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Comenzaré con las dos últimas palabra del texto: ἐμεσίτευσεν ὅρκῳ: Emesiteusen jorko: interpuso
juramento/mediante juramento. El verbo ἐμεσίτευσεν, interponer, refiere a la acción de Dios de
colocarse en medio de dos cosas para formalizar algo. El verbo ἐμεσίτευσεν traslada la idea en el
griego clásico de estar o colocarse en medio de, más el sustantivo griego ὅρκῳ: juramento, usado
a menudo en contextos legales para referirse al acto de presentar una demanda o un recurso de
apelación. Otras veces al acto de intervenir en una conversación. Las dos palabras sugieren como
que Dios estuvo en medio de dos cosas con juramento, formalizando algo.
El escritor bíblico trae a la memoria de sus lectores que eran los nuevos creyentes en Jesucristo
por medio del evangelio que los apóstoles predicaron, el pacto que Dios hizo con Abraham en
Génesis 15:8 al final y 22:15-18. Juntando los dos relatos.
Dios prometió un hijo y por medio de éste una descendencia muy numerosa, al mismo
tiempo promete heredar la tierra. Abraham, dijo a Dios: ¿en qué conoceré que la he de
heredar? Entonces Dios le ordeno traer: una becerra de tres años, y una cabra de tres
años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10 Y tomó él
todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas
no partió las aves. Luego en el v. 17, dice: Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido,
se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los
animales divididos. Ahí está la idea de Dios haciendo un compromiso, un trato solemne
donde Dios se compromete con Abraham pasando por en medio de los animales. Ahí está
la idea de interponer.
El capítulo 22:15-18: 15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el
cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y
no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del
mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán
benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Aquí está la segunda palabra, juraramento: 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice
Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo.
Es un verbo perfecto. He jurado, la acción de Dios ya estaba hecho, pero sigue vigente en
el presente. El perfecto griego expresa resultado presente de una acción pasada.
El escritor bíblico al juntar los dos relatos dice que Dios por medio de la ceremonia o ritual caminó
por en medio de los animales, asegurando el trato y con juramento la promesa de un hijo y que
tendría desendencia, que estos heredarían la tierra que promete a Abrhaam. Dios confirmó su
promesa con juramento.
Dios confirma lo que el en su soberanía ha determinado hacer con los hombres. Dios declaró
juramento para dar seguridad a Abraham que su promesa se cumplirá y que no iba a cambiar
nada.
Así como Dios quiso mostrar a Abraham que cumpliría su promesa y asegurando con el ritual que
Dios cumpliría su promesa. Lo que hico era su consejo, su plan que deliberó consigo mismo.
La promesa es parte del plan y consejo divino, y es determinante, se cumplirá en plenitud porque
Dios es inmutable, no cambia su ser ni su parecer. Sus promesas son inmutables e irrevocables.
Dios mismo en su palabra prometió y es garantía por sí sola, pero quiso confirmarla para dar a
Abraham plena seguridad. El escritor bíblico aplica esta misma promesa para los creyentes que la
promesa de salvación es segura. V. 9, que tengan plena certeza de la esperanza, v.11. los
creyentes deben imitar v.12. y v.18.