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Necesidad o elección:

una mirada a la vida y


trabajo en la calle
Cartilla que narra las historias de vida de las mujeres que
ejercen la actividad sexual paga y de los ciudadanos
habitantes de calle, quienes en confianza brindaron la
oportunidad de construir una mirada a partir de sus
contextos, realidades sociales.

Equipo de Practica:
Juliana Botero Rodríguez
Andrés Felipe Castiblanco Vargas
Leidy Carolina Castillo Lizarazo
Valentina Cely Alarcon
Vanessa Carolina Esparza Torres
Sebastián Rojas Rivera

Docente:
Sandra Imina Blanco Pérez

Diseño:
Sebastián Rojas Rivera

Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca


Facultad de Ciencias Sociales
Programa de Trabajo Social
Bogotá, D.C
2023-1
Introducción
La vida de los ciudadanos habitantes de calle y de
las mujeres que trabajan en la actividad sexual paga, es a
menudo ignorada o estigmatizada por la sociedad;
desconociendo, detrás de cada persona se encuentra una
realidad social e historia única, que a la vez es compleja
de digerir.

“La sociedad nos juzga, nos abandona y no se


comprende que aquí, se vive de manera
vulnerable. Las calles tienen doble moral, unas
personas son de día y en la noche cambian; por
eso, hay que cuidarse del mundo del licor, las
drogas, cuando se tiene un problema uno se mete
un porro y acaba todo. Hay personas que se meten
en esto y se pierden olvidando hasta sus hijos; hay
otras, que se matan entre ellos o los esposos, mozos
terminan matándolos”.

Lo anterior, responde a un relato de una mujer que


ejerce la actividad y en su sentir, hace notar que la
población el mismo entorno la rechaza y en lo que
convive tiene riesgos y consecuencias por ejercer este
servicio; es desde ahí, que las/os Trabajadores Sociales en
medio de su quehacer profesional, captan las narrativas e
historias de estas poblaciones a partir de un intercambio
de saberes, creación de espacio de escucha, obteniendo la
construcción de fragmentos que dan a historias de vida
donde cada una/o cambia su nombre y autoriza uno
artístico “como lo dicen ellas”, que al leerlas, dan sentido
de que significa vivir, trabajar en la calle.
En razón de ello, el contenido tiene como
iniciativa promover la empatía, entendimiento, respeto a
cada persona que habita y trabaja en la calle que, cuando
se cruce con alguna de estas poblaciones, se renuncie a
emitir juicios o tener comportamientos de rechazo por
sus olores, forma de vestir o trabajo en el que se
desempeña; para algunos, vivir en la calle con sus perros
es más digno que tener que “pagar arriendo y estar en
zozobra por tener que recibir golpes en la puerta,
cobrando cada mes”. Relatos que permiten identificar,
que hay personas que están en la calle trabajando o
viviendo por elección, necesidad o porque en algún
momento debido a engaños, mentiras o ciertos amigos/as
terminaron en dichos espacios.

“El trabajo se vuelve un vicio para pagar las


necesidades” expresa Martha, quien hace un
tiempo decidido dejar este trabajo, pero sabe que
no es fácil, ya que sí necesita plata solo necesita
pararse en la esquina y algún cliente va llegar;
claro, ella reconoce que no quiere “más de esto”;
eso sí, da a conocer – “Aquí se aprenden trucos
para sacar dinero a los clientes y de no haber
teniendo este trabajo, no habria podido sacar a mis
hijas adelante, hoy en día profesionales”.

En coherencia el contenido hasta aquí narrado, son


relatos para visibilizar la vida de mujeres y personas que
han experimentado la situación en calle, basados en
experiencias reales que expresan su estado de
vulnerabilidad. Agradecemos a cada persona que
participó y reflejo la confianza a cada uno/a de los
profesionales, permitiendo que hoy ustedes puedan
tener acceso a sus palabras, sentires en sus narracciones
de historias de vida.
Soy Luz Dary, soy de Santander y desde muy
pequeña me salí, prácticamente me escapé de la casa
porque mis papás me pegaban muy duro, fui la hija
única de la relación de ellos.

Me vine para Bogotá, ya llevo muchos años


viviendo en esta ciudad. Tengo dos hijos y dos nietos y
siempre traté de darles una buena vida y ejemplo, hasta
que crecieron y se independizaron... Ellos son una parte
muy importante para mí vida.

Llegué a este trabajo por cuenta propia, con una


amiga ya conocíamos este sector y trabajo, así, por eso
nos vinimos a trabajar juntas.
A mi Luz dary, me gustaría ser recordada como
una persona cariñosa con todas las personas y como una
persona que así no me brinden la mano a mí, yo sí
ayudó.

El consejo que doy a las personas, es que no


trabajen, ni se dediquen a esta actividad… Hagan otras
cosas, porque uno recibe muchas discriminaciones, lo
escupen a uno, hay mucha envidia, y sí puede que le
llegue un cliente, las demás chicas llaman hasta la policía.
Soy Mario tengo 52 años y soy de Bogotá. Tengo
dos hermanos acá en la ciudad quienes me ayudan de vez
en cuando brindándome ropa y comida, sin embargo
vivo en la calle hace ya varios años. Mi adicción no es la
droga, yo ese tipo de cosas no consumo, lo que tengo es
alcoholismo.

Yo hace ya unos años estaba en un centro de


rehabilitación, sin embargo salí porque mi novia con
quien conviví muchos años en la calle me la mataron
entonces salí de ese centro a buscar a quien me la mató.
No lo he podido encontrar y estar en condiciones de
calle es muy duro, ya he recibido varias puñaladas y
malos tratos ya no quiero vivir más de esta manera.

Yo trabajo por la zona de la 26, reciclo para poder


conseguir mi diario vivir y quiero ingresar a un hogar
para dejar esta vida, de la cual ya estoy cansado.
Me llamo Carolina, cuando tenía 20 años decidí
empezar a ejercer lo que soy ahora, antes de eso trabajaba
en un call center, pero un día estaba con una amiga y
ella, me invito a un hotel y ahí empecé en esto. Me ha
gustado, puedo utilizar mejor mi tiempo porque en mi
trabajo lo puedo dividir en bloques, digamos de 2 a 5, de
7 a 10 y así.

Quiero ser recordada de la forma en la que estoy


en este momento, tranquila, paciente, tolerante, llena de
alegría y les diría a las demás un consejo - "En todas
partes no están bien vistas las cosas, entonces
personalmente no me he sentido discriminada, hay que
manejar un buen perfil, ser bien con las otras personas y
así lograran sentirse acogidas, como yo me siento en este
sector".
Mi nombre es Beatriz Ramos, realmente no me
acuerdo de mi edad. He vivido hace muchos años en la
calle, tengo 2 perros quienes me acompañan siempre,
son los únicos en quien confío, son mi mejor compañía.

Me gusta vivir en la calle y no sentir tensiones, eso


de pagar arriendo no me gusta, para que estén
molestando y golpeando la puerta o algo, por eso en la
calle estoy tranquila. La vida en la calle es muy fuerte y
más con las mujeres, los hombres se quieren aprovechar
y yo por eso siempre estoy atenta, no dejo que ningún
hombre se me acerqué. Toca tener mucho cuidado
porque han pasado muchas violaciones o le pegan a uno,
porque sí.

Solo hablo con Alexander, que es mi cuñado, pero


de resto nadie, me da miedo, por todas esas historias que
a uno le dicen.
Yo Marta, estudie estética y belleza pero me tocó
aplazarlo por la situación económica que estoy viviendo;
además, soy asesora comercial y he trabajado en muchas
empresas. Procuro no decir nada, toca mostrarse como
niña sana, la gente juzga mucho. Todo esto que ha
pasado en lo últimos meses, ha sido difícil, pues la
escasez económica es difícil.

Yo tengo metas, estudios por hacer, pero la


situación laboral acá en Colombia está tan pésima... Que
a uno le toca sobrevivir sí o sí, porque nosotros somos
seres de adaptación.

Esto no es fácil, hay días buenos y días malos, hay


días en los que usted tiene plata y días en los que uno no
tiene para un pan con agua panela; cuando uno se ha
metido y ciertos familiares o amigos saben a lo que uno
se ha dedicado o se dedica, uno es muy discriminado en
el sistema laboral, en todo.
Además, mucha gente piensa que está es la vida
fácil, que uno quiere ganarse el dinero fácil pero no es
fácil, venirse a pararse acá, aguantar malas palabras, frío,
hambre, aguantar lluvia, sol, aguantar personas
desagradables.

Quiero que me recuerden como una mujer verraca,


que ha tenido que batallar por cumplir esas metas que
tengo, y mi consejo - "Es que luchen por sus sueños, esto
es difícil, no es por querer tener la vida fácil, es porque
toco; los otros que busquen y cumplan sus metas".
Mi nombre es Carlos y no siempre fui así, pero las
circunstancias de la vida me llevaron a vivir en las calles
y rebuscarmela.

¡Pille! Solía ​tener una vida normal un trabajo estable


pero un día todo cambió, perdí mi trabajo debido a estar
"hueliendo", me vi incapaz de pagar muchos gastos y
pues poco a poco, me fui quedando sin lucas y sin un
lugar.

Fue difícil aceptar lo de parchar en la calle, me la


pasaba buscando lugares donde refugiarme del frío y las
inclemencias del tiempo, a veces, dormía en parques o
bajo puentes, tratando de mantenerme sin que me
agarraran a golpes y pues estar siempre en la "trampa".
La vida en la calle es una lucha por la
supervivencia, buscar comida en contenedores de basura
y depender de que la gente sea "todo copas" y me diera
monedas pa comer algo, cada día era una batalla contra la
"gurbia" y la sensación de ser alguien para el resto del
mundo.

Mi historia, pues "pillé" a la hora de la verdad es


solo una de las muchas que puedan existir entre este
mundo, cada uno tiene que "gerriarla".
Me llamo Saira, tengo 30 años, soy hija única, mi
padre es un pensionado, él es transfobico y mi mamá
murió hace 1 año, tenían muy buena relación con ella,
yo sueño constantemente con ella. Trabajo para
sobrevivir, aproximadamente hace 13 años llegué al
sector 7 de agosto por medio de una amiga, debido a que
somos trans, hemos identificado que no existen igualdad
de oportunidades laborales, por el contrario, son muy
escasas; por ello, el único medio que encontré para vivir
es el trabajo sexual.

Me levanto desde muy temprano, hasta las 10 pm


a trabajar. Mis ingresos deben ser mínimos de $80.000
pesos diarios, para poder cubrir gastos de habitación,
desayuno, almuerzo, comida; adicional, consumo de
marihuana que es un gasto extra. Yo quiero dejar la
prostitución, pero es muy complicado conseguir trabajo.
Yo quiero ser recordada como una guerrera, con
armadura de oro, le diría a los demás que la vida de una
transgénero es muy dura, debido a las pocas
oportunidades.

El único medio de trabajo es el trabajo sexual o la


estética, pero el más factible y el que incrementa las
ganancias económicas es la prostitución.

Yo les diría que luchen por sus sueños, a pesar de


las dificultades. Por todo lo anterior, también cabe aclarar
que no me siento como una persona que está sufriendo
discriminación en lo absoluto.
Mi nombre es Paula, vengo ejerciendo desde los 19
años, fue una amiga la que me dijo que aquí en el 7 de
agosto se ganaba bien y era plata fácil. Esto fue hace
13 años, no recuerdo el mes, fue en el 2010, en el bar
"El Varón" yo duraba casi 12 horas y me hacía bastante
plata.

La vida aquí es bastante dura yo no tengo amigas


solo compañeras, a veces si nos falta algo nos
ayudamos pero no es una relación duradera. Tú solo
vienes como en mi caso a ganar para tus hijos, tu
como mamá solo piensas en tus hijos, ellos son lo que
te hacen seguir adelante.

Claro que tengo sueños, espero algún día salir de


aquí, no pude ver a mis hijos crecer, pero quiero
compartir con ellos lo que no pude vivir cuando eran
niños. Este mundo te absorbe, pierdes la noción del
tiempo, yo tuve empleos formales “por decirlo así", fui
cajera, tengo un curso de manipulación de alimentos,
trabaje en un bar, pero la facilidad que te da este
empleo no la encuentras en otro lado, eres tu propio
jefe, el dinero es solo para ti, manejas tu propio horario
y te vas cuando quieres, sin que nadie te diga nada.
Hablando de trabajo no te puedo mentir antes era
mejor, los manes "traían la de billete" acabas el turno y
había "otro man esperando" ahora, solo llega gente
vaciada que quiere servicios por 5 mil pesos y pues así no
se puede.

Me arrepiento de cuando era más joven porque


ahora tengo 31 años "jajaja", de no haber desperdiciado
tanta plata cuando era joven, pero claro, cuando eres
joven no tienes responsabilidades o simplemente las
evades. Siendo sincera si no hubiera desperdiciado tanto
la plata de joven ya tendría un apartamento, pero como
te dije antes, cuando eres joven solo piensas en trago y
lujos "jajaja".

Tu en este mundo vives muchas experiencias,


recuerdo mucho una vez que una señora se me acercó
preguntando si teníamos alguna mujer de 12 o 13 años,
parce yo le dije - "Que eso era una niña y que, quién era
el hijueputa que buscaba eso".
Eso me marco mucho como persona, a veces me
doy ánimos pensando - "que solo soy como una barrera
de contención para todos esos manes enfermos, que
viene aqui a cumplir deseos tan asqueroso".

¿Que si tengo amigos? - Es graciosa esa pregunta.


Claro, mis amigos los conocí ejerciendo. Es curioso por
que uno no piensa que sus amigos sean sus clientes, ellos,
son relaciones que a mí parecer se forman por lo mismo
de que empiezas a tener una cercanía con ellos, eso sí
solo soy amiga de los que me tratan bien y con respeto
"aquí pocos te respetan".

Disculpa si vuelvo a lo mismo, pero aquí solo te ven


como objeto, ni siquiera como una persona que ofrece
algún servicio.
Mi nombre es Juan, tengo 45 años y vivo en las
calles de Bogotá desde hace cuatro años. La vida en la
calle no es fácil, pero aprendí a sobrevivir gracias a mi
astucia y a mi determinación.

Hace unos meses, pasé por uno de los momentos


más difíciles de mi vida terrenal, estaba durmiendo en
una calle tranquilo cuando me despertó el sonido de una
discusión, al principio intenté ignorarla, pero llegó en un
punto que me harto demasiado "mucho ruido" y ya tuve
que salir a ver qué estaba sucediendo.

Resultó que un grupo de hombres estaban robando


a una mujer, sin pensarlo mucho me acerqué a ellos para
tratar de detenerlos pero en lugar de ayudar, los hombres
me atacaron y me rompieron un hueso de la mano, ya
después de eso me abandonaron herido en el suelo.
Fue algo muy difícil, me dolía todo el cuerpo y no
tenía a nadie a quien acudir, pasé varios días tirado en la
calle tratando de que no se infectaran las heridas y
esperando que alguien me ayudara, pero ningún
"hijueputa" lo hizo.

Finalmente, me di cuenta de que tenía que hacer


algo para cambiar mi situación, comencé a buscar trabajo
en cualquier lugar que pudiera encontrar, después de
varios días de búsqueda, encontré un trabajo en un
restaurante de comida pa perros "jajaja", no era mucho,
pero pude ganar lo suficiente para sobrevivir.

Hoy en día, sigo trabajando en el mismo restaurante


y me siento orgulloso de lo lejos que estoy llegando,
todavía vivo en las calles, pero sé que puedo salir adelante
sí sigo trabajando duro y manteniendo mi determinación
aunque las drogas estén duras "jajaja", la "buena pa
todos".
Los relatos que se evidencian, tienen un interés
social y se agradece a cada mujer, ciudadano habitante de
calle como la fundación Insignia Humana por la
experiencia que se logró tener en el equipo de
profesionales; cada persona facilito en tiempos diferentes
sus experiencias de vida, rescatando esas emociones por
las que atraviesan; siendo así, un aprendizaje significativo
para la práctica de grupo y a su vez, aporte a la academia,
personas que lean.

La invitación es ir más allá, a partir de las


subjetividades y buscar comprender que cada ser es
diverso como lo hacen ver-sentir en sus narraciones.
Agradecemos por la experiencia y saberes compartidos.

La cartilla fue elabaorada por las/os profesioneales de Trabajo


Social de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca,
gracias a la participación de mujeres que ejercen la actividad
sexual paga y el ciudadano habitante de calle en la fundación
Insignia Humana 2023-01.

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