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Las Cuatro Estaciones Porteñas de Astor Piazzolla no fueron compuestas todas juntas, sino que cada una fue escrita en diferentes años entre 1964 y 1970. Cada estación se puede ejecutar de forma individual. Originalmente fueron escritas para el quinteto de Piazzolla e interpretan las estaciones de forma descriptiva, pasando de la excitación a momentos de calma. En particular, Invierno Porteño retrata la soledad, el frío y la tristeza del invierno porteño, aunque al final emerge la alegría.
Las Cuatro Estaciones Porteñas de Astor Piazzolla no fueron compuestas todas juntas, sino que cada una fue escrita en diferentes años entre 1964 y 1970. Cada estación se puede ejecutar de forma individual. Originalmente fueron escritas para el quinteto de Piazzolla e interpretan las estaciones de forma descriptiva, pasando de la excitación a momentos de calma. En particular, Invierno Porteño retrata la soledad, el frío y la tristeza del invierno porteño, aunque al final emerge la alegría.
Las Cuatro Estaciones Porteñas de Astor Piazzolla no fueron compuestas todas juntas, sino que cada una fue escrita en diferentes años entre 1964 y 1970. Cada estación se puede ejecutar de forma individual. Originalmente fueron escritas para el quinteto de Piazzolla e interpretan las estaciones de forma descriptiva, pasando de la excitación a momentos de calma. En particular, Invierno Porteño retrata la soledad, el frío y la tristeza del invierno porteño, aunque al final emerge la alegría.
Las cuatro Estaciones Porteñas son consideradas como una de
las composiciones fundamentales en la obra de Astor Piazzolla.
No fueron compuestas todas juntas, Verano Porteño fue escrito en 1964, Otoño Porteño en 1969, Primavera Porteña e Invierno Porteño en 1970. Tampoco fueron concebidas como una suite en donde los movimientos que la componen no pueden ser ejecutados por separados. En este caso Las Cuatro Estaciones Porteñas pueden ser ejecutadas individualmente cada una sin ningún problema. Las cuatro estaciones fueron escritas para el Quinteto originalmente formado por: Piazzolla, Antonio Agri, Osvaldo Manzi, Cacho Tirao y Kicho Díaz (bandoneón, violín, piano, guitarra eléctrica y contrabajo respectivamente). Habría que resaltar una excepción, en el invierno se cambia el violín por la viola y así quedó registrado en la primera grabación que se realizó en vivo en el teatro Regina, con una magnifica interpretación de Antonio Agri. En las estaciones se pasa de una furiosa excitación con partes de carácter virtuoso a momentos de terrible quietud y calma. Son consideradas como música descriptiva. En el Invierno Porteño aparece la soledad, el frío y la pesadumbre. El invierno es día y es también la noche cuando el tango se hace calle Corrientes. Es tremendamente melancólico, pero esta sensación de soledad y frio viene interrumpida por fuertes impulsos rítmicos que parecieran luchar por vencer a esta tristeza inicial, pero solamente aparece al final de la obra una bocanada de alegría, aparecen el sol y las sonrisas, el final en modo mayor parece vencer definitivamente a la aflicción, dejando un canto de alegría e ilusión. Comparto mi versión de Invierno Porteño, en un arreglo de Agustín Carlevaro con una importante revisión de Máximo Pujol.