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INTRODUCCION formula en el prélogo y se sostiene hasta el final como de pro- blemética resolucién, lo cual sugiere un plan deliberado para el conjunto de la obra, Esa complejidad narratolégica y literaria es tipica de la narrativa sofistica, en la que la autoexhibicién y pro- mocién son fundamentales, tal como puede observarse en las presentaciones retricas en vivo que se registraban por escrito como declamaciones sofisticas. Llamar Ia atencién sobre el vir- tuosismo del autor es la estrategia a través de la cual los escrito- res sofistas evitaban que su persona se diluyera en la narrativa ficcional. El principio del principio: claves del prélogo de El asno de oro EI prélogo de El asno de oro/Metamorfosis ha dado lugar a ntiltiples estudios solo dedicados a él. Revisamos aqui brevisi- mamente algunos de los rasgos mas prominentes de las prime- ras lineas de esta obra, centrales en la relevancia del primer libro. La primera palabra del texto es un «pero» (latin, af), conjuncién que en posicién inicial en contextos narrativos, introduce un cambio de tema; indica también la inmediatez de una reaccién o resultado y en didlogos marca un cambio de interlocutor. En otras palabras, el texto se abre sugiriendo un discurso previo del que se distancia en algin sentido, que resulta cifrado en tanto ese otro discurso esta ausente. Como los escritos o las pinturas barrocas que rebasan su marco sefialando o mirando a un ausen- 61 te ubicado fuera del cuadro, a Ieetor queda en la posicién de "mina los limites entre realidad y Fecién, ‘Varios cérminos del prélogo aluden a distintos géneros o pricti- cas discursivas. Sermo; que refiere al estilo milesio que se sigue en el escrito de Apuleyo, se aplicaba a a charla informal el chis- me. rumor, el discurso escrito con estilo conversacional cordina- rio, como las Sdrirasy las Epéstolas de Horacio o las de Lucilio; a diseusion en forma de dislogo sobre un tépico literario, filo- séfico, cientiico;eldiscurso de un grupo 0 époct particular el Jfraseo (de un documento escrito). Las distintas acepciones de sermo implican tanto la oralidad como la escritura en un despla zamiento que va del discurso cotidiano al liverario. Y esa densi- dad seméntica del término debe ser tenia en cuenta, pucs como plantea H.J. Mason (1999}(¢s tipicn del lenguaje de Apuleyo. ¢ soni “tiempo. -Oralidad y eseritura se entrelazan en la vor de un narrador que se ofrece a susurtar a oido historias, si este no se niega a mirar- las en tanto estin inscriptas en un papito, La citculacién de los relatos de la oralidad ala escritura, de bocas a ofdos, de ofdos a manos, se rematiza ast desde el inicio de El ano de ore, que “intziga’al lector atento con los misterios de las metamorfosis ‘que padecen no solo los personajes sino también las historias :ismas segin quién, dénde, cémo.0 a quikn se cuenten. Bl lec- tor lee las aventuras de un personaje que se muestra escuchan- insrroouecion do © solicitando historias (con la extendida capacidad auditiva aque le proporcionan sus orejas de burro) as juzga por su valor “ico 0 estético y manifiesta implicita o explicitamente (como lo hace cuando escucha cl relato sobre Cupido y Psique) su “deseo de escrbirlas. La exhibicién de esa circulacién de las historias invita al lector a teflexionar sobre el texto ante sus ojos en relacién con otros, que se ponen en abismo en el mismo telaco 0 se aluden como hipotestos. Esa misma invieacién com- promete al lector a eflexionar sobre sf mismo encomparacién, con ottos lectores u oyentes de las historias. Y, por qué no, con ain asno: el destinatario del rexto se hace presente en estas primeras lineas a través de una singedoque que destaca.. sus orcas. El susurto que se ofrece al enunciatario se promete lpi agiae ~ ‘dable. EI término latino, cuando se aplica a comentarios © libros, significa también ingenioso, divertdo y acarrea ecos de la ‘comedia de Plauto, que lo utiliza en varias de sus obras, incluso en las primeras lineas de su Piidolo, que presentan al esclavoy ‘ast y engaiose que tiene que leer en vor ale una caria amo~ ross que su autor jurga agradable tanto por su contenido como por el modo en que fue escrita. En un dislogo gracioso con cl que incenca animar a su interlocutor (el enamorado triste), el caclavo discute tal valoracién de la misiva mientras ol joven reclama seriedad ante su problema, De lepidis, en efecto, se ha combinacién asociada a las caracteristcas del mito platnico. En el pasaje de lo agrada- 8 HL ASN0 DE OROIMIETAMORFOSIS ble a lo serio, predominaria en el principio del libro lo agrae) “able; lo serio queda parse final en una distribucién discursiva ‘que no deja de aludir a diversos génetos y discursos, dela come dla a la filosofia (Innes, 2001). La intetaccién entre estos dos discursos no se deriva solamente del empleo de lepidus. El narrador se dispone a acariciar i samente (permulceam) a su enunciatatio, El verbo latino permul- ceo tiene varios sentidos, todos otra vex muy pertinentes para El casno de oro: acaticiar, frotar suavemente; calmar a una persona; liberar de dolor o encantar, hechizat. De estas acepciones se deri- va la configuracién del narrador encantador mégico, un natta- tario agobiado por algo y una narracién reparadora, La narra- ciém inserta del libro I se declara explicitamente reparadora (del cansancio del viaje de Lucio, que siempre acaricia amoroso a st caballo) y asi se pretende que Funcionen los relatos en vari ‘ocros casos de la novela (la vieja cuenta ala joven raptada la his- totia de amor de Cupido y Psique para calmar el desconsuelo de la muchacha por estar alejada de su esposo). Permaleeo se ha aso ‘ciadosa la ensefanza de la filosofiaa través del encanto persuas. vo de las palabras suaves que se expone en el didlogo platénico Girmides, Por otto lado, los gestos complacientes y chumildese del narrador en este prdlogo son conectados también con los de Jos prélogos de Plauto, en especial con el de Asinaria, La come- dade los amos, donde, a expensas del auditorio al que se prome- te diversién, se hacen bromas sobre ellos como poseedores de grandes orcjas de burros (Gowers, 2001), sTRODUOCAION El enunciador del prélogo se atribuye la accién de enlazar con el. estilo’ milesio varias fabulas, De esta manera, anuncia variedad y se hace cargo del marco o eontexto narrative mayor cn que ellas son insertadas y del cual el prélogo mismo se adelanta como muestra, en tanto incluye la historia del narrador que se presenta Laird, 2001). El adjetiv «milesion, por su parte, sea explici= -tamente discursos preexistentes que son absorbides por la novela, ‘Quedan escasas evidencias de los relatos milesios (un fragmento cde una palabra de Aristides y diez fragmentos breves de su traduc- ‘cidn romana a cargo de Sissena, euyo preenomen —cquivalente a tun nombre de pila era Lucio), pero se sabe bastante sobre el con- tenido de ellos. Eran historias pomogrificas, sensacionalistas, ou ‘Onras evden- (exordir) se intro duce la vor de otto que incerrumpe para preguntar quign es ese {que va @ narra, Ese sexordior» funciona enconces com lime entre dos prélogos (Winkler, 1985). Lo que parecia un prdlogo | se transforma en dos por la pregunta que obliga al yo a expan- dir su prefacio, a agregar un segundo prélogo, esta ver centrado en a presencacién des mismo, El intcerogance destaca cucstién central para la novela, la curiosidad atsibuida al’ destinatacio sobre identidad del narradory pone en evidencia desde el mis imisimo inicio del rexto la metatextualidad, la reflexividad, de la escritura de Apuleyo. ‘Después de que se ha presentada sin decir su nombre ni plan- tear antepasados personales sino la gloria de ciudades griegas ims fecundas por sus escrtores que por la feriidad de sus tc- tras, el nartador recoma'el exordior, es decit vuelve a empeaar (Gncipim). Pero nada es igual, ya ha ocurtido una metamorfo- sis que incensitica la ambigiiedad del yo que habla. En el primer prélogo, el anterior a exondion, l narrador s€ repieseiia eh una 66 inraopuccion, “posiciém de baja autoestima frente a su narratario, a quien le arribuye un posible desprecio por cl papiro que sc le ofrece. Esa humildad entra cn tensién con la clogiosa autoprescntacién pos- terior (Winkler, 1985) y contrasta con el dominio sobre el lec- tor que se sugiere hacia el final del segundo prslogo, donde se adelanta que el relato procederii con un estilo semejante al de los jinetes de circo que saltan de un caballo a otto. La frase que asi anuncia una caracteristica del texto (desudtoriae scientiae stila) es plurivoca. Desultoriae ha sido relacionado, por un lado, con la __ estructura episddica de la obra y, por otro, con lo narrado en ella (las metamorfosis como saltos de una forma a otra) (Kahane y Laird, 2001). Pero también se entiende la fase en relacién al -narrador y su narracario, La referencia a la habilidad circense de satar de los caballos puede ser interpretada como una metéfora del dominio, de la ‘manipulacién del narrador sobre su lector. Esta interpretacién conduce a. prestar especial arencién al vinculo que luego se va describiendo a lo largo del libro 1, entre Lucio y su caballo. El

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