.

Nuestro buen zapatero le dijo entonces a Dios: "Perdóname, Dios


mío, porque necesito orar y no sé cómo. Ahora bien, ya que Tú
eres un Padre de amor voy a recitar varias veces el alfabeto
desde la a hasta la z, y Tú que eres sabio y bueno podrás juntar
las letras y sabrás qué es lo que yo te quiero decir".

Cuenta la historia que ese día Dios reunió a sus ángeles en el


cielo y les dijo conmovido que esa era la más sincera y la más
bella de las oraciones que le habían hecho en mucho tiempo.
Una oración con las cualidades de la plegaria que hace milagros,
cierra heridas, ilumina, fortalece y acerca los corazones, es decir,
una plegaria humilde, confiada, sincera y amorosa.

Reflexión:
¿Cómo es mi oración? ¿Con qué confianza me dirijo a Dios? ¿Qué
valor rescato d este zxapatero?

Cita bíblica:
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“Yo les digo que éste último estana en gracia de Dios cuando
volvi´a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande
será humillado y el que se humilla será enaltecido.” Lc.19,14

Oración:
Dame, Señor, la simplicidad de un niño
y la conciencia de un adulto.
Dame Señor, la prudencia de un astronauta
y el coraje de un salvavidas.

Dame, Señor, el idealismo de un joven


y la sabiduría de un anciano.
Dame, Señor, la disponiblidad del buen samaritano
y la gratitud del menesteroso.

Dame, Señor, todo lo bueno que vea en mis hermanos,


a quien colmaste con sus dones.
Haz, señor, que sea imitador de tus santos, o mejor,
que sea como tú quieres.

Haz , Señor, que sea paciente como el pescador


y esperanzado como el cristiano.
Que permanezca en el camino de tu Hijo
y en el servicio a los hermanos. Amén

52. Escogiendo
mi cruz
Cuentan que un hombre un día le dijo
a Jesús: - "Señor: ya estoy cansado de
llevar la misma cruz en su hombro, es
muy pesada muy grande para mi
estatura". Jesús amablemente le dijo: -
"Si crees que es mucho para ti, entra
en ese cuarto y elige la cruz que más se
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adapte a ti". El hombre entró y vio una cruz pequeña, pero
muy pesada que se le encajaba en el hombro y le lastimaba;
buscó otra pero era muy grande y muy liviana y le hacía
estorbo; tomó otra pero era de un material que raspaba;
buscó otra, y otra, y otra.... hasta que llegó a una que sintió
que se adaptaba a él.

Salió muy contento y dijo: - "Señor, he encontrado la que


más se adapta a mi, muchas gracias por el cambio que me
permitiste". Jesús le mira sonriendo y le dice: - "No tienes
nada que agradecer, has tomado exactamente la misma
cruz que traías, tu nombre está inscrito en ella. Mi Padre no
permite más de lo que no puedas soportar porque te ama y
tiene un plan perfecto para tu vida". Muchas veces nos
quejamos por las dificultades que hay en nuestra vida y
hasta cuestionamos la voluntad de Dios, pero Él permite lo
que nos suceda porque es para nuestro bien y algo nos
enseña a través de eso. Dios no nos da nada más grande de
lo que no podamos soportar, y recordemos que después de
la tormenta viene la calma y un día esplendoroso en el que
vemos la Gloria de Dios.

Reflexión:
¿Por qué no confiamos plenamente en Dios y tratamos de
corregir sus planes? ¿Por qué más bien no le pedimos el
discernimiento para darnos cuenta qué debemos hacer?

Cita bíblica:
“Aún no está en mi lengua la palabra cuando, ya tú, Señor,
la conoces entera...Tus ojos veían todos mis días, todos ya
estaban escritos en tu libro y contados antes que existiera
uno de ellos.” Sal 138,4.16

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Oración:
Padre, me pongo en tus manos.
Modela esta arcilla como hace el alfarero con el barro.
Dale forma y después, si así lo quieres, hazla pedazos.
Manda, ordena: ¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que no haga?
Elogiado/a y humillado/a, perseguido/a, incomprendido/a y
calumniado/a, consolado/a, dolorido/a,
inútil para todo, sólo me queda decirte al igual que tu madre,
“Hágase en mí según tu Palabra”.

53. Estar
al lado
Lo más importante que he hecho en la vida tuvo
lugar el 8 de octubre de 1990. Mi madre cumplía
65 anos, y yo había viajado a casa de mis padres
en Massachusetts, para celebrarlo con la familia.

Comencé el día jugando con un antiguo compañero de clase y


amigo mío, al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada
y jugada conversamos acerca de lo que estaba pasando en la vida
de cada cual. Me contó que su esposa y el acababan de tener un
bebé encantador. Mientras jugábamos, un coche se acercó a
toda velocidad, se bajó un hombre que, consternado, le dijo que
su bebé había dejado de respirar y lo habían llevado de urgencia
al hospital. En un instante mi amigo subió al auto y se marchó
dejando tras de sí una nube de polvo.

Por un momento me quedé donde estaba, sin acertar a


moverme, pero luego traté de pensar qué debía hacer: ¿Seguir a
mi amigo al hospital? Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de
nada, pues la criatura seguramente estaría al cuidado de médicos
y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar
las cosas. ¿Brindarle mi apoyo moral? Bueno, quizás. Pero tanto
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él como su esposa provenían de familia numerosas y sin duda
estarían rodeados de parientes que les ofrecerían consuelo y el
apoyo necesario pasara lo que pasara. Lo único que haría sería
estorbar. Además había planeado dedicar todo mi tiempo a mi
familia, que estaba aguardando mi regreso. Así que decidí
reunirme con ellos e ir más tarde a ver a mi amigo.

Al poner en marcha el auto que había alquilado, me percaté que


mi amigo había dejado su furgoneta, con las llaves puestas,
estacionada junto a las canchas. Me vi entonces ante otro
dilema: no podía dejar así el vehículo, pero si lo cerraba y me
llevaba las llaves, ¿qué iba a hacer con ellas? Decidí pues ir al
hospital y entregarle las llaves. Cuando llegué, me indicaron en
qué sala estaban mi amigo y su esposa, como supuse, el recinto
estaba lleno de familiares que trataban de consolarlos. Entré sin
hacer ruido y me quedé junto a la puerta, tratando de decidir qué
hacer. No tardó en presentarse un médico, que se acercó a la
pareja y, en voz baja les comunicó que su hijo había fallecido,
víctima del síndrome conocido como "muerte en la cuna".

Durante lo que pareció una eternidad estuvieron abrazados,


llorando, mientras todos los demás los rodeamos en medio del
silencio y el dolor. Cuando se recuperaron un poco, el médico les
preguntó si deseaban estar un momento con su hijo. Mi amigo y
su esposa se pusieron de pie caminaron resignadamente hacia la
puerta. Al verme allí, en un rincón, los dos se acercaron, y mi
amigo me dio un abrazo y comenzó a llorar. "Gracias por estar
aquí", me dijo. Durante el resto de la mañana, permanecí
sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y
a su esposa sostener en brazos a su hijo sin vida.

Aquella experiencia me dejo tres enseñanzas. La primera es que


aquello ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo
pudiera hacer. Nada de lo que aprendí en la universidad, ni los
seis años que llevaba ejerciendo mi profesión, me sirvió en tales
circunstancias. A dos personas a las que yo estimaba les
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sobrevino una desgracia, y yo era impotente para remediarla. Lo
único que pude hacer fue acompañarlos y esperar el desenlace.

Pero estar allí en esos momentos en que alguien me necesitaba


era lo principal. Lo que hice estuvo a punto de no ocurrir, debido
a las cosas que aprendí en la Universidad y en mi vida
profesional. En la facultad de Derecho me enseñaron a tomar los
datos, analizarlos y organizarlos y después evaluar esta
información sin apasionamiento. Esa habilidad es vital en los
abogados. Cuando la gente acude a nosotros en busca de ayuda,
suele estar angustiada y necesita que su abogado piense con
lógica. Pero al aprender a pensar, casi me olvide de sentir. Hoy,
no tengo duda alguna que debí haber subido al coche sin titubear
y seguir a mi amigo al hospital. La tercera cosa que aprendí es
que la vida puede cambiar en un instante.

Intelectualmente, todos sabemos esto, pero creemos que las


desdichas les pasan a otros. Así hacemos planes y concebimos
nuestro futuro como algo tan real que pareciera que ya ocurrió.
Pero dejamos de advertir todos los presentes que pasan junto a
nosotros, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una
enfermedad grave, toparse con un conductor ebrio y miles de
cosas más pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos.
En ocasiones a uno le hace falta vivir una tragedia para volver a
poner las cosas en perspectiva.

Reflexión:
¿Te dejas sorprender por Dios? ¿Cada día es igual o cuando te
despiertas estás dispuesto a la novedad del día que empieza? ¿Te
mata la monotonía o es que has perdido la capacidad de
descubrir lo que Dios te dice a través de los acontecimientos?

Cita bíblica:

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“Hay amigos que sólo lo son cuando les conviene, pero que no lo
serán en las dificultades...Un amigo fiel es un refugio seguro; el
que lo halla ha encontrado un tesoro.” Sir.6,8.14

Oración:
Ayúdanos, Señor, a ver y a cambiar…
a verte y a optar…
a utilizar esos lentes maravillosos que nos dejaste
para mirar el mudo, la realidad, la vida:
la mirada del Evangelio,
para ver con los ojos de Dios.

54. Historia
de dos
ciudades
Un viajero se aproximaba a una gran ciudad y preguntó a una
mujer que se encontraba a un lado del camino: "¿Cómo es la
gente de esta ciudad?". "¿Cómo era la gente del lugar de donde
vienes?", le inquirió ella a su vez. "Terrible, mezquina, no se
puede confiar en ella... detestable en todo los sentidos",
respondió el viajero. "¡Ah! -exclamó la mujer-, encontrarás lo
mismo en la ciudad a donde te diriges".

Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y


también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad
cercana. De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de
la ciudad de donde provenía. "Era gente maravillosa; honesta,
trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido
que partir.", declaró el segundo viajero. La sabia mujer le
respondió: "Lo mismo hallarás en la ciudad adonde te diriges".
En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como
somos.
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Reflexión:
¿Con qué ojos miro a los demás? ¿Qué es lo primero que
descubro en los otros?

Cita bíblica:
“Por lo demás, hermanos, fíjense en todo lo que encuentren de
verdadero, noble, justo y limpio; en todo lo que es fraternal y
hermoso, en todos los valores morales que merecen alabanza.”
Filp. 4,8
Oración:
Señor, enséñame a ver detrás de cada palabra, de cada
hermano.
Alguien que se esconde.
Que posee la misma profundidad o mayor que la mía.
Con sus sufrimientos y sus alegrías.
Alguien que tiene vergüenza, a veces, de mostrarse tal cual es.
Que no le gusta mostrarse ante los demás
por timidez o porque.... quizá
lo que mostró una vez fue lo mismo que nada.

Señor, hazme descubrir detrás de cada rostro


en el fondo de cada mirada, un hermano,
semejante a Ti y, al mismo tiempo,
completamente distinto de todos los otros.
Quisiera, Señor, tratar a cada uno a su manera,
como Tú lo hiciste con la Samaritana,
con Nicodemo, con Pedro...
como lo haces conmigo.

Quisiera empezar hoy mismo


a comprender a cada uno en su mundo,
con sus ideales
con sus virtudes y debilidades
también, ¿por qué no?...., con sus chifladuras

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Ayúdame, Señor, a ver a todos como Tú los ves.
A valorarlos no sólo por su inteligencia,
su fortuna o sus talentos,
sino por la capacidad de amor y de entrega que hay en ellos.
Que en el Otro te vea a Ti, Señor!
Señor, que te vea detrás de cada rostro.

55.Información,
por favor
Cuando yo era niño, mi padre tenía uno de los
primeros teléfonos de nuestro vecindario. Recuerdo bien la vieja
caja pulida clavada a la pared y el brillante auricular colgado en el
lateral de la caja. Yo era demasiado pequeño para alcanzar el
teléfono, pero solía escuchar con fascinación cuando mi madre
hablaba por él.

Entonces descubrí que en alguna parte dentro de ese maravilloso


dispositivo, vivía una extraña persona - su nombre era
"Información Por Favor" y no había nada que ella no supiese.
"Información Por Favor" podía proporcionarte el nombre de
cualquiera y la hora exacta.

Mi primera experiencia personal con este "genio de la lámpara"


llegó un día mientras mi madre visitaba a un vecino.
Divirtiéndome con el banco de herramientas del sótano, me
aplasté el dedo con un martillo. El dolor era terrible, pero allí no
parecía haber ninguna razón para llorar porque en casa no había
nadie que me pudiese consolar. Caminé de un lado a otro por la
casa chupando mi dedo palpitante y finalmente llegué a la
escalera.

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¡El teléfono! Rápidamente corrí a por el taburete en el recibidor y
lo arrastré hasta el rellano de la escalera. Subiéndome a él,
descolgué el receptor y lo mantuve junto a mi oreja.
"Información Por Favor", dije al micrófono justo sobre mi cabeza.
Un clic o dos y una vocecita clara habló en mi oído.

"Información." "Me he lastimado el dedo. . ." gemí al teléfono.


Las lágrimas llegaron sin demasiado esfuerzo ahora que tenía
audiencia."¿No está tu madre en casa?" preguntó. "Nadie más
que yo está en casa." sollocé. "¿Estás sangrando?" "No,"
repliqué. "Me he golpeado el dedo con el martillo y me duele."
"¿Puedes abrir la nevera?" preguntó. Dije que podía. "Entonces
corta un trocito de hielo y manténlo junto a tu dedo," dijo la voz.

Después de aquello, llamaba a "Información Por Favor" para


cualquier cosa. La llamé para que me ayudara con la geografía y
me dijo donde estaba Filadelfia. Me ayudó con las matemáticas.
Me dijo que mi ardilla, que había cogido en el parque justo el día
de antes, comería frutas y nueces.

Por aquel entonces, Petey, nuestro canario, murió. Llamé a


"Información Por Favor" y le conté la triste historia. Ella escuchó
y después dijo lo que usualmente los adultos dicen para consolar
a un niño.

Pero yo estaba desconsolado. Le pregunté, "¿Por qué los pájaros


pueden cantar tan bellamente y llevar alegría a todas las familias,
solo para acabar como un montón de plumas en el fondo de la
jaula?" Ella debió sentir mi profunda inquietud, porque dijo
sencillamente, "Paul, recuerda siempre que hay otros mundos
donde cantar."

De alguna forma me sentí mejor. Otro día estaba en el teléfono.


"Información Por Favor". "Información," dijo la, ahora familiar,
voz. "¿Cómo se deletrea aprieto?" pregunté. Y todo ello tuvo

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lugar en un pequeño pueblo en el Noroeste de la costa del
Pacífico.

Cuando tenía 9 años me mudé a través del país a Boston. Eché


mucho de menos a mi amiga. "Información Por Favor" pertenecía
a aquella vieja caja de madera allá en casa, y de ningún modo
pensé intentarlo con el increíble y brillante nuevo teléfono
situado en la mesa en el recibidor. Cuando llegué a la
adolescencia, las memorias de aquellas conversaciones infantiles,
en realidad nunca me abandonaron.
A menudo, en momentos de duda y confusión, podía apelar a
una serena seguridad y la tenía. Apreciaba ahora cuan paciente,
compresiva y amable era ella para haber gastado su tiempo en
un niño pequeño.

Unos pocos años más tarde, en mi ruta hacia el oeste hacia la


universidad, mi avión aterrizó en Seattle. Tenía algo así como
media hora entre avión y avión. Pasé alrededor de 15 minutos al
teléfono con mi hermana que entonces vivía allí. Entonces, sin
pensar en lo que estaba haciendo, marqué la operadora de mi
pueblo natal y dije, "Información Por Favor". Milagrosamente, oí
la menuda y clara voz que conocía tan bien, "Información."

No lo había planeado, pero me oí a mí mismo diciendo, "¿Puede


decirme cómo se deletrea aprieto?" Hubo una larga pausa.
Entonces vino la respuesta en voz baja, "supongo que tu dedo ya
debe estar curado." Reí. "Así que realmente eres tú aún," dije.
"Me pregunto si tienes idea de cuánto significaste para mí en
aquel tiempo." "Me pregunto," dijo ella, "si sabes lo mucho que
tus llamadas significaban para mí. Nunca he tenido hijos y solía
esperar tus llamadas." Le dije cuan a menudo había pensado en
ella a lo largo de los años y le pregunté si podía llamarla de nuevo
cuando volviera a visitar a mi hermana. "Por favor, hazlo," dijo.
"Pregunta por Sally."

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Tres meses después estaba de vuelta en Seattle. Una voz
diferente contestó, "Información." Pregunté por Sally. "¿Es usted
un amigo?" dijo ella. "Sí, un muy antiguo amigo," respondí.
"Siento tener que decirle esto," dijo. "Sally había estado
trabajando a tiempo parcial los últimos años porque estaba
enferma. Murió hace cinco semanas." Antes de que pudiera
colgar dijo, "Espere un momento. ¿Dijo que su nombre era
Paul?" "Sí." "Bien, Sally dejó un mensaje para usted. Lo anotó por
si usted llamaba. Déjeme leérselo."

La nota decía, "Dile que aún digo que hay otros mundos donde
cantar. Él sabrá lo que quiero decir." Le di las gracias y colgué.
Sabía lo que Sally quería decir. (Paul Villiard)

Reflexión:
¿Tomamos conciencia del bien que podemos hacer a los otros con
sólo escucharlos? ¿Cuántas veces hemos dejado hacer el bien que
podemos?

Cita bíblica:
“Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo:
Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna? Y él dijo:
¿Qué está escrito de la ley? ¿cómo lees? Y él respondiendo, dijo:
Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y
de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y a tu prójimo
como a ti mismo. Y díjole: Bien has respondido: haz esto, y vivirás.
Mas él, queriéndose justificar a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es
mi prójimo?”Lc.10,25-29

Oración:

Señor, enséñame a ser generoso,


a dar sin calcular,
a devolver bien por mal,
a servir sin esperar recompensa,
a acercarme al que menos me agrada,
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a hacer el bien al que nada pueda retribuirme,
a amar siempre gratuitamente,
a trabajar sin preocuparme por el reposo.

Y, al no tener otra cosa que dar,


en donarme a todo y cada vez más
A aquél que necesita de mí
esperando sólo de Ti
La recompensa.
o mejor: esperando que Tú Mismo
seas mi recompensa.

56. Jerry,
el optimista
Jerry siempre estaba de buen humor, y siempre tenía algo
positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el
respondía: -Si pudiera estar mejor, sería gemelos. Era gerente de
un restaurante, y era un gerente único porque tenía varias
meseras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La
razón por la que las meseras seguían a Jerry era por su actitud: él
era un motivador natural. Si un empleado tenía un mal día, Jerry
estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de
la situación.

Este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a


buscar a Jerry y le pregunté: - No lo entiendo... no es posible ser
una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo haces? Jerry
respondió: - Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo:
"Jerry, tienes dos opciones hoy. Puedes escoger estar de buen
humor o estar de mal humor". Escojo estar de buen humor. Cada
vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o
aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien
viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo
Pastoral Universitaria 127
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Parábolas de la Vida
señalarle el lado positivo de la vida. Escojo señalarle el lado
positivo de la vida. - Sí, claro... pero no es tan fácil - protesté. - Sí
lo es - dijo Jerry -. Todo en la vida es acerca de elecciones.
Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú
eliges como reaccionas ante cada situación. Tú eliges como la
gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen
humor o mal humor. En resumen: ¡tú eliges cómo vivir la vida!

Reflexioné en lo que Jerry me dijo. Poco tiempo después, dejé la


industria de restaurantes para iniciar mi propio negocio.
Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Jerry cuando
tenía que hacer una elección en la vida. Varios años más tarde,
me enteré que Jerry hizo algo que nunca debe hacerse en un
restaurante. Dejó la puerta de atrás abierta una mañana, y fue
asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la
caja fuerte, su mano, temblando por el nerviosismo, resbaló de la
combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon. Con
mucha suerte, Jerry fue encontrado relativamente pronto y
llevado de emergencia a una clínica. Después de 18 horas de
cirugía y varias semanas de terapia intensiva, Jerry fue dado de
alta aún con fragmentos de bala en su cuerpo.

Me encontré con Jerry seis meses después del accidente y,


cuando le pregunté cómo estaba, me respondió: - Si pudiera
estar mejor, tendría un gemelo. Le pregunté que pasó por su
mente en el momento del asalto. Contestó: - Lo primero que vino
a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de
atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos
opciones. Podía elegir vivir o podía elegir morir. Y elegí vivir. -
¿No sentiste miedo? - le pregunté. Jerry continuó: - Los médicos
fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien,
pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en sus
caras y en las de las enfermeras, realmente me asusté... podía
leer en sus ojos que era hombre muerto. Supe entonces que
debía tomar acción... - ¿Y qué hiciste? - pregunté. - Bueno... uno
de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y, respirando
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Parábolas de la Vida
profundo, grité: "¡Sí, a las balas!". Mientras reían, les dije: "Estoy
escogiendo vivir... opérenme como si estuviera vivo, no muerto".
Jerry vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su
actitud.

Reflexión:
¿Cómo afronto la vida? ¿Soy el eternamente derrotado o sé sacar
algo bueno de cada acontecimiento? ¿Soy una persona positiva
que mira el lado bueno de las cosas o siempre estoy quejándome?

Cita bíblica:
“Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros,
mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos, llevando en el cuerpo siempre por
todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de
Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.” 2 Cor. 4,8-10

Oración:
Concédeme, Señor, una buena digestión,
y también algo que digerir.
Concédeme la salud del cuerpo,
con el buen humor necesario
para mantenerla.

Dame, Señor, un alma santa


que sepa aprovechar
lo que es bueno y puro,
para que no se asuste ante el pecado,
sino que encuentre el modo
de poner las cosas de nuevo en orden.

Concédeme un alma que no conozca


el aburrimiento, las murmuraciones,
los suspiros y los lamentos
y no permitas que sufra excesivamente
por ese ser tan dominante
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Parábolas de la Vida
que se llama: YO.

Dame, Señor, el sentido del humor.


Concédeme la gracia
de comprender las bromas,
para que conozca en la vida
un poco de alegría
y pueda comunicársela a los demás.
Así sea. ( Santo Tomás Moro)

57. La botella
Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de
sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin
ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con
una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del
calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja
bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la
manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin
parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia
atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La
miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que
decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el
agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor
tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar".

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena


de agua... ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía
aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba
vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo
del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no,
tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería
desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la
bomba y esperar a que saliese agua fresca... o beber el agua vieja
de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella
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agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables
escritas no se cuánto tiempo atrás?

Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y


comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada
pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de
pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y
finalmente, el agua corrió con abundancia... Agua fresca,
cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez
y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó
de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la
pequeña nota y añadió otra frase: "Créame que funciona, usted
tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente".

Reflexión:
¿Por qué muchas veces tenemos miedo de iniciar un nuevo
proyecto? ¿Te conformas con resultados mediocres por temor a
arriesgar? Si la vida es un desafío, ¿por qué no nos arriesgamos ?

Cita bíblica:
“Nadie me quita la vida, yo la entrego. Libremente la entrego y
libremente también la recobro" Jn.10,18
“No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha
parecido bien daros a vosotros el Reino”. Lc 12,32

Oración:
Señor, dame el coraje de arriesgar
... a parecer un tonto,
.... a parecer sentimental
... a hacer algo por alguien
... a mostrar mi verdadero yo
... a exponer mis ideas y sueños
... a amar
... a vivir
... a esperar
... a lanzarme y talvez equivocarme.
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Parábolas de la Vida
... a ser libre.

58. La caja
dorada
A menudo aprendemos mucho de nuestros hijos. Hace algún
tiempo, un amigo mío regañó a su hija de tres años por gastar un
rollo de papel de envolver dorado. No andaba muy bien de
dinero y se enfureció cuando la niña trató de decorar una caja
para ponerla bajo el árbol de Navidad. A pesar de ello, la
pequeña llevó el regalo a su padre a la mañana siguiente, y dijo:
"Esto es para ti, papá".

Él estaba turbado por su excesiva reacción anterior, pero se


molestó de nuevo cuando vio que la caja estaba vacía. "¿No
sabes que cuando le das a alguien un regalo se supone que debe
haber algo dentro?", le dijo.

La pequeña lo miró con lágrimas en los ojos y dijo: "Oh, papá. No


está vacía. He echado besos en la caja. Todos para ti, papá".

El padre estaba hecho polvo. Rodeó con sus brazos a su pequeña


y le pidió que le perdonara. Mi amigo me dijo que conservó esa
caja dorada junto a su cama durante años. Siempre que estaba
descorazonado, sacaba un beso imaginario y recordaba el amor
de la niña que los había puesto allí.

Reflexión:
Eres consciente de la caja dorada que te han entregado tus seres
queridos? ¿Cómo agradeces el cariño y la dedicación que recibes?

Cita bíblica:

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“En verdad les digo que esa viuda sin recursos ha echado más que
todos ellos, porque todos ellos han echado de lo que les sobra,
mientras que ella, no teniendo recursos, ha achado todo lo que
tenía para vivir.” Lc.21,4

Oración:
Aveces, Señor
se me hace difícil acoger el cariño de los otros,
que cuesta dejarme querer,
y recibir con gratuidad el regalo de tu Amor.
Pido amor, pero no sé darlo.
Pido atención y vivo encerrado en mí mismo.
¡Gracias, Señor, por tu amor!

59. La
calumnia
Había una vez un hombre que calumnió
grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al
ver el éxito que este había alcanzado. Tiempo después se
arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y
visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar
todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo
que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras
y pequeñas y suelta una donde vayas". El hombre muy contento
por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un
día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he
terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que
soltaste. Sal a la calle y búscalas". El hombre se sintió muy triste,
pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste


juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así
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mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya
está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a
tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

Reflexión:
¿Soy responsable de las palabras que salen de mi boca? ¿Suelo
hablan mal de las personas? Y si alguien viene a mí para hablar
mal de otros, ¿soy capaz de dejar morir en mi esas expresiones?

Cita bíblica:
“Si alguno habla que sea palabra de Dios si cumple algún
ministerio, hágalo con el poder de Dios” 1 Pe.4,11
“Hermanos, no se critiquen unos a otros. El que habla mal de un
hermano o se hace su juez, habla contra la ley y se hace juez de la
ley....¿Quién eres tú para juzgar al prójimo?” Stgo. 4,11-12
“El calumniador se ensucia a sí mismo se hace odioso para los
que lo rodean.”Sir. 21,28

Oración:
Que mis palabras, Señor, sean para bendecir,
no para maldecir.
Que al contacto conmigo
las personas queden edificadas.
Que mi juicio sea certero pero no aniquilador.
Que sepa decir a cada uno lo que conviene.
Y que pueda dormir tranquilo esta noche.

60. La caña
de bambú
Había un precioso jardín que, nada más verlo, hacía soñar. Estaba
allí, junto a la casa del Señor. La puerta, siempre abierta, era

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invitación silenciosa para todo aquel que deseara encontrar un
momento de paz y de sosiego. El mismo Señor acudía todas las
tardes a pasear por su jardín.

Siempre se fijaba, era inevitable, en un cañaveral en el que


destacaba una preciosa caña de bambú plantada, con sus
hermanas, en el centro de un rico conjunto de flores y plantas.
Ella y sus compañeras ofrecían, en grupo, un espectáculo
peculiar: daban sombra, eran la imagen de la fortaleza y de la
grandiosidad de la creación. Ciertamente, entre todas las cañas
hermanas, ella la hermosa caña, llamaba la atención por su
esbeltez, altura y elegancia. Toda la gente pensaba que era la
preferida del Señor. Le encantaba verla así: más alta, robusta y
bella que las demás plantas. Era la más fuerte y recia ante los
vientos invernales, e imperturbable ante los calores del verano.
Pronto se dio cuenta de que, ella, la más destacada caña de
bambú, era "especial" para el Señor.

Un día se acercó el Señor al jardín y, como siempre, fue a


contemplar el hermoso conjunto que formaban las cañas
hermanas. Con mucho amor, serenidad y firmeza le dijo a la más
esbelta: "Mi querida caña de bambú, te necesito". Ella no
entendía que el Señor se hubiera dignado a dirigirse
personalmente a ella. Tampoco comprendía por qué el Señor le
había concedido el privilegio de decirle: "Te necesito ". Veía
claramente que el Señor le hablaba con un amor especial. Por
ello no le costó nada responder: "Estoy en tu jardín, Señor, soy
toda tuya..., cuenta conmigo para lo que quieras ".

El Señor escuchaba atentamente la respuesta disponible de la


vigorosa caña de bambú. No esperaba otra cosa de su planta
predilecta. Pero no quería precipitarse en su propuesta, no
quería herirla, ni lastimarla. Deseaba proponerle su proyecto de
amor, de tal manera, que ella lo pudiera aceptar con la misma
ternura que él ponía en sus palabras. Lentamente, como si

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comunicara un misterio prosiguió: "Es que, mi querida caña de
bambú, para contar contigo tengo que arrancarte".

"¿Arrancarme? ¿Hablas en serio? ¿Por qué me hiciste entonces la


planta más bella de tu jardín? ¿Por qué me hiciste crecer junto a
unas cañas hermanas?. Por favor, Señor, cualquier cosa menos
esto ".

El Señor, poniendo más ternura aún en sus palabras, con la


serenidad que sólo viene del amor, no retiró la propuesta: "Mi
querida caña de bambú, si no te arranco no me servirás".

Quedaron un largo rato los dos en silencio. Parecía que no sabían


qué decir. Hasta el viento detuvo su ímpetu respetando el
misterio. Los pajarillos del jardín olvidaron su vuelo y su canto.
Lentamente..., muy lentamente..., la caña de bambú inclinó sus
preciosas ramas y hojas, y dijo con voz muy queda: "Señor, si no
puedes servirte de mí sin arrancarme, arráncame ".

"Mi querida caña de bambú —añadió el Señor—, aún no te lo he


dicho todo. Es necesario que te corte las hojas y las ramas". —
"Señor, no me hagas eso. ¿Qué haré yo entonces en el jardín?
Seré un ser ridículo ". Y otra vez le dijo el Señor: "Si no te corto las
hojas y las ramas no me servirás".

Entonces el sol, estremecido, se ocultó. Los pájaros huyeron del


jardín pues temían el desenlace. Temblando..., temblando..., la
caña de bambú decidida y abandonada sólo pudo decir estas
palabras: "Pues..., córtamelas ".

Continuó el Señor: "Mi querida caña de bambú, todavía me


queda algo que me cuesta mucho pedirte: tendré que partirte en
dos y extraerte toda la savia. Sin eso no me servirás".

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Parábolas de la Vida
La caña de bambú ya no pudo articular palabra. Silenciosa y
amorosamente abandonada, se echó en tierra, ofreciéndose
totalmente a su Señor.

Así el Señor del jardín arrancó la caña de bambú, le cortó las


hojas y las ramas, la partió en dos y le extrajo la savia.

Después la llevó junto a una fuente de agua fresca y cristalina,


muy cercana a sus campos. Las plantas de aquellas tierras del
Señor hacía tiempo se morían de sed, estando tan cerca del agua.
Un pequeño roquedal impedía que el agua llegara a los campos.
Con mucho cariño el Señor ató una punta de la caña de bambú a
la fuente, y la otra la colocó en el campo. El agua que manaba de
la fuente comenzó, poco a poco, a desplazarse hacia las tierras
cercanas, también propiedad del Señor, a través de la caña de
bambú.

El campo comenzó a humedecerse y reverdecer. Cuando llegó la


primavera el Señor sembró arroz. Fueron pasando los días hasta
que la semilla creció, y llegó el tiempo de la cosecha.

Y fue tan abundante que, con ella el Señor pudo alimentar a su


pueblo.

Cuando la caña de bambú era alta y esbelta, la más bella de sus


hermanas, vivía y crecía sólo para sí misma..., hasta se
autocomplacía en su elegancia y esbeltez.

Ahora, humilde y echada en el duro suelo del roquedal, se había


convertido en prolongación de la fuente de vida que el Señor
utilizaba para alimentar su casa y hacer fecundo su Reino.

Reflexión:
¿Alguna vez has sentido que Dios te llama para algo?¿Qué estás
dispuesto a hacer por el Señor?

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Cita bíblica:
“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno
de mí; y el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es
digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de
mi'. El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida
por mí, la encontrará.”Mt.10,37-39

Oración:
Señor, mi vocación
no es una ilusión o fantasía,
me desafía y compromete
para llevarla siempre
en el camino de la vida.

Señor, Tú me has llamado,


para vender lo que tengo
y darlo a mis hermanos.
Haz que sea el alimento
que todos están esperando.

Señor, la vocación,
no es algo que yo me invento;
es parte de los dones
que Tú me pusiste dentro.

Señor, para algo grande o pequeño


Tú me has creado.
Multiplica lo que me diste
en un servicio desinteresado.
(P. Hernán Pérez ,ssp)

61. La carreta
vacía
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Parábolas de la Vida
Caminaba con mi padre cuando él se
detuvo en una curva y después de un
pequeño silencio me preguntó: "Además
del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna
cosa más?". Agudicé mis oídos y algunos
segundos después le respondí: "Estoy
escuchando el ruido de una carreta". "Eso es -dijo mi padre-. Es
una carreta vacía". Pregunté a mi padre: "¿Cómo sabes que es
una carreta vacía, si aún no la vemos?". Entonces mi padre
respondió: "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por
causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido
que hace".

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona


hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos,
siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene,
sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la
impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía
la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad hace poco
ruidosas nuestras virtudes y permitir a los demás descubrirlas. Y
nadie está más vacío que aquel que está lleno de sí mismo.

Reflexión:
¿Qué actitud tomo frente a los demás? ¿ Soy pedante,
autosuficiente, inoportuno o por el contrario cultivo la prudencia
y la sencillez?

Cita bíblica:
“El que vigila sus palabras tendrá larga vida, el que habla sin
parar, se perjudicará.” Prov. 13,3

Oración:
Un día quisiera que podamos tener, Señor:
La Humildad
para saber que no estamos solos en el mundo…

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La Generosidad
para permitir a los demás tener lo que se merecen…
La Templanza
para controlar nuestros impulsos más apasionados…
La Bondad
para tolerar los errores de nuestros semejantes…
La Moderación
para satisfacer nuestras necesidades…
La Caridad
para ayudar a quienes no pueden ayudarse…
La Diligencia
para hacernos útiles en este mundo …

62. La
diferencia
Cuentan que una vez un hombre mayor caminaba por la playa
contemplando el mar, cuando a lo lejos vio una figura de un
hombre que parecía bailar.

Se apresuró para acercarse más a esa persona y ver exactamente


lo que hacía.Cuando se acercó se dio cuenta que no estaba
bailando sino tomando estrellas de mar y arrojándolas mar
adentro tan fuerte como podía.

Le pregunta entonces: "¿Qué haces mi joven amigo?". Este


respondió: "La tarde está cayendo y la marea bajando, si no
arrojo estas estrellas al mar morirán, así que las estoy enviando
dentro del mar otra vez".

El hombre mayor sonrió irónicamente y le dijo: "Pero hay miles


de playas en todo el mundo, donde miles de estrellas de mar
morirán. ¿Crees tú que con eso harás la diferencia?".

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Parábolas de la Vida
El joven se detuvo por un momento, suspiró, tomó otra estrella,
la arrojó y dijo: "¡Bueno, acabo de hacer la diferencia para esa!".

Reflexión:
¿Crees en la filosofía de las pequeñas cosas?¿Por qué habrá dicho
Jesús que el que es fiel en lo poco es fiel en lo mucho?

Cita bíblica:
“Tú al contrario, cuando ayudes, que tu mano izquierda no sepa
lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en oculto; de
este modo, tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará" Mt.
6,3

Oración:
Sé el deseo de tu corazón, Señor:
Más personas que hagan algo por mejorar las cosas,
menos que las desaprueben.

Más personas que actúen, menos que hablen.


Más personas que digan: ¡Puede hacerse!
menos que digan:¡No puede hacerse!
Más personas que inspiren confianza a los demás,
menos que arrojen un chorro de agua fría
sobre los que han dado aunque sea un sólo paso
en la dirección correcta.

Más personas que se interesen en las cosas


y hagan algo para mejorarlas,
menos que se sienten a un lado
sin hacer más que encontrar los defectos.
Más personas que señalen lo que es correcto,
menos que insistan en señalar lo que es incorrecto.
Más personas que enciendan una vela,
menos que maldigan la oscuridad.

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63. La
historia
de un faro
El velero había salido lleno de euforia y de esperanza del puerto
de Buenos Aires buscando el Pacífico. Pero al llegar hasta allí no
tenía más remedio que bordear la tierra en busca de la brecha
que por el Cabo de Hornos le permitiera torcer hacia la derecha
rumbo hacia el mar grande. Por eso puso confiado proa al sur,
aunque su meta fuera el oeste.

Pero el cambio de rumbo no se hizo. Tal vez se navegaba con las


velas demasiado desplegadas. Tal vez fuera de noche cuando se
pasó frente a la brecha. A lo mejor sucedió durante una
tormenta. No sé. Lo cierto fue que se continuó al sur, rumbo al
frío, rumbo al polo. El error se fue haciendo duda a medida que
subía a la conciencia. Una vez plenamente instalado en la
conciencia, la duda floreció en angustia.

El pobre velero se encontró rodeado por los témpanos, por el


frío, las tormentas y un sol lejano que cada vez se alejaba menos
del horizonte. Entonces fue cuando se tuvo conciencia de haber
equivocado el rumbo. De estar marchando hacia la nada, hacia el
vacío del frío y de la muerte. Se le preguntó a la brújula: pero la
brújula había enloquecido. Porque en el polo las brújulas
enloquecen y comienzan una danza que contagia a los marineros.
Ya no tenía sentido seguir. ¿Para qué? Si cada esfuerzo hacia
adelante era un paso hacia la nada fría de la muerte. Algo que
embretaba aún más entre los hielos, la oscuridad y las
tormentas.

Se quiso preguntar a las estrellas. Pero las estrellas revoloteaban


en círculo alrededor de un polo cósmico invisible lo mismo que
los albatros alrededor del mástil del velero. En el polo, las
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estrellas no nacen ni mueren, simplemente giran equidistantes al
horizonte. Allí, cerca del polo, poner proa una estrella hubiera
sido simplemente girar sobre sí mismo.

Entonces ¿nada había ni en el barco ni en el cielo, que fuera


capaz de devolver el rumbo? Porque el hecho de no saber dónde
se estaba, quitaba todo sentido a lo que se tenía. Los grandes
puntos de referencia eran todos ambiguos. Porque en el polo
todo es ambiguo, hasta el mismo movimiento.

Y fue entonces cuando se recibió el mensaje. Tres cortas… una


larga… silencio. Tres cortas… una larga… silencio. Tres…
El brillo intermitente despertó la curiosidad de esos hombres
hambrientos de señales. No. No podía ser una estrella; porque
ese brillo estaba allí, sobre la misma línea horizontal que ellos.
Participaba del movimiento de las mismas olas, rodeado por los
mismos témpanos y el mismo desamparo del frío y las
tormentas. Tenía que ser un signo de presencia humana. Era un
faro.

Y el faro continuaba fiel al ritmo de sus intermitencias: tres


cortas… una larga… silencio. Tres… Y esos marineros aturdidos
por el ruido y la tormenta que silbaba en el cordaje de sus
mástiles hubieran preferido que en lugar de ese silencio, el faro
les enviara una palabra con la que se identificara a sí mismo y los
ubicara a ellos. Pero el faro en su soledad tenía sólo un medio
para comunicarse y manifestar su identidad: la fidelidad al ritmo
de sus intermitencias. Y continuó lanzando sobre la tormenta, las
olas y los témpanos, su mensaje de luz con pañales de silencio.

¿Desembarcar en el faro? Era imposible. En esas latitudes los


faros anidan en arrecifes. La palabra esperada estaba oculta en el
silencio del velero mismo. Porque el velero contaba entre sus
bienes con un libro de faros. Y fue allí donde los marineros
fueron a identificar el mensaje de ese faro. Y fuer gracias a la
fidelidad precisa y silenciosa a sus intermitencias por la que los
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marineros, mineros del silencio de ese libro, ubicaron la
identidad del faro y con ello un punto de referencia para su
propia posición. Entonces cada cosa antes incoherente, aportó su
pequeño mensaje provisorio: la posición del sol en el horizonte,
la hora del reloj, la danza de la brújula, y hasta las mismas
estrellas.

Se supo que se estaba proa al polo. Y se viró en redondo. Y con


ello los marineros supieron que el velero se había salvado. O
mejor, que para ese velero comenzaba la oportunidad de
salvarse. Porque esa conversión profunda, aparentemente no
había cambiado nada en la geografía concreta de su navegación.
Seguían rodeados por los témpanos, el frío, las olas y los vientos.
Su conversión no les había cambiado de geografía; simplemente
los había colocado proa hacia una nueva dirección. Antes, seguir
era avanzar hacia la muerte, hacia el frío del polo y de la nada.
Ahora, navegar era avanzar hacia la luz, hacia la vida, hacia el
encuentro con los demás hombres. Era regresar hacia su pueblo,
dejando atrás la geografía del reino de las sombras.

Pero allí los dos rumbos participaban aún del mismo medio
externo. Y tal vez el esfuerzo para avanzar fuera ahora aún mayor
que el anterior. porque había que hacer frente a todo eso que los
había conducido hasta allí. Pero la diferencia estaba en que ahora
los esfuerzos tenían sentido porque conducían a la vida. Porque
entre los navegantes, lo que desanima no el tener que hacer
esfuerzos, sino el que esos esfuerzos sean gestos vacíos de
sentido.

Poco a poco fue quedando atrás toda esa geografía polar. Poco a
poco las estrellas fueron inclinando sus órbitas buscando el
horizonte, y la brújula fue estabilizándose. Y con ello se reentró
en el mundo de las exigencias normales de la navegación a vela.
Se siguió navegando con fidelidad a esa ruta, proa hacia esa meta
donde muere el sol.

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Parábolas de la Vida
Allá quedó el faro. Exigido por la fidelidad al ritmo de sus
intermitencias, a su geografía polar y a su silencio. Porque el
misterio personal del faro exige fidelidad a su arrecife, y un
profundo respeto por la ruta personal de cada navegante. Lo que
no quita que a veces sufra de nostalgia al recordar a los veleros.

Reflexión:
¿Qué te sugiere esta historia’ ¿Es cierto que aveces nos toca ser
faros para guiar a otros? ¿Es cierto que la fidelidad a nuestras
convicciones y a nuestra línea de vida puede traer añoranzas pero
que supone un profundo respeto por la ruta personal de cada
uno?

Cita bíblica:
“Ustedes son la sal de la tierra . pero si la sal deja de ser sal podrá
ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira
afuera y es pisoteada por la gente. Ustedes son la luz del mundo:
¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte?
... Hagan pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas
buenas obras y por ellos den gloria al padre de ustedes que está
en los cielos.” Mt.5,13-14

Oración:
Esta noche me parece que tanto se ha alejado
mi barco de la orilla que ya no
podré volver al faro, que ahora se ve
lejano e inalcanzable.

Siento como los vientos soplan fuerte,


y me tratan de alejar de mi refugio.
Las penas, el trabajo y la soledad
me alejan de mi Señor.

Pero hoy quiero pelear, y ya no me quiero ocultar,


lucharé y remaré, y mi meta prometida alcanzaré
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Parábolas de la Vida
pues no estoy solo ahora en este mar,
me acompaña el capitán. Aquel que dio vista
al ciego, voz al callado, alegría al triste.
Ese mismo ordena hoy a la tormenta "¡SILENCIO!"
y esta le obedece.

Sopla en mi Señor tu espíritu, y llévame hacia tí,


pues ya no quiero naufragar en este mar, y quiero por
siempre contigo estar.
De esta forma hoy, gracias a tu misericordia puedo ver tu luz
y emprendo mi camino hacia el faro que eres tú.
(Arturo Quiroz)

64. La hoja
que no
quería agua
Érase una vez un árbol muy joven, del que se esperaba que,
cuando fuera mayor, diera hermosos y buenos frutos.

Este árbol tenía cuatro hojas, cuatro bonitas hojas, verdes y


resplandecientes. Un día, las cuatro hojas tuvieron una reunión
de grupo. Una de ellas, la que estaba más arriba en el árbol, les
dijo a las otras tres:
– Yo quiero seguir unida al mismo árbol que vosotras. Pero, en lo
sucesivo, no quiero recibir el agua, porque está muy fría, ni el sol,
porque quema. Por eso, me voy a poner un paraguas, que abriré,
cuando llueva o haga sol, y cerraré cuando haga fresquito.

A las otras tres hojas, no les pareció bien la idea, pues se dieron
cuenta de que, cuando abriera el paraguas, no sólo no iba a
recibir ella el agua ni el sol, sino que tampoco se los dejaría
recibir a ellas.

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La hoja del paraguas no les hizo caso y, efectivamente, se puso el
paraguas, que abría, cuando llovía o hacia sol, y cerraba cuando
hacia fresco.

Al cabo del tiempo, aquellas cuatro verdes y hermosas hojas


empezaron a languidecer y a marchitarse hasta que, un día, las
cuatro, secas, cayeron al suelo y fueron arrastradas por el viento,
y el árbol joven, del que se habían esperado tan buenos y
hermosos frutos, quedó convertido en un tronco seco.

Reflexión:
¿Estás convencido de que eres responsable de un proyecto común
entregado por Dios a la humanidad? ¿Cuántas veces has sentido
que las decisiones erradas de otros han influído en tu futuro? ¿Y
qué opciones personales han desfavorecido a otros?

Cita bíblica:
“La palabra de Yavé fue dirigida a Jonás: Levántate, vete a Nínive,
la ciudad grande y predica contra ellos, porque su maldad ha
subido hasta mi. Se levantó Jonás, pero fue para huir a Tarsis,
lejos de la presencia de Yavé...” Jon. 1,1-3

Oración:
¿ Por qué si Tú eres el agua viva
yo tengo sed?
¿Por qué si Tu eres el pan del cielo
yo estoy insatisfecha?
¿Por qué Tu eres la vid
yo elijo separarme del tronco?
Hoja reseca... marchita... estéril...
yTú tan cerca de mi
manantial... fresco... fecundo...
¿Por qué entonces yo me alejo?

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Parábolas de la Vida

65. La Hormiguita
y el lirio
Había una vez una hormiguita, esta
hormiguita era como toda buena
hormiga, trabajadora y servicial.
Se la pasaba acarreando hojitas de día y
de noche: casi no tenía tiempo para descansar.
Y así transcurría su vida, trabajando y trabajando.

Un día fue a buscar comida a un estanque que estaba un poco


lejos de su casa, y para su sorpresa al llegar al estanque vio
como un botón de lirio se abría y de él surgía una hermosa y
delicada florecilla.

Se acercó: -Hola sabes? eres muy bonito, qué eres?

-Y la florcita contestó: Soy un lirio, Gracias, sabes eres muy


simpático, Qué eres?

-Soy una hormiga, Gracias también.

Y así la hormiguita y el lirio siguieron conversando todo el día,


haciéndose grandes amigos, cuando iba anochecer la hormiga
regresó a su casa, no sin antes de prometer al lirio que volvería
al día siguiente.

Mientras iba caminando a casa, la hormiga descubrió que


admiraba a su nuevo amigo, que lo quería muchísimo y se dijo,
"Mañana le diré que me encanta su forma de ser, mañana".

Y el lirio al quedarse solo se dijo, "Me gusta la amistad de la


hormiga, mañana cuando venga se lo diré".

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Pero al día siguiente la hormiguita se dio cuenta de que no había
trabajado nada el día anterior. Así que decidió quedarse a
trabajar y se dijo, "Mañana iré con el lirio. hoy no puedo, estoy
demasiado ocupado, mañana y le diré además, que le extraño".

Al día siguiente amaneció lloviendo, y la hormiga no pudo salir


de su casa y se dijo, -que mala suerte hoy tampoco veré al lirio.
Bueno no importa mañana le diré todo lo especial que es para
mí" Y al tercer día la hormiguita se despertó muy temprano y se
fue al estanque, pero al llegar encontró al lirio en el suelo, ya sin
vida.

La lluvia y el viento habían destrozado su tallo. Entonces la


hormiga pensó, que tonta fui, desperdicié demasiado tiempo, mi
amigo se fue sin saber todo lo que lo quería, en verdad me
arrepiento.
Y así fue como ambos nunca supieron lo importante que eran.

Reflexión:
¿Eres de las personas que piensan demasiado las cosas y la final
termina por no decir lo que piensa? ¿Valoramos a las personas
con quienes compartimos la rutina del día a día? ¿Nos
detemenos para decirle a alguna persona lo importante que es
para nosotros?

Cita bíblica:
“Noemí dijo entonces: ¿Por qué no te vas también tú con tu
cuñada y así regresas a tu casa y a tus dioses? Rut le replicó: No
me obligues a dejarte yéndome lejos de ti, pues a donde tú vayas,
iré yo; y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu
dios será mi Dios.” Rut 1,15-17

Oración:
Quiero descubrirte, Señor:
en la alegría que veo en la sonrisa de un bebé,
tu amor por nosotros, en el afecto de un niño,
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tu vigor, en la energía de un adolescente,
tu poder, en las fuerzas de un atleta,
tu Belleza, en el rostro de una joven,
tu interés, en la devoción de unos padres,
tu sabiduría, en la presencia de los ancianos.
Cada persona es hermosa y quiero decírselos
porque algunos no lo saben.

66. La joya
Un monje iba de camino y se sentó debajo de un árbol para pasar
la noche. En esto, se le acercó un aldeano, jadeante, para decirle:
"Vamos, rápido, dame la piedra, la piedra" "¿Qué piedra?", le
preguntó el monje.

El aldeano le respondió: "La noche pasada, soñando, vi a un


santo, y me aseguró que si venía aquí por la noche, encontraría a
un monje, que me daría la mejor y más grande piedra preciosa
del mundo; y que así me haría rico para siempre".

El monje rebuscó en su talego y le dio un diamante diciéndole:


"Toma, quizás sea esto. Lo encontré hace unos días en el
valle...mientras iba de camino"

Tomó el aldeano ansiosamente el diamante entre sus manos, se


quedó extasiado, mirándolo largo rato, y después se marchó
corriendo a su casa.

Se pasó toda la noche dando vueltas en la cama. Estaba tan


nervioso, que era incapaz de dormir.

Al día siguiente, se fue en busca del monje y le dijo: "Dame, por


favor, la riqueza, que te permite desprenderte con tanta facilidad
de este maravilloso diamante. Enséñame tu tesoro".

Reflexión:
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¿Qué es más valioso que guardamos en nuestra propia talega?
¿Seríamos capaces de compartirla con los demás? ¿Qué certezas
guardas como tesoros para tu vida? ¿Se aplica en ti la frase de
Jesús:”Donde está tu tesoro allí está tu corazón”?

Cita bíblica:
“Dejen de atesorar para sí tesoros en la tierra donde polilla y
carcoma destruyen y donde ladrones minan y hurtan. Atesoren
para sí, más bien, tesoros en el cielo donde ni polilla ni carcoma
destruye y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde
está tu tesoro, allí también estará tu corazón.” Mt. 6,19-22

Oración:
Señor, yo sólo soy un niño,
pero sé que te quiero.
Señor, Tú eres mi tesoro,
Tú eres la perla encontrada,
Tú eres mi Salvador.

Ayúdame a crecer en tu amor,


viviendo tu misma vida.
Señor, abre mis oídos
para escuchar tu voz y tu Palabra;
que yo sea capaz de seguir tus caminos,
aunque me cueste,
aunque los demás se rían de mí
por ser tu amigo, por necesitarte tanto.
Señor, ábreme el corazón de parte a parte
para que pueda amar
como Tú me amas.

67. La maestra
Se contaba hace muchos años una historia
sobre una profesora de Primaria. Su
nombre era Sra. Thompson. Cuando se
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ponía de pie frente a su clase de 5º grado en el primer día de
colegio, decía una mentira a los niños. Como muchos maestros,
ella miraba a sus estudiantes y decía que los quería a todos por
igual.

Pero eso era imposible, porque ahí, en la primera fila, hundido en


su asiento, estaba un pequeño llamado Teddy Stoddard.

La Sra. Thompson había vigilado a Teddy el año anterior y se dio


cuenta de que no jugaba con los otros niños, que sus ropas
estaban sucias y que constantemente necesitaba un baño. Y
Teddy podía ser desagradable. Llegó al punto que la Sra.
Thompson de hecho se complacía en marcar sus apuntes con una
ancha pluma roja, haciendo bien delineadas X y poniendo un
gran "MD" en la parte superior de las hojas.

En la escuela donde enseñaba la Sra. Thompson, ella fue


requerida para revisar el expediente de cada niño y dejó el de
Teddy para lo último. Sin embargo, cuando revisó su expediente,
se llevó una sorpresa.La maestra de primero de Teddy escribió,
"Teddy es un niño brillante, de pronta risa. Hace su trabajo
pulcramente y tiene buenos modales, da alegría tenerlo cerca."

Su maestra de segundo escribió, "Teddy es un excelente


estudiante, apreciado por sus compañeros de clase, pero está
apenado porque su madre tiene una enfermedad terminal y la
vida en su hogar debe ser una pugna." Su maestra de tercero
escribió, "La muerte de su madre ha sido dura para él. Intenta
hacer lo mejor, pero su padre no muestra mucho interés y su
vida familiar pronto le afectará si no se toman medidas." Su
maestra de cuarto escribió, "Teddy está distraído y no muestra
mucho interés por la escuela. No tiene muchos amigos y a veces
se duerme en clase."

Ahora la Sra. Thompson se dio cuenta del problema y se


avergonzó de sí misma. Se sintió peor incluso cuando sus
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estudiantes le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos en
bellos lazos y brillante papel, excepto el de Teddy. Su regalo
estaba chapuceramente envuelto en el pesado papel marrón que
obtuvo de una bolsa de comestibles. A la Sra. Thompson le
inquietó abrirlo en mitad de los otros regalos. Algunos de los
niños empezaron a reír cuando encontró un brazalete de
circonitas al que le faltaban algunas piedras, y una botella llena
hasta la cuarta parte de perfume. Pero acalló la risa de los niños
cuando exclamó lo bonito que era el bracelete, a la vez que se lo
ponía, y se aplicó algo de perfume en la muñeca.

Teddy Stoddard se quedó ese día después de clase justo lo


suficiente para decir, "Sra. Thompson, hoy huele usted justo
como mi mamá solía hacerlo."
Después de que los niños se fueran, ella lloró durante casi una
hora.

Desde ese preciso día, la Sra. Thompson puso especial atención


con Teddy. Mientras trabajaba con él, su mente parecía volver a
la vida. Cuanto más lo animaba, más rápido respondía él. Al final
del año, Teddy había llegado a ser uno de los niños más
inteligentes de clase y, a pesar de su mentira de que ella querría
a todos los niños por igual, Teddy se convirtió en uno de los
"favoritos de la maestra"

Un año más tarde, encontró una nota bajo su puerta, de Teddy,


diciéndole que todavía era la mejor maestra que había tenido en
toda su vida. Pasaron seis años antes de que le llegara otra nota
de Teddy. Entonces le escribió que había acabado la Secundaria,
el tercero de su clase, y que ella todavía era la mejor maestra que
había tenido en toda su vida.

Cuatro años después, le llegó otra carta, diciendo que aunque las
cosas habían sido duras a veces, permaneció en el colegio,
perseveró y pronto obtendría su graduado con los mayores

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honores. Aseguraba a la Sra. Thompson que ella todavía era la
mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.
Pasaron cuatro años más y llegó otra carta. Esta vez explicaba
que después de haber obtenido su título de Bachiller, decidió ir
un poco más allá. La carta explicaba que ella era todavía la mejor
y favorita maestra que había tenido nunca. Pero ahora su
nombre era un poco más largo: la carta estaba firmada, Doctor
Theodore F. Stoddard.

La historia no acaba aquí. Todavía recibió otra carta esa


primavera. Teddy decía que había conocido a una chica y que iba
a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de
años y se preguntaba si la Sra. Thompson aceptaría sentarse en la
boda en el sitio que usualmente estaba reservado para la madre
del novio. Por supuesto, la Sra. Thompson lo hizo. ¿Y sabes qué?
Lució el brazalete, aquel al que le faltaban varias circonitas. Y se
aseguró de ponerse el perfume que Teddy recordaba que su
madre llevaba en su última Navidad juntos.

Se abrazaron y el Dr. Stoddard susurró en el oído a la Sra.


Thompson, "Gracias, Sra. Thompson por creer en mí. Muchas
gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo podía
hacer que las cosas fueran diferentes." La Sra. Thompson, con
lágrimas en los ojos, susurró a su vez. Dijo, "Teddy, estás
totalmente equivocado. Tú fuiste el que me enseñó a mí a hacer
las cosas diferentes. Yo no sabía cómo enseñar hasta que te
conocí." (Elizabeth Silance Ballard)

Reflexión:
¿Hemos sentido alguna vez nuestros prejuicios nos han impedido
descubrir el verdadero valor de las personas? ¿Alguien a quien no
te teníamos mucha simpatía nos ha enseñado a amar?

Cita bíblica:
“Dejen de juzgar para que no sean juzgados; porque con el juicio
que aplican para juzgar serán juzgados, y con la medida con que

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miden se les medirá. Y ¿por qué miras la paja que está en el ojo
de tu hermano, pero la viga que está en tu propio ojo, no tomas
en cuenta? O ¿cómo dirás a tu hermano, «Deja que yo quite la
paja de tu ojo»? ¡Pero mira!: aquella viga está en tu propio ojo.
Hipócrita: Primero saca de tu ojo aquella viga, y luego verás
claramente para quitar la paja del ojo de tu hermano.” Mt 7,2-5

Oración:
Señor:
Tú miras los corazones,
no miras las apariencias,
Tú sabes de mis simpatías y de mis antipatías...
Ayúdame a descubrirte en el menos grato,
en el que no es como yo quisiera...
Que yo sea para él o ella
tan suave, tan cariñoso, tan compasivo
como lo soy con mi mejor amigo.

68. La mariposa
Un día, una pequeña abertura apareció en un
capullo. Un hombre se sentó junto a él y observó
durante varias horas cómo la mariposa se esforzaba
para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño
agujero. Entonces, pareció que ella sola ya no lograba ningún
progreso. Parecía que había hecho todo lo que podía, pero no
conseguía agrandarlo. Entonces el hombre decidió ayudar a la
mariposa: tomó unas tijeras y cortó el resto del capullo.

La mariposa entonces, salió fácilmente. Pero su cuerpo estaba


atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas. El hombre
continuó observándola porque él esperaba que, en cualquier
momento, las alas se abrirían, y se agitarían, y serían capaces de
soportar el cuerpo, que a su vez se iría fortaleciendo.

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Pero nada de eso ocurrió. La realidad es que la mariposa pasó el
resto de su vida arrastrándose con un cuerpo deforme y unas
alas atrofiadas. Nunca fue capaz de volar. Lo que aquel hombre
no comprendió -a pesar de su gentileza y su voluntad de ayudar-,
era que ese capullo apretado que observaba aquel día, y el
esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de esa
pequeña abertura, era el modo por el cual la naturaleza hacía
que la salida de fluidos desde el cuerpo de la mariposa llegara a
las alas, de manera que sería capaz de volar una vez que
estuviera libre del capullo.

En su afán de ayudar, de evitar un esfuerzo, o un sufrimiento, la


había dejado lisiada para toda la vida. Algo parecido sucede a
veces en la educación de las personas. Algunas veces, el esfuerzo
es justamente lo que más precisamos en algunos momentos de
nuestra vida. Si pasamos a través de nuestra vida sin obstáculos,
eso probablemente nos dejaría lisiados. No seríamos tan fuertes
como podríamos haber sido, y nunca podríamos volar.

Reflexión:
¿Permito a los otros crecer al encuentro conmigo? ¿ Suplo a la
gente que quiero impidiéndoles que maduren y sean responsables
de sí mismos?

Cita bíblica:
“La sabiduría que viene de arriba es, ante todo, recta y pacífica,
capaz de comprender a los demás y de aceptarlos; está llena de
indulgencia y produce obras buenas, no es parcial ni hipócrita.”
Stgo. 3,17-18a

Oración:
Una vez más me doy cuenta que la hierba crece de nocha
Que debo saber esperar...
Que lo que aparece a mis ojos como innecesario
Puede estar marcando el ritmo de un crecimiento,
de un proyecto, de una vida...
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Parábolas de la Vida
Que mi misión sea acompañar, no forzar,
descubrir lo mejor de cada persona
o mejor aún
permitir que cada uno lo descubra.

69. La mirada de
su padre
Un muchacho vivía solo con su padre,
ambos tenían una relación extraordinaria
y muy especial. El joven pertenecía al
equipo de fútbol americano de su colegio,
usualmente no tenía la oportunidad de
jugar, bueno, casi nunca, sin embargo, su
padre permanecía siempre en las gradas haciéndole compañía. El
joven era el más bajo de la clase cuando comenzó la secundaria e
insistía en participar en el equipo de fútbol del colegio; su padre
siempre le daba orientación y le explicaba claramente que "él no
tenía que jugar fútbol si no lo deseaba en realidad"... pero el
joven amaba el fútbol, ¡no faltaba a una práctica ni a un juego!,
estaba decidido en dar lo mejor de sí, ¡se sentía felizmente
comprometido! Durante su vida en secundaria lo recordaron
como el "calentador del banquillo", debido a que siempre
permanecía sentado... su padre con su espíritu de luchador,
siempre estaba en las gradas, dándole compañía, palabras de
aliento y el mejor apoyo que hijo alguno podría esperar.

Cuando comenzó la Universidad, intentó entrar al equipo de


fútbol, todos estaban seguros que no lo lograría, pero a todos
venció, entrando al equipo. El entrenador le dio la noticia,
admitiendo que lo había aceptado además por como él
demostraba entregar su corazón y su alma en cada una de las
prácticas y al mismo tiempo le daba a los demás miembros del
equipo un gran entusiasmo. La noticia llenó por completo su
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corazón, corrió al teléfono más cercano y llamó a su padre, quien
compartió con él la emoción. Le enviaba en todas las temporadas
todas las entradas para que asistiera a los juegos de la
Universidad.

El joven era muy persistente, nunca faltó a un entrenamiento ni a


un partido durante los cuatro años de la Universidad, y nunca
tuvo la oportunidad de jugar ningún partido. Era el final de la
temporada y justo unos minutos antes que comenzara el primer
juego de las eliminatorias, el entrenador le entregó un telegrama.
El joven lo tomó y luego de leerlo se quedó en silencio.
Temblando le dijo al entrenador: "Mi padre murió esta mañana,
¿no hay problema de que falte al juego hoy?". El entrenador lo
abrazó y le dijo: "Toma el resto de la semana libre, hijo. Y no se te
ocurra venir el sábado". Llegó el sábado, y el partido no estaba
muy bien, en el tercer cuarto, cuando el equipo tenía 10 puntos
de desventaja, el joven entró a los vestuarios y se puso el
uniforme y corrió hacia donde estaba el entrenador y su equipo,
que estaban impresionados de ver a su luchador compañero de
regreso. "Entrenador, por favor, permítame jugar... yo tengo que
jugar hoy", imploró el joven.

El entrenador pretendió no escucharle, de ninguna manera podía


permitir que su peor jugador entrara en el cierre de las
eliminatorias. Pero el joven insistió tanto, que finalmente el
entrenador sintió lástima y aceptó: "Bien, hijo, puedes entrar, el
campo es todo tuyo". Minutos después el entrenador, el equipo y
el público, no podían creer lo que estaban viendo. El pequeño
desconocido, que nunca había participado en ningún juego,
estaba haciendo todo perfectamente brillante, nadie podía
detenerlo en el campo, corría fácilmente como toda una estrella.
Su equipo comenzó a ganar, hasta que empató el juego.

En los segundos de cierre el muchacho interceptó un pase y


corrió todo el campo hasta ganar con un touchdown. La gente
que estaba en las gradas gritaba emocionada y su equipo lo llevó
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Parábolas de la Vida
cargado por todo el campo. Finalmente cuando todo terminó, el
entrenador notó que el joven estaba sentado calladamente y
solo en una esquina, se acercó y le dijo: "Muchacho no puedo
creerlo, ¡estuviste fantástico! Dime, ¿cómo lo lograste?". El joven
miró al entrenador y le dijo: "Usted sabe que mi padre murió...
pero no sabía que mi padre era ciego". El joven hizo una pausa y
trató de sonreír. "Mi padre asistió a todos mis juegos, pero hoy
era la primera vez que podía verme jugar... y yo quise
demostrarle que sí podía hacerlo".

Reflexión:
¿Si una relación padre e hijo puede entrañar tanta confianza
cómo es nuestra relación con Dios? ¿Acaso nuestro Padre del
cielo no nos mira con aún más amor y no nos espera en todos los
partidos de nuestra vida? ¿ Qué derrotas o qué triunfos se los
ofrecemos a El?

Cita bíblica:
“Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.
Pues todo aquel que pide recibe y el que busca halla, y al que
llama, se le abrirá. O qué hombre de entre ustedes cuando su hijo
le pide pan, ¿acaso le dará una piedra? O si pide un pescado,
¿acaso le dará una serpiente? Así que, si ustedes que son malos
saben dar buenas dádivas a sus hijos, cuánto más su Padre que
está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden. Por ende,
todo lo que quieran que hagan las personas para con ustedes, así
también hagan ustedes para con ellos: porque esta es la ley y los
profetas.” Mt. 7,7-|2

Oración:
Padre, no le tengo miedo a la vida,
porque sé que Tú estás conmigo.
Confiadamente me cojo de Tu mano,

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y voy por el mundo en completa seguridad.
Gracias Padre, que es así.

70. La muñeca
y la rosa blanca
De prisa, entré a la tienda por departamentos a
comprar unos regalos de Navidad a última hora.
Miré a mi alrededor toda la gente que allí había
y me molesté un poco. Estaré aquí una
eternidad, con tanto que tengo que hacer,
pensé. La Navidad se había convertido ya casi en
una molestia. Estaba deseando dormirme por todo el tiempo que
durara la Navidad. Pero me apresuré lo más que pude por entre
la gente en la tienda. Entré en el departamento de juguetes.
Otra vez más me encontré murmurando para mí misma, sobre
los precios de aquellos juguetes. Me pregunté si mis nietos
jugarían realmente con ellos. De pronto, me encontré en la
sección de muñecas. En una esquina, me encontré un niñito,
como de cinco años, sosteniendo una preciosa muñeca. Estaba
tocándole el cabello y la sostenía muy tiernamente. No me pude
aguantar, me quedé mirándolo fijamente y preguntándome para
quién sería la muñeca, cuando de pronto se le acercó una mujer,
a la cual llamó tía.

El niño le preguntó: "¿Estás segura que no tengo dinero


suficiente?" Y la mujer le contestó, con un tono impaciente: "Tú
sabes que no tienes suficiente dinero para comprarla." La mujer
le dijo al niño que se quedara allí donde estaba mientras ella
buscaba otras cosas que le faltaban. El niño continuó
sosteniendo la muñeca.

Después de un ratito, me le acerqué y le pregunté al niño para


quién era la muñeca. El me contestó: "Esta muñeca es la que mi
hermanita quería tanto para Navidad. Ella estaba segura que
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Santa Claus se la iba a traer." Yo le dije que lo más seguro era que
Santa Claus se la traería. Pero él me contestó: "No, no puede ir
donde mi hermanita está. Yo le tengo que dar la muñeca a mi
mamá para que ella se la lleve a mi hermanita." Yo le pregunté
dónde estaba su hermana. El niño, con una cara muy triste me
contestó: "Ella se ha ido con Jesús. Mi papá dice que mamá se va
a ir con ella también." Mi corazón casi deja de latir.

Volví a mirar al niño una y otra vez. El continuó: "Le dije a papá
que le dijera a mamá que no se fuera todavía. Le dije que le
dijera a ella que esperara un poco hasta que yo regresara de la
tienda." El niño me preguntó si quería ver su foto y le dije que me
encantaría. Entonces, el sacó unas fotografías que tenía en su
bolsillo y que había tomado al frente de la tienda y me dijo: "Le
dije a papá que le llevara estas fotos a mi mamá para que ella
nunca se olvide de mí. Quiero mucho a mi mamá y no quisiera
que ella se fuera. Pero papá dice que ella se tiene que ir con mi
hermanita." Me dí cuenta que el niño había bajado la cabeza y se
había quedado muy callado. Mientras él no miraba, metí la mano
en mi cartera y saqué unos billetes. Le dije al niño que
contáramos el dinero una y otra vez.

El niño se entusiasmó mucho y comentó: "Yo sé que es


suficiente." Y comenzó a contar el dinero otra vez. El dinero
ahora era suficiente para pagar la muñeca. El niño, en una voz
muy suave, comentó: "Gracias Jesús por darme suficiente
dinero." El niño entonces comentó: "Yo le acabo de pedir a Jesús
que me diera suficiente dinero para comprar esta muñeca, para
que así mi mamá se la pueda llevar a mi hermanita. Y Él oyó mi
oración. Yo le quería pedir dinero suficiente para comprarle a mi
mamá una rosa blanca también, pero no lo hice.

Pero Él me acaba de dar suficiente para comprar la muñeca y la


rosa para mi mamá. A ella le gustan mucho las rosas. Le gustan
mucho las rosas blancas." En unos minutos la tía regresó y yo
desapercibidamente me fui. Mientras terminaba mis compras,
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con un espíritu muy diferente al que tenía al comenzar, no podía
dejar de pensar en el niño. Seguí pensando en una historia que
había leído en el periódico unos días antes, acerca de un
accidente causado por un conductor ebrio, el cual había causado
un accidente donde había perecido una niñita y su mamá estaba
en estado de gravedad. La familia estaba deliberando en si
mantener o no a la mujer con vida artificial y máquinas.

Me di cuenta de inmediato que este niño pertenecía a esa


familia. Dos días más tarde leí en el periódico que la mujer del
accidente había sido removida de la maquinaria que la mantenía
viva y había muerto. No me podía quitar de la mente al niño. Más
tarde ese día, fui y compré un ramo de rosas blancas y las llevé a
la funeraria donde estaba el cuerpo de la mujer. Y allí estaba, la
mujer del periódico, con una rosa blanca en su mano, una
hermosa muñeca, y la foto del niño en la tienda. Me fui llorando
... mi vida había cambiado para siempre. El amor de aquel niño
por su madre y su hermanita era enorme. En un segundo, un
conductor ebrio le había destrozado la vida en pedazos a aquel
niñito.

Ahora tú tienes la opción, tú puedes: 1) cambiar de actitud y ser


más sensible ante la necesidad de los demás, pudiendo
convertirte en instrumento de Dios para ayudar a otros y
reenviar esto a tus amigos; o 2) borrarlo y actuar como si no te
hubiera tocado el corazón.

Reflexión:
¿Has recibido lecciones así en tu vida? ¿Qué le dirías al niño?
¿Qué puedes hacer para que esto no se repita?

Cita bíblica:
“Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí: el Reino de
los Cielos pertenece a los que son como ellos. Jesús les impuso las
manos y continuó su camino.” Mt.19,13-15

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Oración:
Padre:
Mi corazón no ambiciona sino tu favor
Y mis ojos buscan tu mirada
No busco grandezas que superan mi capacidad
Ni cosas que me desbordan
Busco tu regazo, busco tu compañía
Como niño destetado busca a su madre
Y sabe que la va a encontrar.
Así espero en Ti.

71. La
oruga
Una pequeña oruga caminaba un día en
dirección al sol. Muy cerca del camino se
encontraba un saltamontes. "¿Hacia donde te
diriges?" - le preguntó -. Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
"Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran
montaña yo miraba todo el valle.

Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo".


Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amigo se alejaba:
"¡Debes estar loca!, ¿cómo podrás llegar hasta aquel lugar?, ¿tú?,
¿una simple oruga? .... una piedra será una montaña, un
pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera
infranqueable...". Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo
escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse.

De pronto se oyó la voz de un escarabajo preguntando hacia


dónde se dirigía con tanto empeño. La oruga contó una vez más
su sueño y el escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la
carcajada y dijo: "Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar
algo tan ambicioso", y se quedó en el suelo tumbado de la risa
mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya
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unos cuantos centímetros. Del mismo modo la araña, el topo y la
rana le aconsejaron a nuestro amigo desistir:

"¡No lo lograrás jamás!" le dijeron, pero en su interior había un


impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a
punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su
último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo
último que dijo y murió.

Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba
el animal más loco del campo, había construido como su tumba
un monumento a la insensatez, ahí estaba un duro refugio, digno
de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable. Esa
mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos
los animales se congregaron en torno a aquello que se había
convertido en una advertencia para los atrevidos.

De pronto quedaron atónitos, aquella costra dura comenzó a


romperse y con asombro vieron unos ojos y unas antenas que no
podían ser las de la oruga que creían muerta, poco a poco, como
para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las
hermosas alas de mariposa de aquel impresionante ser que
tenían en frente, el que realizaría su sueño, el sueño por el que
había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a
vivir.

Todos se habían equivocado. El éxito en la vida no se mide por lo


que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que
enfrentar en el camino. Aunque el camino sea largo y difícil, no te
dejes vencer... si eres constante, tus sueños pueden convertirse
en realidad.

Reflexión:
¿Qué sueños compartes con las personas que amas? ¿Qué
estarías dispuesto a arriesgar por lo lograr tus sueños?

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Cita bíblica:
“Entren por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y
amplio el camino que conduce a la perdición, y muchos son los
que entran por ella. ¡Cuán estrecha la puerta y qué angosto el
camino que conduce a la vida!: pocos son que la hallan.”Mt.7,13-
14

Oración:
Nada de lo que me digan podrá detenerme, Señor.
Quiero arriesgar mi vida por Ti y por tu evangelio,
por poner una sonrisa en el rostro más fiero,
por sembrar paz donde hay sólo angustias.
Permíteme soñar con un mundo más humano,
donde no acumulemos indiferencia
y no encallezcamos nuestro corazón.
Permíteme desplegar las alas
Y soñar en un proyecto común
En un futuro mejor
En una civilización de amor.

72. La
parábola
del águila
“Un campesino salió un día a recorrer su finca.
En un rincón casi inaccesible de la montaña
encontró un nido de águila. Recogió uno de los
huevos, volvió a casa y se lo puso a una gallina que estaba
empollando. Un tiempo después salieron los pollitos y con ellos
el pequeño aguilucho. Sin otra guía que la mamá gallina el
aguilucho aprendió a comportarse como un pollito más. Iba
detrás de la gallina, escarbaba la tierra con sus patitas y, ante
cualquier peligro, corría a refugiarse bajo las alas de la gallina. En

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fin, águila y verdadera águila por dentro, pero en su
comportamiento externo un pollito más.

Un día visitó al campesino un amigo suyo, entendido en aves.


Mirando al corral, advirtió enseguida la presencia del aguilucho
entre los otros pollos. Extrañado ser lo dijo al campesino.
- Sí, si – respondió éste,- fui yo mismo el que trajo el huevo de
la montaña y se lo puse a la gallina.
- ¿Te gustaría – propuso al campesino-, que yo intentase
reconvertirlo en lo que realmente es?
- Inténtalo.

A partir de ese momento, el nuevo maestro empezó su tarea.


Todas las mañanas echaba al aguilucho al aire, incitándole a
volar, pero el ave volvía una y otra vez al corral. Siempre al corral,
a lo aprendido, a lo suyo. Siguieron días de trabajo, de desilusión
y fracaso. Pero nuestro maestro no cejó. Finalmente decidió
sacar al aguilucho de entre las gallinas y llevarle a una montaña
alta. Durante días le estuvo alimentando con comida de águila y
azuzándole una y otra vez. Por fin, una mañana le echó a volar y
el aguilucho se perdió en el azul infinito. Y ya no volvió al corral.

Gracias a su maestro, el aguilucho-gallina había rehallado su


verdadero ser de águila. Y ya no sólo era águila por dentro, sino
que se comportaba como águila también por fuera.

Reflexión:
¿Hemos descubierto nuestra propia identidad¿ ¿Somos de los que
volamos lejos o de los que nos conformamos con mirar solo al
piso? Ayudamos a los demás a encontrar su propia identidad?

Cita bíblica:
“Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? Ella contestó:
Ninguno, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete y en
adelante no vuelvas a pecar.”Jn.8,10-11
Pastoral Universitaria 166
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“La mujer le dijo: Señor, dame de esa agua, y así ya no sufriré la
sed ni tendré que volver aquí a sacar agua. Jesús le dijo: Vete,
llama a tu marido. La mujer contestó: No tengo marido. Jesús le
dijo: Has dicho bien que no tienes marido pues has tenido cinco
maridos y el que tienes ahora no es tu marido. En eso has dicho la
verdad” Jn.4,15-18

Oración:
Señor, yo soy la greda
Tú eres el alfarero.
Tú conoces mi fragilidad pero también mi hermosura,
Tú me has creado con amor
Y tienes planes hermosos para mí.
Si tan solo pudiera vencer mi miedo,
Si tan solo apostara por ser como realmente soy
Entonces volaría alto...

73. La providencia
En un lugar perdido en las montañas se
produjeron unas inundaciones que fueron
empantanando de agua todo el pueblo.
La Cruz Roja y Protección Civil enviaron
lanchas de salvamento. Una de las lanchas
se para a la puerta de uno de los caseríos
y el aldeano que allí se encuentra les dice:
"No, no; id a por otros, que a mí me
salvará la Providencia". Pasa el tiempo,
el agua le cubre por encima de la cintura, llega otra lancha, y les
dice lo mismo. Tuvo suerte, porque cuando el agua le llegaba al
cuello, otra lancha le ofreció su socorro, pero el aldeano insistió
que la Providencia le salvaría. No llegó ninguna otra lancha, y el
aldeano murió ahogado. Entró en el Cielo entre protestas: "Yo
confiando en la Providencia divina... y la Providencia, nada, dejó
que me ahogara". Y escuchó la siguiente respuesta: "¡Cómo que
nada! ¡Tres lanchas te hemos enviado!".
Pastoral Universitaria 167
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Parábolas de la Vida

Reflexión:
¿Colaboramos con Dios o esperamos que todo nos venga del
cielo? ¿Sabemos descubrir los mensajes que Dios nos envía?

Cita bíblica:
“Jesús levantando los ojos al ver al numeroso gentío que acudía a
él dijo a Felipe: ¿Dónde iremos a comprar pan para que coma esa
gente? Se lo preguntaba para ponerlo a prueba pues él sabía bien
lo que iba a hacer.... Otro discípulo, Andrés, hermano de Pedro,
dijo: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y
dos pescados. Pero ¿ qué es esto para tanta gente? Jesús les dijo:
Hagan que se siente la gente.” Jn.5,5-10a

Oración:
Hoy, señor, te agradezco
por tener manos para construir,
pies para caminar,
ojos para ver,
boca para comunicar,
inteligencia para colaborar contigo,
creatividad para hacer lo que puedo hacer,
humildad para reconocer mis límites
y confianza plena
pues, si yo me esfuerzo
Tú no me dejarás desfallecer.

74. La rosa
y el sapo
Había una vez una rosa roja muy
bella, se sentía de maravilla al saber
que era la rosa mas bella del jardín.
Sin embargo, se daba cuenta de que
la gente la veía de lejos.
Pastoral Universitaria 168
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Parábolas de la Vida
Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había
un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se
acercaba a verla de cerca.

Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de


inmediato; el sapo muy obediente dijo:
- Está bien, si así lo quieres.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se


sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin
pétalos.

Le dijo entonces: - Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?


La rosa contestó: - Es que desde que te fuiste las hormigas me
han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.

El sapo solo contestó: - Pues claro, cuando yo estaba aquí me


comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del
jardín.

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos


más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven"
para nada. Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este
mundo, todos tenemos algo que aprender de los demás o algo
que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que
esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos
conscientes.

Reflexión:
¿Juzgo a las personas según su apariencia? ¿Desprecio a los
demás creyéndome mejor?

Cita bíblica:
“No juzguéis y no seréis juzgados; porque de a manera que
juzguéis seréis juzgados y con la medida con que midáis os
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Parábolas de la Vida
medirán a vosotros. ¿Por qué ves la pelusa en el ojo de tu
hermano y no ves la viga en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decir a
tu hermano: “Déjame sacarte esa pelusa del ojo”, teniendo tú
una viga en el tuyo?. Hipócrita, sácate primero la viga que tienes
en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu
hermano.” Mt. 7, 1-5

Oración:
Señor, padezco de una ceguera
Que a veces me parece incurable.
La ceguera de quien no te descubre en el hermano,
La ceguera de quien ve siempre lo negativo,
La ceguera de quien a todo le encuentra peros.

Dame tu mirada
para poder descubrir lo mejor del otro
y lo mejor de mi mismo.
Dame tu mirada, Señor.

75."LA SEMILLA
QUE NO
QUERIA CRECER"
"Hace bastante tiempo, no lo
recuerdo muy bien, pasó un
sembrador por esta tierra mía y
fue dejando caer sus semillas.
Con cariño les hablaba y decía
una cosa a cada una: "sé un

Pastoral Universitaria 170


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Parábolas de la Vida
árbol para que se posen en ti las aves del cielo", "da buen trigo
para que pueda el molinero hacerte harina y ser luego un
hermoso pan", "crece bien, para girar luego con el sol".

Y aquel sembrador salía todos los días a ver crecer el campo y


veía satisfecho cómo cada planta echaba sus tallos y hojas.

Sin embargo, entre todas aquellas plantas notaba la falta de una


semilla que él había plantado, pero todavía no había salido a la
luz. Todos los días esperaba verla aparecer con ansia.
Observando vio cómo dentro de la tierra se oía el rumor de la
semilla que decía: "Sé que es hora de crecer, de salir de esta
tierra que me rodea por todas partes, de dejar aquí mis fuertes
raíces y buscar otra vida. Pero ¿qué me pasará si salgo y no
llueve suficientemente?, ¡Me moriré de sed!, ¿Y si hace mucho
frío?, ¡Me congelaré!, ¿Y si hace mucho calor? ¡Me quemaré!,
Puede que alguien me pise y me aplaste..."

En otra ocasión se escuchaba cómo decía: "Yo quisiera ver el azul


del día, ser un árbol fuerte, dormir a la luz de las estrellas, pero si
salgo y las cosas van mal, todo se acabará".
Aquella semilla nunca se atrevía a crecer, hasta que un día, en
medio de sus dudas y miedos, recordó lo que dijo el sembrador
cuando la puso en la tierra: "crece porque te necesitamos. Por tu
lado pasará mucha gente y se sentará aquí, junto a ti para
descansar. Las aves harán nidos en tus ramas y..."

Cuando recordó todo esto comprendió que alguien le esperaba y


que no podía permanecer más tiempo allí, bajo el suelo. Se puso
a crecer. Cuando salió a la luz encontró la sonrisa del sembrador
y vio un camino que pasaba por allí mismo. Deseó con todas sus
fuerzas crecer más. Vinieron las nieves y los vientos de invierno,
pero luchaba con todas sus fuerzas para no ser arrastrada por el
viento, ni tronchada por el peso de la nieve. Cuando la ventisca
casi la tapaba, luchaba por sobresalir encima de ella. Y si la riada
de lluvia llegaba hasta su tronco, aquel arbolito se agarraba
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fuerte a sus raíces de manera que no había forma de arrancarle
del suelo.

Así creció un año y otro, viendo cómo la gente se acercaba por el


camino y al llegar a su lado se paraban, miraban el horizonte y
continuaban adelante. Un día, descubrió entre sus ramas una
ardilla que jugueteaba saltando y que hizo nido en un hueco de
sus ramas más altas, porque desde allí casi se podía tocar el cielo
y ver bien las estrellas.

Cada vez más firme, robusto y recto; y su corteza, arrugada por


los rigores del invierno, seguía allí para testimonio de todos los
que le veían y le llamaban "el viejo árbol del camino".

Un día descubrió, cuando llegaba ya el invierno, cómo el


sembrador tenía frío. Y aquel árbol desgajó de sí una rama para
que el sembrador hiciera leña y se calentara día tras día. Cuando
el sembrador le visitaba le daba lo mejor de sí mismo, y por su
tronco corrían lágrimas de resina.
Pero un día aquel sembrador no fue a visitar más al árbol.
Comprendió que le había llegado la hora. Aquella noche hubo
una gran tormenta. Un rayo recorrió aquel árbol de arriba a
abajo y no quedó más que el tronco. La gente lo llama desde
entonces "El tronco del viejo árbol"

Sabes, dicen que todas las tardes Dios se da una vuelta por el
cielo y que se para a la sombra de un gran árbol, lo mira y se
sonríe".

Reflexión:
¿Cuáles son los temores que enfrentas ante el desafío de crecer?
¿Estás convencido/a de que la madurez exige sufrimiento?

Cita bíblica:
«El Reino de Dios se parece a [lo que pasó con] un grano de
mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, esta
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Parábolas de la Vida
semilla es muy chiquita, pero cuando crece es la más grande de
las [plantas de] verdura[s] y crece hasta ser un arbolito, tanto que
los pájaros pueden hacer nido y refugiarse en sus ramas.» Mt 13,
31-33

Oración:
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que tenga necesidad de alimento.
Cuando tenga sed,
mándame alguien que tenga necesidad de bebida.
Cuando tenga frío,
mándame a alguien para que lo caliente.
Cuando tenga un disgusto,
ofréceme alguien para que lo consuele.
Cuando mi cruz se vuelva pesada,
hazme compartir la cruz de otro.
Cuando me sienta pobre,
condúceme hasta alguien que esté necesitado.
Cuando tenga tiempo,
dame a alguien a quien pueda ayudar unos momentos.
Cuando me sienta humillado,
haz que tenga alguien a quien alabar.
Cuando esté desanimado,
mándame alguien a quien dar ánimos.
Cuando sienta necesidad de la comprensión de otros,
mándame alguien que necesite de la mía.
Cuando necesite que se ocupen de mi,
mándame alguien de quien tenga que ocuparme.
Cuando piense sólo en mi mismo,
atrae mi atención sobre otra persona.
( Madre Teresa)

76. La silla
La hija de un hombre le pidió al sacerdote

Pastoral Universitaria 173


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Parábolas de la Vida
que fuera a su casa a hacer una oración
par a su padre que es taba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llegó a la habitación
del enfermo, encontró a este hombre en su
cama con la cabeza alzada por un par de
almohadas. Había una silla al lado de su
cama, por lo que el sacerdote asumió que el hombre sabía que
vendría a verlo. - "Supongo que me estaba esperando", le dijo. -
"No, ¿quién es usted?", dijo el hombre. - "Soy el sacerdote que su
hija llamó para que orase con usted. Cuando vi la silla vacía al
lado de su cama supuse que usted sabía que yo iba a venir a
verlo". - "Oh sí, la silla", dijo el hombre enfermo. "¿Le importa
cerrar la puerta?".

El sacerdote, sorprendido, la cerró. "Nunca le he dicho esto a


nadie, pero ... toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar.
Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto
de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc.,
pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y salió
por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. Por ello hace
mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido
así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con
mi mejor amigo me dijo: "José, esto de la oración es simplemente
tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo
hagas ... Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente
tuyo, luego con fe mira a Jesús sentado delante tuyo. No es algo
alocado el hacerlo, pues Él nos dijo 'Yo estaré siempre con
ustedes'.

Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo


estás haciendo conmigo ahora mismo". José continuó hablando:
"Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido
haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo
mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija, pues diría que son
tonterías". El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto
y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo
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y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con él, le
extendió una bendición, los santos óleos y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle


que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: "¿Falleció
en paz?". "Sí", respondió la hija. "Cuando salí de la casa a eso de
las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo lo
mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de
hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero
hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente
justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su
cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree
usted que pueda significar esto?". El sacerdote se secó las
lágrimas de emoción, se lo explicó, y concluyó: "Ojalá que todos
nos pudiésemos ir de esa manera".

Reflexión:
¿Tienes la certeza de la presencia de Dios en tu vida como la tenía
este hombre ? ¿Hemos hecho experiencia de la cercanía de Dios
en nuestra vida o su presencia es sólo conceptual?

Cita bíblica:
“A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí.
Ven a prisa líbrame, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde
me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre
dirígeme y guíame. Sácame de la red que me han tendido, porque
tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el
Dios leal, me librarás. Pero yo confío en ti, Señor, te digo: <<Tú
eres mi Dios.>> En tu mano están mis azares: líbrame de los
enemigos que me persiguen. Que bondad tan grande, Señor.
reservas para tus fieles,
y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos.” Sal 30, 2-
3. 3-4. 5-6. 15-16. 20

Oración:
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Parábolas de la Vida
En tus manos, encomiendo mi Espíritu,
en tus manos, mi vida que nace,
en tus manos, mis dolores y enfermedades,
en tus manos, mi última hora,
cuando estoy agotado o cuando tengo fuerzas.
cuando me siento feliz y cuando no lo soy tanto.
En tus manos, me entrego
y me fío de ti,
porque Tú eres mi Dios y Salvador.

77. La silla
de ruedas
05:30, oigo el despertador. Uf, ya es hora de levantarse, pero si
acabo de acostarme... ¿Por qué tiene que estallar ahora este
cacharro? ¿Por qué no puedo estar tan desvelado, como ayer
cuando me acosté? Me quedaré cinco minutos más, luego en la
autopista los podré recuperar. Cierro los ojos y me imagino que
estoy en la playa tumbado, tomando energía de mi planeta
preferido.

Lo que pensé que serían 5 minutos se multiplicaron por 8. Miro al


reloj, que me responde con guasa que me he vuelto a quedar
dormido. Como un cohete salgo de mi cama hacia la cocina para
hacerme un café con la esperanza de que me ayude a abrir los
ojos. La autopista no me permite gastar un poco de adrenalina
para apaciguar mi tensión, sino que la aumenta cuando me doy
cuenta que estoy atascado en ella. Cuando por fin llego a la
estación de trenes veo como el tren traga a sus últimos pasajeros
cierra las puertas lentamente y desaparece en el horizonte.
Como era de esperar llegaré tarde al trabajo.

Después de la aventura que tuve para llegar al trabajo, la


motivación se derrumba por completo al pensar en la montaña
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de trabajo que me está esperando. Después de 8 horas y media
de duro trabajo estoy realmente por los suelos.

Mientras estoy esperando el tren para regresar a casa empiezo


casi a deprimirme. Pienso lo bien que pudiera estar si tuviera mi
propia empresa, podría ganar mucho dinero y ser mi propio jefe.
Pienso de lo feliz que sería si conociera y compartiera mi vida con
mi alma gemela. Pienso el gozo que sentiría si fuese una gran
personalidad que viajara mucho y fuese reconocida y respetada.
Sigo pensando y soñando llegando a la conclusión que debo ser
la persona más infeliz del planeta.

Justo en este instante paso algo que almacenaré toda mi vida en


el baúl de mis recuerdos. No hablé con un ángel, pero un ángel
tuvo que haber planeado este encuentro. "Hola señor, me puede
ayudar a subir al tren cuando venga", me dijo una suave y alegre
voz que procedía de una adolescente. A pesar de que estaba en
una silla de ruedas su rostro resplandecía como un sol al
amanecer. "Cómo no, señorita, ¿qué línea de tren va a coger para
llegar a su destino?", le respondí intentando sonreir.

Su tren tardó unos minutos en llegar. Me quedé con las ganas de


preguntarle de cómo le era posible estar tan alegre y feliz
estando en esa situación. Cómo le iba a preguntar yo, que estaba
mil veces mejor que ella. Me puedo mover libremente, puedo ir
donde se me antoje sin depender de nadie, puedo practicar
cualquier deporte, subir cualquier montaña... Volví a meditar
sobre lo infeliz que me sentía antes de encontrar a la chica y
empezó a darme vergüenza de haberme sentido así. Sólo estuve
preocupándome del mal día que tuve, estuve pensando en lo
negativo de mi vida. ¡Que vergüenza!

"Ya llega mi tren, señor". Le ayudé a subir el tren y con una


sonrisa (esta vez sincera) le deseé un bonito día. Cuando perdí el
tren de vista, empecé a repasar en las cosas positivas que puedo
gozar en mi vida. No tardé mucho y empecé a sentirme bien y
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Parábolas de la Vida
contento con ganas de disfrutar del presente a pesar de que tuve
un mal día.

Hay un proverbio que dice que cuándo los vientos se levantan o


cambian rumbo hay gente que empieza a construir muros, pero
otros construyen molinos. En la vida encontramos muchos
vientos, pero en vez de gastar nuestras energías en construir
muros podemos construir molinos y ganar energías de estos
vientos. ¿Recordamos a la chica en la silla de ruedas? Si hubiese
construido muros para detener los vientos se habría agotado y se
hubiese deprimido por no poder controlar los vientos. Sin
embargo construyó molinos aceptando su situación y enseñando
a los demás a ser positivos. (Carlos Prieto)

Reflexión:
¿Con qué actitud enfrento las inevitables contrariedades de la
vida? ¿Lucho contra las adversidades o soy capaz de aceptar esa
situación lo mejor posible descubriéndole el lado positivo?

Cita bíblica:
“Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros,
mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos llevando en el cuerpo siempre por
todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de
Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. (2 Corinitos 4, 8-10).

Oración:
Este día quisiera elevar una oración confiada,
una oración positiva,
una plegaria que no sea para quejarme,
para rebelarme o para alabarme...
Quisiera aceptar lo que me venga en este día
y balbucear un “Gracias Señor”.

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78. La torre
del rey
Hace mucho tiempo, vivía un rey a
quien se le había metido en la
cabeza tocar la luna. Andaba un
poco loco con esa idea. Mandó llamar al carpintero jefe y le
ordenó que armase un tenderete que llegase al cielo.
El buen carpintero estaba seguro de la imposibilidad de esa obra
y, aunque mostró mucho interés y entusiasmo con sus
herramientas y obreros, no construyó nada. Pasaron varias
semanas y el rey estaba inquieto. Mandó llamar al carpintero y le
dijo que le daba tres días más para armar aquella torre y que, si
no lo hacía, sería ahorcado.
El carpintero no sabía qué hacer. Pasó un día. Pasó otro. Y, al
tercer día, se le ocurrió una idea y fue a ver al rey.
- Anduve pensando mucho en el problema -le dijo- y ya veo
cómo se puede resolver. Pero, cuando termine la torre, he de ser
el primero en subir a ella.
- ¡De ninguna manera! -gritó el rey con gran enojo-. Seré yo
quien lo haga. ¿Dónde se vio que un carpintero ascienda a tales
alturas?
Entonces el carpintero le comunicó al rey su plan, y el rey dispuso
que todos los habitantes de la ciudad llevasen cajas y cajones al
palacio. El carpintero comenzó a dirigir aquel montón de cajas y
cajones, que fueron colocados todos, uno sobre otro. Después el
rey ordenó que se derribasen y serrasen muchos árboles para
hacer más cajones con las tablas. No quedó en pie ni un sólo
árbol en toda la ciudad. Y la torre seguía creciendo poco a poco.
Cuando estuvo todo listo, el rey comenzó a ascender. Llegó a la
cima y extendió la mano para tocar la luna. Como le parecía que
sólo le faltaba una poquito para lograrlo, pidió a los que estaban

Pastoral Universitaria 179


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allá abajo que le diesen otro cajón. Pero no había más cajones ni
madera con qué fabricarlos.
El rey se enojó, al ver que tan poca cosa le impedía cumplir su
deseo. Por fin, tuvo una idea luminosa: llamó a los carpinteros y
les dijo que quitasen un cajón de la base, sobre los que estaban
apilados todos los demás, para ponerlo en la cima.
Los carpinteros se miraron boquiabiertos. Pero la palabra del rey
era ley y ellos tenían la obligación de obedecer. De modo que,
cuando el rey repitió la orden, no lo pensaron más y sacaron un
cajón que estaba en la base. Es fácil imaginar lo que sucedió.
( H.Otero)
Reflexión:
¿Tus ambiciones te hacen perder la perspectiva? ¿En tus planes y
proyectos confías sólo en tus fuerzas o te dejas aconsejar? ¿Dios
está en el centro de tus empresas?

Cita bíblica:
“No aspires a algo superior a tus fuerzas ni e lances a investigar
lo que sobrepasa tus capacidades. Profundiza lo que se te ha
mandado, no tienes necesidad alguna de conocer los misterios
ocultos. No te canses resolviendo problemas inútiles, el saber que
te ha sido entregado desborda lo que una persona puede
comprender. Piensa que muchos se han extraviado en sus teorías,
su seguridad mal fundada les falseó el raciocinio.” Sir. 3,21-25

Oración:
Busco la luz y el horizonte. Y sin embargo,
cuando toco algo con las punta de los dedos
o aprisiono a alguien con mis manos,
o logro la ilusión de algo apetecido,
hay algo que no toco, que no alcanzo, no consigo;
hay algo que intuyo en lo profundo y que no veo,
hay algo más allá de las montañas y el mar,
hay algo más por encima del cielo y las estrellas,
hay algo más allá de mi frágil e inquieto caminar.

Pastoral Universitaria 180


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Parábolas de la Vida

Cuando lucho por algo y lo alcanzo, algo se acaba.


Cuando deseo y lo poseo, algo termina.
Cuando sueño y lo hago realidad, algo se escapa.
Cuando creo, se me asoma la duda.
Cuando espero, se me aleja la utopía.
Cuando amo, se me achica la entrega.
¿Por qué, Señor?

79. La
trompeta
En una excursión todos nos hallábamos perdidos en el monte.
Los niños hacía tiempo dudaban de que los guías supiéramos el
camino. El bosque, agreste, no dejaba ver ni una luz que nos
guiara. De pronto, se oyó el sonido de una trompeta lejana. Era el
cura del pueblo, que nos esperaba y, al ver que no llegábamos,
había salido en nuestra búsqueda. José Ramón, el clásico gordito
de toda excursión, apretó el paso.

Al cabo de un rato la trompeta se fue perdiendo. José Ramón


gritó disgustadísimo: si esa trompeta deja de sonar, me siento y
ahí me quedo. Esta es una forma de explicar qué es la esperanza:
la esperanza es como el sonido de esa trompeta.

Reflexión:
¿De qué medios te vales para alimentar tu esperanza? ¿En quién
tienes puesta tu esperanza?

Cita bpiblica:
"Por eso soporto esta prueba. Pero no me avergüenzo, porque sé
en quien he puesto mi confianza, y estoy convencido que Él es
capaz de conservar hasta aquel Día el bien que me ha
encomendado" 2 Tim 1,12.
Pastoral Universitaria 181
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Parábolas de la Vida

Oración:
Grande y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento.
( San Francisco)

80. La vaquita
Un maestro samurai paseaba por un
bosque con su fiel discípulo, cuando
vi a lo lejos un sitio de apariencia
pobre, y decidió hacer una breve
visita al lugar. Durante la caminata le
comentó al aprendiz sobre la
importancia de realizar visitas,
conocer personas y las oportunidades
de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias. Llegando al
lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes: una pareja y
tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y
rasgadas, sin calzado.

Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de


familia y le preguntó: "En este lugar no existen posibilidades de
trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su
familia para sobrevivir aquí?". El señor calmadamente respondió:
"Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios
litros de leche todos los días. Una parte del producto la
vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la
ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada,
etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.

Pastoral Universitaria 182


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Parábolas de la Vida
"El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un
momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, se
volvió hacia su fiel discípulo y le ordenó: "Busque la vaquita,
llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco." El
joven, espantado, repuso maestro que la vaquita era el medio de
subsistencia de aquella familia, pero el maestro insistió y él fue a
cumplir la órden, y empujó la vaquita por el precipicio y la vio
morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel
joven durante algunos años.

Un día, el joven, agobiado por la culpa, resolvió abandonar todo


lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a
la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que
se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles
floridos, todo habitado, con un coche en el garaje de una gran
casa y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste
y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese
que haber vendido el terreno para sobrevivir.

Aceleró el paso, y al llegar fue recibido por un señor muy


simpático. El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia
unos cuatro años, y el señor respondió que seguían viviendo allí.
Entró a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó
hacía algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al
señor (al dueño de la vaquita): "¿Cómo hizo para mejorar este
lugar y cambiar de vida?". El señor respondió:

"Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y


murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer
otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que
teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran
ahora".

La moraleja samurai dice: "Todos nosotros tenemos una vaquita


que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra
supervivencia, que nos lleva a la rutina y nos hace dependientes
Pastoral Universitaria 183
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de ella, y nuestro mundo se acaba reduciendo a lo que la vaquita
nos da. Tú sabes cuál es tu vaquita. No te importe empujarla por
el precipicio.

Reflexión:
¿Tú sabes cuál es la vaquita que te lleva a vivir en la rutina,
dependiente de ella? ¿Qué es necesario hacer para poder crecer?

Cita bíblica:
“Elías la llamó y le dijo: Tráeme, por favor, un poco de agua en tu
cántaro para beber...Tráeme también un pedazo de pan. Ella le
respondió: Por Yavé, tu dios, no me queda nada de pan, sólo un
puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en un cántaro.
Estaba cogiendo un par de palos para el fuego y ahora vuelvo a
casa a preparar esto para mí y mi hijo. Cuando lo hayamos
comido, no nos quedará más que esperar la muerte. Elías le dijo:
No temas, vete a tu casa a hacer lo que dijiste. Pero primero
hazme un panecillo a mí y tráemelo y después te lo haces para ti y
tu hijo. Porque así dice Dios: No se terminará la harina de la
tinaja ni se agotará el aceite del cántaro hasta el día en que Yavé
mande la lluvia a la tierra..” 1Re. 17,10-14
Oración:
Me he dado cuenta que mi mochila,
antes liviana, se me ha vuelto un peso duro de llevar...
Llévate, Señor, las angustias guardadas,
las inseguridades,
los temores y los rencores,
los sinsabores que mataron la esperanza,
las dudas que agriaron mi semblante,
las murmuraciones que hicieron sordos mis oídos...
Hoy he decido no guardar cosas inútiles, Señor,
hoy te las entrego y me quedo ligero.

81.La
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Parábolas de la Vida

vasija
agrietada
Un cargador de agua tenía dos grandes vasijas que colgaban a los
extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una
de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era
perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie
desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Cuando llegaba, la
vasija rota sólo contenía la mitad del agua. Durante dos años
completos esto fue así diariamente. La vasija perfecta estaba
muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para el fin
para el que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy
avergonzada de su propia imperfección, y se sentía miserable,
porque sólo podía hacer la mitad de lo que se suponía que era su
obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador


diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo.
Porque debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi
carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir". El
aguador le contestó: "Cuando regresemos a casa quiero que te
fijes en las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino". Así
lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores hermosas a
todo lo largo del camino. Pero de todos modos se sintió apenada
porque, al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que
debía llevar. El aguador le dijo entonces:

"¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del
camino? Siempre he sabido de tus grietas y quiero que veas el
lado positivo que eso tiene. Sembré semillas de flores a todo lo
largo del camino por donde vas, y todos los días las has regado.
Por dos años yo he podido recoger estas flores. Si no fueras como
eres, no hubiera sido posible crear esa belleza".

Pastoral Universitaria 185


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Parábolas de la Vida
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos
vasijas agrietadas, pero así le permitimos a Jesús utilizar nuestras
grietas para decorar la mesa de su Padre….
“En la gran economía de Dios, nada se desperdicia”

Reflexión:
¿Conoces y aceptas cada una de tus grietas o vives
apesadumbrado por tenerlas sin descubrir que con ellas puedes
hacer mucho bien a los demás?

Cita bíblica:
“Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir donde Faraón y sacar
de Egipto a los israelitas? Dios respondió: Yo estoy contigo, y ésta
será para ti la señal de que yo te he enviado...Moisés respondió: o
me van a creer, ni querrán escucharme, sino que se dirán: ¡Cómo
que se te ha aparecido Yavé!... Mira, señor, que yo nunca he
tenido facilidad para hablar, y no me ha ido mejor desde que Tú
hablas a tu servidor: mi boca y mi lengua no me obedecen....Anda
ya, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar.
Pero él insistió: Por favor, señor, ¿por qué no mandas a otro? “
Ex.4,1-17

Oración:
Soy tu cántaro, Señor
Agrietado, magullado, echado a perder.
Mucho tiempo aislado en un desván
con lo que no sirve, con lo que tiene falla
pero hoy Tú me has mirado
y me has dicho que aún así puedo servirte, Señor...
Y yo no lo pienso dos veces,
aquí está tu cantarito ...
hubiera querido estar rebosante de agua
pero con el entusiasmo y la precipitación
lo eché a perder todo..
Sin embargo, tú me das otra oportunidad
y me dices que me necesitas...
Pastoral Universitaria 186
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Parábolas de la Vida
Aquí estoy.

82. Lapiz, goma y


sacapuntas
Había una vez un precioso lápiz que vivía
en una bonita papelería. Con él estaban otros
lápices. Todos querían ser vendidos y soñaban
con el chico o chica que seria su dueño. Pero
nuestro amigo, a pesar de ser tan bonito no
quería ser vendido. Cada vez que llegaba un comprador, el lápiz
se escondía debajo de las gomas y sacapuntas, que también
vivían en aquel mostrador. Un día, llegó a la tienda un niño. Entró
con su padre. Pidió un lápiz y nuestro amigo, como de
costumbre, intentó quitarse de en medio. Pero el niño dijo:
- Quiero ese lápiz, papá.
- La señora de la tienda respondió:
- Ahora mismo.
- Y el lápiz se vio cogido por el cuello. Pensaba:
- ¿Qué será de mi...?
- El niño lo metió en su estuche con la goma y el sacapuntas y se
dirigió al colegio. Por el camino, el lápiz estaba superserio y la
goma que se dio cuenta le dijo:
- No te pega estar tan serio.
- Verás, yo no quiero estar aquí. Yo estaba muy tranquilo en la
tienda.
- Estarás bien, serás de gran ayuda para este niño, contigo
escribirá y dibujará.
- ¡Vaya cosa me estás diciendo!. Si escribe y me usa, yo me
gastaré. No tengo ganas de cansarme ni desgastarme.
- Intervino el sacapuntas:
- No pienses así. Tú eres un buen lápiz y tienes que ayudar,
gastarte siendo lo que eres.

Pastoral Universitaria 187


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- Y... cuando mi punta se gasta, ¿tú me la afilarás? Cuando el niño
escriba y se equivoque, goma, ¿tú me borrarás? ¡A pesar de todo
no quiero ser un buen lápiz, quiero volver a la tienda!.
- Hablando, llegaron al colegio. El niño sacó el lápiz de su estuche
y empezó a escribir lo que la profe de matemáticas había puesto
en la pizarra. Sonó el timbre para ir al recreo y el niño se marchó
con sus amigos a jugar al patio. El lápiz estaba aburrido. Pronto
debería ser afilado porque la punta comenzaba a terminarse.
- No creas que me voy a dejar afilar.
- Le dijo gritando al sacapuntas que le miraba.
- Tendrás que hacerlo. Si te gastas con cariño, te será todo más
fácil y estarás más contento. Quizá ése sea el secreto de la
felicidad.
- La goma, que estaba al tanto, intervino:
- Mira, yo también me gasto de borrar y borrar... Pero lo hago
con cariño porque sé que gracias a mi, nuestro amigo puede
hacer bien los trabajos. Yo me gasto. Pero me encanta hacerlo
porque quiero mucho a nuestro amigo. No recibo nada a cambio,
pero con verle feliz me conformo.
- El lápiz estaba cada vez más asustando. El sacapuntas le dijo:
- Mira, pensándolo bien es bueno que yo afile tu punta. La letra
de nuestro amigo se verá así más clara.
- El recreo había terminado. El niño llegó. Cogió el sacapuntas en
una mano y el lápiz en la otra y marchó hacia la papelera. El lápiz
pensó:
- Ha llegado mi hora.
- La punta había salido preciosa y el niño satisfecho volvió a su
sitio. La goma preguntó al lápiz:
- ¿Te ha dolido mucho?
- Casi no me he dada cuenta. He pensado en hacer feliz al niño;
aunque cada día me vaya haciendo más pequeño.
- Aquel día, el lápiz dio lo mejor de sí mismo a aquel niño. Eso le
hacia feliz... También la goma se fue gastando... Un día los dos se
gastaron del todo. El sacapuntas, un poco triste y alegre a la vez,
oyó decir al niño:
- ¡Han sido el mejor lápiz y la mejor goma que he tenido!
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Reflexión:
¿Has sentido alegría al gastar tu vida por alguien? ¿ Cómo
quisieras que te recordaran al final de tus días?

Cita bíblica:
“El que de ustedes quiera ser grande, que se haga el servidor de
ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero, que se haga
el esclavo de todos. Hagan como el hijo del hombre, que no vino a
ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por
muchos.” Mt.21,26-28
Oración:
Yo quiero ser pan si tienes hambre,
ser calor, si acaso tienes frío,
yo quiero ser luz si tienes miedo
de las sombras que oscurecen los caminos.

Yo quiero ser agua en la sequía


que azota tu triste sentimiento,
ser a tiempo el barco salvavidas
que socorre el naufragio de tu pecho.

Quiero ser la razón de que camines


por el camino que lleva a la alborada,
si eres papel, ser letra que en ti escriba,
si eres poema, estar en cada verso.
(Rafi Escudero)

83. Las
escondidas
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos
los sentimientos y cualidades de los hombres.

Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la


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Parábolas de la Vida
LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: "Vamos a jugar a
las escondidas"...

La INTRIGA, levantó a ceja intrigada y la CURIOSIDAD sin poder


contenerse preguntó ..."¿las escondidas?"... ¿y eso cómo es?. ; es
el juego, explicó la LOCURA, en que yo me tapo los ojos y
comienzo a contar de uno hasta un millón mientras ustedes se
esconden y cuando yo haya terminado de contar al primero de
ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El ENTUSIASMO bailó entusiasmado, secundado por la EUFORIA;


la ALEGRIA dio tantos saltos que terminó por convencer a la
DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no


esconderse; ¿para qué? si al final siempre la hallaban.

La SOBERBIA opinó que era un juego tonto (en el fondo lo que le


molestaba era que la idea no hubiera sido de ella)

La COBARDÍA prefirió no arriesgarse. 1, 2, 3......... Comenzó a


contar la LOCURA.

La primera en esconderse fue la PEREZA que como siempre tan


perezosa se dejo caer tras la primera piedra del camino.
La FE subió al cielo, la ENVIDIA se escondió tras la sombra del
TRIUNFO, que con su esfuerzo había logrado subir a la copa del
árbol mas alto.

La GENEROSIDAD casi no alcanza a esconderse, cada sitio que


hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, que si
un lago cristalino (el lago del espejo), ideal para la BELLEZA, que
si una rendija hecha en un árbol, perfecto para la TIMIDEZ, que si
el vuelo de una mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD, que
si una ráfaga de viento, magnífico para la LIBERTAD. Así termino
por acurrucarse en un rayito de sol.
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Parábolas de la Vida

El EGOISMO en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el


principio aireado, cómodo, pero solo para él.
La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en
realidad se escondió detrás del arco iris). Y la PASIÓN y el DESEO,
en el centro de los volcanes.

El OLVIDO... se me olvidó donde se escondió el OLVIDO... pero


eso no importa.

Cuando la LOCURA contaba 999.999 el AMOR aún no había


encontrado sitio para esconderse pues todo lo encontraba
ocupado. Hasta que divisó un rosal, y enternecido, decidió
esconderse entre sus flores.

La primera en aparecer fue la PEREZA, a solo tres pasos detrás de


una piedra. Después se escuchó a la FE discutiendo con Dios pues
no todas sus aspiraciones habían sido satisfechas; la PASION y el
DESEO descubiertas fueron pues salieron despavoridas entre el
vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA y,
claro, pudo deducir donde estaba el TRIUNFO.

Al EGOISMO no tuvo ni que buscarlo, el solito salió disparado de


su escondite que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la
BELLEZA. Con la DUDA fue más fácil todavía, pues la encontró
sentada sobre una cerca sin decidir aún en qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos al TALENTO entre la hierba fresca a


la ANGUSTIA en una oscura cueva, a la MENTIRA detrás de un
arco iris (mentira!, si estaba en el fondo del océano) y hasta el
OLVIDO...que ya se había olvidado que estaba jugando a las
escondidas.

Pero sólo el AMOR no aparecía por ningún lado. La LOCURA


busco en cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima
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Parábolas de la Vida
de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, divisó
un rosal y pensó: ..." El AMOR, siempre tan cursi, seguro se
escondió entre las rosas "...

Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas cuando de


pronto un doloroso grito se escuchó ... las espinas habían herido
en los ojos al AMOR.

La LOCURA no sabía qué hacer para disculparse: imploró, lloró,


pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.......

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las


escondidas, en la tierra "...¡ EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA
SIEMPRE LO ACOMPAÑA ! ..."

Reflexión:
¿Estás de acuerdo con esta afirmación? ¿Qué es el amor para ti?
¿Es cierto que el que ama debe estar dispuesto a confiar?

Cita bíblica:
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el
amor viene de Dios . Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce
a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.
Miren cómo se manifestó el amor e dios entre nosotros: dios
envió a su hijo único a este mundo para que tengamos vida por
medio de él. En esto está el amor: no es que nosotros hayamos
amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su hijo como
víctima por nuestros pecados. “ 1 Juan 4,7 -10

Oración:

Enséñanos a plantar un jardín en cada corazón


y abrir en cada mente un balcón al infinito.

Amor: fuente junto al camino en el mediodía bochornoso.


Amor: mano tendida y semáforo de flores para los pasos en la
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Parábolas de la Vida
noche.
Amor: voz amiga que arropa en la soledad y acerca en la
distancia.
Amor: voz cálida en el silencio del amanecer.
Amor: todo lo que cura sin dolor y sin heridas...
Amor: todo lo que hace más dulce la palabra, más llevadera la
prueba, más suave el dolor... ¡más hermosa la caridad!

84. Las
piedrecitas
azules
Habían dos piedrecitas que vivían en
medio de otras en el lecho de un
torrente. Se distinguían entre todas
porque eran de un intenso color azul.
Cuando les llegaba el sol, brillaban como
dos pedacitos de cielo caídos al agua.
Ellas conversaban en lo que serían
cuando alguien las descubriera:
"Acabaremos en la corona de una reina" se decían.
Un día por fin fueron recogidas por una mano humana. Varios
días estuvieron sofocándose en diversas cajas, hasta que alguien
las tomó y oprimió contra una pared, igual que otras,
introduciéndolas en un lecho de cemento húmedo. Lloraron,
suplicaron, insultaron, amenazaron, pero dos golpes de martillo
las hundieron todavía más en aquel cemento.
A partir de entonces solo pensaban en huir. Trabaron amistad
con un hilo de agua que de cuando en cuando corría por encima
de ellas y le decían: - "Fíltrate por debajo de nosotras y
arráncanos de está maldita pared". Así lo hizo el hilo de agua y al
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Parábolas de la Vida
cabo de unos meses las piedrecitas ya bailaban un poco en su
lecho.
Finalmente en una noche húmeda las dos piedrecitas cayeron al
suelo y yaciendo por tierra echaron una mirada a lo que había
sido su prisión. La luz de la luna iluminaba un espléndido
mosaico. Miles de piedrecitas de oro y de colores formaban la
figura de Cristo. Pero en el rostro del Señor había algo raro,
estaba ciego. Sus ojos carecían del iris. Las dos piedrecitas
comprendieron. Eran ellas las los ojos de Cristo. Por la mañana
un sacristán distraído tropezó con algo extraño en el suelo. En la
penumbra pasó la escoba y las echó al cubo de basura.
Reflexión:
¿Cuántas veces has estropeado el plan de Dios por tratar de
hacer las cosas a tu modo? ¿De has dado cuenta que Dios
necesita de ti en su iglesia...Él te necesita para mirar con amor a
cada persona que se acerca a tu vida?
Cita Bíblica:
“También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción
de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de
Jesucristo.” I Pedro 2,5
Oración:
Jesús,
ayúdame a descubrirte en mi hermano,
a amarte en el dolor,
a abrazarte en la pobreza.
A ver el brillo de tus ojos en el sol del amanecer,
a contemplar tu misericordia en la inmensidad del mar,
a ver tu grandeza en la cima de los montes.
Y en el ocaso de mi vida, cuando para mí ya no haya sol,
a ver tu rostro iluminando mi ser.
(Hernán Gregorio Vera)

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Parábolas de la Vida

85. Las ranas


Un grupo de ranas viajaba
por el bosque y, de
repente, dos de ellas
cayeron en un hoyo
profundo. Todas las demás
ranas se reunieron alrededor
del hoyo. Cuando vieron
cuán hondo este era, le dijeron a las dos ranas en el fondo que
para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas
no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron
tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras
seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás


decían y se rindió, se desplomó y murió. La otra rana continuó
saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud
de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y
que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido
seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas
hasta que finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió, las otras
ranas le dijeron: "Nos alegra que hayas logrado salir, a pesar de
lo que te gritábamos". La rana les explicó que era sorda, y que
pensó que las demás gesticulaban tanto porque le estaban
animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Moraleja 1) La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra
de aliento compartida con alguien que se siente desanimado
puede ayudar a levantarle al finalizar el día. 2) Una palabra
destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede
ser le que acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que
decimos.

Reflexión:
¿Nos damos tiempo para animar a otros? ¿Nos damos fácilmente
por vencidos?
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Cita bíblica:
“¿Quién podrá apartarnos del amor de Dios ?¿Las tribulaciones,
las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros,
la espada?Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida,
ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los
poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra
criatura podrán separarnos jamás del amor de Dios, manifestado
en Cristo Jesús, Nuestro Señor". Rom 8,35. 38-39

Oración:
No me detendré, Señor
a pesar del cansancio,
a pesar de las críticas,
a pesar del silencio,
a pesar de mí misma,
a pesar de mis desánimos
y de la indiferencia...
Tú no te detuviste,
no me detendré.

86. Lealtad
a un
hermano
Uno de dos hermanos que combatían en la misma compañía, en
Francia, cayó abatido por una bala alemana. El que escapó pidió
autorización a su oficial para recobrar a su hermano. "Tal vez esté
muerto -dijo el oficial-, y no tiene sentido que arriesgues la vida
para rescatar el cadáver". Pero ante sus súplicas el oficial
accedió. Cuando el soldado regresó a las líneas con su hermano
sobre los hombros, el herido falleció. "¿Ves? -dijo el oficial-
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Parábolas de la Vida
Arriesgaste la vida por nada". "No -respondió Tom-; hice lo que él
esperaba de mí, y obtuve mi recompensa. Cuando me acerqué y
lo alcé en brazos, me dijo: 'Tom, sabía que vendrías, estaba
seguro de que vendrías'."

Reflexión:
¿Cuántas personas tienen la confianza de que no los
defraudaremos? ¿Has hecho experiencia de una amistad así?

Cita bíblica:
“Nuestro amigo Lázaro se ha dormido y voy a despertarlo...”
Jn.11,11
“Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu
casa.” Lc.19,5b

Oración:
Quiero comprender cuando el otro se equivoca...
servir al hermano que vemos en necesidad…
dialogar con quien camina en el error,
para encontrar juntos la verdad…
admirar lo que hemos visto de lindo en cada ser…
olvidar la ofensa cometida, habiendo dado
y recibido perdón a tiempo…
persuadir sobre lo provechoso del bien…
gozar, dando gracias siempre…
amar y permanecer al lado de quien nada espera…
orar habiendo aceptado a Dios en el alma...
Si a esto se le llama AMIGO,
¡Quiero ser amigo, Señor!

87. Lo que vale


un amigo
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Un día, cuando era
estudiante de
secundaria, vi a un
compañero de mi clase
caminando de regreso a
su casa. Se llamaba Kyle.
Iba cargando todos sus
libros y pensé: "¿Por qué
se estará llevando a su
casa todos los libros el viernes? Debe ser un empollón". Yo ya
tenía planes para todo el fin de semana: fiestas y un partido de
fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, así que me encogí
de hombros y seguí mi camino.

Mientras caminaba, vi a un montón de chicos corriendo hacia él.


Cuando lo alcanzaron le tiraron todos sus libros y le hicieron una
zancadilla que lo tiró al suelo. Vi que sus gafas volaron y cayeron
al suelo como a tres metros de él. Miró hacia arriba y pude ver
una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así
que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus gafas. Vi
lágrimas en sus ojos. Le acerqué a sus manos sus gafas y le dije:
"Esos chicos son unos tarados, no deberían hacer esto". Me miró
y me dijo: "Gracias". Había una gran sonrisa en su cara. Una de
esas sonrisas que mostraban verdadera gratitud. Le ayudé con
sus libros.

Vivía cerca de mi casa. Le pregunté por qué no lo había visto


antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela
privada. Yo nunca había conocido a alguien que fuera a una
escuela privada. Caminamos hasta casa. Le ayudé con sus libros.
Parecía un buen chico. Le pregunté si quería jugar al fútbol el
sábado conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el
fin de semana. Mientras mas conocía a Kyle, mejor nos caía,
tanto a mi como a mis amigos. Llegó el lunes por la mañana y ahí
estaba Kyle con aquella enorme pila de libros de nuevo. Me paré
y le dije: "Oye, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos
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libros todos los días". Se río y me dio la mitad para que le
ayudara.

Durante los siguientes cuatro años nos convertimos en los


mejores amigos. Cuando ya estábamos por terminar la
secundaria, Kyle decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a
la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia
no sería un problema. El estudiaría medicina y yo administración,
con una beca de fútbol.

Llegó el gran día de la Graduación. El preparó el discurso. Yo


estaba feliz de no ser el que tenía que hablar. Kyle se veía
realmente bien. Era uno de esas personas que se había
encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en
todos los aspectos, se veía bien con sus gafas. Tenía más citas
con chicas que yo y todas lo adoraban. ¡Caramba! algunas veces
hasta me sentía celoso... Hoy era uno de esos días. Pude ver que
él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en
la espalda y le dije: "Vas a estar genial, amigo". Me miró con una
de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió:
"Gracias", me dijo.
Limpió su garganta y comenzó su discurso: "La Graduación es un
buen momento para dar gracias a todos aquellos que nos han
ayudado a través de estos años difíciles: tus padres, tus
maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero
principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles que ser
amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir y,
a este propósito, les voy a contar una historia". Yo miraba a mi
amigo incrédulo cuando comenzó a contar la historia del primer
día que nos conocimos.

Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. Habló de cómo


limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él: para
que su madre no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela.
Me miraba fijamente y me sonreía. "Afortunadamente fui
salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable". Yo
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escuchaba con asombro como este apuesto y popular chico
contaba a todos ese momento de debilidad. Sus padres también
me miraban y me sonreían con esa misma sonrisa de gratitud.

En ese momento me di cuenta de lo profundo de sus palabras:


"Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño
gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para
mal. Dios nos pone a cada uno frente a la vida de otros para
impactarlos de alguna manera".

Reflexión:
¿Mi presencia ayuda a los demás? ¿Tomo conciencia de la
importancia de mis palabras y de mis actitudes hacia los demás?

Cita bíblica:
“Dichoso aquel que encuentra un amigo verdadero.” Eclo.25
“Un amigo fiel es un refugio seguro; El que lo encuentra, ha
encontrado un tesoro Eclo. 6, 14

Oración:
Señor, yo quiero ser un buen amigo
ser un árbol para dar sombra,
ser aire para dar frescura,
ser agua para refrescar
y ser sol para alumbrar.

Quiero ser música para alegrar,


quiero ser cama para acoger
quiero ser sueño para enseñar
que estos no tienen fronteras
y todo se puede cumplir.

Quiero ser un águila para enseñar a volar,


quiero ser la vida para que puedan gozar

Pastoral Universitaria 200


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Parábolas de la Vida
quiero ser muchas cosas para poder dar
ser un amigo a quien se puede amar.

88. Los amigos


Dice una leyenda árabe que
dos amigos viajaban por el
desierto y en un
determinado punto del
viaje discutieron. El otro,
ofendido, sin nada que
decir, escribio en la arena:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL
ROSTRO.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron
bañarse.

El que había sido abofeteado y lastimado comenzo a ahogarse,


siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomo un estilete y
escribio en una roca: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA
VIDA..

Intrigado, el amigo pregunto: ?Por que despues que te lastime,


escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?
Sonriendo, el otro amigo respondio: Cuando un gran amigo nos
ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del
olvido y el perdon se encargaran de borrarlo y apagarlo; por otro
lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la
piedra de la memoria del corazon donde viento ninguno en todo
el mundo podra borrarlo.

Reflexión:
¿Sabes valorar a tus amigos? ¿Crees que la amistad es un valor
que debemos cuidar como una perla preciosa?

Cita bíblica:
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“ Ya no los llamo siervos , porque un servidor no sabe lo que hace
su patrón. Los llamo amigos porque les he dado a conocer todo
lo que aprendí de mi Padre. “Jn. 15,15

Oración:
Señor: Te doy gracias por todos mis amigos.
Algunos más antiguos y otros mas recientes;
algunos alegres y expresivos; otros tímidos y callados;
otros enojones e indiferentes; otros
sinceros y bulliciosos... en fin, todos diferentes,
todos especiales y muy valiosos.
Te pido que tengan una buena comunicación contigo,
aunque a veces entre nosotros no nos comuniquemos tanto.

Que cuando brinden su cariño a otros,


lo hagan con dedicación y lealtad
y obren siempre con sinceridad,
aunque a veces la gente que encuentren en su diario vivir
no les responda así.

Pero lo que más te pido Señor,


es que el día en que nos llames y nos
encontremos todos allí contigo,
sigamos contando los unos con los otros y podamos decir que......
SEGUIMOS SIENDO BUENOS AMIGOS!!

89. Los
forasteros
"Una mañana encontré a un forastero que caminaba deprisa por
el sendero. Me sorprendió su manera de caminar, ágil y de prisa
Sobre sus brazos llevaba cántaros, vasijas y jarras

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Parábolas de la Vida
cuidadosamente acomodados. Eran toda clase de cacharros,
unos redondos, otros alargados, algunos grandes y algunos más
pequeñitos. Los prendía a su cuerpo con fuertes broches y con
gruesas cuerdas.

Mi curiosidad fue tan grande que, con toda imprudencia, detuve


su marcha y le pregunté:

- ¿A dónde te diriges con tanta prisa y por qué llevas contigo ese
cargamento tan pesado?
Con voz agradable y una sonrisa en los labios me miró y aligeró
su paso.
-Me han dicho -me dijo- que al final de este sendero puedo
encontrar el estanque de los sueños. Llevo todas estas vasijas
para llenarlas de agua. Sé que con ella calmaré mi sed y la de mi
pueblo. Llevaré agua para aliviar a los enfermos, para refrescar a
los niños, para regar los huertos, para limpiar las impurezas de
los egoístas, para limar las asperezas entre las relaciones
agresivas, para lavar las ideas de los necios, para mitigar las
heridas de los tristes, para contagiar los pensamientos de los
sabios y para regar amor y sentido del humor entre todos los de
mi pueblo.

- Tengo mucha prisa -continuó- porque tengo ilusión por llegar, y


me interesa regresar antes del atardecer para que todos puedan
disfrutar de esta agua desde el día de hoy. Mi cargamento es
mucho pero no me pesa, lo sujeté a mi cuerpo y también a mis
deseos. Con alegría estiró su mano y sin detenerse se despidió de
mi, dejándome pensativo. Unos minutos más tarde, vi a lo lejos,
por el mismo sendero, otra figura; se veía torpe y lenta.

- ¿Será un hipopótamo o quizá un rinoceronte? -me pregunté.


Tuve que esperar mucho rato para distinguir que no era animal
alguno, era un hombre. Cargaba algunos utensilios sobre el lomo
y otros más llevaba arrastrando de sus piernas. A pesar de que
trataba de caminar presuroso, se tropezaba continuamente y
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Parábolas de la Vida
cada cinco pasos se tenía que sentar a descansar.
Mi curiosidad volvió a impulsarme y me acerqué para preguntar:

- ¿A dónde te diriges con tanta prisa y por qué llevas ese


cargamento tan pesado? Con voz pastosa y respiración agitada,
se detuvo y se apoyó sobre un tronco.
- Me mandan -contestó-, dicen que allá está el estanque de los
sueños. Debo traer toda el agua que quepa en estos trastos para
entregarla al anciano de mi pueblo, él sabrá para qué utilizarla,
pues dice que es muy necesaria para mi y para todos. Llevo prisa
porque me encomendaron que volviera antes del atardecer si
quería participar de este agua y evitarme el castigo de los dioses.
Sí, mi cargamento es muy pesado, no sé si llegaré con él, quizá
vaya tirando algunos de estos cacharros por el camino, no creo
que se den cuenta cuando llegue.

Con gran esfuerzo se levantó de nuevo y sin decirme adiós,


prosiguió su viaje. Durante parte del día, esperé con impaciencia
pues tenía mucho interés en verlos regresar. Me preguntaba si
habrían encontrado lo que buscaban.

Los dos hombres volvieron antes del atardecer. Ambos traían el


agua. Sin embargo, observé una diferencia entre ellos: el primero
regresaba con paso constante; se le veía fatigado, pero en su
rostro estaba dibujada la satisfacción.

- Hasta pronto amigo -me dijo al pasar-. Mira todo el agua que
llevo, pronto regresaré por más pues deseo apagar la sed de toda
la humanidad. El segundo venía agotado. Su carga ya no era tan
pesada pues había tirado muchas vasijas en el camino.

- Cumplí -dijo al verme-; nadie podrá castigarme. Espero que no


me pidan más agua pues buscaré la forma de no regresar por
este sendero.

Reflexión:
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Parábolas de la Vida
¿Cuál de los dos se sentía solidario con la humanidad entera?
¿Puedes decir que tus actos colaboran con el bienestar de los
demás o sientes que tu responsabilidad es una carga demasiado
pesada de llevar?
Cita bíblica:
“Cuando se presentó el que había recibido un talento, dijo: Señor,
yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no
sembraste y recoges donde no esparciste. Y como tuve miedo, fui
y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo. Su
señor respondió y le dijo: ¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que
cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí? Por lo
tanto, Debías haber entregado mi dinero a los banqueros, y al
venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses. Por
tanto, quitadle el talento y dadlo al que tiene diez talentos.
Porque a todo el que tiene le Será dado, y tendrá en abundancia;
pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.”Mt.25,24-
29

Oración:
Jesús, Maestro, ayúdame a comprender que
sólo los amados, aman, hasta la medida de la gratuidad.
Sólo los libres, liberan.
Sólo son fuentes de paz, quienes están en paz consigo mismos.

Los que sufren, hacen sufrir.


Los fracasados, necesitan ver fracasar a otros, los triunfadores
ayudan a crecer y a triunfar a los demás.

Los resentidos siembran violencia, los que perdonan siembran


fraternidad.
Los envidiosos destruyen, los humildes y generosos edifican.
Los que tienen conflictos provocan conflictos a su alrededor.
Los que están inconformes consigo mismos nunca hallarán
armonía a su alrededor.

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90. Los
halcones
Un rey recibió como obsequio dos
pichones de halcón y los entregó al
maestro de cetrería para que los
entrenara. Pasando unos meses, el
instructor comunicó al rey que uno de
los halcones estaba perfectamente educado, pero que al otro no
sabía que le sucedía, no se había movido de la rama desde el día
de su llegada al palacio, a tal punto que había que llevarle el
alimento hasta allí. El rey mandó llamar a curanderos y sanadores
de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar el ave. Encargó
entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el
pájaro continuaba inmóvil.

Publicó por fin un bando entre sus súbditos y, a la mañana


siguiente, vio al halcón volando ágilmente en los jardines.
"Traedme al autor de ese milagro", dijo.

Enseguida le presentaron a un campesino. "¿Tú hiciste volar al


halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres mago, acaso?" Aquel hombre
contestó: "Alteza, lo único que tuve que hacer es cortar la rama.
El pájaro se dio cuenta que tenía alas y tuvo que empezar a
volar."

Reflexión:
¿Cuántas veces una dificultad te ha ayudado a descubrir las
potencialidades que tenías ocultas? ¿Crees que esta manera de
enseñar la vida es necesaria?

Cita bíblica:

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“El conocimiento del sabio se expande como las aguas, sus
consejos son una fuente de vida. La mente del tonto es como un
cántaro trizado que no retiene nada de lo que aprende. Si un
hombre instruido escucha una palabra sabia, la aprecia y le
añade otra; si un bueno para nada la oye, le disgusta y se la echa
a sus espaldas.” Sir. 21 13-15

Oración:
Quiero aprender a volar alto,
desplegar mis alas sin temor,
si tú me has dado el alma de ave
guiarás mi ruta hacia el horizonte.

91. Nadie sabe para


quien trabaja
"No, yo no puedo aceptar una
recompensa por lo que hice", respondió
un agricultor a un noble inglés. En ese
momento el propio hijo del agricultor
salió a la puerta de la casa de la familia.
"¿Es ese su hijo?" preguntó el noble
inglés. "Sí," respondió el agricultor lleno
de orgullo. "Le voy a proponer un trato.
Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una
buena educación. Si él es parecido a su
padre crecerá hasta convertirse en un
hombre del cual usted estará muy
orgulloso." El agricultor aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se graduó


de la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se
convirtió en un personaje conocido a través del mundo, el
famoso Sir Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina.
Algunos años después, el hijo del noble inglés, cayó enfermo de
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pulmonía. ¿Que le salvó? La penicilina. ¿El nombre del noble
inglés? Randolph Churchill. ¿El nombre de su hijo? Sir Winston
Churchill. Alguien dijo una vez: Siempre recibimos a cambio lo
mismo que ofrecemos. Trabaja como si no necesitaras el dinero.
Ama como si nunca te hubieran herido. Baila como si nadie te
estuviera mirando.

Reflexión:
¿Siempre recibimos lo mismo que ofrecemos? ¿”Por qué el dicho:
“haz el bien sin mirar a quién” se cumple en nuestra vida?

Cita bíblica:
“Quien a vosotros os recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a
mí, recibe al que me ha enviado. Quien recibe a un profeta por ser
profeta obtendrá recompensa de profeta, y quien recibe a un
justo por ser justo obtendrá recompensa de justo. Y cualquiera
que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos
pequeños por el hecho de ser discípulo, en verdad os digo que no
quedará sin recompensa.”Mt.10, 42

Oración:
Señor, me he vuelto indiferente. Te lo quiero confesar.
Hoy, el recuerdo de tu Palabra me ha hecho meditar
y he quedado muy apesadumbrado por la esterilidad de mi
respuesta cotidiana.

Estoy muy ocupado en actividades exclusivamente humanas


y la ambición de poder y prestigio me han hecho prisionero de mí
mismo.

Qué lejos estoy de dejarme impregnar e invadir por la gracia


sobrenatural
que haga que mi ser y mis conductas, signifiquen para los demás
un reflejo de tu rostro.
¡Me he instalado en la indiferencia!

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Parábolas de la Vida
Hoy olvidé tus palabras: Ama al prójimo como a ti mismo,
socórrelo, aýudalo siempre.
Parte tu pan con el hambriento y viste a los desnudos.
Práctica la limosna, escucha a los atribulados, a los pobres, a los
solitarios...
entonces amanecerá en ti una luz como la aurora y serás una
antorcha díficil de apagar.

Haz el bien siempre sin mirar a quien. Persevera en el bien y


tendrás tu recompensa.
No des lugar al mal, porque los espíritus malignos siempre están
al acecho.
Combátelos con la armadura de la fe.
¡Hoy quiero recordarlas, Señor Jesús!

92. Nadie
triunfa
solo
Durante el siglo XV, en una pequeña
aldea cercana a Nuremberg, vivía una
familia con 18 niños. Para poder poner pan en la mesa para tal
prole, el padre, y jefe de la familia, trabajaba casi 18 horas diarias
en las minas de oro, y en cualquier otra cosa que se presentara. A
pesar de las condiciones tan pobres en que vivían, dos de los
hijos de Albrecht Durer tenían un sueño. Ambos querían
desarrollar su talento para el arte, pero bien sabían que su padre
jamas podría enviar a ninguno de ellos a estudiar a la Academia.
Después de muchas noches de conversaciones calladas entre los
dos, llegaron a un acuerdo. Lanzarían al aire una moneda. El
perdedor trabajaría en las minas para pagar los estudios al que
ganara. Al terminar sus estudios, el ganador pagaría entonces los
estudios al que quedara en casa, con las ventas de sus obras, o
como fuera necesario.
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Lanzaron al aire la moneda un domingo al salir de la Iglesia.


Albretch Durer gano y se fue a estudiar a Nuremberg. Albert
comenzó entonces el peligroso trabajo en las minas, donde
permaneció por los próximos cuatro años, para sufragar los
estudios de su hermano, que desde el primer momento fue toda
una sensación en la Academia. Los grabados de Albretch, sus
tallados y sus óleos llegaron a ser mucho mejores que los de
muchos de sus profesores, y para el momento de su graduación,
ya había comenzado a ganar considerables sumas con las ventas
de su arte.

Cuando el joven artista regresó a su aldea, la familia Durer se


reunió para una cena festiva en su honor. Al finalizar la
memorable velada, Albretch se puso de pie en su lugar de honor
en la mesa, y propuso un brindis por su hermano querido, que
tanto se había sacrificado para hacer sus estudios una realidad.
Sus palabras finales fueron: "Y ahora, Albert, hermano mío, es tu
turno. Ahora puedes ir tú a Nuremberg a perseguir tus sueños,
que yo me haré cargo de ti." Todos los ojos se volvieron llenos de
expectativa hacia el rincón de la mesa que ocupaba Albert, quien
tenía el rostro empapado en lagrimas, y movía de lado a lado la
cabeza mientras murmuraba una y otra vez "no... no... no...".

Finalmente, Albert se puso de pie y secó sus lágrimas. Miró por


un momento a cada uno de aquellos seres queridos y se dirigió
luego a su hermano, y poniendo su mano en la mejilla de aquel le
dijo suavemente, "No, hermano, no puedo ir a Nuremberg. Es
muy tarde para mí. Mira. Mira lo que cuatro años de trabajo en
las minas han hecho a mis manos. Cada hueso de mis manos se
ha roto al menos una vez, y últimamente la artritis en mi mano
derecha ha avanzado tanto que hasta me costó trabajo levantar
la copa durante tu brindis... Mucho menos podría trabajar con
delicadas líneas el compás o el pergamino y no podría manejar la
pluma ni el pincel. No, hermano, para mí ya es tarde". Más de
450 años han pasado desde ese día.
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Hoy en día los grabados, óleos, acuarelas, tallas y demás obras de


Albretch Durer pueden ser vistos en museos alrededor de todo el
mundo. Pero seguramente usted, como la mayoría de las
personas, solo recuerde uno.

Un día, para rendir homenaje al sacrificio de su hermano Albert,


Albretch Durer dibujó las manos maltratadas de su hermano, con
las palmas unidas y los dedos apuntando al cielo. Llamó a esta
poderosa obra simplemente "manos", pero el mundo entero
abrió de inmediato su corazón a su obra de arte y se le cambió el
nombre a la obra por el de "Manos que oran". La próxima vez
que vea una copia de esa creación, mírela bien. Permita que le
sirva de recordatorio, si es que lo necesita, de que nunca nadie
triunfa solo.

Reflexión:
¿Has sentido alguna vez la inmensa alegría de poder sacrificarte
por alguien a quien amas aún a costa de tu propia felicidad?
¿Reconoces con gratitud lo que otros han hecho por ti?

Cita bíblica:
“Al contrario: quien entre vosotros quiera llegar a ser grande, que
sea vuestro servidor; y quien entre vosotros quiera ser el primero,
que sea vuestro esclavo Mt.20,26
“No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.”
Jn.15,13

Oración:
Señor,lo confieso,
muchas veces soy un malagradecido...
creo que todo se me debe.
Gracias por las pequeñas atenciones,
por los saludos espontáneos,
por la paciencia que me tienen los otros,
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por la alegría que me prodigan.
Por quienes aceptan morir para que yo viva...
Por quienes se privan de algo para que yo lo goce...
Permíteme hacer por los otros
Gestos auténticos de gratuidad.

93.No juzgues
antes de
tiempo
Un niño de 10 años entró en un establecimiento
y se sentó en una mesa. La camarera se acercó.
"¿Cuánto cuesta un helado de chocolate
con cacahuetes?", preguntó el niño. "Cincuenta centavos",
respondió la camarera. El niño sacó su mano del bolsillo y
examinó unas monedas. "¿Y cuánto cuesta un helado solo?",
volvió a preguntar el niño. Algunas personas estaban esperando
por una mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente.
"Treinta y cinco centavos", dijo ella bruscamente. El niño volvió a
contar la monedas. "Entonces quiero el helado solo", dijo el niño.
La camarera trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue. El
niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la
camarera volvió, empezó a limpiar la mesa y entonces le costó
tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al
plato vacío, habían veinticinco centavos... su propina. Moraleja:
jamás juzgues a alguien antes de tiempo.

Reflexión:
¿Hemos cometido alguna vez el mismo error? ¿Por qué será que
siempre creemos saberlo todo?

Cita bíblica:

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"No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis
condenados" Lc. 6, 37
"No juzguéis y no seréis juzgados; porque de a manera que
juzguéis seréis juzgados y con la medida con que midáis os
medirán a vosotros. Mt.7,1

Oración:
Dame una mirada de niño,
capaz de asombrarse, capaz de admiración
para sobrecogerme ante las muestras
de generosidad que a cada paso
encuentro..
Dame la capcidad de novedad
para no acostumbrarme al bien,
para descubrir en los pequeños detalles,
tu amor
.

94.No olvides
lo principal
Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un
niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó
una voz misteriosa que allá adentro le decía: "Entra y toma todo
lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Y recuerda que
después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo
tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo
principal." La mujer entró en la caverna y encontró muchas
riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el
suelo y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo que podía en su
delantal. La voz misteriosa habló nuevamente. "Te quedan sólo
ocho minutos."

Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras


preciosas, corrió hacía afuera de la caverna y la puerta se cerró.
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Recordó, entonces, que el niño había quedado dentro y la puerta
estaba cerrada para siempre. La riqueza duró poco y la
desesperación, siempre.

Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros mismos. Tenemos


muchos años para vivir en este mundo, y una voz siempre nos
advierte: "No te olvides de lo principal." Y lo principal son los
valores espirituales, la familia, los amigos, la vida. Pero la
ganancia, la riqueza, los placeres materiales, nos fascinan tanto
que a veces lo principal se queda a un lado.

Reflexión:
¿Qué cosas ocupan nuestro primer lugar? ¿Del día cuántas horas
dedicas a lo principal?
Cita bíblica:
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes,
que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Y las
cinco de ellas eran prudentes, y las cinco fatuas. Las que eran
fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; Mas
las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus
lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se
durmieron. Y a la media noche fue oído un clamor: He aquí, el
esposo viene; salid a recibirle. Entonces todas aquellas vírgenes
se levantaron, y aderezaron sus lámparas. Y las fatuas dijeron a
las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras
lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron, diciendo.
Porque no nos falte a nosotras y a vosotras, id antes a los que
venden, y comprad para vosotras. Y mientras que ellas iban a
comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron
con él a las bodas; y se cerró la puerta. Y después vinieron
también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos. Mas
respondiendo él, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad,
pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre
ha de venir. “Mt.25,1-13

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Oración:
Quisiera ser, Señor, más esencial.
Quisiera comprender que las peleas inútiles
Lo único que hacen es restarme fuerzas.
Quisiera comprender que es más hermoso
Vivir menos pero vivir mejor.
Quisiera entender que no deseas que haga muchas cosas
Suno que las haga bien.
Quisiera entender que no quieres que salude a todos
Sólo a los que se encuentren conmigo.
Quisiera entender que no me pides que salve el mundo
Pero sí que me preocupe de los que me rodean.
Quisiera comprender que no me pides que sea un mago
Pero sí que sea capaz de sacar una sonrisa de un rostro triste.

95. No te
des por
vencido
Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre
muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una
mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy
influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se
procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas


o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El
juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el
aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo
tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en
manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles
separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás y
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será la mano de Dios la que decida tu destino". Por supuesto, el
mal funcionario había preparado dos papeles con la misma
leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los
detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una
trampa. No había escapatoria.

El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados.


Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos
segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a
impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó
uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló
rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "pero,
¿qué hizo...?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el
veredicto...?""Es muy sencillo, respondió el hombre... es cuestión
de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me
tragué". Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al
acusado y jamás volvieron a molestarlo...

Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos
de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento.
Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y
nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas
palabras de: "Lo que es imposible para el ser humano, es posible
para Dios".

Reflexión:
¿Utilizas tu creatividad en momentos de crisis? ¿Pones tu
confianza en el Señor?

Cita bíblica:
“Sé que sufres y eres pobre y, sin embargo, eres rico. Sé cómo e
cañlumnian los que pretenden ser judíos y no lo son... No tengas
miedo por lo que vas a padecer..” Ap.2,9

Oración:
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"Señor, a ti dirijo mi oración;
mi Dios, en ti confío"
Señor, muéstrame tus caminos;
guíame por tus senderos;
guíame, encamíname en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y Salvador.
¡En ti confío a todas horas!"
( Salmo 25)

96. No todo
es como
parece
1) Si ustedes conocieran a una mujer
sifilítica que está embarazada, que ya
tiene ocho hijos, tres de los cuales
son sordos, dos son ciegos y uno
es retrasado mental, ¿le recomendarían
que abortara? Lean l a próxima pregunta
antes de contestar ésta.

2) Es tiempo de elegir a un líder mundial y el voto de ustedes


cuenta. Estos son los hechos de los tres candidatos: Candidato A :
se lo asocia con políticos corruptos y suele consultar a oráculos y
videntes. Ha tenido dos amantes. Fuma un cigarrillo detrás de
otro y bebe de 8 a 10 martinis por día. Candidato B: lo echaron
del trabajo dos veces, duerme hasta tarde, usaba opio en la
universidad y toma un cuarto de botella de whisky cada noche.
Candidato C: Es un héroe condecorado de guerra. Es vegetariano,
no fuma, toma de vez en cuando alguna cerveza y no ha tenido
relaciones extra matrimoniales. ¿Cuál de estos candidatos
elegirían?

El candidato A es Franklin D. Roosevelt. El candidato B es


Winston Churchill. El candidato C es Adolph Hitler. Y de paso..., la
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respuesta a la pregunta del aborto... si contestaron que sí...
acaban de matar a Beethoven. No todo es lo que parece. Lo
importante de las personas son ellas mismas y no su pasado o su
apariencia.

Reflexión:
¿Te dejas llevar por las apariencias? ¿Hubieras votado por Hitler?
¿Con qué criterios juzgas a la gente que te rodea?

Cita bíblica:
“Tú me conoces, Señor, profundamente: Tú conoces cuándo me
siento y me levanto; desde lejos sabes mis pensamientos,
tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son
familiares. “ Sal 138

Oración:
Los seres humanos somos ingenuos, Señor.
Cremos que con pintarnos la cara
Nos pintamos el corazón,
que podemos engañar a todos
pero en verdad, ni siquiera el actor más diestro
puede engañarse así mismo.
Hoy no quiero usar maquillaje
Hoy no quiero vivir de apariencias.

97. Nuestra
pobreza
Una vez, un padre de una familia
acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el
campo con el firme propósito de que su hijo viera cuán pobres
eran las gentes del campo. Estuvieron por espacio de un día y
una noche completos en una granja de una familia campesina
muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le

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Parábolas de la Vida
pregunta a su hijo: "¿Qué te pareció el viaje?". "Muy bonito,
papá". "¿Viste que pobre puede ser la gente? ¿Que aprendiste?".

"Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.


Nosotros tenemos una alberca que llega de una barda a la mitad
del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros
tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las
estrellas. El patio llega hasta la barda de la casa, ellos tienen todo
un horizonte de patio". Al terminar el relato, el padre se quedoó
callado... y su hijo añadió: "Gracias, papá, por enseñarme lo
pobres que somos".

Reflexión:
¿Con una mentalidad consumista como la nuestra hubiéramos
hecho la misma reflexión? ¿Qué permitió al niño poder captar así
la realidad?

Cita bíblica:
“Somos pobres, y enriquecemos a muchos; no tenemos nada y lo
poseemos todo.” 2Cor.6,10b
“Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el
reino de los cielos.” Mt.5,3

Oración:
Cuando vea a alguien que sufre:
Jesús, enséñame a amar.
Cuando tenga oportunidad de compartir lo que tengo:
Jesús, enséñame a amar.
Cuando encuentre a alguien desalentado o triste:
Jesús, enséñame a amar.

Cuando me necesiten en la familia:


Jesús, enséñame a amar.
Cuando vea situaciones que nos sean justas:
Jesús, enséñame a amar.

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Enséñame, Señor Jesús,
a practicar el bien y la justicia.
Enséñame a vivir todo lo que me enseñaste
para dar frutos de esperanza
donde me toque vivir.

98. Oración
del profeta
Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin de convertir a sus
habitantes. Al principio la gente le escuchaba cuando hablaba,
pero poco a poco se fueron apartando, hasta que no hubo nadie
que escuchara las palabras del profeta.

Cierto día, un viajante le dijo al profeta: "Por qué sigues


predicando? ¿No ves que tu misión es imposible?"
Y el profeta le respondió: "Al principio tenía la esperanza de
poder cambiarlos. Pero si ahora sigo gritando es únicamente para
que no me cambien ellos a mí".
José Luis Martín Descalzo

Reflexión:
¿Te dejas derrumbar fácilmente por las incomprensiones?
¿Actúas por los demás o por tus propias convicciones? ¿ Eres de
las personas que siguen sus ideales hasta las últimas
consecuencias?

Cita bíblica:
“¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos
han enviado, ¿qué dices de ti mismo? Él contestó: Yo soy «la voz
que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor. “ Jn.1,23

“Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir! ¡Me has


forzado y has prevalecido! Soy motivo de risa todo el día, todos se
burlan de mí. Cada vez que hablo, es para gritar, para clamar:
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«Violencia, devastación!» Porque la palabra del Señor es para mí
oprobio y afrenta todo el día. Entonces dije: «No lo voy a
mencionar, ni hablaré más en su nombre». Pero había en mi
corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos: me
esforzaba por contenerlo, pero no podía. Jer. 20, 7-9

Oración:
Te pido, Señor,
porque no haya mala hierba en mi siembra
y no se eche a perder la semilla.
Porque cada uno dé su fruto
y podamos vivir con la aportación de todos.

Te pido mucho amor para vivir,


aunque ésa sea la vida más sacrificada
y tenga las lágrimas más amargas,
los sueños más dificiles
y el camino más tormentoso.
Porque la vida sin amor es fría,
y una vida fría no vale nada.

Te pido no ceder, no claudicar y no rendirme.


Te pido, Señor, que todas las vertientes de mi río
sean de agua dulce; que las manos no se me cierren
como un puño, sino como una caricia;
que la felicidad no se me escabulla en hojarasca,
sino se me ahonde en tronco.

Enséñame a perseverar en el camino de la vida


todos los días. (Zenaida Bacardí)

99 . Pagado
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con un
vaso de leche
Un día, un muchacho muy pobre que era vendedor de puerta a
puerta para pagar sus estudios, se encontró con sólo diez
centavos en su bolsillo y tenía mucha hambre. Entonces decidió
que en la próxima casa iba a pedir comida. No obstante, perdió
su coraje cuando una linda y joven muchacha abrió la puerta. En
lugar de pedir comida pidió un vaso con agua. Ella pensó que él
se veía hambriento y le trajo un gran vaso con leche. Él se lo
tomó y le preguntó: - "¿Cuánto le debo?". - "No me debe nada.
Mi mamá nos enseñó a nunca aceptar pago por bondad." Él dijo:
- "Entonces le agradezco de corazón."

Cuando Howard Kelly -así se llamaba- se fue de esa casa, no sólo


se sintió más fuerte físicamente sino también en su fe en Dios y
en la humanidad. Él estaba a punto de rendirse y renunciar, pero
se animó a seguir luchando con sus estudios.
Años más tarde esa jóven muchacha se enfermó gravemente. Los
doctores locales estaban muy preocupados. Finalmente la
enviaron a la gran ciudad donde llamaron a especialistas para
que estudiaran su rara enfermedad. Uno de esos especialistas
era el Dr. Howard Kelly.

Cuando el se dio cuenta del nombre del pueblo de donde ella


venía, una extraña luz brilló en sus ojos. Immediatamente él se
levantó y fue al cuarto donde ella estaba. Vestido en sus ropas de
doctor fue a verla y la reconoció inmediatamente. Luego volvió a
su oficina determinado a hacer lo imposible para salvar su vida.
Desde ese día le dio atención especial al caso. Después de una
larga lucha, la batalla fue ganada. El Dr. Kelly pidió a la oficina de
cobros que le pasaran la cuenta final para darle su aprobación. La
miró y luego escribió algo en la esquina y la cuenta fue enviada al
cuarto de la muchacha. Ella sintió temor de abrirla porque estaba
segura de que pasaría el resto de su vida tratando de pagar esa
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cuenta. Finalmente ella miró, y algo llamó su atención en la
esquina de la factura. Ella leyó las siguientes palabras: "Pagado
por completo con un vaso de leche." Firmado, Dr. Howard Kelly.

Reflexión:
¿Estás seguro tú también de que todo el bien que hacemos el
Señor sabrá recompensarlo?

Cita bíblica:
“Al que te pide el manto, entrégale también el vestido. Da al que
te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames.” Lc.6,29-30
“Por lo tanto, cuando des limosna no lo vayas pregonando, como
hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, con el fin de
que los alaben los hombres. En verdad os digo que ya recibieron
su recompensa. Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu
mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha, para que
tu limosna quede en lo oculto; de este modo, tu Padre, que ve en
lo oculto, te recompensará.” Mt.6,2-4

Oración:
Señor, quién me entiende.
Tengo la oportunidad de servir
pero es más fácil pensar sólo en mí mismo.
Tengo la oportunidad de hacer feliz a alguien
pero vivo preocupado pensando en lo infeliz que soy.
Tengo la oportunidad de amar
y sólo tengo aliento
para quejarme de mi soledad.

100. Parábola
de los
camellos
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En las ciudades de los hombres hay fuentes que largan su chorro
día y noche. Su misión no es la de abrevar a los hombres de la
ciudad. Más bien cumplen con la función de alegrar la vista con
su juego de agua en movimiento, y los oídos con su
despreocupado murmullo en medio del bullicio. Fuentes que son
visitadas por los turistas, hombres que llegan hasta ellas sin sed y
con una máquina de fotografiar en bandolera.

Abundancia de aguas inútiles, derrochadas frente a hombres sin


sed. Armonía de movimientos y colores para entretener a
hombres que necesitan gastar su tiempo, porque se han
detenido en la vida al quedarse sin metas. Fuentes conocidas por
todo el mundo.

En la Plaza de San Pedro, compré una vez por noventa liras, diez
tarjetas postales con diez fuentes distintas que había visitado en
una sola mañana en que no sabía qué hacer. En ninguna de ellas
sentía necesidad de beber.

Pero en el país de los nómades, las cosas son diferentes. En la


tierra de hombres en movimiento, con metas difíciles y lejanas,
no hay fuentes, sino solamente pozos. Pozos del desierto,
distantes y ocultos bajo la monotonía de los arenales. Abrevadas
en un pozo, hay caravanas que a veces tienen que caminar con
urgencia largo tiempo antes de encontrar el más próximo. Y a
veces su presencia es tan irreconocible que no les queda más
remedio que fiarse del instinto afiebrado de sus camellos
sedientos, que buscan rumbos olfateando el viento.

Pero los camelleros saben también que cuando la sed se agranda,


comienzan los espejismos. En los cerebros recalentados
despiertan entonces las tarjetas postales de fuentes exuberantes
y tentadoras que llevan a las dunas donde sólo está la muerte.
¡Pobre el turista que se adentre en el desierto con su cerebro
equipado con postales de fuentes! Probablemente morirá de sed
autoengañado, a poco trecho del pozo que podría haberle
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devuelto a la vida pero que le permaneció oculto, simplemente
porque su presencia no se manifestaba con los mismos signos
que las fuentes para turistas con las que había equipado su
imaginación.

En ese momento los conductores de camellos deben aferrarse a


dos convicciones: que los camellos con más sed son los mejor
equipados para encontrar el pozo, y que la misión de los
conductores es hacer lo imposible por mantener unida la
caravana sin permitir la desbandada de los camellos sedientos, ni
el rezagarse de los camellos satisfechos. De lo contrario los
camellos sedientos a lo mejor encontrarán el pozo, pero una vez
abrevados se habrán quedado sin caravana, y por ello sin meta,
encadenados a morir junto a ese pozo agotado bien pronto. Y los
otros, la caravana sin sedientos, habrán perdido con ellos la única
posibilidad de dar con el pozo que les habría permitido continuar
su marcha hacia la meta.

La eliminación de los inquietos es el suicidio de las comunidades.


(Mamerto Menapace)

Reflexión:
¿Y tú le das importancia a aquellos miembros del grupo que
tienen más inquietudes?¿Eres de los que no te conformas y
siempre vives en búsqueda o eres de aquellos satisfechos que ya
no van hacia adelante y que necesitan de otros líderes que abran
nuevos caminos?

Cita bíblica:
“Miren cuántas partes tiene nuestro cuerpo, y es uno, aunque las
mismas partes no desempeñen la misma función. Así también
nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo. Dependemos unos
de otros y tenemos capacidades diferentes según el don que
hemos recibido. Si eres profeta, transmite las luces que te son
entregadas; si eres diácono, cumple tu misión; si eres maestro,

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enseña; si eres predicador, sé capaz de animar a los demás; si te
corresponde la asistencia, da con la mano abierta; si eres
dirigente actúa con dedicación; si ayudas a los que sufren,
muéstrate sonriente.” Rom. 12, 4-8

Oración:
Gracias, Señor, por mi grupo.

Gracias por los insatisfechos,


por los que continuamente nos cuestionan,
por los que abren brechas,
por los que Inventan,
por los que nos se conforman,
por los que no pierden la ilusión de ser mejores.
por ellos te pido hoy,
Señor.

101. Parábola
de los clavos
Érase una vez un joven con un carácter
bastante violento. Su padre le dio una bolsa
de clavos y le dijo que clavara un clavo en
la cerca del jardín cada vez que perdiera la
paciencia y se peleara con alguien.

El primer día, llegó a clavar 37 clavos en la cerca. Durante las


semanas siguientes aprendió a controlarse, y el número de clavos
colocados en la cerca disminuyó día tras día: había descubierto
que era más fácil controlarse que clavar clavos.

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Finalmente, llegó un día en el cual el joven no clavó ningún clavo
en la cerca. Entonces fue a ver a su padre y le dijo que había
conseguido no clavar ningún clavo durante todo el día.

Su padre le dijo entonces que quitara un clavo de la cerca del


jardín por cada día durante el cual no hubiera perdido la
paciencia. Los días pasaron y finalmente el joven pudo decirle a
su padre que había quitado todos los clavos de la cerca.

El padre condujo entonces a su hijo delante de la cerca del jardín


y le dijo: "Hijo mío, te has portado bien, pero mira cuántos
agujeros hay en la cerca del jardín. Esta cerca ya no será como
antes.

Cuando te peleas con alguien y le dices algo desagradable, le


dejas una herida como ésta. Puedes acuchillar a un hombre y
después sacarle el cuchillo, pero siempre le quedará una herida.
Poco importa cuántas veces te excuses, la herida verbal hace
tanto daño como una herida física.”

Reflexión:
¿Qué valor le damos a nuestras palabras? ¿Cuántas huellas
hemos dejado en los demás a causa de nuestros malos tratos?

Cita bíblica:
“Señor, Padre y dueño de mi vida, no me abandones al capricho
de mis labios, no permitas que caiga por culpa de mis palabras.”
Sir. 23,1
“Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.
Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te
irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes
malvados” Sal.37,5 . 7

Oración:
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Cuántos clavos te seguimos clavando, Señor...
Cuando hablamos mal del hermano,
cuando guardamos rencor en el corazón...
cuando calumniamos,
cuando maldecimos,
cuando no sabemos dejar un aspacio para el perdón.

Cuántos clavos te seguimos clavando, Señor...


Cuando nos hacemos los indiferentes,
cuando pagamos mal por mal,
cuando no olvidamos las ofensas...
Cuántos clavos, Señor.

102. Parábola del


"aprendiz
de brujo"
Cuenta esta historia que un joven aprendiz, en ausencia de su
sabio maestro, puesto en funcionamiento el artefacto
inventado. El funcionamiento fue perfecto. Aquella maquinaria
prodigiosa, en justa exhibición del talento que la había creado,
iba destrozando todo lo que encontraba a su alrededor.
La angustia del joven aprendiz fue creciendo más y más por no
saber desactivar los mecanismos que detuvieran el invento. Las
consecuencias de aquella curiosidad imprudente y la moraleja
de la historia son fáciles de sacar.

Algo parecido le sucede al joven postmoderno. Por un lado se


considera heredero de un ingente legado de posibilidades que le
posibilitan el vivir con el menor esfuerzo. Ahora bien, el manual
de instrucciones no se tiene ni se sabe interpretar o no se leen

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las contradicciones. Aquí está la danza maravillosa de la
postmodernidad: los jóvenes disfrutan de todo lo que no se han
esforzado en producir, pero también padecer sus más duras
consecuencias.

Reflexión:
¿Cómo utilizas la tecnología que hemos heredado sin
deshumanizarte?¿De qué manera la evangelización da respuesta
al mundo postmoderno cada vez más vacío y más inmediato?

Cita bíblica:

“Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que


llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y
evitaremos ser dispersados por toda la tierra.» Pero el Señor bajó
para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban
construyendo, y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan
un solo idioma; esto es sólo el comienzo de sus obras, y todo lo
que se propongan lo podrán lograr. “ Gen. 11,4-7

Oración:
Señor, que no termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz y haber heco feliz a otros.

Que no me deje vencer por el desaliento.


Que no permita que nadie me quite el derecho a expresarme.
Que no abandone las ansias de hacer de mi vida algo
extraordinario.
Que no deje de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.

103. Párabola
del cuerpo
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Un día la mano izquierda dijo a la derecha: - Nosotras
trabajamos para el estómago y él... ¡nada! Apenas lo oyeron, las
piernas dijeron:
- Nosotras también, y él ¡a comer! Hagamos huelga. Y si el
estómago quiere comer, que se las arregle como pueda.
Oyendo todo esto, el estómago dijo con tristeza:
- Yo no soy comodón. Nuestros trabajos son diferentes.
Dependemos unos de otros. No le dejaron hablar más y los
brazos también se sumaron a la protesta. Pero al cabo de unos
días se empezaron a quejar de lo débiles y cansados que se
encontraban. Lo mismo decían las piernas y la cabeza, y todos los
miembros del cuerpo coincidían en la misma queja. Entonces
hablo de nuevo el estomago mostrándoles su error por el que
pagaban las consecuencias y proponiéndoles que lo alimentaran
de nuevo...

La cabeza pensó, las piernas fueron donde había comida, las


manos la llevaron a la boca y poco después exclamaron:
- Parece que nos vamos recuperando. ¡Qué bien estamos! Todos
los miembros del cuerpo comprendieron entonces muchas cosas.

Reflexión:
¿Te has dado cuenta que todos somos necesarios? ¿Qué papel te
toca desempeñar en este cuerpo que es la Iglesia?

Cita bíblica:

"Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por
muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así
también Cristo... Un solo miembro no basta para formar un
cuerpo, sino que hacen falta muchos. Supongan que diga el pie:
No soy mano, y por lo tanto yo no soy del cuerpo. No por eso
deja de ser parte del cuerpo. O también que la oreja diga: Ya que
no soy ojo, no soy del cuerpo. Tampoco por eso deja de ser parte
del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo podríamos oír? Y si
todo el cuerpo fuera oído, ¿cómo podríamos oler?
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Dios ha dispuesto los diversos miembros colocando cada uno en
el cuerpo como ha querido

El ojo no puede decir a la mano: No te necesito. Ni tampoco la


cabeza decir a los pies: No los necesito. Aun más, las partes del
cuerpo que parecen ser más débiles son las más necesarias, y a
las que son menos honorables las tratamos con mayor respeto;
cubrimos con más cuidado las que son menos presentables,
mientras que otras, más nobles, no lo necesitan. Ustedes son el
cuerpo de Cristo, y cada uno en su lugar es parte de él.” (1 Cor
12,12-30)

Oración:
En esta Iglesia que nos ha tocado vivir
Quiero ser lo que Tú desees que sea:
los pies para llevar sin cansancio tu mensaje,
las manos para auxiliar y dar abrigo,
los ojos para descubrir las necesidades,
la boca para cantar tus alabanzas y denunciar las injusticias,
pero sobre todo, quisiera ser el corazón
para dar esperanza, para dar el ritmo
que haga de este mundo una sinfonía armoniosa...
en paz.

104. Parábola
del Tiempo
Un Experto Asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso
sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del
escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la
mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y
preguntó:

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<<¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?>>.Después


de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter
piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:<<¿Está
lleno?>>.

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la


mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco
y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que
dejaban las piedras grandes.El experto sonrió con ironía y repitió:
<<¿Está lleno?>>.

Esta vez los oyentes dudaron:<<Tal vez no>>. <<¡Bien!>>. Y puso


en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco.
La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las
piedras y la grava. <<¿Está lleno?>> preguntó de nuevo.<<¡No!>>,
exclamaron los asistentes.

<<Bien>>, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó


a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.<<Bueno, ¿qué
hemos demostrado?>>, preguntó.

Un alumno respondió:<<Que no importa lo llena que esté tu


agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más
cosas>>.

<<¡No!>>,concluyó el experto: <<Lo que esta lección nos enseña


es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás
colocarlas después.

Reflexión:
¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida?.
¡Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada!?
Recuerda, ponlas primero. <<El resto encontrará su lugar>>

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Cita bíblica:
“Allí donde está tu riqueza, allí estará también tu corazón” (Mt. 6,
21).
“Busquen primero el Reino de Dios y lo demás les vendrá por
añadidura” (Mt. 6, 33).
“El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge
conmigo, desparrama.” (Lc.11,23)

Oración:
Es hora, Señor, de poner las cosas en su lugar.
Es tiempo y de salvación.
Es tu tiempo y es el mío...
Es la espera y la llegada.
Es lo esencial ... lo que no cambia...
Es lo que te mueve, lo que inspira...
Eres Tú, en nuestra vida.

105. Parábola
India
Un día, cerca del Ganges, iban caminando tres hombres, eran
amigos y conversaban despreocupadamente. De pronto,
apareció un tigre de entre la espesura.

El primero de ellos dijo: "Vishnú nos salvará, nada tenemos que


temer..."El segundo: "Nadie podrá salvarnos del tigre,
¡huyamos!"El tercero: "Yo tengo fe en el Señor Vishnú, pero él no
tiene porque obedecer a mis deseos".

¿Qué les pasó a los hombres? El primero fue comido por el


tigre... Conservó su fe, pero perdió su vida. El segundo salió
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corriendo... salvó su vida, pero perdió su fe. El tercero, se subió
con tranquilidad a un árbol y esperó que el tigre se fuera... Este
no perdió ni su vida ni su fe...

Reflexión:
¿Tu fe oscila entre la pasividad y la desconfianza? ¿Tomas
conciencia de que la fe es don y tarea? ¿Tu fe sigue siendo
interesada? ¿Cómo colaboras tú con la gracia?

Cita bíblica:
“Jesús le dijo: ¿Por qué dices si puedes? Todo es posible para el
que cree. Al instante el padre grit´: Creo, pero ayuda mi poca fe.”
Mc.9,23-24

Oración:
Te pido Fe para mirarte en todo.
Esperanza para no desfallecer.
Caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera.
¡Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y
la menta activa, y que me halla siempre dispuesto a hacer tu
Santa voluntad!

106. Parece que


no está
En un colegio estaban preparando las Primeras Comuniones.
Había un niño que sufría un pequeño retraso mental, y, aunque
él y su familia estaban empeñados en que el niño hiciera la
Primera Comunión, el capellán del colegio no las tenía todas
consigo. Un día llamó al niño y lo llevó al oratorio. Sacó del
bolsillo un crucifijo y preguntó al niño: "Éste, ¿quién es?".
"Jesús", contestó el niño. Entonces señaló el Sagrario y volvió a
preguntar: "Y, entonces, ése de ahí, ¿quién es?". "También
Jesús", contestó el niño sin dudar. "¿Jesús, ahí y aquí...? Pues
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explícame cómo puede ser que Jesús esté a la vez aquí y ahí". "Es
muy fácil –explicó el niño-: Aquí (en el crucifijo), parece que está,
pero en realidad no está. Ahí (en el Sagrario), parece que no está,
pero sí que está". Por su puesto, que aquel niño hizo la Primera
Comunión con todos sus compañeros.

Reflexión:
¿Tu fe en Jesús sacramentado es tan esencial?

Cita bíblica:

“Jesús se fue a la región de Cesarea de Filipo. Estando allí


preguntó a sus discípulos: “Según el parecer de la gente, ¿quién
soy Yo? ¿Quién es el Hijo del Hombre?”. Respondieron: “Unos
dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías o Jeremías, o
alguno de los profetas”. Jesús les preguntó: “Y ustedes, ¿quién
dicen que soy Yo?”. Pedro contestó: “Tú eres el Mesías, el Hijo del
Dios vivo”. Jesús le replicó: “Feliz eres, Simón Barjona, porque
esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que
está en los Cielos”.Mt.16,13 -17

Oración:
Creo en ti, Jesús,
creo en tu presencia escondida,
en tu amor permanente,
en tu silencio redentor.
Creo en ti, Jesús,
alimento de mi alma,
enamorado del hombre,
eterno Cordero.
Creo en ti, Jesús
que te quedas en mi,
que me haces sagrario,
que me comunicas tu vida
para que la entregue a los demás.
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107. Pensar
en el vecino
El padre del pintor sevillano Javier de Winthuyssen, cuando tenía
que pintar la fachada de su casa, que en Andalucía es costumbre
pintarla para la primavera, mandaba al pintor a casa del vecino
de enfrente a preguntarle de qué color quería que la pintara.
Decía el viejecito encantador: "El es quien ha de verla y
disfrutarla; es natural que yo la pinte a su gusto".
(Juan Ramón Jiménez, en "El trabajo gustoso")

Reflexión:
¿Qué necesitamos para pensar igual al viejecito? ¿Qué
consecuencias traería a nuestras relaciones?

Cita bíblica:
“El que motiva a los demás, que sea convincente. Asimismo,
debes dar con la mano abierta, presidir con dedicación y, en tus
obras de caridad, mostrarte sonriente.” Rom. 12,8
“Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y cuiden todo lo
bueno.” Rom.12,9

Oración:
Señor:
Hoy sembraré una sonrisa ...
para que haya mas alegría.
Hoy sembraré una palabra consoladora...
para cosechar serenidad.
Hoy sembraré un gesto de caridad...
para que haya más amor.
Hoy sembraré una oración ...
para que el hombre esté más cerca de Dios.
Hoy sembraré palabras y gestos de verdad...
para que no crezca la mentira .

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Hoy sembraré serenidad de acciones...
para colaborar con la paz.
Hoy sembraré un gesto pacífico...
para que haya menos nervios.
Hoy sembraré en mi mente una buena lectura...
para el gozo de mi espíritu.
Hoy sembraré justicia en mis gestos y palabras...
para que reine la verdad.
Hoy sembraré un gesto de delicadeza...
para que haya más bondad.

108. Pensar
en los demás
Recibí una llamada telefónica de un muy buen amigo. Me alegró
mucho su llamada. Lo primero que me preguntó fue: ¿Cómo
estás? Y sin saber por qué, le contesté: "Muy solo". "-¿Quieres
que hablemos?", me dijo. Le respondí que s í y me dijo: "¿Quieres
que vaya a tu casa?". Y respondí que sí. Colgó el teléfono y en
menos de quince minutos él ya estaba llamando a mi puerta. Yo
hablé durante horas de todo, de mi trabajo, de mi familia, de mi
novia, de mis deudas, y él, atento siempre, me escuchó. Se nos
hizo de día, yo estaba totalmente cansado mentalmente, me
había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me
escuchara, que me apoyara y me hiciera ver mis errores. Me
sentía muy a gusto y cuando él notó que yo ya me encontraba
mejor, me dijo: "Bueno, me voy, tengo que ir a trabajar". Yo me
sorprendí y le dije: "¿Por qué no me habías dicho que tenías que
ir a trabajar?. Mira la hora que es, no has dormido nada, te quité
tu tiempo toda la noche". Él sonrió y me dijo: "No hay problema,
para eso estamos los amigos".

Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así.


Le acompañé a la puerta de mi casa... y cuando él iba hacia su
coche le pregunté: "Y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan
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tarde?". Él se volvió y me dijo en voz baja: "Es que te quería dar
una noticia...". Y le pregunté: "¿Cuál es?" Y me dijo: "Fui al
médico ayer y me dijo que estoy muy enfermo. Tengo cáncer."
Yo me quedé mudo...; él me sonrió y me dijo: "Ya hablaremos de
eso. Que tengas un buen día." Se dio la vuelta y se fue. Pasó un
buen rato hasta que asimilé la situación y me pregunté una y otra
vez por qué cuando él me preguntó cómo estaba me olvidé de él
y sólo hablé de mí. ¿Cómo tuvo fuerza para sonreírme, darme
ánimos, decirme todo lo que me dijo, estando él en esa
situación...? Esto es increíble.

Desde entonces mi vida ha cambiado. Suelo ser menos dramático


con mis problemas. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente
que quiero. Les deseo que tengan un buen día, y les digo: "El que
no vive para servir..., no sirve para vivir...". La vida es como una
escalera, si miras hacia arriba siempre serás el último de la fila,
pero si miras hacia abajo verás que hay mucha gente que quisiera
estar en tu lugar. Detente a escuchar y a ayudar a tus amigos te
necesitan.

Reflexión:
¿Cuántas horas al día te detienes para escuchar a los demás?
¿Sientes que tú eres el único que tiene tantos problemas? ¿te has
dado cuenta de que hay mucha gente que sufre tanto o más que
tú?
Cita bíblica:
“En el amor entre hermanos: demuéstrense cariño unos a otros.
En el respeto: estimen a los otros como más dignos.”Rom.12,10
“Por el contrario, muéstrense buenos y comprensivos unos con
otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en
Cristo.” Ef.4,32

Oración:
El día de hoy
quiero hacer el esfuerzo de ser oídos,
pero no esos oídos sordos a los lamentos de los hermanos,
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no de esos oídos que todo el día
sólo escuchan su propia cantaleta...
Quiero ser de esos oídos que escuchan aún en el silencio,
en un risa nerviosa,
en una palabras secas y duras,
en una voz vacilante...
Que pueda ser oídos, Señor.

109. Por qué


ir a la Iglesia
Un hombre escribió una carta al director del periódico de su
localidad, y comentaba el poco sentido que había tenido para él
acudir a la iglesia cada domingo. "He ido durante 30 años -
escribía-, y desde entonces he escuchado algo así como 3000
homilía. Pero no puedo recordar uno solo de ellos. Pienso
entonces que he gastado mi tiempo, y los sacerdotes el suyo,
dando sermones en balde."

A raíz de aquella carta comenzó una pequeña polémica en las


Cartas al Director de aquel periódico. Continuó durante semanas,
hasta que alguien escribió unas breves líneas que,
sorprendentemente, zanjaron todas las controversias. "Llevo
casado 30 años. Desde entonces he tomado aproximadamente
32000 comidas y cenas. Pero no puedo recordar el menú entero
de ninguno de esos días. Sin embargo, no por eso debe deducirse
que hayan sido en balde. Me alimentaron y me dieron la fuerza
para vivir, y si no hubiera tomado aquellas comidas, hoy estaría
muerto."

Reflexión:
¿Sabes valorar las ayudas recibidas a lo largo de tu vida? ¿Mides
la riqueza espiritual como lo haces con tus ahorros?

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Cita bíblica:
“No se dejen engañar por las diversas doctrinas que llegan de
afuera. Pues, para fortalecer la vida interior, más vale estar en la
gracia de Dios que usar alimentos de los que nadie nunca sacó
provecho.” Heb. 13,9

Oración:
Ayúdame , Señor
a valorar el bien que me procuras,
a buscar el alimento necesario
para crecer en interioridad.
No quiero vivir en la superficie,
ayúdame a ahondar en mí mismo,
en mis relaciones, en mi servicio al prójimo...
cada hora, cada día, cada año, cada vida...

110. Rescatada
Una niña pequeña cuyos padres
habían muerto, vivía con su abuela y
dormía en una habitación del piso
superior. Una noche se produjo un incendio en la casa y la
abuela pereció tratando de rescatar a la niña. El fuego se
propagó rápidamente y el primer piso fue pasto de las llamas.

Los vecinos llamaron a los bomberos y se mantuvieron a la


espera de ayuda ya que era imposible entrar en la casa pues las
llamas bloqueaban todas las entradas. La pequeña apareció en
una de las ventanas superiores, pidiendo a gritos ayuda, justo en
el momento en que corría la voz entre la muchedumbre de que
los bomberos tardarían unos minutos pues estaban todos en otro
fuego.

De pronto, apareció un hombre con una escalera, la apoyó contra


la fachada de la casa y desapareció en el interior. Cuando
reapareció, llevaba en sus brazos a la pequeña. Dejó la niña en
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brazos de los que esperaban fuera y desapareció en la noche.
Una investigación reveló que la niña no tenía parientes.

Semanas después se celebró una asamblea en el ayuntamiento


para determinar quién se llevaría la niña a su casa para
criarla.Una maestra dijo que ella podría criar a la niña. Les hizo
notar que podría asegurarle una buena educación. Un granjero
se ofreció a criarla en su granja. Les hizo notar que vivir en una
granja era saludable y satisfactorio.

Otros hablaron, dando sus razones por las que sería ventajoso
para la niña vivir con ellos. Finalmente, el habitante más rico del
municipio se levantó y dijo: "Yo puedo darle a esta niña todas las
ventajas que han mencionado aquí, y además, dinero y todo lo
que el dinero puede comprar".Durante todo el tiempo, la niña
permaneció con la mirada baja y en silencio.

"¿Quiere hablar alguien más?", preguntó el presidente de la


asamblea. Un hombre se adelantó desde el fondo de la sala.
Andaba despacio y parecía dolorido. Cuando llegó al frente de la
habitación, se paró directamente en frente de la pequeña y
extendió sus brazos. La muchedumbre sofocó un grito. Sus
manos y brazos tenían cicatrices terribles.

La niña gritó: "¡Éste es el hombre que me rescató!". De un salto,


rodeó con sus brazos el cuello del hombre, asiéndose
desesperadamente a él, como había hecho aquella fatídica
noche. Apoyó la cara en su hombro y sollozó durante unos
momentos. Entonces levantó los ojos y le sonrió. "Se levanta la
asamblea" dijo el presidente.

Reflexión:
¿Estás de acuerdo con que las palabras convencen pero el
ejemplo arrastra? ¿Cuántas veces decimos cosas muy bonitas que
en realidad nunca concretamos? ¿El amor se demuestra con
obras?

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Cita Bíblica:
“Por los frutos los conocerán”. Mt.7,16
“Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que
hace tu derecha (...) Tú, cuando ores, entra en tu habitación,
cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te premiará (Mt 6, 3. 6)

Oración:
Virgen María, dame un corazón semejante al tuyo.
Firme en sus afectos e inquebrantable en su fidelidad.
Un corazón afectuoso que irradie ternura serena
y no rehúse entregarse a los demás.
Un corazón delicado, capaz de poner amor
en los pequeños detalles y en los humildes servicios.
Un corazón casto, que viva en la carne,
sin mancharse de torpezas.
Un corazón abierto de par en par,
que goce con el gozo de los demás
y que sepa beber la copa del dolor.
Un corazón dulce y bueno,
que no condene a nadie
y no se canse nunca de perdonar y de amar.

111.. Sin semillas


Una vuelta Ciriaco lo fue a buscar
a Nemesio. El paisano tiene dos
tiempos: Uno para pensar y otro
para seguir pensando. No tenía
nada que hacer y fue a visitarlo.
Y cuando llegó a la casa vio que
Nemesio estaba trabajando en el campito que tenía. Lo había
emprolijado bien.

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Ciriaco no lo quiso distraer. Puso la pata en el segundo alambre,
apoyó el codo arriba, sacó el anca como para estacionar y se
quedó a esperar que el otro terminara con su trabajo.

Le extrañó lo que vio, porque el hombre había hecho como unos


surcos largos, así como para adentro. Caminaba unos metros y
hacía con el pie un hoyito. Metía la mano y sacaba como algo. Lo
ponía, se enderezaba y tapaba el hoyito. Recorría otros metros y
así iba haciendo. Como dos horas anduvo este hombre dándole
al trabajo. Y cuando terminó, lo saludó el Nemesio al Ciriaco:
-Hola, ¿qué andás haciendo?
-Estaba esperando que terminaras el trabajo. ¿qué andás
haciendo?
-Ya me ves, sembrando.
-¿Sembrando? ¿Y qué estás sembrando?
-Melones.
-¿Melones? Mirá que te he mirando bien. Yo he visto que vos
hacías todo, pero no ponías ninguna semilla adentro del hoyito.
-¡Ah, éstos son melones sin semilla!

Nemesio creía que para que nacieran melones sin semillas, había
que hacer todo como si sembraras melones. Lo único que había
que omitir era poner la semilla. Tal vez por eso solo detallecito
no le nació nada. Digo ¿no?

¿Saben a lo que me hace acordar? A esa gente que quiere vivir


una vida espiritual pero se olvida del Espíritu Santo. Hace todo el
esfuerzo como si fuera un hombre religioso. Todo. Lo único que
se olvida es de invocar al Espíritu Santo y de pedir que Dios haga
eso.
Entonces lo más probable es que no pase nada.
Así como a Nemesio no creo que en ese año le hayan salido
melones sin semilla, tampoco creo que al cristiano le salga vida
espiritual si no le pone el Espíritu. (Mamerto Menapace)

Reflexión:
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¿Queremos cosechar sin sembrar? ¿Es cierto que no podemos
“pedirle peros al olmo”? ¿Crees que la espiritualidad se
improvisa? ¿Cómo poder cultivarla?

Cita bíblica:
"Señor, yo... escondí en la tierra tu dinero. Aquí tienes lo que es
tuyo." Pero su patrón le contestó: "¡Servidor malo y perezoso!...
Quítenle, pues, el talento y entréguenselo al que tiene diez."
Porque al que produce se le dará y tendrá en abundancia, pero al
que no produce se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese servidor
inútil, échenlo a la oscuridad de afuera: allí será el llorar y el
rechinar de dientes." Mt. 25, 29-30

Oración:
Señor Jesús, hazme conocer quién eres.
Haz sentir a mi corazón la santidad que hay en ti.
Haz que yo vea la gloria de tu rostro.
De tu ser y de tu palabra,
de tu accionar y de tu proyecto,
hazme derivar la certeza
que la verdad y el amor
están a mi alcance para salvarme.
Tu eres el camino, la verdad y la vida.
Tu eres el principio de la nueva creación.
Dame el coraje de arriesgar.
Hazme consciente
de mi necesidad de conversión,
y permite que con seriedad la realice
en la realidad de la vida cotidiana.
Y si me reconozco indigno y pecador,
dame tu misericordia.
Dóname la fidelidad que persevera
y la confianza que comienza siempre,
cada vez que todo parece fracasar.

Romano Guardini

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112.¿Te puedo
comprar
una hora?
El hombre llegó del trabajo a casa otra vez tarde, cansado e
irritado, y encontró a su hijo de cinco años esperándolo en la
puerta. "Papá, puedo preguntarte algo?" "Claro, hijo, qué?
respondió el hombre. "Papá, ¿cuánto dinero ganas por hora?"
"¿Por qué lo preguntas?, dijo un tanto molesto. "Sólo quiero
saberlo. Por favor dime cuánto ganas por hora", suplicó el
pequeño. "Si quieres saberlo, gano 20 dólares por hora".

"Oh", repuso el pequeño inclinando la cabeza. Luego dijo: "Papá,


¿me puedes prestar 10 dólares, por favor?". El padre estaba
furioso. "Si la razón por la que querías saber cuánto gano es sólo
para pedirme que te compre un juguete o cualquier otra
tontería, entonces vete ahora mismo a tu habitación y acuéstate.
Piensa por qué estás siendo tan egoísta. Trabajo mucho, muchas
horas cada día y no tengo tiempo para estos juegos infantiles".

El pequeño se fue en silencio a su habitación y cerró la puerta. El


hombre se sentó y empezó a darle vueltas al interrogatorio del
niño. "¡Cómo puede preguntar eso sólo para conseguir algo de
dinero!". Después de un rato, el hombre se calmó y empezó a
pensar que había sido un poco duro con su hijo. Quizás había
algo que realmente necesitaba comprar con esos 10 dólares y, de
hecho, no le pedía dinero a menudo. Fue a la puerta de la
habitación del niño y la abrió.

"¿Estás dormido, hijo?", preguntó. "No, papá. Estoy despierto"


respondió el niño. "He estado pensando, y quizá he sido

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demasiado duro contigo antes. Ha sido un día muy largo y lo he
pagado contigo. Aquí tienes los 10 dólares que me has pedido".

El niño se sentó sonriente: "¡Oh, gracias, papá!", exclamó.


Entonces, rebuscando bajo su almohada, sacó algunos billetes
arrugados más. El pequeño contó despacio su dinero y entonces
miró al hombre, el cual, viendo que el niño ya tenía dinero,
empezaba a enfadarse de nuevo. "¿Por qué necesitabas dinero y
ya tenías?", refunfuñó el padre.
"Porque todavía no tenía bastante, pero ahora sí tengo. Papá,
ahora tengo 20 dólares..., ¿puedo comprar una hora de tu
tiempo?".

Reflexión:
¿Cuánto tiempo gastas en tus seres queridos? ¿Cuáles son tus
prioridades?¿Cómo alimentas la fraternidad, la amistad, el cariño
de hogar?

Cita bíblica:

“Hermanos muy queridos, que todos sean prontos para escuchar,


lentos para hablar y enojarse; porque la ira del hombre no
cumple la justicia de Dios. “ Stgo. 1, 19-20

Oración:
Querido Padre Celestial,
haz que yo sea una mejor mamá, un mejor papá.
Enséñame a entender a mis hijos,
a escuchar con paciencia lo que tienen que decir,
y a responder todas sus preguntas con amabilidad.
Haz que no los interrumpa, que no los contradiga,
o que les conteste mal.

Concédeme la gracia de jamás herir sus sentimientos.


Evita que yo me ría de sus errores,
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o que los avergüence o los ridiculice para castigarles.
Dame la capacidad para concederle lo que ellos me pidan
y sea razonable.

Y concédeme el valor de negarles un privilegio


que yo sé que les dañará.
Haz que yo sea digno de que mis hijos
me amen y me imiten. Amén.

113. Todos
los días
Un sacerdote estaba en su parroquia Iglesia al mediodía, y al
pasar por junto al altar decidió quedarse cerca para ver quién
había venido a rezar. En ese momento se abrió la puer ta, y el
sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose
por el pasillo. El hombre estaba sin afeitarse desde hace varios
días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos
bordes se habían comenzado a deshilachar.

El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, estuvo así un momento


y luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días el mismo
hombre, siempre al mediodía, entraba en la Iglesia cargando con
una maleta, se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir. El
sacerdote, un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase
de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la iglesia y
cuando el hombre se disponía a salir le pregunto: "¿Que haces
aquí?".

El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media hora libre para
el almuerzo y aprovechaba ese momento para rezar. "Sólo me
quedo unos instantes, sabe, porque la fábrica queda un poco
lejos, así que solo me arrodillo y digo: Señor, sólo vengo para
contarte lo feliz que me haces cuando me perdonas mis pecados;
no sé muy bien rezar, pero pienso en Tí todos los días, así que,
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Jesús, éste es Jim a tu lado". El sacerdote se conmovió y dijo a Jim
que le alegraba mucho eso y que era bienvenido en la iglesia
siempre que quisiera.
El sacerdote se arrodilló ante el altar, emocionado, y sintió que
las lágrimas corrían por sus mejillas, y en su corazón repetía la
plegaria de Jim: Señor, sólo vengo para contarte lo feliz que me
haces cuando me perdonas mis pecados; no sé muy bien rezar,
pero pienso en Tí todos los días, así que, Jesús, éste soy yo a tu
lado. Un tiempo después, el sacerdote notó que el viejo Jim no
había venido. Los días siguieron pasando sin que Jim volviese
para rezar, por lo que comenzó a preocuparse, hasta que un día
fue a la fábrica a preguntar por él. Allí le dijeron que él estaba
enfermo, que pese a que los médicos estaban muy preocupados
por su estado de salud, todavía creían que podía sobrevivir.

La semana que Jim estuvo en el hospital sonreía todo el tiempo y


su alegría era contagiosa. La enfermera no podía entender por
qué Jim estaba tan feliz, ya que nunca había recibido visitas, ni
flores, ni tarjetas. El sacerdote se acercó al lecho, y Jim le dijo:
"La enfermera piensa que nadie viene a visitarme, pero no sabe
que todos los días, desde que llegue aquí, a mediodía, un querido
amigo mío viene, se sienta aquí en la cama, me agarra de las
manos, se inclina sobre mí y me dice: Sólo vine para decirte, Jim,
lo feliz que soy con tu amistad y perdonando tus pecados.
Siempre me gustó oír tus plegarias, y pienso en ti cada día... Así
que, Jim, éste es Jesús a tu lado".

Reflexión:
¿Qué relación cultivas con Jesús? ¿ Tu oración es sencilla,
esencial, confiada como la de Jim?

Cita bíblica:

"Déjate llevar por lo que te dicta el corazón, porque nadie te será


más fiel que él, el alma de un hombre suele advertir a menudo
mejor que siete vigías apostados sobre una altura. Y por encima
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de todo ruega al Altísimo para que dirija tus pasos en la verdad.
Eclo. 37,13-15

“Amo al Señor porque el escucha el clamor de mí suplica porque


inclina su oído hacia mí cuando yo lo invoco. Los lazos de la
muerte me envolvieron me alcanzaron las redes del abismo caí en
la angustia y la tristeza entonces invoque al Señor ¡sálvame!El
Señor es justo y bondadoso nuestro Dios es compasivo el Señor
protege a los sencillos yo estaba en la miseria y me salvó. Alma
mía recobra la calma porque el Señor ha sido bueno contigo. Él
libró mi vida de la muerte mis ojos de las lagrimas y mis pies de la
caída. Yo caminaré en la presencia del Señor en la tierra de los
vivientes.” Salmo 116

Oración:
Día tras día, mi Señor,
te voy a pedir tres cosas:
verte más claramente,
amarte más tiernamente
y seguirte más fielmente

114. Tres árboles


Había una vez, sobre una colina en un
bosque, tres árboles. Con el
murmullo de sus hojas,
movidas por el viento, se
contaban sus ilusiones y sus sueños. El
primer árbol dijo: "Algún día yo espero
ser un cofre, guardián de tesoros. Se me
llenará de oro, plata y piedras preciosas. Estaré
adornado con tallas complicadas y maravillosas, y
todos apreciarán mi belleza". El segundo árbol contestó: "Llegará
un día en que yo seré un navío poderoso. Llevaré a reyes y reinas
a través de las aguas y navegaré hasta los confines del mundo.

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Todos se sentirán seguros a bordo, confiados en la resistencia de
mi casco".

Finalmente, el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer hasta ser el


árbol más alto y derecho del bosque. La gente me verá sobre la
colina, admirando la altura de mis ramas, y pensarán en el cielo y
en Dios, y en lo cerca que estoy de El. Seré el árbol más ilustre
del mundo, y la gente siempre se acordará de mí".

Después de años de rezar para que sus sueños se realizasen, un


grupo de leñadores se acercó a los árboles. Cuando uno se fijó en
el primer árbol, dijo: "Este parece un árbol de buena madera.
Estoy seguro de que puedo venderlo a un carpintero". Y empezó
a cortarlo. El árbol quedó contento, porque estaba seguro de que
el carpintero haría con él un cofre para un tesoro. Ante el
segundo árbol, otro leñador dijo: "Este es un árbol resistente y
fuerte. Seguro que puedo venderlo a los astilleros". El segundo
árbol lo oyó satisfecho, porque estaba seguro de que así
empezaba su camino para convertirse en un navío poderoso.
Cuando los leñadores se acercaron al tercer árbol, él se asustó,
porque sabía que, si lo cortaban, todos sus sueños se quedarían
en nada.

Un leñador dijo: "No necesito nada especial de mi árbol. Me


llevará éste". Y lo cortó. Cuando el primer árbol fue llevado al
carpintero, lo que hizo con él fue un comedero de animales. Lo
pusieron en un establo, y lo llenaron de heno. No era esto lo que
él había soñado, y por lo que tanto había rezado. Con el segundo
árbol se construyó una pequeña barca de pescadores. Todas sus
ilusiones de ser un gran navío, portador de reyes, se acabaron. Al
tercer árbol simplemente lo cortaron en tablones, y lo dejaron
contra una pared.

Pasaron los años, y los árboles se olvidaron de sus sueños. Pero


un día un hombre y una mujer llegaron al establo. Ella dio a luz, y
colocaron al niño sobre el heno del pesebre que había sido hecho
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con la madera del primer árbol. El hombre querría haber hecho
una pequeña cuna para el niño, pero tenía que contentarse con
este pesebre. El árbol sintió que era parte de algo maravilloso, y
que se le había concedido tener el mayor tesoro de todos los
tiempos. Años más tarde, varios hombres se subieron a la barca
hecha con la madera del segundo árbol. Uno de ellos estaba
cansado, y se durmió.

Mientras cruzaban un lago, se levantó una tormenta fortísima y


el árbol pensaba que no iba a resistir lo suficiente para salvar a
aquellos hombres. Los otros despertaron al que estaba dormido.
El se levantó, y dijo: "¡Cállate!", y la tormenta se apaciguó.
Entonces el árbol se dio cuenta de que en la barca iba el Rey de
reyes. Finalmente, tiempo después, se acercó alguien a coger los
tablones del tercer árbol. Unió dos en forma de cruz, y se los
pusieron encima a un hombre ensangrentado, que los llevó por
las calles mientras la gente lo insultaba.

Cuando llegaron a una colina, el hombre fue clavado en el


madero, y levantado en el aire para que muriese en lo alto, a la
vista de todos. Pero cuando llegó el siguiente Domingo, el árbol
comprendió que había sido lo suficiente fuerte para estar sobre
la cumbre y acercarse tanto a Dios como era posible, porque
Jesús había sido crucificado en él. Ningún árbol ha sido nunca tan
conocido y apreciado como el árbol de la Cruz.
(Anónimo inglés)
Reflexión:
¿A ti también te ha parecido que aveces te salen las cosas al
revés? ¿Tienes la certeza de que Dios tiene un plan para cada uno
de nosotros y que sus planes suelen ser mejores que los nuestros?
¿Te fías de Dios?
Cita bíblica:

"Antes de que te formaras en el seno, ya te conocía, antes de que


nacieras te aparte, para nombrarte como mi profeta delante de
todas las naciones. Oh, Señor Soberano", dije, " No se como

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hablar, soy solo un niño". Pero el Señor me dijo, " No digas ‘Solo
soy un niño’ debes ir a todos a quienes yo te envíe y decir lo que
te ordene que digas. o te de miedo de ellos, pues estoy contigo y
te rescataré" declaró el Señor.” Jer 1,5- 8

Oración:
Oh Corazón de Amor,
En ti pongo toda mi confianza,
Porque todo lo temo de mi debilidad,
Pero todo lo espero de tu infinita Misericordia.

Oh Señor, a tu Corazón me confío,


mírame, después haz lo que tu Corazón te diga,
deja actuar a tu Corazón.
Señor, yo me fío de ti,
yo estoy seguro de ti,
yo me entrego a ti
y cuento contigo.

115. Tres
pipas
Una vez un miembro de la tribu se
presentó furioso ante su jefe para
informarle que estaba decidido a
tomar venganza de un enemigo que lo
había ofendido gravemente. Quería ir
inmediatamente y matarlo sin piedad.
El jefe le escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a
hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa
de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del
pueblo. El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del
gran árbol. Tardó una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las
cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo
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había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero
que si le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara
de la ofensa.

Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó su decisión, pero le


ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la
pipa y fuera a fumarla al mismo lugar. También esta vez el
hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando.
Después regresó a donde estaba el cacique y le dijo que
consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero
que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar
vergüenza delante de todos.

Como siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió


a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las
veces anteriores. El hombre, medio molesto, pero ya mucho más
sereno, se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue
convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca. Cuando terminó,
volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor veo que la cosa no es
para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo.
Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo
que ha hecho".

El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar


juntos al pie del árbol, diciéndole: "Eso es precisamente lo que
tenía que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte
tiempo para que lo descubrieras tu mismo".

Reflexión:
¿Eres de los que te dejas llevar por tus primeras reacciones o
sopesas antes tus decisiones? ¿Cuánto eres capaz de perdonar?

Cita bíblica:
“No te enojes facilmente, el enojo habita en el corazón del
insensato.”Ec. 7,9

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“Enójense, pero sin pecar: que el enojo no les dure hasta el
término del día, y ni den lugar al demonio.” Ef. 4, 26

Oración:
Te ruego que me concedas tu gracia
para saber pensar, saber hacer,
saber decir, saber escuchar y callar,
y saber hablar oportunamente.

Que aprenda a entender y comprender a los demás;


a tener esperanza y ser solidaria;
enséñame a tener paciencia,
a ser fuerte y saber dar consejo;
que siempre ame y sirva a Dios ayudando a quien pueda,
haciéndolo con amor y en su nombre.

116. Un
donante
muy especial
Robyn Bowen es una mujer de Washington que en 1980 acudió a
una Clínica en Rochester para ser atendida de una
enfermedad al riñón mientras estaba embarazada. Recuerda
cómo los doctores le dijeron llevar el embarazo hasta el final
podría perjudicarle e incluso ponerse en peligro de muerte. Pero
ella no quiso abortar, no dudó: "Supe desde el primer día que
Dios me había bendecido al permitirme tener a Brandon", que así
llamó a su hijo. Robyn dio a luz y continuó con su vida de diálisis y
medicamentos, y salvó su vida por no abortar, pues cuando
estaba enferma de muerte si no recibía un riñón compatible, le
salió un donante muy especial.

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Veinte años después de su alumbramiento, su hijo se ofreció
para donarle un riñón. "Mi cuerpo no es realmente mi cuerpo -
afirma Brandon, el hijo-, a lo que me refiero, es que este no es mi
riñón realmente. Es como el deseo de Dios y algo que necesitaba
hacer". Su madre afirma: "él estaba muy seguro de que eso era lo
que Dios quería que hiciera, por lo que fue el único motivo por el
que le permití hacerlo". Orgulloso de salvar a su madre, seguía
diciendo Brandon: "Tú no sabes lo que la vida de un niño pueda
lograr en el futuro... Él podría ser el presidente, o tal vez podría
encontrar la cura para el cáncer o algo así. Uno nunca sabe. Yo
sólo pienso que todo niño debería tener una oportunidad".
(Llucià Pou).
Reflexión:
¿Valoras y respetas la vida como un don de Dios? ¿Crees que todo
ser humano tiene derecho a vivir? ¿Aun los no nacidos?

Cita bíblica:
“Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia “.Dt 30,
15.19.
“Todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.”Jn 11, 26

Oración:
¡Cómo negar que existen los milagros
si nuestra misma vida es misterio... es maravilla!
¡Cómo negar que existen los milagros
si a pesar de nuestra desidia sigue latiendo el corazón!
¡Cómo negar que existen los milagros
si un niño te sonríe, si una madre te abraza!
¡Cómo negar que existen los milagros
si va creciendo en tu vientre,
con tu ayuda pero no sin la de Dios
y una vida que pide vivir!
¡Cómo negar que existen los milagros
y cómo matar esa posibilidad!

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117. Una
antigua
leyenda
Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer,
le dijo a Dios: -Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra;
pero ¿Cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
-Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está
esperando: él te cuidará.

-Pero dime: aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír,


eso basta para ser feliz.
-Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su
amor y serás feliz.

-Y ¿cómo entender que la gente me hable, si no conozco el


extraño idioma que hablan los hombres?

-Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que
puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te ensañará a
hablar.
-Y, ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?
-Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.
-He oído que en la Tierra hay hombres malos ¿Quién me
defenderá?
-Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
-Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
-Tu ángel te hablará de Mí y te enseñará el camino para que
regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían
voces terrestres, y el niño presuroso, repetía suavemente:
-Dios Mío, si ya me voy dime su nombre. ¿Cómo se llama mi

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ángel?
-Su nombre no importa, tú le dirás: Mamá.

Reflexión:
¿Agradeces diariamente el don de tu madre? ¿Alivias y
acompañas a quien para verte feliz no escatima sacrificios?

Cita bíblica:
"Como una madre acaricia a su hijo así os consolaré yo; os
llevare en mis brazos y sobre mis rodillas os meceré". Is 66.12,13
"Podrá una madre olvidarse de su hijo...Pues aunque ella se
olvide de su hijo, yo no os olvidaré jamás". Is 49,15

Oración:
Señor, te agradezco por la madre que me diste
y que tanto admiro.
Haz que siempre la ame más y que ella se sienta amada.
Auméntale la alegría y no permitas que yo,
para ella, me convierta en un peso.
Ayúdame a aliviar sus horas de cansancio y preocupaciones,
para que pueda servirle de "Cirineo".
No dejes, Señor, que los desengaños le hagan decaer.
Ayúdale a enfrentar, con renovado coraje, sus responsabilidades
y a actuar frente a ellas de la mejor manera posible.
Y por sobre todo, permite que me acompañe el tiempo suficiente
para poder recompensarle
todo lo que ha hecho por mí.

118. Una historia


especial
Había una vez...Un muchacho que nació con
cáncer. Un cáncer que no tenía cura. Tenía
17 años y podía morir en cualquier momento.
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Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su


madre. Ya estaba cansado y decidió salir solo
por una vez. Le pidió permiso a su madre
y ella aceptó. Caminando por su cuadra vio
muchas tiendas.

Al pasar por una tienda de música; al ver el aparador, notó la


presencia de una muchacha de su edad.! Amor a primera vista!
Abrió la puerta y entró sin mirar nada que no fuera ella.

Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde se


encontraba.Lo miró y le dijo sonriente: "Te puedo ayudar en
algo?".

Mientras él pensaba que, era la sonrisa más hermosa que había


visto en toda su vida. Sintió el deseo de besarla en ese mismo
instante.Tartamudeando le dijo: " Si, eeehhh, uuhhh... me
gustaría comprar un CD". Sin pensar; tomó el primero que vió y le
dió el dinero.-"Quieres que te lo envuelva?"- Preguntó la joven,
sonriendo de nuevo.

Él respondió que sí moviendo la cabeza; y ella fue al almacén


para volver con el paquete envuelto y entregárselo. Lo tomó y
salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante
visitó la tienda todos los días para comprar un CD. Siempre se los
envolvía la joven, para luego llevárselos a su casa y meterlos al
armario. Él era muy tímido para invitarla a salir y; aunque
trataba, no podía.

Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se atreviera


a invitarla a salir, así que al siguiente día se armó de coraje y se
dirigió a la tienda.Como todos los días compró otra vez un CD; y
como siempre, ella se fue atrás para envolverlo... Él tomó el CD; y
mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejó su teléfono en
el mostrador y salió corriendo de la tienda.
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- Riiiiiiiiiiiiiiing!!!!

Su mamá contestó: "¿Bueno?"¡Era la muchacha!, Preguntó por


su hijo; y la madre, comenzó a llorar: "Murió ayer". Le dijo. Hubo
un silencio prolongado, cortado por los lamentos de la
madre.Más tarde; la mamá entró en el cuarto de su hijo para
recordarlo.

Abrió el armario. En vez de la ropa, lo primero que encontró era


un montón de CD's envueltos.Ni uno estaba abierto.Tomó uno y
se sentó sobre la cama para verlo; al abrirlo, un pedazo de papel
salió de la caja plástica. Decía: hola!!, Quieres salir conmigo?".
TQM... Sofía. Al ver esto, la madre empezó a abrir uno y otro, y
en cada CD había un papel, igual .....

Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien


especial lo que sientes. Díselo hoy. Mañana puede ser muy
tarde.!!!

Reflexión:
¿Esperas demasiado para decirle a alguien especial lo que
sientes?
¿Eres de las personas que no expresan fácilmente sus
sentimientos por temor? ¿Sabes que un gesto o una palabra de
afecto pueden hacer mucho bien?

Cita bíblica:
"Sean tan buenos como lo es el Padre Celestial" Mateo 45,48:
" Amense unos a otros como yo los he amado"Jn. 15,12
"Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua sino con obras
y de verdad." 1Jn.3,16-18

Oración:
No esperaré hasta mañana
para decirle a mis amigos que los quiero,
que mi vida tiene más luz cuando los veo,
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que hay música en mi jornada cuando me hablan,
que me siento vivo cuando comparto con ellos.
No esperaré hasta mañana
para decir lo siento,
para pedir disculpas,
para corregir lo errado.

119. Una niña


hermosa
Anoche tuve un sueño, de pronto sin saber como, puede ver
delante de mí a una hermosa niña que jugueteaba
graciosamente; sin parar, corría y bailaba, luego, levantando
ambos brazos giraba su cuerpo, para después ponerse a dar de
brincos mientras reía de una manera encantadora y divertida.

De inmediato sentí por ella un enorme apego y cariño, sin


embargo, percibí que el amor que sentía por ella no era de hacía
unos instantes, era un amor de hacia tiempo, un amor de años,
de unos tres o cuatro, que era la edad aproximada de aquella
bella pequeña. Y aquella sensación de algún modo me llevó a
darme cuenta de que por lo menos en mi sueño, aquella chiquita
era mi hija, y así entendí por que mi cariño por ella me parecía
de mucho tiempo.

Ella no dejaba de reír mientras jugaba, giraba, brincaba y su


larga cabellera volaba graciosa por los aires. Yo la contemplaba
lleno de gozo y orgullo, ya que podía darme cuenta, de que mi
pequeña hija, hacía todas aquellas gracias, expresamente para
mí, para su papá. Todo era armonía en mi sueño, una gran
felicidad me embargaba por lo que me incliné hacia ella, con
toda la ternura de que soy capaz la abracé y le di un beso, a lo
que ella respondió con una gran sonrisa y como si hubiese
recibido “cuerda”, imprimió aún más alegría a sus piruetas. Fue

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Parábolas de la Vida
un momento precioso, yo estaba feliz y era evidente que la
pequeña se sentía contenta, pero sobre todo amada.

Sólo unos segundos había durado mi sueño y ya una enorme


alegría llenaba mi corazón… más de pronto, mi pequeñita de
ensueño desapareció, y quedó un vacío donde antes todo era
alegría. Tan rápido como había llegado el amor, del mismo modo
una gran tristeza ensombreció mi sueño. ¿Dónde está mi hija? –
me pregunté-. Y en ese preciso instante obtuve la respuesta. No
puedo decir que fue una voz, más bien creo que fue como un
mensaje escrito en mi mente, que fue puesto ahí y que de
pronto se corría un velo para que yo pudiera verlo.
Y decía: “Esta niña que has visto y amado en tan poco tiempo,
realmente es una niña que nunca nació, esta niña fue abortada y
nunca nadie pudo amarla como tú lo has hecho, nunca nadie
pudo ver lo hermosa que era y nadie disfrutó de su risa ni recibió
sus besos. Es una niña que no pudo dar al mundo todos los
dones que Dios había puesto en ella.”

Y sentí un dolor inmenso en mi corazón, comprendí entonces


que aquella pequeñita no había tenido la oportunidad de nacer,
y comprendí que el haber terminado con aquella preciosa vida,
lejos de lograr algún beneficio, más bien se había convertido en
una pérdida irreparable para toda la humanidad. Tan bella,
graciosa, cariñosa e inteligente; la conocí tan sólo por unos
instantes, pero fueron suficientes para darme cuenta de que
hubiera sido una gran mujer.

Todo en mi sueño se ensombreció y sólo pude ver el vacío. No


quedó nada, donde poco antes había tanto. Y así, mi triste sueño
terminó, justo en el momento, en el que desperté llorando.
(José Luis Contreras)
Reflexión:
Cuando conversamos con nuestros alumnos o con nuestros
amigos ¿Defendemos suficientemente la vida en un mundo
donde la cultura de muerte nos ha invadido?
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Parábolas de la Vida

Cita bíblica:
"Yo he venido para que tengan vida" Jn 10, 10
“Entonces Yavé dijo: Clama la sangre de tu hermano y su grito
me llega desde la tierra.” Gn.4,10

Oración:
Esta noche, te pido perdón, Señor,
por los niños que no nacieron,
por las madres que no valoran el misterio
que hay en su vientre,
por quienes se quejan por el peso que les toca llevar.
Esta noche, te pido, María,
que acunes a tantos niños que no nacieron
que no recibieron cobijo.
Que tu corazón materno
los lleve a Jesús.

120. Una pierna


deforme
Un niño pequeño entró en una tienda de
mascotas con tres monedas en la mano
comprar un cachorro de esos que se
anunciaban en venta en el escaparate de
la tienda. Lo recibió el tendero:
"Buenos días. ¿Qué se te ofrece?". El niño le dijo: "En el
escaparate hay un letrero anunciando que venden cachorros y yo
quiero comprar uno. ¿Cuánto cuestan?". "Mira, cuestan
quinientos pesos". "¡Uy! Traigo sólo esto", y le enseñó las tres
monedas. "¿Puedo verlos?", le preguntó el niño. "Claro que sí",
contestó el tendero con una sonrisa. Entró a verlos y se encontró
con una perrita con cinco cachorros. El último cachorro cojeaba.
"¿Qué le pasa a ese cachorro?", preguntó el niño. "Nació con un
defecto en las patas traseras. Ese perrito no puede correr, ni
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saltar". "Ése es el que quiero", dijo el niño entusiasmado. "No
querrás ese, si no podrá correr contigo. Llévate mejor este otro
que está muy bien", dijo el tendero.

"No, yo quiero ése". "¿Por qué?", preguntó el tendero. El niño se


levantó el pantalón y le mostró su pierna derecha que estaba
deforme y maltrecha, y le dijo: "Yo tampoco puedo correr bien,
ni saltar, y ese perrito necesita alguien que le comprenda." El
tendero se quedó conmovido y enseguida le dijo: Bueno, pues
entonces te lo vendo por las tres monedas que traes". "No, de
ninguna manera. El hecho de haber nacido así no lo hace menos
valioso. Yo le pagaré el mismo precio que pide por los demás,
hasta el último centavo". El tendero, aún más conmovido, le dijo:
"Ojalá los demás cachorritos tengan un dueño como tú, que los
quiera y los comprenda así. Todos merecemos tener alguien que
nos comprenda y nos quiera así como somos".

Reflexión:
¿Te has percatado del amor de Dios por nosotros? ¿Nuestros
defectos o limitaciones no nos devalúan a sus ojos... El pagó un
precio muy alto por nosotros. ¿Valió la pena?

Cita bíblica:
"Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta
que por noventa y nueve justos..". Lc 15,1-10
“Mirad qué amor tan grande nos ha mostrado el Padre: que nos
llamemos hijos de Dios, ¡y lo somos!1 Jn.3,1

Oración:
Señor, enséñame a disculpar los errores,
a no condenar a los culpables,
a extender la mano a los que se alejan,
a prestar atención a los indiferentes,
a no esperar “perfectos” junto a mí...
Gracias por sus limitaciones, gracias por sus cojeras,
gracias porque me permites hacerles sentir
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Parábolas de la Vida
lo mucho que los amas, aún estando así.

121. Volar
sobre
el pantano
Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del
pantano, se había acostumbrado a estar ahí. Comía gusanos del
fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo. Sus alas
estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día
un gran ventarrón destruyó su guarida.

El árbol podrido fue tragado por el cieno y el pájaro se dio cuenta


de que iba a morir. En un deseo repentino de salvarse, comenzó
a aletear con fuerza para emprender el vuelo. Le costó mucho
trabajo, porque había olvidado como volar, pero se enfrentó al
dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el
ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso.

Los problemas que tenemos son muchas veces como el


ventarrón que ha destruido tu guarida y te está obligando a
elevar el vuelo o morir. Nunca es tarde. No importa lo que se
haya vivido, ni los errores que se hayan cometido, ni las
oportunidades que se hayan dejado pasar, ni la edad. Siempre
estamos a tiempo para decir "basta", para sacudirnos el cieno y
volar alto y lejos.

Reflexión:
Sólo podemos convertirnos cuando nos percatamos de que hay
algo que cambiar... ¿ Me habré acostumbrado a mi situación
actual ? ¿Cuál es el lodo que me impide volar?
Cita bíblica:

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“Ustedes estaban muertos a caua de sus faltas y sus pecados.
Con ellos seguían la corriente a este mundo y al soberano que
reina entre el cielo y la tierra,el espíritu que ahora está actuando
en los corazones rebeldes.... Pero dios es rico en misericordia:
¡con qué amor tan inmenso nos amó! Estábamos muertos por
nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: ¡por pura gracia
ustedes han sido salvados!” Ef.2, 1-5
“. Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte,
que por noventa y nueve justos que no necesitan de penitencia
(Lc 15,7).

Oración:
Aquí me tienes Señor,
parándome, después de la centésima caída.
Agradeciendo tu amor infinito,
en la misericordia de tu centenaria acogida.
Vengo a pedirte perdón urgente,
por las mil veces que reduje el amor,
al círculo de mis cercanos.
Por ignorar, indolente,
lo bueno de mis hermanos.

Por recordar con afectuoso sentimiento


sólo a quienes alimentaron mi ego
en algún generoso momento.
Por las veces que pude hacer algo más y mejor,
y me auto disculpé con débil argumento.

Por haber extinguido el grato recuerdo,


de tantos miles que en la vida me han ayudado
Por creer que siempre tenía la razón
en mis acciones y razonamientos.
Perdón, Señor, por mis caprichos personales,
que impuse a los demás sin esperar consentimiento.
Por la rebeldía interior no expresada,
que disfracé en una acción obediente.
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Por amar, sin demostrar el sentimiento.


Por las veces que mi amor urgente hacia ti,
no se detuvo en mis hermanos.
Creyendo, ingenuamente, que llegaría veloz,
sin fraternal aditamento.

Por la cobardía de no cambiar lo suficiente


cuando una palabra o gesto lo advirtió.
Y por las veces que no tuve,
la valentía de señalar el error,
al hermano fraternalmente.

Por no alinear la proa de mi débil barca


hacia el temporal violento,
cuando tú me llamas a maravillosa singladura,
que durará eternamente.
Finalmente, perdóname, Señor
Por pedirte hoy público perdón,
cuando mis hermanos ya lo hicieron en silencio. AMEN.

122. Zanahoria,
huevo
o café
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y
cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía
cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por
vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando
solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí


llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto
el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó
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zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de
café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría


haciendo su padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias


y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro
plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?" -"Zanahorias,


huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que
tocara las zanahorias.

Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que


tomara un huevo y lorompiera. Luego de sacarle la cáscara,
observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella
sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?" El


le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma
adversidad: agua hirviendo, perohabían reaccionado en forma
diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar


por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El
huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su
interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su
interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo
eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían
cambiado al agua.

"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad


llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que
parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan,
te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
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Parábolas de la Vida

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías


un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación,
o un despido te haz vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual,
pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón
endurecido?

¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente,


el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de
ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano
de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y
haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Reflexión:
Y tú,¿cual de los tres eres? ¿Sabes sacar lo bueno de cada
situación? ¿Las adversidades te permiten madurar o te dejan
igual?

Cita bíblica:
“Por este motivo tres veces rogué al Señor, que se alejase de mí.
Pero él me dijo: ‘Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra
perfecta en la flaqueza. Con gusto pues, me preciaré de mis
debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo. Por eso
acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo...” 2 Cor. 12,7-
10a

Oración:
Señor:
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la medalla.
No me dejes inculpar de traición a los demás por no
pensar como yo.

Enséñame a querer a la gente como a mí mismo


y a juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo.
Ni en la desesperación si fracaso.
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Parábolas de la Vida

Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia


que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte.
y que la venganza es la señal primitiva del débil.

ÍNDICE

Introducción pag. 1
Relación de parábolas 3
1. ¿Adónde voy? 7
2. Aprender a pensar 8
3. Asamblea en la carpintería 11
4. Ayuda desinteresada 13
5. Censura 17
6. Compartir 20
7. ¿Con qué anteojos lo miras? 21
8. Construyendo una Catedral 24
9. Contra viento y marea 25
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10. Contratiempo de un náufrago 27
11. Donando sangre 28
12. Dónde está la felicidad 30
13. El abuelo 32
14. El agricultor 33
15. El alpinista 35
16. El amor y el tiempo 36
17. El árbol de los problemas 39
18. El árbol generoso 41
19. El árbol muerto 44
20. El arca de Noé 46
21. El barbero 47
22. El barrendero 49
23. El bordado de Dios 51
24. El chino y el caballo 53
25. El ciempiés 54
26. El círculo del 99 56
27. El corazón de la cebolla 61
28. El día que Jesús guardó silencio 63
29. El diamante 67
30. El elefante 69
31. El grano de oro 71
32. El hombre triste 73
33. El huevo vacío 78
34. El mejor regalo 82
35. El mejor regalo de Navidad 84
36. El pájaro moribundo 88
37. El paquete de galletas 89
38. El peor enemigo 91
39. El portal de oro 94
40. El portero del botiquín 96
41. El reloj 100
42. El río helado 101
43. El roble 103
44. El sabio y el rey 105
45. El secretario personal de Dios 107
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46. El sembrador de dátiles 110
47. El silencio de Dios 113
48. El túnel 116
49. El vendedor de semillas 118
50. El visitante 120
51. El zapatero 123
52. Escogiendo mi Cruz 125
53. Estar al lado 126
54. Historia de las dos ciudades 130
55. Información, por favor 132
56. Jerry el optimista 136
57. La botella 139
58. La caja dorada 141
59. La calumnia 143
60. La caña de bambú 144
61. La carreta vacía 148
62. La diferencia 150
63. La historia de un faro 152
64. La hoja que no quería agua 156
65. La hormiguita y el lirio 158
66. La joya 160
67. La maestra 162
68. La mariposa 166
69. La mirada de su padre 168
70. La muñeca y la rosa blanca 171
71. La oruga 175
72. La parábola del águila 177
73. La providencia 179
74. La rosa y el sapo 181
75. La semilla que no quería crecer 183
76. La silla 186
77. La silla de ruedas 189
78. La torre del rey 192
79. La trompeta 194
80. La vaquita 195
81. La vasija agrietada 198
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82. Lápiz, goma y sacapuntas 200
83. Las escondidas 203
84. Las piedrecitas azules 207
85. Las ranas 209
86. Lealtad a un hermano 211
87. Lo que vale un amigo 212
88. Los amigos 215
89. Los forasteros 217
90. Los halcones 221
91. Nadie sabe para quién trabaja 222
92. Nadie triunfa solo 224
93. No juzgues antes de tiempo 227
94. No olvides lo principal 229
95. No te des por vencido 231
96. No todo es como parece 233
97. Nuestra pobreza 234
98. Oración del profeta 236
99. Pagado con un vaso de leche 238
100. Parábola de los camellos 240
101. Parábola de los clavos 243
102. Parábola del aprendiz brujo 245
103. Parábola del cuerpo 246
104. Parábola del tiempo 248
105. Parábola india 250
106. Parece que no está 251
107. Pensar en el vecino 253
108. Pensar en los demás 254
109. Por qué ir a la Iglesia 256
110. Rescatada 257
111. Sin semillas 260
112. ¿Te puedo comprar un hora? 262
113. Todos los días 265
114. Tres árboles 267
115. Tres pipas 270
116. Un donante muy especial 272
117. Una antigua leyenda 274
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Parábolas de la Vida
118. Una historia especial 276
119. Una niña hermosa 278
120. Una pierna deforme 281
121. Volar sobre el pantano 283
122. Zanahoria, huevo o café 285

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