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Abelardo es un adolescente en San Pedro, Provincia de Buenos Aires a mediados del siglo XX.
Este ultimo dato lo podemos saber a través de indicios como su entretenimiento, nadar en el
lago, trepar árboles, y romper faroles; o el uso de la palabra marica, ya que en la actualidad no
se suele utilizar.
Abelardo tiene 2 tipos de amigos que “chocan” entre sí: Cesar y el grupo de chicos. El grupo de
chicos ejerce presión sobre Abelardo para que no sea marica, por otro lado, esta Cesar que es
diferente, no se desnudaba frente al resto y no le gustaba romper faroles ni correr ni trepar
árboles. La presión ejercida por el primer grupo se deja en evidencia cuando el negro invita a
Abelardo a ir con una prostituta y le dice que lleve a Cesar para que deje de ser marica.
Abelardo es un personaje esférico, ósea que evoluciona. El relato es contando mucho tiempo
después de lo sucedido, cuando Abelardo escribe una carta para Cesar. A lo largo del relato se
critica mucho. Critica como el se reía con complicidad cuando sus amigos se burlaban de la
supuesta homosexualidad de Cesar. Se describe así mismo como macanudo cuando le miente a
Cesar para que vaya con la gorda, eso demuestra un arrepentimiento porque ve como algo
hipócrita mentirle. Por último, está muy arrepentido de haberle pegado y gritado “marica”,
dice que es algo que lo carcome, le da vergüenza, necesita decirle que él tampoco quería tener
relaciones con la prostituta y que no lo hizo.
Caracterización “Hernán”
Hernán es el narrador, narratario y un personaje al mismo tiempo. Es un chico de 18 años
estando en su último año de secundaria en el colegio nacional, en este es acompañado por sus
compañeros que lo presionan para cumpla la apuesta que consistía en acostarse con la
profesora y quitarle el collar de alcafor.
Hernán es brillante, el primero de su clase. Escribe muy bien, es perspicaz porque siempre
noto las dobles intenciones de la señorita Eugenia. Es atrevido porque se acerca demasiado a
su profesora, recitando la lección, sabiendo los sentimientos de ella. Va en contra de sus
deseos ya que mantiene relaciones con la señorita Eugenia pese a que le dé asco, como se deja
entrever cuando bailan y el hace una mueca. También es muy autocritico relatando todo
tiempo después, mencionando que lo que hizo es repulsivo, que el estaba hecho para dañar a
los otros.
Pero también tocan temas diferentes. Por ejemplo “El marica” habla sobre la masculinidad
frágil. La historia se centra en el vinculo entre Cesar y Abelardo, que es distinto a lo esperado.
Cesar y Abelardo en vez de juntarse y romper cosas o correr, cosas de “macho”, se juntaban a
charlar sobre asuntos que con el resto no se tocaban, reflexionaban. El grupo de amigos
remarca todo el tiempo como Cesar es un marica por no ser como ellos, por ser mas sensible y
calmado. Y finalmente debido a la masculinidad frágil Abelardo se pelea con Cesar, le pega y le
dice Maricon.
En cambio en “La madre de Ernesto” se abarca el tabú del incesto. La madre de Ernesto tenia
de cierta forma un rol maternal sobre el narrador y sus amigos en la infancia, invitándolos a
merendar. Les genera un conflicto que sea la madre de su amigo, sienten que no esta bien.
Evaden decir la palabra madre, en un momento, reemplazándola por tipa. A su vez que sea la
madre de su amigo les genera una atracción, lo vuelve algo prohibido por eso también
podríamos decir que tienen un morbo.
En “Hernán” se toca el tema de la virginidad y el deseo en mujeres mayores. La señorita
Eugenia al no estar casada es virgen y además siente deseo por un alumno suyo. Para captar su
atención se maquilla e intenta verse mas juvenil diciendo que ella es mas joven que muchas
chicas. Al ser mayor todas estas cosas son mal vistas por sus alumnos que buscan humillarla
para que no sea una vieja loca.