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Efectos de Jod-Basedow y de Wolff-Chaikoff

La glándula tiroides, en su gran complejidad, cuenta con mecanismos de


autorregulación, que le permiten adaptarse a las condiciones internas y externas
que no sean las óptimas para su correcto funcionamiento en condiciones
fisiológicas normales. Esta autorregulación permite modular la función tiroidea y su
capacidad proliferativa, así como la respuesta a otros factores como el estímulo de
la TSH y los factores de crecimiento. Este mecanismo se activa en función de un
aumento o disminución de las concentraciones de yodo en la glándula, el cual
funciona como factor limitante de la biosíntesis hormonal. Un ejemplo de esto es el
efecto Wolff-Chaikoff. Cuando estos procesos fisiológicos de adaptación fallan, ya
sea por incapacidad de la glándula, o por enfrentarse a situaciones extremas, o no
pueden revertirse estos efectos tras superarse la condición anormal, surgen
procesos patológicos que van a condicionar una enfermedad tiroidea, la cual va a
depender de las características y la condición de salud previa de cada paciente, y
de esto también va a depender su respuesta a esta y a los posibles tratamientos.
El efecto Wolff-Chaikoff fue descrito por los doctores J. Wolff y I. L. Chaikoff, en
investigaciones realizadas durante la década de los 40, donde observaron, en
cortes de tiroides de oveja, que a medida que el aporte de yodo aumenta, de igual
forma lo hace la biosíntesis de hormonas tiroideas, como sería de esperarse. Sin
embargo, luego de alcanzar determinado límite, se obtiene el efecto contrario, es
decir, se inhibe la síntesis de hormonas a pesar de los altos niveles de yodo
disponibles, lo cual podría parecer contradictorio en un principio. Posteriormente
este efecto fue estudiado más a fondo en ensayos clínicos los cuales
efectivamente confirmaron su existencia. La concentración de yodo que produce
efecto Wolff-Chaikoff varía según el estado funcional (grado de estimulación) y/o el
contenido previo intratiroideo de yodo. Se observó que las tiroides con depleción
de yodo se inhiben a concentraciones algo menores que las tiroides expuestas de
forma previa a niveles fisiológicos de yodo. El grado de respuesta a los niveles
elevados de yodo, y la posterior regresión al estado normal de la glándula van a
depender en gran medida del individuo y en las condiciones que puedan
predisponer a un hipotiroidismo posterior. Así, frente a dosis excesivas de yodo se
pueden observar tres tipos distintos de respuesta:
1) No se produce efecto Wolff-Chaikoff, la glándula ávida va al hipertiroidismo.
2) Se produce efecto Wolff-Chaikoff, pero luego por el fenómeno de escape se
restaura la función normal.
3) Se produce efecto Wolff-Chaikoff, no hay “escape” y se genera hipotiroidismo.
Este fenómeno de “escape” a la acción inhibitoria del exceso de yodo consiste en
la regresión o desaparición del bloqueo de la síntesis y secreción de hormonas
provocada por los niveles excesivos de yodo tras superarse esta situación, y
volver a los niveles de yodo fisiológicos, lo cual se explica porque el yodo inhibe su
propia captación por la glándula, por lo que al bajar la concentración excesiva de
este, va a aumentar su captación, o al menos así debería suceder en glándulas
sanas y en condiciones normales. Este efecto (Wolff-Chaikoff) es específico de la
glándula tiroides, y no tiene efecto en el metabolismo hepático, ni en la secreción
de TSH por parte de la hipófisis, ni en la captación de la hormona por parte de los
tejidos periféricos.
Por su parte, el efecto o síndrome de Jod-Basedow, también conocido como el
hipertiroidismo inducido por yodo, se observa tras la administración de yodo
exógeno, comúnmente debido al medio de contraste yodado utilizado para los
estudios de imagen, aunque también pueden desencadenarlo otras situaciones
como suplementos orales de yodo o el uso de antisépticos yodados. Debido a los
mecanismos antes descritos, no se trata de una reacción común, y se presenta
principalmente en pacientes con factores de riesgo tiroideos, como enfermedad
tiroidea autoinmune, cirugía tiroidea previa, enfermedad de Graves latente, y bocio
nodular o difuso no tóxico. Otros factores que pueden contribuir al desarrollo de
este, al ser el yodo excretado por via renal, son las patologías renales que afecten
la capacidad excretora, como la enfermedad renal crónica.
Este efecto se produce en pacientes no logran desarrollar el efecto de Wolff-
Chaikoff, por lo que pierden la capacidad regulatoria que este tiene en la síntesis
de hormonas tiroideas, y, por el contrario, escapan a esta respuesta fisiológica,
generándose así el hipertiroidismo, como resultado de un desequilibrio en este
mecanismo de autorregulación. Las manifestaciones clínicas de este son las
comunes del hipertiroidismo, tales como aumento de la sudoración, taquicardia,
inquietud, diarrea, intolerancia al calor e insomnio. En algunos casos se puede
desencadenar una tormenta tiroidea, provocando síntomas más graves y
marcados, como fiebre y alteraciones del estado de conciencia, así como
fibrilación auricular. A pesar de lo alarmante que puedan parecer los síntomas en
algunos casos, lo cierto es que generalmente no se trata de una condición mortal
o que produzca efectos graves a largo plazo, sin embargo, en ciertos casos si
puede producir secuelas o no lograr revertir los niveles tiroideos previos.
Considerando esto, es importante ser muy cuidadosos atentos la totalidad del
tiempo con cualquier efecto desfavorable que se pueda producir en respuesta a
cualquier estímulo; la posibilidad de iatrogenia no se debe subestimar en ninguna
circunstancia, esta representa una situación lamentable y, en muchos casos,
catastrófica, por lo que debe tenerse precaución incluso en procedimientos
menores, en los que normalmente no se pensaría en complicaciones mayores, por
lo que pasa por alto las nefastas consecuencias que un pequeño descuido pueda
traer, como al realizar la asepsia en una herida con antiséptico yodado, al parecer
la labor más noble y simple del mundo, en realidad no resulta tan inocuo, y por
desgracia podríamos desencadenar en el paciente efectos desfavorables que
nadie merece padecer.

Referencias
1. Rose, H. R., & Zulfiqar, H. (2022). Jod Basedow Syndrome. In StatPearls
[Internet]. StatPearls Publishing.
2. Pisarev, M. A. (2005). ACCIONES DEL IODO SOBRE LA TIROIDES.
AUTORREGULACION TIROIDEA: SU PAPEL EN CONDICIONES
NORMALES Y PATOLOGICAS (Doctoral dissertation, Universidad Nacional
de La Plata).
3. The temporary nature of the inhibitory action of excess iodide on organic
iodine synthesis in normal thyroid Wolff J., Chaikoff I.L., Goldverg R.C. y col.
Endocrinology 45:504, 1949.

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