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BIOLOGIA
Es la ciencia que estudia a los seres vivos y sus características.
1. ETIMOLOGÍA
1.1. Del griego: βίος = bíos “vida”
1.2. Del griego: λογία = logía “tratado, estudio, ciencia”.
2. DIVISIONES
2.1. Anatomía.
2.2. Antropología.
2.3. Biología epistemológica.
2.4. Biología marina.
2.5. Biomedicina.
2.6. Bioquímica.
2.7. Botánica.
2.8. Citología.
2.9. Citogenética.
2.10. Citopatología.
2.11. Citoquímica.
2.12. Ecología.
2.13. Embriología.
2.14. Entomología.
2.15. Etología.
2.16. Evolución.
2.17. Filogenia.
2.18. Fisiología.
2.19. Genética.
2.20. Genética molecular.
2.21. Histología.
2.22. Histoquímica.
2.23. Inmunología.
2.24. Micología.
2.25. Microbiología.
2.26. Organografía.
2.27. Paleontología.
2.28. Taxonomía.
2.29. Virología.
2.30. Zoología.
3. AMBITOS DE APLICACIÓN
3.1. Salud
3.2. Alimentación
3.3. Cuidado del ambiente
3.4. Agricultura
3.5. Investigación
TEORIA CELULAR
La teoría celular es uno de los más importantes y centrales postulados del campo de
la biología moderna. Plantea que absolutamente todos los seres vivos están compuestos por
células. Esto incluye a todos los organismos de nuestro planeta.
La teoría celular revolucionó para siempre la manera en que el ser humano comprende la
vida y la organiza. En consecuencia, abrió numerosos campos del saber especializado y
resolviendo muchos de los interrogantes sobre su cuerpo.
CELULAS PROCARIOTAS
Las células procariotas o procariontes son organismos vivientes unicelulares,
pertenecientes al imperio Prokaryota o reino Monera, dependiendo de la clasificación
biológica que se prefiera. Estas células se caracterizan por no tener núcleo celular, sino tener
su material genético disperso en el citoplasma, apenas reunido en una zona llamada
nucleoide. Los organismos procariotas son evolutivamente anteriores a las eucariotas, es
decir, los provistos de núcleo. Las formas de vida más simple eran y son todavía procariotas,
como las bacterias y las arqueas. Dicha simpleza ha permitido su gran diversificación, lo que
se traduce en metabolismos sumamente diversos (no ocurre lo mismo con las eucariotas) y
una enorme diversidad en cuestión de ambiente, nutrición o incluso estructura. Así,
las células procariotas pueden ser autótrofas (elaboran su propio alimento) o heterótrofas
(se alimentan de materia orgánica ajena), tanto aerobias (requieren de oxígeno) como
anaerobias (no requieren de oxígeno), lo cual se traduce en varios mecanismos de nutrición:
Fotosíntesis. Tal y como las plantas, algunos procariontes pueden sintetizar energía
química a partir de la luz solar, tanto en presencia como en ausencia de oxígeno.
Quimiosíntesis. Semejante a la fotosíntesis, las células emprenden la oxidación de
materia inorgánica como mecanismo para obtener su energía y obtener su propia
materia orgánica para crecer.
Nutrición saprófita. Basada en la descomposición de la materia orgánica dejada por
otros seres vivos, ya sea al morir o como restos de su propia alimentación.
Nutrición simbiótica. Algunos procariontes obtienen su materia orgánica para existir a
partir de otros seres vivos, generándoles un beneficio y por ende colaborando para
existir.
Nutrición parásita. La contraria a la simbiótica: el organismo se nutre a partir de la
materia orgánica de otro mayor, al que perjudica en el proceso aunque no llegue a
matarlo directamente.
Por último, la reproducción de las células procariotas también suele ser muy
variada, tanto de índole asexual (mitosis) como parasexual (conjugación, transducción y
transformación del ADN con fines adaptativos).
CELULAS EUCARIOTAS
Se llama célula eucariota a todas aquellas en cuyos citoplasmas pueda hallarse
un núcleo celular bien definido, cuyo interior contiene el material genético (ADN y ARN) del
organismo.
La aparición de las células eucariotas constituyó un paso importante en la evolución de la
vida, pues sentó las bases para una diversidad biológica mucho mayor, incluida la posibilidad
de células especificadas dentro de organizaciones pluricelulares, dando origen a los reinos
superiores: animales, plantas, hongos y protistas. Los seres vivos formados por células
eucariotas se denominan eucariontes.
Sin embargo, no se tiene muy clara la explicación del surgimiento de las células
eucariotas. La teoría más aceptada hoy en día plantea la posible simbiogénesis entre dos
procariotas, es decir, un proceso de simbiosis entre una bacteria y una arquea que, cohabitando
de manera muy estrecha, terminarían por componer un mismo organismo con el pasar de las
generaciones, de tan dependientes que se hicieron la una de la otra.
CELULA VEGETAL
Una célula vegetal es aquella que compone los tejidos de las plantas y otras formas
de vida capaces de hacer fotosíntesis, que comúnmente se agrupan bajo el término
de vida vegetal.
Sin embargo, las características morfológicas típicas de una célula vegetal no son
universales en todas las células que componen una planta, y muchas veces son afines a las
células de hongos y protistas, como es el caso de la pared celular.
Una célula vegetal típica, no obstante, es perfectamente diferenciable de una animal, a
pesar de ser ambas eucariotas (poseen núcleo definido). Dichas diferencias no sólo
obedecen a criterios morfológicos, debido a las necesidades del cuerpo de las plantas, sino
también a las funciones que desempeñan y al tipo de metabolismo con el cual obtienen
energía.
Recordemos que la vida vegetal es fotosintética, es decir, obtiene energía y nutrientes a
partir de materia inorgánica (agua, CO2) aprovechando la energía del sol.
Un primer vistazo a las células vegetales nos permite distinguir las que componen los
distintos tipos de tejido de las plantas: raíz, hojas, tallos y flores. Dependiendo de su
pertenencia al tejido estructural o al tejido de transporte de sustancias, podrán ser células
del xilema o del floema, respectivamente.
CELULA ANIMAL
Una célula animal es un tipo de célula eucariota (es decir, dotada de núcleo
verdadero) que presentan los diversos tejidos de los seres vivos pertenecientes al
reino Animalia. Estas células están adaptadas a las funciones bioquímicas del organismo
animal, tales como su metabolismo y formas de nutrición (respiración, nutrición heterótrofa).
Ya que los animales son todos seres pluricelulares complejos, sus células poseen un altísimo
nivel de especialización, es decir, que dependiendo del tejido al que pertenecen, cumplen
funciones puntuales que definen su forma, su modo de operar y sus necesidades. Un ser
humano, por ejemplo, posee alrededor de 200 millones de tipos celulares distintos.
El surgimiento del reino animal, a diferencia del vegetal, parte de una interrogante: no se
sabe a ciencia cierta cómo ocurrió el tránsito entre protozoos y metazoos, es decir,
entre la vida unicelular y la organización pluricelular especializada, ya que no hay evidencia
de ello en el registro fósil. Pero se manejan tres teorías al respecto:
Origen colonial. La vida animal compleja habría surgido de colonias
de células habitando de manera conjunta, que al adaptarse a las necesidades de
supervivencia, fueron especializándose cada vez más en algún aspecto defensivo o
logístico indispensable para la colonia: movimiento, defensa, organización, etc.
Origen simbiótico. Esta teoría supone que la vida pluricelular provendría de un caso
complejo de simbiosis, en que muchas células empezaron a cohabitar de manera
positiva para todas, ayudándose y cuidándose a grado tal, que poco a poco fueron
necesitándose más y más hasta empezar a operar como un único individuo.
Origen por celularización. Parte de la idea de que los animales pluricelulares serían
la consecuencia de los procesos de celularización de los núcleos celulares de un
organismo primitivo, cuyas células tenían más de un núcleo. Así, al generar
compartimientos para protegerlos, habría ido formando células dentro de la célula
y creciendo en nivel interno de complejidad.