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La anorexia nerviosa, a menudo simplemente denominada

«anorexia», es un trastorno de la alimentación que se caracteriza


por el peso corporal anormalmente bajo, el temor intenso a
aumentar de peso y la percepción distorsionada del peso. Para las
personas con anorexia, es muy importante controlar su peso y su
figura corporal, y hacen todo tipo de sacrificios que suelen
interferir en su vida de forma significativa.

Para evitar aumentar de peso o para seguir adelgazando, las


personas anoréxicas suelen restringir demasiado la cantidad de
comida que consumen. Para controlar el consumo de calorías,
pueden vomitar después de comer o usar de modo indebido
laxantes, suplementos dietéticos, diuréticos o enemas. Además,
para intentar bajar de peso, pueden ejercitarse en exceso. No
importa cuánto baje de peso, la persona continúa sintiendo temor
a aumentar de peso.

En realidad, la anorexia no se trata de la comida. Es una manera


extremadamente poco saludable y, en ocasiones, mortal de
intentar afrontar los problemas emocionales. Cuando tienes
anorexia, lo que haces con frecuencia es equiparar la delgadez
con la autoestima.

Síntomas físicos

Los signos y síntomas físicos de la anorexia pueden ser los


siguientes:

 Pérdida de peso excesiva, o no lograr el aumento de peso


previsto para el desarrollo

 Aspecto delgado

 Recuento de células sanguíneas anormal

 Fatiga

 Insomnio
 Mareos o desmayos

 Pigmentación azulada en los dedos de la mano

 Cabello fino o quebradizo, o pérdida de cabello

 Vello suave como pelusa que cubre el cuerpo

 Ausencia de menstruación

 Estreñimiento y dolor abdominal

 Piel seca o amarillenta

 Intolerancia al frío

 Ritmo cardíaco irregular

 Presión arterial baja

 Deshidratación

 Hinchazón de los brazos o las piernas

 Erosión dental y callosidades en los nudillos por la


provocación de vómitos

Algunas personas con anorexia tienen episodios de atracones y


purgas, similar a lo que les ocurre a las que tienen bulimia. Sin
embargo, las personas que padecen anorexia por lo general luchan
contra un peso corporal anormalmente bajo, mientras que aquellas
que padecen bulimia suelen tener un peso normal o por encima de
lo normal.

Síntomas emocionales y conductuales

Los síntomas conductuales de la anorexia pueden incluir intentos


de bajar de peso de las siguientes maneras:

 Restringir estrictamente la ingesta de alimentos mediante las


dietas o el ayuno

 Hacer ejercicios de forma excesiva


 Darse atracones y provocarse vómitos para eliminar los
alimentos, lo que puede incluir el uso de laxantes, enemas,
suplementos dietarios o productos herbarios

Estos son algunos de los signos y síntomas emocionales y


conductuales:

 Preocupación por los alimentos, que a veces incluye cocinar


comidas elaboradas para los demás, pero no comerlas

 Saltar comidas o rehusarse a comer con frecuencia

 Negar el hambre o poner excusas para no comer

 Comer solo unos pocos alimentos «seguros», por lo general,


con bajo contenido de grasas y calorías

 Adoptar rituales rígidos para las comidas o la alimentación,


por ejemplo, escupir la comida después de masticarla

 No querer comer en público

 Mentir sobre la cantidad de comida que se ingirió

 Sentir temor a aumentar de peso, que puede incluir pesarse o


medirse el cuerpo repetidas veces

 Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se


perciben

 Quejarse por estar gordo o tener partes del cuerpo que son
gordas

 Cubrirse con capas de ropa

 Estado de ánimo indiferente (falta de emociones)

 Retraimiento social

 Irritabilidad

 Insomnio

 Disminución del interés en las relaciones sexuales


Bulimia

Es un trastorno alimentario por el cual una persona tiene episodios regulares de comer una
gran cantidad de alimento (atracones) durante los cuales siente una pérdida de control sobre
la comida. La persona utiliza luego diversas formas, tales como vomitar o consumir laxantes
(purgarse), para evitar el aumento de peso.

Muchas personas con bulimia también sufren de anorexia.


Causas
Muchas más mujeres que hombres padecen de bulimia. El trastorno es más común en niñas
adolescentes y mujeres jóvenes. La persona generalmente sabe que su patrón de
alimentación es anormal. Puede experimentar miedo o culpa con los episodios de atracones
y purgas.

Se desconoce la causa exacta de la bulimia. Los factores genéticos, psicológicos, familiares,


sociales o culturales pueden jugar un papel. La bulimia probablemente se debe a más de un
factor.

Síntomas
En la bulimia, pueden presentarse atracones con una frecuencia de varias veces al día
durante muchos meses. La persona a menudo come grandes cantidades de alimentos ricos
en calorías, por lo regular en secreto. Durante estos episodios, la persona siente una falta de
control sobre su alimentación.

Estos episodios llevan al autorrechazo, lo cual provoca las purgas para evitar el aumento de
peso. La purga puede incluir:

 Provocarse el vómito.

 Ejercicio excesivo.

 Uso de laxantes, enemas o diuréticos.

La purga a menudo produce una sensación de alivio.


Las personas bulímicas con frecuencia están en un peso normal, pero pueden verse a sí
mismas con sobrepeso. Debido a que el peso a menudo es normal, es posible que los demás
no noten este trastorno alimentario.

Los síntomas que otras personas pueden ver incluyen:

 Pasar mucho tiempo haciendo ejercicio.

 Consumir repentinamente grandes cantidades de alimentos o comprar grandes cantidades de


alimentos que desaparecen de inmediato.

 Ir al baño de manera regular inmediatamente después de las comidas.

 Botar empaques de laxantes, pastillas para adelgazar, eméticos (fármacos que causan el vómito) o
diuréticos.

Pruebas y exámenes
Un examen de los dientes puede mostrar caries dental o infecciones en las encías
(como gingivitis). El esmalte de los dientes puede estar erosionado o picado por la excesiva
exposición al ácido del vómito.
Un examen físico también puede mostrar:

 Vasos sanguíneos rotos en los ojos (por el esfuerzo al vomitar)

 Boca seca

 Apariencia similar a una bolsa en las mejillas

 Salpullidos y granos

 Pequeñas cortaduras y callosidades a través de las puntas de las articulaciones de los dedos debido
al vómito autoinducido

Los exámenes de sangre pueden mostrar un desequilibrio electrolítico (como un bajo nivel
de potasio) o deshidratación.
Tratamiento
Las personas bulímicas rara vez necesitan ser hospitalizadas, a menos que:

 Tengan anorexia.

 Presenten depresión mayor.


 Necesiten medicinas para ayudarles a suspender las purgas.

Más a menudo, se utiliza un método por pasos para tratar bulimia. El tratamiento depende
de la gravedad de la bulimia y de la respuesta de la persona a los tratamientos:
 Los grupos de apoyo pueden servir para la bulimia leve sin otros problemas de salud.

 La asesoría, como la terapia conversacional y la nutricional son los primeros tratamientos para la
bulimia que no responde a los grupos de apoyo.

 Medicinas que también tratan la depresión conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación
de la serotonina (ISRS) se emplean a menudo para la bulimia. Combinar la terapia conversacional
con ISRS puede ayudar, si la terapia conversacional por sí sola no funciona.

Las personas pueden abandonar los programas si tienen expectativas poco realistas de
"curarse" con la terapia solamente. Antes de que un programa empiece, las personas deben
saber que:

 Es probable que se puedan necesitar diferentes terapias para manejar este trastorno.

 Es común que la bulimia reaparezca (recaída) y esto no es una causa para desesperarse.

 El proceso es doloroso y la persona y su familia necesitarán hacer un gran esfuerzo.

Grupos de apoyo
El estrés de la enfermedad se puede aliviar uniéndose a un grupo de apoyo. Compartir con
otros que tienen experiencias y problemas en común puede ayudarle a no sentirse solo.
Expectativas (pronóstico)
La bulimia es una enfermedad crónica y muchas personas afectadas continúan presentando
algunos síntomas incluso con tratamiento.

Las personas con menos complicaciones de salud debidas a la bulimia y aquellas que
desean y son capaces de tomar parte en una terapia tienen mejores probabilidades de
recuperación.

Posibles complicaciones
La bulimia puede ser peligrosa. Puede llevar a problemas de salud graves con el paso del
tiempo. Por ejemplo, el vómito repetitivo puede causar:

 Ácido estomacal en el esófago (el conducto que transporta alimento de la boca al estómago). Esto
puede llevar a daños permanentes en esta zona.

 Rupturas del esófago

 Caries dentales

 Inflamación de la garganta

El vómito y el uso excesivo de enemas o laxantes puede llevar a:


 Agua o líquido insuficientes para su cuerpo

 Bajo nivel de potasio en la sangre, lo que lleva a peligrosos problemas en el ritmo cardíaco
 Heces duras o estreñimiento
 Hemorroides
 Daño en el páncreas
Cuándo contactar a un profesional médico
Solicite una cita con su proveedor de atención médica si usted o su hijo tienen síntomas de
un trastorno alimentario.

Nombres alternativos
Bulimia nerviosa; Comportamiento de comer en exceso y purgarse; Trastorno alimentario -
bulimia

Qué es
La vigorexia, cuya denominación correcta es dismorfia muscular, es un
trastorno mental que se caracteriza por la obsesión por ganar masa
muscular. Quienes lo padecen, según explica Robin Rica, director de la
Unidad de Trastornos Alimentarios de Instituto Centta, experimentan "una
distorsión de la imagen corporal que tiene que ver con que no se se ven lo
suficientemente musculados o fuertes". Se asocia "al ejercicio
compulsivo de levantamiento de pesas y a alteraciones alimentarias
también orientadas a conseguir el objetivo de un mayor volumen muscular".

Por lo tanto, no es un trastorno estrictamente alimentario, pero comparte con


enfermedades como la anorexia la preocupación obsesiva por la figura y
una distorsión del esquema corporal. A diferencia de los trastornos de la
conducta alimentaria (TCA), es considerablemente más frecuente en los
hombres y su pico de inicio es algo más tardío, en torno a los 18 años de
edad.
La vigorexia repercute negativamente en las relaciones personales de los
afectados, así como en su salud mental y física.

Causas
No hay una causa única. "Es una patología multifactorial que afecta a
aquellas personas que son más vulnerables porque tienen una autoestima
más baja, son más perfeccionistas, tienen más dificultades en las
relaciones interpersonales, una peor regulación de sus emociones...",
apunta Rica.

A tenor de lo anterior, se suele hablar de factores de riesgo, en vez de


causas. Estos son algunos de los que pueden ejercer una mayor influencia
en el desarrollo del trastorno:

 Tener una baja autoestima y un alto nivel de autoexigencia y un


comportamiento poco flexible.

 Las personas con personalidad obsesiva, en especial consigo mismas,


así como aquellas que sufren diversos problemas emocionales en sus
relaciones personales y profesionales son más propensas a desarrollar
dismorfia muscular.

 Los jóvenes con antecedentes sobrepeso u obesidad durante la


infancia tienen más riesgo de padecer el trastorno.

 En relación con lo anterior, también es común que la padezcan aquellas


personas que han sufrido acoso escolar o bullying por su aspecto
físico durante la infancia.
Síntomas
Las personas con dismorfia muscular llevan a cabo un programa de
entrenamiento que se caracteriza por una intensidad constante y una
gran dureza y se centra en ejercicios que aumentan el tono muscular, por lo
que la práctica más común es el levantamiento de pesas.

Este estilo de vida, que termina convirtiéndose en obsesión, implica


un distanciamiento de las labores cotidianas, incluyendo, muchas veces,
el abandono del trabajo o de las relaciones sociales. Los afectados pueden
acabar invirtiendo todo su tiempo en realizar ejercicio físico.

Tal y como sucede con patologías como la anorexia y la bulimia, los


pacientes reflejan una gran preocupación por su dieta, ya que buscan la
rapidez en el proceso de conseguir un cuerpo escultural y eliminar toda la
grasa. En concreto, siguen una alimentación baja en grasas y
rica en proteínas para aumentar la masa muscular.

Muchas personas con vigorexia comienzan a consumir sustancias


como hormonas y anabolizantes esteroides para estimular el desarrollo
muscular, con los riesgos que conlleva.

Prevención
Las pautas principales para prevenir la vigorexia implican las siguientes
recomendaciones:

 Rica aconseja a los adolsecentes y adultos jóvenes -especialmente los


más vulnerables a desarrollar una preocupación excesiva por su aspecto
físico- la práctica de ejercicio físico a través de actividades "más
grupales o lúdicas", en vez de "ir al gimnasio todos los días a levantar
pesas". El gimnasio sería, "un complemento".
 En todo caso, se aconseja siempre la supervisión de un entrenador
profesional para la realización de un programa de ejercicios.

 Es aconsejable realizarse exámenes físicos que determinen el estado de


salud, además de las necesidades y capacidades del individuo para
adaptar los ejercicios que se van realizar.

 Los especialistas recomiendan establecer ejercicios que se adecúen al


nivel físico de la persona, evitando actividades que requieran
sobreesfuerzos innecesarios.

 Es importante detener el ejercicio en el momento en el que se


presente fatiga, cansancio o dolor muscular excesivos.

 Evitar la sobreexposición a ciertos contenidos de internet y las redes


sociales, como aquellos en los que se indica cómo llevar a cabo un ciclo
de esteroides, puede contribuir a prevenir la dismorfia muscular.

Tipos

Diagnóstico
El experto en trastornos de la conducta alimentaria señala que la "baja
conciencia de enfermedad" de los afectados por vigorexia dificulta tanto el
diagnóstico como el tratamiento de este trastorno.

Una vez dentro del circuito asistencial, la entrevista con el paciente es


fundamental para el diagnóstico. Entre otras cuestiones, el profesional
sanitario se interesará por la frecuencia con la que la persona realiza
ejercicio físico y con qué intensidad.

Asimismo, el especialista establecerá si el paciente tiene alguna carencia


nutricional, ya que es uno de los primeros puntos que es preciso corregir
en el tratamiento.
En caso necesario, se realizarán análisis de sangre para determinar si el
paciente consume algún tipo de droga para estimular la ganancia de masa
muscular.

Tratamientos
Los principales factores desencadenantes involucrados en el desarrollo de
dismorfia muscular son de tipo cultural, social y educativo. Por ello, el
tratamiento debe enfocarse a modificar la conducta y la perspectiva que
tienen los afectados sobre su cuerpo.

El entorno afectivo cumple una función muy importante en su recuperación,


al brindarles apoyo cuando intentan disminuir su programa de ejercicios
a rutinas más razonables.

Es necesario reducir el entusiasmo y la ansiedad por la práctica deportiva


intensa, logrando que se interesen por otras actividades menos nocivas
para su cuerpo.

La terapia psicológica debe centrarse, resume Rica, "en trabajar la imagen


corporal y las conductas de riesgo, tanto alimentarias como orientadas al
deporte". Los tratamientos que se utilizan "parten de los que se aplican para
los trastornos alimentarios y orbitan en torno a la aceptación corporal y la
flexibilidad cognitiva, entre otras cuestiones".

Qué es
La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en
la obsesión por la comida sana. Las personas que sufren esta patología
se sienten obligadas a seguir una dieta restrictiva que, según los casos,
puede excluir la carne, las grasas, los alimentos sin etiquetado ecológico,
los aditivos... Puede acarrear carencias nutricionales y alterar la salud
mental.

“El ortoréxico no sustituye los alimentos que rechaza por otros que puedan
aportarle los mismos complementos nutricionales. Esto se traduce
en anemia, carencias vitamínicas o de oligoelementos o falta de energía”,
explica Isabel Zamarrón, del Departamento de Nutrición del Hospital
Universitario Ramón y Cajal, de Madrid.

En la actualidad, esta patología no está recogida en las clasificaciones


psiquiátricas oficiales, pero los psiquiatras y psicólogos reconocen su
existencia y la tratan en sus consultas, especialmente en las dedicadas a
los trastornos alimentarios.

Causas
No están claros los factores que están detrás de la ortorexia, pero se ha
observado que suele manifestarse en personas con comportamientos
obsesivos y muy perfeccionistas. Este último rasgo es compartido con los
sujetos que sufren anorexia, bulimia u otros trastornos de la conducta
alimentaria (TCA) y, de hecho, en algunos casos la ortorexia forma parte
de la sintomatología restrictiva de esas patologías.

Psiquiatras y psicólogos observan con frecuencia que la preocupación


excesiva por la comida sana tiene que ver, en palabras de Marina Díaz
Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, "con un
malestar o una dificultad personal que se intenta paliar controlando
otros aspectos de la vida". En este caso, a través de la comida.
Síntomas
El síntoma principal que caracteriza a esta enfermedad es la preocupación
excesiva por todo lo que se ingiere.

Los pacientes invierten un gran número de horas al día planificando y


preparando las comidas.

Suelen ser tan estrictos que incluso se sienten culpables cuando lo


incumplen y se castigan con dietas y ayunos aún más rígidos. Del
mismo modo, eliminan por completo determinados alimentos en su dieta, no
sólo carnes y grasas, sino también otras sustancias como el azúcar.

A diferencia de otros trastornos de la alimentación, los ortoréxicos suelen


ser personas muy abiertas a la hora de difundir sus reglas de alimentación
y no se abstienen en mostrarse orgullosos de ellas frente a otras personas.

Del mismo modo, menosprecian a aquellas que no siguen reglas dietéticas,


por lo que el paciente puede verse abocado al aislamiento social.

La ortorexia suele comenzar con hábitos de vida saludables que se


convierten en obsesión y puede provocar en los pacientes grandes
pérdidas de peso. Además, pueden perder la capacidad de comer
intuitivamente, es decir, dejan de saber cuándo tienen hambre o cuándo
se encuentran saciados.
Prevención

Para evitar llegar a la obsesión por la alimentación sana, los especialistas


recomiendan seguir los siguientes consejos:

 Regirse por una comida sana que incluya la cantidad y variedad de


alimentos que el organismo necesita para funcionar correctamente.

 Es importante que se incida en la educación de los niños a través de


consejos como el respeto a uno mismo y a los demás y educar
con modelos de belleza y conducta no estereotipados.

Para Robin Rica, director de la Unidad de Trastornos Alimentarios


de Instituto Centta y miembro del Grupo de Trabajo de Trastornos del
Comportamiento Alimentario y Obesidad del Colegio Oficial de Psicólogos
de Madrid, es fundamental diferenciar, valorar y difundir las dos vertientes
de la alimentación: "La comida tiene un componente nutritivo, que es el
que se refiere a aspectos como las calorías, los carbohidratos,
las proteínas, las vitaminas, los minerales... Pero también tiene
un componente social potentísimo -particularmente en las culturas
mediterráneas- y es un placer; por eso existe la gastronomía".

Tipos

Diagnóstico
Debido a que existe una fina línea entre el interés por la comida sana y
la obsesión por ella, se debe recordar que la clave para el diagnóstico de
cualquier enfermedad dmental es que el trastorno cause daño al paciente,
tanto físico, como social y emocional.

Para detectar la ortorexia, los especialistas incluyen en la entrevista


clínica preguntas destinadas a esclarecer la existencia de un
comportamiento patológico, como las siguientes:

 ¿Te preocupas más por las características saludables de lo que


comes que por el placer de comerlo?

 ¿Pasas más de tres horas al día pensando en comida saludable?

 ¿Te sientes superior respecto a otras personas que no comen como


tú?

 ¿Tu calidad de vida ha disminuído a medida de la calidad de su dieta


ha aumentado?

 ¿Te sientes culpable si te saltas la dieta que has decidido seguir?


Tratamientos
El tratamiento de las personas que sufren ortorexia se basa en la terapia
psicológica y la terapia farmacológica, según los casos. "El tratamiento
se basa en abordar lo que subyace a esa actitud tan patológica", precisa
Díaz Marsá. De ahí que se apoye fundamentalmente en la psicoterapia. "En
algún momento, depende de las consecuencias afectivas o
de ansiedad que tenga el afectado, se puede administrar algún regulador
del estrés o de la ansiedad".

En muchos casos el trastorno se aborda de forma multidisciplinar, con un


equipo de profesionales que incluya psiquiatra, psicólogo y dietista-
nutricionista. La educación nutricional es esencial para que el paciente
vuelva a recurrir a la intuición: debe comer cuando tenga hambre y dejar de
hacerlo cuando se sienta satisfecho.

Se recomienda que se incorporen poco a poco todos los nutrientes que


fueron descartados y que se prosiga con una alimentación saludable en la
que se ingieran cantidades suficientes de todos los grupos de alimentos.

Otros datos
Los ortoréxicos no se preocupan por la cantidad que ingieren, sino más
por la calidad de los alimentos, pues llegan a creer que una dieta saludable
llevada al extremo puede curar ciertas enfermedades.

La ortorexia avanzada puede suponer un peligro para la salud, sobre todo


por causar hiponatremia (niveles bajos en sodio), acidosis
metabólica (cuando el cuerpo produce demasiado ácido o cuando los
riñones no están eliminando suficiente ácido del cuerpo) y pancitopenia (en
la que el paciente tiene bajos los niveles de glóbulos rojos, glóbulos blancos
y plaquetas).

En cuanto a las consecuencias psicológicas y sociales, Rocío Rodríguez,


psicologa, psicoterapeuta y coordinadora asistencial de Ita
Avenir (Barcelona), señala que quien sufre sufre esta patología llega a
"dedicar mucho tiempo a pensar en qué va a comer, hacer la compra,
cocinar los alimentos, etc.", lo que implica "un incremento del pensamiento
obsesivo en torno a la comida, haciendo que la persona se centre en su
alimentación y se aisle y pierda el contacto social". Evitar reuniones con
familia y amigos por desconfiar de lo que se va a comer también fomenta
"que la persona se aisle, llegando a desarrollar ideas suspicaces y
paranoicas". Finalmente, ese aislamiento "genera sentimientos de tristeza,
vacío e insatisfacción vital.

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