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DEL ESTADO
A toda dicha Administración, así como a cada uno de los órganos individualmente
considerados que la componen, corresponde estar al servicio de la persona
humana; siendo su finalidad promover el bien común atendiendo las necesidades
públicas en forma continua y permanente, resguardando el orden público y
fomentando el desarrollo del país a través del ejercicio de las atribuciones que le
confiere la Constitución y la ley, y de la aprobación, ejecución y control de políticas,
planes, programas y acciones de alcance nacional, regional y comunal.
Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del
Estado:
Para cumplir con el imperativo de acción sobre ese fin, que le es fijado por el
ordenamiento jurídico, la Administración del Estado, a través de sus órganos
aludidos y mediante el ejercicio de las competencias y atribuciones conferidas, debe
desplegar la actividad necesaria e idónea para aquello.
Tal actividad resulta ser una de naturaleza material o real; que, efectivamente
desplegada - mediante acciones , planes y programas de alcance nacional, regional
y comunal -, genera las condiciones ( intervenciones en la realidad comunal,
regional y nacional) que permitan satisfacer las necesidades básicas y generales de
la población, resguardar su seguridad, promover su bienestar, progreso y desarrollo
social, económico y cultural; como por ejemplo: la construcción de una carretera,
el cierre de un puente, la clausura de un café o restaurante, la vacunación contra la
gripe a un segmento vulnerable de la población, la erradicación de un campamento,
la construcción de una población, la entrega de una beca de estudio, de un subsidio
habitacional, la enseñanza que se entrega en un liceo municipal o una universidad
estatal; el plan cuadrante de Carabineros, el plan estadio seguro del Ministerio del
Interior, el programa Chile Saludable, el programa Becas Bicentenario, programas
de pavimentación participativa de calles, programas de reconstrucción de viviendas
destruidas por el terremoto y maremoto, etc.
Pero no basta con aquella actividad material, sino que es menester, además, se
manifieste y tengan expresión - tales acciones, planes y programas — en forma
jurídica, vale decir, por medio de actos jurídicos, pues es exigencia ineludible de
todo órgano de la Administración del Estado, sujeto jurídico, someter su acción,
planes y programas a la Constitución, la ley y a las demás normas dictadas en su
conformidad (art. 6° CP y 2° LOCBGAE).
Se habla, así, de una actividad de la Administración del Estado de carácter jurídico
o formal ( expresada, por lo tanto, en y a través de actos jurídicos ) y de una
actividad de la Administración del Estado de carácter material o real (expresadas a
través de planes y programas); necesarias, ambas, para el cumplimiento de la función
administrativa que le corresponde realizar al Presidente de la República, Ministerios,
Intendencias, Gobernaciones, órganos y Servicios Públicos, Fuerzas Armadas, Fuerzas de Orden
y Seguridad, Municipalidades, Gobiernos Regionales, Contraloría General de la República,
Banco Central y Empresas Públicas .
La actividad es jurídica cuando consiste en la dictación de actos jurídicos, (
manifestaciones o declaraciones de voluntad de uno o más sujetos realizada con el
fin de producir un efecto jurídico ).
Esta actividad jurídica de la AE puede ser unilateral, vale decir, producida por la
sola voluntad de un órgano de la Administración del Estado ( dotado de
personalidad jurídica estatal ), caso, en el cual, se origina un acto jurídico unilateral
de la Administración del Estado que se denomina acto administrativo, o bien,
bilateral, esto es, resultante del acuerdo de voluntades entre un órgano de la AE
(sujeto estatal) y un particular (sujeto privado), dando origen al contrato
administrativo.
Esta actividad jurídica sirve de título a la actividad material de la Administración
del Estado, pues los planes, programas, políticas y acciones, en qué consiste ésta
última ( de vivienda, obras públicas, salud, etc. ), tiene lugar precisamente en
cumplimiento de lo dispuesto u ordenado en actos administrativos y contratos
administrativos.
Noción y Concepto:
• Concepto Doctrinario:
Hugo Caldera (Prof. Derecho Administrativo ”U. de Chile”)
• Concepto Legal:
De esta manera, los actos de la Administración del Estado resultan ser formales
y quedan, por lo tanto, sujetos a una forma procedimental y solemne fijada o
establecida por ley.
Art. 1° Ley 19.880 ( en adelante LBPA): “ . . . La presente ley establece y regula las
bases del procedimiento administrativo de los actos de la Administración del
Estado. En caso que la ley establezca procedimientos administrativos
especiales, la presente ley se aplicara con carácter de supletoria.
La toma de razón de los actos de la Administración del Estado se regirán por lo
dispuesto en la Constitución y en la Ley Orgánica Constitucional de la Contraloría
General de la República . ”
También cabe señalar, que el artículo 2 de esta ley, excluye de su ámbito de
aplicación a los órganos de la Administración del Estado Banco Central y
Empresas Públicas.
Las resoluciones son los actos de análoga naturaleza que dictan las autoridades
administrativas dotadas de poder de decisión.
(4) Los actos administrativos son actos jurídicos formales y adoptan la forma
de decretos supremos, resoluciones y acuerdos.
(5) Los actos administrativos son el resultado de procedimientos administrativos
a los que deben sujetarse los órganos de la Administración del Estado para poder
dictarlos, generarlos o emitirlos.
(6) Los actos administrativos tienen fines específicos de bien común o interés
general confiados al órgano de la Administración del Estado que los emite o dicta;
para, por su intermedio, precisamente alcanzar tales fines.
(8) Los actos administrativos gozan de imperio, esto es, pueden imponerse por
la fuerza, aun en contra de la voluntad del ciudadano o administrado a quienes van
dirigidos.
(9) Los actos administrativos son exigibles frente a sus destinatarios, por lo que
quién los dicta puede hacerlos cumplir de inmediato y por propia iniciativa o de
oficio. Se trata de actos que gozan de ejecutoriedad propia en una manifestación
más de la autotutela administrativa.
Una reflexión detallada sobre la noción y concepto de acto administrativo permite
constatar que:
Este carácter unilateral que hace al acto administrativo un acto jurídico unilateral
excluye de la noción de acto administrativo, entonces, a toda la actividad
contractual de la Administración, ya sea que se trata de convenios y contratos de
derecho público — contratos administrativos - o contratos de derecho privado —
contratos comunes-. En efecto, la unilateralidad rige tanto respecto de los AA de
efectos generales, como los reglamentos, y también, tratándose de actos de efectos
particulares, como una certificación, la declaración de un derecho, el otorgamiento
de un permiso, el otorgamiento de una concesión, el nombramiento en un cargo o
empleo público, la aplicación de una medida disciplinaria o de una multa, etc.
La unilateralidad del acto administrativo, esto es, que en su dictación sólo cabe
intervención al órgano administrativo titular de la competencia que se exterioriza
o materializa en él, es una de sus características esenciales, consecuencia directa e
inmediata de la soberanía (potestad o poder) de que es titular el Estado. En efecto,
esta característica de la esencia del acto administrativo se mantiene siempre, ya sea
que su dictación sea consecuencia de la petición del interesado ( como, por
ejemplo, un acto administrativo de fomento como un subsidio o beca solicitada a
la AE por un particular interesado o la licencia para conducir vehículos
motorizados que se solicita a la Municipalidad ) o de la actuación de oficio del ente
administrativo ( una sanción aplicada por la autoridad sanitaria a un
establecimiento de comida), pues siempre será unilateral.
Con todo, éste carácter unilateral del acto administrativo no significa que el
particular o funcionario, a quién beneficiarán o afectarán los efectos del acto
administrativo, no tenga derecho a participar en el procedimiento administrativo
de formación o elaboración del acto ( cómo ocurre, por ejemplo, con la
intervención del interesado en el procedimiento que lleva adelante la Municipalidad
para otorgarle licencia de conducir vehículos motorizados ).
El acto administrativo tiene que vincularse con parte de ese interés público ya que
el acto administrativo está siempre ordenado al bien común, pues está llamado a
satisfacerlo.( ejemplo: acto administrativo municipal que ordena la demolición de
un edificio debe estar finalizado al resguardo de la vida e integridad de las personas
frente al riesgo real de colapso de un edificio siniestrado o ruinoso ). El acto
administrativo es, entonces, el medio jurídico que utiliza la Administración del
Estado para alcanzar su fin de satisfacer necesidades públicas, dar protección a la
población, resguardar el orden y promover el desarrollo del país.
• LA UNILATERALIDAD
Vale decir, aún cuando afecten a uno o más particulares, o bien, a la ciudadanía en
general, todos los decretos, resoluciones y acuerdos son únicamente
manifestaciones de la voluntad y consecuencia del ejercicio de la competencia de
uno o más órganos centralizados o descentralizados de la Administración del
Estado ( entendiendo, por tales, sólo los que menciona el art. 1 de la LOCBGAE)
.
• FORMALIDAD
• LA TIPICIDAD
Esta característica se refiere a que los actos administrativos tienen una estructura
definida por el ordenamiento jurídico sobre la base de elementos subjetivos,
objetivos y formales que le son propios, lo que les da forma propia, reconocible y
única: de decretos supremos, resoluciones y acuerdos.
Estos elementos que configuran a todo acto administrativo lo hacen característico
o típico desde el punto de vista de quienes los emiten ( subjetivos), de porqué y
para qué se emiten (objetivos) y de cómo se emiten (formales).
Por eso se afirma que son actos típicos, claramente identificables y diferenciables
de otros actos jurídicos; de distintas formas y clases ( decretos supremos,
resoluciones y acuerdos)
• LA IMPERATIVIDAD u OBLIGATORIEDAD
Como el fin de estos actos es siempre satisfacer el interés general y procurar el bien
común, se ha dotado a los mismos de la característica de imponerse obligatoria e
imperativamente a todas les personas.
Los actos administrativos gozan de imperio, esto es, tienen la aptitud de imponerse,
por sí mismos, a sus destinatarios incluso por la fuerza.
En nuestro derecho positivo la imperatividad de los actos de la Administración
encuentra su fundamento expreso en el artículo 3, inciso 8°, de la ley 19.880.
• LA ESTABILIDAD
Y la ley ha dispuesto que los actos administrativos sean impugnables tanto a través
de recursos administrativos como a través de recursos y acciones judiciales.
Lo anterior, como mecanismo para velar por la plena observancia del principio
de juridicidad en los actos administrativos.
Por ello es que se afirma que los actos administrativos son ""plenamente
impugnables", pues la ley ha habilitado dos vías para ello: la administrativa y la
judicial.
• LA IRRETROACTIVIDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO
Actos Administrativos transitorios son los que prolongan su vigencia más allá de
su aplicación concreta; por ejemplo, el que concede un subsidio habitacional ( se
extingue con su aplicación en la adquisición de una vivienda, en el pago de su
precio o valor) .
VII.- Según la naturaleza del derecho otorgado al particular., los actos administrativos
favorables se clasifican en:
a) Expreso y b) Presunto.
Un acto administrativo expreso será aquella en que la voluntad del órgano de la
Administración que lo emite ha sido explícita, escrita y formalmente declarada. El
acto administrativo presunto es aquel en que la declaración de la Administración
del Estado no se exterioriza de modo escrito y formal, sino que se deduce de su
inactividad, por aplicación de las reglas del silencio administrativo.
Los Actos Administrativos pueden ser: (1) de iniciativa; (2) de instrucción; (3) de
decisión; (4) de publicidad y de (5) control.
a) Reglado; y b) Discrecional.
Las potestades que permiten a los órganos de la Administración del Estado dictar
o emitir actos administrativos son aquellas que la ley contempla, confiere y otorga.
Es la potestad, atribución o competencia la que permita la toma de decisiones, por
parte de la Administración, que configura el acto administrativo. Cuando la ley
entrega o confiere esta potestad o poder en forma amplia, permitiéndole a la
Administración, con él, adoptar entre un número opcional de posibles decisiones,
todas ellas legales, se habla de una potestad administrativa discrecional y de un acto
administrativo discrecional producto del ejercicio de aquella. Cuando la ley entrega
o confiere esta potestad determinando una única decisión posible de adoptar por
la Administración, estamos en presencia de una potestad reglada y de un acto
administrativo reglado ( por ejemplo la resolución del Servicio de Registro Civil e
Identificación que concede al posesión efectiva de la herencia intestada de baja
cuantía a los herederos forzosos, sobre el base del estado civil que les confiere la
condición de tales y la solicitud o petición en tal sentido ).
ELEMENTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO
En la estructura de todo acto administrativo, dado su carácter típico, es posible
distinguir los siguientes elementos:
• Elemento Subjetivo
• Elemento Objetivo
• Elemento Adjetivo o Formal
1. A. Elemento Subjetivo del Acto Administrativo.
Bajo esta denominación e agrupan las exigencias o presupuestos impuestos
por el ordenamiento jurídico relativos al sujeto emisor del acto administrativo. Este
elemento permite responder a la interrogante de ¿ quién dicta o emite el acto
administrativo ? ¿ quién puede o debe dictar o emitir el acto administrativo ?
Está constituido este elemento por los siguientes sub elementos: (i) persona jurídica
estatal/órgano-institución centralizado o descentralizado de la Administración del
Estado; (ii) órgano- individuo: persona natural con investidura- funcionario
público planta nivel directivo-autoridad; (iii) competencia y (iv) voluntad.
• El órgano-institución (persona jurídica estatal)
Esta investidura que dice relación con la emisión del acto administrativo
corresponde al funcionario autoridad superior del respectivo órgano-institución
que lo emite ( ejemplo: alcalde, presidente de la república, ministro, director o jefe
del servicio, secretario regional ministerial (seremi), gobernador, intendente, etc. ).
Así lo exige el inciso 2° el artículo 7 de la Constitución Política como condición
básica para que un órgano del Estado pueda actuar válidamente.
• La Competencia
Esto quiere decir que los actos administrativos deben ser necesariamente
expresión o materialización de esa competencia, desde que sólo pueden existir
válidamente sobre las materias o asuntos, en los territorios, en la oportunidad y en
el nivel predeterminado por ley, al conferir o configurar el poder impositivo de
acción o competencia de los órganos de la AE, que, en definitiva, les permite su
dictación.
Los órganos de la Administración del Estado, por tanto, a diferencia de los sujetos
o personas particulares, no pueden dictar o emitir los actos que quieran sino sólo
aquellos que les permita su competencia.
La ley 19.880, en sus artículos 64, 65 y 66, consagró ambas modalidades de silencio
administrativo (voluntad ficta o presumida de la administración), aceptándolo con
carácter general, en los términos siguientes.
Artículo 64: “ Silenao Positivo. Transcurrido el plago legal para resolver acerca de una
solicitud que haya originado un procedimiento, sin que la Administración se pronuncie sobre ella,
el interesado podrá denunciar el incumplimiento de dicho plago ante la autoridad que debía resolver
el asunto, requiñéndole una decisión acerca de su solicitud. Dicha autoridad deberá otorgar recibo
de la denuncia, con expresión de su fecha, y elevar copia de ella a su superior jerárquico dentro del
plazo de 24 horas.
Si la autoridad que debía resolver el asunto no se pronuncia en el plago de 5 días contados desde
la recepción de la denuncia la solicitud del interesado se entenderá aceptada .. ”.
3. - Transcurso del plazo legal sin que tenga lugar pronunciamiento por
parte de la Administración.
En los casos del inciso precedente, el interesado podrá pedir que se certifique que
su solicitud no ha sido resuelta dentro de plazo legal. El certificado se otorgará sin
más trámite, entendiéndose que desde la fecha en que ha sido expedido empiezan
a correr los plazos para interponer los recursos que procedan “.
• Requisitos del silencio administrativo negativo:
3. - Transcurso del plazo legal sin que tenga lugar pronunciamiento por parte
de la Administración.
Artículo 66: “ Efectos del Silencio Administrativo. Los actos administrativos que
concluyan por aplicación de las disposiciones de los artículos precedentes, tendrán
los mismos efectos que aquéllos que culminaren con una resolución expresa de la
Administración, desde la fecha de la certificación respectiva “.
Vale decir, el silencio, ya positivo, ya negativo, originan actos administrativos
presuntos ( decretos supremos, resoluciones y acuerdos presuntos ) con igual valor
y efectos que el acto administrativo expreso ( decretos supremos, resoluciones y
acuerdos expresos) .
• Vicios de la voluntad administrativa
Se distingue entre:
a) Vicios involuntarios: El error, la fuerza y el dolo
b) Vicios voluntarios: La simulación y el fraude a la ley
Ambos tipos de vicios aparecen o se manifiestan en todos aquellos casos en
que existe disconformidad entre la voluntad real del órgano y la voluntad declarada,
en el acto administrativo, por el órgano.
a) Vicios involuntarios
b) Vicios voluntarios
• El contenido u objeto
Suele distinguirse un contenido esencial del acto administrativo, sin el cual el acto
no existiría; un contenido natural, que se entiende contenido en él, aunque nada se
diga o señale, pues el ordenamiento jurídico lo supone concurrente en todo acto
administrativo y un contenido accidental que corresponden a declaraciones
cláusulas accesorias del acto.
Este objeto del acto está también vinculado con el fin, en términos tales que
también el objeto del acto debe estar en armonía o relación con el fin. De tal
manera que el objeto es el primer atisbo o la primera imagen que, en el acto
administrativo, se contiene del fin del acto que, en definitiva, se busca alcanzar o
realizar.
El motivo del acto administrativo está constituido por las las circunstancias de
hecho y de derecho que justifican la emisión del acto administrativo y
que se expresan formalmente en su texto.
Desde el punto de vista del control jurídico, el motivo del acto reglado no
presenta dificultad ya que está señalado en la ley y solo hay que comparar. En
cambio, respecto de la actuación discrecional, el control del motivo se hace más
complejo por los márgenes de apreciación y calificación mencionados, para lo cual
la doctrina ha configurado ciertos mecanismos o criterios de control de la
discrecionalidad administrativa.
• Técnicas de control
• su escrituración;
En cuanto a su oportunidad:
***
PERFECCIONAMIENTO, COMUNICACIÓN, VIGENCIA, EFICACIA
Y CUMPLIMIENTO DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
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especial o general por la que se rija el respectivo acto administrativo ( como ocurre
con los actos administrativos de expropiación que, conforme al artículo 8 del DL
2186, ley especial por la que se rigen, se comunican siempre mediante su
publicación en el Diario Oficial).
A falta de ley especial que regule al acto administrativo o en el silencio de esta
sobre la forma en que él debe ser comunicado, los actos administrativos se
comunicarán de la manera que lo dispone la ley general o de bases Nº 19.880.
Esta Ley, en efecto, en sus artículos 45 al 49, dispone que los actos de los órganos
de la Administración del Estado (actos administrativos) se comunicarán legalmente
mediante su publicación o notificación conforme las reglas que indica. Estas reglas
son:
La Publicación:
Los actos administrativos que deben ser publicados para su comunicación legal
son:
a) los que contengan normas de general aplicación
La Notificación:
Los actos administrativos que deben ser notificados para su comunicación legal
son: los actos de la Administración del Estado de efectos individuales.
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Estos actos administrativos se notifican a los interesados.
Formas de Notificación:
Los actos administrativos, por regla general, deben notificarse por escrito a los
interesados mediante carta certificada dirigida al domicilio del interesado conteniendo copia
íntegra del mismo. En este caso, el acto administrativo se entenderá notificado al
tercer día siguiente a la recepción de dicha carta en la oficina de Correos que
corresponda ( art. 46 ley 19.880).
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Asimismo, perderán su eficacia cuando son enteramente cumplidos o se produce
su extinción por revocación, invalidación, anulación, caducidad o decaimiento, que
son las causales legales que le ponen término.
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La eficacia de un acto administrativo puede ser suspendida cuando precisamente
mediare una orden de suspensión dispuesta por la autoridad administrativa dentro
del procedimiento impugnatorio o por el juez, conociendo por la vía jurisdiccional
de reclamación del acto administrativo ( art. 3 inciso final LBPA).
Ejecución o Cumplimiento de los Actos Administrativos en la Ley
Administrativa General o de Base
Una vez que se ha cumplido con todas las etapas de formación del acto
administrativo, constitutivas del procedimiento administrativo, donde se han
generado y concurrido todos y cada uno de los elementos que le son propios –
subjetivos, objetivos y formales –; y, una vez, por lo tanto, que ha sido publicado
o notificado, según el caso, el acto administrativo - ya sea decreto supremo,
resolución y/o acuerdo – se encuentra perfeccionado y, en consecuencia, en
condiciones de producir todos sus efectos y consecuencias jurídicas.
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Estos efectos o consecuencias jurídicas del acto administrativo son:
3.- La Irretroactividad
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No es la Administración la que debe probar, entonces, la conformidad de su acto
con el ordenamiento jurídico vigente.
Esta presunción se refiere a que los actos administrativos se tengan por dictados
conforme a derecho, en consecuencia, válidos y en condiciones de producir todos
sus efectos jurídicos, salvo que algún administrado o algún agente del propio
órgano alegue y acredite, ante autoridad competente, que dicho acto adolece de
algún vicio que lo deba dejar sin efecto.
Por lo tanto, esta presunción de legalidad admite prueba en contrario del interesado
en cualquier procedimiento – administrativo o judicial - a través del cual se persiga
privar de validez al acto administrativo.
En virtud de esta presunción se entiende al acto administrativo como ajustado al
bloque de legalidad por el que ha de regirse y, por tanto, acto válido. Esto es, el
acto administrativo se reputa dictado conforme a derecho, de tal manera entonces
que quién pretenda afirmar lo contrario deberá probarlo, sea que el
cuestionamiento provenga de parte del administrado, de la administración o de un
funcionario suyo.
Por estar amparado por esta presunción, la impugnación por sí sola de un
acto administrativo – a través de recursos administrativos y/o acciones judiciales -
no genera automáticamente la suspensión de sus efectos. Por lo tanto, para que tal
cosa ocurra, la revisión o impugnación del acto deberá ir acompañada con la
correspondiente medida precautoria innominada u orden de no innovar, o medida
de suspensión provisional de sus efectos, dependiendo de la sede ( judicial o
administrativa) en que se formule su impugnación.
Se trata de una presunción simplemente legal que admite, por tanto, prueba en
contrario.
Por lo mismo, hay que dejar en claro que esta presunción de legalidad- aún
tratándose de los actos administrativos tomados de razón por Contraloría – no
significa ni le otorga efecto o autoridad de cosa juzgada al acto administrativo.
Por lo que cualquier acto administrativo puede ser impugnado y cuestionado en
su conformidad a la Constitución y a la ley y llevado a Tribunales para su control,
en esa conformidad, aún si hubiere sido controlado en su legalidad por la
Contraloría General de la República a través del trámite de toma de razón.
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Por lo tanto, se trata -como decíamos- de una presunción de legalidad que admite
prueba en contrario, esto es, que puede ser desvirtuada, de oficio o a petición de
parte interesada.
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La presunción de legitimidad supone un efecto del acto administrativo que está
vinculada con la ejecutoriedad del mismo, y que significa que la Administración
está facultada para declarar e imponer su propia voluntad, decisión y derecho a
través del acto administrativo; gozando además el órgano de la atribución necesaria
para realizar por sí mismo su autotutela, esto es, la protección de su propi o acto -
voluntad, decisión o derechos contenidos en él - ante la resistencia u oposición
de quienes resultan alcanzados por ella, por la vía de disponer el mismo órgano
emisor su cumplimiento o ejecución de lo decretado o resuelto, con la intervención
de la fuerza pública, sin la necesidad de intervención de otra autoridad.
En este sentido lo que se quiere decir, en definitiva, es que, en virtud de la
ejecutividad, es la propia Administración la que por medio de la dictación del acto
administrativo (título) está facultada para establecer y declarar su propia voluntad
y derecho sin la voluntad del destinatario o administrado, e incluso la mayoría de
la veces contra ella y sin necesidad, además, de tener previamente el respaldo de
una resolución judicial.
La ejecutoriedad o ejecución forzosa (art. 51 LBPA) se refiere a la facultad de que
goza la Administración para obtener el cumplimiento forzado del acto, por la
fuerza, en el caso de resistencia de sus destinatarios.
Esta atribución, en definitiva, se refiere a la prerrogativa de la Administración para
adoptar medidas por sí misma con la finalidad de ejecutar lo dispuesto en el acto
en caso de oposición del particular.
Entre los instrumentos para la ejecución forzosa y que constituyen los apremios
que la Administración válidamente puede disponer para el cumplimiento de sus
actos se mencionan: las multas, las órdenes de reintegro, clausuras, uso de la fuerza pública,
la compensación administrativa, la no emisión de facturas o negativa al timbraje de documentos,
el embargo administrativo, etc.
Todo acto administrativo tiene, por lo tanto, un poder de decisión
ejecutoria. Es un título ejecutivo de la Administración ( art. 50 ley 19.880)
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Los actos administrativos solo producen efectos, por regla general, hacia el
futuro, desde que han sido totalmente tramitados en su procedimiento
administrativo de generación y, por lo tanto, debidamente comunicados a través
de su publicación o notificación, según corresponda y en conformidad a la ley; por
lo que no tienen efecto retroactivo.
Por excepción producirán efectos hacia el pasado o retroactivamente en los casos
en que produzcan consecuencias favorables para los interesados y no lesionen
derechos de terceros.
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b) El Decaimiento del acto
A. Por Acto:
a) En Sede Legislativa: por norma constitucional o legal contraria (ilegalidad o
inconstitucionalidad sobrevinientes).
c) En Sede Administrativa:
• Mero Retiro del acto
B. Por Hecho:
a) Previsto
. Caducidad
• Plazo Extintivo
• Condición Resolutiva
Cuando hablamos de los efectos del acto administrativo nos estamos refiriendo a
su eficacia o consecuencias jurídicas, de modo entonces que cuando se habla de
causales de extinción se hace referencia a la cesación de los efectos o consecuencias
del acto, que es claramente diferente del acto mismo, no obstante que en la práctica
constituyen una unidad.
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1. Causales Naturales
Características: (i) supone dejar sin efecto un acto administrativo lícito o regular;
(ii) produce su efecto extintivo sólo para el futuro.
2. Causales Provocadas
A. Por Acto
b) Acto Judicial
Se refiere a aquellos casos en que por una resolución judicial se declara la nulidad
de derecho público o anulación de un determinado acto administrativo y, en
consecuencia, cesan los efectos de éste. Esta nulidad fue estudiada al tratar el
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principio de juridicidad, como efecto negativo objetivo o derivado de su infracción,
por vicios de juridicidad.
c) Acto Administrativo
La autotutela de que goza la Administración, en lo que dice relación con sus actos
propios o administrativos, hace que no sólo pueda generarlos o dictarlos, en
ejercicio siempre de una competencia conferida al efecto, sino que también
extinguirlos, a través de actos que tienen ese preciso fin ( acto administrativo
revocatorio y acto administrativo invalidatorio) que dan origen a sendas causales
provocadas por acto de la propia Administración ( revocación e invalidación).
En efecto, todo acto administrativo, por la circunstancia de que no goza de fuerza
ni autoridad de cosa juzgada al no ser de naturaleza jurisdiccional, se encuentra
afecto a ser revisado de propia iniciativa por la Administración o a ser impugnado
por un interesado en sede administrativa o judicial. Esa actuación de oficio de la
Administración o impugnación administrativa del interesado podrá conducir a la
revocación o invalidación del acto. Su impugnación judicial exitosa por el
interesado o por la Administración, en cambio, llevará a su nulidad o anulación.
• El mero retiro del acto. Se refiere a aquellos casos en que se produce el retiro
material de un acto administrativo que ha cumplido con todas las etapas de
formulación pero que, sin embargo, no ha generado los efectos o consecuencias
jurídicas que de él pudieran emanar por carecer aun de una formalidad que le de
eficacia. Por ejemplo la falta de comunicación ( notificación o publicación).
Algunos autores no le reconocen el carácter de causal provocada al mero retiro
pues, en este caso, se está ante un proyecto de acto administrativo y no de uno que
esté produciendo todos sus efectos, que es sobre los cuales operan las causales de
extinción en estudio.
- Elementos de la revocación
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gravamen ya que modifica una situación jurídica; es además unilateral, discrecional,
constitutivo e irretroactivo.
Sin embargo, por excepción, la propia ley (Nº 19.880 LBPA) contempla algunos
casos de irrevocabilidad. Los casos son los siguientes:
c) Cuando, por su naturaleza, la regulación legal del acto impida que sean
dejados sin efecto.
Es una causal de extinción de los efectos del acto administrativo por haberse
dictado contraviniendo el ordenamiento jurídico vigente por el cual debía de
regirse.
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- Fundamentos de la invalidación
El fundamento de la invalidación está en que la Administración del Estado, no sólo
al elaborar, dictar o perfeccionar un acto administrativo tiene que observar el
principio o base de la juridicidad que se contiene en los artículos 6 y 7 de la Constitución
y 2 de la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del
Estado, sino que, también, si en la etapa de ejecución o cumplimiento del acto
administrativo se advierte que el acto es antijurídico, la Administración no sólo
tiene atribuciones para restablecer el orden jurídico quebrantado con el acto aquel,
sino que se halla obligada a ello; es decir, puede y debe invalidar sus actos contrarios
a derecho.
- Campo de aplicación
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de la ley 19.880 (LBPA) e incluso después de ella. En este sentido podemos decir
que la ley de procedimientos si bien es cierto no contempla la excepción en
comento, hay que señalar que tampoco se opone a ella.
- Elementos de la invalidación
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revisión de sus actos o a petición de interesado mediante la impugnación del acto
contrario a derecho que le causa agravio.
b) Plazo para disponerla: la ley de bases del procedimiento administrativo,
en el art. 53 inciso 1º, señala que la Administración dispone de un plazo para ejercer
su potestad invalidatoria mediante la dictación de un acto invalidatorio, que es de
dos años, contados desde que se hubiere comunicado el acto susceptible de
invalidación (contrario a derecho o ilegal) a través de notificación o publicación,
según el caso.
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acto, sin embargo la administración de manera uniforme, amparada en el principio
de reserva legal, señalaba no tener esta potestad.
e) Otro aspecto es la notificación a terceros. Se contempla que aquellos
terceros que hubieren participado en el acto que se invalida deberán ser notificados
de la existencia de un procedimiento administrativo que persigue precisamente
aquello: su invalidación.
Esta nulidad está consagrada por el inciso final del artículo 7° de la Constitución
Política, en los siguientes términos: “ … los órganos del Estado actúan válidamente previa
investidura regular de sus integrantes , dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley
… Todo acto en contravención a este artículo es nulo “.
Los que caracteriza a la nulidad derecho público, en general, y la referida a los actos
administrativos en particular, es la escaba densidad normativa de su estatuto
jurídico por falta de disposiciones o preceptos específicos de rango legal que la
regulen, lo que trae como consecuencia que la teoría general de la nulidad de
derecho público esté construida sobre la base de la doctrina y la jurisprudencia (
judicial y administrativa), con la variabilidad, mutabilidad y falta de fuerza
obligatoria general que caracterizan a estas fuentes del Derecho.
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Escasa densidad normativa por falta de disposiciones específicas de rango legal que
la regulen en materia de actos de los órganos de la Administración del Estado -
actos administrativos -, lo que trae como consecuencia que la teoría general de la
nulidad de derecho público tenga como importante fuente, en defecto de la ley, a
la doctrina y la jurisprudencia, con la variabilidad, mutabilidad y falta de fuerza
obligatoria general que las caracterizan.
Sobre este fundamental aspecto de la sanción anulatoria que dice relación con los
vicios presentes en el acto, al tiempo de su dictación, que ocasionan su invalidez,
existe una doctrina y jurisprudencia tradicional y una actual.
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El haber sido dictado o emitido el acto con defectos de forma o sin la forma
prescrita por la ley para él, en una forma distinta o contraria a la prevenida
por la ley.
El haber sido dictado con desviación de poder.
Ilegalidad en cuanto a los motivos del acto
Violación de la ley de fondo aplicable al acto
23
• Esta causal se explica porque los órganos de la AE, son PJDP, vale decir,
entes ficticios, que sólo pueden actuar – vale decir emitir actos – a través de
órganos integrados por personas naturales que han sido habilitados como
tales ( órgano-individuo, representantes), mediante un nombramiento válido
o legal en un cargo o empleo público, seguido de su asunción o ejercicio,
que los transforma e inviste en funcionarios o empleados públicos dotados
de autoridad ( órgano individuo, -persona natural con investidura regular) a
través de los cuales las Personas Jurídicas de Derecho Público expresan su
voluntad, competencias, atribuciones y autoridad.
• La segunda de estas causales- el haber sido dictado el acto
administrativo fuera de la competencia del órgano emisor - tiene lugar
cuando un órgano de la AE decide, mediante un acto suyo ( decreto,
resolución o acuerdo administrativa), fuera del marco de sus atribuciones o
potestades, de su esfera de competencia, determinada por la Constitución o
la ley ( esto es, fuera del territorio de su competencia, fuera de la materia de
su competencia y fuera de su nivel jerárquico de competencia ). Ejemplo: la
Municipalidad de Concepción autoriza, mediante un permiso de edificación
de obra nueva (resolución municipal), la construcción de un edificio de
oficinas en la comuna de Talcahuano; el Servicio Nacional de Turismo
otorga un subsidio habitacional a uno de sus usuarios.
• La tercera de estas causales tiene lugar cuando un órgano de la AE dicta
un acto sin la forma prescrita por la ley o con defectos de forma, en
una manera distinta o contraria a la prevenida por la ley. En el concepto de
forma debe distinguirse “ la forma de elaboración de los actos
administrativos, esto es, el procedimiento administrativo de la forma externa
de manifestación de los actos administrativos, esto es, las solemnidades.
24
• En efecto, la ley ha establecido que todos los actos administrativos, sea que
adopten la forma de decretos supremos, resoluciones o acuerdos sean
formales, o sea, en primer lugar, solemnes, esto es, sujetos a ritualidades de
expresión de la voluntad administrativa constituidas fundamentalmente por
la escrituración y firma a fin de asegurar su certeza de contenido, motivación
y de efectos y además, en segundo lugar, que deban someterse a un
procedimiento previo establecido por la ley para su elaboración,
dictación o emisión, denominado “procedimiento administrativo”.
• Es así como la ley ha creado múltiples procedimientos administrativos especiales
para la dictación de actos administrativos especiales o específicos ( ej:
permisos de construcción y para conducir vehículos motorizados por las
Municipalidades en la Ley General de Urbanismo y Construcciones y del
Tránsito; giro y liquidación de impuestos por el SII, en el Código Tributario;
resolución de calificación ambiental por los Servicio de Evaluación
Ambiental en la Ley de Bases del Medioambiente; expropiación por causa
de utilidad pública o interés nacional en la Ley Orgánica de Expropiaciones
) y un procedimiento administrativo general o básico, en la ley N° 19.880 de
29.05.2003, de bases de los procedimientos administrativos de los actos de
los órganos de la AE.
Cuando al acto administrativo falta uno o más de las solemnidades previstas por la ley
para su dictación válida ( falta de firma de la autoridad administrativa por cuyo
intermedio se emite el acto) o esta dictación o emisión tiene lugar sin sujeción al
debido procedimiento administrativo previsto por la ley para su generación o dictación o
con infracción a él, sea mediante la alteración de trámites, la omisión de éstos,
la exigencia de actuaciones no previstas legalmente, la desviación del
procedimiento entonces el acto jurídico del órgano de la Administración del
25
Estado decreto supremo, resolución o acuerdo adolece de nulidad. Ejemplo:
un decreto supremo que carece de firma del Presidente de la República y del
Ministro de Estado correspondiente; una resolución de calificación
medioambiental de un proyecto empresarial industrial minero o forestal dictada
por el Servicio de Evaluación Ambiental, sin sujetarse al procedimiento
administrativo contemplado por la ley administrativa ambiental especial para
ella ( denominados procedimiento administrativo de estudio de impacto
ambiental o procedimientos administrativo de declaración de impacto
medioambiental ).
27
demolición de un edificio, en ejercicio de la potestad legal que se lo autoriza
respecto de inmuebles urbanos ruinosos, en circunstancias que no existe tal
estado de ruino, sino que las grietas que presenta la construcción, que aparentan
ruina, son sólo producto de la falta de mantención exterior y de pintura de la
edificación, y no corresponden a un colapso de la estructura.
28
ha sido la doctrina de los autores del Derecho Administrativo y la jurisprudencia
judicial la que ha formulado distintas teorías, en sus publicaciones y fallos, para
explicar el sentido, efecto o alcance y aplicación de esta nulidad llamada de
Derecho Público de los actos estatales.
La llamada teoría tradicional o clásica sostenida por los autores Eduardo Soto
Kloss y Gustavo Fiamma y acogida por la jurisprudencia judicial hasta el año 2000:
29
Esta doctrina sostiene que se trata de a nulidad insanable; no susceptible
de convalidación, ratificación o subsanación alguna.
Esta doctrina sostiene, igualmente y por lo anterior, que se trata de una
nulidad perpetua e imprescriptible.
Esta doctrina equipara en sus efectos a esta nulidad con una verdadera
inexistencia del respectivo acto.
La teoría actual y mayoritaria sostenida por los autores Pedro Pierry, Jorge
Bermúdez, Jaime Jara, Luis Cordero, Eduardo Cordero, entre otros, y acogida
por la jurisprudencia de nuestros tribunales superiores a partir del año 2000
ya hasta la actualidad:
(2) Que esta nulidad tendría varias causales específicas que la harían
procedente - y no una genérica y única - que dicen relación con haberse
dictado el acto fuera de la competencia del sujeto emisor; sin cumplir con
la forma prescrita por la ley para él y sin la intervención de un agente
investido regularmente, con ilegalidad en sus motivos, con desviación de
poder o con infracción o violación, en sub contenido, a la ley de fondo .
Pero, además, otras faltas o vicios de fondo que generen ilegalidad
sustantiva en el acto administrativo harían a este merecedor de la sanción
que determine la ley, conforme al inciso final del artículo 6º de la
Constitución. Y como la ley administrativa no ha consagrado la sanción de
30
nulidad para estos casos, esta laguna o vacío, determina que no existe
nulidad en tal caso o bien debe ser integrada ella con la ley no
administrativa, común o civil, esto es, el Código Civil; que, en su artículo
1462, señala que el acto que contraviene el Derecho Público Chileno es
nulo por objeto ilícito.
(3) Esta nulidad necesita de declaración judicial para operar como sanción
sobre el acto y extinguirlo por alguno de los vicios y causales señaladas; y
no de pleno derecho; de manera que se trataría, más bien, de una
anulabilidad del acto administrativo. Por lo que se distinguiría entre la
nulidad del acto ( producida una vez dictada sentencia que la declare ) y su
anulabilidad ( la existencia de un acto administrativo viciado de nulidad y
susceptible, por lo tanto, de ser anulado por sentencia judicial pero que
produce todos sus efectos propios hasta que no lo sea ). Esta necesidad,
según doctrina actual mayoritaria, que la nulidad de derecho público sea
judicialmente declarada para que opera como sanción de extinción del acto
administrativo, supone, entonces, la necesaria existencia de una acción de
nulidad de derecho público, con un sujeto titular habilitado para su
ejercicio y una oportunidad determinada para hacerlo; un Tribunal
habilitado para conocer y un debido proceso para ventilar la cuestión de
nulidad de los actos de la Administración del Estado.
(4) Esta doctrina sostiene, por lo mismo, que esta nulidad no priva de
efecto jurídico al acto viciado de nulidad, el que produce todos sus efectos,
como si fuera válido y estuviera exento de vicio ( dado sus efectos de
presunción de legalidad, obligatoriedad, imperatividad, exigibilidad,
ejecutoriedad), no obstante su contravención al principio de juridicidad,
31
pues se reputa válido hasta que el tribunal no lo declare nulo, por sentencia
firme y ejecutoriada.
(5)No se trataría de una nulidad insanable, sino susceptible de
convalidación o subsanación;
33
NO opera así entonces la nulidad de pleno derecho para este acto estatal contrario a
la CP. El art. 21 de la CP se pone en el caso de detenciones, arrestos y apresamientos
de personas dispuestos por órganos estatales administrativos o judiciales con
infracción a la CP o a la ley, consagrando una acción denominada "amparo" cuyo
efecto hará que se reparen los defectos legales en que pudo incurrirse con el acto de
detención, arresto o prisión. Es decir, esta norma constitucional se coloca en el
supuesto de que un acto estatal con la forma de orden de arresto ilegal, no acarree
necesariamente la nulidad de pleno derecho, ni siquiera la nulidad de este acto
contrario a la CP, sino que faculta para corregir este acto viciado. También señalan
como ejemplo de su planteamiento el caso del art. 35 de la CP que se pone en el
caso que un Decreto Supremo, esto es un acto estatal de naturaleza administrativa
del Presidente de la República, no lo sea en la forma que lo prescribe la ley, como
lo manda el art. 7 de la CP, y que sin perjuicio de ello, o a pesar de ello, el acto no
sea sancionado con su nulidad de derecho público, sino con una sanción especial
consistente en que ese decreto expedido no en la forma prescrito por la ley, no será
obedecido. Esta doctrina reconoce como único caso de nulidad de derecho
público, que opera de pleno derecho, esto es sin necesidad de declaración judicial,
el contemplado por el art. 94 inc. 3° de la CP, en relación al art. 93 N° 16, relativo a
los decretos reglamentarios en materias de ley y a los decretos inconstitucionales al
señalar "el decreto supremo impugnado quedará sin efecto de pleno derecho“. Y sostienen que
como es el único caso de nulidad constitucional de pleno derecho que acepta el
constituyente es el ya indicado contenido en el art. 94 inciso 3º, la nulidad a que se
refiere éste en el art. 7 inciso final, no es de pleno derecho, sino que requiere
declaración judicial y mientras ella no tiene lugar, el acto inconstitucional se aplica,
rige y produce todos sus efectos.
34
a.) es de derecho público, porque se refiere a actos estatales únicamente y porque
procede en aquellos casos en que el constituyente o legislador, en su caso, la
hubieren contemplado; sin perjuicio de que el constituyente o legislador dispongan
otras sanciones distintas de la nulidad para el acto contrario a la CP y a las normas
dictadas en su conformidad, tales como su inaplicabilidad para un caso particular,
su falto de obligatoriedad u obediencia, etc.
b.) no opera de pleno derecho, sino que requiere de una declaración judicial que
establezca su existencia, salvo en el caso en que el constituyente o legislador le
hubiere dado, excepcionalmente, este efecto de operar directamente sin necesidad
de esta declaración de juez competente, como en el caso del art. 94 inc. 3° de la CP.
Esta posición doctrinaria sostiene, en síntesis, que conforme al inc. final del art. 6
de la CP corresponderá por norma general al legislador establecer un sistema de
sanciones para el acto estatal y responsabilidades para la autoridad pública emisora
del mismo, cuando uno y otra infrinjan el principio de juridicidad o de sujeción
integral a derecho que informa toda la actividad del Estado y de sus autoridades; no
siendo efectivo, según esta doctrina, que ante la infracción a este principio que rige
toda la organización estatal, tenga necesariamente que aplicarse siempre la nulidad
de derecho público ipso jure o de pleno derecho. Para esta doctrina, entonces, si
bien existe nulidad de derecho público de los actos estatales contrarios a la CP y a las
normas dictadas en su conformidad, esta nulidad sólo operará de pleno derecho,
excepcionalmente. Esto es, cuando el constituyente o el legislador la hayan establecido
con esa precisa característica como ocurre en la situación contemplada en el art. 94
inc. 3° de la CP de 1980.
Esta doctrina sostiene entonces que la nulidad de derecho público es solo una de
las posibles sanciones que pueda afectar al acto estatal contrario a la Constitución
y a la ley. De manera tal que un acto viciado puede y debe tener vigencia y
35
aplicación obligatoria hasta que no medie su declaración judicial de nulidad. En
apoyo a esta doctrina y tratándose de los actos jurídicos estatales de naturaleza
administrativa, pueden citarse dos normas de la ley 19.880 publicada en el Diario
Oficial de 29 de mayo de 2003, artículos 3, 53 inciso 2° y 13 incisos 2° y 3 que
establecen que esta clase de actos gozan de una presunción de legalidad y además en
el evento de ser contrarios a derecho admiten invalidación parcial sólo en la parte
viciada.
En efecto, ambas doctrinas sostienen que por razones de certeza y seguridad jurídica
y para evitar que cada sujeto haga justicia por mano propia, debe existir una
declaración de nulidad de derecho público del acto contrario a derecho.
36
Lo cierto es que atendida la naturaleza de la cuestión controvertida o controversia
jurídica que debe ser conocida y resuelta por los Tribunales, las causas pueden ser
civiles, laborales, de familia, mineras, de aguas, penales y contenciosa
administrativas. Estas últimas son las que se producen por una actuación de la
Administración del Estado contraria al ordenamiento jurídico, promovidas por una
particular o administrado afectada con ella, como ocurre con la nulidad de derecho
público de un acto administrativo, reclamada por un particular interesado.
Establecido, entonces, que deben ser los tribunales de justicia que conocen de las
causas civiles, los órganos estatales competentes para conocer del asunto en que se
discuta sobre la nulidad de derecho público de un acto jurídico estatal de
naturaleza administrativa o acto administrativo, es claro, entonces, que debe existir
37
un Tribunal Civil absoluta y relativamente competente para ello y una acción que
permita activar la competencia de ese tribunal reclamando su intervención legal
en dicho asunto.
Con todo, el artículo 142 del Código Orgánico de Tribunales tiene regla especial
tratándose de un demandado persona jurídica con pluralidad de domicilios, en cuyo
caso será competente el tribunal del domicilio en hubiere tenido lugar la emisión del
acto administrativo cuya nulidad se pretende.
Tratándose de otras personas administrativas, distintas del Estado Fisco, que gozan
de una personalidad jurídica propias y distinta de aquel, como es el caso de las
municipalidades, de los gobiernos regionales, de los servicios públicos
descentralizados, como los servicios de salud, servicios de vivienda y urbanización,
la defensoría penal pública, etc. entonces será tribunal competente para conocer la
acción de nulidad de derecho público de sus actos el del territorio en que dichas
personas jurídicas de derecho público tienen domicilio.
38
En cuanto al debido proceso o procedimiento judicial conforme al cual debe
sustanciarse o tramitarse esta acción de nulidad de derecho público de un acto
administrativo corresponde al juicio ordinario de mayor cuantía, en todos
aquellos casos en que la ley no haya establecido un procedimiento especial
distinto para sustanciar la acción de nulidad de derecho público de un
acto jurídico de un órgano de la Administración del Estado, pues rige el
art. 3 del Código de Procedimiento Civil, que reconoce al juicio ordinario
aplicación general y supletoria a toda causa civil que no tengan señalada en la ley un
procedimiento especial.
39
contra un acto administrativo no suspenden los efectos del acto o decisión impugnada
de nulidad.
40
Sobre la vigencia temporal o prescriptibilidad de la acción de nulidad de
derecho público se ha señalado que ante el silencio del legislador administrativo
sobe la materia no cabe aplicar las normas de la prescripción extintiva de las
acciones y derechos ajenos que se contienen en el Código Civil, sino estarse a la
naturaleza diversa de esta acción, que persigue controlar la legalidad de los actos
de la Administración del Estado y evitar actuaciones arbitrarias y contrarias a
derecho de sus autoridades, permitiendo al ciudadano agraviado con ellas, alzarse
en su contra para solicitar y obtener su extinción por anulación. La doctrina y
jurisprudencia judicial ( C. Suprema: sentencia 30 agosto 2007, causa civil rol 3689-
2006 y sentencia 10 marzo 2010, causa civil rol 2698-2008), ante lo anterior,
sostienen la imprescriptibilidad de la acción de nulidad de derecho público, con lo
que se posibilita su ejercicio en cualquier tiempo trascurrido desde la dictación y
entrada en vigencia del acto cuya nulidad de derecho público se pretende. Pero,
al mismo tiempo, la doctrina y la jurisprudencia ha sostenido, ante la ausencia de
norma expresa y explícita, que se trataría de un acción prescriptible conforme al
estatuto de la nulidad contenido en la ley civil, que junto con sancionar con nulidad
absoluta por objeto ilícito al acto contrario al Derecho Público, consagra la
prescripción extintiva de la acción para alegar esta nulidad, por su no ejercicio, en
el plazo de 10 años contados desde el acto de que se trata.
Lo que si está totalmente uniformado es que si, junto con la nulidad de derecho
público, la acción deducida por el interesado legitimado para hacerlo comprende o
pretende el pago de una indemnización de perjuicios o la declaración de cualquier
otro derecho o situación jurídica favorable de contenido patrimonial, entonces, la
acción se considera como declarativa de derechos o de plena jurisdicción para los
efectos de establecer que ella es prescriptible conforme a las reglas generales ( 5
años ).
41
La nulidad de derecho público de un acto administrativo puede ser también alegada
no sólo acción, en la forma ya vista, sino como excepción, vale decir, como una
alegación o defensa que opone aquel a quien la autoridad administrativa pretende
hacer cumplir el acto administrativo que en particular sostiene o afirma contrario a
la CP.
&&&
42
aquel. El Poder Judicial, en cambio, puede anular en cualquier tiempo actos
administrativos antijurídicos ( afectados por un vicio o causal de nulidad de
derecho público ).
B. Por Hecho
a) Previsto: la Caducidad
Concepto: es una causal de extinción de los efectos del acto que opera como
sanción para el destinatario o beneficiario del acto administrativo lícito o regular,
por el incumplimiento de los requisitos o exigencias formuladas a su destinatario.
En este caso de lo que se trata es que la extinción de los efectos de un acto se
produce como consecuencia de un incumplimiento en que ha incurrido el
administrado o particular, referido a algunas exigencias o conductas que el acto le
imponía.
Características: (i) opera como sanción; (ii) supone dejar sin efecto un acto lícito
o regular; (iii) es declarada de oficio por la Administración; (iv) produce efectos a
futuro; (v) opera respecto de actos administrados de contenido favorable para los
administrados;
Se plantea la duda de resolver el momento en que opera esta causal de
extinción: si desde que se produjo efectivamente el incumplimiento, o desde el
momento en que un acto administrativo posterior lo constata y declara. Existen
argumentos en ambos sentidos, pero en general se estima que la extinción de los
efectos del acto opera desde la segunda circunstancia, esto es, desde que el acto
administrativo posterior declara el incumplimiento. Ello por razones de certeza o
seguridad jurídica, como también por el carácter formalista de la voluntad
administrativa en cuanto la regla general es que se manifieste de forma expresa.
43
a) En la revocación la regla es que opere por iniciativa de la administración y
por excepción a iniciativa particular. La caducidad opera exclusivamente por
incumplimiento de un administrado, la administración se limita a declarar la
extinción de los efectos del acto.
b) En la revocación cualquier administrado está expuesto a ser afectado con la
extinción del acto, mientras que en la caducidad el único afectado es el
administrado destinatario del acto incumplidor de él.
Esta causal presenta las características de una causal natural como también de una
provocada por hecho imprevisto.
El decaimiento es la extinción de los efectos de un acto administrativo provocado
por circunstancias sobrevinientes que afectan el contenido del acto. Lo
transforman en inútil o injustificado.
Para que opere esta causal no se requiere la dictación de un nuevo acto
administrativo. Aquí el supuesto es que existiendo un acto administrativo primitivo
se generan con posterioridad al mismo hechos sobrevinientes que transforman a
tal acto imposibilitándole producir sus efectos.
Respecto de esta causal de extinción, la doctrina se plantea la problemática de
determinar qué ocurre si habiéndose presentado estas circunstancias
44
sobrevinientes que impedían los efectos del acto, luego ellos se retiran o
desaparecen. Aquí hay dos posturas:
a) Hay quienes señalan que en este supuesto en que son removidas las
circunstancias sobrevinientes los efectos del acto vuelven a resurgir, resucitan.
b) Otra parte de la doctrina sostiene que, no obstante haber desaparecido los
hechos sobrevinientes, los efectos del acto no reaparecen y en consecuencia se
mantienen o conservan extinguidos a partir de aparición de ellos.
FIN
Santiago, veinticinco de junio de dos mil quince.
45
Explica que las referidas disposiciones han sido
acción de acrecimiento.
relación con los artículos 2518, 2503 y 2515 del Código Civil
46
En primer lugar aborda la violación de las reglas sobre
47
ello sería una consecuencia de lo dispuesto en el artículo 1687
48
para su acogimiento una previa declaración de nulidad de
derecho público.
49
correspondía tanto al tribunal de primera instancia como al
de alzada, fallarlas.
50
último se solicita declarar que la decisión impugnada es nula
experimentados.
51
esto es: 1) Cecilia del Carmen Pinto Villablanca a contar del
52
el acto administrativo que contiene la decisión de que se trata
53
hasta la notificación de la demanda transcurrieron más de cinco
público.
54
montepío que no se solicitaren dentro del plazo de un año
correspondiente.
retiro o montepío.
anteriores.
años.
55
desconocido su existencia, el reconocimiento posterior que se
las leyes.
56
del principio de legalidad, con arreglo al cual los órganos
asentada por esta Corte Suprema –y que recoge una doctrina que
aplicable.
57
Décimo cuarto: Que el recurrente asienta su arbitrio de
de una ley expresa que las consagre, como ocurre con el artículo
58
la característica de ser declarativas de derechos (…)”.
incluso decretar la nulidad del acto con tal objeto, y que son
59
constatar si se está frente a una genuina acción de nulidad de
sin que sea posible deducir del tenor del artículo 132 del
60
Décimo octavo: Que para desestimar la segunda alegación
autos.
61
conocimiento, en especial del Decreto con Fuerza de Ley N° 2,
desestimada.
de fundamento.
Rol Nº 2850-2015.
62
Chevesich por estar ambos en comisión de servicios. Santiago,
25 de junio de 2015.
63
EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE FORMACIÓN,
GENERACIÓN o EMISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
Introducción:
1
No es concebible, por lo tanto, la existencia de un acto administrativo sin un
procedimiento administrativo, legal y previo, que le sirva de mecanismo de
generación y un procedimiento administrativo que no tenga por fin la generación
de un acto administrativo ( de ahí la denominación de la ley que los regula, en
forma general y común a ambos; a saber: ley N° 19.880 de bases de los
procedimientos administrativos que rigen los actos de los órganos de la
Administración del Estado ).
La ley es la fuente del Derecho Administrativo llamada a establecer el
procedimiento administrativo al que se deben sujetar los órganos de la
Administración del Estado para emitir o dictar válidamente sus actos
administrativos ( decretos, resoluciones y acuerdos ).
Esta ley de procedimiento administrativo puede ser especial: para la dictación de
un específico acto administrativo por un determinado órgano de la Administración
del Estado, o bien, general o marco para la generalidad de los actos administrativos
que dicten la totalidad de los órganos de la Administración del Estado.
En este último caso se encuentra la Ley N° 19.880, publicada en el Diario Oficial
de 29 mayo 2003, sobre Bases Generales de los Procedimientos Administrativos
que rigen los Actos de los Órganos de la Administración del Estado (en adelante
LBPA), en cumplimiento de lo establecido por el art. 63 Nº 18 de la CPE.
NATURALEZA Y ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA LEY LBPA Nº
19.880
En cuanto a su naturaleza debemos decir que se trata de una ley de bases o marco
que estatuye, por lo tanto, los pilares esenciales de un ordenamiento jurídico, pues
contiene la teoría general del acto administrativo o acto jurídico unilateral de la
Administración del Estado y el procedimiento administrativo que permite su válida
existencia.; los elementos que le son propios; los efectos que produce; los modos
o causales por los que se extingue; la forma de impugnarlos, etc.
En cuanto a su ámbito de aplicación debemos decir que, conforme con el Art. 1º
y 2º, esta ley se aplicará a los actos administrativos de los siguientes órganos de la
Administración del Estado: Ministerios, Intendencias, Gobernaciones, Servicios
Públicos, a las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, a la
2
Contraloría General de la República, a las Municipalidades y a los Gobiernos
Regionales.
3
1.- Escrituración.
2.- Gratuidad.
3.- Celeridad.
4.- Conclusivo.
6.- Contradictoriedad.
7.- Imparcialidad.
8.- Abstención.
9.- No formalización.
10.- Inexcusabilidad.
11.- Impugnabilidad.
12.- Transparencia y publicidad.
13.- Congruencia.
1.- ESCRITURACIÓN:
3.- CELERIDAD:
Esto implica que el procedimiento se impulsará de oficio en todos sus trámites,
por lo cual la administración deberá actuar por propia iniciativa en la iniciación del
procedimiento de que se trate y en su prosecución, haciendo expeditos los trámites
5
que debe cumplir el expediente y removiendo todo obstáculo que pudiere afectar
a su pronta y debida decisión ( Art 7°).
Por otra parte, la LBPA exige resolver los expedientes de los procedimientos
administrativos originados en una solicitud o en el ejercicio de un derecho, en un
orden riguroso de ingreso en asuntos de similar naturaleza, salvo que por el titular
de la unidad administrativa se de orden motivada en contrario, de la que quede
constancia.
4.- CONCLUSIVO:
Todo el procedimiento administrativo está destinado a que la administración dicte
un acto decisorio que se pronuncie sobre la cuestión de fondo y en el cual exprese
su voluntad. (Art 8°).
Lo anterior significa que existe un deber legal general de resolver.
La ausencia de resolución o la resolución de un asunto de manera deficiente es
sancionada mediante el silencio administrativo o la nulidad del acto. La actividad
de la administración no puede mantenerse infinitamente en el tiempo.
6.- CONTRADICTORIEDAD:
Este principio es uno de los básicos en el origen garantista del procedimiento
administrativo. Mediante el es posible hacer efectivo el derecho a la defensa de los
ciudadanos frente a la Administración. A la inversa, implica para la autoridad
administrativa la obligación de admitir la controversia de todas aquellas situaciones
fácticas en que se encuentren vinculados los particulares.
Se traduce en que los interesados podrán, en cualquier momento del
procedimiento, aducir alegaciones y aportar documentos u otros elementos de
juicio (Art 10).
7.- IMPARCIALIDAD:
6
La administración debe actuar con objetividad y respetar el principio de probidad
consagrado en la legislación, tanto en la substanciación del procedimiento como
en las decisiones que adopte ( Art 11)
8.- ABSTENCIÓN:
Fundamento:
Este principio tiene por objeto garantizar en los funcionarios a cargo del
procedimiento específico la imparcialidad y lealtad en la tramitación y decisión del
mismo. En otros términos, que quienes participen de la decisión administrativa no
se encuentren implicados de modo que pueda afectar la objetividad de la decisión.
Motivos:
7
e) Tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada
directamente en el asunto, o haberle presentado en los dos últimos años servicios
profesionales de cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar.
9.- NO FORMALIZACIÓN:
Este principio es fruto de que el procedimiento debe ser aplicado en beneficio del
ciudadano. Es decir, que las formalidades no pueden significar un impedimento
para el ejercicio de derechos y la participación en el procedimiento administrativo.
El procedimiento debe desarrollarse con sencillez y eficacia de modo que las
formalidades que se exijan sean aquella indispensables para dejar constancia
indubitada de lo actuado y evitar perjudicar a los particulares ( Art 12).
10.- INEXCUSABILIDAD:
La administración siempre estará obligada a dictar resolución expresa en todos los
procedimientos, y a notificarla, cualquiera que sea su forma de iniciación ( Art 14).
Este principio es complementario del principio conclusivo, que importa la
obligación de resolver el asunto, por lo cual lo dicho en esa oportunidad es posible
de ser extendido a este principio.
11.- IMPUGNABILIDAD:
Este principio implica que todo acto administrativo es impugnable por el
interesado mediante los recursos administrativos de reposición y jerárquicos,
regulados en la Ley, sin perjuicio del recurso extraordinario de revisión y de los
demás recursos que establezcan las leyes especiales ( Art 15 LBPA).
12.- TRANSPARENCIA Y PUBLICIDAD:
El procedimiento administrativo se realizará con transparencia de manera que
permita y promueva el conocimiento, contenidos y fundamentos de las decisiones
que en el se adopten ( Art 16 LBPA13,- CONGRUENCIA:
Este es un principio que no se encuentra expresamente reconocido por la ley, pero
que es posible deducir de otros preceptos. En efecto, éste quiere significar que
debe existir una conformidad entre el inicio del procedimiento y la resolución final,
de modo que no se resuelvan en definitiva cuestiones ajenas a las que constan en
el procedimiento o a lo solicitado por los interesados. De igual manera, tampoco
8
puede, en virtud de este principio, dejar al interesado en una situación desmejorada
o peor a la que se presentó al inicio del procedimiento.
La congruencia tiene por efecto que las medidas que adopte la Administración en
su resolución final deben ser proporcionales y razonables.
DERECHOS:
9
procedimientos. Ello, pues, los actos administrativos únicamente puede
suscribirlos la autoridad o el empleado que aparece emitiéndolos o bien, el
correspondiente subrogante legal debidamente identificado como tal.
10
Por su parte, las personas tienen derecho a ser tratadas con respeto y
deferencia por las autoridades y funcionarios, que habrán de facilitarles el ejercicio
de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Los actos de instrucción
que requieran la intervención de los interesados habrán de practicarse en la forma
que resulte más cómoda para ellos y sea compatible, en la medida de lo posible,
con sus obligaciones laborales o profesionales.
b. Los interesados
13
-los derechos constitucionales o derechos públicos subjetivos no agotan, como es
obvio, la totalidad de los derechos que se ostentan frente a la Administración, de
la que no forman sino una subcategoría.
c. Apoderados
Los interesados podrán actuar por medio de apoderados, entendiéndose que éstos
tienen todas las facultades necesarias para la consecución del acto administrativo,
salvo manifestación expresa en contrario.
d. Plazos
l. Importancia
Por mucho que estén reguladas las etapas que lo componen, un procedimiento sin
plazos, no funciona. Mediante los plazos en efecto, se logra fijar un límite temporal
a las distintas etapas o a los diferentes trámites por los que pasa un acto
administrativo antes de surgir al mundo del derecho.
De ahí que el plazo sea definido como aquel espacio de tiempo que fija el
ordenamiento jurídico para que un órgano de la administración ejerza sus
potestades o para que un particular que se vincula con dichos órganos, ejerza sus
derechos o cumpla sus obligaciones.
Mientras en el derecho privado prevalecen los plazos convencionales, en el
derecho público los plazos los establece la ley o el reglamento.
14
Sin embargo, la inexistencia de una regulación del procedimiento administrativo
había llevado a que la doctrina y la jurisprudencia de la Contraloría General de la
República fueran quienes definieran los elementos centrales de los plazos para la
Administración. Estos pueden sintetizarse en dos: En primer lugar, se sostiene que
para el cumplimiento de sus fines, la Administración no puede concebirse, en
principio, como supeditada a un plazo determinado, más allá del cual la
Administración se vería impedida de actuar. Ello, se agrega, derivaría en un
perjuicio del interés general, que exige que cada vez que las circunstancias lo hagan
necesario, la Administración provea adecuada y oportunamente a la solución de las
necesidades públicas. De ahí que se concluya que requerido legalmente a prestar
un servicio que la ley ha puesto a su cargo, la Administración no puede válidamente
negarse a actuar, no otorgándolo a pretexto de que haya transcurrido el plazo del
cual debió responder al requerimiento de que fue objeto; en este caso su obligación
de actuar no puede encontrarse sujeta a prescripción. En el derecho público, se
sostiene, las obligaciones que se imponen a la Administración tienen relevancia
colectiva y esto origina un interés general en su cumplimiento. De este modo, la
finalidad de los plazos y las consecuencias que involucra su incumplimiento. En
segundo lugar, lo anterior no significa que el incumplimiento de los plazos, por
parte la Administración no produzca consecuencias jurídicas. La exigencia de un
plazo tiene la finalidad conducente a la implantación de un buen orden
administrativo. Luego, cada vez que la administración no cumpla una obligación
dentro del plazo fijado, se atenta contra este buen orden.
Ambos elementos han permitido arribar a la conclusión que la regla general es que
la Administración no está sujeta a plazos para cumplir sus obligaciones, aun cuando
la ley los fije determinadamente. Los actos de ejecución extemporánea de dichas
obligaciones son válidos.
Esta regla tiene una excepción: opera salvo que la ley contemple expresamente la
"caducidad" o "abandono" como sanción al incumplimiento del plazo, o bien que
la ley establezca expresamente un mecanismo de sustitución de dicha sanción que
determine el destino de la obligación incumplida.
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comprometido en el efectivo cumplimiento de las mismas, con prescindencia de
su oportunidad.
Dicha visión de los plazos para la administración genera incerteza para las personas
beneficiadas con una decisión que deba adoptar un órgano de la Administración
del Estado.
Si a esto se suma que muchos procedimientos no tienen plazo para dictar el acto
terminal o que no existen plazos para la emisión de los actos trámites que fundan
o preparan dicha decisión, el panorama no es alentador.
La LBPA viene a corregir esta situación en los aspectos que a continuación
analizaremos.
ii. Recepción
El funcionario del organismo al que corresponda resolver, que reciba una solicitud,
documento o expediente, deberá hacerlo llegar a la oficina correspondiente a más
tardar dentro de las 24 horas siguientes a su recepción (artículo 24).
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en estado de resolverse. La prolongación injustificada de la certificación dará
origen a responsabilidad administrativa.
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administrativo no puede durar más de seis meses, lo que implica que al término del
plazo se puede generar el efecto del silencio administrativo.
a. Iniciación de oficio
La iniciación de oficio tiene lugar por iniciativa propia del órgano administrativo
competentes para la instrucción y resolución del procedimiento o como
consecuencia de una orden superior, a petición de otros órganos administrativos o
por denuncia, sea de un funcionario o de un particular (artículo 29).
La denuncia de un particular se debe concebir como un acto de colaboración del
mismo, por el que pone en conocimiento de la administración determinados
hechos que puedan dar lugar a la incoación de un procedimiento administrativo.
Esto no implica que por ese solo hecho adquiera la calidad de interesado, para ello
deberá acreditar un derecho o interés de carácter colectivo o individual (artículo
21).
Por otra parte, el órgano competente para decidir la iniciación de un
procedimiento, puede, antes de adoptar tal decisión, abrir con carácter previo un
período de información con el fin de conocer las circunstancias del caso concreto
y la conveniencia o no de iniciar el procedimiento (artículo 29). Estas actuaciones
previas no constituyen propiamente el procedimiento administrativo, sino que son
antecedentes que pueden servir para abrir o no el procedimiento. Por ello no
18
producen los efectos jurídicos materiales de la iniciación, como puede ser el
comienzo del plazo para resolver. Sin embargo, es posible que esta etapa al ser
particularmente desformalizada pueda ser utilizada como modelo de negociación
de las decisiones administrativas, precisamente aquellas más complejas en donde
existen variados grupos de interés. Esta es una de las experiencias exitosas en el
derecho comparado, durante la década de los 90, para incorporar modelos de
colaboración de los administrados y sobre todo entre los administrados, para
obtener decisiones más ágiles y legítimas, sobre todo, en conflictos sociales.
Pero es preciso también señalar que esta forma sólo podrán funcionar con limitado
alcance, en algunos casos donde es posible actuar de manera flexible.
Adoptado el acuerdo formal de iniciar el procedimiento es necesario dictar el acto
respectivo. Desde ese momento, la administración está obligada a dictar la
resolución que ponga fin al procedimiento en el plazo correspondiente.
c. Lugar y fecha.
19
d. Firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de su voluntad expresada
por cualquier medio habilitado.
c. Medidas provisionales
l. Objeto cautelar
Estas son todas aquellas medidas de carácter cautelar, preventivo o asegurador que
tiendan a asegurar la eficacia de la decisión que pudiera recaer en el procedimiento
(artículo 32).
Estas medidas tienen un carácter accesorio del procedimiento iniciado o por
iniciar, siendo la eficacia de la decisión el parámetro de control de procedencia de
las medidas.
20
Iniciado el procedimiento administrativo, la posibilidad de medidas provisionales
que puedan adoptarse es indeterminada. En efecto, la LBPA no establece un
catálogo o rango de medidas que pueda utilizar el instructor del procedimiento, lo
que hace que las mismas tengan una indeterminación difícil de precisar.
Lo anterior es aún más complejo si se considera que la LBPA permite la adopción
de estas medidas antes de la iniciación del procedimiento, como una especie de
medidas provisionales pre procedimentales. Estas las puede adoptar de oficio o a
petición de parte, solo en casos de urgencia y para la protección de los intereses
implicados, que no necesariamente son identificables con sujetos predeterminados
(artículo 32). Es una situación muy compleja, pues al estar antes del inicio del
procedimiento, se puede realizar sin el conocimiento de los afectados. En todo
caso estas medidas deberán ser confirmadas, modificadas o levantadas en la
iniciación del procedimiento, que deberá efectuarse dentro de los quince días
siguientes a su adopción, el cual podrá ser objeto del recurso que proceda.
ii. Innominadas, pero precisables.
Sin embargo, creemos que para saber si la autoridad tiene facultades para dictar
medidas provisionales, es necesario considerar si las medidas que adopta se
encuentran dentro o del ejercicio de sus potestades públicas, en otros términos si
forma parte de su esfera de actuación, ya que si están fuera de ella no es posible
dictar medida provisional alguna. En seguida, sobre el contenido de la medida
provisional podrá disponer solo de aquellas que forman parte de sus medios de
actuación, es decir, que forman parte de medidas de normal proceder para el
servicio, las que no se encuentran atribuidas en su legislación general no las puede
dicta. Por último, no puede dictar medidas provisionales de afectación de derechos
legítimos de los interesados si no existe norma expresa de ley que así lo faculte.
Esta cuestión sólo puede ser resuelta a nuestro juicio a través de la
conceptualización de poderes jurídicos implícitos en las competencias de los
órganos administrativos. En efecto, al lado de las facultades expresas deben existir
las facultades implícitas, es decir, aquellas potestades que resultan imprescindibles
o necesarias para que la autoridad pueda realizar las funciones que le han sido
encomendadas por ley, sin que ello implique que la competencia del órgano sea
rebasada o desconocida129. Para que éstas sean procedentes en el caso de las
medidas provisionales se requiere:
21
a) La existencia de una facultad expresa en relación a un procedimiento
administrativo que por sí sola sea imposible de ser ejercida.
b) Que entre la facultad expresa y la implícita haya una relación de medio fin.
c) Que la potestad implícita sea una consecuencia obvia y natural del núcleo
esencial de la potestad asignado por la ley al órgano administrativo que instruye el
procedimiento, y que en consecuencia no se encuentra depositado o ejercido por
otra autoridad administrativa.
Conceptuar la medida provisional como un sistema de asignación concreta y
precisa del nombre y contenido de la medida, significaría sustraer el contenido y
finalidad normativa de la LBPA, que claramente tuvo por objeto establecer una
norma de estas características con el fin de operacionalizar el sistema cautelar al
interior del procedimiento administrativo.
iii. La adopta el que tiene poder de decisión el órgano competente para la adopción
de medidas provisionales debe ser aquel que tiene atribuida la facultad de
resolución del procedimiento, correspondiendo al instructor sólo la facultad de
proponer la medida.
iv. Limitación material y temporal
Por otro lado, la adopción, modificación, supresión o denegación de las medidas
previsionales deben ser motivadas, pues para su procedencia es necesario que se
den los supuestos de urgencia y protección que exige la ley, lo cual implica que
deben existir elementos de juicio suficientes para su procedencia.
En la medida en que su finalidad es asegurar la eficacia de la futura resolución, la
medida provisional debe ser eliminada o modificada, de oficio o a petición de parte,
con anterioridad a la terminación del procedimiento en virtud de circunstancias
sobrevivientes o que no pudieron ser tenidas en cuenta en el momento de su
adopción. A su vez se extinguirán las provisionales pre procedimentales cuando
no se inicia el procedimiento en el plazo de quince días de decretadas o cuando la
decisión de iniciación no contenga un pronunciamiento expreso acerca de las
mismas. Por ello, las medidas se extinguen con la eficacia de la resolución
administrativa que ponga fin al procedimiento correspondiente.
22
Sin embargo, la LBPA impone un gran límite a la procedencia de estas medidas, y
es el hecho de que no deben extender aquellas que puedan causar perjuicio de
difícil o imposible reparación a los interesados, o que impliquen violación de
derechos amparados por las leyes.
SEGUNDA ETAPA O FASE DEL PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO GENERAL: LA INSTRUCCIÓN
Esta fase o etapa tiene por objeto la realización del conjunto de actuaciones
necesarias para la determinación, conocimiento y comprobación de los datos
(facticos y jurídicos) en virtud de los cuales debe dictarse la resolución o acto
administrativo que ponga fin al procedimiento.
Esto implica que los hechos, adecuadamente comprobados, y las normas en las
que se subsumen constituyen el fundamento de la decisión administrativa (artículo
34).
La verificación de tales extremos debe disponerse de oficio por la Administración,
sin perjuicio del derecho que asiste a los interesados de proponer todas aquellas
actuaciones que requieren su intervención o constituyen trámites legales o
reglamentarios establecidos.
a. Alegaciones.
b. Prueba
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La exactitud y veracidad de los hechos relevantes que sirven de fundamento a la
resolución final deben ser constatadas por el órgano competente, para lo que, en
su caso, se debe abrir un periodo de prueba de oficio o petición de cualquier
interesado, en cualquier momento, sin mas restricción de comunicar a los
interesados con la suficiente antelación, en inicio de las actuaciones necesarias para
la realización de las pruebas que hayan de ser admitidas. El procedimiento
administrativo en materia de prueba se articula sobre la base del principio de la
contradictoriedad, con arreglo al cual los interesados pueden proponer cuantas
pruebas estimen convenientes y necesarias para sus derecho e intereses y por la
otra el de la impulsión de oficio en cuanto el órgano responsable de la tramitación
del procedimiento está obligado a desarrollar, aun cuando no lo pidan los
interesados, la actividad probatoria necesaria y pertinente cuando no le consten los
hechos alegados por los interesados o la naturaleza del procedimiento así lo exija,
por un periodo no inferior a diez, ni superior a treinta (artículo 35).
Al órgano responsable de la tramitación le corresponde la admisión y practica de
las pruebas que hayan sido propuestas por los interesados o las que de oficio
acuerde. El instructor no se encuentra facultado para rechazar las pruebas
solicitadas por los interesados, salvo en el caso que sean improcedentes o
innecesarias, y en todo caso mediante resolución fundada. Operar de una manera
inversa implicaría dejar al interesado en el indefensión, lo que autoriza a solicitar la
nulidad del procedimiento, tal como se deduce del artículo 60, letra a).
En la medida en que el órgano administrativo instructor del procedimiento se
encuentre sometido al principio legalidad, debe conocer las normas jurídicas o
aplicarlas al caso concreto, por lo cual, en principio, sólo corresponde probar los
hechos materiales o fácticos. La forma de acreditación de los hechos será cualquier
medio de prueba admisible en derecho. Esto implica que solo pueden ser medios
de prueba ajustada a la ley, es decir, no puede valerse ni la administración ni el
interesado en pruebas obtenidas de manera ilícitas o con vulneración de derechos
fundamentales.
c. Informes
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Los informes son aquellas actuaciones de un órgano, consultivo o no, distinto de
aquel quien corresponde iniciar, instruir o resolver el procedimiento, en los que se
realiza una valoración jurídica o técnica de aspectos planteados por el
procedimiento. Su finalidad es permitir al órgano responsable del procedimiento
fundamental, en un sentido u otro, la resolución que se adopte.
La solicitud de informe puede venir impuesta por la ley, calificándose entonces
como preceptivos, o bien resuelta libremente por el órgano instructor del
procedimiento por considerarlo necesario para dictar la resolución, calificándose
entonces de facultativos (artículo 37).
d. Información Pública
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Es un mecanismo de participación en el procedimiento administrativo, no de los
interesados (por haberlo iniciado o comparecido en el), sino de todos aquellos
sujetos individuales o colectivos que puedan verse afectados por la resolución o,
en general de cualquier ciudadano. El único requisito objetivo exigido por la ley
para que se ordene este trámite para la dictación de la resolución respectiva es que
lo requiera la naturaleza del asunto. Esto sucederá por ejemplo, cuando los
afectados por una resolución particular sea un universo indeterminado de personas
relacionadas o bien, en la dictación de actos normativos generales como
reglamentos y ordenanzas. Mediante él, los ciudadanos pueden acceder al
expediente o a una parte de él, pudiendo realizar observaciones al mismo. Dicho
trámite que debe ser anunciado en el Diario Oficial o en un diario de circulación
nacional, se realiza por un plazo no inferior a diez dias ( art 39).
La comparecencia en esta etapa no otorga por si misma la condición de interesado.
Sin embargo, los sujetos que hayan participado en la información pública, tienen
derecho a obtener respuesta razonada de la administración que puede ser común
para todas aquellas alegaciones que planteen cuestiones sustancialmente iguales.
2.- Cuando en la resolución final deben resolverse cuestiones conexas (artículo 41).
La omisión o defectuosa realización de este trámite implica un vicio de nulidad de
la resolución que pone fin al respectivo procedimiento, pues genera una situación
de indefensión material al particular, que la ley ha buscado evitar.
a.-. Mediante resolución: entendida esta en sentido amplio, como acto que pone
fin al procedimiento, haya o no decidido sobre el fondo del asunto.
Las causas que pueden motivar esta forma de terminación - por vía de resolución
- son:
_ La existencia de una resolución en sentido estricto ( decisión sobre el fondo en
un caso concreto)-
_ El abandono.
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tramitación del expediente ha puesto de relieve la existencia de hechos que
deberían importar un empeoramiento de la posición jurídica del interesado, no
puede extraer las consecuencias pertinentes al resolver el procedimiento iniciado a
solicitud del particular, sino que deberá incoar de oficio un nuevo procedimiento,
limitándose a terminar el procedimiento iniciado a instancia de parte de acuerdo
con el principio de congruencia.
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A 3.- IMPOSIBILIDAD MATERIAL DE CONTINUAR EL
PROCEDIMIENTO:
A 4.- ABANDONO:
La declaración de abandono se debe producir cuando transcurrido el plazo de 30
días de paralizado el procedimiento iniciado por el interesado, la administración le
debe advertir que si no efectúa las diligencias de su cargo en un plazo de siete días,
el procedimiento debe ser declarado abandonado. ( artículo 43).
El abandono es solo aplicable a los procedimientos que se inician a instancia del
interesado y ha de reunir dos requisitos:
1.- La inactividad ha de ser imputable al interesado, y precisamente al interesado
que instó a la iniciación de procedimiento.
2.- Ha de tratarse de una inactividad que entrañe una auténtica paralización del
procedimiento, no la simple falta de realización de un trámite que debe cumplirse
por el interesado.
REQUISITOS:
En términos generales, la inactividad administrativa en función del silencio
administrativo debe reunir básicamente cuatro requisitos:
1.- Que la administración se halle obligada a resolver un expediente administrativo.
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4.- Que la ley señale un efecto al silencio.
TIPOS DE SILENCIO:
Artículo 64. Silencio Positivo. Transcurrido el plazo legal para resolver acerca de
una solicitud que haya originado un procedimiento, sin que la Administración se
pronuncie sobre ella, el interesado podrá denunciar el incumplimiento de dicho
plazo ante la autoridad que debía resolver el asunto, requiriéndole una decisión
acerca de su solicitud. Dicha autoridad deberá otorgar recibo de la denuncia, con
expresión de su fecha, y elevar copia de ella a su superior jerárquico dentro del
plazo de 24 horas.
Si la autoridad que debía resolver el asunto no se pronuncia en el plazo de cinco
días contados desde la recepción de la denuncia, la solicitud del interesado se
entenderá aceptada.
En los casos del inciso precedente, el interesado podrá pedir que se certifique que
su solicitud no ha sido resuelta dentro del plazo legal. Dicho certificado será
expedido sin más trámite
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finalización de este procedimiento, en calidad de acto terminal del mismo ( en cuya
virtud se confirmará, modificará o dejará sin efecto el acto administrativo
reclamado por la vía de rechazar o acoger el recurso administrativo interpuesto en
su contra ).
Concepto:
Recurso que se interpone ante la misma autoridad que dictó el acto, por la persona
o funcionario que considera el acto administrativo perjudicial para sus derechos o
intereses, para que aquélla lo modifique, reemplace o deje sin efecto.
El recurso de reposición o gracioso -como lo denomina parte de la doctrina- al
igual que el jerárquico, se encuentra consagrado en el art. 10 LOCBGAE y
desarrollado en el art. 59 de la LBPA ( ley 19.880).
Características del recurso de reposición (art.59).
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6. Si existen terceros interesados la autoridad debe dar traslado para que estos
aleguen cuanto consideren procedente en defensa de sus intereses o derechos.
7. En subsidio, podrá interponerse y resulta procedente, cuando corresponda,
el recurso jerárquico. Cuando la reposición es rechazada total o parcialmente, se
debe elevar el expediente al superior jerárquico de quien dictó el acto impugnado,
cuando el recurso jerárquico ha sido interpuesto en subsidio de la reposición y para
el evento que ella no fuere acogida.
Concepto:
Es un recurso que se interpone, para ante el superior jerárquico de la autoridad
que dictó el acto impugnado, directamente o en subsidio del recurso de reposición.
Para que ésta lo modifique o revoque por causar agravio al peticionario.
Es manifestación de la potestad de control jerárquico, que se ejerce en virtud del
principio jerárquico por la autoridad superior en la Administración del Estado.
e) La resolución que acoja los recursos podrá modificar, reemplazar o dejar sin
efecto el acto impugnado, de la misma forma que en el caso de la reposición.
Concepto:
Se interpone en contra de los actos administrativos firmes, ante el órgano superior
jerárquico de aquel que dictó el acto administrativo en contra del que se recurre o
reclama, siempre que exista dicho superior o ,en su defecto, ante la autoridad que
lo hubiere dictado. Debe conocer del mismo el superior jerárquico, o de
corresponder la autoridad que hubiere dictado el acto.
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c) Que por sentencia ejecutoriada se haya declarado que el acto se dictó como
consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia u otra maquinación
fraudulenta; y
Características.
1.- La aclaración puede proceder de oficio o a petición de los interesados,
entendiendo aquellos que participaron del procedimiento respectivo.
2.- Se puede interponer en cualquier momento. Se entiende que en la medida que
el acto se encuentre vigente.
3.- Su objetivo solo está destinado a despejar puntos dudosos u obscuros o bien
rectifica errores de copia, de referencia, de cálculos numéricos y en general los
puramente materiales.
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Recurso Plazo InterposiciónObjeto Quien Conoce
Revisión 1 año Análisis del Acto Administrativo para que sea dejado sin
efecto Superior jerárquico de quien hubiere dictado el acto impugnado
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cumplimiento haga imposible hacer efectivo lo que se resolviera en caso de
acogerse el recurso.
Esta facultad discrecional, es sin perjuicio de la responsabilidad de la autoridad por
los daños producidos, al no declarar la suspensión y, en definitiva, fuere aclarado
dicho acto como contrario a derecho.
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