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ISSN: 1666-1508
revistaprismas@gmail.com
Universidad Nacional de Quilmes
Argentina
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que cierta intelectualidad aspecto es propicio para el el positivismo cientificista, que
norteamericana estaba acercamiento desde la historia opera incluso en un
absorbiendo –sólo a comienzos intelectual, pues sirve para inconsciente prevenido –si los
de la década de 1990– el comprender el porqué de la tan hubo– como el de Freud,
“reciente” pensamiento cuestionada asepsia política –o desesperado ante la idea de que
europeo-francés, desinterés– y las formas tan el psicoanálisis se transformara
principalmente los aportes de disímiles de vivir el marxismo en freudismo (como se
Bataille, Foucault, Kristeva, intelectual –y la vida– de transformó), o en la hastiada
Derrida y el tan controvertido Horkheimer y Benjamin, por declaración de Marx acerca de
De Man. En ese aspecto y pese poner ejemplos extremos de que él, al menos él, “no era
a toda su erudición, para el una gama en la que entran marxista”. El temor era la
lector latinoamericano el libro Adorno, Marcuse, Fromm y puesta en duda de la
resulta poco novedoso; como se luego Habermas, por sólo citar imparcialidad y la neutralidad
sabe –y tal vez como efecto los nombres más ilustres. No de los procedimientos usados
colateral positivo de nuestra hay explicación unívoca, y Jay para establecer una verdad.
casi irremediable aculturación–, se ocupa de refutar la teoría del Ahora bien, se pregunta Jay:
fuimos la primera esponja en “milagro” de ese marxismo ¿cómo llegar a una forma de
absorber el posestructuralismo. crítico, como función, por justificación que no opere
Martin Jay reconoce que sus ejemplo, de la condición convocando autoridades?
estudios sobre la Escuela de moderna de Frankfurt –de la Comprueba que, más allá del
Frankfurt son fruto de su que se decía que era “la atractivo de las fórmulas, no se
atracción por el llamado primera ciudad del siglo XX”, ha producido la muerte del
“marxismo occidental”, algo la polis de nuestro tiempo–: la autor proclamada por Foucault
que con la caída del Muro de generación de pensamiento y Barthes. Siguiendo a La
Berlín y del supuesto marxismo crítico continuó en el completo Capra, nos propone que, al
oriental ha perdido sentido aislamiento neoyorquino, en los menos, escindamos al autor de
como categoría de análisis páramos californianos, en la sus comentaristas para de ese
(todo marxismo ha pasado a ser Frankfurt-Plan Marshall de modo evitar incorporar todo un
occidental, que es lo que posguerra. canon que bien puede resultar
siempre fue). En ese terreno, Los dos últimos ensayos –a espúreo. La búsqueda es la de
Jay se mueve con cómoda propósito de los “grandes la representación autonomizada
soltura, al punto que lo mejor nombres” y de los enfoques de las ideas, pero reconociendo
del conjunto de ensayos está textuales– son los más fuertes, que en nuestra tradición
atravesado por ese sólido saber. pues vuelven a poner en humanista hay inevitablemente
Cuando se concentra en ello tensión las posibilidades de la huellas del interés personal.
–en el primer trabajo, por historia intelectual, a la par de En cuanto al enfoque textual
ejemplo– surge toda la utilidad representar cabalmente la –en tanto opuesto a la
de su instrumento de la metáfora del campo de fuerzas. interpretación contextual propia
paráfrasis sinóptica como Oportunamente, Jay nos de toda forma de historia
reconstituyente de racionalidad recuerda que fueron social–, Jay comienza
comunicativa. En el periplo precisamente los grandes introduciendo la hermenéutica
entre Frankfurt, Nueva York, nombres quienes de manera –tan francesa– de la sospecha:
California y nuevamente más tenaz –y estéril– se ni por la intención autoral, ni
Frankfurt, el famoso instituto opusieron a su asimilación con por el contexto cultural de
de investigación Social va las ideas que hicieron emerger. producción ni por la nuevas
dejando sus entrañas a la vista, Explícitamente, Sócrates/Platón teorías de la recepción se arriba
que Jay enumera lo hacen en Fedro. Luego a algo parecido a una
metódicamente: marxismo comparte la refinada interpretación segura. Hasta
hegeliano, modernismo observación acerca de que, aquí, estamos ante la forma en
estético, autoconciencia judía, tradicionalmente, en el arte la que Jay absorbe “el giro
psicoanálisis, racionalizaciones obra puede estar ligada con el lingüístico”. Lo que lo asombra
a la Weber, posestructuralismo, nombre, pero en la ciencia no. es el intento de derrumbar toda
mandarinismo cultural. Este Esta tradición se compacta con separación entre texto y
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contexto, el rechazo a toda fuera un texto. Aceptemos, más nosotros no cabe semejante
causalidad entre uno y otro, a bien, que el texto se refiere a simulación, pues sin remedio
toda prioridad valorativa. El algo diferente de sí mismo, somos sociológicamente
texto deja de tener interior y algo interpretable como católicos. De los –nada menos
exterior, lo que resulta significante de la significación. que– seiscientos treinta autores
sugestivo, pero amenaza con Busquemos el hipotexto, que cita, apenas hay
hacer desaparecer el mismo internalizado pero exterior al marginalmente seis españoles y
texto. ¿Cómo entender el texto en cuestión. Si hay salida ni un latinoamericano (¡ni
famoso “no hay nada fuera del a tanto dilema, es por vía del siquiera, por concesión a las
texto” de Derrida? ¿Qué decir reconocimiento de la naturaleza modas, nombra a Borges!).
ante la afirmación de Ricoeur alegórica del texto, un antiguo Nuestra convicción es que no
acerca de que “toda acción señalamiento de Benjamin; lo son ésas las relaciones de los
humana es un texto”? Nada, o alegórico visto en oposición a “campos de fuerza” de nuestras
tomarlos en serio pero como lo simbólico, como culturas, y que reflejan el
estímulos y condicionantes de reconocimiento de que dice una prejuicio de que estos trópicos
lectura, límites de cosa y significa otra. Y afrontar –por debajo del Río Bravo todo
interpretación: aceptar que la la ira de los dioses, la penosa lo es, hasta la Patagonia– están
historia de las ideas se sensación de deuda y culpa; reservados a las mulatas
transforme en historia de los aceptar, hasta cierto punto, que pasionales, los malabaristas del
significados, aceptar una los “vivos” usan a los balompié y los febriles
circularidad dialéctica donde se “muertos”. compositores del realismo
va del todo a la parte y Como se ve, estas mágico. Para nuestro consuelo,
viceversa. Estar atentos a la disquisiciones ajenas tienen su el anglocentrismo es tal que
“historia de los efectos” de un interés, porque ajenas no es lo cualquier estudioso germano
texto de la que nos hablaba mismo que excluyentes. Con la que quiera satisfacer
Gadamer, estudiar las osadía propia de eternos medianamente su narcisismo
tradiciones de lectura tanto –o deudores externos, bien debe olvidarse del idioma de
más– que los mismos textos. podemos incorporarlas a Goethe y aprender de apuro
Comprobar, desde luego, que condición de que las pongamos uno que, ay, ya no es el de
no hay observador neutral ni en diálogo con lo propio; no Shakespeare. El libro de Martin
objetivo, que el observador es faltan entre nosotros quienes a Jay nos sirve, pero, como quien
un instrumento donde –en la distancia –y sin haber estado dice, a condición de. Al
principio, casi por regla– se quizás nunca en Frankfurt– han pensamiento crítico, por pura
reconstruyen mal texto y estudiado a Adorno, a consecuencia, debemos leerlo
contexto. Sin embargo, Jay nos Frankheimer, a Benjamin (con críticamente.
propone resistir críticamente la jota y entonación aguda).
expansión de la intertextualidad Martin Jay trabaja en una
culturalista y su fusión tradición en la que el espíritu
dialógica de horizontes, con los científico –aun múltiplemente María del Carmen
que la antropología nos lleva a controvertido– se equipara con Cabrero
“leer” toda cultura como si la ética protestante; entre UNS
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