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LA ACREDITACIÓN DE SABERES

ADQUIRIDOS DESDE LA
PRÁCTICA SOCIO PRODUCTIVA
¿ANTESALA A LA SOBERANÍA
TECNOLÓGICA ?

La soberanía vista como lo establece la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela, es el ejercicio del poder por el Pueblo. En ese
sentido, el conocimiento técnico, científico y tecnológico es generado bajo
el ejercicio de la clase obrera desde el proceso social de trabajo. Su
práctica bajo el asedio del imperialismo y la pandemia por el COVD-19,
ha masificado en la clase obrera el poder creativo para suplir las
importaciones, innovar y fabricar piezas y partes que requieren nuestros
procesos productivos, colocando en relieve algunos elementos que
contribuyen a la soberanía tecnológica. ¿Podríamos entonces estar
presentes en la Antesala a la Soberanía Tecnológica?
21-5-2020

La acreditación de saberes adquiridos desde la práctica socio productiva


¿Antesala a la soberanía tecnológica?

Cuando los convenios con China daban sus primeros resultados, en el área específica
del transporte superficial, empezaron a llegar buses, camiones, equipos, herramientas,
entre otros. En el proceso de inducción de funcionamiento y mantenimiento de uno de los
equipos que asignaron a los talleres de MetroBus, un compañero de trabajo bromeaba acerca
de la única frase en español que solían decir los compañeros técnicos chinos: “NO TOCAL”,
como respuesta evasiva a las preguntas que se le hacía referente a la transferencia del
conocimiento tecnológico sobre algún dispositivo eléctrico, electrónico, mecánico u otro
componente del equipo o maquinaria.
Dicha respuesta, no es casual, ni exclusiva de trabajadores y trabajadoras foráneas,
que por ser extranjeros les impide socializar el conocimiento en el marco de la transferencia
tecnológica; también lo vemos en el comportamiento de nuestros hermanos y hermanas
connacionales. Dicha actitud, responde a la ideología impuesta por el sistema dominante en el
cual nos hace egoístas del conocimiento que al final favorece a los intereses de los grandes
capitalistas.
En ese sentido, me parece importante incorporar a este ensayo, además de la
narrativa sobre la experiencia socioproductiva en la que he participado a lo largo de 34 años de
mi vida en el área de electricidad, incorporar los elementos que desde mi experiencia
socioproductiva contribuyen, según mi juicio, al establecimiento de las condiciones para
alcanzar la soberanía tecnológica y los elementos que impiden desarrollarla y hacerla nuestra.
La soberanía a la luz de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es el
ejercicio del poder por y para el pueblo.
Visto de esa manera, es lo que los trabajadores y trabajadoras venimos desarrollando y
demostrando desde nuestros espacios socioproductivos, a propósito de la creatividad que ha
desatado en la clase obrera el ataque imperialista contra nuestra nación, en el cual, de
manera soberana y seguros de poder resolver la situación, baypasseamos los procesos
burocráticos que impiden dar respuesta oportuna a los nudos críticos que impiden el normal
desarrollo de los procesos productivos.
Una vez superado el proceso burocrático, le damos paso a la aplicación de los saberes
y conocimientos técnicos, científicos y tecnológicos adquiridos desde espacios académicos y
desde la práctica socioproductiva para resolver los nudos críticos. Es por ello que, entre ese
ejercicio y la soberanía tecnológica, existe una delgada línea a la que llamo la antesala a la
soberanía tecnológica.
Recuerdo que a principio de 1.987 entré como aprendiz INCES a la empresa MEVENCA
(Manufacturas Eléctricas de Venezuela Compañía Anónima). Para ese entonces tenía apena 16
años de edad. Después de haber culminado los estudios de electricidad de mantenimiento en
el Instituto de Fe y Alegría llamado Mons. Juan José Bernal, ubicado en Cúa, Estado Miranda.
En ese instituto estuve 11 meses en horario de 7am a 4:30pm de lunes a viernes. En la mañana
veíamos teorías y en la tarde, veíamos práctica en los talleres.

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Antes de inscribirme, recuerdo que quería estudiar mecánica de mantenimiento, pero


la matrícula estaba completa y solo quedaban cupos para el curso de Electricidad de
Mantenimiento, Mecánica Automotriz, Herrero – Soldador y Albañilería. En mi análisis
relámpago que hice aquel momento para poder tomar la decisión de cuál curso estudiar,
consideré que no me gustaba la herrería por el tema de los gases que emite la soldadura
además del efecto de los rayos UV que transmite la soldadura de arco eléctrico. En cuanto a la
mecánica automotriz la rechacé porque no me imaginaba estar debajo de un carro lleno de
grasa y hediondo a gasolina y por último, pues nunca me llamó la atención la albañilería
porque para ese entonces, decía que era un trabajo que requería de mucha fuerza física y a mi
parecer, no tenía las condiciones para asumir un trabajo con esas características por cuanto
para ese entonces era un “flacuchento”. Fue entonces cuando decidí estudiar Electricidad de
Mantenimiento porque era la opción que me quedaba y no quería dejar pasar la oportunidad
de seguir estudiando con opción a ganar un poco de dinero para ayudar en casa con los gastos.
Retomando el punto de la primera industria llamada MEVENCA, en la que comencé a
dar mis primeros pasos como aprendiz electricista, la misma, era una fábrica de producción en
línea de transformadores eléctricos de alta tensión para los niveles de tensión de red de
distribución del sistema eléctrico nacional.
Es importante acotar que el área de mantenimiento en las industrias de producción en
línea, el mantenimiento eléctrico, es una escuela para cualquier electricista, debido a que allí
se ejecutan la mayoría de los conocimientos en esa área.
En ese año de pasantía, puse en práctica lo aprendido en el área de electricidad
referido a la instalación y mantenimiento de iluminación de lámparas fluorescentes, de
mercurio, de vapor de sodio, de halógeno; circuitos eléctricos de potencia, control y mando;
instalación de tuberías de tipo EMT y CONDUIT hasta 3” para acometidas eléctricas de tableros
principales y secundarios, entre otros.
Allí también tuve la oportunidad de aprender algunos conocimientos básicos sobre
mecánica de mantenimiento, reparando válvulas, pistones o cilindros y bombas (agua y
aceite); realicé cursos de electricidad básica para reforzar conocimientos en áreas específicas
de la industria, cursos en manejo de torno tipo revolver, fresadora, rectificadora en la cual
estuve fabricando piezas para los equipos y máquinas; y mecánica automotriz básicamente
mecánica ligera para montacargas.
La realidad de la vida se empezaba a poner de manifiesto, porque lo que no pude
estudiar por falta de cupo, lo estaba comenzando a ver desde la práctica socioproductiva, y lo
que no quería estudiar por las razones antes mencionadas, de igual forma lo comenzaba a
conocer y practicar.
Recuerdo que en el departamento de mantenimiento existían mecánicos, electricistas,
torneros, soldadores, plomeros, albañiles y pintores. Presencié en varias ocasiones discusiones
entre mecánicos y electricistas porque por ejemplo, cuando una máquina entraba en falla, que
de acuerdo a las características reportadas, tenía que ver con el bloque de válvulas, los
mecánicos a priori decían que era una falla eléctrica y los electricistas de igual manera, decían
que era una falla mecánica. Es decir, desde la fragmentación del conocimiento donde el
electricista debe abordar solo lo eléctrico y los mecánicos la mecánica, se genera de manera
simultánea la fragmentación de los procesos y por ende, el resultado ejemplificado en la
disputa de la experiencia mencionada. He allí unos de los elementos principales que nos
impide vernos como clase obrera.

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Federico Engels en su libro El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en


Hombre dice:

“El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política.
Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él
convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y
fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto,
debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.”

En el documento elaborado por la Universidad Bolivariana de Trabajadores “Jesús


Rivero” titulado “Ejercicio del Poder: Estrategia y Táctica de la Clase Dominante”, menciona lo
siguiente:

“La sociedad humana tiene sentido en la naturaleza, ella parte de esta, su dinámica, que
es el trabajo humano, es la organización en sí de la sociedad humana, esto nos lleva a
comprender que quien controle el trabajo humano, quien lo esclavice, dirige la sociedad,
y que para esclavizar el trabajo humano hay que controlar el acceso de los humanos a la
naturaleza, quien controle esto dirige y quien dirige ejerce el poder.”

La sociedad se ha desarrollado en una dinámica de lucha de clases sociales. En ese


sentido, la clase social dominante de estos tiempos, el capitalismo, nos ha dominado mediante
su ideología, en la cual, falsificando la realidad nos dice que el trabajo es una acción individual,
que depende de una relación de contrato individual, donde por supuesto, son ellos los que
imponen las condiciones de esa relación.
En el documento “Sobre la Autoformación Colectiva, Integral, Continua y Permanente”
de la Universidad Bolivariana de Trabajadores “Jesús Rivero” plantea lo Siguiente:

“En los centros de trabajo, donde se le da continuidad al Sistema de Educación, se repite


la fragmentación, la organización del trabajo obedece a la división del trabajo tanto
entre lo administrativo y lo productivo, como internamente en lo administrativo y en lo
productivo, basado en lo que conocemos como Taylorismo o Fordismo, por lo que los
trabajadores no tiene la visión integral del proceso, lo que es una limitante fundamental
para el desarrollo de la capacidad de pensar de los trabajadores, convirtiéndolos en
simples partes de las máquinas, es decir negándoles su condición de ser humano y
tratándolo de convertir en simple objeto.
El Fordismo, que no fue más que la aplicación en la práctica del Taylorismo, pensado y
desarrollado conscientemente por Henry Ford, cuya esencia es la especialización de los
trabajadores en trabajos específicos sin tener la visión del todo, es decir una
especialización mal concebida desde el punto de vista del trabajador, quien en este
marco no desarrolla su capacidad de pensar y en consecuencia no desarrolla la
conciencia, pero bien concebida desde el punto de vista de Ford, cuyo fin era dividir a los
trabajadores y así evitar el control que el obrero podía tener en los tiempos de
producción y en consecuencia aumentar la plusvalía.
Henry Ford, al contrario de lo que él proponía para los trabajadores, él si desarrolló una
visión de totalidad, trabajó en diferentes áreas, fue relojero, trabajó con máquinas de
vapor, trabajó en el diseño y fabricación de automóviles, en motores para aviones,
participó en política, desarrolló propuestas sobre modelos económicos, entre otras
cosas, por esto fue el empresario que fue, y esto a pesar de que tenía un nivel
educativo muy bajo. Como expresión de la conciencia que tenía Henry Ford de lo que
estaba haciendo, en una entrevista en el año de 1936 junto a Thomas Alba Edison,
expresó que para poder avanzar en el desarrollo tecnológico se debía “llevar la
investigación y el estudio al trabajo, y que el estudio de la historia era fundamental”,

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pero esto lo desarrollaba él desde la totalidad, los demás (sus empleados) no. Henry
Ford se ubicaba en la Lucha de Clases, y como integrante de la clase dominante, pensaba
y actuaba en consecuencia”.

El trabajo es el instrumento que nos permite como sociedad transformar a la


naturaleza (siendo nosotros parte de ella) para satisfacer nuestras necesidades humanas. En
ese sentido, en la génesis de la sociedad, nos organizábamos socialmente para resolver las
necesidades que se nos presentara, si teníamos hambre, pues nos organizábamos para cazar,
para el cuidado de los niños y niñas, para la preparación del alimento y para la distribución de
tal manera que todos y todas quedaran satisfechas.
La fragmentación del conocimiento como lógica impuesta al sistema productivo, es lo
que he visto y vivido a lo largo de más de 34 años que tengo de experiencia laboral en las
entidades de trabajo donde he participado.
Después de MEVENCA, tuve la oportunidad de trabajar por más de 3 años en una
inmobiliaria llamada FININVERSIONES C.A, filial del entonces Banco Construcción, cuya función
era la de alquilar los locales de propiedad del banco y del mantenimiento de sus
infraestructuras y áreas comunes. Estuve participando en el proceso social de trabajo,
específicamente en los edificios Torre Británica en Altamira, Centro Empresarial Parque del
Este ubicado en Los Dos Caminos y la Sede principal del Banco Construcción ubicado en la
esquina de Platanal en la Av. Urdaneta.
El mantenimiento básicamente se enfocaba en la iluminación, pintura, plomería,
ascensores, escaleras mecánicas, sistema de aire acondicionado centralizado, sistema de aire
presurizado para los niveles de los sótanos, jardinería, fachadas, entre otros.
Allí comencé como electricista realizando mantenimiento en la Torre Británica en las
áreas de iluminación, toma corriente, tableros eléctricos principales y secundarios, planta de
generación eléctrica de emergencia, telecomunicaciones desde el FXB (Caja de Conexión y
Distribución Telefónica Principal).
Después de un año, me dieron la responsabilidad de coordinar el mantenimiento de
los edificios Torre Británica, Centro Empresarial Parque del Este y Sede principal del Banco
Construcción, en la áreas antes mencionadas y la vinculación con las empresas contratistas
para el mantenimiento de ascensores y escaleras mecánicas, aire acondicionado,
estacionamientos, fachadas de los edificios, entre otros.
En la Torre Británica, los ascensores funcionaban a través de un sistema
computarizado, un avance tecnológico importante para la época. En mi responsabilidad de
coordinador del mantenimiento de ese edificio, tuve la oportunidad de conocer a los
compañeros que le hacían el mantenimiento a dichos ascensores y la amistad que tuve con
ellos me permitió aprender su operatividad a través de los comandos computarizados que
determinaban su funcionamiento en modo manual y automático en caso de un incidente o
contingencia. A pesar del conocimiento que teníamos para abordar cualquier falla que se
presentara, no nos era permitido abordarlas por cuanto el mantenimiento y acceso a los
equipos de los ascensores era exclusivo de la empresa contratada para tal fin.
Ese sistema contaba con un banco de batería de respaldo, el cual garantizaba la
energía eléctrica al sistema de control y mando en caso de falla eléctrica de red. Ese banco de
batería venía sufriendo agotamiento de vida útil. Un día, en un evento importante donde
participó el dueño del edificio, hubo una falla eléctrica de red y los ascensores todos se fueron
a planta baja, como solía ser en fallas como esas. La computadora se apagó porque el banco de

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batería no garantizó el suministro de energía eléctrica y se borró el programa. La empresa


responsable no tenían los técnicos a disposición de manera inmediata y no había quien
restableciera el servicio de ascensores. Recuerdo que le participé a mi jefe inmediato que
estaba en capacidad de restablecer el sistema. El jefe se encontraba entre la espada y la pared,
por un lado no era mi responsabilidad la de solventar tal situación, y por otro lado, estaba
recibiendo presión por parte de sus superiores. Fue entonces cuando tomamos la decisión de
asumir tal responsabilidad y así lo hice, busqué el cuaderno donde tenía las anotaciones de los
comandos y procedimientos para reprogramar, logrando activar satisfactoriamente el servicio
y cruzar los límites que impone el sistema para fragmentar el proceso social de trabajo.
Recuerdo que a partir de ese momento, socializamos con el resto de los técnicos para que
tuvieran conocimiento de cómo restablecer el sistema en un caso como el antes mencionado.
Es importante resaltar, que igual pasaba con el resto de los servicios del edificio, a la
larga, en los momentos críticos, terminábamos unificando los conocimientos que teníamos
como trabajadores, indiferentemente perteneciéramos a empresas distintas, nuestro objetivo
como trabajadores era resolver la problemática. Evidenciando la capacidad de respuesta que
tenemos como clase obrera de superar los nudos críticos y de superar al burocratismo
impuesto por el sistema.
Luego de FININVERSIONES, estuve en Lara Marambio y Asociados por un poco más de
una año. Es una firma de consultores y auditores en el cual tenían un edificio que necesitaban
mantener. Allí trabajé en la gerencia de servicios generales como jefe de mantenimiento. El
trabajo básicamente era planificar, coordinar y ejecutar el mantenimiento de las áreas de
electricidad, telecomunicación, pintura, cerrajería, carpintería, Dray Wall, plomería. Allí
aprendí a trabajar con Dray Wall haciendo oficinas, (colocación de cielos rasos con plafones de
fibra de vidrio, de yeso, instalación de paredes, marcos para puertas y ventanas, puertas y
ventanas, masillado, encamisado y pintura, colocación de alfombras).
Después de Lara Marambio y Asociados, ingresé a una empresa llamada Distribuciones
e Importaciones COSSBELL C.A. Era una fábrica de cosméticos, perfumes y colonias.
Fue mi segunda experiencia en industria de producción continua. En fábricas como
estas, insisto, el desarrollo del conocimiento en las áreas técnicas es exponencial debido a la
variedad de tecnologías y procesos. Allí mi experiencia laboral se enfocó en el área de
mantenimiento electromecánico, específicamente en válvulas, electroválvulas y pistones
hidráulicos y neumáticos, motores eléctricos, cajas reductoras de velocidad, circuitos eléctricos
de potencia, control y mando, iluminación, toma corriente monofásico y trifásico, montacargas
eléctricos, instalación de tuberías para circuitos eléctricos y neumáticos.
Pasado un poco más de un año de haber comenzado en COSSBELL C.A. me incorporé a
Industrias DOKER S.A. Esta es una fábrica de producción continua de tubos de escape y
silenciadores para vehículos de manufactura FORD, CHEVROLET, TOYOTA y MITSUBISHI. Allí
duré casi 4 años como técnico electricista.
Su proceso productivo es bien complejo, ya que existe todo tipo de maquinaria que
interfiere en el tratamiento del acero pulido, galvanizado e inoxidable que llega a la planta en
forma de bobina y es sometido a un proceso de transformación hasta convertirlos en tubos
para los escapes de gases de los vehículos y silenciadores para los motores vehiculares de las
marcas antes mencionadas.
En esta industria, me vi en la obligación de estudiar electrónica debido a algunas
maquinarias que funcionaban con Controladores Lógicos Programables (PLC), y otras con

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circuitos de control electrónico analógico. Además de ello, el funcionamiento de la mayoría de


las máquinas existentes en ese proceso de producción continúo, están compuestos por una
gama de elementos que concentran el conocimiento que debe tener un trabajador de la
electricidad, mecánica, matricería inclusive, ya que existía un taller para la fabricación de
troqueles y allí se diseñaban y fabricaban. De tal manera que los procesos inherentes a esa
industria eran bien integrales y diversos.
El mantenimiento consistía desde el ajuste, reparación y sustitución de componentes
eléctricos, electrónicos y mecánicos de las maquinarias y equipos, hasta la fabricación en taller
de piezas y partes que fueran necesarios reparar o fabricar. Allí tuve la oportunidad de
profundizar en el conocimiento de circuitos eléctricos de potencia, control y mando con
componentes eléctricos y electrónicos; lectura, interpretación y diseño de planos eléctricos;
mantenimiento de motores eléctricos de corriente alterna y continua, componentes eléctricos,
electrónicos, hidráulicos, neumáticos, oleo neumáticos y mecánicos; máquinas de soldar
Microwire de marca Lincoln y Miller, la utilización de equipos y herramientas para el
conformado de metales por desprendimiento de virutas.
En una oportunidad, el gerente de planta me hizo una apuesta por tres cajas de
cervezas a que en un mes no recuperaba una máquina fresadora de marca CORREA que estaba
fuera de servicio en el taller de matricería por falla eléctrica y que no habían podido recuperar.
En ese tiempo, había asumido el compromiso de ponerme al frente de la dirección del
sindicato junto con otros compañeros. Le acepté la apuesta para demostrarle que estaba en
capacidad de recuperarla y que mi participación en las exigencias de los compromisos
asumidos por ellos (la empresa) para las reivindicaciones sociales de todos los trabajadores,
sería fortalecida con la moral alta que pudiera darme la victoria de habilitar dicha máquina.
Recuerdo que lo que existía de esa máquina como información técnica, era un plano
eléctrico bastante trabajado y manchado que casi no se podía leer (que aún conservo). Esa
situación me obligó a preguntarles a los matriceros, el funcionamiento lógico de la máquina.
Una vez obtenida la información, empecé a conjugar y ordenar los componentes eléctricos en
el marco de la lógica de funcionamiento y eso me permitió hacer el diseño del diagrama
eléctrico de control y mando, visualizar los componentes averiados, su reparación, sustitución
y la reinstalación del cableado eléctrico. Faltando un día para cumplir los 30 días, tenía la
máquina funcionando con solo algunos detalles de Cola de Milano en los movimientos vertical,
horizontal y longitudinal.
Recuerdo gratamente la alegría de todos en el taller, más que por haber puesto en
funcionamiento la máquina, era por haber ganado la apuesta y en lo particular, una grata
satisfacción por haber logrado el objetivo técnico y moral. Fue una victoria contundente ya que
la recuperación de dicha máquina se debió hacer a través de una empresa especialista en el
área. Por supuesto el susodicho no pagó la apuesta.
En EMPEVEN, fábrica de empaques plásticos, En el poco tiempo que estuve, además de
lo básico para implementación del mantenimiento necesario en una industria de esta
naturaleza al igual que otras, aprendí sobre motores de corriente continua y PLC, ya que para
el grabado del plástico se utilizaba una imprenta rotativa, gobernada por motores controlados
de manera sincronizada que exigían total precisión. Eso es posible con motores de corriente
continua gobernado por PLC.
El FOUR SEASONS HOTEL, es una firma hotelera trasnacional oriunda de Canadá. Allí
trabajé un poco menos de 2 años. Trabajé como técnico electricista. El mantenimiento giraba

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en torno a los servicios de las habitaciones y área comunes como aire acondicionado,
electricidad (iluminación, tomacorriente, tableros), electrónica (televisores, controles remotos,
aparatos telefónicos), pintura, plomería, carpintería. Allí, distinto a las demás empresas es la
política de complementariedad que desarrollan, es decir, todos y todas debían conocer de
todo, por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras de servicio de habitación, ellos los llamaban
Ama de Llaves, debían conocer el menú que iban a dar en el desayuno, almuerzo y cena, saber
quién estaba de guardia del departamento de ingeniería, donde estaban los termostatos de
control del aire acondicionado, saber cómo funcionaba, entre otros. Para ello, el hotel
desarrollaba constantes formaciones en todos los niveles de la estructura organizativa. Pienso
que es buen ejemplo a seguir como una aproximación a la complementariedad del
conocimiento y los procesos para asumir la gestión directa y democrática de la dirección del
proceso social de trabajo.
En JOPALIM, entré como técnico electricista y duré un año. Era una empresa de
limpieza y mantenimiento. Tenía contrato en importantes edificaciones en la ciudad de
Caracas pero básicamente estuve destacado en el mantenimiento de las instalaciones de la
sede de MOVILNET en el centro comercial El Recreo. El trabajo giraba en torno al
mantenimiento eléctrico (iluminación, toma corriente, tableros), plomería, pintura,
carpintería.
En ODEBRECHT trabajé como electricista por casi 2 años en la construcción de la Línea
3 de Metro de Caracas, específicamente en el tramo de la Rinconada – Mercado y apoyo a la
construcción de la Estación Parque Central y Nuevo Circo.
El trabajo que realicé allí fue en el área de mantenimiento, enfocado a tableros
eléctricos de potencia, control y mando de bombas de agua de tipo superficial y sumergible de
½ hasta 25 hp, grúas telescópicas, puente grúa, iluminación controladas por fotocélulas y reloj,
instalación de acometidas para tableros principales con cable 500 MCM, asistencia a la TBM
(Tunnel Boring Machine = Máquina Perforadora de Túneles).
Una de las actividades importantes era la asistencia a la TBM - Andreina. Debíamos
estar pendientes de la inyección de oxígeno a través de ventiladores presurizadores de aire
para el túnel y la TBM, el funcionamiento del sistema de bombeo de las agua de los
manantiales subterráneos que aparecían a medida que iba avanzando Andreina, ya que existía
la posibilidad de inundación, el sistema de iluminación del túnel, la preparación de tramos de
100 mts de cable tripolar con copas terminales de alta tensión para alimentarla
eléctricamente, entre otros.
En el caso específico del cable tripolar, sus características es para funcionar en alta
tensión, en este caso, la TBM se alimenta con una tensión 12,5 KV. Es un solo cable de 4” de
diámetro aproximadamente en el cual, su interior está compuesto por 4 conductores (3 fases
eléctricas y un cable para aterramiento) con una serie de enmallado de material aislante que
impiden que los mismos, hagan contacto entre sí. En ambos extremos de este cable, llevan
unas conexiones llamadas Copas Terminales, que van conectadas en el tablero eléctrico, las
mismas debían prepararse con un tratamiento especial, de tal manera que no tuviera ningún
tipo de contaminación que pudiera ocasionar un corto circuito al momento de energizarlas. Es
por eso que la preparación de las copas terminales debíamos hacerlas con todas las medidas
de seguridad e incluso, la maniobra debíamos hacerla con guantes quirúrgicos.
En la cola de la TBM – Andreina, existe un carrete que enrolla aproximadamente 100
mts de cable tripolar para alta tensión, la punta de este cable la conectamos al tablero

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eléctrico que es de donde se alimenta eléctricamente la TBM. Ese tablero está ubicado al inicio
de la excavación del túnel y la topa tiene una capacidad de avance o excavación de 100 mts
que es lo que le permite la longitud del cable de alimentación tripolar.
Una vez alcanzado el recorrido de los 100 mts, debíamos parar la topa, desconectarla
del tablero de alimentación, enrollar el cable en el carrete de la topa, correr el tablero de
alimentación hacia los 100 mts excavados, colocando 100 mts de cable desde el tablero inicial
hasta donde quedó la topa. Allí colocábamos otro tablero y conectábamos la topa nuevamente
para que avanzara 100 mts más hasta llegar a completar el túnel.
En esta empresa, los roles de trabajo que tenía cada quien, eran bien precisos y
exclusivos. Sin embargo, hubo momentos en que la realidad decía lo contrario y en lo
particular hubo momentos que tuve que fungir como mecánico para reparar entre otras cosas,
las bombas de agua (cambio de sellos), reparación de caja reductora de velocidad del carril
móvil de desplazamiento horizontal de grúa tipo pluma (cambio de engranaje), fungir como
operador de montacargas, operador de locomotora (en las guardias de fin de semana, debía
estar pendiente de los niveles de agua subterráneas y el funcionamiento de las bombas de
extracción de las mismas, de tal manera que no se inundara la TBM y para llegar hasta allá, el
transporte era la locomotora y los operadores no trabajaban esas guardias).
En el Metro de Caracas, actual entidad de trabajo en la que he venido participando
desde el 2.007 en la gerencia de mantenimiento de transporte superficial como técnico
electricista, los roles de trabajo han sido diversos.
La dinámica de trabajo me permitió desarrollar y profundizar conocimientos en
diferentes áreas del mantenimiento como la mecánica (cajas reductoras de velocidad de
elevadores de columnas para vehículos de transporte masivo, compresores de
hidrolimpiadoras, gatos hidráulicos tipo caimán y botella de 1/2, 3 y 5 TN, bombas sumergibles
para combustibles “gasoil”, bombas de agua).
En la herrería, me permitió desarrollar un proyecto de la gerencia para fabricar
estructuras metálicas destinadas a las señalizaciones y paradas de Metro Bus. Este proyecto
me permitió compartir saberes con 3 jóvenes de nuevo ingreso lo que les permitió iniciarse en
la soldadura por arco eléctrico pudiendo hoy en día desarrollar reparaciones en el área.
También la herrería me permitió fabricar bases para tanques de 3.000 Lts, reparación de
portones de entradas principales a los estacionamientos de Metro Bus ubicados en Petare y La
Paz, bases para reflectores de halógenos colocados para iluminar el área de estacionamiento
de Metro Bus La Paz, construcción de almacén con nivel de mezzanina y escaleras metálicas en
el taller de Equipo de Instalaciones de Metro Bus La Paz, construcción de estructura metálica
para techo de almacén en Metro Bus La Paz, fabricación de canaletas para reparación de
canales de agua en techo de taller de latonería y mantenimiento de Metro Bus La Paz),
En la Plomería, pude desarrollar conocimientos instalando tuberías galvanizadas y PVC
desde ½” hasta 2 ½” para suministrar agua a baños, tanques de almacenamiento, sistemas
neumáticos, hidráulicos, grasas por presión neumática, entre otros.
En la electricidad el mantenimiento va dirigido a las áreas de iluminación, toma
corriente de 120v, 220v, 277v y 440v, motores, sistemas de control y mando, sistemas de
potencia y distribución, protecciones, entre otros.
Estando en Metro de Caracas conocí a la Universidad Bolivariana de Trabajadores
“Jesús Rivero” (UBTJR). Al principio la concebí como una universidad tradicional, con la
diferencia que podía establecerse en los centros de trabajo donde se promovía. Una vez

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inscrito en ella, empecé a develar que no se trataba de una universidad tradicional, es una
táctica de la Clase Obrera para desarrollar su estrategia: la autoformación colectiva, integral,
continua y permanente con el firme propósito de alcanzar los fines del Estado planteados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Es decir, es el instrumento de la clase
obrera para encontrarnos y exponer nuestros conocimientos académicos y empíricos
adquiridos desde la práctica socioproductiva entorno a un objeto de estudio, el cual
sistematizados, nos permite ir dejando traza para la construcción de nuevas teorías y
conocimientos técnicos, científicos, tecnológicos y humanísticos.
Esa táctica y esa estrategia, objetivamente obedecen a nuestro desarrollo como
sociedad y que concientemente desarrollada como clase obrera nos ha permitido ir asumiendo
concientemente la gestión directa y democrática para redireccionar el proceso social de
trabajo hacia la satisfacción de nuestras necesidades humanas como pueblo y como sociedad.
La promoción de la UBTJR en el Metro de Caracas nos permitió crear 4 unidades de
formación ubicadas en La Hoyada, Propatria, La Adjuntas y La Paz. Participé en uno de los
equipos de estudio de mecánica de la unidad de formación La Paz, en el cual, por elección
democrática asumí la vocería del equipo de estudio, luego la vocería de la unidad de formación
La Paz y miembro del Consejo de Centro de Formación Metro de Caracas.
Desde la UBTJR en Metro de Caracas, logramos organizar 13 equipos de estudio de
mecánica, electricidad, construcción civil, electrónica, administración, higiene y seguridad
laboral, estudios jurídicos y estudios políticos en convenio con la UBV, participamos en la
construcción del plan de carrera para los trabajadores y trabajadoras de Metro de Caracas.
A finales de 2.017, tuve la oportunidad de coordinar y participar en una mesa técnica
de trabajo conformada con trabajadores y trabajadoras especialistas en las áreas de
formación, electrónica, mecatrónica y mecánica del IVIC, INCES, IUTOMS, UBTJR, MPPPST y
Trabajadores Instructores de Metro de Caracas en Mantenimiento de motores y cajas de
marca CUMMINS, para el estudio de factibilidad de reparación o sustitución de importación de
los Módulos de Control Electrónicos para motores (ECM), Módulo de Control de Transmisión
(TCM) y Módulo de Control de Encendido (ICM) de las unidades de transporte masivo de
Metro Bus marca YUTONG.
Esta mesa de trabajo tuvo como resultado la factibilidad cierta de reparar y sustituir la
importación de estos módulos con tres propuestas fundamentales: conformar equipos de
estudio y trabajo para las reparaciones en talleres y laboratorios de fallas menores de los
componentes electrónicos; fabricación de banco de prueba de los módulos en el cual no
solamente se estaría revisando el funcionamiento de éstos, sino que estaríamos estudiando el
comportamiento de los componentes que transmiten las señales y la posibilidad de baypasear
o eliminar la señal de algún componente innecesario o que no se adaptara a nuestra realidad;
y la fabricación de módulos electrónicos adaptados al funcionamiento enmarcado en nuestra
realidad.
En el 2.019, asumí la responsabilidad de resolver una problemática presentada con los
elevadores de unidades de transporte masivo ubicados en los talleres de MetroBus La Paz.
Son elevadores de columnas de tipo móvil, que al posicionarlos en las ruedas del
vehículo automotor, permite elevarlo a determinada altura, hasta el nivel necesario para que
el mecánico pueda trabajar por debajo de la unidad con toda comodidad y seguridad. Estos
elevadores de manufactura china, llegaron a los talleres de Metro de Caracas, específicamente

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a los talleres de MetroBus, con algunos problemas en el diseño del circuito de control
eléctrico.
Imaginemos cuatro ascensores que tienen dos modalidades de funcionamiento, una
modalidad que la llamaremos “Trabajo en Grupo” el cual permite que los cuatros ascensores
suban o bajen de manera simultánea, y otra modalidad que la llamaremos “Trabajo
Individual”, que permita subir o bajar un ascensor de manera individual e independiente.
El funcionamiento ideal para el “Trabajo en Grupo” es que suban y bajen al mismo
tiempo y que cuando exista la activación del dispositivo electromecánico que corta la señal
eléctrica para que dejen de funcionar los motores eléctricos cuya función es hacer que los
ascensores se desplacen hacia arriba o hacia abajo, pues sencillamente se paren. Estos
dispositivos electromecánicos son los que hacen que los elevadores en su recorrido hacia
arriba o hacia abajo, tengan un tope.
Cuando ocurre una falla, por ejemplo, en el dispositivo del ascensor Nº 1,
inmediatamente se visualiza que éste se queda estático con respecto a los tres restantes e
inmediatamente el operador corta todas las señales eléctricas para atender la visible falla en el
ascensor 1. Es allí donde el técnico especialista interviene y resuelve la falla.
El circuito de control eléctrico de los elevadores chinos no fueron diseñados para la
lógica antes descrita, es decir, cuando ocurre una falla en el dispositivo electromecánico, bajo
la modalidad de “Trabajo en Grupo”, todos los ascensores se paralizan, obligando la revisión
de los 4 ascensores, cuando en realidad se debe revisar uno solo. De igual manera pasa con la
modalidad “Trabajo Individual”, es decir, cuando se requiere trabajar, por ejemplo, con el
elevador Nº1, y éste no funciona, la falla puede estar en el dispositivo electromecánico de
cualquiera de los 3 elevadores restantes, la cual, te obligaba a revisar los cuatros elevadores de
manera innecesaria.
El diseño, modificación y adecuación del circuito eléctrico de control y mando de los
elevadores de columnas permitió normalizar esa situación entre otras que tienen que ver con
el funcionamiento práctico del equipo.
Una vez realizado el diseño y las pruebas seguras de funcionamiento de dicho circuito
eléctrico, se socializó con los trabajadores del taller mecánico que utilizan los elevadores para
informarles del cambio realizado y su correcto funcionamiento operativo; y se desarrolló con
los trabajadores que realizan el mantenimiento electromecánico de estos equipos, un taller
donde aprendieron a leer el diagrama eléctrico y adecuar el tablero de control eléctrico para
su funcionamiento correcto de acuerdo al diseño.
Participar en la UBTJR, me ha permitido ser parte del equipo político que impulsa la
organización de la Clase Obrera en equipos de estudios y trabajo en otras entidades de trabajo
y cadenas productivas medulares para el desarrollo del proceso social nacional de trabajo. Es
por ello que desde la figura de Comisión de Servicio en la UBTJR y el Ministerio del Poder
Popular para el Proceso Social de Trabajo bajo la gestión de los compañeros Jesús Martínez y
actualmente Eduardo Piñate, he participado en la organización de equipos de estudio en
HIDROCAPITAL, Corporación Socialista del Cemento (CSC), Complejo Siderúrgico Nacional
(CSN), BANMUJER, CANTV, Corporación de Servicios del Gobierno de Distrito Capital, CEET
Miranda, CAIVET, AZERTIA, COVEPLAST, GAS Comunal Miranda, Fábrica de Bloques 27 de
Febrero, También participé en el plan conjunto UBTJR, Misión Sucre y INCES para el
diagnóstico de las cadenas productivas medulares del proceso productivo del país.

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Participé en la elaboración de dos documentos que fueron colocados en la revista de la


UBTJR llamada Colección Conociendo Nuestro Potencial. Dichos documentos titulados:
”Estabilidad del Sistema Eléctrico de Potencia” y “Propuestas de la Clase Obrera para
Recuperar, Estabilizar y Desarrollar el SEN”. Estos documentos expresan dos temas
fundamentales discutidos mediante un grupo de chat cuyos participantes en su gran mayoría
fueron trabajadores del sistema eléctrico nacional
Dicho desarrollo nos ha permitido dar los primeros pasos para la construcción de
nuestro sistema nacional de producción y justo intercambio en el marco de la gestión directa y
democrática de la dirección del proceso social de trabajo a través de la autoformación
colectiva integral continua y permanente.
En resumen, la antesala a la soberanía tecnológica es lo que venimos desarrollando de
manera natural desde nuestros espacios socioproductivos, es decir, es el encuentro de
trabajadores y trabajadoras, en el cual, colocamos en una mesa de trabajo, nuestros saberes y
conocimientos enfocados en uno o varios nudos críticos que afectan el proceso
socioproductivo. Allí, realizamos el diagnóstico integral, identificamos los nudos críticos,
definimos las acciones para resolverlos, lo ejecutamos y hacemos el seguimiento y evaluación
de tal manera que pueda garantizar su óptimo funcionamiento.
Es importante señalar que existen algunas experiencias en ese sentido, la cual hemos
venido sistematizando desde los equipos de estudio, trabajo e investigación de la Universidad
Bolivariana de Trabajadores “Jesús Rivero”. Nos ha permitido visualizar en algunos espacios, el
impacto que tiene el o los nudos críticos identificados en la máquina o equipo, sobre el
subproceso al que pertenece, en el proceso productivo de la entidad de trabajo, en la cadena
productiva a la que pertenece la entidad de trabajo y por supuesto, hasta llegar a la totalidad
del proceso social de trabajo.
En las cadenas productivas se dan los procesos de transformación que desde las
entidades de trabajo le damos a las fuentes de energía, es decir, desde la extracción de la
materia prima, su transformación en productos y subproductos que terminan convertidos en
bienes y servicios que nos permiten satisfacer nuestras necesidades humanas.
La soberanía tecnológica se puede definir como el derecho y el deber de una nación de
dominar sus medios tecnológicos a tal punto que no puedan ser controlados de manera
injerencista por otros intereses ajenos al bienestar de su desarrollo y con el mismo adelanto de
la ciencia y la innovación, los procesos de avance de una sociedad que una vez dependieron en
gran parte del capital humano y el trabajo manual, hoy en día se asocian cada vez más a una
cultura tecnológica capaz de abarcar cualquiera de sus esferas. Es un fenómeno que cruza
fronteras y por el carácter tan variado que posee, engloba a personas de distintas profesiones.
(http://www.fii.gob.ve/soberania-tecnologica-en-venezuela/)
La soberanía tecnológica, a mi juicio, radica en el ejercicio de la clase obrera para
generar el conocimiento técnico, científico y tecnológico que de acuerdo a nuestras
necesidades, requerimos para desarrollar nuestro proceso socioproductivo.
En ese sentido, es imperiosa la necesidad de generar la organización de nosotros y
nosotras como clase obrera, desde cada subproceso de las entidades de trabajo que
conforman las cadenas productivas con la visión de identificar los nudos críticos que
verdaderamente impactan en el normal desarrollo de dichas cadenas productivas.
Convirtiendo esa dinámica en política de Estado, estaríamos profundizando en el
ejercicio del poder por parte de la clase obrera y estaríamos dando el siguiente paso para

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21-5-2020

conquistar nuestra soberanía tecnológica y estaríamos avanzando hacia la independencia


tecnológica.
En ese sentido, ¿existe otro sujeto social capaz de asumir el compromiso histórico de
redireccionar al proceso social de trabajo hacia la satisfacción de nuestras necesidades
humanas como pueblo y como sociedad? ¿Quién pudiera poner en dudas que la antesala a la
soberanía está en manos nuestras como clase obrera? ¿La soberanía no es el ejercicio del
poder por el pueblo?
Entonces, es la clase obrera, es decir, los trabajadores y trabajadoras de las distintas
entidades de trabajo del país, con unidad programática en torno a la gestión directa y
democrática de la dirección del proceso social de trabajo, quienes debemos asumirla.

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