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¿Los adolescentes son sometidos a mucha presión para que

asistan a la universidad?

Integrantes: Constanza Rain y Kiara Muñoz


Curso: 3 medio A
Asignatura: Lectura y escritura especializadas

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En la actualidad, existen muchos jóvenes que tienen como meta ingresar a la
universidad. Los motivos para cumplir esta meta pueden estar ligados a su interés
y pasión por el estudio, deseo de superación, lograr una mayor estabilidad
económica al momento de ejercer su carrera como profesional, obtener prestigio
en el largo plazo y lograr independencia. Este es un proceso muy significativo y
tiene un gran peso para los estudiantes, debido a las grandes expectativas
personales como familiares, si bien pueden sentirse entusiasmados con respecto
a la carrera que desean estudiar, ¿serán capaces de lograr, adaptarse a estos
nuevos desafíos?

El sueño de la universidad
Al momento de querer ingresar a la universidad tomemos en cuenta de que este
es un proceso totalmente nuevo de lo que conocemos del colegio, ya que este
implica otras cosas como: asumir nuevas responsabilidades, otros métodos de
aprendizaje, nuevas exigencias, otros profesores, etc y es fundamental que
seamos capaces de adaptarnos y responder a los nuevos desafíos de la manera
más responsable y madura posible. Por un lado existe la inseguridad por parte de
los jóvenes al no estar completamente seguros de lo que desean estudiar, y por
otro lado está la presión familiar y social.
Desde que nacemos nos encontramos en una competencia ya sea personal,
familiar, social o académica porque todos tenemos algún sueño o meta que
queremos cumplir, estas requieren de un gran esfuerzo y nos podemos encontrar
con distintas dificultades en el camino, debemos luchar contra la estructura
socialmente establecida y rígida, en donde debes seguir el patrón de: nacer, ir al
jardín, comenzar con la educación básica, posteriormente la educación media,
entrar rápidamente a la universidad y de ahí al trabajo, ejerciendo la profesión
escogida, cosa que claramente no todos los estudiantes alcanzaran a lograr por
diferentes factores, de los cuales es posible nombrar, tales como: puntaje obtenido
en la PAES, puntaje de corte en las diferentes carreras (ultimo seleccionado).
Por otra parte, también al entrar a la universidad se hace notar la diferencia que
existe en la preparación de cada estudiante con respecto al colegio, la diferencia
social y oportunidades las cuales algunos no pueden aprovechar debido a la falta
de información, distintos niveles socioeconómicos, lidiar con la presión de los
padres y familiares, algunos profesores como también de su entorno en general,
para que ingrese a la universidad lo antes posible, llegando incluso al punto de
que los propios padres obliguen a sus hijos a estudiar carreras que no son de su
agrado, por consiguiente, estos jóvenes escogen carreras solo por cumplir el
sueño de los padres y familiares, lo cual es algo insólito, ¿no se supone que los
padres deberían ser un guía para estos jóvenes y darles seguridad ante su
indecisión? Porque claro, estos estudiantes también deben escoger a una
temprana edad algo que probablemente acaben por ejercer toda su vida.

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Para la directora de psicopedagogía de la Universidad Andrés Bello, sede
Concepción Patricia Escobar, "el cambio del colegio a la universidad es un
proceso complejo porque involucra decisiones a futuro, las que no solo
están ligadas al plano cognitivo, sino que también tienen una connotación
afectivo- emocional que apunta a la ansiedad, los miedos, las expectativas,
las motivaciones y los sueños"
Una vez logrado el tan ansiado ingreso a la educación superior, se encuentran con
las primeras y nuevas experiencias en lo afectivo y emocional, como lo es, el dejar
la zona de confort, o sea la familia y las amistades, llegando a nuevas ciudades,
conocer nuevas personas como profesores, compañeros, etc, con tan solo la
ilusión de alcanzar el sueño de la universidad.
Después se experimentan nuevos sentimientos, como la nostalgia, la soledad,
incertidumbre hacia el futuro, se dan cuenta que están solos como universitarios,
donde ya no están los padres que eran de alguna forma sus guías, la fortaleza y
acompañantes para seguir con su camino, a partir de este momento todo eso lo
deben hacer ellos mismos., los que se enfrentaran a sus propios miedos, sus
propias limitaciones, en busca del desarrollo y armonía, logrando la madurez y el
valor necesario para enfrentar los estudios superiores.
Según la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria de Chile
realizada en 2019 se establece que un 46% de los estudiantes universitarios
tienen síntomas depresivos y muestras de ansiedad, y un 54% sufre de estrés.
Los síntomas más recurrentes que podrían afectar a la salud mental de los
jóvenes, son entre otros los siguientes: somnolencia, cansancio y fatiga, dolores
de cabeza o jaqueca, inquietud e hiperactividad, tristeza y desgano, ansiedad
constante, dificultad para concentrarse, dificultad para pensar (quedar en blanco),
problemas de memoria y olvidos frecuentes, aumento o disminución del apetito,
resfríos frecuentes, problemas para dormir, uso de fármacos para estar despierto
(automedicación), aumento del consumo de café y tabaco, frecuente participación
en fiestas poco saludables.
Estas cifras y síntomas, nos hacen dar cuenta que se está volviendo algo
frecuente el presentar estos trastornos en los estudiantes, lo que realmente nos
debería de preocupar, puesto que se podrían desencadenar en trastornos
psicológicos como la ansiedad y la depresión, desencadenando el estrés
académico, cuya definición es la reacción normal que tenemos frente a las
diversas exigencias demandadas en los estudios superiores, tales como, pruebas,
trabajos, exámenes presentaciones, etc.
Una vez identificadas estas situaciones que nos generan estrés, necesitamos
prevenir que esto ocurra y mitigar los efectos, se hace necesario crear un habito
de estudio y esparcimiento, donde se deben aprender técnicas de estudio,
eligiendo la que más nos acomode priorizando las actividades, alimentándose

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saludablemente en horarios establecidos y practicando deportes y actividades
recreativas, mantener ciclos de sueños estables, compartir actividades con otras
personas, esforzarse en mantener la calma y tranquilidad.
Finalmente, queda en nuestras manos el escoger lo que queremos para el futuro,
porque es nuestra vida, depende solo de nosotros nuestra felicidad y, un título
universitario no te garantiza la felicidad.

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Referencias documentales.

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