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INTRODUCCUIÓN A LA TEOLOGÍA

LA TRADICIÓN EN LA
TEOLOGÍA
FUNDAMENTAL

Domínguez Almaraz Jorge Raúl

Pbro. Carlos Agustín Cazares

24/11/2023

LA TRADICIÓN EN LA TEOLOGÍA FUNDAMENTAL


El autor empieza a induciendo a aun análisis sobre cual es la función de la tradición en
la Teología Fundamental a lo cual se plantea esta pregunta ¿de qué tradición se está
hablando? Pues debemos entender bien que la Tradición no es como en las S. Escritura
que está perfectamente delimitada, pues a pesar de que está sea interpretada a lo largo
de la historia siempre su fundamento y bace va a ser un texto. Por el contrario, la
Tradición es múltiple tanto en su variedad como en su interpretación y esto es lo que no
permite establecer una delimitación material como tal; no ha faltado quien en su
interpretación muy subjetiva a convertido la Tradición en una ideología. Por tal motivo
el autor enfatiza que a través de este trabajo tratará de delimitar el concepto de la
Tradición a partir del Concilio Vaticano l y ll, para después pasar a la reflexión del
como el concepto teológico de Tradición afecta a la teología Fundamental.

I. CONCEPTO TEOLOGICO DE LA TRADICIÓN


1. Vaticano I y su entorno

En este apartado Cesar nos habla de que en el Vaticano l se habla en tres momentos
acerca de la Tradición y no podemos perder de vista que este depósito se debe de
interpretar según el sentir de la Iglesia:

 En el concilio de Trento en el cual se indica que la revelación se contiene en los


libros sagrados y el las tradiciones no escritas.
 También habla del sentido de la Escritura en aquello que se relaciona con la fe y
las costumbres.
 Concluye con la siguiente afirmación “a nadie está permitido interpretar las
Escritura en contra de este sentido o en contra del consentimiento unánime de
las Padres”1

A lo largo de la historia los teólogos han ido comprendiendo la riqueza que representa la
Tradición en la Iglesia y no es algo que haya quedado relegado a segundo plano y bien
lo comprendió J.A. Móhler donde el habla que la Tradición es principio viviente y
dinámico de la revelación y esta se identifica con la vida de la Iglesia en cuanto
comunidad animada por el E. Santo. También este Franzelin habla de la Tradición pero
que esta consiste en un depósito de doctrinas trasmitida por los antiguos y esta tradición
puede ser, según su origen, divina, apostólica y eclesiástica. Pero un punto importante
que podemos encontrar en este autor es que el concibe la Tradición en actos de

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trasmisión. No se nos debe escapar de las manos que la Tradición abarca dos ejes
centrales la primera que es misión de todos los fieles conservar y trasmitir la tradición y
por el otro lado la misión de enseñar es algo que le compete al magisterio.

El pensamiento moderno vino a cambiar la manera de concebir las cosas ellos


concebían dos maneras de poder acceder ala la religión la primera era a través de la
historia ( la ciencia) y la fe; la Tradición era situada con la fe pero la noción clave que
llegaba a situar todo esto era el dogma, que manifestaba el principio magisterial de la
Iglesia el resultado de esta separación y oposición entre historia y dogma fua algo
destructor ya que esto dio pauta a un fideísmo que amenazaba todo creyente y se
permeaba la idea de oposición entre fe y razón, entre la ciencia y la creencia.

2. La tradición en el Vaticano ll

En este apartado el autor va exponiendo que el Concilio Vll se ocuparía propiamente de


la tradición, pero ya no solo de la objetiva sino de su constituir dentro de la Iglesia, pues
esta es consecuencia del carácter histórico de la revelación. Pero uno de los puntos
medulares en este tema sin duda va a ser el cap. ll dónde nos expone la relación entre
Tradición y S. Escritura, entre Tradición y Magisterio, pero, la forma en que lo aborda
la DV es de una manera muy acertada ya que la revelación y la transmisión a partir de
los apóstoles, toman un mismo punto en común que a partir de este se diversifican; la
DV presenta la Escritura y la Tradición no como dos fuentes sino como única fuente de
estas es Dios.

En este apartado va señalando poco a poco como Iglesia y Tradición no deben de ser
antípodas sino por el contrario estás se unifican en un mismo principio y es aquí donde
caemos en la cuenta que la Tradición se identifica con la realidad misma de la Iglesia;
podríamos decir que la tradición tiene doble efecto, la Iglesia el mismo tiempo es la
transmisora y el contenido de la Tradición. La tradición existe en la Iglesia y la Iglesia
se entrega en la Tradición.

Como ya habíamos mencionado arriba la Tradición viene de los apóstoles y según el


CV ll esta “progresa en la Iglesia bajo la asistencia del E. Santo… y crece la
percepción tanto de las Palabras transmitidas”. Aquí en autor define muy claro este
punto que l crecimiento de la tradición se da en un ambiente plenamente eclesial, pues,
son los creyentes los que hacen progresar esta tradición. Por lo tanto, la tradición debe ir
en un continuo progreso y al mencionar progreso no nos estamos refiriendo a evolución
de modo que para que sea posible esto se necesita la asistencia del E. Santo ya que este
es el que actúa en la Iglesia, mueve y guía a los pastores, doctores y a todo el pueblo de
Dios.

II. LA TRADICIÓN EN LA TEOLOGÍA FUNDAMENTAL

Es muy interesante ver como estas dos van intrínsecamente unidas y estos lo podemos
constatar de dos maneras, la primera, ya que a través de la Tradición se reciben los
ministerios que constituyen al objeto del la T. fundamental, es decir, la revelación y la
fe. En segundo lugar, se debe a que la hora de fundamentar la credibilidad de la
revelación, debe de tener conocimiento y un argumento basado en la autoridad de una
tradición.

Según el autor en los últimos 15 años se han dado varios puntos de diversos autores,
pero, varios llegan a concordar y uno de ellos es la incorporación del método dogmático
y una disciplina planteada desde el misterio de Dios para que el hombre a partir de esta
pueda crecer. A pesar de las diversas opiniones hay acuerdos que se han mantenido de
los cuales podemos nombrar dos:

 La que entiende la T. Fundamental como epistemología teológica.


 Y la que concibe como un tratado teológico-sistemático.

En la primera podemos entender que esta forma parte del objeto junto con la Escritura y
el Magisterio ya que a partir de estos se da el conocimiento teológico; en cierto sentido
podríamos decir que la tradición se ve desde un punto de vista formal que hace posible
el conocimiento, con esto adquiere un carácter fundamentalista subjetivo, esto quiere
decir, que el contenido es necesario, pero ocupa un segundo plano.

En el segundo punto podemos apreciar que su objeto es el misterio de la revelación de


dios y de la fe como respuesta a el hombre y esto constituye un principio de animación
de la misma teología junto con la S. Escritura; ya que, si tomamos a la Escritura con el
alma de la teología, la tradición debe ser un punto vital dentro de esta misma.

1) La tradición, hermenéutica histórica de la razón

Sin duda no podemos pasar por desapercibido este punto ya que para el autor la
tradición es condición de humanidad, es decir, que partiendo de ella el hombre adquiere
su condición humana; esta hace posible la integración del espacio-tiempo y en la
integración de esta el hombre entiende su ser de persona.
Podemos decir que la tradición no depende de un individuo o de una colectividad sino
es su elemento fundante lo que va relacionado con el origen de una comunidad y esta
llega a hacer por que hay una realidad que ha sucedido y actuado en el tiempo, la cual es
independiente y anterior incluso a la existencia de la misma comunidad. Con esto
podemos tipificar que cuando una persona se integra a la tradición de una comunidad, se
está incorporando a la tradición misma y hace que viva en él; con esto no estamos
diciendo que la persona al aceptarla este renunciando a su racionalidad sino por el
contrario este debe preguntarse por su razón de ser, es decir, poner la tradición con su
propia racionalidad, pero, debemos tener mucho cuidado en no volvernos
tradicionalistas, es decir, viciar el verdadero sentido de la tradición; ese sentido nos
lleva a peguntarnos el ¿por qué y para qué? De la tradición y esto nos llevará a la
trascendencia. Para ir conjeturando lo antes mencionado, podríamos decir que cuando el
hombre rechaza todo vínculo con la tradición este se va despersonalizando en su ser, es
decir, pierde su identidad y para traer a colación se me hace muy acertada la opinión
que da L. Kolakowski: “si las generaciones jóvenes no se hubieran rebelado contra la
tradición heredada, hoy seguiríamos viviendo en las cavernas; pero si la rebelión
contra la tradición se hiciera universal, volveríamos encontrarnos en cavernas”.

2) La tradición y los orígenes del cristianismo

Un problema que se ha dado a lo largo de la historia de nuestra Iglesia es que muchas


veces se ha pretendido tomar los evangelios como relatos en una forma muy literal y
esto ha llevado a tener una desvirtuación de lo que realmente el autor sagrado quiso dar
a entender, por lo tanto, estos deben ser leídos como una expresión cifrada de unas
experiencias que, mediante la predicación, dan lugar a una tradición (kerigma) y ocupan
el lugar de los hechos.

Con esto se pudiera llegar a entender que la historia con la tradición son dos polos
opuestos, pero debemos entender que, en el caso del conocimiento histórico, la tradición
acompaña al método crítico histórico y esto nos permite llegar a un conocimiento más
profundo sobre la realidad histórica de los hechos son solamente una manifestación.
Una vez comprendiendo esto y al centrarnos en el acontecimiento histórico de Jesús
debemos afirmar con seguridad que la tradición es el conocimiento mas pleno que se
puede llegar a dar. Por tal motivo debemos comprender que el método histórico viene a
hacer un conocimiento de comunión con la tradición ya que la teología, la praxis y la
reflexión cristiana se relacionan sobre su fundamento de origen, es decir, el
acontecimiento Jesucristo, pero al hacer esto ninguno pierde su identidad.

3) Tradición y Dogma

Estos dos tampoco se salvaron de la mala interpretación que se les pudiera dar, sobre
todo en el ambiente protestante ya que ellos concebían al dogma como un carácter de
tradición humana que complica la simplicidad original del Evangelio, esto los llevo a
descalificar el dogma. Esto permitió a que se fueran a los extremos como por ejemplo la
exegesis racionalista y el fundamentalismo.

Poco a poco el autor va tocando puntos medulares acerca de la relación y el dogma,


pero, primero debemos entender que así como la Escritura es testigo fundamental del
Evangelio, pero esta no es la única ya que no puede agotarlo; la Tradición por su parte
también es testigo en cuanto tiene con fuente a Cristo, pero, es aquí en la Tradición
dónde también se justifica el dogma hay que este pertenece a la Tradición y no solo
porque viene de ella, sino por que es en esta que encuentra su significado más propio.
Pero el dogma también resulta de lo vivido y de lo practicado del misterio, con esto
podemos llegar a concluir que el dogma mantiene una estrecha relación con la historia y
la vida de la Iglesia, por lo tanto, también podemos considerarlo testimonio del
evangelio.

Muchos llegan a mitificar el dogma creyendo que es una imposición sin razón y
justificación, pero, es todo lo contrario no podemos confundir dogma con dogmatismo,
pues el verdadero dogma tiene una autoridad de la verdad y de una verdad garantizada
por la presencia del Absoluto en la historia de los hombres; y esta misma veracidad le
viene de que todo su eje central es cristológico.

Dos factores que van a ser de gran ayuda para el dogma es la memoria y el lenguaje ya
que en el lenguaje podemos encontrar la adaptación a las nuevas experiencias de las
nuevas generaciones y esto lo convierte en una expresión básica de la interpretación
dogmática. Este lenguaje que es entregado por la memoria de la Iglesia en la que
pervive el memorial de cristo, esta orientado a ser expresión fiel de lo recibido.

4) Tradición e Iglesia

Debemos tener muy presente que a partir del Concilio Vaticano ll se ha dejado muy en
claro que en el pueblo de Dios no hay categorías, es decir, no debe de haber
clericalismo. Pues todos al ser bautizados participamos de la misma misión que cristo ha
conferido a toda su Iglesia, por lo tanto, la tradición responde a la comunidad
congregada y animada por el E. Santo y esta esta dotada por la fe en la cual participan
tantos pastores como los fieles. La DV expresa el origen común y la convergencia
mutua en la que están unidos el sensus fidei y el magisterio.

Por lo tanto, la tradición cristiana es una tradición viva ya que esta participa de la
universalidad del Evangelio, ya que esta se halla abierta a todos los hombres y en los
hombres se encuentra rasgos comunes de aquella vocación de incorporarse al mismo
Cristo, ya lo diría San Justino en su tiempo las semillas del Verbo.

En conclusión, podemos decir que la T. Fundamental se sirve de la Tradición ya que


este es el elemento que integra la eclesialidad tanto de la revelación como de la fe.
Retomando lo que ya habíamos mencionado la fe y la razón se hallan como principio en
la Tradición; ya que por la fe transmitida y recibida el creyente se incorpora a la Iglesia
congregada por el E. Santo.

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