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El camino correcto

Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán”
Proverbios 22:6 - NTV

Proyecte las siguientes frases y pregunte a los asistentes que opinan de ellas
- La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el
mundo (Nelson Mandela)
- La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar
el mundo (Paulo Freire)

https://www.youtube.com/watch?v=Kt2IazPNQOs este video es una clara


muestra de que nuestros hijos, además de ejemplo, necesitan ser escuchados,
valorados y apoyados en sus procesos.

Introducción

La Biblia nos invita dirigir a nuestros hijos por el camino correcto. Y dirigir es sinónimo
de orientar, encaminar y conducirlos por un sendero, que ni siquiera el paso de los
años podrá apartarlos de él.

Es por ello que la Biblia cuando se refiere a nuestros hijos, los compara con las flechas,
en las manos del guerrero. Nosotros somos como esos guerreros que lanzan esa
flecha para darle una dirección en todas las etapas y que seguirá su curso el resto de
sus vidas. “Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de
un guerrero” (Salmo 127:4 NTV)

Y la vida escolar no es una excepción. No es solamente tarea de los profesores dirigir y


orientar este camino. También, y sobre todo, es tarea de los padres enseñar a los hijos
e hijas el amor por la educación y los buenos hábitos necesarios para tener éxito
en la vida escolar.

Las estadísticas demuestran que cuando los padres se involucran en la vida escolar de
sus hijos, estos tienen mejor desempeño y mayores probabilidades de terminar la
universidad.

Estamos a punto de iniciar una nueva etapa escolar y vale la pena que meditemos en
las siguientes recomendaciones que nos ayudarán a cumplir con esta labor de orientar
y dirigir a nuestros hijos en su vida escolar.

Nota: para hacerlo más dinámico, se recomienda entregar el enunciado a personas


diferentes y en la medida que cada padre lo lee en voz alta, el líder los va explicando.
1. Ore y bendiga a sus hijos: a punto de iniciar la vida escolar enséñeles a sus
hijos a iniciar este reto, como iniciaban los retos en la antigüedad los hombres y
las mujeres de Dios. De rodillas delante de Dios, para estar de pie ante las
circunstancias. Ore por sus hijos la noche anterior del primer día de clases y
bendígalos. Pero también motívelo a hacer su propia oración pidiendo a Dios su
ayuda en el nuevo año escolar, enseñándoles que el caballo se adiestra para la
batalla, pero la victoria es del Señor (Proverbios 21:31). No solo es necesario
estudiar, sino primero encomendarnos a Él.
2. Enséñeles a despertarse solos: ¡por favor no despierte más a sus hijos!
Enseñarles a usar el despertador y levantarse solos es enseñarles a asumir la
responsabilidad de su vida escolar. Desde que inicie su vida escolar (Jardín)
comience el entrenamiento. A la edad de 6 años ya es edad para dominar el
hábito. Si no lo ha hecho, ¡empiece! Nunca es tarde.
3. Destine un lugar específico para estudiar: nuestros hijos necesitan un lugar
en el que siempre puedan sentarse a estudiar y se identifique como el lugar en
donde “me concentro”. Preferiblemente su propia mesa, que puedan escoger,
decorar a su agrado, pero sin muchas distracciones. También es importante
tener en cuenta el orden de la zona de estudio, esto influye poderosamente en la
concentración.
4. Establezca un horario fijo de estudio diario en la agenda: desde muy
temprana edad (3 años en adelante) establezca rutinas fijas de estudio. Desde
muy temprano vamos enseñando que siempre se destina un tiempo en casa
para aprender. En la medida que van creciendo los hijos, a veces se empieza
con el “no tengo tareas”. Independiente de que haya tareas o no, destine
horarios fijos de estudio. Preferiblemente bloques de 45 minutos (dependiendo
de le edad se hará necesario más de un bloque). Si no hay tareas, igual que
permanezca preferiblemente este espacio para que haya un tiempo mayor de
lectura, de refuerzo en matemáticas u otras materias (buscar libros de apoyo de
acuerdo a la edad); pero será un tiempo no negociable la mayoría de las veces,
de tal forma que no se pierda el hábito.
5. Supervise las tareas, pero no las haga por ellos: tan dañino es hacer las
tareas por ellos como no supervisar. A veces los padres caemos en los dos
extremos. Esforcémonos por interesarnos en mirar que tareas tienen y si las han
desarrollado completas, de tal forma que nuestros hijos se acostumbren a rendir
informes y dar cuentas de sus responsabilidades. En la infancia debe hacerse la
mayoría de las veces. En la adolescencia, debemos tomar más distancia y tratar
de hacer un balance o monitoreo cada dos semanas o cada mes, de acuerdo a
la necesidad, pero nunca con la misma intensidad que en la infancia porque se
debe ir creciendo en responsabilidad y confianza. Supervisar, también nos
permitirá detectar a tiempo alguna necesidad de apoyo adicional que bien usted
u otra persona se la pueda ofrecer a nuestros hijos. Y no hay nada de malo con
ello, es importante también en la vida escolar aprender a pedir ayuda a tiempo.
6. Limite el tiempo de electrónicos: se sugiere no permitir más de una diaria en
total de electrónicos (tv, videojuegos…). Preferiblemente restringir videojuegos
para los fines de semana. El tener reglas claras al respecto les quitara la
ansiedad por acabar las tareas o la lectura rápido para poder conectarse.
También se sugiere establecer el día de la no tecnología para generar
aburrimiento y estimular la creatividad en los niños y adolescentes. Es
importante también destacar que en algunos hogares el televisor está prendido
durante todo el día, convirtiéndose esto en un muy mal hábito que genera una
dependencia dañina. Mas aún, si el sonido logra filtrarse al espacio de estudio
de sus hijos. Finalmente, dispositivos como los celulares deben también
restringirse o enseñarle a distanciarse o restringir la entrada de mensajes o
llamadas durante el tiempo de estudio, para que no esté interrumpiendo la
concentración de sus hijos. Los estudios demuestran la alteración que en la
concentración se genera el estar pendiente de cada mensaje que entra (sobre
todo para los jóvenes).
7. Desarrolle un hábito de lectura familiar: el hábito de la lectura es una de las
herramientas más poderosas en el éxito académico. Enamoremos a nuestros
hijos de la lectura con el ejemplo. Destinemos 20 minutos diarios a la lectura en
el hogar, en donde todos los miembros de la familia estén disfrutando del
agradable hábito de leer. Pude ser todos en la sala, en la cama acostados, en el
comedor, todos con un libro diferente o con el mismo libro leyendo juntos, pero
dando ejemplo de que la lectura es un hábito divertido y diario. Ojalá sean
lecturas variadas, de interés de todos, o de alguno en específico, o quizá
noticias o temas educativos relacionados con nuestros hijos que queremos
reforzar o advertir de peligros.

Aplicación

Es un error creer que la responsabilidad educativa de nuestros hijos le


corresponde a una institución y por ende a los maestros. Somos nosotros los
verdaderos implicados en su formación integral. Dedicarles tiempo e
interesarnos por sus rutinas, escucharlos y hacerlos sentir valiosos e
importantes, es necesario para levantar una generación que crea en la
educación, que ame las aulas, los libros y que disfrute el aprendizaje.

Repase con su pareja las 7 recomendaciones y evalúen en cual están fallando.

Establezcan rutinas para apoyar como equipo o de manera individual el


aprendizaje de sus hijos. Ore pidiéndole al Espíritu Santo, la sabiduría para
guiarlos.

Aparten un tiempo familiar en semana para evaluar avances en el aprendizaje y


reconozcan el esfuerzo de sus hijos.

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