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Comentario

Internacional
REVISTA DEL CENTRO ANDINO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES
Tema central
15, año 2015 • Quito
ISSN 1390-1532

Cuba en el contexto regional


posterior a la VII Cumbre
de las Américas en Panamá
Mariano Bullón Méndez*
Martí hablaba de las Dos Américas,
de Nuestra América (del Río Bravo a la Patagonia)
y de la América que no es nuestra (la del Norte).1
Era partidario del latino-americanismo
y no de promover el panamericanismo.
“¡Los árboles se han de poner en fila,
para que no pase el gigante de las siete leguas!2
Es la hora del recuento, y de la marcha unida,
y hemos de andar en cuadro apretado,
como la plata en las raíces de los Andes.”
José Martí. Nuestra América. 1891.

Introducción

E
l artículo se concentrará en realizar un breve análisis de las relaciones
Cuba-Estados Unidos (EUA), como dos importantes sujetos de las re-
laciones interamericanas, habida cuenta de la singularidad que ha ca-
racterizado históricamente la relación entre ambos, desde fines del siglo XIX,
y su objetivo es proponer algunas pautas para la reflexión sobre el tema desde
el punto de vista cubano.
En un mundo posterior al fin de la guerra fría, con la amenaza conjurada de
una guerra termonuclear, aunque plagado de conflictos regionales y bilatera-

* Doctor en Ciencias Filosóficas por la Universidad Estatal de Moscú, Rusia. Investigador titular, Acade-
mia de Ciencias de Cuba. Investigador y Jefe del Departamento de Documentación e Información del
Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, CIEM-CITMA, Cuba; ‹mbullon87@gmail.com›.
1. México ocupa una posición ambivalente: está en América del Norte geográficamente y pertenece a
Latinoamérica (Nuestra América) por definición y es, además la segunda economía de la región, reali-
zando el 80% de su comercio total con un solo socio: Estados Unidos de América (EUA). Es también la
frontera sur de EUA y funciona como una especie de “bisagra” entre las dos regiones.
2. En este célebre documento Martí designa a EUA con el epíteto de gigante de las siete leguas.
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les, resulta transcendente trabajar por cumplir de forma coherente lo acordado


en la Conferencia Internacional de San Francisco, y refrendado en la Carta de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 1945)3 y lo acordado en Co-
lombia, refrendado a su vez en la Carta de Bogotá (1948),4 en lo concerniente
al Derecho Internacional Público, resultaría esencial si se pretende contribuir
razonablemente al mejoramiento de la gobernanza y la democratización de la
gobernabilidad5 en el hemisferio occidental.
Otro elemento contextual relevante es considerar que estamos en un cam-
bio de época, aunque no se haya conformado definitivamente la nueva arqui-
tectura mundial, acompañada de un nuevo orden totalmente articulado, a es-
cala regional ni internacional, es entender y aceptar este hecho por todas las
partes.
También apunta a ser algo necesario para el logro de la convivencia civili-
zada intentar reconocer la otredad y sus diferentes intereses, tratando de bus-
car lo común, las convergencias en la diversidad y apartar u obviar las dife-
rencias y divergencias.
A estos elementos esenciales, se suma la necesidad de tomar en conside-
ración la existencia de nuevos actores, algunos de ellos no estatales, tanto al
interior como al exterior de la región de América Latina y el Caribe, los cuá-
les exigen reconocimiento y con los que se debe estar dispuesto a dialogar en
igualdad de condiciones. Es lo más difícil de todo, debido a las asimetrías, que
son multidimensionales y que pueden ser, en algunos casos, enormes y difí-
ciles de resolver.
Finalmente, habría que tomar en cuenta los factores de poderío de los Esta-
dos: el tamaño y estructura del Producto Interno Bruto (PIB), el factor pobla-
cional, la geografía, la extensión territorial, la existencia o no de determinados

3. En ella están recogidos los principios del Derecho Internacional Público, tales como la igualdad sobera-
na, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, la solución de conflictos por vía pacífica, el
respeto a los tratados, entre otros.
4. La Organización de Estados Americanos (OEA), fundada como parte inalienable del Sistema Interame-
ricano, trabaja para “la defensa de la democracia, la promoción de los derechos humanos, la seguridad
hemisférica y el desarrollo integral”. OEA, Quiénes somos. ‹http://www.oas.org/es/acerca/quienes_so-
mos.asp›.
5. El término gobernabilidad se definirá como la cualidad de gobernar, en respuesta a las demandas de los
diferentes actores que participan en la toma de decisiones, mientras que el término de gobernanza será
entendido como arte o manera de gobernar, como sinónimo de ejercicio de gobierno, desde el punto de
vista estructural.
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recursos naturales, el nivel de desarrollo científico-tecnológico, la capacidad


bélica, la habilidad para el establecimiento de alianzas y la capacidad movili-
zatoria del Estado para dar cumplimiento a sus objetivos de política exterior.6
Es muy importante considerar las diferentes capacidades desarrolladas que
dispone cada actor para el ejercicio de los derechos, siendo aquellas, en la
práctica, considerablemente menores en los Estados menos poderosos, que no
forman parte de los centros de poder económico y político.
Con estas premisas para el análisis, el artículo inicia con un breve recuento
de las relaciones Cuba-Estados Unidos (EUA) hasta la actualidad, para luego
hacer referencia a las circunstancias que permitieron llegar al 17 de diciem-
bre de 2014 (17-D), punto de inflexión en las relaciones bilaterales entre los
dos países.
Seguidamente, se incursiona en el Sistema Interamericano como contex-
to, que va mucho más allá de la Organización de Estados Americanos (OEA)
y que incluye todo un entramado de instituciones que debutan hacia fines del
siglo XIX, hasta concretarse definitivamente a mediados del XX.
De modo que el propósito final del trabajo consiste en ofrecer una panorá-
mica de los cambios plausibles en las relaciones bilaterales entre Cuba y EUA,
en ese contexto y bajo el influjo de la reciente VII Cumbre de las Américas.

Evolución de las relaciones Cuba-Estados Unidos


El actual conflicto entre Cuba y Estados Unidos debe considerar los ante-
cedentes históricos de la época pre-revolucionaria, que tienen sus raíces fun-
dacionales en las guerras por la independencia desarrolladas en el siglo XIX
contra el imperio español y donde intervino EUA en la llamada por José Mar-
tí Guerra Necesaria, iniciada en 1895 y que contó con la intervención de la
potencia vecina, casi al finalizar, en 1898, con la finalidad de anexarse Cuba
manu military, con el propósito de tratar de convertirla en el Estado número
51 de la Unión.
Mucho antes (1803) Tomas Jefferson, uno de los Padres Fundadores de
EUA había expresado la importancia de que la Isla de Cuba pasara al dominio
de la Unión por su posición estratégica en la región y también había manteni-

6. Roberto González. Teoría de las relaciones políticas internacionales. (La Habana: Editorial Pueblo y
Educación, 1990): 41-45.
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do el interés de compra de la Isla a España durante todo el siglo XIX, incidien-


do a favor de España durante la anterior contienda bélica, desarrollada desde
1868 hasta 1878, y conocida como Guerra de los diez años.
El fundamento de la intervención habría que buscarlo en el llamado Desti-
no Manifiesto, la teoría de la “fruta madura” y la Doctrina Monroe.7
De este modo, el tema de las relaciones bilaterales está enmarcado en el di-
lema entre independentismo y anexionismo esencialmente, dos corrientes de
pensamiento político que datan desde antes de la Revolución y se mantienen
en la actualidad, y no principalmente en la contradicción entre socialismo y
capitalismo, como muchos pueden pensar, aunque también. No se debe igno-
rar ni olvidar la historia.
Cuba vivió una etapa de República a partir de 1902, mediatizada por la En-
mienda Platt (1903), con un estatus neo-colonial, dependiendo económica y
en parte políticamente, de EUA durante más de medio siglo, hasta 1959. Ade-
más hubo de sufrir otras tres intervenciones militares por parte de EUA a lo
largo de ese período pre-revolucionario.
Desde los tiempos fundacionales de la Revolución cubana (1959), han
existido dos carriles8 en la política exterior de EUA hacia Cuba, con la pre-
ponderancia de uno u otro alternativamente en cada etapa, en los instrumen-
tos aplicados reiterada y sucesivamente: operación Peter Pan, operación Man-
gosta, las transmisiones de la Voz de los EUA (VOA), la invasión por Playa
Girón (1961), la Ley Torricelli (1992), la Ley Helms-Burton (1996), políti-
cas que han combinado en todas las formas y aplicado todos los instrumentos
existentes, como por ejemplo el bloqueo9 (clasifica como hard power) con la

7. Pertenecen al campo de las doctrinas de política exterior de Estados Unidos, fundamentalmente a partir
del siglo XIX. El “destino manifiesto” plantea que Estados Unidos está “llamado por la providencia a de-
cidir sobre el mundo, exportando sus valores y la democracia”. La teoría de la “fruta madura”, aplicada
exclusivamente a Cuba, expresa que “esta debe caer por la fuerza de gravedad en el seno de la Unión”.
Mientras que la doctrina Monroe es aplicada bajo la fórmula de “América para los Americanos” –véase
para los norteamericanos-, que está dirigida contra la “injerencia” de cualquier potencia extra-regional
en el hemisferio occidental.
8. Término acuñado por el entonces Subsecretario de Estado, Alexander Watson,, en su discurso ante el
Congreso de Estados Unidos, en noviembre de 1993, cuando dijo que la política hacia Cuba debía ser
una política de dos carriles –“two track Policy”.
9. De acuerdo a la Proclama Presidencial 3447, emitida en febrero de 1962 por el presidente de EUA, John
F. Kennedy, se lo denomina embargo (terminología estadounidense) –efectivamente lo fue en un origen.
No obstante, con el transcurso del tiempo se convirtió en un bloqueo, que a inicios de los años noventa
devino en una guerra económica. Este es un tema que ha sido y será tratado mientras exista como instru-
mento de política.
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subversión (pertenece al campo del soft power),10 lo o que hoy se denomina


smart power11 o poder inteligente y que ha sido aplicado en política sistemáti-
camente por la Administración de Obama, no sólo en la región sino en el res-
to del mundo.
El bloqueo está casi intacto hasta hoy.12 La subversión no ha cesado y se
renueva con la aplicación diversificada de las tecnologías de la información
y las comunicaciones (TIC). El proceso de restablecimiento de las relaciones
entre Cuba y EUA puede ayudar en mucho al incremento de la penetración
cultural a través de las redes sociales. Existen operaciones recientes: Zunzu-
neo y Piramideo,13 ambas abortadas.
Por tanto, los factores reales que han llevado al escenario actual pueden ser
resumidos en los siguientes elementos: la lucha por la independencia real des-
de el siglo XX; los más de 50 años de resistencia y unidad del pueblo de Cuba
por mantener su independencia,14 dándole legitimidad al gobierno revolucio-
nario; el prestigio acumulado por la diplomacia cubana, con un limpio ejerci-
cio activo y en ocasiones sobredimensionada en relación con el tamaño de la
economía y el factor poblacional, tanto en escenarios regionales como interna-
cionales; el apoyo creciente y mayoritario a Cuba de toda la región y del resto
del mundo, que data de años, aun estando vigente la suspensión en la OEA, a
pesar de su política, en reconocimiento al prestigio de la Revolución; la labor
en la defensa de su soberanía, el internacionalismo y la solidaridad brindados a
países del Tercer Mundo, y por haber resistido el impacto del derrumbe del so-
cialismo en Europa Oriental y Central y la desintegración de la antigua Unión

10. Es preciso aclarar que la subversión no es sólo político-ideológica, como suele conocerse, sino también
de orden económico, financiero, tecnológico y militar, campos en los cuales han incursionado las suce-
sivas administraciones norteamericanas, con el incentivo de destruir parcial o totalmente la Revolución.
11. Término acuñado por Joseph Nye en su libro Bound to Lead: The Changing Nature of American Power
(1990), que luego desarrollaría en 2004 en Soft Power: The Means to Success in World Politics.
12. Se observa una tendencia hacia el aligeramiento del mismo: la supresión por el Congreso de la prohibi-
ción de tocar puerto por 180 días a los barcos que hayan tocado puerto cubano, así como el intento por
establecer comercio bilateral según las reglas del comercio internacional, entre otros. Después vendrían
varios paquetes de medidas.
13. Se trata de dos programas organizados contra Cuba por la Administración de Obama, a través de las
redes sociales, financiados por la USAID, con el propósito de promover el cambio de régimen en el país.
Fueron descubiertos a tiempo y denunciados, por lo tanto no pudieron cumplir con sus objetivos.
14. De no haber existido el apoyo del pueblo, en el caso de que Cuba no hubiera sido gobernable o, contra-
rio sensu, que el gobierno hubiera sido de otro signo, igualmente no dócil –según la terminología de la
Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos–, otra hubiera sido la historia y no se hubiera tenido
que esperar tanto para que este evento sucediera.
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...la posición sostenida por Soviética. Por último, el fracaso de una po-
Cuba de no regreso a la OEA, lítica norteamericana de 50 años de agresio-
se debe al largo historial de nes, reconocida el 17-D y en lo sucesivo por
intervenciones, agresiones y
golpes de Estado, apoyados
el presidente Obama.
implícita o explícitamente por A esto habría que añadir la necesidad de
la organización en el hemisferio la Administración de Obama de dejar un le-
occidental. gado que no sea casi exclusivamente el de
las guerras sin fin, no culminadas con la vic-
toria y con un elevado costo económico, humanitario, tecnológico y material
para EUA y para el mundo.
Solo considerando el basamento anteriormente expuesto es que se pueden
entender las causas del retorno de Cuba al seno de las Américas 53 años des-
pués de haber sido suspendida de la OEA en Punta del Este, Uruguay (1962)
y de haber sido levantada la sanción en 2009. También 21 años después de
inaugurada la Cumbre de las Américas por el Presidente estadounidense Wi-
lliam Clinton, en Miami, en diciembre de 1994, momento en que Cuba no fue
invitada, como tampoco lo fue en las sucesivas cinco cumbres anteriores a la
VII Cumbre de Panamá.
En cuanto a la posición sostenida por Cuba de no regreso a la OEA, se
debe al largo historial de intervenciones, agresiones y golpes de Estado, apo-
yados implícita o explícitamente por la organización en el hemisferio occi-
dental. Este accionar contraviene, lo acordado en Bogotá en 1948 y es viola-
torio de los principios del Derecho Internacional Público. La asistencia a la
Cumbre no debe privar a Cuba de su derecho a reingresar o no a la organiza-
ción, en pleno ejercicio de su soberanía, cuestión poco probable en las condi-
ciones actuales y teniendo en cuenta la historia pasada y presente en la región.
El 17-D constituye un importante y, para algunos, inesperado punto de in-
flexión en el relacionamiento entre los dos países. Tras conversaciones y ne-
gociaciones bilaterales con 18 meses de duración, se llegó finalmente a un
acuerdo de mutua conveniencia para ambas partes con relación al restableci-
miento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, que abre nuevos
caminos en el campo de las relaciones bilaterales y multilaterales en el hemis-
ferio, tanto para Cuba como para EUA.
Este acto estuvo sustentado además de por el reconocimiento por el presi-
dente Obama del fracaso de la política hacia Cuba, por la promesa de retirar al
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país de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo (ya materializada re-


cientemente),15 y del compromiso de ejercitar sus facultades ejecutivas con la
finalidad de aligerar el bloqueo (no tiene facultades para derogar la Ley Hel-
ms-Burton, sino sólo el Congreso, con las dos cámaras republicanas en estos
momentos).
Se trata del inicio de un proceso que puede llevar o no a la normalización
plena de las relaciones bilaterales. Para concluirlo, habría que dar solución a
todo un conjunto de temas pendientes, complejos en su resolución: resarci-
miento por daños humanos y materiales de EUA a Cuba y su pueblo versus re-
clamaciones de EUA por las nacionalizaciones de propiedades de ciudadanos
norteamericanos por el gobierno revolucionario de Cuba; el levantamiento del
bloqueo16 económico, comercial y financiero, convertido con el pasar de los
años en verdadera guerra económica;17 el cese de la subversión político-ideo-
lógica contra el pueblo de Cuba; la devolución de la Base Naval de Guantána-
mo, entre otros asuntos de solución demorada pero necesaria.
Existen otros temas de interés común, en los cuales se ha venido trabajan-
do y se continuará profundizando en las nuevas condiciones, tales como: lu-
cha contra el narcotráfico, y el tráfico de personas, combate al terrorismo, y
contra el crimen organizado, mitigación y adaptación al cambio climático y
enfrentamiento de la contaminación ambiental, en todos los que es posible lle-
gar a acuerdos de cooperación bilateral.
El restablecimiento de las relaciones económicas y del comercio bilateral
en condiciones típicas del comercio internacional pudiera abrir las puertas al
turismo norteamericano, al incremento de las compras de alimentos y tecno-
logías por Cuba, a las inversiones y cooperación en materia de biotecnología,
agricultura, azúcar, infraestructura vial y comunicacional, níquel, minería, pe-
tróleo, entre otros sectores de interés para ambas partes. También podría pro-
piciar la venta por Cuba a Estados Unidos de productos de la biotecnología y
de la industria farmacéutica, de níquel, cítricos, azúcar, rones y tabaco y ma-
riscos, entre otros renglones.

15. Recientemente se ha retirado a Cuba de la lista de Estados “que no hacen todo lo posible por detener el
tráfico de personas”. Otra lista donde nunca debió estar.
16. El Gobierno de Estados Unidos denomina embargo al bloqueo. Así está definido en la Proclama Presi-
dencial 3447 del presiente estadounidense John F. Kennedy, emitida el 3 de febrero de 1962.Este es un
tema que ameritaría un tratamiento especial aparte y no es objeto de análisis en este trabajo.
17. Término acuñado en la Conferencia Naval de Londres (1909).
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En conjunto, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la retirada


de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y de la lista de Es-
tados que no hacen lo suficiente para evitar o combatir el tráfico de personas,
la recientes disposiciones del Congreso de flexibilizar el comercio con Cuba,
pueden mejorar su ubicación en las categorías otorgadas por las calificadoras
de riesgo. Esto facilitaría el comercio con y las inversiones de terceros en Cuba.
Se debe añadir, que todo lo anteriormente expresado no significa que
Cuba vaya a renunciar a sus posiciones históricas ni a los ideales. Así lo
dejó claramente dicho el presidente Raúl Castro, en el IV Período de Se-
siones de la Asamblea Nacional del Poder Popular pocos días después del
17-D, al expresar:
Entre los gobiernos de los Estados Unidos y Cuba hay profundas diferencias que in-
cluyen, entre otras, distintas concepciones sobre el ejercicio de la soberanía nacio-
nal, la democracia, los modelos políticos y las relaciones internacionales.
Reiteramos la disposición al diálogo respetuoso y recíproco sobre las discrepan-
cias […]
No debe pretenderse que para mejorar las relaciones con los Estados Unidos, Cuba
renuncie a las ideas por las que ha luchado durante más de un siglo, por las que su
pueblo ha derramado mucha sangre y ha corrido los mayores riesgos.18

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe


(CELAC) y la Organización de Estados Americanos (OEA)
como importantes actores en las relaciones hemisféricas:
Latinoamericanismo vs. Panamericanismo
Tomando en consideración que Cuba es miembro fundador y muy activo
dentro de la CELAC en la cual ha ocupado la presidencia pro témpore y que
EUA lo es también activamente de la OEA, donde mantiene su membrecía,
habida cuenta de que las relaciones entre ambos sujetos de las relaciones in-
ternacionales pueden incidir en la situación y evolución futura de la región,
convenimos que estamos en presencia de dos importantes actores multilate-
rales en las relaciones hemisféricas, a los cuales habrá que tomar en cuenta

18. Raúl Castro, Compartimos la idea de que puede abrirse una nueva etapa entre EUA y Cuba. Sesión
de clausura del IV Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del
Poder Popular, Palacio de Convenciones, Cubadebate (La Habana), 20 diciembre de 2014. ‹http://www.
cubadebate.cu/opinion/›.
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ahora y en lo adelante, en particular según sea el enfoque ,latinoamericanista


o panamericanista, de las relaciones hemisféricas en Las Américas.
La OEA fue constituida en Bogotá, Colombia, en 1948. Abarca los 35 Es-
tados que conforman las Américas, habiendo operado en la mayoría de los ca-
sos bajo conducción unilateral de EUA y en defensa de sus intereses, que no
han sido en cada momento y precisamente los intereses de la región de Amé-
rica Latina y el Caribe.
Esta organización muestra un historial de apoyo directo o indirecto a in-
tervenciones y golpes de Estado en la región, y registra la flagrante violación
del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca durante la guerra de Las
Malvinas (1983). El principio fundamental de funcionamiento es el Paname-
ricanismo (Las Américas como un todo) y ha operado básicamente bajo los
preceptos de la doctrina Monroe (América para los americanos).
La suspensión de Cuba en 1962, con apoyo hemisférico casi total (se ex-
cluyen México y Canadá) obedeció a las presiones ejercidas arbitrariamente
por la administración estadounidense justo al inicio del proceso revoluciona-
rio y poco tiempo después de la fallida agresión de Playa Girón (abril 1961),
organizada y financiada por EUA, que pretendía hacerse de una cabeza de pla-
ya para solicitar la intervención conjunta de la OEA e instaurar un gobierno
afecto, lo que ahora se llamaría en lenguaje moderno un gobierno dócil. El fin
de la sanción en 2009, con apoyo regional total es el resultado del cambio de
las condiciones en el hemisferio y de la reconocida y efectiva resistencia del
país ante los ataques de diversa índole por parte de EUA, cuestiones ya ex-
plicadas arriba.
En este nuevo escenario, con un mundo existente más multipolar y el in-
cremento de la democracia en la región, resulta evidente la necesidad de reno-
vación de la OEA. Es justamente lo que pretende el nuevo Secretario General
y ex canciller uruguayo, Luís Almagro.
Para ello debe basarse, obviamente, en los cuatro pilares fundamentales de
la Organización: la defensa de la democracia, la promoción de los derechos
humanos, la seguridad hemisférica y el desarrollo integral,19 que no son nue-
vos y cuya necesidad de darles un nivel de cumplimiento coherente y equita-
tivo resulta harto evidente.

19. OEA, Quiénes somos. ‹http://www.oas.org/es/acerca/quienes_somos.asp›.


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El otro elemento de orden esencial a tomar en cuenta, recogido en la pri-


mera parte, capítulo I (Naturaleza y Propósitos), artículo 1de la Carta de la
OEA (1948), después de cuatro reformas (1967, 1985, 1992 y 1993), consis-
te en que:
Los Estados americanos consagran en esta Carta la organización internacional que
han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad,
robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su in-
dependencia. Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Ame-
ricanos constituye un organismo regional.”20

Sólo sobre esas bases será posible una renovación real de la OEA.
Otro de los interlocutores de peso en el hemisferio lo constituye la CE-
LAC, creada en 201121 y que abarca los 33 países de la región de América La-
tina y el Caribe, bajo una conducción multilateral y por consenso, con presi-
dencia pro tempore rotativa por un año. Abarca una extensión de algo más de
22 millones de km2, con más de 600 millones de habitantes y una enormidad
de recursos naturales.
También cuenta con avances en educación, salud y gran variedad de capi-
tal humano ya formado. Se conforma por definición como organismo de con-
certación política, económica y social, con la finalidad de buscar la unidad
en la diversidad y contribuir a la integración para el desarrollo de la región.22
Adquiere un carácter universal en el contexto geográfico, al abarcar todos los
Estados que conforman la región.
El principio fundamental de funcionamiento es el latinoamericanismo, so-
bre la base de la solidaridad, complementariedad y el beneficio mutuo. La
concertación política, el consenso, y la cooperación, también bases para su
funcionamiento, pueden conducir gradualmente a la integración. Esta, a su
vez, puede ser la clave para la unidad y la convergencia en la diversidad.
A pesar de estas potencialidades tangibles, en su conjunto la CELAC pre-
senta un grupo de debilidades: la escasa institucionalidad, la diversidad de los

20. OEA, Carta de la OEA,‹http://www.oas.org/dil/esp/tratados_A-41_Carta_de_la_Organizacion_de_los_


Estados_Americanos.htm/›.
21. Ver: Declaración de Caracas, 3 de Diciembre de 2011.“En el Bicentenario de la Lucha por la Indepen-
dencia Hacia el Camino de Nuestros Libertadores”.
22. Ibíd.
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actores y gobiernos de diferente signo político, la no exhibición de suficientes


resultados concretos tangibles, la no existencia de fuentes de financiación, el
corto período de funcionamiento (menos de cuatro años, desde su fundación)
y una gran cantidad de detractores.
A lo largo de la historia reciente, han existido también otros intentos inte-
gracionistas: Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), Alianza Boliva-
riana para los pueblos de nuestra América (ALBA), Mercado Común del Sur
(MERCOSUR).23 En el campo de las comunicaciones: Unión Latinoamerica-
na de Noticias (ULAN) y UNAPRES, con 10 agencias de prensa nacionales,
tratando de crear una matriz de opinión afín a los intereses de la región. La
CELAC es, además, heredera del Grupo de Río24 (con más de 20 conferencias
precedentes) y de las Cumbres América Latina-Caribe (CALC25 –con dos edi-
ciones anteriores–).
En el campo de la arquitectura financiera regional, se encuentran en proce-
so de entrar en funcionamiento el Banco del ALBA y el Banco del Sur, más la
propuesta ya en funcionamiento del Sistema Único de Compensación Regio-
nal Económica (SUCRE, una especie de unidad de cuenta), aunque con dis-
cretos resultados aún esta última.
Todos estos actores pueden y deben ser parte de la solución de los proble-
mas, divergencias, incomprensiones, intervenciones y diferendos que han ca-
racterizado a la región durante más de dos siglos.

El futuro previsible:
diálogo entre las dos Américas.
Recomposición del Sistema Interamericano y de las relaciones hemisféricas
Luego de la VII Cumbre de Las Américas, que contó con la presencia de
Cuba por vez primera en una de ellas, sumado al restablecimiento de las rela-
ciones bilaterales con EUA y el proceso iniciado de normalización de las re-

23. Cada uno de ellos llevaría un análisis particular, sin embargo no corresponde con el objetivo del presente
trabajo de investigación.
24. Heredero a su vez del Grupo de Contadora, creado para promover la solución de los conflictos armados
en Centroamérica en la década de los ochenta. Este grupo dejó a la CELAC un legado de acuerdos y pun-
tos de referencia comunes en el ejercicio de la diplomacia multilateral, la cooperación y la concertación
política a lo largo de más de 20 años de accionar.
25. Estas Cumbres de todos los Estados de América Latina y el Caribe, con dos ediciones –una en Costa de
Sauípe, Brasil (2008) y la otra en Playa del Carmen, México (2010)–, dejaron el camino abonado y con-
dujeron a la determinación de crear la CELAC, hecho que se consumaría en Caracas, Venezuela (2011).
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laciones entre los dos países, la situación se hace diferente en el contexto he-
misférico.
Por tanto, lo más importante no es precisamente la VII Cumbre de Las
Américas, sino lo que podría suceder y está sucediendo después de su reali-
zación: Hay que prepararse para el diálogo entre las dos Américas, diferentes
por muchas razones, de orden histórico, económico, político y cultural.
Durante la Cumbre, había dos noticias anticipadas: 1. El encuentro entre
el Presidente de la República de Cuba y el Presidente de Estados Unidos de
América, 2. El diálogo entre la Sociedad Civil cubana y el grupo de la llama-
da disidencia.
La primera se confirmó y fue todo un éxito para Cuba y también, en menor
medida para Estados Unidos.26
La segunda no era factible de materializarse, por varias razones: este gru-
po no está compuesto por disidentes reales, no representa a ninguna Orga-
nización no Gubernamental (ONG) legitimada, ni siquiera minoritaria, que
represente a ningún sector social dentro de Cuba, no tiene programa propio
alternativo al programa del gobierno cubano, existen evidencias concretas de
que su discurso se prepara en otras latitudes y son entrenados y pagados por
una potencia extranjera, por tanto no son legítimos interlocutores para la dis-
cusión de los problemas internos de Cuba y mucho menos pueden decidir so-
bre los temas de política exterior de su país de origen, en el plano hemisférico.
De modo que, a escala hemisférica, dos de los interlocutores obligados,
sin excluir otros actores presentes ni a los actores extraregionales, van a ser la
CELAC (cuyas propuestas estarán en dependencia de los miembros que inte-
gren la cuarteta y de quién ostente la presidencia pro tempore) y la OEA (que
debe reestructurarse como parte del Sistema Interamericano).
Por su parte, el Sistema Interamericano, con momentos fundacionales en
las postrimerías del siglo XIX (Conferencia Interamericana, 1891) y la crea-
ción de las primeras estructuras a inicios del XX, que va mucho más allá de
la propia OEA,27 debe adaptarse a las nuevas condiciones pos cumbre. Por

26. El Decreto presidencial contra Venezuela, emitido el 9 de marzo -apenas un mes antes de la Cumbre y la
retirada abrupta del Presidente Obama durante los discursos oficiales-, empañó lo que pudo haber sido
un bien ganancial de matriz política para la administración del Presidente demócrata.
27. Ver: OEA, Nuestra Historia. ‹http://www.oas.org/es/acerca/nuestra_historia.asp›.
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tanto, está llamado a reconfigurarse, así como a cambiar su modo de accio-


nar también.
Urge pasar de la confrontación y el conflicto, al predominio de la coope-
ración en las relaciones. Las palabras de orden deben ser, por tanto: multila-
teralismo y bilateralismo contra unilateralismo, y colaboracionismo contra
aislacionismo, universalmente hablando, si se quiere lograr la gobernabilidad
democrática en la región.
El mundo se ha transformado y también la región, por tanto las formas de
hacer política exterior deben también cambiar y las viejas formas de domi-
nación han entrado en desuso, por lo que se necesitan nuevos mecanismos y
nuevas formas de ejercer el poder.
Para que eso ocurra, ambas partes (las dos Américas y los interlocutores,
ya mencionados) deberán aceptar la otredad y relacionarse sobre la base del
respeto a los principios de la igualdad soberana y la no intervención en los
asuntos internos, la autodeterminación en la elección del sistema económi-
co y político a elegir democráticamente por los nacionales, la solución de los
conflictos mediante negociaciones, mediación u otro medio de carácter pací-
fico, el no uso ni la amenaza del uso de la fuerza en la solución de los mis-
mos, entre otros.
En este sentido, la política exterior en la región, probablemente esté llama-
da a combinar elementos de idealismo con los de realismo político,28 en una
química que permita la paz y la gobernabilidad.
Ya aparecen nuevas estructuras de gobernabilidad en UNASUR, como el
Consejo Suramericano de Defensa, una Escuela de Defensa, hay propuestas
para la creación de un Consejo Latinoamericano de Derechos Humanos, de un
Fondo de Contingencia e inversiones, entre otras.
Ante esta situación, sería recomendable observar detalladamente y con en-
foque flexible la dinámica de lo que Engels llamaba paralelogramo de fuer-
zas, tomando en cuenta que la resultante del entramado de acciones, no está

28. En la Teoría de las relaciones políticas internacionales existen estos dos enfoques, el primero (realista)
está basado en la aplicación del poder real y tangible, de lo objetivo y visible, mientras que el segundo
(idealista) se basa en lo deseable, lo ideal, creando condiciones para lograr los objetivos de política con la
aplicación de los intangibles y sin la aplicación de la fuerza. Para ampliar, ver: Roberto González. Teoría
de las relaciones políticas internacionales (La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1990).
152 Comentario Internacional • Número quince • año 2015 : 139-154

definida aún.29 Esto no debe obstaculizarlas tentativas de influir en el futuro,


propiciando los escenarios y resultados esperados por cada actor, que para
materializarse deberían ser predominantemente convergentes.
Se debe jugar por todos en todas las posiciones, en un mundo que se va
conformando cada vez más multipolar, teniendo en cuenta la existencia de va-
rios elementos que se entrelazan: variados actores, socios –comerciales y po-
líticos–, diferentes vías y procedimientos a emplear en las políticas.
Se pudiera formular e implementar en la región latinoamericana una po-
lítica inteligente, de rápidas, audaces y, en ocasiones sorpresivas y creativas
acciones por parte de todos y cada uno de los actores, que conduzca al forta-
lecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe, sin confrontar con la
América del Norte, en el logro de un objetivo común: desarrollo sostenible e
inclusivo y soberanía, de acuerdo a los intereses comunes endógenos y no de
los que puedan tener otras regiones y potencias extra-regionales.
Claro, que no son sólo los intereses de América Latina y el Caribe, sino
que existe un hemisferio occidental que es más abarcador. Por tanto, si de con-
vivir se trata, es preciso que se desarrollen relaciones interregionales en con-
diciones de igualdad soberana con la Otra América –del Norte–.
En esa convivencia, a la vocación de dominio por actores intra o extra-he-
misféricos, la región de América Latina y el Caribe está obligada a presentar
su vocación de unidad, independencia e integración, que tiene una larga data
y atesora una rica historia de 200 años de tradiciones.
La Declaración de la Región de América Latina y el Caribe como zona de
Paz,30 principal resultado de la II Cumbre de la CELAC, realizada en La Ha-
bana en enero de 2014, es un buen ejemplo, así como el apoyo a los gobiernos
democráticos y progresistas contra las agresiones internas o externas, como
en los casos más recientes de Argentina con el tema de Las Malvinas (se emi-
tió una Declaración al respecto fechada el 17 de abril de 2015),31 de Venezuela

29. Wolf Grabendorff, “El Hemisferio ante un entorno global cambiante y la reconfiguración regional”.
Relatoría del coloquio hemisférico de expertos, redes de la sociedad civil regional y thinktanks. (Ciudad
de Panamá: CRIES, 2015).
30. CELAC, Proclama de América Latina y el Caribe como zona de Paz. II Cumbre de la CELAC, Cubade-
bate (La Habana), 27 y 28 de enero de 2014. ‹http://www.cubadebate.cu/especiales›.
31. CELAC, Declaración de Solidaridad sobre la cuestión de Las Malvinas. Taller: Actualización sobre
la cuestión de Malvinas,Asociación Cubana de las Naciones Unidas(La Habana), 17 de abril de 2015.
‹http://www.acnu.org.cu/articulos›.
Cuba en el contexto regional posterior a la VII Cumbre de las Américas ... 153

con relación al rechazo de la Orden ejecutiva del Presidente de EUA de mar-


zo 2015 o de Ecuador, rechazando la amenaza tangible y vigente aún de gol-
pe de Estado.
No hay otra alternativa, si se quiere materializar el lema de la II Cumbre
CELAC-Unión Europea (UE), celebrada en junio de este año: “Modelar nues-
tro futuro común: trabajar por unas sociedades prósperas, cohesionadas y sos-
tenibles para nuestros ciudadanos”,32 como se ha proclamado también por la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Hay que tomar en cuenta, además no sólo la región de América Latina y el
Caribe (escenario natural) y el hemisferio en su totalidad, sino también la exis-
tencia y el relacionamiento con otros bloques (Europa y Asia) y con econo-
mías en otras latitudes. Las dos Américas tienen la obligación de dialogar entre
iguales, respetando los principios del Derecho Internacional, refrendados en la
Carta, signada en la Conferencia de San Francisco (1945), que da origen a la
ONU y recogidos igualmente en la Carta de Bogotá tres años después.
No se vislumbra otra alternativa, al menos en el corto y mediano plazo,
para que un mundo mejor sea posible.

A modo de conclusiones
Conviene a todos apropiarse críticamente de un hecho relevante: un nuevo
orden mundial y regional está en proceso de conformación. Aparecen nuevos
paradigmas, surgen nuevos actores, se reestructuran los poderes y las rela-
ciones de poder, se acuerdan nuevas reglas y están llamadas a aparecer, sin
dudas, nuevas escuelas de pensamiento y teorías.
Será preciso aprender a dialogar para acordar las reglas de juego entre
todos, que estas sean iguales o al menos similares para todos y se apliquen
con equidad. Aquí habría que hacer una abstracción del realismo e introducir
elementos de idealismo en la política, estableciendo una química aceptable
que funcione para todos.
En el presente-futuro habrá que trabajar para disminuir la desigualdad de
capacidades en diferentes campos, de modo que se promueva el ejercicio del
derecho de igualdad soberana por parte de todos los actores.

32. CELAC-UE, “Declaración Política”. Una asociación para la próxima generación (II Cumbre CE-
LAC-UE, Bruselas, 11 de junio de 2015).
154 Comentario Internacional • Número quince • año 2015 : 139-154

El objetivo máximo ha de ser: expandir la gobernabilidad en el Hemisfe-


rio: para ello, trabajar por construir una zona de Paz, tal como proclama la
CELAC en su Declaración de La Habana, enero de 2014.
Todo lo anterior podría ser bueno para todos, sobre la base del principio de
que “El respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez, Benemérito de las
Américas). Las alternativas no serían en ningún caso mejores: sólo quedarían
la confrontación, el conflicto y las guerras.

Bibliografía
Asociación Cubana de las Naciones Unidas. “Declaración de Solidaridad sobre la cuestión de Las
Malvinas”. Taller Actualización sobre la cuestión de Malvinas, La Habana, 17 de abril
de 2015. ‹http://www.acnu.org.cu/articulos/declaracion-de-solidaridad-sobre-la-cues-
tion-de-las-malvinas›.
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pa-entre-eeuu-y-cuba/#.WHP0ulPhDIU›.
CELAC. “Proclama de América Latina y el Caribe como zona de Paz”. II Cumbre de la CELAC,
La Habana, 27 y 28 de enero de 2014. ‹ http://www.cubadebate.cu/especiales/2014/01/29/
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CELAC-UE. “Declaración Política”. Una asociación para la próxima generación. II Cumbre
CELAC-UE, Bruselas, 11 de junio de 2015.
González, Roberto. Teoría de las relaciones políticas internacionales. La Habana: Editorial Pue-
blo y Educación, 1990.
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nal”. Relatoría del coloquio hemisférico de expertos, redes de la sociedad civil regional
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––––– Nuestra Historia. ‹http://www.oas.org/es/acerca/nuestra_historia.asp›.
––––– Quiénes somos. ‹http://www.oas.org/es/acerca/quienes_somos.asp›.

Fecha de recepción: 3 de agosto de 2015


Fecha de aceptación: 4 de mayo de 2016

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