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PACTOS DE DIOS CON EL HOMBRE

Salmo 89:34.

INTRODUCCIÓN

Pacto = alianza
Término hebreo que designa los acuerdos, tratados y arreglos entre dos personas, dos
reyes o dos naciones; con fines de beneficiarse en forma mútua.

El pacto que Dios hace con el hombre no se puede comparar con los pactos terrenales.

Tenemos como Padre al Dios de pactos, pactos que no pueden ser violados, porque
Jehová es Dios bueno, santo y veraz.

A la vista están los variados pactos que en sus distintos momentos el Señor hizo con sus
hijos.

PACTO CON NOÉ. Génesis 6:18.

Estableceré mi pacto contigo (es personal). Aquí hay misericordia y amor.

En este pacto entrarás tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. (Incluye a la
familia y la descendencia). Aquí se requería obediencia. 9:8-9.

La señal del pacto fue el Arco Iris, en las nubes. 9:13,16. El Arco Iris es semejanza de
la gloria de Jehová, Ezequiel 1:28. Juan vio un Arco Iris alrededor del trono y sobre la
cabeza de un ángel. Apocalipsis 4:3. 10:1. Algunos rabinos judíos enseñan que el
Arco Iris es un símbolo de paz.

PACTO CON ABRAHAM. Génesis 17:4.

Este pacto también es personal.

Para hacer efectivo este pacto se requería que Abraham y su descendencia anduvieran
delante de él y que fueran perfectos. 17:1.

Este pacto incluye promesas grandiosas: Te multiplicaré en gran manera, Serás padre de
muchedumbres, naciones y reinos saldrán de ti y tu heredad será la tierra de Canaán a
perpetuidad. 17:2,4,6,8.

Jehová le recordó a Abraham: Guardarás mi pacto tú y tu descendencia, por tus


generaciones.

La señal del pacto fue la circuncisión. 17:10-11.

PACTO DE DIOS CON DAVID. Salmo 89:3.

Este pacto también entraña preciosas promesas: Confirmaré tu descendencia, edificaré


tu trono por todas las generaciones, mi mano estará siempre contigo, mi brazo te
fortalecerá, no te sorprenderá el enemigo, mi verdad y mi misericordia estarán en ti.
89:4,21-24.

Responsabilidades a cumplir para gozar las promesas del pacto. No dejar de lado la ley,
no profanar los estatutos, guardar los mandamientos. 89:30-31.

Consecuencias al violar el pacto: Castigaré con vara la rebelión y con azotes las
iniquidades. 89:32.

CONCLUSIÓN

El Señor promete nunca olvidar lo que ha prometido en sus pactos, no cambiar lo que
sus labios han dicho. Pero a su vez, él espera que nosotros hagamos igual.

La reciprocidad entra en juego. Dios cumple y espera que el hombre cumpla.

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