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El Aceite de La Uncion Ronny Chavez
El Aceite de La Uncion Ronny Chavez
El aceite de la Santa Unción, aceite llamado así por Dios mismo por causa del uso específico y
santo que se le daría, sería el resultado de la mezcla de la mirra, de la caña aromática, de la casia,
de la canela aromática en aceite de oliva en las proporciones indicadas por Jehová el Señor.
Este aceite sería usado tal y como nos señala la Escritura para ungir y consagrar el Tabernáculo de
Reunión con todos sus muebles y utensilios escogidos por Dios mismo. El aceite de la Santa
Unción también debería usarse exclusivamente para ungir a Aarón el hermano del profeta Moisés
como el primer sumo sacerdote de Dios para Israel y a sus hijos como los primeros sacerdotes de
la tribu escogida de Leví:
“Unge a Aarón y a sus hijos,
y conságralos para que me sirvan como
sacerdotes”.
Éxodo 30:30
El aceite de la santa unción sólo podría usarse para lo señalado por Dios, usarlo para otras cosas
produciría juicio de Dios y exclusión del pueblo de Israel para aquel o aquellos que lo usaran mal.
La mirra dentro del aceite de la unción tenía una función simbólica al ungir sacerdotes,
reyes, el santuario y sus utensilios, etc. La mirra denotaba que al recibir el ungimiento con
el aceite santo, se iniciaba un proceso del Espíritu Santo en el ungido para desintoxicarlo,
limpiarlo, purificarlo y santificarlo. Esta unción determinaría una consagración plena y una
dedicación total al propósito de Dios. El efecto paliativo y soporífero de la mirra nos enseña
que en todo el proceso santificador que hace el Espíritu en aquel sobre el cual la “unción
divina” recae, el Señor le dará Su consolación, Su ánimo y Su bálsamo sanador y Su
refrescamiento. Amén.
Siendo la mirra también una sustancia perfumante, su presencia en el aceite de la unción
indicaba que Dios le da un olor perfumado y característicamente dulce y grato a aquellos a
los que unge. Esta mirra también prepara al ungido para recibir otros perfumes deliciosos
que profundizarán su cuerpo y que luego serán emanados al exterior del cuerpo. Esto
significa que el Señor trabaja en Sus ungidos de una manera profunda para santificarlos y
a la vez para hacerlos receptores de Su aroma celestial; el cual luego saldrá afuera para
manifestar el ungimiento y elección divinas.
Es una planta aromática tropical, que al igual que el incienso era usada principalmente
para fines medicinales y rituales. En la Biblia se le menciona siempre en un contexto de
perfumería. Curiosamente habían varias plantas que se usaban para perfumes pero la
caña aromática o cálamo tenía la particularidad que crecía cerca de los ríos y depósitos de
agua, dándole a su uso en la composición del “aceite de la unción” un particular
simbolismo. La caña aromática vertida en la cabeza del ungido denotaba una identidad
específica con lo divino y con lo procedente del Espíritu.
El cálamo nos habla de la tarea maravillosa del Espíritu Santo para hacernos gente que
ama las corrientes de las aguas de Dios, esto es, aquellos que crecen y se extasían con
las aguas de la revelación del Río del Espíritu. La Unción del Espíritu produce
internamente en el corazón del ungido un deseo por las aguas vivas y frescas del Señor y
le da un “olor característico” a aquellos ungidos que se recrean en las orillas del Río
Divino. Amén.
Asimismo, hay una variedad de caña aromática que crece a la orilla de lugares
pantanosos, lo cual indica su poder de resistencia y que crece hasta tres metros de alto y
tiene dos o tres centímetros de grosor. Es una planta fuerte y de gran crecimiento. Bajo la
unción del Espíritu seremos vigorosos, resistentes y con gran crecimiento.
Los vestidos o vestiduras en la Biblia siempre han tenido una connotación espiritual muy
profunda que señala lo interno del hombre. Esta connotación espiritual señala básicamente
al carácter, a la forma de la vida y a las acciones del ser humano. La casia en el aceite de
la unción nos simboliza la acción del Espíritu Santo en el interior del ungido para moldear
su carácter, enseñarle una manera correcta de vivir bajo los principios del Reino y para
ajustar sus acciones a la guía de Dios y de Su Palabra.
La casia simboliza con su olor, ese distintivo que Dios da al madurar, santificar y guiar a
Sus ungidos. Representa el olor a Cristo que se puede exhalar cuando El controla tu vida y
El vive a través de ti. ¡Aleluya!
Diferentes versiones de la Escritura señalan que el aceite de la unción sólo podía ser
hecho siguiendo la sabiduría de un gran maestro fabricante de perfumes; a esto le
llamaban el “arte del perfumador”, lo cual sólo significaba que debería ser excelente, bajo
proporciones señaladas por Dios y con únicamente los ingredientes aprobados por Jehová.
El olivo, árbol de olivas, era uno de los árboles más valiosos para los hebreos de los
tiempos antiguos.
El olivo crece lento pero dura siglos, esta cualidad simboliza el trabajo de santificación y
maduración que hace el Espíritu Santo en sus ungidos, a veces es lento aparentemente,
pero duradero y produce un gran crecimiento. El tronco del olivo es corto, nudoso y muy
torcido pero grueso, desprendiéndose del mismo numerosas ramas que dan amplia
cobertura. De sus raíces nacen muchos retoños alrededor del tronco, por eso el olivo es
comparado con un hombre fuerte rodeado de su familia. El aceite de olivas en el aceite de
la santa unción simboliza también esa fuerza que Dios da a los que unge para levantar a
su familia y marcar para Dios a sus descendientes. La unción del Espíritu Santo
representada en el aceite de la unción es una “unción multigeneracional” que afecta
positivamente a nuestras generaciones destinándolas y llamándolas para el servicio del
Señor en Su Santuario.
La importancia del olivo está en sus frutos que son las aceitunas, las cuáles son muy
oleaginosas; es decir, aceitosas. Curiosamente en la antigüedad se hacían caer golpeando
fuerte las ramas, éstas se recogían del suelo y se llevaban en canastos a lomo de asnos al
lagar donde eran molidas para obtener el aceite.
El aceite de olivas era usado en Israel para lámparas, (Mateo 25:3); para el ungimiento (1
Samuel 16:13); como medicina (Lucas 10:34) y para elaborar comestibles. Pero su uso
sagrado era en la confección del aceite de la unción para el Santuario.
El árbol de olivas tenía un valor en Israel más allá de lo material, su valor era y es
simbólico y espiritual.
Todo lo señalado anteriormente nos indica con claridad por qué Dios escogió al olivo y sus
aceitunas u olivas para hacer el aceite de la unción y para representar la “unción espiritual
del Espíritu Santo” en Sus ungidos. La unción de Dios en Sus escogidos les hará dar
testimonio profético de la grandeza de su Dios, les hará utilizables para el Santuario,
producirá en ellos el carácter regio del reino y les dará la habilidad de reinar con Cristo
como soberanos. La unción divina producirá el fruto del Espíritu, paz, victoria, amistad,
amor, gozo, etc. Según Pablo nos escribió en el libro de Gálatas 5: Esta gloriosa unción de
Dios manifiesta en nosotros será la señal de poseer como escogidos la vida, la abundancia
y la bendición del Señor. Esa rica unción nos hará prevalecer en todo tipo de terreno y
circunstancia y nos hará ser material usable para elaborar los templos o tabernáculos
vivientes del Espíritu Santo; templos en los cuales crecerá la justicia y la rectitud.
Por eso el aceite de la unción debía ser elaborado con aceite de olivas; era el símbolo
perfecto que el Señor quería levantar.
Hay que añadir un detalle más para darle un claro sentido a lo señalado anteriormente y
darle también la profundidad y reverencia al tema, las olivas o aceitunas usadas en la
elaboración del aceite debían ser verdes, pues así daban un aceite más estimable en
octubre o noviembre. Para diciembre las olivas estaban maduras y negras, dando más
cantidad de aceite pero de menor valor.
A pesar de que el aceite resultaba de machacar las olivas verdes, es un símbolo de alegría
(Salmo 45:7) y la carencia del mismo representa pobreza (Juan 1:10, Hageo 1:11) y su
tenencia, simboliza prosperidad, abundancia y bendición de Dios (2 Reyes 18:32).
El aceite era necesario en los días del Antiguo Testamento; lo fue en los años de la Iglesia
Primitiva y hoy sigue representando la unción del Santo Espíritu a fin de poder desempeñar
el oficio o llamado de Dios con el poder y autoridad del Señor.
8. La mezcla santa.
Las especias más finas entraban en la mezcla con el aceite de oliva, y después eran
filtradas de tal manera que dejasen en el aceite un maravilloso perfume. Con este aceite
debían ungirse el tabernáculo de Dios y todo su mobiliario; había de usarse en la
consagración de los sacerdotes y de algunos reyes como Salomón (1 Reyes 1:39) y en el
ungimiento de todos los sumos sacerdotes y sus vestiduras.
En realidad el aceite de la unción no podía ser usado para asuntos profanos. Nadie debía repetir la
fórmula fuera de los que Dios llamó para dicho trabajo y quién se atreviere a usar mal este aceite u
otro semejante acarreaba el juicio de Dios.
Jesús vuelve pronto por Su Novia, esta es una realidad inminente, Su Novia esta siendo ataviada y
perfumada por El Espíritu Santo.
30/12/2013