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La Escuela de Frankfurt
Capítulo VIII del texto E. Oliveras:
“La Escuela de Frankfurt y la Industria Cultural”, analizar y definir conceptos de los siguientes
ítems.
1) Marco ideológico
La autora habla de una nueva lectura del marxismo, ligada a la Escuela de Frankfurt que surgió
en 1923 y sus principales exponentes se dedicaron a aplicar la teoría crítica en diversos campos.
Al aplicar esta teoría, estos filósofos ponían en dudas todo lo previamente establecido, es decir,
tomaban una postura crítica en torno a teoría sociales, económicas y políticas. Un texto clave de
la “Escuela de Frankfurt” es Dialektik der Aufklárung (Dialéctica del Iluminismo) de Horkheimer y
Adorno. Escrita en los años 1942-1944 durante el exilio de ambos en los Estados Unidos, fue
publicada en 1947. Ese texto trajo una “novedad” al introducir un termino de amplio uso ulterior:
“industria cultural”. En él se proponía que la cultura popular o de masas es comparable a una
fábrica que produce bienes culturales estandarizados, el peligro que trae consigo la industria
cultural es el hecho de que se cultive en las masas una serie de necesidades psicológicas falsas
que solo puedan ser satisfechas por los productos del capitalismo. Incluso, Adorno y Horkheimer
percibían estos productos de la cultura de masas como peligrosos para el arte más técnico e
intelectual.
Benjamín, al igual que Adorno, da cuenta de los sentimientos ambiguos y hasta contradictorios
provocados por las innovaciones culturales del siglo XX. Sin embargo, hay algo que esta fuera de
duda: formados en la escuela del marxismo y de la fenomenología, estos contemporáneos de
Heidegger coinciden en su oposición radical al capitalismo tanto como a la ortodoxia comunista,
en la condena al modelo soviético y al fascismo europeo. En 1936 Walter Benjamín afirmó que la
obra de arte por su condición extraordinaria de autoría, originalidad, permanencia y unicidad
posee un aura que la hace un objeto de culto. La reproducción mecánica de la obra la despojaría
del aura y del culto hacia ella.
-Reproductividad y aura.
Para Benjamín el arte ya no era único. Ya se podía reproducir prácticamente todo, las técnicas de
reproducción evolucionaron de maneras impensables. El arte fue perdiendo su carácter originario
de obra única e irrepetible. Es cierto que siempre ha existido, de una manera u otra, formas de
reproducción. Pero en la época en la que nos habla Benjamín, han creado técnicas muy
novedosas que hacen que la obra se actualice a cada instante. Estamos hablando de reproducir
de forma prácticamente exactas obras que un día fueron únicas y que jamás volverán a serlo. El
ensayo está marcado, por un concepto principal: la pérdida del aura en la obra de arte. Y
entiendo como aura a esa experiencia de distancia que aunque sea breve, el aura se hace visible
en la misteriosa totalidad del objeto. Es lo misterioso, lo que nos da ese aura. El aura, para
Benjamín, encierra todas las cualidades esenciales de la obra de arte pero debido al progreso de
la técnica reproductiva y la pérdida del momento creativo. Así, de este modo, el sujeto creativo,
desaparece para dar pie a obras en las que intervienen muchos procesos distintos.
-La fotografía.
Benjamín rechaza la fotografía de su época, fotografía que en lugar de recrear una lejanía hace
que todo aparezca inmediatamente cerca, y esta proximidad tan requerida por las masas conduce
a la involución del aura. Porque no solo las nuevas técnicas son responsables de destruir el aura,
las masas mismas lo son, con su exigencia cada vez mayor de que todo se haga accesible,
aceleran y promueven irremediablemente este proceso. Al igual que el cine, la fotografía tiene por
rasgo característico su valor exhibítivo. En la fotografía, el poder de exhibición comienza a
reprimir en toda la línea al valor cultural». “Hacer las cosas más próximas a nosotros mismos,
acercarlas más bien a las masas, es una inclinación actual tan apasionada como la de superar lo
irrepetible en cualquier coyuntura por medio de su reproducción” Benjamín realiza una crítica
radical respecto del devenir de la fotografía y de la consecuente pérdida del aura. Para ese
entonces la fotografía apareció como una transparencia absoluta de la realidad, una copia que ha
asimilado hasta el último detalle de su original, al que ahora mira con suficiencia y superioridad.
Benjamín concibe que si bien la fotografía, tal como sucede de hecho en la mayor parte de los
Casos, puede limitarse a fijar imágenes instantáneas incapaces de asociación alguna; también
puede promover “un extrañamiento salutífero entre hombres y mundo entorno”.